SANTA GERTRUDIS Y SU VISIÓN: EL
CORAZÓN DE JESUS EN LOS ULTIMOS TIEMPOS
Santa Gertrudis mística alemana y
monja cisterciense estigmatizada tuvo una visión sobre los últimos tiempos y
profetizó que la falta de caridad, confusionismo, pressura gentium, inmoralidad, feminismo, uxoricidios y guerras
internas en las familias, pestes y guerras, serían remediados por la Devoción
al Corazón de Jesús fuente de amor humildad, tolerancia.
Sería el postrer desfuerzo de
amor del Redentor antes de su segunda Venida Para reanimar el raudal de la
fuente del amor divino de Xto a los hombres. Remedio contra el enfriamiento de
la caridad y la fe.
Siglos más tarde este mismo mensaje le fue
comunicado a santa Margarita María de Alacoque religiosa francesa: “El Corazón
de Jesús será fuente de paz y de amor en la tribulación y dondequiera que hubiera
una imagen del Sagrado Corazón se derramarían allí todas las gracias del cielo”.
En las guerras civiles españolas
los soldados llevaban al pecho un escapulario del Corazón para desviar la
trayectoria de tiros enemigos (detentebalas)
Por esto ha sido costumbre en
España católica colocar un icono del Corazón a la puerta de las viviendas, de mármol pintado o de
simple metal dorado, como deterrente para cortar el paso a los malos espíritus.
Asimismo, la devoción sagrado corazonista
renovará el fervor dentro de la Iglesia minada por las herejías, cismas y
blasfemias.
Los males estarán dentro y fuera
de la iglesia en un tiempo de apostasía y de guerras. Muchos se arrepentirán y
volverán a la observancia. Algunos perseverarán.
Las iglesias de oriente y occidente se
abrazarán allanadas sus diferencias dentro del Corazón Místico.
El pueblo de Israel renunciará a
su cristofobia y reconocerá a Jesucristo como Mesías. Todos los pueblos de
todas las razas y de todas las lenguas se mirarán en este espejo evangélico del
amor y la caridad reinante en la tierra.
Es la idea que propaló Gertrudis en Alemania y
Margarita de Alacoque en Francia.
“Él será nuestro refugio en la
tribulación y nos ayudará a morir arrepentidos en la hora de la muerte
abriéndonos las puertas del Paraíso”
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