2022-11-06

 CUM GLADIOS ET CUM FUSTIBUS




En la detención de Carranza que hacía sólo un año que había sido preconizado para la mitra primada por expreso deseo de Felipe II se dan circunstancias parecidas al Prendimiento.  Getsemaní es una referencia constante pero a diferencia de su Maestro el eclesiástico que descansaba del largo trajín de su visita apostolical leía plácidamente el breviario. ¿A quién buscáis?  Y siguiendo el paralelismo con su cofrade Bartolomé de Las Casas los dos habían sido capellanes de Su Majestad y venían de las nieblas del Támesis.  Pertenecieron a la comunidad del famoso convento de los Blackfriars detrás del Pecadillo y habían sido fámulos del cardenal Pole que quiso bajo el reinado de María Tudor restaurar en Inglaterra la religión verdadera.  Los dos habían mandado quemar herejes.  El Black Friars que tenía un huerto paredaño a Covent Garden donde en el siglo XVI discurrían de teología hasta las verduleras del famoso mercado londinense goza de una fama siniestra.  Hoy no es más que el nombre de una estación de metro.  Frailes blancos frailes negros toda una reflexión que le hace pensar a un español en los misteriosos designios de Inglaterra que dentro de la cristiandad constituye el exergo o la otra cara de la moneda del ideal español. he paseado muchas veces por el lugar.  He bebido en las tabernas cerca del Támesis a cuyas barras se acogieron en un principio muchos de los heterodoxos españoles que venían huyendo de la Inquisición desde Antonio Pérez a Blanco White pasando por Alberto Lista, los constitucionales de las Cortes de Cádiz hasta llegar a Arturo Barea, León Felipe y los republicanos que buscaron asilo política en la perdida Albión.  Parece ser que la vocación americanista de Las Casas y la reformista de Carranza, ya digo dos vivas paralelas, se templaron en una ambiente de las brumas londinenses que siempre hicieron a los españoles los misterios de la vida, la religión, la política de otra forma más pragmática que bajo el sol de Castilla siempre generador de utopías.  Pero Las Casas debía de ser más ardido y diplomático aunque menos piadoso que su tocayo.  Se da también la circunstancia e insisto de que aquí hay dos vidas paralelas de que uno y otro escriben sendos catecismos y obras apologéticas.  Este era un requisito causa sine qua non para obispar como está mandado.  Un tratado de teología, una gavilla de sermones, dados a la estampa, eran entonces la tesis para las oposiciones a cátedra.  Entrar en el círculo privado del Rey tampoco era fácil.  Carranza es nombrado capellán del emperador Carlos  V al que lee la recomendación del alma en Yuste y le insufla al oído algunos consejos para el gran viaje a la eternidad.  La moneda del barquero.  Este encubrimiento del dominico suscitó el odio de frailuno de un jerónimo al que quitó el puesto, un sujeto por nombre fray Juan de Regla.  Este personaje cuando empapelaron al arzobispo tuvo el descaro de que había visto al acusado susurrarle a la oreja del moribundo “plegarias luteranas”.  Nada de eso.  In artículo mortis Carlos V reclamó la asistencia del hijo de Santo domingo pues como confesor era un asceta y un confesor con fama de manga ancha más humano que ninguno de aquellos rabulas con sotana que merodeaban igual que cuervos en torno a su lecho de muertos.  Carranza era de condición apacible algo rubio y con los ojos azules un tanto entrado en carnes muy bondadoso.  Poco dogmático.  Era el tipo de clérigo más del agrado del emperador de España y Alemania que estaba en Yuste un tanto cansado de tanta trifulca teológica de tanta fatiga del camino.  Quizás recordase en el último trance que en Worms por culpa de un fraile agustino estuvieron a punto de asesinarlo.  Gracias a que salió oyendo y pensara con nostalgia en aquellos canónigos alemanes de su juventud menos rigurosos pero más humanos y que le absolvían de sus faltas de juventud y sus deslices con aquella guapa mesonera Barbara Bamberg a la que hizo su amante. tanta teología como contaminara sus reinos le fatigaba más que la gota y se fiaba más que de los frailes de los adivinos y videntes.  Una de ellas, la saludadora del Barco de Avila a la que fue a visitar asediado por su virilidad mermada le pronosticó que viviría treinta años más y que tendría más hijos.  Bastardos claro está que para eso era el emperador.  “Tome usted estas hierbas, Majestad” pero los menjunjes no sirvieron de nada.  La gota entumecía sus articulaciones y estorbaba su riego sanguíneo.  Carlos V no se curó y acaso en su impotencia envidiase al rabadán que pasaba el día con las cabras y por las noches hacía el amor.  Añoraba, decrépito, sus mocedad cuando las mujeres más bellas de Europa habían dormido entre sus brazos.  Entre ellas la emperatriz Isabel de Portugal toda una beldad lusitana mujeres que aun pueden verse transitar por las calles de Lisboa o fe Coimbra.  Uno de sus palafreneros el duque de Borja a quien se le encargó llevarla a enterrar a Granada fue la impresión al destapar el ataúd que desengañado con la cosas del mundo se metió a jesuita y llegaría a santo.  Este desengaño esta corriente de melancolía que se pintaba en el semblante del emperador como del fraile al que llamó cuando pidió confesión debía de unirles a los dos.  Carranza también era un desengañado.  Su hijo Felipe II sería menos entrañable más adusto y por el talante parecía más germánico que su progenitor que hubiera pasado por milanés, un latino amante de los placeres de la caza, la mesa, el vino y las mujeres.  El padre ,menos católico más humano más pagano.  El hijo más católico y cruel. de una credulidad sorprendente que llega a la superstición.  Lo vivía.  El desencanto de la idea imperial paterna se trueca en melancolía casi mística y en el ansia de convertirse en un rey monje que gobernará con cetro de hierro sus estados desde la roca viva del Escorial.  Felipe II era un cesaropapista esencial pero también este ideario va a sufrir una transformación al darse cuenta de que uno e los mayores enemigos de su causa era aquel hombre a aquel que más España defendía con su oro y la sangre de sus soldados.  Pero la melancolía de Carlos V que le otorga un carácter conciliador casi erasmista al final de sus días y contemporizador Paris bien vale una misa y lo importante es lo que tenemos de tejas abajo en Felipe II por el contrario se hace rigor del dogma inexorable.  Una idea fija vale más que un hombre y ahí le tenemos asistiendo a un auto de fe en Valladolid sin descomponer un músculo y mandar encerrar al primado toledano actuando con una frialdad que pasma.  Ah católica y cruel majestad lamento de Quevedo.  Felipe no se para en barras al meter en una mazmorra a su primogénito el príncipe Carlos su príncipe de Asturias.  Esta vez no por cuestiones de religión sino por celos y supuestas conjeturas de un amor del heredero con su esposa.  Un muro de silencio.  El Escorial granítico.  La leyenda Negra.  El hilo que separa el credo del fanatismo y la superstición es muy tenue y el rey más grande que ha tenido España era de un temperamento algo retraído frailuno muy frío con esa frialdad navajera de la que sólo son capaces los curas de España.  Aunque no era un frívolo sino un entendido y muy burócrata pero también aficionado a las ciencias ocultas como hombre de su tiempo.  No daba un paso sin haber consultado a sus frailes algunos de los como Arias Montano eran quiromantes y astrólogos.  Felipe II era un hombre muy reflexivo de tal manera que elige el real sitio del Escorial fiado de zahoríes y de versutos en las nociones nuncupatorias con las que empalizaban los romanos sus edificios.  El monasterio del Escorial de esta forma se encuentra emplazado donde se percibe una cierta “actividad cósmica” sujeta a corrientes astrales indeterminadas que consiguen que el lugar tenga algo de mágico y de que en su término ocurran cosas visiones como visiones apariciones y que hasta los muros de las piedras lleven la voz humana de un sitio a otro mediante las reverberaciones del eco magnificadas por el granítico.  Ello ocurre en algunas dependencias del monasterio.  La saludadora de Ocaña le apuntó el lugar para fabricar pero no le recetó hierbas como a su padre.  El monarca gozó de una sexualidad insaciable y casi femenina -quien lo diría en un sujeto tan piadoso y tan apacible- aunque entonces las obsesiones de la catolicidad no tenían que ver con el sexto mandamiento sino con el primero.  A los reyes se les toleraban como simples deslices o pecadillos los hijos bastardos.  Pero no daba un paso sin consultar a un fraile.  Y en los monasterios se vivía con un pavor insólito a la heterodoxia y a la herejía.  Por ese cabo sus asesores jerónimos estaban limpios de polvo y paja y era una comunidad de observancia rigurosa muy al contrario de lo que ocurriera años adelante con los jerónimos de Sevilla donde nace uno de los incipientes conventículos protestantes que fueron suprimidos de raíz por la inquisición.  El rey hablaba en latín y gustaba de rezar las horas del oficio divino desde su tribuna a la que mandaba subir al prior en el lado del evangelio del templo herreriano.  Cuando un fraile negligente o perezoso se comía el versículo de un pasaje confundía una lección con otra o desentonaba en la salmodia el rey paraba los oficios y mandaba repetir escrupulosamente aquel himno de vísperas en que un chantre cansino desafinó.  Por eso la rigurosidad de la liturgia escurialense pronto alcanzó fama de perfección en todas las catedrales españolas.  El rey no sólo sabía latin sino que era un experto en arte un connoisseur de gustos tradicionales que se permite el lujo o el desliz de mandar aquel san Patricio a la sacristía del ,monasterio que había encargado al greco.  Domenicos Theotocopoulos el pintor que no le agrada al rey es precisamente el que mejor va a dejar plasmado en su lienzo el mundo onírico aquellas ensoñaciones del catolicismo españolas esto es un reflejo cuasi perfecto del mundo interior y exterior de la España del primero de los Felipes una España torturada y grandiosa en sus delirios.  Un griego había sabido entender y explicar el alma de España.  Dicotomía.  Excelsitud del dogma volando alto hacia las cumbreras del paraíso. ¿Tendrá el cielo lo que se dice propiamente un tejado?  Para caer luego en la cloaca de las disputas entre doctos escolásticos siempre a grito de los salones de grados de paraninfos catedralicios y de conventos donde los frailes suelen andar casi siempre a palos.  Denuestos del agua y el vino.  Pendencias a los divino.  Grescas de campanario.  Salamanca ciudad difícil siempre que voy de paso me echo al coleto algún vaso de mostos de Peñaranda para aplacar la desazón que desde niño sentía ante aquellas trifulcas entre jesuitas y dominicos que terminaban a palos: “.rubicundus erat Judas” le decía uno de la compañía a un fraile de capa negra y escapulario blanco y contestaba el dominico sed de Societate Jesu[1].  Aquello no eran precisamente dialogos de carmelitas.  Tenían muy poco de edificantes.



Pero la devoción tipicamente del periodo felipino no lo acahacan sus biógrafos a que Felipe II fuera un pacato meapilas.  Eso está muy lejos de la realidad.  Respondía a una visión del mundo bajo el prisma de un universo católico.  Roma es la depositaria de la fe verdadera y no hay otra.  Era el pensamiento de Trento. Cualquier desviación cualquier desvarío o concesión curva a la linealidad del dogma rectilíneo podía costarte la vida.  El cargo público, la sinecura, el chollo, el beneficio catedralicio, la canonjía.  Cesaropapismo puro y neto.  Pensar alto y augusto.  Trono y altar cogidos de la mano.  Poder jerárquico y absoluto.  Una misma grey bajo el cayado de Roma.  Era la visión de los Austrias pero uno tiene la sensación de que la historia les jugó una mala pasada al jugarselo todo a una sola carta la del papado - y esto lo decimos desde la perspectiva de hoy- porque en Roma no pensaban lo mismo.  Un error del catolicismo hispano es haber querido ser más papistas que el papa sin caer en la cuenta de que en toda empresa terrenal existen luces y sombras.  Los franceses anduvieron más listos y de ahí que en esa pugna por la hegemonía de la cristiandad tenían otro sentido de estado que les lleva a contubernios incluso con el Turco.  Así la Casa de Foix donde crece la flor de lis ha sido proclamada la hija predilecta de la Iglesia y eso que uno de los herederos del Trono de San Luis se atrevió a decir Paris bien vale una misa. Entre los roles de los blasones castellanos y las barras siniestras crecen los cardos borriqueros - The order of the Thistle- y alguna amonestación papal como la de  Julio II donde sientan el culo estos cabrones no volverá a crecer la hierba[2].  La idea de que la autoridad viene de Dios a través del rey temporal y del rey espiritrual un concepto con el que hace malabarismos san Ignacio de Loyola en contra precisamente de la monarquía española era el único camino abierto que les quedaba a los defensores de la monarquía absoluta.  Creyeron en ella los austrias pie juntillas llevadas de un mesianismo que empiezan a predicar asesores regios como Ginés de Sepúlveda y que canta en suis sonetos Juan de Herrera.  La corona y la potestas clavium. contra esta potestad de las llaves se sublevó Lutero.  El papa vicario de Cristo en la tierra.  Pero si no era más que un hombre.  Algunos como Alejandro VI hasta tuvieron querida y se enorgullecían de la presencia de hermosos niños rubios que andaban correteando por los jardines de Juan de Letrán y antes casi de la pubertad recibían el capelo cardenalicio.  A todos nos ha deslumbrado alguna vez la belleza de Lucrecia Borja y nos hemos sentido enternecido por los comentarios de Isabel de Castilla cuando el cardenal de España presentaba en sociedad en la corte a una nutrida cohorte de mozalbetes - debían de ser diez o doce- muy lindos: Ya veo ya, Eminencia, los bellos pecados del cardenal.  Eran Mendozas de pura cepa pero hijos ilegítimos.  El puritanismo del norte acusaba a los dogmáticos del sur más abiertos de costumbres atacandole por donde más pecado había: la incontinencia del alto y del bajo credo.  Lutero en el paroxismo de su soberbia predicaba la castidad y la morigeración pero cayó en aquellos vicios que tanto fustigaba después de haber desnudo los altares y sometido a sus compatriotas a la férula de un cristianismo a palo seco: la glotonería y la lujuria. Todo comenzó por una trifulca entre agustinos y acabó en líos de faldas.  “Pedro, ¿me quieres tú más que estos?  Sí, Señor.  Tú sabes que te quiero.  Apacienta mis ovejas apacienta mis corderos” esta frase del Evangelio en que se fundamenta la potestad de las llaves concedida al primero de los apóstoles va a ser el soporte de la gran polémica, el lío cruel que hizo correr la sangre y el fuego por los campos de Europa.  El heresiarca tenía una inteligencia fuera de los común un tanto diabólica y la lanza contra Roma diciendo que es una manipulación de los textos bíblicos y del mandato nuevo.  Es un cura el que habla un lobo disfrazado de cordero que invita a la cristiandad a volver a la Iglesia primitiva sin boato de ropajes sin liturgia ni cantos en una lengua misterioso pero atractiva.  El motete catedralicio es sustituido por el himnos himno de la capilla.  Sí Ahora todo se entiende porque hasta los palurdos de Sajonia comprenden la letra pero se ha arrebatado a los creyentes el privilegio de gozar de los misterios de los ritos orficos. Lutero traduce la biblia a buen alemán pero la biblia que cada uno puede interpretar como le dé la gana se convierte en piedra de discordia y una pretexto para asesinar en nombre de la divinidad privando al pueblo de la sacralizada  liturgia, de los misterios orficos.  Es el peligro de las lenguas vernáculas en toda religión.  Que se entienden demasiado pero no se comprenden bien y cansan al auditorio sobre todo cuando la exegesis es mala.  Lutrero no era más que un letrero que aparte de denudar los altares tuvo una larga serie de predicadores e impostores que aun colean en el mundo protestante. son los telepredicadores.  Los falsos profetas que engatusan a sus congregaciones y hacen milagros coram populo a cambio de nutridos cheques en la bandeja cuestatoria.  El cepillo es lo único que no suprimió Lutero de sus templos reformados.  Así y todo clava sus 99 tesis sobre las puertas nieladas de la catedral de Wittemberg y con ello hinca sus colmillos en los lomos tiernos de la iglesia universal.  En parte llevaba razón pero el fraile iba con mala fe. Quería destruir y moler.  No reconstruir. su caballo de batalla son la doctrina de las indulgencias que había degenerado en depravación simoniaca.  Se montan negocios a costa de las animas benditas del purgatorio en espera de las mandas testamentarias del encargo de misas y de las donaciones pro anima que constituyan el sustentáculo de la riqueza inamovible de bienes mostrencos de posesiones relictas de las ordenes monásticas durante toda la edad media.

Estramos ante un clérigo que habla el lenguajes de los clérigos.  Palabra muerta.  Pensamiento barroco.  Barroco qu quiere hacer volver la religión a sus primitivas esencias.  Mas, no la toquesi más que así es la rosa.  Se armó un barullo.  Era peor el remedio que la enferdad.  Lo inefable no necesita explicaciones pero Lutero opertenecía a una raza que ama los sermones porque la palabra es poder y pílpito y palpito de lo trascendente. hay muchas moradas en la casa del padre.  A Jesús se puede llegfar por muchos caminos.  Los quietistas y deixados españoles contestarían a las reconvenciones lutgeranas subiendose a la columna de Simón el Estilita.


Había que regresar a la caridad ctristiana y a la vida en comunista de las primeras iglesias.  En las catacumbas se llegó a conseguir el comunismo.  Todos compartían.  Se amaban unos a otros.  Buscando la utopía se contaminó de herejías y a los obispos les lee la cartilla con una frase del ebangelio.  Es más difícil que un rico se salve quie un camello entgre por el ojo de una aguja.  Ahí os quedais vosotros con vuestras mitaras incrustadas de pedrerías, bvuestras caligas de seda y el esplendor de vuestro oro.  Con vuestras ínfulas y las fimbrias de bellisimno encaje, los roquetes de lino nuevo y los sobrepellices de blonda.  Las catedrales de fina labra, los edificios imponentes.  La iglesia mora en casas suntuosas y palacios mientras el pueblo habita sus chozas.  Fray Martin era un campanero que desemcampanó a la encampnada Germania.  El Maestro se sentó en una piedra del campo para predicar el sermon del Monte y estos se suben a los tronos y son portados en sillas gestatorias.  Las anforas de barro en que bewbía el Pescador se hatransformado en calices y vasijas de metales prevciosos.  Ay fray martín el campanero ya no tocan las campanas,

acabio de presenciar por la trelevisión una misa de pontifical en una ciudad a orillas del Vístula.  Nunca se juntaron tantas casullas tantas mitras, tantas panzas, tantas infulas y capas pluviales en una misma manada.  No sé por qué el catolicismo polaco me recuerda la lucha de las investiduras.  Con la larda que echasen las barigas de los monseñores en la sartgen se podrían llenar las calderas de Pedro Botero y todo el infierno ardería bien.  Se podría asimismo nivelar la nbalanza de pagos con el oro de las alhajas que llevaban encima los prelados.  Esta mañana de dominfo de octubre del 2007 bella y serena en Madrid he reflexionado sobre estas cosas y comprendo a fray martin viendo desfilar a los polacos.  En vez de una misa parecía un circo o un gathering de una convención electoral yanqui.  Aquel fraile tentó a dios y nos despojó de la liturgia.  En ciertos puntos no le faltaba la razón. Con él se acabaron misas gregoriamnas y los sufragios por los difuntos de los que comía todo un convento.  La secularización de los monasterios en que se embarca Enrique VIII es la respuesta a ciertos abusos.  Las propiedades monasticas se multiplicaron en proporción geometrica gracias a los responsos y a las donaciones pro anima de los ricos que compran con oro un enterramiento en la iglesia a ser posible cerca del altar mayor.  Pero por este motivo vino la rapiña, la desturcción de onbras de arte y el furor fundamentalista y puriano de un Cromwell por ejemplo y las guerras de religión que topdavía colean en el Ulster.  En la bariga de Lutgero se introdujo el diablo y el mundo ya no volvió a ser el mismo.  Era un vehemente y la pasión le juega una mala pasada.


Niega la transubstanciación, el culto a las iáhgenes, el sacerdocio univcersal y deja los sacramentos reducidos a dos: el bautismo y el orden pero al propio tiempo defiende el sacerdocio universal.  Renuiega de la virgen.  Las iglesias luteranos se quedaron sin madre y en Inglaterra y en Francia los hugonotes demontan las capillas dedicadas a la Mnadre de Dios.  Que dejen de sonar las campanas de Notre Dame .  Afirma que las relaciones del hombre con Dios -y esta es otra de sus contradicciones pueden hacerse sin intermediario según la ley rabinica, él que era un declarado antisemita- sin intermediarios y sin sacramentos.  Sólo a base de la justificación por la fe.  Los meros meritos de la pasión de Xto salvan al creyente. en sus planteamientos afina lo suyo: según Fray Mnartin el hombre es inane, nunca podrñá vencer su naturaleza ni sabrñá corregirse, está sometido a la tiranía de sus células.  Pero Jesús en su reencarnación abolió la culpa.


Por otra parte en Lutero nos encontramos con el mayor exegeta del espíoriotu y la letra de las epistolas paulinas.  El Apostol de Gentiles es para el ex agustino un factotum. Pocos calaron en el mensaje de san Pablo como Martín Lutero.  Pablo se rebela contra la sinagoga que pretende la deificación del ser humano a través de su caminar por la historia pues considera que la raza humana es eterna y aspira a un reino mesianico en que se suprema el dolor y la muerte mediante los avances cientificos.  Saulo por el contrario cuando cae derribado del caballo camino de Damascio mira al cielo y busca lo trascendente. abomina de su cuerpo.  Habla del alma excelsa e inmaterial que un día podrá encontrarse con dios cara a cara.  El judio de Tarso pero tambien el cives romano se alza contra la utopía sionista que cree en el advenimiento del Mnesías.  Pablo recore las sinagogas y crea un cisma dentro del judaismo diciendo que el Mesías ya llegó, murió cruficiado y los suyos no lo recibieron ni lo conocieron y habla de la parusía o segunda venida del Salvador que él creía inminente y por anunciar su llegada tenía priosa.  Se equivovó de calendario o por lo menos su eror dura ya más de dos mil años pero un día de dios es muy diferente a un dia del hombre y el Señor hace su cuenta por otros cálculos.  Predica Pablo la insomnsistencia y caducidad de las cosas de esta vida que no es sino un paso breve para la otra.  Congruente. pero sus hermanos de raza quieren lapidarlo.  A él solo le interesa el pueblo de Israel y de ahí dimanan sus desavenencias con Pedro que quiere cristianizar a los paganos.  El pan de los hijos no es lícito echarselo a losperros aduce Pablo.  Así y todo estos le denuncian a los romanos y es martirizado.  Muere creyendo que Jhesus vendría en muy poco tiemopi y amnonesta a sus discípulos a que estén preparados llevando uina vida espiritual en la frugalidad y emn la modestia lejos de los banquetes, las orgías, la fornicación y las contioendas.  Le toma por su palabra Lutero que insistimos es un clérigo que parla el lenguaje de los clérigos con sus virtudes y sus vicios retóricas y encalimientos.  Conviene prevacaverse siempre con los fervorines.  El celo apostólico es una navaja de doble filo.  No se daba cuenta de que temnía en sus manos una escopeta cargada de futuro, sí, pero las armas las carga el diablo.  El cristianismo no se explica con la nuda escitura ni a Cristo se le envuelve con palabrería y esa ganga retórica de los sermones campanudos de las bravatas desde el púlpitgo que siempre fue un oráculo de poder y que, mal utilizado, puede volverse contra tí.  Pero el fraile reformista es un flautista de Hamelín que arrastra tras sí a muchos detras de su gaita. ¿A Caranza?  Tal vez pero el arzobuispo de Toledo es un hombre de buena fe y un religioso de vida edificante virtudes que nunca tuvo Lutero en su dossier.  No se equivocó en lo que dijo pero sí en cómo lo dijo.  Lutero es un verdugo y Carranza se va a convertir en víctima de la intolerancia la presunción y la sonbernbia de sus camaradas en el episcopado y el sacerdocio.  La paciencia con que se condice en medio de la tribulación y que él ofrece a Cristo por la expiación de sus pecados el trato humillante de sus esbirros el apartamiento de los sacramentos al serle confiscadas las cartas dimisorias para celebrar misa demuestra su fe berroqueña que le mantiene y le lleva a mostrar indiferencias frente a las cosas del mundo que siempre pasan.  Ama y haz lo que quiera.  Esa premisa agustiniana al jheresiarca alem´ñan le lleva a la rebelión pero al  pobre obispo español le ilumina en uin xciertgo quietismo de abandono en los brazos de Dios.  Carranza puede que fuese un deixado en la misma onda que Teresa de Avila y Juan de la Cruz o Juan de avila pero sin tanta fortuna.

El siglo XVI es el siglo del amor pero también el de la biblia.  Tambien el libro es amor.  El inventio de Guttemberg había abarato los costes de producción y las prensas o paran de funcionar llevando las ideas de un lado a otro.  Aquel acarreo de libros o colortaje debía de ser un espectacula.  Carros llenos de incunables cruzan los pirineos a través de navarra y la región de bearn con gran escandalo de los inquisidores.  No hay que pueda detener a las nuevas ideas como tampoco nadie podrá poner puertas al campo.  El protestantismo va a entrar por Aragón cuyios caminos se ven plagados de reatas de arrieros con las mulas - doctas mulas  las llamaba la Inquisición en la silla algún fraile o algun obispo oyes desde el siglo XV cuando los oprelados dejaron de ir a la guerra tenían prohibido por humildad  ir a caballo pudiendo tan solo cabalgar machos burdeños y boricos- que van a fomentlos incendios reformitas o conventiculos que aparecen en Valladolid, enb Toro o en Sevilla.  Pero en curiosamente en Navarra y Aragón el Santo Oficio no actua para quemar herejes.  Lo que le preocupan son las brujas de Zarragamurdi segfun han demostrado Menedez y Pelayo y don Julio Caro Baroja.


La aficción a leer les viene a algunos por laos libros de Caballería.  El amadís de Galva de Guitierre de Montalvo es un best seller por aquellos días pero siobre todo por trraducciones de la biblia una aficcion mucho más peligrosa porque el problema que tuvo siempre la patriotistica es trasladar textos en lenguaje antiguo a la mentalidad del lector que los leía en su sazón.  La filología hebrea y la griega manejan conceptos diferentes en terminos de la actualidad.  Ahí está el busilis- el espejimo que ofusca a los protestantes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] - Juidas era huerito y rubia la color- le espetaba el jesuita a un dominico.  Respuesta de éste:

              - Pero de la Compañía de Jesús, querido amigo.

[2] Se refería a los catellanos.  Felipe II tuvo de frente a este papa de la misma forma que su bisuabuela la Reina Isabel la Católica hubo de padecer la enemiga declarada de Sixto IV

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