2022-05-29

 

 

VIVES RECOPILACIÓN

 

No creo que Vives marchara al exilio por temor represiones inquisitoriales sino por negocios. Enigmática figura que canta a Valldaura en sus libros al tiempo que lanza andanadas contra el amor cortés tan de moda en su tiempo. Acaso fuera un disciplinario combate la tiranía de la guerra elogia la templanza en la mesa mientras describe sus banquetes domestico comida opípara manjares suculentos le gustaba la cerveza y la gota fuera tal vez ocasión de la gota que le acortara la vida ┼ a los cuarenta y ocho años despotrica contra los teólogos gladiadores de lo divino pero en sus colaciones escrituras esboza fórmulas que hoy día son de provecho pues aconseja escribir corto triturado y bien dicho “No tomes la pluma cuando te sientas agitado por el odio, la ira, el miedo o la ambición. Ajusta las cuentas en sucesivas cartas al papa Adriano VI, al rey de Inglaterra Enrique VIII y al mismísimo Felipe II. Sus instrucciones a la mujer cristiana en que manda la sumisión al esposo hoy no tendrían cabida aunque bien pudieran ser un antídoto contra la violencia domestica que se desparrama por el mundo. Yo creo que vivía en una nube. O era un tanto arrogante o no practica lo que predica. Tal vez fuera un poco arrogante. De su pasión por Jesucristo y su amor a la iglesia romana no caben dudas, no embargante que disemina por todos sus escritos proverbios adagios con reminiscencias talmúdicas y en ello delata seguramente su origen converso.

A ratos, se muestra oscurantista, y fustiga la concupiscencia del saber: “el escritor ha de escribir meditar y enmendar mucho y ha de publicar muy poco, piense que su escritura permanece para siempre” destilemos, por tanto, nuestras prosas y que nuestros libros adquieran el título de quintaesencias. Otro vicio vitando del intelectual es el orgullo del filosofo que da en pensar que los demás son bestias o que “el infierno está en los otros” (Sartre( ( Los jurisconsultos enredan a los pequeños con ambages leguleyos les mandan al patíbulo o les arrebatan su fortuna. Pleitos tengas y los ganes. Evita el orgullo y la presunción pues la sabiduría del más docto entre los letrados es nada en comparación con lo que ignora (“tan embotados tenemos el ingenio que ni centramos el corte de las cosas”). A veces los labradores, los zapateros remendones y los hombres de las clases inferiores, muestran sentimientos más elevados que muchos intelectuales. Humildad, amigos, humildad y decoro. Vives entra a saco con la insipiencia de la erudición. Muchos politólogos y tertulieros de hoy o toda esa canalla que pulula por las redes sociales de seguro que no leyó a Luis Vives. Pues todo en la vida rebosa ignorancia y error. Sólo sé que no sé nada.

▬¿Lo entendiste?

▬No

▬Seguro que eres un burro.

▬Y tú más.

Predica el valenciano el sentido común y desautoriza a aquellos que piensan que las ideas elevadas  pueden exponerse en lengua vulgar, lo cual supone un varapalo al latín. Precisamente es el idioma que él utiliza. He ahí otra de sus contradicciones. Es un error acceder a los caprichos del niño acostumbrándole a la blandura y a la glotonería. Serán esclavos de los vicios. Toda una regla de oro para esta civilización consumista: que las niñas sean preparadas para el matrimonio aprendiendo a coser hilar y bordar para saber atender a los menesteres de la casa con modestia pudor, cortesía y honestidad, persuadiéndoles en la guarda de la castidad que es el tesoro de toda la mujer.

Esto suena a chino en el ambiente orgiástico de depravación y promiscuidad de nuestras juventudes. A los más aptos reténgaselos en la escuela. La escuela ha de ser seminario para la formación de sacerdotes. Los demás que aprendan un oficio de acuerdo con sus diversas inclinaciones.

Otra de sus obsesiones son los libros de caballería y novelas pastoriles contra los que endosa dictámenes retrógrados con apóstrofos rancios “las mujeres han de apartarse de semejantes libros como si los consideraran hijos de la víbora y el escorpión”. Es aquí donde surge la furia del converso y el talante inquisidor. Si hubiese sido cura, hubiera echado de la iglesia a las mujeres en manga corta y a las minifaldas las hubiera corrido a gorrazos. Sus escritos poseen la vehemencia de los talmudistas intolerantes. Lamento tener que desdecirme de la dulzura con que presenté a este valenciano en el capitulo que dediqué a los humanistas de la Reforma en mi tratado sobre la autoría. Vives anatematiza la depravación clerical pero de una manera menos cómoda y sin la jocundidad que esgrime el doctor Laguna aunque el valenciano filosofe con más ganas que el segoviano. “La verdadera fortaleza no consiste en matar, abatir, destruir; eso es propiedad de las bestias. La verdadera fortaleza esta en reprimir los vicios, sobreponerse a los azares de la fortuna y en no temer sino a la quiebra de nuestra probidad… los placeres del alma y los del cuerpo son incompatibles; si nos damos a los corporales, no sentimos los espirituales y viceversa”.

Con respecto al amor diferencia al amor divino del concupiscente. Este genera envidias, recelos y afán de posesión carnal. No es verdadero amor, dice, sino reclamo de los instintos disfrazado de la belleza terrenal que es efímera y cambiante. Con  este axioma se carga toda la literatura galante de su siglo. Mal llamado el siglo de Amor.

Cree en la inmortalidad del alma y sostiene que la religión le ayuda al hombre a encontrar la perfección, algo que desconocen los gentiles. Lo explica en sus Comentarios a los Salmos Penitenciales en los cuales desdeña las enseñanzas de los filósofos paganos ▬ Aristóteles Cicerón Séneca, Plutarco ▬ para proponer como modelos a los profetas y santos del Viejo Testamento. Exhorta a abrazar la vida cristiana como purgación del alma para amar y comprender a su Creador.

 “Sin Cristo todo hombre es un cúmulo de vanidades”.

Aspira a un cristianismo autentico bajo la piedra de toque de la caridad pero sin anatemas ni excomuniones y mutuas acusaciones de herejía y reproches (barruntaba la  que se venía encima las luchas teológicas de su siglo que abrieron la puerta de grandes guerras y mortandades en el Viejo Mundo) Y tanto sabes como lo que obres. Del castigo de Dios nadie podrá huir ni escaparse en un caballo al galope. Resulta desconcertante y dilacerante en sus comentarios al Salmista, al anunciar que le está llegando el castigo al orbe que se dice cristiano sólo de boquilla. Idea talmúdica. Vives respira por la herida y muestra al converso que llevaba en su interior. Huid de los vicios que os persiguen. Es un heraldo de la reforma. ¿Te duele la injuria? Quizá te traicione tu amor propio pero no te preocupes, porque Dios será tu vengador. Él te vengará mejor, sin riesgo para ti y donde más le duele al enemigo, pero no pidas venganza contra nadie no sea que te caiga en contra. Al leer tal frase siento que todo el montaje del Holocausto como obra del demonio se viene abajo. ¿Acaso tu crees que no hiciste nada malo para no merecer castigo? Pongámonos pues en manos de Dios. ¿Aborrecido? Si por tu culpa caíste, enmiéndate, ponte en sus manos. Él no te abandonará. Es amigo fiel. Sábete que sobre los poderosos está Cristo. (Del libro Preparación del alma para la oración). La gracia fluye al alma por la tolva de la humildad y el acatamiento de la divina presencia. Vives se muestra dentro de sus inefables contradicciones y paradojas un místico de primera categoría. En política se decanta por la republica a dirigida al bien común. El gobierno del pueblo y para el pueblo pero advierte que es peligroso enfrentarse a la multitud, bestia de cien cabezas. Las tiranías pronto se desmoronan. Estos avisos los esparce en sus cartas al Papa, al rey de Inglaterra, a Felipe II, al archiduque de Sajonia y al obispo de Lincoln. Se muestra preocupado ante Adriano VI por el desorden que reina en Europa.

Escribe que responder al denuesto con denuesto es como querer limpiar el lodo con barro, no seas tan delicado que una palabreja te traspase. Ir con amenazas es cosa de mujerzuelas. Reírse de si lo bueno es maldad de lo malo crueldad de lo mediano necedad. La ira que te amenaza aplácala con lágrimas y penitentes suplicas de perdón ante Dios y los hombres. No es torpeza impetrar perdón. Torpeza es tener a Dios y al hombre por enemigo. Dios trajo el amor la concordia y la paz y el diablo, meritísimo artífice los bandos, las facciones, las querellas, riñas contiendas y guerras con los que medra e impera en el mundo. Dios que quiere salvarnos inspira benevolencia el diablo que quiere perdernos enemistades y animo de dilatar fronteras y someter a los rivales con encarnizada saña. No haya paz para los impíos exclama el salmista oráculo divino. “Misión vuestra es santísimo padre Adriano con arreglo a los preceptos de nuestra fe como cuyo interprete gobiernas el orbe decirles a los príncipes cristianos que esta guerra entre hermanos y lo que es mas grave entre bautizados en el mismo bautismo es una guerra inicua criminal e impía que se opone a las enseñanzas de san Pablo sobre el cuerpo místico de Xto. Ni el de Sajonia ni Francisco I ni Enrique VIII le hicieron al papa holandés y consejero de Carlos V mucho caso. Este papa tenia un pasado era el responsable de que hubieran estallado en castilla las guerras de las germanías y de las comunidades. No podían faltar en un converso las alusiones a la pureza de sangre un prejuicio que infatuaba a la sociedad castellana, la inglesa, la francesa y por supuesto la alemana. “La verdadera y sólida nobleza nace de la virtud. A decir verdad todos estamos formados de los mismos elementos y Dios es padre de todos. Desmonta con su tesis los prejuicios de la teología de la predestinación y un dios solo para los elegidos o que solo los nacidos de la estirpe de David o los descendientes de Mahoma entrarán en el paraíso. Desde las torres de Brujas el filosofo español se asomaba al antemural de las fratricidas guerras religiosas algo que ha vuelto ahora y sentía vértigo, el honor es consecuencia de la virtud y no de los genes de la misma forma que la soberbia es madre de la envidia la maledicencia, la calumnia  que muerde a escondidas y de la ira. Discípulos de Cristo versus los de Plutón pero he aquí un rico mercader era una de las familias más adineradas de su tiempo predicando a favor de los pobres la mesa bien abastada y regalada defendiendo al desnudo, haz lo que yo digo no hagas lo que yo hago. Son paradojas manifestaciones de la sabiduría que una cosa es predicar y otra dar trigo. Y ello le da pie a Vives influido por las enseñanzas de su amigo Erasmo a criticar a las ordenes mendicantes que viven  de las limosnas del sufrido pueblo y fomentan la vagancia la pobreza y la sopa boba de los conventos, aspira a una religión desmantelada de sus adornos  y ese cristianismo de base que tanto tentó a los incautos y que fue pretexto de no pocas venganzas y sacrilegios, parece desoír las palabras del Salvador siempre tendréis pobres entre vosotros pero a mi no me tendréis, no os preocupéis que comeréis y o que beberéis no llevar consigo alforjas ni saco. Este carisma convirtió al cristianismo platónico en una religión mistérica que no busca la utopía ni la revolución social sino la salivación y la paz de las conciencias. Lo exotérico y lo esotérico en el cristianismo juegan a tres bandas es necesario aceptar los tres rigores no se puede entender un catolicismo a palo seco. Son las aberraciones bíblicas la trampa donde cayeron Lutero Calvino y Wosley. Ideales tan sublimes luego cuesta tarea ponerlos en ejecución. Seamos humildes, hablaba de una comunidad que este converso jamás permitió en su casa. En punto a mujeres nada de afeites ni amoríos la pata quebrada y en casa ese es el mensaje de su opúsculo instrucción de la mujer cristiana. Le honra, sin embargo, haber salido en defensa de Catalina de Aragón arriscando su vida contra la voluntad de su tutor en Oxford el rey Enrique VIII le escribe varias cartas a las cuales no contesta afeándole discretamente su conducta para con su mujer natural la hija de los reyes católicos a la cual había dado libelo de repudio-. Su actitud  fue mucho más tibia que la de Moro al respecto. Porque temiendo las represalias del soberano que le destituyó de su cátedra de Oxford y le manda arresto domiciliario en su domicilio en Londres, temiendo ser conducido a la Torre, hue a Flandes. El 13 de enero de 1531 escribe al monarca británico exhortando a que se piense dos veces la idea de otro matrimonio. Enrique VIII pone orejas de mercader a la demanda y entierra a Catalina en el castillo de Peterborough. Enrique VIII pide a Luis Vives que acuda a Londres para actuar como testigo en la defensa del juicio contra Catalina y cuyo abogado defensor sería el legado del Papa el cardenal Campeggio. La negativa de Vives a regresar a Inglaterra irrita a don Enrique y enoja a doña Catalina que en una casa le acusa de cobarde y de traidor. La hija de los reyes católicos  se queda sin amigos y muere pobre y triste. El humanista valenciano tambien da a la reina cantonada. Es un personaje contradictoria. Unas cosas son las palabras y otras los hechos. No tengo más remedios que reseñar los puntos oscuros de su biografía.

 

 

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