2024-03-18

 

LA LITERATURA PROFÉTICA DE KONSTANTIN GEORGIOU

 

El día que asesinaron a Cesucescu y a su esposa aquellas Navidades trágicas del 89 yo lloré como aquellas mujeres que seguían al Maestro a la vista de Jerusalén “No lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos”. El conducator rumano fue el primero en caer. Acto seguido vinieron Milosovic, Gadafi, El Cara de Piña. Estaba escrito. Luego vimos zozobrar a Gorbachev con el tirano Bush a bordo de aquel barco inglés el Tireless. Querían destruir el mundo eslavo. En sus dos grandes novelas “La Hora 25” y “Una segunda oportunidad" Virgil Konstantin Georgio nos habla de aquel pobre  pope de una aldea  perdida de los Cárpatos que se le incendia la iglesia la noche de Pascua, queda ciego y cuando cierra los ojos ve arder las cúpulas de un templo bizantino. En Roma nombran a un papa que viene de lejos y no sabía latín ¿Bergoglio? Se le sublevan los frailes y toda la cristiandad porque quiere poner la religión cristiana del revés. Desfilan otros personajes perfectamente pergeñados de judíos rumanos que caminan errantes por media Europa y nadie les da cobija. Dios al fin y al cabo nació en el exilio. Un médico nazi mata con una inyección letal a Doïna. ¿Por qué Doina? Doina es una  bella palabra dálmata que significa tristeza, añoranza y queda plasmada en las bellas canciones folklóricas de Rumania. Y yo me he empapado de Doïna, leyendo esta grandiosa novela río. En la cual se acusa a los angloparlantes de todo aquel desvarío que supuso la II.WW. Los yanquis violaron, mataron, destruyeron las ciudades de Europa en nombre de la libertad y de su supuesta democracia. Georgiou tira de la manta y por medio del acontecer pasado nos demuestra lo que está ocurriendo hic et nunc en 2024. Quieren destruir a por delegación mediante un corrupto régimen quisling ese títere sin cabeza que se llama Zekenski y sus cuates: Macron, Scholz, la Van der Leiden, Borrell, Biden y compañía. 

Putin no es Ceaucescu ni Milosevic. Han pinchado los eurócratas en hueso. 

Se les ve sus intenciones pero no c reo que esté Europa preparada para permitir que sus jóvenes toda una generación vierta su sangre en las llanuras del valle del Dniester. 

Se puede morir por la patria, pero no por Zelenski, ni por una idea tan etérea como lo que llaman democracia, que a este lado de los Pirineos es tiranía y de eso yo puedo dar testimonio. Los experimentos con gaseosa. Europa si quiere sobrevivir tiene que olvidarse de EEUU y aproximarse a Moscú. Oigamos el clamor de una doïna rumana. Es como un clamor, un verdadero kadish. Es el canto del cisne el que escuchó Ovidio en sus poemas tristitia Rerum. Es un canto que escuché en el entierro de aquella niña que se llamaba Orly

 

lunes, 18 de marzo de 2024

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