2025-09-28

ESCUCHÉ LA VOZ DE SHAKESPEARE

 Me apunté a las clases de inglés y yo no sabía si era la alondra o el ruiseñor. Acababa la noche y se abría un nuevo día, una nueva fase para mí. Otra etapa

- Is the lark or the nightingale?- pregunta Romeo a Julieta

Esta le contesta:

-The lark, quédate un poquito más

-No puede ser

El ruiseñor es el nuncio de la aurora y la alondra del entre lubricán antes de amanecer y yo ya soñaba con una de aquellas noches de amor. Shakespeare me estaba tirando un guante. Habría que aprender inglés y yo fui uno de los pioneros. Soñaba con las brumas del Támesis, el puré de guisantes de la contaminación londinense del Londres al final de la guerra, y el té de las cinco. Me apunté a las clases de inglés y yo no sabía si era la alondra o el ruiseñor. Acababa la noche y se abría un nuevo día, una nueva fase para mí.

- Is the lark or the nightingale?- pregunta Romeo a Julieta

Esta le contesta:

-The lark, quédate un poquito más

-No puede ser

El ruiseñor es el nuncio de la aurora y la alondra del entrelubricán antes de amanecer y yo ya soñaba con una de aquellas noches de amor. Shakespeare estaba tirando un guante. Habría que aprender inglés y yo fui uno de los pioneros. Abrí brecha. Soñaba con las brumas del Támesis, el puré de guisantes de la contaminación y el té de las cinco. Is it the lark or it is the nightingale? La frase me recuerda la noche más feliz de mi vida que pasé con mi amada en un hotel de Hornchurch el día de nuestra boda. Aunque para alcanzar aquella maravillosa connubial noche habría que pisar caminos de abrojos, saltar muchas vallas convencionales y pagar peajes y fielatos en las aduanas correspondientes. Pero el amor no entiende de trabas porque siempre vence. En aquella voz de Shakespeare estaba la llamada del destino, el hijo del guantero de Stratford Upon Avon con su media sonrisa, dándonos la bienvenida subido al tablado de la antigua farsa en el corral de comedias de del Globo londinense y su voz era profética. No me prometía tesoros ni la fama. Pues me auguraba que yo sería  un escritor fracasado en vida y glorificado en muerte. Esa era la parte de mi lote y acepté.

- La vida es una historia llena de furor y de sonidos contada por un imbécil

¿Sería yo el imbécil? ¿Estaba destinado a representar ese papel?

La corneja del hospital general me hablaba desde la rama de un árbol del jardín abandonado. Aquel jardín abandonado era la ruta de la muerte. Tu existencia, decía, es contingente casualidad. Es una novela escrita por un loco a ráfagas en la cual lo personajes se asoman al vacío sin red de seguridad,  no tienen consistencia lógica. Tú no crees en el dogma de las tres unidades pero narras lo incomprensible del mundo de hoy y a veces aciertas corroborando la fase de Shakespeare sobre la condición. El grito, la furia y un músico que toca el violín con las cuerdas rotas. Pero yo entonces era un adolescente gordito que iba por la ciudad en una bicicleta sin frenos. se la dejé a uno y por poco se mata.

 

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