2025-08-26

ESTOY HARTO

  

                                                      

 

 

 

 

 

 

 

               

 

 

 

               

 

 

 

 

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miércoles, 14 de marzo de 2012

 

Estoy harto de vuestros holocaustos y de vuestros carneros. En estos días de cólera es un consuelo leer a Isaías. Con él lloro por Siria. Allí donde se expandió el primer cenáculo  tras la dispersión de Jerusalén.  Fue en el camino de Damasco donde Saulo el inquisidor y perseguidor de los cristianos cayó derribado del caballo. Y de gran detractor con la furia de su raza se convirtió en el propulsor de la iglesia tal y conforme se conoce hoy.

 Después subió a Jerusalén donde tuvo la primera agarrada con san Pedro a costa de la eterna cuestión de circuncisos e incircuncisos y la iglesia rompió con la sinagoga. Siria fue por decirlo todo de una vez la cuna de la catolicidad. Sabía lo que se traía entre manos el profeta Isaías cuando les echó en cara a los de la Promesa las palabras de Jehová. Estoy harto de vuestros holocaustos y vuestros carneros. Podían ser términos de hoy en día. San Pablo arremete con idéntica furia.

en Siria nació el monaquismo y concretamente en Alepo, ciudad hoy asediada por el terror (las imágenes  que pasa tv me acongojan) vivió en lo alto de una columna Simón el Estilita el penitente que teniendo en menoscabo los honorees y grandezas terenales guardaba un extraño mutismo. cuando alguien le preguntaba desde abajo a gritos sobre una cuestión filosófica él empeleaba el lenguaje de los dedos y se limitaba a decrir sí o no irguiendo el pulgar deecho o invirtiendolo si la respuesta era negativa porque para él la palabra es un asunto de los hombres que corrompe la idea y distorsiona la voz de dios.

cerca estaba la tebaida donde con el ayuno y la penitencia eremitas como antón y pacomio ganaron vida larga en este mundo y la eterna en el otro. También guardaron silencio. mirando hacia atrás lo que ha sido mi pasión por la soledad y los desengaños por las cosas del mundo me hubiera gustado saer el vuervo de san antón para llevarle el pan de los místicos, el dulce frumentum de la conmsolación interior.

Siria, en la estacada, escenario de una cruenta guerra, es el prologo de lo que vendrá después, la destrucción

El carisma viene de la caridad y no depende de un prepucio y la caridad es benigna, humilde, comprensiva, no se encoleriza, no habla por detrás, ni se entrega a la lujuria, a la envidia, a la superstición, la glotonería, el odio, la revancha, insiste el apóstol de las gentes que en sus correrías encontraba consuelo en Damasco tras sus naufragios, cárceles, azotes, correrías.

Ahora acaba de soltar un tal Pachi López, el cual nada tiene de vasco y no ha leído a Unamuno, que eso del perdón es un cuento chino que se han inventado los cristianos. La ignorancia del lendakari es osada pero no otra cosa se puede esperar de un bocaza.

La insolencia teledirigida de los manipuladores de la información, los agentes de la provocación que se encargan de pasarnos imágenes de los muertos en Homs dándonos el postre en cada telediario se parece un poco al descaro del tal Pachi. Está claro que al monstruo le engorda la violencia. Me da pena el presidente Assad.

¿Acabará como Gadaffi?  Estoy harto de vuestros holocaustos y de vuestros moruecos. Son mohatras de los leguleyos que pasar por los Altos del Golán su apisonadora. Escisiones, contumelia, contubernios, infamias, mentiras, fealdades escabrosas. Es la táctica de siempre. Lloro por Siria.

 Drago mi conciencia y repaso mis textos en que se acusa al farisaísmo puro y duro. Es la cineración de nuestros deseos. La guerra en Siria es una guerra contra el cristianismo. Allí escribió san Efrén el diacono una bella semblanza de la mariología y en su Diatesterón se refiere que el Anticristo llegará con el viento de Aquilón, vendrá del norte, e hincará las garras y los colmillos en Siria.

Los secuaces del 666 no pierden ripio. Allí empezó a celebrarse la liturgia en arameo. Es la cuna del apostolado y del monaquismo: san Efrén, Teodosio el Calígrafo, San Sabas creador de la laura de Jerusalén y san Nilo idumeo o abad de la Tebaida de Capadocia que escribe el camino de perfección.

 Pasó su vida en lo alto de una roca. La palabra laura es un vocablo caldeo que quiere decir calle. Aquí se encuevaron los cenobitas que desdeñaron las cosas del mundo y en  busca de las eternas crearon los movimientos de mística anacorética que irradiaron hasta la península anatólica, Libia, norte de Africa, Egipto, Libano, Armenia, Persia.

 Grandes ayunadores, alcanzaban larga vida. San Antón vivió 120 años de penitencia. Era uno de los akimitil (los que no dormían) pero había también los que no se sentaban (stantes), los que andaban encorvados o permanecían tumbados en sus celdas o los que no se lavaban nunca o caloyeros.

Practicaban el mantra y desconocían la oración mental. Se santificaban mediante el hesicasmo una forma oriental de orar que consiste en repetir una plegaria como una melopea  miles de veces. No se afeitaban la barba ni se cortaban el pelo, otra fórmula de penitencia y no les importaba por amor a Cristo  hacerse amigo de los piojos.

Se trata de la locura de la cruz que san Pablo explicaba de esta manera:

-Somos piedras de escándalo para los judíos y motivo de mofa para los gentiles.

El monaquismo tuvo una importancia capital en la formación del imperio bizantino, desde el famoso cenobio del Studium de Constantinopla alátere a la catedral de Santa Sofía y arraigó en Rusia.

La laura de Kiev fue cuna de santos muchos de ellos sin nombre. En esta locura de la cruz de los anacoretas y de los peregrinos que iban por la estepa con un mendrugo de pan y los santos evangelios en las alforjas, en esta debilidad, precisamente estriba la fortaleza de la fe en Cristo Jesús.

 Nacida en Palestina y en Asia Menor nuestra religión no ha sucumbido a los embates de las galernas históricas como fueron las cruzadas, el imperio otomano.

El norte de África era un vergel de comunidades cristianas. Con la irrupción de Alarico y los bárbaros del norte todos aquellos templos, aquellos conventos, aquellos episcopados se convirtieron en pura arqueología. Particularmente la antigua Cartago romanizada.

De la sede de Agustín Tagaste no queda ni rastro. En parte fue debido a la irrupción del Islam pero sobre todo a la llegada de los vándalos de Genserico y Atila, el uno un enano cojo y el otro un tartaro que mostraba una predisposición innata por el estupro de mujeres cristianas no importa fueran monjas.

Mandaba hacer calzoncillos a sus tropas con los paños litúrgicos y las tocas de las esposas de Cristo y el almaizar de las matronas romanas.

 A lo que parece, en el día de hoy cuando está de moda la cristofobia aquellas bestias pardas – Genserico, Alarico, Atila- cuentan con bastantes seguidores y seguidoras.

 Uno de ellos es el maqueto Pachi López pero  a todos ellos se les irá la fuerza por la boca.

 No es cierto que donde posaba sus cascos el caballo de Atila no volvía a crecer la hierba. El Señor escribe recto con ortografía de través y hubo un obispo godo recriado en Alejandría discípulo de Arrio que predicó la buena nueva a los bárbaros y a resultas de las predicaciones del tal obispo Ulfilas (Wolfein) las hordas de los bárbaros recibieron el bautismo arriano de una manera rápida y casi milagrosa.

 Claro que el arrianismo gótico va a chocar pronto con el catolicismo grecorromano. Ulfilas predicaba a un Jesús fuerte, bello, en contra de las corruptelas del bajo imperio, el respeto a la estirpe y la reverencia a la mujer.

 Un cristo hombre, siguiendo la teología de los monofisitas y monotelitas alejandrinos, al que se adoraba entre cantos y grandes celebraciones, un poco como el dios Thor, asimilado a la tradición germánica era su propuesta.

Las misas duraban toda la noche y las presidía la Valhala. Quede para otra ocasión explicar cómo el cristianismo español que es de origen bizantino se mantiene en postulados arrianos.

En todo el arte asturiano y en las primitivas iglesias que perduran en España (san Baudilio de Berlanga, san Juan de Baños, santa Cristina de Lena quedan aquellas reminiscencias arrianas, el culto al sol conviviendo con la procesión trinitaria y el amor al fuego.

Hoy lloro por Siria, tierra de monjes y mártires y rezo porque pase pronto la nube. Y entono un kyrie eleison... kyrie eleison, pecador de mí.

 A Isaías lo aserraron sus paisanos. A san Bernabé lo apedrearon los sinagogos de Chipre. Ellos tienen la fuerza y el poder y la razón de la fuerza aunque no la fuerza de la razón.

Abaten árboles y desnudan los montes (exuunt montes), sólo para hacer autopistas. Luego miran al cielo despavoridos, quejosos de que no llueve, los muy pacatos.

 Un águila cruza la sierra del viento en lo que escribo esto.

 Vozna un cuervo y su canto tiene algo de lamento o de represalia. Clarigatio que diría Virgilio que barruntaba tormenta según el vuelo de los pájaros aunque no sé si será así. Por la radio se han liado en un duelo procaz dos mesalinas. Una llamase Flora, la otra, Lamia. Bien es verdad que comparecen un poco perláticas y con mucho adobe en la cara tanto que parecen máscaras, venden sus tumultos de alcoba por entregas.

 Dicen ser periodistas y anticristianas. Ahora sí que estamos buenos.

A una de las farrotas se le nota un chirlo en la nariz que debió de ser una bofetada de uno de sus macarras.

Me asomo a la ventana y al caer la noche resplandece el firmamento con una reventazón de estrellas. Algo es algo. Apago el televisor. Me desasosiega Siria. Assad un caballero musulmán recibe a don Kofi Anan el ex de la Onu un trincón negro pero muy elegante con trajes de Savile Row.

Creo que es un almogataz o moro bautizado. Zorongo, cazurro, puede lucir perfectamente el turbante de Herodes No se le nota.

El presidente sirio aunque mahometano me parece un mártir cristiano. Otro más.

Tempus edax rerum decía el clásico. El tiempo voraz se lleva la cólera. Esperando que pase la nube.

 En manos de estas pejinas de la tele, que son mujeres de lo más vil, pese a su aparente fotogenia, hija del adobo y de las múltiples operaciones estéticas, el español de la calle padece de disestesia. Se ha pervertido toda nuestra sensibilidad con esa batología que no cesa de las primaveras alarbes que no son primaveras sino anuncios del invierno nuclear que podría avecinarse. Se repitgen en públoco las mismas procacidades y burradas. ¿Será esto libertad? ¿Dicen que es democracia?

Ellos se sienten ermunios o inmunes, libres de impuestos y ponen cargas insoportables sobre los hombros de los demás y ellos se van de rositas, sepulcros blanqueados, raza de víboras. Cristo les cantó las verdades. Por eso lo odian con tanto ahínco. Tempus edax rerum. Espero pase la nube.

 

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