Desasosegado, rezo mis vísperas y algo tibio, despacho el oficio divino del 20 enero que era de segunda clase, honra de mártires, en menos que se persigna un cura de los nervios. Fabián y Sebastián eran centuriones encuadrados en la cohorte de la Innumerable, creo que operaba en Pamonia y en Germania, al otro lado del Danubio, según nos cuentan los anales.
Llevaban tatuados en un brazo el anagrama de Diocleciano y uno de ellos, marcial efebo, por lo visto formaba parte del círculo íntimo, por decir algo, era un favorito, del césar; los romanos consideraban como pecado de leve al vicio nefando y la mariconería no estaba mal vista entre los patricios. Nada por aquí. Nada por allá
Mañana san Sebastián, iré a llevarle al Desnudo una oferta de paños menores que así ha venerado durante muchos siglos en cuadros, altares y otras iconografías.
Hay algo muy carnal y al propio tiempo muy humano en aquel cuerpo apolíneo que le “ponía” a una madre abadesa de cerca de mi pueblo a otro capellán de aquellas monjas de inclinaciones inconfesables pues también le ponía y se quedaban en éxtasis contemplando el cuerpo coreográfico algo feminoide según lo ponen en los retablos, del hermoso Apolo en Jesús y por Jesús.
Un pecado ciertamente pero nuestra santa madre la iglesia miraba para otra parte.
El divino capitán transverberado por aquellas flechas que parecían de amor sin embargo se salvó de aquella muerte por fusilamiento, el primero de toda una racha que ha seguido las huellas del crucificado por todos los senderos del mundo.
Su cuerpo fue recogido por la viuda piadosa que le curó de sus heridas con ungüentos y hierbas. Reestablecido de sus heridas, volvió a la carga y confesaba la fe de Cristo en los campamentos, asistía a las reuniones y ritos cristianos en las catacumbas. Diocleciano que lo supo y no olvidando la traición de su favorito- los homosexuales son muy refinados y violentos cuando se trata de practicar la violencia de género entre ellos- mandó que lo apalearan sus verdugos hasta la muerte con la mayor sevicia.
En Roma proclamaron a San Sebastián abogado contra la peste pero ceo que hoy en día le cumple otro papel más ad hoc como es la intercesión del lobby gay, y en su honor organizan los donostiarras la tamboraza, se ponen ciegos de chacolí y de marmita y caldereta de lechazo.
De Fabianus sabemos un poco menos. Que era africano, adscrito a la milicia, y que ingresó en el acta de los mártires un 20 de enero del año 259. La palma del martirio brilla en esta tarde asturiana con nubes bajas panza de burro como un mal barrunto para los que caminamos solos y desconsolados por los caminos del mundo.
Las escenas que llegan de Haití me causan horror. Todos esos pobres negros, de cuerpos esbeltos, las haitianas se encuentran entre las mujeres más bellas, lo mismo que las etíopes, gente guapa y cenceña, enterrada bajo los escombros de un terrible temblor de tierra hace una semana, también deben de ser mártires.
Pero ¿por qué fueron escogidos como ovejas de expiación y ofrecidos en holocausto? Estos holocaustos son los que me importan no otros. ¿Cómo pudo consentirlo nuestro padre de los cielos, señor y dador de vida, según le cantamos?
Todos ellos eran inocentes y murieron una muerte absurda. Ante graves misterios nos topamos y hemos de agachar la cabeza, sencillamente no se comprende con ojos humanos. Nuestras entendederas no alcanzan la altura de la sabiduría. Estamos con el culo al aire, Señor, pecho a las flechas. ¿Por qué este abandono? Estamos con el culo aire. Mira cómo nos recriminan. Nos habías dicho que pondré a tus enemigos bajo el escabel. Y no es así. Nos putean, nos mean desde arriba y hay que besar el pié mingitorio diciendo que es que llueve.
Pues no. Más bien, no. andamos muy en precario en medio de exclamaciones de abandono. Llamo a un amigo mío –es el mejor amigo que tengo gracias a este blog y sus respuestas me consuelan porque como es inteligente no ha perdido el buen humor del que hay tanta carestía- y me dice
- Mira, Accipiter, si dios existe en tales casos es un hideputa. Porque menuda cabronada eso del terremoto. Lo decía otro amigo mío, un alma santa, pero no podía ir a los hospitales sobre todo a las salas pediátricas donde aparecen siempre los niños cancerosos con el pelo al rape. Salía pegando tumbos camino de la taberna y alzando los puños contra el del arriba. Ya ha muerto y creo que se fue de cabeza al cielo porque no había hombre mejor en el mundo ni más cabal compañero.
- También yo, querido Expeditus. Dan ganas de emborracharse y decirle cuatro frescas a Dios ante la injusticia. Luego se me pasa.
Hay cosas que siente el corazón y que la razón no entiende. Dios nos perdone. Las palabras del viejo compañero al otro lado del hilo han servido de bálsamo a mis heridas como los emplastos de aquella bondadosa viuda al legionario romano en esta tarde de dudas en que las televisoras nos cargan de imágenes horrísonas.
Hay un cierto morbo y una escondida delectación en estas catástrofes que sirven para apuntalar el régimen global que impone su ley mediante el miedo y siembra el terror en las conciencias.
El diablo que dicen que es señor del mundo nos tiene a todos agregados por los mismísimos y ahí están los Piqueras, las cleopatras, los corresponsales volantes, los opinadontes y opinantes que quieren saber de todo y no entienden de nada dándonos la vara.
Los americanos envían a los marines, Zarkossy se cabrea, más ayuda humanitaria. Solidaridad pero sin justicia y sin caridad esta solidaridad masónica es un pufo, un ejercicio de relaciones públicas, un brindis al sol, no sirve para nada. Haití no es el culo del mundo. Es el cuarto de atrás de los norteamericanos. El imperialismo yanqui no cree en sentimentalismos. El terremoto la ocasión la pintan calva ha servido de pretexto a Obama que cada día se parece más en alto y en guapo a Sammy Davis júnior que era cuarterón (sangre judía y sangre negra) para que envíe las cañoneras con gran fastidio de Francia que fue la potencia colonizadora.
El jingoísmo yanqui y el chauvinismo francés quieren verse las caras.
La polémica está servida. Hoy los cristianos tenemos que rezar por los doscientos mil muertos de esa hecatombe. No se puede hacer otra cosa porque hoy hasta el humanitarismo es una píldora envenenada por la política.
Tal día como hoy se celebraban festejos en la iglesia de san Sebastián de Segovia cabe el postigo. Hoy está cerrada y en la de Atocha había un solemne triduo con sermón de campanillas. Sólo me consuelan las opiniones de Expedito Dios le bendiga que me hizo reír en medio de tanta desdicha.
Me llama mi prima la Tuerta la de Membibre y dice que estaban reunidas las mujeres de aquellos arciprestazgos con el obispo. Ahora te llamo. A lo mejor las ordena diaconisas y hasta puede que obispas. Que bien. Fui incapaz de terminar el oficio de mártires. Lo del terremoto de Haití me ha dejado desorientado pero prometo que no me daré a la disipación como en otros casos. Hoy aunque no tenga ganas me urge más que nunca la necesidad de escribir aunque sea para llamarle a dios hijoputa. Pero yo me entiendo y él me entiende que diría Unamuno.
martes, 19 de enero de 2010
EL PAPA EN LA SINAGOGA
El papa Benedicto que es un bendito se ha ido esta tarde de san Antón la gallina pon y hasta san Antón pascuas son a la sinagoga a darles a los rabinos la rosa de oro. Le han quitado el solideo y le pusieron una yamulka blanca ciertamente pero con bordados de la estrella de David. Un acto de acatamiento y sumisión del cristianismo a la ley mosaica. Estos no dan puntada sin hilo.
A Jesús lo echaron de la sinagoga de Nazaret porque los de su pueblo que eran muy brutos -¿de Nazaret puede salir algo bueno? Pues sí parece que sí: de esa aldea galilea surgió la salud para el mundo- se cabreraron un poco.
Les había llamado raza de víboras y de sepulcros blanqueados y algunos de sus paisanos los más exaltados no sólo le lanzaron a patadas, quisieron tirarlo al pilón y desde entonces los nazarenos y sus seguidores vestimos de morado que es como guardar luto por tal afrenta. El taumaturgo lo impidió. Pasó por entre sus filas como tal cosa y no lo pudieron meter mano que para eso era hijo de Dios. No había llegado su hora pero desde atrás viene la cosa. Cuidado Dika (el diminutivo hipercorístico con que llaman los rusos a todos los que se llaman Benito) que está pisando Su Santidad un terreno muy resbaladizo. Los rabinos siguen erre que erre con lo de la canonización del papa Pío. Dios obceca a los que quiere perder porque la verdad es que Pacelli otorgó no pocos conductos a los hebreos perseguidos para que se pusieran a recaudo de sus perseguidores y se ausentó a Castelgandolfo cuando Hitler viajó a la Ciudad Eterna. Lo mismo que Franco. No lo reconocen porque de desagradecidos está el mundo lleno. Peor para ellos
Lo digo en mi libro Franco y Sefarad un amor secreto ¿correspondido?
Me contó no pocas anécdotas al respecto Ismael Herraiz que era el corresponsal de Arriba en Roma cuando la bombardearon los americanos. Ismael era un marrano de origen y siempre simpatizó con la causa de los judíos sería más que recomendable conveniente para ahijar la memoria de los desmemoriados del soviet de la Sienen que nos han convertido el humilde oficio de informar en labor de encaje de bolillos propagandístico agit prop a toda marcha pero también Ismael Herraiz, un buen judio, es esopechoso. Calma, colegas. Aquí no queremos comernos a nadie ni mandar a los hornos crematorios a nadie porque el judío bueno ama la paz yh la vida Revisar su inmenso libro reportaje Italia fuera de combate sobre la caída del fascismo. Ese es un tema.
Me fui a comer con mis amigos de un pueblo por aquí, ganaderos, después de la misa mayor tambor y gaita, las barbas del santo eremita derramadas sobre los humildes cerditos de Villallón. Un cuervo nos trajo en el pico el panecillo igual que al santo y nosotros mesamos las barbas al santo cada año. Nos fuimos a celebrar la fiesta al chigre de Tuta. Unas habas con almejas que no se las saltaba un gitano, manitas de cerdo a la sidra y postre queso afogaelpitu y natielles. Tomamos café, encendimos un faria y nos despedimos hasta el año que viene.
El cabo de puesto Ceferino me recomendó que no le diera al alpiste por el camino pues ya sabes te mandaremos soplar, la guardia civil no se casa con nadie aunque seas amigo y no ocurra lo que aquel martes corvillo en Previa que buena la preparaste hará unos cuantos años.
Descuide mi sargento, no pruebo desde hace tiempo las bebidas blancas y además voy en bicicleta campo casi a través por viejas calellas que me sé y por donde no pasa un alma de dios.
Cuando llego a la aldea me encuentro con la sorpresa de que se me había escapado la yegua que tenía en un prado de pación junto a la casería. La Umñia es una asturcona cuadrada de ancas alta de borrén con unos ojos que parecen hablarme la crin rucia y mansa el animalito. Tiene una estampa salvaje parecida a la de los alazanes que pintaron los prehistóricos antepasados nuestros en Altamira, bien puesta de ijares y con unos remos que hacen único el trotar de estos animales por las cañadas. Es mi mejor amiga y cuando me ve inicia una galopada coquetona y muy femenina por la cerca y se acerca a mí que la ponga el cabezal y hasta me besa la mano con su belfo maternal cuando le pongo en el morro algo de pienso o un terrón de azúcar.
Debía de estar caliente pues soltaba un líquido viscoso por la vagina, los hipómanes que son indicio de que ha entrado en celo el animal. La había maneado y atado de largo al tronco de un roble que alberga la cinta pero se conoce que como es primeriza y fogosa debió de sentir la llamada de la sangre y se escapó para ir a celebrar san Antón en buena coyunda de amor con los garañones de la yeguada de Tinin de Tenoria. Poco antes de subir en mi bicicleta para acercarme a Villallón escuché los relinchos de los sementales. El uno se llama Caligula, el otro Galva y un tercero Caracalla. Tinín de Tenoria por lo que se ve le tiene querencia al latín, desde que estuvo en el seminario, como yo y ha bautizado a sus caballos con nombres tan superiores y rimbombantes. Mi vecino y yo a veces nos saludamos en la lengua de los cesares. Ave frater. Salutem plurimam. Nunc bibendum est. Ubi bene ibi patriae y así sucesivamente. Pero yo he preferido poner a mi torda un nombre ruso: Umni que quiere decir inteligente y lista y amorosa la mia asturcona es un rato, aunque algo cerrera, como todas las mujeres, porque la cabra tira al monte. Que ya decían los romanos que el que domina una hembra bien puede ser rey y entrar en Zamora. Hasta que llegue ese día no comeré el pan a manteles ni folgaré con mulieres. Sin embargo, hoy en la comida fraternal que tuvimos los de mi cuadrilla para honrar a santo Antón un santo muy gallego y ecológico me he puesto como el quico.
Por san Antón pascuas son y la gallina pon. No me quedé luego al baile que allí hacen una gran fiesta y el año pasado dos modorros continuaron la folixia, carretera de Mondoñedo adelante, parando en uno de esos puticlubs que tanto proliferan por Galicia, la ruta jacobea del amor la llaman los castizos.
Por lo visto unas brasileras de cuerpo coreográfico les soplaron los cuartos a los de mi quinta y no hicieron nada. Lógico que a estas edades ya está uno para pocos gallos pero en fin el que no conoce a los hombres no conoce a los vicios. Tampoco se viene el mundo abajo porque dos vejestorios querían echar una canita al aire. Mejor quedarse en Villallón muy famoso por la belleza de sus mozas. Además como canta la copla todas cojean de un pe… ye por culpa del terreno porque no pueden pisarlo bien. Claro son tan escarpadas aquellas brañas que hay que subir y bajar andurriales todo el tiempo con los andares de Fraga cargando de banda como navega un galeón.
El día de Carnaval tenemos allá otra movida y no faltaré si dios quiere porque volviendo a la copla el Lunes Lardero vi a los hombres de la taberna salir y el último jefe de los borrachos es el que yo más quiero. Pachasco. Nuestro folklore tradicional pasa por alto o desconoce la violencia genérica. Los hombres al chigre y las mujeres a misa o la pata quebrada y en casa.
Llego con el entrelubricán que brinda las primeras sombras de un día incierto llego a la quintana. Debajo del hórreo, las gallinas, a punto de acostarse, picotean los últimos granos de la parva de maíz que les eché de madrugada; ahora atardece más tarde. La mar luce serena y sin nubes, ya preparan los pixuetos las artes para las costeras del bonito, pero sopla el gallego como llaman al ábrego por estos vericuetos. Es un viento ancípite del agua y la nieve, como una hidra de dos cabezas, que no sabes si sube y si baja, si va o viene, como buen gallego que es. Agora anticipa más cellisca, que ha nevado lo suyo este enero.
Me explicaba mi abuelo que cuando hay tormenta no se sabe por qué los mulos, los asnos y los équidos en general, la barruntan de antemano, suelen alborotarse y tirar de los bozales hasta arrancar inquietos los ronzales de las pesebreras y salen de estampía de las cuadras y se lanzan montaña arriba. Nunca arrean para abajo. En lugar de bajar a los valles suben a lo más alto de las montañas y allí suelen extraviarse a causa del mal tiempo
A lo mejor ha sido esta querencia del instinto de la desaparición de mi yegua.
La cosa me aflige pero no tanto como las escenas que transmiten las televisoras. Cansado del pedaleo me desparramo sobre el diván, dispuesto a ver el Apocalipsis en directo montañas de cadáveres rescates bajo los escombros. Los haitianos son negros guapos y bien hechos y con mejor tipo que la Vice que la pobre va muy bien vestida pero no tiene nalgas a lo mejor por eso los españoles andamos con el culo al aire se nos ve el plumero des barajuste y todos quieren chupar cámara se repite la palabra solidaridad ayuda cien mil veces pero uno se pregunta para que sirve tanto despliegue de las grandes potencias que mandan allí a sus portaviones y barcos hospitales si el agua y la comida no alcanza a los damnificados. A costa de una catástrofe por aquí que nos hemos vuelto tan globales se hacen ejercicios de relaciones públicas. Filantropía oeneges, reniegos, rasgamientos de vestidura y el padre Angel que se apunta a un bombardeo asomando la gaita por ahí, una retórica que sobra pero que forma parte de nuestra vida habitual como el llanto de los cocodrilos y solidaridad desde luego pero ¿donde está la justicia? Nos gastamos la pasta de los pobres en armas de destrucción o en chorradas consumistas. Sólo nos acordamos de santa Barbara cuando atruena.
La isla de la Española la primera tierra que avistó Colón encuadra al país más pobre del mundo junto en el patrio trasero de los Estados Unidos, el gran hermano quizá sea la causa de su opresión y de su pobreza. La hambruna y la miseria de un pueblo no se solucionan enviándoles bastimentos o mantas o montando un chou sino creando puestos de trabajo, infraestructura, una vivienda digna. La caridad cristiana tiene que ver mucho más con la justicia distributiva que la filantropía de las oeneges que parte del engranaje de un gobierno mundial basado en la injusticia y la propaganda. El que se me haya extraviado mi torda es peccata minuta en relación a los extraños sucesos que vive el mundo, con esta furia y tanto horror como nos acometen al empezar este año del 2010 que es capicúa. O casi.
El papa en la sinagoga se encasqueta la kippa. Y hay un terremoto terrible que previera Nostradamus. Queda el big one que se aguarda en el norte y a un obispo español lo ponen de vuelta y media por haber dicho la verdad: que mucho peor que el terremoto haitiano es la miseria moral y la mentira en que vivimos los españoles.
Los soviets del moderno sanedrín al obispo de san Sebastián le han puesto el veto. Dicen burradas blasfemos y de los desastres de la isla caribeña acusan a dios.
El papa acude a la sinagoga pero quieren echar a Cristo del mundo borrar su memoria. Ahí está el busilis de la cuestión y Maritere la pobre no tiene culo. Novio o novia no se si tendrá pero o compra bullarengue o vende pantalón. No pasa nada, Maritere, eres una buena persona aunque tengas los ojos tristes, presi. Golpes de cascos en el portal. Mi yegua ha vuelto de sus correrías amorosas. Que satisfacción. Era mi torda la mejor montura de mi yeguada. Umia en el estragal. Ha vuelto por fin. Rezo una oración de agradecimiento al glorioso san Antón. Mi yegua regresó al cobertizo. La vida sigue. Tendré un muleto o un potro dentro de trece meses, pero cuidado, Dika, con los de la sinagoga. Esos son palabras mayores pero paz y bien. Shalom. Yo hubo odio a los judíos ¿estamos? Sin embargo tenemos que hablar. Benedicus dominus deus Israel que ama y protege al mundo
Domingo, 17 de enero de 2010
EL PEREGRINO RUSO LIBRO DE INICIACIÓN A MA MÍSTICA ORTODOXA. DIFERENTES ABORDAMIENTOS ENTRE LA ESPIRITUALIDAD DEL ESTE Y LA DEL OESTE
Por estas alturas y riscos lebaniegos peñas arriba sacudió bien la cellisca aunque no es para tanto, año de nieves, año de nieves, pero a la vista de lo que ya apuntábamos en otra crónica anterior no se equivocó desgraciadamente Nostradamus en sus prevenciones del año 10. A flagelu terremoto, libéranos Domine. Sacudió en Puerto Príncipe, Haití. Lagrimas de cocodrilo lloran todas las cadenas. Los bustos/as parlantes garlan historias de los cien mil muertos que ocasionó el temblor de tierras con cara compungida para acto seguido anunciarnos que ha subido Wall Street.
Para que vuelen hay que echar a los buitres carroñas. Ha estallado el espectáculo de la solidaridad. Hasta el jueves por la tarde Haití era el país más pobre del planeta, un campo de entrenamiento para los marines americanos, carne de cañón de reporteros alarmitas, de oeneges y de golpistas.
Todos recuerdan a Papá Doc. El tirano. Lo malo es que a dios se le fue abajo la mano y la tierra debiera haber temblado para ser más justos un poco más arriba. la miseria isica de los afectados por el terremoto de Haití es poca cosa comparada con la miseria física y la costra de hipocresía que inmuniza y blanquea las almas negras de los poderosos. Los derechohabientes del primer mundo hinchan el perro y chupan cámara a costa de las miserias del tercer mundo. Con estas catástrofes humanitarias parece que le ha venido dios a ver a los globales. Ahí está Moratinos con su cara cuadrada de bulldog aprestándose a echar un cable a los damnificados. Francia y EE.UU envían sendos portaviones.
No obstante, en san Francisco están esperando al big one y un tsunami puede que devore la ciudad de los rascacielos la nueva sodoma. Si el amor decora toda la costa este, adiós Obama. Se acercan días tremebundos. Pero mientras el castillo llega uno está tan calentito al amor del llar, trashoguero, viendo las brasas arder fumando su pipa, rezando sus horas.
El justo necesita pocas cosas para ser feliz. Un libro y un amigo quiero yo en mis lares. Dichoso el sabio que se jubila y con pobre mesa y casa con solo dios se acompasa en el vivir ni envidiado ni envidioso. Muchos preocupados de conservar la salud la pierden afanosos. Se conoce que no han leído el Kempis. No es el vivir mucho lo que hace grande al hombre sino el vivir provechoso.
En un pueblo de por aquí como no hay cura algunos vecinos se reúnen en la iglesia aldeana para celebrar lo que ellos denominan el oficio de la palabra. ¡¡Um!! a mí esto de la palabra me suena a protestante. Sin ordenes canónicas y sin un mandato del obispo nadie puede celebrar y es la que yo digo por qué la jerarquía se muestra tan refractaria a crear diáconos permanentes o presbíteros que ya sean mayores- que es lo que quiere decir en griego presbítero, hombre experimentado y tal vez entrado en años que no esté sometido a las pasiones que suelen echar a perder a los curas jóvenes. En fin, es como predicar en el desierto. Algún día puede que esos obispos que parecen caídos de un guindo o están en la inopia me den la razón. Mientras tanto, es hermoso y apacible el espectáculo de las tardes metidas en aguaceros y otear las crestas nevadas de los montes Ervisos que me saludan en la alborada.
Estuve estudiando estos días algunos libros de la historia de la iglesia Rusia. Es muy interesante el siglo XVI cuando aparecen comandados por el patriarca Tijón, los que llaman cristianos diferentes o raskolniki que no aceptaron las reformas litúrgicas de Iván el Terrible y que con Pedro el Grande se van a Alaska llegando a evangelizar parte del territorio de los Estados Unidos estableciendo allí algunas comunidades. Solían organizar misas muy originales en el que no sólo formaba parte de sus ritos la liturgia coral bizantina también danzaban y bailaban alrededor del altar hasta caer rendidos como los derviches. En sus Rasdenias o ruedas de iniciados sólo podían participar los hombres ancianos. Se cometían algunos excesos cuando las mujeres se soltaban el pelo y los encuentros místicos remataban en orgías porque algunos raskolniki eran de la opinión de que el ayuntamiento carnal servía de purificación. Una teoría muy similar a la de los alumbrados y emparedados de Llerena o los seguidores del jesuita místico Miguel de Molinos. Estos contactos solían tener lugar los viernes, el día santo del parasceve, porque Cristo murió un viernes santo y en griego paraskevi quiere decir el quinto día de la semana.
Herejías las hubo siempre a lo largo de la historia. Estos abanderados de la palabra pueden entroncar con los raskolniki. Es necesario que haya herejes, nos recuerda san Agustín y en el seno de la ortodoxia los danzantes y saltantes fueron el origen de un movimiento cuajado de misticismo en la literatura. Hay un libro muy bonito el del Peregrino Ruso que refleja esa espiritualidad. Es la de los yurodivi o locos de Jesucristo que iban de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad con un atillo en el que portaban el evangelio de san Juan.
Al llegar a una aldea decían paz a esta casa, en cumplimiento del mandato evangélico, y si eran recibidos bien se quedaban algún tiempo, curaban a los enfermos, les leían la Biblia y les ayudaban en las tareas del hogar o en las faenas agrícolas. Si no, se encaminaban hacia otro lugar. Fue un movimiento de total acercamiento a la naturaleza y de desasimiento de las cosas del mundo. Estos romeros reconvertían en staretz o iniciados en el camino de la perfección y solían acabar sus días en algún monasterio como el famoso de Optina Pystina.
He leído con delectación el Peregrino Ruso una obra que en cierta medida se parece al Kempis, aunque sea su polo opuesto, porque busca la paz interior pero difiere en su aplicación. Tomas de Kempis que era implacable con las peregrinaciones [qui multo peregrinantur paulo minus sanctificantur, decía: el peregrinaje no hace santo sino que nos desvía de la santidad, porque el Kempis debía de ser un monje benito adherido al cuarto voto de su regla que es el de estabilidad] y el Peregrino Ruso trata de poner en práctica las máximas de Jesús de no llevéis bolsa ni alforjas. Se dice que el zar Alejandro I – cundió toda la leyenda- no murió en 1825, se convirtió en un yurodivi y que anda todavía vagando a lo largo de la estepa rusa y regresará un día al trono para restaurar la Ortodoxia.
Muchos popes abandonaban sus parroquias y seguidos por sus esposas las “papadias” se adhirieron a este movimiento de predicación trashumante. Algunos se convertían en santones pero otros solo alcanzaban el grado de pícaros “prigirvalsñiki” que gorroneaban la comida y la cama en casa de los señores pero sabían contar historias. La rica literatura oral tan importante en la cultura rusa y su forma de relatar quizás esté relacionada con las tahurerías de estos iluminados o golfos espirituales.
El Peregrino Ruso sin embargo es un libro delicioso y lleno de candor. Su autor debió de ser un monje alcohólico rehabilitado. Escribe que cuando le venían deseos de echar un trago leía un pasaje del evangelio y desparecía el mono de la vodka o agüita de vida. No puede haber en el mundo consejo más provechoso. Este breve librito que inculca la devoción a la Virgen María porque cuando el romero se encuentra en un paso difícil el autor le recomienda que haga un alto y recite en alta voz las 24 estrofas del Akathistos el himno con que los griegos honran a la Teotokos.
Abandona tu sillón, suéltate de las cadenas de tu egoísmo y sal a mi encuentro.
Todo lo demás se os dará por añadidura. El desasimiento o abandono de los alumbrados, una secta bizantina que cundió entre los Viejos Creyentes encuentra similitudes con los ascetas latinos pero con una diferencia reseñable.
Los orientales-y este puede ser un matiz diferenciador- van a la búsqueda de un cristo horizontal mientras que entre los místicos españoles desde Raimundo Lulio hasta Juan de la Cruz el proceso se realiza de arriba abajo. Un cristo vertical. Que desciende del intelecto a los sentidos. Entre los rusos el proceso es al revés. Es el cristiano el que se encarna en Cristo deviniendo más humano y menos intelectual. El hombre se vuelve dios en ambos casos pero por procedimientos inversos. Con una particularidad muchas cuestiones que yacen opacas para practicantes de la abnegación y la búsqueda de lo perfecto entre nosotros para los padres del yermo anatolio se vuelven diáfanas. En Asia Menor nació el monaquismo. Siguiendo el mandado evangelico de ser perfectos como mi Padre es perfecto, vende todo lo que tienes y dalos a los pobres, los cristianos se aportaban al yermo. La renuncia a sí mismos se logra mediante el ayuno y la oración de petición, impetración e intercesión. La abstinencia es un arma exterior contra las potencias diabólicas y la plegaria constituye su base interior. Por eso la salmodia es no sólo la base de la forma de vida cenobítica sino que aplaca las iras de la divinidad frente al despego yh alejamiento que muestra la humanidad frente a sus preceptos. De esta forma los monjes al consagrarse se hacen partícipes de la economía soteriologica trinitaria. Este pensamiento puede rasgtraerse entre los santones y autores de la ortodoxia. De ahí se sigue la importancia que cobra Rusia no como nación singular y potencia europea sino como epicentro del legado espiritual de Bizancio que son la genesis del cristianismo.
Cristus porrigens, lo denominan los teólogos. Es Jesús el que extiende la mano, el que se ofrece en busca y procura de la salvación del hombre. No se si habré logrado batir, a lo largo de estas lineas, ese importante concepto teológico porque es una realidad que se extiende al otro lado de lo inefable pero el hecho es una señal manifiesta de que se cumple el axioma evangélico de que en casa de mi Padre hay muchas moradas y suum cuique, que dicen los escoliastas.
Quizá convenga hablar de temas tan sutiles en tiempos tan descreídos y tan desacreditados para la praxis teológica, cuando toda la especulación se dirige hacia aspectos totalmente empíricos del ser como pueda ser ganar dinero, vivir más larga y cómodamente. La humanidad imparable e inequívocamente se aleja de Dios. Dice ser cada día más solidaria pero también más descreída. En la funesta hoguera de las vanidades consumistas no queda un hueco para la fe ni para las verdades del más allá. Por eso somos más pobres, aunque ricos, más miserables que los pobres negros haitianos a los que un terremoto grado 7.3 en la escala de ritzer barrió media isla. Es la Española la primera que avistó Colón en el nuevo mundo y a la que los traficantes en esclavos, galos o gringos, convirtieron en un mercado de esclavos.