ARRUAN LOS JABALÍES. VOZNAN LOS
GRAJOS, MAYAN LOS GATOS, CRASCITAN LOS CUERVOS, ARRULLAN LAS PALOMAS Y LAS CIGUEÑAS
EN LO ALTO LA TORRE MACHACAN EL AJO
¿Y qué hacen nuestros periodistas
aduladores, amanuenses de la voz de su amo, nunca mi profesión pude pensar que
cayera tan bajo. ¿Berrean? ¿Son galgos? ¿Son podencos? Quia. Se trata de
vulgares ganapanes.
Siento cierta vergüenza y estoy
compungido por el servilismo de mis colegas con esto de la coronación del Rey
Charli. Todos genuflexos, largando piropos y alabanzas a la gran tenida pompa y
boato, deshaciéndose en lenguas sobre el sombrero de los arrozales vietnamitas
que lucía Doña Facticia. Todos ellos olvidan que si España ha tenido un enemigo
histórico esa fue Inglaterra. Drake arrasando Coruña varias veces. Es un pueblo
con alma de pirata. Nos hostigaron
siempre por tierra y por mar domu militiaeque que diría Cesar.
Las cámaras de la televisión conectaron,
sin pudor alguno ni conveniencia nacional, con Gibraltar y los llanitos nos
pasaron la pluma por el pico asegurando que son ingleses. Amén de eso Londres
se ha convertido en el epicentro de la conspiración mundial que paga guerras y
revueltas armadas. Los servicios secretos ingleses apoyaron al movimiento
etarra y la subversión catalana. Carlos III es no solamente el “papa” de la iglesia
de Inglaterra es también la cabeza invisible de la masonería grado 33. Ayer mis
avezados mirares de viejo periodista veían en la catedral de Westminster no
solamente cetros, coronas y capas pluviales sino también mandiles y planchas. La
ceremonia tuvo para mí puntas y ribetes de tenida masónica y aquí los españoles
en loor de nuestro gran enemigo aplaudíamos con las orejas. No saben que en
Londres reside el principal apoyo al terrorista Zelenski y la guerra de Rusia obedeciendo
las ordenes del gran diseño la muñen desde allí. Sigamos por tanto adorando al
Rey de las Fuerzas Oscuras. No es un monarca cristiano, aunque ciña sobre sus sienes
la corona que puso sobre los augustos hombros de Eduardo el Confesor el arzobispo de Cantorbery al vencer a los
daneses en la batalla de Hastings. Yo creo que es el rey de copas, de oros,
espadas y bastos. Los cuatro palos de la baraja.
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