2022-07-29
2022-07-28
VIKINGOS II UNA EUROPA QUE
CAMBIÓ A THOR Y ODIN POR JESUCRISTO
La primera vez que
llegué a Cudillero creí encontrarme en algún pueblo de la Verde Erin o en
puertos costeros del Este de Inglaterra como Whitby, Grimsby o Scourborough. Había
tipos pecosos rubios como mazorcas. Las mujeres parlaban con su vecina de
balcón a balcón con un acento cantarín que sonaba como una melodía. En los concejos
del oeste de Irlanda oí hablar así. ¿Sois celtas? No. Son vikingos. Posiblemente.
Los celtas fueron una raza indoeuropea anteriores a los escandinavos
emparentados con los iberos que se asentaron en Gales o en Vasconia. Pero en
esto de las razas constituye un galimatías en el cual no quiero meterme. Bástenos
saber que blancos negros amarillos rubios morenos altos bajos gentiles y judíos
todos somos hijos de Dios, aunque fuésemos entresacados del barro. De ahí
nuestra fragilidad.
Efectivamente puede ser
que los pixuetos tengan alguna ascendencia nórdica, durante la Alta Edad Media
la costa septentrional de la península ibérica fue batida por piratas noruegos
e islandeses. No se asentaron, pero dejaron huella. Tales asaltos eran más
temibles que los de los musulmanes. Los moros difícilmente cruzaban el puerto
de Pajares mientras los vikingos aparecían por sorpresa grandes navegantes en
sus embarcaciones de madera de fresno nadie sabe cómo aquellas cáscaras de nuez
se mantuvieran a flote en medio de las galernas atlánticas.
El cine y la imaginación
popular pinta a estos salvajes desgreñados vestidos de pieles y cubierta la
cabeza con un casco con cuernos. Sin embargo, no eran tan salvajes.
Poseían una sociedad
bien estructurada su religión politeísta, su moral, el respeto a las mujeres
como seres humanos, algo que les distingue de los griegos para los cuales ellas
eran un medio de transmisión de la especie entremedias de los animales
vertebrados y el ser humano.
Por el contrario, practicaban
la poligamia y la poliandria. Su diosa Freya era la madre tierra o Pachamama de
los indios.
Esta tiene un monumento en Upsala se la representa
por un gran clítoris al que accede un enorme falo. En el olimpo escandinavo
(Vanir) reinaba Odín el dios del conocimiento que regentaba las aguas y se
proclamaba arbitro del bien y del mal, el segundo de abordo Thor el dios de la
agricultura y la fecundidad. Ty equivalía a Marte o dios de la guerra.
Todos los guerreros que
morían en combate eran llevados a su altar en la Walhalla un enorme palacio con
más de mil dependencias donde se administraba el Destino de los hombres: el
Fatum romano el Schickall germánico y el
Sudba eslavo. Los poemas de las sagas hablan del padre Elda y el Canto de la
Sibila sobre el juicio final o la Enajenación de Gifi. Todos ellos con una
morada propia en la Walhalla.
Eran los dioses de estas
tribus durante la Edad de Bronce. En los siglos octavo al decimo de nuestra era
gracias a las predicaciones de san Patricio San Bonifacio y Cirilo y Metodio
abrazan el cristianismo con tan viveza que Irlanda es proclamada la isla de los
santos y a orillas del Volga un sueco se convierte en san Vladimir.
Los noruegos rinden culto a otro de sus reyes
santos: san Olaf. Incorporan sus mitos y creencias a la iconografía. El arte románico
con sus arpías, sus obispos, sus sierpes y toda esa fantasmagoría en piedra
está impregnado de esa trepidante imaginación nórdica sobre el juicio final y
del hombre expulsado del paraíso.
No se puede entonces
concebir una Europa separada de sus esencias y preeminencias cristianas. Hasta la
reforma luterana y el cisma romano las sedes episcopales y los monasterios de
todo el continente europeo fueron un baluarte de cultura y sabiduría.
En todos los pueblos y ciudades se alzaba la
torre de una iglesia con su espadaña desde el Cabo Norte hasta Tarifa y desde
Coimbra hasta los Urales.
ISABEL II RECIBIÓ UN INTRUSO DE NOCHE UN ADMIRADOR QUE SE COLÓ EN SU HABITACION esta crónica desde Londres me salió en el más puro estilo Jlio Camba
PEDIR
TABACO A LA REINA
Publicado
en la voz de alerta y la nueva España 20 de julio 1982
Ese gran escritor ovetense que es CÁNDIDO al que
es de recibo leer todas las mañanas en ABC
como los lectores españoles
nuestros tatarabuelo leyeron a Clarín en el Solfeo o en la Correspondencia
en su día ha escrito un magnífico palique acerca del individuo que días atrás
en Londres logró burlar la vigilancia de palacio y adentrarse en los aposentos
de la reina. El dedicado columnista realiza un sutil encaje de bolillos
imaginativo tratando de explicar el caso por chicuelinas y remoquetes bien
lucidos con aditamentos de la mitología.
Porque mitológico es el suceso. Una proeza así
sólo puede ser llevada a cabo por un Palmerín o un Caballero del Lago.
Esto parece
un lance de libro de caballerías. Alguien que esté loco de remate – esto sólo
puede hacerlo un inglés- es capaz de irle a pedir fuego a la reina cuando
duerme en su cámara regia.
Historias así sólo pueden suceder en Londres. Esta
es una dellas.
El
míster en cuestión se llama Fagan. Hasta procede el apellido. Fagan de fag que
en slang significa cigarrillo o tagarnina. Los pilluelos londinenses a veces se
acercaban al viandante y le piden tabaco:
-
Got a fag, mate?
Y
es justamente lo que le pidió el sujeto a Isabel II. La reina come y duerme
sola.
El
príncipe consorte utiliza otro dormitorio. Es posible que hasta la egregia
persona necesitaba un poco de compañía en una calurosa noche del farragosto
londinense cuando sube una niebla sofocante de las riberas del Támesis.
A
la señora que tiene que tomarse pastillas para conciliar el sueño por poco la
entra un soponcio al ver al intruso. Ya estaba en los brazos de Morfeo cuando
zas allí aparece el bueno de Fagan.
No
era el mayordomo ni el carpintero, pero actuaba con una naturalidad sorprendente
y de seguro que conocía la casa.
En
estas noches de julio la ciudad es un horno auque yo tuve en mis digs la estufa
encendida en pleno agosto un año que hubo muchas galernas. Sin embargo, en
Inglaterra las viviendas no suelen gozar de aire acondicionado.
Ni la calefacción central. Los británicos son
renuentes a estos artilugios y prefieren el fresh air por eso el sitio donde yo
he pasado más frío en mi vida fue durante aquellos inviernos en el Yorkshire,
madre mía qué heladas y las casas tienen paredes endebles. No están preparadas
para el invierno.
No
suele haber contraventanas ni persianas por lo que muchas residencias parecen
escaparates. EL inglés es algo exhibicionista y hasta diríase que le gustan que
le miren los pasantes cuando se encuentra en su hogar. Su casa es su castillo
pero transparente. También les gusta alzar las ventanas que allí llaman
francesas y cuyos batientes no son de tirar ni tienen pestillos ni fallebas,
sencillamente se alzan sobre un montante y lo más probable que la reina de
Inglaterra tuviera las de su alcoba abiertas para dejar pasar un poco de fresh
air y por allí se coló el ladrón de la intimidad regia.
No
sé lo que habrá ocurrido ahora con la nueva arquitectura de los llamados
edificios inteligentes totalmente aislados del exterior pero entonces esta
política de ventanas abiertas en las caldas noches veraniegas era una
invitación a los cacos.
Otro elemento: las cortinas. Suelen ser de
nylon blanco y se mueven onduladas por las ráfagas de viento por lo que en
muchos dormitorios donde me acosté en las Islas yo creí ver fantasmas durante
las sesiones de cine de la sábana blanca.
De
todas formas, a los fantasmas ingleses les suele gustar el buen tiempo.
Aparecen por primavera. Por ejemplo, el monstruo del Lago Ness y las serpientes
de verano.
Hay
castillos que incluso tienen guías especiales para mostrar las casas con
fantasma a los turistas. No son como las brujas de mi pueblo. En Puente Perin
las brujas celebraban sus aquelarres por Nochebuena y las ánimas se aparecían a
los viandantes a partir de la noche de san Andrés.
Lo
más probable es que Fagan, el hombre invisible, el pimpinela escarlata nuevo
diablo cojuelo, saltando a la pata coja por los tejados de Buckingham Palace y
bajando por las chimeneas, entrara en la augusta morada a favor de la noche.
De
todas suertes esta es una historia confusa llena de misterio digna de la labia
de Ágata Christie. Con su plot, su alibi sus coartadas y todo.
A
los lectores ingleses que tienen mucha concha y bastante recamara en las historias
de intriga y de judanit se les puede contar una historia al revés. Luego
el lector por su cuenta ata cabos pero aquí las cosas al parecer carecen de
títere con cabeza. El fog londinense es imprescindible en esta clase de lances.
El fog (niebla) de Fagan.
No estamos ante un mundo lógico de claridades
meridianas y mediterráneas sino de una visión tamizada por el proverbial haze
policiaco en el que todo puede ser y no ser a la vez.
Hasta
es posible que Su alteza doña Elisabeth le invitase al intruso a una taza de
té. A los ingleses les gusta mirar al mundo a través de la niebla por eso son
tan amantes de los fantasmas. Su lógica no es nuestra lógica. Hasta hace poco
medían la distancia en yardas y en pulgadas y el sistema métrico decimal no se
implantó hasta el primero enero de 1973 que yo estaba allí para contarlo
aquella mañana gris de año nuevo con bastante resaca.
De
esta forma, nebulosos fueron los partes de guerra en la crisis de Malvinas. The
British They are masters of desguise y expertos en el difícil arte de la
propaganda. Por eso tienen al pueblo tan dominado. Nada tenía de peculiar que
este Fagan del que poco sabemos quien es se haya enamorado platónicamente eso
sí de su Reina.
Se preparó para su aventura varios meses,
estudió el territorio, examinó mapas, consultó distancias, compulsó los turnos
de guardia y los relevos. Su sueño era ver dormir a la augusta emperatriz de
los ingleses y llegó hasta el tálamo. Las gacetillas evitan todo lo morboso.
El
Fagan no quería dormir con la reina sino ver como era en su medio natural
porque las reinas también duermen y fuman y tienen que ir al baño y lo demás.
¿Un exhibicionista? Puede ser. But he was caught in the act por la
guardia real y seguramente lo llevaron al cuartelillo por las orejas. ¿Un espía
de los rusos? Tampoco se descarta.
La morbidez y la discreción han tenido que
entablar en Fleet Street un reñido encuentro para dar de lado detalles morbosos
de tan paradójica situación. ¿Cómo se acuesta Isabel en enaguas, en picardías o
en camisón sin sostén o con sostén y de qué color eran las bragas?
Dicen
que son de color púrpura que es el color de la realeza y taparía sus vergüenzas
con un taparrabos de armiño… pues a lo mejor. También puede ser que Michael
Fagan no sea más que un invento de la prensa para echar una cortina de humo, un
tupido velo para distraer la atención del gran publico de la engorrosa cuestión
de Malvinas que el personal no consulte la lista de bajas y que la Thatcher
adarga en ristre y todos los portamisiles a bordo de la Home Fleet se ponga las
bragas de hierro y les de a los argentinos de Galtieri una buena paliza.
Una maniobra de distracción pues dicen que el
gobierno de la Dama de Acero está a punto de caer. Y otra cuestión. La minuta y
los haberes reales.
Los
ingleses se sienten muy monárquicos y consideran que para mantener la
institución monárquica en condiciones hay que subirles el sueldo a los royals.
De cualquier forma, son maestros del disimulo estos ingleses. No sueltan
prenda. Por lo pronto su graciosa majestad y persona tiene un Romeo que acude a
la cita del jardín de Buckingham con escala. ¿Será un amor de verano? ¿Un
flirt?
A la reina no se la conocen avatares y
liviandades de ese calibre. Es una señorea muy seria a la que no le gustan los
chistes verdes pero le pide que le cuente el príncipe de Edimburgo cómo anda de
su estreñimiento. Pero esta es una extraña historia con final feliz. En otra
parte el merodeador hubiera sido cosido a tiros por los escoltas pero estamos
en GB y se le detuvo con mucha educación, le fueron leídos sus derechos y se le
acusó de trespassing o allanamiento de morada.
Un
alabardero le dio un cigarrito marca capstan los que fuma la soberna y otro le
invitó durante el interrogatorio a una taza de té. Menos no podía ser.
-
¿No tendrá un cigarrillo,
Majestad?
-
No en este instante, pero aguarde
a ver si le quedan a la camarera.
Y
de esa manera salió del dormitorio y avisó a seguridad. La reina saltó en
camisón, se puso las zapatillas y fue a avisar. La señorita de compañía
dormitaba ante una taza enorme de té.
-
Espabile que tenemos visita,
Maundy.
-
¿Audiencia a estas horas,
majestad? ¿Nos han hundido algún submarino esos malditos argentinos?
El
Bobby que guarda la puerta de la cámara regia tampoco se había enterado y se
había quedado dormido sobre sus enormes zapatones de policía británico
proverbiales por su tamaño. Dicen que la reina y la Dama de hierro no se pueden
ver pero estas historias sirven para aliviar tensiones nacionales.
En
Inglaterra las grandes crisis suelen ser tormentas en una taza de té. Nada más.
Y este aire deportivo que se da allí a la política a mí me da envidia. Para mi
patria la quisiera. Cuentan que Mr Fagan salió de palacio fumándose un
cigarrillo. En libertad con cargos. Las crónicas no refieren nada más.
25/06/07 1:47
2022-07-27
OJIMIEL CONTRA LA PESTE
El
morbo está por doquier
velocidad
del rayo se propaga
sufre
la humanidad lacerada
mirando
para las gafas diabólicas de Gates
el
anticristo
las
nenias lloran a la puerta
en
los grandes funerales
las
yeguas entran en celo
y
sueltan fluidos vaginales
cantan
las sirenas
himnos
triunfales
por
el ojete de las damas
entra
la vida y la muerte
es
la casualidad del sexo
revoloteando
incandescente
pasiones
y encuentros al azar
de
hombre y mujer que yacen
en
la parva
una
tarde de verano
bajo
el sol fulgente
arrimando
descendencia
en
sangre y semen
mariposa
del paraíso y del infierno
todo
arde y se apaga en un instante
obnoxio
a las parcas
y
al clamor de los hospitales
somos
sumisos reos
dependientes
pero
no te preocupes que una obrada
Aerde
el montó de trigo, se quema la paja
sigue
siendo un día de bueyes
cincuenta
y tes áreas cabales
EL
número no engaña
soy
heraldo de pesas y medidas
De
tarnizas. Lamederos. Burletes
obrepciones
y mentiras con estantes
porque
nadie nos cuenta la historia cómo fue
REÑIDERO DE GALLOS
Iglesias mr. Churches
un pícaro debe de haber salido de las páginas del Buscón o del Lazarillo
un advenedizo que se hace pasar por intelectual y no ha cogido un libro en su
puta vida. En un año se hizo millonario enchufó a sus coimas en el gobierno un
palacete en Galapagar con un adarve de maderos de la GC a sus espaldas
porque el tipo no es muy valiente que digamos, le arropa Julito el Rojo que
hizo los cursos de piloto en West Point y llegó a jefe de los guardias, la
derechona le acusa de derechista y venezolano pero esta recriminación es un cover
up para identificar en falso a los mentores de este pijo flauta
descamisado. Casado, Cantó, la Arrimadas, son patas del mismo banco. La
política es un sumidero de haraganes y de ineptos y el periodismo otro tanto.
El que se mueva no sale en la foto coche oficial y ordeno y mando ellos y ellas
rebuznan desde sus escaños. Es la imagen del perfecto esperpento. Lamentable
espectáculo. Dicen que van a despertar a España estos tíos adláteres de ese Sanchete
monclovita biznieto del “Carnicero de Badajoz” un mal legionario que no
se atuvo a las leyes de la guerra fusilando a mil milicianos en la plaza de
toros, pero está dormida y casi in pulso casi al borde del colapso. Spain
awake... not at all. Our homeland is soundly asleep casi durmiendo el
sueño de los justos bajo la gobernanza de tunantes y malandrines a punta pala.
Con estos bueyes no se puede ir a arar
SETENTA Y CUATRO AÑOS QUIEN LO DIRÍA
Fulgor de las mañanas blancas de
Santa Martina
yo tengo dolor de riñones
rayo espectral de la luna entrando
por mi ventana
camaradería de la calle
los golondrios desnudos
espectral
esperanza
I al give up
de mi pipa compañera algunas pufadas
no sé donde estás ni si fuiste feliz
mujer tan lejana
un espectro solamente de la noche
lunar
en mi ventana
el arce triunfal espera la primavera
EL VALLADOLID DE JOAQUIN DIAZ
VALLADOLID 2
2
En cierta ocasión que
visité la Ciudad del Pisuerga tuve la curiosidad de visitas la casa donde
habitó uno de los eximios maestros de preceptiva literaria, don Narciso Alonso
Cortés. Los que estudiamos humanidades en los 50 nos empollamos su Historia de
la Literatura Castellana en papel malo y fotografías de daguerrotipo. Dios mío,
muchos recuerdos. Vivía en Nuñez de Arce 34 el académico, el más eximio erudito
de las letras hispánicas en los últimos dos siglos. Bajo su guía empezamos a
conocer y a amar a los clásicos. Discípulos suyos fueron Gerardo Diego, Alarcos
Llorac el ovetense a los que ningunearon sus paisanos a causa de su peculiar
opinión sobre el bable y los bablistas (dijo una verdad como un templo, pues no
se puede resucitar nunca a un muerto y las lenguas también mueren) López
Anglada, Juan RAMÓN Jimenez, los Machado. Detrás tenía un huerto y una higuera
y un lema en latín que decía messor indefessus (segador sin fatiga). Era
un latinista de primer orden desde sus tiempos de seminario. Tuvo por maestro
nada menos a don Raimundo de Miguel.
Colgó los hábitos
en teología, pero la pasión por la tradición de aquella iglesia universal, su
liturgia, su lengua, permaneció hasta el final de sus días. Murió sin ser
demasiado reconocido y casi abandonado. ¡Ay si hablasen las piedras de Nuñez de
Arce 34¡ aquella puerta de piedra arco de medio punto enguichada de barrotes,
aquel jardín, aquella higuera y aquella biblioteca de casi cincuenta mil
volúmenes pignorada en casi tu totalidad. En cuán poco tienen los españoles de
ahora las cosas grandes de su patria, qué poco inclinados a los deleites espirituales
de la especulación, la lectura, la charla en un café a media tarde.
En el Diario Libertad me publicaban a mí las primeras
crónicas desde Londres. Luego la piqueta deletrea y rencorosa de los que no
olvidaron a Onésimo Redondo, su eximio colaborador, obligó a echar el cierre.
Siempre se me atuvo al carácter revolucionario de su fundador. El Norte de
Castilla, por contra, y que los admiradores de Delibes me perdonen, pues yo
también admiro a ese gran escritor desgraciadamente fallecido, ideológicamente
fue siempre más acomodaticio y funcional. Cuando vino la transición, Manu
Leguineche y otros se colocaron la
medalla de haber sido el periódico de la oposición al franquismo. Pertenece a
la familia de los Alba y su línea editorial de ideas conservadoras, burgués y
liberal coincide con el talante de la ciudad de comerciantes, industriales y
terratenientes de medio pelo. Valladolid siempre tuvo un aire francés. Algunos
de los edificios con sus mansardas en lo alto y los pinos tejados cubiertos de
pizarra recuerdan un poco a París.
Joaquín Díaz en
este libro sobre su ciudad ha hecho un exhaustivo alarde de dotes
documentalistas y muestra las pulsiones de la urbe cuya historia conoce bien.
Valladolid tiene un
talante artesano y manual muy tradicionalista donde los zapateros celebran la
fiestas de San Crispín, los sastres a san Homobono y los toreros a san Pedro
Regalado, un cura converso que es a su vez patrono local. Fue ápice de la
Contrarreforma, lugar de muchos curas y frailes: los del Babero del Colegio La
Salle, los agustinos filipinos, los jesuitas. También de militares: academia de
Caballería, regimiento de San Quintín etc.
Se apunta otra
peculiaridad en este curioso libro con un soporte fotográfico a base de
instantáneas de época y de curiosos anuncios comerciales de las tiendas locales
que esconde una gigantesca labor de campo y selección, la de las amas secas o
nodrizas, exuberantes matronas venidas de Asturias y Cantabria para formar
parte del séquito de la servidumbre de familias acomodadas. Estas mozas criaban
a sus hijos de acuerdo con una tradición secular castellana que arranca desde
la edad media.
Cien años en la vida de una ciudad más de ocho
veces centenaria no son nada, pero la labor realizada por el autor ha sido tan
importante como valiosísima y eficaz y, al parecer, por muy poca paga. Nunca
estuvo la cultura española en tal devaluación.
Llegó la peste y la
pasta -noramala- de los vivalavirgen y vivanderos de la Mala Causa, la nave de
nuestras letras parece perdió el rumbo y el compás, en manos de cuatro
mandarines arbitrarios e incultos que procuran que la buena antorcha se meta
bajo el celemín, mientras ellos nos deslumbran y ocupan cacho, publican, son
agasajados por toda esa patulea de la Mediática pánfila.
Con decir que
dieron el premio nacional de periodismo a un tal Juan Cruz-en Londres lo
llamaban el tuercebotas canario y del Polisario-, ya está todo dicho.
He aquí, sin
embargo, algo que merece la pena: un libro para el recuerdo, un buen manual de
historia local que hace las delicias de un empedernido lector. Cuando abro sus
páginas en este otoño de crisis y apago la caja tolondra, mientras el personal
se entretiene jugando al apocalipsis con el huracán de NY, su lectura me
devuelve la añoranza y la sonrisa. La Gran Manzana donde viví el apagón del 77,
-ay aquel verano de pesadilla-, me pareció un pueblón de Kansas City, habitado
por paletos, mientras en Valladolid viven hidalgos.
Voy poco últimamente,
pero los paseantes de la calle Santiago, (Umbral lo decía) eran un poco pijos,
siendo él, asimismo, Dios le haya perdonado, envarado y distante con quien le
convenía pero, en fin, cada una de las ciudades de Castilla la Vieja tiene una
personalidad distinta. En Pinciana, patria de Zorrilla aún se
detecta el orgullo de la que fue urbe y corte hasta el tercer Felipe. Allí fue
bautizado el Rey Prudente, murió Cervantes, se criaron Jorge Guillén y don José
Zorrilla y toda la ciudad respira un aire entre castrense y místico, orgullo de
casta.
En León son
cazurros y comen conejo. Los de Segovia, judíos. Ávila, augusta, la de los
santos y los cantos, buena gente conversa pero no tienen vino. Zamora, la bien
cercada por un lado la cerca el Duero y por otra Peñatajada, es larga y no se
recorre en una hora; de punta a cabo, diez kilómetros. Yo creía que no llegaba
nunca a la procesión un Viernes Santo.
En Burgos viven los
altivos. Salamanca docta, circuncisa e imperial donde todavía retajan a los
niños aunque luego los bauticen. Soria, lejana y ensimismada rinde culto a san
Saturio y a san Mamerto, es la Mamel alemana bien aireada por el Moncayo.
Palencia, gente de pro y los de Logroño, coño, y para de contar, pues Castilla
la Vieja [uno aprendió geografía por el plan antiguo antes de que se impusiera
esa arbitrariedad territorial de las Autonosuyas] es variada y múltiple y cada
villorrio, cada majada tiene una forma distinta de enfrentarse a la vida. A perro viejo no hay tutús porque al mear alza
la patita, que no nos vengan con historias, pero la lectura de este libro me ha
servido de acicate para remozar antiguas vivencias.
Porque Valladolid
es el meridiano por el que pasa toda la historia de esta nación una y múltiple.
Allí se fraguó su unidad.
Visito el antiguo convento jerónimo del Prado,
punto neurálgico en la política de los Reyes Católicos, del que fue prior fray Hernando de Talavera, confesor de la
reina santa, el alfaquí celestial, que pasó luego a ser presidio, lo mismo que
san Miguel de los Reyes en Valencia. Ese fue el trágico destino, tras la
Desamortización, de muchos monasterios.
Cisneros, que a fray Hernando sucedió en el
cargo y no se chupaba el dedo, utilizó métodos más contundentes para convertir
a los moros de Granada y no la blandura
de fray Hernando, un converso- sus hermanas vivieron a la sombra de la cárcel
cordobesa del Santo Oficio - que fue el primero en decir la misa en romance con
lecturas en árabe en la catedral granadina, adelantándose cinco siglos al Vaticano
II en lo de las vernáculas, pero esto ocurre en las mejores familias sobre todo
viniendo, sin saber adónde vamos, de dónde venimos (de las tres culturas y
religiones), como demuestra el último párrafo del epilogo de VALLADOLID CIEN
AÑOS, inmerso en la tolerancia y la bondad de la que es capaz un alma
castellana tan hidalga como la de Joaquín: ”Valladolid ha sido lugar de
paso, aldea y corte, incómodo muladar y ciudad elegante, mercado y templo,
bastión y villa abierta, Corte y asiento gremial, inspiración y desesperación,
crisol y fuego fatuo, noche de sábado y mañana de domingo... todo eso y mucho
más ha sido y sigue siendo esta ciudad que se retuerce sobre sí misma como una
interrogante y que, como los hidalgos de antaño, conoce sus antecedentes pero no
puede recurrir a ellos. Habla entre comillas y piensa en silencio, dejando la
voz para quienes recorren sus calles como las antiguas esguevas, ora mansas ora
violentas”
Chapó. No se puede
definir de forma más elegante lo que es la esencia de una ciudad. Gracias,
Joaquín y que vivas cien años por tu elegancia, solercia y bondad, todo un lujo
para nosotros castellanos. Bendicho sea el Dio
.
30/10/12
DINAMITAR LA CRUZ Y LA REINA NO SE SANTIGUA BERGOGLIO POR EL CANADÁ HACIENDO EL INDIO Y ADORANDO A MANITÚ WUAU
20 N.
Quieren volar la cruz y yo me
pregunto que la cruz qué mal les habrá hecho y respuestas no encuentro más que
la inquina y la revancha, malos consejeros de la verdad. Es tan airosa y
solemne la cruz del Valle que se divisa cuando voy camino del norte casi tan
alta como la montaña que le da nombre Cuelgamuros y rezo la oración de San
Andrés:
-O
bona cruz salvum me fac
Y sigo mi camino. ¿Por qué les
molesta? Sólo hay un precedente: el de la voladura de una estatua gigante de
Buda que existía en las montañas de Afganistán hace unos años. Un acto criminal
fundamentalista de los talibanes que odian la representación de las figuras
antropomórficas en la creencia de que con ello se da culto a los ídolos. Lo
dicen ellos que creen en los siete cielos del profeta y en el paraíso de huríes,
pero la cruz es símbolo de la libertad y del progreso. Pueden dinamitarla pero
no podrán erradicar la promesa del que murió en ella:
-Estaré
con vosotros hasta el fin de los tiempos. Parece ser que no. De lo que se trata
hora ES PONER A Jesús DE MENTIROSO. El separador ataca.
Me asusta el silencio del
Vaticano, el mutismo de Rouco, la falta de agallas en los herederos de Franco y
de José Antonio para defender los restos de estos dos grandes prohombres de la
historia de España porque eran unitarios y ayunadores, apaciguadores y cuyo
recuerdo y memoria causa tanto odio entre los disgregadores, los oportunistas.
Sin embargo, un diacono siempre tendrá que defender la cruz cueste lo que
cueste. Si lo que se tendría que volar fuera el Candelabro de los Siete Brazos
pero aquí hay una legión de mudos y ya lo dice el refrán “quien calla otorga”.
Silencio de Raztinger, silencio de Rouco, tantos silencios dios mío. ¿Es que
hemos cambiado de religión? ¿Es que el Vaticano ya no cree en la religión sólo
en en sí mismo y en la púrpura? He ahí la madre del cordero, ahí está el
intríngulis.
-Oremus
et pro nosotros pastores.
-Sí
recemos por esta iglesia nuestra que va sin timón ni gobernalle y hace dejación
pública de sus funciones y esconde la cara ante el enemigo.
-La
animadversión del Zapatero patatero ahogado en su retórica llena de
contradicciones no me subleva. Más me preocupa la aquiescencia del bueno de Benedicto
incapaz de cuadrarse ante los poderes seculares para evitar el desahucio de sus
monjes que oran y viven en una de las abadías mejores de la cristiandad por
respetos humanos. Me encocora el que los Franco sólo estén para que Maricarmen
la nietisima se presente en los programas del perineo y la entrepierna para
parlar de sus coitos con gente importante y el que los Primo de Rivera anden
perdidos allá por Jerez.
-Mucho
esperas, Accipiter. Como va a defender la cruz un papa bávaro. Ellos detestan la cruz. Luce una
estrella de David en su tiara cuando oficia sus pontificales.
-Dios
mio que infamia. Oremus et pro perfidia Judeorum.
-Oremos
sí que en España es Viernes Santo.
Un viernes santo que dura para mí
desde aquella noche en Londres en que mi jefe Paco Martos Robles me
telefoneó para darnos la noticia desde Madrid.
-Ya
Sólo dijo ya pero aquel adverbio
de tiempo pero ese ya dura 35 años y yo sabía lo que iba a ocurrir: el regreso
de los impíos. A mí por defender a España me pusieron en sus listas negras pero
contra la verdad no hay fuerza aunque todos los días sea viernes Santo. Pese a
todo me atrevo con un profecía:
-La
cruz vencerá
ORA 25 DIN VINTILA HORIA UNUL DINTRE CELE MAI MARE NOVELE ALE SECOLULUI XX
Martín Ferrad a pus acest titlu programului nopții în SER Hora 25, un apel de clarion, ceasul al unsprezecelea a sunat timpul viitor sub imperiul tehnicii care va arunca umanismul și umaniștii din teren. Este o carte poetică și profetică, precum și un ritual noetic sau de inițiere, deoarece meșteșugul scrisului este legat, în cele mai înalte secțiuni ale sale, de Apocalipsa. Cred că acest român poliglot (vorbea toate limbile inclusiv idiș, dialectul evreilor askemazi pe care l-a învățat într-un lagăr de concentrare maghiar, i-a ajutat pe cei din secta lui Moise să scape, dar ei nu i-au mulțumit, era un „ goim”) a scris o utopie care o depășește pe cea a britanicilor Orwell și Huxley.
L-am cunoscut pe Vintila, i-am intervievat, l-am admirat si am urmat cateva cursuri de master la Complutense. A aparținut unui grup de intelectuali distinși care și-au găsit refugiu în Spania, fugind de persecuția sovieticilor. Dumnezeu s-a născut în exil și au adus o înțelepciune enormă în rucsac. Ovidio Tarlea, un mare poet născut la Constanza, mi-a fost coleg la agenția Pyresa, a făcut observații și mi-a dat indicii despre unele dintre cronicile mele din SUA A recitat poeziile lui Horacio pentru că era înzestrat cu o memorie uimitoare. Un adevărat domn care s-a stabilit în Spania și a întemeiat o familie s-a căsătorit cu mama Lauritei Valenzuela, care era văduvă de război. Mi-a dat un dicționar românesc cu o legendă pe care scria „nu dispera dacă nu te ascultă, eu am trăit această situație ca tine. Au sosit noii stăpâni și și-au adus propriii funcționari.” Lucrase într-unul dintre cele mai importante ziare din București, a fost epurat și a fugit pe jos în Italia peste Carpați. Este drama pe care The Twenty-Five Hour o pune în scenă: crucificarea României, execuția protagonistei Joan Moritz care moare pe pomul ignominiei iertându-și dușmanii. A venit la ai lui și ai săi nu l-au primit. El nu era lumina, ci un martor al luminii pe care întunericul nu o putea stinge. Sunt piese despre care romanul are reminiscențe evanghelice. Mai presus de toate, acea lumină strălucește în figura părintelui Coruga, preotul ortodox pentru care protagonistul a lucrat înainte de a fi prins acuzat de iudaism de un jandarm corupt și afemeiat care se îndrăgostise de soția sa Susana. El este trimis într-un lagăr de concentrare și acolo se trezește lucrând cu târâi și lopată alături de evrei care nu au făcut muncă manuală în viața lor; erau avocați, negustori, finanțatori. Degradarea lui atinge apogeul atunci când șeful lagărului îi spune să-și lase pantalonii să cadă pentru a vedea dacă a fost tăiat, dar nu a fost circumcis. Era un descendent arian al unei minorități germanice stabilite pe malul Dunării. Acest detaliu va fi unul dintre cele mai surprinzătoare evenimente atunci când este admis la un „Lager”, silueta lui îl surprinde pe un Gauletier. Aici narațiunea ia o turnură surprinzătoare, fostul condamnat devine soldat SS și i se ordonă să facă dragoste cu Hilda pentru ca acesta să aibă urmași și să păstreze astfel puritatea rasei ariene. Nevinovat, însă, este din nou crucificat pentru că se trezește în transa de a fi nevoit să urmărească prizonierii de lagăr, foști colegi de celulă. Protagonistul nu ține ranchiună față de nimeni. Îi ajută pe evrei să treacă, îi dau niște bani, dar îl lasă desculț și fără valiză în gara din Budapesta. Va trebui să fim atenți la acest detaliu: Vintila nu neagă holocaustul, ci ne oferă o mărturie despre ceea ce a trăit oamenii ei în trup. Banii și mita au fost trambulină cu care evreii bogați au traversat iazul. A fost trambulină de la care au sărit în America. În timp ce Auschwitz îi aștepta pe cei mai săraci: nevoiașii din ghetou, țiganii, dizidenții români, rușii și Belarus. Există un gând care plutește ca o fantomă amenințătoare prin paginile acestui mare roman fluvial care se citește dintr-o singură mișcare (autorul știe să creeze o atmosferă, să picteze personaje și să surprindă cititorul cu nodurile intrigii): cine câștigă omenirea se pregătește pentru o perioadă de sclavie sub conducerea mașinii. Vom fi roboți. Acest lucru se întâmplă deja într-o lume fericită sub privirea scrutatoare a lui Big Brother. Vor fi fotografiați chiar și propriile noastre gânduri. Nimeni nu va putea scăpa. Cursa va fi purificată prin eutanasie, vor exista restricții privind liberul arbitru. Ne așteaptă totalitarismul indiferent de semnul său. Vintila Horia a fost acuzat ca este fascist. Acordarea premiului Goncourt pe care l-a câștigat în 1960 a fost retrasă, iar astăzi este autor epuizat. O nedreptate. Noii maeștri și-au adus propriile coruri SĂ CINTE imnuri epiniciene, rapsodiile lor și să cânte epitalame murdare pentru că o minciună s-a repetat până când societatea devine dogmă pe care am avut-o, totuși, în mare parte din cultura și limbajul
HORA 25 DE
VINTILA HORIA UNA DE LAS MAYORES NOVELAS DEL SIGLO XX
Martín Ferrad
puso este título al programa de la noche en la SER Hora 25 un clarinazo la hora
undécima ha sonado el tiempo futuro bajo el imperio de la técnica que echará al
humanismo y a los humanistas fuera del campo. Se trata de un libro poético y
profético así como noético o rito de iniciación porque el oficio de la
escritura se relaciona en sus más excelsos apartados con la Revelación. Pienso
que este rumano políglota (hablaba todas las lenguas incluso el yidish el
dialecto de los judíos askemazis que aprendió en un campo de concentración
húngaro ayudó a fugarse a los de la secta de Moisés pero estos no se lo
agradecieron, era un “goim”) escribió una utopía que supera a la de los
británicos Orwell y Huxley.
Yo conocí a
Vintila, lo entrevisté, lo admiré y asistía a alguna de sus lecciones
magistrales en la Complutense. Pertenecía a un grupo de intelectuales eximios
que encontraron en España refugio huyendo de la persecución de los soviets.
Dios ha nacido en el exilio y traían en el morral una enorme sapiencia. Ovidio
Tarlea un gran poeta nacido en Constanza fue compañero mío en el agencia
Pyresa, me hacía observaciones y me daba indicios sobre alguna de mis crónicas
desde EE.UU. Recitaba los poemas de Horacio pues estaba dotado de una memoria
pasmosa. Todo un caballero que se asentó en España y fundó una familia se casó
con la madre de Laurita Valenzuela que era viuda de guerra. Me regaló un
diccionario rumano con un epígrafe que decía “no desesperes si no te hacen caso
yo he vivido esta situación como tú. Llegaron los nuevos amos y trajeron a sus
propios escribientes”. Había trabajado en uno de los diarios más importantes de
Bucarest, fue purgado y huyó a pie hasta Italia cruzando los Cárpatos. Es el drama que pone en escena La
Hora Veinticinco: la crucifixión de
Rumanía, el ajusticiamiento del protagonista Joan Moritz que muere en el
madero de la ignominia perdonando a sus enemigos. Vino a los suyos y los suyos
no le recibieron. Él no era la luz sino un testigo de la luz que las tinieblas
no pudieron apagar. Hay trozos que la novela tiene reminiscencias evangélicas.
Sobre todo, esa luz resplandece en la figura del padre Coruga el sacerdote
ortodoxo para el cual trabajaba el protagonista antes de ser aprehendido
acusado de judaísmo por un gendarme corrupto y mujeriego que se había prendado
de su mujer Susana. Es enviado a un campo de concentración y allí se encuentra
para trabajar a pico y pala al lado de hebreos que no habían realizado trabajos
manuales en la vida; eran abogados, comerciantes, financieros. Su degradación
llega al sumo cuando el jefe del campo le manda bajarse los pantalones para
comprobar si había sido retajado, pero él no estaba circuncidado. Era un ario
descendiente de una minoría germánica asentada a orillas del Danubio. Este
detalle va a ser uno de los lances más sorprendentes cuando internado en un
“Lager” su figura sorprende a un gauletier. Aquí la narración pega un vuelco
sorprendente, el antiguo presidiario se convierte en soldado de las SS y se le
ordena que haga el amor a Hilda para que tenga descendencia y así se conserve
la pureza de la raza aria. El inocente sin embargo vuelve a ser crucificado
porque se ve en el trance de tener que vigilar a los presos del campo antiguos
compañeros de celda. El protagonista no guarda rencor a nadie. Ayuda a los
judíos a pasarse, le dan algún dinero, pero le dejan abandonado descalzo y sin
su maleta en la estación de Budapest. Habrá que fijarse en este detalle:
Vintila no niega el holocausto pero nos da un testimonio de lo que su pueblo
vivió en las propias carnes. El dinero y el soborno fue el trampolín con el
cual los judíos adinerados cruzaron el charco. Fue el trampolín desde donde
saltaron a América. Mientras Auschwitz aguardaba a los más pobres: los
menesterosos del ghetto, los gitanos, los rumanos disidentes, los rusos y
Bielorrusia. Hay un pensamiento que flota como un fantasma amenazante a lo
largo de las páginas de esta gran novela río que se lee de un tirón (el autor
sabe crear ambiente, pintar personajes y sorprende al lector con los nudos de
la intriga): gane quien gane la humanidad se prepara para un tiempo de
esclavitud bajo el imperio de la máquina. Seremos robots. Eso ya está pasando
en un mundo feliz bajo la mirada escrutadora del Gran Hermano. Serán
fotografiados hasta nuestros propios pensamientos. Nadie podrá escapar. La raza
será purificada mediante la eutanasia, habrá cortapisas al libre albedrío. Nos
espera el totalitarismo cualquiera que sea su signo. Vintila Horia fue acusado
de fascista. Se le retiró la concesión del premio Goncourt que ganó en 1960 y
hoy es un autor descatalogado. Una
injusticia. Los nuevos amos trajeron sus propios coros PARA ENTONAR himnos epinicios,
sus rapsodas y cantan epitalamios inmundos porque una mentira repetida hasta la
sociedad se convierte en dogma Siempre
tuve, sin embargo, en mucho a la cultura y la lengua del Dacio— los rumanos
tienen una sorprendente capacidad para la elocuencia y el dominio de idiomas— y Vintila
(1915-1992) fue prez y honra de la cultura castellana. Escribía con soltura en
francés, inglés, alemán y en su lengua de los Carpatos
2022-07-26
Божественная литургия 26 июля 2022, Храм Сретения Господня на Гражданско... misa de santa ana en el templo de la candelaria de Petersburgo, Esta es la religión misteriosa y bella en la quec yo creo y no en la de ese pontifice acolito del NOM hgaciendo el indio en las parameras de Canadá
SANTIAGO Y EL ISLAM
El Heraldo de Aragón -excelente rotativo que comulga con el concepto de Gracián de español hasta la gola que la libertad siempre fue española... y para libre Aragón- informa de un incidente que tuvo lugar en el Pilar cuando un exaltado almohade se subió al púlpito y en mitad de la misa Corán en mano se lió a voces y gritó su lilaila tradicional Alá Akber (Alá es grande y dios único). El oficiante tuvo que detener la eucaristía vino la policía se lo llevó... fuese y no hubo nada. Siempre hay exaltados en todas las creencias pero me he leído todo el Corán y llegué a la conclusión que es una religión de paz. Antes me dijeron que no era así pero ahora ya de viejo y después de leer a Sanchez Albornoz y algunos historiadores árabes caí del guindo y siento admiración y respeto por la religión del Profeta. He conocido a buenos musulmanes y también a excelentes judíos. Siempre hay excepciones execro sin embargo de Zelenski no por ser judío sino por ser un exaltado cerril nacionalista y acaso una mala persona que está haciendo bastante daño a Israel. Fueron los moros los que dieron su vida por ESPAÑA obsesionados con la "baraka" del Generalísimo y son musulmanes chechenos los que están muriendo en Ucrania por Rusia. Entonces ¿El Apóstol Santiago? Es parte de nuestra idiosincrasia para sostener los ocho siglos que duró la reconquista. Los pueblos tienen necesidad de héroes epónimos como el Cantar de Roland, Mio Cid y la Mil y una Noches. Durante este largo periodo de la historia moros, judíos y cristianos no siempre estuvieron en guerra. Hubo una interacción manifiesta en la cultura, el lenguaje e incluso en la biología. Por ejemplo Bermudo II de León le regaló una de sus hijas la preferida que tuvo con una de sus ocho mujeres a Almanzor. Una caravana se puso en marcha desde Oviedo hasta la capital del Califato Cordoba con los corceles y mulas que tiraban del carro vestidos de novia. Se conoce que los reyes cristianos adoptaron las costumbres moriscas de poseer un harén bien dotado. El español tiene un carácter contumaz, es sufrido, fatalista y orgulloso como los semitas. No tenemos por qué renunciar a nuestra historia. Ahora bien yo humildemente considero que la religión del Crucificado aventaja a las otras dos monoteístas por una razón muy sencilla: ordena amor para con los enemigos y estipula el perdón y la tolerancia. Es mucho más duro inhumano pero divino poner la otra mejilla. Sí Santiago y cierra España. Somos guerreros pero hay que ser longánimos y misericordiosos con el vencido en nuestras batallas. La peor es la que libramos contra nosotros mismos. San Miguel y el Hijo del Trueno caminen al unísono al combate
CARLOS II EL H
ECHIZADO Y LOS DEMONIOS
DE LA IMPOTENCIA
- 1698: La Inquisición abre causa de
procesamiento ante la denuncia de un exorcista asturiano que dijo que una
brujas hubieran aojado al monarca con el mal de ligadura.
por Antonio Parra Galindo
En 1698 - el número y la cifra resulta
fatídico en los anales hispanos - la corte española era un triste semillero de
intrigas. Una vez más, el problema venía dado por la esterilidad regia. Ninguno
de los dos matrimonios (con María de Orleans fallecida en 1680 y con Ana de
Neoburgo) de Carlos II había deparado prole. La dinastía languidecía moribunda
igual que el propio rey. La verdad es que no hay más que echar un vistazo a los
cuadros de Valdés Leal o de Carreño, en los que se retrata de cuerpo entero al
último vástago de los Austria para darse cuenta de que los milagros de la
naturaleza no caen de un guindo. Tampoco se puede pedir peras al olmo.
Clorótico, prognato, algo zambo - Su
Majestad padecía de podagras, una afección senil, ya a los treinta años -
desproporcionado de brazos, algo ancho de caderas, y un semblante lánguido,
inexpresivo, los labios carnosos y sensuales, casi el único signo de vida en
aquel físico que en los retratos aparece más allá que acá, y como sintiendo ya
la llamada de la tierra, era un fin de raza. Puede que ni siquiera, eso.
Sobre la persona, vida y milagros, un tanto
triste y llena de claudicaciones y naufragios, del pobre rey no han parado de
llover burlas sanguinarias. Pero ¿qué culpa tendría él de haber sido parido de
esta guisa? Hubo de pasar la mayor parte de su existencia entre algodones. Se
vio sujeto a la arbitrariedad de una madre ambiciosa, perversa y degenerada,
porque no otro calificativo cabe dar a aquella españolaza culona y resabiada,
mujer caprichosa, lerda y mal intencionada, algo Mesalina, como era la reina
madre, Mariana de Austria. Aquella hembra desnaturalizada siempre pareció
aborrecer al propio hijo que había nacido de sus entrañas. También se dan
frecuencia madres malas.
¿Quién podrá achacarle el haber sido el
resultado de la degeneración de una familia por mor de la endogamia y de otras
enfermedades hereditarias como la sífilis, la gota, o la pelagra? Aún no habían
sido inventados ni el “ salversán” ni el “ viagra”, que son dos específicos
para mitigar las venéreas, por exceso o por defecto. Por los mentideros de la
villa y corte corría la voz de que lo de Don Carlos era imputable a un
maleficio en salva sea la parte. Nada, que unas brujas le habían echado las
habas.
Por colmo de males, padecía alferecía
(epilepsia), una afección que hasta el s. XX se creía relacionada con la
posesión diabólica. Este padecimiento le volvía un ser abúlico, retraído e
irresoluto. De su tatarabuelo Felipe II había heredado no sólo el parecido
físico sino también una innata propensión hacia la melancolía
En tenidas y aquelarres uno de los
sortilegios o conjuros más frecuentes era el denominado de la ligadura. Si se
quería hacer daño a un individuo se pedía la intercesión de Satanás para que lo
dejase impotente. Íncubos y súcubos - una de las características de la posesión
y de la obsesión maligna es la lujuria - se encargaban de lo demás. Las mujeres
se volvían machorras o viragos. El miembro viril no entraría en erección jamás.
La orgía, la zoofilia, la pedofilia o el pecar nefando (inversión genésica),
así como el crimen ritual son parte constitutiva de la misa negra o aquelarre. Recuérdese
que aquelarre es una palabra vasca (el prado del macho cabrío) y que durante la
Edad Media y hasta bien entrado el s. XVIII su práctica era harto frecuente.
Caben todas esas contradicciones. La lascivia (bien lo sabe Belcebú) siembra la
discordia entre las gentes. Remata en el crimen y en el adulterio.
La merma o discapacitación para la actividad
reproductiva se consideraba entonces de origen diabólico. Se da la paradoja de
que el catolicismo, sobre todo en España, no acabó nunca de desprenderse de esa
lacra que es la superstición. Convive al
lado del misticismo y del iluminismo. Al fin y al cabo, el iluminado, según
observa Marañón, no es más que un místico de baja estofa.
Las malas lenguas propalaban por Madrid que
el rey había sido víctima de un hechizo incoado por el amante de su madre, el
valido Fernando Valenzuela, quien gozaba de la privanza a través del P. Nithard
y de los jesuitas, los cuales hacían y deshacían en palacio a su antojo. Cuando
aumentan los chistes y burlas sobre un eventual aojamiento de Carlos II, toma
cartas la Inquisición en el asunto. Corría el año fatídico de 1698. A tan sólo
un siglo vista de la muerte del segundo gran Austria, España se desmembraba.
El propio interesado de suyo era algo
inclinado a los agüeros. Llevaba pendiente al cuello una bolsita, que decía
eran las reliquias de varios santos tutelares, pero, cuando estaba de cuerpo
presente, se comprobó que el rey portaba en la misteriosa faltriquera material
de santería: uñas de los dedos y de los pies, cáscaras de huevo, trenzas de
pelo, ajos, polvo de tabaco.
Los inquisidores se emplearon a fondo, pero
con discreción dada la alcurnia del personaje encartado, que era todavía dueño
de medio mundo. El sol del imperio estaba llegando a su punto de declinación
entre fulgores rojizos, pero quedaban aun un par de siglos para su ocultamiento
definitivo. Francia, Inglaterra y las otras potencias, venteando cadaverina,
aleteaban alrededor del lecho del moribundo como cuervos, todas intentando
lograr el más suculento bocado en el reparto del imperio español. Se dijo que
sobre los Austrias pesaba una especie de maldición. Carlos V fue un estratega y
un gran rey. Su hijo, Felipe II sólo un buen rey y un mal político. Los
sucesores - el tercero y el cuarto de los Felipes -, ni reyes ni políticos. El
último de la saga, Carlos II, ni siquiera fue hombre.
Al fallecer éste la noche de Ánimas de 1700,
heredan la corona de España los Borbones. Se ponía de esta forma colofón a dos
siglos que, a juicio de Taine, fueron los más sorprendentes y dinámicos de la
historia humana. Al sol español, ya de vencida, aún le quedaban otros dos hasta
su eclipse definitivo, que llega con el desastre de Santiago de Cuba el 3 de
julio de 1898.
Fray Froilán Díaz, confesor de Su Majestad,
recomienda que para atajar el problema de la sucesión se efectúen los
exorcismos de rúbrica según el ritual romano, mientras el Santo Oficio prosigue
con sus pesquisas y averiguaciones sub iudice y con sigilo, pero todo acabó por saberse; y era un secreto
a voces en aquel pueblón manchego que
era el Madrid de aquel entonces que al rey las brujas le habían roído los
calcaños... Tal vez, algo peor.
En las deposiciones forenses y pruebas
testificales empiezan a salir saludadoras y videntes, que dicen ver a la Virgen
y percibir mensajes celestiales, sibilas y gente de ese jaez. La mayor parte
eran monjas histéricas aquejadas de ese mal de los claustros, que se da en
nuestro país en las cárceles, internados y seminarios, donde la sublimación de
la sexualidad produce excelsitudes místicas o derrota hacia aberraciones mucho
más serias como la sodomía o el lesbianismo.
Es un poco el signo de la monarquía
austriaca. Constantemente están apareciendo personajes que arguyen detentar
poderes sobrenaturales. Estos reyes se fiaron en temas de salud o cuando tenían
delante de la mesa un grave asunto de Estado más de estas pitonisas e
impostores iluminados que de sus consejeros naturales. Quede dicho sin
perjuicio de parte y dando por sentado que, al lado de estos rufianes y
gamberros de beatería, se daba el verdadero santo, el auténtico hombre de Dios,
capaz de hacer milagros porque la fe mueve montañas. Ello no embargante, los
Austrias fueron víctimas de su propia credulidad, y a algunos miembros de esta
dinastía, como a Felipe IV, les picó el morbo de los conventos. Fue galán de
monjas.
Al de San Plácido, que está situado entre la
calle del Pez y la de San Roque acudía el conde duque de Olivares, don Gaspar
de Guzmán y su mujer, doña Beatriz de la Cerda, preocupados por no haber
descendencia y en ciertas solemnidades de guardar. Mientras las monjas cantaban
vísperas, el matrimonio hacia el amor en un reclinatorio de la iglesia sin
sonrojo ninguno y sin importar que hubiese testigos de vista de su cópula
carnal a los pies del altar mayor. Pese a tan aparatosa coyunda, Dios, que
parece mantenerse distante de estos líos y atropellos de la obstetricia, entre
hombres y mujeres, y que acaso no comprenda del todo bien, por ser espíritu
puro y por carecer de cuerpo, - de buena se libra - no hizo demasiado caso de
aquellas letanías. La mujer del Conde Duque, que era en la España del primer
tercio del s. XVII la voluntad de poder y la pasión de mandar (ver. el estudio
que de su personalidad de caudillo y dictador hace Marañón en la obra del mismo
nombre) no concibió o malparía, pese a lo aparatoso de los remedios.
Pronto el monasterio de monjas benedictinas
de san Plácido se hizo tristemente famoso. Al parecer, el rey Felipe IV quiso
dar al sagrado centro fuero de picadero sexual y mancebía. Teníale echado el
ojo a una monja muy guapa. Sus intentos de rapto quedaron desbaratados gracias
a la astucia de la priora que, poco antes de la cita, simuló que la religiosa,
depositaria de los regios afectos, estaba recién fallecida de cuerpo presente
en su celda y ya se le cantaban los oficios de difuntos. Cuando llegó el
ilustre Romeo al arrimo, al ver aquello huyó cual alma en pena.
Más suerte tuvo - y éste sí que fue un escándalo
de los gordos - otro capellán del monasterio de marras en sus componendas para
el trato torpe y gozar de la fruta del árbol prohibido. Los hechos sucedieron
hacia el año mil seiscientos veintiocho. Fray Francisco García Calderón acababa
de ser nombrado confesor y excusador de oficio en el centro. Monje poco
ejemplar, o tal vez porque se las diera de “moderno” y de alumbrado, en
aplicación de la máxima agustiniana sobre la caridad hasta las últimas
consecuencias, acabó predicando el amor libre entre sus pupilas.
Otro clérigo envidioso, un tal J. De León,
que había opositado a la prebenda, luego que tuvo noticias de los escándalos,
denunció a su compañero ante el Tribunal de la Inquisición. De treinta monjas
habían quedado encinta veintisiete. Los jueces actuaron de lenidad con aquellas
pobres mujeres ignorantes, que fueron dispersadas por diferentes monasterios de
la zona. La abadesa estuvo encerrada cinco años en la cárcel de la Inquisición
de Toledo. Con respecto al P. García Calderón, declarado reo de sacrilegio, se
le condenó a la hoguera, pero la pena de muerte le fue conmutada por la de
galeras.
De casos como el que se cita (historias de
brujería y de alumbrados en las que se compagina el sexo, la religión o la
magia negra) estuvo plagada la historia española de aquellos siglos. Al
capellán de las monjas de San Plácido nunca le hicieron falta reconstituyentes
ni pócimas. Más bien todo lo contrario. Pero estas cosas a veces ocurren. Lo
que a uno se les da en abundancia a otros se les restringe.
Leer ahora al cabo de los siglos los autos
de aquel proceso puede resultar chusco, porque la prosa curial no deja de
través lo que tenía el asunto de broma:
“Jamás en el mundo se habrá visto maravilla
semejante, como la de que, de treinta
monjas, en veintisiete se hayan manifestado los demonios, no como
obsesas, sino de tan maravilloso modo”, - redacta el calificador de oficio.
En 1698 la Inquisición había perdido su
fuerza, pero el tema tan traído y llevado del enajenamiento regio en parte tan
insólita trajo cola durante bastante tiempo. En la prueba testifical compareció
un jesuita de Oviedo, el P. Argüelles, quien contó a los jueces cómo había
sabido a través de unas monjas a las cuales este religioso exorcizó en Tineo,
las cuales los diablos que ellas tenían en su cuerpo salieron de estampida y
fueron a parar al del rey.
El desaguisado aconteció siendo éste de
edad de catorce años. Su madre, doña Mariana a medias con su amigo en la mañana
del tres de abril de 1675 hicieron el maleficio, derramando unos polvos
aderezados con huesos de ajusticiado y parte de sus criadillas en la taza de
chocolate que se sirvió al monarca para el desayuno. Y en ese preciso instante
fue cuando los trasgos fatídicos llegaron por los aires desde Asturias hasta el
Alcázar y se apoderaron de la voluntad irresoluta del personaje y dejándolo
inútil para toda mujer. Aquellas agustinas de Cangas de Tineo habían debido de
ser muy malas puesto que los diablos que mandaron para Madrid llegaron pisando
firme.
La peripecia suene tal vez algo fantástica;
en cualquier caso, es lo que se lee en este otro proceso inquisitorial, uno de
los últimos celebrados en Castilla. Daría ocasión a cantares y sería motivo de
rechiflas. Aunque se le administraron los antídotos contra la ligadura (rábanos
cocidos en cuerno de rinoceronte macerado y friegas de valeriana en la zona
afectada), Don Carlos, que tenía un pie ya en la sepultura, no pudo recuperar
lo que la naturaleza nunca le otorgó.
Estos remedios caseros o bebedizos estaban a
la orden del día. A Fernando el Católico, casado en segundas nupcias con
Germana de Foix, y aquejado de melancolías, para espabilar su desgana erótica,
le fue administrado aquel “potaje frío “ de Carrioncillo que acabó con él.
Aquellas
hierbas minaron su salud y prácticamente acabaron con él en pocos días. La
triaca contra la impotencia Felipe II, que entendía bastante de farmacopea,
nunca la quiso probar a sabiendas de que en la mayor parte de las cortes de
Europa era el pretexto para envenenar. Era una tradición que habían implantado
los Medici. En el palacio de San Juan de Letrán los papas Borgia la utilizaron
con harta frecuencia.
No hay sospechas de envenenamiento en la
muerte del último de la dinastía austriaca, el cual entregó su alma a Dios en
la noche de Animas de 1700. La Inquisición, muerto el interesado, archivó la causa
y todos trataron de enterrar con Carlos II el Hechizado las habladurías sobre
una conjura diabólica. Sin embargo, como indica el propio sobrehúsa con el cual
este triste monarca ha pasado a la historia,” Hechizado”, adquirieron carácter
legendario. Fue famosa por lo temible su afrentosa ligadura.
Una vidente que vivía en la calle de la
Silva lo predijo: el trono de España se echaría a perder por la malquerencia de
la propia reina madre, que había aborrecido a su hijo al poco de nacer, y que
había concertado tercerías con brujas y nigromantes para hacerle daño.
Simplemente, lamentable, pero más que lamentable, abominable.
Antonio
parra galindo
30 de agosto de 1998