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miércoles, 14 de marzo de 2012
Estoy harto de vuestros holocaustos y de vuestros
carneros. En estos días de cólera es un consuelo leer a Isaías. Con él lloro
por Siria. Allí donde se expandió el primer cenáculo tras la dispersión de Jerusalén. Fue en el camino de Damasco donde Saulo el
inquisidor y perseguidor de los cristianos cayó derribado del caballo. Y de
gran detractor con la furia de su raza se convirtió en el propulsor de la
iglesia tal y conforme se conoce hoy.
Después
subió a Jerusalén donde tuvo la primera agarrada con san Pedro a costa de la
eterna cuestión de circuncisos e incircuncisos y la iglesia rompió con la
sinagoga. Siria fue por decirlo todo de una vez la cuna de la catolicidad.
Sabía lo que se traía entre manos el profeta Isaías cuando les echó en cara a
los de la Promesa las palabras de Jehová. Estoy harto de vuestros holocaustos y
vuestros carneros. Podían ser términos de hoy en día. San Pablo arremete con
idéntica furia.
en Siria nació el monaquismo y concretamente en
Alepo, ciudad hoy asediada por el terror (las imágenes que pasa tv me acongojan) vivió en lo alto de
una columna Simón el Estilita el penitente que teniendo en menoscabo los
honorees y grandezas terenales guardaba un extraño mutismo. cuando alguien le
preguntaba desde abajo a gritos sobre una cuestión filosófica él empeleaba el
lenguaje de los dedos y se limitaba a decrir sí o no irguiendo el pulgar deecho
o invirtiendolo si la respuesta era negativa porque para él la palabra es un
asunto de los hombres que corrompe la idea y distorsiona la voz de dios.
cerca estaba la tebaida donde con el ayuno y la
penitencia eremitas como antón y pacomio ganaron vida larga en este mundo y la
eterna en el otro. También guardaron silencio. mirando hacia atrás lo que ha
sido mi pasión por la soledad y los desengaños por las cosas del mundo me
hubiera gustado saer el vuervo de san antón para llevarle el pan de los
místicos, el dulce frumentum de la conmsolación interior.
Siria, en la estacada, escenario de una cruenta
guerra, es el prologo de lo que vendrá después, la destrucción
El carisma viene de la caridad y no depende de un
prepucio y la caridad es benigna, humilde, comprensiva, no se encoleriza, no
habla por detrás, ni se entrega a la lujuria, a la envidia, a la superstición,
la glotonería, el odio, la revancha, insiste el apóstol de las gentes que en
sus correrías encontraba consuelo en Damasco tras sus naufragios, cárceles,
azotes, correrías.
Ahora acaba de soltar un tal Pachi López, el cual
nada tiene de vasco y no ha leído a Unamuno, que eso del perdón es un cuento
chino que se han inventado los cristianos. La ignorancia del lendakari es osada
pero no otra cosa se puede esperar de un bocaza.
La insolencia teledirigida de los manipuladores de
la información, los agentes de la provocación que se encargan de pasarnos
imágenes de los muertos en Homs dándonos el postre en cada telediario se parece
un poco al descaro del tal Pachi. Está claro que al monstruo le engorda la
violencia. Me da pena el presidente Assad.
¿Acabará como Gadaffi? Estoy harto de vuestros holocaustos y de
vuestros moruecos. Son mohatras de los leguleyos que pasar por los Altos del
Golán su apisonadora. Escisiones, contumelia, contubernios, infamias, mentiras,
fealdades escabrosas. Es la táctica de siempre. Lloro por Siria.
Drago mi
conciencia y repaso mis textos en que se acusa al farisaísmo puro y duro. Es la
cineración de nuestros deseos. La guerra en Siria es una guerra contra el
cristianismo. Allí escribió san Efrén el diacono una bella semblanza de la
mariología y en su Diatesterón se refiere que el Anticristo llegará con el viento
de Aquilón, vendrá del norte, e hincará las garras y los colmillos en Siria.
Los secuaces del 666 no pierden ripio. Allí empezó
a celebrarse la liturgia en arameo. Es la cuna del apostolado y del monaquismo:
san Efrén, Teodosio el Calígrafo, San Sabas creador de la laura de Jerusalén y
san Nilo idumeo o abad de la Tebaida de Capadocia que escribe el camino de
perfección.
Pasó su vida
en lo alto de una roca. La palabra laura es un vocablo caldeo que quiere decir
calle. Aquí se encuevaron los cenobitas que desdeñaron las cosas del mundo y
en busca de las eternas crearon los
movimientos de mística anacorética que irradiaron hasta la península anatólica,
Libia, norte de Africa, Egipto, Libano, Armenia, Persia.
Grandes
ayunadores, alcanzaban larga vida. San Antón vivió 120 años de penitencia. Era
uno de los akimitil (los que no dormían) pero había también los que no se
sentaban (stantes), los que andaban encorvados o permanecían tumbados en sus
celdas o los que no se lavaban nunca o caloyeros.
Practicaban el mantra y desconocían la oración
mental. Se santificaban mediante el hesicasmo una forma oriental de orar que
consiste en repetir una plegaria como una melopea miles de veces. No se afeitaban la barba ni
se cortaban el pelo, otra fórmula de penitencia y no les importaba por amor a
Cristo hacerse amigo de los piojos.
Se trata de la locura de la cruz que san Pablo
explicaba de esta manera:
-Somos piedras de escándalo para los judíos y
motivo de mofa para los gentiles.
El monaquismo tuvo una importancia capital en la
formación del imperio bizantino, desde el famoso cenobio del Studium de
Constantinopla alátere a la catedral de Santa Sofía y arraigó en Rusia.
La laura de Kiev fue cuna de santos muchos de ellos
sin nombre. En esta locura de la cruz de los anacoretas y de los peregrinos que
iban por la estepa con un mendrugo de pan y los santos evangelios en las
alforjas, en esta debilidad, precisamente estriba la fortaleza de la fe en
Cristo Jesús.
Nacida en
Palestina y en Asia Menor nuestra religión no ha sucumbido a los embates de las
galernas históricas como fueron las cruzadas, el imperio otomano.
El norte de África era un vergel de comunidades
cristianas. Con la irrupción de Alarico y los bárbaros del norte todos aquellos
templos, aquellos conventos, aquellos episcopados se convirtieron en pura
arqueología. Particularmente la antigua Cartago romanizada.
De la sede de Agustín Tagaste no queda ni rastro.
En parte fue debido a la irrupción del Islam pero sobre todo a la llegada de
los vándalos de Genserico y Atila, el uno un enano cojo y el otro un tartaro
que mostraba una predisposición innata por el estupro de mujeres cristianas no
importa fueran monjas.
Mandaba hacer calzoncillos a sus tropas con los
paños litúrgicos y las tocas de las esposas de Cristo y el almaizar de las
matronas romanas.
A lo que
parece, en el día de hoy cuando está de moda la cristofobia aquellas bestias
pardas – Genserico, Alarico, Atila- cuentan con bastantes seguidores y
seguidoras.
Uno de ellos
es el maqueto Pachi López pero a todos
ellos se les irá la fuerza por la boca.
No es cierto
que donde posaba sus cascos el caballo de Atila no volvía a crecer la hierba.
El Señor escribe recto con ortografía de través y hubo un obispo godo recriado
en Alejandría discípulo de Arrio que predicó la buena nueva a los bárbaros y a
resultas de las predicaciones del tal obispo Ulfilas (Wolfein) las hordas de
los bárbaros recibieron el bautismo arriano de una manera rápida y casi
milagrosa.
Claro que el
arrianismo gótico va a chocar pronto con el catolicismo grecorromano. Ulfilas
predicaba a un Jesús fuerte, bello, en contra de las corruptelas del bajo
imperio, el respeto a la estirpe y la reverencia a la mujer.
Un cristo
hombre, siguiendo la teología de los monofisitas y monotelitas alejandrinos, al
que se adoraba entre cantos y grandes celebraciones, un poco como el dios Thor,
asimilado a la tradición germánica era su propuesta.
Las misas duraban toda la noche y las presidía la
Valhala. Quede para otra ocasión explicar cómo el cristianismo español que es
de origen bizantino se mantiene en postulados arrianos.
En todo el arte asturiano y en las primitivas
iglesias que perduran en España (san Baudilio de Berlanga, san Juan de Baños,
santa Cristina de Lena quedan aquellas reminiscencias arrianas, el culto al sol
conviviendo con la procesión trinitaria y el amor al fuego.
Hoy lloro por Siria, tierra de monjes y mártires y
rezo porque pase pronto la nube. Y entono un kyrie eleison... kyrie eleison,
pecador de mí.
A Isaías lo
aserraron sus paisanos. A san Bernabé lo apedrearon los sinagogos de Chipre.
Ellos tienen la fuerza y el poder y la razón de la fuerza aunque no la fuerza
de la razón.
Abaten árboles y desnudan los montes (exuunt
montes), sólo para hacer autopistas. Luego miran al cielo despavoridos,
quejosos de que no llueve, los muy pacatos.
Un águila
cruza la sierra del viento en lo que escribo esto.
Vozna un
cuervo y su canto tiene algo de lamento o de represalia. Clarigatio que diría
Virgilio que barruntaba tormenta según el vuelo de los pájaros aunque no sé si
será así. Por la radio se han liado en un duelo procaz dos mesalinas. Una
llamase Flora, la otra, Lamia. Bien es verdad que comparecen un poco perláticas
y con mucho adobe en la cara tanto que parecen máscaras, venden sus tumultos de
alcoba por entregas.
Dicen ser
periodistas y anticristianas. Ahora sí que estamos buenos.
A una de las farrotas se le nota un chirlo en la
nariz que debió de ser una bofetada de uno de sus macarras.
Me asomo a la ventana y al caer la noche resplandece
el firmamento con una reventazón de estrellas. Algo es algo. Apago el
televisor. Me desasosiega Siria. Assad un caballero musulmán recibe a don Kofi
Anan el ex de la Onu un trincón negro pero muy elegante con trajes de Savile
Row.
Creo que es un almogataz o moro bautizado. Zorongo,
cazurro, puede lucir perfectamente el turbante de Herodes No se le nota.
El presidente sirio aunque mahometano me parece un
mártir cristiano. Otro más.
Tempus edax rerum decía el clásico. El tiempo voraz
se lleva la cólera. Esperando que pase la nube.
En manos de
estas pejinas de la tele, que son mujeres de lo más vil, pese a su aparente
fotogenia, hija del adobo y de las múltiples operaciones estéticas, el español
de la calle padece de disestesia. Se ha pervertido toda nuestra sensibilidad
con esa batología que no cesa de las primaveras alarbes que no son primaveras
sino anuncios del invierno nuclear que podría avecinarse. Se repitgen en
públoco las mismas procacidades y burradas. ¿Será esto libertad? ¿Dicen que es
democracia?
Ellos se sienten ermunios o inmunes, libres de
impuestos y ponen cargas insoportables sobre los hombros de los demás y ellos
se van de rositas, sepulcros blanqueados, raza de víboras. Cristo les cantó las
verdades. Por eso lo odian con tanto ahínco. Tempus edax rerum. Espero pase la
nube.
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