Madrid era lugar de chulaponas, manolas, organilleros y el perro Paco que no se perdía ningún estreno en el Apolo. Se añora aquel tiempo que se fue, una cendrera en el columbario del recuerdo de lo que pasó a la historia. los cocheros se dormían en el pescante y olía a boñigas por las la gran Vía. Había tertulias como la Ballena Alegre donde se juntaban los falangistas, Hacían peña con José Antonio Moulene Michelarena, Foxá, Tellería y otros
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