- definitivamente el tal pancho primus pater franciscus lleva sobre la frente el signo de la Bestia. Difíciles tiempos se avecinan
- FAMILIAS DIVIDIDAS DECAE LA AUTORIDAD DEL PATERFAMILIAS (die zeit)
- LLANTO POR EL MONASTERIO CISTERCIENSE DE FUENTESOTO: LOS MONJES BLANCOS REPOBLARON CASTILLA AHORA DESPOBLADA A CAUSA DE LA LLAMADA DEMOCRACIA
- la inquisición judia de Segovia prohibió mi libro sobre el Lazarillo y "Seminario Vacío"
- SI TE GAGAS EN DIOS NO MIRES PA ARRIBA
Posted: 01 Apr 2019 11:53 AM PDT Sus discursos están vaciando las iglesias en España. Es piedra de escandalo. Este cojo con medio pulmón que propicia una invasión muslímica todo lo atrayente que tenía nuestro Maestro Jesús en él se vuelve repelente y repulsivo. Por sus obras los conoceréis. Este es un pontífice propuesto por el sanedrín. Un usurpador carente de santidad y a lo que parece con muy pocas luces. Es un bruto jesuita con cara de asno ESPAÑA MI NATURA |
FAMILIAS DIVIDIDAS DECAE LA AUTORIDAD DEL PATERFAMILIAS (die zeit) Posted: 01 Apr 2019 11:48 AM PDT Getrennte LeuteDas Verhältnis zum Vater war immer schon distanziert. Er hat nie so getan, als ob ihm seine Familie etwas bedeutete. Beim letzten Treffen war es anders. INHALTDas Café Wahlen liegt zwischen Rudolfplatz und Zülpicher Platz. Der Zülpicher Platz ist gar keiner, sondern bloß eine Kreuzung. In Köln heißt so manche Kreuzung Platz. Wahrscheinlich, weil da mal einer war. Und wenn etwas nicht mehr da ist, kann man ja trotzdem weiterhin so tun, als ob. In Köln allemal. Was ich an meinem Vater immer geschätzt habe, ist, dass er nie so getan hat, als ob ihm seine Familie etwas bedeutete. Also zum Beispiel ich und unsere seltenen Verabredungen. Als er mich am Karnevalsdonnerstag nicht wie vereinbart im Büro abholt, ist mir das auch recht. Ich gehe in den nahe gelegenen Biosupermarkt, wo mich an der Gemüsetheke der Anruf eines Mitarbeiters erreicht: Mein Vater sei da. Mist. Wir waren nicht im Büro, sondern direkt im Café Wahlen verabredet gewesen. Er hatte auf mich gewartet und sich dann in mein Büro aufgemacht. Klaglos begrüßt er mich und kündigt seinen Rentnerbeutel schwenkend an, er habe mir etwas mitgebracht. Wahrscheinlich die Apotheken Umschau, denke ich. Mein Vater schenkt mir seit jeher nichts. Nicht einmal zum Geburtstag. Dann bahnen wir uns durch Horden angetrunkener Verkleideter den Weg ins Café Wahlen. Meine Wahl war auf dieses Café gefallen, weil Interieur und Speisen seit den Sechzigerjahren unverändert geblieben sind. Samtene Polsterstühle vor Butzenscheiben und auf der Karte stehen Königinnenpastete mit Ragout fin. In solchen Cafés habe ich mir, 15-jährig, das erste Geld verdient. Mit Spitzenschürze und schwarzem Rock, das breite schwarze Portemonnaie randvoll mit Wechselgeld. Solche Cafés gibt es aber in Köln schon lange nicht mehr. Nur noch das Café Wahlen. Mit Speisen, die mein Vater allesamt gern mag. Vor gar nicht so langer Zeit war ich mit ihm beim Italiener. Keine gute Idee. Er war noch nie bei einem Italiener gewesen. Italiener, hatte ich gedacht, seien neutral, die gab es immer schon, von wegen Fünzigerjahre, Rita Pavone und so. 2 kleine Italiener, das war ja von Conny Froboess, einer Deutschen. Aber mein Vater mochte hier gar nichts. Was er denn überhaupt möge, fragte ich. "Gutbürgerliches", sagte er. Also Café Wahlen. Dass hier auch viele Schwule verkehren, stört ihn nicht. Mein Vater hat nichts gegen Schwule. Er hat auch nichts gegen Schwarze oder Türken. Auch nichts gegen Russen. Trotz der russischen Kriegsgefangenschaft. Und nichts mehr gegen Katholiken. Dieser Abneigung wegen wurde ich seinerzeit evangelisch getauft, aber das ist nun auch schon lange her. Auf den Marmortischen des Café Wahlen liegen Luftschlangen, die Kellnerin trägt eine bunt gemusterte Krawatte. Falls mein Vater enttäuscht über ihr Alter ist – sie mag etwa 60 sein –, so lässt er sich das nicht anmerken und lobt ihre, nun ja, Verkleidung. Überhaupt macht er, was er immer schon gemacht hat, wenn er einer Frau begegnet: Er flirtet. Die blondierte Kellnerin reagiert, wie ich seit jeher Frauen auf meinen Vater habe reagieren sehen: leicht verlegen und leicht erfreut. Beim Flirten ist er so schmerzfrei wie wahllos. Allein die Wirkung zählt, ob sie eintritt oder nicht. Eigentlich ist das ja gar kein Flirten. Eher das Bestreben herauszufinden, was geht. SeitennavigationNÄCHSTE SEITEESPAÑA MI NATURA |
Posted: 01 Apr 2019 11:21 AM PDT SOBRE RANDOLPH HEARST PESÓ UNA MALDICIÓN: LE ARRUINARON ESTAS PIEDRASMONASTERIO DE CARDABA SACRAMENIA UNA HISTORIA DE NOVELA El día de san Bernardo los que, como yo, siguen la regla del doctor melifluo y abrazaron las constituciones de su monacato dentro del siglo se sienten un poco tristes. Es tristeza fin de siècle, llanto por nuestros pasos perdidos, tristeza de finales del verano, nostalgia celestial por el canto de aquellos monjes blancos con la cogulla negra resonando lejanos a través de los valles de Europa. Son las voces anónimas de quienes siguieron la senda apartada del cantor de María, melifluas armonías 20 de agosto. Menguan los días, marchan las golondrinas pero los zarzales se encuentran llenos de fruto y la luz declinante baña de todos los colores el rosetón de la antigua iglesia del monasterio de Cardaba en Sacramenia cuyo claustro fue vendido a los norteamericanos y hoy puede visitarse en Nueva York. Subí varias ocasiones a su emplazamiento en el alto Manhattan cuando era corresponsal o bien acompañando a familiares y parientes venidos de España o llevado por la nostalgia de aquellos sillares de buena labra que contenían todo el carbono 14 y el polvo de aquellos andurriales que tantas veces recorrí de niño. Eché de menos el silencio monacal y esa vida anónima de los profesos que muertos al mundo sus pompas y vanidades pasaron por esta vida sin dejar rastro salvo alguna que otra firma al dorso de alguna letra capitular miniada un nombre o una fecha consignados al desgaire sobre algún que otro libro del armorium o biblioteca capitular. El monasterio debió de ser muy grande, dadas las dimensiones de la bodega y del granero. En todas las actas la firma del padre cillero o ecónomo, figura al lado de la del abad. Algo más de un centenar de monjes entre profesos y donados que hacían vida de comunidad total sin derecho a la privacidad ni a una celda conventual según la estricta regla de Claraval. Pasaban la noche en dormitorios corridos, su descanso nocturno siendo interrumpido por el rezo de maitines, prima tercia y nona. Rezaban en una única iglesia y comían en un refectorio comunal, iban a trabajar al campo en cuadrillas y estudiaban en el scriptoriumuna gran sala al lado de la huerta, volcando su sabiduría sobre los códices haciendo correr el cálamo con buen pulso e infinita paciencia benedictina sobre el pergamino. Escribían con tinta negra y roja. Quehacer impersonal, sin vanagloria o fidelidad a un canon y un horario fijo, todos los días igual. Hacían guerra a las pasiones, dominaban sus apetitos mortificaban sus carnes con ayunos y morían de muy viejos casi siempre delante de un retrato de la Virgen María que les abría las puertas del cielo. Ello forma parte del misterioso legado cisterciense que siempre me sedujo. El que a Dios tiene nada le falta, aunque viva pobre como una rata y en el más estricto anonimato monacal. Esos colores vitrales de la iglesia escondida en el valle de Sacramenia guardan muchos de mis recuerdos de niño cuando en cuadrillas acudíamos a la romería que se celebraba en el prado boyal; garrafatinas, almendras de Alcalá, tiro al pato en las casetas, tambor y gaita. Inundaban el aire melodías de dulzainas. Los del pueblo, jota va jota viene, arsa morena que soy san Roque, y si viene la peste que no te toque, bailaban al santo hasta que antes de atardecido acababa el jolgorio y regresábamos a nuestras aldeas caminando por los rastrojos. Hace muchos años que no acudo al festejo en los predios sacramenios de san Bernardo, antiguo cenobio castellano y una de las primeras fundaciones cistercienses, situado entre Valtiendas y Pecharromán, aguas debajo de un río que nace en Fuentesoto y al que aun no han puesto nombre solo se sabe que es afluente del Duratón. Flotan sobre el ambiente tristezas de despedida, nadie conoce los pasos ni los designios de Dios porque los muros sagrados se derrumbaron en el trajín de los siglos, de las guerras, las desamortizaciones, las leyes secularizadoras: ese ir y venir de la historia en el que no se percibe un rigor lógico. Es el caos de las pasiones humanas, el vórtice de la naturaleza inmisericorde con los débiles. Si en Inglaterra pasó como un terremoto Cromwell que redujo a ceniza casi prácticamente la totalidad el patrimonio eclesiástico inglés uno de los más ricos durante la edad media, en España un ministro por nombre Mendizábal pasó por estos ámbitos como la apisonadora. Por si fuera poco mamelucos y gabachos durante la francesada dieron buena cuenta de lo que quedaba. Se quemaron cosechas, pegaron fuego a varios pueblos como el de Santa Cruz en el alfoz de Fuentidueña y ardieron conventos. Un furor revolucionario sacude la historia de tarde en tarde y agitando la tea iconoclasta acabó con estos muros consagrados. La casa matriz del Cister y la propia orden que irradió por toda Europa una fuerza expansiva, extensiva, cultural y constructora al grito de Dios lo quiere, impulso de las cruzadas, premonición del arte románico en el que Cristo se convierte en músico y arquitecto, un increíble y misterioso movimiento religioso y litúrgico en la primera y segunda mitad del siglo XII está hoy casi desparecida. Clairvaux se convertiría en una de las penitenciarias inexpugnables de Francia, al igual que el monasterio de San Miguel de los Reyes en Valencia o el propio Chinchilla. Los edificios que un día fueron jardines de María — en mi obra Viva Claraval elogio de la vida contemplativa lo específico— se transforman en paraninfos de desolación, establos y pajares abandonados. Eran otrora aulas de Dios. ¡Qué ironía! El monasterio de Veruela en Soria le sirvió a Bécquer de inspiración para algunas de las historias de terror en las que se inicia el romanticismo como género literario al igual que toda una pléyade de cenobios cistercienses en Galicia (Celanova), Zamora (Moreruela), Palencia (Aula Dei), fantasmagóricos recintos abandonados. La regla bernarda cambió el rostro de occidente desde el punto de vista religioso. En España el rito hispano visigótico de origen griego cede el sitio al rito romano. Los monjes blancos traen consigo el espíritu de cruzada y se transforman en soldados ocupando torres en la frontera. Otro aspecto es el afán repoblador. Plantan majuelos, roturan baldíos, siguiendo el precepto de san Benito ora et labora en el que inspira su regla san Bernardo. Los caldos del mejor vino del mundo el Vega Sicilia que se cría por estos pagos fueron una invención cisterciense. Los monjes trajeron esquejes de las viñas borgoñas y trasplantadas a los valles del Duero produjeron ese mosto superior. Cardaba— la data de su consagración remonta a 1142 — fue construida por musulmanes que fueron hechos prisioneros por Alfonso VII el Emperador y conducidos a Castilla como mano de obra. Es por esto por lo que en los valles de Sacramenia, Aldeasoña, Provanco y Peñafiel buena parte de la población es de origen morisco (también judía pues la aljama de Fuentidueña era la mayor en tierra Segovia) que se mezcló con la autóctona de ascendencia romana o vaccea. Son los aportillados de Sacramenia a los que Alfonso X manumitió y les dio derecho a llevar armas y acudir a la guerra como soldados. Sabemos que el primer abad era borgoñón y se llamaba Raimundo y que el último era un amigo del Empecinado que se tiró al monte y murió peleando con los franceses. Se llamaba fray Elías. En 1835 son enajenados los predios de Cardaba y los compra un labrador rico de Pecharromán. Casi un siglo adelante 1925 el magnate Randolph Hearst los descubrió y decide adquirirlos con la intención de transportarlo piedra a piedra a los USA por cinco millones de pesetas. Los sillares marcados y ordenados fueron embarcados y transportados en un carguero a Estados Unidos. Ocurre la gran crisis del 29 y los negocios de Hearst, el magnate que inspiró al Ciudadano Kane de Orson Wells, dio en quiebra y el cargamento permanece olvidado en una dársena del puerto neoyorquino. Unos estibadores al cabo de tres décadas descubren el contenedor y las piedras van a parar a Miami (el ábside) mientras el claustro se queda en un museo al norte de la Ciudad de los Rascacielos. En fin, todo un cúmulo de vicisitudes dignas de un apasionante thrillertrama para ahormar una novela supositicia de fantaciencia. De las piedras seculares emanó según cuentan una maldición que ocasionó la ruina del magnate de los grandes rotativos. Hearst había sido el culpable de que el gobierno yanqui declarara la guerra a España, arrebatándonos el último florón del viejo imperio colonial. En connivencia con el almirante Simpson urdió la estratagema burda de la voladura del Maine. Murieron muchos de nuestros soldaditos como consecuencia del hambre y del tifus después del bloqueo a la isla por la poderosa escuadra norteamericana. Aquellas piedras monacales clamaron revancha contra el hundimiento del buque “Furor” mandado por Fernando Villamil el héroe astur que un 3 de julio de 1898 levó anclas a sabiendas que esta temeraria salida del puerto de Santiago firmaba su sentencia de muerte. La ruina de aquel banquero judío, que en uno de sus múltiples viajes a Europa quiso comprarlo todo, tuvo su origen en las plegarias de aquellos buenos frailes y cuyos ecos retumbaban en las bóvedas y los arcos del claustro pidiendo venganza contra la impiedad. El Altísimo escuchó sus suplicas y la fortuna del creso magnate se fue al carajo. Por lo visto, Dios castiga sin piedra ni palo. ESPAÑA MI NATURA |
la inquisición judia de Segovia prohibió mi libro sobre el Lazarillo y "Seminario Vacío" Posted: 01 Apr 2019 10:43 AM PDT |
SI TE GAGAS EN DIOS NO MIRES PA ARRIBA Posted: 01 Apr 2019 10:35 AM PDT BLASFEMIAS Y OLIGOANTROPÍA Había en la catedral de Segovia un penitenciario de origen asturiano creo que de Lastres que era la madre que le parió. No se asustaba de los pecados de los hombres ni de las barbaridades que le contaban ellos y ellas cuando se arrodillaban ante el cajón para “descargar el saco”. Don Corentino que así se llamaba el canónigo, un verdadero adalid en cuestiones de teología moral y en la casuística del derecho Canónico y tan es así que a veces lo llamaban de Roma para consultarle soluciones a algunos casos. Don Corentino tenía la manga muy ancha, por eso su confesionario sobre todo cuando llegaba la Pascua Florida Petaba de gente. La cola daba vuelta a pérgola y llegaba hasta la misma puerta del templo y la catedral segoviana obsérvese que es una de las más grandes de España. Una vez acudió al tribunal de la penitencia el carretero de Cantimpalos… Padre, yo me acuso de haber blasfemado… Hijo, ¿Cuántas veces?... Muchas, ya casi perdí la cuenta, ya sabe mi oficio es duro, las ruedas no encajan en la radial y uno tiene que desahogarse… Pero tú crees en Dios, Tomasín ¿no?... que ha de hacer pues mis dineros me cuesta porque a veces pasa por el taller la pareja de la GC me escucha mis juramentos y me apunta multa (En los tiempos aquellos había un letrero en muchos pueblos que decía: se prohíbe proferir cagamentos bajo multa de cinco pesetas)… Y tú ¿Cuándo juras miras para arriba, lanzando una invectiva contra el Creador?... no, padre, miro para la mi mujer que es una sopazas y no atina o para mi hijo el Velarmín que es un modorro y no espabila… bueno, hijo, bueno, pero si no miras pa arriba esa palabra aunque sea una interjección muy fea no es nada, se trata de parvedad de materia, reza un padre nuestro y recibe el perdón de Dios pero si vuelves a cagarte en lo más alto nunca mires para arriba que te puede caer la bosta de la cigüeña en tus propias narices, quedarás ciego como Tobías. Tampoco has de beber más de la cuenta ni solmenarle a la parienta que me han dicho que a veces preparas escándalos cuando llegas a casa bebido y le zurras a la Anastasia… Ya, señor cura, sé que eso está mal, pero después viene la reconciliación, nos acostamos y le hago un chico” Tomasín el carretero de Cantimpalos tenía doce hijos tan floridos y gallardos como las doce tribus de Israel y todos salieron adelante. Tras los palos y la guerra venía el armisticio y de esa manera contribuía al auge de la demografía patria hoy tan entredicho. Claro que eran otros tiempos y España no adolecía de la oligoantropía que ha despoblado nuestro mundo rural. Entonces nadie hablaba de ese feminismo de base radical que es la causa de la baja natalidad La execrable interjección sigue sonando con frecuencia en nuestros bares a la hora de la partida de brisca después del café. Los tahúres lanzan por esa boquita lo que no está escrito y ya no hay en los bares carteles donde ponga: “se prohíbe blasfemar bajo multa de cinco pesetas”. Un servidor sigue creyendo con el buen penitenciario del cabildo de mi pueblo que ya estará criando malvas en el cementerio de Llanes que tales juramentos aunque deleznables constituyen parvedad no pravedad de materia. En Asturias suelen echarle mucha imaginación. En un chigre yo escuché una frase olímpica en boca de un fullero: “Por mis cojones, que son claveles, arrastro… ¿Con qué? ¿Con el as de bastos?... No, con la piculina”. Y en otro corro uno se encartaba por los huevos de Mahoma y hacía las diez de monte. Óyelo un marroquí que andaba por allí y casi se lían a golpes. El moro no entendía que no había intencionalidad manifiesta contra el Profeta. La frase no era más que un decir. A los supuestos blasfemos siempre se les fue la fuerza por la boca. El del subastado tampoco miraba para arriba. Pobre gente. Son, empero, blasfemias muy gordas las que se escuchan por televisión a todas horas: estupros, asesinatos pasionales, abusos sexuales de párvulos a cargo de personas consagradas. La violencia de género es el afrecho que echan al duerno de la pequeña pantalla ciertos colegas. Todo cuanto es inquietante, perturba las conciencias e incita al odio o a la desesperación es blasfemo y obra del Maligno. Quieren cargarse lo más sagrado de nuestras costumbres y valores en connivencia y las bendiciones de ciertos jerarcas que utilizan la religión, dándole la vuelta a lo que dijo el profeta Isaías, no como reja de arado sino como arma arrojadiza, siendo víctimas de la soberbia y desmesura del poder político. A esos tales no les absolvería el penitenciario de mi pueblo don Corentino. Por constituir materia reservada que atentan contra el dogma. Nadie puede perdonar a los que pecan contra el Espíritu Santo. ESPAÑA MI NATURA |
SOBRE RANDOLPH HEARST PESÓ UNA MALDICIÓN: LE ARRUINARON ESTAS PIEDRAS

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