CISNEROS A LOS ALTARES
Antonio Parra
Clama no ceses
dice el salmista y el que tenga oídos para escuchar que esté atento nos dijo
Jesucristo.¡Con la que está cayendo! Pero el oficio de présago y agorero está
en decadencia. La historia de los acontecimientos humanos es un perpetuo
cambio, una transformación incesante. Quiero decir apocalipsis. Bella palabra
griega que corresponde a uno de los libros más difíciles de comprender y que
hay que leer con tiento. Con el apoyo de las andaderas que brindan los textos
de los Santos Padres o la hermenéutica magistral que ha caracterizado la
sabiduría de la Iglesia Católica que en este caso es legataria de la verdad.
Una interpretación ad líbitum de los oscuros versículos joánicos nos puede
conducir al desastre. Porque también los cabalistas y esa es mi convicción al
cabo de más de tres lustros de estudio y hubo un tiempo en que creí en
apariciones y en saludadoras marran el golpe. Humo de Satanás. Nadie sabrá por
muchos acrósticos y muchas carteles al revés que quiera interpretar con soltura
de prestidigitador y se devane los sesos cuando vendrá la Parusía.
Por eso me gusta Francisco de Cisneros porque
fue un gigantesco guardián de la fe española en un ámbito de libertad y de
contraste de pareceres a la luz de la Revelación un venator scientiae
(cazador de sabiduría) que decían los antiguos. Un escudriñador de la Escritura
desde la custodia de la ortodoxia. Los libros sagrados necesitan estudio y vela
con el asesoramiento de las exegesis autorizadas. Sin un bagaje mínimo de
conocimientos nadie puede erigirse en heraldo de la palabra de Dios.
La polémica que sostuvo con su colega y sin
embargo amigo y compañero en el confesionario de la Reina Hernando de Talavera
la ganó. Éste propiciaba la utilización de la lengua vulgar en los oficios
divinos para darselo mascado al feligrés
y Cisneros le contestaba que no que para eso ya estaban los catecismos y
que había que guardar celosamente las tradiciones místericas y la parte de
magia que corresponde a toda religión y de rito. En el Golgotha por ejemplo se
habló mayormente griego pues Cristo era un judío helénico a lo que parece con
un poco de latín por los soldados de Pilatos y también hebreo.
La experiencia
de los acontecimientos que son de nuestros días parecen haber dado la razón al
insigne franciscano de Torrelaguna. La lengua vulgar a veces no guarda la fe
sino que la destruye. O si no miren el desarreglo y mar de confusión en
que ha quedado la liturgia tras el Vaticano II y a las que Ratzinger quiere
poner coto.
Talavera era un
buen monje jerónimo con fama de santo decía y cuanta verdad es “la fe de los
cristianos y las obras de los moros”; llegaba el tiempo de las grandes
contiendas religiosas y ese pensamiento fue la chispa que encendería la hoguera
luterana años más tarde con la teología de la justificación por las obras. Y de
política entendía muy poco y donde fracasó él en la pacificación de la
Alpujarra pues en sus gustos y costumbres hasta puede que el arzobispo de
Granada se aljamiara un poquillo; Cisneros que era un galgo corredor para el
gobierno de los estados y no un softy (compadece al pecador y fustiga
siempre su pecado era su norma) a partir del conocimiento que tenía de los
hombres decía que nuestra religión es letra pero no letra muerta y hay que
asesorarse e instruirse especular. Por eso fundó la Complutense y se puso al
frente del proyecto de versión de la Políglota. De modo que su estatura dentro
de la Iglesia Católica resulta de una talla prócer y nadie se explica cómo es
que no ha subido a los altares este fraile mendicante que fue tan limosnero y
al que la mitra no se le subió a la cabeza. Utilizaba el poder al servicio de
la causa de la justicia y del buen gobierno nunca por el medro propio ni el
personal interés.
Su causa lleva
incoada desde siglos atrás - y una idea que brindamos al actual sucesor de
Pedro Benidicto XVI proximo a venir a españa- pero ha encontrado una sorda
oposición en un pasillo vaticano que todos sabemos quienes son pero que fue el
mismo que profanó la tumba de Paulo IV el papa Caraffa con inscripciones
groseras y ha dado carpetazo al proceso de beatificación de Isabel I de
Castilla .
Fray Pedro
Quitanilla OFM encauzó las oportunas diligencias para abrir la causa de
canonización tras su muerte en Roa el 8 de noviembre de 1517 a los 82 años en
olor de santidad. Todo el pueblo lo aclamaba como santo y pasaba sobre su
catafalco tratando de obtener alguna reliquia. Durante el reinado de Felipe IV
en 1655 dio instrucciones a su embajador ante la santa sede para que moviera el
asunto y escribió varias cartas al papa pontificante Inocencio X. Buenas
palabras pero sin resultado. Alguien movía los hilos cortocircuitando las
propuestas. En la actualidad sigue aparcada. Lo mismo que la de Isabel. Se han
obtenido pruebas inconcusa de práctica de la virtud en grado heroíco por sendos
augustos personajes del plateresco hispana y hasta algún milagro se ha
conseguido por su intercesión pero alguien se opone ¿Por qué? Pues que lo
explique Paloma Gómez Borrero
Ambos personajes para nuestra desgracia han
sido el eje central de la hispanofobia. Todo un fenómeno histórico. Odio
satánico a la manera de ser y a la concepción del mundo de los españoles
auténticos paladines de la defensa de la religión católica. De poco nos ha
servido. Con la iglesia hemos topado Sancho. Les sigue un poco más detrás
Cristóbal Colón cuyo centenario celebramos lo mismo que el acceso de Fray
Francisco a la Regencia del Trono en virtud de la Concordia de Salamanca en
1506 un hecho que no se celebró en Salamanca sino en un humilladero del pueblo
de Villafáfila cerca de las charcas y camino de Puebla de Sanabria.
.
Interlocutores de este conciliabulo Fernando de Aragón, Felipe de Austria y el
arzobispo de Toledo. Don Fernando, que era muy voluble e inconstante como buen
político, engañó a su yerno y puede que de aquel conclave surgiera la decisión
de acabar con el petulante flamenco. El joven moriría dicen que envenenado al
cabo de aquel verano. La reunión tuvo lugar en junio y el principe fallece a
últimos de septiembtre ; Colón en noviembre.
Pero hay también una boda. La de Germana de Foix un princesa gala de 18 años
con el viuda de Isabel de Castilla. Fernando tenía 54 años y no andaba ya muy
bien de las cañerías por lo que el matrimonio no tuvo descendencia y hasta hay
duda de que llegase a consumarse. El Rey busca el asesoramiento de curanderas y
pide yerbas. Se le había acabado la munición después de los cinco hijos
legítimos y otros tantos naturales a los que dejó bien colocados. A uno en la
Silla arzobispal de Zaragoza a las restantes monjitas de Santa Clara en
Madrigal.
Por entonces
los frailes sobre todo los franciscanos predicaban cosas horrendas contra los
alemanes. Se está gestando la revuelta de los comuneros que tiene un caracter
religioso. El libro de referencia de toda esta parenética el Apocalipsis.
Porque también a principios del quinientos creía la gente que se iba a acabar
el mundo. No se acabó. Lo que vino fue el siglo del amor que es como conocen
los historiadores al XVI. Bien tiempo de apocalipsis. La b de Tpony Blair y la
de Bush de la que uno de esos terroristas de la web en tono de amenaza dice que
da mala suerte. Pero tengo que escribir
de eso. Contar cómo una gorda en la playa se la estalla el bañador y cae
redonda sobre la arena y tienen que venir los bnomberos a tapar el agujero con
una leyenda que dice quam terribilis est locus iste (que terrible es
este lugar) no me apetece. Tiempo de cambio. Apocalipsis a todo meter.
El origen de esta caústica narración atribuida
al Discipulo Amado autoría que los últimos escrituristas ponen en duda es una
incógnita que toda su vida tuvo con el alma en vilo a Francisco de cisneros
[Gonzalo en el siglo, y que hijo de un hidalgo pobretón y muy probablemente de
ascendencia conversa originaria de ese insignificante pueblo de los Campos
Góticos en León alcanzó la silla toledana la segunda Roma] y fue una de las
razones que le movieron a la titánica empresa de hacer imprimir la biblia
políglota cotejando los textos más antiguos de los Evangelios, las epistolas y
el viejo testamento. Ardor de intelectual mesiánico.
Partía de una
premisa que el reino de Dios el verdadero Israel y el tiempo de la promesa se
había refundido en la idea imperial del trono español pueblo elegido como
albacea del legado veterotesmentario davídico y brazo de la ley del heredero de
las apostoles esto es el pontífice romano. Trono y altar. Salvación de los
pueblos y que todas las naciones de la tierra conocieran a Jesucristo. Ese era
el sueño por lo que los motivos que le indujeron a la acción y este fraile
menor era todo energía no podían ser más altruistas ni quijotescos.
Sólo por la
Biblia Políglota - seis cumplidos y densos tomos en folio mayor con la
yuxtaposición de textos- le hubiera hecho acreedor del mérito de subir a los
altares. También tuvo otros. Su sencillez de vida. La morigeración de las
costumbres y su práctica incesante de la penitencia que le dieron ese aspecto
de eclesiástico enteco austero y de facciones demacradas con las que aparece en
los retratos. Debajo de la rica seda de los atavíos episcopales (se cuentan
hasta diecisiete ornamentos que van desde las cáligas la quiroteca escarlata
con labores de hilo de oro el anillo y el pectoral de diamantes) llevaba el
habito de estameña y el cordón de San Francisco. En su palacio de toledo había
un lecho de maderas preciosas con dosel de blondas y reposteros de seda con
repujados de oro pero él no dormía ahí. Se echaba en un jergón de paja en un
tabuco adyacente de cuya pared desnuda colgaban unas disciplinas y un cilicio y
en las cuaresmas dormía en el santo suelo. Sus ayunos ayunos hicieron época y
or eso le llamaban la galga en pieles por lo enteco y demacrado de aspecto..
Dormía sólo cuatro horas y se afeitaba de
noche para no perder el tiempo con la luz cenital. Tan singular austeridad
monástica llegó a oídos del papa. Y Aljandro VI en 1495 le envia un breve para
que suavice sus penitencias y viva con forme al decoro y los fastos de un
príncipe de la Iglesia. Le obedeció pero debajo de la púrpura llevaba siempre
el escapulario franciscano de tela áspera.
Siendo canónigo
en Sigüenza estudió la Judiciaria pero abominaba de que le echaran las cartas y
esto no tiene nada particular cuando precisamente hasta los mismos papas
consultaban oráculos y tenían su propio astrólogo. Señalan algunos biógrafos
que el espíritu de la profecía no le abandonó en sus días. Adelantó el día, la
hora y la fecha de su muerte y predijo el estallido de la guerra de las
Comunidades. Padeció persecuciones y calumnias por amor a la justicia.
El iracundo y temperamental arzobispo Carrillo
primado de Toledo lo tuvo entre rejas seis años por haber antepuesto la
potestad papal a la autoridad del metropolitano a causa de una sinecura o
nombramiento parroquial lo que a este eclesiástico que era soberbio y un
producto típico de la mentalidad episcopal del renacimiento le sacó de sus
casillas. Estos trabajos los soportó con longanimidad y buen talante. era manso
nunca iracundo pero tenaz.
Un hermano suyo
Bernardino también canonigo seguntino y al que protegió de por vida quiso asesinarlo
ahogando a monseñor con una almohada. Del cainismo hispano por lo que parece no
se libraban las curias ni los conventos. Tampoco entonces pero en lugar de
enviarlo a galeras o dejar que se pudriera en una mazmorra de la cárcel de
Orense donde se enchironaba a los tonsurados que hubieran cometido crimenes le
asignó una annata de ochocientos ducados. También fue casto a la manera del
Povrello de asis “mi padre san Franciso” decía y no se le conocieron escándalos
ni bastardos en contra de la norma habitual de aquel tiempo. Su predecesor en
la prelacía primada de Toledo Mendoza, el cardenal de España y también el
tercer rey de España le llamaban tuvo hasta diecisiete y un dia se los presentó
a la reina que por todo comentario repuso “Ya veo ya los bellos pecados del
cardenal”. Incluso ordenó labrar un sepulcro para unno de sus hijos naturales
cerca del altar mayor. Cisneros cuando le sucedió lo mandó colocar en un lugar
oculto pero perdonando siempre los “pecadillos” del arzobispo que había sido su
mentor cuando entró a formar parte del cabildo catedral de Sigüenza. Este
perdón es un indicio de que el para nosotros “santo” arzobispo regente de que
practicó las virtudes teologales en grado heroico el principal prerrequisito de
un candidato a los altares..
Luego está el
hecho de que en la persona del Cardenal convergen algunos relatos proféticos.
El fraile que salía con él a pedir por los campos de la alcarria una noche tuvo
un sueño en el que vio cómo su pobre y hambriento compañero sería elevado a la
Silla de Toledo o una mujer que se le apareció en Gibraltar cuando estaba a
punto de embarcar hacia Berbería para predicar la buena nueva a los musulmanes
disuadiendole de su decisión al tiempo que le anunciaba “Convertirás a los
infieles de otra manera. Entrarás con la cruz triunfal en la tierra de Agustín
y romperás cadenas y grilletes
libertarás cautivos”.
Efectivamente
en 1509 caían los muros de la ciudad de Orán bastión del turco y los postigos
de aquella ciudad se abrían en un “attolite portes principes capita vestra” de
caracter milagroso - los agarenos por lo general y desde la reconquiste
española en sus guerras con los cristianos siempre han llevado las de ganar-
mientras una escolta de clérigos del acompañamiento del cardenal entonaba ese
gran himno de nuestra de que es el Vexila Regis prodeunt (adelante los
estandartes de Rey). Dirán que no es bueno que un obispo se cale la celada y se
vaya a combatir a la morisma. Sin embargo, aquel buen fraile había leido mucho
la Biblia y se había empeado con las campañas bélicas que hicieron contra los
enemigos de Israel Josué o el Santo Rey David. Además heredaba la tradición,
estricta para la mentalidad de la época, de los obispos prevenidos en frontera.
Sus antecesores en la sede primada fueron nada menos que un carrillo, un Gil de
Albornoz o el obispo don Jernome del Cid de las Victorias. Fueron tiempos en
que había que blandir la espada siguiendo el consejo paulino Vita militia
est. Y en verdad la vida es batalla. Además no hubo papas más belicosos y
guerreros que casi todos los de la Edad Media y del Renacimiento.
Sus panegiristas consideran al Cardenal un
benefactor de la humanidad. Fue recio en la lucha pero magnánimo en el perdón
con los vencidos. Al rescatar el misal mozárabe que wse había utilizado en las
iglesias españoles supedidatas al califato quiere creo yo tener un gesto de
reconciliación con los musulmanes a los que invita a abrazar el catolicismo
empleando prácticas, abluciones y rezos que están más proximos a la mentalidad
coránica. Los cristianos de esa norma no sólo pagaban pechas al cadí sino que
incluían el nombre del sultán en sus letanías pidiendo para él la gracia de
Dios, la paz y la concordia junto con la bendición de los frutos de la tierra.
Y gracias a él se conserva el rito visigótico en la catedral de Toledo en una
capilla a la que están afectos quince beneficiados.
Duarante el
Califato se oficiaban misas en seis iglesias de Toledo y otras tantas en Córdoba. Los templos quedaron cerrados con
las persecuciones de los almorávides pero la mozarabía seguía bautizando a sus
hijos y enterrando a sus muertos de ocultis conforme a los rituales
visigóticos. El cardenal regente los saca del olvido como un símbolo de la
supervivencia de la Iglesia en medio de tiempos extremos pues creía firmemente
que fuera de ella no había salvación y se compadecía de los “pobrecitos” que no
conocían a Jesus. Esta tolerancia y magnanimidad la pone en práctica desde su
puesto de Inquisidor General. Durante su mandato no hubo quemaderos a
diferencia de lo que ocurre bajo su predecesor Torquemada que era de origen
converso por cierto y a Antonio de Nebrija al que formaron proceso
inquisitorial por su libro Lebrija le nombra su asesor en lengua latina
y hebrea y le nombre catedrático de castellano en la universidad de Alcalá. Su
condición de marrano no fue óbice. Ahí lo tenemos: un judío que abre con su
llave maestra los tesoros de la lengua castellana.
Todo este
cúmulo de pruebas le conceden un aval más que suficiente para que su causa de
beatificación sea incoada pero ya digo tales iniciativas chocan de frente con
las maquinaciones vaticanistas de un lobby poderosísimo, el que promocionó la
causa de Escrivá de Balaguer por la vía expeditiva y anda en los mismos pasos
con la de Wojtyla [¿se podrá reemplazar la teología de la Crucifixión por la
del Holocausto? Yo me pregunto. La cosa tiene su intríngulis y en la elevación
de los tales a los altares, el uno un heroe nacional polaco pero que con su
empoecinamiento en abatir el Muro brindó la piqueta a los enemigos de la fe
para que destruyeran a una Europa cristiana y milenaria, sigo pensando
humildemente a la vista de los resultados que se equivocó. Y el otro un prelado
muy discutido en la propia España. La cosa tiene su miga] , el que se ha
opuesto con ahínco al de la causa de la Reina de Castilla y el que profanó la
sepultara en san juan de Letrán de Paulo iV. Quizás no haya peor cuña que la
misma madera. Pero en fin dejemoslo todo en manos del Señor.
Hombre de
estado y la energía andando embutida en una piel tan correosa y tan frágil
quiso hacer la reforma monástica adelántandose a los protestantes que la
precaria situación del clero regular estaba pidiendo a gritos. Guerras, pestes
y la emigración a Indias que comenzaba eran elementos determinantes de que la
vioda religiosa atrajera a los más indiseables y a los más iluminados que no
buscaban el camino de perfección sino la sopa boba y los garbanzos asegurados
motivo de escándalo porque había cenobios convertidos en lupanares y picaderos
donde los frailes y los señoritos del lugar se corrían las grandes juergas. Las
disputas entre conventuales y observantes franciscanos le trajo por la calle de
la amargura y fue la causa de las muchas calumnias que contra su persona de
condición recta magnánimo pero autoritario se fraguaron. A los canónigos de
Toledo que no querían coro ni estar encerrados trató de meter en vereda. Todo
el cabildo acostumbrado al relajo al absentismo y al nepotismo de sus
predecesores se puso en pie de guerra contra Cisneros. Al obispo de Zamora que
alzó pendones contra él amenazó con arrasarle la catedral arrasar la ciudad y
sembrar ala “bien cercada” de sal. Se rindieron. Luego, indulgente, perdonaba a
los infractores y echaba en el olvido las injurias y afrentas personales pero
de primeras era un disciplinario austero incoercible. Justo el prelado que la
indómita iglesia hispana en aquellos tiempos de cambio necesitaba.
También le
llamaron el “obispo edificante” porque tenía esa sed insaciable de reforma
indulgencia y beneficiencia para sus semejantes que algunos denominan
“faraonismo” (creo que Gallardón cojea del mismo pie) y para los romanos era
meramente “cupiditas aedificandi” una manía por construir como otra cualquiera
pero que gracias a ellas Castilla se inundó de templos y colegiatas de buena labra,
colegios y hospitales y otras muichas obras pías. Y de universidades. Concebía
el ejercicio del mando como un servicio público y a este propósito no le
animaba la filantropía o el deseo de perpetuar su nombre el amor a la Iglesia
de Jesucristo y el amor a españa..
LUCHA CONTRA EL
TERROSIMO Y LA PIRATERÍA islámica
Es por ello que
no vacila en trocar el pileo cardenalicio por el casco de soldados y ya anciano
y mermado levantar gente y prevenir una escuadra contra el Sultán (Marruecos,
siempre Marruecos) y embarcarse en una aventura militar que permitió a los
cristianos la conquista de Orán con suerte alterna puesto que si bien redimió
muchos cautivos con la toma de aquella plaza luego su hueste cayó en una celada
agarena en la isla de Gelbes.cuatro de mil de sus hueste pereció de hambre y de
sed. Su visión de las cosas era la de un estadista moderno que tuvo que
verselas al principio de la edad moderno
con ese fenomeno tan contemporáneo que se da en llamar terrorismo
fundamentalista.
Y terrorista
fundamentalista era Barbarroja quien en sus incusrsiones contra el Levante
español con sus lanchas y cayucos sembraba el terror de sus habitantes. Éste
que perdió un brazo en la toma de Orán juró odio eterno contra el Cardenal
Regente. el famoso pirata del turbante cuya mera mención nos aterrorizaba ya
desde niños era un español de pro converso a la fe del Profeta y que había
nacido a unos pasos del lugar donde yo escribo esta semblanza en Villafranca
del Castillo dentro de los muros de esa fortaleza que fue escenario de una de
las peores batallas de nuestra guerra
civil Brunete y donde un tabor de regulares se hizo fuerte contra los infantes
de Líster y los internacionales. Cuando paso por allí y contemplo los matacanes
y almenas de la fortaleza me hago cargo de una realidad: los moros son
valientes y aguerridos. Barbarroja bautizado con el nombre de Rodrigo dio en
llamarse Horuc de Mitilene cuando se pasó al Turco.
Cisneros fue ek
primero en darse cuenta de que la pugna contra los profesos de Mahoma será una
lucha apocalíptica hasta el fin de los tiempos pero no le animaba en esta dura
brega ningún afan de revancha o enemiga personal sino su fe ferviente y la
creencia de que el islam es una secta pero era magnanimo en sus conquistas y
victorias contra los moros. Nunca arrasaba sus campos y perdonaba a la
población instandoles a bautizarse y en todo caso si este extremo no era
hacedero permitiendoles el uso de sus ritos y la practica de la religión en la
clandestinidad. No sabemos si se equivocó en la idea de que el cristianismo
tiene prelación sobre las otras dos religiones monoteistas pero a ese afán
dedicó todo el cúmulo de sus energías. Lo creía sin dubitaciones y anhelaba ver
a todos los pueblos de la tierra unidos bajo el estandarte de la cruz. He ahí
otro considerando que debiera ser un tanto en su haber para promocionar su
canonización.
Ciertamente no
tratamos de enhebrar en estos puntos el arquitrabe de una hagiografía. En su
biografía, qué duda cabe, hubo miserias que eran la de los egoísmos y
apetencias humanas pero nuestro buen fraile pasó sobre ellas como de puntillas
y sin contaminarse del barro al pisar el lodazal. A Germana de Foix les privó
de sus villas de Santa María de Nieva, Olmedo y Madrigal y le deja sólo en
posesión de la de arévalo en razón de sus dispendios. Se gastaba todas las
rentas que le legó Fernando el Católica
en bailes saraos y banquietes y por eso la llamaban la pinguis et
bona pota. Debió de empinar bien el codo la francesa y sus amoríos en
Arévalo hicieron época. Despues de fallecer Fernando vuelve a contraer nupcias
con el duque de Brandenburgo y más tarde con el de Calabria. Tal disipación al
buen fraile no le pareció bien. Soportó con longanimidad los despechos y
menoscabos del señor al que servía. El Rey Católico tuvo celos de él y su nieto
Carlos en manos de sus validos flamencos le trata con despecho. Todo lo soportó
la “galga en pieles” el hombre más calumniado de Castilla. Los oprobios u
cainismos no le abandonaron hasta la misma hora de la muerte acelerada por una
carta injuriosa y desconsdierada del emperador Carlos V pero él la recibe con
entereza murmurando el salmo Domine in te speravi.
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