SEMANA DE PASIÓN
Semana de pasión no hay carta. Los retablos enfundados con
paños morados. Proemio de Viernes Santo, se ha muerto Dios.
Estalla la primavera y el personal se dispara por las carreteras
de la península ibérica mirando para los telediarios cuál sea el dictamen de
los meteorólogos y yo me refugio en mi chiscón.
Getsemaní. Lágrimas de sangre que redimieron al mundo. Judas la
traición. Padre mío, pase de mí este cáliz. No sé. Sed credo quia absurdum. Mi salud se recupera y visto capas
pluviales de blanco. Aleluya.
Yo no estuve allí pero siento la presencia de Xto en la
historia y en mi corazón. Omnes fugerunt.
Lo dejaron solo. Discípulos cobardes. ¡Es todo tan entrañable y tan confuso!
Un gallo lúgubre en Jerusalén canta la Passio según san Juan. El
pasaje de literatura evangélica más sublime de cuanto se ha escrito.
Lo redactó un ángel. Lacónico parte de guerra con el que Jesús
venció al mal en el mundo. El centurión Cornelio.
El buen ladrón y el
velo del templo se rasgó preterida y derogada la ley vieja. Et omnis terra tremuit… tremuit y tembló
toda la tierra y voces que decían: “verdaderamente éste era el hijo de Dios”.
El ruido de las
carracas litúrgicas sustituyendo a las
campanas que enmudecen hasta la noche de pascua. Ahorita en los días de pasión
ya se percibe el grito de resurrección. Xristos
vaskriese po istini vaskriesi (en ruso), Xristos anviar an deverat ambiat
(rumano). Resurrexit sicut dixit (latin).
Xristós anesti (griego) La primavera está
aquí con sus flores, procesiones, el sonido de los tambores clarines y
timbales, el canto de las saeta. España huele a flor de azahar
miércoles, 20 de marzo de 2024
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