2023-05-21
“1984”. ANTE UNA SOCIEDAD GLOBAL.
◘ La falsa paz que significa guerra y lucha interior, cuando nos lavan el cerebro, responsable de la esquizofrenia del mundo actual
Ando por estos días obsesionado con el irenismo de ZP y toda esa filantropía de gaita y pandero que nos dice que “tó er mundo e güeno”. A eso lo llaman unos buenismo y otros panfilia, seguramente porque nos ha llenado la tierra de pánfilos que asoman la gaita por las encuestas con una media sonrisa. Nuestro presidente es un buen chico y entiendo aunque no comparta su proyecto maravilloso de alianza de civilizaciones, a ver en qué para todo esto, que judíos moros y cristianos nos demos el pico y convirtamos las lanzas guerreras en rejas de arado, como ya lo vio y profetizó Isaías. No sé no sé. Veremos a ver.
El presidente español se está elevando de esta forma a un líder mundial al poner en marcha la utopía. Mientras sonrie desde el parapeto de sus cejas circunflejas y se coloca los puños de la camisa estirando las mangas de su chaqueta. Tiene ese tic.
--- ¿No estarás hablando de coña, Verumtamen?... Que se te van a echar encima los de la COPE, Libertad Digital, EWl ABC, el País, todos la voz de su amo. Periodistas al dictado de su señorito y tú no eres más que un pobre bloguero guitarrero.
---Desde luego, Quosquetandem, algo sí. Que se mueran los feos. Yo voy a mi aire, diacono de la verdad siempre canto el evangelio.
--- ¿Y un responso por el mundo feliz?
---Todo se andará, mi dilecto Quosquetandem. Ya sabes, amado discípulo, que la sátira es uno de los fuertes de los filosos peripatéticos. Yo creo ser uno de ellos. No se nos nota cuando hablamos de veras o estamos de cachondeo,
AMANUENSES Y FONTANEROS
Es un mero fontanero y un amanuense al del dictado de otros. Estamos tocando un mundo feliz con la punta de los dedos. Pero de este mundo súper eficiente y al dictamen de las normas del Hermano Grande y Gordo (el big fat cat, el gato cebón) los libertarios como yo lo vamos a pasar muy mal.
Pido la venia e invoco la misericordia del Altísimo porque este proyecto del gran diseño pone patas arriba mis convicciones de cristiano. Estoy releyendo a mi maestro Orwell con el que trabé contacto en Hull cuando pasaba hambre y me olvidaba de la gazuza comprando libros de la Penguin.
Por un par de chelines sacrifiqué una comida y me hice con dos de sus libros imperecederos: 1984 y Animal Farm[1]. El homenaje a Cataluña siempre me pareció inferior pues cuenta sus desdichas en el Frente del Ebro.
Pero su pluma sutil e inconsútil de una sola pieza vuelve a frisar alto en sus historias del vagabundaje In and out London and Paris donde refiere algo de su biografía como tramp[2].
Los mendigos son figuras preocupantes que sin embargo rondan el cerebro de todo escritor sobre todo si lo es de genio.
El escritor de raza intuye que su vida puede acabar en la misma rue de pordiosero. Dios nos libre.
Muchas veces indeliberadamente se coloca detrás de un personaje de su invención y lo que está detrás no es ficción. Le va a pasar a él.
LA PALABRA ES MAGIA NEGRA
Por arte de birlibirloque por esa magia que tiene la palabra para crear para intuir. El buen escritor adivina el futuro Aunque el oficio de novelista tenga poco que ver con el de profeta arúspice o quiromante, pero como el profeta habla en nombre de la deidad, como arúspice introspección las entrañas negras de las aves cuando los ánsares se ponen a graznar en el Capitolio como pasa ahora y ha pasado siempre, y en cuanto quiromante tiene algo de brujo y de prestidigitador que va a la caza mediante la palabra del aura espiritual que dimanan todos los seres.
En ellos el poeta encuentra el aura y surgen chispas. En esas estamos. La soledad del literato, el abandono, la miseria y el hambre que padecieron los genios.
A veces escribir es un acto profético y en Orwell el derrelicto del Embankment a orillas del Tamesis y el guerrero de nuestra contienda civil que se preocupaba más que de las balas franquistas de su petaca porque si le faltaban cigarrillos era incapaz de coordinar las ideas ni de escribir un par de frases.
En “1984” proyecta el mundo de hoy con sus ministerios de la verdad, el double talk (doble lenguaje) y el new language (nuevo idioma) los ministerios de la Verdad y la presencia de un poderoso gobierno omnisciente como los novelistas malos y omnipresente como el propio Dios.
UN MUNDO FELIZ, VIGILANTE EL GRAN HERMANO
El Gran Hermano de la tiranía tecnológica y totalitaria. Los “demócratas” (entre paréntesis oiga que yo no tengo nada contra la democracia bien entendida que como la caridad empieza siempre por uno mismo) se cabrean mucho cuando se les dice que Orwell no estaba pensando en la sociedad al otro lado del telón de acero, puesto que ya cayó el muro de Berlín y al Big Brother lo encontramos por doquier. Sólo le falto a Eric Blair [3] un adjetivo; el de americano y ya tendríamos la reseña más cabal.
Es el imperio el que tira del carro. El sueño global, sueño mesiánico por otra parte, como lo fue el sueño católico de los españoles en el siglo XVI plasmado en el soneto de Juan de Herrera de una sola grey bajo el cayado de un mismo pastor. Lo que pasa el que el American Dream es laico aunque América sea toda ella una nueva religión, una forma cultual amén de un credo político.
Quizás debajo de la chistera del Tío Sam o del pariente que escudriña lo que escribimos por Internet, el vecino que nos espía (he is watching behind the fence[4]).
La amante que no es nuestra amante sino una agente del gobierno, el jefe que nos persigue, los compañeros de trabajo que auscultan nuestra ficha y dan el parte si llegamos tarde jó que lío pero vivimos en el silencio y el terror sonámbulos por los pasillos del gran edificio que describió Kafka, otro que tal baila en la Metamorfosis y en The Trial[5].
NO HABRÁ DE PENSARSE EN EL PROJIMO. LA CARIDAD BIEN ENTENDIDA EMPIEZA POR UNO MISMO
Nada que a este paso nos vamos a convertir en cucarachas en un mundo feliz donde hay que pensar por prójimo y adoptar los modos y creencia que se nos impone desde arriba vía imagen y propaganda. Todos somos Wilson el personaje de esta novela que sube a su buhardilla londinense con paso cansino y en cada descansillo se encuentra con un cartel que le advierte:
-El Hermano mayor te vigila.
Una sociedad plana y sin conflictos eso es el irenismo, una herejía de los siglos V y VI que se ha vuelto a poner de moda. Pero ojo que en 1984 se habla del control del lenguaje. De la doma de las palabras para que obtengan otro sentido semántica diferente a aquel para lo que fueron inventadas y eso es lo temible y peligroso.
La reducción de todo un idioma a una jerga de no más de mil palabras como es el lenguaje coprológico neoyorquino, los analfabetismos mentales, peores que el analfabetismo real, los cerebros bañados en estupidez y en soap opera[6], el tialismo cultural [la tele nos quiere convertir a todos en tontos de baba a base de drama y de películas made in Hollywood], la policía del pensamiento. Y todo lo demás.
Cuando escribió este tratado de sociología política novelada no estaba adelantando Orwell lo que pasaría en 1984 sino lo que está ocurriendo en 2008 y lo que ocurrirá en 2010 o 2020. a medida que se haga más fuerte la presencia de la tecnología será más aleatoria la libertad de conciencia porque a lo que en realidad vamos es a un totalitarismo.
Pero eso no tiene la culpa ZP que es un gran intuitivo y un gran amante de la libertad. Él se limita a poner música a lo que pone el libreto. El gran demiurgo esconde la cara y utiliza caras y cimbeles y testaferros. Lo mismo daría Zapatero que Rajoy o Galardón o Merkel o Bush o Zarcosy le petit juif.
IRENISMO TOTALITARIO LA FALSA PAZ Y EL GRAN ENGAÑO
El alto mando se ha hecho invisible y es el que controla. Big Brother is watching you. En el pais que describe 1984 hay ministerios muy raros. Uno se llama ministerio de la Verdad y otro el ministerio del Amor pero todos los años se celebra una fiesta: la del odio en la que aparece el enemigo del pueblo un tal Stein, un judío al que hay que golpear.
No sé si Orwell estaba pensando en Big Laden cuando se puso a escribir en el Londres de la posguerra derruido por las bombas de la Luftwaffe. También se trata de un enemigo invisible. Quizás irreal pero al que hay que machacar y sacudir como reafirmación de nuestro ser. Orwell escribió su obra maestra durante un terrible invierno de posguerra el del 45 en una isla escocesa, apartado del mundanal ruido de Londres. Al año siguiente entraría en una sanatorio de enfermos de pecho en Gales. Estaba tuberculoso perdido.
Dentro de unos días será san Pelayo de Córdoba, el monaguillo del obispo de Tuy al que quiso dar pol culo un califa resistiéndose el pobre niño, y al grito de maricas y lesbianas de todo el mundo unios invertidos bolleras y pederastas tendrán su fiesta laica y sacarán a su santo disfrazado de arco iris por las calles de Chueca. Asi la Virgen de la Paloma se nos convierte en transexual. ZP ha creado un ministerio que nadie sabe para lo que es. El de la Igualdad.
Pujos feministas que ya adelanta Orwell en esa mujer pálida y cara de arpía pelambrera color de arena que le hace la vida imposible al protagonista Wilson.
Es la abanderada o alfereza del feminismo de batalla. Pervirtiendo el lenguaje se consigue un trasunto semántica de la inversión de roles y de valores. La homosexualidad acaba con la fecundación. Un mundo nuevo. Un nuevo concepto de familia uniparental.
TODOS ESTAMOS MANIPULADOS. VAMOS A ACABAR EN UN PSIQUIATRICO SI LES HACEMOS CASO A LOS SACERDOTES DE LA PROPAGANDA
Hijos probeta. Manipulación genética y manipulación mental pero de todos estos peligros lo más peligroso es la perversión del idioma. En las escuelas ya no se enseña castellano. Se enseña lengua y por ahí por esos textos manipulados por ese prurito de enviar a la hoguera las viejas y hermosas palabras que duermen en los diccionarios es por donde puede acabar el mundo. In principio erat verbum.
Sin embargo no hay que ser pesimistas. Höldering otro dichter alemán visionario nos advertía de que las revoluciones de este tipo dejan un sedimento positivo.
Y Yeats se alegraba con ese algo nuevo nos ha caído. La hora más escura es la de la amanecida dicen los sefarditas. En tal contexto, todos somos Wilson, todos somos Stein y nos tienta la rubia fláccida con la cabellera terrosa. El diablo disfrazado de gobernanta-señora de la limpieza- funcionaria del Big Brother-agente secreta - chivata. No se puede decir miembro. Hay que decir miembra. No juez sino jueza.
El Hermano Grande habita entre nosotros. Tanto nos ama que nos ha puesto la argolla de esclavos en un mundo feliz sin castas ni barreras sin permisos de residencias ni diferencias interétnicas. Un mundo feliz se convierten una entelequia. No es un paraíso sino una mazmorra adonde bajan a golpearnos todas las tardes cien demoñillos borrachos. También lo vio Quevedo como Orwell en sus Zahúrdas de Plutón.
Las utopías albergan un propósito bueno y edificante. No son malas de por sí. Creo que este tiempo que nos ha tocado vivir es bastante interesante.
A muchos españoles se les vuelven los dedos huéspedes; no les gusta Zapatero. Lo han hecho en burro de todos sus palos. Pero él no tiene la culpa. Él sólo le juega con las cartas que le echan. A mí sí. Con independencia de que esos ministerios de la Verdad y de la Igualdad me parezcan peligrosa. You ought to take the Good and the Bad. No todo es malo ni se va a acabar el mundo. Sonrían por favor.
martes, 17 de junio de 2008
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[1] Granja de cerdos
[2] Clochard, hombre sin techo abandonado lo que en Nueva york denominan derelictos
[3] Eric Blair nombre de pila del autor. Jorge Orwell era un pseudónimo
[4] alguien te observa detrás de la lona
[5] E l Juicio
[6] novelones
2023-05-20
un libro profético por el sindicato de las prisas
PEPE MAYORAL LIBRO MANÍFICO. SE MARCHA A VIVIR A TEMBLEQUE
LA CATORCENA ES ALGO MÁGICO
Antonio Parra
Yo te di una espada(I gave you a sword). Gracias por eso, Señor. The word and the sword. Palabras y espadas y en ese empeño seguimos lansquenetes de la palabra retornando al Alma Mater. Vientos de profecía. Entierrate grano. Mañana serás espiga. El viento de la historia a veces huracán otras brisa pasa página ¿Los ves? En un pocillo les estás dando de comer. Cuando ellos van tú ya regresas. Ponen el grito en el cielo. Nietos de los fariseos se rasgan la camisa, hacen trizas las filacterias. Se proclaman demócratas y abanderados del contraste de pareceres pero la fortuna te guarde de pisarles un callo. Dices que recurres a la descalificación y el insulto cuando son precisamente ellos que carecen del sentido del humor los que te están insultando.
Otros porque les cantas las verdades del Barquero y tú se las dices al lucero del alba, sin ir más lejos al propio Fraga cuando te vedó prohibir sobre Gibraltar están dispuestos a tirar de navaja. O lo que sea. Insidiosos e instalados. Bueyes duendos de ojos romos más falsos que los denarios de Judas que sirven, están sirviendo, para comprar campos de Haceldama. Don Tarariri que te vi ese que gusta de enfocar el problema vasco y el catalán a su manera, ese don Cómodo de la triste figura y que pluma en ristre la moja no en tinta sino en vesania mejor estaba vendiendo libros en Moyano porque escribir no es lo suyo. Se cree Shakespeare o Dickens pero no es Zola ni Flaubert ni Cervantes ni Palacio Valdés. Es sólo la hermana San Sulpicio. Corniveleto ya digo y mucha leña por la cabeza. Le dicen el buey suelto y es un manso. Sus derrotes son peligrosos. ¿Qué dijo? Dijo:
- Ha blasfemado. Es un energúmeno. ¿Por qué? Por defender la unidad de España.
- Yo voy a lo mío.
- Ellos a lo suyo. Y nosotros a lo nuestro.
- Son los de la estirpe tornadiza. Mala raza y peor baba. Se entienden con el bereber bajo cuerda, pero con sus carros de combate arrasan Gaza; pasan mensajes a los gudaris asesinos, sufragan el convite de catalanas vendettas de la Campana de Huesca y tú, Verum, que siempre viste crecer la hierba, tiras de la manta y les coges en renuncio, sus improperios se escuchan en San Pedro Abanto, pasada la Fuencisla.
- ¿Dónde estaba el ventorro?
- Allí mismo. Donde invocábamos a Fray Jarro cuando éramos guajes y después de la novena entrábamos a tomar unos chatos y allí encontrábamos al Tío Loco con su mandil verde a rayas y cara de palo. En ese lugar bajo la parra que da sombra nos “mojábamos” a gusto viendo nadar a los peces del río creo que fui feliz si es que la felicidad existe en este perro mundo.
- Pues había un letrero que a mí me hizo mucha gracia: más vale aquí dentro mojarse que enfrente ahogarse. Y enfrente pasaba el Eresma. No es que llevase mucha corriente pero sí la suficiente para dar la última aguadilla y máxime estando pedo.
- Mucho os gusta el traguillo a los de Segovia.
- Sanguis Christi inébriame. Sangre de Cristo. Laus tibi Deo que hace un mes que no te veo.
- ¿Y el corpus?
- Eso es otra historia. El Corpus es un monasterio de Claras donde ocurrió el milagro de la Catorcena. Allí estaba la sinagoga y allí fue el sacristán de San Facundo a entenderse con el rabí y le vendió a Cristo por treinta maravedíes de moneda forera.
- Volver a empezar. Estamos en las mismas.
- Psé. Bueno pues echaron la hostia a un caldero de aceite hirviendo en son de mofa y de cachondeo sacrílega tenida. Al freír será el reír y algunos se les heló en plena boca la carcajada. Como era Jueves Santo querían hacer torrijas pero de repente entre el espanto de los presentes la sagrada forma empezó a subir y subir hasta el techo, abrió un boquete en la bóveda y cruzando los cielos las torres los puentes y los acueductos de mi querida ciudad fue a descender por la Costanilla de los Desamparados hasta el convento de Santa Cruz. En una celda estaban sacramentando a un novicio dominico. La hostia se posó sobre los labios del moribundo y le sirvió de viático y tanto le sirvió que a los pocos días aquel enfermito desahuciado estaba como una rosa escribiendo latines y haciendo silogismos.
- No me venga usted con historias morunas, Verumtamen. El convento de Santa Cruz era el mismo del que fue prior Torquemada. Deberían quemarlo.
- Tiene un retablo muy bonito y allí han levantando una universidad privada. Cela fue el testaferro pero los dineros eran de la mafia. La misma que reconvierte nuestras viejas basílicas en discotecas, los conventos en campus y asfalta la costa al grito de “I ll buy you out” y con una buena mentalidad para los negocios. Jesús Gil cabalga de nuevo. Tiene muchos émulos el uxamense que así se llamaba en la edad media a los de Burgo de Osma y donde como en Hervás judíos los más.
- A este paso las fiestas de Catorcena – el milagro del sacristán traidor y de la hostia por los aires – habrán de ser suprimidas por políticamente incorrectas. Incitan al odio étnico.
- Ni mucho menos. Exalta el misterio de la Eucaristía. Cristo se quedó a morar con nosotros. ¿Eso les molesta?
- No sé pero lo que sí está claro es que harán lo posible por quitarla. Debíamos organizar una rogativa o un acto de desagravio.
- Ah como recuerdo aquellas verbenas, los bailes de candil bajo los almeces de la Plaza de Muerte y Vida o en los Corrales del Cristo del Mercado. La fiesta iba por barrios y a cada parroquia le tocaba organizarla una vez cada dos septenados. O plazo para renovar las células. A mi que soy bautizado en San Millán me tocó una vez llevar los ciriales. Era un niño cumplidos los catorce. Cuando volvió a pasar la ronda y el pasacalles tachin tacha chundara rá abandonaba la mocedad y emprendía la madurez. Estas fiestas eran el reloj biológico del pulso milenario de una ciudad que siempre se caracterizó por poner los paños al púlpito en loor a Jesús Sacramentado y aquí a la tarasca el Dia de la Minerva que es la octava del corpus la molemos a palos.
- Bueno pues de hoy en un año.
- Eso. Corpus Christi salva me. Ya sabes la bella oración que compuso san Ignacio verdaderamente un santo eucarístico para después de comulgar. Y sanguis Christi inébriame. Emborráchame con tu sangre Señor. Pues la verdad que yo pecador de mí la tomé demasiado ad pedem literae. Y a lo largo de mi existencia he atrapado algunas curdas. No me las doy de santo.
- ¿Conoces la parábola del santo bebedor?
- No. Ni falta que hace.
- Y tanto pero quod scripsi scripsi que dijo don Poncio Pilatos. Aquí de lo que se trata es de borrar la memoria o manipularla.
- Ya.
No hay quien pueda con ellos. Son como gorriones o como trapenses disipados duro cacarear en el coro y picotear en el refectorio. Luego cencerrear por la Misa de Gallo. Han pasado dos generaciones. Seis papas descendieron al sepulcro. La estema de los años arrancó unos cabellos de tu frente y apenas ya te puedes peinar a raya. Eres ya talludito y troncal, la curva de la felicidad hasta convertirse en la peligrosa protuberancia de la ptosis, doble barbilla y tres papadas, enuncian tu llegada a la linde del carcamal por más que tu espíritu se proclame joven talmente como el de un misacantano.
Ibas para canónigo y mira tú cómo todos estos te bieldan tu parva. Pero poco más. Te dieron una espada y quince talentos. ¿Los has empleado como dios manda? No sé, Señor. Aquí llego con mi barba cana y mi barriga. Algo atolondrado y gozoso pero impasible el ademán. Trato de guardar tus mandamientos. Te sigo en la distancia.
Cuarenta y tantos años después y la vida sigue igual. Regreso a mi Alma Mater. La puerta verde está cerrada pero por encima del dintel hay un letrero en mármol gris y con caracteres desleídos que dice: “En esta Casa de la Compañía vivió el P. Lainez”. Era el hombre de confianza del Padre General que no se fiaba mucho de Ribadeneira el gallego que le hacía momos por detrás.
-Había otro en el grupo de los primeros discípulos de San Ignacio: Polanco.
-A ese que ni mentarlo. ¿Vale?
El gran hastial de piedra gris. Por entre las socarrenas del muro de sillares alzan su melena desangelada matas de parietaria y el cardenillo se ceba sobre los tres bolinches que orlan la base y los lados del triangulo de la fachada. Se trata de una iglesia jesuítica no hay más que verla. Tan angular y biselada verdadera roca de Israel. Todas imitan al Giesú de Roma en una de cuyas capillas nuestro padre general decía misas de tres horas y arrobadizo pues Dios le concediera el don de lágrimas se anegaba en llanto y en devoción. ¿Por qué lloras, Ignacio? ¿Por los pecados de la vida pasada: caballero de Olmedo y por cortejar en Arévalo a la reina Germana? No. Lloro porque en este cuerpo pecador se ha manifestado la gracia. Cristo será el campeón. Y este mensaje de esperanza que plasma en piedra el monumento del Jesús romano transmigra a todos los templos que edificara la Orden desde su creación. La acrotera impresionante promontorio tiene una disposición triangular en función de la espadaña que señala la recoleta plaza tiene una disposición triangular en función de la cruz de la espadaña - estilo herreriano neto y granito escurialense- que señala el cielo de la recoleta Plaza del Seminario que desemboca a través de un callejón frío y batido por todos los vientos en la de los Espejos. Más allá la de San Martín que tiene delante del ábside un impresionante rincón medieval.
Segovia ciudad mística y guerrera. Al fondo de la exedra se alza la estatua del Comunero Bravo dando sombra al escaparate de la tienda de Blas Carpintero el alfayate que me cosió la primer sotana. Me retrotraigo a las tardes solaneras del otoño: becas rojas y esclavinas al viento y un chusco bajo la hopalanda que teníamos hambre y cuando nos daban ganas de comer le pedíamos pan en los paseos a uno que llamaban Pénjamo y en lo alto la cabeza el bonete terceronado o juniorado según el curso académico del alumno. Este gorro en determinadas testas era bisunto. ¿Y tú qué me das, Nicolás? Te echarán del seminario y te darán la carta de despido en el trabajo pues no eres archivero colegiado ni tienes oposiciones ganadas ¡Siempre igual! Mucha democracia y muchos derechos humanos para los de fuera naturalmente pero laboralmente he sido siempre un apestado. ¡Dios las que me hicieron pasar! Siempre me he sentido un ciudadano de segunda mano.
En este país de carnés lo que importa es tener un título. Es clasista como la madre que lo parió. Se iba a estudiar para ser no para saber y mi equivocación máxima que yo me comía los libros con este segundo propósito teniendo en cuenta de que la sangre si no entra con sangre al mismo sirve de purificación. Aprendíamos música coral y canciones viejas al compás de compasillo. No sé si éramos felices pero nos enseñaban el concepto de la disciplina desde un primer momento. El bonete se alzaba a compás manos arriba cuando nos cruzábamos con algún sacerdote. Los canónigos que acompañaban al deán don Fernando Revuelta o el cura de Santa Eulalia que deambulaba solo y era algo zambo quiero decir que andaba con los pies para adentro.
- Aparca aquí.
- No me da la gana. Buena la hiciste. Llenaste el tanque de diesel con gasolina y el auto se te quedó en medio de la autopista. Has jodido el coche.
- De todas formas purgamos el motor y pude llegar a mi pueblo. Cuando vi desde Juarrillos la excelsa mole de la “aceitera” que así llamamos a la torre de la catedral mi alma se iluminó. Al ver esta escalera del cielo. La piedra se hace llama.
- El cura de Santa Eulalia (y no me entretengas) se llamaba don Benito y caminaba escoltado por su madre, una tía y el ama que era una moza de buenas partes a la cual los coadjutores miraban de reojo y más de un cura la haría un favor por soñar que no quede ¿De pensamiento también se peca? Pues sí parece que sí.
El ama de llaves del cura de Santa Eulalia se llamaba Cirila y unos carnavales la cantaron la parrala bajo el alfeizar de su ventana. Sin embargo, pelillos a la mar. Recordemos que la iglesia siempre fue tolerante con todas estas flaquezas de la condición humana. Todos estos pensamientos se arremolinan tarde de julio polvareda del tiempo cuando salí a dar un paseo vera de ailantos y bajo la sombra relamida de una sofora bastante escuálida que adorna mi jardín. La mujer me arrancó una zarzamora pretextando ser un arto pero a mí me pone muy nervioso esto de que me arranquen mis flores.
Que en España por dicho de eso nadie puede decir que este cura no es mi padre. Había llegado hasta mi alma mater en una de las muchas peregrinaciones que dan impulso a mis días. No sabía qué hacer en mi urbanización. Tengo la patria dolorida y el alma en vilo. Volvamos a Segovia, me dije.
En verdad toda mi existencia ha sido un largo retornar hacia el pueblo en qué nací pero no me llevaba ningún propósito ni hoja de ruta. Sólo los mal trenzados recuerdos y el deseo del vino. No había perdido la fe en mi dios pero sí en cuanto me rodeaba. El presente y el ayer en mi memoria factual juegan al escondite. Por ejemplo, ahora estoy en Brennen Steinen pero quería retornar a Bridgehead. Más tarde en la oficina sentí el taedium vitae pero sigo teniendo ese amor al estudio, ese entusiasmo por la verdad y por todo lo bello, bueno y santo del mundo que se me inculcó en estas aulas complutenses. Felices se apiadan den la memoria los Hijos de San Ignacio. Unos recuerdos fueron buenos. Otros, malos. A ellos les debo mi vida y mi muerte. El guaje es “ansí”. Para lo bueno y para lo malo. Per intellectum ad Deum. No hay más cáscaras. Para mí Dios está encerrado en las páginas de un libro.
Han puesto tras las cristaleras una verja de hierro verde que disuade a los del botellón y un poco más tarde me transfiguro al adolescente que fui. Al curilla retorno que fui. Mediados de los cincuenta cuando el día de San Frutos el sastre carpintero me trajo la primera sotana. La mía me aguardaba en un banco de madera de los tránsitos. Ponerme aquella prenda por primera vez me hizo mucha ilusión creo que no dormí aquella noche y me tiré de un brinco ilusionado al primer toque de campana. Yo me sentía alguien importante. Crecí en medio de una sociedad que consideraba a los obispos y a los generales como el Súmmum bonum. Todo un ideal de vida: o la milicia o la cruz.
Aquella sotana recién confeccionada por Blas Carpintero, aquel sastre judío que tenía una gran nariz un sello de oro y una manera de tocar que no te molestaba cuando te tomaba medidas por la pernera apunta nene y una mujer gordísima que abultaba por tres de él no sé como se las apañarían en la cama, me puso en el camino de las estrellas. Per aspera ad astra. Un dicho muy cierto porque en aquel caserón del siglo XVII las pasé canutas. Me había propuesto ser santo. En el bolsique del guardapolvos llevaba un cuentapecados una especie de rosario que servía para contar las faltas o las transgresiones al Reglamento. O las jaculatorias que decías en voz baja por el camino. No resistir a la tentación de beber un vaso de agua cuando se tenía sed por ejemplo era una falta.
Por la Cuesta La Fuencisla bajo los alamos centenarios y cerca del convento de Santa domingo de bella y juvenil labra neogótica nos cruzábamos en aquellos deambulatorios de los jueves por el invierno con el arcipreste de Zamarramala. Parece que le estoy viendo algo miracielos tieso como un palo y morando por lejanías. Le hacíamos el hilo y bonetes arriba haciendo honor a las prescripciones del código de urbanidad eclesiástica que era libro de texto bajo el lema de ad educandos discípulos le saludamos desbocándonos. Algunas de estas prescripciones eran algo rancias pero otras me han servido para demostrar a muchos cafres mi buena crianza. Hoy este convento que yo conocí hospicio es una importante universidad de pago y de mucho tronío. Que Fr. Tomás de Torquemada fuese prior de este convento de dominicos y de que Domingo de soto fuese padre maestro de novicios ya es un tanto. Torquemada no tiene estatua. Domingo Soto, el martillo de herejes de Trento, sí. Pero la han decapitado varias veces. Se conocen que quieren mandarlo a la toza en efigie.
- Una gamberrada.
- Ni mucho menos, una judiada. En mi pueblo nos conocemos todos y aquí donde se dijo del judío la maula queda bastante memoria histórica. Así que juntos pero no revueltos. Cada uno en su casa y Dios en la de todos. ¿Me entiendes?
- No me digas más.
El bueno de don Jesús que debía de tener lo menos ochenta años pero que se movía con el garbo de un misacantano se fatigaba algo y acostumbraba a descansar en el berrueco que le sirvió de almohada a sus beatas posaderas a san Juan de la Cruz cuando subía a confesar a la Santa en el convento de San José justo por detrás de los Jardinillos de San Roque. Y ésta decía porque les criticaban y había murmuraciones en la ciudad por tan largo tiempo en el confesionario: “ De Segovia ni el polvo de los zapatos” y se sacudía el calzado al abandonar la ciudad por la Puerta del Sol.
- Buenas tardes tenga usted.
- Vayan en paz de buen quiete los seminaristas.
El cura de Zamarramala hablaba bien y predicaba mejor. Tenía el mirar huido tras los lupos de concha y a veces apestaba a aguardiente que echaba para atrás pero no las cogía lloronas ni era hombre que tuviera mal vino. Sus cogorzas eran hieráticas y solemnes por lo general. No daba escándalos aunque algunas veces lo vieron acometer la subida a La Lastrilla haciendo eses. Creo que era de un pueblo que llaman San Pedro De Gaillos que guarda entre sus costumbres una danza ancestral ibera que llaman el paloteo. Como el tío Tocino.
- ¡Cómo atacaba la caja aquel buen hombre! ¡Qué dedos!
- ¿Y al Agapito Marazuela lo conociste?
- Sí, precisamente bajo la sombra de un chaparro que había en la puerta del ventorro de San Pedro Abanto. Estaba tomándose un jarrillo con el padre de Julián un amigo mío.
- Pues conociste al último juglar de Castilla la Vieja.
- Ya lo creo
Tengo grabado el sonar limpio de la dulzaina mora en las mañanas claras de primeros de verano por las fiestas de San Pedro. La arrebolada. Era como un canto sagrado. Algo mágico como las fiestas de la Catorcena que nos arrebataron.
- El buen tintorro no nos lo quitarán.
- No sé que quieres que te diga. Esto está cambiando mucho y me parece que para mal.
Pues al querido don Jesús que todos los días se andaba veinte kilómetros asi estaba él delgado como un palo y derecho igual que un huso y se bebía media cantara le abultaba algo siempre debajo de los manteos. Era la botella. Cuando llegaba al Columba a tomar café con unos canónigos ya se había metido un litro entre pecho y espalda y en el viaje de regreso otro tanto. ¡Pobrecillo! Era un alcohólico. Más. Otro sombrerazo.
- ¿Qué va a ser, señor arcipreste preguntaba el pincerna del Columba el que estaba en los reales de lo que fue iglesia del mismo nombre a la sombra de los arcos del Azoguejo.
- Ponme un sol y sombra, hijo.
- In vino veritas.
Pero ya digo el cura de Zamarramala era un borracho muy digno. Bajaba por la pendiente con la teja de cachemira en su sitio aunque a veces buscase la querencia de las tapias de la Casa de la Moneda para exonerar su vejiga. O lo otro que como dijo el otro el buen morapio te hará cagar y por eso diz que el Vega Sicilia cura todas las enfermedades al llevarse los malos humores para allá. Así y todo era la comidilla de toda la ciudad y en una ocasión cuando su empinar el codo fue a más el obispo don Daniel Llorente de Federico me acuerdo del nombre de mi obispo con el mismo orgullo con que algunos veteranos recuerdan el nombre del coronel de su regimiento cuando eran sorches le retiró las letras dimisorias. Suspensión a divinis y el bueno de don Jesús no podía decir misa ni consagrar a Dios. Se trataba de medidas cautelares que duraban menos de una cuaresma pues don Daniel que era recto pero de muy buen corazón siempre le amnistiaba llegada la Pascua de Flores. Tampoco habrá que echar en el olvido que don Jesús era un hombre muy caritativo. Todo lo daba. No vivía con manceba ni ama ni dios que lo fundó y durante los aciagos días de la guerra civil fue el pararrayos de muchos furores. A muchos rogelios les sacó de la cárcel o de la tapia del mismo paredón. ¿Creen que se lo agradecieron? Pues no. Vivimos en un país de rencores decía Unamuno. Era un cura muy servicial pero tenía ese defecto o esa debilidad por el traguillo. Y eso aquí no se perdona.
Su sombra se me aparece cuando doblo la esquina de la Plaza El Seminario. Es un fantasma eucarístico que me recuerda las catorcenas de aquellos días. Verbena y parranda y en la sacristía buen jerez rosquillas de palo y algún soplillos. Entonces al acabar de aquella terrible guerra los españoles éramos como más fraternos y bienquistos. Nos sentíamos perteneciendo a un grupo o dentro de un redil. Verdaderamente aquellas catorcenas de la solidaridad y del paloteo eran algo mágico. Me traen a la memoria tiempos de perdón. ¿Cómo se explica ese trastorno?
Yo me explico y yo me entiendo y dios me entiende.. Nos hemos vuelto adoradores de Baal. Y hemos cambiado de religión, hemos renegado de nuestra patria, de nuestros valores, de nuestra fe, del amor al hermano y allí donde antes se leía Caridad hemos puesto filantropía o solidaridad. Estamos instalados en la cultura de la queja y en el sofá de don Comodón. Y ahí nos las den todas. Y nos las van a dar y en un carrillo no tardando mucho. Hemos sacado a Jesús del sagrario como a un príncipe destronado y en su lugar hemos puesto grandes carteles de palabras vacías: Derechos Humanos, Solidaridad, Memoria Histórica. La iglesia está vacía y el ara sin los huesos santos y los púlpitos mediáticos se nos han llenado de demagogos. a eso es lo que nos conduce reemplazar el dogma de la crucifixión por el supuesto contendible del holocausto. Y estos demócratas de pacotilla se cabrean y te lanzan anatemas cuando les sacas los colores y les coges en un renuncio. Si no haces nada por defender tu patria y tu nación entonces no tienes derecho a quejarte mamón de que te la invadan los forasteros aunque en Segovia ya digo todos nos conocemos y llamamos a las cosas por su nombre y sabemos por dónde van los tiros y de dónde viene la cosa.
Tarari que te vi. Continuará la historia. Por favor, no se sulfuren.
2 comentarios:
Gibraltar promociona a un escritor que califica a la Guerra Civil como “el holocausto español”
Es muy significativo que sea precisamente desde un territorio (Gibraltar) robado a España donde se celebre y promocione un simposio sobre un libro de PAUL PRESTON.
Si el Gobierno de Gibraltar se posiciona contra la España Nacional es porque el Régimen de Franco representaba los verdaderos intereses de España. Es lógico que el Gibraltar británico, centro de difusión masónica en el siglo XIX y hoy paraiso fiscal para delincuentes prefiera una España debil y sumisa y a ser posible desmembrada... En esto le hacen el juego todos los "separatistas"...
http://www.alertadigital.com/2016/01/20/gibraltar-promociona-a-un-escritor-que-califica-a-la-guerra-civil-como-el-holocausto-espanol/
Gibraltar promociona a un escritor ( PAUL PRESTON) que califica a la Guerra Civil como “el holocausto español”