CUM GLADIOS ET CUM FUSTIBUS
En la detención de Carranza que hacía sólo un año
que había sido preconizado para la mitra primada por expreso deseo de Felipe II
se dan circunstancias parecidas al Prendimiento. Getsemaní es una referencia constante pero a diferencia
de su Maestro el eclesiástico que descansaba del largo trajín de su visita
apostolical leía plácidamente el breviario. ¿A quién buscáis? Y siguiendo el paralelismo con su cofrade
Bartolomé de Las Casas los dos habían sido capellanes de Su Majestad y venían
de las nieblas del Támesis.
Pertenecieron a la comunidad del famoso convento de los Blackfriars
detrás del Pecadillo y habían sido fámulos del cardenal Pole que quiso bajo el
reinado de María Tudor restaurar en Inglaterra la religión verdadera. Los dos habían mandado quemar herejes. El Black Friars que tenía un huerto paredaño
a Covent Garden donde en el siglo XVI discurrían de teología hasta las
verduleras del famoso mercado londinense goza de una fama siniestra. Hoy no es más que el nombre de una estación
de metro. Frailes blancos frailes negros
toda una reflexión que le hace pensar a un español en los misteriosos designios
de Inglaterra que dentro de la cristiandad constituye el exergo o la otra cara
de la moneda del ideal español. he paseado muchas veces por el lugar. He bebido en las tabernas cerca del Támesis a
cuyas barras se acogieron en un principio muchos de los heterodoxos españoles
que venían huyendo de la
Inquisición desde Antonio Pérez a Blanco White pasando por
Alberto Lista, los constitucionales de las Cortes de Cádiz hasta llegar a
Arturo Barea, León Felipe y los republicanos que buscaron asilo política en la
perdida Albión. Parece ser que la
vocación americanista de Las Casas y la reformista de Carranza, ya digo dos
vivas paralelas, se templaron en una ambiente de las brumas londinenses que
siempre hicieron a los españoles los misterios de la vida, la religión, la
política de otra forma más pragmática que bajo el sol de Castilla siempre
generador de utopías. Pero Las Casas
debía de ser más ardido y diplomático aunque menos piadoso que su tocayo. Se da también la circunstancia e insisto de
que aquí hay dos vidas paralelas de que uno y otro escriben sendos catecismos y
obras apologéticas. Este era un
requisito causa sine qua non para obispar como está mandado. Un tratado de teología, una gavilla de
sermones, dados a la estampa, eran entonces la tesis para las oposiciones a
cátedra. Entrar en el círculo privado
del Rey tampoco era fácil. Carranza es
nombrado capellán del emperador Carlos V
al que lee la recomendación del alma en Yuste y le insufla al oído algunos
consejos para el gran viaje a la eternidad.
La moneda del barquero. Este
encubrimiento del dominico suscitó el odio de frailuno de un jerónimo al que
quitó el puesto, un sujeto por nombre fray Juan de Regla. Este personaje cuando empapelaron al
arzobispo tuvo el descaro de que había visto al acusado susurrarle a la oreja
del moribundo “plegarias luteranas”.
Nada de eso. In artículo mortis
Carlos V reclamó la asistencia del hijo de Santo domingo pues como confesor era
un asceta y un confesor con fama de manga ancha más humano que ninguno de
aquellos rabulas con sotana que merodeaban igual que cuervos en torno a su
lecho de muertos. Carranza era de
condición apacible algo rubio y con los ojos azules un tanto entrado en carnes
muy bondadoso. Poco dogmático. Era el tipo de clérigo más del agrado del
emperador de España y Alemania que estaba en Yuste un tanto cansado de tanta
trifulca teológica de tanta fatiga del camino.
Quizás recordase en el último trance que en Worms por culpa de un fraile
agustino estuvieron a punto de asesinarlo.
Gracias a que salió oyendo y pensara con nostalgia en aquellos canónigos
alemanes de su juventud menos rigurosos pero más humanos y que le absolvían de
sus faltas de juventud y sus deslices con aquella guapa mesonera Barbara
Bamberg a la que hizo su amante. tanta teología como contaminara sus reinos le
fatigaba más que la gota y se fiaba más que de los frailes de los adivinos y videntes. Una de ellas, la saludadora del Barco de
Avila a la que fue a visitar asediado por su virilidad mermada le pronosticó
que viviría treinta años más y que tendría más hijos. Bastardos claro está que para eso era el
emperador. “Tome usted estas hierbas,
Majestad” pero los menjunjes no sirvieron de nada. La gota entumecía sus articulaciones y
estorbaba su riego sanguíneo. Carlos V
no se curó y acaso en su impotencia envidiase al rabadán que pasaba el día con
las cabras y por las noches hacía el amor.
Añoraba, decrépito, sus mocedad cuando las mujeres más bellas de Europa
habían dormido entre sus brazos. Entre
ellas la emperatriz Isabel de Portugal toda una beldad lusitana mujeres que aun
pueden verse transitar por las calles de Lisboa o fe Coimbra. Uno de sus palafreneros el duque de Borja a
quien se le encargó llevarla a enterrar a Granada fue la impresión al destapar
el ataúd que desengañado con la cosas del mundo se metió a jesuita y llegaría a
santo. Este desengaño esta corriente de
melancolía que se pintaba en el semblante del emperador como del fraile al que
llamó cuando pidió confesión debía de unirles a los dos. Carranza también era un desengañado. Su hijo Felipe II sería menos entrañable más
adusto y por el talante parecía más germánico que su progenitor que hubiera
pasado por milanés, un latino amante de los placeres de la caza, la mesa, el
vino y las mujeres. El padre ,menos
católico más humano más pagano. El hijo
más católico y cruel. de una credulidad sorprendente que llega a la superstición. Lo vivía.
El desencanto de la idea imperial paterna se trueca en melancolía casi
mística y en el ansia de convertirse en un rey monje que gobernará con cetro de
hierro sus estados desde la roca viva del Escorial. Felipe II era un cesaropapista esencial pero
también este ideario va a sufrir una transformación al darse cuenta de que uno
e los mayores enemigos de su causa era aquel hombre a aquel que más España
defendía con su oro y la sangre de sus soldados. Pero la melancolía de Carlos V que le otorga
un carácter conciliador casi erasmista al final de sus días y contemporizador
Paris bien vale una misa y lo importante es lo que tenemos de tejas abajo en
Felipe II por el contrario se hace rigor del dogma inexorable. Una idea fija vale más que un hombre y ahí le
tenemos asistiendo a un auto de fe en Valladolid sin descomponer un músculo y
mandar encerrar al primado toledano actuando con una frialdad que pasma. Ah católica y cruel majestad lamento de
Quevedo. Felipe no se para en barras al
meter en una mazmorra a su primogénito el príncipe Carlos su príncipe de
Asturias. Esta vez no por cuestiones de
religión sino por celos y supuestas conjeturas de un amor del heredero con su
esposa. Un muro de silencio. El Escorial granítico. La leyenda Negra. El hilo que separa el credo del fanatismo y
la superstición es muy tenue y el rey más grande que ha tenido España era de un
temperamento algo retraído frailuno muy frío con esa frialdad navajera de la
que sólo son capaces los curas de España.
Aunque no era un frívolo sino un entendido y muy burócrata pero también
aficionado a las ciencias ocultas como hombre de su tiempo. No daba un paso sin haber consultado a sus
frailes algunos de los como Arias Montano eran quiromantes y astrólogos. Felipe II era un hombre muy reflexivo de tal
manera que elige el real sitio del Escorial fiado de zahoríes y de versutos en
las nociones nuncupatorias con las que empalizaban los romanos sus
edificios. El monasterio del Escorial de
esta forma se encuentra emplazado donde se percibe una cierta “actividad
cósmica” sujeta a corrientes astrales indeterminadas que consiguen que el lugar
tenga algo de mágico y de que en su término ocurran cosas visiones como
visiones apariciones y que hasta los muros de las piedras lleven la voz humana
de un sitio a otro mediante las reverberaciones del eco magnificadas por el
granítico. Ello ocurre en algunas
dependencias del monasterio. La
saludadora de Ocaña le apuntó el lugar para fabricar pero no le recetó hierbas
como a su padre. El monarca gozó de una
sexualidad insaciable y casi femenina -quien lo diría en un sujeto tan piadoso
y tan apacible- aunque entonces las obsesiones de la catolicidad no tenían que
ver con el sexto mandamiento sino con el primero. A los reyes se les toleraban como simples
deslices o pecadillos los hijos bastardos.
Pero no daba un paso sin consultar a un fraile. Y en los monasterios se vivía con un pavor
insólito a la heterodoxia y a la herejía.
Por ese cabo sus asesores jerónimos estaban limpios de polvo y paja y
era una comunidad de observancia rigurosa muy al contrario de lo que ocurriera
años adelante con los jerónimos de Sevilla donde nace uno de los incipientes
conventículos protestantes que fueron suprimidos de raíz por la inquisición. El rey hablaba en latín y gustaba de rezar
las horas del oficio divino desde su tribuna a la que mandaba subir al prior en
el lado del evangelio del templo herreriano.
Cuando un fraile negligente o perezoso se comía el versículo de un
pasaje confundía una lección con otra o desentonaba en la salmodia el rey
paraba los oficios y mandaba repetir escrupulosamente aquel himno de vísperas
en que un chantre cansino desafinó. Por
eso la rigurosidad de la liturgia escurialense pronto alcanzó fama de
perfección en todas las catedrales españolas.
El rey no sólo sabía latin sino que era un experto en arte un
connoisseur de gustos tradicionales que se permite el lujo o el desliz de
mandar aquel san Patricio a la sacristía del ,monasterio que había encargado al
greco. Domenicos Theotocopoulos el
pintor que no le agrada al rey es precisamente el que mejor va a dejar plasmado
en su lienzo el mundo onírico aquellas ensoñaciones del catolicismo españolas
esto es un reflejo cuasi perfecto del mundo interior y exterior de la España del primero de los
Felipes una España torturada y grandiosa en sus delirios. Un griego había sabido entender y explicar el
alma de España. Dicotomía. Excelsitud del dogma volando alto hacia las
cumbreras del paraíso. ¿Tendrá el cielo lo que se dice propiamente un
tejado? Para caer luego en la cloaca de
las disputas entre doctos escolásticos siempre a grito de los salones de grados
de paraninfos catedralicios y de conventos donde los frailes suelen andar casi
siempre a palos. Denuestos del agua y el
vino. Pendencias a los divino. Grescas de campanario. Salamanca ciudad difícil siempre que voy de
paso me echo al coleto algún vaso de mostos de Peñaranda para aplacar la
desazón que desde niño sentía ante aquellas trifulcas entre jesuitas y
dominicos que terminaban a palos: “.rubicundus erat Judas” le decía uno de la
compañía a un fraile de capa negra y escapulario blanco y contestaba el
dominico sed de Societate Jesu. Aquello no eran precisamente dialogos de
carmelitas. Tenían muy poco de
edificantes.
Pero la devoción tipicamente del periodo felipino no
lo acahacan sus biógrafos a que Felipe II fuera un pacato meapilas. Eso está muy lejos de la realidad. Respondía a una visión del mundo bajo el
prisma de un universo católico. Roma es
la depositaria de la fe verdadera y no hay otra. Era el pensamiento de Trento. Cualquier
desviación cualquier desvarío o concesión curva a la linealidad del dogma
rectilíneo podía costarte la vida. El
cargo público, la sinecura, el chollo, el beneficio catedralicio, la canonjía. Cesaropapismo puro y neto. Pensar alto y augusto. Trono y altar cogidos de la mano. Poder jerárquico y absoluto. Una misma grey bajo el cayado de Roma. Era la visión de los Austrias pero uno tiene
la sensación de que la historia les jugó una mala pasada al jugarselo todo a
una sola carta la del papado - y esto lo decimos desde la perspectiva de hoy-
porque en Roma no pensaban lo mismo. Un
error del catolicismo hispano es haber querido ser más papistas que el papa sin
caer en la cuenta de que en toda empresa terrenal existen luces y sombras. Los franceses anduvieron más listos y de ahí
que en esa pugna por la hegemonía de la cristiandad tenían otro sentido de
estado que les lleva a contubernios incluso con el Turco. Así la Casa de Foix donde crece la flor de lis ha sido
proclamada la hija predilecta de la
Iglesia y eso que uno de los herederos del Trono de San Luis
se atrevió a decir Paris bien vale una misa. Entre los roles de los blasones
castellanos y las barras siniestras crecen los cardos borriqueros - The order
of the Thistle- y alguna amonestación papal como la de Julio II donde sientan el culo estos cabrones
no volverá a crecer la hierba. La idea de que la autoridad viene de Dios a
través del rey temporal y del rey espiritrual un concepto con el que hace
malabarismos san Ignacio de Loyola en contra precisamente de la monarquía
española era el único camino abierto que les quedaba a los defensores de la
monarquía absoluta. Creyeron en ella los
austrias pie juntillas llevadas de un mesianismo que empiezan a predicar
asesores regios como Ginés de Sepúlveda y que canta en suis sonetos Juan de
Herrera. La corona y la potestas
clavium. contra esta potestad de las llaves se sublevó Lutero. El papa vicario de Cristo en la tierra. Pero si no era más que un hombre. Algunos como Alejandro VI hasta tuvieron
querida y se enorgullecían de la presencia de hermosos niños rubios que andaban
correteando por los jardines de Juan de Letrán y antes casi de la pubertad
recibían el capelo cardenalicio. A todos
nos ha deslumbrado alguna vez la belleza de Lucrecia Borja y nos hemos sentido
enternecido por los comentarios de Isabel de Castilla cuando el cardenal de
España presentaba en sociedad en la corte a una nutrida cohorte de mozalbetes -
debían de ser diez o doce- muy lindos: Ya veo ya, Eminencia, los bellos pecados
del cardenal. Eran Mendozas de pura cepa
pero hijos ilegítimos. El puritanismo
del norte acusaba a los dogmáticos del sur más abiertos de costumbres
atacandole por donde más pecado había: la incontinencia del alto y del bajo
credo. Lutero en el paroxismo de su
soberbia predicaba la castidad y la morigeración pero cayó en aquellos vicios
que tanto fustigaba después de haber desnudo los altares y sometido a sus
compatriotas a la férula de un cristianismo a palo seco: la glotonería y la
lujuria. Todo comenzó por una trifulca entre agustinos y acabó en líos de
faldas. “Pedro, ¿me quieres tú más que
estos? Sí, Señor. Tú sabes que te quiero. Apacienta mis ovejas apacienta mis corderos”
esta frase del Evangelio en que se fundamenta la potestad de las llaves
concedida al primero de los apóstoles va a ser el soporte de la gran polémica,
el lío cruel que hizo correr la sangre y el fuego por los campos de
Europa. El heresiarca tenía una
inteligencia fuera de los común un tanto diabólica y la lanza contra Roma
diciendo que es una manipulación de los textos bíblicos y del mandato
nuevo. Es un cura el que habla un lobo
disfrazado de cordero que invita a la cristiandad a volver a la Iglesia primitiva sin
boato de ropajes sin liturgia ni cantos en una lengua misterioso pero
atractiva. El motete catedralicio es
sustituido por el himnos himno de la capilla.
Sí Ahora todo se entiende porque hasta los palurdos de Sajonia
comprenden la letra pero se ha arrebatado a los creyentes el privilegio de
gozar de los misterios de los ritos orficos. Lutero traduce la biblia a buen
alemán pero la biblia que cada uno puede interpretar como le dé la gana se
convierte en piedra de discordia y una pretexto para asesinar en nombre de la
divinidad privando al pueblo de la sacralizada
liturgia, de los misterios orficos.
Es el peligro de las lenguas vernáculas en toda religión. Que se entienden demasiado pero no se
comprenden bien y cansan al auditorio sobre todo cuando la exegesis es
mala. Lutrero no era más que un letrero
que aparte de denudar los altares tuvo una larga serie de predicadores e
impostores que aun colean en el mundo protestante. son los telepredicadores. Los falsos profetas que engatusan a sus
congregaciones y hacen milagros coram populo a cambio de nutridos cheques en la
bandeja cuestatoria. El cepillo es lo
único que no suprimió Lutero de sus templos reformados. Así y todo clava sus 99 tesis sobre las
puertas nieladas de la catedral de Wittemberg y con ello hinca sus colmillos en
los lomos tiernos de la iglesia universal.
En parte llevaba razón pero el fraile iba con mala fe. Quería destruir y
moler. No reconstruir. su caballo de
batalla son la doctrina de las indulgencias que había degenerado en depravación
simoniaca. Se montan negocios a costa de
las animas benditas del purgatorio en espera de las mandas testamentarias del
encargo de misas y de las donaciones pro anima que constituyan el sustentáculo
de la riqueza inamovible de bienes mostrencos de posesiones relictas de las
ordenes monásticas durante toda la edad media.
Estramos ante un clérigo que habla el lenguajes de
los clérigos. Palabra muerta. Pensamiento barroco. Barroco qu quiere hacer volver la religión a
sus primitivas esencias. Mas, no la
toquesi más que así es la rosa. Se armó
un barullo. Era peor el remedio que la
enferdad. Lo inefable no necesita
explicaciones pero Lutero opertenecía a una raza que ama los sermones porque la
palabra es poder y pílpito y palpito de lo trascendente. hay muchas moradas en
la casa del padre. A Jesús se puede
llegfar por muchos caminos. Los
quietistas y deixados españoles contestarían a las reconvenciones lutgeranas
subiendose a la columna de Simón el Estilita.
Había que regresar a la caridad ctristiana y a la
vida en comunista de las primeras iglesias.
En las catacumbas se llegó a conseguir el comunismo. Todos compartían. Se amaban unos a otros. Buscando la utopía se contaminó de herejías y
a los obispos les lee la cartilla con una frase del ebangelio. Es más difícil que un rico se salve quie un
camello entgre por el ojo de una aguja.
Ahí os quedais vosotros con vuestras mitaras incrustadas de pedrerías,
bvuestras caligas de seda y el esplendor de vuestro oro. Con vuestras ínfulas y las fimbrias de
bellisimno encaje, los roquetes de lino nuevo y los sobrepellices de
blonda. Las catedrales de fina labra,
los edificios imponentes. La iglesia
mora en casas suntuosas y palacios mientras el pueblo habita sus chozas. Fray Martin era un campanero que desemcampanó
a la encampnada Germania. El Maestro se
sentó en una piedra del campo para predicar el sermon del Monte y estos se
suben a los tronos y son portados en sillas gestatorias. Las anforas de barro en que bewbía el
Pescador se hatransformado en calices y vasijas de metales prevciosos. Ay fray martín el campanero ya no tocan las
campanas,
acabio de presenciar por la trelevisión una misa de
pontifical en una ciudad a orillas del Vístula.
Nunca se juntaron tantas casullas tantas mitras, tantas panzas, tantas
infulas y capas pluviales en una misma manada.
No sé por qué el catolicismo polaco me recuerda la lucha de las
investiduras. Con la larda que echasen
las barigas de los monseñores en la sartgen se podrían llenar las calderas de
Pedro Botero y todo el infierno ardería bien.
Se podría asimismo nivelar la nbalanza de pagos con el oro de las
alhajas que llevaban encima los prelados.
Esta mañana de dominfo de octubre del 2007 bella y serena en Madrid he
reflexionado sobre estas cosas y comprendo a fray martin viendo desfilar a los
polacos. En vez de una misa parecía un
circo o un gathering de una convención electoral yanqui. Aquel fraile tentó a dios y nos despojó de la
liturgia. En ciertos puntos no le
faltaba la razón. Con él se acabaron misas gregoriamnas y los sufragios por los
difuntos de los que comía todo un convento.
La secularización de los monasterios en que se embarca Enrique VIII es
la respuesta a ciertos abusos. Las
propiedades monasticas se multiplicaron en proporción geometrica gracias a los
responsos y a las donaciones pro anima de los ricos que compran con oro un
enterramiento en la iglesia a ser posible cerca del altar mayor. Pero por este motivo vino la rapiña, la
desturcción de onbras de arte y el furor fundamentalista y puriano de un
Cromwell por ejemplo y las guerras de religión que topdavía colean en el
Ulster. En la bariga de Lutgero se
introdujo el diablo y el mundo ya no volvió a ser el mismo. Era un vehemente y la pasión le juega una
mala pasada.
Niega la transubstanciación, el culto a las
iáhgenes, el sacerdocio univcersal y deja los sacramentos reducidos a dos: el
bautismo y el orden pero al propio tiempo defiende el sacerdocio
universal. Renuiega de la virgen. Las iglesias luteranos se quedaron sin madre
y en Inglaterra y en Francia los hugonotes demontan las capillas dedicadas a la Mnadre de Dios. Que dejen de sonar las campanas de Notre Dame
. Afirma que las relaciones del hombre
con Dios -y esta es otra de sus contradicciones pueden hacerse sin
intermediario según la ley rabinica, él que era un declarado antisemita- sin
intermediarios y sin sacramentos. Sólo a
base de la justificación por la fe. Los
meros meritos de la pasión de Xto salvan al creyente. en sus planteamientos
afina lo suyo: según Fray Mnartin el hombre es inane, nunca podrñá vencer su
naturaleza ni sabrñá corregirse, está sometido a la tiranía de sus
células. Pero Jesús en su reencarnación
abolió la culpa.
Por otra parte en Lutero nos encontramos con el
mayor exegeta del espíoriotu y la letra de las epistolas paulinas. El Apostol de Gentiles es para el ex agustino
un factotum. Pocos calaron en el mensaje de san Pablo como Martín Lutero. Pablo se rebela contra la sinagoga que
pretende la deificación del ser humano a través de su caminar por la historia
pues considera que la raza humana es eterna y aspira a un reino mesianico en
que se suprema el dolor y la muerte mediante los avances cientificos. Saulo por el contrario cuando cae derribado
del caballo camino de Damascio mira al cielo y busca lo trascendente. abomina
de su cuerpo. Habla del alma excelsa e
inmaterial que un día podrá encontrarse con dios cara a cara. El judio de Tarso pero tambien el cives
romano se alza contra la utopía sionista que cree en el advenimiento del
Mnesías. Pablo recore las sinagogas y
crea un cisma dentro del judaismo diciendo que el Mesías ya llegó, murió
cruficiado y los suyos no lo recibieron ni lo conocieron y habla de la parusía
o segunda venida del Salvador que él creía inminente y por anunciar su llegada tenía
priosa. Se equivovó de calendario o por
lo menos su eror dura ya más de dos mil años pero un día de dios es muy
diferente a un dia del hombre y el Señor hace su cuenta por otros cálculos. Predica Pablo la insomnsistencia y caducidad
de las cosas de esta vida que no es sino un paso breve para la otra. Congruente. pero sus hermanos de raza quieren
lapidarlo. A él solo le interesa el
pueblo de Israel y de ahí dimanan sus desavenencias con Pedro que quiere
cristianizar a los paganos. El pan de
los hijos no es lícito echarselo a losperros aduce Pablo. Así y todo estos le denuncian a los romanos y
es martirizado. Muere creyendo que
Jhesus vendría en muy poco tiemopi y amnonesta a sus discípulos a que estén
preparados llevando uina vida espiritual en la frugalidad y emn la modestia
lejos de los banquetes, las orgías, la fornicación y las contioendas. Le toma por su palabra Lutero que insistimos
es un clérigo que parla el lenguaje de los clérigos con sus virtudes y sus
vicios retóricas y encalimientos. Conviene prevacaverse siempre con los
fervorines. El celo apostólico es una
navaja de doble filo. No se daba cuenta
de que temnía en sus manos una escopeta cargada de futuro, sí, pero las armas
las carga el diablo. El cristianismo no
se explica con la nuda escitura ni a Cristo se le envuelve con palabrería y esa
ganga retórica de los sermones campanudos de las bravatas desde el púlpitgo que
siempre fue un oráculo de poder y que, mal utilizado, puede volverse contra
tí. Pero el fraile reformista es un flautista
de Hamelín que arrastra tras sí a muchos detras de su gaita. ¿A Caranza? Tal vez pero el arzobuispo de Toledo es un
hombre de buena fe y un religioso de vida edificante virtudes que nunca tuvo
Lutero en su dossier. No se equivocó en
lo que dijo pero sí en cómo lo dijo.
Lutero es un verdugo y Carranza se va a convertir en víctima de la
intolerancia la presunción y la sonbernbia de sus camaradas en el episcopado y
el sacerdocio. La paciencia con que se
condice en medio de la tribulación y que él ofrece a Cristo por la expiación de
sus pecados el trato humillante de sus esbirros el apartamiento de los
sacramentos al serle confiscadas las cartas dimisorias para celebrar misa
demuestra su fe berroqueña que le mantiene y le lleva a mostrar indiferencias
frente a las cosas del mundo que siempre pasan.
Ama y haz lo que quiera. Esa
premisa agustiniana al jheresiarca alem´ñan le lleva a la rebelión pero al pobre obispo español le ilumina en uin
xciertgo quietismo de abandono en los brazos de Dios. Carranza puede que fuese un deixado en
la misma onda que Teresa de Avila y Juan de la Cruz o Juan de avila pero sin tanta fortuna.
El siglo XVI es el siglo del amor pero también el de
la biblia. Tambien el libro es
amor. El inventio de Guttemberg había
abarato los costes de producción y las prensas o paran de funcionar llevando
las ideas de un lado a otro. Aquel
acarreo de libros o colortaje debía de ser un espectacula. Carros llenos de incunables cruzan los
pirineos a través de navarra y la región de bearn con gran escandalo de los
inquisidores. No hay que pueda detener a
las nuevas ideas como tampoco nadie podrá poner puertas al campo. El protestantismo va a entrar por Aragón cuyios
caminos se ven plagados de reatas de arrieros con las mulas - doctas mulas las llamaba la Inquisición en la
silla algún fraile o algun obispo oyes desde el siglo XV cuando los oprelados
dejaron de ir a la guerra tenían prohibido por humildad ir a caballo pudiendo tan solo cabalgar
machos burdeños y boricos- que van a fomentlos incendios reformitas o
conventiculos que aparecen en Valladolid, enb Toro o en Sevilla. Pero en curiosamente en Navarra y Aragón el
Santo Oficio no actua para quemar herejes.
Lo que le preocupan son las brujas de Zarragamurdi segfun han demostrado
Menedez y Pelayo y don Julio Caro Baroja.
La aficción a leer les viene a algunos por laos
libros de Caballería. El amadís de Galva
de Guitierre de Montalvo es un best seller por aquellos días pero siobre todo
por trraducciones de la biblia una aficcion mucho más peligrosa porque el
problema que tuvo siempre la patriotistica es trasladar textos en lenguaje
antiguo a la mentalidad del lector que los leía en su sazón. La filología hebrea y la griega manejan
conceptos diferentes en terminos de la actualidad. Ahí está el busilis- el espejimo que ofusca a
los protestantes
- Juidas era huerito y rubia la
color- le espetaba el jesuita a un dominico.
Respuesta de éste:
- Pero de la Compañía
de Jesús, querido amigo.
Se refería a los
catellanos. Felipe II tuvo de frente a
este papa de la misma forma que su bisuabuela la Reina Isabel la Católica hubo de padecer
la enemiga declarada de Sixto IV
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