EL SASTRE DEL CAMPILLO
Coser de balde y poner el hilo: ese ha sido un poco mi destino ser periodista se parece al oficio de sacristán cuyos dineros vienen cantando y cantando se van. A ver esa página. Gemían las rotoplanas resoplando en sus suspiros. San Cristobal cargaba sobre los hombros el peso de los pecados del mundo, chorreando noticias. Cuanto más trágicas mejor. Yo conocí al sastre del Campillo personaje de novela en mi segunda vida y reencarnación. Vivía en la calle la Magdalena esquina con el Avapies. Cosía de balde y encima ponía el hilo
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