¿QUO VADIS EUROPA WHERE ARE YOU GOING SPAIN?
Estos textos evidencian mi
preocupación por la rebelión de Cataluña que va a suponer un nuevo 98 y la
destrucción de España a través de lo que llaman las Fuerzas Oscuras que no
creen en la historia `pr serles adversa y adoptan los postulados de la misma
que les conviene, “shafirot” esto es memoria o, si se quiere memoria
antihistórica y contra la historia. Se trata de una larga serie de artículos
escritos durante las ultimas dos decadas de un periodista perseguido a causa de
sus ideas por la Nueva Inquisición. Cajón de sastre "et de omni re scibili"
Esto es: tratan de todo, máxime, al albur del impase se la crisis
catalana que, al suponer la fractura y liquidación de estos reinos, abocarían a
un nuevo 98. España atraviesa por la más
grave crisis de su existencia como nación. De ahí el título de Quo vadis,
Spain. George Orwell ya progetizó esta impase en sus novelas “1984” y La Granja de los Cerdos Los textos son recopilaciones de artículos
firmados por mí en la Red durante casi tres décadas. Gracias a Google y a Facebook, puedo dar a la estampa estos
textos. Huelgome de decir que Internet me ha hecho de mí un escritor vigilado
por el Gran Hermano que trabaja gratis et amore por la causa de la verdad en el
marco de un sistema totalitario con visos de demócrata. En medio de esta feria
de vanidades y de progroms de la intelectualiad. Pretenden hacer una gran
hoguera quemando las bibliotecas donde se guardan testimonios hostiles al
sistema. Vivmos una verdadera noche de los cristales rotos y de persecución de
todo aquello que signifique excelencia y no comporte grandes cantidades de
mierda y vulgaridad. Gracias, con todo y eso a Guillermito Puertas, y gloria a
ti, Zuckerberger. (Montañita de Azúcar).
La digitalización espolea a los
escritores a ponerse sobre las cuartillas, conforme al mandato horaciono de
“ningún día sin un par de líneas” y a
ser partícipes de una inquetud que se ha hecho universal. Vivir sin
vivir en mí lleno de curiosidad y deseos de conocer. Al propio tiempo cabe el
peligro de caer en la marabunta de la información en torrente que nos
desinforman paradójicamente e incomunica. Es el síndrome de la torre de Babel y
del mito de Prometeo. Como todo el mundo escribe, nos estamos quedando sin
líricos y, cambiando el oro por oropel, reemplazamos a los periodistas, por
contertulios de la tele y polítologos por los poetas. Está en marcha una
campaña contra la estética. La Red es, a la par que el gran guirigay, un arma
de control y de espionaje. Aunque no sé si va a ser posible ponerle puertas al
campo. El mundo va tan acelarado que
corre el riesgo de un estallido. Todo pasa y se consume en medio de una
avalancha de feroces actualidades que se olvidan a la mañana siguiente. El
lector creo que en este baul de crónicas, articulos, reportajes, cuentos y
vivencias, en este revoltijo, podrá encontrar alguna perla. No se aburrirá;
estoy seguro. Y, con el afán de ese hallazgo, publico y doy a la estampa estos
textos.
1.
EL BABLE
Pues
nada que la llingua ya es lengua.
Liémonos a voces en bable babayu.
Cada gallo canta en su muladar y el muladar asturiano anda un poco revuelto,
atronando quiriquies
Ya no
ponen las gallinas y eso que por San
Antón la gallina pon. Las mías no cacarean en mi corral, matólas el raposu. Y falemos despacín no nos oya el mío vecín. Que no está el horno para bollos ni el
alcacer para zampoñas. Bajan los jabalíes de la braña y hozan el patatar con
sus poderosos focicos. Araronme el prau, dejando en la hierba la marca de
sus feroces pezuñas.
Tienen
aquí la querencia de un revolcadero. Estamos perdidos. Los del Ayuntamiento
vinieron y acabaron con el bosque de robles y laureles centenarios que daban
sombra (en verano era un paraíso) a la sebe
(oigan, bablistas, aprendan latín que
sebe viene de saepes que equivale a cercado; en Santander lo llaman zarzo) y la
otra tarde derramé lágrimas sobre el enorme tuero del viejo carbayo con más de cuatrocientas
primaveras en su diámetro troncal que taloron los dendricidas del Ayuntamiento
cudillerense.
En El
Escorial semanas atrás multaron a un
paisano cien mil euros por talar una encina oneraria que le estorbaba su cerca,
pero esto es Asturias. Esto es España y lo demás tierra conquistada. Así nos va
¡Válganos la Santina!
Las aldeas
están vacías a la espera de veraneantes. El hastial de la casona blasonada de
los abuelos ostenta grietas ruinosas, aunque el sol se refleja al ocaso todavía
en los ventanos de la galería; el hórreo ancilar, una maravilla de la
carpintería de ribera lo descangayó un vendaval. Un vecín Dios le dé mal galardón las palmeras reales que trajeron mis
antepasados de Cuba ordenó derribarlas. Decía que desde sus ramas se
descolgaban los ratones y aterrizaban por sobre su bardal. Asturias está triste
sin cigüeñas; nunca pasan la altura de Arbás, y los mozos se van, no hay
trabajo. Es la generación del Alsa de
Villalpando. La vaca Marela tampoco
pare. El bable, paisanos, digotelo yo que soy filólogo, no es lengua sino
dialecto: una versión cantarina del idioma que hablaban las mesnadas del Cid
antes de subir la cuesta de Pajares a las tierras de pan llevar. Allende tal,
no es una lengua unificada porque se hablaba de forma diferente en cada valle y
mira que en este Principado hay valles.
Todo
anda un poco en regresión, por culpa de los políticos, a los que una mano negra
está soltando pasta bajo cuerda. Dicen que es culpa de los americanos que nos
quitaron Cuba y ahora pretenden arrebatarnos el principau.
Quieren,
por descontado, con sus sandeces quitarle la razón a Nebrija. Aquel divino
sevillano que se emborrachaba por los chigres de Alcalá: " La lengua es la
compañera del imperio". El objetivo apunta no solo a la destrucción de la
convivialidad tan privativa del carácter astur, tambien al aniquilamiento de la
lengua de Cervantes. Cataluña, pues, marca la hoja de ruta de los peligros que
nos acechan. Acabar con el castellano es acabar con la más vieja nación de
Europa. El odio por acá se administra en cápsulas de ignorancia y
resentimiento. Furia infernal. Con todo y eso, yo creo que Asturias un día
resucitará. De alguna manera hay que ser optimista y entonar la monserga del
"no pasarán".
2.
ANTE
EL ARA DE SAN BAUDILIO DE BERLANGA TUVE YO UNA VISIÓN
Subí,
tarde de nieve y celliscas, al monte santo de san Baudilio de Berlanga, eremita
mozárabe en tierras del Cid tierras de pan llevar al sur de la provincia de
Soria, entremedias de las diócesis de Sigüenza y el Burgo de Osma, y tuve allí
una visión, uno de esos misteriosos trances con que regalan al visitante las
tierras de España. Un ángel me pareció que rasgaba el velo de los misterios
insondables de la historia de mi patria. Sentí el eco lejano de tambores de
guerra y de salmos de perdón. Creo que aun no se ha completado mi hégira.
Allí
rezaron y se santificaron generaciones de monjes desde el siglo XI, y es
posible que mucho antes. Son los encuevados de la tradición oriental del monte
Athos y la Tebaida egipcia, Capadocia, y el yermo antioqueno que recogió el
Islam. Su penitencia era una demostración del amor de Cristo a las gentes, sin
distinción de razas y culturas, porque son muchas aquí las reminiscencias
arábigas. ¿Convivirían en amistad los anacoretas cristianos con los morabitos
muslímicos? Es la pregunta que queda en el aire. Escuché los cantos celestiales
de la hermosa liturgia mozárabe que tenia ascendencias arrianas (Arrio predicó
el evangelio a los ostrogodos y estos adoptaron esa versión de la religión
evangélica que exalta la humanidad de Jesús sobre su divinidad) con ceremonias
muy largas y todo el oficio cantado con himnodias repetitivas del misal de San
Isidoro. Ese carácter eucológico de su liturgia, donde la voz humana y la
disposición arquitectónica invitan a elevar el alma sobre las cuestiones
materiales, a través de las voces en concento y la armonía celestial de las
esferas. La vida del cristiano es una ascesis polifónica. La palmera central,
que sostiene el fuste de la bóveda de tracería y a la que cantó Gerardo Diego
con sus versos, desde la cúpula, convida a este deseo de trascendencia. Todas
las paredes ostentaban pinturas, que, por desgracia, en el expolio que padeció
España en los años 20, fueron arrancadas y vendidas por 65.000 pesetas a un
marchante judío de Nueva York el año 1927: un tal León Levi. Pero quedó la impronta, y han podido ser
restaurados algunos paneles como el de
San Nicolás. Aquí he tenido una visión y doy gracias a Dios. Los coros
recitaban salmos y, dentro del iconostasio, un diácono cantaba el evangelio en
tono mayor; luego un presbítero de barbas bizantinas y rostro atezado entonaba
la epiclesis de consagración:
— Eto telo maia eto krobi maia (este es mi
cuerpo, esta es mi sangre) a la manera griega.
Sobre
los paramentos, el rostro venerable de san Nicolás y de san Baudilio, santo
tutelar del templo, un mártir francés cuyo culto estuvo extendido a través de
Castilla por los visigodos unos le llamaban Baudilio. Unos le llamaban
Baudelio, y en mi tierra San Maudillo el Soriano. El bienaventurado mira para
los fieles con ojos de piedad y gesto hierático.
En la
planta baja se levanta, soportando la techumbre del coro, una mezquitilla de
arcos de herradura, que ha dejado perplejos a los historiadores como Camón
Aznar y Gaya Nuño. La pila de agua bendita es un “mitzrah” o piscina como las que existen en las mezquitas y
sinagogas para las abluciones. Al fondo se veía la cueva del monje o del
morábito. ¿Se alternó aquí el culto cristiano con el islámico? En cualquier
caso, es este lugar, situado sobre una eminencia del dintorno del páramo, un
centro de extrañas fuerzas telúricas. Aquí yo tuve un pálpito, una visión y
sólo pude cantar:
—
Kirie eleison. Señor ten piedad de nosotros pues conoces lo oculto del corazón
del hombre.
Al
instante, sentí una fuerza inmensa en mi alma, como inmerso en las garras de un
extraño fenómeno de purificación, a los pies de la palmera que corona el
cimborrio. Si la palmera supiera… Y me acordé de unos versos de Gerardo Diego. Que sí que sí que sí que tenía el rostro de
maravedí. El poeta se mofaba del judío que profanó el recinto con la
extraordinaria adquisición de los murales. El expolio de los ladrones de lugares santos no ha podido arramblar con el
aliento de amor y de caridad ni la sublime aureola que irradia esta santa
ermita tan sublime como recóndita.
3.
SAN
BAUDILIO EPICENTRO DE LA ESPAÑA MÁGICA
No
visitaba este hermoso y arrinconado lugar desde mis tiempos universitarios
cuando, atendiendo a las clases de los profesores de Arte, en la Complutense
otoño de 1963 se emocionaban al describir la estructura arquitectónica y
pictórica de San Baudilio de Berlanga. G. Atienza, erudito escritor ocultista,
descubridor de los secretos de lugares de nuestra geografía, decía que San
Baudilio, edificado en el mismo epicentro de la península ibérica, irradiaba
una energía potentísima y brillaba con luz especial en la historia del arte
prerrománico. Ese pálpito lo volvía a sentir yo al cabo de más de medio siglo.
Berlanga tierra de vacceos numantinos que luego se cristianizaron y vivieron en
la larga lucha contra el Islam, llena de anfractuosidades y recovecos victorias
y derrotas (Almanzor dicen que perdió el tambor en San Esteban de Gormaz a
media legua de acá.) Lo habitaban gentes prevenidas en frontera con un ojo
abierto a las hogueras de las atalayas anunciando la llegada de la morisma y
otro en el pendón real. Esta es tierra del Cid por donde pasó el Campeador a
ganar el pan de las batallas. ¡Oh Cid Sidi que buen vasallo si hubiera buen
Señor! Aquí se plasma la grandeza y la malandanza de un pueblo duro de pelar,
arisco, y a la vez magnánimo, que ejerció la tolerancia y la compasión con el
enemigo. El sarraceno en sus razzias de primavera talaba campos, robaba
mujeres, pertrechos y tierras. En toda
esta zona del alto Duero proliferan las atalayas. Allí el que montaba guardia,
cuando veía llegar al moro, encendía la típica chisquereta o almenara[1] y entonces las campanas tocaban a rebato. La
coexistencia fue difícil pero hubo periodos de tranquilidad, concluidas las
"aliyahs" (invasiones) o
"yihads" (guerra santa
contra el infiel.) Esa serenidad se plasma en los frisos, plementos y pinturas
murales con escenas de la vida de Cristo del obispo san Nicolás y san Baudilio
que exornan los murales. Aparecen dromedarios, elefantes y un caballero
musulmán cabalgando desalado sobre un corcel blanco. Al pairo de dibujos
místicos está la rosa de los vientos, estrellas de David, el sello de Salomón,
junto a composiciones del ave ibis la
cual, según los egipcios, comía el pescado dañino a los humanos. También la Dextera Domini ([2])o dedo de Dios,
que se asoma en forma de triangulo al lado de la paloma del Espíritu Santo,
bajando de una nube. Esta ermita enmarcada en los territorios entre Sigüenza y
Burgo de Osma me recuerda a Santa Cristina de Lena. Esa era la tesis propalada
por el profesor Camon Aznar de feliz memoria. La mesnada de Ruiz Díaz de Vivar
estaba integrada por soldados de las Asturias de Oviedo que lo acompañaron al
destierro y fundaron por estos cerros su acampada. Existe la probabilidad de
que entre ellos hubiese monjes y clérigos repobladores para realizar esta
misión. Al igual que santa Cristina, san Baudilio se eleva sobre un peñasco
desde cuyo alcor se divisa la paramera soriana. Misión de vigilancia, pues. Y
consta de iconostasio o cámara santa propio de la liturgia bizantina. El coro
se eleva sobre una disposición de arcos de herradura funcionales que hacen
pensar al historiador en las relaciones litúrgicas que tuvo el rito muzárabe
con la secta arriana y con el Islam. Hay representaciones de san Miguel pero,
sorprendentemente, en ninguna de las dos se pinta a la Virgen María. Quizá el
culto de hiperdulía sea posterior a la devoción a san Miguel que fue privativa de los godos
arrianos. Los arrianos no creían en la Virgen. Su proclamación como Madre de
Dios, de origen griego, se produjo en el concilio de Nicea, siglo V. El culto
marial arraigaría, luego, entre los Templarios que lo incorporarían a
occidente. El Cantar del Mío Cid habla de ceremonias rituales "antes de
los gallos cantar" y de la imagen de Nuestra Señora que llevaban los
guerreros en el arzón sobre su cabalgadura. Se colige que las misas eran largas
y el pueblo asistía embelesado entre himnos devotos, nubes de incienso y
salmos, a las ceremonias eucarísticas que celebraba el preste tras la cortina
del iconostasio.
Tanto
santa Cristina de Lena como san Baudilio de Berlanga en lo alto de un cerro
irradian fuerza telúrica para quienes visitan estas iglesias antiquísimas.
“Tomaron las reliquias todas las que hubieron y fueron por Castilla y así la
defendieron”. Acaso sea la luz de Xto que pervive entre nosotros hasta la
consumación de los siglos.
4.
DALÍ Y LAS ORENETAS (GOLONDRINAS) DEL
AMPURDÁN. CANTO A GERONA
El mundo se ha convertido en una busca barojiana, en
una lucha por la vida. Con tal de hacer dinero, matan a su padre y esto es lo
que está ocurriendo con el centenario de Salvador Dalí. Desde mi capacidad de
periodista sin periódico pero renuente a vender mi pluma y la cuchara, yo
protesto y yo acuso. España vive las conmociones de un proceso Dreyfus pero al
revés con estas ansias de los bibliopolas de darle la vuelta a la tortilla. He
de decir que el centenario de Dalí se está convirtiendo en una chapuza. Y yo me
acuerdo del día en que el maestro me dijo con cierta envidia: “Esos la tienen más larga que usted y que
yo, Parra”. Aquí
están las fotos para demostrar lo de aquella fiesta del gaysaber en Nueva York que acabó como el rosario de la
aurora. A mí las cuentas no me casan. El Dalí que yo conocí tiene que ver muy
poco con el que han sacado de la manga los amigos de los separatistas, los muñidores
del contubernio y los que han accedido al poder pisando las cenizas aun
humeantes de una hecatombe como la del once de marzo. Urnas y cadáveres pero
Dalí era apolítico. No queráis hacer bandera y oriflama de reivindicaciones. El
Dalí que ha salido de estos tórculos, con mucha moviola y trampa, parece uno de
aquellos fusilados en las zanjas de Montjuich, oiga. ¿Qué hacemos con toda
aquella caterva de muertos de segunda fila? ¿Quo vadis, Cataluña, adónde vas,
Europa? ¿Adónde te llevan tus felones, España?
Don Salvador alzaba aquella tarde neoyorquina, conminatorio, su bastón
con contera, como señalando el advenimiento de un porvenir incierto. Lo de la
garrota del maestro de Port Lligat siempre lo he dicho tenía su lado onírico y
la inspiración milagrosa que rodaba cuesta abajo por las laderas de Príapo.
Sombra y figura. Dalí era todo un adalid de las artes marciales de la
publicidad.
He aquí que llegaron los coribantes de la diosa
repartiendo leña, ahora os vais a enterar, dijeron, os vamos a moler a palos.
▬¿Con la garrota de Dalí?
▬No; con el as de bastos de los cuadros de
Picasso.
Las cendolillas de antaño hoy son pubillas de
juego floral y mucho cuidado con esa boca que os puede perder, os vamos a
acusar de machistas. Muchos se han subido a un guindo y andan por sus ramas,
emboscados y sumidos en la ataraxia doctrinal. No está el manto de Magdalena
para tafetanes, ni el alcacer para zampoñas. Las urnas últimas tuvieron algo de
actas funerales y trajeron cenizas de despojos de cadáveres, un gran
holocausto. Nos están vendiendo una burra mal capada, por muy demócrata que sea
esta pollina pero puede acabar, rebuzno va rebuzno viene, sin saber por donde
tirar, como la de Balaán. O, si me aprietas un poco, igual que la mula Francis. Dalí amaba su patria chica pero sin menoscabo
de la grande. Como debe ser. Por eso
durante toda su vida miraba con cierta prevención y cierto distanciamiento a
los catalanistas a palo seco. ¿Qué tendrá que ver, yo me digo, el culo con las
témporas? Pues por lo que se ve y por lo que han hecho y dieron los que le calaron
la barretina de refez, a contrapelo y hasta las orejas antes de morir,
todo. Él tenía sólo dos amores que eran
Gala y España. Pero ya digo: la tradición pesa y el polvo de las alpargatas de
los republicanos que partieron para el exilio, prometiendo un turbulento
regreso, derivó en polvareda, a lo que se ve. Por doquier resucita el fantasma
de los que partieron por Port Bou. Inventan rollos y traen al diablo entre las
piernas. Al diablo que yo vi dibujado en la testa de una ménsula. Era una mañana de Miércoles
Santo y el guía gerundense tercamente nos hablaba, empecinado, de lo buenos que
habían sido unos.
▬ Es porque los otros habrán sido muy malos▬ repuse.
Nuestro guía se llamaba Marcus y nos estaba haciendo
la loa de los republicanos. De paso hablaba del románico cuya cuna estuvo
radicada en este bello rincón catalán de Bensalou. Era el arte de los godos, la
continuación proyectada del espíritu de Carlomagno. Se sentía don Salvador
plenamente integrante de la escuela española. Por oposición a Picasso, a quien
la lucha de los vencidos/vencedores fue a colocar en el pedestal, un trono
acaso supervalorado. Creo que Dalí era un genio y Picos un gigante con los pies
de barro.
¿Cuándo acabarán nuestras zozobras? Regresan los
espectros y estamos próximos a inaugurar un nuevo aquelarre. Camuñas y sus
aparecidos hacen antesala en los ministerios y en las sillas de las mesas de
juntas esperan sentados, ojalá caiga una sinecura, y miran para el techo en
espera de que aparezcan de un momento a otro las brujas de Goya montadas en la
escoba, para el próximo aquelarre. Ese fantasma del exilio yo lo vi dibujado
hace pocos días en la testa de un demonio cuya carota colgaba del remate de la
imposta de una arcada románica cuando nuestro guía gerundense nos dijo.
▬Mirad hacia arriba.
Todos mirábamos para donde nos dijo el guía.
La carota histriónica de un enano nos enseñaba la lengua.
En aquel momento por el cielo impoluto de
Besalú cruzó una golondrina. Una “oreneta”. El de las patas caprinas, alas de
murciélago y rabo de león, se conoce que tiene miedo a este pájaro sagrado. La
golondrina estuvo en el Gólgota una tarde de
Viernes Santo y le quitó con el pico las espinas de cambronera que
horadaron en tormento el cerco de su divina cabeza. La golondrina me valió y se
hizo el conjuro contra el diablejo que enseñaba los cuernos desde la imposta.
Verla el cabeza de mono y huir de debajo del Tetramorfos fue todo uno, yendo de
remate a zambullirse sobre las aguas tersas del río Fluvial. Lo vieron ahogarse
los turistas al muy cabrón en uno de los tajamares del puente ojival. Así
reviente entre la chusma como el lagarto de Jaén. El diablo por Semana Santa nada tiene que
hacer, ni siquiera en Cataluña, una región demasiado importante de España para
dejarla en manos de los catalanes. El
Fluviá lamía los muros del monasterio de san Pedro y en sus aguas se reflejaba el campanil solemne de la
iglesia de Santa María. El raudal de corrientes bravas pasaba aquel día por la
localidad, haciendo remolinos e iluminando los contrafuertes del puente
levadizo con irisaciones color plata. Las oronetas seguían en lo alto agitando
sus alas sobre los cielos medievales de Besalú y se quedaban indiferentes ante
los turistas, igual que hace mil años.
No se paraban a contemplar a las muchachas judías que salían del mikwah ritual
saltando con los pechos péndulos como en el “Collar de la Paloma”. La presencia
de una aljama y de una sinagoga dice a las claras que la ciudad debió de ser
importante.
Por esta cornisa, a muriente, penetró el cristianismo
en la península ibérica. Aquí sentaron su sede los primeros obispos los que
siguieron a las predicaciones supuestamente ciertas del Apóstol de los
Gentiles, quien desembarcó por Ampurias, la vieja Emporion de los griegos. No hay que olvidar
que Jesús habló al mundo en griego y que esta lengua fue la primitiva de la
Iglesias. En Rosas atracó la barca de piedra y desde esta orilla zarpa,
asimismo, todo el gran tema jacobeo. Gerona es la provincia española con más
castillos, algunos de ellos sólo raigones y lienzos de muro, ya testimonio de
un pasado glorioso y fundacional, de la nación española, remiso a desaparecer.
Es una alegoría al Este de Castilla la Gentil a orillas del Mediterráneo,
laboriosa y heroica. Un aire de misterio y de seny bañan a toda la ciudad. Sus
castillos nos llevan al arte románico, el más depurado y selecto, el que mejor
conserva las raíces bizantinas con su tosco abatimiento y su admirable
expresividad. Cataluña quiere decir castillo. Es el bajo vientre de la marca
hispánica. Su serenidad pensativa hace recordar a Carlomagno. Gerona rindió
vasallaje al emperador. Hasta lo canonizó. Si queremos tierra de obispos, hay que ir a
buscarlos a La Bisbal. Ripoll es un pórtico de la gloria sin maestro Mateo pero
toda una historia sagrada escrita en piedra desde su reconstrucción por
Morgades, aquel obispo que le hizo la vida imposible a mosén Cinto Verdaguer y
que se dedicó a levantar, como un descosido, todas las piedras santas que echó
por tierra la francesada y la desamortización. En los bajorrelieves de este
monasterio, cuna de la catalanidad, se cifra y compendia toda esa teratología
del arte románico, ese hontanar de monstruos y de santos que alza el alma
humana sobre el pináculo de la perfección. El arte de Dalí, con la depuración
de sus pinceles, entallada en el símbolo didáctico, como un tótem o un abraxas
de la modernidad y toda esa parafernalia de claves de la sinrazón, es un
corolario de ese románico catalán, íntimo y sólido. Lo visigótico en todos sus primores lo plasman
los sillares y los arcos de medio punto de San Pedro de Rodas. El alfil y el
albalá de todas estas venerables ermitas se abocinan sobre los contornos
típicos del taqueado jaqués y del opus spicatum de la decoración de
raspas de pescado que exornan el borde de sus ventanarios. Es un cutio de
continuidad mística que predica en labores de piedra o enseña al que que no
sabe. A los rudos pecheros y labrantines de la alta edad media todos ellos
analfabetos. Las toscas figuras beben la ambrosía en las ramas de aliara, de una
estética tan profusa como enigmática. El arte en vaso de belleza sólo lo potan
los elegidos. La cuna del arte románico nos habla del cuerno de la abundancia
del simbolismo.
Hay que ser un iniciado para entenderlo.
Todos estos lugares-Tossa de Mar, Cadeus, Lloret,
Figueras- los llevamos en el corazón. Fueron los puntos de destino de nuestras
primeras salidas turísticas donde conocimos el amor. Lloret me recuerda los
ojos dulces, las lágrimas en aquel hotel, toda la vida por delante. Ella ya no está pero juntos en aquel viaje
recorrimos la Costa Brava sobre las ruedas de un 600D y juntos fuimos a buscar
a Roger entre las remesas de turistas que empezaban a llegar en grandes oleadas
desde todos los rincones de la geografía de las Islas Británicas. No se olvide
que fueron los ingleses los que descubrieron la Costa Brava y los que iniciaron
el turismo en tiempos de Franco. ¡Ay aquella noche nupcial en Lérida,
destartalada y triunfal y oliendo al aroma del café con malta que trajeron a mi
casa los últimos refugiados de la guerra civil! Ibamos camino de Bañolas a
venerar a san Martirián, clemente y bondadoso que bendijera nuestro connubio.
Aquel verano llegó la hora del amor, el sentimiento más fuerte que siempre
estará en mí omnipresente. Lloret había cambiado poco desde aquel verano del 69
en que lo visité por vez primera. Las mismas palmeras, el mismo ardor, la misma
sed y el arco de ballesta de su playa bajo la mirada militante de esas atalayas
que aparecen y desaparecen a lo largo del perfil de la marina y que eran torres
vigía para alertar de la llegada de piratas berberiscos. Cataluña se fraguó en
la lucha contra el infiel. Las oriflamas
de Roger de Lauria nos hablan de un tiempo en el cual hasta los mismos peces
del mare nostrum llevaban barras catalanas en sus escamas. “Blanquerna” es
precisamente una novela bizantina que escribió Raimundo Lulio mirando a las
cúpulas doradas de Constantinopla. Las sarracenas razzias desde Argelia y con
otro nombre más pacífico propiciadas por las organizaciones no gubernamentales
que son los nuevos funcionarios de un mundo sin fronteras continúan llegando.
La calma del Mediterráneo oculta una violencia latente. Es la lucha por la vida y la reconquista del
espacio vital. Lo absurdo de esta época es que en plena globalización radical
nos estén vendiendo ideas románticas del siglo XIX, duerno en el que se abrevan
algunos ilusos trasnochados.
¿Qué fue de tanto frenesí? En el 2004 he mirado a
Cataluña con nostalgia manriqueña, suspirando por cuanto perdimos en medio de
tanto devaneo. Nos han quitado la honra. Todo el país en poco menos de una
generación ha dejado a Laura y a Beatriz y se ha ido de putas. El símbolo de
esta democracia es la gran meretriz. Hace treinta años fui testigo en el paseo
marítimo frente a la playa de Lloret de Mar de cómo un turista francés medio
loco se liaba a golpes con un guardia municipal que le había puesto una multa.
Hoy los mozos de escuadra están mucho mejor diseñados y su plexo solar es más
rotundo. Lo más probable es que aquel franchute no se atrevería con estos
espigados gendarmes que patrullan las calles catalanas. Hemos ganado en algo
pero lo hemos perdido casi todo y seguimos siendo los mismos. Entonces España
se estaba abriendo a la libertad. A favor de las sombras y envueltos en el
dosel de la noche las parejas se siguen amando en el arenal dejando que las
olas besen sus pies hoy igual que entonces. El mundo no se acaba. Ya no hay
tanto turista nórdico. Los autóctonos están más envejecidos y las oleadas de
recién llegados transandinos y bereberes en un par de décadas habrán cambiado
el arco demográfico de este pueblo tan suyo y tan pagado de sus tradiciones que
muy pronto estará repoblado por extranjeros. Cataluña para mí era aquella pensión de
Tarragona donde pernocté, tan vieja que tenía un no sé qué romano en cuya cama
estuve postrado tres días curandome de una insolación. Cuando en el 72 volví a
visitar el Principado, ya sin acompañante, éste ya no era igual. En el barrio
antiguo soplaba la tramontana y la arena me atizó los ojos y el viento terral
se me subió a la cabeza. Yo amaba a esa Cataluña tierna y a la vez impenetrable
y al idioma catalán que es el que más escuché en mi infancia en casa de la
señora Antonia aquella mujer de Lérida que vino refugiada a Castilla. Sí, yo
amaba esta tierra acérrima en sus usos y en sus costumbres, archivo de la
cortesía. Ha cambiado todo el planeamiento. Incluso, nos presentan a un Dalí
que nunca fue. Con todo, volveré algún día a la Garrotxa, antes de que me
muera, subiré al call y cruzaré la sobrepuerta siguiendo la ruta de los pasos
perdidos de un millón de muertos. Ya estamos en las mismas. El mensaje de los
“Soldados de Salamina” es el mismo que el de los “Cipreses creen en Dios”.
A Dalí lo han manipulado como a un enano. Han colocado
su cadaver en el testero, lo han subido a lomos de un caballo, picaron espuela
y dijeron arre sin curarse de nada más. Y que gane igual que el Cid las
batallas después de muerto. Están exhumando testimonios. Los ladrones de
epitafios se hicieron necrófilos y todos los días de Dios están encontrando
nuevas fosas comunes.
▬Andese con mucho cuidado con esa tía. La mula
es muy corrida de lomos y hay que cabalgarla a rebalgas.
▬¿Qué cree? ¿Que no me di cuenta?
Sin embargo, las golondrinas han vuelto
inexorables a su cita con los recuerdos y tienen un bello nombre en catalán:
orenetas. Aunque lo haya conocido por primera vez de labios de aquel espolique
de excursiones guiadas. De la misma forma que aquel payés en lo alto de un
puerto que nos detuvimos a descansar en un restaurante desde el que se veía
Barcelona ▬ casi toda la Sexta Flota comía en aquel comedor▬ me dijo lo que significaba “bosso”. Estaba
dando de comer a unos cachorros cuando me lo dijo. Y ambas palabras se juntan
en la imaginación formando vértice para hacerme un caño en el tiempo. Bajo el
arco del triunfo y de los recuerdos.
Las calles de Gerona hay que subirlas casi de
rodillas, imbuidos del sentido de reverencia y admiración hacia una ciudad
heroica que resistió valiente a los mil
y uno sitios. Es todo el orgullo de los entendidos en poliorcética. ¿Cómo se
organiza la resistencia de una ciudad? Hoy un mendigo pide limosna en pleno
barrio de La Forsa sentado a la entrada de la vieja sinagoga. Es la viva
representación de Jeremías. Deja que los turistas le hagan alguna placa pero
cobra medio euro por cada foto. La casa de la Pía Limosna, buen gótico civil,
trae a la memoria los muros y las paredes de la Casa de los Picos de Segovia.
Por aquí anduvo catalogando, exaltando y hablando de la perfección estética del
románico del Alto Aragón, otro paisano mío, el marqués de Lozoya. La condesa Enarsinda nos
sonríe desde lo alto de un torreón. Si cruzas a lo alto del fortín por detrás
de los adarves octogonales de la catedral podrás columbrar el idílico paisaje
del convento de san Daniel con sus torres cilíndricas y sus galerías góticas de
arcos trilobulados que ensalzan la perfección de la forma. Otra vez el octógono
de la beatitud nos lanza un reto desde los adarves de la iglesia de san Nicolás
y de san Pedro de Galligans. Los poetas definen a Gerona como el triunfo de la
piedra y el agua en las riberas del Río Oñar, que rinde homenaje al Ter en
compañía del Galligans. Tiene manera suaves de arco abocinado en capitel
románico.Toda esa teratología del arte daliniano explica el origen de alguien
que nació a la sombra del gran Tetramorfos o bajo los auspicios de la almendra
mística del Pantócrator de Ripoll. Él se propuso a su manera desjarretar al
monstruo, el de la cabeza de mono, cuerpo de arpía, cuernos de cabra, cola de
león. Estos engendros deformes de una mente muy dada a la exaltación pueblan su
selecta y fantástica iconografía de este pintor. Pasamos por Breda y por Viladrau, el pueblo de
la botella de agua que aplaca nuestra sed de los veranos y por allí columbranos
las cimas siempre canas del Pirineo. Las crestas del Canigó ya asustaban un
poco a Gracián. Muy diferente el Ampurdán de la sierra al de la marina; éste se
atuvo a su concepción bucanera y exploradora de la existencia. Era el que
embarcaba en bergantines y palacras y se iba a hacer las américas. Hay también
un contraste entre la selva de pinos y de maleza que circunda el interior y los
bellos valles idílicos del Puigcerdá que compendian el afán de los que añoran
una existencia de paz bajo el lema de “et in Arcadia ego”.
Las impostas decoradas de los arcos de medio punto
románico hablan de una riqueza material que viene de antiguo pero lo material y
lo espiritual se dan allí la mano. En Bañolas viven los grandes millonarios de
España, sin dar cuartos al pregonero. En
Cataluña, con mucha diferencia que en Castilla, no suele hacerse demasiada
ostentación de lo que uno tiene. Conforme a la tradición oriental. Pero, en definitiva, los
bigotes de Dalí se conjugan en mi memoria con las golondrinas del Ampurdán aleteando
en torno al nido pedigüeño de barro fundido con saliva o volando rasantes sobre
el alcacer de los prados recién cortados. Eran escarpias a mitad de camino
entre el rabo del cochinillo de san
Antón y la cruz procesional. Un deseo que se agita, escondedero, de
frustraciones adolescentes. De ellos estuvo enamorado García Lorca pero Dalí,
cuyo rumbo sexual marca el norte de lo epiceno o abstemio. Parecía estar por
encima de las cuestiones sexuales que arrastran a los mortales. Él era un
genio. Era demasiado narcisista y se hartó de leer a Proust cuando le daba la
gana en Ses Brises. ¿Que la tenía pequeña? Ciertas limitaciones de esta índole
son las que hacen correr la pluma de los grandes poetas y cargan de color las
paletas de los mejores pintores. Tenerla grande o pequeña no es más que un
accidente. Nada tiene que ver con la
sustancia que es lo que importa. Además, como dicen los británicos, you
cant´win them all, y eso se lo dirá usted a todas. Dalí la tenía pequeña.
Pues vale. Su genio era muy grande.
Váyase lo uno por lo otro. A Porfirio Rovirosa tuvieron que hacerle los
carpinteros mejicanos un braguero de especial para que le cupieran y luego
padeció mucho de la próstata. Sin tan traumáticas mermas no se explica por qué el
morabito de Port Lligat pintara tanto y tan bueno y es la razón tal vez que
subyace en el fondo de su manía de engatusarse los bigotes haciendo que las
guías apuntaran para arriba o se acaracolasen, según qué humor, empalmados como
un tablón, símbolo de una erección que no acababa de rematar. Dime de lo que
presumes y te diré algo de tus carencias. El síndrome monorquídico hace
estragos en una sociedad donde todo se cuantifica, se mida y se pesa y existe
un ábaco especial para la infamia y la vulgaridad, y un embudo por donde la
verdad y la belleza no pasan. Arrobas de avilantez, tele basura, el tetamen de
la tonadillera por cualquier rincón de España. Centímetros, y pulgadas, varas
de medir las suyas. El fantasma del bueno de Porfirio con la regla y el espejo.
Parecen colegialas, oye. Aquí lo importante es tenerla grande y gorda y con lo
otro, con la crija ▬ curiosamente se
interpolan los términos, y lo que debería ser masculino se dice en femenino y
viceversa, para figura retórica esa-▬ y entonces ¿qué hacemos? Burro grande ande
o no ande. Petulancia de herejes.
Vivimos en la cultura de la queja y del cotilleo y por
eso estos mishaps o precariedades de la natura son cuestión de tanto
monto. Nunca unas teclas y unas cámaras dieron para tanto. Ya digo, en el centenario
que se conmemora, 12 de mayo, se han dicho y hecho bastantes tonterías. La peor
de todas: convertir a este recio ampurdanés con su perenne cachava como la de
Plá, siempre con su paquete de caldo de gallina los ojos esparcidos de
lejanías, en bastión del independentismo de montera picona y de señera calada.
Todos sabemos que no es verdad. Dalí era un españolazo total. De los del tambor
del Bruch, sardana con butifarra y vino recio en su paladar. En él había un
falangista como el de aquella centuria catalana que dejó su piel en Brunete y
uno de los caídos creo que era pariente suyo. Así que, doña Montse, no me venga
usted con chorradas.
Los ejercicios de lacrado de memoria nos llevan a
improcedencias. Por ese camino, con extorsiones de la verdad, ligaduras de
trompas y retortijones del Logos se camina hacia una guerra civil o a la
voladura de España. Aquí se están contando muchas batallitas y cada cual narra
la feria según le fue en ella ocurriendo tergiversaciones a mansalvas. Mienten
todos más que la gaceta y aquí están estas fotos y la entrevista que me
concedió Dalí a mí que era el corresponsal en Nueva York de la Prensa del
Movimiento. Y que no he vendido la pluma ni entregué la cuchara ni me rindo, ni
me vendo a nadie. Y menos a los contrabandistas de un
nacionalismo trasnochado.
Constituye a ojos vista un atropello a la verdad
histórica de lo cual podríamos dejar constancia y ser fedatarios todos aquellos
que conocimos a Dalí en carne mortal. Y los que parlamos con él y nos sentamos
sobre un velador de hotel neoyorquino cerca de un cubata y unas jarras de
cerveza. Había una orquesta y un mexicano no paraba de pegar voces. Era un tipo
atrabiliario y estrepitoso que no podía ver al gachupín, que se desanclaba en
denuestos e insultos contra España
cuando un catalán muy español y de Figueras lo mandó callar.
▬Haga usted el favor de bajar el gallo y no nos
grite que no estamos sordos.
▬Viva Pancho Villa. Arriba ánimas y el
Guernica de Picasso. Abajo Dalí que es un fascista.
Ya salió la palabreja. Cuando alguien no está
de acuerdo con tus argumentos te llama fascista.
El tipo debía de tener un colocón. Por poco sacamos
las pistolas. Me hubiera gustado acallar con plomo a aquel voceras pero bastó que le enseñase los puños para que
hiciera mutis por el foro semejante bocazas. Una pandilla de remamahuevos nos
estaban jodiendo la democracia. Ché ¡qué bueno que viniste!
▬Yo no digo nada.
▬Viva Dalí, maestro del alma.
Pero entonces, los progres, no se me olvida,
pintamonas le llamaban y sus cuadros se vendían malamente. El artista estaba en la ruina y para colmo
Gala con su cara de culebra rusa subiendo y bajando como una esfinge por las
galerías circunvaladas del Guggenheim. Los efebos eran su perdición. Tratabas
de hacerla un retrato y te mandaba a tomar por culo o te pedía que en vez de
foto te hicieras una gallarda. Era dicaz, procaz de gestos y muy mal hablada la
genial esposa rusa del genio de Port Lligat.
Lo que ocurre ahora es que Gerona, la ciudad de los
sitios, ha vuelto por donde solía, enarbolando bandera del no pasarán. Es la
Cataluña más provinciana, la más heroica y encumbrada en su propia altivez. Los
chopos que describiera Gironella▬ otro que murió arruinado-▬ han vuelto a
florecer. Mucho hay que subir hasta la catedral por las tortuosas escalerillas
de la judería. “Soldados de Salamina”, una novela en el que reverbera el aliento de Federico
Sánchez Mazas su obra de adolescencia: Las inquietudes de Shanti Andía.
Sánchez Mazas era un falangista vasco. A los nacionales se los postergó desde
un primer momento. No hay que pasar por alto que la cultura castellana pronto
pasó a manos catalanas. Barcelona era la clave de todo cuanto se publicaba y
los judíos norteamericanos y los que recalaron huyendo de Alemania abrieron
editoriales en la Ciudad Condal. Gracias a todos estos trueques y artimañas los
vencidos en la guerra vencieron en la paz y al revés. Franco fue tal vez
demasiado generoso con Cataluña. Ese hecho tampoco se nos negará. Así que los
que habiendo ganado la guerra luego perdimos la propaganda nos llevamos las
manos a la cabeza. Era sólo el afán de perdón y de reconciliación el que guió a
Franco en su altruismo, un altruismo que brilla por su ausencia entre los
instalados por el odio, en su magnanimidad para con la otra España. Había que
soldar helgaduras mentales y divisiones del corazón. Este dato por lo visto no
interesa a los muñidores de la Aviesa que es como llamo yo a esta democracia.
Vienen de tercería y se nos presentan con programas y lemas que datan del
mioceno o del neolítico. Los mismos discursos gastados, las mismas proclamas,
lo deja vu. Venga a soplar dentro del
cuerno. Ese azófar de Israel es una corneta apocalíptica terminada en cuernos
que acarician las barbas del rabino. Citas constantes al Antiguo Testamento
pero toda la Biblia no vale lo que una vida humana. A este paso nos van a
quedar ya pocos Yom Kippur. He aquí que resucitan los espectros. Las ratas
oradoras se han subido a los cajones.
Lo hacen bien. Son de una obstinación admirable y para
colmo vienen de Aragón. No dan su brazo a torcer ni aunque les aspen. Aunque ya
digo. No hay que hacerles demasiado caso.
¿Es esto ético? ¿Es estético? Yo me pregunto y nunca
hay respuesta, jolines. La obra daliniana con resabios de profecía teratológica
del mundo que nos tocó vivir y que él anticipó desde su paleta que cada día más
se parece a la de Goya. Esto le acreditaría como el segundo grande de la
pintura española. Lo malo es que en el “Gran masturbador” no hay una
intencionalidad de coyuntura como le ocurrió al “Guernica”. Lo que le sobra al
malagueño de intencionalidad política le falta al ampurdanés. Dalí no puede
negar que empezó por lo naif. Se ha puesto en juego el lacrado de la memoria.
En esta hora occidua y equívoca, muy del gusto de los proclives al gatuperio y
a la maula y de los que confluyen y confutan pro domo sua, y confunden la
libertad con el tocino, han conseguido poner a Cataluña también patas arriba.
Sin embargo, Cadaqués el otro día cuando fuimos de visita (hay que llegar a él
por cuestas y vericuetos, lomas y pinares y sierra áspera) nos acogió con su
serenidad y su hospitalidad de siempre. Vimos alzarse en uno de los montes que
lo clavan el radar de alerta aérea del ministerio de Defensa. Cualquier día se
plasma allí un sabotaje. Uno se empapa de Mediterráneo y descubre recónditas y
misteriosas calas. Es la tierra para reencontrarse con Ulises y con el amor.
Maldita política. Las barcas estaban dormidas y recién carenadas en el varadero
profundo y era muy hermoso fotografiar estas embarcaciones rudimentarias que se
descubren debajo del arco de un voladizo. La tierra de Dalí que da vista a las
montañas pirenaicas es la que cantó Verdaguer en excelsa rima catalana y
castellana y describió con acucia e intensidad de perspectiva el gran Pepe Plá.
Es tierra bella, recatada en su modestia de pubilla. Moza catalana, que destila belleza y calma, dulce abulia, amor de
brasas, apegada al terruño. En ella se perciben lejanos ecos de cánticos con
toda esa carga de melancolía que tiene la sardana.
La Costa Brava a la cual descubrieron antes que yo los
niños ingleses a los que enseñaba castellano en Hull, las primeras vacaciones
allende los acantilados de Dover y Blackpool, paella y sangría, sir, very good,
nice, donde se fue mi amor que se hizo de la mujer que amaba, me recordó un
cuento de Clarín que lleva por título El diablo en Semana Santa. Yo me
la recorrí de cabo a rabo con los excursionistas de la Inserso. Cadaqués se
acurrucaba en su cárcava. Allí todavía hay procesiones y dormía en la bella
concha de plata abrazada al mar amante y amigo. La ebúrnea torre de la iglesia
era una almena de vigilancia para alertar de la llegada de los piratas
berberiscos. Bajo su halda se arrebujaban las casitas blancas de los
pescadores. No se ven en Cataluña apenas blasones ni portaladas. La mejor
ejecutoria de nobleza es el esfuerzo. Buen país, mesocrática región. El retablo
barroco, como su poliantea recargada y que los turistas pueden admirar desde
una luna de cristal instalada en el cancel es cosa muy de destacar.
Tendré que volver a Besalú mitra de abades, puentes y
castillos, la que observa al peregrino un poco con la mirada del Padre Claret y
reza en castellano dulces plegarias antiguas llenas de amor divino. Tendré que
bañarme alguna vez en el mikwah al lado del río Fluvium - no puede haber
rotundidad más latina de formas que en este país - y salir purificado para
acometer una nueva era y bajaré hasta Olot, un pueblo de levítica alzada, que
nos mira desde las cuestas con ojos perfunctorios de notario, de una gran carga
literaria, donde se venera a un cristo con la cruz a cuestas y manteo azul que
es la viva serenidad digna del Greco.
Te entienden lo mismo si hablas en castellano que en
catalán porque los de Olot siempre fueron un poco poetas y el lenguaje de la
poesía no admite separatismos, es de envergadura universal. Esta parte del mundo
recuerda un poco a Asturias. Las masías son algo entre medias de la manor house
inglesa y la quintana astur. No hay minifundismo. Cataluña se gobierna por la
tradición del “hereu” que también define en sus novelas Bartolomé Soler. Marcos
Villarí es un libro fuera de serie. ¿Porqué lo han olvidado? Siendo como es un
canto a la Cataluña eterna. Para un
apasionado de la literatura como soy yo la escuela de escritores catalanes hoy
casi olvidados - Plá, Tomás Salvador, el propio Soler, Vidal Cadellans - decir
Barcelona es como nombrar la Meca. Todos los chicos de mi generación juntábamos
palabras y emborronábamos papel con la ilusión de ganar un día el premio Nadal,
porque no en vano somos el resultado de una grafomanía que no cesa, y hacíamos
pinitos soñando con que algún día en la noche de Reyes nuestro nombre fuera
anunciado en la cena que se celebraba en el Hotel Ritz. Todos fuimos o quisimos
ser aspirantes a ganar el premio Nadal. No se consumó el sueño pero en esta
vida no es lo importante llegar sino caminar y el reto y el hito siguen ahí
plantados. Por eso nos duele esta manipulación del santo nombre de Cataluña,
emporio de la publicación en castellano que renuncia al legado de Cervantes.
Eso será como un suicidio. Pero, si creen que vamos a romper la pluma o quemar
los libros, van listos. Lo van a tener muy crudo esos insensatos si quieren
terminar con nuestros próceres: Lluis
Santamarina, Ignacio Agustí, Carlos Sentís, Bartolomé Soler, el gran Plá,
Sebastián Mariné aquel tarraconense que me enseñó todo el latín que sé,
Corominas o el P. Claret con cuyos hijos aprendí. He cantado el “Virolay” y me
emocioné en Montserrat en la celda donde Iñaqui escribió sus ejercicios. ¡Viva
la Murenetta!
Por eso, siempre nos quedará Gerona; y volveremos a
Gerona la escarpada, de numantina mirada desojándose a sí misma perpetuamente
en el espejo de las aguas del Oñar como la vio Gironella. Los compañeros de
Campanys resurrecto se enfundan la barretina como una carmañola. Esta mañana he
rezado ante el Cristo de Dalí para que Él que todo lo puede conjure el peligro
del separatismo. ¿De donde ha salido ese Puigdemony?
Gerona es el emblema de toda resistencia.
Gerona siempre resiste todo asedio, incluso el de las fuerzas que pretenden
liquidar a España. Desafió al agareno, plantó cara al francés de cuya rapiña
saben harto los catalanes de buena fe. Galdós:
Episodios Nacionales son el alma de Gerona. Al acercarse a los
muros de su castillo se siente como un latigazo de patriotismo porque a España
se la puede amar también parlando catalán.
Todo arranca del scriptorium de Ripoll. Nuestra
vocación de escritores viene de que soñábamos con ser amanuenses o
transcriptores volcando palo seco y neumas en los cantorales y en los códigos
miniados. Si al mundo no lo caligrafías de antemano, no existe. Esta Nuncupatio o prurito nominativo [el
nombre siempre antecede a la cosa y el vocablo al concepto] nos hizo grandes a
los soñadores. El futuro pertenece a los poetas que portan en todo tiempo el
fuego sagrado de la llama del saber. Se nos aparecerá alguna noche ese abad
Oliva, roturador de campos, la lira en una mano, la esteva y el azadón en la
otra, y nos dirá lo que tengamos que hacer:
▬Canta y guarda silencio.
No olvidemos que el sile et psalle era el lema
de los benedictinos y el abad Oliva está también en el alma de Cataluña. Y en Gerona
se siente la presencia, soterrada, del general Álvarez de Castro. A dios
rogando y con el mazo dando. Somos mitad y mitad: monjes y soldados. Toda esa
grandeza se encierra en la ciudad de Dalí y del descatalogado Gironella con su
monumental prosa. Lo exprimieron, lo sacaron el jugo y lo arrojaron de sí.
Dijeron tuvo su época, éste para que lo queremos ya y es así como uno de los
autores que más dinero ganó en España logrando algo tan difícil por estos pagos
como es vivir de la literatura moriría en la pobreza. Pagó la culpa y hasta eso
no le fue perdonado: escribir en castellano.. Gironella en el foso del olvido y
un Dalí resurrecto y manipulado y al que
pintan como nunca fue. Pero aquí todos a callar. Bono ha hecho conserjes a los
que Franco nombró capitanes o les dio las dos estrellas de teniente. Tampoco es para echar en saco roto que fue
precisamente Franco el que restauró la gran biblioteca de Montserrat, aunque
para su desgracia, traidores y corifeos de la felonía, desde sus estrados
partió el grito de rebelión:
▬Volem
bisbes catalans.
Para ustedes la perra gorda. Pero
no llevan razón. Aviso y el que avisa no es traidor.
5.
Por mucho que les laven la cara, nadie podrá
arrebatarles a esa gente que siempre llegaba de Berbería, con nocturnidad y
alevosía, el título de piratas. Se me vienen al pensamiento las palabras
siguientes que recuerdan antiguos horrores y suplicios a mis antepasados:
redención de cautivos, alfaqueque, baños de Argel. Y por supuesto los versos de
aquel fraile mirobrigense que ahorcó los hábitos para seguir a una alemana e ir
a defender la cruz del emperador asolada por los sarracenos en Praga.
Ribaldo eres amor
En perfidias el turco
No se te alcanza.
El soldado de España, autor de estos versos, y
que quebró en Viena algunas de sus lanzas, las de hierro y las de sus amores,
se llamaba Cristóbal de Castillejo y es un poeta al que a todos les recomiendo
para leer estas pascuas.
Razón de más para volver a Granada. Clarines de
anúteba. Clamor de campanas. El enemigo está poniendo sitio a la plaza. Este
gobierno de Ankara, tan diserto, tan aseado y políticamente correcto, pro
occidental nos dice, es uno de los que con más tesón se ha movido junto con
Marruecos para conseguir la islamización de la Ciudad a orillas del Darro y del
Genil. Nos están vendiendo la burra mal capada. Nos ponen la historia del
revés.
Es evidente que lo que nos tratan de demostrar
era que doña Isabel de Trastamara que quería entrar en Constantinopla y en
Jerusalén con sus milicias de la Fe era una iluminada. Eso de las cruzadas no
era más que una patraña. De lo que se trata es no ya meramente de descatequizar
a España sino de conseguir la islamización de Europa. Así de crudo. Así de
total. Razón de más para volver a Granada aunque este regreso no pueda ser
físico. Más bien sentimental. Cuando nuestra vida, nuestra hacienda, está
amenazada, hay que tomar báculo de camino, echarse el morral y la cantimplora a
la espalda, hacerse en las cáligas o en las abarcas que heredé de mi abuelo una
buena lazada. Calarse las antiparras y repasar nuevamente el libro que yacía en
el polvo del armario, y que se llama “Guía de Perplejos”. Bambi feroz deambula
por el bosque y yo con estos pelos.
Como aquí nada es lo que parece y todo anda dado la
vuelta, no es un gamo. Tampoco un alce ni un sarrio ni ninguna otra clase de
venado. Nos metemos ya en los ámbitos de la alegoría. El mundo se ha vuelto tan
paradójico que la actualidad semeja a uno de esos capiteles historiados del
románico. Desde el capialzado de las arquivoltas nos hablan las harpías, se
montan unos a otros los marimachos cuerpo de león y pico de corneja, tocan la
campanilla mientras se zampan racimos de uvas dos campesinos borrachos con aire
de santibamquis en cogulla. Son los famosos hocuspocus que ambientaban la
entrada de las catedrales con juegos de manos. Allí estaban la última vez que
fui a venerar la tumba de los Reyes Católicos. Seres fantásticos Ciertamente,
que Cristo reina y reinará siempre en la mandorla del Pantocrátor. Mas, rodeado
de monstruos, su trabajo le cuesta. Un teatino- es imagen que tengo yo grabada
desde que la vi esculpida en una misericordia del coro de la catedral de
Zamora- ha bajado a los infiernos y predica a los diablos, que tienen todos
cara de burro y se muestran de una euforia que no hace pensar en un templo
cristiano sino en las sinagogas de Satán, donde la gente se mueve mucho y
parlotea más, hace que reza y no reza y se arrasca luego por detrás o habla de
sus ganancias y de la combleza que les salió en la ciudad.
Allí se trata un poco a cachondeo a la deidad
entre salmos sin gloria patri y mucho meneo y rumbo de filacterias. A esos
oradores no perderles de vista. Escupieron para arriba y fueron a refugiarse a
la corte del Gran Turco y del Alauita. Jurarían que un día vendrán, pueblo duro
de cerviz, empuñando con la siniestra un tomo del corán, y con la dextera el
pomo de la espada. El trapo verde insignia del Profeta con el que quieren
entrar bajo palio en Granada les servirá de mortaja. El mundo ya no es mundo
sino una aldea global y estos trinos andan en boca de los pundits del aduar
mediático. ¡Joder con la tarjeta de felicitación de Navidad!
Sin embargo, yo pienso que eso de escupir para
arriba puede ser peligroso. Su propio gapo les aterrizará en la cabeza. Estas
alianzas con el mahometano casi siempre salen mal. Luego les cortarán la cabeza
y tendrán que apostatar como hicieron con Maimonides. Creo que a vuela pluma he
explicado ese concepto de las sinagogas de Satán; tales conventículos nada
tienen que ver con las sinagogas del amor donde resuenan los cantos de David.
En ellas predicó Cristo Jesús el Mesías. Ya va siendo hora de separar a
los corderos de los cabritos, de trazar una divisoria entre préditos y bienaventurados.
Derechos de autor
Vuelvo a Granada, vuelvo a mi hogar. Gracias, Miguel
Ríos por prestarme ese estribillo. No me hagas pagar derechos de autor que
estoy sin blanca. No soy más que un pobretón escritor de Internet, amante de
los profetas y de sus enseñanzas y que canta las verdades al Lucero de Alba.
Puede que me vuelvan a crucificar, ya ves tú, pero no pasa nada. Nunca pasa
nada y si pasa- lo que decía José Antonio- ¿qué importa?
Le crecieron zarpas al cervatillo y le han
salido en la maula unos colmillos de gato pardo o que para sí los quisiera el
león. El león se aparea con el cordero y se están convirtiendo los arados en
lanzas. Discursos de Isaías al revés. A esta gentuza siempre le gustó darle la
vuelta a la historia, sacar los ríos de madre, profanar los altares, jugar con
los símbolos y retorcer los cojones del personal atacando lo más vivo de sus
creencias. Por una cosa así ya mandaron crucificar al cordero inocente, y a
otros muchos más, Un poco apocalíptico ¿No?
Vendrá a separar los corderos de los cabritos pero
se cachondean ahora de sus amenazas, raza de víboras, pregonadora de que Ese
Hombre no existió. Bueno pues yo pienso con el Credo de Nicea que escribió
precisamente un andaluz que vendrá a juzgar a vivos y muertos. Es su táctica
estos últimos años amargarnos las pascuas o mandarnos por el imeil Christmass
envenenado. Por nochebuena dieron mulé a Ceaucescu y Rumania se alzó en armas
el año 89 y otra navidad al Cara de Piña le echaron mano y bombardearon Panamá.
La Collares, esa prenda mal hablada que pronuncia la palabra cojones en
inglés con bastante garbo, ordenó con la aquiescencia del sobrino de don
Salvador bombardear Belgrado, una de las tres cunas de la ortodoxia, un Viernes
Santo. No caían, precisamente, margaritas sobre los templos con cúpulas de
cebolla sino obuses de mucho calibre, llenos de radiactividad y carga de muerte
y enfermedad, desde las panzas sofisticadas de los F-15. Son doctores de le
hermenéutica que se atienen al abraxas de los símbolos y actúan siempre con
segundas. Para muestra un botón. Aquel bombardeo nos puso en antecedentes de lo
que iba a ocurrir después. Se había firmado en perjuicio de Europa y la
cristiandad la alianza con el Otomano. Eso no hay quien lo mueva. Nos avisaron
y el que avisa no es traidor pero aquí estamos todos templando gaitas. Metiendo
todos la cabeza bajo el ala y a cobrar sospechando del hermano, pleiteando con
el vecino [cómo es posible que las familias se lleven, Dios santo, tan mal] y
cada uno a su bodigo, cada mochuelo a su olivo y cada pobre a su pajar. Ahora
las pagaremos todas juntas. Fomentaron las rencillas entre hermanos. Pusieron
pueblo contra pueblo. Aldea contra aldea y ciudad contra ciudad.
¿Es el Sacromonte la espina dorsal de mi patria? ¿La
quiroteca donde se guardan los huesos más santos de la España sagrada, el tarro
de las esencias por decirlo así? Ha sido nuestra cuna profanada. Pavanas de la
muerte danzan bayaderas negras. Pisotean nuestras reliquias. Al fondo estallan
carcajadas. Nadie dice la más mínima no ser que sea políticamente incorrecto y
se enemisten con el Amo que desperdigó por la faz de la tierra toda una hueste
de cajeros automáticos y de contadores espías. Las bacantes tienen por virgen a
una tal Herodías por cuya causa maligna se cometió un asesinato. Descabezaron
al santo de Israel y el santuario profanaron.
Leo casi con desgana a Hurtado de Mendoza en sus
anales perfectos que se llaman “Historia de la rebelión y castigo de los
moriscos”. España aquella vez derrotó al terrorismo islámico del que algunos
escritores que reciben un sobre bajo cuerda de los jeques y se van a vivir a
los palacios de Medina Azahara hacen apología del terrorismo en sus quinta
columnas enigmáticas. ¡Cuanta furia traen los papeles! ¡Cuánta infamia! Go
digital, baby
Chavicos.
No era sin embargo una forma de bajarse al moro.
Todo lo contrario. Era volver a las raíces perennes. Precisamente fue en
Iliberis o en Iliberris y luego Elvira que comenzó la larga andadura de la
cristiandad en la nación española. Allí fundó uno de los Siete Varones
Apostólicos, San Cecilio, la primera diócesis. ¿En Iliberi o en la vecina Acci
a la que los árabes renombraron por Wadix el Guadix actual y también obispado
venerable e importante seminario hoy sin seminaristas? Allí aprendió las
primeras letras uno de los grandes impulsores del periodismo español: Juan
Aparicio y maestro de tantos y tan buenos profesionales. ¿Don Juan era de
Murtas? ¿De Castiñeiras? ¿De Trevelez, el pueblo más alto de toda la Iberia,
buen jamón para pasarselo por el pico a los que abominan del jalufo, que será
impuro el animal pero están buenos hasta los andares? ¿O de Lanjarón? Sobre las
haldas de los escarpados montes que hacen pensar en las laderas de un
nacimiento de chocolate. Va a nacer el Niño y yo no tengo que llevarle.
Pero voy pa Granada en busca de las nochebuenas del recuerdo que quedaron
colgadas de las crestas penibéticas, verdadero lomo del mundo. Alto faro de la
España Sagrada.
¿Cómo renunciar a nuestras creencias seculares
y columpiarnos de las lianas de la apostasía? Granada es baluarte de mi fe. Por
eso hoy Nochebuena de 2004 me pregunto si no vendrá de esa querida tierra que
recuerda al paraíso terrenal si no vendrá de Granada este dulce sentir.
Es la llamada del Portal. Vamos pastores vamos. No puedo menos de evocar
aquí a don Juan con su cara de luna con su mayestática verticalidad. Sin
embargo, está a punto de nacer el niño y yo no tengo que llevarle. En mi ruta
me cruzo con cuadrillas de gallegos que vuelven de segar y cohortes de
cortadores de cabezas. El Amazonas está en Madrid. Todos los cortadores de
cabezas han aterrizado en ésta en vuelo desde los Andes. El alcalde Gallardón
les abrió la puerta. Ladrones y carteristas rumanos por todas partes. Cuatreros
de automóviles que llegaron de allende el telón de acero. Vamos, pastores,
llevemos requesón y miel al Portal de Internet huyendo de la barbarie. Allí el
Amor yace reclinado entre pajas. Nos bendice desde el pesebre de una página
Web.
Mas como soy perro chico y hombre despreciable ya no
tengo quien me sueñe, ni me cose ni me lave. Tampoco tengo nadie que me
publique a no ser el bueno de Navas. El furor uterino relincha en las esquinas
entre los ollares de las yeguas del recuerdo que hembras al fin y al cabo se
dedican a pisotear los cuadernos de las antiguas partituras en cuyos neumas
antiguos se guardaban los secretos de los antiguos cantos. Ahora no valgo un
chavico. Ya valdré más. Y tú no ates moscas por el rabo. Satanás, a ver si te
callas. Pronto sonará el grito de vayamosle a enforzar.
En una ocasión le vimos llegar, la poderosa testa de
patricio romano, la voz clara, el pensamiento jonsista y fundador, el aire
cansado de bregar por los caminos de cabra de la política, y por arduas
sendas de la Alpujarra, con su cachava y su oronda humanidad a la
redacción de SP que estaba instalado en el suburbio de los traperos, un garaje
allá donde la barriada de Estrecho perdía su honesto nombre, en la calle de
Santiago Cordero; fue todo uno quitarse el sombrero de felpa, enjugarse el
rostro con un pañuelo de hierbas, y decir:
-Vengo de mi Penibética.
Detrás de este barrio trapero había unos descampados
solemnes e intransitados del amor, un poco como el pícaro Cerro la Plata, lado
norte, donde tusonas misericordiosas te echaban una firma y te hacían un favor
a duro el cuarto de hora. Las putas y los periodistas y los curas
preconciliares siempre vivíamos contiguo según la tradición del medievo. En
residencias pared de por medio. Entonces las chicas eran de pago y no había
tanta violencia de género. Ahora ya no. Ahora cada oveja con su pareja. El
perfil de los tiempos es más recio. No está el manto de Magdalena para
tafetanes, ni el verde para pitos, ni el alcacer para zampoñas. Solía decirse.
Escritor siempre de luto
Creo que fue Martínez Mena, un señor que siempre
vestía de negro, por sus lutos constantes -se le había muerto la suegra y
acababa de enterrar a su padre y a su madre- y que escribía unos cuentos y unas
novelas que ahora se dejan leer con delectación melancólica, el que le trajo
una gaseosa del bar del Tino y el escritor, el periodista, que había venido a
ver qué hacía Rodrigo Royo con todos aquellos chicos con ganas de meter caña -
una juventud venía pidiendo paso y Juan Aparicio era un chaval de 75 años-
bebió con delectación toda una jícara. Sed de justicia social. Ansias de España
que siempre acaba matando a sus profetas y dando la espalda a sus verdaderos
hijos que depositan en ella su corazón. ¿Cómo aventar el polvo de nuestras
perfidias iconoclastas y sacudirnos las alpargatas en el camino?
No es que don Juan hubiese hecho todo el itinerario
desde la Sierra Nevada nativa per pedes Apostolorum sino que le había rendido
su caminata desde el metro hasta aquel cuchitril entrañable y en aquellos
tiempos con los ardores de julio mesenterio (entonces hacía mucho más calor en
Madrid y los veranos eran veranos). Estaba jadeante y creo que Juan Santiso le
hizo una foto y yo una de mis primeras interviús nada menos que a don Juan
Aparicio una institución en las letras hispanas y sin embargo hombre sencillo
el fundador del “Español” que no se cansó de repartir juego y trabajo abriendo
tantas sendas y perspectivas a los que empezábamos. Era hombre que congregaba
en vez de disgregar. Ya quedan pocos periodistas así con una sentido de
corporativo amor al cuerpo. ¿Vendría de Granada aquel lejano sentir? Yo jamás
la vi. Ha sido un poco mi condena, como dijo el poeta, de ser ciego en Granada.
Pero de García Lorca no nos vamos a poner a hablar aquí. Me machacaron ese
nombre desde niño sobre las orejas y tengo los tímpanos destrozados de tanto
oírlo. Más tarde he llegado a descubrir que no es tan buen poeta como
dijeron. Que nos lo pudieron en los cuernos de la luna. Más que un
escritor, dramaturgo bastante bueno que sobresalía del montón, era la bandera
de un ajuste de cuentas. Cuando el Arte se confunde con la Política es como esa
razón que cría monstruos. Estos odios nos conducirán de nuevo a los aguafuertes
de Goya. Juan Aparicio fue en un mi vida como en la de otros muchos que
empezamos mucho más significativo.
El granadino perdonó mi bisoñez y mi
nerviosismo y me dio uno de esos sabios consejos que se olvidan difícilmente:
-Mire, joven, el periodista es mitad tesón, mitad
olfato y una quinta parte de mala leche. A la noticia hay que darles siempre la
vuelta como a las tortillas. Siempre escriba un poco al refez y al desgaire y
como quien no quiere la cosa. Creo que siempre tuve buen olfato pero me faltó
la mala hostia. La candidez de paloma- ese creer en que to er mundo e güeno-
creo que fue mi perdición. Pero no crean también poseo mis propios recursos y
estoy vacunado contra esas miasmas. No soy un iluso.
Don Juan era accitano y se desmarcaba ya en aquellos
tiempos por su buen decir y su elegante prosa cuajada de archipámpanos y de
citas al quiebro. Nos enseñó a capear los cuernos del morlaco de la censura.
Hoy ya no se escribe de esa manera y los censores hogaño comparados con los
pastueños mansos de entonces son miuras astifinos que casi ni se pueden torear.
¿Qué fue de aquella vieja libertad? ¿De aquel compañerismo? Los profesionales
de entonces se han convertido en amanuenses a sueldo del Gran Hermano. Es un
señor en el curul potestativo sentado y no os dejará pasar ni una. Gobierna
gracias a un invento muy suyo que es el terror y esparce el humo de la confusión
para no dejar pistas. Si le cantas las verdades, dices que eres un instigador
del odio, y esparcidor de la cizaña xenófoba. Hay temas que no se les puede ni
tocar. Son sus comodines. ¡Ay de ti si le pisas su parva! Con los tontos hace
gavilla y la ignorancia es su caldo de cultivo particular.
Miedo
No se le ve. Hoy hay miedo. No existe apenas
sentido del humor y en las redacciones había un perenne cachondeo. Frente al
envaramiento actual eramos como más fraternos. Pocos pájaros hogaño quedan en
los nidos de antaño.
Se trata de explicar el mundo de una forma
demasiada simple y escueta a lo norteamericano cuando la vida tiene tantos
recovecos y es tan compleja. Siempre me ha aburrido ese estilo anglosajón. Por
ejemplo, el NYT sin el que no podía vivir mi admirado Manolo Blanco Tobío-
tenía que tener un ejemplar de ese diario junto a la taza de su desayuno- es de
un estilo ramplón y pedestre. Estilo periodístico convertido en prosa curial.
Con las galeradas de la mentira se hacen pajaritas de papel y galernas que se
transforman en tempestades en lejanos puntos. Hay que vender armas. Muñir
revoluciones.
Lo objetivo nos esclaviza. Lo subjetivo nos hará
libres. Yo prefiero el candor de las parábolas evangélicas a lo abstruso del
pensamiento de Kundera. Y candorosa y evangélica es aquella Penibética que
traía don Juan en su semblante paternalista. No se quitaba la camisa vieja pero
la de don Juan no era azul sino negra.
Cuando yo le conocí ya iba camino de la edad
provecta pero seguía conservando aquella voz clara que parecía brotar de los
manantiales de Lanjarón y era tan cristalina como su pensamiento. ¿Vendrá de
Granada este dulce sentir? Cerca de la puerta de Elvira estuvo el hontanar de
nuestra civilización.
Otros aseveran que la piedra fundacional, la roca
del nuevo Israel sobre las raíces de la cepa ibera fue colocada en Avila
cerca de Mingorría por el obispo san Segundo que fuera discípulo de san Pablo.
Nos cuadran nombres vascos. ¿Toda España fue Vasconia en la remota antigüedad o
fue la cosa al revés? ¿Vendrá de Granada este lejano sentir? Yo jamás la vi.
Al volver a Granada no nos bajamos, por tanto, al
moro sino al cristiano. Al conquistar esta plaza los Reyes Católicos después de
777 años recuperaron el talante de nuestros ancestros. Una forma de ser. Es el
espíritu ibero que cabalga entre la niebla de los años perdidos desde la Puerta
de Elvira hasta la de Bibarrambla.
Y allí habló un alfaquí de barba florida y cana. Me
vienen pujos del romancero al evocar aquellos versos que yo escribí recorriendo
los claustros de Oxford. Iliberri con su poder evocativo forma parte de
la España sagrada. Volver a Granada por tanto significaba algo más que la letra
de una canción de Miguel Ríos que nosotros empezamos a canturrear desde el
corazón. Todo es como un gran popurrí, una bella jarcha a ese laberinto
español, esa empanada mental que llevamos dentro. Al que amamos y al que ay
también maldecimos pues lo desconocemos. En el pináculo del Mulhacén se
encuentra nuestra aula mater. Montañas nevadas, banderas al viento sí, y una
ilusión en el pecho. Soy cristiano y no me arrepiento de proclamar esta fe
vieja. Lo sé. I am the odd man out pero siempre me gusto ir contra corriente.
El adopcionismo y los Beatos
Conviene tener presente que Granada es incluso anterior
al catolicismo romano y a los canónes puesto que la fe en Cristo llegó a España
por el sur, no por el norte y lo trajeron patriarcas bizantinos y los varones
apostólicos estrictamente judíos. De ahí esa tendencia que tuvo esta religión
entre nosotros a la herejía (Prisciliano, los donatistas, los arrianos, el
adopcionismo típicamente hispano) pero ya lo decía san Pablo: “Opportet
haeresses esse”. Sin herejías no vamos a ningún lado. Del alma
contestataria de España surgieron muchos gigantes. Iliberri, nombre
vascongado, quiere decir libre y de accitanos y de libertarios aquí todos
tenemos algo. Nos derrochó la noche y somos hijos del sol. Córdoba áurea
y senequista que nada tiene que ver con esos licurgos y zoilos, perros de
muchos collares, que se amariconan y sodomizan entre sí, cálamo currente,
chorreando sangre y lefa, no me habléis de cuestiones tan aljamiadas. Yo pienso
en san Leandro y en san Eulogio y por supuesto en la sangre virgen de Pelayito
de Tuy, el hijo de aquel obispo que no quiso renegar. Profanaron su cuerpo. Le
hicieron cuartos y lo arrojaron al Guadalquivir. Crudérrimos califas a
los que ahora les dan bombo y pasan de tolerantes. ¡Qué va! Son cosas del nuevo
talento y el talante. ¿Quién no teme al Bambi feroz? Manguemos de nuevo los
astiles y paguemos al ulema su soldada. Tengamos apresto el mangual, por si
acaso.
Hubo una época de oro en la historia de la iglesia,
la de los mártires. En aquel tiempo los perfectos de media cristiandad miraban
a esta ciudad como puerta del cielo y hacia ella se acercaban peregrinando a
tierra de moros en busca del martirio seguro. Esa creencia, una constante en la
alta y baja edad media, llega hasta los años de Teresa de Ahumada. Ella se
escapó del hogar en compañía de su hermano Rodrigo a tierra de moros.
Iban buscando la rueda de Santa Catalina con sus cangilones de oro que portan
los ángeles y en cuyos giros y evoluciones de convólvulo abren la puerta del
paraíso. ¡Qué envidia me dan! Hoy ya nadie quiere derramar la sangre por el
Salvador. El cielo de Andalucía está empedrado de cornelinas. Todas las gemas
del cielo brillan con luz propia. Son los cuerpos de los mártires que rutilan
transformados en luceros.
Han colocado cipos en la Ruta de la Plata la que nos
conducirá a Iliberis por las strata con sus puentes, sus piedras cinerarias,
los templos y edículos del camino con el óbolo a los dioses, los pozos de mi
sed, el polvo de las cunetas cubriendo las cáligas y crépidas de los
legionarios romanos. Curiosamente los “ferentarios” o fuerzas de choque de
estas divisiones no hicieron la guerra con bota sino en alpargatas. Detrás de
sus estandartes caminamos. La cohorte avanza detrás de los équites de Germania.
En los macutos de estos mílites que provenían de Dacia y de Constantinopla vino
la cruz de Cristo.
Fueron encontrados anillos signatarios de los
centuriones en los que se esculpía el “ixthios” o pez eucarístico. Pero también
las excavaciones atestiguan que el proceso de romanización y de cristianización
fue lento. La moneda en el interior de algunas calaveras confirma la creencia
de que Roma enterraba a sus difuntos metiendo una moneda al muerto entre los
dientes para pagar la soldada al barquero que nos pasará a la otro orilla, esto
es, a Queronte. Y a los pies de la sepultura queda siempre un ánfora
sepulcral, alguna figurilla de Baco con un odre de vino a mano, las efigies de
Venus, algún sátiro. Incierto más allá, pero Roma creía en la vida después de
la muerte a través del amor a sus difuntos. El Lacio sentía henchirsele el
corazón de vida eterna. Construía siempre no de cara a la galería como algunos
arquitectos pelanas sino pensando en la eternidad. Ciertamente, es cosa de
admirar esta “cupiditas aedificandi” de los “structores” de Roma.
Prédicas
Eso hizo más fácil las prédicas en España de San
Pablo y de los Varones Apostólicos. La taxonomía evángélica fue calando poco a
poco. Proceso de ósmosis ¿Vendrá de Granada este lejano sentir? Soy cristiano
pero esta fe no presupone a mi fe contra las deidades antiguas de mi tierra
ancestral. Antes bien, las complementa. Creencias y supersticiones las
arrastro, pues, como todo español, en la masa de mi sangre.
Hay lugares mágicos, centros que salvan y ciudades
como Granada donde uno se encuentra bien. Además reconquistarla costó mucha
sangre. Pingan de las almenas y matacanes los estandartes del valor. Y yo
necesito mis tégulas, mis idolillos y mis rosarios para ir tirando. Me parece
una aberración la idiosincrasia de un Dios a palo seco en las alturas que te
habla desde una nube o desde una zarza incandescente. Estos dioses míos,
mis santos del día - los españoles tendríamos que canonizar a ese santo y sabio
abad que fue fray Justo Pérez de Urbel que nos regaló con sus menologios, sus
leyendas áureas, y que cada día tenga su patrono, no dejen, cuando me vaya, de
pagar el gallo que le debo a Esculapio ni de ponerle perejil a san Pancracio
para que nos toque la lotería- que me libran de capillas sin altares y días a
palo seco. Aquí no somos jansenistas. Llevamos mucho cascajo romano metidas en
las sandalias, como chinas en el zapato. Somos masoquistas hechos del barro.
Nada humano me es ajeno y de vez en cuando es necesario que haya herejes. Los
desvíos ayudan a encontrar de nuevo el camino. La lectura de las epístolas de
san Pablo no me harán apostatar como a Lutero sino que me conducen a Granada.
Opportet haereses esse. Conviene que haya herejías pero no me den
telepredicadores norteamericanos que es lo que más aborrezco en este mundo. Que
alguien alce el gallo y lleve la contraria. Un mundo monocorde es muy aburrido.
La historia de la Iglesia no es pensamiento único. Esa es una de las mayores
grandezas. Los monolitos me asustan. Cosas de un solo bloque como la piedra de
la Kaaba son profanaciones dogmáticas de la solemne libertad.
Nos gusta construir casas y afirmar esquinas. Ese
legado romano pervive también en la raza o si no fijense en que ahora aquí y
ahora todo está montado sobre este andamiaje de ladrillos y adobes.
Edificadores somos piedra a piedra de la casa del señor. Cristo es el gran
aparejador. Queremos se conserven las diócesis de la Penibética, la
Tarraconense y la Lusitana y que no vuelvan las coras (división territorial
muzlamita). Nos llamarán rumíes,
nos llevarán a las hijas al harén, retajarán nuestros cuerpos pero nunca
nuestras almas. Esta es la historia de una vieja lucha con improntas en la
historia de recuerdos trágicos. ¿Por qué volver de nuevo a empezar? Murallas de
Paparanda, guaridas de libertad, lejos estáis de mí. Lo primero que hicieron
los conquistadores tras Guadalete fue cambiar los nombres de las calles y
cambiar las toponimias. Iliberis se convirtió en Elvira y más tarde en Medina
Hadira. Granada. Poco a poco se fue degradando por estadios: urbs, civitas,
populus, mansio a orillas del Darro y el Genil. En el Sacromonte se encuentran
las cenizas de nuestros santos. De los que dieron testimonio. Hay citas de esto
en el códice Ihata escurialense que incluyen los nombres de los primeros
obispos de Iliberis después de san Cecilio del que se dice que era ciego y que
curó su ceguera cuando Cristo le impuso las manos. Pero ya les iré contando más
cosas de este reino apasionante. Basta por hoy. Acepten sinceramente esta
carta de Navidad de quien todo el empeño, el mejor talante, les desea
parabienes en la nochebuena y unas Felices Pascuas. Seguiremos con el tema otro
día.
6.
CÓRDOBA LA SULTANA.
Los episcopologios de Iliberri e Hispalis atestiguan
que san Cecilio fue la primer mitra de esta sede, fundada supuestamente por el
propio san Pablo. Una leyenda muy bonita cuenta que éste era un mudo que siguió
los pasos del Señor cuando predicaba por los caminos de Galilea. Jesús le curó
de su enfermedad en uno de sus muchos milagros, lo mismo que su hermano
Tesifón, otro de los varones apostólicos, que era ciego. A ambos les ordenó sus
discípulos en la segunda leva de los 72 que hablan los Hechos y acompañaron a
Santiago en su primer viaje a Hispania donde estaba Iliberis, la ciudad sagrada
por excelencia de los iberos.
Allí consiguieron la renuncia de sus moradores a los
ídolos. El Códice Emilianense del Escorial cita como sucesores en el obispado
de Cecilio a Gaponio, Batonio, Ascanio, Leubesindo, Eucario, Aganio,
Trectemundo, Arginamdonio.
Todos estos nombres cubren esa larga azeuxis o hiato
cronológico de los primeros siglos del cristianismo que median entre el siglo
segundo y el octavo. Iliberris tuvo fuertes relaciones con la silla de Gerona y
la de Tarragona, así como con Toledo e Hispalis. La historia tuvo sus días y
sus fueros y en este tiempo todo está bastante confuso. Las sedes episcopales
eran independientes o iglesias autocefalas. La primacía no la ostentaba Roma
sino Bizancio y los patriarcados de Antioquía y Alejandría. Los concilios para
ajustar las normas de la fe y la conducta eran frecuentes y a uno de ellos, el
de Nicea, Hispalis envió al presbítero Osio, un poeta. Una composición suya se
adoptó como Símbolo de nuestra religión y es el Credo que los cristianos
después de casi diecisiete siglos.
Nuestra religión se abrió paso en medio de grandes
debates. Aquí el arrianismo por ejemplo caló hondo y picó alto pero Isidoro se
convierte en campeón de la ortodoxia con sus “Etimologías”. Eulogio de Córdoba
y san Leandro cierran filas entorno a él. Una reflexión sobre las ponencias en
los diferentes concilios de Toledo, Tarragona, Sevilla y Zaragoza, Sevilla y
Elvira, en uno de los cuales se adoptó la norma del celibato para los clérigos
nos da la clave de por qué hubo aquí tantísimo debate. Es bueno que surjan
herejías y aquí a los españoles de la España Sagrada nos gustó siempre discutir
pero llegó el Bambi Feroz y se acabó la tertulia. Pasa siempre. Los dulces
trenos y las bellas palabras del coloquio concluyen bajo la cimitarra de
Almanzor o el mangual de don Pelayo. La letra con sangre entra. No nos
engañemos. No hay más cáscaras. No vine a traer la paz sino la guerra.
Tengo que luchar en este día a día de la vulgaridad
contra muchas simplezas y puerilidades. El personal se descuelga con salidas de
pata de banco. Para consolarme vuelvo a la Vida de los Santos. A san
Leucesquinto tomemos por caso. Fue un diácono que fue martirizado en Anfitrio,
la antigua Hita, en tiempos del emperador Domiciano. A este testigo de la fe se
le cita en los anales del concilio de Elvira el año 305. Era costumbre en la
ortodoxia. Y de ello habla el griego Kazankakis. La hueste cristiana cuando el
turco llegó de Anatolia iba de un lado para otro con las reliquias de sus
santos a cuestas.
Córdoba y el símbolo de la fe
¡Viva Osio, columna y sostén de la iglesia! Otro
santo importante entre los mozárabes que redactó la profesión o “confessio”
nicena para llamar herejes a los arrianos que no creían en la Santa Trinidad.
Atanasio lo defiende pero - lo que son las cosas- dicen que a última hora,
llamado por el emperador Constancio a Milán, bandeó y se hizo amigo de los que
combatía, los obispos Ursacio y Valente. Por ello la iglesia latina no llegó a
canonizarlo aunque de Osio habla primores san Atanasio. El menologio griego nos
dice: “et Osius obiit in exilio”. El cordobés nunca regresaría a Córdoba desde
su destierro de Simio.
Le sucedió en la sede iliberitana Gregorio el
Bético patrono de la ciudad de Granada y que debió de nacer hacia el año 300.
Fue un tiempo de grandes disputas teológicas, este de la azeuxis, del gran
hiato en los anales eclesiásticos y ahí tenemos al antipapa Ursicino
combatiendo al papa san Dámaso. Y hay quien nos dice, pues las crónicas son muy
oscuras, que este Gregorio se contaminó de arrianismo pero que una vez se le
salió la lengua de su sitio, pero se le apareció la Virgen y tocandole la
garganta con su manto volvió a recuperar las cuerdas locales y se hizo
católico.
Se le cita en unas cartas que escribió a Potamio ob.
de Lisboa. La esposa del emperador Teodosio le encarga que escriba un Tratado
sobre la Trinidad que le hace ser blanco de malquerencia y persecución por
parte de la arriana secta a la que combate con toda esa furia de los conversos.
Puede que fuera un hombre de temperamento agresivo y extremoso, imbuido de un
cierto catharismo o anhelo de perfección. Mala cosa. Cuando en la iglesia se
habla de una vuelta a los principios, a la pureza de la fe, hay que echarse a
temblar. Pronto rodarán cabezas y correrán ríos de sangre Hay en el anhelo
místico una cierta inhumanidad y esto va con las predicas de Cristo que quiso
encarnarse en la textura de nuestra piel, hecha del barro. Hay un rescripto de
Teodosio en que se cita a este obispo que predicó el regreso a los orígenes y,
desengañado de las cosas del mundo, predicó la huida al desierto, como tantos y
tantos santos mozárabes, patronos de nuestras villas: san Frutos, santa
Casilda, san Valero el Ventolera, san Eulogio y otros muchos bienaventurados
locales de procedencia oscura en cuyas hagiografías la realidad se mezcla con
el símbolo. Pero a mí que no me vengan con historias. Estas dulces mentiras o
medias verdades se nos convierten en verdades enteras que nos ayudan a vivir y
a ir tirando. La Virgen de mi pueblo es más guapa que ninguna y tuvo el
desparpajo de decirla a la del Pilar que si tú eres aragonesa, yo soy segoviana
y con sal. ¡Anda!
Pusiste, Señor, miel hiblea en los labios del
salmista y con sus palabras te cantamos. No interrumpan los coros el suave
concento de la belleza. Y si la miel la buscaban los emperadores en Sicilia o
Hiblea la sal la portaban de España a Roma aquellas naves onerarias en los que
se pagó el pasaje a los apóstoles y predicadores, hemos de estarles muy
agradecidos de por vida. Nos enseñaron el Evangelio. A leer y a escribir.
Gracias a ellos fuimos tirando hasta los tiempos de Juliano el apóstata. Va de
traidores. Porque todos los traidores se llaman así pues fue un conde
Julián que entrando en tramas con un obispo libelático y judaizante, un tal
Oppas, quienes llamaron a Tarik y su hueste en una tenida que hubieron con los
de la sinagoga de Gibraltar. Y desde entonces para acá lo de Gibraltar trajo
cola. Es todo un símbolo para blandir contra nosotros que agitan las aguas
negras del río del odio a la cristiandad.
Acci fue la madre de las siete sillas apostólicas.
Ya decía yo que en don Juan Aparicio cuando vino a vernos a la paridera en el
que tenía su redacción el primer periódico para el que trabajé tenía algo. Fue
la sede primada en el mundo visigótico. Uno de sus templos levantado sobre un
ara romana es uno de los más antiguos del país. La mandó hacer la reina
Gudiluva esposa de Witerico en honor de san Esteban Protomártir. Corría
el año 607. En los sermones, homilías y comentarios que escribió en su España
Sagrada en 1173 se manejan todos estos datos.
Más obispos mozárabes: Aganio, Argibandonio, Alan,
Ceterio, Trectemundo. Este último es significado porque era amigo de Oppas y en
su pontificado en los tiempos de Witiza el reino godo va a convertirse en campo
de Agramante de una invasión africana en la que hay que darlo todo por perdido.
Parece ser que Trectemundo ofreció una resistencia contumaz al invasor y tuvo
en su obispo un verdadero defensor de la fe y caudillo. Predicó contra la
glotonería, el lujo desmedido y la insolidaridad de los condes que vivían en la
molicie y despreciando a los pobres entablaban pactos y consensos con el
invasor sarraceno. Este obispo de Iliberris o Elvira es una voz solitaria que
se alza contra el invasor. La relajación de las costumbres ocasionó que la
gente no tuviera conciencia y que se hicieran encubridores y cómplices de los
moros. Éstos utilizaron una táctica desde el principio que fue entrar en tratos
con los judíos que se infiltran como quinta columna en el seno de las
parroquias. Allí alcanzan grados eclesiásticos y a algunos les ordenan obispos.
Desde su sede e imbuidos de autoridad mandan acatar las órdenes del sultán y de
rendirle pleitesía.
A cambio, los muslimes, en un primer estadio, y merced a estos
“infiltrados” y sus corruptelas, alegan respetar la libertad de cultos mientras
los cristianos les paguen pechas. Más tarde, poco a poco vendrá la persecución,
se cerrarán los templos, y se los declarará fuera de ley y de la jurisdicción y
la cora. Se les denominará perros, sus posesiones requisadas y sus mujeres
tomadas por esclavas. Esa fue la pauta. Primero caballos de Troya que salen del
buche de cartón y se deshacen en elogios y falsas promesas de respeto a las
libertades hasta que venga la tiranía. Por lo demás, la simbiosis del hebreo
con el sarraceno no deja de ser axiomática y misteriosa. Entre ambas
comunidades las cañas se volverán lanzas y contra los pobres judíos arreciará
el hostigamiento.
Así fue la ocupación
Una época dorada de armonía a la que sigue otra de
recelo y de franco rechazo. Parece su sino. Siempre se acogieron bajo el amparo
del califa marroquí o del sultán otomano pero el judío sin el cristianismo
nunca podrá vivir. Es un poco su razón de ser y de esa manera los pactos se
vuelven contra sí. De modo que la cosa tiene todas las trazas de una verdadera
maldición bíblica. Ahora esos enjuagues que todos teníamos olvidados han sido
gurguciados o escupidos de la boca del buitre maligno que ha vuelto novedosas
las guerras de religión. Es un odio de siglos el que está sobre la mesa en ese
afán de su soberbia que les obliga a demostrar que siempre llevan razón. ¿Por
qué esa manía de probarse a sí mismo? ¿No nacerá de un sentimiento de culpa o
de un estrato subyacente de inseguridad? Pegarán fuego a este planeta para
explicar a las generaciones venideras que ellos llevaban razón, que portan en
la frente el signo de los elegidos. Este orgullo-▬ atención-▬ tan insensato
como temerario puede conducirnos al apocalipsis. El infierno está empedrado de
buenas intenciones.
La ocupación de España fue cosa de pocos meses. Los
beréberes africanos entraron a viña vendimiada con la catolicidad desavenida y
confundida. Es posible que al principio hubiera cierto eclecticismo del agareno
sojuzgador pero a la larga impusieron su fe al filo de la espada. No
tardaría en producirse esa reacción. Los mozárabes huyeron a las montañas de
Asturias con las cenizas de sus santos en las urnas cinerarias y los libros
sagrados. A Ceterio y a Sinderedo de Mérida, queda constancia en la Emilianense
y de ellos también el moro Abetaric [por todas las trazas un aljamiado godo que
se convirtió al Islam] que, reacios a sancionar los pactos de su obispo,
Octogerio, con los muslimes del cadí Tarik, emprendieron la ruta del norte.
Abetaric escribió una Crónica de la Destrucción de España. En todas las
coras o territorio ocupado las jarchas contributivas habían de ser pagadas. Las
cargas fiduciarias fueron aumentando a medida que el califato se consolidaba;
entonces aumentó la presión fiscal hasta convertirse en algo denigrante como
pudo ser el tributo de las Cien Doncellas, así como la chiza o tasa de
capitación.
Un tal Fandino traicionó a Witiza y el conde Teodomiro selló con el
Moro Muza un acuerdo de amistad abrazando la religión mahometana. El nombre de
este caudillo tornadizo anduvo después metido en las revueltas de Ali Hakem,
que encabezó una asonada contra el califato. Se dice que estos mozárabes de
oculto seguían practicando la fe. A medida que aumentó la presión hacia el
norte, el Islam, más seguro de sí mismo, empezó a estrechar el cerco y a ceñir
más el dominio sobre los cristianos. Cataluña se rindió y la morisma llegó
hasta Carcasona. Y al escribir esto, percibo los ecos de Carlos Martel y de la
Chançon de Roland. Hermosas canciones épicas que nadie canta ya. El pueblo no
quiere saber. En un gesto suicida o en un mecanismo de defensa reflejo acepta
lo que le digan.
Asturias y Galicia, firmes
Únicamente Asturias y Galicia no sucumbieron a esta
actitud de derrotismo generalizado que se apoderó del ánimo de los habitantes
de la península ibérica ante el empuje de las algaradas. Milagrosamente, tras
los montes de León se conservaron algunos monasterios herederos de la tradición
de la Tebaida del Bierzo y uno de ellos fue el de Liébana. Los monjes siguieron
entregados a las discusiones de teología abrazando por ejemplo algunos errores
como el adopcionismo arriano, típicamente mozárabe, creencia según la cual
Cristo no era sino hijo adoptado del Padre. Contra esta secta escribió el monje
anónimo de Liébana, que estaba en contacto con otros monasterios carolingios y
la importantísima escuela de York, sus beatos. Son comentarios al Libro del
Apocalipsis con pinturas miniadas que revelan la creencia de que el terror
muslímico anticipaba el fin del mundo. Se conservan algunas cartas del
presbítero Milenio contra los errores arabizantes y judaizantes que debieron
ser legión en las iglesias cristianas sometidas a la férula del islam. Pero hay
todavía jusrisperitos, astrónomos y calendaristas que se entretienen
escribiendo sobre la fecha de la celebración de la Pascua. La iglesia se
ahogaba en cismas y lentamente las bellas iglesias mozárabes fueron siendo
cerradas. De Toledo para abajo no quedó ni una de estas construcciones sacras.
El moro acabó con todas las aras. Serían derruidas por el furor iconoclasta de
los almohades que no eran precisamente un modelo de tolerancia, en contra de lo
que están escribiendo por estas fechas don algunos cronistas cuyos apógrafos
son piedra de escándalo.
Otro de los grandes traumas religiosos, amén del adopcionismo y del
arrianismo de los monarcas visigodos, fueron el nestorianismo introducido por
un presbítero egipcio en el que se inspiró Mahoma y el pelagianismo galaico que
negaba el pecado de Adán. Las cartas del papa Adriano condenan a todos estos
heresiarcas. Elipando el adopcionista era obispo de Toledo. Pero la oveja negra
del grupo será un tal Samuel, lacra del catolicismo mozárabe, el cual publica
un rescripto ordenando la sumisión del clero cristiano y la designación
prelaticia al califato. Este servilismo y el escándalo de que con Sansón y
otros de su calaña estuvieran vendidos a los musulmanes obligaron a muchos
fieles a desear la palma del martirio. O bien, emprender la ruta del norte. Las
crónicas refieren que este Sansón fue ungido prelado en la iglesia de San
Acisclo de Córdoba pero a la liturgia no acudió nadie.
Apocrisiario
Con él empieza una lista de obispos mercenarios y
simoníacos, aspecto de corderos disfrazados de lobos rapaces y malos pastores
que influyeron en la desbandada de la grey. Ejemplo claro de esta saga era
Sansón del que se dijo que a pesar de ser hombre dominado por todos los vicios
alcanzó la mitra de Elvira. Tenía un harén, negaba la resurrección de la carne
y en uno de los pocos casos de nepotismo ordenó de clérigo a su hijo Hostigo.
Este personaje se rapó la cabeza como los mahometanos y un Viernes Santo en San
Acisclo abjuró públicamente de la religión de Jesús abrazando la del Profeta.
Murió en 864 después de haber perseguido con furia a sus correligionarios. Sansón
pessimus fuit qui sub praetextu episcopi eliberritani Ecclesiam suam diuturno
tempore inmundissime pressit. Fue sucedido por Reculfo de Cabra, Beato
de Écija y Nefridio que asistió a un concilio en Córdoba cuyas actas se
conservan en la Catedral de León. Todas sus mitras fueron libeláticas, esto es:
para conservar la vida se avinieron en obediencia a los dictámenes coránicos.
En capítulo aparte, más adelante estudiaremos este fenómeno que es singular
veta atávica de la mozarabía, tan contumaz como independiente del criterio
romano, y más en sintonía con la iglesia griega.
El más interesante de esta lista creo que es Recemundo con cuya
mención termina la Emilianense haciendo una recopilación de las tres
sedes más importantes en aquel entonces. La hispalense, toledana e
iliberritana. Este obispo cordobés, vasallo del califa Abderramán III, figura
en la Crónica carolingia de la vida de san Juan de Goertz c. 966. Fue un
apocrisiario (legado) bizantino. Presidió la legación diplomática del califato
a la corte del emperador Otón el Grande. De él se ha escrito bastante y creo
que es el protagonista de una excelente novela histórica que firma
José Tomás y que mantiene un gran interés en la actualidad. Debía de ser un hebreo [lo que casa con la idea antes expresada de
utilizar los musulmanes al judío en su labor de zapa de la cristiandad]
convertido a la carrera a la religión del Crucificado e investido de la
dignidad episcopal. Su nombre, entre los historiadores árabes, salta como Rabí
ibn Said. Se le confirió el encargo de ir a parlamentar con Otón porque el
emperador estaba enfurecido por la sencilla razón de que los moros habían
tomado Frejus (Fraxinetum) en el corazón de Las Galias. Don
Recemundo o Rabí ben Said fue elegido para la misión junto con otro clérigo
cordobés que sabía latín.
El anillo de oro
Los legados embarcan
con sus deudos bagajes ofrendas y acémilas y se dirigen a Aquisgrán. En
dos semanas de buen andar estaban allí pero la audiencia tardó en serles
conseguida dos años, tiempo que aprovechó el obispo mozárabe en consultar los
manuscritos guardados en los conventos adyacentes y circundantes de la ciudad
alemana: el “anillo de oro”. Los emperadores germánicos tuvieron por costumbre
establecer un glacis o mota defensiva en rededor de sus palacios. Tales
monasterios carolingios eran estratégicos, cuarteles y a la vez conventos donde
los monjes se aplicaran al estudio y al rezo por los vivos y los difuntos y en
caso de ataque que tales edificios sirvieran de baluarte de su protección
personal. Así era la Córdoba precalifal copiando a Bizancio. Los zares rusos
adoptan asimismo esta tradición. Moscú estaba protegida por una “anillo de oro”
de populosos monasterios y recintos conventuales.
Poco se
sabe del resultado de esta misión diplomática en la que se intercambiaron
regalos. Sin embargo, Abderramán III, que era un político muy astuto, en
represalia ante esta demora de dos años va a tener a los enviados carolingios,
que le devolvieron visita, nueve años esperando a las puertas de Medina
Azahara. Se encargó de la misma al abad Adalberto de rito latino que vino
acompañado por dos monjes, Anselmo y Guido, a la ciudad de los califas.
De Recemundo no se volvió a saber más. Parece ser que fue trasladado a
Iliberris despues de haber conocido el boato de la pompa de la corte de Otón y
de ser agasajado por el obispo de Metz quien le consiguió una entrevista con el
emperador en Frankfort. Sabemos de su presencia allí gracias a los renglones
del Anónimo Arnulfense que trata de narrar los episodios de este
comisionado entre las dos ciudades más importantes de Europa en el siglo X. El
relato está truncado debido a la muerte del autor. Dice que Recemundo era un
hombre bien situado pues llevaba todos los negocios de la cancillería de
Abderramán III, del que dice que era hombre veleidoso y vengativo. Y, lo más
importante, de este judío políglota investido de la dignidad episcopal es que
inicia prácticamente la Escuela de Traductores de Toledo.
En Córdoba empezó a funcionar una escuela de
traductores de griego y de hebreo hacia el año 950, esto es 31 antes del
fallecimiento de Abderramán III, que vierte al árabe las obras más importantes
de la antigüedad. En ella trabajaron el monje Nicolás y un judío por nombre
Hasadeus o Hasday. Estaba emplazada en el palacio real de Medina Azahara. A
pesar del odio hacia los rumíes, esta época parece ser que fue un oasis de
tolerancia dentro de lo que cabe. Tampoco hay que exagerar pero se permitió el
viaje de Rabí ben Zaid o Recemundo hasta Jerusalén de donde se trajo una
pila bautismal de “oro obrizo”. Simonet lo cita con harta
frecuencia en su Historia de los mozárabes en España. Es un caso aislado
en la inmensa lista de perseguidos y mártires a manos de los muslimes. Su
nombre irá siempre adhibido a las excepciones de los contemporizadores y de los
que se libraron del tormento y de la espada. Supo nadar y guardar la ropa. Era
judío, claro está.
En general, para entender cómo fue posible que se
conservara el cristianismo en medio de unas condiciones tan adversas, hay que
recurrir a anagógicas explicaciones milagrosas más que cifrarla en la
tolerancia de alfaquíes y cadíes. La condescendencia proverbial sarracena de la
cual se habla en estos tiempos de integración cultural, mestizaje,
globalización y puente entre las culturas es un tópico, amen de un atentado a
la verdad histórica. O fue una condescendencia interesada, ya que los
cristianos superaban en número a los invasores, todo lo contrario de lo que
ocurre ahora, cuando son más y Marruecos está metiendo gente en la península a
través de la operación “Tucking in” que cuenta con el beneplácito del
Departamento de Estado, de doña Gondoleza Rice y de don Colín, el heraldo de la
cultura del melting pot y del poder de los negros. En su juventud no en vano
fue discípulo de Malcon X.
Teniendo por asumido que el islam allí donde llega se impone por la
espada, la comunidad hispanorromana acató sus decisiones siguiendo el precepto
evangélico de someterse a la voluntad del Cesar, si no contraviene los
mandamientos de la ley de Dios.
Clavígero
La mozarabía siguió escribiendo y rezando en latín.
El siglo X cordobés con el recrudecimiento de las persecuciones fue un
reverdecer de los grandes capítulos del martirologio cristiano. Citemos sólo
algunos nombres que vienen inscritos con letras de oro en el Menologio de
Usuardo: Adulfo, Iván, Clavígero, Perfecto, Pelagio de Córdoba niño de corta
edad, Emeterio, Celedonio y otros muchos y el culto siguió en algunas iglesias
como la de san Acisclo o el monasterio de Peñamelaria. En medio de tan grandes
tribulaciones como las de Haliken II algunos eclesiásticos tuvieron tiempo para
dedicarse a la astronomía de autor anónimo cuyo apógrafo o copia del texto La
división de los tiempos y la higiene de los cuerpos se conserva. Y en las
iglesias que no fueron cerradas se seguía celebrando una liturgia al modo
cordobés con canon especial en que se hace mención de los santos locales y
misas voluntarias. Los breviarios iliberitanos, de acuerdo con los cronicones
que recoge el P. Flórez en su España Sagrada, también tuvieron motu proprio.
Es importante en esta primera etapa del cristianismo el culto a las
reliquias que los hispanorromanos andaluces copian de los griegos lo mismo que
la costumbre de Bizancio de enviar apocrisiarios o legaciones a todas las
cortes del mundo. En ese sentido el cristianismo inventaría la diplomacia. En
Granada se rezaba a san Melitón y san Septentrión, a Restituto, Dextro y
Castorio cuyas cenizas se guardaban en el Sacromonte. San Rogelio y san
Leovigildo derramaron su sangre en tiempos de Abderramán II. El caso de
Prefecto, diácono de la parroquia de san Acisclo, es singular. Fue
acusado de blasfemo por el cadí. Negó por respetos humanos y blandeó ante el
juez. A pesar de todo fue colocado en el tormento y condenado a muerte. En sus
últimos instantes recuperó la fuerza y confesó su fe y esperanza en el Dios
verdadero. Por un misterioso don de profecía que le asaltó en el mismo patíbulo
predijo la muerte de uno de los ministros de Al Nassar, un eunuco hijo de una
cristiana. Efectivamente, cumplido el plazo anunciado por el mártir, el día de
Ramadán del año 850 murió de forma violenta. El cristianismo se sustenta en el
milagro y milagroso fue ver aquella floración de mártires que dio Córdoba a la
Iglesia Universal. Acudían de todas partes de España y del extranjero a la
ciudad en busca de un pasaporte a la gloria. Confesar a Cristo con su
propia sangre les abría las puertas del cielo. Como san Jorge que cruzó todo el
África del norte en busca de la palma del martirio. O Félix y Liliosa, Aurelio
y Sabigotona, un matrimonio que procedía de la Tarraconense. O san Leovigildo
de Iliberri. Aquellos sí que fueron los verdaderos atletas de nuestra fe. Esta
forma de muerte bajo el hacha del virolero suponía una auténtica cancelación de
la culpa.
A los cristianos se les ahogaba a tributos (la
presión fiscal es una de las características de los jeques árabes amantes del
lujo que no sienten escrúpulos de mantener al pueblo en la miseria mientras
ellos viven en grandes palacios) y se les perseguía en lo religioso. Además,
fomentaban la delación y el espionaje entre los autóctonos por medio de los
exceptores (delatores.) Estos sujetos eran temibles. Se trataba de cristianos
que vendidos al sultán compraban su vida los malsines dando el chivatazo a los
árabes. Esta táctica fue muy predilecta de los otomanos en los Balcanes. No
pasemos por alto que la palabra “espía” o spahe
proviene del idioma turco. Los insultos y los ataques eran continuos. Por
ejemplo, el sonido de las campanas les molestaba tanto a los hijos de Agar que,
cuando oían redoblar, se volvían furiosos y atacaban las iglesias con palos y
con palos y con piedras y hasta las pegaban fuego. Es el testimonio de san
Eulogio.
Eunucos con la palma del martirio
La historia de san Rogelio y de san Servideo, dos
monjes eunucos del monasterio de Parapanda, vico a orillas del Albaicín, que
firmaron un pacto de amor para verse en la Gloria, es una de las historias o
capítulos más hermosos de la Leyenda áurea. Un buen día estos dos jóvenes que
se aceptaron su castración por amor al Salvador optaron por dejar su retiro y
llegarse a Córdoba en cuyo aduar en plena oración de la tarde empezaron a
predicar y a decir pestes contra Mahoma. Los alguaciles les echaron mano y
después de burlarse de ellos llamándolos maricones los degollaron y
arrojaron sus cuerpos descuartizados al Guadalquivir. Como
es sabido, la homosexualidad entre los mahometanos no está penalizada y el
Corán, que es un Código religioso de placeres sensuales, la acepta. En los
harenes califatos el amor de los efebos era un capítulo muy importante.
Eunucos y huríes estaban para lo que estaban porque los amos del recinto hacían
a pelo y a pluma
En sus aceizas contra los reinos cristianos, los moros tenían por
costumbre llevarse como botín las vírgenes de doce o trece años y los mocitos
imbeles. Para el sultán de Estambul la reserva sexual con la que se renovaba y
adornaba su gineceo todas las primaveras se cifraba en Armenia y en Georgia.
Los griegos han sufrido mucho por ese cabo lo mismo que los antiguos condados
castellanos y los reinos de Galicia, León y Cataluña. No deja de ser
significativo, volviendo a lo mismo, que el día del Orgullo Gay sea el 26 de
junio. En esa fecha la Iglesia venera a san Pelayito de Tuy, niño de coro que
fue conducido como eunuco al harén de Abderramán III y que fue martirizado por
no querer renegar de su fe. Antes había sido violado por todos los soldados de
la guardia del califa. Y por los que pasaban por allí y que quisieran
“solazarse con un incircunciso”, para escarmiento y espanto de la población
mozárabe. Las actas de estos mártires las recoge san Eulogio en sus Anales
Mártires. Ocurrieron tales barbaridades el XVI de las calendas de octubre esto
es el 18 de septiembre del año 852. Su nombre está en los añalejos y códices
antiguos. Como el calendario de Recemundo. El sofisma es a veces compañero de
viaje de la verdadera fe y esto es lo que caracteriza al cristianismo griego
que es religión de debate, siguiendo las pautas paulina de opportet esse
haeresses. Y en Guadix, la sede más antigua, y en Iliberis y en Híspalis,
sus compañeras, hicieron verdadero furor. Hasta el punto de que ni el propio
Osio autor del credo niceno se libra de tales inconvenientes
Nombre despectivo con que denominaba a los cristianos que vivían bajo
la dominación islámica en España
Fue pésimo clérigo, el cual bajo
el pretexto de ser obispo, persiguió a la iglesia elvirense durante mucho
tiempo y de forma atroz
En Fraxinetum o Frejus moriría
siglos adelante el poeta Garcilaso tratando de
7.
TIEMPO DE SATURNALES
Comamos
y bebamos que mañana moriremos. Vuelven al mundo las viejas costumbres
incineradas de la gula. Yo era el farolero de la puerta el Sol cojo, mi
guitarra y enciendo el farol. Y ahora soy masterchef.
Un vulgar guisandero o jefe de cocina literaria. Las distribuidoras grandes
radicadas en una Jerusalén que no existe nos marcan páginas acerca de lo que
tenemos que comer, lo que hemos de leer cuantas horas tenemos que correr y a
qué horas ir al mingitorio. De grandes cenas están las sepulturas llenas. La
buena cocina es una obsesión de esta tripera sociedad sibarita, a todas horas
mirándose el ombligo. Cagar alegres y jiñar contentos. De acuerdo, tío, pero
hazlo dentro. Es obsesión de los nuevos césares la mala literatura. Fui el otro
día paso la sección de librería del Corte Inglés y allí me encuentro con los
autores de siempre. Cualquier pedorra
que sale por la tele cinco minutos tiene derecho de pernada en las grandes
editoriales controladas por cavernícolas. A la venta libros se suman las
maripavas. El buen arte de la literatura, el gran discurso, ha sido enterrado a
hachazos por estos nuevos tribunos y tribunas de la plebe que nos han impuesto
desde arriba los dictadores de la chusma y hasta estas autoras noveles son
entrevistadas por el Dragón de la 2, un tal Sánchez. Así que aburrido y cautivo
y desarmado el ejercito rojo, me refugio en los clásicos. He vuelto a leer en
su lengua original a Petronio. El Satiricón su obra mayor me reconcilia con la
vida y con la Roma. Decía Ernesto Giménez que cuando llegaba a Roma le entraban
ganas de imitar madre. Madre, ay madre, no quiero vivir en esta España
empedrada de pedos mediáticos. Chicas de la tele muy, monas en apariencia y
requetemaquilladas pero soltando la bilis de los pijoflautas, todas homologadas
e iguales. Forman parte de la clonación nefasta que que habita entre nosotros.
Así
que en alas de Morfeo huyo al capitolio. El Satiricón me hace comensal de uno
de sus banquetes que duraban dos días y dos noches. Esclavos de Numidia traían
el aper (jabalí) atalajado y
adornado de pámpanos y cepas toscanas. El vino de Salerno que se derramaba
sobre las togas pretextas corría en grandes jarros por las mesas. Honremos a
Baco y después vendrá Venus. Menús de treinta platos; un esclavo frigio servía
junto a las servilletas y los cubiertos dos ganchos de plata para introducirlos
en la garganta camino del vomitorio. Los romanos echaban la pota tras sus
grandes trapalladas para seguir tragando.
Rechacé
como descendiente de judíos de Asturica el jabalí, el lechón y los chicharrones
servidos en una gran lebrillo por una matrona en paños menores. Pero me hinché
a garbanzos aderezados con malvasía. Un hondero mallorquín recién llegado de
las Galias, y que era centurión de la Legio Séptima Gémina, se entusiasmó con
el efebo Vinicio, lo besaba y manoseaba y yo apartaba la mirada mirabile dictu cuando aquel demonio
súcubo lo sodomizaba en medio de la
reunión coram populo. Plauto, el de
los pies planos, prorrumpió en grandes carcajadas, cuando ambos amantes
salieron de estampida camino del tablinium a seguir haciendo cosas feas.
¡Qué horror! El amor nefando debe de amargar como el pepino. La bujarronería
me pareció siempre digna de lástima, pero, no por no ser carne de hoguera y por
tener que correr un tupido velo al respecto, ha de ser elogiada sino execrada
como toda cualquier merma de la naturaleza donde hay tantas cosas mal hechas.
Tampoco hay que poner medallas en el pecho a los bardajes.
Nunca
fue para mí beneplácito pero nadie puede explicar estas debilidades
inexplicables, inversiones de la natura que, trocándose del revés, buscan
placer en el caño de la mierda en lugar del conducto de la generación que es lo
suyo. Plauto, ya muy borracho, no dejaba de darle vueltas a su copa de
oro y de decir Numquam satis, numquam satis. Estaban todos como cubas.
Con lo que daba a entender que la pasión esa es insaciable y que el que va no
vuelve. Que nunca se sienten satisfechos los que dan y reciben por el culo y es
que debe de ser el sexo para ellos algo inagotable. Costumbres paganas, amor de
efebos, fiestas y banquetes, baños y triclinios. El cerdo salvaje, bocado
exquisito, lo decían aper. Que a mi no me va. De siempre le hice ascos
al jalufo. A las dos horas de estar tendidos sobre el lecho, nuestro anfitrión Naviecus
hizo llamar a las hetairas que entraron desnudas en el impluvio, tocando el
sistro. Muchos de los comensales que eran libertos y que trataban de ocultar
con sus largas cabelleras los orificios que taladraron sus orejas, antes de ser
manumitidos, se relamían de gusto y alababan la generosidad del huesped, garante
de tales dádivas sexuales. De allí a la orgía sólo había un paso.
Para
no ser la oveja negra del concurso, yo me arrimé a un pino verde, esto es, a
una pelirroja de Hibernia, hija de un rey remoto del clan de los picti
que había sido arrastrada a Roma por los soldados de Adriano como rehén. La
rubia del pelo cobrizo hablaba la lengua de los pájaros y mostraba dos senos
poderosos de los cuales los amantes querrían nutrirse eternamente. Sus besos y
sus caricias me supieron a miel. ¡Ay Mama Roma!
Se
fueron las pilunguis y llegaron los balnearii (bañeros) que nos
restregaban bien las espaldas y los muslos en el tepidarium. Muchos de
estos selectos esclavos eran expertos en actividades masturbadoras. Las paredes
aparecían, como en los lupanares, tiznadas de gargajos y rastros jaculatorios
del amor con prisas. Después de estos masajes en el caldarium nos
llenamos de vapores que limpiaron nuestros poros purificando el cuerpo pecador.
Algunos culos romanos eran enormes. De esta tarea se encargaba los depilatores
algunos de ellos eunucos. Se les encomendaba la misión afeitar el bello púbico
de las dominas y era muy placentero sentir por abajo desde los glúteos
ajamonados el calor de la caldera debajo del piso del hipocausto. La tarea
concluía en el frigidarium. Sentíamos el cuerpo fresco como una lechuga.
Así que volvíamos al banquete a seguir trasegando el dulce vino de Sicilia para
basquearlo después en los vomitorios. Descargado el vientre, regresaban los
deseos de más jarana pero Naviecus que era muy creyente en los dioses de
su pueblo y que guardaba siempre lámparas encendidas en el lararium
doméstico hizo venir a las Moiras de rostro tétrico y cantar lúgubre que se
encargaban de advertir a los comensales su cuidado cuán presto se va el placer
y cuán callando se viene la muerte. Esta procesión duraba unos minutos, las
bacantes ocultaban su rostro, los borrachos se dormían arropados por la melopea
lúgubre de las nenias funerales. Hay que morir; luego comamos y bebamos hasta
reventemos. Era la máxima de la Roma a la que hoy las nuevas bacantes de la
insulsa Telemierda dan pábulo.
Las
cautivas vestiplices que cuidaban de los pliegues de la veste y la toga
sus señores y los cuerpos arrugados tras el paso, los cuerpos badurnados de
grasa tópica, por el unctorium
y los sudores del laconicum mientras escuchábamos las charlas sin
sustancia de los nugatores troleros y falaces que hacían apuestas sobre quien de todos y
todas las presentes tenía mejor cuerpo y cuál de los efebos era el más bello y
cual de las mozas la más hermosa. Lo destacaba por tener esa vagina en
mayúsculas a la que aspira el amor total. Priapo también era muy venerado en lo
suyo. A los sodomitas se les conoce por tener miembros viriles muy alargados;
algunos casi espantosos que les llegaban a las rodillas. ¡Cómo se empinaban
aquellos penes, madre mía! Eran sus cipotes como las varas de una tartana cara
al sol. El juego preferido en estas comilonas era sacarla a ver quien era el
que la tenía más larga para gloria de Priapo y los penates patrios que le concedieron
la gracia del dios putativo. En Roma todo tenía un sitio y una finalidad
práctica. Las vírgenes y las púberes canéforas, hijas de familia, eran guardadas como flores de estufa al calor
del paterfamilias dentro del valladar de la honra. Intacta, tenías que guardar
la alcurnia porque esta es un lirio frágil cuando se marchita jamás vuelve a
crecer... La palabra clave para entender estas razones de la honra entre los
latinos era la palabra “virtus” de la cual tanto gustaban los antiguos romanos
antes del imperio.
La
capital de la catolicidad que yo empecé a amar desde que me empapé de los
sonoros párrafos de Ab Urbe Condita,
cuando traducía de adolescente a Tito Livio y a Salustio, estaba llena de
hosterías, de tabernas y de nostébulos quiero decir puticlubs más que a
día de hoy. Visité unos cuantos de estos antros con gran peligro de mi pellejo.
Porque en el Vicus Scelertatus y en el Boarius se arremolinaba toda la gente
del hampa. Los gladiadores y andábatas residían en aquellos barrios
trastiberinos. Allí la vida de un hombre valía poco. Iban a parar a la Via
Asinaria todos los asesinos y mangantes del Ecumene conocido. Procuraba
juntarme yo a los griegos que eran gente culta y amante de la belleza aun
cuando se labrotaban y gesticulaban con demasiada energía al hablar con ellos.
Lupanares
ya digo no faltaban y algunos eran centros envidiables, templos verdaderos de
la diosa Venus. Allí Cupido me clavó a mí una flecha irlandesa. En aquella
pelirroja soñé toda la vida. Era yo adolescente cuando la conocí. Llamabas
Herminia. Su cuello aparecía adornado con un anillo de oro macizo: la bulla,
que yo besé unas cuantas veces Jovis Structor me otorgó el galardón de
conocer el amor. Bebí de las aguas del manantial puro. No había alcanzado
Herminia aun la núbil edad cuando fue
aprehendida por las legiones de Adriano, que no profanaron su cuerpo y la
trajeron a Roma al templo de las vestales. En los barrios bajos como el Boarium
se escuchaba el trompeteo de los sistros y sacabuches de las plañideras que
ensayaban antes de los entierros. La música se estampaba contra los triglifos
de bronce que adornaban la escalinata del palacio de Nerón. Los adivinos que
embaían al público con sus embustes y no paraban de hacer pronósticos y
anunciar catástrofes agitaban los barrios próximos al Capitolio. Un idumeo
entre tanto llevaba una partida de pavos al mercado. Los pavos se convertirían
en gansos al llegar al Capitolio y empezarían a graznar. Se escuchaba gritar a
la sibila de Cumas anunciando calamidades y cosas lúgubres. Se hablaba por las
calles tanto en griego como en latín. Los charlatanes políticos hablaban,
nugaces de democracia y el pueblo estaba rendido y cansado de tanta
patraña, propalada por los tribunos de
la plebe desde las tribunas o “rostra”.
Aquello parecía Hyde Park una tarde de verano londinense. El gesto tribunicio
de Rajoy sólo lo admiraban los judíos de pecho enjuto. Los esclavos se llevaban
la mano a la nariz o se acariciaban el lóbulo de sus orejas agujereadas, rastro
de su antigua esclavitud o bostezaban de aburrimiento. Los torsos desnudos
mostraban las pinturas de inconcebibles tatuajes para anunciar la vuelta de
Roma a la esclavitud. Tatuajes a la vista. Era la moda de entonces
redescubierta hoy. Volvemos a la esclavitud de la isla Pandataria que está
en el vicus de Suburra. Cesar volverá a ser asesinado en los
comicios. Tu quoque fili mihi…
Allí
los pueblerinos tenían por costumbre de barrio el juego de la morra cerca de
los peristilos del templo de Júpiter Stator con su balanza protectora de
la república. Dedos de marfil que se introducían en la garganta para poder
vomitar en los banquetes. Una urraca encerrada en la jaula me dio la bienvenida
▬Salve, Antonine.
▬Salve honor et gloria Populo
Romano▬ repliqué.
El
nomenclátor o heraldo anuncia a los recién llegados al impluvio que
llovía a cantaros. Era la hora de los parabienes y el momento para recoger el
agua fluvial en los aljibes. Velarius un ujier del tablinium, al
que faltaban dos dientes me condujo a través del atrio. Dijo mientras enseñaba
una mella en sus dientes delanteros:
▬ Me
los rompió un bretón de una pedrada. Con todo y eso, allá en Bretaña, los días
más felices de mi vida son los que pasé en aquella provincia entre los galos.
Luego
me pasé por domus Aurea y el palacio de Nerón también los visité.
Uno de
mis guías que se llamaba Iacetanius por ser oscense decía que la vida
está hecha de aburrimiento y de economía, donde el orden es siempre desorden.
Método y risa se superponen. La vida es risa. Nos vamos haciendo viejos y a
nosotros cada día nos gusta más la paz del hogar. La felicidad consiste en
querer lo que quieren los dioses. Tito el hijo de Vespasiano que se enamoró
perdidamente de Verenice aquella
hebrea que dicen que acompañó al cristo camino del Gólgota, por causa de tan
fatídicos amores se tiró al Tiber. Dicen que fue a resultas de la maldición de
un rabí. Así pues, el amor aquel le costó la vida al conquistador de
Jerusalén. Su novia trabajaba para el sanedrín y los judíos escupían al pasar
por la columna Trajana donde se esculpía la ignominia de su esclavitud: un
candelabro de siete brazos traido a rastras por israelitas hechos prisioneros.
Mandó traer Vepasiano a Roma el Candelabro de los Siete Brazos, el que lucía en
el templo de Salomón a lomos de sus esclavos. El amor nos hace iguales a los
dioses ligios, pero es peligroso cuando rondan mi tienda las bellas mujeres de
Israel: Ester, Judit, Rebeca y otras matariles.
Los
sicilianos cantan al sol declinante su casa oculta entre verdes árboles y
rodeada de colinas. El tema del dios único. Amor, pasión, cristianismo, Nerón,
vida orgiástica dioses en el l a r a r i u m, oratorio de o casa de los
iconos que guardan los rusos. Ligia estaba en rehenes.
Vinicio
muere de amor por ella pero había una dificultad insalvable: era virgen. Y las
vestales no podían ser condenadas a muerte. El verdugo las violaba antes de la
ejecución. Desperté de mi sueño romano entre suspiros de grandeza y baticores.
Volvía a mi realidad española condenado a vivir entre la marginación y la
escoria recordando los esplendores de aquellos alegres días de juventud que no
volverán.
8.
EN LOS CEMENTERIOS NO HAY RELOJES
Tarde de San Silvestre, último
papa el de las profecías y último día del año. Nos anochece mirando para los
relojes. Tempus fugit. Cronos dios
implacable, la otra cara de las barbas saturninas el cancerbero de la laguna
Estigia, devora a sus hijos. Y aguarda Aqueronte para abrir la puerta en un
remanso del terrible río. Es una emboscada. Los clementes dioses entonan cada
noche cantos epinicios. Acelera sus mecanismos de arena la clepsidra del tiempo
y llega la noche eternal. Hoy noche de san Silvestre de 2018 igual que San
Silvestre 1992. La vida, que pende de un hilo el de Ariadna, transcurre rápida
como el maratón de la carrera pedestre
Vallecana, es algo más que una galopada de obstáculos.
El día primero de junio
enterramos a mi padre. Su recuerdo se agolpa en mi memoria entre la congoja y
la veneración. Ya está viendo desfilar al serafín que marcha de gastador tras
el Cabo Pieza de la Batería a arriar bandera al toque de oración. La muerte no
es el final, sólo un paso al frente, cara la eternidad. ¡Compañía! A
cuadrarse!. ¡Ar! La plebe se deleita con las saturnales de los días fastos que
luego serán nefastos. En el desaforado despelote de la Nochevieja. Bajaron, mientras
tanto, hace un cuarto de siglo, los ángeles a la cabecera del moribundo al
Gómez Ulla a reclinar su cabeza sobre la almohada. Al pasar la hoja del 31 de
diciembre es como decir adiós a algo imperceptible, inasible, impredecible,
intocable como todo ente de razón pero que deja arrugas en la frente y alopecia
en el corazón. Hace 425 años murió
Colón. Va para un cuarto de siglo que dimos tierra en el camposanto de
Fuentesoto a mi progenitor. Yo guardo su memoria. Conservo su sable de soldado.
Impregnados de nostalgia,
despedimos al año que termina. El año nuevo ¿qué nos traerá? El concepto del
tiempo no existe en los libros santos que escudriñan los actos de la divinidad.
El tiempo es categoría inventada por los hombres para compensar algo tan finito
como el espacio y el tiempo y en Dios infinito no existen esas cualidades.
Todos llevamos, sin embargo, un reloj que marca las horas y que miramos con
curiosidad especial tal día como hoy. Sus manecillas inexorables apuntan el
tránsito del dolor y del placer. Tempus fugit. "Vamos el enamorado la hora
ya está cumplida" canta un romance castellano del siglo XV. Estar
enamorado es participar un poco de la herencia de la muerte. Con la rueda del
reloj que es la rueda de la fortuna empezó todo. Abrieronse los horizontes y
las fuentes del conocimiento. un péndulo se agita en nuestro interior mueve
palancas y establece la conjugación de movimientos binarios. Nuestra vida pende
de un hilo. Somos contingentes. Somos un guarismo. Tiempo, espacio, dinero.
tres tronos para una trinidad laica. "Time
is money" argumentan los británicos. Conviene no perderlo en
habladurías y tonterías. Es implacable el rostro del carillón de la Puerta del
Sol donde se agolpan las multitudes madrileñas al igual que bajo el Big Ben,
Times Square, la Torre Spassy de Moscú, o el parisino Arco de Triunfo. Sólo un
privilegiado como Josué pudo parar el sol. A nosotros se nos escapa. Perderemos
la batalla. Esos minuteros del reloj de pulsera ahogan la vanidad humana. Los
monjes cantarán vísperas, cuando toque la campana. que está encima del
monástico reloj de sol. Luces y sombras ¿Somos hijos del azar?… memento mori: Acuérdate de que morirás.
Las horas se nos clavan como espadas "omnes
caedunt ultima necat" todas hieren la última nos asesina. En el campanil
está escrito nuestro devenir y nuestro porvenir. El reloj todo lo sabe y todo
lo ignora. Es indiferente a nuestras alegrías y tristezas, a nuestros estados
de ánimo. Europa siempre admiró y amó a los relojes que delimitan los husos
horarios (Clocks. Uhren, campanarios) llevada del sentido de la trascendencia
cristiana y los colocó en lo alto de las torres espadañas y linternas. La
clepsidra del coro y el reloj fueron instrumentos de santificación de los que
aspiraban seguir a Cristo en la vida perfecta. El reloj compasa la salmodia del
facistol coral. Somos un Libro de horas forrados de piel de becerro con las
letras muy gordas para que no nos perdamos al entonar los nocturnos. La
literatura en occidente emprendió vuelo cuando los frailes pendolistas comenzaron
a colocar melismas y neumas al pie de los cantorales de pergamino, poniendo
música a los salmos del Rey David. La música se aferra al tiempo por eso dicen
que es arte divino. Y de ella nacen el compás y el concento. Tempus fugit sí
pero nuestro corazón anida la melodía y esa melodía es un afán de belleza una
añoranza del paraíso perdido. La rueda de santa Catalina, al hilo de esto,
conjuga las variantes del querer, del saber y del quehacer. El gran cofrade
orwelliano desde arriba nos mira con cara de póquer. En una ficha consiste
nuestra vida laboral que se acaba cuando cumplimos los 65. Cronos significa el
puesto de trabajo y el cheque a fin de mes. Si fichas, estás salvado. Estás en
nómina. Es la doxología del tiempo que es tambien economía: turno, trabajo,
dinero y amor. Los cuatro elementos como el agua el aire la tierra el fuego.
Cronos es hijo de Argonio y a Argonio lo parió Minerva. Esto forma parte de
nuestra gran doxología de culto al tiempo. Únicamente en los cementerios no se
ven relojes. Porque medir es vivir, cronometrar, tasar cubicar evaluar. Morir
es todo lo contrario: cesar. San silvestre me brinda hoy estas reflexiones
cuando pasamos las hojas del Libro Mayor de nuestra existencia. Entonces ¿a qué
tanto estrago, tanto afán? Al reloj no le hagáis demasiadas peguntas, es un
buey mudo. “Crassus, mutus, rufus”, como decía santo Tomás. Corre el camino sin
detenerse
9.
MEDITACIÓN ANTE EL ENTIERRO DEL CONDE
ORGAZ
Marché
la otra tarde a Toledo y me planté ante el insigne lienzo en el cual está
encerrada buena parte del genio singular de lo español y al regreso me senté a
escribir con calma, mucha calma. Mi alma, sedienta de belleza, trata de evitar
las contiendas que nos afligen pues ya los pasos de la aurora andan pisando la
incierta luz del día y a batallas de amor campos de pluma que decía Góngora. El
cual equivale en poesía a lo que era el Greco en la pintura, quiero decir: un
genio. El genio de los genios.
No estaba ante un cuadro sino ante el molde de
un enigma. Allí pasé dos horas de la tarde dándole a la cometa de mis
sueños.“Tal galardón recibe quien a Dios y a sus santos sirve”. Esta frase
murmurada entre dientes por los prestes que ofician las exequias (san Agustín
revestido de capa pluvial y mitra de obispo y san Esteban con la dalmática
diaconal) sirve para poner música de fondo a la escena que da marco al entierro
del conde Orgaz. En este lienzo donde se estampa con auténtica veracidad una de
las páginas más realistas de la historia de España y un cuadro de costumbres.
El Greco junto a Velázquez es pintor poco decorativo. Ambos buscan el alma de
las cosas y su arte es el arte de la síntesis. Con tales mimbres que servirán
de materia prima de lo sublime [una leyenda local consistente en las mandas que
dejara a una iglesia de la ciudad, la de santo Tomé: unas cántaras de vino,
unas cargas de leña, unas hogazas de pan a los pobres, y algunas monedas para
misas gregorianas] se enhebra el milagro. España mágica.
Existe
de más de eso una gran familiaridad con la muerte, de acuerdo con la mentalidad
de la propia época, y la necrofilia de una monarquía como la de Carlos V quien
en los últimos años de su vida en Yuste gustaba de asistir a la celebración de
sus propias exequias, sin que el gesto tuviera nada de macabro. Antes bien, se
veía como algo natural. Allí estuvo Fray Bartolomé Carranza, dominico, que
luego sería primado de Toledo durante un año antes de ser prendido por la
Inquisición bajo la acusación de herejía y por sus conexiones con Carlos de
Seso, el fautor del luteranismo en España, un italiano que se desempeñaba
corregidor en Toro, y estaba en relación los conventículos reformistas de
Sevilla y Valladolid.
Toda esa reciedumbre, esa tortura de una época
dada a la trascendencia y al misticismo se vislumbra en este mural. Era un
tiempo en que preocupaba la teología.
Hasta las verduleras de Zocodover discutían sobre la existencia del purgatorio.
Al socaire de estas cuestiones sobre la vida
futura, el fin del hombre, sus relaciones con la divinidad, plasmadas en las
fimbrias de esas casullas que con tanto gusto pinta el Greco con su arte
minucioso aprendida en el trabajo de los artistas de iconos orientales, los
cuerpos pierden peso en sus magníficas producciones para dejar que se alcen
hacia arriba, la mirada transfigurada, los espíritus. Los cuerpos pierden peso
y fanan alma. Son en él recios los trazos, espectaculares las caras iluminadas
por una luz que emana de adentro.
Parece extraño que en este tiempo tan
iconoclasta como el nuestro pueda ser entendida y admirada la iconodulía del
Cretense, que, a contrapelo de sus delicadezas y exquisiteces formales del
pudibundo recato en que va a caer la sociedad de su tiempo, sabe interpretar en
sus briosos desnudos las donosuras del cuerpo. El chipriota vive este tiempo 1541- 1614 a
caballo de los reinados de Carlos V y de Felipe II. Es contemporáneo del
concilio de Trento. Ahora se trata de relacionar su pintura con el modernismo.
Incluso, con motivo de su exposición en la National Gallery, se ha propalado la
nueva de que su “Visión del Apocalipsis” inspirara a las “Señoritas de Aviñón”.
Ya es mucho pedir pero todo lo que sube el Greco de cotización va en desdoro y
menoscabo de la de Velázquez. La prelación del candiota sobre el sevillano
quizás tenga que ver con los tiempos que corren, más relacionados con las
angustias y torturas, la luz fantasmal y los desnudos deformes y hasta homo,
que con la placidez de don Diego que no
busca complicaciones en su pintura.
Al fin y al cabo era pintor de corte, una
aspiración que Domenico no alcanzara nunca porque sus desgarradas visiones no
encontraron plácida acogida en la retina del monarca Felipe II. Quien por
cierto era un “connoisseur!, experto en el Arte de Apeles. El rey no llegó a entender al griego que se
adelantó a su tiempo. El Greco no es
reivindicado hasta los románticos del siglo XIX. Es sólo a principios de 1900
cuando empieza a ser conocido y hablar los críticos de su peculiar macropia que
le hacen ver caras alargadas y el mundo irreal.
Que dos
bienaventurados ausentándose por unos instantes del paraíso bajasen a Toledo,
la capital del imperio, hasta que Felipe II en 1561 decide trasladar la
capitalidad a Madrid, para dar sepultura al noble y cristiano caballero entra
dentro de esa cotidianidad ante la presencia de la muerte. Y casi se concibe como un hecho corriente y
moliente la intervención del más allá.
En el
arte de Greco hay algo de órfico; la
pintura se hace música y es imposible entenderla sin el acompañamiento de esa
gran polifonía, como reverberando en el fondo, que engozna sus composiciones.
No hay que perder de vista este carácter que tienen sus cuadros de “troparios”
o melódicos del repertorio musical de Bizancio. El Greco en este cuadro que supone el triunfo
de la misericordia y del amor, esenciales al cristianismo, pinta dos cuadros;
el superior y el inferior. Los cielos y la tierra se dan cita en el
acontecimiento. Ambos planos son estancos y para bien o para mal no llegarán
nunca a juntarse. Paradójicamente el plano terrenal gana la batalla al
celestial. El Greco pinta las cosas como son o debían ser según los canónes del
ideal platónico pero se cohíbe ante los tremendismos y las ficciones del más
allá. En eso se parece un poco a Velázquez, quien tampoco supo pintar a los
dioses. Y hasta supo reírse dellos, como demuestran su fragua de Vulcano y el
Baco figurativo. Uno y otro, empero, saben dislocar el dibujo para transmitir
el movimiento de las cosas, “dando espíritu al leño y vida al lino” que diría
Góngora.
En el Entierro lo que está arriba es inferior
en calidad a lo que está abajo. Es mucho más desdibujado e imperfecto. Pues
para él lo que acontece de tejas abajo es mucho más importante que lo que
pudiera dilucidar el más allá. Sin
embargo, la moderna crítica - me refiero a un artículo de John Updike- dice que
es al revés. Todas una galería de rostros comparece haciendo corro ante los dos
insignes fosores quienes sujetan por los sobacos y las piernas al difunto
amortajado con toda la regalía. ¡Cómo brillan los aceros de su armadura!
A la
vista está que por una vez el espacio tridimensional gana la batalla al tiempo
continuo. Los ojos posan ante todos y cada uno de los asistentes al duelo.
Afloran una serie de personajes que, tristes y enlutados, hacen rueda de
respeto. Muy engolados, pero serenos. El blanco de sus gorgueras rizadas
contrasta con el negro de sus tiesos jubones. En la capa llevan algunos
bordados la cruz colorada de la Orden de Santiago. Admirable es la técnica de
paños mojados, que acentúa la trasparencia, con la que está bordado la
sobrepelliz de uno de los oficiantes, mientras un franciscano y un dominico
rezan los responsos, y un monaguillo, el hijo del propio Domínicos
Theotocopoulos, Jorge Manuel, mira “para la cámara”. Hay un cierto
exacerbamiento de la silueta a lo que se une el proverbial estrabismo estético
de este autor. La vida no es más que un perenne destello. Hace de preste
oficiante don Diego de Covarrubias. En la pechera de la pañosa de los
circunstantes se borda la cruz carmesí de los maestres de Santiago. Ni que decir
tiene que estamos entre caballeros.
¿Podrá haber en el mundo algo más melancólico
que un entierro? Los dos frailes
explican a la posterioridad el augusto suceso sin parar mientes en lo que
acontece sobre sus cabezas puesto que ya va dicho que el Greco, pese a ser un
pintor virgíneo, lo es más de la tierra que de los cielos. Toda su vida fue una
ascensión incandescente hacia ese plano superior, un regusto por la quimera.
Plasma el maestro con mayor acierto el cielo en la tierra que al revés, pues su
realismo no le permite transubstanciar lo que sus ojos, poros del alma, no
visualizan. De esta manera el ángel de la guarda llevando al cielo el alma del
conde Orgaz, representada en la forma de un niño, es mucho menos creíble que
las caras de los caballeros que asisten impertérritos al desarrollo del
milagro. No cabe cosa tan extraordinaria en medio de un hecho paranormal. Tanta
familiaridad ante lo no consuetudinario resulta francamente portentosa como si
los circunstantes estuvieran habituados a vivir con el prodigio. Ninguno de
ellos muestra ninguna sorpresa ante la presencia de los dos santos bajados del
cielo para hacer las veces de enterradores. Estos son dos aparecidos y, sin
embargo, su aspecto no puede ser más real. Acaban de irrumpir en escena un anciano
obispo y un joven misacantano. Sosegaos. Sabe trasladar al lienzo la España de
Felipe II en plena apoteosis de una ciudad: Toledo. El pintor, que borda
primorosamente las fimbrias de sus ornamentos, pues ni la capa pluvial de san
Agustín ni la dalmática del primer diácono dan pasmos. Tampoco se sobresalta al
narrar los acontecimientos. La piedad melancólica es el hilo conductor del
suceso narrado con toda la majestad pero al mismo tiempo con toda la sencillez.
El Greco es el pintor del catolicismo universal al que aspiró España en su
siglo de oro, en el que cupieran bajo la vara de Cristo sin exclusiones
nacionalistas o chovinismos todos los pueblos. No puede haber entonces pintor
más insigne de la ortodoxia. Que dos santos bajen del cielo para dar sepultura
a un caballero que era legatario de esos ideales de universalidad nada tiene de
extraño. La sociedad española a la sazón estaba acostumbrada a vivir con el
milagro. El Entierro es la faz emblemática de todo aquel pensamiento. Ni ante
la vida ni ante la muerte un hidalgo español ha de perder la compostura. Dicen
que el enlosado de Santo Tomé al recibir la visita de los dos santos se llenó
de fragancias celestiales, pese a lo cual todos los que asistían a la ceremonia
permanecieron quietos, e impertérritos.
Entre los figurantes estaban don Juan de
Austria, Góngora, los hermanos Covarruvias, el hijo del artista y el propio
Greco que deja su firma estampada en griego en los vuelos del pañuelo de uno de
los personajes, cabe la hopalanda.
No es un cuadro lo que pinta, sino una idea,
un estado de ánimo. Estos caballeros, que se apiñan, circunspectos, con sus
rostros ligeramente buidos por la tristeza, colmada de serenidad, ante la
paleta del artista asisten ensimismados al portento. Héticos, silentes, con una
punta de desequilibrio en el mirar ▬- ¿para dónde miran esos ojos que parece
que están viendo lo que acontece más allá?-▬ los personajes que retrata el
Greco bien pudieran ser alguno de aquellos hidalgos que vagaban por la Imperial
Ciudad arriba y abajo de Zocodover y que para disimular el hambre, publicando
que habían comido, salpicaban la barba de unas migajas de pan. Almas ardientes
embutidas en estómagos vacíos, vivían una segunda vida interior, de absoluta
indiferencia frente a las cosas de este mundo. El autor se desentiende de su
obra y el Greco tiene poco que ver con esta austeridad. Sus biógrafos afirman
que gracias a sus cuadros nadó en la abundancia y se condujo munificente
como Creso en una Toledo empobrecida y
demacrada pese a ser entonces la corte. Murió arruinado y en la Ciudad Imperial
las farras que se corrió y la fama de juerguista, cosa que poco tiene que ver
con su arte, hicieron época. Es el pintor de cámara de la “dives toletana”[i] llevando una existencia
regalada en aquel palacio de alquiler, que contaba con veinticuatro estancias,
propiedad del quiromántico marqués de Villena, del que decían las crónicas que
ni palabra mala ni obra buena. El tren de vida y la fastuosidad del candiota,
que ganó muchos ducados pintando, casan poco con la frugalidad de los personajes a los que
traslada al lienzo. Todo arte emboza ya de por sí una contradicción. Aunque el
Greco se asimiló plenamente a las costumbres y al espíritu de Toledo,
identificándose con él, vivía como un veneciano. Incluso, contrataba músicos
para que le amenizasen las comidas. Insistimos: la música es muy importante en
la pintura solemne y celeste de este genio del cristianismo. No hay, según eso,
una identidad plena entre retratista y retratados. Su forma de pintar es una
manera diferente de entender el mundo, a través de esos semblantes con traza de
llama, dotados de un singular dramatismo escénico.
El estrabismo estético del autor les confirma
una alargadera que algunos atribuyen a determinado defecto óptico del propio
Theotocopoulos quien, según referencias, en los últimos años de su vida cayó en
la locura. Pero tal extremo no ha podido ser
probado y contiende con la envergadura de este griego transterrado que
pintó Toledo como un verdadero sueño lunar bajo una luz lívida de ocres. Parece
ser que la tesis sobre la enajenación mental del Greco se sustenta en haber
pasado por la casa de locos del hospital del Nuncio de donde extrae los modelos
para perfilar sus doce cuadros sobre el apostolado, cuadros conservados todos
ello en el monasterio de las Pelayas de Oviedo. El Greco es un pintor de las
almas y en todo alma hay un eco del infinito que se plasma en un cierto grado
de enajenación.
Tuvo infinidad de detractores. El más insigne
fue el propio Felipe II, todo un conocedor y en lides pictóricas peritísimo
pero que nunca llegó a entender su manejo de los colores. Tuvo un pleito con el
cabildo de Toledo porque en el Expolio, inicio de la pintura de la edad
moderna, se resiste a pintar a las tres marías a longe, como nos relata el Evangelio. De hecho, el propio monarca, que entendía de
pintura, pero de gustos absolutamente convencionales, que no le permitía
entender ni su estrabismo ni su tendencia a descoyuntar las figuras, como
tampoco el áspero colorido con que formula las escenas de sus personajes
atormentados ▬ el Greco es una sabia combinación de lo ponderado y de lo
desmedido-▬, mandó que fuese colgado en la sacristía del Escorial el
famoso martirio de san Mauricio y la
Legión Tebana encargando otro lienzo sobre el mismo tema y del que ahora apenas
se habla a un tal Cincinatti. Este fracaso yuguló las aspiraciones del candiota
a convertirse en pintor de cámara.
Pero él, pintor de eternidades, nunca podría
ser un pintor de cámara al uso. No han comprendido sus detractores que era un
pintor de eternidades. Su obra permaneció minusvalorada sin un reconocimiento
categórico hasta bien entrado el siglo XX.
Domínicos Theotocopoulos ( lit. El muy hijo de
la madre de Dios) nacido en Candía en 1541 hace honor al título de su apellido.
Rompe con los moldes clásicos y ya en Castilla abjura de su romanismo y de su
helenismo para erguirse en portavoz del tétrico y a la vez sereno misticismo
hispano. En su obra se presenta una antinomia entre lo real y lo ideal. Y pinta
a base de crueles borrones impresionistas, muy poco convencionales pero que son
de un gran efecto sobre todo en los paisajes de Toledo bajo la luna, cuando la
luz circunfleja y espectral se derrama hasta derrumbarse sobre lo gollizos y
cuchillares del Tajo. El Greco es poesía marial, el triunfo del bien sobre las
fuerzas oscuras. Manuel B. Cossío, su indiscutible biógrafo, señala que en el
Expolio nace la pintura moderna. Hay en él un exacerbamiento de la silueta, por
lo que resulta uno de los tres grandes retratistas de todos los tiempos junto a
Leonardo y Velázquez. Exégeta de los paraísos perdidos viene de la
filocalía de los bizantinos. Es su obra de un platonismo excéntrico y de un
cristianismo melancólico. El Greco en España
se desentiende de sus maestros venecianos y queda transfijo ante los
iconos fanariotas que lo vieron nacer. El resultado de esta mezcla de sangres
es algo profundamente español: sus cuadros se entienden mejor mientras se
escucha en lontananza a los coros del monte Athos. Carece por ejemplo de la
desesperación y pathos del arte protestante. De Rembrandt pongamos por caso.
Desconoce, asimismo, las estridencias de los bufones. Es un arte enteramente
aristócrata, pero de un exotismo criollo, por lo de mezcla de credos, cuasi
abrazador. Hasta en los locos del Apostolado se deja translucir un poso de
cordura. Supo pintar a los locos de Cristo. El Caballero de la Mano en el Pecho
y el busto de san Juan de Ávila refrendan ese supuesto. Arte incorrecto que
rezuma corrección. Pinta las esencias, va al grano. Por eso se denomina pintor
de pintores. De la vida del greco-chipriota poco es lo que se sabe. Que
provenía de una familia de recia estirpe cristiana que huyó de Constantinopla
el año de la invasión de los turcos, 1453. Que antes de afincarse en Toledo,
donde se casó y tuvo un hijo, Jorge Manuel, anduvo por Italia aprendiendo
dibujo del Tizziano y de Rafael. Que supo transmitir al lienzo toda la carga de
grandeza del alma de Castilla. Que tuvo muchos pleitos con el cabildo de la
catedral, con la dirección del Hospital de Illescas por cuestiones que no hacen
al caso y que murió en Toledo en 1616.
10.
MURIÓ
LA HIJA DE FRANCO.
Ha
fallecido hoy en Madrid Carmen Franco la única hija de nuestro Caudillo. Era
todo una señora de Oviedo que aguantó con dignidad y elegancia (esa elegancia
ovetense) los enconos, procacidades, calumnias y vituperios de la prensa
cañonera manejada por aquellos que no perdonan el que su padre dejase una
España en paz, económicamente fuerte, moderna y en progreso. Hablé con doña Carmen
en una cafetería de Reina Victoria hace quince años para hacerle entrega de mi
libro "España y Sefarad un amor secreto". Me dio las gracias pero me
hizo a entender que ella era tan solo un ama de casa corriente y me citó una
frase de su padre "yo no me meto en
política". Había estudiado yo mucho de su vida y le recordé aquel gran
reportaje en la revista "Life" cuando aparecía en el
regazo del Caudillo vestida con un traje blanco de encaje. Era el amor suyo y
la llamaba la "Morucha".
Hizo la guerra en una ruló en la cual Franco había establecido su cuartel
general poca comodidad pero mucha dignidad y austeridad que le caracterizó. Le
gustó mucho la noticia que yo había extraído de los periódicos de la época
contándole las incidencias del noviazgo de su papá. Los Polo consideraban a don
Francisco "el comandatín" poco partido y éste para impresionar al
personal marchaba por la calle Uría a lomos de un caballo blanco, luciendo su
flamante estrella de ocho puntas y las espuelas de plata, para impresionar a su
prometida. "Yo sólo vivo para mi
Paco" declaró ésta alguna vez en recortes de prensa que acribé en mis
tiempos de hemeroteca y cuando le convocaron al Tercio poco después de su
matrimonio en la iglesia de San Juan: "Otra vez empieza la música".
Le aguardaban sus soldaditos del Rif. "Las
balas son como las cartas llevan tu nombre y dirección cuando llegan abrirlas
es tu obligación" Y le pegaron un tiro los del Abdel Krim en el vientre. Le daban por muerto pero él tiró de
pistola y apuntando al capitán médico con el arma requirió ser trasladado al
botiquín de campaña. Un tiro en el vientre era muerte segura, pero el
comandantín tenía "baraka" y un valor más allá de lo que se supone a
uno de infantería. Visto lo cual, los moros de su harca le consideraban como un
dios. y esa baraka salvó a España.
Carmen Franco por aquello de honra merece el que a los suyos se parece había
heredado de su padre la valentía. "No
tengo miedo a la muerte, la vi el rostro muchas veces", confesó en
unas declaraciones al cabo de ser desahuciada este verano de los médicos por su
cáncer terminal. Se negó a ser intervenida quirúrgicamente. He ahí otro gran
detalle de su arrojo. Ella los tenía bien puestos lo mismo que su progenitor. Y
esta es un detalle que se les pasará a los informadores carroñeros que hozan y
meten el hocico en la cadaverina de la actualidad. Carmen Franco Polo y
Bahamonde descanse en paz.
11.
MENENDEZ DE AVILÉS ERA CUDILLERENSE
Una de
las mayores sorpresas de mi estancia en EE.UU fue comprobar la admiración que
el pueblo norteamericano (otra cosa es el gobierno) sentía hacia la gesta de
los conquistadores hispanos desde Oregón hasta la Patagonia. Tanta fue
esa admiración hacia el imperio de Carlos V que los norteamericanos
imitaron el emblema de los Reyes Católicos como divisa del escudo
nacional. Pintaron en vez del águila de San Juan el águila calva de
las Rocosas y el epígrafe de una grande y libre la transformaron
en el lema “ex pluribus unum”─ somos uno de muchas partes─ Y el yugo
de la labor y las flechas del poderío hispánico lo convirtieron en
una aljaba con tres dardos apuntando al vacío. Siempre agradeceré al pueblo
norteamericano las atenciones y cuidados que tuvieron para conmigo y mi
familia. Soy admirador de su gran idioma, como Licenciado en Filología Inglesa,
de su literatura, del pragmatismo de sus costumbres, del amor a su bandera que
cuelga a la puerta de todas las casas y sobre todo de su gran periodismo
y, aunque algunos me hayan tachado de anti-yanqui, ellos saben muy bien que eso
no es cierto, porque mi lema el que se ha apropiado Trump: American first, que
yo digo Spain first, radica en la libertad de opinión, regla sagrada del
First Amendement de la American Constitution. Allí la mente es libre y
diferentes los pareceres pero si violas la ley vas para chirona.
Y digo esto sin perjuicio de parte, a rebufo de la llegada de los nuevos
hispanicidas de dentro y de fuera, que los servicios secretos de la CIA
describen despectivamente como “adoquines” y “bricklayer”.
Algunos de esos gastan coleta y van de rufianes por la vida, ignominioso
apellido y denigrante profesión. Pero los consideran los tontos útiles de
cualquier movida y acción exterior. Un americano de buena ley siempre se
cuadrará ante un patriota español que defiende a su país con razón y sin ella
tratando de desenmascarar las perversidades de la Leyenda Negra. Eso lo
entienden muy bien los norteamericanos. La proeza de Menéndez de Avilés
que a mí me parece que era pixueto porque su casa solariega todavía guarda el
escudo de los Menéndez Merás─ Palacio Valdés tiene un cuento precioso sobre la
acción del último heredero de la dinastía que un día sube a una barca con la
piedra esculpida de su blasón familiar y lo tira a la mar─ justo en la misma
ribera y el embarcadero, en la ensenada del puerto queda ahí para los siglos
futuros aunque, por desgracia, se haya negado a las nuevas generaciones el
conocimiento de aquella aventura que llevó nuestra cultura española al nuevo
mundo bajo el pendón de Castilla con soldados y marinos vascos, leoneses
y andaluces, murcianos y catalanes.
Ellos,
los gringos, tuvieron otra conquista la del Oeste pero fue de otra
manera y con más medios técnicos, una vez inventado el revólver y los cañones
del quince y medio. Y su expansión hacia el Oeste se llevó a efecto sin
mistificaciones de raza o religión. Deconocían las leyes de indias. El mejor
indio es el indio muerto, a decir de las huestes Colt en ristre de Búfalo Bill.
El temperamento inglés o francés es muy diferente al español. Claro que los
Sioux eran tribus dispersas y no representaban imperios como el de los incas,
aztecas y araucanos.
Fueron
miles de kilómetros recorridos en climas muy extremos y la hazaña sólo se
explica mediante dos conjeturas: la aparición del caballo y la artillería
ligera (arcabuz, culebrina, lombarda frente a los arqueros indios.) Así como un
milagro del Altísimo porque a aquellos aventureros les movía la fe en el
Salvador.
Pero
hubo otra razón la más poderosa: el mestizaje y la buena disposición para
confraternizar con aquellos hombres y mujeres que andaban desnudos por el
bosque los cuerpos y las caras pintadas, practicaban a la antopofagia, el
sacrificio de seres humanos, no trabajaban y se exterminaban unos a otros en
contiendas tribales pero eran hijos de
Dios y redimidos por la sangre de Cristo para los españoles.
Don Pedro
fundó en la Florida dos ciudades San Agustín y San Mateo en honor del patrón
ovetense y, según cuenta Gonzalo de Solís, esta plaza se rindió a los ataques
de los apaches. Los hombres fueron degollados pero se respetó la vida de las
mujeres y de los niños. Transcurrido más de un lustro, regresaron los
españoles al lugar y el cacique les recibió de manera amistosa. Los convidó a
cenar y danzar en torno al fuego después de fumar la pipa de la paz.
Acto
seguido, ofreció al recio soldado praviano
una de las esposas de su harén para holgar con ella en virtud del
privilegio salvaje que aun mantienen
algunos pueblos esquimales del “jus primae noctis”, el mayor cumplido
que se podía realizar en obsequio de un huésped recién llegado. La
respuesta del conquistador fue tajante y casi admirable por lo insólita:
─ Soy
un hombre casado y nosotros los cristianos usamos de ese privilegio sólo la
noche de bodas después de haber sido nuestro matrimonio bendecido por Dios.
Cuesta
un poco creer tal respuesta en boca de un capitán de los Tercios del rey
de España, pero conviene recordar que el invitado era un caballero adherido a
las reglas del honor y del respeto a la mujer y que había velado las armas y
recibido el toque de varas de la caballería andante. Casualmente los cronistas
de Indias destacan con respecto a tal punto las siguientes
consideraciones: otra actitud menos trágica y más casual en relación con
el sexo; la belleza y la alegría de aquellas vírgenes no sé si necias o
prudentes pero tan “hospitalarias” y dispuestas a hacer un favor a aquellos
hombres de a caballo que venían buscando las fuentes de la eterna juventud en
el siglo del amor que fue el del XVI que decían si Manitú nos lo dio es para
que lo utilicemos. Aquellas tribus a la cópula conyugal la desligaban de
cualquier aspecto morboso y lo consideraba un hecho fisiológico sin
connotaciones peyorativas y bien se conoce que no tenían miedo al infierno del
que tampoco habían oído hablar. Algo de poca importancia. Los encantos de la
india Malinche a los que sucumbe el bellotero Hernán Cortés
determinaron el éxito de la conquista azteca. Ahí estuvo la clave del
criollismo, de la mezcla de razas, llevada a cabo por aquellos esforzados
caballeros andantes de Carlos V que saltaron hasta la otra orilla del charco
desde las páginas del Amadís de Gaula. Muchos historiadores negacionistas o de
aluvión quisieran ningunearles tal éxito, en el deseo de que su hazaña no se
hubiese producido, pero el gesto quedó ahí para gloria de un rey y una fe que
defendieron con su sangre. Pedro Menéndez de Avilés cudillerense de pro
pertenece al cupo de los aguerridos hidalgos.
Cañaveral donde siglos adelante habría de dar
comienzo la carrera del espacio fue la primera tierra enjuta que toparon los
galeones del Descubridor de la Florida. El problema era la carestía porque
pronto se acababan los bastimentos que traían de la Península. Los indios
navajos les enseñaron a cazar puercos con flechas enherboladas. Cuando no había
carne la dieta consistía en palmitos e hicacos (cocos) pero siempre la amenaza
era el hambre, el paludismo aparte de los franceses de Juan Girao que les
atacaron en su fuerte de San Agustín.
Otro renglón nada desdeñable con que hubieron
de enfrentarse eran los elementos del nuevo mundo: los ciclones y temporales de
esta zona de la Bermuda donde misteriosamente desparecían los barcos y siguen
perdiéndose los aviones. Sin embargo, era gente de una profunda fe religiosa
aunque en lo moral su conducta no fuese del todo cabal. Se hacían la guerra
mutuamente (el morbo visigótico o mal de los godos la envidia lo exportamos al
nuevo mundo) sin embargo, lograron entablar buenas relaciones con los
indígenas. A don Pedro los caciques lo veneraban como a un Dios cuando lo veían
montar a caballo. Al cabo de una navegación en zozobra, si desembarcaban por
fin en la playa, allí mismo mandaban los conquistadores españoles decir misa a
los frailes y cantaban el Tedeum. Los cronistas de indias hacen gala en sus libros de
una prosa concisa y circunspecta donde se narra de forma impávida los
feroces acontecimientos y penalidades que hubieron de atravesar los quinientos
soldados y naos que siguieron al Adelantado para colonizar la región. Su
enfrentamiento con los soldados del rey de Francia Francisco I fue a muerte. El
desalojo de los luteranos estuvo impregnado del espiritu sangriento de la Noche
de San Bartolomé pero el drama terrible de las guerras religiosas que habían
incendiado el Viejo Continente y que los españoles pretendían evitar en el
Nuevo, amenazaba con reproducirse.
La mayor parte de la guarnición ▬unos 550
asturianos y vizcaínos con unos cuantos castellanos de Tordesillas componían su
alarde▬ que acompañaba al prócer asturiano eran veteranos de los tercios de
Flandes. Tenían que vérselas con los corsarios ingleses y franceses navegando
el mar de las Antillas la costa de Sto. Domingo Cuba y el canal de la Bahama.
Tuvo que atender a un motín a bordo y sofocarlo en su capacidad almirante de la
armada. El sedicioso se llamaba Juan de la Parra, segoviano, al que un sobrino
del Adelantado, Pero Menéndez Marqués, mandó colgar de una gavia del palo
mayor. Entretanto, dejándolo de lugarteniente embarcó en una carabela rumbo a
Puerto Rico para hacer la aguada y cargar cazabe galleta y carne.
Esto acabado, despachó a su sobrino Pedro
Menéndez Marques a España para que informase al rey Felipe II de los
acontecimientos. En marzo de 1566 por unos exploradores llega a sus oídos la
noticia de que en una reserva había un grupo de cristianos como un centenar de
hombres y mujeres a los que los indios había esclavizado y vivían como animales
salvajes. Eran españoles y su capitán Diego Maza acercó hasta el sitio al
bergantín del Adelantado. El cronista Solis de Meras describe así el encuentro:
▬ Españoles hermanos nuestros sean bien
venidos en nombre de Dios y de Santa María y me mandó mi capitán esta carta que
os traigo… “Y el mensajero que venia agrega el relator de
estos hechos ▬ estaba desnudo el cuerpo pintado hecho indio y con sus
vergüenzas cubiertas”
Se
alimentaban de tasajo, gallinas y curadillo pues enseñaron a los indios a
adobar el pescado. Los indios Saturiwa que andaban en pelotas por el
berral las caras y los culos pintados las mujeres se escondían cuando llegaban
los misioneros al poblado les enseñaron el arte de navegar en canoa y fue así
como comenzó el piragüismo, ese deporte tan asturiano, aunque ya los ingleses
lo practicaban cruzando el Támesis en traineras. La vida del Adelantado de la
Florida don Pedro Menéndez de Avilés es una crónica maravillosa de viajes,
caminatas, hambres desolaciones, traiciones y concordias. Entre los aborígenes
había etnias como los Saturiwa que se declaraban amigos pero otras ▬ los
Timicua ▬ les acogían disparando flechas envenenadas incendiando
fuertes y recintos. Fue una larga y cruel aventura pero siempre maravillosa. El
adelantado de la Florida todo un lobo de mar y uno de los marinos más
prestigiosa de aquella edad cuando España era la primera potencia marítima del
mundo gozaba del mayor prestigio en la corte de Felipe II. Lo certifica el
hecho de que empuñó el timón de la nave capitana de la escuadra que condujo al
rey en su vioaje nupcial a Inglaterra a casarse con la hija de Enrique VIII
en Westminster.
En
1574 es nombrado por el monarca capitán general de la Escuadra, cargo que no
pudo ejercer pues al poco muere de tabardillo en Santander. Felipe II traslada
el mando de la fuerza naval a don Álvaro de Bazán. Este se encarga de prevenir
la flota para ir contra los ingleses. No se logró porque también fallece don Álvaro
de Bazán y ha de ser sustituido a toda prisa en el mando por su maestre de
campo el duque de Medina Sidonia. La conquista de la Florida y la
expulsión de los hugonotes del territorio fue realizada a partir ded Cabo
Cañaveral y de Miami entre los años 65 y 67. Los españoles tenían por
base de avituallamiento el morro de la Habana, Puerto Rico y la isla de Santga
Elena así como Santo Domingo. Hubo muchas fatigas y no pocos sobresaltos.
Algunas naos se perdieron al surcar las aguas malditas del triangulo de la
Bermuda. El adelantado tuvo que sofocar a sangre y fuego la rebelión de algunos
de sus capitanes como Martin de Rescalde o la incursión de hordas de indios
enemigos que asolaban las pallozas cubiertas de
poalmitos y raptaban a las mujeres cristianas. Esto permitió el mestizaje. De
esta manera nació el criollismo al que hoy recuerdan y agradecen los pueblos de
las Antillas.
En
1574 zarpa de la Habana “y con prospero viento navegó 72 leguas y en el Cabo
San Vicente topó con fustas de moros pero pudo llegar sin contratiempo a la
Coruña el día de san Pedro. Dos naves de pabellón francés y una fragata inglesa
le daban caza pero trató de burlarlas y tuvo el viento tan próspero que en
aquel mesmo día entró en la bahía que llaman de Artedo donde estaban
surtos diez navíos los cuales cuando vieron aquella fragata de nueva
invención que parecía de turcos desampararon sus navíos y huyeron al monte… a
las diez de la noche, al acercase un batel de reconocimiento, los hombres de mar y la gente de guerra les
grita que allí venía el Adelantado de la Florida don Pedro Menendez de Avilés.
El capitán mandó izar el guión de Castilla de damasco carmesí y una bandera de
campo y tocar clarines. Los de los bateles temiendo fuesen
corsarios no se cercaron. Eran marineros portugueses y una nave oneraria
cargada de hierro y madera. En esto, el Adelantado y los suyos se hicieron a la
vela desde Artedo, entrando en el puerto de Avilés al cabo de dos horas donde
fueron recibidos por el alcaide de Sabugo con gran regocijo, se tocaron las
campanas y la población acudió a un solemne tedeum en la iglesia de San
Francisco. Hacía 18 años que no veía a su mujer doña Ana María de Solís”.
De
esta forma circumspecta y con prosa notarial levanta acta del regreso del
navegante a su tierra. La familia, como arriba se dijo, proveería del solar de
Santa Paya al lado de Pravia pero tenía abiertas otras casas en Grado, Oviedo y
Avilés concretamente en el barrio de Sabugo. Todas ellas han desaparecido. No
así la de Cudillero, que permanece, ubicada mismamente donde hoy se expende el
pescado más fresco del concejo.
Cabe
destacar las relaciones del Adelantado con la Concha de Artedo, un excelente
puerto natural de mucho abrigo y buen calado de donde zarpó el año 64 y donde
quiso, de regreso, ponerse al pairo para despistar a los piratas ingleses que
iban tras de sus pasos. El cariño hacia este lugar donde aprendió a navegar en su niñez don Pedro
lo destacan sus biógrafos don Gonzalo Solís y Merás y el historiador y
catedrático Gómez-Tabanera en su obra Pedro Menéndez de Avilés y la
conquista de la Florida en 1565 de cuyo memorial extraemos algunos de los
datos al respecto; con aportaciones de nuestra cosecha que hemos puesto negro
sobre blanco en este articulito para que sirva de testimonio a las próximas
generaciones. Los restos mortales del Adelantado se veneran en una lauda
mortuoria sita al lado del Evangelio en la iglesia avilesina de San Nicolás
12.
PERIODISTAS
DEL ARRIBA
Soy
periodista me rindo. Como tal me hice en Londres y en Nueva York leyendo el
Times el Daily News y el Mail pero mis grandes maestros a los que debo mi ser y
mi forma de ver la vida fueron falangistas gente muy patriótica y más de
izquierdas que muchos que se decían defensores de la clase trabajadoras:
Agustín de Foxá, Eugenio García Serrano, Donato León Tierno, Antonio Gibello, Ismael Medina.
Rodrigo Royo, Emilio Romero (Capmany; Capmany era un murciano de mal vivir algo
fulero) Cristóbal Páez Julio Merino el gran cordobés, Eugenio D´ Ors, Eugenio Montes, Pérez Embid pero
sobre todo García Serrano la mejor pluma y uno de los periodistas mas
bondadosos que he conocido.
Dios
los tenga a todos en el cielo y espero que allá exista un redacción como
aquella de Castellana 142 con el chocolate del loro...
Aquella representación de la calle Larra no la
conocí pero todos hablaban del loro que vigilaba los pasos de aquellos
"plumillas" y ya aleteaba entre las mecanográficas sonoridades de las
maquinas de escribir echando humo y los teletipos bufando era el chocolate del
loro. Café para todos que dijo Adolfo Suárez.
Grandes
corresponsales como Tomas Salvador o Pombo Angulo que narró la caía de Berlín e
Ismael Herraiz testigo de cargo del magnicidio del Duce y la entrada de los
americanos en Roma dejando una estela de corrupción violaciones muerte y hambre
que dominaron la novelística de Curzio Malaparte.
Víctor
de la Serna el hijo de Concha Espina un santanderino de rostro agradable lo
conocí en Nueva York. Fue uno de los mejores editorialistas de este país. Ellos
eran periodistas y escritores de primera línea que venían a rescatar la gran
literatura de la España Imperial aunque honrasen a Larra profeta de nuestros
males y al que glosaba José Antonio "Amo a España porque no me
gusta".
Mis
profesores, sin embargo, de la Facultad de Periodismo eran todos de la Santa
Casa la primera antes de Mateo Inurria estaba situada en Alfonso XI. Tenían
capilla particular y de ahí su nombre de Santa Casa. Todos los redactores,
algunos de comunión diaria, estaban obligados a asistir a la misa dominical a
las 12 de la mañana.
ABC
por su parte era comida aparte. Logré colocar allí un artículo sobre Arturo
Koestler. Era el periódico más antiperiodístico del mundo y el mas periodístico
de España. Famoso por haber traído a Europa el huecograbado tipo revista en
cuadernillos.
Me he
cuadrado en el gran reportaje y en la crónica del extranjero a lo Julio Camba.
Ahora,
pasados los años releyéndome, mis crónicas veo que eran glosas o croniquillas
de aquella Inglaterra y de aquellos EEUU que me tocaron en suerte. Hoy ya no
existe ninguno de aquellos países. Es el todo o nada de la filosofía de la
globalidad. Entonces había líneas intermedias de matices grises. El mundo era
un poco menos contundente y más reflexivo menos violento quizás y menos
revanchista. A los periodistas falangistas se nos permitía la ironía, el
anticlericalismo y el lirismo. Los de la Santa Casa eran más sesudos.
Les
faltaba sentido del humor. Actualmente eso es poco menos que imposible, las
libertades democráticas son a cara de perro y no saben reírse de sí mismos. de
ahí que no haya cosa más aburrida que un editorial del Daily Telegraph o del
País o del Mundo Mundial.
Tales
considerándos aparte, el cardenal Herrera Oria fue un gran hombre y un breakthrough. Un hombre de iglesia que
hoy estaría desaparecido pero que honró a toda una época de magistratura
eclesial. fue el gran creador de la Biblioteca de Autores Cristianos.
Fue un
vocación tardía que se ordenó de cura en Friburgo a los 54 años. Quiso adaptar
el catolicismo al mundo moderno con una nueva mística social. Creo que fracasó.
el buen cardenal Herrera con toda su buena voluntad no hizo caso de la
advertencia de Jesús: "mi reino no es de este mundo" y es el lado poco
firme que descubre el talón de Aquiles de los curas modernos.
Creo
que hay dos clases de periodismo el polémico y el apologético. Yo no explico
nada y siempre suelo ceñirme a la imagen y a los hechos. La realidad se explica
por sí misma si la enfoca con la lente idónea y no se deforma el campo de
visión Uno en su modestia comulga de ambas vertientes y mi lema fue un
proloquio latino "suaviter in modo
fortiter in re" he podido naufragar entre el tropel de alárabes
incultos, la tropa y la tribu y el periodismo navajero de la Cuatro o Telecinco
lleno de estraperlistas de la información convertida en una crónica negra y una
eterna pagina de sucesos y de saltos de cama. La cretinización y la barbarie
jugando a la taba por las ondas y por la red.
Pese a
ello no reniego de mi profesión. Internet me ha convertido en un verdadero
maestro en el oficio. Hay que tirar pa alante y no rendirse jamás. Moriré con
mis dedos entre las teclas de mi ordenador y a los borregos y borregueros que
les den...
CAMÓN AZNAR AUTOR DE UNA GRAN NOVELA
SOBRE LA VIDA EN ASTURIAS PASADO EL TERROR DEL AÑO MIL.
Por Antonio Parra Galindo.
X
Cosa cierta es que los
seres humanos tenemos una querencia espiritual y afinidades misteriosas que nos
conducen por una vereda determinada, por unos derroteros tan diversos e
inextricables como pueden ser la trasmigración de las almas, las coincidencias
en los paisajes, la comunión estética o la participación en unos mismos afanes
políticos. Hay que hablar de la polaridad, de la atracción de los cuerpos pero
también se da un irrefutable magnetismo entre las almas. Al entrar aquí habría
que explayarse en tratar todos esos vértices esotéricos que no explican del
todo pero que en cierta manera coadyuvan a vislumbrar algo del misterio del cristianismo,
la más verdadera de todas las creencias y la más perfecta dentro del piélago de
dioses falsos a los que la humanidad adoró siempre.
Se nos ofrece pues una metempsicosis intelectiva que
nos instala en un grupo o en una capilla específica, pero nuestros maestros,
nuestros profesores marcan las almas. Ellos fueron la antorcha que guía y su
voz resuena en nosotros de por vida porque los ecos de su voz no conseguirá
extinguir la muerte.
Camón Aznar fue profesor mío de Arte, recuerdo con
fruición y embeleso aquellas clases en la Facultad de Filosofía complutense de
ladrillo rojo y de planta funcional en los inicios de la década prodigiosa de
los sesenta. El aula donde impartía cátedra este aragonés con aires de despiste
nacional daba vistas a la Sierra de Guadarrama so un jardín de rosales y cedros
y la diafanidad toda de Madrid envolviéndonos, cobija de amor y de sabiduría,
esa luz cruda y entusiasmada, aires cortantes de cuchillo, ese viento de Madrid
que mata un hombre y no apaga un candil que tanto miedo en el cuerpo le metía a
Clarín al que hoy recuerdo a los cien años de su muerte, se nos fue un día de
Corpus de 1901, y un mal aire que se le coló de rondón por la barriga, un mal
aire de Madrid, acaso un berrinche, se lo llevó a tumba en Oviedo una mañana en
que cantaba el raitán en su pomarada. También Clarín ha sido en literatura mi
parangón. Su prosa calada de belleza encuentra un eco en la de este aragonés
trasmontano y cuya trayectoria vital tanto tiene que ver con Asturias.
Siempre que bajo a San Martín poso en la tienda de mi
amigo M. Méndez Vigo, el hábil Manolín con sus manos que todo lo componen y
cualquier artilugio reparan, perito en amistad y sobre todo gran ingeniero del
alma, que está frente por frente de la casona que tenía Camón en ese valle de
Luiña cuyos paisajes saltan a sus páginas porque se enredaron en sus sueños
porque también a él Asturias se le coló de rondón en el alma con la magia
indeleble del "culiebre" y quedó prendido de la canción de los labios
de una xana.
Es una casa de planta moderna de tres pisos, galerías
acristaladas. Palmera real da escolta a su antojana y de estilo funcional.
Cupiera suponer que uno de los hombres que más sabían de arte románico y mejor
lo explicaron habitase una de aquellas casas blasonadas con portón y estragal,
balcones corridos, hastial de piedra que se dan tanto en el país, los que
describieron nuestros clásicos del XIX. Pero no; prefirió la modernidad y el
confort indiano. Él era un hombre austero y de costumbres sencillas, adusto en
apariencia como su cara. Tenía un rostro que de tan trágico resultaba lo
puramente español y sus ojos delataban a todas horas embeleso y pasmo. Dicen
que uno continúa vivo hasta que le abandona la capacidad de asombro, el
espíritu de curiosidad y Camón hasta el último huelgo la mantuvo consigo y nos
la comunicaba. Su mirada bajo el arcosolio de aquellas cejas tan pobladas y
negras, palio de curiosidad y de asombro que se asomaban cada día a un mirador
cósmico, estaba siempre como huida pero atenta siempre denotaba esa sorpresa
del que descubre e investiga, pescador de belleza en ubérrimos caladeros
ocultos a la mayor parte de los mortales. Tenía el alma de llama y las espaldas
algo cargadas del hombre estudioso, luego cuando se le trataba al viejo
profesor larguirucho resultaba un hombre cordial, algo burlón, daba gusto oírle
contar chistes verdes y chascarrillos en la fabla de Aragón. Se podía explicar
al Greco mirando para el profesor Camón cuando acometía la exégesis del pintor
toledano escanciando imágenes con aquella voz rajada que él tenía y tratando de
asir lo inasible con aquellos dedos lardos como flecha apéndices de sus manos
enormes, casi de cantero medieval con que accionaba durante la disertación.
Algo estevado y con inclinación de hombros. Muchas horas sobre el pretil de un
códice asomado a esos ventanales panorámicos de los sueños que son los libros.
Nos parecía que el profesor se nos iba por las ramas y que siempre parecía
venir a clase con resaca como flotando entre las gasas de una gran borrachera mística.
Flotando. Eso. Al andar parecía que flotaba él tan habituado a conversar con
los ángeles de piedra y a extasiarse ante las gárgolas habitando la región de
los pináculos cósmicos. Sin embargo, conocía muy bien la tierra que pisaba. El
Camón íntimo no tenía nada que ver con el Camón oficial, hermeneuta de los
ángeles románicos, artista de la palabra, que parecía recién caído de un guindo
por sus aires despistados y geniales o escapado de un códice cálamo en ristre.
Había en él como resonancias magnéticas de un
trasmundo inabarcable. Era uno de esos hombres a los que encontramos por
primera vez y su "cara nos suena" acaso de haberla visto en una
existencia anterior. Ese mesmerismo es el fautor del arte, el que carga la
turbina de la cultura puesto que la cultura se produce por asociación de ideas
y es la resultante de un proceso de bilocación. Dios existe y Cristo está en la
historia pero su santidad y su presencia es otra muy diferente a como nos la
presentan todos aquellos cuyo todo y único afán ha sido apropiarse de su
figura. No conviene darse muchos golpes de pecho ni exclamar "Señor,
Señor". Los fariseos no entrarán en el reino de los cielos. En Camón yo
llegué a entrever la existencia de un Cristo que se acercaba a la noción
platónica de la divinidad. Todo lo de acá abajo es un calco imperfecto de la
perfección que está arriba. Pero como Dios no es unívoco y san Anselmo ya lo
definió utilizando un proceso silogístico de exclusión para adecuarlo a nuestra
capacidad precario, como lo que no es, ni mortal ni finito ni visible, etc.,
tampoco a Cristo hay que contemplarlo desde un ángulo unilateral. Por eso hay
un Christus "músicus", un Christus "praedicator" y otro
"praedicatus", un taumaturgo, un demiurgo y un reo, un resucitado y
un perdedor, el de la Ascensión y el de la bajada al sepulcro, un sembrador de
parábolas que tuvo que emplearse con el látigo contra la "raza de
víboras" y otro que fue escupido y azotado, un Cristo manso y un Cristo
arquitecto y un Cristo poeta, y otro profeta, pero todos estos conceptos siendo
análogos no son idénticos como tampoco es unívoco ni equívoco ni idéntico a
fuer de universales la idea mariológica que viene a concretar y completar la
visión cristológica como dos ramas de un mismo árbol, y para entender el arte y
la teología hay que estar acostumbrado a moverse por el ámbito de la exposición
conjunta. La edad media prefiere presentarnos al Mesías como el gran triunfador, el
Juez grande que se sienta en la silla de la majestad mientras el barroco se
inclina por el Varón de dolores pronosticado por Isaías (otra versión diferente
del mismo Dios real). La fe tiene sus lados sombríos. Es una cosmogonía
acercándonos a todos estos misterios de lo trascendente de la gracia
santificante. El arte en la medida que trata de explicar esa tutela sin tregua
de la divinidad sobre el hombre que le sirve de refugio y amparo en su caminar
a oscuras por el mundo de esta forma apoda y acoda a la teología. La existencia
humana viene a ser como una gran romería jacobea del principio a final. Esta es
la idea matriz de esta grandiosa novelita del profesor Camón Aznar. En vida no
fue tan famoso como insigne, aunque debemos declarar aquí que eso del
"famosus" tiene en Lat. Matiz de deshonra (no van descaminados pues
los que usan la palabra con tanto albedrío), este medievalista de talla cuya
obra poco conocida rinde homenaje al saber en libertad. Personalidad fascinante
algunos de sus artículos de ABC han de considerarse de florilegio. Yo recuerdo
aquella tercera del órgano monárquico - nada tiene que ver con el monarquita de
hoy-de la calle Serrano en el que escribían mano a mano los Pérez de Ayala con
los Azorín, los González Ruano con los Pío Baroja o el Ortega de la última
época. Firmas triunfales. Festines auténticos de la literatura. La de Pepe Camón
era una estrella con luz propia en aquel firmamento de estrellas del que sólo
nos quedan hoy postes de la luz y jarrillas, mucha jácara y mucha paja debajo
de nombres promocionados, novelistas de designación reconducidos de lo negro a
lo blanco, ha estallado la bomba de mano de la vulgaridad, sus
libros se nos caen de las manos de tan políticamente correctos como van. La
crítica los acoge con palmas de tango a todos los "hit" y a todos los
"must" que en tongo se deshebran pero hoy la crítica está reconducida
y manipulada por amiguetes a los que las casas de contratación de la cultura
sobornan previamente. Como van de trapillo a la televisión a comparecer ante el
ratón de bibliotecas emblemático tránsfuga que mira por encima de sus lentes de
inquisidor y detrás del atril de diserto parece una trinchera a punto de hacer
fuego con una de avancarga y luego vaya y sonría con cara de conejo. Pero estos
son los toros que hoy hemos de lidiar en este coso. No hay más cera de la que
arde. Hay que escribir a cara de perro para hacerle una higa a ese carajo
esperpéntico de lo "deja vu".
Un crítico era Clarín y un crítico como Dios manda era
don José Camón Aznar. Prosaba con magnificencia y maneras elegantes de cardenal
renacentista, manaba su palabra por aquel chorro de voz baturra y que luego se
transformaba en melodía cuyos ecos acariciaban los arcos formeros de un empino
de bóveda de cañón. La impostaba porque había algo en su persona de hierático
perfil sedente, la majestad del pantocrátor. Nadie ha explicado el misterio del
arte de Jaca en sus boceles, impostas, lucernarios, balistarios, ese mundo
fantástico de los bestiarios cincelados sobre la piedra fabulosa con tanta
solercia y cacumen como él. Era un especialista inter alia en códices
medievales. Los beatos iluminados del arte asturiano nos van a llevar al arte
románico que surge como una agradecimiento arborescente hacia la persona de
Cristo cuando pasa el terror del milenario. Contrariamente a lo que se ha
venido diciendo los capiteles románicos con sus endriagos y harpías, hipogrifos
y dragones alados, reflejan ese amor a la vida en el reencuentro con la
naturaleza.
X
Hay que retrotraerse a la mentalidad del año mil.
Camón era un especialista en el siglo XI. El pavor del milenio igualitario lo
refleja en una de las más grandes novelas cortas que se han escrito en los
últimos lustros En la cárcel del Espíritu. Es la historia de un
monje bávaro que como expiación de un pecado cometido cuya evolución de
psicológico refleja el autor con pluma digna de Dostoievski - es un pecado
contra la fe, la caída en la sima de la desesperación, la gran aliada de
Satanás para penetrar en el corazón de aquellos a los que quiere perder,
desesperación que define por otra parte a nuestra época- se embarca en una
peregrinación hacia Compostela. No llega a su punto de destino. Fray Lázaro
viene a morir en un albergue u hospital de peregrinos en Soto de Luiña y que
todavía sigue funcionando. Miguel Ángel, el del bar de la plaza al que llaman
el diácono, sigue examinando credenciales y estampillando avales a los que
pernoctan en el refugio con el mismo rigor y sentido de la hospitalidad
cristiana con que lo hacían aquellos ostiarios de las posadas del Camino
Francés.
El autor parece que tiene delante el hermoso paisaje
de las Luiñas a la hora de escribir el libro; en los primeros párrafos habla de
un "lugar en la llanura, rodeado de bosques y ceñido por la curva de un
río" y trata de reflejar sin entrar en detalle cómo era la vida de un
benedictino (¿Benitos o monjes blancos? Los benedictinos hacían vida comunal
mientras los bernardos dormían en crujías o dormitorios corridos. Es el único
anacronismo que encuentro en la obra, error mínimo).
He aquí una sala hipóstila. Los lechos eran esteras,
el refectorio alargado con el púlpito empotrado en el muro. Mística y casta
serenidad trasminan las páginas de "En la cárcel del espíritu". Es un
viaje a un claustro donde el tiempo se amansa y donde vemos a los pendolistas
de bruces sobre el pupitre del manuscrito en el que laboran con un pincel en la
mano "que cae sobre el pergamino con la levedad del copo de nieve".
Describe la sala capitular siempre resonante de discursos y la iglesia como un
trasunto de un cielo humano y dialéctico con arcos que son como respiro de los
espacios y pinturas que concretan los pensamientos inmutables. Es un lugar
habitado por monjes descarnados de grandes ojos redondos que ocupan un espacio
pero que no habitan en el tiempo, esqueletos de ideaciones apocalípticas. Cada
vez que el sol enrojecía las gentes iban a encontrar refugio a los montes
porque detrás de la sombra se percibía la silueta del dragón, observa el
escritor corroborando al propio tiempo lo siguiente:
"En la crisis milenaria hasta las iglesias se
vaciaron. Cada hombre arrastraba con su sombra su sepultura. En los monasterios
sólo se leía un libro el del Apocalipsis y la preocupación de los comentaristas
consistía en adatar a su tiempo las páginas descomunales del libro"
Este párrafo tiene hoy plena vigencia porque otro
terror del milenario es el que acabamos de vivir o estemos acaso viviendo.
Camón, que se nos muestra como eximio novelista, topógrafo del sentir y del
latir de una época, describe a estos frailes que escribían e iluminaban y que
parecían mojar el cálamo en llama y salían del minio colores que eran como
"la cresta de un incendio", "ojos cuya redondez era la del mundo
abiertos con el espanto del que ha visto morir al universo. Sus túnicas se
doblan con las mismas curvas contraídas de las hojas secas al quemarse".
Al redactar estos magníficos párrafos parece que tiene delante la talla de
madera del Salvador que se venera en la catedral de Oviedo mostrando la
majestuosa traza de un atlante que se yergue ante la amenaza apocalíptica y
empuña como un cetro de paz la esfera armilar.
Pero el peligro ha pasado ya, los curas volvían a
aprender latín y las tierras a labrarse, los antiguos manuscritos a ser
copiados. "La pánica alegría de aquel momento se convirtió en gratitud
hacia la divinidad. Un inmenso amor de redondez panteísta hacia la naturaleza y
hacia Dios impulsaba catedrales y cosechas". Se vivieron años en
definitiva de exaltación edénica. Lícito es preguntarse si a pesar de todos los
pesimismos no estaremos abocados a una de esas grandes épocas de la humanidad
cuando acabamos de doblar el cabo de los terrores milenaristas con todo
Nostradamus a cuestas, las profecías de Malaquías y las predicciones de todos
los estrelleros y magos de la New Age que hemos dejado atrás. El mundo,
concluye Camón, volvió a ser de nuevo un paraíso sin serpiente. ¿Se aleja
también ahora la tempestad? ¿ O los horrores que describe Juan- "tomó al
dragón, la serpiente antigua, que es el diablo, Satanás, y la encadenó mil
años. Cuando hubieren acabado los mil años será Satanás soltado de su prisión y
saldrá a extraviar a las naciones"Ap.20-7-8- pertenecen al hic et nunc de
nuestra sangrienta actualidad? El estado emocional del mundo se parece bastante
al de aquel entonces. La clepsidra implacable marca la hora global: tiempo de
la Segunda Venida. Hace mil años los monjes de las iglesias asturianas le
aguardaban encerrados en una celda construida en lo más alto del templo, en el
sobrado mismo a la que se accedía por una tortuosa escalera de caracol.
Y a veces por una cuerda como entre los eremitas de la
Tebaida, el monte Athos o entre los coptos. Para bajar había que descolgarse de
una cesta. La contemplación por aquel entonces demandaba estas truculencias del
Estilita encaramado en su columna para no contaminarse, torres de marfil
penitenciales. En Santullano y en Santianes parece ser que quedan restos de
estas cámaras anacoréticas. Era el éxtasis del vigía que escudriñaba el
horizonte desde el campanario pero el Cordero tardaba en llegar. Oteaba desde
las techumbres el monje pero el Amado se hacía de esperar. A la sazón puede que
esta guardia se monte desde las páginas Web, aunque no hay constancia pero es
suposición plena. Los cistercienses de ahora tienen turbios los ojos a causa
del pervigilio doblado el raquis, difícil será encontrar a un contemplativo
rectas las espaldas. La guardia sigue en sus diferentes relevos y parece que
Dios continúa hablándonos desde el silencio. Hay quien hace la escucha
siguiendo su rastro desde la garita iluminada. Abajo se condensan las sombras,
los fantasmas nocturnos.
Sabemos que el protagonista era vástago segundón del
señor de Klamheim con feudo sobre el castillo de Toeltz. Siguiendo la costumbre
de la época sobre la primogenitura ingresó en la abadía. Allí fue feliz fray
Lázaro hasta que el diablo vino a visitarlo atosigándolo con el dogal de la
duda y la desesperación. Sus años de noviciado tuvieron ese carisma de la
ondulación y melisma del canto llano. El cuerpo de los monjes está hecho para
la liturgia, la melodía monódica que recorre las bóvedas con la elegancia del
cisne en el estanque. El templo románico se convertía en un lago de beatitud
donde hasta la estructura hipóstila desempeñaba una función de alabanza a Dios
a través de la voz humana. Era un discurrir placentero por el perfil de los
días y el turno de las estaciones materia y forma conjuntadas y sin diferencias
entre el alma y el cuerpo. La vida monástica es una búsqueda de armonía y un
anhelo de contemplación.
Era el cristianismo total a la sombra del Pantocrátor
de la mandorla mística antes de la llegada de la peste franciscana, el
principio del fin, el primer conato de reforma religiosa que iba a desembocar
en las demasías de las guerras de religión. Era entonces cuando Roma no tenía
tanta importancia pero la cristiandad era más católica, más universal y más
libre. Los ojos se entornaban hacia Jerusalén. "No había fronteras en la
fe ni en los pueblos, ni nacionalismos montaraces, ni cismas ni herejías".
Por eso viene a concluir el autor: estos siglos que van desde el terror
milenarista marcan el triunfo verdadero de Cristo. Algo que en la historia no
se ha vuelto a repetir. Todos los que amamos a la grandeza de la Iglesia
verdadera tendremos que suscribir esta hipótesis que Camón aquí describe
maravillosamente. Los tímpanos románicos expresan asimismo esa idea célica del
paraíso impersonal y cósmico, un empeño que sólo fue posible mediante el
rescate de la sangre de Cristo. Es la ideación pura, el concepto teológico en
carne viva lejos de las vivencias personales. El creyente sentía partícipe de
una empresa total. A Dios no se le puede ver, tampoco se le puede nombrar. Es
lo absoluto e incognoscible. Sin embargo, los que se acercan al arca santa de
tapas nieladas, ese cofre de salvación de la fe en español, a contemplar esos
ojos que acechan y perdonan, ojos del mundo redondos y opacos y esa sonrisa de
la talla tan dulce como tosca o se prosternan ante el Pórtico de la Gloria
consiguen una visión de ese reino futuro que aguarda a los que perseveran
siquiera sea a través del ojo de cerradura que abren las arcadas románicas.
El autor va explicando el proceso con acuidad y pluma
veloz a través de una prosa en el que el castellano recobra todos los honores
de lengua espiritual apta para hablar con Dios y entusiasmarse ante los
deliquios de la Virgen María. Entusiasmo es un endiosamiento y sin entusiasmo
no puede haber cristianismo ni tampoco buena literatura. Es algo que sólo puede
comunicar Dios a través de sus criaturas. Es privilegio del todo no de la parte
y es ahí donde fallan algunos de los novelistas de aluvión el colmillo
retorcido o que andan de medio lado que escriben en la España de nuestros días
sino del todo. Por eso no lucen aunque traten de encandilarnos con sus mejores
galas. Para sentar plaza de novelista o de crítico lo que hay que hacer es
estar contra lo de entonces. Este sino de los tiempos nos recuerda a las plagas
de Egipto y no queremos esta vez dar nombres. Demasiado revanchismo. Respiran
por la herida. La cicatriz de la derrota les sigue superando de ahí que sus
libros nos hagan recordar a verdaderos manaderos de pus.
En el estilo de Camón Aznar pasa lo contrario. Es una
novela de tesis que prende desde el principio. Además, es uno de los cantos más
bellos a la mujer que hayan podido escribirse desde la duda y desde los
dolores. Lázaro viene a coincidir con el dictamen del protagonista del Nombre
de la Rosa que de la misma manera devino en monje giróvago: los
momentos de felicidad mayor no fueron los del convento ni los del éxtasis
místico sino la noche que pasó en compañía de aquella muchacha a la que llegó a
conocer casualmente. La crisis religiosa que padece hasta su exclaustración y
la posterior condena abacial a hacer la ruta jacobea que en muchos casos
equivalía a la pena de muerte porque el viaje estaba cargado de peligros y bajo
la amenaza del hambre, la peste y los lobos, es una preparación del camino para
explicar su estado de ánimo.
X
El detonante de la crisis viene dado por una
experiencia con la que no contaba: la muerte del maestro de novicios. La visión
de su cadáver convulso y desesperado le hace reaccionar. El preceptor había
practicado la virtud desde que profesó y seguido a rajatabla las constituciones
de san Benito pero en el postrer momento, el definitivo, tuvo un instante de
debilidad, resbaló en la duda presa de terrores incomprensibles que le acercan
a la boca del abismo. La desesperación es un sentimiento específicamente
satánico. Esa tentación a punto de expirar cuando más aprieta el diablo la
tuvieron muchos santos. No hay nada más allá, el cielo está vacío; ese viene a
ser el argumento. Todos los seres de la creación tienen un destino trágico,
juegan la baza con las cartas marcadas, de lo que se colige: procede disfrutar
aquí todo lo que se pueda porque si no hay otra vida todo estará permitido en
ésta.
San Pablo fue acometido muy recio por los espasmos de
esta duda pero la venció y fue arrebatado al séptimo cielo del que bajó
diciendo que ni el ojo vio ni el oído oyó lo que es aquello pero la serpiente
antigua se atrevió a plantearle cara al Apóstol de las Gentes. Le llamó exaltado
y lunático utilizando como argumento su gota coral. Parece ser que Saulo se
cayó del caballo en un arrebato epiléptico.
Es una interrogante que parte las carnes de muchos
creyentes y pasa agitándose por los cielos de la historia. Algunos la llaman el
silencio de Dios. No todos tuvieron el privilegio de ser arrebatados como Pablo
de Tarso a las alturas. Porque vio creyó y esta fe le hace increpar con la
vehemencia que le caracteriza a la muerte preguntando dónde estaba su victoria
y proclamar incluso "culpa feliz" al pecado de Adán factor
desencadenante de la redención. Pero hay que insistir que no todos gozan del
carisma de la claridad de la trasverberación que arranca las nieblas del error
de sus intelectos.
El orante se ofrecen en oblación y ha de cargar con
los delitos y lapsos de los otros. A veces la cruz resulta demasiado pesada y
viene la duda del sepulcro vacío. He aquí a Lázaro de Kleimheim copista y
amanuense de los libros santos en un monasterio de Alemania sumido en el
laberinto. Siente que el cielo se le viene encima, gime y busca sin hallarla la
salida a la encrucijada. El tiempo de rezos y el duro trabajo caligráfico que
trazaba líneas y colores, rasgos, sobre los preciosos cantorales, no eran más
que un alivio pasajero. Cuando en las cortas vigilias antes de Maitines sobre
la estera o la yacija de paja que le sirve de lecho en la crujía hipóstila
vuelve el gusano a roer y la tentación por sus fueros. El cielo está vacío y
con la muerte estalla sobre nosotros la nada. Él no resucitó, los vendajes del
sepulcro no eran los suyos y el mito de la resurrección fue un montaje, la
fabricación de unas plañideras histéricas que estaban enamoradas físicamente
del Galileo. Todo es un invento, una inmensa fábula. Sus torturas y escrúpulos
únicamente encontraban una tregua mediante las manualidades de su absorbente
labor de miniaturista.
El proceso está perfectamente descrito tanto como el
ambiente de la época. La hambruna y la mortandad de la peste van a ser otro
emulsivo del entusiasmo con que arranca la undécima centuria. La sociedad
feudal hace crisis. La lucha por las indulgencias y las disputas entre trono y
altar por la preponderancia vuelven más duro el panorama. Si existe un Padre
Célico que ordena nuestros destinos y todo lo dispone hacia el bien para que
nos sintamos a gusto y no nos falte de nada ¿por qué entonces permite el mal y
la injusticia, el desamparo? El joven benedictino se amarga la vida haciéndose
una pregunta eterna. Él pensaba que había un orden en el mundo pero mira
alrededor y comprueba que vive cercado por la desgracia y lo diabólico. Hay un
desfase entre la idea y la materia. Zumba sobre sus oídos el garrotazo
amenazante de la entelequia. La vida del monje se convierte así en una lucha
contra la quimera.
"Los hombres andaban como cadáveres a pie por los
caminos y e las casas no salía humo". Esta imagen del hogar frío y la
chimenea apagada, el jardín abandonado y la casa cerrada acentúa la sensación
angustiosa de ciudad desierta y de país despoblado es de entidad apocalíptica
porque nos remite a connotaciones de castigo divino, de manipulación de la
descendencia que es en definitiva un atentado contra las fuerzas de la vida.
Fue el pecado de Sodoma. La Asturias de diez siglos atrás guarda cierta
analogía con la de hoy con un crecimiento demográfico cero atendiendo la
llegada de la alfaida, la marea humana, de hordas en masa que van a constituir
una sociedad amorfa y desespañolizada y alóctona. Todas esas contingencias ya
se preparan.
Así fue al despertar del medioevo cuando desde
Escandinavia denominada entonces "oficina gentium" se impulsaría la
colonización masiva de Europa sobre las ruinas del romano imperio. Los bárbaros
del norte llegaron en oleada y de forma sorpresiva. Era una visita que nadie
esperaba. Todo descorrimiento de pueblos presenta unas connotaciones
apocalípticas que hacen pensar en el castigo bíblico. Lázaro de Kleimheim
sentía sobre sus carnes esa presión.
Pero la auténtica crisis de fe va a tener lugar
coincidiendo con la llegada de un fraile esquizofrénico, trasunto de
Savonarola, al que su soberbia le sume en la herejía, desde otro monasterio
circunvecino a predicar una cuaresma. "De la boca de Fray Martín no
partían razonamientos sino rayos, nada de adoctrinamientos sino anatemas. Hay
en su persona un anticipo de Lutero puesto que en el visitador se plasma la
rebeldía diabólica, la cabeza engallada del "non serviam". Su
presencia produce en las aguas tranquilas hasta entonces del monasterio una
conmoción. Acusa a los monjes de ser castos y crueles, de predicar la caridad
porque no se atreven con la justicia. Roma es el símbolo del engaño, la mentira
y la avaricia. Sus sermones atraen la ira de la parroquia. Se le suspende a
divinis pero recalcitrante en el error vuelve a predicar contra las
Indulgencias y es dilapidado por hereje al pie del altar por la chusma airada.
El hermano Lázaro contempla con horror aquel asesinato, ve cómo el cadáver es
arrastrado a las tinieblas exteriores para que se lo coman los buitres. Era un
blasfemo, un apóstata. Y aquí llegamos al nudo de la trama de esta
impresionante novela teocéntrica en el que se denuncia a una sociedad hipócrita
capaz de matar en nombre de Dios y que se atreve a manchar sus manos de sangre
porque alguien cuestiona el libre albedrío, el derecho a pecar. La libertad
humana es sacrosanta, la propia divinidad la respeta. Por una vez lo infinito
se doblega ante el capricho de lo finito. La angustia y grito de fray Martín
proyectan hacia el cielo la angustia del hombre contemporáneo.
A un escoliasta de la época no se le ocurriría
explicar con tanta clarividencia e interés el proceso psicológico, la dura
prueba a la que es sometido este religioso que vacila zarandeado por uno de los
problemas más arduos: la presencia del mal. Pronto vemos al protagonista sumido
en la soledad del ángel destronado. La Biblia lo recuerda: "Ay de los
solos". El sacrosanto refugio del monasterio es perforado por esa duda
caliginosa y a partir de ahí no va a ser un espacio resonante de las notas de
la himnodia gregoriana. Los turíbulos no sahúman el perfume del incienso sino
el humo fétido del azufre al que acompañan las estentóreas carcajadas del ángel
caído en su vagar absoluto por los derroteros de la historia. Se ha perdido la
inocencia del Edén. El hombre vuelve a su condición de animalidad precedente al
génesis, no es más que una fiera que piensa, copula y traga, merodea y caza sin
obediencia a otras leyes que no sean los apetitos instintivos. O dicho de otra
forma el peso de la novela se apoya sobre el ominoso barrunto de la muerte de
Dios. Pero parafraseando a Nietzsche cuya entera obra son las exequias de la
divinidad fallecida, ¿existe Dios? ¿Y si no existe cómo podremos hablar de su
muerte? ¿No será la idea de la divinidad algo subjetivo, una especie de
prolongación de nuestro ego insaciable? El simio se puso derecho y anda ahora
erecto, evolucionó como evolucionará algún día su pensamiento hasta conquistas
insospechados hasta ser el mismo su propio dios en su proceso de adaptación. La
tentación de Babel otra vez bajo los planteamientos seductores de Darwin.
La dilapidación del hereje hace que Lázaro, el puro,
el incorruptible entibie su fe desde la base de un razonamiento verosímil: no
es lícito asesinar en nombre de la divinidad pero esto fue precisamente lo que
estuvo haciendo el ser humano desde las cavernas a través de la práctica de un
ritual supersticioso. A Dios había que inventarlo puesto que daba coherencia al
grupo porque nos reafirma en lo que pretendemos, nos halaga el oído. De esta
forma el concepto del ser supremo pasa a ser algo subjetivo, puro maquillaje
para nuestra vanidad intelectiva. Un analgésico para el dolor que comporta el
destino de los nacidos para la muerte.
Lázaro había pecado y el pecado es como la rotura de
una armonía con el cosmos. Sin embargo, la razón no es más que la tapa de los
sepulcros. Un buen día reconoce su culpa y va a caer de rodillas a los pies del
abad con todo el monasterio reunido en capitulo. En aquel entonces las
penitencias eran públicas. El prelado no puede absolverlo tratándose de tamaño
pecado mortal, el de desesperación; es un pecado contra el Espíritu. Lo envía
de peregrinación a Santiago de Galicia. A la sazón las autoinculpaciones se
llevan a cabo ante el capítulo. Las penitencias también eran públicas. Los
pecados, distintos. De una magnitud más solemne si cabe porque diferente era el
concepto de cristiandad. Recordad a tal respecto la Huida a Canosa. Todo un
emperador prosternándose descalzo ante Gregorio VII. Hasta que no estaba
saldada la deuda con la iglesia o con los hermanos, Dios no perdonaba. Era
frecuente ver vestidos de saco en el ámbito de las ciudades a los flagelantes
clásicos. En realidad las peregrinaciones empezaron a partir de esta noción de
culpa que había que expiar mediante el viaje iniciático. Los romeros cuando de
personas consagradas se trataba recibían de manos de su abad un bordón, unas
veneras de concha y el clásico petaso o sombrero de ala ancha que servía para
protección de la intemperie y también para ocultar el rostro. También recibían
el ósculo de paz y treinta dineros para el camino. Nada más.
X
No era consciente el Hermano Lázaro cuando se despidió
de sus compañeros que la hégira expiatoria que iba a comenzar le iba a llevar
más lejos de sus sospechas. Como primera medida tuvo que dejar morir a su yo
para empezar a vivir. Dejó de pensar. El trajín de la andadura le deparaba el
robustecimiento de sus miembros corporales. El alma se purificaba. Tenía que
aniquilarse y ser semilla que después de caer en la tierra hará que fructifique
la espiga. Alguna veces añora la casa matriz y se acuerda de sus frailes con
una vida tan reglamentada y tan diferente de la azarosa que a él le persigue,
añora los ritos y canta cuando puede el oficio divino o dice misa en plena
soledad porque partió con la recomendación expresa de su superior de evitar las
iglesias y los poblados. Sin embargo, al llegar a Tarbes localidad de los
Pirineos pide al obispo letras dimisorias para poder consagrar la Eucaristía.
No ha de olvidarse ese nombre. Tarbes es la diócesis donde se produjeron las
apariciones marianas de 1858 a santa Bernardita Soubirous. Lourdes está en
pleno corazón de las peregrinaciones jacobeas. Aunque obtiene la facultad de
celebrar y concelebrar pronto olvida su condición de clérigo porque,
tramontados los puertos y habiendo dejado atrás el monasterio de San Pedro de
Sieresa, una serrana de un valle navarro lo recoge cuando estaba medio muerto y
lo lleva a su choza, le da de comer, le venda las heridas de los pies y, cuando
despierta escucha hablar en vasco: "gaixo ziñatan, orain zaunde"
(enfermo estabas antes, ahora bueno). Se inicia una bella historia de amor
pastoral. El protagonista vive los instantes más bellos de su existencia,
conoce la plenitud. Ni siquiera se acuerda de los votos arrastrado por su pasión
pero un día al salir a arar encuentra el cuerpo despedazado de un hombre por
los lobos la noche anterior. Le viene a las mentes el recuerdo de la palabra
empeñada al superior. Vence las lianas que le atan a aquel hermoso caserío
rodeado de fortísimos montes donde viven gentes sencillas en estado de gracia
original anterior al pecado del primer hombre y abandona la vida arcádica. La
mujer le sigue durante un trecho pero vuelve a abandonarla.
El cristianismo que encuentra pasada la cordillera es
una religión en estado de guerra. "España vive-dice-sólo para vencer a los
enemigos de la fe en franco contraste con la mansedumbre y placidez del sur de
Alemania. Aquí todo se extrema a punta de lanza. Todo se radicaliza con ímpetu
de ataque". Tampoco el cristianismo es un concepto unívoco. Nunca nos
pondremos de acuerdo pero es así. Lo único que le mantiene vivo es lo externo
porque lo interno pertenece a algo tan sagrado como es la conciencia y es allí
en lo íntimo del alma donde Dios habla al ser humano. Pero los ritos, las
oraciones, las fiestas, la letanía, la tradición. ¡Si quitamos eso, en qué
queda la fe! ¡En monsergas místicas! ¡En una interpretación del Evangelio ad
líbitum! Sólo un monje benito puede entender que el catolicismo consiste en
liturgia, en un constante recitar de oraciones con arreglo a los ciclos
estacionales. Porque la practica rutinaria de la regla nos libra de nosotros
mismos. Ora y labora. No te desesperes. Cumple la norma, únete a la tradición,
pero si cambiamos la norma, si introducimos cambios en la liturgia obtendremos
una mutación de la esencia y llegaremos al síndrome del templo vacío, a la
macrocefalia jerárquica. Tenía que renunciar al amor pero al igual que en el
"Nombre de la Rosa" Lázaro reconoce que no hubo instantes más suaves
que los que le depararon sus nupcias con la serrana de Arán. Su recuerdo le
hace casi enloquecer. Sin embargo, tiene que empuñar su cayado y entonar el
"Ultreya" sin temor a los peligros de la andadura iniciática. Otra
vez se pone en ruta. El Salvador le acompaña. Para expiar la culpa, caminar.
Tenía psicología de huido y cruza cañadas, desfiladeros. En algunas posadas
vuelve a saludarle la tentación, traba conversaciones con otros caminantes
hacia Compostela. Unos perseveran, otros son seducidos por los cantos de
sirena, las mesoneras y mozas de partido, que ya entonces el itinerario era ya
la ruta de la sífilis, el chancro y las tabes, el perro de san Roque, mal
francés y camino francés, otros mueren en los lazaretos o quedan sepultados en
los cementerios de peregrinantes, otros mueren devorados por las alimañas, se
extravían, enloquecen, se dan al vino o mueren a mano de los bandidos. ¡ Señor,
Señor cuanto pecado, cuánta imperfección y cuánta defección! El destino es la
tumba.
Alfonso VII el gran rey de Castilla, el repoblador, el
que tanto amaba a Oviedo y a los asturianos puso guardia de templarios en la
ruta para proteger a los transeúntes. El Hijo del Trueno Boanerges es el
símbolo de ese cristianismo prevenido en frontera.
Que encuentra el monje alemán pasado el fito de
Navarra, era casi una fe desconocida que acaba atrapándole, se emborracha, se
enamora de España a través de una moza vascuence. Hasta los sarrios y las
cabras enarbolan el pendón de la cruz frente a la media luna. Ha pasado el
letargo del milenario y la cristiandad empapada de vida quiere liberarse de las
cadenas y de los yugos que le uncen a las pechas y servidumbres del califa. Al
grito de ultreya y del "Dios lo quiere" de Pedro Ermitaño se llena de
actividad, despierta de su modorra y se embarca en la dudosa aventura de las
Cruzadas, algo por lo cual nuestra fe ha sido tan vapuleada por sus enemigos.
Sin embargo, ahí tenemos a Ariel Sharon una especie de Ricardo Corazón de León
Judío y nadie le dice nada.
Fray Lázaro había escuchado de labios de un francés
que hacía la ruta de Compostela por la parte más sañuda: la de la costa-
curiosamente al remontar Oca dejando a un lado Vascongadas que ya en aquel
tiempo seguía sin estar romanizada y sin cristianar- "el que va a Santiago
y no visita al Salvador por honrar al criado menoscaba al señor" y opta
por el ramal de la derecha el que a través de Arbas enfila la ruta de los
antiguos monasterios mozárabes de las Monas o Nonas y cruzando por Mieres
desemboca en el Templo de la Transfiguración, verdadero Tabor del arte
ramirense y de la fe vieja. Queda prendado de las costumbres de aquellos monjes
asturianos que nada se parecen a los de Alemania. Para empezar hacen vida
eremítica y algunos viven encaramados en lo alto de una celda incrustada entre
las socarrenas de alguna peña tejada o en lo alto de una iglesia prerrománica,
aquellos templos de cuerpo tan chico pero de altos muros. Es así como opta por
abrazar la vida contemplativa en San Julián de los Prados. Es izado a lo alto
de su cobijo en una cesta. Desde allí ora al Criador y contempla ante un
paisaje de montes bellísimos que demuestra ser cierto el aserto del códice
"In Asturum conventu dedit Dominus montes fortissimos circuitui ejus et
praesidit ex hoc, nunc et in saeculorum saecula" (Dios escogió a la
provincia de los astures a los que protege mediante una cadena de montes
fortísimos). El paisaje de Asturias, santuario de España, tiene algo de
sacramentos. Pero el pobre monje tiene allí que ganar el cielo luchando con la
tentación que se presenta unas veces en forma de mujer como le ocurrió a san
Jerónimo con la satiresa. Otras quien golpea es el silencio de Dios o el
desaliento. Hay pasajes en esta obra tan bien llevados que hacen pensar en
Tolstoi el cual de forma parecida describe el proceso de la tentación del
cenobita en el "Padre Sergio". Las fuerzas del bien y el mal se
turnan. Ángel y diablo parecen confluir en una batalla sin medida. Es el ritmo
sonoro con sus impasses e intercadencias del péndulo. La luz libra una cerrada
y sórdida batalla con la oscuridad. Nadie sabe de estas luchas interiores. Por
toda la redolada ha cundido la fama de santidad del fraile extranjero
encaramado en su celda de estilita. Cuando celebra misa los domingos y las
fiestas de guardar el pueblo en masa es testigo de sus trances y al final de
aquellas misas largas que duraban casi tres horas en el rito mozárabe algunos
feligreses se acercan a tocar sus vestidos para llevarse a casa un trozo del
hábito, una hebra de su barba bermeja e hirsuta como reliquia. Una noche de
junio el valle resuena con el eco melancólico de los cantos de ronda y el
brillo lejano y seductor de las hogueras de san Juan, el aguerrido grito del
ijujú de la danza prima cerca de las quintanas. El Padre Lázaro vuelve a sentir
la llamada del siglo y sucumbe a la celada de la tentación. Se escapa de su
nido de oración y de penitencia en lo alto de san Illán de los Prados por una
cuerda y huye a favor de las sombras con la luna a las espaldas. La vida de un
peregrino es una huida hacia delante. Siente la llamada del deber. Tiene que
cumplir la penitencia impuesta por su abad. Le sonríe las estrellas como
lagrimas de cristal en la Vía Láctea. Ultreya. Ultreya. Le convoca la fuerza
del camino. Proaza con su torre quedó atrás y contempla Avilés reclinado en la
ría pero no se atreve a entrar. Escucha el sonido espectral de las Tablillas de
san Lázaro. Hay peste en el lugar. Siente las arremetidas de la fiebre, pasa la
barca de Muros de Nalón y al atardecer da vistas al Valle de las Luiñas que le
recibe con sus praderías y cuetos detrás del Monte de Santana, cruza el río
Uncín y llega al lazareto de Soto. Su estado de salud ha empeorado y es allí en
aquel hospital de pobres donde exhala el último suspiro después de haber recibido
la absolución de una abate francés también romero a la Ciudad del Apóstol. El
penitenciado no consigue cumplimentar su proyecto, pero Camón observa que lo
importante no es la meta. Es la vía lo de más. Los santos pueden alcanzar la
cima de la virtud heroica habiéndose quedado a medias, siendo unos perfectos
desconocidos. En definitiva se hace camino al andar.
X
Es una de las novelas psicológicas encastrada en una
trama que nunca decae bien escrito y mejor pergeñada que responde a un
conocimiento histórico de la vida de las ideas y de la sociedad visigótica
recién iniciada la Reconquista que casi entusiasma. Al profesor Camón se le
conocía como crítico, especialista en el Renacimiento pero su faceta de
novelista y de dramaturgo pasaron desapercibidas. Su cara era como la de un
pergamino y su estilo de hombre pacífico y modesto, aunque tuvimos entendido
que fue anarquista cuando la República, atraía como atrae un códice iluminado
porque era el espejo en el cual nos miraríamos de viejos, y es cierto porque al
contemplarme a mí mismo en el espejo veo que me parezco algo a mi maestro
cuando tenía mi edad. La vida me ha hecho rodar por sendas muy parecidas a las
del profesor de la Central. He seguido la ruta de los entusiasmos y la de los
libros hasta dar con mis huesos en una de las hondonadas paisajística mente más
sublimes de la península donde fue a morir Fray Lázaro el protagonista de
"En la cárcel des espíritu" ¡Qué cosas!. Aquí la tierra nos puede ser
más leve al cubrirnos con el manto de eternidad. Tan risueña perspectiva hará
seguramente llevadero el albergue porque es también las rutas que llevan a la
Luiñas lejanas donde yo quisiera descansar.
Siempre que paso por delante de la casona que se
encuentra a tiro de piedra de la tienda de Manolo Menéndez Vigo, contertuliano
de mis parrafadas y que no sólo me arregla los pinchazos de la rueda de mi
bicicleta sino que me da clases de bable, el que hablan en Muros, aunque Manolo
provenga de Lugo, y detrás de la de Eloína, otra buena mujer de aquel lugar entrañable,
siento la melancolía por aquel tiempo que se fue, por los libros que no se
leyeron o de los que apenas hablan pero que son importantes. Solía Camón viajar
a su rinconada de este lugar en el concejo de Cudillero con harta frecuencia.
Una vez lo vi en Oviedo haciendo tiempo para tomar el tren de Madrid acodado en
uno de los veladores de la Mallorquina. Parecía un dios vencido y un centinela
a punto de relevo en su garita del Café Peñalba, quizá recordaba a los muchos
que cayeron. Era un día de lluvia y llevaba puesto uno de aquellos impermeables
de plexiglás a la moda de los sesenta "pluma d´oro" anunciado por la
tele de los primeros tiempos por Torre Bruno dando voz a un personaje
característico que llamaban "Topo Giggio", con un gorro para la cabeza.
Tenía un aspecto de cansancio y le vi viejo ante una taza de café que se había
quedado frío. Acababa de enviudar y ya no había aquel entusiasmo en aquella
mirada de figura de arquivolta románica de los tiempos de la Facultad sino la
de un senescente abatido y sin curiosidad. Era por el verano del 77 aunque no
recuerdo muy bien la fecha exacta. Al poco tiempo murió el profesor Camón
Aznar. Quiero con este artículo honrar la memoria de uno de mis maestros. Fue
uno de esos intelectuales que habiendo nacido a esta vertiente del Pajares como
Claudio Sánchez Albornoz, Ferrandis, Menéndez y Pidal, Alarcos, Azorín o
Gustavo Bueno han sentido esa fascinación ineluctable que infunde Asturias
sobre los espíritus. Los amantes de la letras de los tiempos venideros tendrá
que hacer justicia a estos prohombres del pensamiento hoy olvidados o
ninguneados. Ellos abrieron brecha e iluminaron la paz del sendero.
CL ANIVERSARIO DE CHEJOV. RUSIA
ES EUROPA. TURQUÍA NO LO ES
Debe de haber una consigna o
plancha de las logias masónicas en el más puro estilo del secretismo de las
sectas para que toda información que parta de Rusia o a ella se refiera haya de
ser tratada negativamente (catástrofes, mafias del Este, derechos humanos,
gulags, Stalin, etc).
Es el agit prop que no cesa en el cual son
adalides y muy expertos los enemigos de aquel gran pueblo. En esta hora de
tinieblas empollan sus huevos en el nido oscuro de los fondos de reptiles los
hijos de la serpiente. Con arreglo a esa pauta se ha silenciado por todo alto
el 150 aniversario del nacimiento en enero de de 1860 de Antón Pavlovich Chejov, uno de los
escritores rusos que más influyó en el pensamiento europeo fin de siècle.
La tahona de Ipatiev
Le llaman el Shakespeare de
nuestros días. En sus dramas, en sus novelas, en sus cuentos magistrales
(porque a mi juicio hay sólo otro escritor europeo que pueda rivalizar con
Antón Pavlovich en la novela corta y es el asturiano Leopoldo Alas Clarín)
ofrece una misión esperanzada, satírica y bondadosa de los rusos poco antes que
sonaran los golpes lúgubres de los leñadores del jardín de los cerezos a punto
de ser vendido- predice la especulación inmobiliaria y la conversión de los
huertos amenos en solares para edificar viviendas o suburbios- y de que
estallara la revolución que sumiría a su patria en mares de sangre. Rusia entre
sonrisas, buenos modales, pamelas con gasas de organdí y eufónicos coloquios
entre bellas actrices y sus amantes o sus acreedores se preparaba para el
martirio. Aguardaban los días lúgubres de Tsarkoe Selo y la horrible matanza en
los sótanos de la tahona de Ipatiev de Nicolas II, La zarina Alexandra, el
zarevitch y las princesas a manos de un comisario judío Sverdlok de origen
lituano junto con el hungaro, Imre Nagi. Cuando suenan los hachazos del leñador
en el jardín de los cerezos es como si intuyésemos las detonaciones de los
disparos de aquel magnicidio.
Sin embargo, Chejov avistaba un hombre nuevo,
más comprensivo, menos fanático, pudoroso, amante del progreso que saliera de
las fauces del oscurantismo y del misoneísmo. A diferencia, por ejemplo de
Kafka, de Ibsen y de los pesimistas alemanes basados en Hegel o en Nietzsche,
Chejov cree en el amor. He aquí a un europeo, un ruso cosmopolita, vestido
elegantemente, que veraneaba en Yalta y ejercía la medicina en Moscú trabajando
a destajo tratando de compaginar los deberes para con su esposa legal, la
medicina, con sus devaneos con la literatura a la cual reputaba como su amante.
Se pasó la vida escribiendo para sacar adelante a su familia cuando la
literatura aun daba para vivir.
En esto coincide con Clarín que
fue su contemporáneo “la escritura no da para comer pero a veces sirve para
merendar”. Ambos, el español y el ruso, escribieron hasta la extenuación. El
primero para comprar caprichos a su mujer, Onofre, y el segundo para mantener a
una extensa familia de primos, tíos, parientes que haraganeaban por su
domicilio, huéspedes sempiternos.
Uno y otro perecieron de consunción y en su
estilo de garbo elegante y musical se parecen. ¡Ah esa musicalidad del
asturiano que se encuentra también en la prosa del ruso! Muchas de sus novelas
como “Historia de una anguila”, el impresionante “Monje Negro” o los dramas La
Gaviota, Las Tres Hermanas, o Tío Vania fluyen con la sonoridad y el concento
con que cualquier diacono en una aldea perdida entona los troparios a Jesús o
las Letanías de las vísperas del rito ortodoxo.
El padre de Antón Pavlovich, un
hombre religioso, fungía como sacristán en el templo de su parroquia moscovita
y el futuro escritor debió de quedar impresionado por la riqueza de aquella
liturgia cuajada de simbolismo, de casullas y dalmáticas recamadas de oro, el
ojo luminar de los iconos, pero también por el hastío del largo ceremonial de
misas que duraban dos horas.
Más tarde perdería la fe o al menos ésta se
enfría sin llegar al extremo de Tolstoi que quiso fundar de nuevo el
cristianismo. En conjunto puede decirse que la ortodoxia le marca al autor del
“Jardín de los Cerezos” y la libertad, la esperanza y el perdón de Cristo conforman
su pensamiento que no cae nunca en las extravagancias y el fanatismo.
Pocos escritores modernos frisaron tan alto ni
han sido tan preponderantes e influyentes en el pensamiento occidental, al
igual que Gogol, Dostoyevsky, Bulgakov o Krassnof, el Homero de la revolución
rusa. Ahora los nuevos europeos les niegan el pan y la sal.
Rusofobia
¿De donde ha manado tanto odio? ¿Quién es el
artífice de semejantes campañas rusófobas que huelen a puchero enfermo? Pues
han salido de donde siempre, de la aljama y el ghetto. Don Pedro Jota aljamiado
de Logroño lo alienta en las inmundas páginas de su periódico El Mundo y otros
órganos de la cuerda.
El judío sabido es que profesa un odio
africano contra Rusia a la que “casi” ha llegado a dominar a lo largo de diferentes
vicisitudes históricas pero falta ese “casi” y la patria de la resurrección al
fin sale triunfante como ocurrió en la guerra patria una guerra que no ganaron
los comisarios políticos sino los rusos cristianos que expulsaron de su
territorio al usurpador nazi. Sepan cuantos y oído al parche. España tierra de
conversos y donde el marranismo ahora está tan de moda, mucha gente tiene a
gala decir pestes mimetizando simiescamente a los ingleses y a los
norteamericanos que tienen a Rusia un odio a muerte, precisamente por eso
porque es fuerte, porque no se ha sometido al diktat del Oeste.
Reír y llorar
Admirador del arte de Chejov y lector de sus
obras desde mi adolescencia –con la huelga de los domingos que me daban en casa
fui adquiriendo textos de los autores rusos en la Austral y en la colección
Prometeo- se echa en él de ver una cosa: que el contenido no pierde al verterlo
a otros idiomas. En inglés, en español, en francés, en alemán y en ruso
conserva todo el acervo de melancólica ternura, de humorística resignación.
Este moscovita tiene duende y un
extraño estro profético; recuerdo que una vez iba leyendo en el metro Historia
de Mi Vida y se me caían las lagrimas y una piadosa mujer sentada en el banco
frontero me dijo por qué lloras joven si la vida es tan bonita y estuve por
decirle “por nada, señora, es que en este libro veo lo que va a ser mi
porvenir, fracaso total, pero tanto el éxito o el fracaso son varemos
relativos, todo depende del prisma que se mire”.
Sin embargo, callé y cerré el tomo. Antón Chejov no ha sido solamente para mí un
escritor cuya lectura me anima a ser mejor sino que también auguró cual sería
la senda de mi destino. La profecía se adhibe al arte como la uña a la carne.
Este libro lo perdí la noche más trágica de mi vida y las obras completas en
piel traducidas por Cansinos las leía yo en el banco del paritorio londinense
donde vino al mundo mi primera hija.
Es como un talismán
Chejov siempre estuvo conmigo en
los momentos alegres y en los más difíciles. Cuando me bloqueo en alguna
novela, o mi estilo presiento que descarrila o se va a la empinada, como un
caballo desbocado, abro al azar cualquiera de mis textos, desaparece el tarazón
creativo, y se disuelve mi furia en el vaso como un azucarcillo. Él es como un
talismán. Habita en mi alma y yo moro en su obra.
En el Aldwich londinense años 70 y en otros
teatros del West End se reponían sus obras continuamente sobre todo la Gaviota
(Ptitsa) y Uncle Vania. Sir Alec Guinness en una entrevista me confesaría a
bocajarro:
- Los ingleses
tenemos a Shakespeare pero carecemos de un Chejov y esa maravillosa lengua rusa
tan eufónica y tan plena de recursos teatrales. El inglés, según el celebérrimo
actor, no llega a los límites de naturalidad y capacidad de improvisación que
es una de las armas secretas de la lengua de Pushkin.
Dicho esto y con todos mis
respetos para con los turcos, el imperio otomano ha sido el antagonista de
estos valores que preconizaban Dostoyevsky, Leibniz, Cervantes, Quevedo, Dumas,
Swift, Chaucer, etc. No conozco más que algún tratado de navegación y de
astronomía. Quizás tengan matemáticos y científicos, muy ardidos porque
descienden de fenicios para el comercio, pero como artistas son poco
reconocidos Los turcos han tenido buenos geometras, algún poeta, pero en
literatura qué quieren que les diga; constituye un pueblo practico y guerrero.
¿Son europeos? Que se lo digan a los búlgaros, a los rumanos, a los servios, a
los croatas, a los vieneses, a los alemanes hostigados por sus mamelucos y
jenízaros a lo largo de su historia, o al poeta zamorano que perdió la vida en
el cerco de Viena o al propio Cervantes. Estas son lentejas.
La historia no la inventado una cucaracha
alemana con frenillo ni se la puede sacar ZP de los bolsillos, por muy
voluntarioso que sea y aplicado, cada loco con su chifla, en lo de la alianza
de las civilizaciones, ni tampoco el cristianismo puede ser una renegada oenege
ni una casa de acogida como pretenden los curas vaticanistas sino que es algo
que está ahí y que lleva funcionando muchos años. Hechos inamovibles a los que
muchos quieren dar la vuelta o miran para otro lado.
Juntos pero no revueltos
El judaísmo es una cosa, el
Islam, otra y el cristianismo, otra, ¿pero esto cómo se lo explico yo al cura
de mi barrio que el hombre es muy corto de luces? Anda el hombre azacaneado con
los cepillos de Haití que quisió si llegaran a los pobres damnificados del
terremoto y no se los guarda antes algún desaprensivo, pues las catástrofes son
una excusa para hacer negocio, o enseñar garra como está haciendo Obama que ha
enviado a la sexta flota pretextando ayuda a los negritos haitianos los pobres
tan lejos de dios y tan debajo de la bota del Tío Sam.
Juntos pero no revueltos,
reverendo, porque la función de la iglesia es espiritual no material y por ese
camino se va todo al carajo.
Pero la vais a cerrar vosotros, cabrones,
empeñados en llevarle la contraria a Jesucristo que dijo que es eterna y que
las fuerzas del infierno no prevalecerán contra ella. Pues vaya sí prevalecen.
Nostradamus predice cosas terribles para el 2010
Están en Roma y dicen que el anticristito vive
en Madrid, en un palacio y que ciñe corona en la frente, se sienta en un trono
sobre el cual pronto caerá la guillotina de la muerte y el papa habrá de buir
del Vaticano. Nostradamus, hecha la oportuna reserva de que los quiromantes se
equivoquen, es bastante fuerte con respecto a este año del 2010.
Pronostica la expulsión o la
muerte de Benito y que van a cortarle la cabeza al usurpador que viste la
púrpura de la realeza. Pues si el usurpador es el que yo pienso el anticristo
es la vera efigie de un rey bobo. También dicen que malo y muy malo es. Por ese
cabo no marra Nostradamus.
Obras de autores de aquel país que me hayan
impresionado no conozco ninguna si no es por la celebérrima “Pasión Turca”falsa
moneda del turismo licencioso de ciertas españolas que se dicen liberadas pero
que son algo paletas y un poco putas, y se largan a Constantinopla a echar una
canita al aire. Está escrita por el ex
falangista, y aljamiado tornadizo cordobés Antonio Gala.
Como abogado de la inclusión de Estambul en la
CE, dejando fuera a Rusia, Moratinos vuelve a cometer otro desatino. Pero ese hombre al que sólo le falta la
tralla y el blusón para ser alguno de aquellos trilleros cantalejanos con
visera negra y por rostro una hogaza de pan, que recorrían mi provincia y de
los que no había que fiarse un pelo porque si no andabas listo te engañaban en
los tratos, no ha hecho otra cosa que meter la gamba y destruir.
Pasión turca
Le han dicho los judíos que se admita al Turco
en Europa y Moratinos que parece más bien un monosabio de la Trilateral que un
ministro de España le ha abierto el portillo al sucesor de Alí Pachá. Rusia la
Rusia cristiana, la fuente espiritual y
material del Oeste, donde están todas las materias primas como el gas,
las reservas de trigo, los bosques siberianos, los minerales, los saltos de
agua, que transformarían a la Comunidad Europea en una fuerza política y
económica y no una cuadrilla de mercachifles a merced de lo que diga EE.UU según las trazas no tiene derecho a entrar en
el club. Algo huele a podrido en Dinamarca.
domingo, 31 de enero de 2010
LA LAURA
DE KIEV
Kiev
es ciudad santa, uno de los santos lugares de cristianismo junto a Jerusalén,
Compostela, el Monte Athos, Capadocia. Me acuerdo de la visita que giramos un
grupo de turistas ingleses en el año 73. En Pecherskoi está la montaña mágica
donde pueden contemplarse momias algunas incorruptas de antiguos monjes, los
encuevados. Los cuerpos aparecen acurrucados en vanos de la roca. Algunos
pasaron la vida de rodillas y no podían erguirse a causa de la estrechez de la
cueva. Otros no se sentaban, pasaron la vida de pie. Oración de quietud y de
silencio como Simón Estilita, san Antón, san Sabas, Andrés el Cretense, Juan
damasceno, Hilarión.
Pecherskoi
forma parte de las tebaidas sagradas que se irradiaron desde Siria y Asia Menor
hasta Grecia y los balcanes. La idea cenobita es la búsqueda de la perfección
siguiendo la máxima de la cristología de ser perfectos como perfecto es el
Padre que está en los cielos y se encuentra en la soledad y el silencio de las
montañas como el monte Sinaí y el monte Cedrón, en Salonica o Capadocia. Orate et vigilate. Oración constante.
Día y noche. Hesicasmo. El nombre de Dios siempre en los labios. No nos dejes
caer en tentación Repetición continuada de una jaculatoria: el kirieleison,
señor ten piedad.
Kiev
la santa en el corazón mismo de la santa Rusia me impresionó. La accésit o
ascensión de la cumbre de los perfectos requiere el asesoramiento de un guía o
monitor en oración. Un staretz: el
monje que nos enseñó las cuevas de Pecherskoi.
Era un
hombre alto con unas barbas patriarcales nieladas de plata, relativamente joven
y con esa voz melodiosa que sólo se encuentra en Rusia, hablas que parecen
flautas, el pelo largo y recogido en un moñote y un icono de la Virgen María
colgándole del pecho: panagia.
Maestro de novicios. Le llamaban sus educandos staretz y batiosca: padrecito. El coro ¡cómo cantaba himnos
apasionados mientras los ángeles parecían pasearse por la bóveda, madre mía!
Aquellas voces parecían lenguas de fuego que fueran a incendiar el mundo
El
staretz nos contó la parábola de mostaza e hizo una profecía. La gran catedral
de Santa Sofía de Kiev aparecía casi vacía pero el padre Zosimo dijo que algún
día se volverá a llenar
-Nuestra
fe es indestructible.
¿Será
verdad?
Quedé
pasmado ante la seguridad de aquellas palabras y la profundidad de la mirada
del staretz. Eran ojos humanos los del padre Zosimo pero había en ellos un halo
divino, algo que no pertenecía a la tierra
BULGAKOV
Bulgakov
la guardia blanca.
Por
las páginas de la "Belaia
Kvard" galopan los caballos del Apocalipsis abierto el séptimo sello
confluyendo dos planos el ideal y el real el pretérito y lo porvenir en una
gavilla de grandes frases fulminantes palabras. He aquí otro ucranio profético.
1918 año terrible grandes hambres en Ucrania guerra civil el fantasma de la
hambruna en lagunas aldeas los mujiks
se comían las cortezas de sus abarcas de abedul y de antropofagia se dieron
casos. Miguel Bulgakov era un ruso blanco hijo de un pope. Su escritura fue
admirada por stalin. Los judíos conspiradores querían mandarle a Siberia y
había muchos de ellos en el politburó. Fue un meteco un exilado interior en el
país de los soviets, habida cuenta de sus orígenes cristianos determinaron
acaso la persecución de que fue objeto después de haber escrito "el
maestro y margarita" y después de ser el autor que más obras tenía en
cartel en Petersburgo años 30. Botas
altas a la moda gorros aplastados pasan los cadetes de ingenieros... las
sandias no pueden asarse con jabón▬el absurdo forma parte de nuestra reealidad▬
que vencieron los norteamericanos y no es posible sentarse sobre un erizo.
Bulgakov el nuevo Gogol que siendo ucranio hasta las cachas escribía en ruso
hace en esta novela enigmática un canto al mundo que desaparecida a los húsares
elegantes dolman cruzado al pecho de
terciopelo y una pluma en el ros para romper los corazones de las damiselas. La
guardia blanca estaba integrada por la crema de la crema de la aristocracia
militar el regimiento Preobrazhenski. El hetman
se monta al caballo desenfunda el sable y Grita a su sentnia hurra muchachos. Mijail Bulgakov revive las experiencias de
su infancia dorada en Kiev la santa. Su familia vivía en la bajada de la bajada
de Aleseyeski pretendiendo ocultarse tras los vivillos de su santuario. Desde
el jardín se ven las cúpulas doradas de la catedral de santa Sofía. Esta novela
me hizo revivir el dolor que sentí desde mi amor a Rusia y a Ucrania no entendí
los postulados de la revolución naranja ¿Soros metió allá la zarpa en el
granero de Europa las tierras negras Ucrania siempre tuvo un problema con el
semitismo? el tercer ángel derramó la copa sobre los ríos y sobre las fuentes y
se convirtieron en sangre. Viva Rusia, viva la autocracia me enamore el de mayo
de 1918 pero ella no me quiso yo era gordo y feo. Los alemanes eran cobarde y
apoyaban al forajido Petliura. La guerra primera guerra mundial trajo a Ucrania
los piojos el hambre y la blenorragia. Miguel Bulgakov pasaba consulta a los
enfermos de sífilis de Moscú enfermedad que él contrajo dios sabe donde y de la
que él murió ya cocainómano. Los grandes genios de la literatura rusa y puede
que la universal fueron desdichados. Todo pasa pero le tocó ver la caída del
zarismo anegado en un mar de supercherías y de corrupción... llegaban los
periodistas de Moscú gente venal ávida y cobarde. Cocotas. Honorables damas de
aristocrático apellido y jóvenes pederastas pasivos (bardajes y buharro el
que). Llegaban príncipes del tres al cuarto poetas y prestamistas gendarmes y
actrices de teatros imperiales que se movían alarmados por el futuro eléctrico
de la humanidad. Es rotundo y profético Bulgakov. Su táctica es la repetición y el salto de
página como los troparios del canto diaconal bizantino. Saca la mano a pesar
para arremeter contra la insensatez y cursilería de sus contemporáneos y abre
los fuelles bajos de su voz de chantre para cantar las verdades del barquero.
Un judío predicaba junto a la iglesia de san Vladimiro la revolución y entonces
entraron los bandidos en alabanza y yo me fui. Esta es la visión cínica y
lírica de un testigo presencial de la revolución de octubre que volvió a revivirse
casi un siglo después en la revolución naranja en Kiev la santa. Como buen
ucraniano es Bulgakov muy hábil con las palabras que esgrime en su doble
interpretación semántica de las dos grandes lenguas eslavas. Fue para mí un
maestro desde que leí la guardia blanca traducida por el hermano de Lain
Entralgo. Se adelantó a Kafka. Novela moderna a gran escala.
CHEJOV Y EL GRAN AYUNO DE LAS FIESTA DE LA
DURMICIÓN
A mediados de agosto la campiña rusa huele a
manzanas (iabloki) y los rusos se preparan para celebrar las fiestas de
la recolección que coinciden con el gran día de la Virgen el 15 de Agosto (Uspeñie
o dormición que es como ellos denominan a la Santa Asunta) al que antecede el
gran ayuno del verano. Leo a Antón Chejov en una de sus novelas cortas "Campesinos" efectúa un
retrato de la Rusia rural poco antes de la revolución, es tiempo de pescar
mújoles y de recoger manzanas. se escucha, alegre, el canto de los mujiks. Al
lado del ideal religioso magnifico de la iglesia de cinco cúpulas se proyecta
un caleidoscopio menos amable sobre las condiciones de vida en que viven los
koliaks. hay dos planos el de la naturaleza virginal y el de la vida humana con
sus sobresaltos:
"Nikolai
y Olga contemplaban la puesta del sol, cuyos fulgores
de oro y púrpura se reflejaban en el agua, en
las ventanas de la iglesia, en el cielo, en el aire sereno y puro... ya puesto el sol, el rebaño pasó mugiendo, pasaron las manadas de ocas... la
suave luz crepuscular se extinguía en
el aire; descendía lenta la noche"
El realismo bucólico del genio que describe
majestuosamente la naturaleza se contrasta con las cabriolas de un estro
imaginativo que se asoma a las páginas de esta novela donde todo es triste y a
la vez alegre, divino y diabólico, sórdido y esplendente como un coro de
querubines cantando entre las nubes (esto es Rusia) cristiano y a la vez
pagano... En la iglesia mora el Señor. La gente alumbra con velas y
lámparas, rojas, azules, verdes como los ojos. El Señor se pasea por la noche
por la iglesia y la Virgen y san Nicolás van detrás de él... tup... tup... tup
y el sacristán tiene miedo, mucho miedo... sí, paloma... y cuando venga el fin
del mundo todas las iglesias volarán al cielo... ¿con las campanas? con las
campanas, sí, paloma.
Realismo mágico diríase es lo que evocan estos
párrafos de un cuento en que plantean un problema teológico de categoría como
es el hecho de que las fiestas sagradas arrastren como una lacra concomitante
de borracheras, comilonas, estupros. Ya el gran poeta francés Francisco Villon
lo denota en sus cuartetas al narrar un crimen cuando se celebraba la fiesta
del Corpus en Paris. Los templos del espíritus santo regenerados por los
sacramentos se convierten en peplas aherrojados bajo las garras de la sordidez,
la pobreza, la esclavitud de las pasiones y del alcohol. Chejov hace
autocritica pero no convendría cargar las tintas contra la religión de Jesús.
Todo esto es achacable a las carencias de la condición humana: los judíos a lo
mejor no se emborrachan pero fomentan el odio y la usura, el engaño hasta tal
punto que su soberbia aterra. Los musulmanes son fanáticos, derramadores de
sangre, y creen que la fe del profeta se impondrá mediante la espada. Ante eso
el panorama que describe el maestro ruso de Jukov una aldea perdida en
la estepa rezuma ternura y misericordia hacia estas pobres gentes creyentes y a
la vez pecadores que invocan a la Vivificante, y no cesan de suspirar
ante el icono y de invocar protección ante la madrecita contra la esclavitud,
la miseria, el vodka. Todos tienen miedo al más allá y viven acurrucados junto
al samovar. El autor, dibujante de la condición humana, ofrece muchas preguntas
pero no tiene respuestas y eso es lo que le vuelve magnificado y
extraordinariamente humano. Sólo el cristianismo ha demostrado a lo largo de la
historia su capacidad de autocritica. Se recuerda que nuestra ley nos exige
devolver bien por mal y volver la otra mejilla cuando te dan una bofetada
Chejov los campesinos
Ha pasado santa clara y los ardores de san
lorenzo tiempo de verano agosto hermoso y peligroso sandalias franciscanas
andares lentos bajo el sol de las dos mochas publicar o no publicar that is the
question mejor no los libros me los como el amo de la vara hace estallar su
látigo enfrascándose en contiendas tremendas historias de cadáveres negros que
vienen y nos apalean cataluña un nuevo estado musulmán los mamones amenazan por
Gibraltar y llega la escuadra londres ha vuelto a utilizar la retorica de
siempre la de las cañoneras cierra el convento de los franciscanos de avilés se
murió el ultimo fraile termina una historia que comenzó con enrique el
emplazado uno de los trastamaras estos veranos nada tienen que ver con aquellos
de mi adolescencia cuando me pusieron de pantalón largo huyo hacia mis
interioridades porque nada es lo que parece y nada es lo que es lo mejor
refugiarse en Chejov para encontrarme con la majestad de la liturgia griega el
tedio de las vidas pocos complacientes aquí una institutriz que es expulsada de
la casa donde servía por robar un broche que había sustituido por el
paterfamilias un hombrecillo acogotado que tenía el vicio de la bebida la pobre
muchacha que convive con un estudiante de medicina y la abandona se escuchan
las toses del cuarto numero seis alguien quiere volviendo sobre sus paso perdidos
regresar al hogar pero encuentra la casa solariega cubierta de muerdago las
cerraduras enrobinadas por el orín del jardín delantero se muestra cubierto de
lampazos la galería del portal aparece desalmenada como la dentadura de una
vieja le faltan tres o cuatro estipites el hórreo se vino abajo y hay que
rescatar las lanchas de los piraguistas que se encuentran sepultados bajo los
artos. Mientras te afanas por abrir una casa cerrada desde hace siglo la Roxia
te observa y el delincuente que se ha hecho rico con el contrabando de la droga
se encuentra oculto tras la persiana del mirabel observándote mientras tu
siegas la hierba y te afanas por recoger algunos limones del viejo limonero que
se encuentra semiseco aquí están encerradas viejas vivencias la infancia de mis
hijos aquellas vacaciones aquellos veranos con sabor a mar perfume del ocle y
de la hoja del tabaco la artesa medieval que se disolvió en polvo el espejo con
la foto de una muchacha en flor y de un segador de guadaña un san antonio y una
virgen del henar.
Bien este es Chejov la pluma que se rebela contra la
monotonía contra esa taifa de bribones que aparece sobre el
horizonte, esa cuadrilla de salteadores que son las pasiones, y se hizo con el
poder el niño que llora la mujer que se echa un amante el marido despechado que
se suicida los golpes secos que pega el leñador van a vender el jardín de los
cerezos alguien comete un asesinato la bella Elena se enamora de su acreedor
una mujer es sí cuando dice no vas y vienes a Madrid los mismos rostros idénticos
gestos de cansancio a la puerta de un bar te roban la bici eres un difunto de
taberna pero yo me cisco en ellos no los soporto cuando sus pulpitos son
altavoces de la destrucción que viene y parlamentan los muy sañudos sobre el dia de la ira el dies
irae querrás decir eso es tener muy poca imaginación. Madrid bien puede ser el
Petersburgo prerrevolucionario donde Antón Chejov plasma la falta de
sensibilidad e impotencia de una sociedad a punto de recibir el finiquito ante
lo inexorable pero su prosa infunde resignación dejando la cólera y la rabia
colgadas en el paragüero el aire de un crimen para los novelistas de la gran
manzana o los espías de Supraba que andan a todas horas barriendo la red ya
trillaron la parva ahora es cuestión de largar el bieldo y aventar el cereal
¿me quieres, irina Petrovna? Mucho no te imaginas cuanto te amo, Genadio
Silvinovich ya ha muerto Gertrudis la mendiga de kursk hicieronla un gran
funeral licuó la sangre de san pantaleimón y han llegado al mundo promesas
venerandas armaba escándalos la vapuleaba. Tu te fastidias junto a tu marido,
Fekla, pero la sagrada escritura dice que si te sacuden pon la otra mejilla no
estarás de burla verdad. Es terrible por el río nadaban los mújales, los
negocios se han echado a perder y ahora está tan cansado había veranos en que
se sacaba diez rublos y ahora nada fíjate gastar sólo gastar sólo ellos pueden
comprar y vender para mí la banca arriba el bote se me ha rasgado el borsalino
tú tiras las piedras a machote y yo a sobaquillo tarde de agosto se te fueron
los furores con la resaca echaste al diablo arrojaste los malos pensamientos a
las tinieblas exteriores mientras lees al más aristócrata de los escritores
rusos limpio de cuerpo y alma irónico y tierno a la vez aunque no sé que actitud
tomaría frente a esta oclocracia y como serían sus cuentos bajo la plebeyez del
nuevo orden que poco tiene que ver con esa sala numero seis, cristiana, donde
tosen sus enfermos del pecho. Estarán tuberculosos pero es una tuberculosis que
tiene que ver poco con la sañuda protervia de la bestia y de la masonería que
oficia su ritual solemne en maguitos. Antón Chejov era un aristócrata de la
prosa. Nos consuela releer al maestro cuando nos ahoga la falta de libertad, la acedía, la sumisión
al yugo tecnócrata de estos instantes. Puede que seamos víctimas de falsas
expectativa porque al final de todo lo humano aguarda la muerte y la decepción.
Un 90 por ciento de nuestra vida son instantes de aburrimiento. El letargo de
lo anodino vence a la euforia mas no por eso habrá que quemar las naves ni
romper los moldes; simplemente seguir la tradición. Sus cuentos, así me parece
a mí, poseen como un cierto encanto litúrgico como si Antón se revistiera la
estola cruzada y oficiase una rogativas a la manera tradicional del canto
diaconal de las letanías en el oficio litúrgico de san Juan Crisóstomo. Señor,
apiádate de nos, muestra tu misericordia y no tu ira sobre la bola del mundo.
Regreso a “Historia de una anguila” y me veo retratado en aquello foto del niño
rubito vestido de marinero cuando nos dieron las casas de Valdevilla. Aparezco
junto a mi padre mi madre y el general tomé apretando yo la barandilla de
ladrillos de sardinel que guardé en el libro. En aquel jardín papá plantaría un
rosal y dos piescales. Yo era un niño inocente que no comprendía nada
deslumbrado por el sol de Segovia y la gorra de plato del coronel. Luego la historia
de una anguila publicada en la colección austral sería el libro con que
entretuve mi espera ante el juez donde fui llevado por escándalo publico, la
llamé puta, me desahogué. Se perdería en la comisaría. Había venido yo a
casarme y la moza me dijo que no, fui detenido a punta de pistola oir un
policía que estudio conmigo filosofía y letras. Pero no quiero hablar más de
aquella noche fatídica. Otro libro de Chejov sus obras completas encuadernadas
en piel se perderían de la mima manera en el paritorio del hospital de la
princesa Beatriz donde nació mi primera hija. De modo que puedo decir que el
autor ruso se encuentra plenamente integrado a mi vida en lo que guarda de
casualidad, de absurdo o de veleidades imponderables del destino. Vete tú a
cantarle los blues a aquellas mujeres que un día te quisieron y te
dejaron de querer o no te quisieron nunca porque todo fue un fallo de la fatalidad.
Aquel primer amor bien pudiera haber acabado en tragedia, a no ser por la
intervención del ángel fuerte que me gobierna. Los besos que soñabas los
momentos radiantes de felicidad los veo ahora convertidos en humo. Ah, san
antonio de Padua valedor de este pecador. Estaban las sandalias del mujik
cubiertos de barro. Eran las trapisondas de los siervos de la gleba. Las falsas
promesa de las mujeres. Las esperanzas y lo sueños que se colaron por la
atarjea del vodka. Yo estaba tan tranquila en mi casa. Tú me pegaste al volver
de la taberna. ¿Me quieres Afasia Argimirovna? Más te querría si no me mirases
con esos ojos diferentes a los de entonces y ese rostro que despliega una gran
nariz. Tengo una jaqueca terrible a causa de la borrachera de la víspera. Mañana
es la fiesta de la Durmición. Las campanas repican a gloria pero hay mucho
duelo en mi corazón. Me sube la tensión, me vocea, es como una yegua que
descarga coces en mi trasero, me crispa y me sube la tensión a 17-10. he de
controlarme para no golpearla. Ay de ti si sacas la mano a pasear. Son dos años
en la trena. Dominarme me cuesta dios y ayuda y mis dineros pero no te
preocupes cuando venga el fin del mundo todas las iglesias del mundo catedrales
oratorios, ermitas y capillas y hasta el templo de salomón volarán al cielo. En
1937 por estas fechas los buitres circunvolaban los cultivos de Brunete. Fue el
año del horror. Las aranzadas mostraban las panzas abiertas de los cadáveres de
los mulos. Los campos estaban sembrados de cadáveres. La aviación había
arrasado con sus bombas los trigales. Pegaron fuego a las encinas y el
chasquido de las ascuas tuvo aquel verano un cierto parecido con el golpear de
la lluvia mansa sobre el canalón. En conmemoración de aquellos muertos a los
que todos olvidan yo me fui de vareta difunto de taberna. Me cagué sobre las retamas del
olvido. Antón Chejov, ay dios mío, no sé para que valiere la literatura. ¿Sólo
remesas de papel para limpiarse el culo? Puedo decir que en el día de la Durmición
me cagué en los adoradores de Belial en los masones del mandil que ofician sus
abracadabras con capa pluvial y manguito y hacen por la tele y por la radio los
conjuros del anticristo
Chejov los campesinos
Ha pasado santa clara y los ardores de san
lorenzo tiempo de verano agosto hermoso y peligroso sandalias franciscanas
andares lentos bajo el sol de las dos mochas publicar o no publicar that is the
question mejor no los libros me los como el amo de la vara hace estallar su
látigo enfrascándose en contiendas tremendas historias de cadáveres negros que
vienen y nos apalean cataluña un nuevo estado musulmán los mamones amenazan por
Gibraltar y llega la escuadra londres ha vuelto a utilizar la retorica de
siempre la de las cañoneras cierra el convento de los franciscanos de avilés se
murió el ultimo fraile termina una historia que comenzó con enrique el
emplazado uno de los trastamaras estos veranos nada tienen que ver con aquellos
de mi adolescencia cuando me pusieron de pantalón largo huyo hacia mis
interioridades porque nada es lo que parece y nada es lo que es lo mejor
refugiarse en Chejov para encontrarme con la majestad de la liturgia griega el
tedio de las vidas pocos complacientes aquí una institutriz que es expulsada de
la casa donde servía por robar un broche que había sustituido por el
paterfamilias un hombrecillo acogotado que tenía el vicio de la bebida la pobre
muchacha que convive con un estudiante de medicina y la abandona se escuchan
las toses del cuarto numero seis alguien quiere volviendo sobre sus paso
perdidos regresar al hogar pero encuentra la casa solariega cubierta de
muerdago las cerraduras enrobinadas por el orín del jardín delantero se muestra
cubierto de lampazos la galería del portal aparece desalmenada como la
dentadura de una vieja le faltan tres o cuatro estipites el hórreo se vino
abajo y hay que rescatar las lanchas de los piraguistas que se encuentran
sepultados bajo los artos. Mientras te afanas por abrir una casa cerrada desde
hace siglo la Roxia te observa y el delincuente que se ha hecho rico con el contrabando
de la droga se encuentra oculto tras la persiana del mirabel observándote
mientras tu siegas la hierba y te afanas por recoger algunos limones del viejo
limonero que se encuentra semiseco aquí están encerradas viejas vivencias la
infancia de mis hijos aquellas vacaciones aquellos veranos con sabor a mar
perfume del ocle y de la hoja del tabaco la artesa medieval que se disolvió en
polvo el espejo con la foto de una muchacha en flor y de un segador de guadaña
un san antonio y una virgen del henar.
Bien este es Chejov la pluma que se rebela contra la
monotonía contra esa taifa de bribones que aparece sobre el
horizonte, esa cuadrilla de salteadores que son las pasiones, y se hizo con el
poder el niño que llora la mujer que se echa un amante el marido despechado que
se suicida los golpes secos que pega el leñador van a vender el jardín de los
cerezos alguien comete un asesinato la bella Elena se enamora de su acreedor
una mujer es sí cuando dice no vas y vienes a Madrid los mismos rostros
idénticos gestos de cansancio a la puerta de un bar te roban la bici eres un
difunto de taberna pero yo me cisco en ellos no los soporto cuando sus pulpitos
son altavoces de la destrucción que viene y parlamentan los muy sañudos sobre el dia de la ira el
dies irae querrás decir eso es tener muy poca imaginación. Madrid bien puede
ser el Petersburgo prerrevolucionario donde Antón Chejov plasma la falta de
sensibilidad e impotencia de una sociedad a punto de recibir el finiquito ante
lo inexorable pero su prosa infunde resignación dejando la cólera y la rabia
colgadas en el paragüero el aire de un crimen para los novelistas de la gran
manzana o los espías de Supraba que andan a todas horas barriendo la red ya
trillaron la parva ahora es cuestión de largar el bieldo y aventar el cereal
¿me quieres, irina Petrovna? Mucho no te imaginas cuanto te amo, Genadio
Silvinovich ya ha muerto Gertrudis la mendiga de kursk hicieronla un gran
funeral licuó la sangre de san pantaleimón y han llegado al mundo promesas
venerandas armaba escándalos la vapuleaba. Tu te fastidias junto a tu marido,
Fekla, pero la sagrada escritura dice que si te sacuden pon la otra mejilla no
estarás de burla verdad. Es terrible por el río nadaban los mújales, los
negocios se han echado a perder y ahora está tan cansado había veranos en que
se sacaba diez rublos y ahora nada fíjate gastar sólo gastar sólo ellos pueden
comprar y vender para mí la banca arriba el bote se me ha rasgado el borsalino
tú tiras las piedras a machote y yo a sobaquillo tarde de agosto se te fueron
los furores con la resaca echaste al diablo arrojaste los malos pensamientos a
las tinieblas exteriores mientras lees al más aristócrata de los escritores
rusos limpio de cuerpo y alma irónico y tierno a la vez aunque no sé que
actitud tomaría frente a esta oclocracia y como serían sus cuentos bajo la
plebeyez del nuevo orden que poco tiene que ver con esa sala numero seis,
cristiana, donde tosen sus enfermos del pecho. Estarán tuberculosos pero es una
tuberculosis que tiene que ver poco con la sañuda protervia de la bestia y de
la masonería que oficia su ritual solemne en maguitos. Antón Chejov era un
aristócrata de la prosa. Nos consuela releer al maestro cuando nos ahoga la falta de libertad, la acedía, la sumisión
al yugo tecnócrata de estos instantes. Puede que seamos víctimas de falsas
expectativa porque al final de todo lo humano aguarda la muerte y la decepción.
Un 90 por ciento de nuestra vida son instantes de aburrimiento. El letargo de
lo anodino vence a la euforia mas no por eso habrá que quemar las naves ni
romper los moldes; simplemente seguir la tradición. Sus cuentos, así me parece
a mí, poseen como un cierto encanto litúrgico como si Antón se revistiera la
estola cruzada y oficiase una rogativas a la manera tradicional del canto
diaconal de las letanías en el oficio litúrgico de san Juan Crisóstomo. Señor,
apiádate de nos, muestra tu misericordia y no tu ira sobre la bola del mundo.
Regreso a “Historia de una anguila” y me veo retratado en aquello foto del niño
rubito vestido de marinero cuando nos dieron las casas de Valdevilla. Aparezco
junto a mi padre mi madre y el general tomé apretando yo la barandilla de
ladrillos de sardinel que guardé en el libro. En aquel jardín papá plantaría un
rosal y dos piescales. Yo era un niño inocente que no comprendía nada
deslumbrado por el sol de Segovia y la gorra de plato del coronel. Luego la historia
de una anguila publicada en la colección austral sería el libro con que
entretuve mi espera ante el juez donde fui llevado por escándalo publico, la
llamé puta, me desahogué. Se perdería en la comisaría. Había venido yo a
casarme y la moza me dijo que no, fui detenido a punta de pistola oir un
policía que estudio conmigo filosofía y letras. Pero no quiero hablar más de
aquella noche fatídica. Otro libro de Chejov sus obras completas encuadernadas
en piel se perderían de la mima manera en el paritorio del hospital de la
princesa Beatriz donde nació mi primera hija. De modo que puedo decir que el
autor ruso se encuentra plenamente integrado a mi vida en lo que guarda de
casualidad, de absurdo o de veleidades imponderables del destino. Vete tú a
cantarle los blues a aquellas mujeres que un día te quisieron y te
dejaron de querer o no te quisieron nunca porque todo fue un fallo de la
fatalidad. Aquel primer amor bien pudiera haber acabado en tragedia, a no ser
por la intervención del ángel fuerte que me gobierna. Los besos que soñabas los
momentos radiantes de felicidad los veo ahora convertidos en humo. Ah, san
antonio de Padua valedor de este pecador. Estaban las sandalias del mujik
cubiertos de barro. Eran las trapisondas de los siervos de la gleba. Las falsas
promesa de las mujeres. Las esperanzas y lo sueños que se colaron por la
atarjea del vodka. Yo estaba tan tranquila en mi casa. Tú me pegaste al volver
de la taberna. ¿Me quieres Afasia Argimirovna? Más te querría si no me mirases
con esos ojos diferentes a los de entonces y ese rostro que despliega una gran
nariz. Tengo una jaqueca terrible a causa de la borrachera de la víspera.
Mañana es la fiesta de la Durmición. Las campanas repican a gloria pero hay
mucho duelo en mi corazón. Me sube la tensión, me vocea, es como una yegua que
descarga coces en mi trasero, me crispa y me sube la tensión a 17-10. he de
controlarme para no golpearla. Ay de ti si sacas la mano a pasear. Son dos años
en la trena. Dominarme me cuesta dios y ayuda y mis dineros pero no te
preocupes cuando venga el fin del mundo todas las iglesias del mundo catedrales
oratorios, ermitas y capillas y hasta el templo de salomón volarán al cielo. En
1937 por estas fechas los buitres circunvolaban los cultivos de Brunete. Fue el
año del horror. Las aranzadas mostraban las panzas abiertas de los cadáveres de
los mulos. Los campos estaban sembrados de cadáveres. La aviación había arrasado
con sus bombas los trigales. Pegaron fuego a las encinas y el chasquido de las
ascuas tuvo aquel verano un cierto parecido con el golpear de la lluvia mansa
sobre el canalón. En conmemoración de aquellos muertos a los que todos olvidan
yo me fui de vareta difunto de taberna.
Me cagué sobre las retamas del olvido. Antón Chejov, ay dios mío, no sé para
que valiere la literatura. ¿Sólo remesas de papel para limpiarse el culo? Puedo
decir que en el día de la Durmición me cagué en los adoradores de Belial en los
masones del mandil que ofician sus abracadabras con capa pluvial y manguito y
hacen por la tele y por la radio los conjuros del anticristo
lutero
500 años
I LOVE & HATE LUTERO
Puso a la iglesia patas arriba biblia que te crió nada
de imágenes prohibido el incienso trajo a Europa a los iconoclastas se mofó
justamente de las indulgencias bulas y misas de réquiem para comprar el cielo.
Desenmascaró la lascivia de la corte papal. Roma putana pero sacó al demonio
del infierno embarcándonos en la guerra de religión que hoy renacen.
Era fraile y era alemán.
Creo que alemán antes que fraile que moldeó la
conciencia de un país en sus virtudes más nimias: el hombre ha nacido para
trabajar, laborar le redime, and it keeps him out of mischief.
En la edad media la fiesta del corpus christi y otras
mayores se santificaban con vino, mujeres y sangre como saben los que hayan
leído a François Villon y de quien yo escribí un libro. Así que misa tambor y
gaita comilonas y por la tarde el lupanar.
Luther was right
about that but wrong in discrediting the mystery inherent to the Orphic
inscrutability. You believe in what You don understand.
Pretendió hacer un cristianismo non frills,
desnudo de altares y de ropajes apabullantes pero abrió las puertas de la
iglesia, una iglesia laica y descafeinada de curas y de frailes camándulas a
los alemanes.
Grandes escritores pensadores filósofos músicos
germanos eran hijos de un párroco de la misma forma que en Rusia gracias a los
popes se mantuvo la gran cultura y a veces la revolución.Nietzsche, Ángela
Merque, Leasing, Jung, Schliemman el que descubrió Troya, Manuel
Kant nacieron en el seno de una vicaría. Horst Wessel, Helmut
Schmidt y Honnecker fueron hijos de sacerdote. Humilde y local.
Alemania con sus luces y sus sombras sus virtudes y sus defectos lleva el alma
luterano en su interior.
Pero cuanto más admiro a Lutero más
ortodoxo bizantino me siento porque no concibo mi fe sin la divinidad de los
misterios órficos. El culto protestantegottdienst me aburre tanto
como la música de Bach.
En los coros eclesiásticos rusos está la magia de la
cual carecen los ritos protestantes y católicos. La más sublime plegaria
es la oración cantada. Saliendo del alma.
En la iglesia romana antes no era así y es que para
una religión prenda tiene que existir un aspecto mágico, inefable, inconfesable
que ni con notas musicales ni con palabras se puede deglutir.
Es un duende que atrapa. Los luteranos prohibieron el
incienso de los misterios órficos, negaron los milagros, la intercesión de los
santos y siguieron la máxima talmúdica dios ayuda a los que se ayudan a sí
mismos.
El justo no peca precisamente porque es un elegido y
se justifica a sí mismo por la gracia. Grave herejía esta fe sin obra que
pretendía el ex fraile agustino y su bella mujer Catalina Bora. El ahorro, la
templanza to live thriftly and think highly que adopta el
protestantismo inglés, nada de fumar y nada de drogas, control de los afectos,
amor al trabajo, racionalismo, pasión por la lectura y la filosofía, ciertas
tendencias musicales, constituyen el gran legado del alma alemana que es en sí
el alma de Europa. Luces y sombras. Éxitos maravillosos e incomprensibles catástrofe.
Eso es Alemania luterana contra la cual luchamos los españoles dando de lado al
hecho incontrastable de que nosotros somos parte del alma alemana pues corre
por nuestras venas sangre de los visigodos.
AQUÍ
SOLO CANTA EL RAITÁN
De
todas las lenguas romanas y románicas, de entre todas las diversas jergas y
tonalidades en que se hablan las lenguas de España, creo que los vocablos más
hermosos los conservan vascuence y bable. Dos idiomas que fueron hablados por
gentes aldeanas que tuvieron un comercio natural y sin mistificaciones de
ningún tipo con la naturaleza. Por eso se hablan como susurros en las
frondosidades de los bosques del país cuando la brisa besa los árboles o los
santigua el viento entre las ramas. Y se refieren a conceptos directos y
concretos. No se trata de hablas especulativas o analíticas. Obviemos las
ampulosidades anfibológicas de la política. Aparte de eso guardan en ambos
casos las esencias entrañables del pasado prerromano (el celta y el ibero) por
lo que se refiere al guipuzcoano. En cuanto al bable es lo más parecido al
lenguaje de los juglares y de los héroes de los cantares de gesta o al de las
legiones romanas que acamparon en el Bierzo, la Asturica invicta, cuartel
general de la Legio VII Gemina también llamada Victrix (la
victoriosa). Es nuestro romance más puro y a él hay que volver para estudiar la
evolución léxica o sintáctica del castellano. ¿Quién no se ha extasiado ante la
ternura de una balada en vascuence como el amets egin goitzian? ¿A quién
no se le alegran las pajarillas o se le vuelve el alma de almíbar al escuchar
los sones del pericote o de la danza prima? La llingua asturiana guarda
asimismo de términos propios de ascendencia celtíbera. Bellos vocablos como cadeixo,
enciso, xana, hatores.
Los
sufijos diminutivos en in parece que endulzan la entonación de la marina y de
las brañas cuando risca la luz las entrañas del monte. Hay vocablos como vixu
y orballu y en la prosodia juega a la dulcificación general una yod
intervocálica. En asturiano no existen las jotas que dcen las trajeron los
moros pero que yo creo que son préstamos del habla fuerte de Vascongadas.
¿Anduvo por aquellos montes la Tribu Perdida la XIII? ¿Estuvo de verdad el
paraíso en Cantabria? Por Pravia dicen salió la lluna y calentémonos
cabe llar pero un poco más arriba por los concejos de Tineo esta l palatodental
se hace explosiva dando lugar a tsuna y a tsar por llar. El cronista
piensa en estos asuntos oyendo esta mañana cantar al raitán pájaro bello y
mínimo que se solaza tras los "finxos" de la era mientras la
tarde cae son sombras prometeicas sobre los cerros astures. De todas las aves
de la creación quizás sea el raitán el de menos envergadura pero su canto es
recio y potente como el de una gaita que suena en alborada matinal. Anida en ramas
de castaño este pequeño prodigio de la fauna animal y busca a la compañera
atrayéndola con sus filados bajo los ladizos del hórreo de castaño. El de mi
casa es del siglo XVIII. Un epígrafe en el dintel escrito a gubia en letra
inglesa: Fizolo Lucas Fernández en 1789. Podíamos hablar mucho de esa
fecha. Cuando las horcas tomaban la Bastilla aquí estaban tallando troncos para
construir cabazos y paneras los carpinteros de ribera. Al raitán no le
ve. Es tímido como el ruiseñor y huraño como el urogallo. Sus tonadas, sin
embargo, alegran los prados. Atardeceres mágicas. Un ángel de luz nos lleva en
volandas por los montes del paraíso allá donde queda la Sierra del viento. Esta
región nos prende a los que somos de secano. A los animales domésticos aquí los
bautizan cuando los fierran. Pero si nos aguardamos un poco a que cierre la
noche a lo mejor vemos cabalgar sobre los tejados el espectro de doña Berta. La
propietaria de la casona que escribía cartas de amor al carlista habita en mi
aldea. Y la verdad es que estas cosas nos hacen ser un pueblo rico y
esperanzado como diría Borges. Debe de haber trasgo en el vallado. Las xanas
bajarán a peinarse a la fuente del reguerín, después habrá esfoyaza junto a los
calderos. Ye tiempo de castañas. Es por San Martin patrón de
Europa. Habrá luna llena. Entró el otoño, esperamos la nieve, pies quieto y
escuchamos el sonido de las manzanas al caer del árbol y besan la tierra.
Música celestial que desnuda primaveras antiguas
ROMA
FRENTE A TOLEDO. DIFERENCIAS ENTRE EL RITO CLUNIACENSE Y EL MOZARABE
Martes
de cuaresma de 1071. Monasterio de San Juan de la Peña doscientos monjes cantan
prima y tercia con arreglo al antifonal compuesto por san Isidoro. A la tarde
fueron oficiadas las vísperas siguiendo el misal cluniacense. Si prima, tercia,
nonas y laudes fueron toledanas al atardecer los salmos y lecciones fueron
romanos. Fue sin duda el ocaso de una civilización. El cristianismo en España
llegó por el sur en la ruta mediterránea de Bizancio. El episcopado, las
parroquias, las devociones conservan la impronta griega. El ritual mayormente
es cantado y no hay consagración sino epiclesis con incesantes invocaciones a
la Trinidad y al Espíritu Santo. Retumban bajo las bóvedas de los recoletos
templos los trisagios atanasianos… agios… agios. Dios fuerte, dios santo, dios inmortal, ten
piedad.
Y los misterios se celebran ocultos en el
reservado tras la puerta de los dones del iconostasio que vela la visión de los
fieles. como en esa pequeña catedral del rito visigótico que es la iglesia de
santa Cristina de Lena que por su recogimiento y acústica lo que se denominaba
en arquitectura ortofonía me recuerda a las sobori
o catedrales rusas, una reminiscencia de los ritos órficos
Fe es
creer lo que no vimos dice el Ripalda. Se abre la puerta y aparecen los tres
diáconos. El chantre canta la epístola y el preste bendice al pueblo revestido
de ricos ornamentos no con la mano extendida sino juntando los tres dedos de su
diestra. Las misas del Cid antes del primer canto del gallo duraban tres horas
y en las dos pascuas toda la noche. En el poema del Cid con ese verismo de la
cuaderna vía se nos advierte que el prócer besará la mano sólo a su obispo y al
padre santo romano le hará reverencia pero no le besará la mano.
Devos dios malas gracias, ay papa
romano,
Enviasteme a pedir tributo cada
año
Traerrvoslo ha el buen rey don Fernando
Cras vos lo entregará en buena lid en el
campo
Este
verso resume el malestar que produjo entre el clero castellano la orden del
papa Alejandro II de suprimir el
ceremonial antiguo. Hasta hubo una ordalía. Se encendió una hoguera a las que
fueron arrojados dos misales. El que se quemara sería el falso. Fue pasto de
las llamas el de los cluniacenses pero en Roma no hicieron caso. Castilla había
de aceptar por las bravas el mandato papal. Gregorio VII, también llamado el
monje Hildebrando, muerto Alejandro, amenaza con enviar a la marca hispánica
una cruzada bajo el mando del conde Ebles de ROUCY, hermano de la reina Felicia
de Aquitania. Sancho Ramírez de Aragón claudicó ante las reivindicaciones de la
sede apostólica que invocaban su derecho sobre la cristiandad española en una
concesión del emperador Constantino al papa Silvestre al que dona sus
posesiones en España.
El papado era una institución merovingia donde
lo temporal se confunde con lo espiritual y el papado por eso actuó como un
señor de horca y cuchillo conforme a la mentalidad medieval. El obispo de Roma
juntaba sus propias mesnadas, tenía un ejército y salía a campaña contra los
otros reinos cristianos. Mal ejemplo pero encarnaba las dos ideas claves del
poder medieval: trono y altar.
Dicha
creencia- la iglesia como institucional temporal comete fallos, no así en su
calidad de mandato divino- va a dar desembocar en los papas poco ejemplares de
la edad de hierro del pontificado, o en la lucha de las Investiduras y el
escándalo de las cruzadas, que llevarían al enfrentamiento de Roma y Bizancio.
Toledo quedó entre medias.
A este respecto los españoles pedían dispensa
alegando que ellos tenían su propia cruzada. Les bastaba con la pelea contra el
sarraceno, una empresa en la cual no participaron los otros reinos cristiano
allende el Pirineo. Lucharon ellos solos con las barras de Aragón y el pendón
castellano.
Con la
proscripción del viejo misal perdimos centenares de himnos, colectas y fórmulas
de veneración de las que se conserva alguna como el Attende, Domine et miserere que sonaba en Cuaresma o el Rorate coeli desuper en Adviento, pero
ganamos la maravillosa polifonía del Canto Gregoriano de una tremenda
solemnidad y más austera que el ritual gótico. La iglesia fundada por
Jesucristo es eterna. Y depositaria de la fe en la resurrección y la vida
perdurable. Sin embargo, a todos los que hemos estudiado su historia nos
encontramos con contradicciones e interrogantes que son obra de los hombres –
lo esotérico interior y lo exotérico o externo que se une a lo misterioso. Una,
católica, apostólica. La barca del Pescador cruza los mares aborrascados de los
tiempos y padece del espiritu de contradicción y las contradicciones. Esa
iglesia española que acató las normas gregorianas, imbuido del espíritu
profético, ha sido una de las más grandes en extender y propagar el evangelio,
sobre todo en Hispanoamérica. La monarquía española se hizo cargo de ese espíritu
mesiánico de la defensa de la catolicidad y sigue en la brega aun hoy en día
cuando arrecia la más lóbrega persecución de los grupos protervos enemigos de
la cruz. Cabe recordar que fue bastión contra el Islam. El ritual incoado por
el Vaticano II al que hemos criticado sin entender y sin haber conocido mucho
de los tesoros que guarda el nuevo breviario no ha sido respetado en toda su
grandeza. Nada tiene que ver con sus dos precedentes, el gótico y el
gregoriano, pero es faro de luz que ilumina los nuevos tiempos, apocalípticos-
los cristianos están siendo expulsados de Jerusalén y en lugares como Pakistán
se martiriza a creyentes por recibir el bautismo y un imán saudita ha dicho que
hay que asolar todas las iglesias cristianas de Europa y sustituirlas por
mezquitas- en parte, pero la vida de la SRI ha sido una perpetua Apocalipsis un
cambio incesante porque las sociedades y las mentalidades evolucionan y se
mueven. Credo in unum Deum. La sangre de los mártires es semilla de nuevos
cristianos. Hoy cuando nos sentimos muchos de nosotros en orfandad es necesario
proclamar la veneración trinitaria frente a la molicie y la comodidad de una
sociedad descreída y dominada por medios de comunicación cristofobos.
Advierte
don Ramón Menéndez y Pidal que las relaciones entre Oviedo y san juan de Letrán
fueron muy escasas antes del siglo XI. Tras la conquista de Toledo van mejorar
algo. Sin embargo, los obispos españoles guardaron celosamente su autonomía.
Excomulgaban y canonizaban por sí mismos. A roma sólo se acude cuando surge un
litigio con las otras diócesis que en sus orígenes se llamaban heptarquías a la
manera griega. El recelo y las suspicacias van a ser constantes durante toda la
edad media con figuras tan impresionantes como el arzobispo Carrillo que decía
que él se pasaba por los mismísimos los rescriptos, breves y bulas de los
padres santos.
A
Cisneros lo metió en la cárcel eclesiástica de San Torcaz porque el bueno de
fray francisco antes de ser fraile se llamaba Fernando y era un cura de pueblo
había peregrinado en demanda de un beneficio que le correspondía en cierta
parroquia al lado de Alcalá. Gil de albornoz hizo lo mismo con el arcipreste de
hita por su renuencia a aceptar el celibato. El cisma de occidente y la
coronación del papa luna surge como telón de fondo a tales litigios por
cuestiones de jurisdicción y preeminencia. Se reconocía al soberano pontífice
una autoridad de primus inter pares. La reforma cluniacense va a
representar empero un triunfo omnímodo y
total de la sede apostólica aunque el episcopado español siga siendo autónomo
en sus propias diócesis y el gran impulsor de la lucha contra los sarracenos
como ocurre con Cisneros, Jiménez de Rada, el arzobispo Carrillo de Alcalá, Gil
de Albornoz y otros.
El
redescubrimiento del rito mozárabe que se conservaba sólo en una capilla de la
catedral toledana donada por Cisneros es una gran riqueza para la iglesia en
medio del desbarajuste litúrgico imperante y el primer peldaño para el
acercamiento de Roma y Bizancio separadas ambos tronos desde las excomuniones
de Miguel Cerulario en 1055. oremos para que acabe el cisma. La iglesia romana
y la ortodoxa necesitan estar juntas para hacer frente a la protervia de un
anticristo que nos ataca desde todas partes.
ARZOBISPO
CARRILLO PRIMADO DE TOLEDO
“DON ALFONSO
Carrillo —nos informa Hernando del pulgar en su “Claros varones de
Castilla—arzobispo de Toledo “fijo de
Lope Vásquez de Acuña fue ome alto de cuerpo e de buena presencia. Era de los
fidalgos e de limpia sangre de Portugal. Su abuelo era caballero portugués que
vino a Castilla al servicio del Rey don Juan el que fue vencido en la batalla
de Aljubarrota. Fue primero obispo de Sigüenza y después proveído de la sede
toledana suplica del Rey don Juan. Rezaba bien sus horas e guardaba cumplidamente
las ceremonias que la iglesia manda guardar. Fundó el monasterio de san
Francisco en Alcalá. Era de gran corazón e su principal deseo era fazer grandes
cosas y tener gran estado por haber fama e renombre”. En este retrato
psicológico del controvertido prelado una de las figuras claves para entender
la España de Enrique IV nos lo describe certero. Su ascendencia lusitana va a
determinar su alineación en el bando de la Beltraneja y de las luchas
banderizas de aquel reinado que derivaron en la batalla de Olmedo acabando con
el escarnio de la “mofa de Arévalo”.
Se trata,
pues, de un obispo a la vieja usanza. Eclesiástico ciertamente pero prevenido
en frontera. “Los moros, dice el
cronista Pulgar que también era converso y del bando de Isabel en contra de la
facción de su hermanastro don Enrique, son
omes belicosos y astutos e muy engañosos en el arte de contiendas e varones
robustos e crueles al acecho por las montañas” Acérrimo personaje que se
curtió en las luchas contra el Islam. Magnificente y generoso.
El cronista no
nos cuenta que su corte episcopal en Alcalá rivalizaba con el palacio de los papas en san Juan de
Letrán o en Aviñón con más lujo que el propio alcázar segoviano donde vivió el
último de los trastamaras. Se daban fiestas y banquetes y saraos. Acogía a
músicos y poetas, siendo muy amado por sus feligreses, quienes según el
refrán eran de origen converso en su
mayor parte o morisco: “alcalaino fino no bebe vino ni prueba el tocino”...
aunque le dé al cristal de vez en cuando… porque la ciudad complutense siempre
gozó en España de tolerante, muy al
contrario que Salamanca más rigurosa y
levítica.
También puede
ser que el propio don Alonso, al igual que don Juan de Torquemada luego
cardenal de san Sixto y Alonso de Cartagena arzobispo de Burgos y el mismo
cardenal Mendoza el cardenal de España, proviniera de hebreos lusitanos
Tampoco se
refiere Pulgar a su pasión por la quiromancia y las artes mágicas de gran boga
en la época, a su desdén por los rescriptos y anatemas que llegaban de Roma.
Cisneros al que tuve encerrado trece años en la cárcel arzobispal de San Torcaz
por causa de un beneficio por el que pleiteara fray Francisco que por entonces
no era fraile sino cura secular y se llamaba Fernando, habiendo acudido a san
Juan de Letrán para traer una dispensa papal fue una de sus víctimas. Echó al
fuego la bula papal Carrillo y mandó encerrar al que había de convertirse en
Regente de la corona.
Tenía un hijo
natural por nombre Troilo al que regalaba con solicitud paternal pero que falleció
a los quince años. Y un gozque o perrillo de aguas con cuyas gracias entretenía
a sus huéspedes, a decir del cronista Palencia en la “Cuarta Década”. En todo
resulta muy humano el perfil que de su persona esbozan los analistas de la
corte de Enrique IV y de su hermana.
No solía
oficiar misa más que en las solemnidades pero la oía a diario de labios de
alguno de sus capellanes según costumbre.
Siempre que
pasaba yo camino del archivo en la plaza de las monjas, la estatua del primado
mitra báculo y capa pluvial parecía saludarme desde su pedestal oscuro en la
amanecida. Con su mano tendida sobre el horizonte o de lo alto de su mitra
donde posaba casi siempre algún pájaro señalaba el horizonte embelesado por ese
misterio que se llama España.
¡Qué alteza,
cuanta magnificencia y calidad con sus virtudes y defectos debió de encerrar
aquel prelado!
Por su aspecto
respondía a la imagen de lo que debiera de ser un jerarca de la iglesia
medieval que definió la Reina Católica: “pláceme
ver los caballeros en campo, los obispos
de pontifical y los ladrones en la horca”.
Generoso y
hospitalario. Sin embargo, el cronista oficial puntualiza: “Sus pensamientos eran más altos que sus
fuerzas y su gran coraçón no le dexaba discernir ni consentía medir con las
grandes empresas que tomaba, e desto se seguían trabajos y fatigas continuas”.
Luces y sombras en la vida de este gran arzobispo que ocupó la silla primada
treinta y seis años.
De una
liberalidad acérrima porque en su casa no había pobres se derivó la bancarrota
de su primacía al final de sus días. A todos cuantos le venían a visitar les
regalaba, acogía, les vestía en la curia y alimentada pero muy belicoso y
amante de la guerra también era.
Después de la
del obispo Gelmirez el de las Navas la figura de Alonso Carrillo se convierte,
para bien o para mal o en detrimento de las murmuraciones de sus enemigos, en
uno de los gigantes de la historia de la iglesia española a través de su
pretensión de mantener una cierta equidistancia o autonomía respecto a Roma. “Del Papa a veces fazía mofa pero nunca
malfetría”.
No era la
codicia la inspiradora de una de sus aficiones: la crisopeya sino la caridad.
Quería convertir el hierro en oro para dárselo a los pobres y remediar así las
necesidades de los pobres de Alcalá. A causa de su manirrota largueza
generosidad murió pobre y arruinado a los sesenta años. Su sepulcro se
encuentra en el trascoro de la iglesia mayor de la ciudad complutense. Y su
monumento me saludaba a través las nieblas del Henares en el entrelubricán de
la aurora complutense nada más cruzar la fachada de la Universidad.
En parte
entendía yo al verlo tan tieso y tan rehecho la vera efigie de un arzobispo de
Toledo orgulloso y triunfal sobre el bloque de mármol las razones que se les
escapan a los enemigos de nuestra fe católica dando de lado a un hecho
sustantivo que la iglesia está integrada por hombres.
Es una
institución temporal y asimismo espiritual. Lo esotérico y lo exotérico van de
la mano. La médula y cáscara se juntan hasta fusionarse.
Por eso,
continúan apedreándola los escribas y fariseos de todas las épocas. Por eso
somos pasto y comidilla de los hipócritas y los que disparan contra la casa
ajena cañonazos cuando la suya tiene el techo de cristal. Lo malo de los
españoles es que desconocen su historia dejándose engañar por los farautes del
miedo y los mensajeros de la autodestrucción. La verdad es que somos un poco
deletéreos. Un poco de flema y no ser tan aguerridos en nuestras
descalificaciones no nos sentaría mal
DÍA DE
SAN BERNARDO EN FUENTESOTO
Un año
más y siguiendo una tradición secular perdida pocos años antes de la guerra
civil y resucitada en tiempos de la democracia, Fuentesoto honró al glorioso
san Bernardo con la procesión a la ermita de san Vicente de las Povedas,
camino de Pecharromán.
Dedicada
a Vicente aquel diacono aragonés mártir de la fe, cuyo culto estuvo extendido
en la Hispania visigótica, es uno de las joyas románicas mejor conservadas
—sólo un ábside semicircular cubierta de bóveda de cañón tres lucernas o
saeteras y guardapolvos con adornos de taqueado jaqués, figuras
geométricas y adornos florares en los capiteles, en la parte interior se
representan animales y obispos, que corroboran la suposición de una mano
mudéjar, respetemos al Islam— edificado c.1135 en piedra caliza. Seguramente,
formó parte de una “anillo de oro” o círculo de monasterios de monjes
blancos que sustituyeron el anacoretismo (aquella zona del Duratón es comarca
de cuevas como la de los Siete Altares de Sepúlveda) por el monaquismo. Los
solitarios de esta Tebaida segoviana en zona apartada y abrupta optaron por la
vida en común.
Los
monasterios del Cister eran lo más parecido en los siglos medios a los “kibutz”
israelíes de hoy. Eran centros de producción y feudos de defensa. Allí se
abrazaba un género de vida austera de trabajo y plegaria, también de estudio
porque el “armorium” o cuarto de los libros era tan importante como el
refectorio y el dormitorio corrido, vida en común.
Pero no
sólo rezaron. También trabajaron, plantaron viñas, cavaron huertos y araron
tierras. En los majuelos de Sacramenia, Pecharromán, el Vivar y Valtiendas se
pisaba una uva que, transformada en mosto, daba el mejor clarete del mundo.
El Vega
Sicilia y los excelentes caldos de la ribera del Duero zona Peñafiel fueron
el descubrimiento de estos frailes blancos que todas las tardes cantaban himnos
en honor de la Virgen María y tomaban un jarrillo a las comidas. Ellos trajeron
el vino y el canto gregoriano. Eran monjes soldados.
Tengo
entendido que Ben Gurion copió algunos capítulos de las Constituciones para el
Estado Hebreo de Bernardo de Claraval, aunque sustituyendo la palabra Dios por
la Roca de Israel.
El monje
ideal, apartándose del mundo, goza de las buenas cosas de la existencia: el trabajo,
el reposo, la quietud, la amistad sin los líos del amor y la familia, la
caridad con el prójimo, abraza la virtud en menoscabo del vicio, aun sin perder
de vista la fragilidad de la condición humana que con frecuencia sucumbe a la
tentación. Ora y labora. Huye, calla, llora y reza es la receta del Talmud
en la lucha contra las fuerzas diabólicas y el espíritu maligno que nos rodea
Hay
rasgos misteriosos o que no se comprenden en la personalidad de este
bienaventurado abad borgoñón, el cual a lo largo de sesenta años de vida
pobló Europa de casi dos centenares de monasterios desde el Humber inglés en la
frontera con Escocia hasta el Duero y desde el Loira hasta el Danubio y el
Vistula. Eran vergeles, jardines de María, remedando el “hortus conclussus”
de la Biblia, ¡qué descansada vida la del que se aparta del mundanal ruido!
situados en valles apartados a orilla de los ríos y en Castilla los muros
sagrados de estos monasterios como los de Sacramenia se convierten en alcázares
fortificados. Visión del locus amenus pero sin bajar la guardia, que el enemigo
acecha.
Por
fuero de Brañaseca otorgado por el rey Alfonso VII el Emperador
surgieron los aportillados o caballeros prevenidos en frontera. Los esclavos
podían manumitirse al socaire de esta norma y los musulmanes gozar de libertad
dentro del territorio castellano. Así como los judíos. Parece que hubo dos
aljamas importantes una en Sacramenia y otra en Sepúlveda.
Claro
que esto no se cumplía siempre porque los monjes soldados al llegar la primavera
llamaban al arma y tenían que pelear contra los invasores del sur. A juzgar por
las adarajas o ladrillos sin terminar de ser colocados se aprecia que las
iglesias de san Vicente y las de san Gregorio no pudieron ser terminadas porque
se acabó el peculio, por las prisas de la llegada de una aceifa o porque el
enemigo las derribó.
Son
misterios que suscitan la meditación del que contempla estas sagradas piedras.
Otras plumas más cualificadas como las de Quadrado o las de mi paisano el
doctor José María Costa Arribas— en las páginas del Adelantado— disertaron, con
más autoridad que la mía, sobre las peculiaridades de esta comarca en la franja
ulterior de la provincia en todos sus aspectos (lexicográficos, aperos,
refranes, trajes, modos de labrar y construir, usos y costumbres incluso el
sentido del humor que es muy peculiar según nos ha descubierto el gran
escritor, musicólogo y etnógrafo Joaquín Díaz.)
Sin
embargo al que suscribe le cumple el orgullo de que mis paisanos no hayan hecho
caso omiso hacia mis prevenciones sobre el valor histórico de estas joyas
ocultas en sus predios.
Ya en
1968 publiqué (ya ha llovido) un reportaje en Diario SP “Ermitas
abandonadas en el camino de Sepúlveda a Peñafiel, era el título, con unas
excelentes fotos de Santiso. Hoy san Vicente que por aquellas fechas era un
muladar está abierta al culto y los “corines” mote con que se designaba
en la comarca de Villa y Tierra a los de Fuentesoto con gran esfuerzo
adecentaron la iglesia de san Gregorio. Que san Bernardo confesor y san Vicente
mártir los bendigan. Loores y vida larga
CRISTINA KEELER I WAS HER BOY FRIEND
Those were the good old days and here we are in the middle of Christmas
Shopping when bad tides arrived: Mandy her roommate and friend is dead. Did you
remember the affair Profumo, a Jew from Spanish extraction? the big traitor of
England. He made the collapse of the government of Macmillan. The Tories went
to the dogs That only could happen in the swinging sixties in London.
It was an estrange affaire of beds Russians, journalists, scandal. Fleet
Street and the big Dos of the big days. We never had it so good. A beautiful
woman Cristina Keeler a cockney de bon
air everyone of us fell in love with her. London Bridge was falling down
lady my lady lee the lights of Picadilly in and out. SOHO and its big dancing
halls The Locarno in Hull and the Empire in London. One day i think a danced
with my Fair Lady and I was in love with Christina Keeler nights of White satin
never reaching the end and letters were written never being to send. Yes, Mr
Macmillan you were a superman. Well done Harold. Everything was nice and easy
and at hand. I never felt so free. Could not care less of the future; a few
pounds in the bank, money in the pockets to spare in the pub. We made a tower
of nickels and dimes. And the coin of sixpence was real silver. Another pint of
bitter please and running a Mini Cooper having a few in the tavern round the
corner chasing the birds. Those were my sins. My idea of life was to have a god
time hanging around. All girls those days wore big eye lashes and miniskirts
That was top of World top of the pops with Jimmy Savile (click clack every trip
fasten your belts we didn't know that the big communicator of Radio 1-70 and
the BBC was not who appeared: a simple and friendly Yorkshire man was a bit of
a monster, and Tony Blackburn (at that time we never Could imagine that that
Yorkshire freak with the White wig and the big fat cigar braying and whining
like the donkey and the mare Could be the child abuser the indecent exposé, the
cruel Bluebeard) A hard days night. We worked hard to get you Money and buy you
things. It was starting the civilization of consume. Well, Mandy Rice Jones is
dead she was seventy just my age the same that Christina Keeler the most
beautiful woman in London the red hair. Vintage 1944 I love Cristina Keeler a
woman of my age. Profumo affair.
Ivanov the Russian spy passing information to the Kremlin. Baths at mid
night in a swimming pool in a very posh district in London. That was the week
that was quoting Mr. David Frost black and white TV and on Saturday nights
match of the Day. Doctor Ward who was poisoned by the British Intelligence
Service. He ran an agency for call
girls. The Doctor osteopath was a pimp. Rest in peace, dear Christina
CATEDRAL
DE TOLEDO. A MÁS RICA: DIVES TOLETANA
La
catedral de Toledo sede primada es misteriosa y encaramo bosque de piedra
alzada fantasmagórica que se alza sobre el cerro sueño del Greco. Se me
apareció sobre el paisaje un día de mi adolescencia. Luego en los 60 se puso de
moda entre los estudiantes los viajes a Toledo el cigarral donde escribía y
trabajaba sin parar Gregorio Marañón.
Es un
pecado mortal para un endocrinólogo la perdida del tiempo. A mí Toledo se me
clavó en la mirada. Canté su garbo en algunos de mis poemas. Posee toda la
grandeza y ese furor de los obispos guerreros que se calaban la celada
prevenidos en frontera Gil de Albornoz o el arzobispo Gelmirez el de las Navas.
A Gil
de Albornoz le echaba en cara un papa de Aviñón cuando regresaba de Bolonia
donde acababa de fundar el colegio de los españoles sus pasiones bélicas. Ni
corto ni perezoso Su Eminencia mandó traer un carro lleno de cadenas y de
cerrojos:
— Mirad,
Santidad. Ese carro de guerra cargado de cadenas y de candados. Son las puertas
de las ciudades que gané para vuestra tiara.
Don
Alonso Carrillo cuando recibe un breve de Aljandro VI amonestándole por su mal
comportamiento con Cisneros rasgó el papel en cien pedazos y metió en la cárcel
al que había de ser uno de sus sucesores en la silla primada.
Vuelvo
a visitar la catedral para abstraerme de este ambiente deprimente que nos
invade a los españoles por las mentiras y desacatos e insultos contra España.
La sombra de don Opas vuelve a pasearse sobre la piel de toro.
Aspirar
el perfume de los siglos le viene bien a mis pulmones saturados de humo y de
los aires mefíticos de la actualidad española. Busco el anonadamiento místico.
Los
boceles del tímpano de la Puerta del Perdón elevan mi mente a la serenidad del
pantocrátor. Busco la abstracción solemne del airoso botarel, la gárgola de
boca monstruosa y los arbotantes que hacen equilibrismo sobre los muros
encaramados.
Quisiera
escalar el más alto pináculo para tocar la trompeta del juicio final como ese
ángel estampado en una de las cresterías.
Voy
huyendo de los azotes con que nos disciplinan las noticias de las breve y esta
sordidez castrante de los comentaristas políticos con bocas de sapo y
desagradables voces de chicharra. Mi alma está sedienta de armonía. Es lo que
hoy no acontece.
Busco
en los diccionarios la palabra “eutrapelia”
que es el resultado del hablar bien y sentirse bien como resultado del goce
contemplativo.
Quise reencontrarme con esa historia de que
cuyas enseñanzas se abstraen la educación canalla de esas constituciones que
negaron a España. Por el Miradero bajaban los estafermos gigantones y cabezudos
y en Zocodover ya instalaron sus reales las carrozas de la tarasca de Corpus.
Toledo tres culturas cosmopolita, ciudad. Tres misterios trinitarios, tres
maneras de adorar a Dios a veces no de manera constructiva pero yo pienso que
el Menorah y la Media Luna siempre habrán de situarse a la sombra de la cruz en
contra de lo que afirman los irenistas. Las antiguas herejías (pelagianos, donatistas,
maniqueos, materialistas, saduceos que no creen en la otra vida, adopcionista
del obispo Eugenio primado de esta misma sede catedralicia que pensaba que
Jesucristo no era más que un profeta adoptado por el Padre Eterno) forman parte
de la mentalidad moderna.
La paz
nunca será posible sin admitir que Jesucristo fue el hijo de Dios verdadero.
Sale a
pasear por las calles empinadas mi alma en busca de la melancólica belleza de
algo que se fue. Escucho los acordes de la novena sinfonía conjugados con el
rabel y las tiorbas de los juglares. Toledo es un gran romance arquitectónico.
En cualquier esquina uno puede toparse con los ojos rasgados y misteriosos,
ojos de fuego, de las tapadas.
Por
estas cuestas subía la mora Zaida el amor de uno de los grandes reyes de
Castilla.
Hago
mis escorzos novelísticos; recuerdo mi pasado y el ambiente levítico de mi
niñez. Yo también fui niño de coro en otra catedral. Me rindo de hinojos ante
la Virgen del Sagrario. Junto al tímpano de la Puerta del Mollete sentados en cuclillas
piden limosna tres mendigos runabas.
Rejas doradas de Villalpando cierran el paso a las capillas.
La
catedral de Toledo atrae como un imán a los hombres de iglesia, se agita ese
morbo o ese duende de la utopía que llevamos dentro y hay que menear el
incensario de los recuerdos pensando en lo que pudimos ser y no fuimos.
Los
canónigos cantan vísperas en el coro igual que hace diez siglos delante de un
facistol enorme donde se reclinan los becerros forrados de piel de toro con
letras capitulares y las pautas del contrapunto. Nuestra vida debiera de ser un
salmo de alabanza al Criador. Pero últimamente rezamos pocos. Sille et psalle era la norma de aquellos
prestes: (guarda silencio y piensa que la mejor oración es la cantada.)
Cantar y rezar eso es la vida, o debiera ser.
Hoy nos embargan las noticias dirimentes y la angustia de los nuevos tiempos.
Teníamos madera de santos pero el mundo nos hipnotizó con su mirada de lobo.
Quedó, con todo y eso, como un estigma indeleble, esa ternura ese amor a la
ciencia, esa belicosidad del guerrero implacable poco sensible ante las
miserias humanas.
En las
aulas de los seminarios adquirimos esa dureza eclesiástica que tiene en
menoscabo los afectos humanos. Vaya lo uno por lo otro. Toledo siempre me dio
algo de vértigo; el vértigo de sentirse español. Me hubiera gustado decir misa
en la capilla muzárabe que conserva el rito visigótico bajo la mirada del
cardenal Cisneros.
El
transparente barroco de santo Tomé en la girola es una apertura invleible que
causa pasmo. Los rizxos de la capilla de san Ildefonso la puerta del Reloj, la
de la Feria y la de los Leones un torrente de armonía sube a la bóveda desde la
panza del gran órgano catedralicio accionado desde la tramoya por un manchador o palanquero que carga los fuelles
rompiendo la quietud las augustas soledades templo. Colgados de alguna capilla
y listados por el polvo de centurias pingan los petasos o sombreros de los titulares de la silla toledana. Aquí van
algunos nombres: Wistremiro, Montano, Eulogio, luz de España, Ildefonso que era
tan devoto de María que una mañana la Virgen bajó del cielo a colocarle la
casulla con que se disponía a cantar misa —
entrañable
cuadro que puede admirarse en la sacristía del monasterio de Guadalupe—.
Patruno, Pelagio, Melancio se llamaron los
primeros obispos de Toledo. Después de
Roma, Compostela, Canterbury y Constantinopla la iglesia toledana fue la más
importante de la cristiandad. Pesa la historia.
Actualmente
es uno de los monumentos más visitados por el viajero. La ciudad vive del
turismo Ello no es óbice para que siga celebrando el culto divino con el
esplendor de los tiempos antiguos. Terminado el canto de vísperas una fila de
canónigos marcha detrás del deán con la cruz procesional. La luz de la tarde
que se cuela por el ventanal de las vidrieras del transepto trazando encajes
maravillosos sobre el ándito de acceso al altar mayor. Se dibujan en el suelo
alfombras de colores. Y cada uno de los clérigos tras la cruz procesional
caminan pisando como una alfombra de luz; unas son rojas, otras verdes, otras
de azul. Calma augusta. El canónigo silenciario a una indicación del pertiguero
da una palmada al concluir el oficio y todos entran en la sacristía por el
portón de Claverías. Me embarga un aroma de misticismo. Esta tarde no sé si la
he vivido o es el reflejo de una imagen que tengo en la cabeza porque la
catedral de Toledo padece también el síndrome de “seminario vacío”.
Actualmente, aparece no como un lugar de devoción sino como un museo. Los
turistas atendiendo a las explicaciones del cicerone miran para arriba
LOS REYES GODOS
13 DE
ABRIL. SAN HERMENEGILDO. HAY QUE APRENDERSE LA LISTA DE LOS REYES GODOS
San
Hermengildo. Me aprendo la lista de los reyes godos y está vacío el trono de
los Reyes Católicos. Vuelvo con añoranza a los pupitres de mi infancia y
visualizo aquel cuadro olvidado de mi libro de historia y a san Hermenegildo
alargando mansamente su cuello a la toza para ser decapitado por el verdugo
Sisberto.
Entonces
creíamos que fue mandado asesinar por su padre Leovigildo que era un buen rey,
que sometió a los vascos y a los godos de Septimania y expulsó a los bizantinos
pero tuvo un baldón: la mancha de la muerte de su hijo fue exclusivamente por
motivos religiosos.
Hermenegildo
gobernador de Sevilla se negó a recibir la comunión arriana la noche de Pascua.
Que murió mártir católico. Pero, como dicen, los ingleses “there is more than meets the eye”. San Isidoro tacha a Hermenegildo
de rebelde, Juan Bricelano le llama miserable y Gregorio de Tours “mal hijo”.
Sólo el papa lo elogia en la proclamación de las actas de su martirio. Es san
Gregorio Magno. Fue canonizado por Sixto IV el de la Capilla Sixtina. Felipe II
le proclama abogado de la monarquía española.
Habrá
entonces que distinguir el Hermenegildo mito del Hermenegildo de carne y hueso.
A los hagiógrafos puede que se les fuera la mano al pintar con tan vivos
colores a este santo. Los hispano- romanos estaban divididos por la religión:
arrianos y católicos. ¿Qué diferenciaba al arrianismo, una oscura herejía de
origen alejandrino y de la que se sabe bastante poco pero que abrazaron los
godos al renunciar al paganismo y a la religión de Wotan y Thor, del
catolicismo legal?
Peregrinas
disquisiciones bizantinas. Ambas creencias eran trinitarias y eucarísticas. Los
unos prestaban pleitesía espiritual al patriarca de Alejandría y al de
Constantinopla; los otros al obispo de Roma. Detrás de estas diferencias late
una lucha por el poder y la hegemonía. Leovigildo un hombre práctico buscaba la
unidad religiosa que encontró en el arrianismo. Sin embargo en ca el herrero
cuchillo de palo que dicen por mi lugar. Su corte toledana era una avispero de
rencillas por incompatibilidad de caracteres entre su segunda mujer Gosvinda que no podía ver a su nuera Inunda, esposa de Hermenegildo. El rey de los godos que hasta entonces había sido
elegido por el pueblo declara la monarquía hereditaria en la persona de su hijo
Leovigildo al que envía a Sevilla
como “comes” (conde o jefe de su
caballeriza).
Las
rencillas no existían sólo entre la suegra y la nuera sino que también minaban
las relaciones entre Recaredo y su
hermano Hermenegildo. Quien en Hispalis (Sevilla) proclama la independencia. Su padre
Leovigildo acude con un ejército que cerca la ciudad. El sublevado se rinde y
es llevado preso mediante halagos a Tarragona.
En un
capitel historiado de Oseto (Alcalá
de Guadaira) se encuentra una referencia histórica que da noticia de las luchas
entre Hermenegildo y su padre. La
historia que resta es por todos conocida. A la muerte de san Hermenegildo el 13
de abril de 586 es ungido rey su hermano Recaredo quien abjura públicamente del
arrianismo y abraza el catolicismo como la religión oficial del país.
A
Recaredo nadie le pidió cuentas por la muerte de su hermano.
Este
rey que luego fue cruel y algo inhumano no tuvo un Cid ni un juramento de Santa
Gadea. La adopción del catolicismo no fue una garantía de unidad de los
escindidos visigodos. Desde entonces se achaca al morbo visigótico-la envidia-
los males de España que son el carácter banderizo y la desunión. A aquella
monarquía le quedaba no más de un siglo de vida desde Recaredo hasta don
Rodrigo el felón, desde 586 hasta el 711 cuando el moro entra en España.
Entre
medias reinaron los siguientes: Liuva
II, Viterico, Gundemaro, Sisebuto (el que echó a los judíos), Recaredo II, Swintila, sisenando, Chintila,
Tulga, Chindasvinto, Recesvinto, Wamba, Ervigio, Egica, Witiza, Don
Rodrigo, pues era medio portugués, murió
en Viseo devorado por una serpiente... por
do más pecado había ya le roen, ya le roen, y enterrado vivo. La historia
hizo justicia. Aprendan la lección los felones
AMOR A CATALUÑA
El
mejor pintor para mí Salvador Dalí al que tuve la suerte, el honor de
conocer y entrevistar en una larga y accidentada charla en Nueva York. Uno de
los mayores arquitectos, Gaudí, de todos los tiempos. Para periodista
Eugenio D´Ors (Xenius) y José Pla, cuando no soplaba la tramontana de su
imaginación que anulaba al buen payés que llevaba dentro de su inteligencia viva
y sus ojos pugnaces y diminutos. Novelista a lo Flaubert fue Ramón Agustí
y en su canto épico a Barcelona “La ceniza fue árbol” se acerca a
la grandeza de Flaubert. Otro de los grandes incontestables fue el balear Villalonga
con su obra maestra “Bearn”. Él es Mallorca y describe la isla de la
calma que entusiasmó a Chopin, a Jovellanos y a Robert Graves
La novela de posguerra pasa por Cataluña y eximio representante fue Joseph
Vidal Cadellans que escribía también en catalán-lamentablemente esos
textos no han llegado a nosotros- representa el existencialismo ante la
preocupación y agita su pluma ante un mundo que viene con el desarrollismo, el
turismo de masas, la secularización de la sociedad, la gran burguesía catalana
que se derrumba después del movimiento Renaixança pero vuelve a resurgir
después de la guerra civil. Franco-eso habrá que reconocerlo y aunque
algunos lo tratan de negar de la misma forma que su apoyo a los judíos- se
volcó con Cataluña y Vascongadas en detrimento de otras regiones. Y en esta
lista uno no tiene más remedio que agregar a mosén Cinto Verdaguer “Montañas
de Canigó, y La Atlántida).
Vivió
el tiempo apoteosico de los juegos florales y su poesía es una de las más
grandes que haya producido ninguna otra lengua románica. Y sucedió que en su
poema épico a la Atlántida orquesta el mejor y el mayor canto a España que
escribió poeta ninguno.
No
en vano fue capellán castrense y estuvo embarcado en la fragata“Numancia”
que sería hundido por los norteamericanos el 3 de julio de 1898 en la Bahía de
Santiago. El capitán Villamil pereció pero el almiorante Cervera y él
mismo fueron rescatados naufragos por un torpedero del almirante MacKinley.
Llevaba a España en el corazón y supo cantarla en catalán.
A su
regreso a Vic este gran admirador de Jaume Balmes fue perseguido por el clero
nacionalista y el obispo Morgades, segun cuenta Castellani, le haría mil
perrerías y creo que acabó sus días en la pobreza porque el prelado
barcinonense le suspendió a divinis que para un cura es como quitarle el
pan.
Cataluña
siempre ha contado con el fervor y la admiración del resto de los pueblos de
España y yo creo que es un sacrilegio el mezclar el idioma con la política como
postula el híspido, presuntuoso, engreído y odioso don Jorge Pujol. Uno
seguirá leyendo a los grandes prosistas y poetas catalanes pese a todos esgtos
antipaticos secesionistas qye no quieren a su patria, sólo a sí
mismos, como Ausias March y Ramón Llull.
Por
aquellos días esta nación nuestra vivía alegre y esperanzada bajo la consigna
laborada en el escudo de los Reyes Católicos ex pluribus unus.
Ese
mundo feliz se ha ido al traste a causa de la bajeza y el egoísmo de los
políticos, la inconsciencia de una intelectualidad aturdida y temeraria y esos
ejércitos de maniobra oculta que alzan zanjas diabólicas entre los pueblos
rindiendo culto así a Satanás el Gran Separador. Por aquellos días
cantábamos el “Noi de la Mare”por navidad y “Rosa de abril murena
de la serra de Monserrat estel iluminá la catalana terra y guia nos cap al cel”
por primavera, el "vinticinque de decembre fun fun” que
institucionalizó la alegre y triste Nochebuena hispana y otros villancicos
menos recomendables como “Al entrar en Barcelona dieron muerte a mi consuelo
no eran cazadores eran artilleros” una canción carlista que tenía su
vertiente verde jocosa en “Al pasar el Fondergat una noya i un soldat, etc”.
La
amputación de Cataluña del tronco común que no creo en realidad que
interese ni a la burguesía ni a la inmensa mayoría de catalanes de buena
voluntad supondría seguramente la desaparición de España como nación para
convertirse en un grupo de taifas.
Sin
embargo, a lo mejor es lo que interesa al gran capitalismo de la mano negra
global que impone su férula mediante el terror, el miedo, la desconfianza
planetaria de unos pueblos contra otros y el control mental vía prensa, radio y
TV, la pornografía y el periodismo destructivo.
La
comunidad literaria española orientaba en mis años mozos el dardo de su
saeta hacia Barcelona sede de las grandes editoriales. Hoy ya no es así.
Las
imprentas barcelonesas fueron compradas por Hachette y otras casas anglosajonas
establecen su marca y dictat de gustos anglosajones. La letra basura. La
manipulación de los anales y la tergiversación pavorosa de cuéntame lo que
pasó. Esa es la fija.
Al
releer “No era de los nuestros” de Vidal Cadellans, premio Nadal 1958, y
para mi gusto el mejor Nadal (y dando por sentado el hecho de que este galardón
quizás sea para los que escribimos en este país mucho más importante que el
Nóbel porque en su concesión no predominaban los intereses políticos o los
sectarismos de bloques, sólo la calidad literaria de los textos guardaba
prelación) se me ha representado aquella atmósfera que yo entreveía desde mi
camarilla de un seminario del norte leyendo este libro bajo las sabanas y
a la luz de una linterna después del toque de oración. El tema o perioca principal podría
ser centrado en lo que se llamaba a la sazón cine de autor o de valores
humanos en que se levanta la tapadera de una sociedad hipócrita y se pregunta a
la Iglesia Católica por qué es tan sanguinaria al arrojar a sus seminaristas a
las tinieblas exteriores colocándoles en el capirote de malditos y de
penitenciados por la inquisición. No era un ataque a los curas el que realizaba
el ex seminarista sino una invitación a reconocer sus culpas, una amonestación
a la conversión, a sabiendas de que un mundo nuevo se alzaba a través de los
nuevos inventos como el utilitario, la lavadora, la heladora, la olla Express,
el trasvase de las masas agrícolas a las ciudades, la venida en masa del
turismo y para colmo la invención de la píldora abortiva.
Han
pasado menos de cincuenta años y la faz de la tierra se ha transformado.
Después de los aviones a chorro de aquellos tiempos se dio paso a la primera
huella del hombre en la luna, el mando a distancia, el ordenador, el móvil y la
píldora del día después que ha traído aparejada la gran revolución feminista
que el novelista catalán aunque borrosamente acierta a entrever. Lo dice en una
prosa clara, neta, sin atauriques y con la sequedad de un catalán nacido en
Terra Ferma en cuya estructura resuenan ecos del existencialismo de aquel
entonces, Sartre, Gide y Bernanos en mezcolanza.
“No
era de los Nuestros” fue ingresada en el cupo de novela católica por la
problemática que plantea pero hoy yo diría que es pura didáctica sociológica,
estableciendo un estadillo de situaciones psicológicas con la reacción al
desfalco y apertura de la caja fuerte de la empresa de su padre, y la huida de
Jaime Arias a Francia con seiscientas mil pesetas. Las miserias y grandezas de
cada uno de los personajes salen a la luz así como sus sueños, su amor al
trabajo, sus virtudes y pecados, grandezas y sus miedos. Podría calificarse de Bildungroman
o novela de iniciación.
Sin
embargo, en su única novela Vidal plasma una obra maestra haciendo un alarde de
imaginación, introspección, definición de caracteres, ambientación y esa garra
que suelen tener gran parte de los premios Nadal y de los escritores del
grupo de Barcelona (Bartolomé Soler, Tomás Salvador que aunque
palentino fue de la escuela catalana con libros insuperables y hoy por
desgracia descatalogados, Sagarra, Espriu, Xenius y otros
muchos que escribieron en La Vanguardia o en el Diario de Barcelona,
el rotativo más antiguo peninsular. Vaya para todos mi homenaje.
Con
la posguerra y durante el franquismo la Ciudad condal fue el emporio de la
inteligencia en castellano y en catalán. La ciudad vivió un autentico siglo de
oro que hoy muchos no quieren reconocer y que contrasta con el catetismo “pallus”
de la actualidad.
Era
entonces una ciudad abierta y se ha vuelto una sociedad cerrada. ¿Qué mano vil
enterró nuestros sueños? Las barras de Aragón eran las señeras de la llibertat.
Para libre Aragón, decía Gracián. El molt honorable Pichol ha convertido
el viejo bastión de los gigantes en una tierra donde renquean los enanos. He
is a dworf anyway y un ceporro muy lejos de la sabiduría y el buen trato de
los catalanes a los que definía Cervantes como “archivo de la cortesía”. Confiemos
en que su delfín don Arturo Mas no siga su ejemplo. Porque perdería
Cataluña. Perdería España. Perderíamos todos. Su Cataluña agria, antipática,
nadie tiene que ver con por contraste con esta Barcelona sudorosa que conoce la
irrupción de los primeros turistas pero atrayente y amable que describe Vidal
Cadellans en su denso libro. Apenas más de doscientas páginas. Era una ciudad
en libertad a la que peregrinábamos con deleite y algún donaire los de la
generación del 68.
JORGUINAS
EN LA COSTA O LOS FURRIELES DEL MALIGNO
No hay
moros en la costa pero las jorguinas y jorguines bailan sus jorcos y
aquelarres. Animal herido que busca su guarida y ahora todos lloramos los
quiries. Es la hora de los furrieles del maligno. Supura Villeguillo el ládano resinoso
que es pus cancerada de muchos años. Bebe la cratera de cicuta, ya no hay vino.
Crescit sub pondere virtus. La
autoridad pesa y en algunos se nota más que en otros el peso de la púrpura. La
talasocracia de los almogávares se acabó y los felones se van de rositas. ¿Que
pasará, qué va a pasar aquí? eso no me lo preguntéis a mí que no soy experto en
cremología el arte de la adivinación pertenece a las veoras del Escorial y otras hierbas. Ministros tiene el gobierno.
Don Tancredo sigue subido a la escalera; encaramado está y no se baja ni pa la
de dios y en esa estamos. Hoy tartamudea y va a escupir sus postizos. Le hace
falta mucha crema corega que se la metan por el meato auditivo hasta el crestón
de su cimera bajo el tupé ridículo y me niego a más crestomatías pues estoy hoy
muy triste y cabreado y a lo mejor mis coloquios dan soliloquios de tonterías
La mula del atabalero
Pues eso. Que ya están aquí llegaron ya alza el rabo
rucia que vienen los de Olmedo. Uno que ya es gato escaldado no se asusta mientras
rebuznan las radios consignas y Herrero en la Onda qué chulo el tío hace las
maletas para largarse a Miami. Llega la secesión y yo con estos pelos. España
se va al carajo. Pero yo no me asusto soy como la mula del atabalero que ya
pueden sonar zambombazos en derredor yo tieso. Esto huele a adafina a olla
podrida de judío enfermo.
Claro que esto es la consecuencia de lo que pasó
en el 78 y yo recién llegado de América por protestar me mandaron a la nevera.
No me congelé gracias a la ayuda de Dios pero hablan de gulags y de mares
de hielos. En la España del silencio hubo muchos mientras los políticos Suarez
el Gran Filipo el Guerra el Rubio Aznar ZP Rajoy que ha venido a ser eluindertaker o
enterrador del sistema. Y el amigo Suarez el seductor pero que no sabía hacer
la o con un canuto se conoce que fumaba mucho y había leído poco y se rodea de
una corte de ex falangistas que quemaron el yugo y las flechas con tal de
mandar y sobrevivir. A unos les puso de jefes de negociado, a otros los colocó
de catedráticos en la universidad cerró el Arriba y mandó
abrir esos infames Cuadernos para el Dialogoun diálogo
que es un monologo que no se acaba nunca. No hay toma y daca fue el triste
juego del quítate tú que me pongo yo.
Muera el latín. Hay que hablar inglés para llegar a
ser algo. El nuevo lenguaje o new talkformaba parte de una de las
técnicas de la conjura. Vinieron las guarderías bilingües. Había que descepar
la historia de este gran pueblo llamado España y duro que te pego: bable en las
escuelas, las ikastolas con libros de lectura en vascongado insultando a España
y largas parrafadas contra la unidad nacional en limosín. Empezose a hablar de
países catalanes y las aplicaciones de Google la nueva torre de babel
construida porGuillermito Puertas gozaban de una estrategia
para la resurrección de lenguas olvidadas como la fabla aragonesa, el castúo y
el mirandés. Buscaban la confusión de y el desespero recomendado por el Talmud
contra los cristianos.
Llenaron de odio la cabeza de nuestros educandos y
esta es la infernal cosecha. Suarez dios le haya perdonado, y a toda la tribu
de idolatras que medró alrededor de su círculo vicioso y la chaqueta blanca de
gobernador civil del Movimiento. Los de Segovia medraron con la palabra
al oído aquello de qué hay de lo mío, Excelencia. Llenó la fatalidad a él
y a su familia el cuerpo y el alma de maldiciones, los suyos morían de
cáncer y él acabó de Alzheimer. ¿Fue la venganza de la Cava?
Su conmilitón el Rubio anda por ahí
rey sin corona derrotando por los burdeles de lujo y ya no puede. El pobre
padece de hipostasias.
¿Castigo de Dios? El metió a los lobos a
apacentar el redil con su puedo prometer y prometo, con su persecución de la
excelencia.
A los que despuntaban mandó segarles el cuello y ahí
están los comisarios y cabos de vara los vititos borregueros los hijos de los
comisarios de la ronda secreta que después de la contienda hacían las sacas y
mandaban subir a los rogelios sospechosos al camión. Madre del
Verbo Divino ¡Cuánto hijo de puta!.
Así que esas tenemos. Aunque yo no me asusto, tengo la
piel de elefante y las orejas tiesas inasequibles al desaliento y a estos
clarinazos de rebelión que meten miedo.
El Viejo llevaba razón con lo
del contubernio mira que se reían de él y de esa flaqueza de los españoles
a echar las culpas a otro. Somos algo conspiranoicos por tendencia, pero
llevaba razón.
En Cataluña comanda la sinagoga. Y ha salido a la
palestra el director de orquesta con su instrumento en la mano – el musical …
se entiende- empieza el concierto, dejemos que nos toquen el violón y que don
Vitito por hacer ñudos asegure que está atando cabos son los nudos marineros
que nos legó la UCD, una soga para ahorcarse.
Ahora volvemos al XIX a las guerras carlistas pero con
mucha fanfarria mediática y despliegue de cadenas: locutoras de alcance
convertidas en bustos parlantes, las furias, las harpías las Euménides y las
nenias de las viejas saturnales romanas convertidas en televisión personalities.
Esto no es, señores, política sino porno duro. Truculento e irritante. Ya digo
para nada asustarse. Yo soy la mula del atabalero o si se quiere la de Wamba
que no come ni bebe ni caga ni jode pero siempre anda
SOROS
¿ESPONSOR DE UN FRENTE POPULAR EN CATALUÑA?
Georges
Soros Budapest 1930 tuvo una frase para mí cuando lo entrevisté en su
apartamento piso 35 de Wall Street "I´ll
buy you out" (os compraré a todos) y esa sentencia categorética se
clavó en mi memoria con tanta fuerza que escribí una novela. Lo que dijo aquel
creso millonario que por todo único lunch
se comía una manzana me invitó por cierto y yo le dije no gracia me martillea
en la memoria.
Era la
América de Carter la guerra fría pero aquel rey Midas ya preparaba the big move desde el alto edificios con
vistas al East River.
Vendría
la guerra de las galaxias, la globalidad y la caída del muro de Berlín. Mao era
nada más que un tigre de papel y la Unión soviética un gigante con los pies de
barro. El refugiado húngaro judío de raza fracasó como filosofo pero como
economista con sus teorías iconoclastas y antiacadémico que lo hicieron
malquisto en Downtown, era un brujo. Un verdadero adivino del porvenir.
Lanzó
su formula desde la ciudadela del capitalismo. Sacaba conejos de su chistera,
inventaba cosas basándose en el axioma talmúdico de que el dinero es sólo
papel. I buy you out. fue el
patrocinador de UCD, y se inventó una formula mágica para acabar con los
estados históricos las enejes vías de penetración mediante la filantropía, el
adamismo y el buenismo. Publicaba entonces libros que no leía nadie con títulos
como "El peso de la conciencia" y "Hacia la aurora global".
Un asquenazí de aspecto insignificante, americano desde 1948 y humilde nadie
podría creer que albergaba grandes proyectos para su fundación a la sombra de
Rockefeller. Subvencionó el levantamiento de Maidan y dicen que urdió planes
para asesinar a Putin pero Putin es ahora amigo y ha firmado un pacto al estilo
del que llevó a Europa a la guerra el
acuerdo Malenkoff /Ribbentropp con Netanyahu para triturar Europa.
Ahora
se habla de Cataluña como eminencia estratégica de dominio del mediterráneo
algo que le interesa en especial al estado hebreo al alimón con su aliado ruso.
creo que aquella manzana que se zampó durante la entrevista con su parco yantar
debió de estar envenenada. Uno tiene la impresión de que algunos políticos
catalanes y los elches felones que gastan coleta son unos bocazas, no saben
nada de geoestrategia y están jugando con fuego. Son los tontos útiles,
criminalmente irresponsables. La bestia sin rostro tiene muchas caras las más
terribles son las que oculta. Ases y triunfos bajo la manda. Un frente popular
en España is in the offing sufragado
por es este archimillonario sin patria al que seguramente no le queden muchos
afeitados
LAS
URNAS LAS CARGA EL DIABLO, MISTER
No
piséis el cable de alta tensión
NI es
crija ni verija
Se
oculta el engañador
Con la
ley del embudo en la mano y una papeleta en la otra
La
mansa sonrisa del bobalicón
Elches
renegados y traidores
Monedas
falsas y chantajes
Abrumado
estoy
enciendo
mi trubka
La
pipa que me ayuda a vivir
Sin
sobresalto
Dando
pufadas
Me voy
al exilio interior
Mandan
losa malditos
O
jugamos todos o se rompe la baraja
Estos
predicadores del diablo
Son
falsa moneda
No
atienden a razones
Tertulianos
y copleros
Que en
las sillas ergonómicas
Se
atentan los cojones
Tienen
por tema del día: elecciones que son compañones
Pero
no os preocupéis
Pronto
empezarán a escupir
Su
carga mortal las ametralladoras
y
ellos se irán al extranjero a vivir de sus millones
¿Qué
hará juanita la larga
El
coño grande y catalán felpudo negro y rizoso de la gran contumelia?
Rajoy
en lo alto la escalera mueve su pala de enterrador de las españas
La
señora medio metro se fue al evacuatorio
Gobernar
un país es algo más serio que cantar un tema de las oposiciones
Pero a
la alcaldesa no le dio tiempo
Tras
el retortijón
Se
alivió por el camino
Cagándose
en los calzones
Mal
olerán sus bragas con palominos
Como
estas infames elecciones
JUNQUERAS MIENTE POR TODA LA BARBA
¿Junqueras
creyente? Ja, ja. Habló en su día y de la prohibición de entrada de emigrantes
hispanohablantes latinoamericanos en Cataluña por odio a la Madre Patria.
¿Practica la religión del Zancarrón Mahometano ? Por lo que parece
ante el juez ha adoptado la tesitura de que su presidencia de la Generalidad
que cuesta a los es`pañoles 120.000€ bien vale una misa.
Hay habladurías sobre su condición de musulmán encubierto. Con tales mimbres
los secesionistas en comandita con Puchimont, la Forcadell y adláteres, dieron
un golpe de Estado del primero de octubre que acabará con la unidad de España.
El movimiento catalanista incoado por Mas, Pujol y sus compinches, todos
sabemos que está apoyado por Soros que forma parte del brazo zurdo
del Sionismo. Parece ser que la mentira es un arma cargada de
futuro. No le haga usted caso, señor juez. El capo miente por toda la
barba
ARTURO MAS Y SUS COFRADES EN USA SERÍAN PASADOS POR LAS ARMAS POR
DELITO DE ALTA TRAICIÓN
Odio la violencia, me repugna la
guerra pero amo a mi patria y estos días ese catalán con cara de dolerle el
estomago- tipo antipático y engreído mas feo que un caganet- se encarga de
insultarnos y decir las mayores burradas los que amamos a nuestra patria y
hemos jurado bandera. Corren malos días para la gente decente, los españoles de
bien, y si Cataluña se independiza, porque aquí Rajoy no ha dicho ni mu, esta
democracia se va a convertir en una opera bufa en la que todos han ido a robar.
Dineros catalanes en Suiza, mutismo gallego y escucho por ABC radio al bueno de
Felipe Sahagun el meritorio de Cirilo Rodríguez el que me acusaba a mi y a toda
la gente de la prensa del movimiento de ser corruptos por que porque el era un
becario de una Fulbright de mil dólares y de lo que se trataba era de subir, el
PSOE pedía degüellos, ahora este inclito milita en las huestes de la derecha
informativa porque el ABC no es lo que se dice un periódico rojo, casi me dan
ganas de llevarme la mano a la pistola.¡qué país, vaya tropa! Tropa indigna de
corruptos, villanos y traidores. Esta democracia puede acabar como el rosario
de la aurora pero con su pan se lo coman, yo ni quito ni pongo rey, allá ellos
que lo arreglen y se repartan el bacalao. Creo que va a hacer violencia. Mas
tiene la suerte de pertenecer a una nación como la española a la que zahiere y
detesta. En los Estados Unidos ya le habrían dado mulé los servicios secretos o
los jueces lo habrían sentado en la silla eléctrica. Aquí somos más tolerantes
pero a mí me parece que el lemosino don
Arturo sería un buen candidato a la corbata de hierro. Sus vilezas le
harían merecedor del garrote vil
JUAN
NEGRIN: "COMPANYS Y LOS CATALANISTAS, CULPABLES DE QUE LA REPÚBLICA
PERDIERA LA GUERRA CIVIL"
Año
1977 acto de afirmación de la amistad hispano/norteamericana. Como corresponsal
del Diario Falangista Arriba me
situaron en una mesa que compartía con el hijo de Juan Negrín ex presidente de
la República. Se llamaba Juan y era clavadito a su padre, vástago del segundo
matrimonio del ex presidente de la Republica con una rusa, sangre canaria ojos
dulces muy azules y buenas maneras. No era el ogro con que le había
caricaturizado la propaganda del Régimen. Negrín hijo era a la sazón uno de los
neurocirujanos más afamados del Bellevue el hospital neoyorquino de Mid Town Manhattan.
A Negrín y a mí nos unía el fuerte (éramos los dos hijos de la guerra civil)
amor a España y una actitud tolerante frente a la vida. Hombre muy inteligente
de carácter bondadoso gordo y dotado de esa sabiduría sobre la condición humana
que sólo mantienen los buenos médicos y que forma parte de las "bedside manners" y del ojo clínico.
Por su aspecto era la vera efigie de su progenitor. El hijo del político más
difamado e incomprendido del último gobierno republicano, le acusaban de pro
soviético, trató de meter en vereda a los anarquistas del POUM, contó con la
colaboración de pésimos edecanes que engangrenaron sus relaciones con los
catalanes y los otros jerifaltes del gobierno de Azaña, también en USA sufrió lo suyo después de la caza de
brujas de McCarthy. Su padre hubo de volverse a Paris donde murió casi en la
indigencia en 1956, pero logró abrirse paso en la Ciudad de los rascacielos y
dar carrera a sus hijos. ¿Con los tesoros del "Vita"?.
De
temperamento voltaico, un español apasionado, y con lo que tiene que temer un
hombre bien puestos lo contrario de Azaña que era algo cobardón como Rajoy o
Indalecio Prieto el de los Tesoros del Vita
al que se le iba la fuerza por la boca o Largo Caballero un asesino. Por
aquellas fechas don Juan Negrin ya había muerto e ignoro si Juan Negrin júnior
seguía perteneciendo a la partido comunista.
Sentí
un cierto feeling puede llamarse compasión y simpatía que me conectaba hacia
aquel personaje un hombre contra cuyas ideas había peleado mi padre en el Ebro.
En
aquel instante el neurocirujano me hizo una confesión a bocajarro: "Luis Companys tuvo la culpa con su fuerte
exaltación nacionalista de que perdiésemos la guerra civil, publíquelo usted,
si quiere, en ese diario fascista para el cual trabaja, pero es lo que decía
con frecuencia papá al que no le gustaba hablar nunca de aquello... por qué
perdimos la guerra.
Se me
quedaron grabadas aquellas palabras que traigo aquí a colación porque en
víspera de la Díada Catalana vuelve a repetirse la historia. Puigdemont con su
pinta de demonio peludo sigue demonizando a España, por la senda marcada por
Companys que llevaría a España al precipicio.
Tambien
convendría recordar que fue fusilado el día de Santa Teresa 15 de octubre de
1940. Una hermana suya carmelita asistió a sus últimos momentos cuentan las
crónicas. Ya en capilla rechazó los auxilios espirituales y pidió cigarrillos
▬ se fumé un paquete entero hasta el
amanecer, era un chain smoker ▬ y dos
botellas de champán. Eso sí como ultima voluntad rogó antes de que lo fusilaran
ante el foso del castillo de Montjuich presentarse descalzo ante el paredón.
Quería pisar tierra catalana antes de morir. Según confesión del hijo del
ultimo presidente de la república española, Companys era muy terco y no se
avenía a razones. Salió por la frontera española en automóvil en compañía de
Aguirre, el presidente de Euskadi, Irujo, Tarradellas con una escolta de varios
mozos de escuadra. El coche tuvo que abrirse paso entre una larga hilera de
desplazados que buscaban refugio en Francia haciendo un trayecto a pie lleno de
penalidades. Sin embargo, los jefes eran los jefes. Companys dejó en Carcasona
a Tarradellas y Aguirre, continuando viaje hacia Paris en compañía de Largo
Caballero.
El
líder socialista se dirigió a Berlín donde tenía parientes pero acabó de muerte
natural en Buchenwald donde falleció poco antes de la entrada de los rusos en
Berlín, y Companys que quería saber el paradero de un hijo subnormal que tenía
en un sanatorio de Bélgica fue detenido por la policía del Régimen de Vichy
quien le entregó a las autoridades españolas. Tarradellas y Aguirre se salvaron
huyendo al sur de Francia.
Trasladado
a Madrid fue encausado en una largo proceso (fue defendido por un capitán
artillero que estuvo con él en la guerra de África) pero el tribunal castrense,
inculpado el de de rebelión militar y de crímenes contra la humanidad fue su
abogado defensor (miles de muertos y desvaríos en Cataluña que había que
achacar a este personaje tan nefasto como exaltado) lo condenó a muerte. sus
cincuenta años de vida recuerdan una de las peores páginas de la historia de
España.
Juan
Colubrí, como jurídico castrense, actuó en la defensa de su causa y nada pudo
hacer por él. Casualmente y por una de esas peligrosas coincidencias de la vida,
fue pasado por las armas en el mismo lugar en que Companys había mandado
fusilar el 23 de agosto al general Goded que había secundado el Alzamiento
Nacional. Donde las dan las toman. La figura de este exaltado nacionalista
miembro de la masonería trágica figura (sus cartas lo revelan como un pobre
payés de Lérida con poca visión universal, puede que el gerundio Puigdemont sea
su mismo retrato y siga los mismos pasos
Companys era un asesino
La
Generalidad honra a la memoria de Luis Companys, un asesino. Mandó fusilar a
milles de catalanes en los fosos del castillo de Montseny o lanzandolos por la
borda del barco prisión surto en el puerto de Barcelona. Entre ellos un
pariente mio asturiano que se llamaba Cpornelio Alvarez y cuya cartas obran en
mi poder y publicaré algun dia. era un hombre sencillo que fue detenido por
llevar corbata. Companys no era sólo un asesiono sino un cobarde, culpable a
decir de Negrin y de Durruti al que mandó fusilar de la derrota de la batalla
del Ebro. El obcecamiento y el engreimiento de esta cúpula de catalanes
millonarios respaldados por el Sionismo y la masonería Puigdemont, Mas,
Pujol y compañía ha puesto el reloj de la historia marcha atras más de tres
cuarto de siglos. La masonería fue derrotada en Cataluña y ahora vuelven a las
andadas sin saber que el pueblo español se alzará contra esta dictadura de unos
cuantos políticos y un sistema corrupto como el del gobierno que preside
el masón Mariano Rajoy Brey alias el cagón con sus enjuagues embustes y diarreas
mentales propias de la filosofía del contubernio contra España que preside.
Manuel azaña era un patriota y tuvo más redaños que este gallego infame. Lo
pagarán algun día porque España no se parte así como así y no puede haber una
revolución sin sangre. El gobierno debería cerrar no sólo TVR sino la TV1,
establecer la enseñanza del español en las escuelas y cerrar algunos periódicos
del a cuerda como El Mundo inmundo. La masonería controla el
agit prop y la maquinaria de la
propaganda. Losa judíos son amos de los medios de comunicación y habrá que
quitarles ese peligroso juguete de sus sucias manos mentirosas
LOS
POEMAS DE UN ASTURIANO ASESINADO EN CATALUÑA
Constantino
ÁLVAREZ Castrillón era un humilde emigrante a Cataluña asturiano de la aldea de
Puente Vega y residente del Manto de Las Dueñas concejo Cudillero y primo de
nuestro abuelo Pepe Castrillón, que consiguió establecerse, a su regreso de
Cuba, en Barcelona poniendo un pequeño negocio.
Un día de julio de 1936 fue detenido en la
Ramblas por milicianos del POUM por llevar corbata. Estuvo en la cárcel de
Mataró, Lérida y Barcelona en un barco prisión. Donde lo tiraron por la borda
atado de pies y manos unido a un lastre (para ahorrar munición). Debió de ser
su muerte horrible. Su cuerpo no apareció. fue pasto de los peces.
Entretenía
sus ocios carcelarios escribiendo poesías de carácter filosófico.
Sus
cuartetas, algunas con faltas de ortografía y algo ripiosas, no le lograría a Constantino Álvarez ningún lugar
preeminente en del Parnaso de nuestras letras, pero transparentan el alma
sencilla de un probo ciudadano preocupado por la situación que vive el país.
No hay
rencor ni acusaciones a sus carceleros o a los que no compartían ideas políticas de liberalismo de derechas,
no era falangista.
Hasta
el final de su encarcelamiento se mantuvo en la esperanza de ser liberado ya
que confiesa no haber cometido otro crimen que el de llevar corbata.
Sus
poesías — más de tres centenares en letra apretada y elegante—han llegado a
nosotros gracias a un mozo de escuadra compasivo que las retuvo y luego entregó
a los franquistas tras la liberación de Cataluña cuando entró la fuerza de
Yague en la capital catalana.
He
aquí uno de sus trabajos— el poemario principia en 1932 y termina cuatro años
más tarde con la muerte violenta de su autor— que firma en la cárcel de Mataró
en noviembre de 1936.
EL SOL EN LA CÁRCEL
Cuando falta la experiencia se confunde
la prudencia
Con alguna tontería que suele servir de
guía
A la pobre inteligencia
Le endurece el corazón
Esclavo de la pasión
Por desmedido egoísmo
Sin Dios amor y razón
Buscando comodidades
Nacen complicidades y los pueblos no se
entiendes
Y se persiguen y venden
Disfrazando las verdades
En el propio proceder
Encuentra el hombre placer
Cuando nunca causó daños
Hasta soñando dormidos se concentran los
sentidos
En las noches silenciosas y nos
recuerdan muchas cosas
Y los daños cometidos
Todos los callan y ocultan y no pocos
los disculpan
Con aguda precaución suplican
Todo el perdón
De las faltas que les culpan.
A
partir del 18 de agosto cuando sube la última entrada a su diario poético, cesa
la comunicación.
Constantino
Álvarez el probo inmigrante asturiano, que no se metía en política, un hombre
pacifico, que fue asesinado por llevar corbata e ir a misa, abre los brazos a
la muerte en las tibias aguas mediterráneas del puerto de Barcelona.
Su
sentencia de muerte había sido firmada por Luis Companys presidente de la
Generalidad.
Ojalá
que en España no vuelva a derramarse inútilmente sangre inocente como la suya
ni sucumbamos a la debacle de los odios. Los descendientes de este pobre mártir
por sus ideas no pedimos revancha ni vindicta. Más bien reflexión que es la
mejor forma de que el dialogo no se convierta en monólogo
El CURA DE LOS PALACIOS
Andrés
Bernaldez 1488-1513 es el único historiador y lo cuenta de oídas que había oído
decir a su abuelo lo que aconteció en el verano de 1492 cuando los Reyes
Católicos promulgan el edicto de Destierro para todos aquellos que practicantes
de la ley mosaica no quisiesen bautizarse. Nos informa que eran gente logrera
de muchas artes y engaños.
La
mayoría simuló su conversión… e quedaron
en Castilla muchos dellos e sinagogas e los guarecieron los reyes y señores a
causa del grande provecho y riquezas que tenían. A los que se bautizaron
cristianos llamabanlos conversos por haberse convertido a la Santa Fe que ellos
guardaban muy mal practicando de oculto la ley vieja e muchos fueron frailes,
abades y obispos.
Sólo
una pequeña minoría zarpó desde el Puerto de Santa María para Berbería y Argel.
De estos una parte regresó a Castilla por no haber sido recibidos con bien por
los alcaides. Otros siguieron ruta a Istambol. Los que no quedaron en Fez.
Si hay
que creer el testimonio de este clérigo que ministraba una de las parroquias
más importantes de la archidiócesis de Sevilla, las cifras que sustentan uno de
los capítulos vesicantes por lo contrarios a España de la leyenda negra están
infladas. Ahora bien a Bernaldez algunos casos le movieron a compasión. Refiere
que malvendieron lo que tenían. Cambiaban la casa por un asno y daban a cambio
de una manta una viña de tres obradas. Otro dato: eran gente adinerada. Se
ayudaban unos a otros de modo que no había judíos pobres. Practicaban profesiones
minerales la medicina la escribanía eran mercaderes. Pero apostilla: “dominaban
por arte de engaño”. Comían pan cenceño y carnes tajales de animales sin pezuña
hendida y llevaban vida holgada, no labraban la tierra como los moros ni
marchaban a la guerra como los cristianos. Agrega un dato muy importante. No
fue la diferencia e religión lo que suscitó la animadversión de otros
coterráneos de credo distinto sino la envidia, la usura y en ocasiones el
conocimiento de las plantas medicinales. Los rabíes eran también médicos y con
frecuencia envenenaban a sus pacientes con pócimas.
El
cura de los Palacios nos informa de sus aficiones culinarias con preferencia de
la olla podrida y la adafina de los viernes, las berenjenas y las cebollas.
“Les huele el resuello”, asegura el buen cura que debió de confesar a algunos
conversos y de bautizar a media aljama “aunque cuando llegaban a casa se
restregaban el agua bendita o escupían las hostias de la eucaristía sobre un
muladar”.
Es un
pueblo acérrimo en sus principios que dominan por arte de engaño. Abrahán Señor
era el amo de media Castilla. Su abuelo los vio partir “unos cayendo otros
levantando, unos naciendo y otro muriendo unos riendo y otros llorando camino
del exilio iban a embarcarse a la nao de Pero Cabrón”.
En la
travesía fueron desvalijados por los piratas. Una pregunta que ahora me ahoga
mientras ruge la marabunta del volcán catalán es si los descendientes de
aquellos que emigraron medio milenio no han vuelto para desbaratar la unidad
creada por aquella reina castellana que los expulsó y a la cual llaman en
hebreo “messhuge” (maldita). Cabe
tener en cuenta que Abrahán Señor era catalán. Un dato muy importante
EL COMPLÓ SECESIONISTA ACCIONADO
POR LA MANO NEGRA QUE REGRESA
Dos
aviones de las modernísima fuerzas aérea españolas que caen en despegue o en
aterrizaje ¿abatidos?, media Galicia y media Asturias que arden de repente,
fuegos deliberados, terror ecológico, vuelve a España la mano negra. Ocurrió
también en la Rusia zarista de 1917 (el diablo es viejo en sus planteamientos,
no cambia de actitud y se repite) inflamada por los discursos de Lenin y las
teas de una mano negra que incendió los bosques. La prensa internacional
afila el dalle y amenaza con cortarnos la cabeza, coreada por TV3, la Cuatro y
la Seis, cadenas españolas que secundan la ruptura y la revolución controlada
por la masonería judaica que se nos echa encima y cuando la policía española
trata de controlar a los revoltosos de Barcelona de una forma sosegada y de
bajo perfil son tildados de asesinos. Las cancillerías pagan el “lip service”
esto es dicen con la boca pequeña lo que no quieren decir con la grande.
Querían un "bloody Sunday" como en el Ulster en 1970 que yo lo vi:
los paracaidistas ingleses disparando contra la multitud norirlandesa con fuego
real pero no lo tuvieron. Querían un Maidan en Cataluña. Lo que sí tuvimos fue
una sarta de mentiras y “fake news” imágenes trucadas de posibles
enfrentamientos con los guardias de falsas lesiones de ojos morados y de
heridas que eran microbiana o pintura roja dieron la vuelta al mundo. Ante
estas falsas informaciones y acusaciones torticeras del New York Times del
Guardián y de la prensa alemana o la francesa controlada por judíos yo pensaba
en una frase de Erasmo "non placet mihi Hispania" este grito daría
origen a la leyenda negra. Muchos españoles piensan que Israel es un país amigo
pero sus agentes están detrás de la revuelta de Cataluña de la subversión de
loes escraches y se ocultan debajo de la coleta del pijofaluta de Podemos. También
se esconde entre las bragas sucias de la alcaldesa de Madrid la de
"bienvenidos refugiados" mano oculta de Podemos en la corporación
municipal. Todos ellos asisten barra libre a los cocteles de la embajada
israelí. Cuya tecnología última generación creo que estuvo detrás del derribo
de nuestros aviones. Dios tenga en su gloria a estos dos jóvenes pilotos el
capitán Aybar y al teniente Moreno. Hoy llevo luto por ambos valientes.
Se
hacen pasar por amigos pero ocultan su alfanje a la espalda con el que quieren
apuñalarnos. El estado gánster sionista respalda la secesión catalana y
lo más grave es que está poniendo a las cristiandades europeas contra las
cuerdas organizando la emigración masiva hacia nuestras fronteras. Israel es el
gran patrono de las enejes. Sus intereses de quebrantar la unidad hispana deben
de obedecer a una venganza histórica que desconoce el gobierno y que el hombre
de la calle ignora, El CNI debiera de tener la respuesta de por qué caen
nuestros aviones y andar prevenido contra otros eventuales ataques
companys era un asesino
La
Generalidad honra a la memoria de Luis Companys, un asesino. Mandó fusilar a
milles de catalanes en los fosos del castillo de Montseny o lanzandolos por la
borda del barco prisión surto en el puerto de Barcelona. Entre ellos un
pariente mio asturiano que se llamaba Cpornelio Alvarez y cuya cartas obran en
mi poder y publicaré algun dia. era un hombre sencillo que fue detenido por
llevar corbata. Companys no era sólo un asesiono sino un cobarde, culpable a
decir de Negrin y de Durruti al que mandó fusilar de la derrota de la batalla
del Ebro. El obcecamiento y el engreimiento de esta cúpula de catalanes
millonarios respaldados por el Sionismo y la masonería Puigdemont, Mas,
Pujol y compañía ha puesto el reloj de la historia marcha atras más de tres
cuarto de siglos. La masonería fue derrotada en Cataluña y ahora vuelven a las
andadas sin saber que el pueblo español se alzará contra esta dictadura de unos
cuantos políticos y un sistema corrupto como el del gobierno que preside
el masón Mariano Rajoy Brey alias el cagón con sus enjuagues embustes y diarreas
mentales propias de la filosofía del contubernio contra España que preside.
Manuel azaña era un patriota y tuvo más redaños que este gallego infame. Lo
pagarán algun día porque España no se parte así como así y no puede haber una
revolución sin sangre. El gobierno debería cerrar no sólo TVR sino la TV1,
establecer la enseñanza del españlol en las escuelas y cerrar algunos
periodicos del a cuerda como El Mundo inmundo. La masonería
controla el agit prop y la maquinaria de la propaganda. Losa judios son
amos de los medios de comunicación y habrá que quitarles ese peligroso juguete
de sus sucias manos mentirosas.
QUEVEDO
VERSUS TERESA. CRISTIANOS VIEJOS Y NUEVOS
Hoy fiesta de Sta Teresa convendría recordar a
Francisco de Quevedo y la gran polémica que dividió a las dos Españas entre
santiaguistas y teresianos. Y la pugna sigue. Santiago representaba la alcurnia
de los hidalgos de sangre limpia. La andariega carmelita por su parte abandera
el estandarte de los conversos. Cristianos viejos contra cristianos nuevos.
Absurda controversia porque tanto Santiago como Teresa eran judíos. Las
palabras como truenos de los Caballeros del Habito de la Cruz Colorada retumban
contra el sayal descalzo de los que venían de la judería. Recomiendo a mis
compatriotas la lectura de los libros del autor de los Sueños. Porque allí
podemos encontrar una explicación a nuestra dicotomía a nuestra personalidad
escindida. En parte llevaba razón cuando Francisco de Quevedo descubre en la
psicología de la monja abulense inquieta arrobadiza y andariega (fue siempre
muy exagerada y mujer muy lista) aspectos menos plausibles de lo que ven ella
sus devotos incondicionales. Los que añoran al franquismo siguen soñando en el
brazo incorrupto de la fundadora carmelita del cual el dictador, tambien judío
de raza aunque no de nación, nunca se separaba. El tema se remonta bastante
atrás al siglo de Oro y de ahí pudiera emanar la desazón de nuestro inquieto e
inquietante pasado. Parece que los españoles caminan por la historia como si
pisaran arenas movedizas. Ello forma parte del juego de la exaltación conversa
que cuenta con historiadores incondicionales como Américo Castro refractario a
tener en cuenta lo que Quevedo desvela en sus escritos.
QUEVEDO PASIÓN Y MUERTE
“VIVIMOS CON LA BARBA AL HOMBRO” escribía don
Francisco de Quevedo el caballero de las
espuelas de oro (así llamaba Casona)
desde su mazmorra en el convento de San Marcos de León.
El delito cometido debió de ser grave de lesa
majestad dicen que por una coplilla contra su Majestad otros autores señalan
las veleidades políticas del escritor y las posibilidades de ser esculca de los
franceses. La causa de su prendimiento una noche de diciembre de 1639 no ha
podido ser esclarecida. Hay otras muchas lagunas en la personalidad enigmática
y contradictoria del mejor y más diestro en el manejo de la lengua castellana
de los escritores españoles. Gran parte de su ingente obra se perdió. Otra
sigue inédita. ¿Era verdaderamente un echadizo de Richelieu al que por otra
parte fustiga sin conmiseración? El espionaje fue una de sus muchas facetas.
Urdió la conjura de Venecia y la policía del Dux quiso aprehenderlo. Se salvó
por parlar italiano sin acento.
El señor de la Torre de Juan Abad era un gigante
en un país de enanos.
Aquí la envidia y la mentira me tuvieron preso
conviene recordar la quintilla de fray Luis de León, al salir del presidio de
la Inquisición en Cuenca.
Quevedo conoció la amargura del calabozo en
tres ocasiones. Las dos primeras por no hacer traición al duque de Osuna, y la
tercera, por defender, como patrón de España al apóstol Santiago, ▬ fue larga y
virulenta en el siglo XVII la controversia sobre el compatronato porque ahí las
dos Españas entraron en juego y la polémica sigue aún, pues esto parece el
cuento de nunca acabar ▬ en lugar del de Santa Teresa de Jesús, como pretendían
los conversos. Santiaguistas contra teresianos.
Parece
ser que él conocía el enigma de la santa andariega sus mentiras y camelos sus
arrimos al dinero de los cristianos nuevos y los devaneos de esta santa tan
arrobadiza que sublima el sexo haciendo creer a los inquisidores que había sido
penetrada vaginalmente por el propio Jesucristo. Locura de amor. España es país
de locos.
Aquellos que descubren satíricamente estas
obsesiones son condenados al silencio, al escarnio a o a la horca.
Olivares muere el 22 de julio 1645 en Toro en
plena crisis separatista con Portugal y Cataluña. Se había puesto al frente de
un ejercito que iba contra Lisboa tras salir de su heredad de Loeches. El conde
duque que admiraba a Quevedo y lo protegió acabó odiándole y es posible que una
de las causas de ese odio fuera que creía que el autor de Los Sueños se
entendía con los franceses que habían invadido Cataluña con un ejercito bajo
cuerda. Durante sus días de presidio que minaron su agotada salud no pierde el
humor:
“A modo
de cachidiablos
me
cercan tres cachirríos
Órbigo,
Castro y Bernesga
Que son
del Duero meninos” y eso
que estaba ciego del ojo izquierdo tullido y cancerado con una herida abierta
en la pierna.
De este tiempo son sus obras piadosas con
místicos resabios donde demuestra sus conocimientos bíblicos su longanimidad y
paciencia de nuevo Job.
El frío leonés inhóspito y salvaje que lo
convierten en una de las ciudades más antipáticas de España, gente arisca con
mal vino y que come mucho conejo “que vivo en este sepulcro ensayándome de
muerto”.
Sin embargo, su consuelo son los libros y la
amistad con los jesuitas. El padre Juan de Tarsis iba a ser su gran biógrafo y
llega a suponer una virtud heroica en aquel hombre que le haría digno de los
autores. Dicen que Quevedo resignado y paciente murió como un santo.
La literatura es para el preso además de
consuelo una terapia, no un placebo. Quevedo era alto bien proporcionado de
cuerpo de cintura para arriba, frente despejada, narices gruesas y corto de
vista. Los pies los metía hacia dentro y cojeaba de ambos remos. En el retrato
que hace dél Pacheco se nos muestra esa nariz sensual judaica y los mostachos
de mosqueteros. Que no falte la cruz colorada al pecho como ostentación de su
limpio linaje. ¿Era tambien de antecesores marranos? Muchas páginas de su obra
así como su perfecto conocimiento del hebreo nos hacen sospechar que sí.
¿Entonces cómo es que se coloca del bando de los santiaguistas y brama contra
los teresianitas el bando de los cristianos nuevos? Se encuentran muchas
contradicciones y lagunas en la vida del escritor que aun no se han resuelto.
El caso puede obedecer a sus múltiples complejos y trastornos de personalidad.
Velázquez lo pinta en 1628 cuando tenía 48
años quien le hizo un retrato más favorable; debió de existir amistad entre él
y don Diego
“Retirado
en la paz de estos desiertos
Con
pocos pero doctos libros juntos
Vivo en
conversación con los difuntos
Y
escucho con mis ojos a los muertos
Si no
siempre entendidos siempre abiertos
O
enmiendan o fecundan mis asuntos
Y en
músicos callados contrapuntos
Al sueño
de la vida hablan despiertos
Las
grandes almas que la muerte ausenta
De
injuria de los años vengadora
Libra oh
gran don José docta la imprenta
En fuga
irrevocable huye la hora
Pero
aquella el mejor calculo cuenta
Que en
la lección y estudios nos mejora” de tan
inmortal soneto los que vivimos una vida libresca donde el alma vence su
trifulca eterna contra la carne.
El duque de Medinaceli se lo llevó a Cogolludo
cuando fue excarcelado. Tenía 63 años el cuerpo le fallaba pero la cabeza le
regía. Aquel otoño de 1643 publica Vida de Marco Bruto que plantea el
interrogante eterno si es lícito asesinar o no al tirano. ¿Tu quoque filii mihi? (¿Tú tambien hijo mío eres de los que están
en la conjura?)
Bruto asesinó a su padre Julio Cesar. Plantea
la cuestión del tiranicidio. Quevedo recoge el guante del reto lanzado por
El Padre Mariana dando lugar a una gran
polémica entre los juristas de la escuela de Salamanca y determina que el que
mata al opresor del pueblo no es culpable y lo exime de culpa en su libro De regis institutione data de 1599.
En la Torre de Juan Abad adonde llega en el
otoño de 1644 se queja de la soledad que es la tortura del viejo no tener
amigos. Se cartea con Francisco de Oviedo y con Sancho de Sandoval. “Sin
apartarme de la chimenea me quemo y no me caliento”. El frío de la cárcel
leonesa le penetró los huesos. Es trasladado al convento de los dominicos de
Villanueva de los Infantes. Un criado gallego Diego de Lugo le roba cuanto
tenía y se da a la fuga. Vienen los sobrinos a la cabecera del moribundo al
husmo de la herencia. La noche del 30 de mayo el galeno le manda fumar una pipa
y el pobre enfermo con el humo se intoxica. Pésimo remedio. El 25 de julio
anota en una de sus cartas (Quevedo murió con la pluma en la mano como los
grandes escritores periodistas) “Hoy
fiesta de Santiago mi patrón y único de España se me abrió la postema del lado
del corazón. Espero buen suceso” el día de la Magdalena llega la noticia de
la muerte del valido Olivares su verdugo. Tercia este comentario despectivo: “Yo que estuve muerto en prisiones viví para
ver el fin del hombre que me aherrojó… unos dicen que le hallaron sapos y
culebras en el buche, otros encontraron cal y arena; yo creo que había de todo”.
El 8 de septiembre de 1645 moriría el genio,
de una paroxismo, ▬
congestión cerebral▬, poco
después de escribir una carta a su fautor Bernardo de Oviedo. Fue enterrado en
la iglesia de san Andrés.
Vuelve el polvo al polvo que es polvo
enamorado. Amor constante más allá de la muerte. Sus huesos se perdieron en una
exhumación de la francesada “pues que de nieve están las cumbres llenas, la
boca de los años saqueada, la vista enferma… salid a recibir la sepultura
acariciad la tumba y monumento que morir viviendo es la última cordura”
escribió los poemas cinerarios más sublimes de la lengua castellana. La vida
tiene mucho de cruel y bastante de escatológico. Es un viaje a través de la
mierda. Abrumador por lo pesimista el pensamiento quevedesco.
Alguien detrás del biombo, se carcajea de
nuestros pasos; el ambiente de la comedia del mundo es delirante. “Médulas que
han ardido gloriosamente”. Et ossa mea non conteretur, clamaba Ezequiel. No
disperses, Señor, mis huesos.
The windmills of my mind. El Molino de su cerebro no paró el trajín
durante sus 65 años de vida. “Mi corazón es reino el espanto”. Un clásico
universal que retrató no sólo a la sociedad de su tiempo a golpe de sátira sino
también la vida misma.
QUEVEDO LA CALLE DEL NIÑO
Largos paseos por Madrid al husmo de mis
fantasmas intelectuales guiado por la estrella de la literatura desde mi
juventud y descubrí (yo debí de haber pasado en la Villa y Corte muchas de mis
otras vidas porque estos sitios tenían duende y reclamo para mí.)
Aquí las calles no son un hombre solo. Evocan
una historia un amor un suceso, un encuentro o un desencuentro, tal vez el aire
de un crimen como Jacometrezzo, la calle del Turco donde mataron a Prim,
Antonio Grilo el crimen del sastre la Magdalena y los túneles de la casa del
marques de Perales antiguo monasterio donde se decían que las monjas paridas
enterraban vivos a sus infantes o la calle de Atocha donde estaba la fuente de
la alcachofa pero en tiempo de mi juventud fueron los aledaños entre Quevedo
Iglesia Cuatro Caminos. Aquellas estradas y calellas tenían alma o al menos así
me lo parecía a mí.
Me daba la sensación de haber estado allí
antes; deambulado por allí en otras vidas que tuve porque yo siempre he creído
en la reencarnación. Los mesones de Bilbao donde estaban las eras del Mico y
las cervecerías de Argüelles muchas cañas metí entre pecho y espalda, alguna
cita con aquellas novias primerizas del Madrid de los sesenta y en ultimo
termino siempre quedaba como ultima ratio
de alguna que otra tarde desaforada después de alguna copa de coñac o
algún cubata para mi corazón solo ir a bailar a las Palmeras donde siempre
surgía un roto para un descosido y no era consciente de que aquella casa en la
calle, hoy la glorieta era la calle del Niño habitaron en su día Góngora y
Quevedo. Tambien la llamaban la Casa del Tócame Roque. Burdeles y timbas que
siempre abundaron en la Villa y Corte.
Don Francisco de Quevedo que a la sazón volvía
rico de Italia compró el inmueble con un préstamo que le hiciera su valedor el
duque de Osuna en lo álgido de su poder. Pronto habría de decaer, eclipsado por
su propio hijo, el duque de Uceda y luego el Conde Duque los otros validos de
Felipe IV. En cualquier circunstancia, allí vivió don Luis de Góngora y Agorte
y, don Francisco de Quevedo y Villegas, fue su casero malquisto.
Pero la casa tenía bicho y los alguaciles
hubieron de desahuciar a otro gran poeta de la corte de Felipe IV don Luis de
Góngora y Agorte.
El autor de Soledades era un inquilino moroso y el de los Sueños un casero implacable.
Este pleito es el origen de la sátira y de los
varapalos en versos y letrillas que se cruzaron los dos genios.
A raíz de aquello ya digo se sella un odio
africano entre los dos máximos vates de las letras castellanas. Una mutua
antipatía que llegaría hasta la tumba.
Góngora dejó de existir en 1627. Quevedo en 1645.
Se cruzaron coplillas alusivas a la
constitución sexual de cada uno saliendo a relucir cojeras, sabañones y otros
vicios como el aborrecimiento del tocino que los conversos no cataban nunca.
¡Que delicia, con todo y eso, cuando ambas plumas la mejor tajadas de la lengua
castellana se meten un zurrío! El insulto viene a ser entre nuestros poetas y
poetisas un subgénero literario. Si se administra convenientemente puede
resultar una obra de arte.
El
cordobés no se cansaría de insultar al madrileño llamándole borracho, zambo
“eres tartamudo de zancas y achacoso de portante” siete ojos alcahuete y
buharro y el madrileño en el mismo tono coloca a Góngora en los cuernos de la
luna tildándolo de judío, maricón y mal capellán aparte de narigudo… don
Francisco no callaba ni debajo del agua ▬ “yo
que nunca se callar/ y solo tengo por mengua / vaciarme de la lengua y morirme
por callar/▬ El contraparte se mofa de la cruz colorada que lucía en el
pecho recién investido por Su Majestad como Caballero de Santiago:
La
malicia y el enredo
La
insolencia y el desgarro
Lo
alcahuete y lo buharro
Le
negociaron la cruz
Que es
mirado a buena luz
Habito
pintado en jarro
A las
pullas vesicantes del cordobés contesta el complutenses con ilustres
rifirrafes empapados de ingenio con los que fustiga los vicios y los antojos de
su tiempo. No hay peor cuña que la de la misma madera y tanto uno como otro no
eran preclaros de linaje aunque siempre Quevedo se las dé de cristiano viejo
pero era el único de los clásicos que conocía el hebreo y andaba por la Biblia
y el Talmud como Pedro por su casa. Hidalgos de la montaña del valle de Toranzo
pero una familia que realiza los oficios en la corte de camareros y
maestresalas
Quevedo
dice que el habitáculo de don Luis en la calle del Niño era un antro de
suciedad por donde andaban los putos de la corte y los jugadores del naipe casa
llana tal vez que compró don Francisco al regreso de Sicilia
En que
vivías
Modelo
de hacer arpías
Estos dicterios demuestran la dicacidad de los
dos hombres que mejor esgrimían como un florete primoroso las galanuras de la
lengua española.
Gongorilla con su acreditada mala leche fue el
que dijo del Manzanares lo de ayer meome
un burro hoy me ahogo, tan poca agua llevaba el aprendiz de río, contesta:
Hoy
hacen amistad nueva
Don
Francisco de Que-bebo
Y don
Félix Lope de Que-beba.
Pues parece ser que Góngora era abstemio y por
el contrario tanto Quevedo como Lope de Vega empinaban el codo más de lo
conveniente. Mientras que el fénix de los ingenios era muy querido por las
mujeres a don Francisco las señoras lo detestaban y es que no debía de funcionar como es debido. “A batallas de
amor campos de pluma”. Injusta y desadorado insulto gongorino contra Quevedo
que podía ser un disminuido sexual pero que nunca tuvo pluma.
La tara de Góngora (dice el Talmud que quien
no conoce a los hombres no conoce a los vicios) eran los niños de coro y el
naipe. La polémica alcanza el paroxismo cuando dice que Quevedo y Villegas no
sólo era zambo de pies sino también inhabilitado para los amores a causa de una
enfermedad degenerativa. Corrieron hablillas al respecto en la casa del Tocame
Roque de que una letrilla de Góngora que se titulaba “Marfisa en la estacada”[3] era un venablo dirigido contra el
Caballero de las Espueslas de Oro el Divino Cojo: “Entrose la daga tan
desganada que su escudo aunque hendido no pudo rajar la espada”. Airoso y
jovial responde Quevedo aquello de no todo el monte de Venus es orégano... ya
está gastado el acero de mi espada.
Ramon
de Garciasol uno de los grandes biógrafos del autor del “Buscón” aseguro que
don Francisco era genial e inestable y en esta impotencia solapada puede que
estuviera la clave de su misoginia y de su fracaso sentimental con Inés de
Zúñiga.
Se declaró de por vida enemigo acérrimo del
matrimonio al que llama infierno portátil e himeneo tirano. Sin embargo él
mismo es el autor del soneto en que se
canta al amor convertido en polvo enamorado una de los más sublimes poemas cantando
al amor en español
CERVANTES Y ASTURIAS
DACA
LA COLA, ASTURIANO. CERVANTES MÁGICO
Depresiones primaverales. La pantalla se va a negro y la acidia se instala en
la cámara oculta del cerebro duélete todo y no aciertas a rebullir. Le ocurría
a Graham Greene que se curaba mediante una dieta de dos mil palabras al día.
Pushkin se quedaba tieso en su diván delante de su ventana miraba caer la nieve
de Petrogrado.
Nabokov jugaba a la ruleta rusa. Ah la neige d´autrefois de la cual
hablaba el gran Villon. ¿Dónde se derritieron aquellos copos perdidos de la
nieve del ayer?
El
arroyo del destino se llevó los viejos amores. Sólo nos queda la palabra pero
soy incapaz de enfrentarme a la tortura de la página en blanco y además en este
mundo de frases hechas (con la que está cayendo… dicho esto… para nada… hecho
puntual… la crisis, las tertulias radiofónicas, etc.) se aborrece la novedad,
nadie puede ir por lo libre y la escritura se ha convertido en ejercicio fútil.
Entonces
acecha el peligro de Erifos que es una deidad nefasta.
El
diablo en la botella para conjurar el vacío es falso y tornadizo. Degenera y
animaliza. Convierte al hombre en cerdo.
No te
pique el alacrán, amigo mío. Echa a la espalda todo ese daño pospositicio.
Lo que
pasó se fue y lo que fue ya no es.
Encuentro consuelo y cura en la relectura de Cervantes.
Releyendo
la ilustre fregona se me viene a la memoria una frase de mi infancia: asturiano daca la cola, daca la cola
asturiana. Es tanto como decir átame esa mosca por el rabo.
En el
catón que aprendí a leer y en la clase de gramática venía este cuento que el
padre Sanabria aquel claretiano bondadoso que vigilaba nuestros juegos, cuando
organizábamos partidos de fútbol con dos equipos el de los Gurriatos y Galápagos y
nos sacaba a la pizarra a declamar para que perdiésemos el miedo escénico.
Aquel fraile nos enseñaba a hablar en publico y a leer en voz alta venía este
enternecedor cuento.
La
palabra Asturias se me quedó grabada.
Se trata de una historia de tahúres donde nada es lo que parece como en la vida
misma. La trama se desarrolla en Toledo y narra los amores de la bella
Constanza que servía en una casa de postín como criada pero no era tal criada
sino la hija fornecina de un conde burgalés.
Entonces
va y se enamora la muchacha de un aguador, Lope, asturiano que no era el tal
mozo de dar cebada que acarreaba el agua por las pinas cuestas de la Ciudad
Imperial cargadas las artolas de su jumento de cántaros y de botijos pues unos
crían la fama y otros aportan el agua, sino nada menos que don Tomás de Avendaño
hijo de un hidalgo montañés de las Asturias de Santillana. Cervantes juega al
equívoco en esta fábula que tiene todas las trazas de las comedias de enredo
del teatro del siglo de oro.
Todas
con happy end. Se deshacen los
malentendidos y la fábula acaba bien.
El
autor del Quijote era un hombre optimista y consiguió guardar la mente ten con
ten en medio de tantos infortunios: cárceles, exilios y amarga convivencia
entre trajinantes, mesones, posadas, mancebías y ambiente del hampa puesto que
en medio de sus muchos oficios parece ser que ocupó el cargo de trainel o
palanganero que trabaja al servicio del escudero de un cohen. Cohen es una de
las pocas palabras hebreas que quedan en el léxico castellano y quiere decir
capataz, y en este caso proxeneta. Todos los macarras de la ciudad le tenían
que rendir cuentas al más famoso cohén de los prostíbulos de Valladolid.
Es un cuento de tramposos. Unos aguadores cerca de la plaza de Zocodover en un
lugar llamado Huerta del Rey se están jugando un burro a la taba. Las puestas
eran tan importantes de hasta cien reales que no parecía que eran perailes sino
arcedianos.
El
aguador en pocos envites desplumó a sus contrincantes. El perdidizo se resignó
con su suerte y acabó contrayendo matrimonio con Constanza.
Estos
enredos puede que aburran al lector moderno pero constituían la base argumental
de los libros de caballerías.
FRAY ANTONIO DE GUEVARA Y SANTILLANA DEL MAR
FRAY
ANTONIO DE GUEVARA INTRODUCTOR DE LA LITERATURA EPISTOLAR GRAN MEMORIALISTA DE
LA LITERATURA CASTELLANA
En la
catedral de Mondoñedo se mostraba a los turistas hasta hace unos años el sillón
frailuno donde el obispo de Mondoñedo fray Antonio de Guevara 1480-1545
escribía sus largas y deliciosas cartas a los hombres de su tiempo que eran los
de Carlos V. Tantas horas sobre la mesa de trabajo acabarían en hernia discal
luego la mala alimentación cinegética y el sedentarismo depararían la gota de
la que murió. Y en eso como en la grandeza de miras en su simpatía y en su
fervor de católico arrepentido tras mucho pecar imitó a su señor el Cesar
Carlos V; se trata de un didascálico que escribía como hablaba. Cartas que
parecen sermones y sermones que parecen cartas. Con glosas a la biblia y
también ▬por que no▬ citas de la literatura clásica empedradas de preciosos
latinismos y reparos morales.
A
decir de la crítica se adelantó a los memorialistas ingleses. Su estilo amaba
las preciosidades conceptistas en párrafos que van camino del retruécano y
anuncian el advenimiento de los crisoles estilísticos de Gracián y de Quevedo y
todo eso que hizo excelso al humanismo español tan minusvalorado ahora por el
sistema hispanohablante que se nos viene encima, dominado por sionistas y
judíos a los que han acanteado en Segovia el otro día, con motivo de los mil
años de un osario hebreo en la vieja ciudad romana ( pues menudos son los de mi
pueblo, que no hay peor cuña que la de la misma madera) y es una pena que se
oculte a las nuevas generaciones de estudiantes españoles estas joyas en
literatura de perlas preciosas.
A
cambio se las aburre con una plétora de escritores ingleses de segunda o
tercera mano como la Austen el Paul Auster,
todos esos autores que se sacan de la manga los nuevos publicistas del
666, libros infumables de autoras vírgenes fatuas y la madre que los parió.
Este
franciscano que en su juventud rondó balcones tuvo amores duelos y reyertas
para ingresar, una vez arrepentido, en la orden seráfica, fue guardián del
convento de Arévalo antes de ser obispo de Guadix y más tarde de Mondoñedo,
sedes episcopales en las que no permaneció casi nunca de asiento según las
costumbres de la época.
El
absentismo laboral y las regalías eran el mínimo común múltiplo de las sedes
episcopales entonces. Fray Antonio seguía en todo momento a la corte itinerante
del emperador dejando al mando de la mitra de Mondoñedo a un sustituto. “Los
buenos guerreros – dice en una carta- se precian más de amolar las lanzas que
de tajar las péñolas,,, lo que a uno le hace ser buen caballero es ser medido
en el hablar, largo en el dar, sobrio en el comer, honesto en el vivir, tierno
en el perdonar, animoso en el pelear”.
Estas
epístolas son un compendio de recomendaciones y advertencias teñidas de la
nobleza y pasadas por el balde de agua bendita de los blasones de un castellano
viejo nacido en Santillana del Mar. En las Asturias de Liebana para
diferenciarlas de las Asturias de Oviedo.- casta de hidalgos de todas formas-
de donde emana el rancio abolengo y la señoría española.
Acabo
de visitar la noble villa y encontré cerradas muchas casas solariegas, las
corredorias solaneras medio cayéndose y las techumbres de los tejados
derrumbadas, dejando pasar el sol del verano y los muros de los corrales a
merced de la lluvia y las nieblas del Cantábrico.
Santillana
― este es el sueño que acaricio― sin embargo resucitará algún día cual Ave
Fénix. Volverá a ser la cuna de aquel ideal cristiano de caballeros mitad
monjes mitad soldados cabalgando por los campos de Castilla a lomos de
Rocinante. Ahora la patria yace sin pulso, desmedrada y medio muertas en manos
de Judas y de Caín
Fr. HERNANDO DE TALAVERA EL ALFAQUÍ CELESTIAL
O EL FRACASO DEL BUENISMO
Metido como estoy en harina de conversos voy y
vengo de Alcalá me pierdo por las empinadas callejuelas de Toledo, en demanda
del espíritu que fraguara el sueño mesiánico del imperio. Al cabo de muchos
años entiendo lo que dijo Golda Meir sobre el establecimiento de nuestras
relaciones con Israel corría el año 1973 en una conferencia de prensa en un hotel
cerca de Hyde Park:
—España para nosotros los
judíos no es un país como los demás.
Fue un canto a Sefarad
enhebrado por aquella quijotesca tigresa que llevaba un bolso como el de mi
abuela siempre de luto de donde extraía una cajetilla de tabaco negro. Sentí
reverencia y pasión por aquella mujer de los cabellos grises que le daba
importancia escasa a cosas tan trascendentes como el look y que, habiendo
ganado dos guerras, se convirtió en la mayor estadista del siglo XX su
liderazgo controvertido y discutido por los de su propio partido laborista y
por el Likud. España no es un país como los demás. Idea mesiánica. El sionismo
anda metido en los fregaos de ganar la tierra prometida que a España le costó
nueve siglos. Es una historia de sangre, sudor y lágrimas, expulsiones,
enajenaciones, llantos y martirios porque es duro para cualquier ser humano
tener que abandonar su casa, dejar sus enseres, ver por última vez los muros de
Jerusalén o de Granada. Es lo que está ocurriendo a día de hoy en Palestina.
Todo Oriente Medio es una hoguera. No conviene olvidar la historia maestra de
vida. Veamos un caso:
A fray Hernando de Talavera (Talavera de la
Reina 1428- Granada 1507) le llamaban los moros de la Alpujarra el “alfaquí
celeste” por sus titánicos esfuerzos de adaptar y convertir la religión del
Crucificado al credo mahometano.
Su intento fracasó pero queda ahí para la
historia, como conato de buena voluntad y como testimonio de que el Bien no
gana siempre y sucumbe a los intereses y egoísmos seculares, quiere decirse, el
Mal.
Conviene, pues, no dar de lado a la Historia.
Fray Hernando era un monje jerónimo conocido
por sus virtudes: bondad, recogimiento y vida austera. La Reina Católica lo
eligió por director espiritual.
Sobrino de don Fernando Álvarez de Toledo, el
Duque de Alba, aprendió a leer y escribir en la escuela catedralicia de
Oropesa, se graduó en Salamanca. Tomó el hábito de la orden (hábito blanco y
escapulario y cogulla parda) y llegó a ser prior del monasterio más prestigioso
que había en España en aquel tiempo: el convento vallisoletano del Prado.
En una visita a aquel recinto la Reina se
confesó con él. Elevado a la mitra de Ávila, sería más tarde preconizado
arzobispo de Granada.
Es designado confesor regio, cargo en el que
fue sustituido por Cisneros que se convirtió en su alter ego. La otra cara de
la moneda. La dulzura y la bondad del jerónimo chocarían con la aspereza y
austeridad franciscana del Regente, aun
siendo así que ambos eclesiásticos venían de familias oscuras, recién convertidas
del judaísmo.
Si el uno era partidario de la bondad, la
tolerancia, la mansedumbre para con el moro hasta el extremo de ser el primero
que introdujese la lengua vernácula en la SRI, cinco siglos antes de las
constituciones del Vaticano II, y para atraerse a los musulmanes ordenó en su
diócesis de Granada que se permitiera decir la misa en árabe, ordenando a sus
sacerdotes que aprendiesen esta lengua, mientras su contrincante, fray
Francisco Ximenez de Cisneros, mandó que se quemase un alcorán en la puerta de
Bibarrambla.
Bien es cierto que todos los manuscritos en
letra cúfica sobre astronomía, medicina y ciencias naturales, un tesoro
bibliográfico, se los trajo para Alcalá. Un gesto que es de agradecer por los
historiadores porque, gracias al cardenal Cisneros, se pudo conservar gran
parte del acervo de nuestro pasado mahometano: la sabiduría, literatura y los
relatos de los cronistas musulmanes sobre las contiendas de la Reconquista, y
su versión distinta de los hechos.
Que hoy se pueden leer en la Biblioteca
Nacional.
Talavera y Cisneros forman un dúo de
contrastes.
El cardenal partidario del puño de hierro y de
que la letra con sangre entra. El arzobispo guante de seda. Una gota de miel
puede más que veinte jarros de vinagre, según Francisco de Sales. La fuerza de
la razón contra la razón de la fuerza. La paz y la guerra. Ganó la guerra.
La política de apaciguamiento del arzobispo
Talavera consiguió el bautismo en masa de los pobres moros con gran escándalo
de los imanes que se echaron al monte y ello daría lugar a la guerra de las
Alpujarras últimos reductos del Islam; una pavesa que tardaría en extinguirse
más de dos siglos hasta 1609.
Cisneros, más drástico e inmisericorde, fue
más efectivo. En guerras de religión las medias tintas no valen. Es el todo o
nada.
De Fray Hernando, el “alfaquí de Jesucristo”
algunos moriscos se le reían en sus propias barbas. Herencia de Caín pero
venimos de la Historia Sagrada. También España es sagrada aunque traspasada de
un furor cainita.
Fray Francisco, por el contrario, aquella
galga en pieles, como le llamaban, enteco, solemne, una nariz prominente,
siempre friolento, (combatía su hipotermia con tabardos y ropones y debajo de
sus vestiduras elegantes de cardenal llevaba el áspero sayal franciscano) el
mentón saliente un prognatismo que denotaba su demoledor poder de voluntad,
odiado y temido por sus súbditos.
Los escándalos y motines a causa de la
desacertada política del arzobispo de Granada con sus neófitos llamaron la
atención del Santo Oficio. El inquisidor de Córdoba un tal Lucero lo mandó
“empapelar”. Se le abrió proceso por judaizante pues por línea materna venía de
conversos, no obstante que su padre fuese de sangre azul emparentado con la
Casa de Alba.
La inquisición no andaba con miramientos. El
fiscal Rodrigo Deza ordenó encarcelar a su madre y a su hermana bajo la
acusación de herejía judaica. Cisneros que pese a su rivalidad era amigo del
arzobispo consiguió que las liberaran y elevó una súplica al papa Julio II, y,
gracias a tan poderosas influencias, el abogado defensor de las encausadas, que
era Pedro Mártir de Anghiera, logró rebatir las incriminaciones de Rodríguez
Lucero. El tribunal dictaminó la completa inocencia de Hernando de Talavera y
sus hermanas. El arzobispo de Granada, quebrada su salud por los disgustos del
proceso, falleció a los pocos días de la sentencia absolutoria el 14 de mayo de
1507. Cogió una pulmonía a causa de haber participado, descalzo y encapuchado,
como un penitente más en la procesión de las Angustias.
Tuvo sus intervenciones, como confesor y
consejero regio en política, con suerte alterna.
Dicen las crónicas que contribuyó a las paces
con Portugal después de los disturbios sucesorios de la Beltraneja. A los Reyes
Católicos aconsejó mano dura—por una vez— y firmeza con los nobles levantiscos.
Isabel acabó con el feudalismo de los señores de Galicia y Asturias, mandó
desmochar las almenas de sus torres y derruir sus propiedades. Sin embargo, a
Colón le hizo la higa. Le parecía descabellada la idea de un viaje a las Indias
orientales, y que pedía cantidades exorbitantes, montes y morenas, para la
empresa, cuando las arcas de Castilla estaban exhaustas después de la conquista
de Granada. En la vida de todo ser humano una de cal y otra de arena. Pese a
todo, llevó una vida ejemplar de inmaculado sacerdocio. Escribió algunos
tratados de moral donde resplandece su ortodoxia y su acendrado espiritu
cristiano, basado en la caridad y el amor al prójimo. Creo que su proceso de
canonización no está incoado pero lo merecería. El calvario y persecución que
tuvo que sufrir este buen obispo manso, por causa de sus orígenes, le colocan
en las gradas de la tortuosa escalera que lleva al cielo a través de los
peldaños del sufrimiento y del martirio a la santidad. Y eso me afirma en mi
resolución de que el catolicismo hispano se acuñó como moneda de oro en un
troquel mesiánico
REITRES
DEL TEMPLE (texto 1995)
▬noveno centenario de la primera cruzada 1095.
▬Concilio
de Clermont Ferrand.
▬Saberes
gnósticos y profecías.
Arcanos
del temple cabala a la inversa síntesis de ambos testamentos clave de bóveda
del pasado y el futuro. Conocimiento al albur de la gnosis. Los arcanos
consultados dicen que sólo quedan dos papas: uno antipapa y un tercero
asesinado o dimisionario. Al termino del plazo la barca de pedro será rescatada
por los caballeros de la luz solar. Su divisa es la tau hebrea o cruz de los
elegidos. Los templarios suben a sus arzones brillan sus lorigas retozan los
caballos que van a abrevar al pozo de la sabiduría quien sabe. En su yelmo
ocultan los enigmas de la geometría con que construyeron las catedrales. Ken
Follet es una especie de asesino de la literatura convencional, un espía inglés
lanzado por los enemigos de nuestra Fe, que merodea libros malos por los
alrededores de la catedral de Sevilla. Christus structor. Tambien fue Nuestro
Señor trigonometría contra el abismo. Sus palabras evangélicas fueron los
sillares para construir la ciudad de Dios. Pero Follet desconoce las claves del
enigma que propala; no hacerle caso. Ellos hallaron la distancia de πί, idea
que se plasma en el octógono de la beatitud catedralicia. A través de los
conocimientos matemáticas de la gnosis supieron los templarios adelantados a su
tiempo de la llegada de la Red Fraterna Universal bits and bytes del ordenador en conjunciones binarias. Estas
enseñanzas las sacaron los libros jónicos y subieron al empíreo, volando bajo
el ala del Águila de Patmos. Calatrava, Malta, Santiago, Avis, teutónicos. Los
impostores de roma quemaron a Jackes de Molay sin podfer acabar con su
maestrazgo. Su sabiduría era un atentado contra el poder pontificio y sus
regalías. Cisneros lo supo intuir a fines del siglo XV. El mundo está partido
en dos entre la luz y la sombra. Las aspas del molino de la vida después del
paraíso terrenal tornan a la derecha dextrógiras o levógiras, al contrario de
las manecillas del reloj. Entonces todo sale mal. El legado templario nor
deporta a la realidad mística. A las aspas de esa cruz que fluctúa entre rayos
de luz y conos de sombra. Las aspas del molino de la vida se entrecruzan.
Porque la contradicción perenne habita entre nosotros. Y en medio de este caos
se alza la cruz de Cristo que venció a la muerte y desterró al dolor. Al menos
esa es la esperanza de los creyentes. Tiempo atrás en las navidades de 1095 se
dio por concluidos el concilio de Clermont Ferrand convocado por Urbano II.
Allí surgió un cura de la diócesis de Amiens Pedro el Eremita o Pierre le Petit
(apenas media medio metro), un iluminado que parlaba de cosas raras. Nada menos
que conquistar la tierra que pisó el Señor para alcanzar la bienaventuranza.
Las multitudes acudieron en tropel y sin logística a los Santos Lugares.
Bernardo
de Claraval recorrió los pueblos de Francia predicando la cruzada. En mala
hora. Aquello fue un fracaso total. Al grito de Dios lo quiere las multitudes
desarrapadas perecieron de hambre y de frío. Al llegar a Turquía treinta mil
peregrinas fueron violadas por los sarracenos. Godofredo de Bullon a despecho de
tanta contrariedad va a conquistar la Ciudad Santa en la primavera de 1099 pero
por poco tiempo. Las cruzadas fueron el consecuente corolario al terror del
milenario.
Y de
aquel fracaso nació para el mundo un nuevo orden. Eran los renglones torcidos
de Dios.
CIEN AÑOS LLEVA RASPUTIN ENTERRADO
Me
hago esta pregunta en mis lecturas del Adviento que encuentra en Isaías en el
gran heraldo del AT anunciante de la llegada del Redentor. Lecturas que alterno
con el Libro de Memorias de A. Vasiliev el último director de la Ojrana
zarista. Existe un misterio cuajado de contradicciones, visiones, rebeliones,
grandezas y miserias en la historia de Israel. Isaías lanza sus trenos para
comunicar la llegada del Mesías pero esta venida primera se contextúa en un
marco de grandeza política y de preeminencia sobre los demás pueblos. Acertó en
su visión de que los suyos le darían la espalda. San Pablo en sus cartas se
refiere a la segunda venida o parusía como algo inminente aunque el Reino sería
de naturaleza espiritual y escatológica.
En
contra de las advertencias paulinas los cristianos siguen esperando esa
llegada. Tales manifestaciones fallidas de la Ley Vieja como la del Mandamiento
Nuevo escandalizaron a los hombres de su época. A Isaías lo aserraron y san Pablo
murió por la espada.
Debe
de ser el destino de los profetas que reman contra corriente y son acreedores
de la infamia por sus semejantes, dado su comportamiento políticamente
incorrecto. Vasiliev en su capacidad de jefe de la Ojrana sostiene que Gregorio
Efimovich el monje siberiano que murió asesinado por el general Yusupov y el
húsar Purikovich quienes lanzaron su cuerpo al río Neva días antes de la
navidad fue muy difamado por las fuerzas oscuras que minaban Tsarkoe Selo — Lenin tenía por mentor económico a un tal
Hardman un judío austriaco que corrió con los gastos revolucionarios y
consiguió devolver a la patria desde su exilio en Suiza a Vladimir Ulianov
“Lenin” en un tren de mercancías— intentó conjurar la conspiración y salvar a
los Romanov.
Es
más: este clérigo siberiano, a juicio de Vasiliev, fue el látigo del castigo de
la divinidad para castigar los pecados de la corte zarista así como la
corrupción la injusticia social, y las diferencias en los países cristianos que
se habían estado peleando durante siglos. Idea insólita pero que merece ser
meditada en una España como la actual que se parece a Sodoma y Gomorra victima
de la lascivia, de la crueldad manifiesta, la insolaridad, las catástrofes
naturales, el cinismo, la contumacia, la soberbia y la protervia. Los bustos
parlantes esas chicas e la tele bellos palmitos que en cada informativo recitan
la letanía de cosas y ambientes horrorosos son sus profetisas.
Paralelamente,
Rasputin por su fuerza descomunal y su enorme virilidad, o la potencia
hipnótica de su mirada que volvía locas a las duquesas se lo rifarían en
Telecinco.
El
monje siberiano si volviera hoy a este mundo haría las delicias y sería un
invitado de lujo al socaire de las procacidades y atrevimientos de ese tal
Jorge Javier Vázquez con sus chistes de buharros y bardajes de tan mal gusto.
El
padre Gregorio Efimovich hizo de su vida una perenne orgía. El propio zar
Alejandro II le echaba en cara su libertinaje. Luego se arrepentía para volver
a las andadas y a sus borracheras continuas.
El
jefe de la Ojrana niega que se acostase con la zarina. Pese a las habladurías
para la emperatriz sólo existía un afán en su vida: curar al zarevitch enfermo
hemofílico. En palacio se celebraban sesiones de espiritismo y una tal Byroba
admiradora del “staretz” fue la que
lo introdujo en palacio.
Pese a
la admiración de que gozaba entre las señoras y el pueblo devoto y llano, este
fraile siberiano un exclaustrado que recorría verstas y verstas visitando
monasterios estuvo en Santa Sofía de Kiev y en Kazán un “palomnik” (peregrino) de cuerpo entero — equivalente a un giróvago
o cura vagabundo en la iglesia católica —
se trataba de un vividor y un borracho.
Representó por ello el castigo para un iglesia ortodoxa
que se había desviado de su camino.
A
causa de sus excesos más de veinte mil popes perdieron la vida durante la
revolución de los bolcheviques, miles de conventos profanados, las monjas
violadas, las iglesias destruidas, las catedrales bizantinas convertidas en
garajes o en museos del ateismo.
Así y
todo, la llama de la fe no se extinguió en el pueblo ruso que es profundamente
cristiano. Que sigue creyendo en la resurrección. Este mujik inculto y
supersticioso y dicen que con poderes infernales esa mirada fría de las fotos
que quedan de él profunda y penetrante aun aterroriza abrió las puertas del
infierno y con la ola de anticlericalismo irreverente por él suscitada, la
Santa Rusia expió la culpa, resultó un instrumento de la vía purgativa: veinte
millones de rusos muertos de hambre tras la revolución y otros tantos o más
durante la guerra patria.
Es la
idea que se desprende de la lectura del libro del general Vasiliev que a mí me
ha servido para colacionarlo con los textos de Isaías que también anuncia
calamidades para el pueblo elegido por haber dado la espalda a Yahvé. Pero no
temas Israel. El Señor tu Dios te enviará a su Hijo y abrirá la cancela de la
tierra prometida. Trocará tus lanzas y flechas en rejas de arado y convertirá
las altas montañas en caminos del llano.
Es la
expectativa dulce y maravillosa que hace el profeta en tiempo de Adviento. Se
abrirán las nubes de lo alto y la nieve lloverá al justo.
Isaías
aparte de un gran profeta era un eximio poeta aunque a veces parezca un
humorista al igual que el ardiente Apóstol de los Gentiles.
Su
lenguaje místico no puede ser entendido por el hombre de hoy. La epístola ad
Efesios en que manda callar a las mujeres (“esté la esposa sujeta al marido y
guarde silencio en la sinagoga”) escandalizaría a las féminas de la misma forma
que la exaltación que realiza el Profeta degollado enteramente nacionalista, al
proyectar la idea de la supremacía política y técnica de Israel (“haré que los
enemigos de Israel vengan encorvados y se prosternen a tus pies”) pondría en
pie de guerra a los honderos palestinos de la franja de Gaza. Eso sí mientras
la mentalidad veterotestamentaria promete un mundo feliz por más que subyugado
reino de abundancia y de poderío militar en esta vida y económico Cristo sólo
promete cruz dolores abrojos escupitajos y un continuo sufrir y padecer en este
valle de lagrimas a cambio de la salvación en la otra. Mi reino no es de este
mundo. Aquí el optimismo y la euforia de la ley vieja se estrella contra la
abnegación y el sacrificio cristiano del Nuevo Testamento, una religión de
perdedores. Uno guarda la ley del Talión. Otro manda volver la otra mejilla.
Uno mira a su alrededor y observa al socaire
del mundo presente que los arados han desaparecido para dejar paso a los ICBM y
a las más letales instrumentos bélicos de nueva generación. El aire viene
cargado de amenazas. El pueblo de Israel vive en estado de sitio y repele
al enemigo que ataca a sus soldados a
cantazo limpio con fusiles de asalto de mirada telescópica.
La
navidad entre nosotros es un tiempo de despilfarros consumistas, bacanales,
despiporres, y cenas nostálgicas y pantagruélicas donde las familias desunidas
se reúnen a veces para demostrar lo poco que se quieren y lo mal que se llevan.
La
sombra de Rasputin planea otra vez desde Rusia y no entendemos nada. Lo que
insinúa Vasiliev no deja de tener su miga tal sugerencia del amo de los espías
del zar. El altísimo eligió al pueblo elegido para implementar sus designios
del Convenant. Estableció con ellos
el arca de la alianza. ¿De amor o de guerra? Hasta el nombre de Jerusalén
(ciudad de la paz su sentido semántico hebreo) parece una ironía. En el estado
hebreo la santidad y la perversidad parecen ir de la mano. Etsi, yo no entiendo mucho de política.
Jesucristo
ya dijo en un pasaje del Evangelio que no vino a traer la paz sino la guerra.
Yo creo profundamente en el Último Justo de Israel y la presencia de Cristo al
que degollaron por llevar la contraria a los que mandan en el tiempo presente y
en el tiempo futuro. No entiendo nada. Quizás por eso afirman los teólogos que
el lenguaje dista mucho del de los hombres. Por lo que caigo de rodillas y
musito aquel canto de adviento de la liturgia mozárabe de mis años de
seminarista: “Attende, Domine, et
miserere, quia peccavimus Tibi… Occulos nostros sublevamus flentes… exaudi,
Christe, suplicantes preces”. Dios perdonará y perdonará eternamente.
Perdonó a Judas perdonó a Rasputin pero no perdonó a Sodoma y dice que a los
tibios los arrojará de su boca. Aunque siempre habrá ocurrencias fuera de
nuestro alcance. El lenguaje de Dios es un misterio. Está visto y comprobado
que tampoco sus caminos son nuestros caminos. En nuestras inteligencias finitas
no cabe el mensaje de la Palabra infinita pero hay que tener fe.
J SENDER: "ALFONSO XIII ERA
UN CENIZO COMO TODOS LOS BORBONES"
SENDER CONTRA LA GAFANCIA DE LOS BORBONES
El trece mal número fatídico que
cuadraba a un rey de ojos inexpresivos y mirada vacía un rey
"esparrancao" aficionado al porno duro (queda por ahí alguna pelicula
años veinte cine mudo en la cual participó como protagonista) al decimotercero
de los Alfonsos se deben los veinte mil muertos de Annual y los doce mil de
Monte Arruit, segun declara Sender en sus confesiones. Sangre española. El 13
mal numero. Enfrentado al peligro, no arrostró su obligación como hizo el
último de los Romanov o su tatarabuelo Luis XVI. Los borbones traen mala
suerte. Error imperdonable del dictador al reinsertarlos. Es una monarquía con
bicho.
Ramón J. Sender culpa a Franco de haber
desaprovechado la ocasión para desterrar a estos dinastas con mal fario y
establecer el reino de la justicia social. El tercer tranco de su libro
autobiografico "Crónica del Alba" es un canto de amor a España
al heroismo de sus pistolos que luchan bajo el mando de una oficialidad
en muchos casos corrupta. "Algunos de nuestros jefes y oficiales eran más
perniciosas para la patria que el propio Abdelkrim".
Marruecos siempre Marruecos. El Rif
misterioso. Pelear contra el moro tuvimos por costumbre, pero el moro es
hermano nuestro. Luego serían los soldaditos de la Yehala los que sacarían a
Franco las castañas del fuego ayudandole a vencer en la guerra del 36. Una
larga historia de amor y desamor, de encuentros y desencuentros. Salam malikum.
Y malikum salam.
Cuando aparece en escena el "djin" (Satanás), que malmete,
estas relaciones se alborotan. Sender fue como Pedro Antonio de Alarcón
como Arturo Barea o Ernesto Gimenez Caballero, Mola, Sanjurjo y
tantos otros tantos escritores soldado en la guerra de Melilla. Sus páginas
están impregnadas de ese sol místico de la Elvira desierta y es lo que
significa la palabra elvira en árabe: desierto; su pluma tallada en las arenas
del Sahara.
Sopla sobre ellas el "levante"
que es una aire que enloquece. Estuvo Ramon J. Sender -cuatro años de mili-
destacado en un regimiento de infantería de línea el Ceriñola 42 y, enamorado
de una hispano-marroquí, la bella Antonia, vendería panes de munición y
cartuchos a los de Abdelkrim. Libró de ser fusilado y condenado a trabajos forzados
en el penal del Hacho salió libre tras la amnistía decretada por el general
Berenguer.
Una vez excarcelado se dedica a buscar a
su bella jarifa por todo el Rif. Vestido de moro con babuchas y chilaba
encuentra a su ex en un aduar de la frontera con Argelia. Es una historia
apasionante en la cual el escritor aragonés revela sus facultades narrativas y
la capacidad para la intriga y el suspense. Vierte el relato en una prosa nada
alcorzada ni melindrosa. Es escritura verdad sin impostar la voz ni hacer
gorgoritos efectistas al estilo de Baroja o Azorin o de Unamuno
del que dice que era un pobre hombre con muy mal oído para el párrafo musical
(sus páginas carecen del concento o esa disposición armónica, ese atisbo, que
tanto abunda en la obra de Cela o de Valle Inclán. Por cierto, Unamuno no tenía
ideas originales, toda su obra la copia de filososfos extranjeros: Hobbes,
Nietzache, Holderling. Perez de Ayala le parece al autor aragonés un
asturiano insoportable que trufa sus obras de vocablos culteranos para
demostrar su ascendiente jesuita curtido en lecturas clásicas.
Solo se libran de sus varapalos Cansinos
Assens que era un sefardita gordo y procesional que hablaba todos los idiomas
del mundo y traducía a los maestros rusos. Gomez de La Serna le parece un
madrileño simpatico y castizo pero algo afrancesado.
Ramon J. Sender se expresa de una forma
llama y libre a la manera de como hablaban las gentes de su Calamera natal.
Pero tambien incorpora a sus libros el lenguaje del cuartel y la trinchera. La
guerra huele a mierda y a listerina, y a desinfectante hieden los cuartos de
banderas.
El Bajo Aragón es tierra fronteriza de
romis, muladies y aljamiados que revelan una larga convivencia y entendimiento
con el Islam. Tierra de hombres cabales con nervios de acero y sangre en las
venas. Pero las cosas son como son hasta que dejan de serlo. Y el español ha
incorporado a la masa de su sangre virtudes y defectos de su herencia morisca.
Por ejemplo, la arrogancia, el valor, la insolaridad peninsular que nos viene
de los benimerines.
España sigue siendo un reino de taifas
con mucho orgullo local con el riesgo de perder el sentido nacional.
Crónica del Alba es un tour
de force narrativo que, en ocasiones, recuerda escenas increibles de
aduares y vuelos en alcatifa como en las Mil y una Noches; otras,
plantea escena las princesas jarifas del Romancero que regresan a la grupa del
caballero don Bueso de tierra de moros y que son en realidad cristianas
cautivas. Buen pueblo pero mala gente. Regido por políticos indotados y
monarcas cenizos. !Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor!
Los siete trancos de esta extensa novela
autobiográfica son siete arracadas o perlas colgantes que se exhiben como el
Tesoro visigótico de la cruz de Guarrazar, muestran a un escritor-verdad, que
trata de interpretar la vida española en el tiempo de la republica y los años
previos a la guerra civil.
Sopló un levante de locura cainita y
vinieron las gumias. El gemido de las parcas llenó el país de cantos lugubres.
La catástrofe se pudo evitar si no hubieran tenido tanta fuerza los masones y
los poderes en la sombra no le hubieran apretado las clavijas a los militares
sublevados y el Faenas viscoso y verrugo (así llama a don Manuel
Azaña) no hubiera sido tan malvado, o se hubiera dado a la fuga el monarca.
El conde Romanones bajó a despedirle a
la estación de Torrelodones. Alfonso XIII abdicó. España, ahí te quedas. No se
fue el caimán por la barandilla, que se fue por Cartagena.
El pueblo asistió ignorante a aquella hecatombe
y tomó las armas del bando en que se encontraba cuando estalló el Movimiento.
Algunos como el propio autor se pasaron del bando nacional al republicano
porque sus ideas se inclinaban hacia el progreso, la democracia y la libertad.
El regimen del 14 de abril del 31, lo dice con todo su dolor Sender, fue un
sistema político que malparió. Pronto vinieron los desengaños. Esto no furrula.
La republica a juicio del ex soldado
aragonés que al llegar a Madrid se hizo periodista cometió el error de trocar
la enseña roja y gualda [cierto que una bandera no es más que un trapo pero por
defenderla y honrarla habían muerto tantos] por el carmesí. El color morado es
el de los borbones y da mala suerte. El error lo han vuelto a cometer los de
Podemos. Impolitica medida del Faenas Verrugado fue también la orden de
quemar conventos.
El moradillo es tintura del hematoma y
de la sangre coagulada. Anticipaba la degollina. El Viscoso era un "bassani"
(hijo de mala madre) para los moros que cruzaron el Estrecho. Además era un
cobarde, aunque buen orador.
El amarillo sin embargo es color limpio
de los campos de España donde el trigo de los espacios de la tierra de pan
llevar contrae matrimonio con el rojo de la amapola. Se fundian así la pasión y
la contemplación. Dos cromatismos fervientes que no había por qué cambiarles
por el cárdeno de Villalar, que es color de la derrota.
Luego, aquello sería un desbarajuste.
España abrió la puerta a todo el lumpen de Europa y de Estados Unidos. Los de
las brigadas Inernacionales tenían la idea de que se alistaban con el bando de
la Republica en favor de unas vacaciones pagadas. Cuando se dieron cuenta de
que la cosa y que se derramaba mucha sangre en el campo de batalla pues
aquyella guerra nunca fue un paseo militar, iba en serio regresaron a sus
casas. Españoles ahí os quedais.
Todas estas ideas anarquistas del
escritor nacido en las riberas del Cinca y para libre Aragón ya lo dijo
Baltasar Gracián volvieron a Sender sospechoso tanto a ojos de los azules como
de los rojos. Barruntaban que fuera un doble agente. En Burgos y en Calamera
estuvo a punto de ir al paredón. Salvaría la piel mediante ardides y
subterfugios, sin que ello le librase más tarde de las penalidades del campo de
concentración francés y de la hégira primero a Mexico y despues a USA.
Su obra está plagada de aforismos y de
reflexiones filosoficas fruto de su conocimiento de las lenguas clásicas y de
la mitologia indoeuropea. Así escribe, verbigracia, que el Nuevo Testamento se
encuentra trufado de contradicciones. Sin embargo, en abono de su divinidad
declara que la narración de la Pasión del Señor, según los Evangelios
Sinópticos, es el texto más maravilloso que haya podido salir de de la pluma de
un hombre a lo largo de todos los tiempos. Con toda seguridad fue inspirado por
Dios.
Le gusta san Agustin porque le parece el
autor más humano de toda la patristica y admira a Teresa de Jesus en su
casticismo del espiritu castellano más realista, cuando conversando en tiempos
de soledad y de sequedad, con Jesus se queja al Amado de sus dolencias
espirituales y carnales:
- "No me extraña, Señor, que tengas
tan pocos amigos a juzgar por lo mal que los tratas",
Sostiene que el cristianismo y el
budismo con sus postulados de dulzura quietud y amor para con los enemigos son
dos formularios de caracter femenino:(el yin de los chinos). Sin embargo, el
Islam - el yen- es una religión viril al igual que la Ley Mosaica.
Ambas religiones presentan a un dios
tronitonante que no se humana, oculto en la montaña del Sinai o la piedra de la
Caba. Stalin y Hitler, por ese mismo renglón, son deidades másculas que
pertenecen al linaje de Maquiavelo. Nietzsche y Siva. Así habló Zaratrusta.
Platón y Socrates honran como princiio
religioso a la filosofía de la razón. Espinoza quel converso al que expulsaron
de la sinagoga de de Amsterdam pulía el diamante mientras presenta para la
historia un sistema envenenado de divinidad. Es el panteismo como venero del
que todas las fuentes del pensamiento brotan. Fe es creer lo que no vimos dice
el P. Astete . Ahi me las den todas.
A Dios nunca lo vimos pero ejerce el
oficio de guardabarreras del mundo. Un oficio en el cual en verano te escaldas
en invierno te arrices y siempre te jodes. Hay que seguir buscando.
Los libros de este autor aragonés es un
monumento a la hispanidad desde el espiritu libertario y anarquista total.
Deberían ser preceptivos en los escuelas de la nación para que lo jovenes
supieran verdaderamente qué es lo que pasó por qué pasó y cómo pasó.
La historia de España no es un cursi
serial de "Cuentame" ni de "Aguila Roja". Es
mucho más. Mientras no salgamos de ese circulo vicioso y expurguemos nuestras
conciencias, España, acervo de las tres religiones, seguirá siendo un país
maldito malmetido por políticos trincones y periodistas buscones siempre.
CAMARA
SANTA DE OVIEDO
Reliquias
sagradas que conservan el misterio de la historia de España. El año 79 fui a
venerarla un día de lluvia. Después me prosterné ante el altar sagrado
múltiples veces. Siento un pálpito especial. Ante el altar se arrodillaban
peregrinos franceses una familia. Los apóstoles de la imposta seguían
imperturbables su conversación de piedra que dura siglos. Una cháchara en
éxtasis pero con esa sonrisa inefable de la juventud, parecen misacantanos. San
Pedro con las llaves del reino. Y san Juan imbele. La imagen de san Andrés ostenta una poderosa cabeza coronada de rizos
y del aspa de su martirio. No son testas semitas o dolicocéfalas sino
braquicefalas, europeas: san mateo y san marcos parecían hermanos mielgos
desenrollando el pergamino de la escritura. Y un apóstol a otro le habla con
dulzura casi como si le contase un chiste o le hiciera una carantoña. Santo
Matías se aparece con el número 24, simbólico guarismo de los veinticuatro
ancianos del Apocalipsis. Es el calvo de la cuadrilla. Había tres cabezas
decapitadas sobre el arcosolio del pórtico y la cruz de los Ángeles era un
ostensorio de esmeraldas, togas largas, técnica de paños mojados con sus
plegaduras, un descubrimiento del arte gótico; gestos hieráticos a fe que no
eran unos rudos pescadores pero en el cuadro pervive la serenidad y la risa de
Israel pido a dios que no sea mofa.
Las
estatuas de la cámara santa de Oviedo guardan, a juicio de los expertos, cierta
preeminencia e incluso prelación a las del pórtico de la gloria son menos
estáticas que las compostelanas, dicho sean sin detrimento del gran escultor de
quien solo el nombre conocemos: maestro Mateo.
Eutrapelia
eucaristía es el sentimiento que suscita en el espectador esta visión; es el
bien sentir y bien hacer entre la humedad de los siglos este pequeño recinto
donde se dijeron misas por primera vez para honrar a la virgen Eulalia
emeritense. Esta labor de orfebrería representa un excelente trabajo. La
mandorla mística, de la cual surge la figura sedente de cristo salvador en
medio de un cerco de cabujones del díptico del obispo Gonzaga, asombra. Este es
el haz pero en la contrahaz o envés repujado destaca un calvario.
El oro
y el marfil enmarcan tales joyas lo mismo que servían de adorno a la urna de
san Julián y san Serrano hoy perdidas como la de san Vicente mártir o la de san
Eulogio y san Julián santos todos ellos románicos a la cual los muzárabes
profesaban una devoción ancestral. "Tomaron las reliquias todas las que
hubieron y fueron por Castilla y así la defendieron" (romance del Cid)
los huesos del tabernáculo y la lauda sepulcral de Leocadia, me extasío ante la
arqueta de las ágatas en torno a la cruz la rosa de los vientos una cabeza de
hombre que surge de las alas de un águila enfrentándose a un grifo fabuloso, el
cual, mirándolo, bien resulta un toro con alas.
De
cómo llegaron a Asturias esa cruz y estos exvotos es una historia que forma
parte de una peripecia tan fantástica e increíble como el viaje del cuerpo del
apóstol Jacobo a Compostela en una barca de piedra. Al cabo, en la huida de los
cristianos extremeños al norte quedaron depositados en Monsacro para su
transporte y reposo definitivo a san Salvador de Oviedo. Don Maximiliano
Arboleya Martínez deán que fue de esta catedral (sería fusilado en agosto de
1936) refiere en un opúsculo que a raíz de la persecución de Cosroas rey persa
contra los cristianos que destruyó Jerusalén por segunda vez algunos huyeron
hacia Alejandría llevando consigo la
cruz del redentor. Allí un obispo piadoso Juan el limosnero los acogió. Egipto
acto seguido fue arrasado por los árabes y de nuevo los cristianos hubieron de
embarcarse hasta Cartagena y de allá fueron traídas nadie sabe cómo hasta el
Monsacro. Alfonso II el Casto las expone por primera vez en Oviedo y manda
construir la cruz de los Ángeles 808. Fruela II 950 agrega la cruz de las
calcedonias y Alfonso VI rey de de castilla y de León manda abrir el arca santa
el 13 de marzo de 1075. Y desde entonces hasta la fecha el arca santa ha sido
baluarte de nuestra fe superviviendo a guerras fuegos inundaciones, robos,
expolios, asonadas y cuarteladas, estas reliquias guardan entre sus joyas el
destino de España y demuestran que San Salvador fue el gran foco de
peregrinaciones de las cristiandades europeas. Forma parte de nuestro
testamento. Quizás tales huesos o el polvo que queda en medio de piedras
preciosas sean nuestro salvoconducto y baluarte en la peregrinación de Asturias
cuna de España por la historia
FRAY JUSTO PEREZ DE URBEK MONJE DIFAMADO
Tabelión archivero y monje
Se va 2011 hoja volandera llevándose el polvo de estrellas de los últimos 365
día. Un diácono en el guial de mi radio canta la Passio y llega al pasaje en
que pregunta a Jesús Pilatos:
-Quid fecisti? ¿Qué has hecho?
Y el pretor y el prisionero se enzarzan en uno de los grandes diálogos
carismáticos de la historia del mundo. El romano quería salvarlo porque creía
en la inocencia del reo y el sanedrín-siempre el sanedrín- clamaba:
-Quítale de ahí, mándalo al patíbulo.
El kerigma de la redención fortalece mi pobre fe que a veces parece que se
derrumba. Es la soledad profética del martirio del testigo de la fe al que
nadie secunda. Y no quiero entrar en el paladio de mi duda. Es un lugar
secreto. Para vencer la tentación mis labios no se cansan de pronunciar la
plegaria hesicástica de los padres del desierto. Jesús hijo de David tenga
piedad de mí. Kyrie eleison. Gospodi pomiluy.
No soy más que moneda forera, calderilla que se intercambia en el tenderete
para pagar los sufragios y pitanzas de sus caridades. Y hoy día de san
Silvestre mi mente vuela hacia las aguas del Arlanza ese Jordán burgalés cuna
de tantos monasterios y rindo mi tributo a la memoria de un monje que escribió
la mejor epacta o los trabajos y los días del buen cristiano que vive a pie de
calendario y assite impávido al tránsito de las estaciones. Me refiero al Año
Cristiano de fray Justo Pérez de Urbel el abad falangista el que colocó una
cruz mirando a Madrid más alta que una montaña y que hoy quieren derribar los
impíos con la misma saña con que los escribas y fariseos vociferaron contra el
manso Jesús.
Aquel abad silense nació el 8 de septiembre de 1895 en Pedrosa del Río Urbel,
ingresó en los benitos a los diez años y fue ordenado sacerdote el 1918. de
acendarda vocación literaria pronto fue proclamado abad de Silos. A la sombra
del famoso ciprés de su claustro van en búsqueda de remedio espiritual poetas,
literatos, políticos, abogados de Madrid. Consta en los anales que Rafael
Alberti y Gerardo Diego fueron amigos de aquel abad munificente y algo mecenas.
El primero se adhirió a las izquierdas. Diego, falangista y uno de los grandes
vates castellano de posguerra inmortalizó al ciprés de Silos en un soneto.
Fray Justo hacía misiones y daba conferencias por los pueblos de Castilla , fue
el eximio publicista que nos dio a conocer a los niños de las escuelas de aquel
tiempo las fuguras de El CID, fERNÁN gONZALEZ, dña Jimena, y eso creó ewn
nuestras coinciencias huella cindeleble-y de este itinerario espiritual
surgieron recopilaciones de viejas costumbres, canciones,- Castilla ama la libertad
como ella sola, es la patria del fuero comunero- y libros como fueron los
viejos romances y el cantar de Mío Cid que son el legado de la literatura
castellana a la historia de las letras universal.
Yo conocí al abad de Silos allá por el año 58 pues con frecuencia venía a ver a
un compañero nuestro en el seminario de Segovia al que apadrinara y pagaba la
beca. Era de mediana estatura, muy calvo, numismático perfil de auténtico
monje, una efigie románica del medievo, de ojos penetrantes con lentes de alambre
voz profunda muy humilde y campechano. A pesar de sus grandes conocimientos.
Siguiendo la norma de su regla “ora et labora” cálamo en ristre había
descubierto los tesoros insondables del primitivo cristianismo hispano, el rito
mozárabe o visigótico y desenterrado partituras musicales donde se esconde la
conexión de la religión de Jesús con la belleza. Fue un apóstol de la
tradición. Carrero Blanco lo nombró abad de Cuelgamuros pero a diez
años de su patronazgo abacial fue defenestrado por causas que se
desconocen, dicen que el OPUS estuvo detrás de aquella movida y los grupos
afectos a Carrero que lo encumnbraron luego acabaron con él. Fray Justo fue
empero el alma del Valle de los caídos. Fue un golpe muy duro hasta el punto de
que cundieron rumores de que se extravió, estuvo a punto de colgar los habitos
y que se juntaba con gente poco recomendable, y llegó a vivir con una querida.
¿Era la madre de aquel latino segoviano al que iba a visitar los jueves y a
llevarle el talego? Sean ciertos o meros bulos estos rumores verdad es que lo
pasó mal y el Señor lo probó con fuerza y en él se cuimplió el axioma cidiano
de que Castilla face los omes e los desface.. Quienes más debieran amarle más
le odiaron. Es el suplicio por el cual han de pasar los genios de este país.
Murió el día de san Pedro de 1979.
Y en la búsqueda de esta meta Pérez de Urbel chocó siempre con los jesuitas que
preponderaron en el redimen de Franco a partir de 1958 implantando una suerte
de secularización y acomodo a las nuevas realidades de la tecnología y de los
cambios sociales. Por esta causa perdió el predicamento que tuviera en el Pardo
aunque él siempre sería un amigo eminente del Caudillo.
Es una pena que su gran obra empañecida por ataques personales y argumentos ad
hominem permanezca soterrada en los anaqueles bibliotecas y ninguneada por la
historiografía y la crítica en manos perversas hispanofobas y anticatólicas.
Sin embargo, la personalidad del abad silense se sale de la norma y de los
cauces de hoy. Era un trasunto de aquellos prelados medievales que llevaron la
mitra sobre sus cabezas (el arzobispo Carrillo, Gil de albornoz, Cisneros,
Ximenez de Rada, el cardenal Mendoza)
Adquiere mayor talla la figura de estos epígonos que copiaron códices,
compusieron himnos litúrgicos, hicieron la guerra, casaron príncipes, crearon
instituciones benéficas, fundaron monasterios y biblioteca en comparanza con lo
que ocurre en esta España nuestra. Un mitrado como aquellos hay que buscarlos
con la lámpara de Diógenes y no nos saldrían más que obispillos en la nómina de
conferencias episcopales, Roucos, y Tarancones de perversa memoria y toda esa
clerigalla de tertulieros que se agrupa en torno a la COPE o a Intereconomía,
los quicos, los neocatecumenes o los virginianos del Escorial. Bien se conoce
que estos son tiempos en que se rinde culto a la serpiente (ofiolatría)
Cabo de año. San silvestre preside la jornada postrera de un 2011. dejemos que
las ofiolatrías adoren al Becerro y que Moloch y Saturno sigan engullendo los
cadáveres de sus propias criaturas. Nosotros que no cesamos de clamar en el
desierto con trenos proféticos acojámonos al silencio del templo de Volupia.
Pues a lo mejor no lo sabéis lectores. Esto de estar todos calladitos como en
misa no es una costumbre cristiana sino pagana. Volupia era la diosa del
silencio para los romanos. Los imagineros la pintaban como a una moza que da un
paso al frente con el dedo índice sobre los labios. No es el buey mudo toma
sino la imposición de esas viejas cotorras que dicen chissssst y hay que estar
modositos. Oír ver y callar pero han quedado los seminarios vacíos, los
conventos secos, la grey dispersa mientras surgen voces como la mía que gritan
y en el erial se produce el estruendo.
No he de callar por más que con el dedo silencio avises o amenaces miedo…
chist. Prefiero el silencio de la Anatolia. Allí los anacoretas se entregaban
al silencio y su actitud es hoy definida por las más hermosas de las palabras
rusas:
-m o l ch e ñ i e
Recomendación de oro el silencio administrativo, el silencio total para tanto
boquimuelle.
-Oiga esos contertulios parlan como oráculos.
-Habrá que encerrarlos en el templo de Volupia amarados en blanca. A ver si
aprenden.
-No aprenderán nunca. Sueltan el trapo como cotorra y para colmo ganan dinero.
Estos manirrotos y boquirrotos son un contraste con aquel abad silense que era
hombre de pocas palabras. Fray Justo tenía un perfil alemán. Era de una gran
bondad y entendía el cristianismo no bajo el látigo de nuestros grandes
conversos –Loyola, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz un poeta que deviene casi
pornográfico a fuer de amor divino- sino dentro de la horma y el báculo de la
epiqueya de moderación católica de san Isidoro. Fue el cantor excelso como
Prudencio de nuestros mártires en la guerra civil. Un autentico Tabelión de la
orden de San Benedicto que levanta acta de ciertos hechos para que la historia
guardara conocimiento por ejemplo de la barbarie cometida por las hordas rojas.
OSCULANDA NADA DE NADA
OSCULANDA
Las féminas siguen
destilando veneno. Hay que ver en lo bajo que cayeron aquellas muchachas que
amamos en otro tiempo y ahora son abuelas. Andan cojas, y en medio del
desencanto habitando sus pisos de muchos metros cuadrados, en la comparsa de
sus gatos castrados, alguna foto de familia, los matrimonios fracasados, viudas
de su propio desconsuelo, añorantes del amor negro que les puso a pique de la
ruina, lo que evidencia el poder del sexo.
-Arrepiéntete, cabrón.
-Yo no me arrepiento de
nada. Me arrepiento tan solo de aquella
chinita en Hong Kong que hacía frufrú cuando me hacía el amor.
Encima, beatas con humos y poniéndote de
penitente. La culpa de todo por lo visto la tienes tú, Ulises, que sigues sin
llegar a Itaca.
Le dije que no creo en la confesión auricular
porque teológicamente tengo en entredicho la teoría de la exmologesis. Oh
católica y cruel majestad, seguimos en las mismas. Osculanda amor tú ya no
besas como solías. Te han salido bolsas en los ojos y no ves lo que te rodea
pero tal vez sea mejor así. La soledad créceme por fuera y por dentro de
nosotros. Pobre Osculanda, viuda solitaria en su piso de doscientos metros
cuadrados, una sonrisa amarga y los ojos cargados en un ictus que me dice que
todos aquellos besos que me diste se los llevó la trampa. Fueron el proemio de antelación
de una vida que pudo ser y no fue. Acaso estaba escrito. Fue la voluntad de
Dios. No nos hicimos daño el uno al otro y las dulces horas de junio y de
mayo idas y venidas por el valle de Talamanca hoy al recordarlas no
producen ningún escozor, solamente melancolía. Paremo sigue vendiendo libros en
su alguarín infame y yo vendí aquella vieja maquina de escribir con el tablero
que inventara Wetereng. Ahora soy propietario de un ordenador portátil. Pulso
cada una de las fichas del teclado en la esperanza de que tarde o temprano la
verdad se hará hueco, Osculanda amor, aquella moza de rumbo que hoy es abuela.
La que tuvo retuvo.
Parejo
Paremo alza su gario terrible y al pasar por el resayo a la sombra del
gran edificio con los paramentos de mayólica yo le hago un corte de manga. Está
muy gordo y se toca con una churrupitosa visera y casi no le tapa el culo su
inmenso mandilón. Ha parido una gata y su mujer, que es una vieja fea con cara
de vagabunda alcohólica les pone un platito con sopas de leche sobre la acera
para que los michines de la camada coman. No cierran todavía la tienda aunque
ya les queda poco. Paremo es rátigo todo él un rátigo con látigo. Alguna mañana
utiliza su fusta para espantar a los buitres. Negocio al por mayor. Parejo
Paremo es el sepulturero de muchas ilusiones literarias. Es el tendero de ideas
de segunda mano. En su garabito fenecen los sueños de los poetas. Maldigo a
este pariente de Juan Simón que trata al personal a batacazos. Su padre creo
que era un sargento de caballería.
-Nada de sargento. Cabo primera de la Remonta.
-Mejor me lo pones y a Paremo Parejo que le quiten los galones y
lo hagan soldado raso.
De estas zozobras mías cuan
poco tú sabes, Osculanda, amor.
LIBRO SOBRE EL FRANQUISMO
Franco y los Judíos. Salvó a
muchos hebreos pero decir esto hoy por hoy y tal y conforme están las cosas
suena a herejía pero me remito a los documentos y a los tumbos. La letra muerta
es un testimonio y delata a unos cuantos. No quieren oír. Están sordos. El
juancarlismo reniega de sus orígenes. Creo que el Señor me ayuda a pechar con
esta galerna de dificultades. Mi frágil barquilla siempre a punto de naufragar
hiende proa y sale a flote. Sálvanos Señor que perecemos. Seguiré escribiendo.
Algún día se esclarecerá la luz. Creo en la pasión y muerte N.S. Jesucristo. En
el Amor. En el perdón en el progreso pero esta nueva teoría cohonestada por los
últimos papas niega la mayor. Acaso el Vaticano para complacer a sus enemigos
esté inmolándose en un trágico harakiri. Tal vez Wojtyla Kratz fuese el
anticristo. Otros curen del gobierno del mundo y sus monarquías Yo mientras
tanto saco el azadón y cavo en el jardín. Hay que limpiar las malas hierbas,
quemar hiedra, tronzar algunos palos, podar. Ya está próxima la primavera y
aquí estoy yo fumándome un “Don Tomás” después del cafecito mañanero. Se fue el
cansancio al levantarse de días atrás.
Este invierno no ha cesado de llover y de
nevar. Ha sido una estación invernal como las de antiguamente. Y Delibes se
muere. Nunca fue Delibes santo de mi devoción. Pienso que es un escritor menor.
Un tipo muy de derecha, manierista en lo del estilo. La sombra del Ciprés es
alargada es una novela floja. Lo mejor y más acertado el título. Pero con ella
ganó el Nadal y la escribiría como el que prepara unas oposiciones a notarías.
La cosa resultó. Cría fama y échate a dormir. Pero ha sido un autor desigual.
Con algunos aciertos como el Disputado voto del señor Cayo y otros fracasos
como Siestas con viento del Sur escritos cuando su animo estaba atenazado por
la depresión. En el 98 le operaron de un tumor y al pobre escritor le salió la
hoja roja.
No me identifico como castellano con los
palurdos que él pinta y describe pero esto a muchos les sonará a herejía. Subo
por detrás de la gran casa con los frisos de Mayólica y allí está toro sentado
cuidando su parva. Rátigo. Me insulta. Guardo silencio. Soplón. Espía. Marido
de una mujer fea y lenguaraz. No hay que hacer caso. Sin embargo le compro dos
libros por 3€.
Menudo pájaro. Pienso en que
Toro Sentado. Al que tambien llaman Peremo el del mandilón no es más que una sombra, un
espectro que aun vaga apostado en la verja del jardín reliquia del pasado y de
los tiempos de la inquisición. España negra y cañí. ¿Y pensar que estos eran
los míos? Otra gran decepción como la de Osculanda que cuando tenía 20 abriles
me largaba besos al por mayor. Aquellos besos aquellos libros la trampa se los
llevó.
jueves, 14 de agosto de 2025
ELOGIO
DEL SILENCIO. EL DESIERTO VIVIFICA
Retirado
a la paz de los desiertos conjuro la desazón y convaleciente ordena mi mujer me
den sustanciosos pistos. Ínterin, me asaltan los recuerdos de cuando era paje
del obispo y alforzaba la capa magna para que no la arrastrase al entrar en la
catedral a toque de clarines y timbales.
Vivo
recogido y convaleciente pensando que este retiro es una gracia del altísimo
porque hoy lo más fácil del mundo es ir al talego.
España
vive un perpetuo escrache. Irritación
y odio por todas partes. por las tardes juego con unos amigos que me honran con
su visita jugamos a las siete y media o al treinta con rey.
Nos
gobierna una partida de truhanes y borrachos lujuriosos y lascivos impotentes
bustos parlantes de machorras.
La
Villacastín tuerce el morro como el panadero de Encinillas y la Ballesteros
cuenta qué gusto cuando hizo el 69 con un tipo que encontró en la escalera de
su piso aquí te pillo acá te mato, ¿pero de donde ha salido esta?
Es de
la calle la Ballesta y a lo que se ve no estudió en Alcalá donde tantas
premisas dio el florido ingenio. Pronto estas daifas reposarán en el Pleión Cementerio que es el
reclinatorio de los muchos y digo con el romance:
Mal casada sin ventura
¿Qué te vale tu lindeza?
Ocasión es de tristeza
Tu beldad y tu hermosura.
Estos
versos los aprendí de un curullero que fue a galeras por matar a la parienta
cuando la encontró encamada con otro.
Muy bien hablaba aquel galeoto arrepentido.
Armas y letras son hermosas pero no puede irse a la guerra sin coselete. Voto a
bríos y a san Antonio de Padua.
Me
indigna la vanilocuencia de estas nuevas reinas cultalatiniparlas que no paren
más que hijos de la imprenta porque marchan con la matriz adobada o se ligaron
las trompas para así engañar con más seguridad a sus maridos.
Tempus
Edax rerum tempus fugit. Todo lo devora el paso del tiempo, abrázate a tu cruz,
Villeguillo ya te lo dijo Ferteros el que aventaja bien clarito: Mía es mi
hambre. En mi hambre mando yo. Soy indiferente a toda clase de males y
suplicios que me lleguen. Detesto a estos lomienhiestos y vanílocuos que
pecorean frases y explicaciones por la caja tonta.
- Los
micrófonos pedorros, ah sí.
- ¿Y
esta noche veras el partido Verumtamen entre la selección española y la judía?
- Ni
por pienso, Villeguillo, los sionistas son el brazo armado de esa revolución
que se está preparando en Barcelona.
-
Seria una bufonada si no tuviera que correr tanta sangre
- Son
raza perversa siempre al santo y a la limosna. Eres Verumtamen lo que se dice
un patriota
PROLOQUIO
Llama letificante
alta gracia
cúpula de la iglesia de la Virgen
calle Goya
tiempos idos
íbamos a misa
yo te aguardaba a recogerte en el seiscientos
el tabaco negro canario que dulce sabía
amor a primera vista
el pecho descubierto
besos en la ribera del Henares
padre del idioma
pecado quedo
y en sus zapatillas de orillo
guapa estaba mi novia
mi interpelación al tiempo ido
ya no sirve para nada
vano proloquio
tiempo perdido
DÍA DE
SAN BERNARDO EN FUENTESOTO
Un año
más y siguiendo una tradición secular perdida pocos años antes de la guerra
civil y resucitada en tiempos de la democracia, Fuentesoto honró al glorioso
san Bernardo con la procesión a la ermita de san Vicente de las Povedas,
camino de Pecharromán.
Dedicada
a Vicente aquel diacono aragonés mártir de la fe, cuyo culto estuvo extendido
en la Hispania visigótica, es uno de las joyas románicas mejor conservadas
—sólo un ábside semicircular cubierta de bóveda de cañón tres lucernas o
saeteras y guardapolvos con adornos de taqueado jaqués, figuras
geométricas y adornos florares en los capiteles, en la parte interior se
representan animales y obispos, que corroboran la suposición de una mano
mudéjar, respetemos al Islam— edificado c.1135 en piedra caliza. Seguramente,
formó parte de una “anillo de oro” o círculo de monasterios de monjes
blancos que sustituyeron el anacoretismo (aquella zona del Duratón es comarca
de cuevas como la de los Siete Altares de Sepúlveda) por el monaquismo. Los
solitarios de esta Tebaida segoviana en zona apartada y abrupta optaron por la
vida en común.
Los
monasterios del Cister eran lo más parecido en los siglos medios a los “kibutz”
israelíes de hoy. Eran centros de producción y feudos de defensa. Allí se
abrazaba un género de vida austera de trabajo y plegaria, también de estudio
porque el “armorium” o cuarto de los libros era tan importante como el
refectorio y el dormitorio corrido, vida en común.
Pero no
sólo rezaron. También trabajaron, plantaron viñas, cavaron huertos y araron
tierras. En los majuelos de Sacramenia, Pecharromán, el Vivar y Valtiendas se
pisaba una uva que, transformada en mosto, daba el mejor clarete del mundo.
El Vega
Sicilia y los excelentes caldos de la ribera del Duero zona Peñafiel fueron
el descubrimiento de estos frailes blancos que todas las tardes cantaban himnos
en honor de la Virgen María y tomaban un jarrillo a las comidas. Ellos trajeron
el vino y el canto gregoriano. Eran monjes soldados.
Tengo
entendido que Ben Gurion copió algunos capítulos de las Constituciones para el
Estado Hebreo de Bernardo de Claraval, aunque sustituyendo la palabra Dios por
la Roca de Israel.
El monje
ideal, apartándose del mundo, goza de las buenas cosas de la existencia: el
trabajo, el reposo, la quietud, la amistad sin los líos del amor y la familia,
la caridad con el prójimo, abraza la virtud en menoscabo del vicio, aun sin
perder de vista la fragilidad de la condición humana que con frecuencia sucumbe
a la tentación. Ora y labora. Huye, calla, llora y reza es la receta del
Talmud en la lucha contra las fuerzas diabólicas y el espíritu maligno
que nos rodea
Hay
rasgos misteriosos o que no se comprenden en la personalidad de este
bienaventurado abad borgoñón, el cual a lo largo de sesenta años de vida
pobló Europa de casi dos centenares de monasterios desde el Humber inglés en la
frontera con Escocia hasta el Duero y desde el Loira hasta el Danubio y el
Vistula. Eran vergeles, jardines de María, remedando el “hortus conclussus”
de la Biblia, ¡qué descansada vida la del que se aparta del mundanal ruido!
situados en valles apartados a orilla de los ríos y en Castilla los muros
sagrados de estos monasterios como los de Sacramenia se convierten en alcázares
fortificados. Visión del locus amenus pero sin bajar la guardia, que el enemigo
acecha.
Por
fuero de Brañaseca otorgado por el rey Alfonso VII el Emperador
surgieron los aportillados o caballeros prevenidos en frontera. Los esclavos
podían manumitirse al socaire de esta norma y los musulmanes gozar de libertad
dentro del territorio castellano. Así como los judíos. Parece que hubo dos
aljamas importantes una en Sacramenia y otra en Sepúlveda.
Claro
que esto no se cumplía siempre porque los monjes soldados al llegar la
primavera llamaban al arma y tenían que pelear contra los invasores del sur. A
juzgar por las adarajas o ladrillos sin terminar de ser colocados se aprecia
que las iglesias de san Vicente y las de san Gregorio no pudieron ser
terminadas porque se acabó el peculio, por las prisas de la llegada de una
aceifa o porque el enemigo las derribó.
Son
misterios que suscitan la meditación del que contempla estas sagradas piedras.
Otras plumas más cualificadas como las de Quadrado o las de mi paisano el
doctor José María Costa Arribas— en las páginas del Adelantado— disertaron, con
más autoridad que la mía, sobre las peculiaridades de esta comarca en la franja
ulterior de la provincia en todos sus aspectos (lexicográficos, aperos,
refranes, trajes, modos de labrar y construir, usos y costumbres incluso el
sentido del humor que es muy peculiar según nos ha descubierto el gran
escritor, musicólogo y etnógrafo Joaquín Díaz.)
Sin
embargo al que suscribe le cumple el orgullo de que mis paisanos no hayan hecho
caso omiso hacia mis prevenciones sobre el valor histórico de estas joyas
ocultas en sus predios.
Ya en
1968 publiqué (ya ha llovido) un reportaje en Diario SP “Ermitas
abandonadas en el camino de Sepúlveda a Peñafiel, era el título, con unas
excelentes fotos de Santiso. Hoy san Vicente que por aquellas fechas era un
muladar está abierta al culto y los “corines” mote con que se designaba
en la comarca de Villa y Tierra a los de Fuentesoto con gran esfuerzo
adecentaron la iglesia de san Gregorio. Que san Bernardo confesor y san Vicente
mártir los bendigan. Loores y vida larga
RATIÑOS
LA NIÑA DE LOS EMBUSTES
A los
del Bierzo otrora ratiños se les llamaba pasado Astorga eran coritos y más allá
gallegos a secas de Ponferrada o por mejor decir de cangas de morrazo era
Catalina Cascabelos y lo mismo que la lozana andaluza que era de la peña de
Martos las putas también van por la vida con denominación de origen. Castillo
Solorzano en esta obrita "La niña
de los embustes Teresa de Manzanares" dechado de los primores y
amarguras de la novela picaresca vierte su sabiduría y su buen humor al abordar
un tema tan viejo y escabroso como el
mundo. A Catalina Cascabelos, su
madre, “Catuxia” para los amigos, la
hizo un chico un arriero segoviano que pasaba por allí. Ella dijo que el
“chichón” era debido a un atracón de castañas en un magosto de aldea pero la
barriga fue creciendo, naturaleza siguió su curso y a eso de los nueve meses
malparió. Sus progenitores para lavar la culpa mandaron a la muchacha a servir
a Madrid y este es el comienzo de la aventura. La cabra tira al monte y al cabo
de algún tiempo la moza leonesa rubia y garrida se convirtió en una de las
cortesanas más famosas y generosas del Madrid de Felipe IV. Confeccionaba
pelucas al portador.
Castillo Solorzano data su libro en 1632. Es la historia del ascenso y caída al hilo de
una historia de amor/desamor. Entremedias infinidad de enredos y follones
duelos y espadachines que se baten a muerte por las calles del viejo Madrid
narrados tales lances con mucho donaire y el desenfado propio del género
picaresco cuyos protagonistas antagonistas y heterognistas pusieron siempre al
mal tiempo buena cara. Trata de blancas. Los negocios de la carne.
Dijo
Cristo que habló muy poco de sexualidad y de escribir no escribió prácticamente
nada (sólo con un dedo en la arena) lo siguiente: “Preciso es que venga el
escándalo pero ay de aquel por quien viniere el escándalo. Mejor que lo atasen
al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar”.
Roma
la ciudad de los papas era el principal punto de destino de estas pobres
mujeres que llevaban engañadas a ejercer prostitución. Enseguida, Estambul. Los
turcos tan libidinosos practicantes de la ley de Mahoma acrecían su demografía
violando a todas las muchachas de los territorios que conquistaban en el Este
europeo llevándolas luego a sus serrallos, lo mismo hacían con los efebos
porque un turco hace siempre a pelo y a pluma. A Paris venían desde
Escandinavia, Alemania y Polonia a servir al monarca cristianísimo y en Madrid
llegaban de toda Europa y del Nuevo Mundo a retozar en la corte de Su Católica
Majestad. A Londres no hacía falta proceder a esta clase de importación, salvo
alguna que otra irlandesa descarriada, porque Inglaterra siempre estuvo bien
surtida de daifas, trotonas y tusonas de cualquier índole.
Catuxia
era una gallega aseada y limpia a la que Tadeo, el peraile del Azoguejo (de
Segovia ni la burra ni la novia) que así se llamaba el rufián que sedujo la enamoró cantándole coplas a la
oreja con la música de una bandurria o discantillo para dejarla luego tirada
por los caminos. ¡Ah Maruxiña, Maruxiña… eu
quería me casare…
En el
Madrid de los Austrias las mozas de partido eran galaicas, para amas de cría
las asturianas las fregatrices de Burgos y las aguadoras de Toledo aunque en
Castilla antes se dijo que para putas Toro. Ellas no tenían que pasar el puerto
de Rabanal para marchar a la Corte.
Ni
besar la cruz do ferro que se alza en lo alto y donde rezan una oración los
gallegos que parten a tierras ajenas. Era la niña incauta y bozal en caminos
pero pronto aprenderá. El Tadeo buen punto filipino que acompañaba como mozo de
mulas al deán de Compostela desapareció pero la providencia no desdeña a la pobre Catuxia, “sedutta e abandonata”
que camina con paso firme sin admitir requiebros ni martelos hasta la ribera
del Manzanares y alcanza por fin a lomos de un mulo romo que le prestó un
tratante de las Rozas la puente Castellana, ingresa en aquel Madrid que
denomina el autor “gomia” de sabandijas y se pone a servir en el Mesón de la
Hermosas sito en la Cava de san Francisco (hoy Cava Baja). Aldonza una
compañera la inicia en el arte de la prostitución pero este no es el final de
la historia sino el principio galas abalorios van a vestirla en los bodegones
de tela que había en la calle de Toledo la calzan de chapines ponen en sus
dedos sortijas y hala todas a hacer hacer la carrera al Prado o a la ribera del
Manzanares. Nada les gustaba tanto a las aldeanas recién llegadas a la corte
como disfrazarse de señoras. Les salen
no pocos pretendientes que el autor denomina "pretensores"
A Catalina le gusta un buhonero francés que
vendía hilos y baratijas. Casa con él y de la unión nacerá la Niña de los
embustes. Pronto enviuda porque su marido muere a causa de una borrachera. Crónicas
de la vida airada. Esta es una de las novelas picarescas más realistas donde se
hace una relación circunstanciada de la topografía urbana y la demografía del
Madrid durante el reinado del cuarto Felipe mecenas de las artes y muy putañero
que era el buen rey y también devoto porque en la España de aquel tiempo
religión y sexo andaban puerta por medio y lupanares y conventos eran vecinos
pero en el ambiente según reflejan los tramos de este libro no podía ser más
distendido aún en medio de un mundo cruel. A centones y tolondrones nos pone al
hilo de las tretas y estratagemas en que habían de emplearse las muchachas de
provincias para sobrevivir en aquella villa y corte trufada de matones
buscavidas, beatas, maridos cornudos, letrados picapleitos, clérigos de mala
fama, azacanes, taberneros, hidalgos pobretones. Tenían que emplearse a fondo
en subterfugios infinitos. Así que la gallega del Bierzo la ratiña pronto deja
de ser bozal en caminos y se vuelve una experta en el oficio de solicitud.
Maldice a su violador con un conjuro en gallego " doucho demo al home" (Solorzano debía de ser la terriña) y
haciendo de tripas corazón se embarca en múltiples embustes o tretas para salir
adelante en aquel Madrid que era gomia de sabandijas. allí hay que oler bien según
decía Paco Umbral y para bien parecer cuidar el atuendo porque a la persona
según se la ve así se la trata. Catuxia se pone de punta en blanco: manteo azul
con su poca de guarnición pajiza, basquiña y jubón de estameña, mantellina de
bayeta de Segovia camisas valonas y cofia y chapines de plata adquiridos en la
almoneda de la plaza de la Cebada. Apacible era la gallega y graciosa en su
lengua pronto aprendió a bailar la capona y acudir a las meriendas veraniegas
que tenían lugar en las riveras del cristalino Manzanares. Se va a casar con su
francesillo un buhonero gascón de buen porte y bien vestido -ropilla de
veintidoseno de Segovia, capa terciada- que rondaba la calle de la gallarda
gallega un tal Pierre y se van a vivir a la calla Majadericos donde nace
Teresa, la niña de los embustes, depósito de chanzas y diluvio de los chistes
que va a ser. A los diez años queda huérfana pelos postizos un amante que se
llama Tristán que se va a vivir a una casa a la malicia en la Red de san Luis
por no pagar impuestos, se casa con un septuagenario que la mata de hambres y
de celos pero burla al marido con el estudiante y aprendiz de cómico Sarabia
METANOYA
Metanoya
convertios
pero
el señor tarda
las
cartas que recibi
serdasaet
quemadas
en la estufa 1997
año
triunfal
prisiones
y persecuciones
mi
Henarcita fue campeona de España
sé lo
que vivir en la contradicción
de los
que se enfrentaron a la bestia
sin
palos ni cuchillos
solo
la palabra
bajo a
la vera cruz
gabrielillo
aprueba la selectividad
hay
que tener agallas para defender la cruz de xto
que no
nos abandona
refugiado
en mi propia patria
huyendo
ahora los españoles
de
nosotros mismos
metanoite
convertios
dejad
de ir de aca para alla
buscad
el punto de encuentro
un
sitio fijo
SHERLOCK HOLMES
Las
novelas policíacas son la cosa más aburrida que he visto pero alguna leí en la
mili de Ágata Cristi. Los ingleses ganaron mucho dinero con este género y
royalties que exportaron al mundo. Ellos son los inventores dej thriller en sus variantes detectivesca,
suspense, novela de buenos y malos, novela negra Agotado el género, se
decidieron por las novelas de espías que también son un rollo. Un rollo
inteligente o como ellos dicen clever porque en ellas no ha de haber ningún
milagro y los hechos se decantan por deducción.
Pocos se meterán entre pecho y espaldas los
seis centenares de página del Sastre de Panamá. Sherlock Holmes me cae
simpático porque edra un marginal y es un tipo que va a su bola con esa
independencia del escocés frente al inglés. Así debió de ser Conan Doyle.
Cuando vivía en la capital inglesa algún cachondo me hizo llevarle al 133 de
Baker Street, mi amigo creía que la cosa del detective no era ficción, que el
policía vivía allí.
Como novelista Doyle es de la misma estirpe de
Walter Scout en cuyo arte aprendió. La novela negra como la histórica ha de
tener profundidad de imaginación, un cierto espíritu burgués, pasión por el
artificio. Así cuando conviene hace disparar a sus personajes cohetes voladores
para dinamitar una coartada. La novela es el arte de seducir y de deslumbrar.
Por lo que un buen escritor ha de tener no madera de héroe sino de impostor.
Otro aspecto nada desdeñable para mí es la calidad de cocainómano y fumador
empedernido. Escribir es como una adición.
No me chuto sino con infinidad de lecturas pero fumo porque la realidad esconde
demasiadas interrogantes y todo se disuelve en humo. Las volutas que se alzan
al éter desde la cazuela de mi pipa son un exorcismo contra lo sórdido e
inevitable de un destino implacable. Además el tabaco crea atmósfera.
Quien no conoce a los hombres no conoce a los
vicios pero tiene el fumeque un peligro: la abulia y fue el aburrimiento lo que
puso a Sir Conan Doyle en el disparadero de matar a su personaje dejando que se
despeñara por el desfiladero de Reichenbach. Luego tuvo que resucitarlo a
cambio de cien libras que le adelantó la editorial. Nunca le satisfizo al autor
su personaje que tanto dinero le dio a ganar. A Doyle lo que verdaderamente le
entusiasmaba era el espiritismo y no la novela de intriga en la que vierte este
escritor escocés toda la racionalidad y sentido común británica por la vía
deductiva. Lo que se denomina cleverness. Un inglés siempre dirá de
una película o de un drama en que la acción sale por donde nadie lo esperaba
que es Cléver. Sherlock Holmes was a
clever thinking machine que no trabaja ya meramente como detective privado sino
como guardián de una civilización
BYRON
Byron
descubre el mediterráneo para los ingleses. Es junto a Shakespeare el mayor
genio que dio Inglaterra. Su Childe Harold estuvo en el índice durante 25 años.
Allí inventa el romanticismo precursor de un tiempo nuevo pero ay literatura
cuanto te doy y qué poco me das a cambio pero no eres literatura sólo
terapéutica si acaso. Maldijo su oficio de poeta. Hubiera preferido ser un
hombre de acción. Cuando los dioses no estuvieron nunca de su parte. Byron
mediante la muerte alcanzó inmortalidad. Vida breve la suya pero insólita
manifestación de la inmortalidad. Sus versos son loa a cumbres de la individualidad humana junto con
Goethe, Napoleón, Lamertov, Nietzsche, Dostoievski. Ibsen. Representa al
individuo frente a la sociedad. Es la antinomia del socialismo gregario.
He was the
war of the mainy against one, decía su
amigo Sheley. Un sublevado contra la madre, el padre, la Iglesia, la
sociedad las convenciones sociales contra dios y contra el diablo. “Amo la
lucha la he amado siempre desde la infancia dice en una carta a Walter Scott”.
Su animal preferido eran el erizo y el puerco espín.
Despreciaba
el rebaño, no quiso ser jefe de la manada. Fue un solo contra todos. Una de las
grandes almas que produjo Inglaterra que anduvo muchas leguas por el mundo a
pesar de ser cojo.
Los
positivistas más o menos mesocráticos no conseguirán comprender la obra de este
prometeo encandenado que sólo se entiende a través del mito de la rebelión de
Luzbel. Canta a las flores del mal.
Su
poesía son versos satánicos los que plagió un tal Rushdie. Decía a los amigos
los colegiales de Harrow: Dont come near
me I have a devil inside. Estaba poseído de una suprema fuerza.
Incestuoso
con su hermana, asesino, defensor de la violencia y bacanales nocturnas en su
castillo de Newstead, un antiguo monasterio. Bebía vino en cálices sagrados o
en una calavera, se iba de putas, se acostaba con su hermanastra Augusta Leigh.
Glorificó al mal en su poema “Caín”. Su ayo decía que era una superfetación de
la animalidad. Un individuo sin moral rodeado de un harén de mujeres que en
Venecia vivía rodeado de hetairas como se refleja en su personaje Childe
Harold. O en el Don Juan.
Cruzó
el Helesponto a nado. Fue un preocupado por la calistenia, el ejercicio físico
y hacía régimen para no engordar.
Era
apolíneo; la vera efigie del Apolo de Belvedere pero estaba preocupado por la
deformidad de sus pies. Un ángel por lo visto tropezó con una estrella y quedó
cojo para toda la vida. Dicen los quirománticos que el diablo es renco y
asimétrico. Un alma contrahecha en la envoltura de un hermoso cuerpo. Bebedor y
fornicador maltratador de mujeres. La misoginia y sus dificultades con las
mujeres parece ser que se origina en la aversión que sentía hacia su madre. La
milady al nacer maldijo a aquel muchacho que nació con un pie equino.
Carbonario
en Módena y conspirador en Florencia, se hace terrorista y va a luchar a favor
de la independencia de los griegos pero los griegos lo traicionan “son peores
que los perros”, escribió.
En
poemas como “Don Juan” “la profecía del Dante” “la maldición de Minerva”
explaya sus conceptos revolucionarios de lucha por la libertad, una libertad
que no alcanza. Porque la verdadera libertad no se halla en la tierra. Está en
el cielo. Murió en Mishongi cerca de Atenas luchando por la libertad.
EL
ASESINO DE TERUEL NO ES SERBIO ES CROATA.
La
rabia y el dolor me embargan esta mañana. Bajé al puesto de la GC de mi comarca
y la bandera estaba a media asta. Al cabo puertas le expresé mi pésame por el
fallecimiento de estos dos números dos jóvenes valientes únicos ángeles de la
guarda de esta España desmelenada. Son los que cumplen la orden de Viva España
Viva el Rey Viva el orden de la Rey. Parece que están hechos de otra pasta
nenúfares en medio de la cloaca. Pero mi dolor dio paso a la indignación al oir
las comunicaciones mediáticas. Nuestra prensa no sólo es canalla. Está
envenenada. Norberto Eher alias El ruso, como dice llamarse el asesino en serie
que dio muerte a dos números de la Benemérita y a un sindicalista agrario no es
serbio. Es croata. Pudo militar en el ejército de Tito, el cual agrupaba a
varias naciones (Albania, Montenegro, Serbia y Croacia) de tan difícil
mezcolanza. Los del sur de religión musulmana los bosnios, los serbios y
montenegrinos ortodoxos y los croatas católicos. Croatas y serbios fueron
enemigos declarados. Es posible que este asesino que vino del Este reclutara
bajo las banderas de la vieja Yugoslavia. Esa contienda fue un crudérrimo
enfrentamiento bélico; recordemos un nombre trágico Mostar donde operaron
nuestros soldados españoles como fuerza de pacificación. A la par de eso, en
varias fotografías aparece fotografiado al lado de un cura católico que era
algo pariente del presidente Tuchman. Y Tuchmann de origen alemán estuvo
incriminado por haber militado en un regimiento de la Wehrmacht que se batía contra
los chesniks guerrilleros serbios durante la guera mundial. Se trata
`pues de un croata católico al que la desmembración de Yugoslavia y con
formación militar se unió a las bandas de forajidos y mafias del Este que son
un dolor de cabeza para nuestra policía, pero no se trata de un ruso como han
dicho “Radio Macuto”. Actuan con la tecnica de los partisanas de ataque por
sorpresa. Roban esquilmas y se mueven con facilidad por las montañas. Operan en
todo el Maestrazgo. Son forajidos sin ideales políticos enfrascados en la
pecorea y la revancha de todas las posguerras verdaderos chacales, sobre todos
los albaneses. Quizá exista en algunos n sentimiento de rencor contra España
porque el hombre que apretó el gatillo obedeciendo órdenes “de arriba” fue un
español: Javier Solana en calidad de Director General de la OTAN. Por eso
pienso con tristeza que estos dos números de la benemérita que ayer sucumbieron
han pagados los platos otos de la incompetencia de nuestros políticos y de
nuestros periodistas del pesebre que difunden noticias falsas. Es el juego de
las fake news que a mí como hombre de la información me saca de mis
casillas al ver tan prostituida y lenguaraz a una profesión a la que amo y ha
sido mi vida. No se puede confundir a un croata con un serbio (los serbios eran
antiguos comunistas) y los croatas nazis. Y eso es mentir por toda la barba. A
la par, es otra forma de demonizar a la Santa Rusia y convertir a Putin en el
malo de la película
EL SASTRE DEL CAMPILLO
Coser de balde y poner el
hilo: ese ha sido un poco mi destino ser periodista se parece al oficio de
sacristán cuyos dineros vienen cantando y cantando se van. A ver esa página.
Gemían las rotoplanas resoplando en sus suspiros. San Cristobal cargaba sobre
los hombros el peso de los pecados del mundo, chorreando noticias. Cuanto más
trágicas mejor. Yo conocí al sastre del Campillo personaje de novela en mi
segunda vida y reencarnación. Vivía en la calle la Magdalena esquina con el
Avapies. Cosía de balde y encima ponía el hilo.
BECAUSE I AM A LONDONER
LONDINI DIASALES
O Roma
alma mater excelsa celebramos tus fiestas diasales alabado sea el dios Dionisio
amigo de Neptuno que manda en el Tamesis. London was he wind blowing over the branches of the
melancholic oaks of Hyde Park. London was los goces y las sombras
inefables donde se agazapaba el beso escondido de una mujer. El samovar silbaba
su alarma de advertencia cuando estábamos en lo mejor on the gas stove watch out. Pasaba el lechero y el boy
de los periódicos dejando en el umbral los voluminosos dominicales, afrecho de
lectura para mañanas lluviosas de aburrimiento que san Frutos pasaba la hoja
pero seguía sin acabarse el mundo. Lazy sundays afternoons se te pegaban las
sabanas y era hermoso sentirse libre en la cama que habías adquirido por unos
peniques en Marks Spencer dinero que siempre va a parar a los judíos. Sentíamos
al limpia ventanas trajinar subido a la escalera mientras Liz y yo hacíamos el
amor. Las casas londinenses carecen de persianas son un escaparate global ciando
aun no habían llegado los pornógrafos de la Red. Well done, mr Villeguillo.
Los jardines de Rolando mostraban en sus arbustos la cencellada del otoño. Se enteraba de todo el tío. I loved many a girl but among them there was no my Suzi la que
amaba. Volvían las púberes cabezas de South Kensigton con sus cantaros a la cabeza
y sus andares de cadencia hacían recordar al garbo de las Danaidas afán de
vida. carrusel del circo que no para. Las monjas de san Chad se bañaban bajo la
vigilancia de su chaplain capellán en cueros vivos en las playas de Surrey oh
que esplendor el de aquel verano. Londres era la sala de espera en la estación
de san pancracio y los cigarrillos fumados en buena compañía sobre las gradas
de la estatua de Eros en Picadilly Circus. Aquellos fueron las fiestas diasales
de mi juventud, stags parties, noches de vino y rosas, conciertos, campeonatos
de bridge y carreras de sacos. Por la senda sublime del recuerdo yo me marcho
caminos sin retorno nada de aquello volverá. Mrs Dolittle venía inexorable a
cobrar la renta todos los sábados. Los ojos turquíes de Linda Barnes me
embelesaron cuando ella apretaba sus muslos y sus labios contra mí. Me perdía
en sus brazos sin saber que los amores pasan, cambian las formas de gobierno y
las ideas de los hombres. el péndulo de las modas es el diapasón que rige los
hábitos. Sé que nadie escuchará esas líricas confesiones me consideran un
pelafustán de la literatura pero soy algo más que la voz que clama en el
desierto y sé que mis palabras no pasarán.
ecce homo, he aquí mi legado de
las Londini Diasales fiestas eternas. Yo en mi sotabanco de South Kensigton fui
un hombre feliz
SAMUEL BECKETT ESPERANDO A
GODOT
Vuelvo por donde solía a
leer a Samuel Beckett ídolo literario de mis tiempos mozos y regreso a través
de su prosa endemoniadamente bella (tanto en inglés como en francés suma y
compendio de perfecciones) a la amada ciudad de Dublin orillas del Liffey una
hermosa capital hecha a la medida de los sueños escritores. Escucho el eco de
la tonada de Molly Malone la alegre pescadera que vendía ostras y chipirones
por las calles. Beckett es un compendio de aquel mundo en que todos esperabamos
a Godot. Teatro del Absurdo, novelas sin argumento. Era menester romper con las
tres unidades de Boileau para describir un tiempo nuevo. Se había muerto Dios
pero la palabra seguía brotando pura y cristalina de la roca viva que abrió
Moisés con su varita de virtudes.
En su obra este irlandés
trasterrado que se hizo escritor de fama en Paris nos habla de la incomunicación
de los seres humanos, de la soledad a la que se circumscriben sus personajes
marginales: vagabundos, pobres vergonzantes, ex convictos, putas. ¿Qué sentido
tiene nuestra existencia? ¿Para qué hemos nacido? Buena pregunta.
Beckett es un adicto a la
droga del silencio en estado puro. La flor de la castidad surge en la mayor
parte de sus novelas (Molloy, un homenaje a la
continencia y a la soltería) y en sus dramas: Esperando a Godot todo un
"tour de force" metafísico. Murphy y More Pricks than Kicks
etc.
Nació en Dublin en 1906 en
el seno de una familia protestante al igual que Bernard Shaw, Oscar Wilde y
Yeats pero su obra va a ser un complemento de la que nos legó su amigo y
protector James Joyce, el autor del "Ulyses" un católico que explica
ese duende que tiene Irlanda que se esconde en las burbujas de una pinta de
"Guiness" bien tirada y que brota en la maestría de un lenguaje,
donde se demuestra que la buena literatura de las Islas Británicas fue escrita
por irlandeses. Humor dublinés.
Recuerdo al respecto una
anecdota que me contó un jesuita que
hizo el noviciado en Dublín. Una mañana llegó a confesarse un paisano que había
andando por las tabernas de la ciudad y se sentía arrepentido de sus excesos
con el alcohol. Se arrodilló ante un confesionario. El hombre lo vio abierto
pero no se dio cuenta de que dentro no estaba el sacerdote sino un obrero que
ajustaba la rejilla y las bisagras:
--- Toc. Toc. Ave María Purísima
--- Father Murphy hear me in confession?
--- What do you want?
--- Declare my sins to God Almighty
Desde dentro de la
cajonera surge una voz estentorea que deja cuadrado al penitente:
--- Fuck off. I am only
the carpenter (vete a tomar vientos, que yo sólo soy el carpintero)
Esta escena surrealista
parece entresacada de cualquier drama de Samuel Beckett.
Martin Esslin en su libro
sobre los existencialistas dice que en Paris despues de pasarlas muy estrechas
sin trabajo sin techo y durmiendo en los bancos de la margen izquierda del
Sena aquel joven irlandés, que quería
ser escritor, fue acogido por Peggy Guggenheim la famosa mecenas neoyorquina
que brindó refugio a Orwell, Hemingway, Miller, Dos Passos y el propio Joyce.
Llegó incluso a enamorarse
de él pero Beckett era un brillante mozo evasivo profesional de la apatía que
necesitaba varias copas para arrancarle una palabra. Era un indeciso y esa
indeterminación la refleja en su primera novela "Molloy" editada en
1938 bajo el mecenazgo de Peggy Gugghenheim aquella hebrea generosa y
riquisima.
Los entendidos señalan que
Celia la protagonista del libro es la propia altruista pero que el pobre Molloy
no se determina a asumir sus responsabilidades amorosas. El personaje no quiere
ataduras. Desea vivir su vida sin responsabilidades. Pero vivir es dudar. Molloy es un antiheroe sumido
en el marasmo de la duda.
Profesa ante la vida una
actitud estática compás de espera aguardado la llegada del Altísimo pero ese
dios no viene nunca. Sólo se encuentra en nuestra cabeza. Dos vagabundos
Vladimir y Estragón se entregan a sus soliloquios. No hay acción en el drama.
Ambos practican la filosofía del Estilita y con su elocuente silencio promulgan
un nirvana. Es el ser y la nada convertido en teatro. Autismo en estado puro.
Este teatro del absurdo
muy popular en los medios intelectuales de mediados del pasado siglo hoy ya no
se presenta pero el mensaje sigue vigente: la incomunicación de los hombres
nacidos para la muerte, la falta de sentido de todo esto, la degradación del
lenguaje, cuando desaparecen los mitos sagrados, el peso de la masa y la
enajenación del individualismo, la soledad en medio de la multitud, los clichés
de nuestros prejuicios mentales, ausencia de entendimiento del animal racional.
Ha muerto Dios pero ha nacido el Superhombre.
El existencialismo y todo
el teatro del absurdo pivota en Nietzsche. Sin embargo, la profecía, examinada
al trasluz de los acontecimientos de 2016 es un augurio fallido. Han regresado
al planeta las guerras de religión. El dios del Islam aparece vivo y coleando y
con ganas de guerra, mientras una Europa decadente y arrasada en sus principios
deshoja la margarita, pareciendo abocada a someterse a la cimitarra
fundamentalista que acabará nuevamente con Sodoma y Gomorra.
Es el Dios verdadero el
que está en la encrucijada el de los cristiano, nunca los otros dioses ni los
demas mitos mientras por acá seguimos esperando a Godot con la libertad y
pureza de pensamiento que nos enseñó este escritor irlandés tan austero y tan
evasivo. Guiados de su mano sigamos esperando a Godot en medio de esta situación
surrealista en que vivimos.
QUO VADIS ESPAÑA?
(CRÓNICAS AL DESGAIRE DESDE MI
HELICÓN)
Jueves, 21 de junio de 2007
VOLADURA DE SPANDAU
Diario de Burgos 24 de agosto de
1984
Todo está a punto para la
voladura de la cárcel de Spandau dónde yace en confinamiento solitario el preso
más caro y mejor vigilado del mundo. Un nonagenario Rudolf Hess. Está a
preparado el ataúd las velas el coche fúnebre para cuando exhale el postrer
aliento llevárselo lejos de Berlín y también está lista la dinamita en las
bodegas del edificio y las excavadoras en los patios donde ya no quedan presos.
Esperan los guardias a godo fuma el alcaide su último cigarro en espera de que
fallezca. Es la decoración suprema para una obra de Ionesco. Teatro del absurdo.
El fantasma de Fran Kafka
deambula de incógnito por los pasillos. También dicen haber visto a drácula y a
su esposa Némesis diosa de la venganza. Cuando el capitoste nazi la espiche no
quedará ni rastro. Sólo la muerte libertará Hess de cadena perpetua. Sus
cenizas serán esparcidas por el viento aguas arriba del Spree. Que nadie lo
venere. Que no nos vengan a nostgros con urnas. Odio africano venganza judía.
Doce hombrees sin piedad y el yo acuso. El penal una vez enterado de incógnito
y posiblemente de madrugada en un lugar que no ha trascendido saltará por los
aires. De lo que se trata es de borrar la memoria. Que no queden altares para
las conmemoraciones las misas y los sacrificios. En Spandau no se creyó nunca
en Cristo sino en el talión inmisericorde.
Han pasado 23 años desde que yo
esto digo y hoy día de santo mártir que ya no se conmemora sino la fiesta de
los maricas una mina israelí se ha llevado por delante a seis soldados
españoles en el Líbano no hay protestas la censura borra – es la protervia del
sanedrín que me acaba de condenar al silencio estaban el cara de oropéndola y
el cara de cojugada israelí que dijeron sea reo y no publique- moral de
venganza de todos los calibres. Me han amenazado me persiguen pero yo quiero
sobrevivir recordando a Hess que se tiró en paracaídas en especial misión
secreta o alta traición sabía muchas cosas y en este mundo no conviene saber
demasiado. Dice el times que el bastión el ultimo bastión de la memoria del
nazismo será destruido en 48 horas y tan pronto como los facultativos expidan
el certificado de defunción firmado por médicos de las cuatro autoridades de
ocupación francés inglés americano y rudo será la hora de las grúas y de la
piqueta de demolición.
No quedará piedra sobre piedra.
Contumacia bíblica. ¿No hay perdón? No. Por eso mismo, Verumtamen, te vigilan y
la de los estropajos y la mopa que manda que una ministra mete las narices y
sus inmundos dedos en tus cajones. De lo que se trata es de evitar el mito. Que
no haya reliquias ni estampas ni fotografías ni huesos santos. Incineración
piden los de la mentira del horno crematorio. Un hush up general. Silencio. Se
te vigila. Hemos impuesto el carpetazo. Que pasó entre Hess y Churchill eso lo
saben solo los ingleses y lo tienen todo muy calladito.
En boca cerrada no entran moscas
pues eso. Londres y la Urss se opusieron a todo conto de clemencia. Capturado
en Escocia en 1942 este alemán de los ojos azules y mirada fija se ha pasado
casi toda la vida a la sombra. Toda su persona es materia reservada y para los
ingleses un autentico secreto de estado. El edecán del Ferrer se llevará todos
sus secretos a la tumba sin haber obtenida misericordia de los contumaces
británicos que han echado toda la carne en el asador de la perfidia de Albión.
Apresado en 1941 después de
tirarse en paracaídas cerca de aborden lleva en confinamiento solitario desde
1945. Vio subir al cadalso a algunos de sus colegas: Himmler, Goebbels,
Doenitz, von Pappen Goering, y otros prebostes del reich condenados a la horca
en los procesos de Nuremberg. Todo es como una pesadilla como una historia
tétrica un aviso a navegantes que me hace entender muchos por qué de mi vida
que ahora no me explico. Fue también el prisionero más caro del mundo. You are
being watched se te vigila esa es la moraleja que saco de esta historia de hace
casi un cuarto de siglos.
No se puede oponer uno a esa
fuerza de incongruencia formidable. Se paga o con la muerte o con el
ostracismo. No se ha pasado el síndrome tras los múltiples procesos de
desnazificación desratización y de democracia al trágala estos judeocracia de
los cazanazis como revive el diablo merodeador de cazafantasmas. ¿Qué crimen
pudo cometer este hombre para padecer tanto? Me pregunto pero no hay respuesta
hoy hay palabras vedadas o impolíticas y temas de los que no se habla pero que
son capitales para la historia de la humanidad que nunca podrá construirse
sobre el tinglado de una patraña una mentira un millón de veces repetida que se
ha convertido en verdad.
El cara de cojugada el híspido
columnista que vigila la parva ha lanzado el mensaje y yo he tenido que hacer
mutis otra vez. Dejemos que solo escriba y únicamente publique aquí don cesar
Vidal y que don Ismael vea masones por todas partes pero estos son mucho más
peligrosos enemigos que los masones odian mi patria ay amigo preponderan
mataron con cristo pero no pudieron con Él sí pudieron con el edecán nacional
socialista, que renunció a la tableta de cianuro. Siempre dio la impresión de
hombre frágil con aquellos ojos potentes que recordaban a los del actor
norteamericano Montgomery Cliff.
Hess desde hacía ocho años
estamos en 1984 era el único inquilino de este enorme fortín prusiano con más
de doscientas dependencias convidado de piedra del horror al pasado y el más
caro penitenciado del mundo pues para su tenencia en guardia había que
habilitar toda una institución. Está enfermo y medio ciego y vigilado por todo
un regimentó de soldados y bajo vigilancia electrónica su escapada hubiera sido
un hecho contra natura. El prisionero es vigilado día y noche a través del ojo
de buey donde a cada hora hace la ronda una centinela. Hay un perímetro de
seguridad consiente en un muro de siete metros y una alambrada que llevan
cables de alta tensión de más de dos mil voltios. Es como para preguntarle a
Herr Hess qué es lo que piensa de los derechos humanos.
Su custodia les sale a las
potencias vencedoras por un ojo de la cara. Treinta y cinco millones de dólares
p.a. dicen sus vigías que se pasa la mayor parte del día leyendo. Su esposa
Ilse y su hijo Wolf le van a ver una vez al mes pero a través de un locutorio
con cristales blindados. Tampoco ha lugar el vis a vis. Con los suyos tiene que
hablar por telefóno pues la mampara de separación no permite ser atravesada por
la voz humana. No es un nombre no es más que un nombre lo que queda de un mito.
Su hijo Wolf es acusado de encabezar movimientos neonazis peticionarios de su
liberación o la suavización de la condena.
Pero todas esas tentativas
cayeron en saco roto. Hess no existe para los activistas de amnistía
Internacional. No hay amnistía ni remisión posible para un criminal de guerra
repiten a coro los británicos y los rusos que es el único punto en que parecen
de acuerdo. La culpa excede al perdón. Pero el prisionero de Zenda se haya
convertido en Alemania en un mito rodante que puede abrir brechas no cerradas
del pasado. Tengo medo. En Spandau hay 670 celdas todas vacías menos la suya.
Varios centinelas de los destacamentos de los ejércitos de las potencias
vencedoras se suicidaron pues no podían padecer el tormento de ver sufrir a
este anciano arrojándose al vacío desde la almena del castillo al foso.
Por sus ámbitos se pasean los
fantasmas y las almas en pena de los treinta millones de seres humanos que
perecieron en la conflagración universal y dicen por qué su grito es una
tortura terrible.
A los dos meses del fallecimiento
del lugarteniente de Hitler la cárcel fue volada y de la misma no quedó piedra
sobre piedra. Fue una venganza bíblica verdaderamente y ya aquel viernes de
agosto de 1984 el gobierno de Felipe González hablaba de negociaciones con ETA.
Eran los prolegómenos de un nuevo orden que padecemos una tiranía contra la que
no caben protestas. Ellos son fuertes pero son pocos y tienen miedo por eso
manejan a las masas con tanta habilidad. Han borrado la memoria. La historia la
escriben los vencedores.
26/06/07 4:12:22
NOCHEBUENA
ORTODOXA. GOGOL
Fiestas
del solsticio invernal, el diablo anda suelto por el mundo, misterio
irrefutable de las Doce Noches para contrarrestar las actividades del Maligno
(horrible atentado en Istambol, pero el Negro zumbón ya se lo había advertido a
Putin, cayó ¿derribado? Un avión ruso, asesinan por la espalda al embajador de
Putin en Constantinopla… se va el Negro Zumbón con las manos cuajadas de
sangre, en USA cunden las sectas satánicas y adoran a Baco a Venus y a Moloch
en una navidades convertidas en consumismo y bacanales).
Entretanto,
y me lamo mis heridas con la pomada de la literatura, releo la “Nochebuena”, un
maravilloso cuento de Nicolás Gogol
que es un acicate a la esperanza con un mensaje implícito: el mal será vencido
y después de todo huirá al infierno con el rabo entre las piernas. Eterno
mensaje. Eso sí “no somos monjes, nos
atrae lo prohibido” alega uno de los cosacos.
Hay un
cierto número de los nuestros que tienen mujeres pero no viven con ellas. Unos
las tienen en Ucrania, otros en Polonia y algunos hasta en Turquía”. En el
parlamento del cosaco a su “zaparogo”
(jefe de la centuria o sentnia) se
advierte que en medio de las tinieblas luce el resplandor de Cristo que nació
para salvar a los hombres”.
El
autor de “Almas muertas” utiliza el
sarcasmo como un látigo y estallan a través de este cuento mágico los
chasquidos de la tralla (knyt). Así
es como hay que escribir, perfilándonos sobre el filo de la navaja.
Gogol
en este tour de force literario quiere hacer un homenaje a Dikanka en la región de
Poltava la aldea en que nació a orillas del Dnieper en la zona oriental del
país. Era ucraniano pero escribía en ruso. Nikolai Vasilievich Gogol 1809-1852
pasó la mayor parte de su vida en Petrogrado. Era funcionario, recaudador del
fisco o alcabalero, igual que Cervantes.
Tenía por misión visitar las propiedades de la nobleza antes de la
manumisión de los esclavos para postular para el fisco y este empleo le sirvió
de comodín para escribir una de las obras cumbres de la literatura universal (Miorti Dushi) traducida mal al
castellano porque los señores debían pagar contribución por los siervos ya
fallecidos. Debía de haberse titulado “Bienes mostrencos”.
Resulta
que aquellas vísperas de la Navidad el diablo robó la luna y el mundo quedó a
oscuras. En un pueblo de la Ucrania profunda había un herrero y pintor de
íconos que se enamoró de una muchacha que era hija de una bruja. Ronda su
puerta canta villancicos bajo su ventana pero Oksana, que así se llama la moza
lo desdeña, pues su adorador le parecía muy bruto.
Vakula,
el hombre, no se da por vencido y, puesto que Oksana no tenía zapatos para
acudir a una fiesta, ella le promete su amor a cambio de un imposible:
—Me
casaré contigo si me traes los zapatitos de la zarina
Como
el amor es ciego, el mozo acude entonces al diablo y realiza entonces un pacto
con el maligno
—Si tú me entregas el alma, yo conseguiré lo
que me pides— contesta el Pateta.
Firmaron
un acuerdo y en la aldea, mientras los cosacos tomaban el tradicional plato de
Nochebuena “borsh” (sopa de coles) y
bailaban “kolioadki” (cantos de
villano) a compás de la balalaica y arrastraban por la nieve sus pesados
capotes, bebían vodka y fumaban sus pipas, Satanás, tomando al herrero por los
cabellos, lo transportó por los aires hasta la corte imperial donde el
canciller Potemkin consiguió para él una audiencia con la reina.
Ésta
escuchó conmovida la historia del pobre mujik
que se moría de amor y accedió a sus deseos regalándole los ansiados zapatos de
oro y cristal. A su vez, en el humilde lugar de Dikanka ocurren cosas: el
diacono, sin que lo sepa su mujer, acude a visitar a Saloja otra belleza local
“amiga de hacer socorros como la Dolores en Calatayud”…
—Por
favor, virtuosa Saloja, dame una
copita de aguardiente—, dice el clérigo, pero estando en estas razones llaman a
la puerta.
—Ay,
madre quien será… a lo mejor es mi marido, escóndete dentro de ese saco.
Pero
no era el marido, que también andaba de parranda, sino el mismismo alcalde de
la localidad… Más aldabonazos se oyen…
Esta
vez quien pica a la puerta es el cosaco Chub, el cual, habiendo perdido el
rumbo, pedía hospitalidad pues hacía una noche de perros y zumbaba la borrasca.
Decide
la incomparable dama introducirlo en
la leñera dentro de un saco de carbón.
La
situación y los malentendidos y disparates se repiten con otros personajes.
Gogol
desenvaina su fusta de la sátira al objeto de criticar a golpes de humor las
costumbres de la Rusia zarista.
Por el
pueblo resuenan mientras tanto los cantos de la Navidad, doblan a gloria las
campanas y el diablo regresa de la ciudad imperial con el herrero en volandas,
que venía eufórico con los zapatos de la zarina en el zurrón.
La
trama se complica con lances increíbles porque la “Nochebuena” de Gogol es un
cuento de hadas que recuerda ciertas leyendas de la tradición oral indoeuropea,
cuando el diablo, después de andar libre por el mundo haciendo de las suyas, es
derrotado: la Bella Durmiente, la Zapatera prodigiosa (comedia de Lope)
la Moza del Cántaro, el Ama del Cura que consigue que Satanás
construyera el acueducto de Segovia en una noche, tras convenir con él que, a
cambio de llevarle el agua a la puerta de casa, ella le entregaría su alma, sin
poderlo acabar del todo porque al amanecer le faltaba por concluir un arco.
Y
otras muchas leyendas que, lucubrado, entre ellos Shakespeare, con el misterio
de las Doce Noches, bajo el gobierno de Saturno el dios oscuro en cuyo honor
celebraban los romanos las saturnales, abordan este enigma. Tiempos de
tinieblas que concluyen con la llegada del Redentor al mundo.
La
ortodoxia rusa celebra la navidad cuando los latinos la Epifanía.
Epifanía
quiere decir fulgor, manifestación de Cristo a los hombres.
Esta
es la idea motriz que late bajo la capa de la maravillosa historia del cuento
de Nikolai Andreivich.
El autor describe estas situaciones
paradójicas con la proverbial agilidad y maestría del alma rusa para contar
historias y para combinar lo real con lo mágico.
— Xristós rashdaet obazhaem yevó (El
Señor nos ha nacido, vengamos adorarle) — canta triunfal el diacono en la larga
misa de la Nochebuena por el rito de san Juan Crisóstomo.
Un
grito para conjurar a los espectros. Que baña de alegría a la humanidad.
Por
supuesto, el herrero y la hermosa Oksana, después de aceptar el regalo, se
casaron, fueron felices, y el enemigo del género humano huyó al infierno
despavorido. No le valieron sus mañas.
MEDIO
SIGLO DE SACERDOCIO DE LOS DEL 55
Una
misa concelebrada por algunos de los seminaristas que fueron ordenados
presbíteros en las Temporas de Pentecostés de 1967 marcó la efemérides jubilar
de medio siglo de sacerdocio.
A la
cual asistimos un grupo de compañeros de aula ingresados en el seminario
conciliar de Segovia el primero de octubre de 1955.
Con
ello tanto los ordenando como los que no fuimos llamados hemos querido en la
Fuencisla mostrar a la Iglesia nuestra madre y maestra el agradecimiento y
expresar la alegría que sentimos por estos años de vida que fueron una dádiva
del Altísimo y así lo expresamos a los pies de la querida Virgen de la
Fuencisla. Pronunció una emocionante homilía don José María López colaborador
del Adelantado de Segovia y gran teólogo que habló de la humanidad de Cristo
que es caridad y perdón.
Concelebraron
con don José María López esta liturgia solemne nuestros condiscípulos Julio
Alonso, Hipólito Prieto, Ángel San Vicente, Anastasio Montes.
Que
fueron arropados en torno al altar del presbiterio por sus compañeros de terna:
Antonio Valdivieso, Gaspar Herguedas, Jesús de Pablos, Ángel Serrano, Jaime
Olmos, José Luis Tovar, Felipe Sanz, Gonzalo de Mercado "Nieva", y
Antonio Parra entre otros.
Recordamos
a nuestros difuntos, y, como fue la última promoción ordenada conforme al ritual
romano antiguo por el obispo don Daniel Llorente de Federico que Dios haya ▬ y
la más nutrida puesto que de ochenta aspirantes que entraron en el seminario
alcanzaron el sacerdocio 25, a partir de ahí empezó la desbandada y la gran
crisis vocacional▬ durante la ceremonia se cantaron los kyries de la misa de
Ángeles, el sanctus y el agnus Dei en latín.
Fue
para todos un día muy feliz a los pies de nuestra amada Virgen de la Fuencisla
MI HIMNO EL CARA AL SOL MI
BANDERA LA ROJA Y GUALDA
Gran articulo el de Castro
Villacañas que me ha hecho recordar pues había perdido el hilo de las palabras
que cantábamos en el patio del colegio, formados, hace ya bastantes años pero
no tantos como algunos reputan. Palabras que traen sones de primavera y de
olores, auras, y soles antiguos preñados de anhelo de reconciliación de pan
justicia y paz, un deseo que ahora los unos y los otros nos quieren quitar:
"Viva España. Alzad los brazos hijos del pueblo español. Que vuelve a
resurgir… Gloria la patria que supo seguir sobre el azul del mar el caminar del
sol… Triunfa España. Los yunques y las ruedas. Canten al compás de un nuevo
himno de fe. Juntos con ellos cantemos de pie. La vida nueva y fuerte de
trabajo y paz". Se puede pedir poco más a un cantar tan enardecido que
habla de justicia, de pan y de paz, pero su autor el gaditano Pemán nos salió
rana. Ahora nos lo han convertido en el chundachunda de marras (pocos pueblos
saben tirar piedras contra su propio tejado como el hispano). Cosas que pasan o
mejor dicho no pasa nada. Uno más que "combayó" don José María como
dicen por mi tierra. Aunque comprendo. Aquí cantas un himno y piensan que estás
para marcharte a la guerra.
En mi infancia también
vocalizábamos el Oriamendi de los carlistas y, metidos en harina, merece ser
traído a colación que todas nuestras canciones vienen del norte. El cara al sol
lo compuso un vasco el maestro Tellería y nuestra marcha real esto es nuestro
himno es requeté cien por cien que los navarros se lo pasaban por el morro a los
peseteros isabelinos que les soltaban el himno de Riego del otro lado de la
trinchera. Putas guerras. ¿Por qué facción tirar? ¡Con lo hermoso que es
convivir! Decía así:
"Alerta, españoles, alerta,
no os durmáis para que este nuestro amado Reino no se hunda. Los hombres más
perdidos son los jefes que quieren a España aplastarla para siempre" Y la
traducción vasca que recojo pues yo siempre fui aficionado a estas coplillas
reza así: "Gertu España tarak, ez lo eguin, gertu Geure erenu maite zu
eztaiten ondatu fizonik gelduenak dituguz gaur buru España nei debenak betike
zapaldu" Pues muy bien. Tan rotunda melodía es la madre quizás de nuestro
Cara al Sol. Pero también he cantado Ghanesa en mis años mozos, no se crean:
"Si me quieres escribir ya
sabes mi paradero. En el frente de Gandesa primera línea de fuego. Y si quieres
comer bien para morir en buena forma. En Gandesa hay una fonda… a la entrada de
esa fonda hay un moro Mohamed que te dice pasa, paisa, que quieres para comer…
lo primero que te dan son granadas rompedoras... lo segundo de metralla para
guardar memoria".
O la de la XLVI división que
cantaron por estos llanos y lomas de Brunete en honor de Valentín González hace
setenta años en el lugar donde vivo que era zona de pozos de tirador y de ramales
de trinchera:
"La división del Campesino
que en la lucha se distinguió vamos juntos a la batalla a derrotar al invasor.
Luchamos un día y lucharemos sin cesar hasta que España se haga fuerte y
defendemos la libertad".
Si bien se mira en la letra de
estos aires de la tierra, nuestra piel de toro, el patrio solar, los unos y los
otros, los que cerraban el puño y los que saludaban a la romana murieron por el
mismo ideal: una España mejor que cada uno interpretó a su forma y la guerra se
llevó a los mejores. Quedaron los políticos y el eco perdido de nuestras viejas
canciones. Pasa nada, hombre. Hay vida después de ZP pero no entiendo por qué
la han cogido meona con ese voluntarioso chico de León. España tiene que ser de
todos.
Para himno – y llevas razón,
maestro- La Marsellesa. Todos los franceses se ponen eufóricos al entonarla y
los ingleses yo les he visto cuando terminaba el cine en Londres levantarse y
muy serios cuadrarse cuando sonaban las notas del "God save the
queen". El patriotismo inglés es flemático pero recio e implacable. Los
americanos se llevan la mano al corazón al compás del America The Beautiful y
es cuadrado y castrense pero melancólico el Deutschland über alles que también
se tararea sin letra, otro chundachunda, porque lo que va dentro ahora resulta
de impolítico según van los tiempos y la Hativka israelí es una marcha fúnebre,
seguramente por todos los muertos del holocausto.
En fin que aquí somos mucho más
jaraneros. El anda jaleo, jaleo, ya comenzó el alboroto y ahora vamos al
tiroteo de los republicanos se contrapone al vino que tiene Asunción de los
nacionales. Chimpún. Y el himno de la infantería es una canción guerrera pero a
¡cuanto nos hace llorar cuando la escuchábamos! pues pensamos en los muchos
caídos por esa bandera de uno y otro lado de la cerca:
"Ardor guerrero vibre en
nuestras voces, y de amor patrio henchido el corazón, entonemos el himno
sacrosanto del deber de la Patria y del Honor. De los que amor y vida te
consagran, escucha, España, la canción guerrera, canción que brota de almas que
son tuyas de labios que besaron tu bandera. De pechos que esperaban anhelantes
besar la cruz aquella que forma con la enseña de la patria el arma con que
habrán de defenderla. Nuestro anhelo es tu grandeza, que seas noble y fuerte
(bis) y por verte temida y honrada tus hijos valientes irán a la muerte. Si al
caer en lucha fiera ven flotar victoriosa la bandera ante esta visión postrera
orgullosos morirán. Y la Patria al que su vida le entregó en la frente dolorida
le devuelve agradecida el beso que recibió. El esplendor de gloria de otros
días tu celestial figura ha de envolver que aún te queda la fiel infantería que
por saber morir sabe vencer. Y volarán tus hijos ansiosos al combate, tu nombre
invocarán y la sangre enemiga en sus espadas y la española sangre derramada tu
nombre y tus hazañas cantarán. Y esos infantes de la raza hispana que sienten
se apodera de sus pechos con la épica nobleza castellana el ansia altiva de los
grandes hechos te prometen ser fieles a tu historia y dignos de tu honor y de
tu gloria"
¿No se les pone la carne de
gallina? A mí sí; como cuando escucho el himno de la legión el "Soy
valiente y leal legionario", el "Novio de la muerte" o
"Prietas las filas", "el Camarada", el "Cubre tu pecho
de azul, español", el "Margarita se llama mi amor" o el
"Flecha meón" y sobre todo al compás de las notas del Cara al Sol:
"Cara al sol con la camisa
nueva, que tu bordaste rojo ayer, me hallará la muerte si me lleva, y no te
vuelvo a ver. Formaré junto a mis compañeros que hacen guardia sobre los
luceros, impasible el ademán, y están presentes en mi afán. Si te dicen que
caí, me fui al puesto que tengo allí. Volverán banderas victoriosas al paso
alegre de la paz y traerán prendidas cinco rosas: las flechas de mi haz. Volverá
a reír la primavera que por cielo tierra y mar espera. Arriba escuadras a
vencer que en España empieza a amanecer".
Eso no quita para que también me
"ponga" como a Antonio La Internacional que es un bello himno, pero
no reniego de mi fe. La roja y gualda sigue siendo mi bandera y mi himno el
chundachunda aunque cantarlo no ha de ser un pretexto para ir a la caza de
otros españoles que no piensan lo mismo que un servidor. Tolerancia se llama
esa figura o al menos a mí me lo parece porque España es de todos. O al menos a
mí me lo parece.
BENJUMEA
ESTABA TRISTE
Como
era de Benjumea donde la burra mea, le llamaban así: Benumeya, y sus
prigenes deberian ser moros granadinos, los Ben Omeya, pero todos se habían
quedado a vivir en Otones de Benjumea un paramo detras de la sierra buena tierra
de garbanzos y contra lo que dijera el Coran se freían los mejores chicharrones
en la matanza de navidad, pero aquel día el pensador estaba triste.
Oreanda era un esperpento donde pasaban las cosas más locas, los canales de tv
disparaban imagenes de viento enfurecido. El convite de Catalanes se había
convertido en una revolución hispanicida. La prepararon los judíos de
ocultas, aquella mala raza y por eso Benumeya esaba triste.
En el Pinarillo donde dicen que estaba el corral de los huesos sarracenos,
aunque eso no era verdad, las parejas copulaban a calzón quitado. Y las
ramas de los pinos, por solitarios testigos de tales coyundas, acogían los
suspiros de los amantes, bien entretenidos, con indiferencia habitual.
Por la estrecha vaguada se encajonaba, entre antiguas huertas
abandonadas, el río Mierdero, justo donde empezaban los primeros adarves
de la muralla romana.
Por aquella parte Oreanda se traía un aire de Jerusalén y allí los rabinos
venían a darse cabezazos tras rezar por sus difuntos en el Osario que
llamabamos pero allí nunca hubo ningún camposanto de verdad sino un simple
corral de huesos. Todas nuestras cenizas se las llevó el viento de la historia.
Eran solo cuevas donde vivieron los gitanos horadando aquellas mastabas. Antes
hubo ermitaños que hacían penitencia mirando para la pecadora ciudad.
Los judíos blasfemaban contra España y montaban tenderetes cabe la puerta del
Socorro al inicio de las Escalerillas de San Roque. En ese furor hispanicida
fueron abatanados todos ellos malditos de Dios y de los hombres, cuando lo del
edicto de Expulsión que, como tantas cosas en España, ambien fue un
enjuague; la mayor parte se quedaron, se metieron a curas y hacían
que se marchaban pero se quedaron con todas las llaves y ganzúas en su poder.
Ahora regresaban en avalancha en el ren de Lérida al que llamabamos el Lento en
Oreanda.
Los sefarditas son muy exagerados y llorones ante el mal propio pero
despiadados y crueles cuando los que sufren son los otros mostrando así su
falta de sentimientos y su orgullo visceral. Se hicieron ricos armando y
previniendo a los ejércitos de todas las guerras del mundo. La mayor parte de
aquellos hebreos intrigantes y correntones acabaron en la Barceloneta.
Ahora han resucitado con un visca Cataluña lliure, inyectados los
ojos de sangre y de odio, agitando el candelabro de los siete brazos, con el
que quieren dar a los pobres policías nacionales en la cabeza, y
profiriendo maldiciones terribles.
A mí lo que más me subyuga en este trance es el furor uterino de Madama
Colau siempre que la veo comparecer con sus muslos poderosos y sus pechos
firmes como el morro de hierro de un carro de combate de la Acortazada
Brunete me acuerdo de la canción del En
passsat el Fondergat una noya y un soldat.
La tía dicen que debe de ser una fiera que destroza a sus amantes en
calzoncillos y los deja medio muertos toallitas de usar y tirar mediante
el juego y el fuego de sus caricias uterinas. ¡Oh que dona bona from
Barcelona, si sona como si non sona Barcelona es Bona. ;La pela es la pela.
Pero
quiero que sepan que en el Pinarillo no hubo ningún osario judío. Eso es algo
que se han inventado los catalanes. Y los de Segovia por aquello de ni la burra
ni la novia tragaron la bola. Fue un pretexto para construir en este perímetro
forestal un barrio independiente dentro de los muros de mi querida Oreanda
quiero decir Segovia. Se ha convertido en un centro de peregrinación.
A diario llegan autobuses cargados de turistas, como si esto fuera la pradera
de las apariciones del Escorial, a visitarlo y contemplar la bandera del
Sionismo que ondea lozana azul y blanca con la estrella davídica en medio del
recinto; para indicar a los segovianos que hemos sido reconquistados por
el pueblo errante que cruza la tierra tramando revoluciones, asonadas y
desquites. Una advertencia, un aviso a navegantes. Vamos a ver quien manda
aquí... Oido al parche.
La
pornografía es uno de sus grandes negocios porque forma parte de su esquema
corromper la mente y el cuerpo al goi arrebatarle las armas intelectuales para
que pueda ser él mismo. Es el pueblo que invoca a Judas y al diablo como su
valedor, va por el mundo talando los campos, llenando los ríos de sangre, los
valles de lagrimas de homicidios, uxoricidios revoluciones, guerras y
enfermedades. Creo que desde que dijeron que acá hubo un corral de los huesos
judíos el Pinarillo es sitio maldito. No es recomendable cruzarlo de noche sin
arriesgarse a topar con un fantasma. Había uno al que llamaban Fernandito cuando yo era niño que se
echaba a la molondra una sabana blanca e iba por los recuestos y las cuevas
asustando a las parejas que hacían el amor libre. Uh uuuuu... era Fernandito el
violador que llegaba tapada la cara con la sábana. Y lueo delane dellos se
ponía a mear el muy indecene o a menearsela.
Benjumea donde la burra mea estaba triste pero pensando en las aventuras
sexuales de aquel enano que trajo en jaque a los segovianos a mediados del
pasado siglo volvió a sus labios una sonrisa escéptica y se puso a cantar un
aire navarro los borrachos en el cementerio juegan al mus.
Después de todo un osario es un sitio perfecto para la eterna dormida, para
emborracharse sin molestar y para fornicar, a recaudo de mirones. Los
muertos jamás se preocupan de estas cosas. Les da igual aunque el fantasma de
Fernandito y sus secuaces haya asomado la oreja por Cataluña donde ocurrió
aquello de la noya y el soldat.
Martes, 12 de junio de 2007
CUANDO UN NOVEL SE LLAMA VARGAS
LLOSA.
Íbame yo un poco a la agachadiza
con mi flash de dos mil duros de adquisición novísima en noche calurosa de
septiembre tan tórrido y tan seco como mayo junio julio y agosto que aquí en
Madrid todo es polvo y nada de lodos que casi se nos olvidó como es el agua
caediza y de qué color es el barro. Noche de estreno que suele ser noche
rumbosa. Se habían prendido las candilejas del Reina Victoria. El
flash-caminaba yo pensando para mi capote que no me lo robe cualquier de estos
chorizos hampones que riegan con sus truhanerías y tirones la noche madrileña y
sabe dios por donde van a asomar la oreja.
Luego resulta que esos pobres
chavales que tanto miedo infunden a las señoras que van al rosario y de aspecto
algo atrabiliario melancólico cual diría el otro no matan una mosca, mal que
les pese a su catadura. Se trata de africanos y de tercermundistas en tránsito
a los que no alcanza para pagar la pensión y prefieren forzosamente por
compañera la luna de Valencia. O de Madrid pero lo malo es tener miedo al
miedo. Lo peor, la psicosis. Ningún percance me sucedió entre la boca el metro
y la carrera de san jerónimo. Para colmo llegué al estreno con mis aparatos de
retratar, hice una reverencia al conserje quien a su vez devolvió me el saludo
con otra venia.
-Pase caballero.
Todo era luz. Todo eran
alfombras. Perfumes caros y vestimenta chic de la gente importante y
nocherniega. Había esa elegante discreción que solo suelen tener los españoles
cuando van al teatro. Y lo malo es que me había colado de rondón a la fiesta
guiado por mi suerte y mi olfato periodístico de paraparazi.
Recuerdo que una noche como esta
por poco lo muelen a palos los Queen Fusilers en Falls Road de Belfast por ir a
hacer un reportaje de un atentado con mi aparatoso flash. Es mas a este
reportero lo derribaron al suelo y molieron a palos dos gorilas de Kissinger
cuando éste se encontraba cenando en una fonda italiana de la tercera avenida.
Los zaguanetes de la gente importante creen por lo visto en el dicho que el
mejor retratero es el reportero muerto o el retratero deslomado. Sin embargo
aquí los guardaespaldas del presidente –se nota que son guardias civiles- se3
abren paso sin brusquedades y todavía sonrie3n. Nunca he trabajado con mi
propia policía. La de mi país. Eso es un valor activo de bienes raíces asset.
Por otra parte una cámara de fotos sirve para disfrazarse de diablo cojuelo.
Pero era la noche de fortuna.
La verdad es que se me había
pasado el atragante de la cena con una noticia que leí en un periódico que
aseveraba que en lima mueren deshidratados en verano en los barrios de los
bajos fondos una media de 450 personas. Sin embargo este mal regustillo se me
pasó pronto cuando empecé a tirar placas como un condenado a la hermosa gente las
beautiful the guys and dolls de la noche matritense. Me había colado en el
Reina Victoria para ver una obra de Vargas Llosa.
Gran esfuerzo de interpretación y
un ambiente chejoviano flotando sobre los diálogos pero sin la dulzura del gran
dramaturgo ruso – Vargas no es más que un perulero circunciso al que todo el
mundo hace la ola no te fastidia no me descrismes esto lo escribía yo hace 25
años y no suelo variar en mis veredictos. Mucho cholito y mucha guajira
silbante del lenguaje del mango y esa verborrea latina que no va a ninguna
parte. La Ciudad y los Perros es una novela de aprendizaje mediocre que se nos
ha colado como un best seller los hay que tuvieron suerte en la vida y no se a
que logia se abrazaron a o que pila bautismal donde no está el bautista por
supuesto pero aquí el que tienen padrino se bautiza, ciudad de los perros y
mucho perro.
Aquella noche de octubre del 82
yo no sabia que el indito de que bueno que viniste se iba a transformar en el
heraldo del intercambiador las arrolladoras oleadas de gachipijos tomando
Madrid y que bueno que viniste. La obra se llamaba la señorita de Tacna váyase
usted a saber quien era aquella señorita. Recuerdo una frase de esta prójima
seguramente una madame Bovary a la peruana: "ante el placer venéreo no hay
ni marido ni hijos ni chulos ni dios un poco fuerte no. Mientras los cholitos
de lima mueren de inanición aquí tenemos al señor vargas Llosa reflexionando
sus propios polvos. Él pertenece a la clase aristoc5rata trasfretada y
transterrada, una aristocracia "latino" que juega a la ruleta rusa y
sólo parece existir para sus orgasmos. Vino a España a hacer las americas y se
quedó.
Todo un contraste. Me salí de la
función. También a la agachadiza. Cuando uno se aburre en un teatro lo mejor es
salir a echar un cigarro al vestíbulo o contar los minutos mirando pal
claravoyo o ver lo blanca que tiene la cara la señora del guardarropa. Ni
siquiera los desnudos de Rosalía Dans fueron capaces de animar la obra que se
vino abajo en interés como una melaza. Hace poco más de un siglo a clarín y no
le3jos de aquí a Clarín le silbaron un drama en tres actos "Teresa"
pero no se puede comparar a Vargas Llosa con clarín con todos mis respetos. Sin
embargo como este indito parece que cae bien a la parentela y gusta a las señoras
pues dicen que es guapo no le silbaron ni patearon la obra. Antes bien llegaron
a saludarle las autoridades. Todo el mundo al besamanos. Todos le hacían la
ola. A mi me amostazaba tanto rendibú, el mucho paripé.
Por allí llegue a columbrar al
Gran Ciprés y su mujer pianista cara de enterrador. Parece ser que al final del
drama cunde el aburrimiento o el desencanto. Los espectadores parecían
decepcionados de que su ídolo no estuviera a la altura de circunstancias y el
papanatismo local hizo sus pros. De contras nada. El señor Vargas que nos
parece un mediocre escritor se presentan en esta como si fuera el embajador de
todas las musas del olimpo vivir para ver. En el patio de butacas se había dado
cita todo el encanto de la burguesía. Venían a ver al maharajá de los Andes.
Don Vargas sonríe falso luciendo su dentadura de brahmán. Parece indio. No un
cholito o de barman o un cruce de razas. La obra suya todo hay que decirlo no
estuvo mas de dos semanas en cartel. Menos mal
Mediterráneo 12, 9 del 1982
Saturday, 29 de July de 2017
ENOCH POWELL A
PROPHET OF OUR DAYS IN LOB OF HIS MEMORY
"I have
set an always will set my face like a flint against making any difference
between one citizen of this country and another in grounds of origin said to me
Mr. Enoch Powell in a interview in his house of Wolverhampton".
That was his
denial of the incumbent accusation mate towards him. now days Powell shall be
called a Nazi, a fascist, a son of Hitler when he acted as a perfect gentleman,
a solid and great man he was a teacher of Greek master of Classics in a public
school. Elegantly dressed in well cut suits waist coats Savile road style and
magnificent locution.
He was one of
the best speakers in the House of Common. On those days i was young and naive and
a bit of an idiot and as many people of my generation thought that this guy was
a bit bananas or exaggerated at least.
His prophecies
though became true. He saw England invaded by people from overseas.
Albion shall
about to cease as an emporium of the white race England my England and England
made me. He prevented his countrymen against mass immigration, warning the
Wilson government of the dangers of incomers in the great bit flood. A debate
he held with Paul Foot speaking for Labour was one of the greatest script in
the Annals of English Parliament. Great speeches. Enoch Powell was of Indian
descend and he served in the Colonial Army of Himalaya as a counter
intelligence officer. At those days of 1944 the British feared an invasion of
India by Russia. Powell spoke Urdu and was a defender of the British Empire
when Ghandi set his movement of not violence and not aligned requesting
the independence of that continent. He read Kipling but the sting of
nationalism was in the offing. I had been always an imperialist and a Tory said
in his return to England joining the ranks of Conservative party in
Wolverhampton
LIEBANA
MÁS CERCA DEL CIELO
Antonio
Parra.
La luz
de Liébana en mis ojos. Es atisbar el paraíso por el ojo de buey de mi celda.
Mi monjío y mi mujerío juegan a la comba por aquellos tesos. Quisiera tener un
catalejo de largo alcanzar para diquelar aquellas montañas nevadas e
ingresarlas en mi retina para siempre. Sueño con ese dedal que el Naranjo de
Bulnes visto por detrás por las puertas carreteras del cantabro mar. Entrada
triunfal. Contemplo ese monte y musito el salmo de “et introibo ad altare Dei”
y quiero caminar hacia el Dios de mi juventud. Me entran nostalgias del
Paraíso. La vida del hombre, su paso por la tierra, es en realidad un transito
contemplativo entre las perplejidades las sorpresas los hallazgos las recias
tormentas y las grandes calmas. Pero uno piensa al mirar este olimpo de las
esencias patrias desde el hondón de este vale de lágrimas que allí no tienen
entrada ni la muerte ni el dolor ni los siete pecados capitales. Este macizo
que da sombra a uno de los sotos más hermosos de España donde alza su espadaña
una de las iglesias más antiguas del pais acaso fue antes un monasterio [Santa
María de Liébana.] Se hinche mi corazón de esperanza. Uno siempre tiene ganas
de volver a Potes, Tabor de las Españas el nido de águilas y guarida del lobo
del pundonor y del coraje donde se lamen las heridas de su patria quebrantada
los buenos españoles. Ya ocurrió en 711 y volvió a pasar en 1808 y puede que a
la sazón estemos a punto de otra de los demonios. No lo permitan ni el señor
Santiago ni Santa María. Es allí donde el alma de todos regresa a su altar
mayor, paraíso natural de las Asturias de Santillana hermanas de las de Oviedo
pero que no son lo mismo. Hontanares y cascadas y cascajares de los antiguos
glaciares que caen por el talud. Arriba la rengada del vaquerizo. Abajo la
iglesuca con su campanil que reza arrodillada a la vera de un arroyo. Un
autentico encaje de blondas que tejieron los dedos sutiles de la madre
naturaleza. El paisaje es como el encaje de la valona de un caballero español
de los Tercios. Esta es la comunión de los viejos hidalgos. Las casas
solariegas llenas de róeles y de estrellas en su blasón se esparcen por el campo
en lo que abarca la mirada. Por aquí Dios pasó con ganas y con mucho brío de
inspiración el día que separó los océanos de las montañas. Se agolpan sobre
nosotros los gollizos, brincan los ríos como corzos, salta el salmón ribera
arriba por el agua y los neveros se deslizan en pura lágrima. Soñemos, alma,
soñemos. Leo Peñas arriba y de la mano del maestro Pereda- nunca hubo
paisajista más grande en la literatura castellana ni se encuentran en nuestras
letras páginas tan sublimes - rebrinco de gozo. España es un goce estético.
Nunca lo entenderán algunos de mis cofrades. Una borrachera de vino y de luz.
Batallas de amor y campos de espuma que decía Góngora. El cielo y el mar se
hacen aquí transparentes en la demosofía de la vida bucólica que perdimos sumidos
en la civilización de ahora. Recordemos aquellos dichos y consejas del Juan
Español resignado al amor de la lumbre con el humo de los llares en las
pupilas. Aquellos chascarrillos que contaba la gente. Hablar redondo y
pensativo. Literatura oral que se oficiaba en filandones y esfoyazas. Y en este
túmulo de la España sagrada creo que encuentro mis rastros y mis orígenes. El
Bulnes nevado y es abril recubierto de los jirones de un alfomar que es helero
hasta el mes de julio y dura casi hasta las nevadas del primero de agosto. Frío
en rostro. Pero calor en el alma. Luz de Cristo.
PEREDA
EL BABLE DE CANTABRIA
El
bable que se hablaba en la cordillera cántabra desde la Ría del Eo posee esa
riqueza de las lenguas viejas que hablaban las gentes del campo avezadas a
observar los fenómenos de la naturaleza, el ritmo de las estaciones y eso que
los retóricos llamaban la propiedad del lenguaje esto es cada cosa, cada apero,
cada situación, cada fisonomía posee su propia definición. Llamar a las cosas
por su nombre definía a nuestros antepasados hoy se parla un lenguaje equivoco
y viciado por el inglés norteamericano que es una lengua pobre. Don José María
de Pereda dominaba el bable santanderino más castellanizado que el astur
mientras que Clarín y Palacio Valdés representarían la forma de hablar desde
las gentes de Villaviciosa para acá hasta Navia y en el siglo XIX. Mientras del
primero habla de zoquetas, garios, dalles, breñas, cajigal, corrada, los
segundos dicen zapico, pala de pinchos, brañas, carvallada, corralada etc.
Para
uno de la Montaña una fuina o garduño
astur es una rámila y así
sucesivamente. Corredoria es en Santander solana y antojana estragal. En las
Hoces de Barcena junto a Reinosa el bable recobra esa tonalidad cantarina que
los filólogos denominan arandina porque las gentes de Aranda de Duero parecen
pájaros cantarines, cuando conversan y ello debe de ser herencia romana.
A
veces las lenguas no van por el camino real, se bifurcan, se separan, coinciden
y divergen para volverse a juntar. Cantabria prefiere el definitivo desinencial
en “uco” (Felixuco) y Asturias se
queda en in y en ina. Dame la tarjetita ¡oh!...
Pereda
que poseía buen oído para los idiomas cuando percibe algún solecismo o un
idiotismo poco comarcal llama jándalos a los señoritos que regresan a pueblo
expresándose en madrileño “rajao” con
una entonación gutural. Pienso que uno de los grandes recursos a los que
nuestros hablistas de alubión dan de lado es el palabrero y eso no se aprende
por la ciencia infusa sino leyendo a los clásicos. Por desgracia nuestros
educandos que se pasa la escuela tratando de entender a Jane Austen que es
pesadísimo acabarán falando un inglés
macarrónico y su bable será una caricatura del que hablaban sus abuelos. La
recomendación sería meterse en Galdós, en Clarín en Pereda en Pérez de Ayala o
gozar con el Lazarillo o engolfarse en las páginas del Buscón. De lo contrario
regresaremos a la confusión de Babel y la perversión del lenguaje es un signo
del final de los tiempos. En el principio era la palabra y la palabra ahora la
estamos destruyendo en un guirigay atronador.
martes,
15 de agosto de 2017
Publicado
por PREFERENS en 8:15
TOMÁS SALVADOR VALCANALILLO (1)
Tomás Salvador murió a 23 de junio de 1984
casi en la miseria nadie lo recuerda yo sí. España es mal pagador con sus
genios. Castilla desprecia lo que ignora y teme al talento y a los que dicen la
verdad pero su obra está ahí: Cuerda de
Presos, División 250 (una de las mejores novelas escritas en Europa sobre
la segunda guerra mundial narra la caída de Novgorod frente a Petrogrado el Día
de la Resurrección, y un día resucitarán las cúpulas de la catedral de san
Isaac y así ha sido; porque a lo último de la novela en medio del fragor del
cerco de unos cuantos soldados españoles de infantería copados en el Lago Ilmen
se formula la profecía de la resurrección de la ortodoxia con Putin,) “El
atentado”, donde se avisa a los españoles de la peste terrorista en
Vascongadas y en Cataluña “Les presento a Manolo”, “Las
compañías blancas”, “el arzobispo pirata”, los atracadores”, la “nave”.
Seguramente hay en este palentino sin madera
de héroe el mejor novelista de la generación de posguerra, el más cualificado
narrador muy por encima de Cela pero tuvo un defecto: ser un falangista de
izquierdas. Manuel de Agustí, Zunzunegui y Foxá el gran Foxá del Madrid
de Corte a Checa se le acercan aunque no le igualan.
Agustín de Foxá se cansó pronto de la novela,
se dio a la bebida. Agustí la ceniza fue árbol pondera la
Cataluña industrial a la que admiraba Franco, y Zunzunegui componía unas
novelas demasiado largas con Bilbao como escenario y eso cansa. En efecto,
Salvador era el más completo luego vinieron Delibes, la Matute, la Quiroga y
todo un tropel de féminas cuya abanderada sería la ovetense Dolores Medio a la
que habría que calificar como la Jane Austen española.
Era don Salvador ▬ le conocí en carne mortal
cuando fuimos Lalo Azcona y yo a
entrevistarlo a Barcelona para el suplemento de Arriba y en honor a nosotros se puso una camisa azul vieja que le
estaba prieta pues había engordado, regentaba un quiosco en la Diagonal ▬ muy
sordo a causa del estampido de un
cañonazo en la batalla de Krasnii Bor
cuando un disparo del 105 le trepanó los tímpanos.
Los organillos de Stalin zurraban a discreción y la artillería alemana disparaba
contra el palacio de Catalina la
Grande.
Era gordo. Era falangista sindicalista y
bonachón y además de Palencia de Villada cerca de Fromista cuna del románico.
Tales vicisitudes acaso le marcaron; también fue policía de Franco. Leía
novelas de Agalla Christie, y eso por lo
visto no se perdona.
Quadecausa,
sus obras yacen en el olvido y sólo unos pocos escogidos tenemos la
fortuna de releer a Tomás Salvador, que resucitarán algún día como resucitaron
las cúpulas doradas de la catedral de Novgorod.
Tampoco se
le perdona que vistiera camisa azul, que tuviera un genio endiablado
mandase a los machacas a tomar polculo con un gran sentido del humor y
que en su gran novela “Cuerda de Presos” hiciera un canto a
la Guardia Civil.
Se trata de un escritor versátil, todo
terreno; escribía con tal facilidad una
novela de espionaje como otra de contexto histórico y al cabo acabó escribiendo
cuentos para niños. Fue un pionero y un dechado de la Literatura Infantil en España.
Redactaba muy bien quizá demasiado bien y con harta humildad.
Tan pronto abordaba una narración de
ciencia-ficción como retrataba el tiempo de la edad media estudiando a un
personaje tan inabordable como fue Pedro I el Cruel en sus Compañías Blancas. En “Historias
de Valcanillo” novela en la cual revive los tiempos palentinos de su
infancia y estudia la psicología del tonto del pueblo realiza un verdadero tour
de force psicológico.
A través de Jacintón disminuido psíquico el
lector se va a adentrar en el complejo mundo de una villa castellana con sus
esplendores y miserias a mediados del pasado siglo. la agnición o pasapalabra que se repite a lo largo del
libro es la siguiente:
▬ ¿Por qué lloras, Jacintón?
▬ Porque me da la gana.
Es menester ser un poeta de recursos para
desenvolverse en un asunto tan difícil como es el del retraso mental pero este
novelista lo aborda con solercia y ternura sin caer en los tópicos al uso. El
temblor de un cierto lirismo lleno de piedad cervantina envuelve toda la
narración. Hay siempre un ángel de la guarda que protege a los inocentes de los
peligros el tonto de Valcanillo va por ahí repitiendo su estribillo de no
quiero, no me da la gana, y si le dicen algo se planta a llorar. Ahí está la
real gana de los españoles una idea que
no se encuentra en ninguna otra lengua indoeuropea. Da rienda a lo fantástico y
hay pasajes como cuando el protagonista
conversa con los ángeles que recuerdan por su fuerza impetuosa a Gogol.
A Jacintón le echan también del infierno y en
el cielo no lo quieren tal vez tenga una plaza en el limbo pero el limbo ya no
lo existe lo dijo uno de los últimos papas. Así que menudo panorama.
¿Por qué lloras, Jacintón? Porque me da la
gana.
LAS CONTRADICCIONES DE TOLSTOI
Antonio Parra
Tolstoi es el genio egocéntrico
alternante contradictorio en cuya persona se alcanza la cima en literatura rusa
y acaso también de la novelística de todos los tiempos. Los periodos de fervor
religioso los alterna con visitas esporádicas a casas de tolerancia o yaciendo
en plan aquí te pillo aquí te mato con las mujeres de sus siervos por lo cual
se crea en su espíritu un ridículo complejo de culpa que le conduce a la
actitud de poses beatonas y compungidas. Parece que toda su vida estuvo
prendiendo una vela a dios y otra al demonio. Todo lo anota.
Es un autor que suele dejar poco
en el tintero pues sabe mejor que nadie escribir largo sin caer en el solecismo
farragoso ni en el tópico. Todo lo rumia. Es el típico literato que se
autoflagela sin que los hechos y aconteceres de su peripecia vital lo
apabullen. Conoce el secreto para sacar la cabeza a flote en medio del
torbellino. De su particular autoflagelación salen cuentos y novelas y en su
afán de introspección guarda analogías con Fran Kafka. Se entusiasma con el
evangelio de San Mateo y con Rousseau. Brujulea entre los fervorines místicos,
la lascivia y el complejo de culpa. Sus prosas de exaltación evangélica hasta
pudieran resultar nihilistas. Es un iconoclasta a la vez que un esmerado pintor
de iconos.
En sus escritos surgen los cantos
de alabanza jamás escuchados hacia la persona de Jesús compaginadas con
diatribas hacia los popes y hacia la iglesia estamental. Dice cosas muy crudas
y acaso exageradas de la Ortodoxia denominándola lugar sin más alma que el
vacío de una mascara. No es un escritor divino a lo Dostoievski de cuya
profundidad carece. Vividor y realista, su tinglado se monta de tejas abajo. El
más allá le preocupa menos que el dolor y el sufrimiento del ser humano como
ser para la muerte. Su religiosidad se convierte así en filantropía. De modo
que resulta el más humano y compasivo de los escritores.
Si de tarde en tarde se mofa de
Iván Turgeneff y con Turgeneff de toda la escuela occidentalita de Petrogrado,
mentores de la idea del cambio y propulsores de la democracia decabrista,
Tolstoi se siente desconcertado cuando llega a Londres "una ciudad de
autómatas" en la que se percibe la decadencia y el egoísmo de occidente
donde todo es tan frío o en Paris donde se indigna ante los despojos de
Napoleón el insolente genio de la guerra. Veía en Bonaparte un precursor
maligno de Hitler y no toma partido Tolstoi ni por los zapadnietski o
defensores de la occidentalización rusa ni de los raskolniki mentores a
ultranza del nacionalismo cósmico y de la idea mesiánica de la Santa Rusia.
El 3 de marzo de 1861 cuando el
zar proclama la manumisión de los siervos anota Tolstoi en su diario la
grandeza del acontecimiento tan trascendental para los destinos de su patria.
Dicho amor y deferencia para con los humildes no obsta para que continúe
conservando sus maneras aristócratas de barin rural que con frecuencia utiliza
el knyt (látigo) para golpear a los criados perezosos. Cuando era oficial en Sebastopol
a su ordenanza también le mide las costillas por el menor pretexto con
frecuencia para desahogar su frustración. Tolstoi de baja estatura (media un
metro setenta) era sin embargo muy forzudo. Idealista puro y siempre saliendo
en defensa de los ideales y aspiraciones más nobles en su vida privada, según
sus biógrafos se, distinguía por la tacañería. Contaba hasta la última copeca.
Y sin embargo gran jugador era
capaz de gastarse un millón de rublos a la ruleta durante una sola noche.
Carecía de sentido de la medida. Él era grande como su obra misma. No tiene
moldes. El conde Tolstoi es occidentalita y rusófilo según que racha o qué
viento sople. El mayor de los escritores rusos no pertenece a Rusia ni a sí
mismo. Pertenece al alma humana. En su trascendencia se muestra universal.
Puede defender con entusiasmo el valor eterno de la literatura sin las
contaminaciones espurias de la política para mejorar la vía de conocimiento
hacia las verdades inmutables del ser humano.
Huye del mundo, se refugia en su
hacienda, en su dacha, pero tampoco puede vivir sin la comunicación de las
gentes. Es un filántropo un propedéutico y un pedagogo y al mismo tiempo dentro
de su aura de misticismo flota un ambiente diabólico. Su conocimiento se acerca
a las verdades inmutables del alma humana pero con frecuencia reniega de su
afán esteticista, sale de su torre de marfil y huye a los prostíbulos y las
tabernas. Pero también existe otro Tolstoi político que redacta manifiestos que
asume posturas y escribe cartas de protesta al zar o libelos a favor de la
manumisión de los siervos. Redacta pancartas contra la guerra.
Son interesantes asimismo sus
relaciones con Turgeneff al que maltrata de palabrea y de obra llegándole a
desafiar a duelo, que nunca se celebró. A pesar de que el autor de Humo fue el
que introdujo a Tolstoi en el mundo literario de Petrogrado. Semejante
desafección habla de una cierta mezquindad por parte del genio aunque bien
puede ser que sus altercados fuesen resultantes no más que de sus celos. Celos
literarios. Pasó algún tiempo en una comuna y de hecho fue uno de los primeros
autores comunistas que se adelanta a Karl Marx y a los rabinistas ingleses con
el evangelio en la mano, lo que implica una crítica demoledora de los
principios de la iglesia establecida, pero no es capaz de arrogar los usos y
costumbres, hez del decadente occidente, que con la pluma fustigaba pero a los
que se abrazaba en la vida real.
Le roía la pasión del naipe. En
su vida privada resulta un pedagogo y un inmoralista a la vez. Magnánimo y
cicatero frecuentador de ventorros y lupanares que sabe a la vez desenvolverse
como pez en el agua en los ambientes come il faut de los salones
peterburgueses. Es sátiro y fauno a la vez que manso galán enamorado y elegante
autor de erotismo platónico. Estas son sus contradicciones. En él aletea el
espíritu de la objeción. El arte es un perpetuo contraste, un unda maris que
carece de ética como la propia historia donde la noción del bien y el mal se
pierde en un laberinto de calles sin nombre que vive en perpetua contradanza.
Son los movientes de sístole y diástole en los que se teje toda crónica.
El novelista experimenta lo mismo
que San Pablo del aguijón de la concupiscencia. Hace penitencia, se reprocha a
sí propio su liviandad, formula buenos propósitos y establece un esquema de
enmienda un plan de vida, pero vuelve a caer. Sus intenciones se desbaratan en
un minuto nada más toparse con un bello palmito o con unas garbosas caderas
femeninas moviéndose con contundencia. Dijo Lev Tolstoi que el arte es una
hermosa mentira una visión espectral que interpone ante nosotros el diablo para
que nos dejemos seducir. Menudean entradas en su diario con llamadas al
propósito de la enmienda. Anuncia con frecuencia que dejara la literatura para
dedicarse a peregrinar y que va a romper su compromiso con las letras pero un
poco más adelante este minucioso memorialista dice todo lo contrario.
Al autor de Ana Karenina el
aguijón de emborronar papel le acucia hasta los últimos días de su existencia.
Murió a los 82 años después de un berrinche con su mujer en la sala de espera
de una estación de ferrocarril en el sector de Astapovo. Huía de los libros y
del mal genio de su esposa; fue un vejador eminente este gran conocedor de la
condición femenina. Y, ligero de equipaje, quiso ir al encuentro de la muerte.
La vida y la obra del genio fueron una contradicción in terminis pero fue un
favorito de los dioses. Tuvo suerte con las mujeres. Con los editores. Con el
público. A los 24 años hace lo que tantos y tantos aspirantes a los laureles de
la fama. Termina un manuscrito va a correos y lo envía a un editor al cual
desconoce, cruza los dedos y espera en el maná llovedizo de los aires. Es
cuando un escritor juega a la lotería y se marcan los rumbos de su destino.
Tolstoi tuvo suerte pero esto no suele ser así en la mayoría de losa casos.
Semanas adelante, el joven
teniente artillero encuadrado en un regimiento de combate de Armenia recaba
respuesta satisfactoria del editor. Su texto ha entusiasmado a Nebrashkov dueño
de una imprenta en Moscú. Nebrashkov sería fiel a Tolstoi durante la mayor
parte de su carrera literaria por encima de las veleidades, demasías y abusos
tan característicos del literato. Aunque con algunas limitaciones, el librero
promete dar a la estampa la novela que lleva por título Infancia.
Se trata de una obra primeriza
pero en la cual destellan algunas cualidades del que sería monstruo de la
literatura universal como las dotes de observación o el plasticismo de sus
descripciones, la soltura de las tramas, o la buena yuxtaposición o ensamble
del escenario. En Adolescencia, que vendría de seguido, Tolstoi tantea el
camino. Le falta aun mucho por alcanzar aquel estilo suyo tan peculiar y que es
denominado en novela tolstoiana (novela río) que define a la vida y a los
hombres a sus pasiones y dolamas. El ser y la nada en el tiempo finito porque
en realidad el hombre no es nada.
De allí en adelante la carrera
del joven valor poco a poco y al igual el arroyo de aguas bravas descubierto
por Nekrashov pasa a ser una inmensa red fluvial, un río caudaloso de aguas
pandas como el Volga. En la inmensa estepa el torrente se calma.
El lecho del río es amplio y hace
meandros pero no se saldrá de madre. Tiene un objetivo la gran novela como
testimonio de los avatares de la existencia humana (guerras amores, desamores,
ascensos, caídas, el rotar de las estaciones bosques- el misterioso bosque ruso
(les) y grandes extensiones fincas como Yashnaia Polaina. O casas que se
deshacen, matrimonios rotos, incomprensiones, el valor castrense y la santidad,
las rameras, los remeros los borrachos los monjes exclaustrados y esa inmensa
población flotante de iluminados o yurodivi que recorre la estepa. Y por ultimo
aborda el tema de la muerte. La pluma de Tolstoi transita como a lo largo de un
espejo a través de estas realidades. Los tiempos mudan. Las estructuras avanzan
o retroceden pero el hombre continúa idéntico a sí mismo. En sus perplejidades.
En sus ensueños que el destino se encarga de desenhetrar. Esta es una de las
partes del drama vitalista que plantea Tolstoi como Shakespeare, como el Dante,
como Cervantes.
Que nada cambia, que el hombre
sigue siendo igual, pese a las redenciones y a los proyectos mediúmnicos, la
acción filantrópica de los gobiernos, las predicas de los misioneros y los
proyectos de reforma. Domaremos a la naturaleza pero al ser humano no se le
podrá domar. Es incontrolable y problemático. La prosa de Tolstoi es plana y de
una portentosa sencillez, mas, poderosa en su efectividad. No busca alifafes ni
requilorios. La prosa de Tolstoi no es altisonante como la de Pushkin sino
llana ni endiabladamente mágica como la de Chejov. Podrá carecer de la ternura
de éste pero es más eficaz. Concibe la vida como un inmenso río madre en el que
desembocan muchos afluentes y todos ellos van a dar a la mar que es el morir
según el concepto manriqueño.
El tono que elige es a la vez
épico y elegiaco. Todo Tolstoi es el Volga. Un remero que cruza. Un batelero
que avanza narrando y contando. En el alveo de este caudal fluvial está lo
ancho y lo estrecho lo profundo y lo alto. En una palabra asume todas las
dimensiones narrativas. Todos los perfiles. Carece de altibajos. Constituye un
pavoroso enigma de sindéresis dentro de las fluctuaciones contradictorias del
comportamiento humano. Una de sus obras menores pero que mejor definen su
carácter y de las menos estudiadas es la muerte de Ivan Illich. Refleja un gran
conocimiento clínico y eso que el autor no era médico. Sólo un profundo
psicólogo. Se empapó de vida antes de sentarse a redactar. Extrajo Tolstoi su
arte de la experiencia. Su trayectoria como artillero en una de las
interminables guerras del Caúcaso fue determinante. Como soldado fue irregular
e indisciplinado. Sólo le fue conferida la cruz de santa Ana de segunda clase. Nunca
fue un oficial brillante como su hermano Nikolai. Sin embargo, sus aventuras
bajo las armas serán el magma que impregne su potencial novelístico.
En Crimea recogió datos para
cargar el volcán narrativo que es Guerra y paz. En aquellas cargas de la caballería
cosaca, en aquellos lances de honor, el robo, el rapto, la quema de aldeas, las
batidas de tierra quemada o la ingesta de vodka siempre copiosa, la holganza
con mozas y paseos a escondidas entre el oficial y la chaval que terminaban en
el pajar. Amor a escondidas. O las noches enteras ante el tapete verde.
Todo esto impresiona su sensible
retina de escritor. Como visor de la vida humana en un par de líneas sabe
captar una situación o esenciar a un personaje. En la muerte de Ivan Illich
narra el drama de un matrimonio desvencijado de la pareja formada por Ivan
Illich y Praskovia Fiodorvna. Él es un brillante magistrado al que le van bien
las cosas. Ha triunfado en la vida pero no en el amor. Son frecuentes las riñas
y los altercados con su mujer (quizás un traslado autobiográfico del borrascoso
matrimonio del propio novelista). Ella es ambiciosa, dominante. Él es bueno
pero débil.
No obstante, Ivan se desvive por
dar un buen pasar a su mujer y a los suyos. No escatima ningún esfuerzo para
que a su familia no les falte nada de nada. El juez de distrito, Ivan Illich,
consigue un ascenso y es enviado a otra provincia. Tanta es la ilusión que
embarga al protagonista que en los trabajos de restauración y mudanza ayuda a
los obreros y a los criados pero poniendo una cortina se cae de la escalera. Se
lastima una costilla. Un golpe sin importancia; sin embargo aquella lesión
intercostal va a degenerar en un cáncer. Para colmo, a su mujer no le gusta
cómo Ivan ha decorado el nuevo hogar. Un drama. Tolstoi lo consigna en una
párrafo
"Praskovia Fiodorovna echaba
la culpa a su marido de todos los reveses sufridos en la nueva residencia. La
mayoría de los temas de conversación entre marido y mujer conducía a viejas
querellas y a cada instante estaban a punto de surgir nuevos altercados.
Quedaban sólo escasos períodos de amor que se hacían muy breves. Eran islotes a
los que aportaban un momento para adentrarse luego en el mar de hostilidad
latente en el cual el matrimonio naufragaba"
En este libro plantea Tolstoi la
soledad e incomunicación en la cual transcurren las vidas humanas incapaces de
franquear las barreras de incomprensión y de egoísmos circundantes. Cada uno
vivía en su mundo. Iván en sus negocios curiales dentro del afán de una
existencia anodina y de provincias. Creía darle todo a su mujer. Pero todo
cuanto le daba no era bastante. Praskovia vivía en su mundo, en sus puestas de
largo, en sus trajes de noche. En el fondo se mostraba resentida con su esposo
pero disimulaba esta aversión bajo una capa de apariencias y de
convencionalismos. No era capaz de entender a su marido a quien el fatal golpe
en el costado se le había declarado en un dolor lancinante. Piensa a lo primero
que es algo leve un simple mal de ijada. A veces se queja pero su mujer le dice
le dice que es un aprensivo y un blando que vaya a un medico en vez de estarse
todo el día lamentándose.
He aquí otra manifestación de
crueldad femenil. Acude Iván a un especialista. Vagas respuestas. Que si el
intestino grueso que si el riñón flotante. La enfermedad sigue su curso. Los
dolores se hacen insoportables. Pero el hombre no se puede quejar ante su
familia o le sale su esposa con cajas destempladas: "no te tomaste las
pastillas". Su único consuelo es leer la Biblia y como Job cae en un
letargo que determina su abandono. Todos lo han abandonado. La referencia
tolstoiana es el gran libro de Job. En esta novela magistral no solo se traza
un cuadro de costumbres de la época. Se va más allá al establecer un diorama de
la soledad del hombre sobre la tierra. El tema no es la enfermad sino la
incomunicabilidad de los seres. La soledad ante la muerte. En este retrato se
podrán mirarse muchos ivanes Illich. Nadie escucha los lamentos ni se compadece
de este Job ruso de provincias. El pobre tuvo una agonía terrible. Estuvo en un
grito durante tres días. Sólo Gerasimo su fiel siervo le ayuda a portar la cruz
en el último trance. Pasa las noches junto a la cabecera del enfermo
sosteniéndole las piernas en alto para hacerle más llevadero los terribles
dolores.
El dolor siempre estaba ahí en
las tripas agazapado, sordo, inexorable. La morfina no le hace efecto. Gerasimo
con su caridad es el contrapunto al egoísmo de Praskovia. El enfermo aguarda a
la muerte tendido en el diván. Tolstoi traza la desesperanza de un paciente
terminal que vuelve la cara a la pared que llora en silencio. Los días se
parecen a las noches y nunca acaba de amanecer. El paciente no duerme. Está
postrado. Solo se amodorra algún rato en que le aquejan pesadillas. Se
entretiene midiendo las grecas del techo empapelado de la habitación o contando
los boliches del cabecero de la cama.
Toca anheloso con sus manos
flácidas el embozo de las sabanas, un gesto que tienen todos los agonizantes y
que anuncia la llegada del próximo final. La sombra del pathos aletea en torno
a la trama de esta novela de dolor. Las estrellas callan. La naturaleza se
desentiende. Pobre del que se muere. Los deudos no quieren saber nada y las
lágrimas de la viuda son siempre aparentes. La viuda rica que con un ojo llora
y con otra repica que decía Clarín. Abandono. Infelicidad infidelidad.
Fatalismo. Hay observaciones terriblemente proféticas en las que se constata la
idiosincrasia de un enfermo terminal a los 45 años. El caso de Ivan Illich
agonizante se sigue repitiendo a diario en todos los hospitales del mundo. Se
da cuenta de que la mujer a la que ha amado es un ser extraño. Un fantasma.
Hay una idea que salta en esta
powesti (narración corta) y que se repetirá como en una caja de resonancia en
otras composiciones tolstoianas. Hay una idea que flota sobre el relato pleno
de una amargura misógina. Muy sencillo y paradójico. La mujer que da la vida es
también símbolo de la muerte. La ardid del diablo y la mujer forma parte del
gran diseño diabólico que interviene también en la realización de la Historia.
Según Tolstoi, en Eva subyace una voluntad diabólica, un elemento separador,
cizañero que aleja al hombre del proyecto de su felicidad- y esto es lo que
significa diabolos en griego: el interpuesto. Tolstoi estudió esta lengua
durante varios años para obtener un acceso mas profundo al conocimiento de los
evangelios y luego a dominar tanto el griego clásico como el coiné
perfectamente y solía repetir que todos los cristianos debían de conocer esta
lengua de la que dimana la guía de fuentes del cristianismo. Los caracteres
femeninos que traza siguen el patrón del NT.
Y para él la mujer es mitad my
mitad un amasijo de gracia y de pecado. Los desterrados hijos de Eva estamos
condenados a arrastrar el peso de la culpa. En un cuento que titula El Diablo
(chiort) un barin acaba matando a tiros a una campesina. Y en el Padre Sergio,
otro cuento maravilloso, basado en la vida de san Hilarión el eremita que reza
y aguarda a la muerte en su snik o cueva de eremitas, se le aparece Satanás en
forma de mujer. Si tu ojo te escandaliza arráncatelo etc. El siervo de dios
sigue al pie de la letra la norma evangélica pero –la historia ofrece a
consideración la preeminencia del mal, un arduo problema metafísico- a pesar de
haberse yugulado la mano con un destral sucumbe a la tentación. Ese es el tenor
de la historia, muy pesimista, de este autor nada espiritualista. Y por
consecuencia de una gran modernidad positivista: el hombre es pura fisiología,
el amor una cuestión de combinaciones químicas y no hay nada al otro lado de la
cerca. Eso lo dice un literato que escribió una novela tan importante como es
Resurrección. No se estaba refiriendo a la de Cristo, claro está sino a la de
las plantas. Contradicciones señeras del alma rusa.
18/04/2007
MÁRTIRES
DOMINICOS ASTURIANOS DE LAS CALDAS DE BESAYA (I)
Hacía
muchos años que no volvía a este idílico lugar entre montañas que recuerda a
Covadonga por lo escarpado, nemoroso, un sitio especial donde se siente ese
fluir soterraño de la gracia.
A decir
de Tertuliano la sangre de los mártires es semilla de cristianos.
Lo que
pasa es que esta reviviscencia, ese brotar del fruto pastoral no se ve por
ninguna parte. Sin embargo, ahí creo que está oculto. El bien va por debajo sin
meter bulla en tanto que la maldad tan escandalosa tira por la parte de arriba.
Los padres del Desierto nos hablan de una iglesia exotérica (exterior) y otra
esotérica (interior) cuando tratan de explicar el misterio del Cuerpo Místico.
Yo
conocí este lugar que fue el gran noviciado de la orden de Sto. Domingo con más
de doscientos aspirantes y hoy no queda ninguno.
El
centro situado en un sitio espectacular ha sido convertido en residencia de
disminuidos psíquicos. La Iglesia se ensimisma y el fasto y la gloria de otras
épocas han sido desplazados por la caridad según la regla de oro de una
religión que se centra en la caridad.
“Ama et
fac quod vis” (ama y ve a tu aire)
decía sin Agustín glosando a san Pablo que advertía que sin caridad nuestra fe
no nos sirve de nada.
Sin
embargo en este hermoso enclave se detecta el carisma de los que dieron con su
sangre testimonio de Cristo durante la pasada guerra civil. La mayor parte eran
asturianos.
Perecieron
después de ser lanzados al agua con un lastre en la Bahía de Santander o
asesinados a bordo del barco prisión Cabo Quilates. Dos de ellos eran muy
jóvenes y los demás religiosos veteranos.
Fueron
beatificados en 2007 por Benedicto XVI al cabo de una largo proceso en el que
el postulador de la causa demostró que fueron martirizados “in odium fidei” por el mero hecho de ser
frailes.
El P.
Felipe Castro expuso en un brillante obra la trayectoria de estos diez
dominicos oriundos de Navelgas, Sama, San Martin del Rey Aurelio, Corias, la
Felguera, Oviedo. Con su ejemplo estos valientes demostraron que el amor
derrota al odio por encima de los prejuicios políticos o las actitudes
revanchistas.
Fray
Enrique Izquierdo Palacios (Oviedo 1890) bautizado en la iglesia de San
Isidoro, hacía el undécimo lugar de un matrimonio de trece hijos. El padre era
menestral de carpintería, aprendió a leer en las escuelas del Fontán. Se hizo
monaguillo de la parroquia de san Isidoro y a los doce años ingresó en el
seminario diocesano ovetense. La muerte de un hermano también seminarista le
hizo replantearse su vocación y vistió el hábito blanco y negro dominico en la
localidad gallega de Padrón.
Profesó
en 1905, es destinado al convento de Corias cerca de Cangas de Narcea fundado
por los benedictinos pero traspasado a la orden dominicana la cual incoa su
restauración.
Es
ordenado presbítero en 1914.
Se
convierte conventual tras sus estudios teológicos en Salamanca en Corias y
Navelgas.
La
guerra civil le sorprende en Caldas de Besaya donde era instructor en el
aspirantado. El 22 de diciembre llega a las Caldas una camioneta integrada por
mineros palentinos que detienen a los religiosos y los llevan a declarar. Se
trata de “formalidades de mero trámite” ▬ dijo el mandamás, una mujer de
Barruelo les había alertado de que había carcas en la casa ▬. Esa misma
madrugada fue con otros compañeros arrojado al mar.
El P.
Enrique Cañal Gómez natural de Cangas de Narcea 20 de marzo de 1869 su padre
era zapatero y su madre una piadosa mujer en cuya casa se rezaba cada noche el
rosario, muere y y su padre vuelve a contraer matrimonio. Enrique Cañal y su
hermano Segundo salen de casa y se van dominicos. Enrique va a pasar la mayor
parte de su vida profesional en el convento santanderino de Besaya. Daba
misiones en Torrelavega, Comillas y Santillana del Mar para entrar luego como
maestro de novicios en el convento de Segovia. Fray Ángel del Cura su biógrafo
dijo que Cañal dejó un huella profunda en la espiritualidad segoviana. San
Pablo de Valladolid y el Cristo del Olivar en Madrid fueron otros de sus
destinos. Se encontraba en Las Caldas impartiendo unos ejercicios espirituales
aquella fatídica noche del 22 de diciembre cuando las turbas asaltaron el
convento. Les tocó con sus compañeros la lotería del cielo.
Otro
de los asturianos cuyo nombre fue registrado en la lista de los bienaventurados
por el papa alemán fue Miguel Rodríguez González (Pola Lena 1892); los amigos le llamaban Miguelín y ya desde
muy joven sintió inclinación a la vida del claustro. Fue ordenado sacerdote el
6 de agosto Día de San Salvador patrón de Oviedo en los Dominicos de esta
ciudad. Ejercería su apostolado en Vergara, Ciaño, Langreo, Navelgas. Desde
1931 hasta su muerte permaneció como ecónomo de la comunidad de las Caldas.
Impartía clases de historia religión y urbanidad. De trato muy afable. De
acuerdo con unas declaraciones a posteriori del comisario Neila en Méjico que a
la sazón mandaba la checa de Puerto Chico la presencia de ánimo y mansedumbre
con que acogió los malos tratos y blasfemias de sus esbirros sorprendía a los
propios carceleros que lo llevaban al suplicio las manos atadas a la espalda.
FIEL
DE FECHOS QUE VENGA EL CRONISTA MUNCIPAL PORQUE ESTO NO HAY QUIEN LO ARREGLE.
VUELVEN LAS CÁBILAS MORUNAS
Almotacén
es el que compulsa y cuadra las fanegas del celemín viejas palabras que engulle
el leviatán de la política. Fiel de fechos, portazgos, almotacenazgos en el
reino de León donde la sangre es más espesa que en ningún otro reino de España
era el cronista municipal, el que levantaba acta. Han borrado las veredas y no
hay carriles, explicaciones a todo pasto. Los de la tertulia se desgañitan y
hacen caja en sus lamentos del julianismo entreguista y el romance de la España
perdida. Pero que no se preocupen les correrán a gorrazos. se percibe el ruido de sables ya rechinan por
la Diagonal las cadenas de los tanques. Cenarán esta noche de mi cayada. La
están liando parda y se los está merendando la loba parda. Haremos de sus
orejas pendientes para que luzcan las damas y los dientes para vihuelas que
tañan nuestros juglares al alba.
VOLADURA DE SPANDAU
Todo está a punto para la
voladura de la cárcel de Spandau dónde yace en confinamiento solitario el preso
más caro y mejor vigilado del mundo. Un nonagenario Rudolf Hess. Está a
preparado el ataúd las velas el coche fúnebre para cuando exhale el postrer
aliento llevárselo lejos de Berlín y también está lista la dinamita en las
bodegas del edificio y las excavadoras en los patios donde ya no quedan presos.
Esperan los guardias a godo fuma el alcaide su último cigarro en espera de que
fallezca. Es la decoración suprema para una obra de Ionesco. Teatro del absurdo.
El fantasma de Fran Kafka
deambula de incógnito por los pasillos. También dicen haber visto a drácula y a
su esposa Némesis diosa de la venganza. Cuando el capitoste nazi la espiche no
quedará ni rastro. Sólo la muerte libertará Hess de cadena perpetua. Sus
cenizas serán esparcidas por el viento aguas arriba del Spree. Que nadie lo
venere. Que no nos vengan a nostgros con urnas. Odio africano venganza judía.
Doce hombrees sin piedad y el yo acuso. El penal una vez enterado de incógnito
y posiblemente de madrugada en un lugar que no ha trascendido saltará por los
aires. De lo que se trata es de borrar la memoria. Que no queden altares para
las conmemoraciones las misas y los sacrificios. En Spandau no se creyó nunca
en Cristo sino en el talión inmisericorde.
Han pasado 23 años desde que yo
esto digo y hoy día de santo mártir que ya no se conmemora sino la fiesta de
los maricas una mina israelí se ha llevado por delante a seis soldados
españoles en el Líbano no hay protestas la censura borra – es la protervia del
sanedrín que me acaba de condenar al silencio estaban el cara de oropéndola y
el cara de cojugada israelí que dijeron sea reo y no publique- moral de
venganza de todos los calibres. Me han amenazado me persiguen pero yo quiero
sobrevivir recordando a Hess que se tiró en paracaídas en especial misión
secreta o alta traición sabía muchas cosas y en este mundo no conviene saber
demasiado. Dice el times que el bastión el ultimo bastión de la memoria del
nazismo será destruido en 48 horas y tan pronto como los facultativos expidan
el certificado de defunción firmado por médicos de las cuatro autoridades de
ocupación francés inglés americano y rudo será la hora de las grúas y de la
piqueta de demolición.
No quedará piedra sobre piedra.
Contumacia bíblica. ¿No hay perdón? No. Por eso mismo, Verumtamen, te vigilan y
la de los estropajos y la mopa que manda que una ministra mete las narices y
sus inmundos dedos en tus cajones. De lo que se trata es de evitar el mito. Que
no haya reliquias ni estampas ni fotografías ni huesos santos. Incineración
piden los de la mentira del horno crematorio. Un hush up general. Silencio. Se
te vigila. Hemos impuesto el carpetazo. Que pasó entre Hess y Churchill eso lo
saben solo los ingleses y lo tienen todo muy calladito.
En boca cerrada no entran moscas
pues eso. Londres y la Urss se opusieron a todo conto de clemencia. Capturado
en Escocia en 1942 este alemán de los ojos azules y mirada fija se ha pasado
casi toda la vida a la sombra. Toda su persona es materia reservada y para los
ingleses un autentico secreto de estado. El edecán del Ferrer se llevará todos
sus secretos a la tumba sin haber obtenida misericordia de los contumaces
británicos que han echado toda la carne en el asador de la perfidia de Albión.
Apresado en 1941 después de
tirarse en paracaídas cerca de aborden lleva en confinamiento solitario desde
1945. Vio subir al cadalso a algunos de sus colegas: Himmler, Goebbels,
Doenitz, von Pappen Goering, y otros prebostes del reich condenados a la horca
en los procesos de Nuremberg. Todo es como una pesadilla como una historia
tétrica un aviso a navegantes que me hace entender muchos por qué de mi vida
que ahora no me explico. Fue también el prisionero más caro del mundo. You are
being watched se te vigila esa es la moraleja que saco de esta historia de hace
casi un cuarto de siglos.
No se puede oponer uno a esa
fuerza de incongruencia formidable. Se paga o con la muerte o con el
ostracismo. No se ha pasado el síndrome tras los múltiples procesos de
desnazificación desratización y de democracia al trágala estos judeocracia de
los cazanazis como revive el diablo merodeador de cazafantasmas. ¿Qué crimen
pudo cometer este hombre para padecer tanto? Me pregunto pero no hay respuesta
hoy hay palabras vedadas o impolíticas y temas de los que no se habla pero que
son capitales para la historia de la humanidad que nunca podrá construirse
sobre el tinglado de una patraña una mentira un millón de veces repetida que se
ha convertido en verdad.
El cara de cojugada el hispido
columnista que vigila la parva ha lanzado el mensaje y yo he tenido que hacer
mutis otra vez. Dejemos que solo escriba y únicamente publique aquí don cesar
Vidal y que don Ismael vea masones por todas partes pero estos son mucho más
peligrosos enemigos que los masones odian mi patria ay amigo preponderan
mataron con cristo pero no pudieron con Él sí pudieron con el edecán nacional
socialista, que renunció a la tableta de cianuro. Siempre dio la impresión de
hombre frágil con aquellos ojos potentes que recordaban a los del actor
norteamericano Montgomery Cliff.
Hess desde hacía ocho años
estamos en 1984 era el único inquilino de este enorme fortín prusiano con más
de doscientas dependencias convidado de piedra del horror al pasado y el más
caro penitenciado del mundo pues para su tenencia en guardia había que
habilitar toda una institución. Está enfermo y medio ciego y vigilado por todo
un regimentó de soldados y bajo vigilancia electrónica su escapada hubiera sido
un hecho contra natura. El prisionero es vigilado día y noche a través del ojo
de buey donde a cada hora hace la ronda una centinela. Hay un perímetro de
seguridad consiente en un muro de siete metros y una alambrada que llevan
cables de alta tensión de más de dos mil voltios. Es como para preguntarle a Herr
Hess qué es lo que piensa de los derechos humanos.
Su custodia les sale a las
potencias vencedoras por un ojo de la cara. Treinta y cinco millones de dólares
p.a. dicen sus vigías que se pasa la mayor parte del día leyendo. Su esposa
Ilse y su hijo Wolf le van a ver una vez al mes pero a través de un locutorio
con cristales blindados. Tampoco ha lugar el vis a vis. Con los suyos tiene que
hablar por telefóno pues la mampara de separación no permite ser atravesada por
la voz humana. No es un nombre no es más que un nombre lo que queda de un mito.
Su hijo Wolf es acusado de encabezar movimientos neonazis peticionarios de su
liberación o la suavización de la condena.
Pero todas esas tentativas
cayeron en saco roto. Hess no existe para los activistas de amnistía
Internacional. No hay amnistía ni remisión posible para un criminal de guerra
repiten a coro los británicos y los rusos que es el único punto en que parecen
de acuerdo. La culpa excede al perdón. Pero el prisionero de Zenda se haya
convertido en Alemania en un mito rodante que puede abrir brechas no cerradas
del pasado. Tengo medo. En Spandau hay 670 celdas todas vacías menos la suya.
Varios centinelas de los destacamentos de los ejércitos de las potencias
vencedoras se suicidaron pues no podían padecer el tormento de ver sufrir a
este anciano arrojándose al vacío desde la almena del castillo al foso.
Por sus ámbitos se pasean los
fantasmas y las almas en pena de los treinta millones de seres humanos que
perecieron en la conflagración universal y dicen por qué su grito es una
tortura terrible.
A los dos meses del fallecimiento
del lugarteniente de Hitler la cárcel fue volada y de la misma no quedó piedra
sobre piedra. Fue una venganza bíblica verdaderamente y ya aquel viernes de
agosto de 1984 el gobierno de Felipe González hablaba de negociaciones con ETA.
Eran los prolegómenos de un nuevo orden que padecemos una tiranía contra la que
no caben protestas. Ellos son fuertes pero son pocos y tienen miedo por eso
manejan a las masas con tanta habilidad. Han borrado la memoria. La historia la
escriben los vencedores.
26/06/07 4:12:22
CONTROLAR LA BICHA, PARAR EL OSO
Antonio Parra
Un entrañable amigo y compañero,
Donato León –Tierno, gran periodista y director de la agencia Pyresa, hacía
alusión cierta vez a una frase atribuida a José Solís ministro de Trabajo
franquista conocido por su simpatía. Su profilaxis maxilar pues tenía la
dentadura perfecta y bien encajada del teclado de un armonio era de anuncio
dentífrico. Su sonrisa a lo Carlo Ponti al cual un poco se parecía fue la
sonrisa del Régimen y era el único que hacía reír al caudillo con quien el
ministro se permitía ciertas confianzas como cuando, titular de la cartera de
Educación,- también el turno de grupos "salen los de Arrese, entran los de
Solís" fue emblemático del ansias de pacificación entre los españoles y
ganas de hacerlo bien- se atrevió a decirle a Franco:
Excelencia no sé para que vale el
latín.
Él le miró de hito en hito y le
espetó:
¿Y tú de donde eres Pepe?
De Cabra, señor
Pues entonces vale para que te
digan egabrense y no te llamen cabrón. Cuestión de topónimos.
En uno de aquellos inesperados
reajustes ministeriales tan esporádicos como impredecibles fue cuando se
pronunció don José Solís Ruiz en una entrevista por los micrófonos. El país
estaba crispado y había enfrentamientos a tutiplé. Broncas e insultos por nada.
Pero lo peor de la situación no es la crispación per se, sino los crispadotes,
los que parece que se han comido un tigre y no se desayunan con café con leche,
mas con cicuta así se los pone la cara de bilis y los peores son aquellos que
andan por la vida como si nunca hubieran roto un plato, no levantan la voz,
nunca han hecho nada, nunca dijeron nada, chismosas y chismosos de todo hay en
la viña del señor. Fue el Ministro de Trabajo y calándose las antiparras y el
fonendoscopio y tomó el pulso al país.
Habrá que parar la bicha, domar
el oso.
Solís era un buen corredor de
fondo y sabía de la visceralidad nacional – y aquí los peores no fueron siempre
los explosivos y los que pegan un taconazo sino los mansos, los bueyes duendos
los que navajean con una sonrisa e invocan siempre la constitución, la
legalidad, la solidaridad. Y solidarízate que algo queda. La hiel de estos
cetrinos es la que desemboca en las grandes tragedias nacionales: guerras civiles
tuvimos tres en siglo y medio y nos cargamos a cinco presidentes de gobierno.
Uno saltó por los aires.
Es lamentable que un pueblo tan
bien dotado para otras actividades como la música, la pintura, la artesanía o
la literatura tenga tan serias dificultades para una sana convivencia en
libertad. Los desafueros de la pasada campaña electoral lo han demostrado.
En nuestros genes prende con
inusitado vigor el salpullido de la envidia. Hay frases de este acervo como
"no sabe con quien está usted hablando", · "mala leche"
"vaya un pájaro", "a la salida te espero " "tomar café
en Peñalba". O "ya ves" que se han convertido en tópicos y que
son intraducibles a otros idiomas. Joaquín Costa, todo es cuestión de escuelas,
hogar y despensa, lo atribuía a un factor: la estulticia. La ignorancia y el
resquemor hacen que algunos vayan por la existencia con la escopeta cargada.
Todo es cuestión de escuelas como
argumentaba Joaquín Costa para el que el problema de España no era otra cosa
que el fanatismo, la mala fe el revanchismo, las actitudes preconcebidas.
¿Quiere esto decir que sin todos esos elementos negativos se podría haber
evitado nuestros conflictos armados, nuestras asonadas, nuestros pucherazos,
nuestras semanas trágicas? No lo sé pero aquí el guerra civilismo es uno de los
dos cañones recortados de la escopeta nacional. El otro es la fatuidad de los
cretinos que por otra parte serían perfectamente fusilables, y con un 635
además. El que llevaban las señoritas de Hollywood y las espías de la Gestapo.
-Oiga no me venga usted con esas
destemplanzas que no tengo el cuerpo de gaitas; que a mí me fusilaron a mi
padre.
-Algo haría. Además a su merced
le cupo el honor de escribir un libro y nos vino usted a dar la murga con el
"yo vengo a hablar aquí de mi libro". Usted es un intelectual
orgánico. Primero con los unos y luego con los otros. Sabe cambiar de chaqueta
con celeridad. Husmea a todas horas de que parte sopla el viento de la
historia.
Sí per a mi padre lo fusilaron.
Si era tan insultón y tan vil
como vuesa merced no me extraña que lo dieran mulé.
Quizás sea más lo que unos une
que lo que nos separa pero lo que nos separa es bastante y ahora hay algunos –
de la derecha achicorizada Sarkozy el modelo y la marca de la casa – que se
dedican a cavar nuevas zanjas y nos regalan caramelos tan envenenados como la
unidad de España. En el fondo don Cesar Vidal con la ayuda de mi vecino mi
padre mató un cochino es un ácrata como lo fuera el Dragó auriga en la
diligencia de doña Espe. Utiliza un lenguaje viejo de pelucas empolvadas que
huele a olla podrida, cuartos de realquilado con derecho a cocina y tener que
romper la hucha de los chicos para llegar a fin de mes y por ultimo – pues
estas situaciones de injusticia social desembocan aquí siempre en lo mismo-
huele a cárcel, a palabras en el muro, a pólvora, a fosa común, a trinchera y a
polvo de Brunete. Remember Brunete. Se van a cumplir setenta años. Lean mi
libro. Yo he venido aquí a hablar de mi libro.
Hay que contenerlos. Habrá que
parar la bicha. Domar el oso. Mientras estos fulanos anden en el machito, uno
nos se puede permitir el lujo de la torre de marfil. Volvamos al frente. A la
primera línea de fuego de las ideas no de las balas claro está. Aunque a este
paso puede que terminemos en ello. No será por nuestro gusto pero si esos se
empeñan...
Usted está loco
Es precisamente de lo que me
acusan. Que más quisieran. Ahora es cuando más hace falta un periodista
independiente pues la experiencia me dicen que hay guerras que se han evitado
por un buen artículo o se han declarado.
Muy incendiario viene vuestra
merced esta tarde, don Ejusmodi. ¿No había dimitido?
Un escritor no dimite nunca y
sólo la muerte lo jubila.
Pero Donato León Tierno razón
llevabas. Hay que parar la bicha, contener el oso. Los dos bandos vuelven a
atizarse y así se explica la soledad o el missing del Rey que parece que está
ausente y como ido. Es que aquí hay que hacer muchos juegos malabares. Tocar
algún que otro palillo. El Rey es nuestro mejor embajador y se ha labrado a
pulso un buen prestigio en el extranjero. Dentro, no tanto. La monarquía un mal
menor ¿Imprescindible? Franco lo dejó todo atado y bien atado teniendo en
cuenta los vicios ocultos de nuestra casa común que a veces parece un edificio
inteligente. Otras es un torreón medieval de pasillos muy largos y con mucha
oscuridad por donde corren unas corrientes gélidas de aquí te espero que
paralicen el cuerpo pero así es el viento de la historia.
El Aquilón desestabilizador sopla
con furia por estos solares. Otras parece España un tendejón a teja vana lleno
de frías corrientes y con gotera. Nos gusta romper el juguete y a veces
romperle la crisma al prójimo. Nos encanta la clastomanía. Somos un pueblo
volátil de material algo clástico. A vueltas con el no-te-jode y luego con el nos-ha-jodido.
A ver qué va a pasar aquí cuando antes no pasaba nada. Escopeta nacional. Parar
la bicha, domar al oso. Y entran los de Solís, salen los de Arrese y aquí paz y
después gloria. ¡Ya quisiéramos! Pero no aquí solo se mientan las reglas del juego
cuando a nosotros nos da la gana. Si no rompemos la baraja. Hay que escribir.
Hay que escribir. No queda otro remedio.(6782)
pulcharaque templa. Hoc tamen
egregiis arte prius (Abundan por lo general en España los templos sagrados más
hermosos del mundo pero este de León aventaja a todos); por este letrero
llamamos la pulcra leonina a la catedral de León.
Siempre que voy a León me pierdo
por su torreado recinto a la sombra de los palacios de los Guzmanes y de los
Luna. Puerta de Cores abierta en el 907 y junto a ellas otras siete más que se
llamaban la del Burgo, Santa Ana, la de San Marcial, Fajeras. Rúas y tabernas
donde se escancia buen vino y se come mejor botillo y dicen los asturianos que
pué más el guello que el butiello y es lo que me pasaba a mí en aquellos altos
cerca de la Virgen del Camino. Que no cruzaba el Pajares, y no pasaba de la
Robla, cuando iba a ver a la novia que se me murió.
Este verano, si Dios quiere, haré
con los debidos permisos y bulas otorgadas otra de aquellas peregrinaciones de
hace cuarenta años. Rezaré a la Virgen Blanca, gótica, a la que le inunda la
hermosa cara la luz que de atardecido entra por el rosetón, calidoscopio de
colores y luego me prosternaré ante la Virgen Negra de Arbás, románica, – si no
nos la han robado los piratas de las obras de arte de nuestro patrimonio- y
luego iré a Avilés y en la Carriona depositaré un ramo de guirnaldas ante la
tumba de Demetria y, con las mismas, pa Langreo, a la cuenca minera. Que allí
está la sepultura donde me aguarda y duerme el último sueño mi Demetria, mi ex
amada, dulcinea del Sotrondio. Caminante no hay camino se hace camino al andar.
"Con mi quiñón de León di a España mi mejor blasón". Los que vapulean
a discreción a este legionense, José Luis Rodríguez Zapatero, víctima de los
gusanos goebbelsianos, de los rencorosos, los envidiosos, de los injustos que
van de buenos por la vida, que a mí me parece un español de pro no sólo cometen
ligereza de villanos cobardicas sino que no saben de la misa a la media de la
historia de España.
Por estos ignorantes vesánicos y
fanáticos siempre somos aquí inclinados a tropezar en la misma piedra a cometer
los errores del pasado. ¡Oh María mujer de luz yo te amé! ¿Y ahora por donde
andarás? Virgen Santa del Camino, sé mi escudo y protección contra tan mala
baba, tanta hiel.
21/05/2007
(I)
POR EL CAMINO DE SANTIAGO O A
PERRO VIEJO NO HAY TUSTUS PERO AUN VALEMOS ALGO
Antonio Parra
Con el Calixtino por libro de
cabecera, guía y vademécum de peregrinaciones, un legajo del siglo XII escrito
por un tal Américo Picaud, un gabacho que ya nos pone de vuelta y media a los
españoles esgrimiendo los antecedentes que esboza la picaresca sobre buen
pueblo pero mala gente que dijo el otro cuando se topó con los muros de
Benavente (escopeta nacional y España sin españoles sería el paraíso terrenal),
mi amigo don Xanti y yo nos hemos echado a los caminos, bordón en la diestra,
nuestras recias botas, nuestros buenos peales, buenos propósitos y mejores
resoluciones en el alma que pecadores fuimos y pecadores somos. El vino que no
falte. Y el breviario de antes de la nueva reforma también iba en la mochila.
Para espantar el diablo que no deja de enredar incluso en las soledades
cantábamos en latín los maitines y laúdes a la aurora con el preciso himno
monacal de "Iam lucis", la tercia antes de la siesta, vísperas con el
primer rayo del crepúsculo y completas al entrelubricán somnoliento. Nos lo
pasamos bomba. Damos grandes rodeos al pisar las ciudades pero los viejos
lugares de la Transcantábrica posábamos en veneración. Esquivábamos las
carreteras y los farolillos rojos de los puticlubs que animan las cálidas
noches agosteñas, cabe el arcén de las autovías, los apartábamos con un vade
retro. A estas edades no es para que te den una medalla de condecoración si no
te llama la atención la jodienda. A perro viejo no hay tustús. ¡Oh pecadores de
la nueva Babilonia!
En una localidad del camino
cantamos la Passio a dúo al pie de un Santo Cristo milagroso y lo hicimos con
tanta unción, mi buen Xantipa de grave y yo atacando los agudos del cronista
que narra los acontecimientos en la noche del Jueves Santo, un diácono ruso se
nos agregó y bordaba los bajos del repertorio de Palestrina, que el cura y
algunas beatas nos invitaron a chocolates con churros. Grande es nuestra fe y
grande es España por más que me pongan como un trapo.
-Eso no tiene enmienda. A otra
cosa mariposa.
Y dijo el Marquillos de Obregón y
es a lo que iba pues no puedo desenredar ese enredijo de misterio que me hace
tirarme al monte, claro, o buscar el refugio de las tabernas, pues la frase
forma parte del laberinto en el que estamos inmersos:
Si eres por ventura español donde
quiera que llegues has de ser mal recibido aunque te pongan buena cara. Que
aquesa ventaja hacemos a los nacionales del mundo ser aborrecidos de todos;
cuya sea la culpa yo no lo sé.
Ni yo tampoco pero vengo empapado
del rocío de las veredas, con la música de algún malvís entre las orejas, el
rumor del agua cerca de las cárcavas, la visión edénica de los gollizos y
cuchillares, restos de antiguos glaciares que alfombran la manta de los montes
de la Robla, el silencio edénico de los castañares ocultos entre las sierras,
los cristos rotos y las imágenes venerandas de santos arrumbados que esperan en
las iglesias cerradas a cal y canto, el tañer del cimbelillo en las ermitas del
monte que a veces nos parecían tocar solas y nos parecía milagro no sé por qué,
el donaire de algunas mesoneras que no niegan una sonrisa y un vaso de agua al
peregrino, la borrina de los puertos, suspiros de tul en el paisaje de encaje,
o el sonido isócrono de las olas sobre la mar de Vegadeo. O los ecos del canto
de una salve al atardecer en alguna aldea perdida del Bierzo. O la armonía de
la catedral de Santiago que dicen que el que llega allí por primera vez se
transforma; si está triste se alegra y, si enfermo, cura de toditas todas, y si
nervioso le penetra en el alma una calma infinita que trastoca el hervor
diabólico, el tráfago luciferino de la ciudad hediendo a azufre y a exhausto de
tubo de escape. Transpuesto el monte de Gozo, es cosa digna de mención que
parece que se te alegran los pies y dejan de protestar como en algún tranco de
la ruta en que estuvimos a punto de tirar la toalla. Gracias al vino que es
sangre de Cristo y la fe. Toda esa belleza y dolor que trajo al mundo el
cristianismo y que para mí sigue siendo la religión alegre y verdadera diga lo
que diga don Haro Tecglén. Tachín tachén. Áteme esa mosca por el raro. Y luego
en la catedral compostelana estaban los paneles que mezclan el cielo con la
tierra del Pórtico de la Gloria. La perfecta caja acústica de la ortofonía con
que fueran diseñadas las bóvedas. El canto llano que ensalza con salmos
acompañantes el movimiento pendular del botafumeiro. Los miembros cansados, el
rostro contento.
¿Habremos conseguido la gran
perdonanza? No lo sé ni tampoco me importa mucho. Se hace camino al andar y es
más importante Hemos ido por las ranuras de la puerta estrecha pero aquí hemos
vuelto con nuevos bríos y con fuerzas de refresco.
No hay no puede haberlo país más
bello en la tierra. En mi zurrón, yo hubiera querido meter en mi zurrón de
peregrino tanta hermosura. No me cabía tanto amor en las alforjas. Al volver de
Compostela regresaba ligerito y casi repartiendo besos.
-Oye a ver qué hacemos.
-Vamos de correría.
-¿De correría sin la guardia
civil?
-De romeros camino de Compostela.
A misa no voy porque estoy cojo pero a la taberna poquito a poco.
-Alguna vez habrá que compaginar
la religión y la diversión y con esa idea fija en la mente hicimos la salva de
los andantes. Una hogaza de pan tierno, algunos torreznos y tajadillas de la
olla que saben a gloria en pleno campo y algún que otro laustibideo con un par
de besos al jarro. Y de hoy en un año que el Dios nos conserve en paz y buenos
-Qui multo peregrinanntur paulo
minus santificantur (mucho peregrinar y santificarse poco.
-Eso es el del Kempis. Imitación
de Cristo. Pero aquel monje flamenco dice que luego se suicidó o que murió mal
y por eso no lo canonizaron aunque gracias a su libro- admirable poder de la
literatura que una cosa es predicar y otra dar trigo- canonizaron a muchos. Ya
ve usted lo que son las cosas. Ese librillo es una fábrica de santos aunque con
un poco de oscurantismo, un si es no es misoneísta y sobre todo quietista. Hoy
si viviera el anónimo autor lo escribiría de otra forma. En la actualidad los
émulos del evangelista actúan de otra forma pero se sigue el modelo copiando.
Cristo alfa y omega hoy ayer y siempre. Y lo demuestra el hecho de que siga
habiendo tantos crucificados y tantos crucifijos incluso en el canalillo del
tetamen de Prosperina. Las nuevas chulas se colocan el símbolo al pecho que no
saben lo que es pero que en el fondo las debe de proteger en medio de la
hoguera de sus vanidades. Que les sienta como un tiro a tanta paganía.
-Cruz al revés.
-No creo que llegue a tanto. Es
la puñetera coquetería. Ya sabe usted que si tres son los peligros del alma
mundo, demonio y carne, las mujeres agregan otro que las pierde: el buen
parecer. Pero yo quería volver a la Imitación pues de niño lo repasé cien
veces.
-No me vaya usía a salir con toda
una teología de la peregrinación que ya sabemos por donde va y los sabuesos de
la información o de la inquisición andan peinando las Web en pesquisas de
sospecha y si con barbas san Antón y si no la Purísima Concepción. Hechos. Y
nada de dichos. Facta non verba que dijo el clásico. Cíñase a la banda.
Pues eso mismo. Salimos don Xanti
y yo- su nombre de pila es Xantipa- un hermoso día de la transfiguración
después de llevarle laureles a san Salvador cuya talla se venera desde hace
siglos en un rincón junto a uno de las responsiones del lado de la epístola en
la catedral ovetense. Allí es un día grande el 6 de Agosto y cumplimos la
promesa del viejo rito de llevar el ramo y colocarlo a los pies de la imagen en
la peana. El que a Santiago va y no visita San Salvador por honrar al siervo se
olvida del Señor. Y tanto.
Por eso, muchos a Oviedo lo
llevamos en el corazón. Es la ciudad de siempre, nuestro "oppidum"
anímico, un refrigerio de cortesía y de elegancia, oasis en el desierto
intelectual que nos aqueja, punto de fuga, venero de dichas y de desdichas,
memorial de recuerdos, unos buenos y otros no tanto. Oviedín del alma, sombra
de la aceitera donde don Fermín enfilaba su catalejo, plaza del Fontán y fachada
de san Isidoro donde jugaba a la pelota Tigre Juan. El cuerpo podrá salir de
tus recintos sagrados pero el alma jamás te abandonará. ¿Oviedo? ¡Presente!
A mí me nacieron en Segovia de la
misma manera que a Clarín lo parió su madre en Zamora por una casualidad pero
es – omnium consensu- que yo me he vuelto pixuetu hasta las cachas y hasta lo
dice mi forma de parlar y de expresarme con giros y expresiones de la antigua
fabla jovial. Dejamos la Argañosa y el roquedo del Padrún a un lado y a la vera
del Nalón río matriz de las Españas con un descansín en Mieres del Camino para
yantar dimos vista tras largo trajín a los airosos muros de Santa Cristina de
Lena en lo alto de un mogote que fue para los primitivos asturcones monte
sagrado al que escoltan rodales de castaños y un buen manto de abedules de
copas esquemáticas y tronco albar.
Dios debiose de echar siesta en
el paraíso antes de venirse a fundar por aquí estas encartaciones donde los
horizontes son sublimes, buen refugio para el que venga huyendo del moro, o de
la quema y quiera vivir a escondido. El oratorio de Santa Cristina joya
embelesada del ramirense reina señero en el horizonte. Es la llave de los
puertos.
Sacha, nuestro ruso y del que
hablaré más adelante hizo la genuflexión prosternada según el rito bizantino
ante el altar de la santa. Estaba abierta la ermita y delante del iconostasio,
en pié, como mandan los cánones, entonamos el Akathistos el más antiguo himno a
la Madre de Dios que se conoce. Como se nos había olvidado el griego a Xanti y
a mí que también estuvo conmigo en el seminario de Comillas, lo tarareábamos
dejando que el diácono ruso llevase la voz cantante. Respondíamos a la plegaria
con el radesti (alégrate) cuando el oficiante concluía una de las veintitantas
estrofas. Ora pro nobis.
Fue emocionante y como se nos
hizo de noche allí mismo en aquel Tabor de veneración de la vieja España
cristiana tiramos la boina y acampamos la noche, para, al alba, con el sol ya
en las bardas de Campomanes, acometimos la recia subida al Pallares que no es
grano de anís.
-Antoñito mucho te pesan las
arrobas.
-Más me pesan mis pesares por mis
pecados.
-Pero estás aun hecho un
recental. Tira palante.
El bordón, la capa de límiste o
paño de Segovia de color amusto (pardo), el sombrero capón en son de
penitencia, la calabaza que yo sustituí por una cantimplora militar que me
legara mi pobre padre recuerdo de los campamentos y las maniobras y todos los
arreos del peregrinaje debían de ser un curioso espectáculo para los que
pasaban por aquellas soledades. Estampa curiosa que no pertenecía al tiempo del
ordenata y del móvil.
Los pueblos están casi desiertos,
las casas deshabitadas. Ya no quedan niños y probinos los viellos no pueden ni
tenerse pero alguna abuela salió a la puerta para saludarnos deseándonos buen
viaje.
-Vayan con Dios
-Y que Él a usted la acompañe,
hermana.
Hace treinta años hubiésemos sido
un espectáculo y hubiéramos arrastrado tras nos a una recua de rapaces
saliéndonos al camino a pedirnos una estampa o una perra para caramelos.
El peligro de los romeros
jacobeos eran los canes. Ahora es la velocidad y hay que hacerse a la cuneta no
te lleve por delante un treinta ruedas. Algunos camioneros saludaban con
deferencia y otros con compasión al vernos vestidos de aquellos capisayos
pasados de moda. Una malos pelos y la cara pintada de daifa que por lo que dijo
nada amistoso llamándonos cabrones y del pepe por la ventanilla:
-Relicarios, tenéis más moral que
el Alcoyano.
Era una rubia de bote y a mí
quedaron ganas de retrucar lo del bueno de Jimmy que ya se sabe rubia de bote
el chocho morenote por no caer en su misma falta de decoro y devolverla el
corte de manga.
-Andididiai.
Otro motorista nos hizo el signo
cabruno. Por lo visto le irritaba nuestra cruz de palo al pecho, la calabaza,
la ristra de veneras y la esclavina penitente. Nosotros respondiendo bien por
mal contestábamos con el signo apotrocaico o señal de la cruz que es aval de
paz, de reconciliación y de volver la otra mejilla. En fin que parecíamos unas
antiguallas en este siglo de vórtices y de telediarios para perder el resuello.
Les da corte nuestra presencia. Nos persignamos. El paisaje era de auténtico
cuento de hadas. Los pueblos de la derecha reclinados sobre el vértigo de la
montaña parecían figurillas de un belén. Tanta hermosura quitaba la
respiración.
Abandonamos morriñosos Asturias
pero respirando a pleno pulmón el aire limpio de las cumbres. Don Xanti que
anda un poco frayau con lo del azúcar perdía huelgo en algunos recuestos y hubo
que parar varias veces hasta coronar el alto.
Arbás, arriba de las revueltas de
Pajares, vino a darnos las tardes. Es también un emplazamiento producto de
alguna nuncupativo a Júpiter pues los romanos sabían donde alzar sus piedras y
prueba de ello es que en todos los lugares elegidos por ellos uno se siente
siempre a gusto. Eran los arva o campos. En este emplazamiento mágico y
magnífico se establecieron los cistercienses. Era el primer monasterio de las
Monas o Nonas, nueve en total que abrían el paso a los límites astures como un
cordón de oración y de trabajo. Fue una de las fundaciones más antiguas de los
bernardos. El sitio le encantaba a Menéndez y Pidal, oriundo de Pajares, y
todos los veranos se perdía por aquí.
Pero de estos extremos, así como
de otros, sobre qué hacíamos tres sexagenarios locos embarcados en la aventura
del Jacobeo así como de quien eran mis misteriosos acompañantes, un cura corito
al que le habían quitado las letras dimisorias por darle al cristal y un
diacono ruso que no sabemos de donde había salido se lo contaré en la próxima
entrega, si Dios me guarda alguna semaneja más, sobre mis andanzas por el
camino de Santiago, y si vuesas mercedes me dan gracia y un poquito de su
paciencia. Por el momento, vale. De regreso saludo a mis lectores que a buen seguro
no me habrán echado de menos pero de algo hay que morir y algo habrá que
escribir y más se perdió en Cuba y regresaron cantando. Vueltos a la faena, la
verdad es que te añoraba, Madrid, que ya no te quedas sin gente sino más llena
a rebosar. Pues antes que te olvide, Virgen de Atocha, se secará la fuente de
la alcachofa, que decía Luis Candelas que tampoco vivir muy lejos de la
Mariblanca y fue allí donde le apiolaron.
Viene usted hoy de una euforia
que lo tira.
Pues sí la verdad es que no me
puedo quejar de la vida. Parezco un buque de guerra dispuesto al combate.
Hombre, no creo que esto sea la
guerra
Me estoy temiendo la fecha de
2009 por algo que diré ayuso con motivo de la llegada masiva de las pateras y
el libro de las grandes reivindicaciones históricas que algunos dedos malignos
abren hacia atrás y con tal de causar el mayor daño, con ánimo de injuria y
grave daño moral, y de escupirnos en la sopa. Reivindicarán estos la memoria de
Miramamolín y los intelectuales del pesebre se entregarán a la disipación y
lucubración inteligente sobre el regreso de la algara. Esto de la alianza de
civilizaciones no es más que un pretexto para execrar nuestro pasado y
volvernos las mangas del revés. Los moros tuvieron que partir porque, vencidos
en el campo de batalla, no quisieron aceptar nuestras reglas. Sencillamente no
se adaptaron y picados de su orgullo se mofaron de los usos y costumbres. Han
pasado cuatro siglos y seguimos en las mismas.
Fray Hernando de Talavera a raíz
de la toma de Granadas fue encargado por los Reyes Católicos de predicarles el
Evangelio, tratarles benigno y con tolerancia pero los imanes reían en las
propias barbas del arzobispo y confesor de la reina santa o se limpiaban el
culo con las páginas de Marcos y Lucas. Total que siguieron aferrados a sus
costumbres y practicando el bandolerismo. Tuvo que venir Cisneros, más drástico
y puño de hierro en guante de seda pero menos contemporizador, y devolver el
ten con ten haciendo con el Alcorán en la plaza pública una almenara. Lo que ha
ocurrido el 7J testimonia que por desgracia el islam aunque predique la paz con
la boca pequeña en el fondo es una preceptiva de guerra. Alá es grande. Este
grito que entona el almuédano todos los días cinco veces desde lo alto del
minarete es una convocatoria en verdad a la yihad.
¿Tendrá que volver a meterlos en
vereda don Juan de Austria?
Triste realidad que a los
españoles ocho siglos de continuo batallar lo refrenda pero aquí no se quiere
ver la realidad, nos venden humo y lo compramos a toneladas (ay si el humo
gravara) con eso de la alianza de las civilizaciones, todo un invento que les
sirve a los hijos del Imperio Dañado de antídoto o de pretexto para
reconquistar la promisión mientras que para el Occidente será todo una triaca
que acusará sus efectos mortíferos no tardando mucho. Nos dan belladona y la
ingerimos por esa boquita como si fuese tila o hierba maría luisa. Hemos metido
el enemigo en casa y estamos incubando los virus deletéreos que acabarán con
nuestro organismo. Lo de esos chicos paquistaníes del Yorkshire y tan
británicos que uno vendía fishandchips corrobora tal presunción. Y aquí cuando
las morerías tan populosas como las de Barcelona, Valencia, Madrid o el Viejo
Reino de Aragón y nada digamos de Murcia porque esta gente no ha venido a
ciegas sino guiados por sus consuetas que les han apuntado el papel de
vengadores de Boabdil, la emprendan a hostias con ese furor ciego, ese
fanatismo que los caracteriza, veremos grandes motines y convulsiones
interétnicas. La secuencia de bombas y atentados terroristas no ha hecho sino
comenzar.
-No hay que olvidar tampoco lo
que pasa en Yugoslavia.
-Ni en el Bronx.
Esto del melting pot va a causar
a nuestros nietos más de un dolor de cabeza. El mestizaje que practicaron los
españoles en América, nunca los ingleses ni los alemanes protestantes, fue uno
de los regalos del catolicismo a la cristiandad pero está visto y comprobado
que sin la cohesión de los lazos religiosos esto de la mezcla de razas es un
wishful thinking... la religión y de ahí religare es lo que más ata y vincula
al persona pero los españoles nunca estuvimos tan desvinculados.
Me temo que el 1609 se convierta
en una gran vendetta contra el rumbo y el perfil de uno de los aspectos más
señeros de la historia: el triunfo de la fe evangélica. Vendrán los comisarios
y farautes de los poderes oscuros e intentarán transformarla en el watershed de
1492. Al fin y al cabo todos sabemos que moros y judíos en España siempre se en
tendieron bajo cuerda y de hecho Rabat es un gran bastión sefardí. Y ambas
creencias participan del mismo odio a la Cruz. Por eso dentro de cuatro años
nos invadirán los estudios, monografías, simposia y seminarios acerca de la
morisma. A Isabel la Católica que es para los castellanos como nuestra reina
madre la volverán a poner a caldo y decir que era una guarra. Ya nos conocemos.
¿Quién erigirá y pondrá de nuevo en su sitio el pendón de nuestros mayores?
¿Quién se prosternará ante la cruz alzada? ¿Cuándo resucitará España? La están
repoblando de etnias diversas metiendo en la piel de toro gente a mogollón y
haciendo un barrido de memoria de cara a 1609. Es la hora de las tinieblas.
Aleve y a la agachadiza pues aquí el pueblo no nos enteramos de nada a través
de los surcos oscuros menea sus infames albarcas el sembrador de cizaña.
En ese cantoral se conmemora la
expulsión de los moriscos por Felipe III. Ayer una alaroza en el autobús, sayas
y mantillas, el velo de los pudores sobre la cabeza, yihlah, y móvil último
modelo, me miró con odio, un odio viejo africano. Los ojos de esta muchacha no
transmitían curiosidad o coquetería femenil sino revancha. A su manera iba
pidiendo guerra. Pedía la mano que le quitara tanto refajos. De la misma manera
que muchas esas madrileñas del todo destocadas que nos vienen haciendo un calvo
desde sus levis que por detrás allá donde la espalda pierde su casto nombre,
descubren el canalillo de la rabadilla y por delante los dulces y amenos
recovecos que descienden al monte de Venus. ¿Qué metemos al pájaro en el
infierno, niña? Oiga se está pasando usted tres pueblos.
Debía de haberse dado cuenta de
mi vista pesquisidora anterior porque dicen que la cara es espejo del alma y yo
soy incapaz de engañar y mi rostro debió de expresar involuntariamente la
sorpresa del contraste. Mientras las españolas van medio desnudas con esos
vaqueros ajustados que abrochan muy por bajo la cintura y dejan al aire el
glúteo, nos fotografían el canal de la rabadilla allá por donde la espalda
pierde su honesto nombre, insinuando por delante las montuosidades pilosas de
la zona púbica., Las tapadas erre que erre en su numantinismo talar. Son muy
suyas estas jarifas.
-Parece que las viste una modista
enemiga.
-Quiá. Estas no van a la moda y
gastan poco en ropa.
La insolencia y el gesto de
desafío de la morita a mí me dio que pensar y es para que muchos políticos se
llamaran a andana contrasta con la indiferencia y suavidad de nuestras
cristianas que salen a la calle prácticamente en taparrabos. Con sus abuelas
eso no pasaba. En la Castilla profunda y hasta en Baleares que es más morisca
todavía se tapaba a la hembra de los pies a la cabeza.
Mahoma que era un lascivo sabía
sin embargo lo que se hacía pues en el juego amoroso loo que se guarda resulta
más provocativo que lo que se ofrece al amante. El cristianismo que viene de
Roma y de su pasión por el desnudo adora a un Dios crucificado que deja patente
bien su humanidad viril velada por un paño de pudores. Toda una lección. Pero
nuestros abuelos renunciando a los usos y costumbres quisieron también encerrar
a sus mujeres y recatarla y aprendieron la costumbre de los musulmanes de celar
la hembra. Y tanto la celamos y guardamos con siete llaves que de ahí nos vino
el renombre de celosos Yo he visto ir en mi pueblo ir a misa a las tapadas. Si
se encontraban camino de la iglesia con un hombre que no fuese su marido tenían
que hacer la vista gorda.
-Ni tanto ni tan calvo.
-Pues sí.
-¿Me permite que le cante una
copla de Segovia?
-¡Mientras no estorbe!
-Allá va:
Arriba abajo /que a mi novia le
he visto el refajo/ abajo arriba que a mi novia le he visto la liga
Es una vieja canción mozárabe
como lo era el "Me casó mi madre" donde se capta esa doble moral, ese
sentido ambiguo de la gente fronteriza.
Estoy por cantársela a la alaroza
en el autobús de Brunete, que de tanto resayo como lleva en el cuerpo va
provocativa y a lo mejor me entendería. Además hoy me voy de v vacaciones y me
importa todo un cojón de Mahoma. Donde las dan las toman. Sí señor.
SAN ANTON LA GALLINA PON
Pues hasta san Antón pascuas son
tiempos comienzan de Epifanía se desmontaban los belenes y en Segovia nos
bañábamos en el río Eresma aguas de Purificación frente al convento de los
padres jerónimos aquella orden monástica que tan to le gustaba a Felipe II por
española el hábito blanco y el escapulario pardo bien señalada la tonsura del
cerquillo- me dicen que se ha muerto fray Paja al que retraté en mi "Seminario
Vacío", confesor de manga ancha y fraile jerónimo- sonaban las
campanas del Parral en honor de san Antonio abad el bendito eremita que se santificó
en las cuevas de Siria y la Tebaida ay Dios por las cristiandades perseguidas
hoy murmuro una oración. Creo que no pocos confunden con éste a san
Antonio de Lisboa, gran taumaturgo, el que predicaba a los peces y
hablaba con los pajaritos que no le entraban en el sembrado por encargo de su
padre cuando su padre se iba a misa y las grullas las garzas mochuelos cigüeñas
y becadas desfilaban con las aves domésticas del corral de su casa campesina ay
Antonio divino y santo al que cantábamos los pajaritos con las risas de junio
pero a san Antón penitente le traía un cuervo amigo un pan en el pico y es por
esto que es un santo tan venerado en Madrid por las calendas yanuarias el mes
de las lunas intensas y gélidas y el celo fuerte de los gatos que aturden a las
vecindades en los tejados del Madrid fundamental con su amoroso mayar. La cola
ante las puertas del convento de los escolapios de Hortaleza daba vueltas a la
manzana las señoras de cierta edad llevaban a sus mascotas a que les bendijera
un cura con el hisopo y junto a la pila del agua bendita yo vi un gran danés de
la alzada de una cebra. Todos los periquitos de la capital esta mañana fueron a
misa. Vi canarios jilgueros, grullas, garzas, y codornices y conejos
papagayos y serpientes. Animalitos de dios. Ya se sabe son tiempos confusos y
digo lo que aquel famoso pintor de brocha gorda si con barbas san Antón y si
lampiño la purísima concepción
CRONICA GENERAL: LOOR DE ESPAÑA
Antonio Parra
He leído los interesantes y
emotivos trabajos de mi vecino de página, Félix Arbolí (cada uno tiene su
estilo y su manera de hacer y al que Dios se lo dio san Pedro se la bendiga) y
he pensado que para los que sentimos el periodismo y vibramos – a veces
demasiado- con la palabra este tiempo y esta Web no pueden ser más
interesantes. Gracias, José Luis Navas. Los que nos hemos pasado la vida
haciendo un periodismo objetivo y estamos un tanto cansados de atenernos a las
tres famosas seis W anglosajonas (who, whom, where. what, why, when) de las
escuelas de periodismo nos desquitamos con esta visión personalísima del mundo
que debe de llegar con los años y es un poco fruto de la edad provecta.
El egotismo se ha instalado en
nuestras vidas. Para eso a los viejos reporteros nos han hecho columnistas y
columnista, egotista; acaso en igual medida que lo de "traduttore
traitore" o traductor traidor de los italianos. Mas, esto de escribir
aparte de un acto de reconciliación con el mundo es como rendir culto a nuestro
amor de juventud. Las palabras no envejecen de la misma forma que el buen amor
no muere jamás. Ahora bien que cada palo aguante su vela. Uno no es nada
untuoso, arrastra una visión satírica de la existencia y a veces caigo en la
tentación de dar leña. Un resabio del mundo escolástico de mi juventud. Nadie
más ardoroso y vehemente que un clérigo cuando se encastilla en una tesis
teológica. Pronto llegan los argumentos ad hominem o los palos; y los circunspectos
dómines se llaman de todo. A jesuitas y dominicos les he visto yo en Comillas
andar a mamporros por una simple coma o la conjunción copulativa de un
silogismo.
De lo que nadie debe de dudar es
de nuestro amor a España, nuestra adscripción plena a la Iglesia y a esa fe que
recibimos en la pila bautismal y de nuestra pasión por la verdad o lo que a
nosotros nos parece la verdad, caiga quien caiga. ¡Bendito sea Dios! Por mucho
que nos desmelenemos el cacúmen, creo que ninguno de nosotros, pobres plumíferos
agitados en el egotismo agraz y torcaz, sería capaz de escribir una página tan
hermosa y tan limpia como la que extraigo de la crónica general de Alfonso X el
Sabio:
"Pues esta España que
dezimos, tal como el paraíso de Dios, ca riégase de cinco ríos caudales que son
el Ebro, Duero, tajo. Guadalquivir, Guadiana, cada uno dellos tiene entre sí et
ell otro grandes montañas; e los valles et los llanos son grandes e anchos, et
por la bondad de la tierra et ell humor de los ríos llevan muchos frutos abondados
(abundantes)… España es abondada de mieses, deleitosa de fructas, viciosa
(llena) de pescados, sabrosa de leche de todas las cosas que della fazen; lana,
venados, caza, cubierta de ganados, lozana de caballos, provechosa de mulos,
segura et bien bastida de castiellos, holgada de buenos vinos de abundamiento
de pan, rica de metales... briosa de sirgo y cuanto se faze dél, dulce de miel
y de azúcar, alumbrada de cera, cumplia de óleo, alegre de azafrán. España,
sobre todas, es engañosa, atrevida y sobre mucho esforzada en lid, ligera en
afán, leal al señor, afincada en estudio, paladina en palabra, cumplida de todo
bien. No hay tierra en el mundo que se le asemeje en abundancia, nin se iguale
ninguna a ella en fortalezas et pocas ha en el mundo tan grandes como ella.
España sobre todas es adelantada en grandeza et más que todas preciada en
lealtad. ¡Ay España. No hay lengua ni ingenio que pueda contar tu bien!… Pues
este regno tan noble, tan rico, tan honrado, fue derruido et estragado en una
arremetida de desavenencia de los de la tierra que tornaron sus espaldas en sí
mismos unos contra otros, así como si les faltasen enemigos; et perdieron allí
todos, ca todas las ciudades de España fueron presas de los moros et
quebrantadas et destruidas a manos de sus enemigos"
Poéticas palabras del buen Rey
Sabio que nos debieran hacer reflexionar en esta solazada mañana de pascua. Una
maravillosa prosa que nos invita a la meditación. Entre nosotros el
guerracivilismo como denuncia este texto inigualable y profético es rémora
antigua. Yo se lo pasaría por el pico a los lendakaris, ibarreches, a los del
bloque BNG, a los separatistas mallorquines, catalanes y valencianos, a los
cantonalistas del viva Cartagena este pasaje escrito por un rey que escribió en
gallego enxeibre las Cantigas allá por el siglo XIV y se puso manos a la obra
en romance cuando quiso anunciar a sus súbditos algo de más monto y sustancia.
Considero un privilegio rescatarlo de su descatalogamiento y poder colgarlo
aquí. Reflexionen, hermanos. Se nos va la fuerza por la boca. Inmersos en
nuestras discusiones bizantinas, el enemigo vuelve a rondar la plaza. Y éste
nos divide con fruslerías y disquisiciones inanes sobre si serán galgos o
podencos. Importa más que nunca España. El futuro de España. Unámonos. Que la
unión hace la fuerza. Un consejo de nuestro gran Rey Sabio.
PEREDA
SU PEDRO SÁNCHEZ
Lunes,
28 de agosto de 2017
VENGO
del monte de Peñacastillo vengo y estoy ya que no me tengo (aire pasiego suave
como las brisas de aquella tierra) y después de la hidroterapia en los baños
ilustres los mejores de España en las Caldas de Besaya vaya para ellos mi
agradecimiento ▬ para Soraya la diligente camarera y su marido Carlos el
enfermero, para Rosa y el joven moreno que me ayudó con el equipaje en el ascensor,
▬ me siento como un barco recién carenado. Este balneario de aguas sulfurosas
fue famoso entre la nobleza del siglo XIX y era frecuentado por mi ídolo J.M
Pereda, Sagasta, Clarín y otros autores. Evoco su memoria.
Señores,
sepan cuantos adolecen de omecillo y malquerencia contra este pobre pecador,
que no estoy para el desguace y para dar mucha guerra.
En
esta visita a Cantabria al cabo de más de un siglo he oreado mis penas al aire
libre en largos paseos por la ribera de las hoces del río Besaya y del río
Dobra ▬ estos santanderinos no se privan de nada bautizan a uno de sus ríos que
van a parar a la mar de Suances con un nombre ruso que significa bondad ▬ y he
releído a José María Pereda autor predilecto de mi adolescencia (leíamos "Peñas
Arriba" a dúo y en voz alta otro seminarista de Burgos en un banco del
Stella Maris comillense).
Los
dioses han querido por aquello de "tolle et lege" ▬ hoy es san
Agustín de Hipona patrono de los retóricos y todos los que profesan el
sacerdocio de la palabra que en este mundo han sido ▬ que me topara con esa
maravillosa obra del solitario de Polanco "Pedro Sánchez"
novela escrita en 1883 y que parece que nos está advirtiendo a los españoles de
los estacazos del parlamentarismo. Seguimos en las mismas en el juego del
quítate tú que me pongo yo. Entran los de Arrese y llegan los de Solís. Gritos
de libertad y derechos humanos y pan para todos, pero cuando estos mendas que
se dedican al politiqueo pisan la alfombra si te he visto no me acuerdo. El
caso es vivir al sol que más calienta del erario público.
El
autor de Sotileza nos habla de la precariedad de las cesantías, de las
infames redacciones del Madrid isabelino. Fue periodista de covachuela en el Clarín
de la Patria, de la hipocresía, del desamor y los adulterios. Desfilan ante
los ojos del lector las corralas, el hambre de la olla podrida y el puchero
enfermo. Lo más sórdido de la Villa y Corte descrito al detalle por pluma
experta con ese garbo y agilidad que caracterizó a Pereda.
Así
fueron los tiempos de O´Donell y Espartero que parecen repetirse. Hasta el
título nos evoca personajes de hoy: Pedro Sánchez…
Don
José María parece ser que estampa en las páginas de esta gran novela vivencias
personales: la vicalvarada, la revolución del 54 y las algaradas de 1868 cuando
la chusma arrastraba por la Puerta del Sol la estatua de la reina Isabel II.
Él
arrancó adoquines y tiró piedras contra los "polacos" (partido
retrogrado). Al correr de los años debió de arrepentirse de aquellas
puerilidades y deliquios juveniles meneando su impresionante testa con tristeza
(tenía un perfil numismático con sus antiparras, el tupé y la perilla en punta)
al paso que decía, desengañado: no es esto, no es esto:
"Viví
las revoluciones del año 54 y la de 1868. Ésta sería la más radical. "La
primera transformó el aspecto de los pueblos mientras la segunda cambió la
manera de pensar de los españoles. Se impulsó a la sociedad a salir de los
viejos cauces y a emprender otros caminos. Se transformaron las costumbres".
Pereda
gran escritor y periodista, formó escuela, resucitando la elegancia de la
descripción cervantina en los pasajes de su libro, que aparecen impregnados de
satírico humor y de melancolía.
Al
correr de sus páginas el que lee ha la sensación de que orvalla. Llueve ese
chirimiri del desencanto que aparece en los escritores astur cantabros y
vascos: Clarín, Amós Escalante, Antón el de los Cantares, Palacio Valdés, Pérez
de Ayala, J.L de la Reguera, Pío Baroja, Unamuno, y otros muchos más.
En el
caso suyo estas tristezas se agravaron al perder a su primogénito, que se ahogó
en una playa de Suances, a finales del siglo, cuando, aquejado de una fuerte
depresión ahorcó la pluma y se encerró en si mismo, para despedirse del mundo.
Murió a los 73 años en 1906. Su padre era de Comillas y su madre de Polanco;
vivía la familia en casa blasonada con portada y estragal. Era todo lo que se
dice un hidalgo y esa nobleza de carácter flota a través de toda su obra que
fue tan popular durante las décadas del siglo pasado:
"El
caudal de la vida humana ▬ nos cuenta al final de su narración ▬ se compone de
muy breves goces y muy largas y tediosas pesadumbres y que el ejemplo de mis
desengaños le sirvan a alguno de escarmiento".
Esta
novela río es como un viaje en diligencia en aquellos carromatos que hacían el
trayecto Santander Madrid entres días incómodos traqueteos el rechinar de la
galga los trallazos del automedonte en el pescante las cantiñas a lo zamarro de
los mozos de cuerda campurrianos una parada en Ataquines y luego la sierra,
pero antes estaban los corrales de Buelna, las cuestas de Reinosa y los
encuartes de Palencia, Fromista, Herrera de Pisuerga.
Guiado
por la mano hidalga de Pereda he sorrapeado los caminos que me llevarían al
norte y "escudriñando los pliegues de la memoria y los escondrijos del
corazón madre mía cuantos recuerdos que ante esta narración se agolpan".
El
tema es la corrupción de Madrid, los encartes pesadumbres y liviandades de la
política nacional. Llega a ser Pedro Sánchez un periodista famoso del partido
liberal, el rey de la crítica literaria. El estilo es rico en recursos
retóricos: hipálages, anagnórisis, metonimias, similicadencias…
También
domina el perfil de la novela psicológica. Pedro Sánchez se enamora de una
mujer fatal Clara, la hija de Valenzuela, su protector, dominantota, egoísta y
coqueta que le traiciona con su mejor amigo un tal Barrientos.
A
partir de hay la trama (parece que el argumento pierde cierta fuerza por las
digresiones o por uno de esos descarrilamientos mentales que el autor sufría a
causa de su accedía) se enreda en un cuadro de desventuras y en un mar de
desdichas en las cuales flota el protagonista en el paroxismo de sus
desconsuelos. Cuenta un derrumbe amoroso y una traición que remata en adulterio
y luego en desafío para lavar en sangre la afrenta.
El mar
de fondo es la crisis matrimonial tal y conforme se conocía en el Madrid del
siglo XIX: mujer ambiciosa, casquivana, que maltrata al marido. La ostentación
y las vanidades de los salones.
Añora
el aire puro y la vida patriarcal de sus montañas. Encuentra a su mujer
acostada con otro y hay un duelo. Quiso Dios que el pobre marido injuriado se
le perdonase la vida por el agente de su afrenta. Es la vera imagen tan
novelesca del pobre marido cornudo y apaleado.
Pereda
sin embargo, es uno de los escritores más castos que se dan en la literatura
española. Sus libros nos inspiran una especie de cervantina resignación. Acaso
solamente para eso sirva de algo la literatura que nos ayuda a llevar sobre los
hombres la pesada cruz del dolor y del despecho con resignación.
Leopoldo
Alas Clarín, la Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós y toda la crítica saludaron
la publicación de Pedro Sánchez como un hito que marcó fronteras en la
novelística hispana del XIX
JABALÍES
Bajan de la braña al trote cochinero, hozan y escarban
los prados, arruinan las cosechas de patatas, destrozan el maíz. Al cerdo
salvaje que sembraba el terror entre los árabes de Tingitania por ser animal
impuro — la denominación de origen castellana es un arabismo como tantas otras palabras españolas, pues los moros
dejaron una fuerte impronta en la lengua castellana, porque llevamos un moro
dentro — los romanos llamabanlo Aper.
Su carne y su tasajo constituían la base de su
alimentación y de las cenas de Lúculo. Era el sustento de las colonias y algunas legiones al sus scofra colocaban en su insignia sobre el lábaro; era animal de
la suerte su ferocidad le hacía envidiable porque no ceja hasta la muerte y
cuando está herido muere matando.
El más ruin jabalí se zampa la mejor bellota. De ahí
que haya algunos chicos de la política y de la prensa que no saben hacer otra
cosa que joder la marrana, mira por donde.
Mas, no os preocupéis que a todo cerdo…
Es un animal fecundo y muy sociable que se revuelca para
despiojarse en el barro y la paja del escarbadero y dejan la marca de sus
revolcones en esos hoyos que, en medio
del prado, causan y acusan graves daños en las caserías, cabreando a los labriegos.
Es noctívago o nictálope muy listo y rebañiego. Sabe cómo moverse y adonde tiene la querencia
hasta el punto de que visitan de madrugada los contenedores de basura de las
ciudades, a sabiendas de que hay veda y que allí no pueden ser molestados por
los cazadores con sus jaurías de podencos.
Con movimientos impetuosos avanza monte arriba
tenazmente, sirviéndose de su afilado hocico y de sus poderosos colmillos los
cuales le sirven de antena, como sistema de navegación abriendo brecha. Aunque
ve muy mal, está superdotado de un gran olfato con el que ventea a sus presas.
Se le creyó en la antigüedad que esos dos cuernos que le nacían en el morro
curaban la impotencia sexual masculina, como los del rinoceronte, siendo muy
apreciados.
El celo les dura de noviembre a marzo; las hembras
paren dos incluso tres veces por año
lechigadas de hasta doce jabatos.
Pueden concebir de antemano las gorrinas a los quince
meses.
El macho alfa consigue patente de apareamiento
peleando con sus rivales y monta y deja preñadas a las numerosas hembras de su
tropel. Es rebañiego ya digo y nunca va solo sino en cuadrilla.
El colmillo retorcido característico del verraco
salvaje, sus dentelladas y golpes son certeros
—cerdo alunado o puerco padre
al que los dientes se le forman como una media luna— es lo que le distingue del
cerdo doméstico. Con esos caninos rasga las carnes de sus presas. Muy voraz y
omnívoro se alimenta de carroñas inclusive, a decir de los entendidos.
En una apartada aldea de este concejo se le ha visto
saltar las tapias de un cementerio y escarbando en una sepultura devorar el
cadáver de un paisano que acababa de ser sepultado.
A la Metida la finca donde paso temporadas acude una
cerda con sus rayones de anochecido. El otro día me topé con la piara cuando
bajaba a tirar la basura, ¡menudo susto¡
Enchufé al verraco con mi farol y salieron de
estampida detrás todos los miembros de la familia.
En algunas partes de España están adquiriendo una mala
fama que no le corresponde: el jabalí animal prehistórico y su cabeza apepinada
ilustra los motivos heráldicos y blasones de algunas casas solariegas de
Asturias, Galicia y Cantabria.
Por todo el norte salían—por costumbre del tiempo
invernal— las partidas de los señores con sus lebreles para dar la batida a la
caza del “gochu”.
Constituyó la
presa más codiciada de los monteros medievales y su carne algo agraz y montisca
la sirven en restaurantes asturianos como plato del día.
Sin ir más lejos días antes de Nochebuena, por poco
apaño una cólico por la ingestión de estofado de “mortecino”, del súrido, que
estaba un poco indigesto, dentro del menú a base de fabada, guiso de jabalí,
arroz con leche, pan de borona, y una botella de peleón, ocho euros, en el
mesón del Alto el Praviano.
Tambien se dice del puerco salvaje, al igual que del
gocho, que del mismo están buenos hasta los andares pero no he visto nunca
adobarse sus jamones o no se tiene dello costumbre por estos pagos, ya que sus
grasas son menos suculentas que las del cerdo doméstico y saben a montuno.
Anteanoche sentí aullar a un perro. Salí a la puerta y
vino cojeando hasta la antojana una podenca. Tenía la pata destrozada. Se la
había comido el jabalí de una dentellada en su lucha cinegética.
Al chancho lo tienen miedo los galgos y los perros de
presa. Era una herida de guerra, signo cruel de la eterna batalla de la
supervivencia. ¡ Animalito!
ROMANCE DEL PRISIONERO
Se acerca florido mayo, título
para una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado
siendo valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque
los mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y
cuerpo a tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las
merdellonas, bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian
la camisa, tusonas y fregatrices, da consignas don Diarrea el de la voz gorda,
corren por la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna
paradoja, el personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas
andan las comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero.
Siempre vivimos emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:
"Que por mayo era por mayo/
cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y
cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de
día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al
albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá"
Oigo el crujir de las cadenas. El
estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila.
Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a
muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que
piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos
escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y
tales desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son
duros de oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se
cabrean. Se rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta.
Hay mal ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero
este hombre en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los
otros andan sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?,
yo me mato por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros
blanqueados? ¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!
- Mientras dure, Ejusmodi....
- Sé por donde vas, Verumtamen
pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la
verdad y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos
de hoy ahora desconozcan el romancero. Eso sí; les atiborran la cabeza de
documentos de gestión y del bizantinismo puro y duro que manda en pagina. Anda
los tiempos muy alterados con esto de la política.
Serán carne de cañón o usuarios
del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta.
Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río
de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de
los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo
convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la obra
que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos muertos.
Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de presos" y otra
Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no llores no llores que yo
no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro. El sufrido pueblo es
sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y arbitrariedades. Aquí por menos
de un ardite te meten en cintura y acabas arrastrando cadenas entre bretes y
grilletes. Dios no lo permita. A veces la cárcel ha sido morada pasajera de
todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en la trena los mediocres? Pues no.
Más bien no. Y los machacantes del esbirro siempre hicieron carrera. Déme usted
un cigarro. Ese pensamiento se me atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos
unos a otros. Hay por ahí esparcida mucha madera de inquisidor y la red es el
tornavoz de mucho escritor diletante y deprimido. Se observa al personal pero
con eso no hay cuenta, Verumtamen. El arte de contar es la maula de fingir. Uno
parece que está detallando su autobiografía y lo que está haciendo es atisbar
la reacción del otro por un ventanuco. Buena orina, buen color y tres higas al
doctor. Ponemos en pepitoria un corte de manga y parece que acabamos de dejar
nuestra alma descubierta y sangrante entre las zarzas. Qué va. Solo es un
truco. Escribir es seducir y hasta cierto punto engañar contando mentiras
piadosas, En todo escritor subyace un buen impostor. Bonita forma de hacer
tururú. No me vengas con monsergas. No me gusta Voltaire pero tiene algunas
máximas aprovechables como cuando espetara que las palabras se esgrimen para
ocultar los pensamientos. Sirven para esquivar los golpes y son coselete en la
taleguilla para burlar los derrotes de mihuras astifinos que corretean por el
albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo piensa y ayudadme zancas que
en esta vida todas son maulas. ¿Entonces escribes para hacer tururú? A veces.
Nada más razonable que un corte de manga a tiempo. Los romanos en estas
ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que llamaban la indutia.
Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado de sus personas
contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el foro. Eso, los
senadores que los militares portaban el gladium y a ellos no les escupían, por
si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a la primera de
cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse contra el relente
de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una semana. Y con ellas
se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o gladiadores. Roma y
la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma quiere. Panem et
circenses. Así no murmuraban ni entraban en contubernios contra el emperador.
Hoy Cesar tiene mucho más poder y muchos más recursos, como el control de la
información, pero sigue aplicando la formula de Panem et circenses, alguna
bacanal de vez en cuando y como ya no hay infierno desde el tornavoz eléctrico
se previene a las mases contra la crasitud o contra los malos hábitos que
pueden dar cáncer y es así que todo está atado y bien atado hasta la próxima
bomba. Cada vez que bajo las escalerillas del intercambiador me entra casi un
miedo pánico. Los de Alicaída merodean Madrid. Quieren reconquistar Andalucía. ¿Van
de farol? es lo que dicen los papeles, chico y aquí todos que no les llega la
camisa al cuerpo. Papá no fumes. Papá ven en tren. Con Iberia ya habría llegado
pero para que tomar tantas precauciones y andarse con tantos remilgos si
cualquier día de estos disparan la "catapulta" y todos volamos por
los aires. El destino está escrito en las estrellas; es inexorable y las balas
cuando vienen llevan tu nombre y dirección, te llegan y hay que abrir el sobre,
lo decía un capitán mío de cuartel. En el peor de los casos te matan. Y en el
mejor, es un tiro de suerte. La gente como anda bastante desinformada y no se
preocupa se merece lo que le pasa y le va a pasar por burra. Y de
desagradecidos está el mundo lleno. Y de dureza de corazón. Que algunos parece
que lo tienen de hierro. Cuando yo llegué de Nueva York después de haberme
partido el pecho por mi país con razón y sin ella fui recibido con un gracias
por los servicios prestados y ale usted es uno de tantos, la gente va a su
rollo, es insensible para vibrar ante las issues del patriotismo como pasa en
Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un poco como aquellos
soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de resistir diez meses en
un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después de pasar gurruminas, se
preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los pobres sorches se sintieron
desolados ante esta incomprensión de la retaguardia ellos que se estuvieron
batiendo el cobre en la vanguardia. No sabe interpretar la actualidad que es
tan críptica aun a fuer de apariencia inocente pero los hechos no son tan
inocentes. La actualidad según esto se desarrolla con arreglo a un plan
previamente diseñado en el encerado por el amigo de la batuta, el gran cofrade
mayor corre turnos. Claro para eso hicimos, Ejusmodi, usted y yo la mili en los
servicios secretos. ¿En el SIM? A tanto no llego. ¿En los servicios de Carrero?
Pero estuve en el punto de mira de aquellos pelmas. Como espías fueron un
desastre porque aparte de que mataron al zángano de la colmena, abejas rábidas,
luego no estuvieron dando una a derechas. Que si 20N que si 23F que si 11M. Les
han metido todos los goles. Bueno eso es un supuesto. ¿No será que aparentaron
que se la dejaban meter doblada? También es muy cierto eso. Para sobrevivir hay
que hacer como que no te enteras. Si no quieres acabar cantando el romance del
prisionero. Todos a la trena. Paso. Vayamos paso y por parte. Escarbe. Haga
memoria. Navegamos ya en aguas válidas. El tiempo anda un poco revuelto. Para
esta época vienen fenomenal los cocimientos de genciana. Pueden ayudar a
algunos a combatir la depresión. A resultas del gran montaje los destajeros del
rumor, la columna inane, llevan chismes al Procurador.
- ¿Cómo se llama ese señor?
- Don Ahímelasdentodas
Pues vale pero no cante usted muy
alto ese bello romance no vaya a despertar usted a los carceleros que son
legión aunque no lo parezca en esta época de derechos humanos hay manga ancha
para algunas cosas pero para otras cosas que uno considera leves o un simple
ejercicio de la libertad de expresión son implacables y si las dices puedes
acabar en la trena. De hecho no somos muy libres. El andamiaje está montado
sobre las varas de medir y las vigas del miedo. Llama a seguridad. Que vengan
los lictores. Y es con el látigo del terror con el que se tiene dominados a los
pueblos. Es por esto por lo que se les ha declarado la guerra a las ideas y
pensar por tu cuenta puede ser un delito. No. No quiero cantar las tristes
estrofas del romance del prisionero que yo recuerdo haber oído interpretar a
algún rabelista que se acercaba al baile en las fiestas de mi pueblo.
A buen entendedor..
¿Cuál es entonces la solución?
Fray Jarro
Domingo, 15 de abril de 2007
VUELVO A COMILLAS DESPUES DE 57
AÑOS
COMILLAS
Regreso
a la que fue mi casa durante el curso 59-60 alumno de 5ª de retórico. Me
emociono al recordar cuando subí pro primera vez la cuesta la Cardosa y
Aramburu el hermano de ese vasco que ha publicado un libro sobre ETA me
presentó al padre Mayor una sabiduría en letras grecolatinas. Nadie se baña dos
veces en el mismo río. Ha corrido el agua y hay que contar muchas mareas y
bastantes resacas alguna galerna desde aquella tarde de otoño hasta este ocaso
de primavera donde me presenté con mi esposa. Las inmobiliarias han convertido
el viejo pueblo pesquero de comillas en lugar irreconocible. Nos perdemos por
los recovecos callejones hasta dar con la subida a la Cardosa. Pago dos euros a
un ostiario asturiano y parece que se me aparece el P. Heras aquel maestrillo
que tanto me ayudó en mis dificultades. Para mí un verdadero hijo de san
Ignacio. Era de Aranda y me horroriza el recuerdo de otras cosas como por
ejemplo el padre Eguillor mortificándome con sus alegatos de que era un inepto
(cuantas noche las pasé llorando oculto el rostro entre las mantas), la visita
de mi pobre padre unas navidades, el paquete que me mandaron de casa que se
perdió en la rectoral y a un muchacho que era de Potes lavándose los dientes
postizos en la fontana de las camarillas. Aquel muchacho que me enseñó fotos
del guerrillero Juanín muerto por la guardia civil y decía que su padre estaba
en la cárcel por rojo se ha convertido hoy en el oráculo de la sección
religiosa del diario El País. le
temen los de la conferencia episcopal porque casca verdades de apuño. Tanta
belleza de aquellas montañas y las lecturas de Pereda, Cela y Palacio Valdés me
inclinaron por los caminos de la palabra y la literatura. En realidad yo lo que
querría ser era cura y, en cualquier caso, sígolo siendo porque el amor a la
belleza del cristianismo y a el estudio en libertad morirá conmigo y viva el
Betis manque pierda. Aquellos años imprimieron carácter y yo sigo acerrimo en
la partida de los Sin Camino de
Castillo Puche embebidos por el viento de profecía. Los presagios se han
cumplido. Comillas es un caserón vacío que quieren habilitar para no sé que el
seminario mayor porque el menor está en ruinas. Las ramas de un humero (aliso
de tupida barba) se asomaban por la ventana del refectorio donde nos daban
sopas con honda en aquellos desayunos conventuales calderadas de leche en
polvo. Todas esas ideas que revelo en mi novela "Seminario Vacío". Los pecados mortales de la Iglesia".
Amamos mucho a esta iglesia peregrina en la tierra y ella nos hizo la cobra,
pero a una madre se la quiere por más que nos maltrate y se haya comportado con
nosotros los ex de una manera cruel. Viva el Betis manque pierda. Ya digo.
SAN ISIDORO CARTAS
Me veo acosado por tropel de
encontrados pensamientos y san Isidoro me dice en una de sus cartas a san
Braulio que las aflicciones que tenemos son un regalo de Dios para
purificarnos. El Señor permite el mal. “si enfermas, si padeces dolencias
del cuerpo, si eres atormentado por el aguijón de la concupiscencia, si te
hostiga la angustia y el corporal malestar, piensa que es un regalo que te hace
la divina justicia… piensa que todo lo de este mundo pasa, nada permanece… es
imposible que siendo hombre no sientas angustia pero nadie experimente el mal
perpetuamente no hay nadie que en esta vida no suspire . El que nace comienza a
vivir llorando y llorando somos lanzados de esta vida miserable”.
Estos lamentos del alma pecadora
desperdigados por sus epístolas a sus diáconos Maurencio y Verecundo a su
hermano el obispo Eugenio y a su hermana Florentina desarbolan toda la teología
del “buenismo” en curso del actual pontífice.
Muchos olvidaron, mirando a la tierra
y desdeñando al cielo y a la vida futura, que la existencia humana tan efímera
es una senda de abrojos y que nuestro destino se enmarca en la imitación de
Cristo crucificado.
Esta renuncia a la cruz a cambio
del poder y la gloria terrenal fue un pecado de los eclesiásticos de todos los
tiempos pero se hizo ahora poderosísimo. Isidoro era un godo legítimo súbdito
del rey Sisebuto que derrotó a los alanos y expulsó a los suevos a las montañas
de Asturias y Galicia:
“Los pueblos góticos son por
naturaleza constantes, prontos de ingenio, de grandes arrestos corporales y de
estatura prócer, magníficos en el atuendo y en sus gestos, prontos al combate y
duros en soportar sus heridas e insignes pos sus victorias que sometieron al
yugo romano a su servidumbre” escribe este gran polígrafo cristiano cuya
obra la España actual casi desconoce. Nos informa que están relacionados con
los escitas del septentrión y vienen de una rama de los getas, pueblos
bárbaros integrantes de las tribus suecas y eslavas.
Tito Livio llamaba a esta parte
del mundo que se extiende del polo a los Urales “oficina gentium”
(hormiguero de los pueblos) los cuales, cruzado el Danubio invaden las Galias y
escalando los Pirineos llegan hasta la península ibérica. Fija la fecha del 624
con la abjuración de Recaredo de la fe arriana una nueva era para la historia
de España. Su memorable canto a nuestra patria sólo fue cooperado por los
loores y piropos de Alfonso X el Sabio. El canto isidoriano a nuestra patria
reza así:
“Eres, ¡Oh España!, la tierra
más hermosa de todas las naciones que se extienden desde occidente a la india
tierra bendita y siempre feliz en tus príncipes, madre de muchos pueblos la
reina de todas las provincias del imperio romano pues de ti reciben la luz
oriente y occidente. Honra y prez de todo el orbe eres la porción más alegre
del globo. En tu tierra florece alegre y campea exuberante la fecundidad
gloriuosa del godo”
Este hombre sabía de todo. Fue
cosmógrafo, historiador, lapidario o conocedor de las propiedades de las
piedras preciosas piedras preciosas iniciado en la sabiduría oculta de los
maniqueos. También, amen de teólogo y conocedor de la Biblia, geógrafo. Estudia
la carrera del sol y la luna escribiendo un tratado de filosofía natural “Librillo
de la naturaleza de las cosas” que dedica al rey Sisebuto y donde habla de
los 28 estados lunares e incluso de los eclipses de sol. Que sirve de glosa a
infinidad de centones durante la edad media. Demuestra que la santidad no está
reñida con la ciencia porque todo lo creado es un pálido reflejo de la
sabiduría del Creador.
EL PATRIOTISMO DE CAJAL
Vamos a trompa y talega camino
del desastre. Un cursi hubiera usurpado el tópico a García Márquez con lo de
crónica de una muerte anunciada etc., a qué tanto auto bombo después del boom y
el bumbum machen cuando todos sabíamos que es un genio a cañonazos y un
novelista a palos poliantea tropical y mucha verborrea como esos bellezones del
culebrón que dicen mi amor garlan y garlan y cuento y no acabo sobre esos
emplastos de las telenovelas. Pues por eso mismo los hay devotos de San Sandio
que no dejan de menear el incensario y darle al botafumeiro troleros sin
fortuna y se aprueba la moción. Ya digo que no es para tanto. ¡Viva Cai!
A mí nunca me gustó la prensa del
colorín pero cuando nos penaron al silencio exules filiae Evae metecos en
nuestra propia patria y condenados al ostracismo interior me agarraba la Pentax
y me iba a Barajas. Logré captar algunas caras de la fama en tránsito. Las
estaciones de RENFE y los aeropuertos siempre fueron lugares para ver quien
sube y quien baja barzoneando por los andenes. A pasar el rato. Y ahora cuando
subo a León me encuentro a los jubilatas en la sala de espera de la estación de
autobuses de Villalpando una especie de Venta de Baños de la red viaria hacia
Galicia y Portugal Asturias y Cantabria mano sobre mano. Todos somos almas en
pena y esto no es más que un lugar de tránsito. Viendo quien sube y quien baja
espantas la depresión. Y yo recuerdo a primeros de los ochenta ver a la llegar
de Miami con la cara despeinada y acudiendo a recibirla su niña Rocíito y Pedro
Carrasco. Un par de fotos y me largué. La chipionera empezaba a
"vender" pero yo nunca pude ni siquiera sospechar de que el trío
aquel iba a figurar en el candelero de la popularidad (el ex boxeador, la
folklórica, y la nena que se iba a casar con un guardia civil etc.). Meterme en
vidas ajenas siempre me sentó fatal. Profesionalmente me siento un poco en la
cresta de la ola del estatuto prostituto. Nunca me incliné por ese periodismo
de bulevar y "low brows". Hay gente que no es merecedora de que le
hagas una entrevista pero excitan el morbo nacional y yo pienso que esa
curiosidad malsana es una de las causas de nuestra decadencia.
El famoseo inmundo nada tiene que
ver con la celebridad. Don Ramón y Cajal hubiera sido uno de los españoles que
me hubiera gustado llevarme a las teclas. He leído casi todos sus libros y de
mi biografía me entusiasma aquella época en que fue médico militar en Cuba y
que renunció un par de años después del desastre al título de doctor Honoria
Causa que le brindara la universidad de Chicago llevado por el patriotismo.
Nunca pudo perdonar a los yanquis la judiada del Maine y además decían que era
algo germanófilo.
El histólogo fue para mí el verdadero
héroe del 98, el prototipo de militar y hombre de ciencia y de letras que trata
de alejarse del légamo y la política y todos esos cilancos sucios de la vida
nacional para encerarse en su laboratorio y desde la soledad de la torre de
marfil tentar a las musas sin profanar jamás el sueño del silencioso templo de
Minerva. La adustez y gravedad del rostro de este aragonés contrasta con el
histrionismo de máscara de nuestros famosos y nuestros políticos de plazoleta.
Vociferantes contorsionistas y saltimbanquis en el ágora.
Lo que nos pasa y ese es el
síndrome de la modernidad o debe de serlo que confundimos fama con celebridad.
En mala hora se le ocurrió a don Emilio Romero hace ya bastantes años instituir
aquellos premios de la F de Famoso. A mí no me dieron ninguno ni falta que hace
pero fui con unos a Avilés con la cla viajando en coche cama invitado por Muro
de Zaro el creador de ENSIDESA y madre mía qué recuerdos sólo de pensarlo se me
alborotan las pajarillas. Nunca volvía a catar vino como aquél ni a comer
aquellas fabes con almejas que nos deparó nuestro anfitrión. Después de
relamerse unas habas con almejas de aquel calado ya puede uno morir tranquilo
que dice un refrán de por las brañas.
Premios Naranja y Premios Limón.
Efe de famosos y de famosillos. En todo ese mundo de premiados y agasajados se
instalaba el pensamiento poltrón del peor de los franquismos. La ley del mínimo
esfuerzo. Y ha salido tele radio oiga. Se hacían llamar rojos y eran más fachas
que las águilas del lábaro romano. Los vi viajar de compras a Londres en vuelos
charter donde empezó toda esta movida. Iban a Selfridge y a Harrods a comprarle
las bragas a sus queridas. Veníamos del aeropuerto Heathrow camino de la city.
Rosón fumaba como un carretero y una vez Cebrián y él que le venía acompañando
me dejaron a la puerta de mi piso en roland Gardens y todavía le estoy
agradeciendo aquel favor a mi colega pues había cogido con lo del miedo a volar
y entonces no había tantas restricciones una media tajada.
Juan Luis sea lo que fuere es un
caballero y una buena persona ni quita lo uno para lo otro. Igual que su padre
Vicente al que debo muchas cosas. Ya digo viajaba mucho con Rosón a Londres.
Iban de bomberos o no sé si calefactores del consenso. Se alzaba el telón. Era
un constante ir y venir una ininterrumpida peregrinación a la Meca de la
democracia. Yo ya desde entonces pues soy siempre díscolo y difidente también
disidente hacía no con la cabeza cuando sobrevolábamos las Vascongadas. Esos de
ahí abajo nos van a dar un susto cualquier día. Con el apoyo de los ingleses
quieren la independencia. Rosón como buen gallego no dijo ni sí ni no. Sólo que
qué se yo.
Y ahí tenemos ahora a Otegi que
se da aires de primer ministro. Todos quieren mandar Ibarrere, Imaz, Egibar,
Chavez, el Rovireche. Se abrió la veda y tanto cantonalismo nos va a deparar
las oposiciones a virreinatos vailías taifas sillas curules y demás
garambainas. Seguimos en las mismas. Aquí todo el mundo como con Franco quiere
salir en la foto disfrazado de gobernador civil. De Polanco don Jesús del Gran
Poder caudillo mediático por la gracia de Dios a Franco no hay más que un paso.
Creo que si me vaga y si la venia me dan hasta yo podría contraerles la
historia de la mayor metamorfosis que vieron los siglos. Cómo Pyresa bajo la
égida mágica de una varita de virtudes misteriosa se transformó en Prisa.
Salimos del no te jode y entramos en nos ha jodío. ¡Qué jodíos! Nihil novum sub
sole. Todo es un poco como deja vu.
Le canté pues yo veía la que se
nos echaba encima las cuarenta a don Manuel y me quiso echar de la
corresponsalía. Pero por sus obras los conoceréis. Ahí está. Más tieso y
carcamal que la puerta de Alcalá. Cuando le dicen algo, llora lágrimas de
Baoabdil el chico. Así que no me vengan con historias. Esto es el apéndice de
todo aquello. Polanco lo controla como lo controlaba Franco. Es una mimesis
pero al revés pero la gente no se entera. Yo voy a lo mío.
De padres gatitos hijos michines
y de aquellos polvos estos lodos. En la primera Gran Traición nos enseñamos
todos los dientes tanteándonos el bulto y dejamos el agua correr pero no lució
el brillo frío de los alfanjes ni picaron a la puerta sin ser el lechero el que
venía al amanecer. En esta segunda la cosa parece que va más en serio y puede
pasar de todo porque este pueblo es imprevisible aunque, quiá, aquí mientras el
personal tenga la andorga ahíta seguirá haciendo el rácano y el camaleón.
Échame pan y llámame perro. Nos van a sacar los mansos pero como el personal
aquí es muy pastueño y acomodaticio oye no te pases le gusta que le pastoree.
Con toda seguridad y es la definitiva. Creo que nos va la marcha cantidad. Así
que menos quejarse. Vivir en la cultura de la queja y reventar como el lagarto
de Jaén todo uno y aquí es lo que les va a pasar a muchos. Que se van a quedar
con la ficha en la mano y sus credenciales de haber sentado plaza y estar en
nómina. La raposa cuando entra en el gallinero no se anda con chiquitas ni
miramientos. Le hinca el diente al gallo lo mismo que a la pollita. Pero mal
acostumbrados a la norma del fuero, la prerrogativa y el privilegio, la
exención etc. el personal piensa que tiene bula. Eso no me va a pasar a mí no
me jodas. Pueblo más insolidario no lo habrá bajo la capa de la tierra. España
me exaspera. Yo no como se os ocurre. Yo ficho y estoy en nómina. Ahí nos las
den todas que nos las van a dar en un carrillo. Todo por mal avisado por
tardones del postfranquismo del dejarse llevar y de hablar por boca de ganso.
Hay que hablar de famosos, de toreros y de los dientes de Ronaldiño. Balones
fuera. Aquí nadie quiere coger el toro por los cuernos ni quiere que le mienten
la bicha. Los españoles tenemos la mala costumbre de crucificar a los profetas.
Vale lo del Cid que Castilla hace los hombres y los esguardamilla. Los claros
varones de Castilla como el Cid, El Gran Capitán, Colón, Cajal o la Cierva y
otros mucho luz bajo el celemín lo pasaron mal. Pero se alzan estatuas a los
dioses de barro, se canta la palinodia a las cuatro folklóricas y a las
pedorras de siempre. Se hacen monumentos a Fray Gerundio y se promulgan sesudos
artículo ensalzando la prosa y la verborrea de García Márquez y a todos los del
boom y los del bluff que siempre tuvimos la manía miope de extasiarnos con lo
de fuera no viendo adentro tres en un burro o regateando méritos al compañero
de al lado. Al amigo el culo al enemigo por el culo y al indiferente pues le
aplicamos la legislación vigente. Ja já que bien me lo paso contando estas
historias garbanceras, Es el imperativo de lo light lo que marca pauta. Nuestra
hoja de ruta.
Me aturden esas arpías de la
corrala mediática cortándole trajes a los famosos pues con estos programas
oceánicos donde birlan la honra se rompen los virgos y el colorín hace caja por
lo demás obsesionados con Ambiciones y la boda de Rocito, ahora estamos con la
convalecencia de la mamá a la que desde aquí anhelamos recuperación pronta que
yo no deseo el mal ni la muerte a nadie pero estamos hasta los mismísimos de
viajes a Houston, partes médicos y tragavirotes chupando cámara total para no
decir nada. ¡Qué cara de merluzos y sansirolés ponen esos remiendavirgos y
entrometidos que se hacen llamar jornal-listos! Y hasta hacen rueda de prensa o
comparecen en reuniones tumultuarias erizadas de micrófonos y de paparachis
recién salidos de madre y de caza. No nos dejan vivir ni tampoco nos dejarán
morir en paz esos necrófagos y necrófilas.
Y es que aquí confundimos el culo
con las témporas. Celebre por ejemplo era Ramón y Cajal – se cumple este otoño
el centenario del primer Nóbel en medicina para un español- y su patriotismo
calado, tenaz, bondoso y con un cierto sentido del humor del que está
acostumbrado a pechar con la mierda de la condición humana porque al fin y al
cabo no somos más que agua y un montón de células que se renuevan y se disparan
luego envejecen. Ìa mater. Algunos y algunas parece que no tienen nada pero eso
de la sesera bien encuadrada se lleva poco. Lo que hace falta lo que vende es
una chequera hasta los topes. Desfilar por la catasta. Contoneos. Show the flag
que dicen en la Royal Navy o lucir palmito. Cuerpos que se tragará la tierra.
No somos más que humo. ¿Incluso la Noemía Campbell? Incluso. Dentro de cien
años nadie dará un duro por sus bullarengues ahora tan deseados y bollantes.
¡Qué asco! Pero qué asco más rico. Ciertamente la única democracia que yo
conozco es la de los cementerios. Allí todos somos iguales. En la vida no. Aquí
todo es estridencia, desnivel. Paradoja y contradicción. Hagan juego.
Repantíguese en el butacón y a ver basura por televisión. A los españoles ya digo
nos va la marcha.
TIEMPO DE ROSAS Y DE CEREZAS
Antonio Parra
Pido perdón al lector. Por un lío
de epactas y debido a que tanto la fiesta de la Ascensión como la del Corpus
Christi de los jueves que relucían más que el sol han pasado al domingo me hice
también un embrollo entre el calendario juliano y gregoriano que en el año 2007
ofrecen fiestas coincidentes y la Bozneschenie (Ascensión) cuadraba con nuestra
fiesta pero los ortodoxos rusos, y cuyo santoral trato de seguir a través de
Radio Blago, una emisora ortodoxa situada en un monasterio (oraciones y salmos,
pláticas, hermosa liturgia, las 24 horas del día, gracias, Jesús mío, que
sigues presente en la historia a través de este instrumento maravilloso que es
el microprocesador Word) lo festejan un miércoles. Gracias también a Paloma
Gómez Tablas y mi admirado Miguel Ángel García Brera y el otro amable señor por
recordarme el error. No creo que tenga por otro lado mayor importancia. In
ascensione Domini, pues, Y ¿varones galileos qué miráis ahí como pasmadotes?
Viri galilei, quid adspicitis in caelum? Cristo se fue al Padre. Aquel al que
visteis subir al cielo del mismo modo volverá al fin de los tiempos. Se consuma
de esta forma la promesa mesiánica. Desde entonces los creyentes nos hemos
pasado la vida mirando al Cielo, resignados. Porque creemos en lo perfecto y
vivimos en un mundo imperfecto. Es la fiesta que seguía a la de las letanías.
Esto es las Rogativas. Cristo se va y deja un campo florido. Sus pies y sus
manos llagados de cuerpo glorioso bendicen la tierra. En España ya es
primavera..
El pasado domingo fui a misa a la
catedral de Oviedo y acabo de regresar a Madrid. Allí sigue siendo una gran
fiesta, tambor y gaita y danza prima a la salida de misa. Danzantes a toda
mecha y humor y jovialidad. Esa jovialidad ovetense no la ofrece ninguna otra
ciudad española, o al menos así lo creo yo ¿No era el corpus? Le dije a mi
santa cuando predicaba el cura su sermón muy de circunstancias. ¿Dónde tienes
la cabeza de melón? Hoy celebramos la Ascensión. Pues ciertos son los toros..
Que a veces uno tiene que estar al santo y a la limosna y se nos va el santo al
cielo con esto de las nuevas rúbricas del misal, bueno ya no hay misal en
realidad.
Los que ya hemos sumado algunos
años acusamos más que nadie estas inconsistencias en las fiestas móviles. En
Oviedo cayeron toda la jornada chuzos de punta. La meteorología, adusta, hasta
parece que protestaba por el cambio de horario. Domingo de orballo y borrina
pero el campo astur estaba hermoso en sus nueves matices de verde. Y las
mocinas de Oviedo que guapes son, Dios. Y la copla seguía sonando al husmo del
refrán meteorológico. "Por la Ascensión, rosas en Oviedo y cerezas en
León"
Todos recordamos este día nuestra
primera comunión, el alborozo de las campanas. En España se solía comulgar en
esa fecha y creo que se sigue haciendo gracias a Dios aunque seamos más laicos
qué se le va a hacer pero ¿no tendrán la culpa los curas por haber renunciado a
una tradición milenaria con tanta alacridad?
En este día gozoso y triunfal no
se puede por menos de recordar la elegía de Fray Luis de León en su oda ¿Y
dejas, Pastor Santo? Cristo triunfa sobre la muerte y se va al cielo a
prepararnos la morada del Tabor. Es el premio al dolor de la cruz. Y nos deja
la potestad de curar, de hablar y escribir lenguas – a muchos no les afecta
porque siguen siendo tontos en tres idiomas- y de arrojar demonios y de domar
serpientes. Se consolida la Parusía y el Espíritu pentecostal que sopla cuando
quiere y como quiere. Hoy cantando esta misa me he sentido con más fuerzas, más
creyente. El bautismo nos vuelve inmunes contra la picadura del escorpión y del
basilisco. ¿Y las serpientes? Que repten. Que arrastren sus inmundas panzas
sobre la tierra. Varones galileos ¿qué andáis mirando ahí al cielo? Estamos
curados de espanto. El Salvador nos legó la triaca que contra la picadura de la
víbora y de las lenguas venenosas nos vuelve indemnes.
El evangelio de esta fiesta era
uno de los más hermosos del año: "Estos signos serán de los que me sigan:
en mi nombre lanzarán demonios, domarán serpientes, hablarán múltiples lenguas
y si algún veneno bebieren no les hará daño. Sobre los enfermos e impedidos
impondrán las manos y sanarán".
En mi pueblo se denominaba el
jueves de la ascensión el Día del Bien. Seguramente por aquel "et bene
habebunt" que nos promete el Maestro de Justicia y de Misericordia en el
evangelio de Marcos. Las abuelas castellanas hacían el tradicional hornazo a
base de rosquillas de palo que se repartían por las casas. Se condimentaban con
unas hierbas recién nacidas, hinojosas y gencianas- en las parameras por esta
época que aliviaban el vientre y curaban la opilación. Así que Xto. se va al
cielo pero nos deja a buen recaudo. Todo atado y bien atado. No tengáis miedo.
A tanto malvado y malvada pero no es que sean malos es que son gilipollas Él es
más fuerte que la muerte y la enfermedad. La ascensión es su apoteosis. El
colofón a la resurrección lo que vuelve a nuestra religión – practicada por
nosotros hombres de poca fe y pecadores- invencible y superior. Por eso, nos
atacan con tanto saña y denuedo. Pero en un plan teológico por lo que toca a
los novísimos no hay color ni comparanza con el catolicismo. Nuestra religión
es perfecta.
Las fuerzas oscuras no dejan de
colocar chinas en el zapato y una de ellas es esta confusión de fiestas y de
epactas, ese miedo que ha demostrado la jerarquía a salir en defensa de su fe,
esa contemporización con el mundo y con los ámbitos de acoso y derribo a la
gran catedral. Me alegro haber cometido este gazapo para demostrar a quien
corresponda que el traspaso de dos de los grandes jueves del año, Ascensión y
Corpus, para muchos fieles católicos de nuestra querida España es piedra de
escándalo. ¿Y dejas pastor santo tu grey en este valle profundo? Quizá el otro
día por eso en Oviedo y en León llovía a cantaros. Pero las cerezas y las rosas
estaban ya en sus cestillos como todos los años. Colige, virgo rosas. Qué solos
nos dejas, Señor, pero qué confortados. Pasó ya la Ascensión pero nos queda su
octava. Gozoso tiempo de cerezas y rosas y de primeras comuniones.
Domingo, 20 de mayo de 2007
VALDESIMONTE
Bajábamos al refectorio
hambrientos después de las preces la misa conventual y los puntos de la noche
anterior en que nos obligaban a meditar en la muerte. Silencio sepulcral. Sólo
se escuchaba el entrechocar de los cubiertos y el borbotar de las cafeteras
humeantes y maternales que servían en calderos por las mesas alinedas los
semaneros. El presidente se sentaba en la consola circular preferente que
llamábamos “rostrum” y el prefecto se paseaba por las aleas del comedor mirada
en ristre y un breviario de piel rusia y cantos de oro bajo el brazo.
Era don Marciano Monroy un clérigo
elegante que vestía sotanas entalladas de cachemir y olía a agua de colonia.
Usaba loción “Varón Dandy”.
Tenía la boca pequeña y la mano
lista para repartir cachetes a los rezagados los desaliñados los “díscolos e
incorregibles” según el reglamento. Con él de vigilante no había que salirse de
la fila.
Podías comulgar sin ir a
misa.
Por menos de nada te caía una
“hostia” de la mano regordeta del prefecto.
De vez en cuando se metía
por medio de las ternas y corría la baqueta. Zas. Fuego a discreción. Había
sido don Marciano capellán castrense de un barco de la marina de guerra que se
llamaba el “Furor” y de los sargentos había aprendido aquella odiosa técnica de
sacudir el polvo a los educandos. La letra con sangre entra.
Creía nuestro prefecto que
todo en esta vida se arregla con un buen sopapo. Nos tenía a los trescientos y
picos tíos que integrábamos el seminario menor derechos como velas. Zas.
—Pero si no hice nada, don
Mariano.
—Pórtate bien te dije.
Y al que protestaba volvía a
solmenarlo de refez.
Tenía una mano gruesa de cavador,
de Valladolid, y cuando te daba con lo gordo hacía daño. Pero olía a buen
tabaco y a agua de colonia.
Sus cigarrillos americanos
Winston, Chester, Camel, sahumaban de perfume los pasillos de los tránsitos.
Porque hedía un poco a montuno en todo el seminario.
Así, purificamos el ambiente,
alegaba don Marciano.
Entonces, el lector de
semana se subía al púlpito y declamaba la página del martirologio romano que
correspondía a los santos del día, con el brío y el entusiasmo del pregón
pascual.
El mejor de todos los que leían en
aquel seminario de postguerra era un alumno pequeñito de quinto al que apenas
se le veía sólo la cabeza porque era muy corto de estatura. Le llamaban rompetechos
pero andando el tiempo llegaría a ser un predicador de campanillas.
Tenía una voz poderosa y una
dicción perfecta. Era de un pueblo que llaman Valdesimonte.
No se me olvidaría aquel lector,
que consiguió cantar misa, uno de los pocos, y aprobaría las oposiciones a
canonjías. El cabildo le nombró deán de la catedral de Segovia.
Sus lecturas matinales al igual
que las novelas de Emilio Salgari que leería con una exactitud pasmosa, lo
vivía, y a través de su voz que escuchábamos, embaídos, vivíamos las aventuras
de los mares del sur y la muerte gloriosa y violenta de los casi un millón de
mártires que tuvo la iglesia en las nueve persecuciones acometidas por los
nueves cesares contra los cristianos.
Nos aprendíamos no solo el
santoral nombres y hazañas increíbles sino también lugares de una toponimia que
despertó nuestra imaginación: Bitinia, Treveris, Cilicia, Capadocia, Numidia,
Siria donde se derramó antes que en ninguna otra nación la sangre por Cristo,
etc.
Valdesimonte solía terminar su
alocución con esta coletilla que traían todos los menologios con un lacónico “Y
en otras partes otros muchos santos mártires confesores y santas vírgenes”.
Entonces don Marciano daba una palmada y empezábamos a desayunar: tostadas con
mantequilla y café con leche en polvo, un regalo de los americanos.
A unos los despellejaron vivos a
otras las cortaron los senos, a otros las orejas o les arrojaron a piscinas de
agua hirviendo, los tiraron al Tiber, o estiraron sus miembros hasta
descoyuntarlos en el ecúleo. A todos se les pedía lo mismo que tributasen
honores al emperador pero ellos se negaban en redondo a quemar incienso en
honor del cesar.
Con habilidad textual los autores
de las actas de los mártires casi increíbles por su valor solían ahorrar al
lector los momentos escabrosos de la tortura por ejemplo a santa Justa y Rufina
dos vestales sevillanas la palma del martirio la obtuvieron después de que el
verdugo “se las pasase por la piedra”. El derecho romano prohibía asesinar a
las vestales. Biografías increíbles lugares lejanos y yo me seguía preguntando,
Señor, por qué. Nos quedábamos a dos velas.
El más sanguinario fue Nerón
que mandó iluminar Roma con los cuerpos de los seguidores del Cordero recamados
de pez y convertidos en antorchas. Aquel emperador algo cegato y mal poeta que
mató a su esposa Popea de un puñadazo del que abortó y luego se enamoró del
efebo Spiro cuyo rostro adolescente le recordaba al de Popea hizo castrarlo y
le escribía versos de amor.
Los seguidores del Nazareno eran
considerados como una secta del judaísmo. La arena del circo máximo y del
anfiteatro se purificó con la sangre de Barbaras, Octavias, Macrinas,
Sinforosas Emerencianas Tarsilas muchas de ellas madres de familia, otras que
desempeñaban el oficio más antiguo del mundo en los barrios bajos de Roma
Nápoles o Pompeya, pero entraron en el cielo empuñando la palma del martirio y
sus nombres fueron registrados con letras de oro en el Libro de la Vida.
Sus estatuas llenaron las
hornacinas de los templos y se convirtieron en los nuevos dioses familiares de
la cristiandad que aquí cada santo siempre tuvo su octava y cada fiesta su
triduo.
El judaísmo nunca estuvo más
cerca del cristianismo que entonces y como bien dijo Tertuliano la sangre de
los mártires fue semilla de cristianos. Y al destruir las legiones de
Vespasiano la ciudad santa de Jerusalén que pasó a llamarse Aelia Capitolina
empezó la gran diáspora.
El largo camino por tierras ajenas
que será nuestro destino junto con la protesta y la rebelión a los dioses
convencionales echó a andar por la historia.
No se olvide que somos elegidos
para el dolor y para dar testimonio de Su Nombre. El judío nunca adorará por
tanto a falsas deidades incluso aunque se disfracen de falsos eslóganes como de
vuelta a la tierra prometida.
Eso lo sabemos bien los que
portamos la antorcha del fuego sagrado, somos motivos de escándalo. Somos carne
de horca, lugar común de afrenta y vituperio.
Por eso la voz estentórea del de
Valdesimonte desde el pulpito del refectorio sigue resonando en mis oídos como
un aviso y como un exhorto a la esperanza, al pasmo y a la crítica. Sigo
teniéndomelas tiesas contra el tirano — los nerones y caligulas de hoy son más
sofisticados que los de los primeros siglos pero mucho más contundentes,
muchos de ellos visten sotana y cuelgan al cuello la cruz inversa— combato una
pelea sin fin.
Contra los impostores lanzo
mi grito con san Lorenzo a las propias barbas del verdugo. Dame a media vuelta
que ya está tostada esa paletilla ahora por el otro lado.
En boca de los mártires el
sarcasmo era un arma poderosa. Por ejemplo, me viene ahora a la memoria el desparpajo
con que respondían aquellos falangistas en la checa de san Anton de Madrid
cuando eran convocados a subir al camión donde serían “paseados”:
—Fulano de tal y cual
—Chapándomela— contestaba un flecha
pequeñito al que apenas le apuntaba el bozo y su clamor recorría imperioso las
galerías de aquella cárcel donde se fusilaba siempre al amanecer.
Ese menoscabo de la propia vida y
la valentía ante la muerte al tirano le saca de sus casillas.
Gloria, pues, a la santa memoria
de aquellos víctimas de lo políticamente correcto. Que no chaquetearon ni
combayaron. Por seguir a Xto fueron apaleados, fusilados y crucificados. Me río
a las propias barbas del verdugo. A mí estos esbirros me la chupan. Así que
digo con el de Valdesimonte, en loa, a los santos desconocidos y de los que
nunca sabremos el nombre:
—Y en otras muchas partes otros
muchos santos mártires, confesores, y santas vírgenes…
“Animula, vagula blandula
hospes comesque corporis”.
La vida pasa pronto como reza el
verso el verso del gran emperador Adriano que luego traducimos en las clases de
latinidad.
TRES JUEVES HAY EN EL AÑO
Tres jueves hay en el año que
relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión.
Traen auras los recuerdos de olor a romero y a tomillo calles tapizadas con
plantas aromáticas y alborozado tañer de campas cantos eucarísticos al amor de
los amores gentes apiñadas en las aceras para ver pasar al señor. La carroza
pasaba portando el blanco viril testimonio de amor y de perdón estaré con vosotros
hasta el fin de los tiempos hecho pan y convertido en vino. Cuerpo de Cristo.
No tengáis miedo. Ñie baiotsa. La frase la escucho por Internet por Radio Blago
una estación ortodoxa que emite desde un lejano monasterio ruso perdido más
allá de los Urales. ¡Caminos misteriosos! ¡Oh milagro del amor!
Porque en España este jueves del
año que relucía más que el sol es un día de diario salvo en Toledo nuestra
nueva Jerusalén. La Jerusalén española que guarda las esencias del rito
visigótico. Que siempre será católica o al menos en eso confiamos. La custodia
de Arfe asciende gloriosa por las vargas empinadas de la ciudad Imperial, baja
las cuestas, en Zocodover los cadetes de infantería le rendirán honores y se
interna por correderas misteriosas y empavesadas toldos del amor y del perdón y
un alfomar de rosas, por la Puerta del Perdón. Hosanna al hijo de David.
El corpus a los que los franceses
llamaban La Fête Dieu (la fiesta de dios) es un perpetuo domingo de ramos que
conmemora la entrada en Jerusalén. La Cruz triunfa en la historia. Extended,
pueblos, la alcatifa; que pise la tierra el ángel de bendición. Desenrollad
vuestros mantos, tended humildes vuestras zofras para que sirvan de blando
tapiz al rey de la gloria. ¿Quis est iste rex Gloriae? Dominus potens Israel,
contesta el salmista con inspiración mesiánica.
Humillad vuestras cabezas. Todo
está bien. Canta la golondrina en la enramada y por las veredas nace la flor.
No tengáis miedo. No os suma la zozobra. ¿Quién eres? Soy yo. Quo vadis,
domine? ¿Adónde vas, Señor? Voy con Vos. No conmigo, no, pero te daré tal don.
Eucaristía. Eulogía. Palabras de perdón.
Pasada la Canaleja donde Segovia
es todo un balcón que abre a sus puertas a la luz y las auras guadarrameñas,
estaban los soldados del regimiento cubriendo carrera. Firmes. Un teniente
abanderado presentaba honores. Este teniente artillero era mi padre. Los
acordes del himno nacional sonaban en la Plaza Mayor Escoltaban el cortejo el
obispo con capa magna. Un paje portaba los vuelos y aquel paje con sotana
colorada de monago era yo.
¡Oh aquel obispo rozagante! Un
santo, un verdadero santo (Daniel se llamaba, Daniel Llorente de Federico) que
vivía muy pobremente y era austero y la cara demacrada por los largos ayunos,
delgado y tieso como un huso, le recuerdo, no escatimaba el boato y el
esplendor de la liturgia en las fiestas señaladas. Su entrada en la catedral se
efectuaba al son de clarines y timbales. Un añafilero atacaba la caja y el
maestro de ceremonias, un cura gordo que se fumaba sus buenos puros en las
fiestas de guardar e invitaba a los amigos beneficiados a tostón en el
Bernardino pues venía de una casa de labranza rica de Hontanares y además le
había tocado la lotería, daba el aviso:
-Celso, toca, que ya está aquí el
obispo.
Había un trajín de sotanas en
movimiento, prisas y el volar de los faldeos de capisayos en el enlosado de las
naves del transepto, allí toda la magia y el arte del gótico tardío de Gil de
Hontañón y allá en lo alto de la nave del triforio sonreía maternal el cuadro
de la Virgen del Perpetuo Socorro. Al tomar posesión de su cátedra monseñor
Llorente (seguía el ceremonial de Toledo, según las rubricas del libro gótico,
el cantoral gordo que abría sus paginas de pergamino apoyadas sobre el facistol
del coro) y cada una de las rubricas las seguía a rajatabla, la primera mirada
era para aquella imagen.
El maestro de ceremonias le iba
señalando con un puntero de plata la oración del misal que tenía que leer o la
antífona que cantar. Su primera mirada y su primera oración era para aquella
Virgen sobre la predela catedralicia, que ocupaba casi todo el hastial sobre
los ánditos del transepto. Yo también llevo desde entonces zurcida a las
entretelas de mi corazón el dulce mirar de la Madre de Dios. Sonaban triunfales
bajo la totalidad de las cúpulas las melodías del órgano. Yo era aquel
monaguillo que en la fiesta del corpus y otras solemnidades portaba la capa
magna detrás del cortejo episcopal de empuesta al diacono con la cruz alzada y
los acólitos y turiferarios. Me halagaba que me vieran y si fijasen en mí las
vecinas. Mira el curilla qué majo.
▬ El cante misa ¿para cuando?
▬ Pronto, doña Macrina.
Esta señora era amiga íntima de
doña Patro. Eran dos solteronas que salían juntas del bracero. No se perdían
ninguna procesión, triduo ni novenario. Yo les sonreía con la capa magna del
obispo recogida en mi regazo y que abultaba más que un servidor. La Macrina y
la Patro siempre juntitas y del bracero simpáticas beatorras, pero muy tacañas
pues no se estiraban jamás cuando yo iba a llevarles la "caja" –un
san Antonio o un corazón de Jesús o la Dolorosa- que según piadosa costumbre se
iba repartiendo por las barriadas de mi parroquia de Santa Eulalia.
Todo lo más una perra chica o un
bollo cuando había casas donde me regalaban un duro o una entrada para ver una
película en el cine Cervantes. Yo no comprendía a aquellas solteronas siempre
tan juntitas, tan simpáticas, tan redichas, siempre de hábito y ceñidas con
algún cordón, a misa de doce salían con un devocionario. ¿Serían monjas? No; no
eran monjas. ¿Entonces como es que siempre estan juntas y en permanente
comunidad? Son dos bolleras, me informó una de mis primas que se enteraba de
todos los bulos que corrían por la ciudad.
No sabía lo que significaba
bolleras. Lo miré en el diccionario. Tampoco venía. Tortilleras, hombre. Ah.
Acabáramos. Pero doña Patro y doña Macrina siempre tan elegantes tan juntitas
resplandecientes como dos soles, no se metían con nadie, no dieron ningún
escándalo, todo se quedaba en casa, que parecían profesarse tierno amor. Habían
nacido la una para lo otra. Y hasta se murieron con más de noventa años casi el
mismo día.
Don Daniel pasaba con gesto
fatigoso y una sonrisa bendiciendo a la congregación. Le quedaban dos meses de
vida. Había sido un gran catequista y pedagogo. Toda la cuaresma ayunaba y
según cuentan debajo de su sotana de cachemir, de las más elegantes que
confeccionaba Zurita un sastre de Valladolid dice que los v viernes ceñía sus
carnes un cilicio y cuando murió encontraron debajo de la cama al lado del
orinal pues murió de la próstata unas disciplinas emplomadas con bolas de acero
(el gato).
Este príncipe de la Iglesia murió
en la pobreza casi. Todo lo había dado a los pobres. Era un santo y un
verdadero padre san Daniel su vida y su personalidad digna de ser talladas por
la pluma de un Gabriel Miró. Pero no escatimaba ningún lujo ni esplendor en el
servicio de la Iglesia. Por eso aquellos jueves santos en mi Segovia adorada
brillaban más que el sol.
Nunca he ido por la vida en plan
de recoge-pelotas y bien sabe Dios que nunca le tuve envidia a nadie pero me
fijo mucho. Y cuando iba en la procesión detrás del señor obispo examinaba
todos sus gestos, escuchaba todas sus frases. Y aquel Corpus de hace medio
siglo justo al posar sus cáligas (zapatos de obispo) sobre el enlosado de la
catedral donde yacían enterrados todos sus predecesores de aquella diócesis le
dijo a un fámulo:
▬Pronto estaré yo aquí con ellos.
El familiar, don Fernando
Resines, que así se llamaba el fámulo: un canónigo vigoro y muy sanguíneo, que
despertaba la admiración de las beatas por su brioso buen talle y hasta puede
que alguna estuviera enamorada de él secretamente, se revolvió como una
ardilla:
▬Señor obispo, ¿Quién piensa en
eso? Está aun para dar mucha guerra Su Ilustrísima.
Don Daniel que era un santo tuvo
aquel jueves que relucía más que el sol una premonición un aviso de su glorioso
transito. Moriría en olor de santidad tres meses más tarde aquel mismo verano
del 57. Fue la muerte del Justo. Se parecía un poco al papa reinante en aquel
tiempo Pío XII con sus lentes de concha redondos, su serena altivez de
aristócrata de la Iglesia, su calva tallada a cincel. Se sentía muy enfermo
pero a pesar de la fatiga ofició con minuciosidad el largo pontifical de casi
dos horas. Ornamentos blancos casullas recamadas de oro del siglo XV. La misa
del corpus la escribió la escribió nada menos que santo tomas de Aquino en
1264. Sonaron los himnos del Pange Lengua Gloriosa y del Tantum Ergo y la
secuencia del Lauda Sión. No fue una misa de difuntos sino de resurrección y
eso que nuestro prelado sabía que le había salido la hoja roja. Tenía el don de
profecía y el de la introspección. El bueno cuando llega la hora se alegra. Sin
embargo el malo se entristece. Mors impii- del rijoso, del envidioso del que
odia, del que se presenta con las manos vacías a la mesa de la eternidad-
pessima. Lo dice el Eclesiastés. Y en verdad la muerte del piadoso obispo fue
como una eucaristía. Su recuerdo me alienta a preservar la virtud, a perseverar
en el bien aun a sabiendas de que existe el mal. El odio y las navajas por
detrás y la sombra del mal que acecha. Nunca las tinieblas podrán soportar la
claridad. Y esas tinieblas son mis enemigas. Nada personal. Luchamos no contra
la carne y la sangre sino contra esos malos espíritus diaños del aire y de las
ondas. Corpus Christi
custodiat animam meam in vital aeternam. Es la fiesta. La apoteosis del
amor. Un amor que existe por más que no lo parezca. No tengáis miedo. Hoy, el
Corpus. Engalánese España. Es la fiesta del amor.
17/05/2007 10:41:52
ENTRONIZACIÓN DE BENEDICTO XVI,
EL PAPA QUE LA IGLESIA NECESITABA
Il Campanone repicó gordo y el
mundo en la misa de entronización del nuevo papa, Benedicto XVI, creo que ha
vivido momentos de gloria y de esperanza. La apelación a la unidad del Romano
Pontífice así como la presencia de legados del patriarcado de Moscú,
Alejandría. Antioquía, del obispo de Cantorbery y de muchas comunidades
protestantes amén del mufti de Jerusalén y de imanes de varias mezquitas, ha
abierto un pontificado que viene determinado por el signo ecuménico y una carga
de espiritualidad y de fundamento teológico que faltó a algunos predecesores,
un hecho que desde estas columnas internautas nos encargamos de apuntar con
gran escándalo de muchos que se rasgaron las vestiduras y nos tildaron de blasfemos.
A la Iglesia de Cristo, después
de un gran tiempo de dispersión y de imágenes arrolladoras le importaba
concentrarse más sobre sí misma, reagrupar filas, acercar al hombre del siglo
XXI al depósito de la fe y al mensaje del evangelio que es un comunicado de
alegría, hermandad, renuncia. Y eso sólo lo podría conseguir un habitual del
coro de Montecasino. Nápoles donde está situada la abadía sobre el valle de
Nursia que emplaza sus muros sagrados estaba de fiesta al igual que toda
Germania que ve sublimar a la cátedra de san Pedro a un bávaro - ojo que no un
prusiano como lo fue Lutero- ocupando el puesto número 265 de la lista y con un
nombre tan hermosamente limpio y de una gran tradición entre los sucesores de
san Pedro como el de Benedicto XVI. Atención que puede ser el papa de todos
poniendo a contribución toda la carne en el asador de su peso intelectual para
implementar las disposiciones del Vaticano II, sin menoscabo de que proclame un
regreso a la ortodoxia liturgia, pero siempre desde el espíritu del amor y de
la caridad, nunca desde los apriorismos y las descalificaciones gratuitas,
según la regla que siguen algunos de sus detractores que ya los empieza a tener
este hombre bendito y se han despachado a su gusto con insultos y bajezas
hirientes. Alguna prensa sobre todo la inglesa y la española me hacía pensar en
las páginas más burdas de "Fray Candil" y de la inmensa pléyade de
libelos anticlericales del siglo XIX.
Pero que nadie espere la
canonización de la sodomía, para confusión de Mr. Cobblers. El pecado nefando
es una aberración contra natura. ¡Pobrecillos! Merecen nuestra pena y nuestras
oraciones, nunca un sitial de privilegio en la Iglesia, que ha sido siempre
cosa de hombres y de mujeres entregadas a la causa del evangelio nunca a la condonación
del vicio o a una impropiedad de natura.
En cualquier caso todo esto es
adjetivo. Nada tiene que ver con la sustancia. A lo largo de estas tres o
cuatro semanas que han conmovido al mundo hemos podido constatar aquellos que
vivimos con la antena bien desplegada la mano del Espíritu Santo. La elección
de Ratzinger puede ser una de sus dádivas. El primer papa alemán que yo
recuerde fue Gregorio V antecesor de Silvestre II, el inventor del reloj y por
el cual sienten al otro lado de los Alpes significada reverencia, ya que
celebran con más fervor que ningún otro pueblo la "Sylvester Abend",
último día del año. También hubo otro papa tudesco, aunque en realidad era
flamenco, Adriano VI pero que en la cronología cuenta como de tal nacionalidad.
Los Estados Pontificios deben su origen y personalidad a Carlomagno y sobre
todo a su hijo Pipino el Breve que otorgó a los obispos de Roma el poder
temporal sobre territorios hasta que éstos le fueron arrebatados por Napoleón.
Por lo demás la historia del pontificado
está íntimamente entreverada con el Sacro Imperio Romano Germánico. La defensa
de la religión fu el móvil que puso en pie de guerra a Carlos V en el cenit de
la gloria pero hubo también momentos de desdoro como, por ejemplo, la lucha por
las investiduras, la huida a Canosa y la abducción a penitencia del propio
Enrique IV que se posternó a los pies del papa Gregorio VII, otro monje
benedictino que acabó sus días en el destierro y despojado de su silla
apostólica por el emperador actuando en rigor de venganza. Cosas de los hombres
pero con tales mimbres teje la pleita de su cesto misterioso el Divino
Paráclito.
Hemos consultado la relación de
nombres papales y el que se ha impuesto Ratzinger y el de Benedicto se
distingue por haberlo tomado sacerdotes de una gran espiritualidad, de un
fuerte sentido canónico. Son grandes pacificadores aunque no han dado ningún
santo, sólo un beato Benedicto XI y sí un antipapa y que era español: Benedicto
XIII que por no querer renunciar a su sede en Aviñón se retiró a vivir a
Peñíscola permaneciendo en sus "trece" sin corregegirla ni enmendalla
hasta su muerte en la localidad castellonense.
Este alemán seguro que hará bien
las cosas. Está dotado de un fuerte carisma y tiene una sonrisa humilde y unos
ojos claros, descripción muy distante del sambenito de inquisidor o del
remoquete de "rothweiler" que le han endosado los ingleses. Ellos la
verdad no se distinguen por la elegancia de maneras a la hora de referirse al
obispo de Roma al que designan por lo menos el "bloody pope".
-No bloodys and no fucks, Mr.
Parra – me decía a mí el director de un colegio en una escuela del Norte de
Inglaterra en la que enseñé castellano.
Y luego de ahí para arriba
haciendo caso omiso de las proverbiales reglas de cortesía. Los ingleses
siempre tan relamidos y pulidos pueden resultar bastos y lenguaraces. Lo he
observado siguiendo los programas de la BBC y del Sky News acerca de la
preconización del nuevo pontífice que apenas han tenido cobertura de forma muy
desemejante a la que dieron a la muerte de Juan Pablo II, caso insólito y
tenido por un santo en las Islas. Pero en ello - y que nadie se ofenda- juegan
los réditos creados por la política. Para los ingleses no hay amigos ni
enemigos sólo intereses. Polonia ha sido siempre su aliado natural en la
balanza de poderes contra Alemania y contra Rusia y Alemania su natural
enemigo. Miserias y grandezas de la condición humana. El peso de la púrpura.
Papas ingleses sin embargo, sólo
ha habido uno y los alemanes se cuentan con los dedos de la mano. Por lo
general el colegio cardenalicio siempre se ha inclinado por los franceses y por
los italianos. A pesar de todo, creo que Benedicto XVI parece que lo han
vaciado en molde y da justo la medida del papa que todos necesitábamos, el
"slandering" y el cachondeo de los británicos y de los españoles
miméticos y con complejo de inferioridad frente a los hugonotes de los grandes
"trusts", para los tiempos difíciles de la primera década del siglo
XXI. Puede dar la campanada en cuestiones de régimen interior (ordenación de
hombres casados y admisión de la mujer al altar en órdenes anciliarias, pero
nunca el presbiterado) y sobre todo la reanudación del dialogo con los
ortodoxos. Este puede ser el pontífice que haga que Roma y Constantinopla
vuelvan a ser una. Lo dice este plumilla que un día soñó entrar en el Russicum
donde los jesuitas romanos preparaban sacerdotes para ir a Rusia. El hecho de
que el metropolita Cirilo, segundo del patriarca Alejo II, asistiera como
plenipotenciario a la pontifical de preconización, es un avance de muchos
enteros con respecto a lo que aconteció con el papa Wojtyla. Que tuvo unas
relaciones desastrosas con los rusos a pesar de ser un papa del Este.
Llamó a los judíos con frase de
san Agustín en sus "Confesiones" los "hermanos mayores de
nuestra fe". Y esta cita la hizo nada más comenzar su apelación ecuménica
en la misa de entronización, lo que desbarata ciertos argumentos de
antisemitismo que empiezan a sonar por ahí. Sin embargo, se registró en la
ceremonia una gran ausencia: la del Rabino Mayor de Roma. Que no pudo asistir
pues precisamente hoy celebran los hebreos su Pascua. ¿Una excusa o razón
válida?
El nuevo papa ha recibido palio
de cordero pascual inmaculado y el sello sigilar. En sus manos uno de los
oficios más duros y con mayor responsabilidad que pueda haber en esta tierra.
La gracia del Espíritu suplirá las mermas y limitaciones de la condición
humana. Él nos lo conserve en salud muchos años.
Esta tibia mañana de domingo de
abril ha sido hermosa. Fui feliz contemplando la pontifical por televisión. Es
algo cicatera la vida con nosotros en ocasiones como ésta de suerte que estos
momentos, tan escasos, de felicidad y de elación para los que aman las cosas
espirituales tenemos que aprovecharlos.
24 de abril de 2005
EN DEFENSA DE DON JULITO. PRO
DOMO SUA. EL GENERAL FRANCO Y EL PERIODISMO DEL SILENCIO.
Me afianzo en lo superlativo
huyendo de lo diminutivo de nuestra vida venial y gremial y comienzo deseándolo
a Julito, al que todos queremos y conocemos de antiguo, y perdonamos sus
pecados y sus pedos, sus pecadillos y pecadazos, quien no los tiene, y el que
esté limpio de culpa que tire su primera piedra, pero los que sabemos qué es
persecución y somos trigo limpio en medio de estos almiares putrefactos, y seguimos,
impasible el ademán, (quién no ha tenido alguna bronca con Merino alguna vez,
grescas de juzgado de guardia en las que sale a relucir de todo hasta las siete
señas del hijoputa, mas luego no era nadie, es incapaz de guardar ningún rencor
este egabrense un poco squarehead, un poco loco de Guttemberg, que yo creo que
ha leído demasiados libros de Unamuno, es difícil que dé el brazo a torcer, y
en él lo malo es ese puñetero pronto que tiene) muchos éxitos le auguramos en
la aventura editorial que acaba de emprender. Julio es arisco y a la vez
encantador como todos los cristianos viejos. No es un tornadizo ni golpista, ni
nada de eso.
El rigor a sus principios merece
todos los respetos. Salta, como todos nosotros, a las páginas de la actualidad
desde el Periodismo del Silencio. Ha demostrado que tiene redaños puesto que a
un periodista hecho y derecho como él lo metes en galeras, en el limbo del no
ser, y eso supone una medio condena a muerte. Él lo ha aguantado con
estoicismo. No en vano es paisano de Séneca.
"El otro Franco" es un
buen texto aunque después de leerlo echo en falta el período ovetense del
militar cuando fue destinado de comandante al Regimiento Milán. Fue en Asturias
donde empezó a estudiar y a entusiasmarse con la idea de España y donde tuvo
sus más y sus menos con las fuerzas vivas de la región, quienes le donaron con
el apodo del "Comandantín". Su noviazgo con una Polo también ofreció
sus lados problemáticos. En dos ocasiones estuvo a punto de suspenderse el
himeneo; una por la oposición de la familia y la otra a causa de la guerra de
África. Fue convocado en vísperas de la boda. El lacónico Franquito dicen que
dijo:
▬Carmencita puede esperar.
España, no.
Y así, otra vez a torear. Las
balas como las cartas siempre llevan tu nombre y dirección. Cuando vienen no
queda más remedio que "abrirlas" en la esperanza de que no sean
letales, sólo tiros de suerte. Las relaciones con Mola también siguen un tanto
difusas e inéditas y uno de los grandes misterios de la biografía. Claro que a
lo mejor a Merino en vez de un libro de trescientas páginas le hubieran hecho
falta mil quinientas.
En Asturias tuvo para sí el
descanso del guerrero. Largos paseos por la finca de Llanera y ya de viejo lo
que más le prestaba del mundo era marchar a pescar al río Narcea y meter al
"Campano" en su retel.
Nos alegramos del triunfo de su
libro sobre el General y se lo pasaríamos por el morro a más de uno, a ver si
te enteras Contreras, aunque me temo que estos libros que postulan la verdad,
son ponderados, ni hagiográficos, ni puras acrimonias como la de aquel mal
estudiante del colegio de san Antón, flecha de todos los campamentos y becas
facilitadas por la OJE, de padre rojo luego enchufado en Sindicatos, al que en
el SP llamábamos el Narices y que cuando entró en la redacción con tantos
granos y diviesos en la cara pensábamos que su acné era debido a su manía
masturbadora, y otros que escupen contra su pasado y las leyes de la gravedad
que no perdonan hacen posar el gapo sobre sus hombros, susciten las iras y
bilis del personal. En aquel tiempo en este país de carnés y de fichas
catalogadas a nadie se le hacía escrutinio de sus orígenes. Una pena que vuelva
a haber bandos y se excaven de nuevo trincheras con dos zanjas: ellos y
nosotros. Corderos bienaventurados a la derecha y condenados y precitos
cabrones y cabritos a la izquierda. Unos al cielo y otros al fuego eterno.
Ya verás, Julito, que como
volvamos a ganar, estos que ahora se desapuntan con tanto desparpajo volverán a
hacer oposiciones para ingresar en el cuerpo de profesores supernumerarios con
un aval del jefe de Centuria de Falange de su lejana provincia. Por cierto, el
flecha del campamento, pajillero y meón, por otro nombre el Narizotas -
cualquier día de estos le echan de Segovia que es mi pueblo o los cadetes le
pegan una paliza que es lo que traen estas historias de remover el fango de la
guerra civil que creíamos enterrada- el otro día desde una columna de la Prensa
del Meneo él que formó parte de la prensa del movimiento, con pretensiones de
furibundo Sansón quería derribar la cruz alzada de Cuelgamuros con los cuatro
evangelistas de Avalos dentro, sus cuatro flancos y todo. Iskra de su furor.
¡Vaya un pión! Que le sirvan dinamita. ¿Volarán la montaña donde está la cripta
catedral, sarcófago de tantos muertos? ¿Tendrán cojones?
El libro suscitará reacciones de
todos los colores. Los enemigos de la verdad están que trinan pues es un nombre
que aún levanta ampollas y a la culebra le gusta cambiarse de camisa - a
sabiendas de que en los disfraces estriba su poder de humo y confusión- y
procurarán por todos los medios impedir la difusión del escrito. En otra cosa
que son expertos estos manipuladores de nuestra memoria es en colocar mordazas
y en tachar nombres. No pueden vivir sin pisar cadáveres y son responsables de
la muerte civil de muchos escritores. Cada mañana veo toda una peña de
fusilados que hacen cola para tomar el autobús. Son los muertos vivientes de
don Dámaso. Pertenecen a una España de medio pelo, la que ficha y está en
nómina. Madrid, poblado por siete millones de cadáveres. Una gran mega
necrópolis nos espera al bajar la Cuesta de las Perdices.
Pastueños, sometidos al régimen a
éste y al que venga, con tal de conservar la sinecura. Si les tocasen la
cartera, si les echasen del ministerio a lo mejor se tiraban al monte, pero
sólo entonces. De momento, estos franquistas espectros de lo que se fue sólo
piensan en sobrevivir en la paz de sus adosados. Que no les molesten. Que no
les vengan con milongas. Lo único importante es su vida es la hipoteca y poder
hacerla frente a fin de mes o, divorciados de tres matrimonios, pasarle a la ex
los gastos de alimonia. Católicos, al único santo que ponen velas es a Santa
Nómina.
Y los amigos y franquistas de
toda la vida instalados en su comunidad y en sus raquíticas mentes de chorlitos
y en su inteligencia minúscula de torzal, a los que la noción de un Franquito
juerguista, algo librepensador y con instintos libreros, ellos que se asustan
de la letra muerta y que no han leído en su vida, ni falta que les hace, se
rasgarán las vestiduras. Dirán lo de te has pasado tres pueblos, majete pues
tienen del Caudillo una imagen hierática, descarnada, casi inhumana de aquel
gran español que se llamaba Francisco Franco Bahamonde. La utilizan como
elemento de acreditación, como hicieron con José Antonio, para tener una ficha
e ingresar en una plantilla. España tiene complejo de funcionario cesante. Que
vendió su alma al diablo, que se afilió al Psoe en catarata.
El problema de Franco es que es
un coloso, un héroe epónimo demasiado grande para un pueblo tan capidisminuido
como el español, que vive huérfano de su antigua grandeza y al que le están engañando
como a un chino desde las instancias del poder mediático e incluso desde
algunos púlpitos. Como un Cid que cabalgará milenios por la historia de España
Franco ahora inspira miedo. Y a sus enemigos es que les vuelve locos, vaya. Se
ponen histéricos, con la sola mención de su apellido, echan espumadas por la
boca, se hacen cámaras, o se mean por la pata abajo. Tiemblan a la mención mera
de su nombre más que al pedrisco. Por eso despearon su estatua de noche pues
descabalgarle de día no se atrevieran, no fuera que el jinete de hierro picara
espuela y el general de la estatua desenvainara su espada .y el caballo
saliendo de la horma de metal en la que le vació el artista se liase a pegar
brincos delante de la guardia mora, como solía.
La simple memoria les encabrita a
estos sepultureros de la historia - les recuerdo que mi gran maestro Rodrigo
Royo, un falangista que colocaba a rojos en su periódico, al que tanto debemos
los de nuestra generación escribió una novela bajo ese título - a estos
prácticos del exterminio de la "recordatio nostra" en codicilos y
libelos, tan en boga. Claro se forran. Parece que hasta que salieron a la
palestra los Pío Moa, los Cesar Vidal no hubiera habido historiadores. Son coto
cerrado, prestidigitadores del numerus clausus, familia endogámica que no
permitirán el acceso a una tertulia, donde mandan las sociologías de don
Híspido Estadístico. Con tal de subir y mantenerse en el machito estos fulanos
que juegan a la derecha mandarían a galeras al mismo Larra. Ellos son el gobierno
y la oposición. Son el santo y la limosna. La tesis y la antítesis. Si tú te
llegas a ellos diciendo que eres un poco la síntesis, te tomarán por un
fantasma que les bajó del cielo de sopetón, y que no esperaban porque aquí hay
que planificar todo. Hasta las ideas. Por eso, si les hablas, se quedarán de
piedra abriendo la boca tres palmos:
▬Ah!
Nuestros anales estuvieron en
manos de los que perdieron la guerra civil o en manos de los ingleses. A toda
una generación de españoles, la que tiene menos de treinta años, se les ha
vedado el acceso a nuestro pasado. Franco- eso fue lo malo- habiendo ganado la
guerra real en el campo de batalla, resultó vencido en el campo por la gran
parafernalia que le fue adversa del mundo de la información, en manos siempre de
los sinabobos a los que tanto admiraba. Candaron con siete llaves el sepulcro
del Cid y he aquí que llegan promociones que no saben nada o que les preguntas
quién era Isabel la Católica y te contestan que una guarra, que estuvo siete
meses sin cambiarse la camisa.
Otra cosa que les falla es su
falta absoluta de sentido del humor. Como he estudiado durante estos años los
usos, costumbres, atavismos y manías de la serpiente podría volverles locos, si
tiro de archivo, sé mucho de sus manías y renuncios. Pero no me da la gana
hacerles el caldo. Que se jodan. Un ángel habrá borrado sus nombres del libro
de la vida con el mismo afán maligno con que ellos han intentado descabalgarme
y suprimirme de la lista. Para mí no existen. Son entes de razón. Entelequias literarias
y políticas.
▬Rubicundus erat Judas.
▬Y yo creo que también mallorquín, una mosca
cojonera con pecas y con gafas.
▬Habló el oráculo para decir
inconveniencias.
▬Y ¿qué dijo?
▬Chorradas. No sé si salió el
chueta que lleva dentro o el subnormal profundo que le habita en el desván de
su desvencijada casa.
Sólo nos salvará la poesía y a mí
es lo único que me interesa: el culto a la belleza a través de la palabra. Eso
y la Venus de Milo que no era blanca ni indoeuropea sino etiope como la reina
de Saba. La diosa la vi surgir entre la espuma, entre la marea humana del
Intercambiador. Hermosos muslos de ébano, talle de avispa. Egregia entre todo
el oleaje humano de Madrid, el malecón donde se estrellan las olas de las
muchedumbres del mundo, los ilotas apátridas. La bomba de Mao nos acaba de
estallar entre los dedos, pero no importa, les haremos sitio. Hablan acentos
extraños, el color de su piel no es la misma, pero bufan, compiten y corren ya
- Gallardón dixit- en nuestra manada. La carrera de ratas está servida. Birds
of the same feather- dicen los ingleses- flock together. Pero aquí vuelan
plumas muy diferentes en bandas globalizadas. Esta ciudad fue siempre
hospitalaria, dura y castiza, muy milagrera, amante de verbenas y botijos y más
papista que el papa, aunque ya están celebrando los funerales por España. Han
labrado sobre la lápida la inscripción de "hic jacet". No sirve darle
vueltas. Adiós muy buenas y ahí te quedas.
Ha sido una maniobra perfecta y
bien orquestada, de espaldas a la galería. Ya no controlamos las riendas. Los
políticos siguen mamando de la teta y a Juan español le engañan contándole
cuatro monsergas. ¿Y para qué queríamos tanta información que desinforma? Yo
quisiera ser analfabeto, no saber nada de estos tejes manejes de trastienda. El
conocimiento allega dolor. Por eso sufrimos tanto los que sabemos. La
revolución silenciosa toca ya a su fin aunque parece que la gente está
despertando, tarde y torpemente, y se da cuenta de que le han vendido la burra
mal capada. Momento amargo
Míster Cobblers que ha recibido
órdenes de arriba y es más acomodaticio de lo que algunos lo suponen al mandato
de Supraba yo creo que pertenece al mundo onírico de las pesadillas. Pero no me
voy a poner a escribir más sobre ese individuo que me da repelús. Va a
convertirse en el Pedro Go de nuestros informativos porque la gente nada más
verle aparecer agitando la zocata, mirando con ojos de basilisco y haciendo
sonar su voz engolada hace zapping o apaga la televisión y lo dejan con la
palabra en la boca. Este sí que tiene verdadera madera de dictador.
No. De nimis non curat praetor.
Que lo hagan otros plumillas. Y que le den un jamón con chorreras. Yo no me
mancho las teclas de mocos. Mañana más.
23 de abril de 2005
PERVERSIÓN LINGÜÍSTICA
Tenía que evacuar consultas no
diplomáticas claro está sino editoriales. Llamo a Barcelona y me ponen un
contestador en catalán. Me siento un gilipollas porque no hablo el catalán, lo
leo y el lemosín a medias, tal vez por aquello del espíritu de cuerpo
filológico que uno lleva dentro y que mis maestros fueron catalanes ( Mariner
Bigorra fue el mejor latinista que tuvo la complutense y siempre que he de
solventar una duda sobre étimos hay que acudir al Corominas complementario al
de maría Moliner a titulo de referencia porque el que acaba siempre llevándose
el gato al agua en cuanto al origen de donde arranca el uso de las palabras es
el Casares. Pero, recapitulando, el catalán se me atraganta como a tantos otros
españoles. Y ahora el gallego al que siempre sentía una simpatía racial por
cuestión de vecindario ya que tengo algo escrito por ahí sobre el bable y
gallegos y asturianos primos hermanos, tres pares de lo mismo. Porque no es
gallego eufónico y meloso de Puente Denme sino el de los caldereiros de
Villalba, el que habla Fraga, que es un gallego castellanizado y algo
macarrónico. Telefoneé a Santiago e ídem de lienzo la misma cantinela. El
contestador de marras al aparato. Dije:
▬ Eu. (Yo…)
Y colgué. Pero recuerdo con
nostalgia la jerga melodiosa de los afiladores y de los segadores que nos
mandaba Rosalía todos los veranos. Venían los coitadiños rosados como ángeles y
se los devolvíamos como leños. Ay Santa compaña. Dulce Monforte de Lemos.
Prosas de Cunqueiro. Melodías de campanarios que es la música de Mondoñedo.
Este no es mi Juan que me lo han cambiado. Nuestra política lingüística desde
el 75 para acá ha sido un desastre.
Pocos españoles sabrán y menos
con los nuevos planes de estudios que borrarán del mapa a Isabel y Fernando y
nuestros escolares no tendrán derecho a saber quién era el Duque de alba y qué
ocurrió en Lepanto (¡cuán triste, ala triste) que el mejor canto a España está
escrito en catalán por mosén Cinto Verdaguer en La Atlántida. Al alumno de las
17 taifas se le hará gracia de saber que Cosme Churruca el héroe de Trafalgar
era de Ondarroa y que hubo un tiempo en que se decía que "España tenía las
espaldas cubiertas por los pechos de los marinos vascos".
Antiguamente una de las mayores
riquezas eran sus idiomas y dialectos. La unidad dentro de la variedad pero se
ha malbaratado el peculio del "ex pluribus unum" lema frontal del
escudo de los Reyes Católicos que se han apropiado los norteamericanos. Me
acuerdo que una vez en Lieja estuve a punto de perder un tren. Había hablado al
aduanero en francés y él era flamenco. Lo tomó como una injuria y me mandó al
convoy que salía para Paris cuando yo quería ir a Bruselas. Las lenguas son un
bien pero cuando se convierten en boomerang o en dardo, malo. Ha ocurrido en
Bélgica y está ocurriendo en Rusia y en los Balcanes o en el Canadá. Pero los
franceses que son muy listos han arrinconado el patois y las 27 variantes
dialectales del francés que se parlaba en el medioevo.
Los servicios secretos británicos
ingleses pusieron sordina a las reclamaciones de los escoceses e irlandeses por
una lengua propia y la lengua del País de Gales que en los sesenta tenía cierta
preponderancia no tiene mayor importancia en la Gran Bretaña actual que el
castuo la tiene para nosotros. En la democracia más antigua del mundo no se ha
dado licencia a los galeses para que tengan una televisión en su jerga materna
las veinticuatro horas del día. Sólo media hora antes del telediario. Ocurre
también en Escocia. Y el cornish y otras lenguas célticas que se hablaban en el
Reino Unido han desaparecido. USA ha restringido a pesar de lo que diga don
Luis Maria Ansón y otros optimistas de la cuerda (poco conocen a los
americanos) la enseñanza del castellano. Los hispanos si quieren medrar tienen
que renunciar a su idioma y adoptar al inglés y hasta se cambian los apellidos
como ese candidato a la Casa Blanca que siendo chicano ha adoptado un nombre
anglosajón.
No seamos ilusos. En Washington
siguen creyendo a pie juntillas que la "lengua es la compañera del
imperio" importan unidad y exportan división. Es lo que les conviene y
aquí desgraciadamente el que ha ganado es don Chorri Puchol en su política de
odio al castellano. Para mí ese hombre que tiene muy poco de demócrata ha sido
el celador o el sacristán de esta democracia vigilada. Todavía tengo grabada la
imagen de don Jorge con los pirreles colgando celebrando una entrevista con el
Rey a bordo de un telesilla. Todos con equipo montañeros y botas de esquiar y
el bueno de don Jordi en ropa de calle. Hasta los gatos llevan zapatos. La
política lingüística de estos últimos lustros no pudo ser peor. Él tuvo la
culpa, él. Encastillado de soberbia y de odio a España furibundo prietas las
filas henchidos los pechos furibundos de venganza catalana. Y la vamos a pagar.
Miércoles, 31 de enero de 2007
ROUCO PAPABLE, LA MARIOLOGÍA Y
LOS RECUERDOS DEL CAMPUS COMILLENSE
Rouco se enfrentó a la puta
bestia, denunció los males que aquejan a esta sociedad (familias destruidas,
aborto libre, los niños de las escuelas sin cristianar y atragantados de
laicismo, casamientos sodomitas, la ira que mata, la avaricia que roba, la
lujuria que esclaviza y la vida que vale poco en esos barrios donde hay tanta
violencia y donde te pueden pegar un tiro o un navajazo a la buena de dios, la
juventud angustiada y sin salidas), cantó las verdades del barquero con esa voz
joven y esa cara de misacantano - la Iglesia sigue siendo moza, alegre,
optimista y esperanzada pues esto entra en el dictamen de la antigua perícope
que cantábamos: "subiré al altar de Dios/al Señor que alegra mi
juventud"- que sigue teniendo, pese a los años y a los achaques. Puso
sobre la mesa la apostasía imperante hablando con la autoridad de un verdadero
Primado:
▬En Madrid se peca terriblemente.
Cierto. España, la hija
predilecta de la Iglesia, y si no la predilecta, puesto que Roma siempre nos ha
mirado con reservas, una de las naciones que más hizo en pro de la implantación
en el mundo de la norma evangélica, vive de espaldas a la Cruz y por la ley de
los instintos inferiores. Aquí se infringen con tesón, a barrisco, pública y
concejeramente los diez mandamientos. Quizá, dando cumplimiento al discurso en
el Parque de Comillas- y es a Comillas adonde quiero volver- de don Manuel
Azaña, España ha dejado de ser católica.
La puta bestia no perdona y Anás
y Caifás, los sacerdotes del Gran Sanedrín, los que vigilan la parva, los
comisarios de lo políticamente correcto, se rasgaron las vestiduras y otra vez
han vuelto a sonar las palabras que sonaron en el gazofilacio o patio de las
condenas aquella tarde de Viernes Santo, dando vida a secuencias de la Pasión
del Salvador que siguen gozando de una perentoria vigencia y actualidad
sorprendente. Todo lo que se dijo y se hizo en aquella ocasión magna es
aplicable a la problemática hogaño:
▬Ha blasfemado. ¿Qué necesidad
tenemos de testigos?
La entereza de este gallego que
tiene una consistencia berroqueña propia del granito que tallan los canteros de
su tierra lucense le costó la presidencia de la conferencia episcopal. Su franqueza
le colocó sobre los hombros la coroza de impolítico. Y eligieron al tal Blaquez
que tampoco es un obispo desdeñable sino un abulense acérrimo, teresiano y bien
preparado, que ha logrado domeñar la alborotada colmena de Bilbao. Los caminos
del Señor son inescrutables y el Espíritu tiene sus formas incomprensibles de
actuación pero de tejas abajo el escándalo está servido y, a mí me parece,
Arzalluz y sus muchachos nos han marcado un gol a los que hemos valorado mucho
la independencia eclesial del poder secular. En Roma, sin embargo, la
cotización de Rouco Varela ha subido. Figura ya como el delfín de Juan Pablo
II.
¿Pero cómo puede decir tal cosa?
Rouco rocoso, dijo Bedoyo desde las páginas de un diario nacional y a Bedoyo le
conozco mucho pues era mi amigo en Comillas. Por díscolos e incorregibles el P.
Eguillor, prefecto, aquel vasco que era uno de los hombres más perversos que he
conocido en mi existencia, el fajín de san Ignacio le sirvió de poco a la hora
de la santificación personal, nos colocó en el pelotón de los torpes. El tercer
grado jesuítico se llama capelo y a los dos nos lo impuso dos trimestres. Juan
G. Bedoya, aquel chico de Potes con el que discutía de literatura en los
recreos, no sé si alcanzó el presbiterado pero es uno de los periodistas más
respetables del país y corresponsal religioso del periódico donde firma. No
comparto yo su visión de los asuntos canónicos pues siempre me ha gustado ir a
mi aire pero le respeto y sigo pues está por lo general muy en el cristus de lo
que acontece en la cúpula jerárquica.
NOS MANDARON A GALERAS
Nos mandaron a galeras y en
cierto modo en aquella amistad - nos íbamos a leer "La Colmena", que
era libro prohibido a los acantilados de Peña Castillo para estar mejor a
nuestras anchas- empezó a fraguarse la reconciliación de las dos Españas, algo
que por estos días se está viniendo abajo. A él por rojo, puesto que creo que
su padre purgaba condena por motivos políticos en Santoña y a mí por decir que
mi padre era militar de Franco durante un paseo. Ya en los cincuenta en algunos
seminarios el nombre del dictador no era bien quisto. Caí en desgracia ya desde
entonces, vaya por Dios, y ya digo ando muy curado de espanto; estoy avezado a
todo tipo de descalificaciones cuando no a insultos satánicos. Me amparo como
puedo de los gargajos. La última vez por lo que salió de las plumas y de las
boquitas de algunos era para pedir agua bendita y exorcismo. Padre, perdónalos.
▬No te metas en política,
Parrita.
▬Si yo no me meto, señor. Lo que
pasa es que las verdades escuecen como le ha pasado al Cardenal.
▬¿Les perdonas?
▬Claro que sí. Hay que cerrar
heridas. Pero reconozco que el momento es delicado. La bestia cambia de camisa
y no se mueve en línea recta al revés que el común de los animales de la
creación sino que repta en zigzag.
▬Por eso la serpiente tiene entre
nosotros tantos seguidores. Se ha instaurado a lo largo y a lo ancho el culto
de ofiolatría. Es el nuevo lenguaje ambivalente.
▬Ya lo creo. Ahí tenemos al
ofidio enroscado al hacha símbolo del terror etarra.
▬¿No te gustan los vascos?
-▬Ni mucho menos. Mis mejores
amigos de Comillas eran vascos: Aburto, Arriaza, Arriola, Aramburu, que era
hijo de un gudari, lo mismo que Amilibia, uno de los colegas que más admiro.
Entonces yo creía que era posible el perdón y la amnistía. Ahora lo veo más
difícil.
-▬Eta nació en un seminario.
-▬Es posible pero yo barruntando
el humo de Satanás y la que se venía con el concilio colgué la sotana. Después
Chusmari Amilibia que también estuvo en colegio de frailes cuando llegó a un
campamento del Frente de Juventudes definió el estado de la cuestión en sus
Héroes de barro: "Esto ya es otra cosa".
▬-Ojalá sea Rouco él el próximo
sucesor de los apóstoles. Madera tiene. Es una lumbrera teológica, lo justo
para la brega de defender a la SRI en su encrucijada. Esta puede ser la hora de
los bárbaros. Vuelven a piafar los caballos de Atila y por Europa se cruza la
sombra de Almanzor. Se habla del nacimiento de otra cultura, del diálogo de
civilizaciones, un eufemismo para acabar con el antiguo statuo quo que suplante
a casi tres milenios de cristianismo. Lo que no consiguieron la Toma de la
Bastilla y la revolución rusa lo puede implantar de un plumazo el abogado de
esa fórmula que supone una auténtica rendición al Islam y una declaración de
guerra a los valores cristianos.
Sin embargo, alguien dijo:
"Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos. ¿De qué dudáis,
de qué tenéis miedo, hombres de poca fe? El odio y las históricas
reivindicaciones revanchistas serán aplastados por el amor.
Tiene Rouco Varela coraje y mano
izquierda. Tampoco le falta ternura y ferrete. Ese sentido del humor con que
observan el mundo los suevos. Y sobre todo una amplia preparación teologal.
¿Serán tales avales suficientes para acometer la proteica tarea que le aguarde
al futuro obispo de Roma?
▬-Las cosas marchan mejor en este
país y creo que en la Iglesia Universal cuando mandan los gallegos. Tampoco hay
que dejar de mano esa dulzura, ese tacto, de don Antonio María. Eso se llama
carisma. Y él es carismático.
▬-A lo mejor tu artículo sobre
Mondoñedo es profético.
-▬ Dios lo quiera. Uno a veces
escribe guiado por una mano extraña que le hace plasmar en el papel razones
insospechadas y fuera de norma. No hay que echar nunca en saco roto los
pensamientos oníricos ni las corazonadas. Creo que esa es una de las razones
por las que emborronamos papel.
BUENOS Y MALOS
Todos aquellos padres jesuitas y
había de todo buenos y malos eran muy inclinados al PNV y aliadófilos (Rábago,
Cabezas, Eguillor) como bien demostró en su novela, una de las mejores de
posguerra escrita por José Luis Castillo Puche Sin camino, una verdadera
continuación del AMDG de Pérez de Ayala donde se plasman las aberraciones,
injusticias, mariconería y discriminación entre alumnos pobres y ricos y muy
pobre me era yo- mi padre un simple sargento del mal pagado ejército de
Franco-, de los colegios jesuíticos. Era aquel seminario una iglesia de ricos,
si bien el buen Marqués de Comillas la fundó con otro espíritu. Ora por mí
desde el cielo, Padre Regatillo que me enseñaste a amar los Canónes y la Moral.
En el claustro únicamente había un germanófilo el P. Martino recién llegado de
Munich y éste tampoco nos miraba con buenos ojos. Tampoco me han logrado
entusiasmar nunca los alemanes.
Esta obra del murciano Castillo
Puche fue comprada en su totalidad por la Compañía y hoy es raro encontrar
ejemplares de la misma. Había puesto el dedo en la llaga tirando de la manta y
dejando al descubierto algunos males de la Iglesia y del falso misticismo,
todos esos desafueros que hacen difícil la convivencia claustral, abogando por
las reformas desde la crítica y la caridad. Cierto, las reformas son necesarias
pero lo veo difícil. Es difícil pedir peras al olmo, que los curas se casen,
que haya diaconisas, que alguien pida perdón por los vejámenes a los que fuimos
sometidos novicios y seminaristas en aquellos años triunfales, los mejores que
ha vivido la Iglesia española, para bien y para mal, desde el siglos XVI. Pero
se cometieron atropellos. Estos lodos son consecuencia de aquel barro.
Me conformaría con que los
templos hubiese servicios donde acudir cuando aprieta la necesidad. Es un
derecho humano que se nos niega a los fieles cristianos. La implantación de
mingitorios en los recintos sagrados sería un triunfo, una conquista social, y
no haya que ir a buscar una pared como siguen haciendo desde la edad media los
costaleros de las procesiones semanasanteras de Sevilla. El valor divino de lo
humano. ¿O es al revés? ¿Qué hago yo en mitad de la misa cuando me dan unos
retortijones y he de salir a toda prisa en busca de un bar? A veces un WC puede
ser una obra de misericordia.
Ahora volvamos a Rouco al que
González Bedoya tilda de rocoso y al que los socialistas acusan de haber sido
compañero de viaje de José María Aznar. Eso no es verdad o sólo una verdad a
medias. Conozco muy bien al cardenal. He seguido sus pasos y visto plasmado sus
espíritu a lo largo de su dilatada y brillante carrera eclesial. Es un adalid
en Dogma y un luchador por la justicia social. Estamos ante un cura de cuerpo
entero, de los que no se casan con nadie. Me parece que fue una afrenta
emparejarlo con los "newcom" (perdón por la palabreja) de la escuela
de los economistas de Chicago o de los fabricantes de armas que mandan en el
Pentágono como Cheaney. Rouco es un hombre de Dios, un hombre de paz. Ha
demostrado que tiene muchas agallas y en Roma se quedaron ante su franqueza
pasmados. Hacía mucho tiempo que nadie llamaba a las cosas por su nombre. Y
tanto es así que lo hicieron palpable.
-▬Un papable es poca cosa pues ya
sabes el viejo dicho romano: "Quien entra papa en el conclave, sale
cardenal". Suele ser el Espíritu Santo bastante correoso y muy mirado para
esto de las fumatas. Sin embargo, monseñor Rouco llega con buenos avales como
el haber puesto en pie una archidiócesis tan difícil y llena de problemas como
es la complutense. A Madrid la llaman la "nueva Babilonia" donde
quieren implantar el diálogo de las civilizaciones. Aquí Mahoma es muy poderoso
y la media luna quiere volver a hacer sombra a la cruz. A la vuelta de unos
años, España puede sumarse a la lista de países islámicos, de seguir las cosas
por ese camino.
PAPA MISTERIOSO
-▬ Pongámonos todos bajo el manto
de la Virgen. Rouco es marianista.
▬-La mujer vestida de sol y
calzada de luna que aplastará la cabeza del dragón.
▬-Totus tuus, sí
-▬Eso es de san Bernardo pero
todos los caballeros de María es un emblema que llevamos marcado a fuego en
nuestro corazón.
▬-Eso es de san Bernardo el
cantor de María pero algunos se lo han arrogado como propio. El abad de
Claraval llenó Europa de monasterios. Mandaba a sus frailes a fundar conventos
de doce en doce. Estos centros de oración, estudio y trabajo fueron el
antemural que protegió a Europa de la barbarie del fundamentalismo coránico.
▬-Así es. San Bernardo fue un
enviado del cielo. Tampoco se casaba con nadie. Al propio papa Eugenio III, por
sus inclinaciones simoníacas, y que rodeó su corte pontificia de usurarios y
renoveros le escribió más de una paulina. Y de ellos queda constancia en sus
exhortaciones de caridad y en sus cartas.
-▬Sus enemigos, que son los
enemigos de la mariología decían de él que era poco hombre y un homosexual.
▬-Cierto era muy guapo, un adonis
y sus biógrafos cuentan siempre la anécdota de aquella posadera que se
encaprichó de su persona y ella vino en mitad de la noche a meterle mano. Pero
él la arrojó de la alcoba con un tizón encendido.
▬-Eso mismo se cuenta de san
Tomás. El Doctor Angélico y el Doctor Melifluo vieron a un buey volar y fueron
los acérrimos restauradores de la castidad en Occidente y hoy son víctimas de
los argumentos ad hominem. Han salido del armario. Sin embargo, las Glorias de
María ahí están: Ella es la medianera de las gracias, el pilar de la Iglesia,
la Cristífera y corredentora, el consuelo de los afligidos, la garante de los
carismas y de los milagros. La gran obra mariológica de Rouco bebe en esas
fuentes mismas. No se puede entender el Catolicismo sin la Virgen, algo que
escandaliza a los protestantes, a los judíos y a los mahometanos. Pero a no a
los ortodoxos de donde viene el culto. Los griegos llaman a Nuestra Señora la
Odigytria (la que muestra el camino).
▬-Pero ¿cómo es posible? María de
Nazaret vivió una vida oculta, y, después de la salutación arcangélica que la
designa bendita entre todas las mujeres, no abre la boca en los Sinópticos más
que un par de veces para decir que no tenían vino o "te buscábamos tu
padre y yo; ¿dónde te has metido, hijo?". Con tales elementos se fragua el
gran edificio del culto de hiperdulía. Las madonas renacentistas, las vírgenes
negras de la antigüedad, trasuntos del culto a la Magna Mater, Cibeles, la
madre tierra, la señora de las espigas de la fecundidad, las inmaculadas de
Murillo o las tallas góticas siempre sonrientes vírgenes del pajarito y
coronadas; en su regazo, el Niño. Resulta una desproporción semejante tinglado
sobre una base documental tan escasa. Sin embargo, en los libros del Cardenal
de Madrid se explican algunos puntos candentes del misterio mariologico.
Lourdes y Fátima son otra historia sobre los cuales pasa un poco de largo, como
buen teólogo, al igual que las profecías de san Malaquías que está claro que
son apócrifas y se deben a los bolandistas. De la misma manera, la cuestión tan
complicada de las apariciones no constituye para la Iglesia artículo de fe
aunque sean piadosas realidades del culto local...
-▬Precisamente por eso. Porque es
demasiado. En este caso sí. De María nunquam satis. Hablando de la Virgen nunca
tendremos lo bastante. Eso también lo dijo san Bernardo. Porque ella simboliza
ese deseo de belleza y de amor que colma las aspiraciones del ser humano. Una
de las grandes epifanías de Juan Pablo II, este papa misterioso, ha sido decir
que la divinidad tiene una fuerte carga de componente femenino, esto es: Dios
es mujer. Toda una audacia que introduce un nuevo elemento al intrincado
aspecto de la mariología. Hay cosas que ama el corazón y que la razón no entiende.
Esas demasías, no obstante, pueden salvarnos. Siempre fue así en la historia de
la Iglesia. Too much, desde luego pero de María nunca demasiado porque Ella
rompe todos los esquemas. Espiritualmente, va contra el lema de los epicúreos
que predicaban que de nada demasiado. Pero en el amor a la Llena de Gracia hay
que colmar medida. Eya, velar. Velad aljama de los judíos. Velad, refugio de
los cristianos. Pienso en estas cosas ahora que recuerdo las visitas de Roco al
campus comillense hará la friolera de unos cuarenta y cinco años. Siempre nos
hablaba de la Santísima Virgen.
SEMINARIOS ATESTADOS
Ciertamente en su proyección
marianista los autores sagrados se sueltan la melena a contrapelo de la escasez
de elementos de juicio con que se cuenta a la hora de alzar un monumento de
tanta belleza y de tanta sabiduría como es el culto marial que aprendimos de
niño en aquel somo sobre el mar, un verdadero edén iniciativo sobre los mismos
veriles del océano entre los escarpados farallones de Peña Castillo y las dunas
de Oyambre. Verdadero promontorio de sabiduría y de piedad era el campus
comillense. Ya no se nos olvidará. La divergencia de acentos, de tipos y de
clanes, así como de diversas persuasiones políticas, pues los vascos, como ya
he dicho, iban a su aire, y me sorprendió ya desde entonces el antifranquismo
que nacía en el seno de la Iglesia. Ellos serían los liquidadores del sistema
pero hay quienes cuentan aquellas historias que yo viví y tergiversan las
cosas. La sombra del Stella Maris viaja con nosotros hasta la tumba. Rouco que
iba y venía y que nos visitó varias veces encargado por el arzobispo arriba y
Castro a la sazón de Mondoñedo de ir a ver a los chicos de vez en cuando
siempre aparecía rodeado por una turba de gramáticos, de retóricos, filósofos y
de teólogos todos ellos provenientes de la nutrida cantera celta que siempre
dio muchos curas y militares.
Algunos como mi amigo Lois que
tenía un hermano afilador o el orensano Seoane hablando en gallego cerrado Los
seminarios estaban entonces abarrotados y gracias a ellos pudimos estudiar los
pobres. De ahí venimos y no nos es lícito escupir sobre nuestro pasado
¿Nacionalcatolicismo? Tal vez. Pero nunca he asistido a mejores debates, a
mayores peleas dialécticas que las que se colocaban a la sombra de la Aceitera
en aquel viejo salón de grados entre tomistas y suarecianos. La mente y el
estilo de la iglesia es elucidaria, discursiva y abominó del pensamiento único
tolerando la crítica. Incluso los inquisidores absolvían a los que abjuraba de
sus errores permitiendo el paso a la hoguera sólo de los relapsos en herejía,
los recalcitrantes. Los debates entre Pedro Abelardo y el melifluo Bernardo de
Claraval hicieron época en el pensamiento medieval al igual que los altercados
dialécticos entre platónicos y aristotélicos, entre escotistas y lulianos.
SABERES ESCOLÁSTICOS
Me acusan de pedante y de meter
en mis artículos, nada circunspectos ni compendiosos ni cencerrados por cierto
que mis razones tengo porque hoy el mundo ha dejado de ser monocromático y
bilopolar, ardientes latinajos. ¡Pero si yo he aprendido a pensar gracias al
Trivium y al Quadrivium! Yo ese mundo lo he mamado. No quiero dármelas de
sabiondo pero ninguna base más sólida ni pensamiento moral más consistentes que
el de la Iglesia, madre de la ciencia y paraninfo de libertad. Añoro aquellos
quietes caminando de cuatro en fondo unos de frente y otros a reculas. O
aquellos paseos de los jueves por las aldeas de la costa. Aquellos baños de
mar. En la playa de Oyambre tan abierta y tan peligrosa todas las temporadas se
ahogaban algún estudiante o algún maestrillo:
▬-Rubicundus erat Judas (Judas
tenía la pelambrera color de azafrán)- le dijo un jesuita a un dominico, de
color encendido como una mazorca durante una de aquella tesis y antitesis a
capela con las que los padres nos regalaban algunas veces entre año por
Carnavales. Las corridas de toros estaban prohibidas en el seminario y no había
carrusel deportivo pues estaban prohibidos los aparatos de radio aunque algún
listo se las agenciaba para montarse una radio galena en la camarilla, pero
aquellos encontronazos verbales entre escuelas teológicas – se hablaba en
latín- ofrecían lances muy interesantes. Al menos se pasaba bien la tarde.
▬-Sed de Societati Jesu (de la
Compañía de Jesús) – le contestaba éste un poco cabreado haciendo frente al
varapalo, al argumento ad hominem.
Pronto se metían con los pueblos
y el debate terminaría con menciones a la madre, claro está:
▬-Caifás tenía bigote y era
calvo. Había nacido en Medina del Campo.
▬-Tanto por tanto y letra de
cambio.
Entre bromas y veras y a veces
algún sopapo pues la gente se calentaba de lo lindo y por menos de nada estas
grescas derivaban en luchas campales y Dios me libre de la cólera del clérigo y
del furor del casto, tocaba la campana a silencio y en fila india bajábamos al
refectorio a cenar.
Rouco viene de aquel mundo y de
aquel seminario que yo conocí, lo mismo que la mayor parte de los obispos que
integran la conferencia episcopal. Al campus comillensis le llamaban la fábrica
de los obispos. No es un integrista sino un gallego cauto que sabe el terreno
que pisa y con un gran bagaje intelectual a sus espaldas. Hoy su nombre ha
entrado en el bombo de la quiniela de los papales.
La firmeza de sus quejas contra
la España moralmente desmedulada han sorprendido en Roma donde ha imperado
hasta ahora una política de asenso y de convivencia con los poderes fácticos.
Es el dilema entro los dos Píos, ambos imperantes bajo el directorio Napoleónico,
el VI "por ganar la silla pierde la fe" según un antiguo dicho romano
y el VII es todo lo contrario. Per ganare la Fede perdere la sede". Algo
de esto puede ocurrir en el próximo pontificado aunque el próximo sucesor de
san Pedro no sea un éxito tan señalado mediático como el actual. Volveremos a
la mandorla mítica dejando la cáscara que la envuelve a un lado. Roma- ya era
hora- ha condenado el "Código de Vinci" por blasfemo y sobre la
película "El Cuerpo" un ataque frontal a lo que significa el
cristianismo, una cinta en la cual trabajaba el hispano Antonio Banderas, ha
expresado sus reservas. Monseñor Rouco ha metido la mano en un avispero. Puede
haber perdido la presidencia episcopal pero puede haber ganado la tiara de san
Pedro y se sitúa en un lugar muy cualificado para ser el heredero de Juan Pablo
II.
¡Qué orgullo y satisfacción para
los que le hemos conocido, amamos a la Iglesia y queremos morir, aunque hijos
indignos, bajo su disciplina! Está soplando seguramente el Espíritu. Y el manto
de la Virgen nos resguarda del frío, de estos huracanes helados, del viento de
la historia. Antonio María puede ser el Papa de todos.
16/03/05
….FÁTIMA YO DUDO
Trece de mayo 1917. Cova de Iría.
Hubo muchas canciones y palomas en torno a este nombre de mujer árabe. La
cigüeña sigue machacando el ajo de las membranzas y de los sentires piadosos y
similicadencias en los campanarios vacíos de las lontanzas. Bueno; no están
vacíos sino en proceso de cambio y de mudanza. Nos hemos cambiado de casa pero
seguimos siendo los mismos. Se cumplen por tanto XC años de aquel evento.
Supuestamente, la Virgen María posó sus divinas plantas sobre una encina del
Algarbe.
Tres pastorcillos Jacinto, Lucía
y Francisco, tres pastorcillos como en la edad media – la Virgen no se aparece
a los grandes y los poderosos como a los cardenales y a los señores obispos, va
y les dice a esos niños que no saben leer: Yo soy la Inmaculada Concepción-
fueron los agraciados con esta visita. Fátima dio muchas vueltas a mi vida.
Crecí bajo los misterios de las supuestas profecías: la conversión de Rusia, el
fin de la primera guerra mundial pero otra mayor acontecería si la humanidad no
hacía penitencia, las grandes persecuciones a la Iglesia bajo el comunismo,
etc. Rusia se convertirá.
Viví mi infancia y adolescencia
atemorizado por el miedo a la bomba atómica y por los secretos de Fátima que
para más INRI contaban con un séptimo sello que no habían sido desvelado sino a
la propia vidente, Lucía, que luego se metió a monja en un convento de Galicia
y al mismo Papa. La sinopsis ocultaba un cuadro catastrofista. En las pláticas
los sacerdotes que nos venían a darnos ejercicios hablaban de los Arcanos con
cierto retintín. En fin que se iba a acabar al mundo, que se acercaba el
Apocalipsis, que esto era un barril de pólvora, una simple cerilla y cualquier
día... Terror milenarista puro y duro. ¡Cuantas veces me prosterné ante la
imagen de aquella virgen de escayola de ojos fríos y misteriosos las manos
uncidas a un rosario en plegaria todo de blanco (el manto, la túnica, las
palomas que revoleteaban a sus plantas) excepto la corona que era de oro para
cantar la Salve en aquellas sabatinas doradas de mi niñez lejana!
Dios te salve Reina y Madre de
Misericordia. Y aquella virgen fue la que regaló mi pobre abuelo Benjamín a la
parroquia de Fuentesoto cuando salió con bien o creía que salió con bien, luego
murió en medios de terribles dolores, de una operación de próstata. Aquel
blanco terrorífico y casi funeral todavía me asusta. El rostro de Nuestra
Señora de Fátima me parecía más pavoroso en su inexpresividad que el de las
Dolorosas patéticas y conmocionadas. Tenía tres años cuando vivieron mis padres
a la gran concentración que se organizó en Madrid en 1947 octubre para recibir
a la de Fátima a la que se dispensaron honores de estado. Se movilizó toda
España. La devoción a la Virgen como todo español integral viene inscrita en mi
alma a sangre y fuego.
Un icono de la virgen María
cabalgaba en el arzón de Babieca el caballo del Cid y lo llevaban consigo los
conquistadores a las americas. El escudo del marqués de Santillana ponía
"Dios e vos" y hay en mi lugar de trabajo dos bagoroditsa que llaman
los rusos y del Perpetuo –socorro nosotros – y es la virgen bizantina que se
venera en Santa maría la Mayor de Roma y que me enviaron mis amigos de radio
Moscú. Los tengo por milagrosos. Me ayudaron y confortaron a salir del paso en
tiempos de oprobios y de la gran tribulación. Siempre que puedo los ilumino con
candela y rezo el Eya velar. Virgen María eya velar, como dijo en la jarcha
antigua del quirógrafo inmemorial.
Y hay sosiego en el espíritu y
paz en el trabajo. Convertíos. Metanoite. Asumid vuestra realidad y poner
vuestros dolores y traumas a los pies de la cruz de Cristo. Ese fue para mí el
principal contexto del legado de Fátima. Y no seré yo el que ponga tachas a
este acontecimiento ocurrido hace noventa años en Aljustrel un pueblo del
Algarbe. Peregriné a él en el 95 con mi familia y me pareció un lugar
terrorífico. Todo de blanco y fúnebre que es el color de luto para los
musulmanes.
La basílica, la escalinata, los
Ángeles mastodontitos que guardan la entrada y esos barracones cubiertos de
cera y llama donde los devotos colocan cirios en los hacheros. Sus
chispotorreos me recordaron las llamas del infierno. Lo encontré un lugar
turístico- Portugal y sus tres efes: Fátima, fútbol y Fado- y en cierto modo
abominable pues se especula con el fervor de las pobres gentes machacadas por
la enfermedad, los desahuciados, que acuden allí como un último remedio.
Lourdes igualmente me ofreció esta misma semblanza de fealdad católica y de mal
gusto, retahílas obscenas de una religión que sólo piensa en la muerte y que
hizo negocio con la muerte, cuando en realidad es el mensaje para la vida y la
resurrección. No creo que vuelva.
Acepto mi dolor y mi condición de
mortal, asumo el barro del que me fraguaron pero si vuelvo a caer malo no tentaré
a dios con nuevas súplicas. Las apariciones de Fátima como las de Lourdes – el
dogma de la Inmaculada concepción sí- no forman parte del corpus de la fe. Son
admitidas y recomendadas por la Iglesia como lugar de fervor y de
peregrinaciones para ejercitar la caridad al prójimo, el consuelo a los
enfermos, las prácticas religiosas tan en decadencia hoy. Pero ambos sitios me
escandalizaron lo mismo que me escandalizaría el Escorial tiempo adelante. Se
comercia con los sentimientos y creencias vendiendo medallas, estampitas,
mementos, tallas, ceniceros, saleros y repisas de noche de muy mal gusto y poco
arte.
Fátima y Lourdes poco tienen que
ver con Chartres, Notredame, Santiago o Toledo. Antes bien tratan de emular en
copia sucedánea el espíritu de aquellas catedrales que congregaban a creyentes
por millones en la edad Media. Una recuperación del espacio perdido mediante el
milagro y la comercialización de las indulgencias que tanto escandalizaron a
Lutero y a los padres de la reforma. En cuanto al mensaje de la virgen María
también tengo mis reservas.
Dijo que Rusia se convertirá pero
Rusia en verdad nunca dejó de ser cristiana pese a los desmanes de la checa
marxista, en las iglesias convertidas en museo del ateismo y en aquellos
Trostki, Lenin, Zinoviev, Beria y los grandes agentes de la revolución rusa, la
mayor parte de ellos judíos como aquel Abraham Brukosvski que fue el verdugo
del zar en la casa de Ipatiev el rico mercader. En Ekateringrad. Precisamente
de aquella ciudad en el distrito de Zverdlosk nació Boris Jeltsin el estadista
que acaba de morir y recibió en su despedida unas exequias solemnes. No se
oficiaba en aquel país una iglesia funeral como aquella desde hacía un siglo.
¿Un milagro? Tal vez.
No. Rusia nunca dejó de ser
cristiana. Stalin venció a los hitlerianos gracias al apoyo de los popes. El
patriarca Sergio llamó a la cruzada contra el espíritu del mal. Y es la llegada
del espíritu del mal lo que se anuncia en Fátima. La bestia parda. Los ídolos
totalitarios. Pero hay también otros caminos por los que la libertad y la
dignidad del hombre están a día de hoy amenazadas. Hay el totalitarismo de la
globalización que impone el pensamiento único y ataca a la iglesia de Cristo
con más saña y procedimientos más filistinos que lo hiciera el Comunismo. O el
feminismo troncal y mostrenco que nada tiene que ver con la mujer ni la
condición femenina.
La lucha de clases ha sido
reemplazada por la lucha de géneros en nuestra sociedad. Se trata una
aberración indigna para el gran papel que tiene la mujer en nuestras vidas y
María es la mujer por excelencia, la Madre de Vida y Esperanza nuestra. Hay
alusiones a guerras, catástrofes, desgarros pero ninguna a la crisis de fe
pavorosa que vive Occidente en su pérdida de valores y a ese laicismo que aquí
en España se quiere achacar como si fuera un chivo expiatorio de los males
nacionales al presidente ZP. A la incomprensión a las injusticias en el reparto
de las riquezas. Al capitalismo que ha entronizado el Divino Negocio, la Santa
Moneda, Business is Business. No se menciona tampoco a los cayucos y a los
descorrimientos de población en masa o a la efervescencia de las sectas que han
tenido su apoyo en los Estados Unidos. Al eje del mal y a todas esas fuerzas
oscuras que han metido la mano en el avispero del Islam para proyectarlo en una
lucha sin cuartel hacia Europa sobre la cual pesa una consigna:
descristianizarla. Hundid al Bismark. Cristo molesta.
Y la Virgen de Fátima debe de ser
una virgen como muy de derechas siguiendo los convencionalismos del tiempo del
pontificado de Eugenio Pacelli que (todo hay que decirlo: fue una de las
grandes luminarias de la Iglesia y él también salvó a muchos judíos) de ideas
muy conservadoras aferrado a las pautas de un nacional catolicismo que hoy está
muy en crisis y que ha vuelto a rebrotar en Polonia. Pero uno sigue en puridad
siendo cristologico, cristocentrico, mariologico. Mi fe no es derechas ni e
izquierdas, cree en el hombre y en su proyección sobre el siglo futuro. Postula
por la causa de la libertad del Gran Eleuterio. El spasiteli o salvador que
derribó los tenderetes de los marchantes y expulsó con un roten en la mano a
los cambistas del pueblo. La simonía sigue siendo una amenaza para la Iglesia.
Cando en época del presidente de Aznar fui desposeído de mi empleo y me tomaron
por loco después de padecer intensa persecución, purgas y cazas de brujas me
cogí mis libros y mis grimorios y me planté en Prado Nuevo, esa cerca del
Escorial donde dicen que se parecía la Virgen. Lugar extraño pues allí pude
observar ciertos fenómenos parasicológicos: Danza del sol, personas en trance,
signos en el cielo y después de una tormenta se dibujó el rostro en colores del
Perpetuo socorro con el Niño en brazos.
Tomé fotografías y en la corteza
de los fresnos salían estampados rostros extraños. Allí acudían las buenas
gentes de España, la clase más analfabeta del catolicismo sólido y carbonero
con sus achaques, sus problemas familiares y psicológicos, los parados, los
desamparados, las mujeres maltratadas y los maridos expulsados del hogar en
busca de una luz en medio de tanta tiniebla. Los ochenta y los noventa fueron
tiempos en España muy duros. Venían con sus calderillos para llenarlos de agua
de la fuente que consideraban milagrosa con ellos rociaban los miembros
dolientes de sus enfermos. Allí una buena señora hacía visajes ante el
micrófono, hablaba con voz ronca y entre suspiros. Todo algo diabólico y
desagradable pero curioso. Muy curioso y como decía san Pablo, nada del hombre
me será ajeno, me enfrasqué en el estudio de las apariciones que es algo tan
viejo como la historia de la humanidad y que acontecían ya en tiempo paganos.
Los dioses romanos no eran sino trasuntos de ciertas apariciones, de los dioses
familiares, ciertos diablillos que llamaban manes, lemures y penates, que
enredan, desbaratan o protegen según y como.
Allí la gente iba en busca de
Amparo.
▬-Tú estás protegido- me dijo una
saludadora.
-▬¿Cómo lo sabes?
-▬¿No ves esa cruz sobre la
frente?
Y efectivamente la vieja tenía
estampada una cruz luminosa sobre la frente. Joder. Pero no estaba asistiendo a
una aparición marial sino a un tenida espiritista. Los espasmos, las luces, los
ensalmos eran del todo diabólicos y la tal Amparo Cuevas no era más que una
exhibicionista. Nos estaba engañando a todos, tomando el pelo, con el cuento de
que cada primero de mes, hilo directo con las Alturas, recibía un mensaje de la
Virgen siempre en tono aterrorizante y apocalíptico. Al lugar venían también
muchos portugueses pero estos peregrinos no hacían partija con los españoles.
Iban a su aire. Eran los heraldos de Fátima. Gente de buena fe, sencilla, y
algo timorata capaz de meterse en un autobús y hacerse más de mil kilómetros
para ir a un sitio a rezar el rosario y pedir por sus enfermos. Seriedad y
compostura lusitana que nada tiene que ver con la milagrería castellana. Aquí
una buena procesión de disciplinantes presta tanto como la mejor corrida de
toros.
Sin embargo, aconteció que me
curó de una enfermedad diagnosticada como un mal incurable, desaparecieron los
dolores de la barriga y la vidente me anunciaba que un día volvería a ser
rehabilitado en mi trabajo y a ver a mi hija Helen Parra-Hugh. Así ha sido.
Pero no tengo que darle las gracias a la Virgen María sino a ZP y una ministra
como Carmen Calvo clemente señora que aunque se profesen laicos y republicanos
tienen más piedad para con el prójimo que algunas Hijas de María. ¡Bendito sea
Dios!
Por lo que toca al reencuentro
con mi hija perdida, fue un milagro de Internet, de esta página donde escribo o
cosas de la vida. Eso de milagros para mí es una palabra muy fuerte. Con
respecto a la enfermedad que yo padecía a lo mejor es que hizo crisis o que me
fue mal justificada por un galeno dormido o perezoso. Hubo instantes en que
creí a pie juntillas en que lo que acontecía en la cerca de Prado Nuevo era
cierto. Que la finca estaba bendita y que los fresnos eran árboles celestiales
y que las caras que aparecían estampadas en mis negativos eran alas de Ángeles
y figuras de las escenas de Cristo. Too much for my body. Pero a estas
conclusiones no les avalaba ninguna conclusión científica.
Un día leyendo al gran Cajal me
encontré con la respuesta. Decía nuestro sabio histólogo que los santos y los
milagros del ayer son nuestros microbios de hoy en día. Y en efecto esas caras
extrañas que se plasmaban en mis tomas de los fresnos del Escorial se debían a
unos bichitos que son hongos y que en bibliotecnoeconomía se llaman agentes
microgenicos que producen figuras extrañas dentro de una imagen por corrosión.
Las caras de Belmez por ejemplo. Por otra parte en el terreno de la
parpsicología se ha avanzado poco y ahora que lo pienso Lourdes, Fátima, el
Escorial, Mendjigore en la ex Yugoslavia etc pertenecen más que al mundo de la
fe al terreno resbaladizo de la sugestión parapsicológica. Se trata de lugares
extraños emplazados en sitios con un fuerte tirón telúrico a los que hay que
acudir con cierta prevención circunspecta y con algún conocimiento de
astrología.
Prado Nuevo que en tiempos fue
una dehesa por donde paseaba Felipe II, gran aficionado a las ciencias ocultas
adivinatorias y nuncupatorios (por eso alzó el Escorial en aquel sitio) a mí no
me quitó la fe. Me la devolvió y desde que asistí a tales tenidas en ciertas
maneras repugnantes de la Cuevas con sus jipios y gorgoritos mi fe ha salido
fortalecida. Es más esotérica por supuesto. Soy más mariologico. Más cristocentrico.
Pero no se trata más que de una vivencia. De una postura personal.
13/05/07
EL ESPIRITU SANTO SOPLA DESDE
MINESOTTA. EN EE.UU LA ORTODOXIA ES UNA MODA RELIGIOSA
Celebro Pentecostés en compañía
de una radio amiga que accede hasta mi celda via Internet se llama Ancient Old
Faith Radio (cantos sublimes y hasta las letanías intraducibles en el viejo
eslavónico, en castellano, y en el griego puro no en coiné suenen maravillosas
adaptadas con un buen coro en inglés) El Espíritu Santo sopla cuando quiere y
donde quiera. Ahora le toca el turno al gran pueblo norteamericano.
Lo hace desde Minnessotta. Es una
estación en la red en antena las 24 horas del día. Son las maravillas de un
cántico nuevo gracias a la Red. El cerebro electrónico como útil de gestión y
de transmisión. El mensaje es relajante, no estridente, como hacen otras radios
del terruño y las comparaciones son odiosas, las veinticuatro horas del día. En
las oficinas., en las salas de espera, en las consolas del escritor o del
bombero o del policía merced a la magia electrónica es posible escuchar a los
coros que escuchaba Musorgsky, el canto del Querubín, las letanías, el Agios
–Agios- Agios o tres veces santo, el Akazistos o himno a la virgen. América,
pese a las diferencias que puedan tener Bush y Putin, ha encontrado el tesoro
escondido de la Ortodoxia una forma de entender el cristianismo donde lo
personal a diferencia de lo que ocurre en el catolicismo y sobre todo en el
protestantismo en el que prima lo particular en las relaciones con Dios se
relega a lo colectivo, donde la liturgia y el canto diaconal nacida del culto a
la belleza o filocalía, un concepto sin el cual no se puede entender a los
griegos, lleva todo el peso de las invocaciones constantes a la Trinidad.
Kyries y santiguadas. La oración vocal le gana aquí la partida a la oración
mental. Yo rezo. La adoración ha de ser colectiva. En la ortodoxia se concibe
como un gran templo. Y no me quiero meter en teologías pues ese camino nos
podría llevar a falsos misticismos y peligrosas aberraciones, cada uno modula
su aproximación a lo trascendente según sus apetencias y capacidades pero
aquellos que cantan y rezan juntos tienen a la postre que amarse pues han
gozado en comunión de los dones del eucarístico ágape.
Los oficios religiosos en el rito
de Basilio y Crisóstomo suelen ser muy largos debido a esa noción del
hesicasmos o repetición continua de las suplicas que vino del desierto y de los
mantras hindúes o del tasbib muslímico en el que se invoca el Alá es Grande
múltiples veces en las congregaciones de la mezquita. Mutatis mutandis, el Ala
akber islámico es un Kirie eleison cristiano, una invocación trinitaria. Algo
muy viejo y a la vez nuevo porque lo importante en el hombre en su caminar por
las sendas de la historia no cambia. En definitiva, América se ha reencontrado
con la ortodoxia. Es un culto que está de moda en Nueva York desde que el
Príncipe de Gales Carlos dijo que a él le gusta mucho más el canon basílico que
el anglicano. Por otra parte se han cansado de los tele predicadores que
durante las pasadas décadas arrasaron pero esos señores que hablan sin parar y
dicen que curan y hacen exorcismos –me acuerdo en una misa en una capilla
bautista de Georgia donde yo era el único blanco y a las señoras negras no se
les caía de la boca la palabra Aleluya y el Gloria a Dios que entraban en
trance les daban vahídos y prorrumpían en gritos histéricos cuando les ponía un
dedo el ministro en la cabeza pero este ministro era un pájaro de cuenta se
hizo millonario- luego resultó que amaban las riquezas más de la cuenta y ya lo
dice el Evangelio es más difícil que entre un rico en el reino de los cielos
que pase por el ojo de la aguja un camello.
Anécdotas aparte, el pueblo
americano está todo el imbuido de un sentido mesiánico del vivir. Para ellos
Dios es algo muy importante. Ya la revista Time lo anunciaba en una de sus
portadas al comenzar la presente centuria que el siglo XXI será el siglo de
Dios o no será. "In God we trust" se lee en el exergo de los billetes
de a un dólar.
Recuerdo mi impresión primera de
la Quinta Avenida y aquellos hombres anuncio que discurrían por la acera de la
arteria más animada del mundo con un cartel por detrás The End is at Hand (se
acerca el final) y por delante Jesús I love. In Him we trust (Amo a Jesús en el
que todos confiamos) entre la indiferencia de los "conmuters" que tenían
prisa. También era frecuente encontrarse con aquellos oradores de guardacantón
en cualquier esquina de Manhattan que biblia al brazo comentaban los versículos
de la Escritura y que un amigo mío los llamaba orates a lo divino. Un pueblo
del Libro hasta la extenuación. No, América no es como la pintan las películas
banales, materialistas y descreídas por más que sea el estado más laico del
planeta y desde la Primera enmienda a la Constitución se profesa un respeto
eximio rayano en veneración con la libertad de conciencia. Allí se reverencia
tanto al ateo como al creyente pero nadie se escandaliza porque un sujeto haga
profesión de fe desde una publicación que cada uno piense como le dé la gana
allá cada cual pero no te rasgues las vestiduras si el otro se exaspera y te
contesta como te corresponde.
Pero en España donde residen
adherencias totalitarias dentro de ciertos "demócratas ridículos"
tomando el rábano por la hojas nos hemos pensado a juzgar de esa mimesis que
practica nuestra prensa corazón de las malas cosas y de los vicios ocultos de
los EE: UU nos hemos pensado, digo, que todo el monte es orégano y que esto es
Hollywood y que allí se vive en perpetua bacanal. No. Una de las cosas que echo
de menos de aquel Nueva York que amé y padecí fue la primera página del New
York Times. Tengo mono de aquello como le pasaba a Manolo Blanco Tobío. Era el
catalejo para asomarse al mundo mejor. ¿Dónde quedaba España? Un país
pequeñito. Las noticias de Madrid venían en un recuadro pequeñito. A veces los
españoles nos creemos el ombligo de todas las cosas. Hay algo de paranoia en la
vida española. Pero, en fin, yo recuerdo con fruición aquella ciudad de los
rascacielos sede del progreso con complejo de torre babélica. Donde todo era
posible encontrarse con un rabino hasídico que caminaba por Brooklyn seguido de
su mujer que gastaba peluca y estaba cargada de hijos y no debía caminar a la
par que el marido como manda el Talmud y un poco más allá un hara krishna y en
las escalerillas del metro me topé una vez con un gigantesco monje ruso. Vestía
parda sotana barba recortada y el pelo largo recogido en una coleta al estilo
del monte Athos y en medio de la barahúnda de New York City adonde había
saltado a la plataforma del andén metropolitano seguramente desde las páginas
de una novela de Antón Chejov parecía un espectro. Aquel monje que se paseaba
por el apeadero del metropolitano neoyorquino al anochecer venía de cantar
vísperas de una iglesia del Bowry en la que Dios se apiadaba tal vez de los
desamparados y del deshecho de la Gran Manzana y volvía a su convento en Nueva
Jersey.
Ya en el siglo XV llegaron a
Alaska los primeros misioneros rusos y Alaska que los zares vendieron a los
Estados unidos haciendo un mal negocio dependía del metropolita de Novosibirsk.
A América el cristianismo no lo
llevamos los españoles aunque parezca chocante decirlo sino los rusos y ahí
existe toda una maneja por desenmarañar y descubrir del Cristo ortodoxo que
suele ser un cristo manso y oculto que habla poco y canta mucho.. La popularidad
que encuentra la ortodoxia en los USA, una nueva moda que arrasa en un país
imbuido de religiosidad se explica en la historia de la Unión fundado por no
conformistas protestantes: Los padres peregrinos del Mayflower más radicales en
la interpretación de la escritura que la iglesia oficial anglicana y por los
virginianos de profundas creencias medievales en el culto a la Virgen María.
Ellos tuvieron que abandonar su
país la Old Merry England donde la mayor parte de los campanarios normandos
fueron desmochados o "belfries" y se derribaron las campanas.
Asimismo las capillas a la Virgen o las lady Chapel fueron cerradas. Pero
todavía un estado de la Unión el más importante donde se encuentra Washington
se sigue denominando en honor de la Virgen y son los ortodoxos los que más se
distinguieron en honrar a la Madre de Dios. Tienen un himno precioso que se
canta de pies todos los sábados y en los días de Cuaresma el Akazistós. Todas
las estrofas del quirografo bizantino que data del siglo VI empiezan con la salutación
de Alégrate.
La escuché el otro día por Radio
Blago otra emisora de espiritualidad ortodoxa instalado en un monasterio del
Caúcaso y me emocioné un poco. Si bien se mira, estamos viviendo tiempos de
cambio. Por el ciberespacio cunden las maravillas que transformarán al mundo.
Las diferencias entre Roma y Constantinopla son mínimas en el credo pero
abismales en el talante. La bizantina sigue la ruta filosófica de Platón y la
romana la de Aristóteles. La utopía frente al racionalismo. El alma frente al
pensamiento. Santo Tomás de Aquino el gran peripato que sigue la senda marcada
por Agustín trata de explicar la existencia de Dios mediante el intelecto. Es
un argumento hacia debajo de Dios hacia las criaturas. En los padres orientales
es al revés. Un místico español Raimundo Lulio a contrapelo del pensamiento
tomista de Bernardo y Abelardo imbuido de este sentir oriental de la presencia
de Dios en el mundo creía en la posible reconciliación de las tres religiones.
El franciscano mallorquín había
leído De tribus impostoribus y estaba convencido de que la conversión del
pueblo hebreo y de los islamitas era posible no por la espada sino mediante la
persuasión. Fracasó en su peregrinación a Berbería donde encontró según lo más
probable la muerte a manos de los sarracenos. Es lo de menos. Su proyecto –
Lull es el padre de la literatura catalana- queda ahí y escrito en lemusino con
letras muy gordas: Dios es amor pero claro está luego los panteístas toman el
rábano por las hojas y estamos en lo de siempre: La Iglesia Exterior o iglesia
política nada tiene que ver con el tabernáculo interior del testamento nuevo.
Lulio era un ortodoxo en el pleno sentido de la palabra. Parecía que había
leído a Nicolás Berdiaeff con seis siglos de anticipación. La iglesia rusa que
parece haber resucitado al cabo de un tiempo infernal de persecuciones,
mártires y acosamientos sin tregua a del materialismo ateo y científico y para
los que la no existencia de Dios –esa gente tendría menos porvenir en USA que
un espía sordo- es un dogma de fe, parece haber resucitado de forma milagrosa,
e insiste en este aspecto: la reconciliación de la humanidad en Cristo. Sus
teólogos la denominan la bolchaaia primierenia (tiempo de perdón y
reconciliación) y en América parecen haber recogido el guante captando el
mensaje.
Dicen que las comas las pone el
diablo para separar el aliento de una frase. También colocó las conjunciones
copulativas y si esa conjunción copulativa es enclítica la cosa tiene ya tres
pares de perendengues. Y sólo una conjunción copulativa enclítica separa a las
dos grandes iglesias católicas la del Este y la del Oeste, una autocéfala y
otra jerárquica – los ortodoxos reconocen la autoridad del obispo de roma solo
como un primus inter pares pero sus diócesis son autónomas reconociendo la
primacía tanto del patriarca de Alejandría de Antioquía de Atenas o de
Constantinopla-: el famoso Filioque que para tratar de explicar aquí por menudo
había que remontarse a los tiempos de Focio y de miguel Cerulario en el siglo
XI sobre la procedencia entre las tres personas del dogma trinitario. Los
canónes con la salvedad del celibato eclesial norma que los papas aplican sólo
al comienzo de la Contrarreforma y que los bizantinos mantienen ad libitum y
salvo en el monacato donde la castidad es preceptiva y el credo son los mismos.
Ciertamente, ellos guardan las
reglas primigenias de un cristianismo antiguo donde es muy importante la
tradición. El papado, observa Berdiaeff, es posterior a la institución de la
iglesia como institución. Fue una creación carolingia. El merovingio Pepino el
Breve emperador del Sacro imperio confiere al obispo de Roma la potestad de
coronar al emperador el día de Navidad y la primacía sobre todos los prelados
basándose en la tan debatida potestas clavium que otorgó Nuestro Señor
Jesucristo a san Pedro en el cenáculo y que los orientales no admiten o
interpretan de otra forma.. En resolución, el tema no puede ser más apasionante
y actual. Cuando se habla de una decadencia de Occidente, del nacimiento de una
Tercera Roma y del síndrome de la iglesia católica vacía o los escándalos del
Vaticano – el ultimo el turbio asunto del arzobispo Markinckus- los templos
ortodoxos están llenos y hay que registrar esta nueva pujanza de la Ortodoxia
norteamericana que llega precisamente cuando allí el catolicismo está en
crisis, los testigos de Jehová o los mormones y los predicadores de ágora ya no
son lo que era. Y desde allí el Paráclito nos visita a través de las ondas de
Internet a los que creemos en el Salvador y en su Parusía.
Saturday, 29 de July de 2017
EL VIOLADOR
Antonio Parra.
Tarde apacible de domingo en el
bloque de apartamentos de una barriada de Madrid. Las gentes de mi ciudad dan
cuerda al reloj, miran lo que dan por la tele, escuchan resultados de los
partidos o sacan comprobantes de la quiniela. De repente oigo gritos:
-▬Socorro, vecinos.
Alguien riñe. Intento salir al
pasillo pero mi mujer me disuade en prevención de que pueda tratarse de un
enfrentamiento conyugal. El vecino del piso enfrente también asoma la gaita
tras el cuarterón pero solo a puerta semi entornada y con la cadena en el
pasador preventiva. En estas situaciones de emergencia la gente tiene miedo, no
quiere líos. ¿Dónde está el antiguo genio de los españoles? Se achaca a la incomunicación,
a la insolidaridad, a que la gente va a lo suyo y por eso las relaciones de
vecindad son de lo más falso(el personal parece que acaba de zamparse un tigre
o tiene la sangre envenenada) que hay, tienes la sensación de que te vigilan,
te controlan, te envidian y los que siempre nos comportamos espontáneos y no
tenemos miedo a nada ni a nadie mostramos nuestro carácter independiente pues
por lo visto somos políticamente incorrectos pero cuando escucho la alarma de
violador o se meten con el honor de mi madre yo siempre me tiro pa adelante.
Entretanto, los gritos arreciaban
y las voces se hacían más estentóreas, había forcejeo, sonaban golpes. No había
más remedio que tirarse a la calle. Bajo al primer descansillo de mi bloque.
Tres de los inquilinos a los que yo solo conocía de vista – buenos días buenas
noches- forcejean con un muchacho de unos 24 años. Un mierda, un gigas, pero
iba bien trajeado, la chupa que llevaba encima debía de valer sus buenos duros,
pega puñetazos y trata de escapar, pero entre los cuatro lo sujetamos.
El fulano no tenía ni media
hostia. A mi padre en artillería le llamaban el sargento Fuerzas (no sé si yo
heredé la fuerza para amarrar uno en cada mano dos proyectiles del quince y
medio, pero sí el salero). Así que lo tumbé de un directo. En principio creí
que se trataba de un caco pero al reconocer a mi vecino del cuarto Gerardo y su
enfurecimiento comprobé que la la cosa pudiera ser más grave. El menda que
teníamos acogotado – podíamos haberlo aplastado igual que una cucaracha- no era
de los del gremio de la ganzúa de Rinconete y Cortadillo. La cosa era mucho
peor. Un violador.
La pequeña Mabel hija de mi
vecino Gerardo y funcionarios de Obras Públicas había bajado a comprar unas
botellas de CocaCola cuando fue abordada en el ascensor por un desconocido que
a punta de navaja la hizo bajar hasta el cuarto de calderas donde están los
mandos de la calefacción y el cajetín de transformadores. La desnudo y le dijo
tu túmbate que yo te digo cositas.
Allí fue sorprendido por otro
vecino in medias res que escuchó los lamentos de la niña. Sentí vergüenza ajena
y abominación hacia aquel joven pálido bien trajeado y el pelo crespo. Pensé en
mis mujeres y le arrée. Con saña. Además.
-▬Vale ya, Antonio que lo matas.
▬¿Qué lo mato? Este cabrón no se
merece vivir.
Mabel tenía las faldas alzadas.
Todo su cuerpo temblaba.
-▬Es que fue como un acto animal
– decía el sujeto en medio de una granizada de puñetazos.
▬-El acto animal te lo van a dar
a ti en la capona. Que te van a abrir un butrón en el culo en cuanto pises la
reja, payaso, más que payaso.
Dimas el camionero no hacía otra
cosa que pronunciar la palabra payaso. Pero aquel que teníamos en nuestras
garras no había salido lo que se dice del circo Price. Por lo menos no del
escenario donde trabajaban Totó y Fofito. Pero sí de una de las jaulas de los
tigres de la Casa de Fieras. A las alimañas hay que cazarlas a lazo aunque
vayan disfrazadas de domadoras pidiendo clemencia porque los clowns que en esta
vida nunca falta y aquella tarde en mi bloque tuvimos "Fiesta al
noroeste". María Matute volvió a contárnosla con pelos y señales.
La policía no tardó en
llegar (esa abnegada y eficiente Policía
Nacional) Al número que le puso las esposas parece que lo conocía o al menos
resultaba un héroe para mí. Era un hombre alto el rostro noble bien trabado de
hombres. Serrano de Ávila. Recuerdo que dijo:
▬Deberían haberle dado más caña porque es reincidente y se merecía
una buena somanta. Ahora nosotros no podemos tocarle un pelo de la ropa. Porque
nos denuncia y nos lleva a juicio por malos trato y por faltas al Código Ético
de los Derechos humanos.
-▬No te fastidia
Se había arremolinado en el
vestíbulo un buen golpe de gente. El rumor de que habían atrapado a un violata
corrió por toda la calle. Y venía a ver la fiera como si fuese un número
curioso de circo. Otra vez con los clowns a vueltas. Los números de la policía
nacional y los guindillas que se presentaron al poco rato impidieron un
linchamiento o que le aplicaran la ley de Mahoma de donde dan las toman. Todo
el bloque estaba en peso enfurecido contra aquel hombre.
Hay dos cosas que sublevan a uno
hijo de la raza, porque al fin y al cabo somos del país de Fuenteovejuna y es
el atropello de una mujer no consintiente -cuando les gusta ya es harina de
otro costal y en este caso era una virgencita una niña de poco más de once
años- y el que le llamen a uno sin comerlo beberlo hijoputa. El mayor escarnio
y algunas domadoras por ahí por foros y por chats se van de la lengua. Otros
menazan. Watch out. Menos globitos
A todo esto nos fuimos todos a la
comisaría. El individuo que dijo llamarse Fabián siguió repitiendo la cantinela
de "fue algo animal ...fue algo animal". Pero se hace el atestado y
en la declaración que ofrece el acusado dice que fue la niña la que le había
provocado. Llevaba una falda muy corta y le sonríe cuando salía de la tienda de
comprar chuches. Sin embargo reconoce que no estaba en el portal de nuestro
bloque de visita. Había ido a conseguir algo dinero pa droga. El inspector no
puede ser más eficiente y cabal en la cumplimentación del atestado pero dice
que el ladrón-violador se las sabe todas.
Según el servidor del orden
publico, será difícil que puedan aportarse pruebas y Fabián que fue habido
gracias a nuestras feroces e indignados puños salió libre por la puerta grande
de la Ley. Sentimos rabia e impotencia. Otro malhechor que anda suelto. En
Estados Unidos lo pondrían en la morgue o lo sentarían en la silla eléctrica.
América y en eso soy muy pronorteamericano no puede ver a los violadores
–tampoco a los envidiosos y a los difamadores- Es la ley del Colt. El que la
hace la paga y los policías neoyorquinos lo aplican la ley de fugas. Vd no
corra ni se le ocurra cuando le diga un cop: corre. Porque va a ser cadáver en
dos segundos. Aquí en España seguimos siendo demasiado permisivos para estos
asuntos graves y muy estrechos de manga en lo que se refiere a parvedad de
materia. Y yo digo estas cosas no a título de periodista sino como testigo de
cargo a beneficio de inventario. Mabel la pequeña Mabel pudo ser su hija,
amable lector o su nieta. Gerardo siempre que me ve me invita a unas cañitas.
-▬Tómese lo que quiera, Sr.
Parra.
▬-Muy amable.
▬-Lo que hizo usted por mí no lo
olvidaré nunca.
▬-Hombre se agradece pero no tuvo
la menor importancia. Todo el mundo en mi caso hubiera hecho lo mismo.
▬-No todos no. Los hay que
escurren el lomo o atacan por detrás. Vd. no es de esos.
▬-Por supuesto que no.
▬Ya sabe donde me tiene. Yo
también soy valiente y me gustan los valientes.
-▬Gracias, Gerardo.
Dios se lo pague a su
agradecimiento que de desagradecidos está el mundo lleno por eso cuando la
calumnia aprieta sus tábanos –▬ y la calumnia envidiosa o rijosa, el ultraje
gratuito o la amenaza es como una violación, una violación del honor-▬ me
acuerdo de mi vecino el papá de Mabel. Y pienso que llamo a mi amigo Gerardo o
a mi primo el de Zumosol. No hace faltan. En mi familia hay tres policías,
cuatro guardias civiles y mi padre militar. No hace al caso molestar, me puedo
valer yo por mi cuenta. No soy un matón pero tampoco un enagüillas. No he
renegado de esa bendita bandera que juré en Getafe. Y la defenderé con mi
propia sangre pero jamás de los jamás es para matar hermanos. Lo malo es que
los ahora se las dan de tanto patriotismo no fueron a la mili porque fueron
declarados hijos de viuda, expedientes de cupo, los pies planos o a lo mejor
pueden que se declaren súbditos de otra nacionalidad. Se pasaron al enemigo
Entonces sí. Entonces podían convertirse en objetivo. En enemigos de mi patria.
FAULKNER CUMPLE 110 AÑOS
Antonio Parra Galindo
El 22 de julio de 1962 moriría en
Oxford (Mississippi) William Faulkner el novelista estadounidense que mejor
supo plasmar a decir de los expertos la realidad del mundo moderno, y un
innovador del género narrativo acaso uno de los más imitados junto con Kafka
Joyce Dos Passos y Hemingway. Asimismo crece a lo largo de su dilatada una
contemplación del mundo muy personal. Otro dato por el que es diferenciado
Faulkner dentro de cupo de escritores de Norteamérica es por haberse erigido en
rapsoda del Sur profundo y violento, segregacionista y atrasado. Para ello crea
un país imaginario que algunos han imitado (estoy pensando en Juan Benet y su
región). En el caso de Faulkner es Yoknapatwha – el nombrecito se las trae- y
allí desarrolla gran parte de la trama de sus historias. El lugar es una
especie de ínsula Barataria de las pasiones con sus crímenes, declives
familiares, quiebras de las fortunas, el cierre y decadencia de las antiguas
plantaciones de tabacos. El surgir y declinar de la estrella. La creación y
profanación del mito porque más que un escritor es un mito. El mito de América.
El sueño americano.
Yoknapatwha estaba en alguna
parte del estado de Mississippi donde nació el novelista en 1897. Hoy tendría
William 110 años. Era hijo de unos colonos tabaqueros y algodoneros procedentes
de Irlanda. Su abuelo había sido militar surista. Era coronel. Mandó un
regimiento. Mal estudiante y bajo de estatura no daría la entrada para
alistarse a filas por lo que expediente de cupo se libró de marchar a pelear a
Europa en 1914. Sin embargo lo admitieron en la aviación canadiense. La primera
gran guerra es el hecho más importante de su existencia eje de marcha sobre el
que gira a veces su novelística onírica hechas de jirones de realidad y de
peldaños en la escalera del recuerdo. Otro tanto le ocurriría a sus
contemporáneos: Dos Passos, Hemingway y Fitzgerald.
Su aparato fue derribado en la
batalla del Somme. A consecuencia de las heridas tendría muchos dolores y
acudiría a las anfetaminas la morfina y al alcohol que lo destruyó para mitigarlos.
La metralla se le movía en piernas y brazos al cambiar el tiempo. Por eso bebe.
Se matricula en la universidad de Mississippi. Lo echan por borracho. Tampoco
era capaz de concentrarse. Recorre toda una gama de oficios: carteros, albañil,
maletero de estación, guarda nocturno o lo que se llamaría hoy securata de unos
grandes almacenes. Pronto descubre que el escribir sirve de terapia a su cuerpo
y calma la sensación de vacío de una vida fracasada. En sus noches de vigilante
se entretiene emborronando cuartillas.
Asi surge The Sound And The Fury.
Una de las novelas señeras del presente siglo casualmente llega empapada de
alcohol y de congoja. El título se lo había tomado al Macbeth de Shakespeare.
La vida es una historia llena de sonidos y de furia contada por un idiota. En
este caso la contaba un guardabosque. La crítica acoge la novela con entusiasmo
y todos son unánimes de calificarla de hallazgo definitivo. Un cuadro anímico
del espíritu de la América de entreguerras. John dos Pasos, Hemingway forman
con Faulkner la terna atacante de la generación pérdida. Todos volvieron de la
guerra, fracasados. Faulkner está considerado como el de mayor talla. Se había
aficionado a las letras al poco de regresar del frente. Su primer trabajo la
paga del soldado es de 1926. tres años más tarde y con motivo del hundimiento
de Wall Street su humor no puede ser más pesimista: While I lie dying.
Es la novela de un suicida.
Posteriormente vienen Santuario, Luz De Agosto, Absalón Absalon y Réquiem Por
Una Monja. Ninguno de estos trabajos le reporta ningún lucro. Por lo que decide
hacerse guionista de Hollywood. Lo mismo que otros escritores famosos como
Aldous Huxley, Woodhouse etc. También sin excesiva fortuna. A la Meca del cine
le venían grandes los genios. Estruja mejor la cabeza de los mediocres. Con lo
que en su país sería prácticamente un desconocido hasta los comedios de los
años cuarenta. Su prosa era desgarrada, críptica y algo en clave, penosa de
leer salvo a los buenos paladares con bouquet para la literatura y a veces ni a
estos mismos. Parece que sus novelas están escritas a caballo. No es el espejo
que Flaubert larga a través del camino sino crónicas galope. Cabalga entre la
desesperación y la esperanza.
En 1949 le conceden el Nóbel y
hace declaraciones. Entre ellas la siguiente: "Creo en el hombre en su
nobleza para el sufrimiento y la supervivencia. La raza humana sobrevivirá
incluso a un holocausto nuclear. El ser humano es inmortal y esa inmortalidad
dimana de su capacidad para adaptarse al medio. En los saltos que da el
progreso a lo largo de la historia".
Faulkner llega del profundo sur
donde el sentido de la existencia es fatalista. El ser humano no podrá escapar
a us propio destino. Al Fatum de los romanos y que Nietzsche llama Schiksal. En
la vida hay tres vertientes ineluctables: derrota-condena-fatalidad. Estamos
sin embargo ante un escritor cristiano. Como la mayor parte de los anglosajones
formó su estilo en la Biblia.
Y considera que los Sinópticos es
la historia mejor contada. Ningún escritor conseguirá vencer a los cuatro
evangelistas en el arte de narrar. Y aplica este cristianismo a su temática.
Por ejemplo en Fábula que se desarrolla en las trincheras del Somme cuenta la
historia de un pobre soldado desertor que encara la muerte por fusilamiento. El
pobre muchacho encarna la pasión de Cristo otra vez y Faulkner intenta abordar
el tema como si fuera san Mateo el cronista de este lance. El autor se nos
muestra muy antimilitarista lo que no deja de ser parodia. No creo que su
paisano Bush otro sureño y un autentico warmonger haya pasado más de cinco
minutos ante un texto de Faulkner.
Con todo, su obra mayor es the
Sound And The Fury. La vida no significa nada. Sin la fe todo pierde sentido. Y
el ser humano caminará siempre rodeado de sombras. En esta novela el argumento
no puede ser más crudo: el hundimiento de una familia en medio del alcohol, la
codicia, el incesto, las cálidas noches de sofoco en la veranda entre el
aullido lejano de los chacales, el zumbar de los mosquitos y el rítmico balanceo
de la tumbona en la veranda. The Sound And The Fury calificada como una de las
mayores obras de arte literarias del pasado siglo formula la profecía de un
tiempo que habría de venir: la decadencia del sur que es la decadencia de
América en definitiva.
Pero Faulkner sigue vivo
campeando el temporal de las modas y de los gustos literarios. La literatura
también rinde tributo a la novedad pero los hombres pasan y también las modas.
Es el ápice y el punto de referencia del gran friso de la literatura estadounidense.
Ha tenido muchos émulos e imitadores pero es un autor inimitable. Como todo
aquel que habla con voz propia. Como todo profeta que señala el camino. El
pequeño demonio del sur sigue marcando el rumbo y eso que su prosa no es
convencional sino muy enrevesada como la de Samuel Beckett, Kafka, o Proust. Es
un escritor de escritores. Denso y con una protuberante cargazón intelectual,
un maestro de lenguaje y así da gusto leer y también escribir. Sus frases
siguen retumbando en mi memoria como el eco de los derrubios que se lanzan al
vacío desde el cañón del Colorado. Un aviso. "Absalon, Absalon" y que
no se os enrosquen los cabellos en la rama de una encina como le ocurrió al
fatuo y apuesto personaje bíblico.
S29/07/2017
ATEOS DE DERECHAS GRAFÓMANOS,
PARANOICOS Y ORTRAS HIERBAS
Antonio Parra
Os curas e os taberneiros tiñen
moito parecido, os curas bautizan nenous e os taberneiros o vinho. Los curas y
los taberneros tienen mucho parecido, unos bautizan niños y otros vinos (canción
popular, Galicia). En vez de llorar, orillas del mar, es como para ponerse a
cantar muñeiras; por ejemplo, el Naveira do mar pues es el caso que como los
curas y los taberneros tienen mucho parecido y por aquello de que dios los cría
y ellos se juntan., aquí estamos hechos todos unos zorros Mi vida por un plato
de lentejas y mi honra por un buen debate en foro de triste aforo. Preferí yo
siempre los cenáculos porque del foro son solo los de Madrid y aquí lo que hay
es mucho guiri. Pues eso. Los ateos y los gays- el que no junta desparrama-
tienen una cosa en común: que no se les puede quitar la razón como a los locos.
Ellos erre que erre, que no hay Dios. Esa idea no se les quita de la cabeza, y
si les dices que no están en lo cierto, se ponen a chillar igual que posesos.
Calma. Calma, amigos. Asómese a la ventana, querido fray Tomás, y contemple el
universo. ¿Nunca ha visto un buey volar? Esas estrellas del cielo ¿quien los
crió? ¿Qué mano ordena el ciclo de las estaciones? Si se mira a las criaturas,
uno puede entrar en éxtasis o en contemplación y prorrumpir en un cántico al
hermano sol a la hermana luna o al hermano lobo con Francisco el hijo de
Bernardone.
Pero, si se mira hacia adentro,
uno escucha la voz de alguien que es mágica que es nuestra conciencia nosotros
mismos - es el argumento probatorio utilizado por Anselmo de Cantorbery- y el
hecho de que usted no crea porque se le ha muerto un hijo que andaba metido en
la droga no es para ponerse así. Blasfemos y desesperados los hubo siempre. Dios
es el sumo bien pero también existe el mal en el mundo, el odio la malquerencia
la calumnia el pecado de soberbia que es el peor de todos. Usted señora o
caballero no es nada, algo insignificante y contingente, una maleta en transito
que se pierde entre el matalotaje de un tren de largo recorrido, y el que a
ustedes les hayan ocurrido algunas desgracias que a otros también nos han
sucedido y no la emprendemos a tirar con flecha y con arco contra el triangulo
de la Santísima Trinidad, no es para tomárselo por la tremenda. Somos carne de
dolor y nuestro destino es convertirnos en crucifijos. La vida no es más que
una mala noche en una mala posada, Teresa dixit. Dios seguirá existiendo y su
presencia en las cosas es cosa demostrada. Seguirá existiendo a pesar de
ustedes. Él no les necesita. Vds., a él sí. Pero piensen como ustedes le dé la
gana.
Ese ojo mágico que todo lo ve y
todo lo sustenta es Dios. El gran arquitecto como dicen los masones pues hasta
los masones creen en Él. Dios, el cristiano, el Mío, es amor pero si usted va
por esta triste existencia, lleno o llena de odio, no podrá escuchar mi
canción, pues sus ojos no están limpios para ver al Señor. Vivimos en la
cultura de la queja que deriva en blasfemia y a ver si va a tener la culpa ZP
de que hayan ustedes perdido la fe. Se trata de un movimiento que vengo
observando cuando recién inaugurado Internet yo me metía en los chatos. El
ateísmo como el porno duro y las viejas canciones de la santificadora ortodoxia
todo en totum revolutum todo metido en un mismo saco navegan por Internet pero
allí no me encontré a los ateos de toda la vida a los anarquistas
anticlericales los torvillos de mis entretelas, puesto que me percaté que los
más envenados eran votantes del PP y se hacían lenguas de José María Aznar que
para mí es uno de los mayores desastres de esta democracia.
Observé que estos ateos eran
peperos paranoicos y un poco anticristos pues les deben haber lavado el cerebro
en una cadena que dice ser lo que no es. Además, demostraban un ateísmo dogmático
y practicante que hiere mi sensibilidad de creyente en Jesucristo no en Mahoma
ni en Moisés. De las tres religiones del libro solamente una puede ser la
verdadera pero no se lo digamos al Gordo que va con un sombrero negro y enorme
a las manifestaciones y tampoco es él lo que parece aunque se diga luterano
pobrecito mío. Son esos ateos una especie de peste que copan todas las tribunas
de la red.
Ello forma parte de toda una
estrategia bien diseñada de los anticristos. Al que dice profesar la religión
de Jesús lo arrinconan lo escarnecen y censurarán con ese agit prop en el que
son tan expertos. Ellos solo creen en la banca Morgan en Bush y en Blair.
Además, inverecundos, exponen sus taras como si fuese una conquista y así se
ufanan de sus mermas. Si argumentas por ejemplo que crees en Nuestro Señor
Jesucristo salvador del mundo y dador de vida o si cuentas una historia de como
posesionaste en semana santa detrás de un paso por una promesa ya te azupan los
alanos de su intolerancia:
- Mira éste.
Y si eres partidario del amor
como vinculo procreador entre el hombre y la mujer y no por mero deleite ya te
vienen con monsergas. Uno comprende sus posturas que a lo mejor resulta de una
enfermedad de un vicio de una mala postura en la cama o de algo genético váyase
usted a saber pero amiga mía si usted perdió la fe por hache o por be no es
para que la condecoremos. Es usted digna de lastima. Y no es que la recomiende
yo que escuchara las charlas del P.Venancio Marcos como hacían muchas mujeres
en mi infancia porque el pobrecillo ya se ha muerto y, amén de eso, decía
verdaderas barbaridades teológicas pero permítame que la compadezca. Marcos,
por otro lado, también era digno de lastima; era un obseso sexual producto
típico del nacional catolicismo que es donde empezaron a quebrar muchas cosas
en este país y ya lo vengo diciendo el cristianismo no es un problema de
bragueta, mejor me lo pones. Creer es una gracia. No es un argumento sino un
sentimiento. Nada tiene que ver con la mente. Hay cosas que están próximas al
corazón que la razón no entiende.
Para mí la fe es un don precioso
en vasija de barro que nada tiene que ver con mi peripecia personal, puesto que
yo no soy importante, sólo barro que se apelmazará en la tierra, lo que no pase
o lo que me deje de pasar se irá por la posta, se lo llevará la trampa. A mí
también me ha zurrado lo suyo la vida pero todavía no he quemado las
filacterias y suelo rezar todos los días el Domine Jesu Christe que dixisti
apostolis tuis pacem relinquo vobis pacem meam do vobis ne respicias peccata
mea sed fidem Ecclesiae tuae. Eamque secundum voluntatem tuam pacificare et
regere digneris da nobis pacem in diebus nostris ut Ope misericordiae adjuti a
peccatis simus semper libri et a Te nunquam separari permitas (Señor mío Jesucristo,
que dijiste a los apóstoles la paz os dejo mi paz os doy, no mires nuestros
pecados sino la fe tu Iglesia. Da paz a nuestros días para que mediante tu
gracia seamos libres de nuestros pecados y no permitas que me separe nunca de
Ti). Hermosa oración del canon tridentino pero, políticamente incorrecta e
incoercible pues para empezar ya no hay pecados ni líneas de separación entre
el mal y el bien. Preciso y precioso texto, que algunos orejas les sonará a
latinajos y se llevarán la mano a las cartucheras y mira que eran viejos
cursillistas antaño y muy de Acción Católica pero que siguen recalcitrantes en
el error y yo creo que odian El Mandamiento Nuevo. Oyen del latín y tiran de
pistola.
Y lo curioso es que todos estos
ateos de nueva generación fueron a colegios de frailes o se educaron con las
monjas. Algo ha fallado en esa educación sentimental que les dieron puesto que
el péndulo osciló hacia la otra punta. Toda nuestra pedagogía ha fracasado. Que
se han hecho ateos desde luego pero siguen conservando el dogmatismo el
clasismo y ese complejo de superioridad y de culpabilidad que les hace ser
egoístas y mirar a todo el mundo por encima del hombro. Hay que darles la razón
como a los locos. Estos ateos de la calle Génova tienen madera de inquisidores.
Exhiben su irreligiosidad, su agnosticismo y su anticatolicismo por más que se
escuden al amparo de intramuros eclesiales y organizaciones afines próximas a
la iglesia. Tienen una idea fija: Zapatero. Burro de todas las cargas culpable
de todos los males. Hablan de los años perdidos y se refieren sin alharacas que
el problema de este país es ese hombre. Wrong. El problema son ellos: su
intolerancia, su ignorancia, su vesania. Son la cara menos amable porno duro en
la red. Decir la más atroz de la derecha, esa derecha irresponsable que en
parte fue la culpable de nuestra guerra civil es decir poco.
No quiero hablar aquí de un tipo
tan poco presentable y muy golpista él nacido en palma de Mallorca y que dejó
sus sesos estampados en una curva de la carretera de la Coruña el banquero de
Franco los conciliábulos de Mola. Lo que yo supe y no supe, y después nunca más
se supo, o nadie quiso saber. Los tapados de las dos esquinas.
Una buena capa todo lo tapa
decían los castizos y el dinero puede mucho, lo puede todo o casi todo, es
incoloro inodoro (aunque muchos hablen del sweet smell of money) e insípido
pero con él se compran los campos de la sangre para enterrar a los ahorcados.
Llevan siglos y siglos así. No cambiaron de táctica. Crime does not pay dicen
los ingleses. El crimen no te tiene cuenta pero a ellos les va bien porque esta
gente siempre se sale con la suya. Apostando a dos caballos gana.
- Entonces ¿por qué escribe
usted?
- Para que no nos quemen más
cenachos en España. Hablé en un artículo de la palabra clastomanía que es la
inclinación mórbida que tienen algunos a romper la baraja. Y saltó un anónimo -
conozco bien su nombre- espetando su iracundia: oiga, esa palabra no viene en
el diccionario. Sin embargo este vocablo ha hecho saltar las alarmas. Pero yo
me apunté otro tanto, les había descubierto sus cartas.
- Los hijos de las tinieblas
nunca soportarán la claridad. La verdad les duele y reaccionan como Satanás
cuando percibe el incienso a través de sus fementidas pituitarias. Él quiere
que la humanidad huela a azufre y a sangre para él maniobrar en la oscuridad,
vendernos la burra y sus campos de Haceldama.
- Entonces va el Pateta y lanza
sus mesnadas por los foros de la red. El Interpuesto es muy hábil por eso le
llaman Príncipe de la Mentira y múltiples son sus disfraces. A veces pone cara
de buen chico/a Ahora enseña patente de demócrata y una librea de tolerancia
aunque debajo de la manga se guarde su temible carta: la de la tiranía y la
guerra, el dolor universal. Escupe hiel bajo una sonrisa de miel.
- Congruente e irreprochable su
razonar.
Estuve cavilando y dándole
vueltas ante el acoso de estos prójimos y prójimas y aproveché mis
conocimientos de psicología para estudiar a través de sus textos algo que se
oculta detrás de su fachada de "buenos chicos" y la verdad es que si
ellos son malos ellas son malas malísimas como lo eran las guardesas de los
Campos. Muy cerrados de molleras puesto que desconocen que el fin ulterior de
la historia es lograr la fusión de los pueblos y las culturas. Se dicen
hispanos pero son anti españoles. Si uno estudia un poco a los cronistas de
Indias, los españoles fomentaron el mestizaje. El inglés, según nos relata
Vasconcelos, sólo se cruzaba con el blanco y exterminó al indígena. Y todos
estos pepitos y pepitas se declaran anglófilos. Pusieron en un altar a Tony
Blair y para ellos Bush y el clan guerrero y armamentista de la actual
administración de la Casa Blanca son casi de naturaleza divina. Y si proferimos
alguna reserva al respecto como insurrectos del periodismo y algo contreras que
siempre fuimos nos tachan de rojos y de progres y nos echan encima la clámide
de albura de los avenates. Lógico. También a mi Maestro lo tomaron por loco y
le vistieron de la túnica blanca de los orates de
Israel. No obstante, y seguimos con los análisis de textos su grafomanía les
delata.
Recuerdo una entrevista que le
hice al doctor Vallejo Nájera hace ya algunos años. El tema de nuestra charla
se centró sobre la paranoia. Y he aquí algunas de las conclusiones que he
rescatado de los apuntes de mi archivo:
1. º Esta enfermedad o delirio
suele manifestarse hacia los cuarenta
Años en los comedios de la vida y
perdura hasta la muerte del paciente con algunas renitencias y recaídas.
2. º Se manifiesta en el orgullo,
egocentrismo, hipertrofia del yo. Sobreestimación de la propia personalidad,
exhibicionismo y engreimiento.
3º Tendencia a imponer las
propias ideas. Nunca aceptan el más pequeño reparo a sus asertos.
4º Megalómanos y salvapatrias.
Llamados a los altos destinos. Se creen un poco los elegidos de dios aunque
para salvar a la humanidad tengan que abrazar el ateísmo.
5º El paranoico es totalmente
crédulo para todo cuanto confirma sus ideas delirantes o de demencia senil y
rechaza todo cuanto le contradice.
7º Conserva la lucidez y a
diferencia del esquizofrénico no pierde contacto con la realidad y su memoria
es buena pero se falsean sus recuerdos. Es terco, irritable y sobre todo y ante
todo carece de sentido del humor. Ojo al dato. Lo que diferencia el texto
salido de la mano de una persona cuerda es que en éste se notarán rasgos
humorísticos pero en los de un paranoico delirante las notas humorísticas
brillan por su ausencia. Son encefalogramas planas y en consecuencia muy difíciles
de hincarles el diente.
8º Son grafómanos. Escriben
constantemente pero su poligrafía les vuelve iterativos. Se repiten más que la
cebolla. No suelen caracterizarse por aportar algo nuevo. Su estilo es pesado e
insípido sin el salero de los verdaderos profesionales de la pluma a los que
ellos roban cancha con sus paridas intrusitas. Pero estas no son incoherentes
por lo que a veces equivocan al lector incauto que quiere haber descubierto a
un genio cuando en realidad está ante un caso flagrante de demencia senil o de
paranoia sin más.
9º Por ultimo, tienen delirios de
grandeza y, tentados de profetismo, se consideran los elegidos de dios. Creen
tener poderes de clarividencia y de adivinación. Pero el delirio se deriva de
choques emocionales muy profundos.
Las aclaraciones del eminente
frenólogo no tienen desperdicio y creo que vienen al pelo en abono de mi tesis
que no es más que un pliego de descargo contra estos ateos de nuevo cuño, que
tienen manía persecutoria con el jefe de gobierno, no creen en dios, tampoco en
su prójimo, deforman la realidad con sus patrañas y mentiras peligrosas. Pero
vivimos en una país de grandes paranoicos, émulos de Hitler, sufragáneos de
Bush y de las absurdas guerras guarras para cebar el monstruo de su lobby
armamentístico, delirios de grandeza. Me creo en el deber pues a lo largo de mi
carrera me los he encontrado por todas partes a estos locos de guante blanco el
desenmascararlos. Antes de que sea demasiado tarde. No me duelen los ataques
personales. El que digan que estoy acabado o que no sé escribir - todos un
ataque diabólico a mi línea de flotación: llevo más de cuarenta años en el
oficio de juntar palabras- o el que sea un hombre acabado o un burnt out case
un caso quemado, como el cura de la novela de Graham Green, no me duele tanto
como el que traten de negar que Cristo vive y está en la historia. Doy
testimonio de su luz pero estos procuradores del nuevo Cesar pronto
desenvainarán la espada pues están dispuestos a todo. A cortar cabezas. Con tal
de que su locura heredada de Luzbel el ángel malo prevalezca. Sin embargo, ahí
están las nueve tesis de Vallejo Nájera para quitarles la máscara a estos
pobres enfermos mentales. Son como una nueva peste parda. Tienen algo de nazis.
De malsines. Deletéreos. Clastomanos. Enredadores. Muñidores de conflictos,
pleitistas, irreverentes, sacrílegos, envidiosos, talibanes, egoístas, cargados
de prejuicios contra la razón, prácticos de la mentira que viven engañados, muy
pagados de sí mismos pero muy aprensivos de su salud y cosas personales,
apegados a sus cosas, y fracasados de la escritura a los que recoge el cubo de
la basura de Internet. Ellos son el problema. Ellos con su intolerancia los que
han vuelto la vida española tan crispada en el paroxismo de la falta de
conllevancia y en su impiedad pagana. Son mucho más intransigentes que los
propios moros a los que critican estos paranoicos afectados por el morbo
visigótico, secuaces de don Opas, y en punto a mujeres me quedo con la humilde
emigrante rumana o boliviana pues a estas ex alumnas de colegios de monjas la
mala educación sentimental le emponzoñó el corazón de odios y de rencores
absurdos hacia el varón, lo que está convirtiendo los hogares en infiernos
portátiles donde arde el fuego cruel de la violencia de genero. Por eso vemos
por ahí tanto florero. Tanta rosa insatisfecha. Mi propósito, con todo, no se
centra en el ataque personal; es sólo moralista. Propongo una enmienda a los
yerros, no la culpa de las personas, se dice el pecado pero no el pecador, y
marco la herida para el cauterio. Que se reformen. Que se conviertan. Que dejen
de incordiar, de hacer daño. El problema de España no es Zapatero. Son ellos. Y
en este pliego de descargo creo que me quedó corto. Podría aducir contra estos
patrañeros muchas cosas. Sufficit. Baste por hoy
AQUÍ SOLO CANTA EL RAITÁN
Publicado en sur de Málaga el 24
de julio de 1982
De todas las lenguas romanas y
románicas, de entre todas las diversas jergas y tonalidades en que se hablan
las lenguas de España, creo que los vocablos más hermosos los conservan
vascuence y bable. Dos idiomas que fueron hablados por gentes aldeanas que
tuvieron un comercio natural y sin mistificaciones de ningún tipo con la
naturaleza. Por eso se hablan como susurros en las frondosidades de los bosques
del país cuando la brisa besa los árboles o los santigua el viento entre las
ramas. Y se refieren a conceptos directos y concretos. No se trata de hablas
especulativas o analíticas. Aparte de eso guardan en ambos casos las esencias
entrañables del pasado prerromano (el celta y el ibero) por lo que se refiere
al guipuzcoano. En cuanto al bable es lo más parecido al lenguaje de los
juglares y de los héroes de los cantares de gesta o al de las legiones romanas
que acamparon en el Bierzo, la asturica invicta cuartel general de la Legio VII
Gemina. Es nuestro romance más puro al que hay que volver para estudiar la
evolución léxica o sintáctica del castellano. ¿Quién no se ha extasiado ante la
ternura de una balada en vascuence como el amets egin goitzian? ¿A quién no se
le alegran las pajarillas o se le vuelve el alma de almíbar al escuchar los
sones del pericote o de la danza prima? La llingua asturiana guarda asimismo de
términos propios de ascendencia celtíbera. Bellos vocablos como cadeixo,
enciso, xana, hatores. Los sufijos diminutivos en in parece que endulzan la
entonación de la marina y de las brañas cuando risca la luz las entrañas del
monte. Hay vocablos como vixu y orballu y en la prosodia juega a la
dulcificación general una yod intervocálica. En asturiano no existen las jotas
que dcen las trajeron los moros pero que yo creo que son préstamos del habla
fuerte de Vascongadas. ¿Anduvo por aquellos montes la Tribu Perdida la XIII?
¿Estuvo de verdad el paraíso en Cantabria? Por Pravia dicen salió la lluna y
calentémonos xunto al llar pero un poco más arriba por los concejos de Tineo
esta l palatolental se hace explosiva dando lugar a tsuna y a tsar. Hay un
bable en cada valle por eso resulta difícil codificar una lengua que fue muy
alabada y coloquial pero apenas escrita porque el idioma oficial quedaba para
los curas y los escribanos, el latín y el castellano respectivos y dentro del
bable existen, como no variantes dialectales entre Occidente, la marina y la
braña. Estos detalles son testimonio elocuentes de la riqueza y variedad de una
cultura como la española. En Inglaterra, verbigracia, se han sentido orgullosos
de estas variantes localistas pero expresarse en slang rural o en la jerga de
las grandes ciudades nunca fue bien quisto. Se impuso el modelo de Oxford y Cambridge
cuando más pausado y responsable más culto. Los de abajo hablan deprisa
mientras los de arriba expresan sus conceptos con mucha lentitud y con
prosopopeya en la dicción. De esta forma el inglés resulta una idioma diferente
si se escucha en Cornualles o en las parameras de escocia. En la televisión y
en las novelas los autores tienen a prurito utilizar estas diferencias
acentuales mientras en España se dan de lado y hasta se ridiculizaron a astures
y vizcaínos. De un lugar venían las amas secas y de la otra provincia las
famosas concordancias. Sin embargo en Vasconia aparte del idioma propio se ha
hablado y escrito muy buen castellano y la prueba ahí está en la gran Pléyada
de escritores que dieran Guipúzcoa Vizcaya Álava o Navarra. A pesar de las concordancias
vizcaínas de las que se mofan nuestros autores del siglo XVII. Aquí hemos
tratado de construir una España irreal, etérea, tipo estandarizado pero no lo
hemos sabido hacer tan bien como los franceses y los ingleses y nada se diga de
loa alemanes. El habla es el alma de los pueblos y aquí la hemos cuidado poco.
Se ha copiado en detrimento de los intereses el centralismo de Boileau y las
tres unidades pero este país tan variopinto no es ni descartiano ni
versallesco. Ahí es donde falló Larra, que es un pésimo escrito, hasta Umbral
lo dijo, y con él los afrancesados, que son pléyade. Y a causa de esa cerrazón
para respetar a los demás han ocurrido nuestras hecatombes nacionales. Nuestra
falta de información interregional nos vuelve aparte de chabacanos chauvinistas
y un poco templados hacia la cólera y la verdad que no es para tanto. En madrid
no se supo cuidar ese tesoro que son las lenguas periféricas y esta tara ha
derivado en separatismos. Mea culpa. Fuimos aparte de tontos un poco
ignorantes. Por ejemplo esa imagen de Castillada prefabricada de imperial,
apabullante, mesetaria intolerante cuando en realidad el pueblo castellano es
uno de los mejor avenidos y tolerantes. Su principal virtud es la llaneza. Del
rey abajo ninguno. Castilla es estoica, mesocrática y comunera acogedora a su
mido pero también guerrera. Hospitalaria y dogmática. Castilla se estampa en
los perfiles de cualquier capitel románico.
El cronista piensa en estos
asuntos oyendo esta mañana cantar al raitán pájaro bello y mínimo que se solaza
tras los "finxos" de la era mientras la tarde cae son sombras
prometeicas sobre los cerros astures. De todas las aves de la creación quizás
sea el raitán el de menos envergadura pero su canto es recio y potente como el
de una gaita que suena en alborada matinal. Anida en ramas de castaño este
pequeño prodigio de la fauna animal y busca a la compañera atrayendola con sus
filados bajo los ladizos del hórreo de castaño. El de mi casa es del siglo
XVIII. Un epígrafe en el dintel escrito a gubia en letra inglesa dce: Fizolo
Lucas Fernández en 1789. Podíamos hablar mucho de esa fecha. Cuando las horcas
tomaban la Bastilla aquí estaban tallando troncos para construir cabazos y
paneras los carpinteros de ribera. Al raitán no le ve. Es tímido como el ruiseñor
y huraño como el urogallo. Sus tonadas, sin embargo, alegran los praos.
Atardeceres mágicas. Un ángel de luz nos lleva en volandas por los montes del
paraíso allá donde queda la Sierra del viento. Esta región nos prende a los que
somos de secano. A Clarín lo nacieron en Zamora pero en su entraña es el mejor
asturiano y yo estéticamente me siento astur que lo mejor del mundo España lo
mejor de España Asturias y de Asturias Pravia. De la raíz del manzano nació mi
madre asturiana. Mientras en madrid hablan de crisis y de la descomposición
hasta el pie de monte no llegan los estampidos de los cañonazos de aquella
guerra dialéctica. Ahora canta mi raitan amigo el que viene a visitarme todas
las tardes a mi pomarada y me parece que sus gorjeos me dice:
Yo quiero a España... Yo quiero a
España
Y con la mirada me dice como
aquella rapaza que me da su corazón ole ya. Mañanas... mañanitas de llover. De
llover. Hoy mi corazón se solaza con las viejas tonadas. Ha pasado una carreta
tirada por los últimos bueyes del país lo ejes paez que cantan. Es Pachín que
vino de la siega. Hay pocos lugares del planeta donde todavía puedan
encontrarse aldeas como este donde se escuche el cantar enamorado del raitan o
el sonido lúgubre y pastoral de las esquilas de las vacas que trae de llindar
el guaje. Igual que en un cuento de Leopoldo alas. Me parece que estoy
percibiendo por sus andares lentos y el son de la esquila amorosa y maternal el
regreso al establo de "Cordera" la vaca abuela. Pero no se llama
Cordera. Llamase Moruca. ¿Y la otra?
-Ye xata. Aun no la bautizamos,
señor – me dice el vaquerillo muy circunspecto y ceremonioso.
A los animales domésticos aquí
los bautizan cuando los fierran. Pero si nos aguardamos un poco a que cierre la
noche a lo mejor vemos cabalgar sobre los tejados el espectro de doña Berta. La
propietaria de la casona que escribía cartas de amor al carlista habita en mi
aldea, el rellayuo. Y la verdad es que estas cosas nos hacen ser un pueblo rico
y esperanzado como diría Borges. Debe de haber trasgo en el bayado. Las xanas
bajarán a peinarse a la fuente del reguerín. Habrá luna llena
Escrito en el verano de 1987 y
trascrito domingo, 24 de junio de 2007
BORGES SE QUEDA CON NOSTROS
Sur de Málaga 10 de julio 1982.
Apoyado en su cayado de profeta
del antiguo testamento – la cachava la compró o se la regalaron en Segovia, era
de esas de serpentina ahumada que yo vi tantas veces en mi ciudad natal los
jueves cuando venían los paisanos al mercado- parece un profeta mayor de la
literatura, de pastor que apacienta los rebaños de ficciones infinitas. Borges
nos recibe en la suite del hotel Palace y habla con la cordialidad de los
sabios, su discurso exento de dogma, tartamudea un poco. El argentino tiene
algo de carismático y una sonrisa dolorosa con la que estira los labios un poco
para evitar se le descuadre el plato de sus postizos. El autor de ficciones con
el paso de los años y cuando ya otea el horizonte de la eternidad ha cobrado un
aspecto digno de taumaturgo. Hay que ver la suavidad de su tacto al acostar la
mano sobre la contera de su bastón celtibero. No le pega este garrote. Me
estrella la mano al tacto su mano es suave algo calurosa y hasta sus ojos
ciegos puede decir que te ven aunque te miran de otro modo. Es como si esas
manos quisieran curar. Arar a un valetudinario con los colirios dulces y
tonificantes de la imaginación.
Mi oficio es soñar.
El tono de su voz es aquietante y
cordial. He aquí un buen compadre rioplatense con porte de británico. Borges ha
venido con nosotros. Seguramente se quede a vivir con nosotros. De momento
pasará una temporada en palma de Mallorca donde será huésped de su amigo el
poeta inglés Robert graves que se afincó en la isla desde el término de la
guerra civil. "Pero me costará trabajo desarraigarme de Buenos Aires. No
quiere hablar de política. Prefiere como tema de conversación lo que siempre
fue suyo: la literatura. Sin embargo no deja de repetir "ha sido algo
terrible" refiriéndose al conflicto de Malvinas que acababa de ocurrir.
Terrible. A causa del conflicto angloargentino el autor del aleph debió de
padecer muchos puesto que sus lealtades estaban algo divididas. De un lado su
abuela era de origen inglés. Y del otro su ascendiente judeo español a través
de los Acevedo. En el torrente de su sangre se dan la mano y vivieron en
armonía Cervantes y Shakespeare. Nos confiesa que a él le enseñaron a pensar y
a sentir en inglés para contar y escribir en castellano. De esta combinación de
fuentes ha surgido un genial hombre de letras. Borges maestro mayestático
erecto muy polito y urbanita como oteando siempre lejanías. Mira hacia adentro
una paisaje interior desde que sus ojos se cerraron a la luz desde 1955 lo que
es la mayor condena para un bibliotecario. Dejar de leer qué suplicio. Pero
pudo así mejor asomarse a los paisajes del alma que son los del laberinto.
Pertenece quizás a esta estirpe de hombres señeros siempre en atalayas de
vanguardia que vigilan el rumbo del barco del mundo. Son atalayas. Sigue el
escritor confesándose anglófilo pero su anglofilia nada tiene que ver con las
agarradas jupiterinas de madame Thatcher y sus fulminates actos enérgicos.
Argentina crucificada por estos días en la cruz del sur. Allí también trataron
de crucificar a Borges y con el a toda una nación. Borges seguirá siendo el
chesterton porteño el hombre de la paradoja que nunca abdica de su argentinidad
y que la ejercerá entre nosotros mientras habla de Acevedo y del Talmud y de
cansinos assens al que él siempre colocó en un altar – aquel sefardí que
habitaba el barrio de Chamberí hablaba treinta idiomas y tradujo a los clásicos
rusos al castellano bajo el pseudónimo de Nicolás Tasin yo recuerdo bien
aquellas novelas suyas de la colección universal que con tanta fruición leía
siendo mozo- y al que conoció en la residencia de estudiantes, se apoya en su
bastón de sauce y en el hombro de su secretaria de origen japonés Maria Kodama.
¿Las guerras? ah las guerras. Serán siempre necesarias para que luego vengan
los petas a cantarlas pero las guerras son todas sucias, entupidas poco
heroicas, huele a inmundicia y huele a sangre. Es lo que le pasó a homero. Tuvo
que arder Troya para que él se pusiera a escribir la iliada. ¿Ocurrirá lo mismo
con la guerra de las Malvinas?
En un reciente viaje a Londres la
pascua pasada con vistas a la publicación de mi "Franco&Sefarad a
secret love" con una editorial inglesa cuyo nombre no viene al caso, me di
un paseo por Portobello que es una especie de Cuesta de Moyano de los libreros
de lance pero a lo bestia. Y en este recreo o paraíso del bobliópola pude
solazarme, entre añoranzas, con títulos olvidados o perdidos en los diferentes
acarreos y mudanzas por los cuales atravesó mi biblioteca, sobre todo los de la
vieja Penguin.
Cuando era mozo los adquirí a
centenares. El lema con que aparecieron estas ediciones en 1935 era "un
libro por lo que cuesta una caña de cerveza". O (For a pint a Penguin) Y
yo los dos chelines de mi almuerzo los ahorraba muy a gusto para dar satisfacción
a uno de mis vicios y pasiones mayores: la lectura y la literatura. Los años 30
a raíz de la depresión económica se popularizaron los libros de bolsillo en
Europa. Y lo mismo hice cuando pasé todo el verano en Paris el año 64
trabajando en un andamio. Llegaba la hora de comer y bajaba a un kiosco.
Compraba un cartón de leche –
aquellos cartones triangulares que parecían trípodes, aun no era invento el
tetrabrik- y por un franco me compraba un Mauriac, un Maurois, un Zola, o La
Nausea de Sartre de la colección j´ai lu, que era homónima de la Penguin en
Francia. La posguerra europea significó en Europa el triunfo de la literatura.
No se leyó tanto en el mundo como en esta época. Fue la apoteosis de la novela
refrendada por los triunfos literarios. Barcelona otorgaba el Nadal y el
Planeta. Paris el Goncourt y el Interallié. Londres el Book Prize. Nueva York
los Pulliterzs que consagraban. Y en ese marco de sueños de la gloria literaria
nos movíamos los jóvenes de entonces. Por tanto nutríamos nuestra vocación cargada
de utopía uy de expectativas falsas de escritor a base de colecciones baratas.
Cierto que no sabíamos, incautos de nosotros, que los premios literarios
estaban dados de antemano y que la literatura del bestseller afila sus armas
por lo general en la muela de la propaganda y los intereses crematísticos. Y no
suele poner en altar a la calidad. Éramos teorizantes románticos o soñadores
camino del final de la quimera pero tampoco pasa nada. Eso hay que tomárselo
con deportividad y lo importante de esta partida que se juega uno en la vida no
es ganar sino participar y competir.
Estas colecciones, recapitulando
ahora al cabo de muchos años de hispanofiliación literaria, introdujeron a las
grandes masas en la gran literatura. En España tenemos el lujo exquisito de la
Austral y en Madrid me ocurría lo mismo. La huelga de los domingos que me daba
mi madre para ir al cine o al baile lo invertía en un "capricornio"
que capricornio era el logotipo de la famosa Colección de Espasa Calpe. El
edificio en José Antonio 32 ahora Gran Vía, que tenía esta editorial era para
mí una especie de paraíso. Casona, Valle Inclán, Menéndez y Pidal, Cela, Santa
Teresa de Jesús, Baroja, Unamuno, Marañón, Zunzunegui, Gógol, Dostoyevski,
Chejov empezaron para mí a ser compañeros de mis viajes al Parnaso pero sobre
todo de gira por la arcadia de un mundo feliz (dicho en frase de título del
gran Aldous Huxley) del que vive hacia adentro, una especie de staretzi
místicos o guías por el camino del Espíritu.
Gracias a esta inclinación, poseo
una bien abastada y completa biblioteca que yo quisiera legar a mi hija inglesa
Helen Parra-Hugh que es la única que ha salido con una alguna vocación
literaria. Pero a lo que voy. La querida Penguin ha sido para mí una casa
nutricia de todos los sueños. Creo que todos los títulos que publicaron en ésa
mis dos autores preferidos, bueno tres: Somerset Maughan, T. S Lawrence y
Aldous Huxley los tengo todos. Y algunos hasta "repe" como en las
colecciones de cromos de nuestra infancia, aunque no soy fetichista ni
acaparador de libros claro. Una vez leídos, los paso, no me interesan gran
cosa. Tratando de imitarles, he de decir que en mi modestia tengo alguna
novelita inglesa ingresa en mi gaveta y ando en tratos para su publicación;
estoy en ello al menos.
Somerset Maughan es para mí el
mayor novelista europeo de posguerra y un autentico tour de force para todos
los que se dedican a la anglística. Posee una facilidad y un estilo, una
carpintería de trama, que son casi inimitables. Cabe recordar "Of Human
bondage" (la condición humana)- un título que ha pasado al habla y a la
retórica de las gentes puesto que se habla de la condición de la misma manera
que se habla de cien años de soledad título de otro gran novelista en
castellano o The Moon and Six Pence.
También conocí gracias a aquellos
títulos de ediciones baratas tan accesibles para un estudiante pobretón que
casi no tenía para la gabardina ni para la abolla académica ni para pagar la
patrona en aquellos infames y lóbregos digs con derecho a cocina, al impresionante
Woodhouse (eso sí que es humorismo) un autor que era el preferido de mi maestro
Rafael García Serrano, maestro de novelistas y de periodistas. Rafa, yo sigo
metido en tu macuto, hoy olvidado pero aquí al que vale, vale, y al que no le
dan un premio.
Pues al igual que él no le
hurtaba Woodhouse el cuerpo a emitir algún que otro taco. Claro está sonaban
mucho más rotundos los del navarrico Rafael que los del londinense G.P. Y en
rústica, llegaron las masas ávidas de leer y de saber al arte de la literatura,
y ahora encuentro aquellos títulos tan queridos para mí otrora esparcidos por
los tenderetes y el rátigo de Portobello. La última Pascua fue para mí, ávido
lector, una fiesta.
Con respecto a Lawrence diré que
su "Lady´s Chatterley Lover", firmado en 1928, no fue reeditado hasta
el año 62 al cabo de una gran polémica debido a las escenas fuertes de
adulterio y a las palabras de grueso calibre de esta gran novela, un incipit
para la literatura erótica que pocos han superado. Su autor era un maestro del
dialogo.
Pero allí en fila india
esparcidos por los puestos estaban Graham Green y Chaucer y el Beowulf y
Prichett y Bernard Shaw con todos los del grupo Bloomsbury. Entre ellos Virgina
Woolf cuyos textos no me agradaron tanto porque dicen que la autora era un
bicho o bitchy (algo perra) aunque fumase en boquilla y que algunas feministas
me perdonen. Virgina asumió su desesperación y su fracaso porque su literatura
era demasiado intelectualoide ahogándose en las aguas del río Ouse.
Encuentro, por mi parte, la
literatura de mujeres difícil de entender. Para leer a Jane Austen o a las
Brontë no hay solo que ser mujer. Hay que ser también inglés. Las tiradas de la
Penguin -la más cortita superaba los cincuenta mil ejemplares- popularizó a las
grandes escritoras que siempre dio Inglaterra, no obstante. Pero el Animal Farm
de Eric Blair (George Orwell) o Granja Animal, una utopía contra el comunismo
pero que en realidad refleja una parodia de la sociedad actual donde todo el
mundo es algo masoquista y tiene lavado el cerebro, pero este masoquismo de lo
políticamente correcto les viene bien, superó todos los registros. Pasó los
tres millones de copias. Pese a lo cual, los libros millonarios, los más
vendidos de la colección Penguin, no son de literatura, sino manuales de
cocina, cómo arreglar un enchufe o cuidar rododendros en el jardín. Qué hierbas
son benéficas a la salud, etc.
Palmares de los éxitos que puso
en circulación la Penguin fue un libro de la actriz americana Jane Fonda sobre
cómo adelgazar haciendo ejercicio y comiendo lo que a uno le pete. Así como,
otros libros "know how" o manuales de instrucciones de cómo se hace
algo cómo se baila o se presenta uno en sociedad, lo que los alemanes conocen
bajo el nombre de Sacherbucher. Omniscientes y sapientes libritos que luego no
sirven para nada. Porque ni te ayudan a dejar de fumar ni a controlar tu mente
y luego acabas ganando kilos. Pero recuerdo que estos famosos ejemplares con
franja naranja y blanca aparecían por todas las partes cuando iba en el tubo –
el metro como los llaman los londinenses- el autobús o en el parque en aquellas
doradas e indolentes "lazy sunny afternoons" de la balada de los
Kinks, no hay placer más grande que baños de sol en Hyde Park con una novela de
espionaje entre las manos. En las cómodas y en los muebles que nos alquilaban
nuestras caseras con voz carrasposa de tabaco y aguardentosa de gin y que nos
aconsejaban tal o cual titulo:
-Did you read the latest of Ágatha Christie,
Mr. Normand?
-Oh yes, Mrs. Avisson, a very good read,
indeed.
Ha corrido desde entonces mucha
agua bajo los puentes del Támesis y mucha tinta por nuestras venas y más letra
pequeña sobre nuestros ojos lectores implacables, pero seguimos ilusionados con
aquel ardor contumaz de misacantanos. Continuamos en nuestras trece amando la
literatura. Y dándole muchas gracias a Dios por haber podido leer tanto y tan
bueno gracias a Penguin Books pues así conocemos mejor el mundo. La Casa cumple
este otoño el LXXII aniversario de su fundación. Toda una efeméride. ¡Y que a
nosotros que nos quiten lo bailao!
ALCÁZAR
DE VELASCO EL ESPÍA DE FRANCO
Cuando vino a verme al sótano en que teníamos la oficina de Pyresa en Roland
Gardens Ángel Alcázar de Velasco me recordó que en aquella casa en la que
habitaba un servidor había vivido Jules Rolland y tenía su historia porque en
ella vivió poco antes que el escritor francés un espía alemán al que pillaron y
luego ahorcaron en la Torre de Londres.
-Pero no te preocupes, Parra, que a ti no te pasará.
-Se me ponen de corbata, Ángel.
Luego se arrellanó en el sofá rehusó el güisqui y entre muchas tazas de té me
contó la apasionante historia este hombre que en calidad de jefe de prensa de
la embajada de prensa franquista ante la corte de San Jaime estuvo en el ojo de
mira de los M01 y logró escapar. Esta vez había entrado en Inglaterra con
pasaporte falso. “Si se enteran de mi verdadera identidad estos hijos de puta
me follan, Parrita”. Era un buen compañero de Pyresa y buen amigo mío.
Sólo había venido de compras a los grandes almacenes de Regent Street como un
turista español más.
Por sus manos y por su cabeza habían desfilado muchos de los secretos de la
historia de España y del mundo a mitad del siglo pasado. Fue uno de los
fundadores de Falange y por su amistad con Hedilla participó en el compló de
Salamanca, condenado a treinta años y posteriormente indultado. Se pasó la
guerra en chirona. En 1940 a este periodista de raza- los buenos periodistas y
escritores se dejan querer por los servicios secretos- lo enviaron a Londres.
Era germanófilo.
En pleno “blitzkrieg” con bombardeos cada noche dijo vivir lances memorables,
historias de amor en una ciudad donde todo extranjero era sospechoso. Había
sido mozo de taberna y novillero. Sabía lo que representaba ponerse delante de
los cuernos de un astado. La vida le había dado bastante cornadas. “Gracias a
mí se libró a Luis Calvo el corresponsal de ABC de ser fusilado por los
ingleses”.
Parecía uno de esos majos galantes del siglo XIX o tal vez a un cantante de
ópera en retiro. Hombre valiente y generoso pero ardido. Un verdadero mozo de
Monleón aquellos que fueron a arar temprano para ir luego a la capea. Había
nacido en Mondejar en 1909 y fue autor de libros tan importantes como
testimonio de su militancia al lado de las potencias del Eje: “Serrano Suñer y
la Falange”, “Martín Bormann no murió en Berlin, yo le llevé A Sudamérica”,
“Los siete días de Salamanca”, “La Gran Fuga del fuerte de Pamplona” y toda una
serie de textos en los que desplegó sus conocimientos de tauromaquia. Un
torero, vaya.
Después de la entrada de los rusos en Berlín su estrella se eclipsa y es muy
perseguido por los elementos afectos a la Iglesia y al clan de Carrero Blanco.
Participó en una conjura para asesinar al Caudillo. Es condenado a muerte y
tras varios años en presidio sale suelto merced a los buenos oficios de algunos
falangistas de la vieja guardia.
Odiaba a Franco, decía que era un ser pernicioso, un sefardita típico: bajito,
narigudo y barrigudo, de aspecto feminoide y que hablaba con una voz atiplada.
Paca la culona, como le llamaba Queipo de Llano. No resolvió el problema vasco
ni el catalán antes bien les dio alas a los descuartizadores de la unidad
patria. Los curas con los que se llevaba bien luego lo dejaron al final en la
estacada porque en el Vaticano vive gente muy peligrosa para la paz del mundo.
“La guerra española fue una olla podrida que se coció en los fogones
diplomáticos londinenses” me confesó.
-Samuel O´Hara. ¿No has oído hablar de Samuel O´Hara?
-Fue el embajador inglés en Madrid.
-Era un tapado de los Rotschild. Él le dijo a Franco lo que tenía que hacer.
Éste siempre estuvo a las ordenes de los banqueros. Hizo bien las tareas porque
era aplicado, obediente, cachazudo y nada impulsivo, se pensaba bien las cosas
como buen gallego. Por eso murió en la cama, una muerte que no suele ser
frecuente entre los dictadores.
Por aquellos días de 1973 confieso que el punto de vista de Ángel Alcázar de
Velasco me causó cierta sorpresa si no hilaridad pero al cabo de los muchos
años se han confirmado tales supuestos como la más inexorable de las profecías.
Franco era un anglófilo. “Gibraltar no vale una guerra”. Su estratagema
antiestalinista le valió el favor de los norteamericanos que nos mandaban leche
en polvo y aquel queso de Iowa que sabía a rayos, les cedió las bases. Do you
speak English? Pero nunca logró hablar en inglés y ese es un nefasto complejo
que heredaron muchos gilipollas en nuestro país.
Como político supo jugar siempre con las cartas que le ponían sobre la mesa.
-Pero salvó a los judíos perseguidos a miles, Ángel?
-¡Como no los iba a echar una mano. Eran los de su raza!
Cierto: por apellido, por genes, por forma de ser y de actuar Franco era el
semita típico que se granjeó la amistad y el favor de los grupos hebreos del
Marruecos español en sus primeros tiempos de soldado. Ellos consiguieron
promocionarlo al generalato y acabaría siendo el más joven de todos los mandos.
El vuelo del Dragón Rapide lo pagó el judío mallorquín don Juan March.
Otro rasgo de su carácter era la dureza y falta de generosidad. No había en su
persona una sombra de agradecimiento. Era un hombre impávido carente de esa
vehemencia tan típicamente hispana. Sangre de horchata le decían los mandos
cuando peleaba contra Abdelkrim en los blocaos, pero aquella sangre de horchata
había sido trasfundida con muchos redaños. Al médico que le salvó la vida
cuando le pegaron el tiro en la barriga en el Rif lo fusilaron los nacionales
sin que su antiguo paciente al que le debía la vida moviera un dedo por salvar
a este cirujano de ideas republicanas.
El libro que escribí sobre las relaciones del Caudillo con Sefarad se centra
sobre este aspecto de ayuda a los hebreos en peligro que habían sido
abandonados por sus propios mentores británicos y norteamericanos, los de las
juderías del Este. Pero siguiendo la pauta y el rasgo de carácter ya apuntado:
que el pueblo de Israel no suele ser generoso, tal vez debido a una altanería
atávica, ni Ben Gurion ni sus sucesores reconocieron a su antiguo benefactor en
tiempos difíciles. Le acusaron de ser amigo de Hitler.
Franco jugó el papel que le asignaron de “semita antisemita”. Es una fórmula
más, conforme a las estipulaciones talmúdicas, de portar la llama del fuego
sagrado que les conducirá no sólo a la Tierra Prometida sino al Dominio
Universal.
Antes de que ZP lanzara su tesis sobre su alianza de las civilizaciones, Franco
se mostró como un globalita consumado. Según Alcázar de Velasco, la monarquía
es un corolario al régimen franquista de la misma forma que el cristianismo es
un judaísmo de segunda mano. Leía por aquellos días “Los Protocolos de los
Sabios de Sión”
-España volverá a la marranería. Es lo que quiso Franco- y mi amigo dio una
chupada indolente a su cigarro negro.
-¿Y?
-Pues que nosotros querido Parrita tendremos que hacer mutis por el foro.
Desaparecer. Para el Kahal no existimos. Borrarán nuestros nombres del libro de
la vida. Ellos traerán a sus propios oradores, a sus escritores, a sus
cronistas a sus historiadores que contarán la historia a su modo y nosotros no
tendremos chance. Sólo se fiarán de sus propios amanuenses. Todo su afán es
borrar la memoria. Cumpliendo el precepto bíblico arrasan las casas y siembran
los campos de sal de sus antiguos enemigos. Menudo panorama.
-Pero ¿la verdad?
-La verdad ellos se la pasan por los cojones.
-Al menos nos quedará el derecho al pataleo.
-También ese derecho se lo pasarán por el forro los cojones- insistió Ángel.
-Vámonos a comer.
Le invité a comer en un restaurante de South Kensigton. Nos bebimos dos
botellas de “chanti”. Aquel vino pasaba bien pero no era el vino valenciano que
se acostumbra a beber en Guadalajara. Vino de las capeas que recordaba Ángel el
cual en las tabernas y en los figones de Londres recuperando una de las
prevenciones en seguridad de sus tiempos en el espionaje cuando fue perseguido
por los sabuesos del M15 que eran más correosos y fieros que la GESTAPO según
me intimó, nunca se colocaba de espaldas a la puerta sino siempre con miras a
una salida por donde escapar en cualquier caso.
Creo que Ángel Alcázar de Velasco también era judío y jugó la carta de la luz,
no la de las tinieblas talmúdicas, un poco como Franco al que no podía ver ni
en pintura y al que culpaba de todos los males presentes y futuros de nuestro
país al que tanto amamos porque el verdadero Israel estuvo ubicado en Sefarad.
Y guarda los secretos, misterios y maldiciones de toda tierra prometida.
Mas “de gustibus non disputandum est”, decía el clásico.
Ángel Alcázar de Velasco ¡Presente! No te olvides de mí dondequiera que estés.
CORRESPONSAL DE LA NUEVA ESPAÑA
EN NUEVA YORK. UN MORDISCO A LA GRAN CAMUESA.
Con una estampa de la Santina en
bolso y bastante miedo en el cuerpo me acuerdo de mi arribada a NY tal que una
noche de san Andrés de 1976. Estaba nevando o a punto de hacerlo en honor de
aquel refrán que dice: Por los Santos nieve en los altos y por San Andrés nieve
en los pies. Cuando en América se acatarran aquí cogemos unas pulmonías de
espanto.
Era una tempestad de granizo casi
tropical lo que caía terciada con hampos de una nevasca rusa que descendían
perezosos sobre la cima de los rascacielos y el viento huracanado jugando a
capricho con la aeronave. Por un instante creímos que nos ibamos a estrellar
contra las Torres Gemelas. Allí vi un signo de los días porvenir. El horrísono
espectáculo para los hiperestésicos como yo no es nuevo. A Nostradamus lo he
vivido en mis propios huesos. La fatalidad muslímica frente al destino. Makfut.
Está escrito.
Desde entonces, y aunque salí de
aquélla y de otro accidente que tuvimos en Lisboa, se incendiaron dos motores
en pleno vuelo, a raíz de mi accidentado aterrizaje en la Gran Manzana, he
tenido pesadillas columbrando aviones caían sobre el World Trade Centre.
También la torre Eiffel y el embudo donde se encastilla el Big Ben, torre del
parlamento de Westminster, pero sobre todo las torres Gemelas eran el tema
recurrente de mis cefaleas oníricas. ¿Occidente en la encrucijada?
Hasta escribí una crónica y creo
haber entregado algún despacho anticipando esa experiencia apocalíptica de las
Torres Mellizas derrumbándose que ha puesto al mundo los pelos de punta. Y la
obsesión me ha martillado muchos años porque Nueva York es algo que imprime
carácter que cambia la mentalidad y el modo de ser de las gentes. Allí mi vida
experimentó un giro de varios acimutes. Y silbé sus "blues" bajo la
autoridad de Frank Pinatra, un neoyorquino típico: "I love Nueva York.
Nueva York".
En América todo es grande y es
extremo. Las montañas. Los huracanes. Los hombres y las mujeres; allí se
encuentran los más altos y los más bajos, los más guapos y los más feos, los
flacos como leznas y los más gordos pues dicen que Nueva York, donde abundan
los "fatis", cambia hasta el metabolismo y a mí me ocurrió Las
ciudades. Los árboles mayores como el alerce de las Rocosas o las secuoyas de
California. Se lo pasan allí en grande los estadísticos, los amigos de los
contrastes y todos aquellos que sienten pasión por evaluar las contradicciones,
sinrazones y a veces maravillas de la raza humana. América casi carece de
raseros y de varas de medir. Hasta climatológicamente las subidas y bajadas del
mercurio de tan bruscas carecen de parangón. Se pasa sin solución de
continuidad de una mañana calma de primavera a una tarde de calígine para luego
tener una noche de escarchas. "If you dont like our weather, just
wait" (Si no te gusta nuestro clima aguarda un segundo), advierten los
castizos de Brooklyn.
Esta volubilidad a mí me parece
que influye en la forma de ser de los habitantes con bruscos cambios
emocionales que hace que no se asuste el neoyorquino de nada. Y se asusten
también de todo. Allí suele tomarse la vida muy a pecho puesto que para
sobrevivir hay que ser un adicto del curro. Como aquel Hernie, el transcriptor
de mis crónicas en la IT de la Onu, un judío entrañable. El pobre se fue a
morir a Miami a un cementerio de elefantes. Que así se llama en el lenguaje
coloquial a los que se jubilan y lo peor que le puede pasar a un neoyorquino es
jubilarse.
Y es que allá cuando llueve, es
el diluvio y si truena o cellisca lo hace a conciencia y de verdad.
Iban a ser cuatro años de
experiencia sin precedentes. De calores húmedos en los cuales se podía cortar
el aire con una navaja y de hielos espantosos. Recuerdo la morriña que me
invadía todos los veranos al regreso de las vacaciones en Artedo con sus mareas
cantábricas, un verdadero servicio de limpieza costero que no existe en la
Bahía del Hudson fuertemente contaminadas a causa del carboneo y el intenso
tráfico náutico que ha degradado a las playas como las de Long Island
consideradas como las mejores del mundo; una vez fui a bañarme a los arroyos de
Staten Island, un marasmo de galipote, y por poco perezco, añorando las olas de
mi Cudillero, no a causa del agua sino en el cieno de las cloacas y de los
vertidos de los basureros oceánicos. De la parte de Nueva Jersey las tardes que
cambiaba el aire llegaba una hedentina que quemaba los ojos y las narices. Allí
todo era grande y distinto. Hasta el tufo. La naturaleza, más joven que en la
vieja Europa, observa un comportamiento más vigoroso e imprevisible. Allí todo
es grande hasta los atentados como el que acabamos de presenciar horrorizados a
través de la CNN. En los famosos kills se entierran ahora los cascotes del
desastre y Staten Island era y lo sigue siendo la isla de los muertos.
Gestaten, en alemán y en holandés vale tanto como inhumación.
Habíamos tenido un vuelo con
turbulencias. La aproximación a Kennedy la hizo el piloto con mucha cautela.
Estuvimos dando rodeos a la vertical del cielo de la Mejana Inmensa que es la
isla de Manhattan, a la que llaman cariñosamente Big Apple (la gran camuesa)
los neoyorquinos, gentes de todas las etnias y razas que han aprendido a
convivir en armonía y sin problemas, dentro de lo que cabe, formando ese caldero
o melting pot que demuestra que los caminos del mundo no son los de la
xenofobia sino los de la xenofilia y benevolencia hacia el forastero, el meteco
o el espaldas mojadas que llega en busca de acomodo y de un futuro mejor. Allí
uno nunca se siente de fuera.
Esto no quiere decir que sea una
megapolis cómoda o fácil ni el Edén, porque se lleva una vida que no es para
llegar a viejo. Es una ciudad bronca donde todo es difícil y donde nunca hay
que bajar la guardia pero allí se percibe un halo de humanitarismo tierno bajo
la hosca corteza del neoyorquino quien, cuando habla por cierto lo hace con
palabras precisas y como con barbas. Su "slang" o jeringonza es uno
de los más interesantes por sus alardes de precisión y de fantasía. Puede
decirse que el cheli y el pasota madrileño lo copian. Hasta el punto de que
allí la sabiduría se aprende en la calle. La ciencia del albañal o sabiduría de
la acera son dos palabras que allí conviene aprender para saber nadar y guardar
la ropa. Sin una orientación y una buena aguja de marear te caes pues refiere
un viejo dicho local "nice guys here dont last" (los buenos chicos
aquí duran poco). Están acostumbrado a las emergencias. Lo que más me
sorprendió al principio es que la radio ensayaba simulacros de un posible
ataque nuclear y llevaba a cabo pruebas de evacuación a los refugios que
terminaban todos ellos con la muletilla: "Esto no fue sino una prueba, de
haber sido una emergencia real les hubiésemos facilitado las precisas
instrucciones".
Es el mejor inglés jamás escuchado
y eso mismo me decía el querido periodista y novelista gijonés Faustino G.
Ayer, un enamorado de América y de todo lo americano (los dos ibamos a comprar
el pan juntos a una tahona italiana de la ciudad baja, dentón) que conocía bien
Nueva York, claro dentro de un límite porque en este foro mundial todo se
mueve. Todo parece en perpetua catarsis y siempre confunde, siempre sorprende.
Con este colega asturiano también tomé copas en el bar cerca de Plaza de la
Trinidad donde acostumbraba a beber hasta quedar tendido Dallén Thomas. A veces
nos acompañaba el ovetense Delfín García, corresponsal de RNE, bravo carbayón
aunque muy cabezota, que tenía un aire inconfundible de Humprhey Bogart siempre
con su Pall Mall sin boquilla a flor de labios. Pero en Nueva York la bohemia
es mucho más escurridiza y peligrosa que en Europa. He aquí a uno de los
máximos poetas en lengua inglesa convertido en difunto de taberna en uno de
esos pubs de mala muerte denominados "dives" (inmersiones) o cavernas
o "speakeasy" (hablemos paso) que recordaban los tiempos de la Ley
Seca. A Dallén que añoraba sus excelsos valles del Principado de Gales Nueva
York fue su tumba; lo derrotó.
Así que el Sky line se presentó
ante mis ojos como una visión. Pensé en Moisés y Aarón bajando del Sinaí con
las tablas bajo el brazo. Una nueva era de mi vida empezaba traumáticamente.
Parto acongojado. Yo venía a Nueva York por una de esas carambolas a contar ese
periodo de transición que fue la era Carter para los lectores de
"Arriba" LA NUEVA ESPAÑA y una cadena de otros cincuenta periódicos y
también a entregar la cuchara porque la cadena del Movimiento para la que
trabajaba iba a ser pignorada o desmantelada a nostramo, porque dígase lo que
se quiera reconozcámoslo o no en España desde el año 45 los que mandan son los
americanos y algunos amigos yanquis me han confesado sottovoce de que con
Franco les iba mejor. No quedaba más remedio. En aquel puesto había habido
predecesores brillantes: Manolo Blanco Tobío, Celso Collazo, uno de los
creadores de EFE, Guy Bueno, Félix Ortega, que fue el mejor de todos ellos a mi
criterio de todo el cupo iniciado en el 48 por Pepe Cifuentes y Rodrigo Royo,
quienes tuvieron que vérselas con una ley tan pistonuda como la MacCarrack, el
diplomático de Truman que luchó en Brunete con las Brigadas Internacionales y
que vedaba la entrada en territorio estadounidense a los españoles. El bloqueo
estuvo en teoría hasta comedios de los cincuenta sólo sobre el papel porque en
la realidad nunca se llevó a efecto.
Todas esas firmas habían dejado
muy alto el pabellón y aunque entusiasta y audaz periodista como se decía en la
jerga el momento no me sentía con capacidad suficiente como para hacer sombra a
aquellos gigantes. En los primeros días me fumé dos cartones de tabaco pero no fui
el único. José María Carrascal que llegó en barco casi como un polizón se había
fumado treinta paquetes hasta perder la voz. Y a nadie le extrañe porque Nueva
York acojona e impresiona y más si el recién llegado la descubre en medio de
una aparatosa tormenta como me pasó a mí. La clemente Santina me echó un
capote. Aquella vez y todas.
Durante la espera para aterrizar
estuvimos de circunvuelo. A nuestros pies la postal inconfundible del paisaje
urbano: Manhattan con sus dársenas, espigones, grandes buques amarrados.
Bocanadas de humo blanco manaban de las fauces de las chimeneas de la central
térmica edificio lindero con el de la ONU y se iban a colgar estos penachos
sobre los tiesos adarves del Woolworth, el rascacielos más antiguo, y del
Empire State. Es el emporio de la civilización y la impresión que ofrece al
viajero es la de algo que arde y echa chispas. Viviría dos años con mi mujer y
mis dos niños casi a la sombra de este mastodonte de hormigón con su chapitel
calado donde la inmensa lanza de una antena de radio hace las veces de
campanario. Todas las mañanas me despertaba la visión y el espectáculo de la
city. Es un paisaje abstracto que no inspira sosiego, que parece que siempre
está llamándote a la calle e instándote a la acción y al movimiento pero los
atardeceres son verdaderamente apoteósicos.
El Empire es el palo mayor de
esta ciudad con forma y fisonomía de buque de guerra con jarcias de cristal.
Las Torres Gemelas eran las vergas de popa. Cualquier bamboleo, descartado pues
el firme de Manhattan no es más que un peñasco yermo vendido por los indios
moahawk a los holandeses por veinticinco dólares en 1622; que se derrumbase
todo el montaje, simplemente imposible, porque los cimientos son de sílice.
La Nueva Roma se funda sobre un
plinto granítico y siguiendo las instrucciones talmúdicas trata de imitar a la
Roca de Israel a la cual alude Ben Garrón cuando fue proclamado el estado judío
en 1948; no mencionó la palabra Dios, sólo la Roca de Zion. Además, los muros
de los rascacielos, orgullo de la ingeniería del siglo, estaban diseñados como
soportar la oscilación del mayor terremoto. Por lo que el portaaviones sería
inexpugnable. ¿Cómo iba yo a pensar que la Nueva Jerusalén de la Diáspora iba a
ser atacada y sus dos símbolos señeros abatidos? Los pilotos kamikazes hicieron
blanco no ya sobre las moles simbólicas de la Torres Mellizas sino sobre el
corazón que mueve todo el ajetreo de las finanzas. El daño mayor no han sido
los muertos, desaparecidas o el destrozo causado, aunque los norteamericanos
tengan redaños suficientes como para resucitar de los escombros, sino la
afrenta moral a lo que estas dos trípodes de cristal abanderaban.
Conque no puede ser más símbolo
aquello de torres más altas han caído.
Para mí que conozco Nueva York,
amo Nueva York y fui residente allí cuatro años, los más importantes de mi
vida, lo ocurrido el 11 martes fatídico de septiembre del nuevo milenio ha sido
una señal. Un toque de atención que exhorta al rearme moral más que al físico,
una vuelta al pensamiento de la nueva frontera de la época Kennedy. Que América
vuelva a ser amada más que temida y odiada. No se aconseja un castigo porque
Dios no puede castigar sino que el ataque representa un aviso enviado desde lo
alto. Algo no va del todo bien pese a la euforia de los últimos años. Se exige
no la guerra de represalias contra la diabólica mente que urdió la infernal
hecatombe sino la reflexión meditada y el reposo sobre cómo somos, qué
queremos, hacia dónde marcha el mundo.
Y esta idea se me ocurre cuando a
mi memoria viene el recuerdo de aquella tarde noche de san Andrés en medio de
la tormenta durante la angustiosa aproximación a un aeropuerto congestionado de
un tráfico terebrante. Allí oscurece mucho más rápidamente que aquí. Me
impresionó la visión de aquellos dos conos mágicos como una soberbia
representación de una ecuación matemática sobre el paisaje. Dos falos erectos
encarnación de la potencia genésica de una nación joven ¡qué contraste frente a
los aires caducos de Londres! Dos mástiles de un trasatlántico en el que
actuaría de timonel, de serviola y de mascarón de proa la estatua de la
Libertad apuntando su hachero con la flama perenne hacia Europa. Nunca
imaginero tan mediocre como era Bertholdi, aquel escultor que fue contratado
por la municipalidad neoyorquina para llevar a cabo el proyecto, tuvo tanto
éxito con un molde. Es lo que significa el coloso. Los pobres de la tierra
recién llegados a la isla de Elis estuvieron viniendo a refugiarse bajo sus
zócalos y ahora el pebetero de la verde dama en cuya cabeza hueca cabe todo un
restaurante puede que esté también amenazado. Ha soplado un viento recio en el
rebufo de la carlinga y la cola de los dos aviones estrellados contra la
fachada de las dos torres. Vesania fundamentalista. Muchos corearán aquella frase
del Corán "Alá es grande". Pero la grandeza divina nunca podrá
cimentarse sobre un montón de escombros y una pira de cadáveres.
Sin embargo, yo entonces con
treinta y dos años y medio pensaba que estaba llegando al epicentro del futuro.
Caía en la forja de una horno donde todo se cuece donde está el crisol del
mundo nuevo. La primera impresión fue la de acogotamiento. Nueva York amedrenta
un poco cuando se la ve desde el aire y más en las circunstancias de aquel
vuelo en medio de una tempestad que hizo que el avión se zarandease como una
vaina. En uno de los fucilazos del relámpago quedó diseñado sobre las nubes el
cordonazo de san Francisco o la palma de santa Bárbara que decían los pastores
de mi pueblo. Me pareció entonces que una mano invisible estaba diseñando el
croquis de los tiempos por venir con una anticipación de veintiséis años sobre
los acontecimientos. Mi olfato periodístico me dijo que no hay que dar de lado
a las corazonadas y yo en aquellos momentos la tuve y ya desde entonces nadie me
pisó el scoop y por eso mi corresponsalía fue un poco a la contra de la de los
demás. Parece ser que a muchos les supo a cuerno quemado que uno quisiera
contar la verdad. Yo a los cables de la AP, de Reuter y del "Times"
les daba siempre la vuelta y al revés te lo digo y acertarás, piensa diferente
y acertarás. Hice periodismo de calle. No me limité a pegar telegrama o a
refritar el Times como otros becarios de la Fullbright y con master en Columbia
que se convertían en amanuenses de los lobbies por los pasillos del Edificio
Azul o del Departamento de Estado. Desde el principio tuve muy claro que venía
a servir los intereses de mi país. Me dieron por díscolo pero hice bastantes
dianas y conseguí moverme con soltura en el laberinto de la política exterior de
Cyrus Vance, para mí un auténtico caballero. Los americanos tienen un alto
código de valores tanto éticos como morales y eso se nota también en el
apasionante mundo político y estratégico de la Casa Blanca y del Pentágono.
La verdad tiene muchos carriles y
a un periodista se le perdona todo menos el de ser aburrido ni pastueño. La
mansedumbre de feligrés da buen resultado en el rebaño y en la manada, nunca en
esta bataneada profesión a la vez canalla y sublime. Mi lema era un poco el de
la libertad al estilo del fundador del "Manchester Guardian": Facts,
sacred. Opinions, free" (los hechos son sagrados; las opiniones libres).
De acuerdo pero existen diversas formas de presentar objetivamente unos mismo
datos. A la que descendíamos el avión perdía presión. Vi como el pararrayos de
una de las Towers absorbía la descarga de una centella. La gran azotea se
iluminó con una luz de espectro. La gran fábrica del rascacielos aguantó
impávida. Aquello me pareció el techo del mundo pero yo ya colegí que aquellos
prodigios de la ingeniería eran vulnerables. La exhalación había pegado justo
sobre la punta de la antena de una de las torres y el firmamento fulguró.
Entonces el World Trade Centre estaba casi vacío y en alquiler la mayor parte
de sus ciento diez pisos y dependencias. Bajo la borrasca ofrecían estos dos
titanes de acrílico un aspecto de desafío a los elementos. Habían sido erigidos
a prueba de terremoto. Eran el orgullo de la técnica. Sin embargo, dos aviones
de pasajeros una fatídica mañana del final de un verano para olvidar, el del
2001, acabaron con esa suposición presuntuosa. Al verlas por primera vez
recuerdo que pensé en Babilonia y en Babel.
-Scaryeh? - dijo entonces un
puertorriqueño compañero de vuelo empujándome con el codo.
-A little - repuse en inglés y él
se puso a jurar entonces en español como suelen hacer los simpáticos de la isla
de Borinquen que habían emigrado en oleadas a Manhattan en la década anterior y
constituían casi un cuarenta por ciento de la población:
-Manda huevos con el viajecito.
Gran parte del pasaje estaba
vomitando en aquel instante de turbulencias y de zarandeos. No pude por menos
de reprimir la carcajada que distendió el estado de nuestros nervios. De allí a
poco sentimos gañir los neumáticos del Jumbo contra el tarmac de la pista de
Kennedy. Todo el mundo empezó a aplaudir. Y yo a rezar. Recuerdo que en ese
instante apreté contra mi pecho la medalla de la Virgen de Covadonga parte
indispensable de mi ajuar.
A lo largo de cuatro años no se
me pasó el acojone y creo que todavía me dura pero acabé amando a Nueva York
identificándome con su latido. Es el pulso del mundo del mundo. No me extraña
que Manolo Blanco Tobío dijese que lo que más extrañaba - para este gran
periodista gallego muy habituado a los modos de vida norteamericanos Europa era
una especie de exilio- es una ojeada rápida todas las mañanas al Nueva York
Times.
El bien y el mal conviven allí
puerta por puerta. Ángeles y demonios sentados a la misma mesa. Los rabinos con
sus kaftanes y los popes con sus manteos comparten un sitio en el metro. El
superfluo y la elegancia de la Madison Avenida entremedias de la cochambre del
Bowry. De todo aquel caos que fue mi experiencia neoyorquina saqué la
conclusión de que tiene que haber un dios, un demiurgo que ponga orden, que se
apiade. Eso. Alguien que se apiade porque Nueva York hace pensar en la famosa
frase de san Pablo "nada de lo humano me es ajeno". No se puede ser
ateo en Nueva York. Todo menos ateo. Sientes como una fuerza que te lleva, una
especie de protección. De lo contraría te hundirías. La gran manzana, la
inmensa colmena, el hormiguero de gentes que se afanan un día y otro y también
el avispero y las injusticias. Y como no la mafia. La metrópoli suscita ideas
enfrentadas, pensamientos contradictorios de amor y de odio. No es una ciudad
para volver porque de ella no se consigue salir nunca. Te atrapa desde el
primer minuto y ya no te suelta aunque te alejes físicamente. Nueva York es una
condición mental, estado anímico. Yo diría que es una ciudad mística. He aquí
una lectura judía en versión talmúdica de la "Civitas Dei"
agustiniana. Que sólo cree en la gracia del esfuerzo y que a Dios lo coloca en
otro plano. A él rogando y con el mazo dando. Es una concepción utilitarista de
los elegidos llamados a poseer la tierra sucediendo esto acá abajo sin tener
que aguardar al más allá. No se conforma con la resignación cristiana ni lo
injusticia a la que lucha por atajar en este mundo. Por eso es un frenesí
continuo. Arriba y abajo. La ciudad que nunca duerme. La riada humana. El poder
automático.
Está tan cargado de voltios el
lugar que los picaportes y los pestillos sueltan chispazos. La estática pervade
el entorno. Yo viví en el Este hacia la calle 14. Allí todos están juntos,
nunca revueltos. Mi barrio era una mezcolanza de judíos y de sicilianos que
veneraban la camorra y nietos de Al Capone todavía practicaban ese vudú
italiano que es la "jettatura" pero católicos al por mayor ya que en
la fiesta de san Jenaro sacaban su imagen por Manhattan en procesión. En la
otra manzana había polacos con su manera tan peculiar de concebir el
cristianismo y antipáticos. Los pacíficos ucranianos todos con su peculiar y
angulosa cabeza, los húngaros con sus botas de fuelle me gustaban más y me hice
amigo de los judíos como mi quiosquero, un bendito de Dios por nombre Samuel,
que me regalaba unos puros verdes trapicheados de Cuba y hablaba algo de ladino
o judeoespañol. "Aguarde su merced agora un momentico pues vengo al
punto" Entre todas las etnias son los más de fiar. Los más caritativos,
los que más ayudan, aunque en cuestión de dinero no se casen con nadie.
Luego, hispanos los había por
todas partes y ahora creo que son más. No se puede contemplar esta inmensa urbe
con prejuicios, nueva York los desborda. Es un mundo que rebasa todas las
barreras y trasciende las ofuscaciones y atavismos de la vieja Europa donde se
mira con recelo al nacido en el pueblo de al lado. Allí este tipo de
resentimientos se desconoce. No hay envidia y si existe por lo menos no se
nota. Ni miradas por encima del hombro. Sí tiene que haber un Dios flotante por
encima de nuestras cabezas, un Cordero que quite los pecados del mundo. Alguien
que se apiade. De la torre herida por el rayo. De la humanidad que palpita y
gime desconcertada. De la inconsciencia, la banalidad, la vulgaridad a
espuertas, la frivolidad sin limites. Se vive mucho mejor en el Rellayo pero
uno no sé por qué termina añorando a la Ciudad Automática. Un mundo sin
paletos, sin intereses de campanario y con periodistas e informadores, literatos
amantes de su patria y de su país con razón y sin ella, que tienen muy en
cuenta la ley del libelo a la hora de sentarse delante del ordenador y que
saben como nadie maquillar la información y autocensurarse mientras que la
prensa a este lado del charco da fe de una picaresca en auge y la rosa en su
chabacanería procaz parece una corrala. Aquí todo se ha vuelto un poco
peripróctico, ya que la información, anal y asnal, parece girar en torno al
mismo cabo. Lo acabamos de ver en la manera que han abordado el choque de los
aviones contra el hastial imponente de las torres. Nos han demostrado que
entienden el periodismo como una vocación de servicio público, un menester que
ha de hacerse con categoría, responsabilidad y serenidad ¿Para eso queremos una
Facultad de Ciencias de la Información?
18 de septiembre de 2001
Antonio Parra fue corresponsal en
USA. Licenciado en Filología Inglesa y Románicas.
SAN FRUTOS, ABOGADO CONTRA LOS
MALOS TRATOS
Millán Sacramenia Artedo
Le llaman "pajarero",
seguramente, porque su fiesta, iniciado el otoño, coincide con la oleada de
aves que cursan viaje hacia el sur y lo convierten en cangreja de místico
velero, donde reposan el vuelo utilizando como descansadero a la impresionante
cofa de este peñasco yermo que adquiere la caprichosa forma de portaviones
inmóvil surcando la pedriza segoviana. Antes de reemprender el vuelo por el
freo paran aquí o utilizan las escotaduras y socarrenas de las paredes cortadas
a pico para anidar y quedarse. Abajo se prolonga una sima amenazante, pero por
lo alto del risco encuentran posada y cantadero las aves tránsfugas, y sus píos
causan embeleso a los ornitólogos.
Son como partes de una letanía
misteriosa repetida cada 25 de octubre sobre la cumbre que acomete el diácono
de las silvas con harta solemnidad y empaque. Señor, misericordia, es el grito
que entonan el jilguero, la avutarda, la aguzanieves y el monacillo por estos
peñascos donde el alma se eleva y Dios parece estar cerca, casi al alcance de
la mano, allí por donde las águilas y las vultúridas vuelan haciendo círculo,
más que en ningún otro sitio.
San Frutos es un santo que sabe
mucho de pájaros y de "pájaras" puesto que conoce algo de las
costumbres humanas a redropelo de todo pronóstico, se apartó del mundo no por
menosprecio sino por amor a la condición humana cuyas debilidades no le fueron
ajenas. Las bodas que se celebran en su altar no terminan en divorcio. Este
eremita mozárabe, que nació en Segovia el año 642 y murió setenta y tres años
después de vida penitente en el desierto tierras al norte de Sepúlveda - fue
contemporáneo del último rey godo, del traidor obispo Opas y del moro Muza que
inicia sus algaradas por el Estrecho a bordo de pateras-, brinda amparo, según
cuentan, a los que andan en precario por causa de amores que se acedaron, es
baluarte de acogida para las mujeres zurradas por la vida, víctimas de la
incomprensión, la sospecha, para todos aquellos que andan en trámites de
separación o están a punto de cometer un disparate. En fin, larga sería la
lista de méritos y los prodigios a cargo de su varita de virtudes poderosa. Su
venerable aura sigue ahí, encaramada en lo alto de la roca viva para el que se
moleste en venir a rezarle salvando las fragosidades de un áspero camino. Por
estas cumbres parece que se respira un aire distinto.
Villa y Tierra lo quieren y se le
venera en todos los sexmos de esta especie de confederación de judíos, moros y
cristianos que era la zona de la provincia de Segovia, el arcifinio de todas
las lindes, campos de pan llevar pendones y merindades, palenque de todas las
espadas en los agobiados siglos de Reconquista, zona de frontera entre dos
culturas diferentes y dos maneras de ver el mundo absolutamente opuestas. ¿Nos
habrá nacido desde entonces este complejo de prevenidos en fronteras, de
centinelas observantes del cotarro, siempre al acecho que hizo que el alma del
pueblo español, acostumbrado a los palos, saetas y sufrimientos del contrario,
tenga algo de aspillera? Es el sentimiento que al viajero le embarga cuando
rinde visita a estos riscos.
La ermita de san Frutos se yergue
como un testimonio contra la intolerancia fanática, el desencanto de las cosas del
siglo, y una exhortación a los buenos propósitos de la enmienda: lo que acaeció
entonces puede volver a repetirse.
Fue uno de los grandes santos
intercesores hispanos, muy popular a lo largo de la Edad Media. Así lo destaca
el Misal Mozárabe donde la fiesta de su tránsito era un día importante. La
liturgia de san Isidoro, que es mucho más expresiva y poética, menos concisa y
circunspecta que el ritual romano, como se sabe, le dedica nada menos que tres
himnos de insólita belleza literaria, lo que indica que no es un santo de
tantos en la lista de bienaventurados. Las rúbricas del Oficio Divino que
acostumbran a despachar en dos líneas a san Acisclo, pongamos por caso, al
anacoreta sepulvedano le apropian tres páginas de panegírico en elegante
hipérbaton y salmos. La imaginería barroca nos le pinta con barbas apostólicas,
una calva a cincel, el cerquillo penitente, en una mano un libro y en la otra,
un cayado, la cachava de la cuchillada con que tajó la roca hurtando así su
cuerpo de las gumías sarracenas que le pretendían degollar. Todavía queda la
señal. Se abrió una sima entre la hueste agarena y el varón de Dios. Al abismo
de san Frutos todavía se podrá asomar el visitante: una enorme garganta, y
abajo, las aguas pandas y trucheras del Duratón, no demasiado profundas sobre
el álveo calcáreo. Idóneo emplazamiento para ver nidificar al buitre o para
suicidarse.
Su estatua corona la entrada
norte que algunos llaman también como en Burgos la del Sarmental de la catedral
de Segovia, toda en granito y obra de Aniceto Mariñas. El ermitaño embebecido
en sus meditaciones pero sin porte adusto y casi diríamos que risueño está
mirando para un cantoral. La hoja de su libro está a medio pasar. Cuando esta
página que pinga del vacío vuelva con las demás, es que se va acabar el mundo,
según es crédito de radicación vulgar. La diócesis le tuvo gran devoción por
éstas y otras muchas cosas.
San Frutos vivió tiempos
difíciles de cambios dramáticos y de desasosiego general como son todas las
épocas de transición, cuando la historia pasa página. La batalla de Guadalete
dio paso a la desbanda del 711. Empezaron las invasiones africanas, los
arrasamientos y guerras prolongadas. Aceifas en masa. Venían y venían, cruzaban
el Estrecho que desde entonces tan bien conoce el moro en oleadas. Seguramente
la peste agarena fue un castigo que nos dio Dios a los godos "por no
amarnos unos a otros como Él nos amó", porque las rencillas, discordias y
lo que dieron en llamar los historiadores "morbo visigótico" eran la
regla. Ya san Isidoro nos lo advertía, pero no hicieron caso. Crisis de valores
en todos los sentidos. Época de conmociones sociales, mudas de camisa y cambios
de chaqueta. Se pasó del aquí no pasa nada al a ver qué va a pasar aquí. Las
fuerzas del moro Muza y de Tarik pilló a los visigodos desprevenidos
discutiendo sobre el sexo de los ángeles en medio de la gran refriega religiosa
entre trinitarios y anti trinitarios, arrianos y católicos. La Media Luna, que
no se anduvo con arrequives ni remilgos, irrumpió por el Estrecho aprovechándose
de nuestras banderías, sacando partido de la endémica desunión de la grey
cristiana.
El lábaro verde del Islam flameó
triunfal en los campanarios de las basílicas paleocristianas que fueron
asoladas o transformadas en mezquitas. De Despeñaperros para abajo no quedó ni
una sola cruz alzada - eso para que ahora digan- y en la Córdoba de san Eulogio
y de san Pelayo, éste, el único santo sodomizado de todo el menologio
cristiano, por un califa de perversas inclinaciones sexuales, que lo mismo le daba
a Abderramán bardaje que bujarrón, pues hacía a pelo y a pluma, ante su
negativa a abjurar la fe y luego tirado a un muladar, las aguas del
Guadalquivir fluyeron teñidas de sangre de cristianos, según revela el
testimonio del santoral mozárabe y las propias Partidas. Los recién llegados no
fueron un espejo de tolerancia. Se comportaron como horda invasora y el que
crea lo contrario que refresque su memoria leyendo a don Claudio Sánchez
Albornoz, que fue otro san Frutos, pero de Ávila, mártir laico de la verdad y
por unos y otros perseguido. Debemos nuestro atávico sentido de la vida
política a los taifas. Hay los que olvidan que este pueblo estuvo peleando
contra el moro nueve siglos.
Desde aquella ocasión hemos sido,
como individuos y al de por junto, de inclinaciones tornadizas con el forro
siempre dispuesto a cambiar de chaqueta. Si se quería conservar la piel, había
que practicar una moral de conveniencia. Algunos por eso se fueron por aljamía.
Fue el caso de los muladíes cristianos que abrazaban el Islam. O el de los
marfuces o renegados muslímicos que se bautizaban. Muchos transigieron aun
teniendo que pasar por carros y carretas como aquellos reyes de León compelidos
a pagar a los califas la alcabala del viento o tributo de las Cien Doncellas,
el primer caso de trato de blancas que se registra en los anales.
Pero los más hubieron de liar sus
petates y enfilar las rutas norteñas. La España de los mozárabes poco se
diferencia de la Grecia ortodoxa que describe Kazanthakis cuando irrumpe el
turco en sus lares. Cargaron con los huesos de sus muertos y buscaron la
desenfilada de las cuevas inaccesibles y de los caminos no frecuentados.
El Poema de Fernán González en
dos hemistiquios cuenta cómo fue aquella huida:
"Tomaron las reliquias -
todas las que hubieron.
Fuyeron por Castiella-así la
defendieron"
Este pudo ser el caso de Frutos,
de Casilda, de santa Cristina de Lena, y otros muchos otros.
Asqueado de la corte y
desilusionado del mundo se apartó de él para mejor servir a sus semejantes y es
así que el Señor le otorgó el don de interceder, de curar, de mirar las
conciencias por dentro y de profetizar. Es una figura clemente y compasiva, una
especie de Sansón mozárabe que derribó el templo de los filisteos sin perder la
compostura una sola hebra de su blanca barba. Hombre de fe, al fin y al cabo,
que es lo que ahora nos hace falta.
Por eso su fiesta, tras una
eclipse, y todas estas convulsiones sociológicas que han puesto una
interrogante recia sobre la institución matrimonial, después de la crisis, del
Concilio y todo lo demás, se ha vuelto a colocar en candelero. El pueblo nunca
suele equivocarse en sus corazonadas por todo el racionalismo que le echen y
los denuestos percheleros de nuestras celestinas hertzianas, y es así que san
Frutos el misericordioso está de moda.
No es tan sólo el interés
ecologista lo que ha metido a este padre de la patria en los riñones de
actualidad sino que también son las vicisitudes que parecen agobiarnos a los
españoles de ahora como a los de entonces. Lo que preocupaba a aquellos godos
también a nosotros nos preocupa.
Su ermita está situada en un
lugar escarpado, la espadaña en forma de cruz tiende sus brazos desde castillo
roquero de clemencia en la cúspide de un farallón y habitáculo de la última
reserva de rapaces que quedan en España, por el predio de Caballar, atravesado
por la calzada que conectaba Septem Pública o Sepúlveda con Cesar Augusta.
San Frutos funge como abogado de
las mujeres vejadas, de los maridos acongojados y pone paz allí donde la
celotipia o la infidelidad han instaurado su marca de suplicios. Con su báculo
y milagrero, convertido en varita de virtudes, tocará la tierra pedregosa y
árida y se abrirá una vía de salida para que lo que humanamente carece de
solución -Dios hace otras cuentas- se enmiende o, cuando menos, no empeore, y
así seremos salvos. Por una vez vencerá la inocencia y se irán abajo los
demonios. Ya era hora de que el mal fracase.
Este Moisés de la Tebaida
nacional de los castros apartados, tierra cenicienta donde se yerguen el serpol
y el hinojo y hunden sus raíces perfumadas la encina y el junípero protege a
los que sufren el desamor, nadie sabe por qué razón, pero también es abogado de
las que padecen hernia a los que por allí llaman "quebraos". Se le
invoca contra toda dolencia o malestar, pero, sobre todo, es como una deidad
doméstica, un socorrista de primeros auxilios. En su persona se reúnen todos
los manes, lémures y penates de la corte celestial. San Frutos siempre está de
guardia tras el mostrador de urgencias. Fijo y perseverante como un tótem de
bondad.
-¿Qué te pasa, hija?
-Pues que él me pegó, que no
hacemos más que regañar.
-Vaya por Dios. ¿Y eso será
irreversible? Un poco de aguante.
-Es que -dice la vapuleada
titubeante- ya no nos queremos. Hay otro hombre. Se ha roto la relación.
Cantinelas como ésta las debe de
escuchar el bueno del santo casi a diario desde su tronera del Paraíso, un
confesonario que le ha asignado san Pedro para que atienda los casos
desesperados del servicio de urgencias. En la actualidad con tanta falta de
conllevancia, nadie aguanta un pelo y todo son mohatras y requisiciones,
inquisiciones de la vida pasada, este departamento tiene tela marinera. Si no
fuera así ¿de qué iban a vivir si no los retratistas surales y gacetillas rosa?
La fidelidad, la castidad, la
modestia y el contigo pan y cebolla ya no se llevan. Puede que la cosa siempre
fuera así porque la condición humana es invariable en sus miserias y cerrera la
cabra siempre tira al monte, pero hoy se jalea mucho más. No se barre tanto
debajo de la alcatifa como antes ni a las mozas en un desliz les aprieta el
guardainfante, pero la mierda sigue escondiéndose debajo del felpudo. ¡Menudas
están ahora las prójimas! Hay quienes ven en esta rebelión feminista un signo
de inquietud apocalíptica. No se trata ya meramente del sexo, que al fin y al
cabo no es más que un instrumento y la función crea el órgano sino de poner la
biología patas arribas. La vida va al revés.
Por eso san Frutos, que debió de
ser un buen hombre, y ahora es un santo muy majo y servicial, tiene tanto
trabajo en el cuartelillo de las desavenencias conyugales donde reside de
guardia permanente. Lo que el uno hace el otro deshace.
Si su colega san Antonio era el
encargado de buscarle novio incluso a los casos más desesperados, el pobre san
Frutos acomete la desagradable labor de venir con los municipales para recoger
los restos de la vajilla que se hizo añicos o hay una mujer tendida en la
cocina con diez navajazos en el abdomen asestados por su marido en un ataque de
desesperación o de celotipia. Ved cómo terminan las promesas de amor eterno. A
veces hasta hace un milagro, resucitando a la víctima o, en particular,
evitando que aquellos altercados acontezcan o pasen a mayores.
Es un santo moderno, en pleno
vigor, encarnado en una época de empalme de caminos y de paso a la fronteras,
cuando se acaba una senda y otra abre surco. El siglo XX cierra sus páginas en
medio de muchos estertores de crónica negra.
En esta tesitura global, porque
la violencia doméstica no se circunscribe a la península Ibérica sino que es
flagelo que azota a todo occidente, es cuando más hace falta una figura que
ejerza su autoridad moral y disipe los vapores de la duda y el desconcierto en
que parece que nos hallamos. La precaria situación de fuerza bruta y de
vejámenes contra la mujer reza para el tercer mundo y es casi endémica entre
los mahometanos. Allí no está abolido el harén y es de precepto velarse el
rostro o la cabeza con el almaizar, al igual que lo hacían nuestras moritas en
los romances fronterizos de la edad medieval. Recato y decoro sigue reclamando
el Profeta a las esposas de los creyentes. Las quiere sumisas a sus dueños y
hasta se atenta contra uno de los cinco sentidos, el tacto, practicando la
crudérrima ablación clitórica para que así no sientan placer en el encuentro
carnal.
No en vano Shakespeare dio vida a
este problema que afligirá a los hombres de todas las épocas en su drama Otelo,
el monstruo de los celos. Quiso poner a Desdemona, mujer virtuosa e inocente,
víctima de las sospechas del marido, en manos de un moro, una tragedia que se
sigue representando en vivo y no en el teatro en nuestros hogares con una
cotidianidad que empavorece. Sin embargo, a veces debajo de las tocas castas de
Desdemona se agazapa el hacha parricida de Clitemnestra, pues aquí todo está
muy entreverado y el bien y el mal conviven puerta por puerta.
En eso que nos llevan de ventaja
a los cristianos, en ponerles almaizar para que no las miren a la cara a sus
parientas. Si la ley mosaica prescribe la dilapidación para la adúltera y los
imanes punen severamente por la misma razón, los cristianos parece que nos
movemos en inferioridad de condiciones. Estamos obligados a poner la otra
mejilla y hacer la vista gorda a los cuernos, a no vengar las afrentas. Pero no
es así. La ley del amor triunfará. Casi por este extremo de devolver bien por
mal, un rasgo de entidad divina más que humana, se puede demostrar que el
cristianismo es la religión verdadera. Y ahí tenemos a san Frutos salvando a la
derrocada y a Jesús dejándose ungir los pies con el alabastro de la dulce y tan
pecadora mujer de Magdala.
En este mundo de contrastes entre
la opulencia y la privación de lo más elemental la regla sigue en vigor hasta
en el atuendo femenino. Lo que les falta a las elegantemente desnudas de
nuestras pasarelas les sobra a las señoritas de Bombay que por carencia de
medios no pueden ir a la moda. O no llegas o te pasas, o no bebes o te
emborrachas, esa es la fija.
El efecto multiplicador del
cuarto poder con su arrasadora eficacia haciendo bocina desde los nuevos
púlpitos que son las ventanas de los aparatos de televisión sirve de caja de
resonancia. Los ojos del basilisco que matan con la mirada tienen hoy pupilas
de neón. Salimos a víctima de la violencia doméstica casi diaria.
Estos males, que siempre tuvieron
mala compostura, ahora parecen carecer de remedio. Ni contigo, ni sin ti. La
maté porque me pertenecía. Mía o de la tumba fría. Machista. Yo ahora hago con
mi cuerpo lo que me apetece, mira éste. ¿Y tú qué me has dado, a ver qué me has
dado? Hay algo de luciferino en esta guerra de los géneros que revoluciona los
hogares, está poniendo patas arriba las camas de matrimonio y los gineceos en
pie de guerra. Fracasada la lucha de clases, ahora a lo que se enfrenta el
mundo de los ricos es a la de géneros al grito de "mujeres del mundo
uníos". En lugar de crear un clima de armonía entre el hombre y la mujer
lo que está determinando es mayor crueldad, más ira, más esposas victimas de
vejámenes o camino del hospital, más maridos y padres de familia que acaban en
la calle pidiendo limosna. ¿No nos estaremos pasando?
En desquite de lo morboso, el
crimen pasional no pertenece al ámbito perentorio que hoy se le quiere dar. Es
más viejo que la ruda porque ya chupaba cámara de actualidad en los tiempos
bíblicos y mira que por aquellos días no había micrófonos acusicas ni la gran
lente de aumento de los medios de comunicación donde todo se magnifica o
minimiza a propia conveniencia para deformar la magnifica presencia de Dios en
la historia. Lo quieren desterrar los demagogos y sigue aquí: habitando entre
nosotros.
La flaqueza del barro en que
hemos sido fraguados no ha perdido su habitual consistencia; seguimos en las
mismas con nuestra querencia a ser carne de cañón, carne de horca y carne de
prostíbulo. Puede que san Frutos eche un remiendo, pero esto no lo podrán
arreglar nunca ni los moralistas furibundos ni las feministas del moño
retorcido. Más valdría morigerar un poco el país, colocar a la mujer en su
sitio justo y digno, ni en una hornacina ni en la corrala, y no tratarla como
un producto de bisutería o de casquería. El alza de mira de la lente del espejo
público no debe estar en la explotación morbosa de los bajos instintos
(corruptio optimi péssima), pero hay intereses en juego para que no sea así y
esta sociedad recoge lo que siembra: pornografía más violencia. Es un círculo
vicioso.
El efecto mimético de esta
corriente llega a los hogares y los convierte en infiernos. Más que moradas
vinieron a dar en campos de batalla, en abrevaderos de imágenes, porque la
bicha no deja de escupir basura. Hay poca ética y menos estética, dormitorios
en los que tampoco se va a descansar sino a la guerra, refectorios de comida
rápida. ¿Qué tenemos a nuestra alcance? Televisión basura y sin gusto, comida
basura, una clase política que es una mierda y un periodismo que unos días se
hace el Tancredo y otras veces rememora las furias de las venganzas catalanas y
de la Campana de Huesca. ¿Te acuerda de lo de entonces? Pues ahora sufre. La
máscara plateresca del Arzalluz retador y amenazante se ha convertido en una
pesadilla que recuerda que en este país donde existe hoy una paz precaria hubo
campos de minas, dinamita y trinchera. ¿Qué es lo que quiere el burro ése?
A este paso no va a quedar títere
con cabeza.
La autoridad del cabeza de
familia por los suelos y postergados sus derechos, la manumisión de las señoras
ha traído un ambiente de agresión y de revancha contra el varón que del gallo
de quintana encaramado en su bardal sagrado e intocable ha pasado a criar
complejo de zángano de colmena al que las obreras humillan y desalojan de su
celda por parásito e inservible. Cuando ya no eres apto para la creación, la
patada, y esa calamitosa y precaria situación de marido y de paterfamilias que
tuvo descendencia pero que ya conserva poco ascendencia entre los miembros de
su corral, donde más se percibe es en casa.
Como la mujer trabaja fuera y los
hijos no se emancipan el hogar ha dejado de ser ese rincón donde el guerrero de
todos los tiempos se imponía y se lamía las heridas. Actualmente es un
epicentro de borrascas agitado por maremotos y donde suenan las voces, son
constantes las fricciones, y las amenazas derivan en reyerta. ¿Qué hacer?
Con tantos problemas y con tan
escasas soluciones no es de extrañar que se produzcan uxoricidios y
parricidios. El hogar altar sagrado de la vida de un individuo, conforme lo
entendían los romanos y lo asimiló el cristianismo, se transforma precisamente
en lugar de acampada sin raíces estables, en mansión de las sombras y un pedazo
de ese infierno portátil anticipo de las tinieblas exteriores.
Como el mal no presenta visos de
desaparecer, la crónica negra irá en aumento. Forma parte de los apeos del
tenderete con un sistema de valores mercantilista y venal. Los españoles ahora
mismo no somos un pueblo feliz y los vejámenes en el hogar no son más que un
síntoma de infelicidad y de males que enraízan profundos en nuestra psique
histórica. Tal vez tengan que ver con el morbo visigótico, ese vil entristecimiento
de la dicha ajena que nos predispone a la rivalidad y la discordia. Por fuera
se trata mediante la hipocresía guardar las apariencias pero lo cierto es que
no hay buen ambiente.
Se dibuja entonces sobre el
horizonte el espectro felón y fratricida del obispo Opas, símbolo de lo bajos
que podemos llegar a caer llevados de esa pasión cainita que hace aquí a la
traición coger patente, y que padecieron los santos mozárabes que buscaron en
el desierto y la huida refugio a la incomprensión de sus iguales y la
intolerancia mortífera de rivales. Por eso convivimos amargamente y la falta de
conllevancia nos convirtió en un pueblo duro y cruel para con nosotros mismos y
blandos y papanatas hacia lo extranjero. Nos damos besos y abrazos al
saludarnos pero en el fondo qué poco nos queremos.
La familia refleja ese trasfondo
de desavenencia no solidario y banderizo que nos llevó a cuatro guerras civiles
en los últimos dos siglos, y casi una docena de cambios de gobierno y de golpes
de estado. Sólo nos queda recurrir a la lotería y al milagro. Los santos, por
lo demás, están ahí, forman parte de nuestra idiosincrasia, casi son lo mejor
que tenemos. Ellos sabrán marcar una ruta de esperanza. Su ejemplo y su
protección nunca nos faltarán.
San Frutos era un cortesano huido
de la corte del último rey Rodrigo que nace cuatro años después de que se
produzca la desbandada. La corrupción y la desmoralización debió de ser total.
Harto de aquel ambiente de intrigas y de revueltas, repartió sus riquezas entre
los pobres y se tiró al monte, no para atacar el arma al brazo al invasor
sarraceno sino en ansias de buscar la perfección que Cristo predicó a los que
buscan la vida eterna. Probó refugio en los inhóspitos páramos más allá de
Sepúlveda, la selva de las anfractuosidades y hoces del Duratón, un paraje aun
hoy lejos de la civilización y habitáculo de alimañas.
Le tildaron de loco y de tarado
pero Dios se hacía otras cuentas. Mediante el ayuno y la mortificación alcanzó
tal grado de perfección venciéndose a sí mismo que obtuvo gracias especiales
del Señor como la clarividencia profética, la bilocación y el don de hacer
milagros. Cuando vinieron en su búsqueda unos pelotones de soldados beréberes
que arrasaron la zona del Duero él se deshizo de ellos mediante la famosa
cuchillada sobre la roca que le puso a cobro de sus fanáticos perseguidores que
fueron a dar con sus cuerpos y sus caballos al foso que se hunde a los pies del
alcor. Arriba, la ermita y, abajo, las hoces y cañones que dibuja el afluente
del Duero al internarse hacia el terreno llano, en demanda de los arribes del
Duero, a través de una vega ubérrima, almendros y buen vino, mamblas peladas y
raigones de un castillo, lienzos de muralla o sillares de alguna iglesia
desportillada sobre el otero, trazando una curva de ballesta.
Los reinos del último godo se
vinieron abajo en medio de discordias intestinas que allanaron el terreno al
invasor. España se desintegraba en medio de conmociones personales; la
corrupción de costumbres, cuando las damas de la nobleza visigótica habían
caído en toda suerte de aberraciones, copulaban con animales, el gusto por la
riqueza y la molicie se habían hecho endémicas. Mientras, Don Rodrigo y su Cava
Florinda van a ser desde entonces el fantasma misterioso de la traición, la
conjura y el asesinato que se cierna amenazante por la historia de España. ¿Y
esto por qué? Desconocemos la causa pero fue así.
Hubo miseria moral a causa del
lujo y las riquezas y miseria física, plagas y enfermedades y esa congoja
apocalíptica que se conoce bajo el nombre de "presura" y que pone a
los pueblos en movimiento y a ir de aquí para allá. Por si esto fuera poco
luego estaban los trastornos cósmicos y la aparición de signos y símbolos
extraños en el cielo esto es apariciones con los que el brazo de Dios intentaba
meter en vereda a los recalcitrantes cristianos dados a la molicie y que
practicaban el contubernio junto a la conspiración y el asesinato. Una pena que
no estuviese allá Chus Torbado para contarlo porque hasta creo que se hubiese
mofado de aquellas señales cósmicas que a todos cogieron desprevenidos al cabo
de la batalla de Guadalete y sin saber a qué carta quedar.
Por haberse encendido la
iniquidad se enfrió la caridad entre las multitudes que prefirieron los torneos
y las intrigas y el fútbol en vez de acudir a los templos a suplicar el perdón
de la divinidad ofendida.
Por eso baremos puede ser,
agrego, que la presencia constante de José María García machacona y hortera
tras los micrófonos echando balones fuera o los trapos de la Campos
"tele-ubicua" y baluarte del sistema de pan y circo con muchos
muertos y muchas putas en el temario representen un argumento poderoso de que
estamos llegando a las puertas de los Novísimos.
España en la encrucijada
aguantando el escalpelo de sus propios enigmas y los americanos deshojando la
margarita de las idus de noviembre y sin saber a qué carta quedarse. Bush otra
vez batiendo atabales y haciendo sonar la trompa de caza nuclear, el lituo del
acojone. Helo por do viene. Si es el Bush - déjenmelo que lo diga en inglés con
la venia del querido patrón de mi pueblo- "we will be beating around the
bush" (a pegar palos de ciego y que los golpes lluevan sobre tu cabeza y
no te enteres pues esto ocurre cuando el poder lo tienen los agentes de la
conspiración); caso de que las urnas dictaminen su opción de una maldita vez,
pues no me cohíbo en anunciarlo, las riendas del planeta estarán en manos de un
subnormal... And a bull shall gore us. Lo que expuesto en cristiano viene a
decir que nos pillará el toro a todos. El dragón afianza sus mandibulares sobre
las carnes divididas de este planeta. La sámara del abedul está desparramando
sus semillas. Llega la hora de la siega.
Convendría en estos tiempos de
alteración purificarse bañandose en las aguas pandas del Duratón y de postre
cenar "jaroseth"a base de verduras cocidas en vinagre a imitación de
nuestros antiguos padres. El divino Frutos nos ampare de las maquinaciones de
la infernal culebra que repta por los viales de la España emputecida y sea la
triaca contra el veneno que sus babosos colmillos esparcen. Ya creo que se me
entiende: preciso es regresar ante los eremitorios tutelares en los que se
fraguó el espíritu de este gran pueblo invadido de falsos profetas disfrazados
de periodistas que no son sino haraganes en guisa de filósofos y de políticos
oportunistas con un ojo pipa que adoran al becerro y se pasean enseñando la
foto de los reyes domésticos. Mucho daño nos hizo porque fue maldición bíblica
esa fealdad fofa y bobalicona de los retratos goyescos a Carlos IV. Para librarse
un poco del fantasma del Fernando VII conviene vestir la marlota del yermo.
Alimentaos, hijitos míos, de miel silvestre, bebed leche de camella. Buscad la
sombra de la espadaña que al proyectarse sobre vuestras cabezas del todo os
librará de la desazón urdida por vuestro pecados. ¡Viva mi sexmo! Peregrinemos
a la pedriza.
Los godos no pueden resistir las
acometidas de las hordas islámicas, austeras, disciplinadas y con una
concepción del mundo muy clara y definida. Un sol nacía por oriente, el Islam,
y, ya de vencida, el occidente cristiano parecía abocado a hundirse por el
ocaso.
Los soldados de Tarik quisieron
prender al morabito que hacía penitencia en el yermo de la pedriza. Nada
hubiera sido más sencillo porque el eremita no contaba con ningún respaldo de
gente de guerra. Sólo otros dos penitentes, que decían ser sus hermanos,
Valentín y Engracia, le acompañaban en su vida anacorética. Sin embargo, cuando
intentaron agarrarlo he aquí que el justo varón se encomendó a los Cielos y
tocó tres veces el firme de la roca con su callado invocando a la Trinidad y en
el momento en que se abalanzan sobre él los de a caballo se produce un
corrimiento de tierra. Los soldados de Alá se precipitaron al vacío al abrirse
una sima profunda que se puede ver en nuestros días, justo antes de subir la
pendiente donde se alza la cruz de la ermita que fue un monasterio benedictino
durante nueve siglos. La brecha tectónica (se abrieron las fauces de la corteza
terrestre) queda ahí como un testimonio de que el Señor no se anda con
chiquitas a la hora de brindar protección a los que elige.
No fue molestado más en adelante
el eremita por visitantes incómodos que no venían precisamente en son de
turistas; se dice que el caíd que lo perseguía, maravillado de aquel estrago,
pidió las aguas bautismales y con toda su hueste en peso decidió hacerse
cristiano. Frutos pasó en el abrupto lugar el resto de sus días, alcanzó edad
provecta hasta que durmió en el Señor a los 73 de su edad. Allí se guardaron
sus reliquias, fue canonizado y proclamado padre de la iglesia de Segovia por
Calixto II el año 1111 justo el mismo año en el que Pelayo de Oviedo, obispo
primado decreta la supresión del rito mozárabe o hispano visigótico.
No obstante el culto a las
reliquias de Frutos o Fructus (el alegre, el que disfruta, en latín) arranca
desde mucho antes. Es uno de los hitos de la leyenda áurea hispana. Junto a la
espelunca donde pasó la mayor parte de sus días los monjes de Cluny se
establecieron y fundaron un monasterio, directamente dependiente de Silos y que
compitió en grandeza e importancia con el de Montecasino.
En este convento llegó a vivir
una beguina que huyó de casa a causa de los malos tratos y pidió asilo a los
frailes para que la empleasen como cocinera. El marido un día vino a buscarla,
la arrancó prácticamente de las manos del abad llamándola puta y toda clase de
improperios. La arrastró por los cabellos y la lanzó al vacío justo en el mismo
punto donde había dado san Frutos la famosa cuchillada que le puso a cobro de
las iras del Islam. La pobre despeñada se encomendó al santo y sucedió que éste
vino en su socorro. El cuerpo fue a rebotar contra la rama de un sauce que
suavemente se fue desgajando amortiguando el golpe de la caída al vacío por el
desfiladero.
Otro caso similar vuelve a
repetirse en la ciudad de Segovia con una judía por nombre Esther a la que el
sanedrín local había condenado por adulterio al castigo de despeñamiento, cosa
que se hizo con todo la minuciosidad de las reglas talmúdicas. La muchacha cayó
al suelo ilesa. Se encomendó a la Virgen y a san Frutos y saltó desde las peñas
grajeras a una profundidad de unos cuarenta metros sin padecer el menor rasguño
a su integridad física. En acción de gracias dejó la fe mosaica, abandonó a su
marido, y entró en religión profesando en la Tebaida de la Pedriza, uno de los
paisajes más sublimes de toda Castilla la Vieja. Es conocida con el nombre de
María del Salto. La fisga popular que no es poca, porque aquí se saca punta a
todo y se hace comidilla hasta de lo más sagrado, quiere echar a la provincia
segoviana no sin su mucha miga de refitolero en cara su abundancia en hijas
pródigas. Parece ser que ni María del Salto liberada por la Virgen de la
Fuencisla ni la beguina del convento donde san Frutos oraba y a la que éste
largó su cayado para que aterrizara con bien cuando la tiraron por el terraplén
en volandas fueron las primeras. Tampoco serán las últimas.
Sin embargo, el refranero popular
sigue adjudicando a las mujeres de por aquí una paremiología nefasta. Los mal pensados
dicen que por algo será:
"Y de Segovia ni burra ni
novia, y a ser posible tampoco la mujer"
En Caballar estuvo el desierto
por excelencia, la retaguardia del espíritu, se supo que también las oraciones
ganaban batallas a los moros, y el peor moro es un enemigo interior que
llevamos todos en los adentros, ése es más temible que el propio Almanzor cuya
memoria se pudra en los infiernos, como cuenta el Silense. Los pendolistas
benedictinos nos advierten del peligro que corremos si no volvemos a nuestras
fuentes si abrimos la puerta al enemigo y el peor enemigo de España y de los
español podremos ser los españoles mismos en ese prurito inquietante por
tergiversar nuestra propia historia.
El eremitorio conocido por el
nombre de Las Cuevas de los Siete Altares, una especie de catacumbas del
primitivo monaquismo mozárabe es un reclinatorio para encontrar la paz del
espíritu en estos tiempos que tanto se parecen a aquéllos. El aire huele a
fragancias humildes del campo que acarician el olfato, la vista se esparce
hacia los horizontes abiertos y a los aires altos de la sierra donde los
buitres de la reserva trazan círculos de concordia. Vemos alzarse una nube de
traza espectacularmente polimorfa, casi se puede tocarla con la mano, tiene
algo de premonición bíblica. Sobre el envés de este cúmulo gaseoso puede
esconderse la presencia del Padre Eterno. La voz de Dios se percibe aquí con
mayor intensidad que en otro lado. Es una voz que habla de misericordia y de
perdón. La escuchan siempre aquellos que van huyendo de los ojos furentes del
basilisco y escapan al yermo como san Frutos mismo. Estas lomas acercan al
éxtasis. Qué pena que la mística hable un lenguaje acrónimo que el mundo
desconoce; no podrán desgraciadamente captar su mensaje muchos hombres y mujeres
de hoy, enfrascados en sus negocios, colgados del móvil discrecional, que han
transformado la religiosidad en superstición y todo lo relacionado con las
cosas del cuerpo en su fetiche. Leviatán asoma su perfil de chistera y pantalón
a cuadros por la otra ribera del Atlántico, reclama que se le dé culto. Urnas y
hornos crematorios, bambalinas, hombres de paja, de esos que tiran la piedra y
esconden la mano, y luego acusan mientras esperan que les riamos la gracia.
¡Pobrecillos, son tan poderosos que reventarán de éxito cualquier día de estos!
La algarada que viene es peor que la de Tarik y sus chicos. Va a correr mucha
sangre - virtual, claro está- a orillas del Guadalete, pero habrá otro
Covadonga y otro Clavijo. En espera de que el anunciado renacimiento se
produzca al cabo de esos lustros de negrura, sólo nos aguarda el recurso de la
huida al desierto tras las huellas de los santos de la mozarabía, los que no
quisieron comulgar con ruedas de molino, se resistieron a las añagazas de la
Tierra Prometida y del Paraíso de Alá. O del candelabro judío. Las ramas del
crecal todas están secas porque pesa sobre todas ellas la maldición de la
higuera. El Salvador no puede faltar a sus promesas.
Por ese cabo - todo habrá que
decirlo - los peores fueron muchos curas y algunos obispos libeláticos que en
aquella hora amarga pospusieron su fe a la razón y a los intereses de dinero y
de poder. No fueron capaces de comprender porque se le escapaban las claves.
Roma en el siglo VIII también claudicó y ahí están los Papas de la Edad de
Hierro para corroborarlo. Cayeron las testas coronadas, se rindieron las mitras
y las tiaras pagaron el tributo al nuevo amo. Cristo se retiró al yermo. Ahora
resuena desde allí también su voz. Sólo unos pocos la escuchan. Si entablásemos
escuchas en estos paraderos, comprobaríamos que la voz del yermo es renuncia y
paradoja. Quien pierde su vida la ganará. Al fin y al cabo la Misericordia
escoge a los perdedores- un pajarero, un mozárabe que abandona la Corte de don
Rodrigo desengañado de la existencia, que no contemporiza con semejante estado
de corruptelas y, que, perseguido, huye al yermo para esconderse de la mirada
del basilisco- para manifestarse. Gracias a ellos, los planes siguen adelante,
aunque esto no se explique del todo bien. No pertenece a nuestra lógica pero es
así de cabal. Por eso nadie entiende el milagro aunque a veces se produzca sin
que le veamos. Su presencia no acabará y seguirá manando el raudal de la fuente
infinita. Quedad, pues, a pesar de todo, tranquilos.
Viernes, 3 de noviembre de 2000
(0:53 h.)
Viernes, 24 de noviembre de 2000
(5:32 h.)
LA PILARICA
En el primer banco se sentaban
los doce guardia civiles de guarnición. Era un sargento el jefe de puesto de la
comandancia de un pueblo asturiano posado en un valle a la riba de un río. Hay
que atravesar un puente sobre el ejido donde pasta alguna que otra
"Cordera" maternal y que para mí seguirá siendo vaca abuela con todo
lo que digan - el peligro hoy no es el matadero de Noreña sino esa extraña
enfermedad que trae a los ministros del ramo de cabeza: vacas locas- y luego se
accede a través de una calle larga que se recuesta entre las peñas.
A mano izquierda hay un bar acera
por frente del cuartelillo de la Benemérita y otro chigre más que se saltea con
un taller de reparaciones de bici y un tercer figón más que regenta Mariano
Proficuo dando a la plaza sombreada por la presencia de un carvajal secular
cuyas ramas tocan los perfiles del alar de la iglesia y enraman como si fueran
una pérgola del laurel de Baco la casa café de la panadera. Ésta debió de ser
una mujer de buen ver pues más que comediados los setenta y próxima a los
ochenta sigue pechugona ella y tan flamenca. Tiene el pelo rojizo y fabrica
unas enfiladas exuberantes y tiernas igual que sus pechos.
Se la podría componer algunas
endechas y dirigir unos buenos cantares a esta panadera comprensiva y rumiante
que se trae un aire manso y ejemplar con las vacas que pacen en el sel de la
entrada pasada la ferretería de Carola después de virar por la curva y ya
estamos en el ojo mismo del valle al que mi vivir o la fuerza del destino me
trajo rodando por las pendientes de la casualidad o de un secreto designio que
llevamos al nacer todos en la frente y cuyo sentido oculto vamos desmadejando
cada día de nuestra existencia. Nuestro porvenir cuelga de los cuernos
enroscados del buey Apis.
Pues era el día de la Columna
Nuestra. La Virgen sonreía en su trono de jaspe de su altar lateral en la
iglesuca íntima llena de fervores tutelares y el anagrama mariano por todas
partes; templo de traza cuadrada muy propia del arte visigótico que no utiliza
el círculo para nada. Diseño primitivo y rural, la traza románica conocería
siglos adelante las excrecencias prendas y arrequives del barroco. En la nave
de la epístola había un altar que representaba con mucho entremetimiento y
pompa el árbol de Jetsé todo de colorines, muy rural, primitivo y tosco pero
con un resultado que no podía ser más certero porque inducía a centrar el alma
en el recogimiento. Un movimiento de piedad al tiempo que una sonrisa embargaba
al visitante. Debajo del coro había un confesionario de castaño de traza
cuadrada en cuyo dintel ponía el número de su data. Había sido construido en
1808, fecha evocadora de muchos sentimientos en cualquier español por poco
patriota que se sienta un español. La junta de Asturias fue la primera en
alzarse contra Napoleón. Esta comarca verdadero riñón de los concejos y
cabildos todavía resulta efervescente en todo a lo referente a nuestro pasado.
Por eso aquí se siente con más fervor que ninguna otra parte el sentido de la
fiesta nacional. Al menos yo vibré el doce de octubre del 2000 con toda aquella
escolta de gastadores rindiendo honores ante el altar mayor.
Tengo que decir que el arcipreste
don Quintín pronunció un sermón muy sentido de los que por desgracia no se
escuchan en nuestro templos desde que dirige los designios de la barca de Pedro
ese polaco tan misterioso y comprometido con los poderes fácticos de la
trilateral. Por eso tengo que aducir que la homilía del humilde sencillo cura
de aldea me llenó de consuelo. Don Quintín, pequeño, algo calvo y rechoncho al
que yo convido a culines o a una pinta en la taberna de la plaza adquirió ante
mí una elevada talla moral que sobrepujaba a la del propio cardenal primado o
el purpurado de Madrid. Porque si los príncipes de la Iglesia compasan y
comanditan, transigen, tragan, ponen el cazo, acepto, lo que tú digas, vamos
allá, París vale una misa, etc., con el orden terrenal los humildes clérigos de
misa y olla se desentienden de esos planteamientos acomodaticios generales. Se
les obliga a vivir hombro con hombro cabe el pueblo, sus problemas reales, sus
zozobras, lejos de la retórica curial, los rescriptos y bulas papales; en una
palabra, el Jesús de carne y hueso, hijo del carpintero y de María, el que
talaba arados, mesas, ventanas, algún yugo de ciprés, la ventana que salía de
sus manos no la carcomía la sarcoma, ni se abría con el viento recio de marzo,
vedaba entrada a los ladrones.
Pero aquí estamos rozando uno de
los enigmas más maravillosos de esta institución de origen divino a la cual los
hombres bulderos y boleros han querido transformar a su capricho. Querían una
iglesia hecha a su medida como una dulleta de encargo pero lo cierto es que a
la institución empecatada y corrupta ya que siguiendo las indicaciones de
Montesquieu -¿no fue el que dijo que todo el poder corrompe y el poder absoluto
más todavía?- sólo le puede lavar la cara un san Francisco. Así la iglesia
quedará a salvo de la ignominia gracias a un diácono.
La Tradición puede operar
maravillas en misa de doce. En la ceremonia aleteaba un sentir antiguo que
conectaba el presente con el pasado y nos colocaba delante de la mirada lo
acontecido hacía muchísimos años y es que la memoria puede operar milagros. Es
un divino don al que ahora combaten con tanto empeño los que hablan de borrarla
en aras de su invento. Está visto que el legrado de memoria es uno de sus
objetivos. Quieren convertirnos a todos en sapos y se inventa monsergas y
acuñan consignas para que nos convirtamos a sus intereses. Tendrán bastante
trabajo si de lo que se proponen es hacer que baje de su pedestal la Virgen del
Pilar.
CRISTO ES UN ESTORBO
Por Millán Sacramenia Artedo.
"Yera moru, el cristu de la
iglesia que tiene don Acisclo, habrá que cambialu, porque yé blanco, y ya non
val". La sentencia que profirió Pachu de Mio Pa en el chigre de Alonso
tenía toda la categoría de la conclusión de una tesis doctoral. Todos estábamos
un poco alarmados porque la andanada era global, de esas que hacen época, pero,
como ahora todo lo que traen los papeles se ha vuelto dogma de fe, el pueblo
ignaro acepta por ciertas todos estos torpedos a la línea de flotación del
barco de la fe.
Otro de los contertulios, Toñín
de Ternerona, envidó con una frase que fue lo mejor de toda aquella noche de
hierba joven, luna blanca y lejanos ecos del lúgubre canto de la
"curuxia" en los humeros del monte, pues el sol ya se había escondido
y de las breñas descendían nubes muy negras amenazando una vigilia metida en
agua:
-Tras el carru volcau to son
carriles, nin.
-Caguen mi manta quien quitarnus
la fe.
Se había entablado una polémica y
hubo quién acaloró se.
-Es creer en lo que nos vino, que
bien me recuerdo de lo que decía sobre este parecer el catecismo que yo aprení
na escuela.
- Y no vimos - precisó Volo
Fesorias acordándose de lo que ponía el P. Astete.
-¿Qué tendrá que ver el color de
la piel? ¿No dicen ahora que no hay que ser xenófobos?
El color, la raza, la flaqueza o
la crasitud, la fealdad o la hermosura no constituyen sino accidente, que no
interfieren en la sustancia anímica, la parte más noble de la persona. Lo otro pertenece
a la naturaleza inferior. Pero se viven tiempos aparenciales de imagen y de las
liviandades de lo light. Nuestro periodismo, el de la "Nueva España"
incluso es una caja de resonancia de este espíritu de inversión de la cruz,
carrus volcaus, y de esa involución que ya está llegando.
La Summa tomista hablaba del
color de la piel como atributo de accidente. Ser blanco o ser negro era como ir
descalzo o con botas, estar sentado o de pie, ser miope o tener vista lince,
con la espalda tiesa y bien trabada, o cargado de hombros, tener la cabeza en
forma de paralelepípedo, cráneo torreado, o de forma alargada y hundida,
batiscafocefalia, se decía cuando estudiábamos Prosopografía, ser braquicéfalo
o dolicocéfalo.
Una de las grandezas mayores de
la Iglesia es que nunca ha sido racista. Cierto, la más primitiva, la del rito
maronita, irrumpió desde Abisinia y hasta san Agustín estuvo enamorado de una
nubia a la que tuvo que dar carta de repudio por injerencias de su madre santa
Mónica la cual le tenía echada el ojo a una mitra y en aquella época los
casados no podían ser obispos. Las mujeres nubias, por otra parte, desde la
Reina de Saba a esta parte, pasan por ser las más hermosas de toda la raza
humana. "Nigra sum sed phormosa, filiae Jerusalem", se canta en el
Oficio Parvo.
Pero aquí la gente sigue tomando
el rábano por las hojas, porque los amos de la rueca informativa profazan que
es un gusto enarbolando la cruz del revés y a lo que se aspira es al carru
volcau que decía Tonin de Ternerona ante un culín de sidra áspera en el galpón
de Alonso al atardecer de un día de manzanos en flor. Cristo bendito el que
confundió a los doctores deja los estrados en los que enseñaba en el Templo y
regresa, cerradas ya la mayor parte de la jornada las iglesias, a los chigres,
porque es la taberna el único lugar donde se puede hablar libre sin miedo a los
barandas y a los espías del pontífice. Siempre mostró predilección hacia los
pecadores, convivía con pecadores, dejaba que las putas se le arrimasen y le
ungiesen los pies. Toda su doctrina es una soflama contra la hipocresía del
tartufo. El ariete de la mansedumbre no se dejó encalabrinar por las
seducciones del poder. De ahí que todavía le sigan considerando persona non
grata las gallinas lluecas que se aselan en el nial de los contubernios y la
impostura.
Borran su memoria y siguen
aduciendo contra su sagrada persona a los abogadetes y rábulas de la impostura.
El sinedrio sólo consiguió condenarlo sin pruebas aduciendo testigos falsos.
Ora echan mano del libelo, ora de la soflama, ora del sesudo tratado pseudo
científico avieso de malas intenciones, ora envían a sus tribus urbanas para
que embadurnen los muros de las catedrales con el dele del diaño. El caso es
volcar la cruz para marchar todos juntos por la senda del revés.
Les exaspera la figura doliente
del crucificado. Se encocoran y escupen ante la imagen clara del Santo Síndone
y una parte de ese lienzo se conserva en la catedral metropolitana de la
Transfiguración de Oviedo, dedicada al Salvador. Este paño fue el punto de
órbita del tan traído y tan llevado culto a las reliquias, y fue polo de
atracción de romeros medievales, antes incluso de que se organizasen de forma
estructurada las peregrinaciones a Compostela. Ya Alfonso VI en 1085 acudió al
ara mayor ovetense para dar gracias por la toma de Toledo. La reconquista del
adarve toledano representaba un regreso al punto de partida, un triunfo de la
causa cristiana, que tantas persecuciones costó y tantas lágrimas. Toledo y
Oviedo suenan consonantes incluso por lo parecido de su toponimia. Fueron
sendos baluartes de los godos.
Hay razones fuertes que inducen a
suponer que Oviedo, el antiguo templo de Júpiter, que cambió la advocación de
su ara a Zeus por el de Cristo, aglutinó el sentir soteriológico del que está imbuido
todo el bizantinismo visigodo. En la recuperación de las ciudades y del
territorio de los que fueron erradicados a causa del empuje islamita los
herederos de don Rodrigo el carbayón troncal de la estirpe jugó un importante
papel.
No hay más que leer a Nikos
Kathantakis para reparar en lo que significa esta presión alóctona, que hoy se
está repitiendo en proporciones casi apocalípticas que nos recuerdan la
"pressura gentium" del que nos hablan los sinópticos, con las mismas
características que tuvo diez siglos atrás (los problemas se han agrandado tras
la caída de Kosovo). Porque Europa fue un laboreo incesante, un ir y venir
cargados con los huesos de los santos a cuestas y de los que efundiendo su
sangre dieron testimonio del Cordero. Sin culto a las reliquias ni
peregrinaciones no hay fe que valga, pero "Cristu yera moru", nos
dicen los expertos anglosajones. En el Beowulf, en la Chançon de Roland y en
las antiguas etopeyas europeas hay referencias a esta pressura gentium. En el
Poema de Fernán González, anterior al "Mío Cid" podremos leer:
"Tomaron las reliquias/
todas las que ovieron/ cabalgaron por Castiella/ ansí la defendieron."
Que se cometieran abusos no lo
niego y que haya catalogados en todo occidente más de cien mil astillas del
árbol de la cruz que supuestamente encontró santa Elena, tampoco. Todos estos
vestigios pueden verse en algunas quirotecas catedralicias y algunas aun se
veneran. Hay otros más sospechosos aún; el ceñidor de la Virgen, un mechón de
los cabellos rubios de Juan Evangelista o la correa de las sandalias del
Bautista. Sin embargo, habrá que poner en cuarentena todas esas conclusiones
que publican oportunamente, coincidiendo con las grandes fiestas del calendario
cristiano y que han sentado precedente de costumbre - una forma como otra
cualquiera de amargarnos las pascuas a los creyentes -y airean los expertos
cibernéticos, puesto que no suelen servir a la verdad, sino a intereses
ocultos. Son la voz de su amo. Y la impiedad está al acecho. Ahora sólo amagan,
pero, en cuanto tengan expedito el panorama, darán de veras. Vuelven a
anunciarse grandes persecuciones.
En este tiempo de carros volcados
y de teleras y ruedas patas arriba, se cambian las tornas; los versutos facense
idiotas y estos últimos a la inversa logran el grado de especialistas. Me
aferro a la fe del carbonero con que razonaban mis amigos del chigre. Para mí
valen mucho más que las conclusiones de los expertos. Los últimos serán los
primeros. Prometió Jesús Bendito y él siempre hace lo que cumple, no como los
señores del Banco Azul. No es Charlie el del Bigotito con sus monsergas de
"España va bien".
El logogrifo del 666 se estampa
en los papeles más insospechados: en las cuentas corrientes del dinero que
mandamos a Bosnia y hasta en las citas de un juzgado (me enseña un amigo un
exhorto de la audiencia de Pravia para comparecer a un juicio de faltas, que
luego resultó ser una infracción de Tráfico, porque el interfecto le había
leído la cartilla al número de la Benemérita diciéndole que no toda la culpa de
los muchos muertos que hay en las carreteras es de los que se toman un culín de
más en las espichas y se van de folixia, huyendo del aburrimiento mostrenco o
de las malas jetas de nuestros hogares, donde el odio se condensa, porque el
hogar ha dejado de ser sancta sanctórum de la libertad para convertirse en
duerno y abrevadero de imágenes, en sede de la insolencia más procaz, sino la
violencia, el odio y la mala hostia que se respira en esta España de nuestros
pecados, no somos lo que se dice una sociedad relajada y feliz) el número de la
bestia aparece allí.
La maniobra que se esconde detrás
de esta hipótesis sobre la raza negroide del Señor es evidente: acabar con toda
una iconografía y estatuaria en la que aparece como un hombre de raza blanca,
rubio, con los ojos azules, la barba bermeja. Así es la estampa en los
contornos en relieve de la Sábana Santa turinense. Las pruebas del carbono
catorce surten evidencias de que no se trataba de un hombre del medievo sino
que la fija de su fallecimiento finca hacia el primer siglo. En el sudario se
encontraron vestigios de plantas hoy extintas y que se desconocían en Italia
porque pertenecían a la flora Palestina. El perfil del amortajado era el de un
ario de rostro alargado de miembros proporcionados que recuerdan a los cánones
de Filias y Preexcíteles más que a los de un judío típico con ese pabellón
nasal que diferencia a los hebreos - no es exactamente una nariz ganchuda sino
un perfil que contorna la boca y el arco ciliar coronando la peana de un labio
carnoso y sensual-, lo que ha llevado a los antropólogos a conjeturar la
posibilidad de que hubiese algo de griego en la estirpe de la tribu de David. A
Jesús luego se le tendría al menos como un judío helenizante lo mismo que a san
Pablo.
Esto no es la sustancia. Es el
accidente, volvamos a insistir. El meollo de la cuestión no descansa sobre su
aspecto físico sino en la perduración de sus enseñanzas. Lo que prometió se ha
cumplido. La Ciudad Santa fue desolada por Tito así como sus misericordiosas
palabras acerca de la mujer pública: "Allí donde sea publicado este
evangelio en el universo mundo todos tendrán noticia de su nombre". Los
griegos dominaban la Decapolis o conjunto de ciudades donde se desarrolló la
mayor parte de su vida pública. El Nuevo Testamento fue escrito en griego, a
excepción del de Mateo, y hay muchos aspectos de la Palabra que recuerdan las
normas de conducta de las enseñanzas de los estoicos y peripatéticos: el desdén
de los placeres, el perdón de los agravios, la contemplación de las maravillas
de Natura.
En el amor a los pobres y a los
oprimidos, en su rebelión contra los poderes fácticos causó revuelo entre los
fariseos, los miembros del sanedrín y los pontífices. Es posible que hoy siga
siendo el ariete que molesta a los globales. Cristo estuvo entonces contra los
pactos sinalagmáticos con Roma, huyó siempre de los honores y de la riqueza.
Era un peligro constante para los que se consideraban depositarios de la verdad
y el brazo de la ley, celosos siempre de su capacidad de convocatoria ante las
masas, y de su atracción mesiánica. Por eso lo enviaron al palo esgrimiendo
aquel argumento estremecedor que todavía retumba en los ecos de los siglos
caiga sobre nosotros su sangre y sobre nuestros hijos. Era tan arrebatada la
incriminación que el pretor romano que desde el principio del juicio lo tuvo
por inocente acabó por lavarse las manos desarbolado por la contumacia
diabólica de Anás y Caifás. Pilatos irresoluto no tuvo otra opción que acceder
a la petición de los pontífices. Cuando escuchó de sus labios que lo
denunciarían ante el emperador, sancionó la crucifixión, que era entonces el
tormento de la ignominia, la peor forma con que podía acabar un ciudadano
romano.
Cristo plantó cara al viejo
orden. Estorbaba entonces y estorba ahora. El anatema de crucificale sigue
agitándose macabro en los labios de los globales, los cuales - esto no se
olvide- so capa de democráticos y librepensadores son totalitarios. Su memoria
histórica continúa siendo un estigma que se proponen erradicar la propia memoria
porque actúan con vehemencia subjetiva sin darse a razones. Pero en las
tácticas con que lo persiguen, más sutiles y de guante blanco, no son más
originales que los Herodes y Nerones de antaño y utilizan los mismos
argumentos. Loco. Se hizo pasar por hijo de Dios. Rey de los judíos.
Visionario. Echaba demonios en nombre de Belcebú. Hoy se le tilda de
políticamente incorrectos a Él y a sus verdaderos discípulos, que son los
peligrosos, porque se han situado extramuros del sistema de la oportunidad. Ellos
harán más pupa que las excomuniones episcopales o el compadreo de las altas
esferas ganosas de mantener preeminencias e intacto el poder y la cartera
porque, a diferencia de los malos pastores y de los discípulos de pacotilla, no
se han adherido a los pactos sinalagmáticos de la gran movida. Su reluctancia
les convierte en idóneos para los quemaderos inquisitoriales que ya para ellos
se caldean en estos mementos. Todo por no adherirse a la causa de la bestia. No
se crean que es ningún cuento chino lo del anagrama fatídico con los seis
números del anosmia. Sus siglas vuelan por el círculo virtual de Internet. El
antecristo hará milagros.
No he visto película más alevosa
que una protagonizada por Antonio Banderas y que se titula The Body, toda una
diatriba contra el depósito de la fe, una negación de la soteriología, de la
divinidad de Cristo y de su existencia, un alegato infame contra la
resurrección. La daga venía envuelta en guantes perfumados, pero la seda no
podía ocultar el brillo del alfanje, puesto que la daga estaba rodada desde un
planteamiento inteligente y consecuente desde la primera a la última de las
secuencias. Pero, una auténtica trampa saducea toda esta cinta maestra porque
saduceos fueron los judíos que negaban la resurrección, siendo escarnecidos por
los otros judíos, los de la rama farisea.
Casi desde que inició su andadura
esta misteriosa religión que predica olvidar los agravios y querellas, amar a
los que nos persiguen, el desprecio a las riquezas y el apego a los valores
espirituales sus detractores toparon siempre en la misma piedra de un único
argumento: ser esta doctrina un amasijo de patrañas guisado a gusto de
mujerzuelas y débiles mentales.
Nietzsche, el cual tal vez había
leído demasiado a Lutero, a Loyola y a Calvino, y que había sido capaz de
descubrir las incongruencias de san Agustín sobre el celibato - que las tiene
como las tiene san Pablo en cuya pluma retumba el eco de la contradicción y en
todos aquellos que se han obsesionado con un único tema- blasfema: "Ese conjunto
de afeminados son los enemigos de la raza superior, lo ario". Para el
pensador teutón el cristianismo no era meramente un problema de bragueta, sino
que su fundador era un invertido.
Pero Arrio, siglos atrás, había
sido seducido por el mismo espejismo y pergeñó una herejía a costa de la
diferencia de las dos naturalezas que se observan en la segunda persona de la
Trinidad en la que se inspiró el esclavo de un rabino judío, que era hombre
rico. Me estoy refiriendo a Mahoma. El que había de ser azote de los cristianos
tras la muerte de su amo y los desposorios con su viuda llegó a ser un hombre
rico. Primera hégira. Un ángel del cielo le trae escritos los capítulos con
todas sus suras del Alcorán. Sus seguidores viven en la ceguera siendo su
religión un pisto o digesto de noticias y creencias del antiguo y del nuevo
Testamento en los que se agazapa el arrianismo que practicaba el monje Sergio
uno de los asesores del Profeta como las constantes genuflexiones o
prosternaciones que se practicaban en los monasterios de la Tebaida. De los
judíos tomaron la costumbre de no comer cerdo y de practicar la venganza y
sigue a los nazarenos en sus prédicas en favor de la sobriedad y de la
abstinencia de toda bebida fermentada. Hicieron suya la ley del Talión pero hay
elementos paganos en este digesto de dogmas y de supersticiones que es la ley
coránica, como santificar los viernes. Era el día dedicado a la Venera o diosa
Venus. Su culto no posterga la lascivia ni todas las sensualidades del trato
torpe por lo que asumimos que el mahometismo es religión cuya puesta en
práctica no resulta del todo difícil. Es muy humana porque otorga a los
instintos todo cuanto le apetecen, en contra del cristianismo que es ley arduo
y fragosa que manda estar en todo vigilante, devolver bien por mal, amar a los
enemigos y glorificar y adorar a la Trinidad, algo inconcebible si no se
adscriba al código místico de la verdad revelada por la fe. A la legua se nota
la vileza de condición de su fundador que era arriero o conductor de caravanas
de camellos. En uno de sus viajes el auriga trabó contacto con un rico mercader
hebreo al que acompañaba una escolta de renegados nestorianos y arrianos que
eran gente versada en cosas de religión. Las escenas violentas que había
presenciado durante el tiempo como faetón de camellos en mesones y posadas le
hizo aborrecer del vino del que precave a sus seguidores. Él no podía ingerirlo
pues era epiléptico y cuando le daba la gota coral quedaba como muerto. En esos
trances decían los recueros que le seguía que quedaba como transpuesto y que
recibía iluminaciones del cielo y que una paloma, el Espíritu Santo, bajaba del
cielo, y, posada en su hombro, le intimaba las suras del libro de los libros.
No hay más dios que Alá cantan los santones en lo alto de las torres a partir
de entonces. Y no hay más cera que la que arde y si no aceptas pues te pasaré a
cuchillo. Lo corean constantemente sus cadíes en una repetición de las
cantinelas de los hesicastas; así la melopea sube a los cielos y de los viejos
monjes griegos también heredaron el "tasbib" o rosario cuya cuentas
se pasan el día entero acariciándolas con los dedos para matar el hambre o
acallar la tentación de fumar. En las mezquitas el Alcorán enfundado en un
repostero verde colocado debajo de una espada destacan por su sencillez y su
decoración aniónica, herencia de la iconoclasia de Constantinopla. Mohamed,
dicen, había nacido para profeta por que habló en el vientre de su madre, el
arcángel san Gabriel vino a consolarle muchas veces, una burra habló en su presencia
y luego la luna la partió en dos, de ahí viene lo del creciente, una higuera le
vino siguiendo por todo el desierto de Arabia Feliz para escucharle y no se
secó que siempre permanecía verde y daba brevas (éste es uno de los siete
milagros) y al final de sus días descendieron los ángeles y depositaron su
cuerpo en una zofra de color verde y el cuerpo subió al cielo lentamente.
Mientras, uno de los suyos gritando no te vayas quedó colgado de uno de sus
pies quedándose con una parte del cuerpo del profeta. De ahí lo del zancarrón
de Mahoma que se venera en Meca junto con la piedra de la Caaba que bajaron los
ángeles del cielo cuando vinieron a por él. Todas estas fantasmagorías suenan a
secta pero han dado paso a la religión que lleva camino de convertirse en la
primera del mundo.
No quería enemistarse con sus
paisanos de la Arabia sino halagar los principios y exigencias animales de la
condición humana. Les permitió tener cuantas mujeres quisieran. Nueve tuvo él.
Vengarse de sus enemigos. Todo con tal de que sus súbditos se prosternaran para
adorar a Alá cinco veces al día. Una religión que todo lo que sancionan los
bajos instintos permitían y que prometía la arrizafa, un jardín de goces
sensuales en la otra vida, habría de propagarse rápidamente. Y así fue. El
Corán no es más que una pepitoria donde se condimentan creencias, doctrinas de
los dos Testamentos en comandita con supersticiones autóctonas. Cristo había
predicado la renuncia, la continencia, que sólo lo bueno es útil, aunque sea
tenido en poco a los ojos mundanos, porque el Padre celestial hace otras
cuentas. Insiste sobre todo en lo que los peripatéticos consideraban una de las
premisas de la felicidad y la paz interior conocerse a sí mismos. Gnosce te
ipsum.
Pero tampoco pidió imposibles. El
hombre nunca será probado más allá de sus fuerzas. Exhortaba a la perfección a
la vez que explicaba en la parábola de los talentos que no a todos se les puede
exigir lo mismo. Nunca habló del celibato y siendo casto como lo fue nunca hizo
bandera de la gazmoñería. Amonestó a los que querían dilapidar a la adúltera.
Los que estén libres de pecado que tiren la primera piedra. Instituyó el
sacerdocio. El celibato nunca. Alternaba con alcabaleros y mujeres públicas,
para los judíos epítome de impureza.
Los que han convertido la fe en
una obsesión genésica atacan a la jerarquía por el flanco desguarnecido y dan
en el hito. Desde el concilio de Elvira en el siglo VI en que se preconiza el
canon de la continencia para los clérigos esta disposición fue desatendida y no
fue hasta ocho centurias más tarde en que el cardenal Gil de Albornoz, un
reformador, amigo de Benedicto el papa de Aviñón y autor del "Colirium
contra haereses" que no la impone en su archidiócesis de Toledo. Aquel
guaje que se llamaba Juan Ruiz, buen galanteador de mozas aunque fuese cura
protesta poniéndose al frente de todos los presbíteros y diáconos de Talavera,
que estaban en pie de guerra contra el rescripto, solemnemente:
"Eminencia, quitaínos las buenas para que nos vayamos con las malas.
Cristo no impidió a sus apóstoles que se casaran".
De poco le valdrían las
reclamaciones al Arcipreste. Aquel contumaz cura mozárabe que inserta en sus
composiciones algunas palabras del viejo bable (guaje, ome, furaco, garabato,
facistelo, etc.) estuvo trece años nada menos en una mazmorra de la cárcel
arzobispal de Talavera. Lo empapelaron de cánones. A veces los obispos han
mostrado un comportamiento fiero nada evangélico y que no que se lo digan a
François Villon, otro clérigo de las mismas características. Sobre ellos cayó
el ladrillo de Roma. Cristo los perdonó. Nadie recuerda el nombre del mitrado
que envió al patíbulo al autor del "Testamento", pocos habrían leído
los colirios contra herejía del testarudo cardenal Gil de Albornoz, pero las
generaciones presentes y las venideras siguen solazándose con la cuaderna vía
del arcipreste algo débil habiendo "mozes" por medio y puñetero, o
con sus fervorosas loas a la Virgen María.
De lo antepuesto se desprende que
esta magna cuestión genésica en la que los curas no han dado ejemplo no embarga
el verdadero depósito de la fe. No es sustancia sino accidente, igual que el
color de la pigmentación del rostro del Crucificado, varón de dolores, hermoso
rostro que veneran los siglos. Tanto da que fuese ario, chino o etíope, como es
lo más probable puesto que la estatuaria oriental así lo ha venerado a través
de sus iconos que nos lo representa como un abuna abisinio de rasgos
majestuosos y ojos penetrados de clemencia. El amor es la esencia de esa
religión que tantos predican y tan pocos practican. Sobre él descansa su fuerza
y su esencia radica.
Aquí la coartada es perfecta.
Todos estos rasgos de naturaleza periférica se nos presentan como la médula y
nada tienen que ver con el depósito de nuestro credo. Madre ¿por qué callas?
De lo que se trata mediante la
elongación de tanto ánimo confundido y criterio perverso es de invertir los
valores, atacar a la Iglesia aparente por la esencial. Se trata de melindres
que esconden un anticipo de la persecución venidera. Cristo les estorba a los
globales y a las fuerzas oscuras porque Él ya lo dijo: "Todos los que dan
testimonio de la luz están de mi parte".
Ellos, sin embargo, erre que
erre. La labor de zapa continúa mientras en el Vaticano no sólo miran para otro
lado y como no los pueden vencer se han unido a su facción. El carro volcau y
todos son carriles. Pero a pesar de todo cualquier día de esto puede aparecer
un diácono como era Esteban o como eran Francisco o era Efrén que haga que las
cosas vuelvan por donde solían. Quizás el bueno del curín de don Acisclo tendrá
que cambiar la imagen del Cristu. Las cuentas no nos cuadran.
Ahora parece que todo se ha
salido de madre. Paciencia y barajar, que diría Cervantes.
Miércoles, 18 de abril de 2001
(21:22 h.)
CAMÓN AZNAR AUTOR Y EL TERROR DEL MILENARIO.
Cosa cierta es que los seres
humanos tenemos una querencia espiritual y afinidades misteriosas que nos
conducen por una vereda determinada, por unos derroteros tan diversos e
inextricables como pueden ser la trasmigración de las almas, las coincidencias
en los paisajes, la comunión estética o la participación en unos mismos afanes
políticos. Hay que hablar de la polaridad, de la atracción de los cuerpos pero
también se da un irrefutable magnetismo entre las almas. Al entrar aquí habría
que explayarse en tratar todos esos vértices esotéricos que no explican del
todo pero que en cierta manera coadyuvan a vislumbrar algo del misterio del
cristianismo, la más verdadera de todas las creencias y la más perfecta dentro
del piélago de dioses falsos a los que la humanidad adoró siempre.
Se nos ofrece pues una
metempsicosis intelectiva que nos instala en un grupo o en una capilla
específica, pero nuestros maestros, nuestros profesores marcan las almas. Ellos
fueron la antorcha que guía y su voz resuena en nosotros de por vida porque los
ecos de su voz no conseguirá extinguir la muerte.
Camón Aznar fue profesor mío de
Arte, recuerdo con fruición y embeleso aquellas clases en la Facultad de
Filosofía complutense de ladrillo rojo y de planta funcional en los inicios de
la década prodigiosa de los sesenta. El aula donde impartía cátedra este
aragonés con aires de despiste nacional daba vistas a la Sierra de Guadarrama
so un jardín de rosales y cedros y la diafanidad toda de Madrid envolviéndonos,
cobija de amor y de sabiduría, esa luz cruda y entusiasmada, aires cortantes de
cuchillo, ese viento de Madrid que mata un hombre y no apaga un candil que
tanto miedo en el cuerpo le metía a Clarín al que hoy recuerdo a los cien años
de su muerte, se nos fue un día de Corpus de 1901, y un mal aire que se le coló
de rondón por la barriga, un mal aire de Madrid, acaso un berrinche, se lo
llevó a tumba en Oviedo una mañana en que cantaba el raitán en su pomarada.
También Clarín ha sido en literatura mi parangón. Su prosa calada de belleza
encuentra un eco en la de este aragonés trasmontano y cuya trayectoria vital
tanto tiene que ver con Asturias.
Siempre que bajo a San Martín
poso en la tienda de mi amigo M. Méndez Vigo, el hábil Manolín con sus manos
que todo lo componen y cualquier artilugio reparan, perito en amistad y sobre
todo gran ingeniero del alma, que está frente por frente de la casona que tenía
Camón en ese valle de Luiña cuyos paisajes saltan a sus páginas porque se
enredaron en sus sueños porque también a él Asturias se le coló de rondón en el
alma con la magia indeleble del "culiebre" y quedó prendido de la
canción de los labios de una xana.
Es una casa de planta moderna de
tres pisos, galerías acristaladas. Palmera real da escolta a su antojana y de
estilo funcional. Cupiera suponer que uno de los hombres que más sabían de arte
románico y mejor lo explicaron habitase una de aquellas casas blasonadas con
portón y estragal, balcones corridos, hastial de piedra que se dan tanto en el
país, los que describieron nuestros clásicos del XIX. Pero no; prefirió la
modernidad y el confort indiano. Él era un hombre austero y de costumbres
sencillas, adusto en apariencia como su cara. Tenía un rostro que de tan
trágico resultaba lo puramente español y sus ojos delataban a todas horas
embeleso y pasmo. Dicen que uno continúa vivo hasta que le abandona la
capacidad de asombro, el espíritu de curiosidad y Camón hasta el último huelgo
la mantuvo consigo y nos la comunicaba. Su mirada bajo el arcosolio de aquellas
cejas tan pobladas y negras, palio de curiosidad y de asombro que se asomaban
cada día a un mirador cósmico, estaba siempre como huida pero atenta siempre
denotaba esa sorpresa del que descubre e investiga, pescador de belleza en
ubérrimos caladeros ocultos a la mayor parte de los mortales. Tenía el alma de
llama y las espaldas algo cargadas del hombre estudioso, luego cuando se le
trataba al viejo profesor larguirucho resultaba un hombre cordial, algo burlón,
daba gusto oírle contar chistes verdes y chascarrillos en la fabla de Aragón.
Se podía explicar al Greco mirando para el profesor Camón cuando acometía la
exégesis del pintor toledano escanciando imágenes con aquella voz rajada que él
tenía y tratando de asir lo inasible con aquellos dedos lardos como flecha
apéndices de sus manos enormes, casi de cantero medieval con que accionaba
durante la disertación. Algo estevado y con inclinación de hombros. Muchas
horas sobre el pretil de un códice asomado a esos ventanales panorámicos de los
sueños que son los libros. Nos parecía que el profesor se nos iba por las ramas
y que siempre parecía venir a clase con resaca como flotando entre las gasas de
una gran borrachera mística. Flotando. Eso. Al andar parecía que flotaba él tan
habituado a conversar con los ángeles de piedra y a extasiarse ante las
gárgolas habitando la región de los pináculos cósmicos. Sin embargo, conocía
muy bien la tierra que pisaba. El Camón íntimo no tenía nada que ver con el
Camón oficial, hermeneuta de los ángeles románicos, artista de la palabra, que
parecía recién caído de un guindo por sus aires despistados y geniales o
escapado de un códice cálamo en ristre.
Había en él como resonancias
magnéticas de un trasmundo inabarcable. Era uno de esos hombres a los que
encontramos por primera vez y su "cara nos suena" acaso de haberla
visto en una existencia anterior. Ese mesmerismo es el fautor del arte, el que
carga la turbina de la cultura puesto que la cultura se produce por asociación
de ideas y es la resultante de un proceso de bilocación. Dios existe y Cristo
está en la historia pero su santidad y su presencia es otra muy diferente a
como nos la presentan todos aquellos cuyo todo y único afán ha sido apropiarse
de su figura. No conviene darse muchos golpes de pecho ni exclamar "Señor,
Señor". Los fariseos no entrarán en el reino de los cielos. En Camón yo
llegué a entrever la existencia de un Cristo que se acercaba a la noción
platónica de la divinidad. Todo lo de acá abajo es un calco imperfecto de la
perfección que está arriba. Pero como Dios no es unívoco y san Anselmo ya lo
definió utilizando un proceso silogístico de exclusión para adecuarlo a nuestra
capacidad precario, como lo que no es, ni mortal ni finito ni visible, etc.,
tampoco a Cristo hay que contemplarlo desde un ángulo unilateral. Por eso hay
un Christus "músicus", un Christus "praedicator" y otro
"praedicatus", un taumaturgo, un demiurgo y un reo, un resucitado y
un perdedor, el de la Ascensión y el de la bajada al sepulcro, un sembrador de
parábolas que tuvo que emplearse con el látigo contra la "raza de
víboras" y otro que fue escupido y azotado, un Cristo manso y un Cristo
arquitecto y un Cristo poeta, y otro profeta, pero todos estos conceptos siendo
análogos no son idénticos como tampoco es unívoco ni equívoco ni idéntico a
fuer de universales la idea mariológica que viene a concretar y completar la
visión cristológica como dos ramas de un mismo árbol, y para entender el arte y
la teología hay que estar acostumbrado a moverse por el ámbito de la exposición
conjunta.
La edad media prefiere
presentarnos al Mesías como el gran triunfador, el Juez grande que se sienta en
la silla de la majestad mientras el barroco se inclina por el Varón de dolores
pronosticado por Isaías (otra versión diferente del mismo Dios real). La fe
tiene sus lados sombríos. Es una cosmogonía acercándonos a todos estos
misterios de lo trascendente de la gracia santificante. El arte en la medida
que trata de explicar esa tutela sin tregua de la divinidad sobre el hombre que
le sirve de refugio y amparo en su caminar a oscuras por el mundo de esta forma
apoda y acoda a la teología. La existencia humana viene a ser como una gran
romería jacobea del principio a final. Esta es la idea matriz de esta grandiosa
novelita del profesor Camón Aznar. En vida no fue tan famoso como insigne,
aunque debemos declarar aquí que eso del "famosus" tiene en Lat.
Matiz de deshonra (no van descaminados pues los que usan la palabra con tanto
albedrío), este medievalista de talla cuya obra poco conocida rinde homenaje al
saber en libertad. Personalidad fascinante algunos de sus artículos de ABC han
de considerarse de florilegio. Yo recuerdo aquella tercera del órgano
monárquico - nada tiene que ver con el monarquita de hoy-de la calle Serrano en
el que escribían mano a mano los Pérez de Ayala con los Azorín, los González
Ruano con los Pío Baroja o el Ortega de la última época. Firmas triunfales.
Festines auténticos de la literatura. La de Pepe Camón era una estrella con luz
propia en aquel firmamento de estrellas del que sólo nos quedan hoy postes de
la luz y jarrillas, mucha jácara y mucha paja debajo de nombres promocionados,
novelistas de designación reconducidos de lo negro a lo blanco, ha estallado la
bomba de mano de la vulgaridad, sus libros se nos caen de las manos de tan
políticamente correctos como van. La crítica los acoge con palmas de tango a
todos los "hit" y a todos los "must" que en tongo se
deshebran pero hoy la crítica está reconducida y manipulada por amiguetes a los
que las casas de contratación de la cultura sobornan previamente. Como van de
trapillo a la televisión a comparecer ante el ratón de bibliotecas emblemático
tránsfuga que mira por encima de sus lentes de inquisidor y detrás del atril de
diserto parece una trinchera a punto de hacer fuego con una de avancarga y
luego vaya y sonría con cara de conejo. Pero estos son los toros que hoy hemos
de lidiar en este coso. No hay más cera de la que arde. Hay que escribir a cara
de perro para hacerle una higa a ese carajo esperpéntico de lo "deja
vu".
Un crítico era Clarín y un
crítico como Dios manda era don José Camón Aznar. Prosaba con magnificencia y
maneras elegantes de cardenal renacentista, manaba su palabra por aquel chorro
de voz baturra y que luego se transformaba en melodía cuyos ecos acariciaban
los arcos formeros de un empino de bóveda de cañón. La impostaba porque había
algo en su persona de hierático perfil sedente, la majestad del pantocrátor.
Nadie ha explicado el misterio del arte de Jaca en sus boceles, impostas, lucernarios,
balistarios, ese mundo fantástico de los bestiarios cincelados sobre la piedra
fabulosa con tanta solercia y cacumen como él. Era un especialista inter alia
en códices medievales. Los beatos iluminados del arte asturiano nos van a
llevar al arte románico que surge como una agradecimiento arborescente hacia la
persona de Cristo cuando pasa el terror del milenario. Contrariamente a lo que
se ha venido diciendo los capiteles románicos con sus endriagos y harpías,
hipogrifos y dragones alados, reflejan ese amor a la vida en el reencuentro con
la naturaleza.
X
Hay que retrotraerse a la
mentalidad del año mil. Camón era un especialista en el siglo XI. El pavor del
milenio igualitario lo refleja en una de las más grandes novelas cortas que se
han escrito en los últimos lustros En la cárcel del Espíritu. Es la historia de
un monje bávaro que como expiación de un pecado cometido cuya evolución de
psicológico refleja el autor con pluma digna de Dostoievski - es un pecado
contra la fe, la caída en la sima de la desesperación, la gran aliada de
Satanás para penetrar en el corazón de aquellos a los que quiere perder,
desesperación que define por otra parte a nuestra época- se embarca en una
peregrinación hacia Compostela. No llega a su punto de destino. Fray Lázaro
viene a morir en un albergue u hospital de peregrinos en Soto de Luiña y que
todavía sigue funcionando. Miguel Ángel, el del bar de la plaza al que llaman
el diácono, sigue examinando credenciales y estampillando avales a los que
pernoctan en el refugio con el mismo rigor y sentido de la hospitalidad
cristiana con que lo hacían aquellos ostiarios de las posadas del Camino
Francés.
El autor parece que tiene delante
el hermoso paisaje de las Luiñas a la hora de escribir el libro; en los
primeros párrafos habla de un "lugar en la llanura, rodeado de bosques y
ceñido por la curva de un río" y trata de reflejar sin entrar en detalle
cómo era la vida de un benedictino (¿Benitos o monjes blancos? Los benedictinos
hacían vida comunal mientras los bernardos dormían en crujías o dormitorios
corridos. Es el único anacronismo que encuentro en la obra, error mínimo).
He aquí una sala hipóstila. Los
lechos eran esteras, el refectorio alargado con el púlpito empotrado en el
muro. Mística y casta serenidad trasminan las páginas de "En la cárcel del
espíritu". Es un viaje a un claustro donde el tiempo se amansa y donde
vemos a los pendolistas de bruces sobre el pupitre del manuscrito en el que
laboran con un pincel en la mano "que cae sobre el pergamino con la levedad
del copo de nieve". Describe la sala capitular siempre resonante de
discursos y la iglesia como un trasunto de un cielo humano y dialéctico con
arcos que son como respiro de los espacios y pinturas que concretan los
pensamientos inmutables. Es un lugar habitado por monjes descarnados de grandes
ojos redondos que ocupan un espacio pero que no habitan en el tiempo,
esqueletos de ideaciones apocalípticas. Cada vez que el sol enrojecía las
gentes iban a encontrar refugio a los montes porque detrás de la sombra se
percibía la silueta del dragón, observa el escritor corroborando al propio
tiempo lo siguiente:
"En la crisis milenaria
hasta las iglesias se vaciaron. Cada hombre arrastraba con su sombra su
sepultura. En los monasterios sólo se leía un libro el del Apocalipsis y la
preocupación de los comentaristas consistía en adatar a su tiempo las páginas
descomunales del libro"
Este párrafo tiene hoy plena
vigencia porque otro terror del milenario es el que acabamos de vivir o estemos
acaso viviendo. Camón, que se nos muestra como eximio novelista, topógrafo del
sentir y del latir de una época, describe a estos frailes que escribían e
iluminaban y que parecían mojar el cálamo en llama y salían del minio colores
que eran como "la cresta de un incendio", "ojos cuya redondez
era la del mundo abiertos con el espanto del que ha visto morir al universo.
Sus túnicas se doblan con las mismas curvas contraídas de las hojas secas al
quemarse". Al redactar estos magníficos párrafos parece que tiene delante
la talla de madera del Salvador que se venera en la catedral de Oviedo
mostrando la majestuosa traza de un atlante que se yergue ante la amenaza
apocalíptica y empuña como un cetro de paz la esfera armilar.
Pero el peligro ha pasado ya, los
curas volvían a aprender latín y las tierras a labrarse, los antiguos
manuscritos a ser copiados. "La pánica alegría de aquel momento se
convirtió en gratitud hacia la divinidad. Un inmenso amor de redondez panteísta
hacia la naturaleza y hacia Dios impulsaba catedrales y cosechas". Se vivieron
años en definitiva de exaltación edénica. Lícito es preguntarse si a pesar de
todos los pesimismos no estaremos abocados a una de esas grandes épocas de la
humanidad cuando acabamos de doblar el cabo de los terrores milenaristas con
todo Nostradamus a cuestas, las profecías de Malaquías y las predicciones de
todos los estrelleros y magos de la New Age que hemos dejado atrás. El mundo,
concluye Camón, volvió a ser de nuevo un paraíso sin serpiente. ¿Se aleja
también ahora la tempestad? ¿ O los horrores que describe Juan- "tomó al
dragón, la serpiente antigua, que es el diablo, Satanás, y la encadenó mil
años. Cuando hubieren acabado los mil años será Satanás soltado de su prisión y
saldrá a extraviar a las naciones"Ap.20-7-8- pertenecen al hic et nunc de
nuestra sangrienta actualidad? El estado emocional del mundo se parece bastante
al de aquel entonces. La clepsidra implacable marca la hora global: tiempo de
la Segunda Venida. Hace mil años los monjes de las iglesias asturianas le
aguardaban encerrados en una celda construida en lo más alto del templo, en el
sobrado mismo a la que se accedía por una tortuosa escalera de caracol.
Y a veces por una cuerda como
entre los eremitas de la Tebaida, el monte Athos o entre los coptos. Para bajar
había que descolgarse de una cesta. La contemplación por aquel entonces
demandaba estas truculencias del Estilita encaramado en su columna para no
contaminarse, torres de marfil penitenciales. En Santullano y en Santianes
parece ser que quedan restos de estas cámaras anacoréticas. Era el éxtasis del
vigía que escudriñaba el horizonte desde el campanario pero el Cordero tardaba
en llegar. Oteaba desde las techumbres el monje pero el Amado se hacía de
esperar. A la sazón puede que esta guardia se monte desde las páginas Web,
aunque no hay constancia pero es suposición plena. Los cistercienses de ahora
tienen turbios los ojos a causa del pervigilio doblado el raquis, difícil será
encontrar a un contemplativo rectas las espaldas. La guardia sigue en sus
diferentes relevos y parece que Dios continúa hablándonos desde el silencio.
Hay quien hace la escucha siguiendo su rastro desde la garita iluminada. Abajo
se condensan las sombras, los fantasmas nocturnos.
Sabemos que el protagonista era
vástago segundón del señor de Klamheim con feudo sobre el castillo de Toeltz.
Siguiendo la costumbre de la época sobre la primogenitura ingresó en la abadía.
Allí fue feliz fray Lázaro hasta que el diablo vino a visitarlo atosigándolo
con el dogal de la duda y la desesperación. Sus años de noviciado tuvieron ese
carisma de la ondulación y melisma del canto llano. El cuerpo de los monjes
está hecho para la liturgia, la melodía monódica que recorre las bóvedas con la
elegancia del cisne en el estanque. El templo románico se convertía en un lago
de beatitud donde hasta la estructura hipóstila desempeñaba una función de
alabanza a Dios a través de la voz humana. Era un discurrir placentero por el
perfil de los días y el turno de las estaciones materia y forma conjuntadas y
sin diferencias entre el alma y el cuerpo. La vida monástica es una búsqueda de
armonía y un anhelo de contemplación.
Era el cristianismo total a la
sombra del Pantocrátor de la mandorla mística antes de la llegada de la peste
franciscana, el principio del fin, el primer conato de reforma religiosa que
iba a desembocar en las demasías de las guerras de religión. Era entonces
cuando Roma no tenía tanta importancia pero la cristiandad era más católica,
más universal y más libre. Los ojos se entornaban hacia Jerusalén. "No había
fronteras en la fe ni en los pueblos, ni nacionalismos montaraces, ni cismas ni
herejías". Por eso viene a concluir el autor: estos siglos que van desde
el terror milenarista marcan el triunfo verdadero de Cristo. Algo que en la
historia no se ha vuelto a repetir. Todos los que amamos a la grandeza de la
Iglesia verdadera tendremos que suscribir esta hipótesis que Camón aquí
describe maravillosamente. Los tímpanos románicos expresan asimismo esa idea
célica del paraíso impersonal y cósmico, un empeño que sólo fue posible
mediante el rescate de la sangre de Cristo. Es la ideación pura, el concepto
teológico en carne viva lejos de las vivencias personales. El creyente sentía
partícipe de una empresa total. A Dios no se le puede ver, tampoco se le puede
nombrar. Es lo absoluto e incognoscible. Sin embargo, los que se acercan al
arca santa de tapas nieladas, ese cofre de salvación de la fe en español, a
contemplar esos ojos que acechan y perdonan, ojos del mundo redondos y opacos y
esa sonrisa de la talla tan dulce como tosca o se prosternan ante el Pórtico de
la Gloria consiguen una visión de ese reino futuro que aguarda a los que
perseveran siquiera sea a través del ojo de cerradura que abren las arcadas
románicas.
El autor va explicando el proceso
con acuidad y pluma veloz a través de una prosa en el que el castellano recobra
todos los honores de lengua espiritual apta para hablar con Dios y
entusiasmarse ante los deliquios de la Virgen María. Entusiasmo es un
endiosamiento y sin entusiasmo no puede haber cristianismo ni tampoco buena
literatura. Es algo que sólo puede comunicar Dios a través de sus criaturas. Es
privilegio del todo no de la parte y es ahí donde fallan algunos de los
novelistas de aluvión el colmillo retorcido o que andan de medio lado que escriben
en la España de nuestros días sino del todo. Por eso no lucen aunque traten de
encandilarnos con sus mejores galas. Para sentar plaza de novelista o de
crítico lo que hay que hacer es estar contra lo de entonces. Este sino de los
tiempos nos recuerda a las plagas de Egipto y no queremos esta vez dar nombres.
Demasiado revanchismo. Respiran por la herida. La cicatriz de la derrota les
sigue superando de ahí que sus libros nos hagan recordar a verdaderos manaderos
de pus.
En el estilo de Camón Aznar pasa lo
contrario. Es una novela de tesis que prende desde el principio. Además, es uno
de los cantos más bellos a la mujer que hayan podido escribirse desde la duda y
desde los dolores. Lázaro viene a coincidir con el dictamen del protagonista
del Nombre de la Rosa que de la misma manera devino en monje giróvago: los
momentos de felicidad mayor no fueron los del convento ni los del éxtasis
místico sino la noche que pasó en compañía de aquella muchacha a la que llegó a
conocer casualmente. La crisis religiosa que padece hasta su exclaustración y
la posterior condena abacial a hacer la ruta jacobea que en muchos casos
equivalía a la pena de muerte porque el viaje estaba cargado de peligros y bajo
la amenaza del hambre, la peste y los lobos, es una preparación del camino para
explicar su estado de ánimo.
X
El detonante de la crisis viene
dado por una experiencia con la que no contaba: la muerte del maestro de
novicios. La visión de su cadáver convulso y desesperado le hace reaccionar. El
preceptor había practicado la virtud desde que profesó y seguido a rajatabla
las constituciones de san Benito pero en el postrer momento, el definitivo,
tuvo un instante de debilidad, resbaló en la duda presa de terrores
incomprensibles que le acercan a la boca del abismo. La desesperación es un
sentimiento específicamente satánico. Esa tentación a punto de expirar cuando
más aprieta el diablo la tuvieron muchos santos. No hay nada más allá, el cielo
está vacío; ese viene a ser el argumento. Todos los seres de la creación tienen
un destino trágico, juegan la baza con las cartas marcadas, de lo que se
colige: procede disfrutar aquí todo lo que se pueda porque si no hay otra vida
todo estará permitido en ésta.
San Pablo fue acometido muy recio
por los espasmos de esta duda pero la venció y fue arrebatado al séptimo cielo
del que bajó diciendo que ni el ojo vio ni el oído oyó lo que es aquello pero
la serpiente antigua se atrevió a plantearle cara al Apóstol de las Gentes. Le
llamó exaltado y lunático utilizando como argumento su gota coral. Parece ser
que Saulo se cayó del caballo en un arrebato epiléptico.
Es una interrogante que parte las
carnes de muchos creyentes y pasa agitándose por los cielos de la historia.
Algunos la llaman el silencio de Dios. No todos tuvieron el privilegio de ser
arrebatados como Pablo de Tarso a las alturas. Porque vio creyó y esta fe le
hace increpar con la vehemencia que le caracteriza a la muerte preguntando
dónde estaba su victoria y proclamar incluso "culpa feliz" al pecado
de Adán factor desencadenante de la redención. Pero hay que insistir que no
todos gozan del carisma de la claridad de la trasverberación que arranca las
nieblas del error de sus intelectos.
El orante se ofrecen en oblación
y ha de cargar con los delitos y lapsos de los otros. A veces la cruz resulta
demasiado pesada y viene la duda del sepulcro vacío. He aquí a Lázaro de
Kleimheim copista y amanuense de los libros santos en un monasterio de Alemania
sumido en el laberinto. Siente que el cielo se le viene encima, gime y busca sin
hallarla la salida a la encrucijada. El tiempo de rezos y el duro trabajo
caligráfico que trazaba líneas y colores, rasgos, sobre los preciosos
cantorales, no eran más que un alivio pasajero. Cuando en las cortas vigilias
antes de Maitines sobre la estera o la yacija de paja que le sirve de lecho en
la crujía hipóstila vuelve el gusano a roer y la tentación por sus fueros. El
cielo está vacío y con la muerte estalla sobre nosotros la nada. Él no
resucitó, los vendajes del sepulcro no eran los suyos y el mito de la
resurrección fue un montaje, la fabricación de unas plañideras histéricas que
estaban enamoradas físicamente del Galileo. Todo es un invento, una inmensa
fábula. Sus torturas y escrúpulos únicamente encontraban una tregua mediante
las manualidades de su absorbente labor de miniaturista.
El proceso está perfectamente
descrito tanto como el ambiente de la época. La hambruna y la mortandad de la
peste van a ser otro emulsivo del entusiasmo con que arranca la undécima
centuria. La sociedad feudal hace crisis. La lucha por las indulgencias y las
disputas entre trono y altar por la preponderancia vuelven más duro el
panorama. Si existe un Padre Célico que ordena nuestros destinos y todo lo
dispone hacia el bien para que nos sintamos a gusto y no nos falte de nada ¿por
qué entonces permite el mal y la injusticia, el desamparo? El joven benedictino
se amarga la vida haciéndose una pregunta eterna. Él pensaba que había un orden
en el mundo pero mira alrededor y comprueba que vive cercado por la desgracia y
lo diabólico. Hay un desfase entre la idea y la materia. Zumba sobre sus oídos
el garrotazo amenazante de la entelequia. La vida del monje se convierte así en
una lucha contra la quimera.
"Los hombres andaban como
cadáveres a pie por los caminos y e las casas no salía humo". Esta imagen
del hogar frío y la chimenea apagada, el jardín abandonado y la casa cerrada
acentúa la sensación angustiosa de ciudad desierta y de país despoblado es de
entidad apocalíptica porque nos remite a connotaciones de castigo divino, de
manipulación de la descendencia que es en definitiva un atentado contra las
fuerzas de la vida. Fue el pecado de Sodoma. La Asturias de diez siglos atrás
guarda cierta analogía con la de hoy con un crecimiento demográfico cero
atendiendo la llegada de la alfaida, la marea humana, de hordas en masa que van
a constituir una sociedad amorfa y desespañolizada y alóctona. Todas esas
contingencias ya se preparan.
Así fue al despertar del medioevo
cuando desde Escandinavia denominada entonces "oficina gentium" se
impulsaría la colonización masiva de Europa sobre las ruinas del romano
imperio. Los bárbaros del norte llegaron en oleada y de forma sorpresiva. Era
una visita que nadie esperaba. Todo descorrimiento de pueblos presenta unas
connotaciones apocalípticas que hacen pensar en el castigo bíblico. Lázaro de
Kleimheim sentía sobre sus carnes esa presión.
Pero la auténtica crisis de fe va
a tener lugar coincidiendo con la llegada de un fraile esquizofrénico, trasunto
de Savonarola, al que su soberbia le sume en la herejía, desde otro monasterio
circunvecino a predicar una cuaresma. "De la boca de Fray Martín no
partían razonamientos sino rayos, nada de adoctrinamientos sino anatemas. Hay
en su persona un anticipo de Lutero puesto que en el visitador se plasma la
rebeldía diabólica, la cabeza engallada del "non serviam". Su
presencia produce en las aguas tranquilas hasta entonces del monasterio una
conmoción. Acusa a los monjes de ser castos y crueles, de predicar la caridad
porque no se atreven con la justicia. Roma es el símbolo del engaño, la mentira
y la avaricia. Sus sermones atraen la ira de la parroquia. Se le suspende a
divinis pero recalcitrante en el error vuelve a predicar contra las
Indulgencias y es dilapidado por hereje al pie del altar por la chusma airada.
El hermano Lázaro contempla con horror aquel asesinato, ve cómo el cadáver es
arrastrado a las tinieblas exteriores para que se lo coman los buitres. Era un
blasfemo, un apóstata. Y aquí llegamos al nudo de la trama de esta
impresionante novela teocéntrica en el que se denuncia a una sociedad hipócrita
capaz de matar en nombre de Dios y que se atreve a manchar sus manos de sangre
porque alguien cuestiona el libre albedrío, el derecho a pecar. La libertad
humana es sacrosanta, la propia divinidad la respeta. Por una vez lo infinito
se doblega ante el capricho de lo finito. La angustia y grito de fray Martín
proyectan hacia el cielo la angustia del hombre contemporáneo.
A un escoliasta de la época no se
le ocurriría explicar con tanta clarividencia e interés el proceso psicológico,
la dura prueba a la que es sometido este religioso que vacila zarandeado por
uno de los problemas más arduos: la presencia del mal. Pronto vemos al
protagonista sumido en la soledad del ángel destronado. La Biblia lo recuerda:
"Ay de los solos". El sacrosanto refugio del monasterio es perforado
por esa duda caliginosa y a partir de ahí no va a ser un espacio resonante de
las notas de la himnodia gregoriana. Los turíbulos no sahúman el perfume del
incienso sino el humo fétido del azufre al que acompañan las estentóreas
carcajadas del ángel caído en su vagar absoluto por los derroteros de la
historia. Se ha perdido la inocencia del Edén. El hombre vuelve a su condición
de animalidad precedente al génesis, no es más que una fiera que piensa, copula
y traga, merodea y caza sin obediencia a otras leyes que no sean los apetitos
instintivos. O dicho de otra forma el peso de la novela se apoya sobre el
ominoso barrunto de la muerte de Dios. Pero parafraseando a Nietzsche cuya entera
obra son las exequias de la divinidad fallecida, ¿existe Dios? ¿Y si no existe
cómo podremos hablar de su muerte? ¿No será la idea de la divinidad algo
subjetivo, una especie de prolongación de nuestro ego insaciable? El simio se
puso derecho y anda ahora erecto, evolucionó como evolucionará algún día su
pensamiento hasta conquistas insospechados hasta ser el mismo su propio dios en
su proceso de adaptación. La tentación de Babel otra vez bajo los
planteamientos seductores de Darwin.
La dilapidación del hereje hace
que Lázaro, el puro, el incorruptible entibie su fe desde la base de un
razonamiento verosímil: no es lícito asesinar en nombre de la divinidad pero
esto fue precisamente lo que estuvo haciendo el ser humano desde las cavernas a
través de la práctica de un ritual supersticioso. A Dios había que inventarlo
puesto que daba coherencia al grupo porque nos reafirma en lo que pretendemos,
nos halaga el oído. De esta forma el concepto del ser supremo pasa a ser algo
subjetivo, puro maquillaje para nuestra vanidad intelectiva. Un analgésico para
el dolor que comporta el destino de los nacidos para la muerte.
Lázaro había pecado y el pecado
es como la rotura de una armonía con el cosmos. Sin embargo, la razón no es más
que la tapa de los sepulcros. Un buen día reconoce su culpa y va a caer de
rodillas a los pies del abad con todo el monasterio reunido en capitulo. En
aquel entonces las penitencias eran públicas. El prelado no puede absolverlo
tratándose de tamaño pecado mortal, el de desesperación; es un pecado contra el
Espíritu. Lo envía de peregrinación a Santiago de Galicia. A la sazón las
autoinculpaciones se llevan a cabo ante el capítulo. Las penitencias también
eran públicas. Los pecados, distintos. De una magnitud más solemne si cabe
porque diferente era el concepto de cristiandad. Recordad a tal respecto la
Huida a Canosa. Todo un emperador prosternándose descalzo ante Gregorio VII.
Hasta que no estaba saldada la deuda con la iglesia o con los hermanos, Dios no
perdonaba. Era frecuente ver vestidos de saco en el ámbito de las ciudades a
los flagelantes clásicos. En realidad las peregrinaciones empezaron a partir de
esta noción de culpa que había que expiar mediante el viaje iniciático. Los
romeros cuando de personas consagradas se trataba recibían de manos de su abad
un bordón, unas veneras de concha y el clásico petaso o sombrero de ala ancha
que servía para protección de la intemperie y también para ocultar el rostro.
También recibían el ósculo de paz y treinta dineros para el camino. Nada más.
X
No era consciente el Hermano
Lázaro cuando se despidió de sus compañeros que la hégira expiatoria que iba a
comenzar le iba a llevar más lejos de sus sospechas. Como primera medida tuvo
que dejar morir a su yo para empezar a vivir. Dejó de pensar. El trajín de la
andadura le deparaba el robustecimiento de sus miembros corporales. El alma se
purificaba. Tenía que aniquilarse y ser semilla que después de caer en la
tierra hará que fructifique la espiga. Alguna veces añora la casa matriz y se
acuerda de sus frailes con una vida tan reglamentada y tan diferente de la
azarosa que a él le persigue, añora los ritos y canta cuando puede el oficio
divino o dice misa en plena soledad porque partió con la recomendación expresa
de su superior de evitar las iglesias y los poblados. Sin embargo, al llegar a
Tarbes localidad de los Pirineos pide al obispo letras dimisorias para poder
consagrar la Eucaristía. No ha de olvidarse ese nombre. Tarbes es la diócesis
donde se produjeron las apariciones marianas de 1858 a santa Bernardita
Soubirous. Lourdes está en pleno corazón de las peregrinaciones jacobeas.
Aunque obtiene la facultad de celebrar y concelebrar pronto olvida su condición
de clérigo porque, tramontados los puertos y habiendo dejado atrás el
monasterio de San Pedro de Sieresa, una serrana de un valle navarro lo recoge
cuando estaba medio muerto y lo lleva a su choza, le da de comer, le venda las
heridas de los pies y, cuando despierta escucha hablar en vasco: "gaixo
ziñatan, orain zaunde" (enfermo estabas antes, ahora bueno). Se inicia una
bella historia de amor pastoral. El protagonista vive los instantes más bellos
de su existencia, conoce la plenitud. Ni siquiera se acuerda de los votos
arrastrado por su pasión pero un día al salir a arar encuentra el cuerpo
despedazado de un hombre por los lobos la noche anterior. Le viene a las mentes
el recuerdo de la palabra empeñada al superior. Vence las lianas que le atan a
aquel hermoso caserío rodeado de fortísimos montes donde viven gentes sencillas
en estado de gracia original anterior al pecado del primer hombre y abandona la
vida arcádica. La mujer le sigue durante un trecho pero vuelve a abandonarla.
El cristianismo que encuentra
pasada la cordillera es una religión en estado de guerra. "España
vive-dice-sólo para vencer a los enemigos de la fe en franco contraste con la
mansedumbre y placidez del sur de Alemania. Aquí todo se extrema a punta de
lanza. Todo se radicaliza con ímpetu de ataque". Tampoco el cristianismo
es un concepto unívoco. Nunca nos pondremos de acuerdo pero es así. Lo único
que le mantiene vivo es lo externo porque lo interno pertenece a algo tan
sagrado como es la conciencia y es allí en lo íntimo del alma donde Dios habla
al ser humano. Pero los ritos, las oraciones, las fiestas, la letanía, la
tradición. ¡Si quitamos eso, en qué queda la fe! ¡En monsergas místicas! ¡En
una interpretación del Evangelio ad líbitum! Sólo un monje benito puede
entender que el catolicismo consiste en liturgia, en un constante recitar de
oraciones con arreglo a los ciclos estacionales. Porque la practica rutinaria
de la regla nos libra de nosotros mismos. Ora y labora. No te desesperes.
Cumple la norma, únete a la tradición, pero si cambiamos la norma, si
introducimos cambios en la liturgia obtendremos una mutación de la esencia y
llegaremos al síndrome del templo vacío, a la macrocefalia jerárquica. Tenía
que renunciar al amor pero al igual que en el "Nombre de la Rosa"
Lázaro reconoce que no hubo instantes más suaves que los que le depararon sus
nupcias con la serrana de Arán. Su recuerdo le hace casi enloquecer. Sin
embargo, tiene que empuñar su cayado y entonar el "Ultreya" sin temor
a los peligros de la andadura iniciática. Otra vez se pone en ruta. El Salvador
le acompaña. Para expiar la culpa, caminar. Tenía psicología de huido y cruza
cañadas, desfiladeros. En algunas posadas vuelve a saludarle la tentación,
traba conversaciones con otros caminantes hacia Compostela. Unos perseveran,
otros son seducidos por los cantos de sirena, las mesoneras y mozas de partido,
que ya entonces el itinerario era ya la ruta de la sífilis, el chancro y las
tabes, el perro de san Roque, mal francés y camino francés, otros mueren en los
lazaretos o quedan sepultados en los cementerios de peregrinantes, otros mueren
devorados por las alimañas, se extravían, enloquecen, se dan al vino o mueren a
mano de los bandidos. ¡ Señor, Señor cuanto pecado, cuánta imperfección y
cuánta defección! El destino es la tumba.
Alfonso VII el gran rey de
Castilla, el repoblador, el que tanto amaba a Oviedo y a los asturianos puso
guardia de templarios en la ruta para proteger a los transeúntes. El Hijo del
Trueno Boanerges es el símbolo de ese cristianismo prevenido en frontera.
Que encuentra el monje alemán
pasado el fito de Navarra, era casi una fe desconocida que acaba atrapándole,
se emborracha, se enamora de España a través de una moza vascuence. Hasta los
sarrios y las cabras enarbolan el pendón de la cruz frente a la media luna. Ha
pasado el letargo del milenario y la cristiandad empapada de vida quiere
liberarse de las cadenas y de los yugos que le uncen a las pechas y
servidumbres del califa. Al grito de ultreya y del "Dios lo quiere"
de Pedro Ermitaño se llena de actividad, despierta de su modorra y se embarca
en la dudosa aventura de las Cruzadas, algo por lo cual nuestra fe ha sido tan
vapuleada por sus enemigos. Sin embargo, ahí tenemos a Ariel Sharon una especie
de Ricardo Corazón de León Judío y nadie le dice nada.
Fray Lázaro había escuchado de
labios de un francés que hacía la ruta de Compostela por la parte más sañuda:
la de la costa- curiosamente al remontar Oca dejando a un lado Vascongadas que
ya en aquel tiempo seguía sin estar romanizada y sin cristianar- "el que
va a Santiago y no visita al Salvador por honrar al criado menoscaba al
señor" y opta por el ramal de la derecha el que a través de Arbas enfila
la ruta de los antiguos monasterios mozárabes de las Monas o Nonas y cruzando
por Mieres desemboca en el Templo de la Transfiguración, verdadero Tabor del
arte ramirense y de la fe vieja. Queda prendado de las costumbres de aquellos
monjes asturianos que nada se parecen a los de Alemania. Para empezar hacen
vida eremítica y algunos viven encaramados en lo alto de una celda incrustada
entre las socarrenas de alguna peña tejada o en lo alto de una iglesia
prerrománica, aquellos templos de cuerpo tan chico pero de altos muros. Es así
como opta por abrazar la vida contemplativa en San Julián de los Prados. Es
izado a lo alto de su cobijo en una cesta. Desde allí ora al Criador y contempla
ante un paisaje de montes bellísimos que demuestra ser cierto el aserto del
códice "In Asturum conventu dedit Dominus montes fortissimos circuitui
ejus et praesidit ex hoc, nunc et in saeculorum saecula" (Dios escogió a
la provincia de los astures a los que protege mediante una cadena de montes
fortísimos). El paisaje de Asturias, santuario de España, tiene algo de
sacramentos. Pero el pobre monje tiene allí que ganar el cielo luchando con la
tentación que se presenta unas veces en forma de mujer como le ocurrió a san
Jerónimo con la satiresa. Otras quien golpea es el silencio de Dios o el
desaliento. Hay pasajes en esta obra tan bien llevados que hacen pensar en
Tolstoi el cual de forma parecida describe el proceso de la tentación del
cenobita en el "Padre Sergio". Las fuerzas del bien y el mal se
turnan. Ángel y diablo parecen confluir en una batalla sin medida. Es el ritmo
sonoro con sus impasses e intercadencias del péndulo. La luz libra una cerrada
y sórdida batalla con la oscuridad. Nadie sabe de estas luchas interiores. Por
toda la redolada ha cundido la fama de santidad del fraile extranjero
encaramado en su celda de estilita. Cuando celebra misa los domingos y las
fiestas de guardar el pueblo en masa es testigo de sus trances y al final de
aquellas misas largas que duraban casi tres horas en el rito mozárabe algunos
feligreses se acercan a tocar sus vestidos para llevarse a casa un trozo del
hábito, una hebra de su barba bermeja e hirsuta como reliquia. Una noche de
junio el valle resuena con el eco melancólico de los cantos de ronda y el
brillo lejano y seductor de las hogueras de san Juan, el aguerrido grito del
ijujú de la danza prima cerca de las quintanas. El Padre Lázaro vuelve a sentir
la llamada del siglo y sucumbe a la celada de la tentación. Se escapa de su
nido de oración y de penitencia en lo alto de san Illán de los Prados por una
cuerda y huye a favor de las sombras con la luna a las espaldas. La vida de un
peregrino es una huida hacia delante. Siente la llamada del deber. Tiene que cumplir
la penitencia impuesta por su abad. Le sonríe las estrellas como lagrimas de
cristal en la Vía Láctea. Ultreya. Ultreya. Le convoca la fuerza del camino.
Proaza con su torre quedó atrás y contempla Avilés reclinado en la ría pero no
se atreve a entrar. Escucha el sonido espectral de las Tablillas de san Lázaro.
Hay peste en el lugar. Siente las arremetidas de la fiebre, pasa la barca de
Muros de Nalón y al atardecer da vistas al Valle de las Luiñas que le recibe
con sus praderías y cuetos detrás del Monte de Santana, cruza el río Uncín y
llega al lazareto de Soto. Su estado de salud ha empeorado y es allí en aquel
hospital de pobres donde exhala el último suspiro después de haber recibido la
absolución de una abate francés también romero a la Ciudad del Apóstol. El
penitenciado no consigue cumplimentar su proyecto, pero Camón observa que lo
importante no es la meta. Es la vía lo de más. Los santos pueden alcanzar la
cima de la virtud heroica habiéndose quedado a medias, siendo unos perfectos
desconocidos. En definitiva se hace camino al andar.
X
Es una de las novelas
psicológicas encastrada en una trama que nunca decae bien escrito y mejor
pergeñada que responde a un conocimiento histórico de la vida de las ideas y de
la sociedad visigótica recién iniciada la Reconquista que casi entusiasma. Al
profesor Camón se le conocía como crítico, especialista en el Renacimiento pero
su faceta de novelista y de dramaturgo pasaron desapercibidas. Su cara era como
la de un pergamino y su estilo de hombre pacífico y modesto, aunque tuvimos
entendido que fue anarquista cuando la República, atraía como atrae un códice
iluminado porque era el espejo en el cual nos miraríamos de viejos, y es cierto
porque al contemplarme a mí mismo en el espejo veo que me parezco algo a mi
maestro cuando tenía mi edad. La vida me ha hecho rodar por sendas muy
parecidas a las del profesor de la Central. He seguido la ruta de los
entusiasmos y la de los libros hasta dar con mis huesos en una de las
hondonadas paisajística mente más sublimes de la península donde fue a morir
Fray Lázaro el protagonista de "En la cárcel des espíritu" ¡Qué
cosas!. Aquí la tierra nos puede ser más leve al cubrirnos con el manto de
eternidad. Tan risueña perspectiva hará seguramente llevadero el albergue
porque es también las rutas que llevan a la Luiñas lejanas donde yo quisiera
descansar.
Siempre que paso por delante de
la casona que se encuentra a tiro de piedra de la tienda de Manolo Menéndez
Vigo, contertuliano de mis parrafadas y que no sólo me arregla los pinchazos de
la rueda de mi bicicleta sino que me da clases de bable, el que hablan en
Muros, aunque Manolo provenga de Lugo, y detrás de la de Eloína, otra buena
mujer de aquel lugar entrañable, siento la melancolía por aquel tiempo que se
fue, por los libros que no se leyeron o de los que apenas hablan pero que son
importantes. Solía Camón viajar a su rinconada de este lugar en el concejo de
Cudillero con harta frecuencia. Una vez lo vi en Oviedo haciendo tiempo para
tomar el tren de Madrid acodado en uno de los veladores de la Mallorquina.
Parecía un dios vencido y un centinela a punto de relevo en su garita del Café
Peñalba, quizá recordaba a los muchos que cayeron. Era un día de lluvia y
llevaba puesto uno de aquellos impermeables de plexiglás a la moda de los
sesenta "pluma d´oro" anunciado por la tele de los primeros tiempos
por Torre Bruno dando voz a un personaje característico que llamaban "Topo
Giggio", con un gorro para la cabeza. Tenía un aspecto de cansancio y le
vi viejo ante una taza de café que se había quedado frío. Acababa de enviudar y
ya no había aquel entusiasmo en aquella mirada de figura de arquivolta románica
de los tiempos de la Facultad sino la de un senescente abatido y sin
curiosidad. Era por el verano del 77 aunque no recuerdo muy bien la fecha
exacta. Al poco tiempo murió el profesor Camón Aznar. Quiero con este artículo
honrar la memoria de uno de mis maestros. Fue uno de esos intelectuales que
habiendo nacido a esta vertiente del Pajares como Claudio Sánchez Albornoz,
Ferrandis, Menéndez y Pidal, Alarcos, Azorín o Gustavo Bueno han sentido esa
fascinación ineluctable que infunde Asturias sobre los espíritus. Los amantes
de la letras de los tiempos venideros tendrá que hacer justicia a estos
prohombres del pensamiento hoy olvidados o ninguneados. Ellos abrieron brecha e
iluminaron la paz del sendero.
Antonio Parra. jueves, 7 de junio
de 2001 (2:41 h.)
CARTA A DON ARTURO
Villafranca del Castillo a
jueves, 7 de junio de 2001 (19:31 h.)
Amigo don Arturo:
Tengo el gusto de enviarle las
fotos del domingo de palmas. Fue un día muy bonito. Espero que sean de su
agrado y que se haya restablecido de sus achaques.
En otro orden de cosas, sintiendo
una gran curiosidad por el Camino de Santiago, de hecho, estoy escribiendo algo
sobre el tema, al que daría cima si Dios me da salud este verano, en mis
pesquisas encontré un texto del profesor Camón Aznar que me ha entusiasmado. Es
uno de los pocos goces que les están reservados al investigador.
Me tomo la licencia de remitirles
lo que pienso yo acerca de esta novelita corta del querido Camón EN LA CÁRCEL
DEL ESPÍRITU.
El protagonista acaba sus días en
el lazareto de ese lugar tan entrañable también para mí.
Sería mi deseo que las
generaciones venideras supieran de la historia tal y conforme era en el alto
medievo. Esta obra de Camón debería estarse en los anaqueles de la Biblioteca.
Yo me encargaría de agenciársela.
No creo que valga más de dos mil pesetas.
Así que si Dios quiere cuando
vaya por ahí hablaremos.
Pero si le vaga y tiene ocasión
de leer esta glosa en que yo explico hermenéutica mente el sentido de las cosas
dentro del espíritu del siglo undécimo dígame qué le parece. Este libro jacobeo
al que me hace falta dar la última mano aborda la cuestión casi desde el punto
de vista del profesor Camón.
Ya tengo ganas de volver al
Rellayo y bajar a misa Soto. He vuelto a engordar. La batalla con el tejido
adiposo la doy por perdida pero mientras vayamos tirando... Queden Vd.con Dios.
Me impresionó un detalle que me contó Miguel Ángel sobre su antecesor, el cual
sólo sabía decir en latín la Misa de Beata, y celebraba todos los días del año
con el introito del "Salve Sancta Parens" como el clérigo de Berceo.
¡Qué primor!
Con afecto.
ARTE RAMIRENSE EN TIERRA SEGOVIA
La iglesia de san Gregorio en
Fuentesoto de Fuentidueña apud Sacramenia está en un alcor. Surge a medida que
el viajero se acerca como una aparición cabalgando un somo de laderas pardas
donde destaca el lomo de algunas bodegas inhumadas taladrando el perfil del
monte. Es la que decíamos del Ara Vieja. Tierras de pan llevar. También buen
vino cosechero. Zona de castillos y monasterios aprovechando que por esta demarcación
fronteriza la orografía ofrecía refugios naturales, en valles recónditos con
cuevas en las vertientes. Hubo una Tebaida. Los cenobios diseminados por las
estribaciones del macizo de Somosierra atrajeron a muchos orantes y clérigos
que venían huyendo de la persecución sarracena cuando la caída de Toledo. Los
eremitorios andando el tiempo serían la base de los fundos cistercienses de
carácter militar contra aceifas y algaradas por sorpresa en muchas partes.
Hay una serie de rasgos que hacen
sospechar de la influencia del prerrománico astur concretamente en este templo
de san Gregorio in excelsis, todo un resabio en piedra del antiquísimo culto
miguelino de raigambre bizantina. Nos recuerda en cierta forma a San Miguel de
Lillo. La traza es cuadrada y rectangular el testero que refuerzan
contrafuertes y sillares a hueso. Tiene toda esa solidez áulica y esbeltez con
que definía Menéndez Pidal al Arte Ovetense: alma grande y cuerpo chico.
Se pueden rastrear asimismo
reminiscencia de esta factura o atavismo en el arte de construir templos en
algunos antiquísimas iglesias de Siria y Armenia donde se aprecia la solidez de
sus firmes junto a la gracia recoleta. El rito y la liturgia eran similares,
calco del bizantino con resabios ambrosianos, las misas cantadas a base de
trotarios con un canon esmaltado de invocaciones en griego y en latín, y
epiclesis o llamamiento trinitario sobre las especies "en conmemoración de
la Cena, más que consagración efectiva, por neta influencia de los monofisismo
arriano, tan extendido entre las cristiandades visigóticas hasta Leovigildo.
Sin embargo, los diseñadores
tenían problemas a la hora de voltear las bóvedas y no encuentran el camino de
las techumbres de cañón a base de arcos perpiaños. Eso vendría con el románico.
Así que muchos techos se desploman por la impericia de los constructores.
El de la nave central y la
tribuna del antiguo templo parroquias de Fuentesoto, hoy transformado en
camposanto y sus farallones remanentes aprovechados para nichos y
enterramientos, cayó, o puede que la iglesia se quedara a medio hacer a causa
de una de las habituales correrías de Almanzor, como demuestran las adarajas en
el arranque del ala del presbiterio. O hubo un derrumbe o los albañiles
tuvieron que liar los bártulos porque los moros venían zumbando.
No así la parte del cabecero que
exhibe su ojiva adosada a la espadaña. Quedan adherencias y desconchados en el
techo de algunas pinturas al temple. Las iglesias asturianas estuvieron
adornadas con murales policromos que las hacían rutilantes y acogedoras casas
de oración. Al lado del evangelio se abre el tiro de una escalera de caracol
con los peldaños muy gastados -impresionante detalle- por la que se trepaba
hasta la torre. Más de ocho siglos subiendo y bajando por este vano de exiguas proporciones
para tocar las campanas determinaron los horadados de la escalinata cuyos
tranquillos gastados por las pisadas ofrecen una superficie alabeada, comba de
los siglos. Asimismo, lo exiguo del vano hace suponer que nuestros antepasados
tenían inferior envergadura que los mozos de hoy puesto que no había hecho acto
de presencia la "generación del yogur". Es una constante que se
detecta en todas las excavaciones arqueológicas el porte inferior del español
medieval con respecto al de nuestros días. Claro que con su descomunal fémur el
esqueleto gigantesco de Sancho el Fuerte de Navarra, hombre de estatura
aventajada que pudo sobrepasar a lo que mide hoy un pívot de baloncesto, es
excepción que confirma esta regla.
Parece ser que el monumento fue
arrasado por los soldados Murat en una expedición de castigo contra este lugar
que había dado cobijo a Juan Martín el Empecinado. Sin embargo, el torreón
campanero quedó indemne y señero desafiando a los cierzos y ventiscas y las
lluvias de los siglos. Nos observa desde la cumbre con los ojos vacíos, como
cuévanos por donde se asoma todo el cielo de estos riscos, de sus ventanas sin
campanas ya.
La traza cuadrada y los
contrafuertes adosados al muro cimienta la sospecha de su filiación asturiana
en esta tierra de frontera, antemural de contención a la presión agarena desde
el sur antes de la aparición de Castilla como tal, la de Ferrán González, y con
suerte alterna los territorios enmarcados en los arribes del Duero pagaban
pechas al rey de León o al califa. Las tornas cambiaban sin interrupción en ese
batallar constante en una guerra sin cuartel de sangre y suelo; por las vegas,
por las casas, por las dehesas, por las obradas, por los rebaños y hasta por
las mujeres como demuestra el ignominioso tributo de las Cien Doncellas. Esta
feroz pugna étnica se está repitiendo en Kosovo donde asistimos a los episodios
sangrientos de un Reconquista al revés. Es ahora a los cristianos a los que les
toca la peor parte y humillar la cerviz ante las presiones de la Media Luna.
Los intrusos arriban en oleadas sin que en apariencia exista una mano de
contención ni un poder que tapone la sangría hacia dentro que pueden desembocar
en verdadera hemorragia social en no tardando mucho. Antes bien, en los medios
de difusión pública, debe de ser una antigua táctica bélica que dice que antes
de asentar el golpe definitivo al enemigo hay que machacarlo con la propaganda,
parece existir una cierta fruición narrativa a la hora de anunciar el goteo que
no cesa. Estos juegan fuerte por lo que se ve. Van a por uvas como se dice en
argot taurino.
Con tales estratagemas en curso
lo que se ha conseguido es retraer Europa a un ambiente que desconocía hace
muchos siglos, y que sea verdad aquella frase del Mariscal Göering que cuando
escuchaba la palabra cultura se llevaba la mano al cinto. Si sustituimos la
cultura por la religión que al fin y al cabo son una misma cosa veremos cómo
nos cuadran las cuentas.
Yo he visto tirar de pipa a
judíos y a mahometanos, escupir y chillar presas de histeria al escuchar hablar
de Jesucristo. Mientras los palestinos de Arafat llaman a la yihad las huestes
del nuevo Josué israelí, Ariel Sharon, parecen definitivamente a punto de
embarcar a un revival del espíritu de las Cruzadas en versión judía por
recuperar la tierra prometida.
España fue otrora también una
suerte de paraíso de las tres religiones, cada una de ellas pugnando por
dominarla. Es el mensaje que proclaman las ruinas exaltadas de la torre de san
Gregorio. Nunca hubo un verdadero clima de conllevancia entre los tres credos y
sería una utopía pensar que hoy cuando reverdecen con más fuerza los
postulados, reivindicaciones, nostalgias y hasta un alarmante instinto de
desquite al que da pábulo un misterioso y oscuro aliento de discordia, más allá
de los comodines de libertad, democracia y carácter etno-centrífugo de
composición alóctona, un producto que algunos sectores nos tratan de vender a
toda prisa y que aducen como un hecho consumado. Esto hará que pronto o tarde
la marmita entre en ebullición.
X
San Gregorio, iglesia-fortaleza
en la cúspide, baluarte templario, refleja el anhelo de defensa de una
comunidad asediada. Preside la cima de un páramo donde empiezan a escalonarse
las tierras altas de la Pedriza que sirvieron de base a los campamentos romanos
(hay tres toponimias castreñas: Castro de Fuentidueña, Castro Gimeno, Castro
Sarracín)
Es justo pues alargar la memoria
hacia el pasado y añorar con nostalgia aquella batalla de Clavijo en la que el
buen rey asturiano Ramiro I exoneró a las cristiandades de la Península Ibérica
de la afrentosa gabela de las cien vírgenes. Era un voto a la lujuria y a la
salacidad de los monarcas nazaríes. La efigie de Santiago cerró los cielos y
España estampándose entre las nubes a lomo de un caballo blanco. Desde entonces
el busto y el perfil del Matamoros hoy tan minusvalorada y arrinconada fue
elemento de cohesión nacional pertenecen al patrimonio de la historia sagrada
de España a la que escupe, escarnece y pisotea el enemigo [la muletilla que
corean hoy los globales con su furia y retorcimiento de mente de siempre es
"dónde está vuestro nacionalismo, bien por Cataluña, por Vascongadas, por
Galicia, pero ¿ Castilla, dónde te me has ido?"; y replican: "a echar
la partida al bar de los viejos"], nos la tienen en el Lithostros, nos la
llevan presa su imagen coronada de espinas con una caña por cetro y una manto
de púrpura que se echaba a las espaldas de los ajusticiados y de los locos,
antes de ser nuestra nación crucificada. Sus verdugos no hacen otra cosa que
echar espumarajos por la boca. Su baba nos salpica desde hace cinco siglos.
Ahora a Ariel Sharon, otro
matamoros, nadie se atreve a pararle los pies. Parece un fantasma fugado del
sacomano de Clavijo en versión sionista, claro está, sin que persona le llame
al orden. Antes bien la opinión internacional chicolea sus incursiones en
territorio palestino y hasta lo bailan el agua lo que demuestra que este tipo
de zarabandas interconfesionales se ganan alimentando la cadena de agravios y
de venganzas, importa dar pábulo al fuego sacro.
Sin embargo, eso es harina de
otro costal. Aquí lo que importa decir es que en el 875 en Clavijo empezó a
liberarnos de las garras del infiel, por más que muchos historiadores, aun los
más sesudos y circunspectos hayan tratado de ponerlo en duda.
Todos estos valles cerrados de
Castilla la Vieja cruzando el Duero testimonian aquel empeño de los monarcas de
León y de Oviedo por impulsar la tarea reconstrucción de zonas devastadas. La
tierra se llenó de torrecillas sagradas luciendo la cruz griega como escudo y
pararrayos de clemencia sobre la cofia que desafía a todas las intemperies,
adarga que arponea las brisas, cruz en lo alto, cruz de hierro. El tañido del
bronce volvió a convocar a las gentes huidas a las montañas. Sus ecos perduran en
los cuencos vacíos de los campanarios desmelenados tocando a arrebato desde su
silencio impresionante. Para que los héroes de la estirpe resuciten y vayan a
misa. Las ruinas de San Gregorio son un símbolo que se alza en la raya de
demarcación de ambas Castillas, aunque en puridad Tierra Segovia cruzaba la
sierra y se adentraba a las avanzadas de la ladera de mediodía. Navalcarnero,
Navafría y el Escorial caían dentro de la jurisdicción del obispo de Segovia.
Hasta aquí llegaban las mesnadas.
Los pendones flamearon sobre estos cerros, ara y guarnición al mismo tiempo,
muro de contención contra las invasiones por el sur. Las huestes astur-leonesas
de Alfonso III el Magno clavaron las estacas de sus campamentos, los vientos de
sus tiendas, tramontando el cauce del Duero, para sujetar al moro que
presionaba desde el sur. En la vieja España avezada durante nueve siglos a
escuchar el toque de rebato la suspicacia hacia todo lo que suene a benimerines
o almohade la llevamos metida hasta los tuétanos. Claro que los demiurgos del
cacicato globalización, secundada por un sector importante del alto clero
durante más de diez lustros casi se han dedicado a una labor de zapa
intelectual, paciente e inteligentemente llevada, con el deseo de aniquilar -
ellos dicen inculturizar como si se tratase de una especie de inoculación del
virus anticristiano- de la mente de los europeos esa noción de frontera en la
defensa de los valores eternos.
Aquí ya digo andamos un poco
curados de espanto y con la mosca en la oreja porque la convocatoria de la
yihad "Alá es grande" y "arrasa Arabia" se ha escuchado ya
unas cuantas veces por lo que todas esas mohatras de la sociedad multiétnica,
apátrida, "tolerante", va a ser una ley del embudo que beneficiará en
detrimento de la catolicidad a los epígonos de Mahoma y de Moisés. La sinagoga
trata de vendernos la burra vieja, desempolvando a Voltaire, y a los
enciclopédicos, para proponernos un esquema de futuro pintado de color de rosa,
basado en una sociedad laica, confesionalmente neutra, étnicamente amorfa, sin
lábaros, sin procesiones, sin píxides ni campanas, pero con llamadas a la
oración por el almuédano desde el púlpito de la mezquita, y calabazadas del
rabino contra los sillares del templo y dejando encargos y notas a Dios en
forma de cartitas.
Aquellos rudos mesnaderos del Cid
mozárabe fueron un faro de fe y un ejemplo a seguir en estos tiempos en cuarto
menguante, tan descreídos. Por todos los rincones resuena la carcajada
estentórea del rival. Mediante loores, engaños, chantajes - y yo lo digo en una
novela con una frase del caló de los gúrus de la ciudadela del dinero donde se
cuecen las ollas de todos los pucherazos, los bizarros lances de la
porno-política, la compra de votos y de conciencia " I´ll buy you
out"- el enemigo se ha colado intramuros y ya no hay quien lo eche. Son
hechos consumados. No cabe paso atrás, argumentan.
-Pues ahora sí que estamos
apañaos. Tanto rosario iluminado y tanta Virgen y ahora lo que se comprueba era
que el enemigo pretendía era eso: el coladero de la marcha verde.
-Sí. Nos están solmenando de
firme.
-Ya llegaron y han pasao.
-Nos devuelven visita
-Otro Guadalete.
Ante este tipo de diálogos de la
gente corriente que se escuchan ahora mismo en el interior de muchas
conciencias de españoles honrados o con la boca pequeña, uno no puede menos de
acordarse del ovante caballo blanco del Apóstol, ese que vemos alzarse a la
empinada en lo alto de un retablo de la catedral de Logroño y con el
suplicatorio especial del que era objeto por parte de los romeros en tránsito
hacia Compostela: "Herru Santiagu, Gott Santiagu, Ultreya. Iesuseya. Desu,
adjuva nos".
X
El Duratón es río truchero y
cangrejero donde los haya (hasta que vinieron unos malignos y echaron polvos al
agua que envenenaron las frezadas) famoso por sus hoces encajonadas. El cauce
parece que se intercala sobre cañones profundos y entrega hundido entre los
riscos de roca calcárea formando en los afustes y paradas de peña tajada
escotaduras y socarrenas, hoy nido de buhardos o por donde el águila planea.
Antaño estas anfractuosidades sirvieron de refugio gracias a los afustes y
desniveles del terraplén a los eremitas de las cristiandades del Al Andaluz -
reparen los etimólogos que Andalucía viene de vándalos, no es nombre, por
tanto, árabe sino godo, porque así designaban en el norte de África a los
pueblos germánicos del sur) que venían huyendo de las sacas y persecuciones del
califato. Para practicar su fe tuvieron que subir a estas breñas, un
reclinatorio de oración donde el cielo parece quedar a menor distancia.
Hay tres núcleos dentro del
monacato mozárabe. El primero se aposentó en esta franja de la umbría de
Somosierra en una línea de enclaves anacoréticos que llegaba desde Sepúlveda
hasta Berlanga. Otro grupo era el del Valle de Silencio tierras arriba del
Bierzo y cuya cabeza de partido era Samos, donde se formaron Bermudo el Diácono
y Alfonso II el Casto, Sila, Mauregato. Siguiendo la tradición carolingia,
estos centros servían de acomodo al magisterio y a la enseñanza. De allá
imparte la cultura de los Beatos. Alcuino de York, maestro itinerante, da señas
de ellos y hasta es posible que impartiera clases en Samos el cual había
abierto sus puertas en el siglo séptimo. Encontraba su vértice en Mellid, el
punto de encuentro de los ejércitos asturianos y gallegos cuando iban a pelear
contra el moro.
Pero existía un tercer eje y era
una cadena que iba desde Astorga siguiendo la calzada de Marco Aurelio hasta
Pravia, Oviedo, Villaviciosa, dejando a sus espaldas los nueve centros que
desde Arbas del Puerto hasta Mieres del Camino orlaban el paso del romeraje
jacobeo durante toda la edad media con escala en Santa Cristina de Lena.
Cistercienses y Templarios se
nota que aprovecharon su infraestructura, verdadero anillo de oración, que
aseguraba y protegía el camino jacobeo, para dar un carácter más castrense y
guerrero a estas apartadas colmenas de oración que agrupaban a hombres y a
mujeres sin distinción de género y donde el celibato por más que estaba
recomendado no entraba dentro de los planes de la regla donde las preeminencias
quedaban determinadas por el afán de estudio, la transmisión de la cultura
grecolatina y la lectura incesante de los evangeliarios, sobre todo el libro
más popular del nuevo testamento de entonces, el Apocalipsis.
DEDOS LARGOS
Camara enfocando a un hombre de más de cincuenta años,
aunque aparenta más. Sin embargo, hoy va bien vestido. Viene de comprar libros
en la cuesta de Moyano que ha metido en una bolsa amarilla. En una de las
paradas sube su mujer que a diferencia de Emeterio va muy engalanada y enjoyada
a lo joven. Se parece a la reina de Saba. Le cede un hueco en el asiento y
comparten banco como compartieron tantas cosas en la vida y tantos sueños que
se están viniendo abajo. Le echa la bronca:
-Esa corbata no hace juego con el
traje y la bolsa es muy cutre.
-Vaya por Dios.
-Siempre vas hecho un adefesio.
Tantos jarros de agua fría no
parecen hacerle mella a Emeterio. Ya está acostumbrado a tales incriminaciones
de la parienta bajo las cuales se palpa el desamor. A veces piensa que su
esposa es una desconocida y tales razones le han llevado al desaliento del
alcohol. Cuando se habla de violencia de género y de malos tratos a mujeres
nadie hace ni la menor referencia a los vejámenes contra el cabeza de familia.
El hecho está muy en boga pero los medios de comunicación lo obvian.
-Es que no me di cuenta.
Trata de disminuir importancia al
hecho pero a él tan susceptible se le ha amargado el día. Venía contento pero
Adriana que no comparte su gusto por la literatura ni por casi nada le ha
sentado las costuras a su optimismo de esta mañana de primavera. "Si
volviera a nacer-piensa- no casaría con mujer brava, ni española, ni funcionaria,
que parece que les rebozaron en pica- pica".
Sin embargo, a estas alturas ya
es demasiado tarde. Hace propósito de enmendar la plana. Sacar el bolso de
piel.
Esta decisión le va a traer muy
mala suerte como se verá. Su mujer aparte de hacerle un desgraciado le había
dado mal fario. ¿Qué será que algunas hembras destruyen al hombre?
Ambos callan aunque para su
capote, mientras el autobús sigue pegando tumbos por las calles sin nombre de
la urbanización y destruyendo amortiguadores por los montículos y badenes
reductores de velocidad que han colocado en la urbanización. Emeterio parece
que en vez de regresar al hogar adonde llega es a una trinchera o a la mazmorra
de una cárcel. Eso sí bien ventilada y con la nevera llena. Ha engordado de la
bulimia que le causa su destructora esposa. Se siente cansado. Es mayo y Baco
con sus ínfulas deletéreas está llamando a la puerta con las insinuaciones a la
huida en las haldas traicioneras del tintorro. Piensa que su vida destrozada
vale poco. El pre de los campos de la muerte acaso estuviera guisado con más
cariño que los guisos de Adriana que acaso le está envenenando poco a poco. Los
malos tratos y vejámenes que han encontrado un eco en la prole piensa que
esconden el deseo latente de un inicuo `plan secreto de exterminio. ¡Qué
infeliz se siente y todo por una cochina bolsa! Mañana llevaré esa de piel de
cuero.
Transcurre el día con el martirio
de la televisión perchelera con su habitual bazofia de programas sandios donde
se hace trizas a la familia y los novelones cursis con acento italiano que a
Adriana tanto le gustan. Debe de ser porque es una romántica o tiene un lío.
¿Por qué se arregla tanto? Ella sube y yo bajo, porque así está escrito. Las
mujeres tienen la sartén por el mango. Piensa huir pero no tiene trabajo. Está
suspendido de empleo, cobra un subsidio y esa circunstancia determina el
desprecio de su media naranja. Las mujeres no tienen bandera, sólo se
entusiasman con los vencedores. ¡Ah pécora! El mundo está del revés, la cruz
inversa, los valores que hicieron grande y significada a esta cultura por los
suelos.
Los telediarios han estado
vociferando todo el día el caso de un supuesto español- no es español sino a
medias- que se encuentra en el corredor de la muerte. ha habido una campaña
nacional que ha costado miles de duro para librar a este malandrín que cometió
doble asesinato de los ferodos de la silla eléctrica. Insensata y vociferante
campaña. Se está comiendo nuestros impuestos. La ola de inmigrantes todo el
lumpen del planeta de arribada a nuestras costas. Arzalluz el padrino de eta
parece el presidente de la nación a juzgar por la cobertura informativa que
recibe su persona en todos los telediarios. Se siente angustiado, aplanado,
ante el tropel de injusticia y el cúmulo de despropósitos porque los
anunciantes de la caja tonta sobre todo los bustos parlantes de voz homologada
que parecen haber ido a la misma peluquería y a un cirujano plástico común para
que les infle de silicona los morros y las tetas declaman el estribillo de las
desgracias nacionales con voz idéntica y com si nuestros desastres no les
afectara para nada, son marcianas recién aterrizadas de otro planeta, hijas
mías de mi vida pero de donde habéis salido, ¿por qué os expresáis en esa voz
homologada y os expresáis en ese tonillo? Emeterio las considera a todas
mujeres clónicas y pánfilas. Trata de pensar en otra cosa, hablar, encontrar
cariño, escribir pero ya no puede escribir, se baja a su garita. Su hogar se ha
convertido en un abrevadero de imágenes, en un duerno de violencia. Y huye de
estampida.
- Me voy otra vez a Madrid.
Su mujer nada objeta pensando que
tal vez la no presencia de su incordio como llama al marido le permitirá
entregarse a sus aficiones ventaneras. Hay un jovencito en la barriada que la
enamora. Una vez la pilló timándose con él y menudo número montó. Hasta tuvo
que venir la guardia civil.
Toma la máquina de hacer fotos,
la mete en una bolsa de piel no tan cutre como la que traía a la venida y
abandona la salita donde todos están repantigados viendo el novelón lacrimógeno
de sudacas con acento italiano. Una trama cursi y pobre que sólo puede
satisfacer a las porteras pero exigir más a su mujer sería como pedir peras al
olmo.
-A lo mejor vuelvo tarde. Tengo
que hacer algunas fotos.
Siente dentro del alma una
tremenda desolación interior. Está de un humor de perros.
‚ La cámara avista a Demetrio de
nuevo en el autobús, que conduce el Verrugo uno de los conductores más seguros
pero más lentos de la empresa de transportes. El coche va lleno de extranjeros,
moros y sudamericanos. A nuestro personaje le entra complejo de Doctor
Livingston y se le acelera la adrenalina, le sube el azúcar y el mal humor. En
una de las paradas sube un matrimonio de peruanos. Entregan al Verrugo un
billete de diez mil pesetas.
-No tengo cambio.
Pero los recién subidos viajeros
no dan muestras de apearse y se quedan parados en el cancel de entrada. Pasan
varios minutos. Hasta que al fin al chófer no le queda otro remedio que
encontrar el vuelto de la moneda hurgándose en los bolsillos. Cuando arranca el
vehículo otra vez ha transcurrido un cuarto de hora. Demetrio se revuelva en su
asiento pero no dice ni mú como también el común de los pasajeros que aceptan
la injusta situación con resignación pero los infractores de la norma toman
sitio triunfantes entre risas y una sonrisa de oreja a oreja. Es lo que no
puede soportar Emeterio pero se aguanta. Sin embargo, el Verrugo va como muy
nervioso y están a punto de chocarse con un camión en la carretera de la
Coruña. Es un buey mudo pero la procesión va por dentro. Hoy los españoles
hemos de aguantar carros y carretas, lo que nos echen. El miedo guarda la viña
y engendra mutismo, cinismo y un cierto resentimiento. Nadie sabe se atreve a
llamar a las cosas por su nombre. Tiene que andar con rodeos y eufemismos.
Cataluña tierra de cogida. Aragón sin barras de libertad. Pamplona sin cadenas
y sin mejana. En Andalucía nos queda el Rocío pero eso no es más que una fiesta
pagana, con mucho desplante y vuelos de lagarterana y el calañés de ala ancha.
A Castilla le han hecho la manicura a los leones rapantes de su emblema los
áulicos que dicen ser monárquicos pero no son otra cosa que monorquidos, en
verdad, porque esto de la patria no ha sido para nosotros sino cuestión de
testículos. No hay garra ya. Al fin Emeterio opta por salir en defensa de la
justicia y del decoro.
-La próxima vez cuando volváis a
tomar el bus haced el favor de llevar lista la calderilla y no hagáis esta
faena al hombre.
Esta advertencia a dos
jovenzuelos no les parece de recibo. Ya está liada.
Los chorlitos se quedan de piedra
y sin decir nada. Acaba de entrar en ebullición un volcán. Estos indios son de
la raza cobriza, el pelo muy negro pero sin accidentes ni curvas en la cintura,
amazacotados, petizos, como tapones.
Pero un joven se levanta y se
enfrenta con Emeterio. Se han vuelto a enfrentar las dos Españas. Estampa
trágica. El padre y el hijo desenvainan los sables y apuntan al corazón sus
filos temblantes. La escena es de los aguafuertes de Goya. Se recuerda que uno
de los dos son excluyentes. Uno de los dos tendrá que morir por la punta de la
espada.
-Aquí se paga como a uno le da la
gana, tío fascista.
-Fascista ¿yo?
-Sí, tú.
-Eso no me lo repites otra vez a
la cara.
Se levanta como un resorte
Emeterio y se encara con el jovencito.
-Clámese.
Una mano intervino e impidió que
la cuestión no pasara de las amenazas y que no tuvieran un atestado. Tras una
larga serie de peripecias el ómnibus dio con sus hierros y con las humanidades
de carne y hueso del pasaje que llevaba dentro en el Intercambiador de Moncloa.
Aquella hora la terminal subterránea parecía un aduar y en las escaleras
mecánicas para salir a la calle el personal ocupaba los peldaños que les
escupían hasta el vestíbulo y luego a la calle.
Los abetos primeros del parque
del oeste con sus elegantes ramas dejadas caer al desgaire como brazos de un
samurai le recordaban los tiempos de estudiante. Las idas y venidas con los
apuntes bajo el brazo. Este lugar de Madrid a la vera del arco de triunfo en
cuya cúspide un centurión romano conducía la cuadriga del saber le traía a la
memoria pasajes de victoria. Capas y banderas al viento. Las crines de la yegua
de juventud que desafía al rayo del ocaso.
Esta nostalgia le puso en
situación de la primera copa. Hay que ir a comer. Perderse por los restaurantes
chinos. Acabar en el comedor de Casa Rodríguez cerca del palacio de Santa Cruz.
Hacer diplomacia de mantel con uno mismo. Un día es un día. Había sacado de
casa la cámara de fotos. ¿A quién quieres hacer reportaje? Al mundo futuro. Esa
mente fue testigo de los momentos importantes de tu vida.
-La compraste en York. El óptico
que te la vendió se llamaba Mr. Dixon.
-Buena memoria tienes. Sí señor.
LA VIDA DEL HOMBRE Y EL GURRIATO
DE SAN PAULINO DE YORK
" La vida del hombre en su
rápido por la existencia es un azaroso peregrinar - recordaba san Paulino el
monje al rey de Northumberland- semeja al vuelo azorado de un gorrión que se
extravía del bando y va a dar a un hall entre cuyos machones se encarama
buscando refugio; al cabo de unos cuantos revoloteos angustiosos encuentra de
nuevo la salida y desaparece para no volver más".
Con esta parábola consiguió que
el monarca, que era refractario a aceptar el cristianismo, recapitulase y
aceptara las aguas del bautismo. Se bautizó Edwin con toda su corte la noche de
Navidad. Los bancales del río Ouse hicieron las veces de río Jordán y al obispo
y a todos los misioneros enviados desde Roma se les cansaba la mano de derramar
sobre las rudas testas de aquellos anglosajones las aguas de salvación. Así
empezó el cristianismo en Inglaterra en Eboracum, la madre de todas las
iglesias de las islas británicas. Evora Magna, la Roma del norte, una visión
mística de la ciudad de Dios, vaciada en el marfil de la historia, túmulo
celestial en medio de un paisaje de cañadas al amor de las tierras planas de
uno de los condados con más personalidad de Inglaterra.
La leyenda piadosa, luego
transformada y sujeta a múltiples versiones y conclusiones, la vamos a
encontrar esparcida por códices y cartularios durante la alta edad media. Todos
hemos oído contar durante los días retiro y ejercicios espirituales de nuestra
adolescencia el apólogo de aquel monje que salió a pasear por la huerta de su
convento. En dudas su ánimo hesitaba sobre la literalidad del texto que acababa
de cantar a Maitines en el coro: "un día de Dios semeja a un soplo".
Pero el buen religioso se aceptaba a aceptar tal versión. Un día es un día. Lo
mismo aquí en las antípodas, conjeturaba para su cogolla el tonsurado. No puede
ser y dicese que por sus escrúpulos el Señor lo probó. Cuando regresó a su
celda no reconocía las tapias de su monasterio, había cambiado el diseño
arquitectónico, ni los árboles ni los hombres eran los mismo; había otra torre
y otro abad, ni el hábito ni la forma de hablar que apenas entendía le
parecieron igual. Y es que habían pasado mil años. Dicen que la fuga de las
horas con los estragos que causa sirven a Dios de correctivo para punir la
vanidad humana.
El resto de sus días aquel fraile
estuvo llorando su falta. Dios le había abierto los ojos y como Tomás pudo
meter el dedo en la llaga del costado y creyó, dejó de ser perezoso y renitente
en el cumplimiento de la Regla y fue más piadoso y caritativo con los hermanos.
Un día de Dios no semeja en nada al que nosotros tasamos con nuestros propios
cálculos. ¿Cómo poner al mismo nivel la habilidad humana con la sabiduría
infinita? Velay los misterios de lo que llaman los teólogos economía de la
salvación y es que los designios divinos son inescrutables. La ruinas
dilapidadas de los monumentos cistercienses, que a lo largo de mi vida tanto
encalabrinaron mi curiosidad, me sirvieron de receta para acallar esta desazón.
Yo estuve siempre encadenado a la forma de vida contemplativa que fundara san
Bernardo. Acaso mi pobre yo no sea más que una reencarnación de uno de sus
frailes blancos que purga las faltas cometidas por inadvertencia o desidia a la
observancia claustral y ando por el mundo añorando aquel tiempo en medio de
cánticos a la Virgen. Todo York y sus valles resulta un tributo al espíritu
cisterciense. Los hados me llevaron hasta sus muros blancos. Era un viaje de
ida y vuelta el que realizaba desde Sacramenia a Eboramenia. Tortuoso trayecto
vital. Pero no era en busca de un hábito ni de un capelo sino detrás de una
mujer cuyos ojos iluminaron mis sueños de vivir una amor indestructible.
De este modo se inicia la
andadura de la nación inglesa que se mantuvo acérrima e incólume en la fe de
Xto. aun en medio de los embates de la Reforma y de la Disolución Monástica
hasta bien entrado el siglo XIX donde merced a las intrigas de Benjamín
Disraeli se va a convertir en emporio de otra civilización pero ya no bajo el
signo de Jesús sino en los brazos del templo masónico y la sinagoga. El York de
la Disolución Cenobítica, el de Taulero o el Inconformista del metodismo de
Wesley o el de la capilla fundamentada en la biblia a palo seco nada tiene que
ver al respecto. El mío cantaba en latín a capela sin órganos clamorosos y
tenía un cierta prevención hacia el hebreo. Los himnos del "Prayer
Book" con su clamoroso estruendo me dicen poco. Mi añoranza es por la
ciudad de los ciento treinta campanarios. Con sus cuarenta y dos parroquias y
sus setenta y tantos conventos. Albergo mi esperanza de que algún día vuelva a
renacer cuando el arzobispo Hutton que duerme el sueño de los justos en una de
las capillas de la pérgola con un libro caído de bruces sobre su barriga se
despierte de su modorra. O esa estatua de la diosa Higia que exorna el altar de
la Señora son una urna en la mano ceda el puesto usurpado a la Madre de Dios
cuya talla fue destruida por otro dignatario de la reforma, monseñor Holgate,
sólo para complacer la clastomanía de un Tudor.
Fue un milagro la conversión de
los contumaces "picti". La catedral de York es piedra angular de una
iglesia que se codeó en prosapia con Roma y Bizancio, con Ávila, Tarragona,
Hispalis, Toledo o Tours. En Eboracum o York de romanos nació Constantino. Su madre
Santa Elena, a la que la iglesia universal debe la invención de la santa cruz,
el culto a las reliquias y la liturgia a la Majestad, era una bella eborense,
hija de un centurión romano que vivió una villa o quinta en una localidad que
se denomina Wilberfoss y en la cual tuve la dicha de residir nueve meses de
luna de miel y también luna de hiel porque ya en mi juventud empecé a probar
las dulzuras y acedas de esta religión que pone como condición sine qua el
dolor, el sacrificio, la abnegación.
York se alza en los montes del
recuerdo para mí como una pináculo excelso coronado de alas de ángeles. A veces
escucho entre el rumor de sus campanas el himno de las letanías entonada por
los coros durante toda la eternidad. Santo. Santo. Canto. De aquellos impresionantes
y privilegiados comienzos estriba la grandeza y el atractivo de esta primera
urbe a la que llegan todos los años multitud de turistas y de peregrinos: la
Jerusalén de Occidente. Todos los jerarcas que recibieron el palium en esta
sede primada eran considerados como patriarcas de todas las Inglaterra,
mientras que el arzobispo de Cantorbery es primado de Inglaterra solamente.
Y tosamos acá con una cuestión
peliaguda que ha sido causa de guerras entre la Casa de York y la de Lancaster.
Cantorbery y York han pugnado a través de los siglos por la eminencia. Sólo se
puede llegar a una conclusión. Que la heptarquía del sur ostenta la hegemonía
política mientras que la relevancia de la norteña guarda sesgo más espiritual.
Una fuerza escondida e incoercible
me atrajo un día hasta sus muros y al socaire de sus murallas de arcilla blanca
iluminadas en la noche como si fueran el fuerte crenelado de la Ciudad de Dios
me arropo. El rumbo de mi estrella marcaba el septentrión. Viajamos hacia el
punto de origen, la casa de Helen la bella y el fulgor de la cruz de
Constantino en Puente Milvio. In hoc signo vinces. Este es un lugar como para
vivir la esencia del amor que es la fuerza de la institución creada por Jesús.
Hay una conexión insondable entre esta ciudad y los santos lugares. La madre de
Constantino mandó construir nada menos que más de mil templos en Tierra Santa
para conmemorar alguna circunstancia bíblica de interés o algún paso de la vida
y pasión de Jesús Nazareno. El nombre de esta mujer es muy a tener en cuenta en
los anales de la religión y si bien muchos de aquellos templos mandados labrar
por ella están arruinados y perdidos o convertidos en caballerizas o en
mezquitas por los sarracenos queda su rasgo impresionante. Ella puso en marcha
todo espíritu hacia la Jerusalén de la que en York se perciben los ecos y que
trascendió al mundo caballeresco de las cruzadas.
Toda mi existencia estuvo
relacionada con "Helen" y la victoria de Puente Milvio es mi batalla.
El nombre de Helen da vueltas al laberinto de toda mi vida. York aparece así
ante la vista igual que un sueño. Es un sueño en el bosque encantado de piedra.
Ápice del gótico florido o estilo perpendicular hijo del arte normando. Te
emborrachas de cresterías al llegar. Su perfil tiene algo de la cerveza robusta
que sirven en Whitmawhatmogate donde se encuentra la tasca más vieja del país
un publicano que se dirige a la clientela con aires de caballo percherón.
" I am a Yorkshire land". Es una casa minúscula como la de los
cuentos el hastial que se abomba y se derrienga convexo hacia el exterior como
si sus robustos estribos pintados de negro atlantes de roble que sostienen los
pisos asimétricos y salientes de un equilibrio difícil pero cuya estabilidad
desafía a la acción de los años no pudiesen más. Dicen que en este tugurio
fumaba Guy Fawkes, un nativo ilustre, y fumaba su pipa mientras tramaba un
complot para subvertir la monarquía. Después de siete pintas un martes de
septiembre tomó la decisión de pegarle fuego al parlamento. Para hacer saltar
al orgullo inglés. Guy era para mí el verdadero epítome del eborense, pero
todos se reían de mí cuando lo mencionaba, me trataban de iluso.
-Entra en la burbuja de los
ensueños.
-Llego al país de irás y no
volverás. A la Inglaterra de los encantamientos.
-Tu vida será una quijoterías
-Esta ciudad tiene un alma señora
y señera.
-Sí es un castillo de marfil. Por
cada una de sus siete puertas solo se deja paso a los privilegiados. A los
poetas, a los profetas. A todos los que en este mundo han sido.
Todo aquí está relacionado con la
belleza en verdad os digo, sus torres y los paneles de las ventanas geminadas
rinden culto al dios de la armonía. Es como entrar en un templo sagrado de
noche y de pronto las flamas inundan los hacheros, se hace candela y todos son
lucernas. La ciudad es el marco perfecto para un auto sacramental como aquellos
que estuvieron celebrándose durante los normandos en la "Fête Dieu".
Todo parece dispuesto como para empezar el rito de misa pontifical. Un eco de
antífonas pervade las calles. Quedan las codas de los himnos de resurrección.
Sí York es la ciudad de la resurrección. Su escolanía así como la escuela
catedralicia adjunta es una de las más antiguas de la cristiandad. Apellidos
augustos ocuparon su silla arzobispal y ciñeron su palio de lana virgen con
seis cruces negras desde san Egberto que fue el primer metropolita hasta el
actual Duncan. Muchos de ellos fueron elevados luego a la silla de Cantorbery
como Walter de Gray, Bowet que ocupó el cargo entre 1497 y 1523 y cuya estatua
funeraria sedente con un libro abierto en las manos embebido el personaje en la
lectura hace pensar al doncel de Sigüenza. Hay que distinguir esta estatua
yacente del lector ávido y aplicado de la del lector displicente y amodorrado
como es el caso del arzobispo Hutton que arrebujado en su capa pluvial parece
echarse la siesta. San Guillermo patrono de la ciudad que fue canonizado pese a
la recia disputa que tuvo con san Bernardo de Claraval por cuestiones
prelaticias. Murió en olor de santidad y sus despojos expuestos a la veneración
del pueblo durante una semana exhalaban un ungüento odorífero que curaba las
enfermedades y hacía otros milagros. Subió a los altares por aclamación popular
en 1153.
Luego habrá que citar a san
Cuthberto, a san Alberto templario en su día promovido a la mitra de Jerusalén
y fundador de la orden del Carmelo así como san Juan de Beverley. Otros no
tuvieron final tan incomible ni murieron con la aureola en la mano. Fueron
obispos armados en frontera justicieros o rebeldes, señores de la guerra, según
una expresión que está muy de moda por las fechas corrientes, durante la guerra
de las dos rosas. Un tal Aldred en 1069 fue descuartizado a instancias de
Guillermo el Emperador por oponerse el obispo de canon irlandés a aceptar el rito
romano que trajeron los normandos. A Richard le Scrope, titular de la mitra
orcina lo mandó asesinar Enrique IV Plantagenet en 1405 muriendo el prelado al
pie del altar lo mismo que santo Tomás Beckett, aunque su fama no se
desparramase tanto pero evidencia el clima de recelo y de suspicacia que tuvo
sumidos a la cristiandad la lucha por la preponderancia entre trono y altar.
Tomás Wolsey, el legado
pontificio que había comunicado al rey de Inglaterra la bula papal en virtud
del cual se proclamaba a la corona como defensora de la fe de Xto. recibió en
pago de su solicitud una mazmorra en una oscura prisión eclesiástica de
Leicester y después la visita del verdugo. Murió Wolsey decapitado en abril de
1530. Había criticado la conducta sexual de Enrique VIII, harto estragada como
es sabido de todo.
Tales intercadencias en el padrón
de preconizados arzobispos hace pensar en la variedad y muchas formas de la
iglesia instituida por Jesús. Hay muchas iglesias pero fundamentalmente dos: la
de Pedro y la de Juan; una externa con mucho aparato y otra interior que apela
a la conciencia misma de los bautizados, pero esta es otra cuestión que cae
fuera de las competencias de cualquier historiador que exprime y juzga por lo
que ve. Sólo la superficie (pleitos, casamientos desafortunados, estupros,
avaricia, guerras, sentencias y desdichas de varia condición).
Estaba escrito que el ser humano
sea hijo de sus pecados. Así, el báculo o "staff" eborense pudo estar
en manos indignos de la misma forma que el cayado romano y el anillo y la
quiroteca se ciñeron a dedos indignos simoníacos, tiránicos y a veces
personajes neutros de aluvión. Sólo tú eres santo, Señor. A la vista de las
impresionantes torres cuadradas de la catedral sentí deseos de arrodillarme y
de rezar un confiteor. No hay por qué escandalizarse. De todo hay en la viña
del amo. Buenos, malos, regulares, medianos y excelentes. Peccávimus, sí. Los
hombres vienen y mal como las olas pero sólo tú permaneces. Somos contingentes
y aleatorios como el gorrión que vio posarse san Paulino sobre su alero. De
pronto desaparece para no volver más. Volaverunt. Ya no son. Pero la grey sigue
su marcha camino de no sabe bien de donde. ¿Hacia las praderas celestes? It is the long march of everyman. La
eclesiología, esto es Xto., es lo esencias y lo accidental los individuos que
ejercen el mandato del rebaño. En York se materializa este pálpito de
eternidad. El deseo de amor transformado en piedra. Uno ante el espectáculo del
gótico perpendicular se siente formar parte del cuerpo místico.
Hay rangos y jerarquías
individuas pero dentro del conjunto o ámbito de lo total brota las calidad
singular de personas únicas e irrepetibles amadas de Dios desde toda la
eternidad. Y de esa invitación a lo total, a lo inalcanzable, nace esa maravillosa
utopía que alberga el cristianismo en sus entrañas, encina de Jetsé de la cual
brotan muchas ramas, el árbol que vio Habacuc en sus sueños que junta lo negro
en lo blanco, lo grande con lo pequeño y reúne en una misma dirección a los
cuatro puntos cardinales, coordina las treinta y dos direcciones de la rosa de
los vientos. En la cúspide, el Pantocrátor bendiciendo a su rebaño con los dos
dedos desplegados en gesto de majestad solemne. El poder taumatúrgico.
El arte gótico no es más que un
abraxas, un campo de símbolos que abre las credencias de un portal con vistas a
un paisaje de coros y armonías donde el dolor y la muerte no tendrán ya vigor
ni cabimiento. Los briosos rosetones y ventaneros - en la nave del transepto-
se abre un inmenso óculo global que abarca el espacio de una cancha de tenis
todo él de cristal de grisalla. Los maestros de la catedral de York muestran
una pericia singular en teñir de colores mortecinos el cristal, de la misma
forma que el azul resalta en Chartres o León es la cumbre de otro tipo de
policromía más abrasadora. Y esta combinación de matices abre perspectivas
inefables. Colores que pueden decirse sólo del alma.
Los británicos con el sentido
práctico que dan a su piedad, la celebra "anglicana pietas", algo que
sigue llamando la atención cuando atraviesas el cancel de cualquier templo de
las Islas, la gente reza con grave recogimiento, lo hacen todo a su manera y
por eso su religión es tan nacionalista. Hicieron la revolución religiosa de
Lutero imprimiéndola un sello autóctono sin desceñirse de la majestad
litúrgica. Quitaron muchos santos de sus altares ciertamente pero conservaron
lo esencial del rito romano que se convierte en el Common Prayer Book y los
cabildos catedralicios fueron rigurosos en la guarda de sus prebendas y
derechos adquiridos. Por eso entre los anglicanos sigue habiendo canónigos,
precentores, sacristanes, deanes, archidiáconos, lectores, magistrales,
limosneros, ecónomos. El esplendor litúrgico trató de ser salvado cambiando el
latín por el ingles y sustituyendo la plegaria pro papa por la de pro Regina, o
pro Rege. El tesoro catedralicio excepto las tecas con los huesos santos no
sufrió grandes desperfectos. Siguieron guardadas en los cajones capas pluviales
y las dalmáticas de fimbrias de oro macizo, los pectorales de platas con gemas
de rubíes, los acetres y los hisopos. Ya se cargaron de esto los tesoreros de
ponerlos a buen recaudo cuando la chusma asaltó los templos. Asimismo, la
reluctancia que siempre hubo en esta sede a aceptar la primacía cantuariense
inclinó a York de parte de Roma durante el grave litigio de la contrarreforma y
en la zona pervivió incluso durante lo más crudo de las persecuciones de Isabel
de Inglaterra y de Cromwell un importante núcleo católico renuente a abrazar el
anglicanismo y de ese grupo de católicos nació Guy Fawkes el conspirador de la
Pólvora.
El oficio divino guarda por lo
tanto el rancio sabor de antaño. Incluso algunas costumbres a las que ha
renunciado el rito romano tras la puesta al día de las normas del Vaticano II
la sede de York las guarda como el besar la epacta al final, la bendición con
dos dedos, el deseo de paz que se hace con el portapaz. Los incensamientos y
los responsos casi son idénticos que en Segovia o en Toledo. York sigue fiel a
su primer compromiso y es católica a no poder más.
Hay una tradición de maestros de
capilla que se mantuvo incólume prácticamente desde el siglo ocho. Los primeros
cristianos supieron a través de Constantino que la fe ha de entrar por el oído.
Es palpito del corazón más que raciocinio. Aquella tarde de otoño del 69 cuando
llegué a las puertas de York me pareció tener como una visión. El paisaje que
contemplaba me estaba acercando a todo aquello en lo cual soñé desde niño y de
lo que guardaba una esperanza remota de que de alguna forma se materializase en
mi existencia. Estas corazonadas nunca fallan. La mía se cumplió de alguna
forma aunque mis imperfecciones y fallos determinaron que no fueran acreedor de
todo aquel designio. Algo en mí no estuvo a la altura. ¡Pobre pecador! Tampoco
supe retener el amor que allí se me daba y de toda esa culpa habré de dar
cuenta un día a mi Criador.
El cristianismo tiene un sentido
formal de la belleza del que carece cualquier otro credo. Es algo que sobrecoge
y arrasa y no entronca con los subjetivo y pietista sino que revierte a lo
general, a lo total y eso se convierte al trepar por los nervios de las bóvedas
de las catedrales góticas como estas que vieron mis ojos a los veinticinco años
una tarde de amor al catolicismo. Estos templos son el árbol y la mejor presea
de su universalidad. Venía a empaparme del rocío de un sabor viejo. El alma se
anonada y sumerge y olvidándose de su presente flota por las riberas del tiempo
como tratando de regresar a sus orígenes más simples. Entonces dejé columpiar
todo mi ser sobre el brocal del pozo de lo inefable. Sentí pues una importante
moción mística, volviendo a nacer. Me suspendí en los brazos del destino
acatando su ligadura y sometiendo mi voluntad a la suya. Evora Magna
resplandecía como el altar de la purificación.
Entré por la puerta del oeste. me
sobrecogió aquella solemnidad de la penumbra. El olor a cera y a rezos pero
allí no había viejas sino toda una ristra de banderas colgando de las pechinas
y laudas sepulcrales. La Desamortización había clavado su huella y la
austeridad y acendrada religiosidad del medievo entraba en alianza con el
aspecto patriótico ese sello nacionalista que dan los británicos a sus
relaciones con la divinidad y que heredaran los americanos hasta el extremo de haber
hecho del pendón colchonero de las estrellas y las barras señuelo de una nueva
religión.
Un arzobispo Holgate ordenó meter
el hacha al altar de la Señora tradicional en las catedrales europeas donde el
culto de hiperdulía tuvo rango descollante y sustituyó una talla de la Virgen
de orden bizantina por una joven semidesnuda de buenas partes toda ella de
alabastro junto a una urna cineraria que representaba a la mitológica Higia
patrona de la salud.
Allí estaban las metopas y
estandartes de muchos regimientos pues York es plaza fuerte y campamento desde
los romanos. Exvotos ganados contra el enemigo y muchas "Union Jack"
en sustitución del petaso de los obispos y arzobispos que cuelgan del techo en
otras catedrales como Toledo. Una placa conmemorativa rememoraba la gesta de un
hijo de la ciudad el capitán Oldfield muerto en combate en la ciudad de
Kandahar cuando todo su destacamento fue copado por los afganos. Esta tumba me
parece a mí que está hoy muy de actualidad cuando la que está cayendo sobre aquel
fiero país de afganos donde los federales buscan la cabeza de Ben Laden y lo
quieren vivo o muerto. Acaso los soldados británicos que han vuelto allí a
pelear este 2002 estén tratando de vengar la muerte de su camarada.
Un paseo por la pérgola nos llevará
a conclusiones interesantes. Siempre desde que era niño he sentido inclinación
por descifrar los epígrafes de las laudas sepulcrales en los nichos
catedralicios o en otros enterramientos eclesiásticos porque allí se percibe la
vanidad de las cosas del mundo. Por dentro la carne se momifica y los huesos se
vuelven polvo y por fuera queda el arte estampado en las hieráticas figuras de
mármol o jaspe. Algunos están tumbados. Otros hacen que rezan. Otros parecen
que se han echado un ratito a dar una cabezada mientras suena la trompeta del
juicio final que congregue a los mortales al Valle tras el Torrente Cedrón en
las afueras de Jerusalén en las estribaciones del monte Olivete donde Cristo
subió a los cielos.
Un arzobispo carilleno y aspecto
sonriente parece que duerme la siesta. En sus rasgos aprecié atisbos de mí
cuando fuese viejo. El escultor debía de conocer sus costumbres y nos advierte
que debió de ser lector contumaz; un libro medio abierto yace sobre la casulla
debajo de la cual abulta la barriga. Le gustaba vivir bien, los buenos libros,
la buena cerveza, bufar su pipa con labores que trajeran de América los
galeones piratas de sir Walter Raleigh. Al lado los símbolos de su dignidad
episcopal: la mitra, el palio y los guantes con una cruz guarida de diamantes.
Doy en pensar que estas riquezas han de llamar a los ladrones y no voy
descaminado en mis conjeturas puesto que hasta poco antes de la guerra cerradas
las puertas de la basílica había una ronda de cinco serenos que recorrían las
dependencias del templo con perros amaestrados para disuadir a los amigos de lo
ajeno. Lo que no fue óbice para que por alguna puerta excusada o por sus
vidrieras se colaran estas visitas desagradables. Una noche de 1829 un tal
Martín saltó y pegó fuego a la sacristía al tiempo que llamaba cerdos a los
canónigos, les acusaba de cobrar las rentas y de comer tocino. Por culpa de
este loco gran parte de aquella impresionante obra muerta se perdió. Ardieron
las techumbres artesonadas de madera y se fundieron las vidrieras de tan
primorosa hechura.
York es lugar con buena
castrametación y todo habla de que es plaza fuerte apercibida al combate pero
el castillo inexpugnable puede ser asaltado desde dentro. Pululan los caballos
de Troya y los demonios interiores contra los cuales nada puede hacer el
alcaide de modo que desde aquel "arsonista" dicen los ingleses:
" The city of York, lollipops and lunarios" y también de maestros
diría porque allí se forman buena parte de los profesores que imparten clases
en esta preponderante nación.
Los ingleses pueden resultar
acérrimamente insulares, muy pagados de sí mismos y rematan algunas veces en
sanguinarios por la defensa de sus usos y costumbres. A lo que nosotros
conocemos como contrarreforma tildan ellos de Disolución de Monasterios. El
cierre de todos los conventos fue implementado por Enrique VIII. En algunos
casos puede que el monarca llevase razón habida cuenta de la laxa disciplina y
la moral disoluta de estos centros que se habían relajado lo suyo pero la
circunstancia que determina esta sanción es la codicia de las tierras e
inmuebles de las ordenes de clausura. El oro de los templos. La seda y el oro
labrado de los ornamentos religiosos. Lutero había llevado a cabo el primer
intento de reforma agraria en Europa. Cuando vio que la furia de los campesinos
envalentonados por la rapiña y sed de riquezas quería ir demasiado lejos ya era
tarde.
Y un poco de eso les pasó a los
británicos. Amaban su iglesia como símbolo de poder y de regalía, sus símbolos
y el esplendor y la pompa de la liturgia romana pero al introducir la lengua
vernácula en sustitución del latín se dieron cuenta que el esquilmo y el saqueo
de los bienes eclesiásticos del que sólo los nobles y los judíos salieron
gananciosos había minado la autoridad regia aparte de haber empobrecido el
esplendor de la casa de Dios. Por eso hubo un intento de frenada. Que los
prebostes siguen luciendo sus ternos de gala y capas pluviales durante las
fiestas de pascua. Que no se suprima el canon de la misa. Gracias a esta
actitud los cabildos de las catedrales no desaparecieron.
En ese sentido la silla de York
sacó partido de su oposición a Cantorbery para guardar el acerbo recibido
durante casi mil años de romanización y en la ciudad todavía fermento esa
espiritualidad católica genuina e inconfundible. Pero la historia está trufada
de desencuentros y de malentendidos y los que la escriben ponen a veces pizca
de aviesa intención. Por ejemplo, Enrique VIII fue un rey con muchos defectos
pero también con bastantes virtudes. Es el tirano que envía a sus repudiadas y
validos sospechosos, no importa fueran eclesiásticos de rango o nombrados
escritores como Tomás Moro, al cadalso pero el poeta capaz de componer
madrigales tan bellísimos como la "Feria de Scabouriugh" y fue tan
devoto en sus años mozos que mereció que el papa Alejandro VI le confiriera el
título de "defensor de la Fe", un privilegio que les fue negado a
otros reyes católicos mucho más eximios como pudiera ser el emperador o el rey
de Francia. Tales preseas no fueron óbice para evitar que fuese enviado a la
Torre Robert Wolsey, el que fuera cardenal, legado apostólico y arzobispo de
York. A la par los pirómanos del monarca pegaron fuego al anillo de oro de más
de setenta monasterios que apretaban sus murallas en círculo de defensa tanto
estratégica como espiritual. Quedaron arruinadas las abadías cistercienses de
Santa María del Vado a orillas del Ouse y su hermana gemela de Rievaux, que
tiene un apellido riente pues san Bernardo emplaza sus conventos en lugares muy
buscados donde la naturaleza luciese sus mejores y escondidas galas y fuese en
general un canto a la vida y a la fecundidad.
Esta fue fundada por el propio
Claraval en 1131 y al poco surge la Abadía de Byland. Más al norte fueron pasto
de las llamas el priorato de san Agustín (Austin) y el famoso convento de
Whitby que se alzaba en la cúspide de un eminente acantilado desafiando a las
galernas del Mar del Norte. Éste era uno de los primeros cenobios fundados
según la regla de san Columbano o rito irlandés. Contaba con una comunidad
mixta de cerca de más de mil pupilos. En sus claustros profesaron Alcuino de
York y Beda el Venerable los dos exegetas más importantes de la espiritual con
que cuenta la iglesia del alto medievo. Había padecido el saqueo de los
vikingos en el siglo X y estaba en manos de los frailes negros o benedictinos
al sobrevenir la exclaustración del primado Cramer. Pese al cambio que supuso
el cisma de Inglaterra éste no ha de interpretarse como una quiebra de la
trayectoria sino un acicate a la búsqueda de nuevas rutas y otros encuentros en
la obra de la evangelización por encima de las diferencias culturales y de la
fuerte idiosincrasia isleña, remisa a acatar el yugo extranjero. Los escándalos
y malos ejemplos que dieron los papas denunciados por Lutero fueron un pretexto
que no una razón justa a la revolución. La furia de Lutero clavando sus noventa
tesis sobre las puertas nieladas de la catedral de Wittemberg revelan el acto
de un loco pero sus pretensiones eran del todo cuerdas porque decía verdades de
a puño. Sin embargo, los anglicanos siguieron al agustino alemán sólo a medias.
Hay un esfuerzo por salvar los muebles y guardar lo que tenía de bello y
carismático la liturgia pontifical y ese esfuerzo se aprecia en los vitrales y
en los muros perpendiculares que parecen que caen a plomo desde lo alto o se
alzan a los cielos en una apoteosis de armonía de la Minister eborense.
Entonces interrogué al viento
pero cambiaron de repente las auras y Eolo no supo darme respuesta. Es como
cuando preguntas por una calle a una señora que no es de la ciudad en la que tú
te pierdes.
-No soy de aquí. He venido a la
función.
-Está bien. Todos somos
forasteros, pero yo busco el domicilio de mi amada.
-¿Qué fue de ella?
-Es un fantasma.
-Ah qué la vida pasa, señor, y
nosotros no sabemos nada, fluye y nos desconoce. Fíjese en los letreros y a lo
mejor tiene suerte. Bon voyage.
Allí las grandes verdades de mi
vida se me hicieron patentes. En el ochenta y seis fui a buscarla. Compré un
ramillete de rosas en un florista. Hay que ver como mudan los tiempos. Falto de
Inglaterra doce años y parece que han mudado hasta el lugar de las casas. No es
aquí. Busque la ruta.
Llamé a una puerta y salió a
recibirme un individuo en bata floreada en la diestra sujetando del ronzal a un
perro de ataque y en la otra escondida en el bolsillo una pistola. Había
pensado que yo era un ladrón.
-Sorry. Me he equivocado de
puerta. ¿No me darán otra oportunidad?
-Get out.
Me fui por donde había venido.
Parzena no daba señales de vida y el taxista judío, un buen samaritano de
aquellas navidades negras, movía la cabeza assustado y decía para sus adentros
"he is a bit nuts, you know". Siempre me aturullo. No tengo el menor
sentido del ridículo.
Ni en Epping, ni en Hull, ni en
York ni en Doncaster donde tuvimos morada ya no estabas. Helen is gone. All
gone Helen. Mal padre fui para ti. Un loco que te amaba. Dios perdone nuestros
pecados. Pero ahora pienso que lo pienso estoy seguro de que todo aquello fue
un sueño como una revelación. Este pobre alma de Pablo que alienta en mis
huesos no se ha caído todavía del caballo.
Estaba un poeta de nombre Pope
Primus Pater escandiando sus versos asomado a la torre de San Martín y era como
un farero que guagua a los peregrino que se extraviaban en los bosques camino
de Eboracum. El cuerpo enflaquecido los ojos cansados y la joroba que se había
doblado su columna ante los libros no iban en consonancia con la sobrecarga
divina y magnifica de su estro pero este es el sino de los grandes profetas que
sus conciudadanos no les dan importancia. Pasan desapercibidos. Sus palabras en
mi oído sonaban como aldabonazos trascendidos de un vestíbulo donde se
recitaban poemas a lo divino en otra dimensión más allá de las nubes.
-He ahí un verdadero hijo del
Yorkshire que plantaba viñas en su finca de Twickenham y quiso vivir apartado
rendido a su numen lejos del mundo y desengañado
Domingo, 23 de abril de 2006
Easter. Cristos anesti. Anbiat. baskriesi, rissen.
Gerissen, resurresité. surrexit sicut dixit. Ressurection and Erstehung. That
is the cry today in all the languages (Greek, Rumanian, Russian, German,
English etc.) I remember one novel of Tolstoi with that title. Was tired after
a bad week. Prosecution that never ends at the Archive. El CIDA is like hell.
Kafka lives among us. There are more chiefes than indians like in the bad
spaguetti westerns. You sahouldnt do that. You shoud do this. You are not a qualified
archiver etc. So my fingers become ghosties as we say in old spanish. Mis dedos
se tornan huespedes. More than twenty year listening to the same tune. Envy.
Rage. The classim and idiocy of the spanish society. After all we are
descendent from the Visigoths. The Spanish Laberinth at work. La
Fuensanta, la Reme, la Chumillas El Antonio G. Quintana. Are we heading for another civil war? Going to
work for me many afternoons is like marching to the front.
Why didnt he shoot himslef alter living to the Catalans
the Papers from Salamanca? Insted he hostigates me. Mobbing at large. The
sexism od the women funcionarias a chip on their shoulder. Envy. All of them
have spent lots of euros in crash course to learn English a language that
little secrets for me even if I cant get rid of that wqild Çspanish accent but
I learnet it by heart and it was the masterpiece of love. When you love
your learn. Everywhere jews and turncoats. Los tornadizos de siempre que asoman
la oreja siempre a lo largo de nuestra historia. Judas at work.
Jelousy. They dont know how to draft a
comunication official. I know how to draft. I know where are the books. I am
aware of the drastic and dramatic history of Spain. I know and I am scared of
my people. The rule of fears. I also know how draw a knife but a follower of my
Master I prefer to put down the guns. Mitte gladium in vaginam. I am peaceful
and meek. My best altar are the taverns. The good tavern is a good
tabernaculum. I am lover of beauty, good feelings, compassion, a bit of laughters,
easy going but those ideas dont sell nowdays you have to be on the perpetual
watch, suspiocious minded or became a bastard insensible to your neighbours
feeeling bloody hell. I am the odd man out. Hangling from a rope never reaching
the end like in the nights of white Satin.
In any case I have been quite worried about my
Helen. Has her car dented by a silly old hag. Watch where you are going missus.
After all she was honest and left her address recognizing guilt. That shouldnt
be like that in Madrid or New York. England after all is the whole land of
gents and ladies. Now my Helen our Helen she drives at night working the night
shift caring for new borns. God bless her. In a world like ours especially in
Spain whre the fall of demography is appalling (only parent prio paris parire
peperci partum I know how is conjugated that verb from my Latin days the
gachupichus, the blacks and the arabs, Europe is going to have a problema but
that is none of my business in the same degree as I should not worry because
petrol prizes are climbing up in preparations for the next war in Iran ) lady
Suzanne your words are always soothing. You are the the only person in the
world whom with I can talk. Sometines. They have messed all up, they should put
the remedies. Like in the Baske country, like in the fucking Ulster. I spent
years of my life writing about the Irish and I dont know a wolrd of it. Even I
interviewed Paisley, Faulkner and all those cronies. I dont know a bit. Nor of
the basque country. Now a certain presbiterus called Reid has come here as Mr.
Kissinger to make end meets. Oh priests. I dont understand the Catholic Church,
Wojtyla, the Pope. All is power. Nothing to do with Christ. That is why I have
become orthodox and I pray at home in from of the face of the illuminated
ikons. There was a priest in me a seminarian and is sprouting up in my last
days. Today is Easter. Christ is risen. Joy to all. Yesterday after talking to
you, Lady Suzanne, there was in a Arab station form Aegipt the transmission via
satellite – I follow the Germans and the Skynews- of the blessing of the
Patriarch of Alexandria. The song to Christ resurrected in Arab sounded also by
the Nile margins and for me it was quite emotive because someone has sent to me
years ago the photo of this venerable bishop and is with the photos of my Helen
and my rosaries in a gesture of adoration of the Bizantine Cross in full gear
with all the garments. The tiara, the humeralis covering his head and
patriarcal shoulders. Strange signal that mitigates the sadness of my troubles.
Oh let us have hope and be joyful. Suzanne do you think I am a marthyr? I have
had that feeling in El Escorial. Will talk to you one day about those awkard
and exicing experiences. I knew you were healed. I had the impression also that
I made you suffer a lot. Oh Lord forgive my sins. Good God. Mj thinks that I am
useless. Perhaps. A bit unpractical. And Cristina is a sweet. She is very eager
to come bak to Madrid. I hope that she talks with her half sister. I know
everything will be alright. Trust God. Anyway Suzanne my mind is confussed and
happy. I am glad you had a lovely holidays in Wales. The dragon of Wales.
Caernavon. There are there your roots arent they? But you also are a bit Irish
arent you not? Any way let us keep in touch. Hope you dont mind this epistle.
Looking forward for your holidays in Frogland. Have a rouge on me. Or two. But
tell you one thing the best wine in the world is Valdepeñas trust my word of
connoisseur. Have a very nice week. Writting for me is a relieve. I think I ll
continue a novel I started but I cant find time. When I get back to Madrid I am
exhausted.
Have a peacful and joy ful week.
Quinto centenario – el hecho fue
en 1506 y a raíz de la concordia de Salamanca- de la asunción del poder por
Cisneros y sin mover una "palla". Lo que aquel fraile francisco al
que sus contemporáneos describen siempre con cara de frío ("una galga en
pieles parecía"), muerto en Roa de pulmonía cuando iba a recibir a Carlos
V, austero y flemático y sin descomponer el gesto ora aferrando el báculo o
empuñando la espada. Gloriosa fue su campaña en Túnez contra la morisma pero no
lo diga usted muy alto don Verumtamen que le azuzan los dogos de Alicaída. Que
nuestra "intelligentzia" se ha pasado al moro. Pero no es ni intelligentzia
ni nada. Es como tener un tío en Alcalá. Vanas ilusiones de ahora mismo
mientras nuestra nación, nuestra inmensa nación, España, se despendola y
descuaja.
La banca hizo flux y no nos vamos
a levar ni las diez de monte. Por supuesto que para mí resulta mucho mas
sugerente la figura de un Cisneros español de pro que de un Chávez chien
andaluz, el tornadizo, con su cara de brigada de cocina (pues su padre era
suboficial de infantería) de igual forma que el de Rovira catalán fue del
honorable cuerpo de la Benemérita) y el de tantos otros españoles que han
renunciado a la españolidad. Ser del bando de don Opas el que nos traicionó en
Guadalete hoy tiene mucho prestigio.
Acaso por eso sea un personaje
sin demasiado ascendiente en la España zapateril y conejil pero que no nos
vengan con aquello de que el cardenal era una carca. Al contrario, todo un
político del Renacimiento diserto en las artes cisorias que convienen a todo
estadista y que había leído a Maquiavelo. Todo un sabio. Fue un eclesiástico que
amaba el poder pero concebido éste como un acto de servicio a su patria y a la
Iglesia de Jesucristo. De su frugalidad, de su laconismo, de la forma como
sofocó la rebelión de moriscos en las Alpujarras mano de hierro en guante de
seda y de su temple y valentía mucho tendrían que aprender los políticos de la
contemporaneidad.
La unidad que el construyó y alzo
hoy se desgarra. Estamos al cabo de la calle. La gran talla intelectual de este
hombre tampoco han de negársela ni sus más recios detractores. Fue el fundador
nada menos que de la Complutense.
Ese colegio de San Ildefonso
donde todas las primaveras comparece la ministra traba luengas del pixi dixi y
los letrados de la orla boyantes y ovantes ufanos – a la mayoría de sus
señorías no les cabe un piñón por el culo cuando se sientan el birrete colocado
sobre el colodrillo cual si fuera un pavero de ciencia- para conceder
galardones literarios que son la tramitación de puro compromiso pues vienen
aquí novelistas y poetas que solo los conocerán en su casa y a la hora de comer
es una creación del gran Cardenal Ximénez de Cisneros fundador de la
universidad de Alcalá. Desde sus orígenes a este centro universitario le cumple
una tradición de heterodoxia y de liberalidad que no tuvieron por ejemplo
Salamanca de inclinaciones más conservadores.
Las aulas complutenses dieron
acogida a los disidentes y a los conversos – Ignacio de Loyola, Quevedo,
Cervantes el príncipe Carlos – y a los cachondos mentales como fueron Pablillos
y Guzmán de Alfarache. El Lazarillo no. El lazarillo –no hay regla sin
excepción- perteneció a la salmanticense.
De Alcalá por contera era Manuel
Azaña. Yo no se si esto es para la ciudad un orgullo un titulo o un baldón a
secas pero habla de la tradición liberal de esa plaza que desde los romanos
pues allá abrevaba la Legio VII cuando no estaba operativa en el norte y de su
carácter castrense conservó nombradía de lugar de paso y de una gran
hospitalidad para el forastero. Trajano la convirtió en un vivaque o
campamentos de invierno para su orden ecuestre. Contó hasta hace poco con
varios regimientos de caballería. "Tengo un hermano en el tercio y otro en
regulares y al mas chiquillo de ellos lo metieron en Alcalá de Henares",
cantaba una copla castellana, muy triste como todas las coplas.
También tuvo penal. La vieja
institución erigida por Cisneros es cosa venida a menos ya lo sé y algo
devaluada por este batiburrillo de los premios Cervantes. Tener un tío en
Alcalá. Por hay va la cosa. Pero allí nació por ejemplo en 1485 la desgraciada
Catalina de Aragón de la cual les hable en algunos de mis otros artículos con
motivo de mis visitas a Peterborough en el Yorkshire ingles.
Sin embargo los graduados en la
complutense solemos ir de humildes por la vida. Aquí el saber nunca ocupa lugar
y miramos en nuestro diploma de licenciatura hacia el cerquillo de este fraile
que aparece coronando en camafeo con su sayal y su humilde cordoncillo la larga
nariz que fue testimonio de la curiosidad intelectual del "galgo en
pieles" con un cierto orgullo. También con mucho afecto pues allí esta
nuestro nombre estampado en la fachada plateresca con sus ajimeces y botareles
del colegio de San Ildefonso de marras con paramento de Tomajón y joya del
plateresco que completa Gil de Hontañon.
Como estos dos maestros citados,
el intelecto y el perfil cisnerianos son muy plásticos y arquitectónicos; todo
como cortado a plomada. De ahí la personalidad de este fraile que oculto tanta
grandeza debajo de su cogulla monacal. Sus orígenes humildes no descartaron su
ascenso al cargo de heredero de la monarquía de Isabel y Fernando cuyos reinos
administró en el oficio de regente y como reza el emblema de su sepulcro – la
frase se me quedó grabada pues es la de un hombre para la eternidad – "en
luteam olim, marmoream nunc" (he aquí el rostro de un hombre que fue de
barro y ahora pertenece al mármol)
Hizo de España un gran país como
artífice de un imperio que hoy pretenden negar y zaherir personajes tan
histriónicos, desalmados o canallas como Evo Morales el del Poncho o Chávez el bolivariano.
Odio del indio que devuelve con moneda de ingratitud la defensa de ellos que
hiciera el P. Las Casas. Todo el derecho de gentes. Ese inmenso orden
escolástico que habla de la dignidad y respeto de todo ser humano hecho a
imagen y semejanza de su Criador habla la filosofía de estas aulas. Por mucho
que quieran no lo podrán mover. No lo conseguirán levantar.
-Guadeamus igitur
-En realidad ese era un canto de
estudiantes foráneo. Ese gaudeamus en verdad era un jocoso cantar ruin de
borrachos y de giróvagos flamencos. La tonada no puede ser más burlesca y
extemporánea a nuestra idiosincrasia complutense donde escribimos mucho mejor
latín que parisinos y oxonianos. Lo entonaban en la Sorbona y en Paris pero
bajo los techos de los salones de grados de Alcalá otros resonaron. Sin embargo
si, en efecto, regocijémonos.
En virtud de la Concordia de
Salamanca y de la muerte de Felipe el Hermoso, Cisneros es nombrado regente.
Había sido confesor de la reina Isabel la Católica y en la corte tuvo fama de
disciplinado y entero porque este madrileño nacido en Torrelaguna debió de ser
de armas tomar del todo diferente a Hernando de Talavera al que Isabel de
Castilla le consideraba un "santo". Sin embargo, aquel santito no fue
capaz de solucionar la rebelión de las Alpujarras. Cisneros de mucha más mano
dura por el contrario sí lo hizo aunque tuviera que emplearse a fondo con
medidas drásticas como por ejemplo la quema del alcorán en la Alambra de
Granada. Nadie, por lo demás, se lo eche en cara. A fray Hernando que era más
bondadoso y tolerante los moros le toreaban.
El prestigio intelectual de
Cisneros es enorme: la traducción de la Biblia políglota tarea que acomete en
1502. Fue uno de los primeros impresores de categoría y una de las primeras
estrellas de la galaxia de Guttemberg. Publica el "Misal mozárabe",
"Las epístolas de Santa Catalina de Siena" y la "Vida de
Cristo" del Cartujano que precisamente iba a ser determinante de la
conversión al catolicismo del capitán vasco Iñigo de Loyola. Asimismo, y para que
los catalanes no se nos pongan a mal dio a la estampa las obras completas y
tratados místicos de Ramón Llull.
Estamos insisto ante un prelado
renacentista que movía con igual acierto el cálamo de versado en escrituras
como la mitra de obispo o el "galerus" o casco de prelado romano.
Recuerdo una emoción suprema que me embargo un domingo cuando fui a misa y en
una capilla del citado colegio me tope de manos a boca con el monumento
funerario a Cisneros. Su tumba es una maravilla de estatuaria yacente en mármol
de Carrara y figuras de alabastro, obra de Fancelli que también tallo el
sepulcro – completado por Bartolomé Ordóñez- del infante don Juan y el de los
Reyes católicos en Granada. De estas obras de arte dijo Unamuno que en ellas
esta enterrada España. La tumba fue profanada por las turbas marxistas en 1936
y reconstruida durante el franquismo.
El orden universitario español
con sus luces y sombras sus grandezas y miserias se cuadratura en Cisneros. En
una mezcla de pileo académico garante de libertad y de casco castrense. La
tolerancia y espartaquismo. Colegios mayores y menores. Se llegaron a contar
hasta treinta y cinco. En siglos anteriores y hasta mediados de 1745 cuando
Alcalá deja de emitir títulos las grandes familias españolas mandan a Alcalá a
estudiar a sus hijos pero permiten que estos se acompañen de criados o
chofistas pues se alimentaban con las sobras de las mesas de sus amos quienes a
su vez consiguen graduarse y acceder en muchos casos a ordenes eclesiásticos
como Sorbona, Oxford, Cambridge o las universidades italianas pero allí la
jerarquía aristocrática es mas rigurosa. Alcalá que siempre fue porcionista y
algo medio pensionista en contraposición conserva un carácter de llaneza
comunera desde el principio y esta humildad con que nació la sapiencia se la
deba al carácter de este fraile de Torrelaguna que perteneció a la cogulla y al
cordón de los Mínimos reformista y reformador como buen franciscano.
Quienes han conocido los rigores
de esta hermosa tradición medieval y hemos llevado la beca roja o azul según
los colegios y el manto pardo que se convirtió en esclavina no podemos mirar
para la efigie de fray Francisco que resplandece en todos los títulos
complutenses con una nota de simpatía, agradecimiento y veneración. ¿A que ese
afán de tirar por tierra lo nuestro? Nos consta que la Universidad de Madrid ha
tenido una de las mejores facultades de Medicina, Jurisprudencia y Lingüística
(Latín, Griego, Hebreo) del mundo pero los egresados según dicen los sudacas en
estos claustros apenas lo damos importante. Somos humildes como nuestro fraile
fundador. Es ya medio milenio bajo las aulas. Si entrásemos en coloquio con las
paredes de esos claustros, cuantas cosas nos podrían contar. Buenas y malas.
Algunas tristes otras tiernas y las más picantes .De fiestas como la del
obispillo, las de los soplillos de Pascua o los aguinaldos por Navidad. Los
enfrentamientos y reyertas y hasta algún estacazo entre los mozos del pueblo y
los estudiantes. En una ocasión por una mora mató un teatino del Colegio Menor
de los Vizcaínos al sobrino de un obispo y hubo desmanes entre los treinta y
cinco colegios por discrepancias regionales. Aun no se había inventado la
España de las autonomías ni Cartagena era nación.
Todos los primeros de curso se
daban sonoros y novatadas y por san Juan había enramadas y rondas de galanes
por las mozas del lugar y algunas veces también palos. En el Colegio del Rey
estaba media servidumbre de palacio y allá por el mes de julio se veía
abandonar la ciudad a verdaderas comitivas de mulas reverendas con las artolas
cargadas de libros y los recién graduados con sus sotanas y sus birretes
conseguidos con la orla triunfal y la lectura de la "disertatio" en
el paraninfo. Eran los licenciados que acababan. Iban camino de su pueblo
soltando latinajos muy pagados con su tonsura y su aspiración a una sinecura
como beneficiados o prebendados en la iglesia de su lugar. "Sint ut sunt,
aut non sint". He ahí el gran dilema. La purga de Benito. Ser o no ser.
Que las cosas se queden como están o no sean más.
La formula había que recordarse
al señor ZP en este centenario de Cisneros que contemplará don José Luis como
quien oye llover y que no sé si ha tenido un tío en Alcalá pero con el de
presidente no tenemos tío ni chá. Todos vamos de curritos. Esto es: de fámulos,
según prescribía nuestra rancia tradición escolástica.
LA NOCHEBUENA DE UN KAROBO EN EL FRENTE DEL ESTE. CARTA A SU MADRINA
A los
veinte mil españoles que murieron en Rusia.
Posición 375 sección de Antiaéreos. Frente
del Este 24 de diciembre de 1942
Querida Aderita:
Recibí tu carta ayer. La trajeron los del hipomóvil de la
Comandancia. No había podido hacer el
reparto en siete días pues hemos tenido una cellisca de las que hacen
época. Estos sí que son tormentas y no
las del Bierzo. Gracias por los
aguinaldos con el turrón y la botella de coñac el detente/bala y la estampa del
Niño Jesús que hemos colocado en sitio preferente de la chabola y está Jesusín
hecho un sol y yo no sé cómo con esos taparrabos blanco puede aguantar los
treinta y dos bajo cero. ¡Cómo es Dios y todo lo puede! No le harán mella ni las balas y lo que decía
nuestro general el otro día en una arenga que radiaron por radio Berlín: fuerte
será el invierno ruso pero más recia es mi raza.
Y
tan recia, ¡pachas! divino Niño lo puede todo Aguantar la helada y la nieve que
tapa los ojos, hacer callar por ser
Nochebuena los organillos de Stalin. Hasta parece que lo conocen, oye. De vez
en cuando nos lanzan octavillas en castellano muy bien escritas por cierto y
nos dicen mejor estabais, puñeteros, al brasero con vuestras abuelas o junto a
la estufa de un baile y no aquí.
Habéis venido a defender a un tirano, el
señor Hitler, pero un cabo primera de la Plana Mayor gaditano ex legionario,
agarró el altavoz y les dijo en perfecto idioma de Pushkin que estábamos aquí
en devolución de visita. Que en Cádiz son así de cánidos mentales y que se
mueran los feos y tal y tal. Nos elevó un poco la moral pero la verdad que no
está el horno para muchos bollos y la tenemos por los suelos... Ojala Jesusito
haga un milagro. No estoy muy seguro de que nos lleguemos a ver en carne
mortal. Tampoco importaría mucho. Un soldado no es nadie. Un número. Un nombre
en una esquela, una inscripción sobre una tumba con un casco de acero y en el
vértice dos palos cruzados. Si caemos en la tierra rusa quiero que sea por algo
y no estoy escribiendo mi testamento pero esta noche es Navidad y se me amontan
las congojas.
Si me atizan en un fregao estoy
seguro de que tú pensarás en mí. Ah aquel chaval de Soria que se fue a estudiar
a Madrid Filosofía y Letras, luchó con los rojos pues quería cambiar el mundo.
Lo cogieron los nacionales y para redimir la culpa se apuntó a la División
Azul. Un chalao. Un quijote. Un idealista pero no del todo mal persona. Un cabeza loca.
Que quieres te diga, Derita. A mí esta tierra no se si me gusta o me disgusta pero me impresiona me embruja. Es
tal y como la pensé cuando leía a los maestros rusos en el caserón de San
Bernardo. Luego está esta naturaleza
inmensa inabarcable. Pues verás nos liamos a cantar villancicos como descosidos
y después llorábamos todos como bobos.
Hasta al Teniente Müller- espero que esta noche no tengamos fuegos
artificiales y que los ruskis no nos localicen con los focos de sus
potentes trazadoras porque entonces empezaría la caza del conejo, que atacan en
horda y son tan valiente y nos les importa morir, suena el pito de un oficial y
todos se lanzan a la bayoneta calada, una columna es repelida y entonces salta
otra y otra y la siguiente- que manda
la batería y es un militar prusiano de aspecto seco y que parece poco
sentimental le rodaban las lágrimas. El
tapabocas también te lo agradezco y más sabiendo que ha sido tejido por ti con
una toquilla que era de tu abuela. La
botella de Carlos III nos la chiscamos en amor y amistad fraterna.
No
me dio a tiempo a dejar un poco para luego pues cuando iba a la escuela y me
daba mi madre un pan y una onza de chocolate lo mordisqueaba mucho tiempo y decía esto para después. Aquí
no tenemos el sentido del ahorro como comprenderás. Te pueden atizar un tiro al
momento siguiente.
El
cabo Seidenbaum escotó unas salchichas y varias botellas de aguardiente del que
por aquí llaman schnaps junto con una botella de vodka que tomó de un
ruso que hicieron prisionero y alguien sacó una guitarra y una pandereta. Y fuera penas. Dirás que somos unos borrachos pero no. Sin algo de calor en él estomago aquí te
arrices pues como te digo aquí hace mucho más frío que en León. Dirás que por
que té cuentos estas cosas. Pues es que
no te tengo nada que contar. Aquí sólo
hay nieve y nieve.
Hasta los árboles se sumen debajo del talud
blanco y se redondean las casas de los enanitos del bosque como en los cuentos
de hadas. ¿Es Rusia el país de los cuentos de hada con leñador, trineos y
mujiks y coros que cantan como los ángeles? El otro día una panienka de la
retaguardia nos trajo dos panes de mijo y una icono del niño Jesús pero aquí el
Jesusito no está desnudo sino bien fajado y con los faldones de cristianar como
dice el Evangelio de san Mateo.
El
nuestro en taparrabos es más carnal y preciso. Pero ellos que guardan su
religión un poco por lo antiguo son más imprecisos así que su cristianismo
menos concretizado parece que llama más a la puerta del corazón. Perdona que
haga estas reflexiones tan profundas y teológicas pero uno de loes efectos que
he sentido del contacto con el Frente del Este ha sido por tener mucho tiempo
libre, todo el del mundo, mientras estas de plantón, esperando a que llegue la
muerte, en esas cosas sagradas de la religión. Claro que me acuerdo mucho de
Dios. Sin embargo el teniente Weinmüller no es de la misma opinión. Piensa que
no hay nada después de esto…
Villancicos. Cantamos La
Marimorena y él Veinticinco de diciembre Bum Bum. Por aquí también hay
catalanes y lo entonaron en el idioma de su tierra. Somos una sección mixta de
artilleros alemanes y españoles. Mi
unidad quedó tan diezmada en los últimos días que hubo que agrupar
fuerzas. Nos entendemos como ponemos
pero yo he aprendido algo de alemán aunque casi me entiendo mejor el ruski que
me parece menos difícil y en esa lengua me sé varias frases. Una que nos aprendemos cuando en las largas
marchas pie desde Grodno hasta esta zona que llaman la Rusia Blanca entrábamos
en las isbas o casuchas de los campesinos medio despeados y muertos de sed y de
hambre y nos salían a recibir niños descalzos abuelas sonrientes y pobres
viejos cubiertos de harapos. Y allí la
cantinela de siempre. Y
menia isti ñiet karovo ni malieko que quiere decir se nos han muerto
las vacas no tenemos leche. Pero los
pobres nos daban a los soldados lo que tenían y encendían el samovar y nos
calentaban té con un poco de pan. Nosotros le dábamos nuestras raciones. Les
hacían mucha ilusión las cantimploras de estaño de la Intendencia española.
Pero les daba lástima de nosotros.
-Por qué no tenéis ropa de abrigo? Cuando
llegue el invierno al Volga os moriréis de frío.
- Razón llevaba la babuska. Estos
campesinos saben mucho.
Las
abuelas bondadosas nos persignaban en la frente pues así son cristianas Aderita
y eso no me lo suponía yo que nos había dicho que eran los rusos comunistas y
rojos perdidos. Pues no es cierto. En las chozas aun en las más miserables había
imágenes de Nuestro Señor y de la Virgen.
Tienen mucha devoción a la Madre de Dios que llaman Blogodortisa. La, lamparilla encendida día y noche me
recordaban un poco el altar de mi pueblo cuando íbamos al rosario y hacíamos
genuflexión de rodillas ante el Santísimo.
Los rusos no se arrodillan, se inclinan y se hacen la cruz
continuamente. Dicen que para espantar a los malos espíritus.
Esta
buena gente me impresionó y me pregunté que hemos venido a hacer aquí a esta
tierra a sembrar la muerte y destrucción.
Muchas dudas me asaltan Aderita.
Aquí hay un comandante Schmidt que dice que la invasión de Rusia ha sido
un error de Hitler. Que todos creíamos
que lo que había que cambiar eran la desigualdad de pobres y ricos. Schmidt dice que el diablo se metió en la
cabeza loca del Führer. Y que esto es
una chifladura suya que bien caro pagaremos todos, sobre todo el pueblo alemán.
A mí
la verdad nada me hicieron los rusos pues aquí los comunistas que había en
España no los vemos por ninguna parte, son gente humilde y llana y muy sufrida
como los castellanos, claro que el comandante Schmidt sólo profiere esas dudas
cuando ya llevan en el cuerpo cinco o seis copas. Y como para su camisa porque puede ser
arrestado.
Yo
soy el cabo pieza de un cañón que llamamos Ocho- Ocho. Me harté a disparar contra los aviones rusos
y alguno he conseguido abatir. Luego sentía remordimiento. Me daban pena de los
pobres que iban en la carlinga. Eran soldados y jóvenes y con toda una vida por
delante como yo. Pero buena gana cada vez vienen más, son un enjambre. El otro día sacaron a diez o doce de la
Wehrmacht que estaban metidos en unos pozos de tirador. Eran alemanes casi unos niños. Tenían los pies congelados, se escucha el día
y la noche la música de los organillos de Stalin. Les paramos de momento pero al poco rato
traen refuerzos y atacan y atacan. Como
condenados. Al son de los pitos y pífanos de sus comisarios. Al fondo el cielo
se tiñe de rojo. Y la tierra nevada de sangre y destrucción.
Es
el infierno de Stalingrado, Ayer
estuvieron pasando convoyes de batallones destrozados de retirada. Eran infantes rumanos. Mal se presentan las cosas, querida
Aderita. Y yo mañana que es Nochebuena
cumplo 22 años. ¿A que he venid yo a Rusia, Dios? Una voz interior me dice que para cambiar el
mundo para hacerle mejor para defender a España del Comunismo pero la verdad es
que no lo tengo muy claro. Todas esas son palabras huecas de un vanílocuo
idealista como el que te escribe.
Me
alisté voluntario en la División Azul.
No sabía dónde me llevaban ni adonde me metía, al principio todo iba
bien y avanzábamos casi sin pegar un tiro.
Yo cogí un mal constipado y me hospitalizaran en una ciudad que se llama
Vilna. Me lo pasé en grande pues conocí
una muchacha y fue conmigo al baile un par de veces pero al siguiente día al ir
a buscarla, vi cómo la sacaban de su
casa unos policías de paisano con abrigo de cuero y cara de muy pocos
amigos. Recuerdo su nombre Ester, era
judía y a mí por “confraternizar con el enemigo” por poco me fusilan. Todo se
quedó en una orden de arresto de dos días
en el calabozo y me enviaron otra vez al frente. Por lo visto la Ester organizaba
partidas contra los alemanes. Las leyes de la guerra son terribles pero no creo
que la enchiqueraran por su raza ni por su religión, sino por terrorista.
Ya
te lo he contado maja. Aunque no te
conozco me pareces una chavala estupenda y hasta pienso que si regreso con vida
de esta ratonera me gustaría pedirte relaciones. Estás muy guapa en la foto, tienes una cara
de buena persona. Mándame más. En fin tu
estampa piadosa me ha recordado otras
navidades más felices y el niño me mira
con cara de ternura y hasta parece que
me habla a mí solo a mí y me dije Celerizo, yo te voy a ayudar.
Y me
quedo ensimismado contemplándole. Mis
camaradas dicen que es un Jesús muy bonito, los alemanes no tienen imágenes
pero creo que son también cristianos, no creen en el papa. Los domingos suele venir un páter que creo
que es luterano se pone un gorro muy raro y una estola negra como la de don
Saturnino el cura de mi pueblo y cantan himnos y ya está pero no dicen misa como
los católicos, sólo cantar y los soldados los cantan con mucha devoción pues
parecen sentir muy adentro su religión más que nosotros. Para que te vaya a contar si no son
calamidades aunque así me desahogo.
Soy
el único que queda de los españoles porque han ido cayendo todos. El jueves le atizaron a un asturiano que se
llamaba Teófilo Muñiz Salió a hacer del
cuerpo el hombre y por lo visto se puso en un sitio algo lejos de la tienda que
no tenía desenfilada y le arrearon. A Rodrigo que era mi mejor amigo un obús lo
dejó sin pierna y lo evacuaron a Riga.
Pero esta muerte de Muñiz
impresionó. Murió en mis
brazos. Llamaba a grandes voces a su
madre y a mi se parte el corazón.
Madre…madre…madre. Y el eco clamaba cual voz en el desierto por la inmensa estepa, retronaba su voz
moribunda. Madre, madre ¿dónde estás?
Dios le tenga en su seno. Pero ¿por qué no baja? ¿Por qué no hace algo ese Dios
que dice que está con nosotros? Lo pone un letrero que llevan aquí todos los
quintos en la hebilla de su uniforme: Gott mit uns.
Aderita, me dices en la tuya que no haces más que rezar por pues esas
preces me vienen bien. Tus velas a la
Virgen del Camino han dado resultado aunque pienso que salgamos enteros de aquí
va a ser un milagro y de los gordos.
Madre. Madre y las voces que
pegaba Teófilo eran las mismas que otro asturiano también amigo del alma que se
llamaba Agustín al que atizaron a lo tonto y a lo bobo. Era también muy
fraterno. De Cudillero. Me decía que
tan pronto acabase la guerra me convidaba a las fiestas de su pueblo que
son por san Pedro y los marineros hacen una ceremonia muy ocurrente y chistosa
que llaman la amura vela.
Se
llamaba Agustín Fito. Si esta carta
llegase a tus manos, yo quisiera que se las remitiese por favor a su familia
que vive en ese pueblo dándole mis condolencias. De mi vida aquí poco puedo contarte. Es muy
monótona. Los días se parecen unos a
otras como dos gotas de agua. El único
aliciente es la llegada de la estafeta con la carta de casa momento feliz, que
se mueran los feos, abajo las penas. Lo
demás comer y dormir. Uno se embrutece y no piensa en nada. Sólo en sobrevivir
pero las balas cuando vienen de a hecho, como las cartas traen en el membrete
tu nombre y dirección y hay que recibirlas. Pero la que te ha de matar, dicen
los veteranos, no la sentirás venir.
¿Quién inventaría las guerras Aderita? Todas son guarras las guerras.
Llenas de obscenidades. Parece que las prepara una gentuza. Son los mismos de
siempre. Los discípulos de Satanás los que no pueden vivir sin verter sangre en
el altar de Moloch. La verdad es que
cuando recibí felicitaciones de la Komandatur por haber abatido a cinco cazas
enemigos no me sentí un héroe, me pusieron la cruz de hierro pero yo estuve de
decirle al comandante que se metiera la condecoración por donde le cupiera y si
no lo hice fue por tenemos s que me fusilen.
Fue de pura chiripa mi coronel, respondía. Si dijese lo contrario
mentiría. También me pareció un despropósito que condecoraran por el merito al
valor al camarada que las diñó mientras estaba en las letrinas. A título
póstumo y muerto en combate rezaba el parte… No me hagas reír.
No. No
me siento un héroe ni odio a los rusos.
¿Por que tener que disparar contra gente que no conozco y nunca se han metido
conmigo? Velay mis contradicciones,
Aderita bueno madrina, Felices Pascuas y ojalá el año que viene de 1943 sea
prospero y mejor que este puñetero 42.
Estoy seguro de que nos vamos a ver pronto tú
y yo que guay vamos a hacer buenas
migas. ¿Te gustan los bambinos? Claro
que te gustarán a no ser que tengas vocación de monja. Reza mucho por mí y con el Santo Niño Jesús de Praga, aprieta,
maja en tus oraciones, que a ti debe de hacerte caso pues eres muy buena, una
santa. Lo necesito. Y sin otro particular y desando la pasas bien
la Nochebuena se despide este tu amigo y admirador este Karovo que lo es. Tu ahijado de guerra. Arriba España.¡ Viva
Franco Heil Hitler!, Etcétera.
Fermín Celerizo, sargento primero de Artillería
Frente del Este.
Hasta aquí la misiva. Llegó a mis manos porque lo primero que hizo el
sargento Celerizo cuando fue repatriado de Rusia fue ponerse en contacto con la
novia del muchacho asturiano que fue su compañero de armas. Aderita, la madrina
de guerra, se había casado con otro y envió la carta a Fifi, creyendo que su ahijado
había perecido en el Este. Desde 1942 no había vuelto a saber más de él. Pero
lo cierto es que Celerizo, habiendo sido hecho prisionero, e internado de un
campo de concentración, consiguió volver el año 1954 con los expedicionarios
del capitán. Eran los últimos de Rusia. Los últimos de Filipinas también. Unos
locos pero gentes como Celerizo tenían buena madera y que buen vasallo si
hubiera buen señor. Esta epístola desde el Frente Oriental encierra las claves
de una bonita historia de amor. Que desbarató una guerra. Malditas guerras.
¿Quién las inventaría, leche?
La carta del sargento Celerizo la encontré yo el otro día hurgando
entre los baúles traperos que hay en el hórreo de nuestra casona. Era una carta
amarilla de color desvaído por el tiempo que estaba junto a otras e iban
dirigidas mi tía Fifi que antes de estallar la guerra hablaba según decía
entonces con ese pixueto[4] que cayó en la estepa. Sentí una emoción intensa y miedo a profanar
el relicario de una triste novela. La tía Fifí se quedó soltera. La conocí que
venía a nuestra casa y muy cumplida y ceremoniosa pues había sido educada para
ser una señorita nos traía el bollo de Pascua. De moza debió de ser airosa pero
cuando yo la conocí estaba vieja y algo encorvada. Pensé en Doña Berta la protagonista de uno de los
cuentos de Clarín que quedando para vestir santos le guardó ausencias al único
amor de su vida. ¡Demasiado romántica! Quizás el amor no tenga nada que ver con
el sexo. Pero Tía Fifí se volvió algo gruñona muy murmuradora y muy beata.
Había celado bien el secreto de sus amores. Nunca la vi llevar otra ropa que no
fuese de luto. Con respecto al sargento Celerizo investigando sobre estas
cuestiones llegue a saber que regresó de las trincheras aunque con un brazo de
menos. Le dieron los del Ayuntamiento un
puesto en Segovia y vendía caramelos, periódicos y chuches. Debajo del mandil
de menestral siempre asomaba el forro de su camisa azul. Era una buena persona.
Sin embargo en el frente contrajo el vicio de la bebida. Los chaveas del barrio
de Santa Eulalia se reían de él y le ponían motes. Le tiraban piedras a su
chiringuito y decían:
-Borracho… borracho, tío Braguetita.
-Si voy-respondía-condenados niños os meto un brazo por una manga.
Lo del sobrehúsa Braguetita le debía de venir porque ya de mayor
estaba algo de la próstata y tenía que salir detrás del quiosco a hacer aguas
menores. Fue un idealista. Un soñador y un perdedor. Contaba historias
extraordinarias de Rusia y cantaba con hermosa voz de bajo. Una vez cuando yo
era seminarista fuimos a entregarle un aguinaldo como se solía hacer con los
pobres de la ciudad por Nochebuena. Nos miró a todos muy emocionado;
-Que majos estáis curillas con esa sotana esa beca y ese bonete. Si yo volviera a nacer
me haría pope. Para entonar las letanías y
cantar en ruso el paternóster. Pope ruso. Nada de cura católico.
-¿Y eso por qué, tío Braguetita?
-Anda demonio. Cosas de la vida.
Era un bendito de dios. Murió de una borrachera. Pero no lo hizo por
vicio sino para aliviar los terribles dolores que le ocasionó un cáncer de
próstata. El vino al fin y al cabo es sangre de Cristo y él creía en la
resurrección. Algunas tardes se le veía asistir a las Vísperas en la iglesia
del Salvador o en la de Santa Eulalia y
prosternarse ante una imagen del Perpetuo Socorro que había traído del frente.
Este icono luego desapareció o lo robaron. Era un cuadro muy valioso y también
milagroso.
Si alguien le preguntaba que por que tenía tanta fe en aquella imagen
que era tan abstracta y tan poco significativa y no como la dolorosa de Santa
Eulalia que parece tan guapa y a la que le hacen todavía más guapa las lágrimas
que ruedan por sus mejillas de escayola el sargento de artillería respondía invariablemente:
-Precisamente por eso porque esta Virgen es más misteriosa.
-¿Y a que viene usted?
-A pedirle una buena muerte para que resucite con su Hijo al tercer
día. Yo creo en la resurrección.
Entonces se calaba su gorra y
se volvía por donde había venido.
De ambas parroquias era feligrés. El sargento Celerizo después el tío
Braguetita era un bendito de Dios. Y murió como un santo. El vino le ayudó a
soportar el tormento de su agonía.
miércoles, 03 de mayo de 2006
CUADERNOS DE ROTACIÓN
#Cuaderno del Maestro. Selección
de ejercicios del cuaderno de rotación # Escuela de niños nº de Arganda del Rey
Años 1922-32 # Maestro D. Román Aparicio Pérez # Ayuntamiento de Arganda del
Rey. Madrid 2005
ISBN:84-71320-370-7# Papel
estucado con atajos e ilustraciones b/n y en colores, apaisado, tela editorial,
sobrecubiertas originales, muy esmerada edición.
El Ayuntamiento de Arganda en
colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares ha organizado una
exposición centrada en material escolar sacado de los fondos municipales de los
Archivos de aquella localidad. En los cursos que van desde el inicio de la
Dictadura al segundo año de la Republica.
Un total de unos trescientos
cuadernos con trabajos suscritos por la firma de niños de aquella escuela por
aquellos años, y con los más importantes incorporados en atajos en blanco y
negro y en color dentro del texto del libro de la exposición primorosamente
editado en papel estucado como un libro mayor, trazan una panorámica social y
vital de la vida en la provincia de Madrid de los años veinte y comienzos de
los treinta.
El lector o el visitante puede
tener una visión de conjunto y hacerse a la idea de cómo era la cotidianidad en
provincias. El niño no miente y cuelga observaciones y comentarios sobre la
vida local de los puntos de su pluma.
Redacciones, dictados, sketches,
dibujos, al natural, cuentas, mapas, algún aleluya gracioso, con las
observaciones y notas al margen del maestro don Román Aparicio. Un gran
pedagogo debió de ser aquel maestreescuela humilde, cordial, mal pagado,
cargado de hijos. Soñaba en un mundo mejor y en un mañana más justo. Trata de
incorporar a la escuela de Arganda algunas de las innovaciones pedagógicas
avanzadas basadas en un desarrollo integral de la personalidad, en el incentivo
de la imaginación y la iniciativa personal que se estaban realizando en los
Estados Unidos, Francia y Bélgica y aplicando teorías afectas en dicha materia
a la Institución Libre de Enseñanza. Todo esto forma el corpus de este diorama
de la vida discente y docente en el medio rural visto a través de los cuadernos
de campo de niños de corta edad. A juzgar por la letra de pendolista algunos
alumnos de don Román hicieron auténticos meritos en caligrafía
La mayor parte de las muestras
son entrañables. Hay entradas de un carácter senequista como las reflexiones de
un niño acerca de la negativa de algunos vecinos a dar cobijo a un pelotón de
soldados que se dejo caer por el pueblo en unas maniobras en contra de las
normativas y del bando del alcalde. "A mi no me gustaría que me dejasen
tirado o me diesen con la puerta en las narices cuando vaya a la mili",
"allí donde esta la bandera esta España", etc.
O como era en aquel entonces la
Semana Santa. "El Miércoles Santo vamos a la iglesia al oficio de
tinieblas, apagan las luces y tocamos la carraca". Igualmente la apostilla
que pone don Román con respecto a que los niños los más pobres celebran la
primera comunión el domingo mientras a los de casa rica les toca el Corpus. Y
eso no es justo pues dice don Román – subraya un tal Luisito en su ejercicio-
que eso no debiera ser así El carnaval, los juegos mas frecuentes, el sorteo de
los quintos y cantar el numero con los que tocaba a África y los que se
quedaban en destinos de la península. En fin se trata de una relación
circunstanciada del modo de ser y de pensar de los españoles en le período que
va desde la dictadura de Primo al advenimiento de la II Republica..
Los progresos en caligrafía se
advierten a ojos vistas lo mismo que los resultados excelentes aplicados por el
humilde don Román que en pedagogía era todo un gigante y que hace pensar en los
versos de Antonio Machado y en toda aquella gran pléyade de maestros de
primeras letras que tuvo la Segunda Republica.
Fue su mayor logro el haber
abierto multitud de escuelas. La mayor parte de estos edificios académicos
rurales fueron inaugurados durante aquel cuatrienio pero estallada que fue la
guerra civil la Republica no pudo llevar adelante sus programas en materia
educativa. Y don Román aparte de rezumar humanidad debió de ser un hombre
tolerante y un gran patriota como demuestra el esmero con que hace dibujar a
sus chicos la roja y gualda. Un espíritu abierto y un hombre en el pleno
sentido machadiano de la palabra bueno al que le toco vivir un tiempo de
convulsiones traumáticas y de enfrentamientos entre españoles. Trató al parecer
de reformar y educar a las nuevas generaciones de españoles en la libertad, en
la solidaridad y en un mínimo afán de progreso en pugna con el rancio
oscurantismo haciendo suya la norma de Joaquín Costa de que el problema de
España se resuelve "con la escuela y la despensa".
Por desgracia, encarcelado por
los vencedores a causa de su militancia en partidos de izquierda fue condenado
a muerte en la cárcel de Porlier aunque no pesaban sobre su causa delitos de
sangre y su único "crimen" parece ser el haber sido amigo de don
Manuel Azaña. La pena capital le fue conmutada por la de trabajos forzados pero
la buena nueva le llego tarde. Porque, en el ínterin el maestro de Arganda,
presa de la desesperación y antes de hacerse firme la sentencia, puso fin a sus
días en su celda del presidio de Porlier el 23 de noviembre de 1939.
Una publicación y una exposición
como la Cuaderno de rotación si tuviéramos que hacer un juicio de valor
constituyen un autentico festival que honra a la archivística por haber
permitido el acceso al publico de estas fotografías como la que abre en el
envés de la guarda del maestro rodeado de sus discípulos y que no faltaba en
ninguna casa de la España profunda antaño y era tan importante como la de la
boda o la de la mili.
En la instantánea don Román
aparece sosteniendo en las rodillas a su hijo más pequeño que aun gasta
"cuco" y babero.
Si la historia es la
"magistra vitae", estos humildes trabajos escolares demuestran el
interés que tuvo la Republica por la Educación de sus ciudadanos y el afán de
superación.. Al propio tiempo nos exhorta a seguir el ejemplo de la figura
señera de don Román Aparicio, un mártir de la libertad.
Este funcionario del Estado fue
un caso paradigmático a imitar y un escarmiento en cabeza ajena. Para evitar
que la sangre vuelva a correr entre españoles y se ahorre el sacrificio inútil
de vidas valiosas y todo por ese clima de enconos y de odios de siglos. Se
trata, pues de un memorable tour de force archivístico a cargo tanto del Excmo.
Ayuntamiento de Arganda como la Universidad Complutense para recuperar la
memoria histórica de un pueblo en el extremo de la provincia de Madrid famoso
por sus buenos caldos y sito cerca de Titulcia por donde pasaba la vieja
calzada romana.
Me impelo a ver cóccix (las
muchachas de hoy en día tienen mucho ringorrango ya no enseñan las pantorrillas
como las dulces minifalderas de mi juventud o los tobillos cuando subían al
estribo del tranvía y a nuestros bisabuelos les "ponía" o entrar en
manga corta y sin rebeca en la iglesia umbría caballo de batalla de los
párrocos años 40) traseros perfectos que los lewis obraron el milagro ya no hay
feas y se cinglan se visten o más bien se desnudan que así esta España con el
culo al aire las muchachas generosas casi una cuarta mas abajo del
"onphelos" que no es lo que ustedes piensan sino el umbilical, sólo
el preludio invitando a meter el pájaro en el infierno bocachian y el metro sus
escaleras y pasillos es un festival de las bien ceñidas ausonias Que diría
Homero. Esto es Troya.
Lupercales fiestas de rabadillas
que cuando se agachan se las ve la raja de la parte donde la honestidad pierde
su casto nombre. Tápate un poco Henarcita no nos hagas esas fotos hija. Ya digo
esto es para darse un lote de vista que diríamos en mis tiempos. Cóccix ijares
cuadriles que invitan al reclinatorio de la mano. Besos y huesos sacros lo de
un poco mas para arriba y lo de un poco mas para abajo, todo ese dintorno
gozoso de la geografía anatómica de la mujer y nalgas al pellizco o al azote
mientras me derrumbo por las primeras estribaciones del monte de Venus.
Cinturas y rabadillas navels esa depresión en la mitad del abdomen pero ningún
nabo. Recordando una copla, "este rabel pide vino y las cuerdas
aguardientes y el mozuco que las toca mozas de quince a veinte tirolariru"
Venus triunfante. Ha estallado la
primavera. Recoletos es una fiesta nómada de muchachas en flor. Las mujeres
están inmensas. Mating season de perspectiva. Eso de todas todas pero la verdad
es que me gustaría que no fueran tan narcisistas porque todas se han vuelto
pedorras y a todas menos a la mi legitima la encuentro su aquel, si a mano
viene, para hacerles un favor. Me gustaría que dijesen lo que las indias le
dijeron a Colon. Si dios no lo dio y no nos lo quitó es para ponerlo a
contribución. ¿Gozas vida? ¿Compartes? ¿Repartes? Pues ya sabes el que parte y
reparte se lleva siempre la mejor parte. Mais pas question les samedis. Andamos
todos metidos en nuestra propia burbuja. Que si Zapatero, las zarandajas del
Cantamañas que cada día me parece mas un histrión un golpe a mis principios ¿es
esto la derecha oiga? Y los correveidiles del estatuto Prostituto. No son
problemas reales pero estamos siendo invadidos y eso sí es real. Entonces el
sexo no es más que hic et nunc una evasión. Dos días postrado y ha sido un
alivio no ver televisión. Los gags muy malos de "Aquí no hay quien
viva" propalaban el aburrimiento en el cuarto de estar promulgando la
incomunicación de las familias.
Anduve por Sevilla ferias de
abril y como a orillas del Guadalquivir no se cortan un pelo la palabra que más
escuche en todo el camino "schoscho" y requiebros a las hijas mías de
mi vida pero en riberas del Manzanares hemos perdido la capacidad de asombro.
No estalla en el aire ni un piropo como antaño. El personal parece como ahíto
de beldades. También en esta apoteosis de las formas femeninas existe un no sé
que vengativo. Ellas proclaman a los cuatro vientos somos el sexo fuerte. Hemos
vencido al maromo y nuestros hombres no son más que esclavos objetos sexuales
meramente. Lick up my ass, baby. O yea.
Huyo y me llamo a parte pero no
existen refugios ni donde asilarse. El escondite esta dentro de uno mismo en
las buhardillas de la fantasía y en los sótanos del sentir y del pensar. A eso
lo llamamos exilio interior. En los tiempos de Stalin para librarse de la
muerte segura los refuseniki contestatarios se hacían pasar por locos o por
borrachos. Y así los guindillas de Beria y del NKVD no les echaban mano.
Evitaban el campo de concentración pero aterrizaban sobre los rastrillos de un
nosocomio detrás de los cuales se apartaba a los orates. Hoy para sobrevivir
hay que dárselas de salido. De frecuentador de los fogones – enmiéndale la
plana y manda una receta a Arguiñano para que haga una fabada como dios manda-
o de cachondo.
Si das en pensar o te califican
loco de remate o te condenan al mar de hielo. A mí me quitaron el agua y el fuego
como se hacia en Grecia con los metecos por la malquerencia de una jefa de
inclinaciones tortis y muy tuerta y atravesada de corazón como las gentes bien
pensantes de derechas.. Extranjero en mi propio país. Se me parten todavía las
carnes y rilan por el miedo a decir la verdad. Los tiempos de Aznar fueron
terribles. Gracias a dios la negra Micaela un regalo a España del bueno de
Fidel me ha libertado de aquellas garras. Nigra sum sed formosa. Morena me
llaman y yo blanca nací. El sol del enverano me hizo ser así. Pero mucho
cuidado con don Simón. ¿Quién es don Simón? El enterrador de España. Nos tiene
manía y un odio africano y nos ha mandado A Vargas Llosa de escritor delegado
ese que está en todas las revistas para que nos entretengamos. Story tellers.
Cuentacuentos de peruleros cantamañanas al uso. Contar historias. Los
extranjeros que ya son muchos mas que nosotros entonan los blues y estos
peruleros a los que los Rochild y el maldito Lord Beaconfield el gran agente de
la hispanofobia envian a barrisco no son mas que un bluff. La impostura habita
entre nosotros. Falsos genios a punta pala. Yo conozco al negrero que esta
trayendo negros a esgalla en cayucos. Va a Senegal a levantar gente y nos las
envía remesas en manada. Es un argentino. Pura mafia. Bird of the same feather
–diz los ingleses- flock together dios los cría y ellos se juntan. El negrero
argentino es un hermano mielgo de Vargas Llosa. Demiurgos mediáticos, una
pasada. Narrar batallitas de lo mal que lo pasaron cuando entonces y que a su padre
lo fusilaron algo haría no será el primero ni el ultimo. No nos cuenten más. De
Sánchez Drago ¡ jodó! No hablo. Quede para otro día la historia.
Gestamos jartos de ellas y nos
dicen siempre lo mismo. Huele a puchero enfermo. Barrunto judíos. Micaela, de
la Habana vieja me has abierto los ojos, y me brindas tu pezón. Edoce me in
vías tuas. Infancia espiritual. Solo soy un niño de pecho agarrado al cordón
umbilical de lo que se fue. Dame de mamar. Todo este fumeque y tener siempre en
los labios la boquilla de mi cachimba no es mas que un reflejo condicionado de
regresar a la areola nutricia. El psiquiatra me dice que eso os pasa por no
tener madre o por haber tenido una que os salió rana ¿España, pues? Tu sabrás.
Os destetaron demasiado pronto u os criaron con pelargon pero en realidad lo
que os pasa es que no crecisteis de la leche de una mujer ni de una diosa o de
la loba capitolina; os amamanto una cabra. No una madre como dios manda ni una
oveja ni una vaca. Una cabra. Así estáis todos. Para que os encierren. La leche
que nos dieron y que locos nos volvió. El símbolo patrio no debiera ser el toro
sino la cabra. Cabras de España, hembras del cabron nuestra preferida palabra.
Todas tales reflexiones e
hipocondrías me hicieron caer malo. Estuve tres días con cuartanas. La fiebre
me subía a treinta y nueve y medio las tardes. Se me apareció la negra Micaela
con su cuerpo de guajira triunfal. No sé por que pero a mí me gustan las negras
como en ese cuento de Chejov que narra los delirios de un probo auxiliar de
pasante en una covachuela de Petersburgo que planea irse al Congo a echarse
novia y romper con toda la parentela de madre esposa suegra su prole. Si pues a
mi me gustan las negras que se le va a hacer, nadie es perfecto, no todos
podemos vivir en la plaza aunque mis consuelos son los de la imaginación pues
me sobra la fantasía y no están los tiempos como para visitar la Casa Campo ni
tengo tan buena cartera como la Rigalt que se baja al moro cada vez que quiere
echar un "porvete". A la Gran Carmina le pasaba algo parecido. Ella
también nacida cristiana se aljamiaba por amor.
Voy yo mas por el camino de don
Inda, don Indalecio Prieto quiero decir, un asturiano "fartón" y que
por menos de nada se nos iba a moces un día si y otro no hasta que una vez por
un casual uno le pregunto: Don Inda ahora le veo poco por el burdel y muy
socarrón el gran ministro socialista le contesto: Es que ahora encontré otros
procedimientos de desfogue. Un poco pendón si que era don Inda aunque no del
todo mala persona un si es no es mocero que para eso había nacido en
Cimadevilla aunque no tanto como don Alejandro Lerroux el emperador del
Paralelo. Las secretarias que entraban a su servicio lo hacían en el pleno
sentido de la palabra. Azaña por ese cabo era neutro, flexuoso y verrugoso pero
si no le dominaba la lujuria lo alienaba el fuego sagrado del odio y del
rencor.
Los agustinos sexualmente
debieron tararlo –y esas marcas infantiles dejan cicatriz en el hombre de por
vida- en el Escorial. Un fraile debió de querer meterlo mano. A veces pasa pero
no es para tanto. Y yo porque no me deje pero aquel maldito P. Manaba me
arrimaba el cañón y el aliento en la confesioaria echándome todo el pestazo a
tabaco y a cebolla me agarraba por la muñeca y me hacia daño o me pasaba la mano
por le lomo grandísimo bujarrón. Hijo mío, ¿ Y cuantas veces? Y a usted que le
importa, reverendo, mind your own business? Porque salí corriendo y le dije que
se metiera la absolución por sus mismísimos que de no poner pies en polvorosa
allí me la clava. Eso de la mariconería en los conventos es un escándalo, como
el diablo meridiano, antiguo. Ahora - bien por Ratzinger cada vez me gusta mas
este papa- han ha tirado de la manta y todo se descubre. Al interfecto lo
emplumaron con suspensio a divinis y que el fundador de esa orden místico
castrense que también pasaba a sus pupilos la mano por el lomo como el padre
Minaba sea anatema. Y haga propósito de la enmienda pero¡ que baldón para esa
que dicen Legión!
Lo malo es que el modus operandi
y educandi del Opus de los jesuitas y hasta de los paules carga del mismo
costado. Son vicios ocultos del edificio exterior – el interior va por otro
camino y alli existen verdaderas moradas de grandeza como demostró Teresa- de
la Santa Madre Iglesia. Queremos curas machos y obispos de pelo en pecho como
Cisneros.
Esta finura pasada de moda y que
calcaba el modelo de un tal san Luis Gonzaga que para mí es un bienaventurado
marisco tuvo en un tiempo bastante ascendente dando paso a una espiritualidad
enclenque e hipócrita alejada de la misma vida y presentando ante nuestra
mirada un Cristo gay fruto de sus meditaciones y hecho a su medida cargada de
represiones y de fantasías. Mi fe nunca fue un problema de bragueta. La negra
Micaela azúcar de dengue vino a decírmelo. Traiga sus consuelos de amor la
frutal magdalena que ungió los pies del Señor. Baja la fiebre y al arregosto de
mi debilidad crece mi nostalgia. Pero ahí al otro lado de la ventana y como si
la naturaleza ignorase mis desdichas y dolamas ha estallado la primavera con
cuerpo de mujer. Es el milagro de las chavalas en flor. Proust en ese titulo
creo que estuvo muy logrado y bastante rotundo. La vida sigue. Y se renueva.
Con este mujerío de tronío no me explico como pudo haber tanta mariconería en
los seminarios que yo conocí. Quizás la represión. Ahora ya no hay represión
pero la inapetencia es flagrante. Las muchachas en flor esperan en el baile. ¿A
Godot? Ellas saben que esperan al que no vendrá nunca. Por eso se acicalan
tanto. Un ejercicio de vanidad como otro cualquiera.
24/05/2006
BIENVENIDO MR. MARSHALL. WELLCOME
GONDOLEZA
Antonio Parra
Cuerpo de gacela y una cierta
sonrisa entre las cortinas de unos buenos pìños la cara amable y humana del
adusto ceño que frunce Bush y sus señores de la guerra Gondolezza esa...esa
digo Rice viene a Madrid. La verdad es que se trae un aire a Loretta King la
viuda del mártir de la segregación racial. Mis bondadosos lectores no saben lo
que era aquello. Me estoy refiriendo a Alabama años 60. El ghetto. Escuelas
autobuses y hospitales y por supuesto iglesias (allí nacieron los espirituales
y los blues del sur). Y, si lo supieran, se iban a enterar de lo que vale un
peine. El mundo sigue adelante a marchas forzadas paso adelante dos atrás. A
los nostálgicos del aznarismo que están impregnando la vida española de una
filosofía de cloaca y de un lenguaje duro de sofismas, entelequias, tautologías
y argumentos ad hominem aunque no digan palabrotas pero su corazón es una
sentina del revanchismo y el odio convendría recordarles la teoría de
Demócrito. Nadie se baña dos veces en el mismo río, la guerra fría del pasado
se desvaneció en las brumas del futuro, el general don Vernon Walters que en
paz descanse ya no escribe en el NYT pero aquí vuelve no sé porqué la caza de
brujas y el deseo de barrer rojos debajo de la alfombra. ¿Dónde están los rojos
oiga? Ha caído el muro de Berlín. Otros muros se han levantado, sobre todo,
muros y barreras de incomprensión y de estulticia, el peor enemigo el peor de
todos, en los corazones
Una vez me hice un costa a costa
y por equivocación o porque era mayor mi ingesta de cerveza de lo habitual me
equivoqué de puerta en los infames WC de una gasolinera perdida en Dixie Land y
fui a exonerar mi afligida vejiga a un "gents" sólo para negros y por
poco me pegan un tiro. O yes I had a dream. Era la frase y el gesto de Martín
Lutero King por todo el país en las marchas de los derechos civiles. A él lo
asestaron un tiro como se lo dieron a John y a Bob y a Lincoln. Pero dicen que
la sangre de los mártires es semilla de cristianos y la de aquellos hombres,
americanos de pro, germinó la amapola de una cierta tolerancia. Wellcome
Gondolezza (vaya nombre, que suena a góndola y a tarantela de galfonieri
enamorado, que fueron a ponerte hija pero es cierto en los suburbios de Chicago
los padrinos no se andan con remilgos a la hora de cristianar en la capilla
bautista a una cristiana nacida de nuevo, born again). Esta señora es un
emblema de los pasos gigantes que ha dado aquella América del profundo sur.
En las noches de la iguana de
calor y desazón un vaso de güisqui al lado de la mecedora y sobre el regazo el
Colt para espantar murciélagos o cazar brujas o cazar negros, don William
radiografió aquel país, aquella pesadilla desde su prosa entablillada sobre las
cuartillas empapadas de alcohol y desde el bamboleo de la mecedora. Mucho
cambiaron las cosas desde entonces hasta este complejo mundo que vivimos recién
amanecida la aurora del siglo XXI. Yes, I had a dream. Y toda esa desazón
racista de violencia que dinamizan las novelas de Faulkner vuelve a hacer acto
de aparición: las rampas de misiles en Chequia y en Polonia o la amenaza de un
ataque contra Teherán o los cadáveres que a todas horas nos ponen sobre la
mesa; con tanto muerto de por medio y con tanto cadáver ambulante no se puede
seguir adelante pero habrá siempre que buscar una salida, no echarse al surco.
Lenguaje de frontera pero es así
como se fraguó aquel país. La ley de la supervivencia y en Nueva York sobrevive
sólo el más fuerte o el que consigue adaptarse a los nuevos imperativos del
medio. Nadie se baña dos veces en las mismas aguas. No. Después de todo se
sienta en el Departamento de Estado una negra. Una tataranieta del Tío Tom,
fruto de la manumisión esclavista, preside uno de los mayores centros de poder
de la tierra. Verdaderamente, en este caso se hizo carne de profecía el
aforismo de que USA is the land of opportunity. La inteligencia y el valer- y
dicen que su mente trabaja con tanta rapidez y acuidad como el disco duro de un
microprocesador- no hacen distingos de edad, sexo o color de la piel. Algún día
podrá alcanzar la Casa Blanca una mujer. Yes I had a dream. Lutero King no
derramó su sangre en balde. Habitualmente la cancillería norteamericana estaba
en manos de los llamados whiz kids o superdotados. Todos clonados. El mismo
rostro, idénticos gestos un lenguaje común, y hasta una misma dieta la del
astronauta para deshacerse del tejido adiposo inútil, cuerpos elásticos, talles
cenceños (Brown, Weinberger, Schlessinger, Foster Dulles) que parecían hechos a
la medida y cortados por el mismo patrón. No parecían humanos sino robots.
Aunque hubo algún anglo como Clark el gobernalle del State Department estaba en
manos de judíos de origen alemán. Cyrus Vance, un elegante wasp de Harvard, todos
los demás formados en politécnicas, fue una excepción. Kissinger, el más
conspicuo de todos, hablaba y pisaba con pies de plomo, paso a paso, step by
step, de secretario volante. En sus circunloquios se refería al efecto dominó
porque encriptaba la idea de que iba a caer el muro de Berlín y el que avisa no
es traidor; y se cabreaba muchísimo cuando le decían que hablaba con cerrado
acento alemán, asustado tal vez de su pasado, y la verdad es que pensaba en
alemán aunque se expresara en el midwest English con acento bávaro.
Esta merma le hizo odioso a
muchos periodistas pues se decía que el bueno de Henry era algo gafe. Recuerden
el abrazo de la muerte a Carrero, de Makarios, de George Pompidou, y el
finiquito que supuso su gestión durante el Watergate para Nixon. Hasta tal
punto que a veces cuando iba a un país el personal se abstenía de darle la mano
por sí las moscas. Sus conferencias de prensa ofrecían claros en filas y bancos
pues muchos periodistas nos absteníamos de asistir a ellas por si acaso.
Ese no parece ser el caso de
Gondolezza Rice quien también es el rostro humano con faldas pero no a lo loco
de la Administración Bush y su apafuegos oficioso, una cándida paloma en medio
de un corral de halcones y ese sector armamentístico en el que Dick Cheaney se
sitúa como gran caporal. Nada tiene que ver con su predecesora Magdalena
Albright mal hablada y contumaz. Sus cojones, si es que los tenía y no ovarios,
poniendo sobre la mesa, estuvo a punto de provocar una guerra nuclear al final
de la guerra fría, fue la que dio la orden de bombardear Belgrado. Ni con la
Dama de Hierro. Ni con Golda Meir. No. Gondolezza es fina como su tipo, sonríe
gélida con esos sus dos paletos de micky mouse y pisa fuerte, una negociadora
hábil, pertenece a la gran escuela diplomática de Columbia, puño de hierro con
guante de seda, desde luego.
Es una máquina fría e impersonal.
Nada de gafancias aunque yo que el presidente Zapatero estaría en guardia
habida cuenta de lo alborotado que anda este cotarro contra esta jauría de perros
rabiosos buscando las partes blandas del presidente, que es un tío valiente, y
de León, y todo un líder, precisamente lo que a esa derechona mostrenca le
falta y pueden darle una dentellada; al fin y al cabo este es un país cainita
no tiene un sentido ni una moral de Estado, ni una leal oposición porque les
falla el olfato de la democracia. Mire, mire, ése es el que no se levantó en el
desfile al paso de estrellas y barras, duro con él. Todos estos están llamando
a su primo el de Zumosol. Se desgañitan, piden árnica. Profesan un pro
americanismo feroz de palomitas de maíz, del pavo del Día de Acción de Gracias
y siguen cortándose el pelo a cepillo por la moda de los sesentas, parece se
han caído de un guindo, cornflakes al desayuno y comida rápida. Los corifeos de
las ondas se desgañitan en una histérica campaña de insultos contra su señoría
que hay orquestada toda una campaña de acoso y derribo. A veces me pregunto si
no habrá resucitado Goebbels o si anda por ahí Lord How How haciendo radio
desde una emisora clandestina de Londres. Veladas amenazas, bélicas
proposiciones. Hay una derecha ersatz - son tapados y sucedáneos que esgrime la
razón española en justificación de sus desazones pero está visto que España les
importa un ardite- que ha escogido a ZP como cimbel de sus desfogues. Para
ellos la política es un duelo entre gladiadores. Por eso tantas cosas en este
país andan tan a cara de perro. Echan mano del agravio comparativo, le mientan
a uno la madre si no piensa igual que ellos. Vea, compre y compare: Sarkozy.
Otro emigrante que ha alcanzado las alturas del Elíseo. Muy bien cuanto me
alegro; encantado de haberle conocido pero Francia y España nada tienen que
ver. Son la curva y la línea recta en un mismo ensamble. La trigonometría de
Descartes y los senos cosenos de Montaigne poco casan con la Metafísica de
Francisco Suárez. Aquí somos culteranos, también conceptistas y vamos a nuestro
aire.
Aquí fueron siempre las tres
unidades de Racine odiosa cosa. Nos repatea la grandeur y cada uno va a su bola
hablando mal del prójimo y despellejando su propio país, algo impensable para
un gabacho. Sarkozy. Bien. ¡Pues vaya un modelo que me propone! Tiene un cierto
aire de falso Napoleón. Será por la napia, y todo en él es un sucedáneo y
Francia es un polvorín, cosa que siembra inquietud entre los politólogos
norteamericanos. Y la política, eso lo saben Gondolezza Rice y José Luis
Rodríguez Zapatero no es más que el arte de lo posible. Una está haciendo de
bombera de las extralimitaciones internacionales de Bush y el otro tratando de
encontrar compostura para los desmanes de toda una generación esforzada en el
desmembramiento del estado español- mala herencia recoge- evitando corra más
sangre en el Norte y de reconciliar a los españoles.
Zapatero es un soñador. I had a
dream pero los sueños pueden venir bien en política. He aquí el tenor de
algunas de sus propuestas. Que Miaja aquel jovial general carbayón al que
llamaban "Pepín el decidido" porque era un ovetense al que no le
faltaran redaños encuentre un lugar al sol en la historia militar española y
una vitrina en el museo del Ejercito porque era tan africanista y tan español y
tan patriota como el que más o como los pudo ser Franco, que se repare a todos
aquellos españoles que lucharon por una causa, justa o no, y que perdieron y
tuvieron que emprender el camino del exilio, recoger sus bártulos, hacer de
tripas corazón y como dice el Clásico tomaron sus huesos todos los que hubieron
y con ellos fueron por Castilla y así la defendieron. Es el lenguaje del Cid. Otro
trastejado.
Don Claudio Sánchez Albornoz nos
dijo una vez en casa de Mariano González Aboín, su sobrino al que los rojos le
fusilaron a su padre militar, y a al historiador y profesor eminente le mandó
el Dictador para Buenos Aires Franco, que nunca perdonaría a los azules el que
profanaran y destruyeran su biblioteca. Es el santuario de un escritor, sus
queridos libros y papeles verlos dispersos le causa un dolor de muerte porque
en ellos está enterrado todo su alma y afán. Pues bien yo entiendo las vacilantes
tentativas de la memoria histórica de ZP como un acto de reparación hacia todo
aquel dolor, todo aquel exilio, toda aquella sinrazón. Es un lenguaje asimismo
que entienden perfectamente en el Departamento de Estado. Verbigracia, allí se
tributa honores de héroe de la patria al general Lee habiendo sido un rebelde y
un perdedor en su guerra civil. Por otra parte, nuestro presidente no le ha
dado quebraderos de cabeza a la Administración sin llegar al colaboracionismo
servil de su predecesor- el que no se levantara del asiento al paso de la
bandera americana no es más que pura anécdota a lo mejor estaba cansado o no se
enteró bien del protocolo- en el dialogo entre palestinos e israelíes su
alianza de civilizaciones ha servido para tender puentes en lugar de
destruirlos sobre todo en el acercamiento del Turco a Europa. Todavía mucha
gente se pregunta si será hacedero y viable el dialogo con el islam que ha de
hacerse desde parámetros laicos y desde la libertad de conciencia personal y no
desde el confesionalismo.
Su política con Marruecos donde
los americanos no quieren interferencias -con el reino alauita tiene firmado
Washington el más antiguo tratado de amistad estampado por el primer presidente
de los Estados Unidos- ha sido equidistante lo que es muy de agradecer porque
el país norteafricano donde se ha derramado tanta sangre española es un terreno
acotado de la política USA. Los americanos organizan su política en Europa a
través de esta lealtad alauita por un cabo y por otro y por otro apoyándose en
su bulldog o guardián fiel de sus intereses que son los brits. Inglaterra se ha
convertido en su aliado de primer rango. La Casa blanca tiene hilo directo con
Downing Street. Blair y Bush han tocado un dueto durante bastantes años. Sin
embargo, en esa música empieza a haber desacordes, suenan algunos gallos. Debe
de ser que hay alguien que desafina en la orquesta. Por otro lado la gestión de
la Administración Zapatero no supuso riesgo a la estrategia occidental. No ha
nacionalizado la banca por ejemplo ni tuvo roce alguno con los concernimientos
yanquis aquí. El caso Dolphi me dirán. Las reclamaciones al maestro armero. Lo
que es bueno para la General Motors es bueno para América. Los trabajadores de
esa empresa de fabricación de componentes automovilísticos afectada por el
cierre no debieran dirigir sus reivindicaciones contra Chavez ni meter bulla en
Sevilla sino de protestar en Madrid. Oiga doña Gondolezza por qué nos deja a
más de mil y pico familiar en la calle y casi media Andalucía a la luna de Valencia.
Pero aquí como vivimos en la cultura de la queja rebozada en demagogia la culpa
de todo lo que nos pasa la tiene ZP. Ya digo lo han escogido de cimbel. Es el
chito con que algunos juegan al tango. Irresponsibiliodad y poca reflexión
española. Por otra parte la secretaria de Estado llega a Madrid después de un
encuentro delicado con Putin en Moscú. La política del actual mandatario de la
Casa Blanca hace aguas en Irak y suenan clangores de guerra del clan
armamentístico encabezado por Cheaney para bombardear Irán de una forma
selectiva como en la crisis de Kosovo. La invasión israelí del Líbano ha
llenado el aire de interrogantes en el propio Israel donde se cuestiona la
alacridad con que Olmert dio la orden de hacer rodar los tanques y este último
país tiene enfuriadas a gran parte de las cancillerías europeas con la
judaización de Jerusalén. La Ciudad Santa ha dejado de ser cabeza de las tres
culturas de las tres religiones como lo fue Toledo en la antigüedad. El
siguiente paso puede ser la reconstrucción del segundo templo con lo que
quedarían prácticamente descartadas las otras dos religiones del Libro y que
honran por padre a Abrahán. Madrid debía sacar alguna contrapartida de la
debilidad de la política exterior por ese cabo. Capitulo de terrorismo. ZP ha
sido un negociador brillante por ese cabo aunque con sus mermas y con las
interrogantes que pueda plantear el futuro pero el término terrorismo no es
unívoco en Washington y en Madrid. Lo que allí significa una cosa. Aquí se
refiere a otra. Nada que ver Alicaída ni con ETA ni con el de los provos del
Ira quien por cierto acaba de deponer las armas y, salvadas las diferencias,
pueden ser un referente de pacificación digan lo que digan las martingalas. Es
el signo de los tiempos: la reconciliación. Por ejemplo, la iglesia ortodoxas
rusa del patriarcado de Moscú y la del exilio zarista acaban de firmar un
abrazo de Vergara habiendo sido irreconciliable. Y aquí nadie lo comenta. No
nos enteramos. Vivimos sumidos en nuestras propias broncas y mirándole al
vecino su hoja de parra a ver si deja los huevos al descubierto. No es eso. No
es eso. Así que bienvenida Gondolezza. ¿Leche en polvo? Ni hablar. ¿Queso de
bola? Tampoco todas las tardes de mi infancia adolescencia los tuve para
merendar. Y de antiamericano menos. Todavía recuerdo con emoción a aquel vecino
que te llevaba una tarta cuando eras nuevo en una barriada. La buena gente
ordinaria que sufre y trabaja y que ignora lo que no le interesa. Que sabe poca
geografía. Muchos no sabían ni donde está España. ¿En algún lugar de Europa?
¿Sí? Pero tengo algunas reservas sobre los tan cacareados tratados de amistad.
América no tiene amigos vengo a repetir. Sólo intereses. A los dictadores
(Somoza, El Cara de Piña-con Fidel no han podido- Strossner, Pinochet, el Sha,
Jomeini y el propio Sadam que acaba de columpiarse en la horca y fue su aliado
en la guerra contra Irán) luego les dan la patada. Ser amigo de los Estados
Unidos a veces no quiere decir nada.
En mis tiempos, mucha leche en
polvo y queso amarillo y armamento viejo de los desechos de la guerra de Corea
nos daban estuvimos largas horas esperando a Mr. Marshall pero luego va el tío
y cruza el pueblo en aquella limusina de color negro a toda marcha como en la
película de Berlanga. Pasó de largo. Que por cierto algunos panolis quisieron
que la censura metiera mano a la secuencia lo mejor de la película: cuando la
dichosa banderita se la llevan las aguas de un arroyo abroñigal. Fueron con el
cuento al General y éste, que era hijo de un héroe de Cavite donde los gringos
nos dieron caña, y que había leído a Insua otro gallego como él y mucha cachaza
testigo de cargo del Remember the Maine, y que a estas cosas de las banderas no
les daba demasiada importancia les mandó con cajas destempladas. Archivese.
-Aquí somos españoles ¿No? ¿Y con
sentido del humor? Pues archivese.
Sabio. Franco con lo que es
costumbre en estos y que recomendaba a sus ministros que no se metieran en
política, murió en la cama. Pero a su lugarteniente del abrazo de la muerte no
le libro ni la caridad. No hay mal que por bien no venga dicen que digo con su
clásica mentalidad pragmática. Así que Wellcome, doña Gondo, nada de gafancias.
Como verá. Acá no pasa nada. Viene una negra guapa pero los cayucos con otros
negros no tan deseables también andan de arribada. A este paso pronto ocuparán
varios campamentos. ¿Es esto fruto del hambre o de la necesidad de la Afrecha
irredenta o responde a una geoestratégica de antemano planeado? Las malas
lenguas dicen que la VI Flota anda al pairo y ayuda a no perder el rumbo a
estas rudimentarias barcazas. No me extraña que exista cabreo entre los
militares españoles porque esto tiene trazas de ser una marcha verde una
invasión pacifica de las Islas afortunadas y tal vez de la propia España. ¿Y
qué piensa la secretaria de estado? ¿Qué se cocina en las ollas de la Casa
blanca?
TARASCA DE CORPUS Y VUELVEN LOS
DEMONIOS AL JARDIN
Antonio Parra
Clarín creo que titula uno de sus
cuentos El Diablo en semana santa cuya temática hace referencia a esa paradójica
coexistencia del bien y el mal puerta por puerta. A mí me parece, sin embargo,
que junio es el mes del demonio. Largos años de experiencia lo avalan porque de
sus tretas y de sus mañas algo sabemos todos aquellos que no sé si por
elección, por deformación profesional o por condena, hemos sido signados en la
lucha contra la Bestia. Bajo las alas de arcángel san Miguel nos acogemos. El
divino Signifero al grito de "Quis sicut deus" opugnó a Luzbel. Hubo
una batalla enorme en el cielo etc. Ese es uno de los ejes de marcha temáticos
del Libro del Apocalipsis. No es ninguna broma.
Las tarascas del Corpus, la nit
del foc y los ritos sanjuaneros obedecen a una cita anual que tiene la
humanidad con sus demonios familiares y sus espectros. Son de origen pagano sincretista
y la iglesia trató de reformarlos a golpes de hisopo de agua bendita combinado
todo ello con exorcismos. La tarasca – gumia y arpía- una mujer de rostro
malvado epitomiza todo el mal, el odio y la muerte que existen en la tierra. Es
el símbolo de la serpiente. Va detrás de la custodia de Jesús Sacramentado pero
no se priva de nada. Le hace momos a la hostia santa, derriba las píxides
haciendo que de repente sople durante la procesión un viento huracanado, hace
que un pájaro excremente sobre los ricos bordados del gorjal de diacono o la
capa pluvial del preste o se introduce en el interior de los incensarios
haciendo que en lugar a olíbano huela a cuerno quemado o a azufre.
Por eso los monaguillos tienen la
obligación de mostrarle siempre que enrede la cruz procesional. Esa era una de
las misiones de la cruz alzada que abre carrera en todas las marchas devotas:
espantar al maligno. Si no se sujeta, duro con ella, hay que emprenderla a
escobazos. De ahí los palos y golpes secos que desentonan en medio de los
cantos melifluos y la dulzura de las calles empavesadas de espliego y romero al
paso de la carroza.
De una manera simbólica conjura
acechanzas de los malos espíritus en las fiestas de la Minerva y del Cuerpo de
Cristo lo que los franceses denominaban la FEDE Dieu y que coinciden con las
noches sanjuaneros. Está claro que se trata de ritos de purificación de origen
muy ancestral pues el Antiguo – este es otro de los nombres del demonio, aparte
del Cálido y de diablo o separador – es tan viejo como el mismo mundo.
Es precisamente junio en el
hemisferio occidental, el mes de la plenitud y la granazón cuando los días son
más largos y las noches cortas y sorprendentemente hermosas cuando él echa la
zarpa. Los que tenemos una sensibilidad especial, acaso sinestesia, para
detectar mociones especiales no sólo en el alma de los hombres sino también en
las profundidades telúricas que a veces emergen a la superficie, podría
corroborar esta presencia del mal. San Pablo ya nos lo advierte con palabras
que se han unido al enquiridión o formulario de ordenación de diáconos:
"no es dado poderes contra la sangre y la carne sino contra los espíritus
que vuelan por el aire y saltan desde lo profundo de las olas".
Dicen que a veces reina sobre los
cuatro elementos y por eso mismo son tan frecuentes en todas las religiones los
ritos de purificación del aire, el suelo, el fuego y el agua.
Por lo que se refiere a los
católicos, estas fuerzas invisibles se vuelven operativas es incluso pugnaces
al acercarse la fiesta de Pentecostés y hasta podríamos asignarle un ciclo que
va desde la Trinidad hasta el Día de san Pedro. Los fieles por eso mismo
invocan al Divino Paráclito – Veni Sancte Spiritus et emite lucis tuae radium;
Veni Páter Pauperum, Veni, Dator Munerum, etc.- para que envíe los Siete dones.
Pero la efusión de tales carismas no es algo que se otorgue gratis. Es entonces
cuando el diablo más se resiste y lucha a brazo partido. El enemigo inveterado
de la humanidad por estos días parece que ni da paz a la mano ni descanse.
Y lo que les voy a relatar creo
que sirve para demostrarlo. Ya les conté que en el lugar donde resido tuvo
lugar en 1937 una de las más cruentas batallas de nuestra guerra civil y
precisamente donde se alzan las casas cayeron muchos hombres de uno y otro
bando. Al cimentar se han encontrado vainas de ametralladoras, obuses, cintas y
cierres de seguridad de bombas de mano Lafitte. Pues bien, detrás de los
adosados acotamos un pequeño jardín. Esta parcela ha dado incontables litigios
entre el vecindario que nunca se ponen de acuerdo y hasta llegaron a las manos
pues es costumbre muy española esto de los pleitos de linderos, por
demarcaciones y fitos.
Tomando una iniciativa que me
costó no pocos disgustos y para evitar que aquí se formase una comunidad de
vecinos que hay que echarse a temblar y a la que siempre temimos como la bicha
de cerrar el jardín y que cada cual cogiese la pequeña porción adlátere a su
patio trasero. Bueno no saben las amenazas, malas palabras, malos gestos, etc.
Con decirles que a causa de esto no nos hablamos. Esta experiencia me ha puesto
en antecedentes e incluso prevenido de lo que representa la codicia y la
insolidaridad humana. Pero creo que en gran parte de las ciudades y pueblos de
España pasa otro tanto por estas cuestiones de lindes. Somos u reino dividida
condenado a perecer.
Después de cerrarlo con el
permiso del Ayuntamiento claro está queda un pequeño pasillo en el que yo había
plantado algunos árboles, un cerezo, un almendro, un plátano ornamental, pero
un día por junio del año pasado, que es un mes en el cual aquí comienzan
siempre las chapuzas, y con amenazas inclusas tratando de sembrar divisiones
entre mi mujer yo me reclamó ese pasillo. Bueno, lo consentí, pero en la parte
de delante queda todavía un cornijal mínimo de unos ocho metros cuadrados. En
uno de los árboles coloqué un icono de la virgen María para que la intercesora
de la humanidad mitigase aquellas discordias. Bueno este chopo donde estaba el
plato mariano hubo de ser descuajado. Y es que acá somos todos mu católicos por
lo visto.
Yo creía que se acababa ahí el
asunto y aquí paz y después gloria pero el vecino a veces dando fuertes y
cuando yo sabe que estoy a la escucha se despacha a su gusto con insultos a la
Virgen. El otro día se pavoneaba de esta manera:
-Se me ha aparecido la Virgen
María y me ha dicho que el cornijal es nuestro.
Risas y enormes risotadas. Y a
renglón seguido oigo que llama por teléfono y dice con voces estentóreas:
-Oye que me traigas las armas.
¿Es que me va a pegar dos tiros? No
tendré más remedio que denunciarle a la guardia civil.
Como es militar retirado, tiene
licencia pero en vez de ir a defender a España, como cumple y bojar el
Estrecho, se dedica a vivir de las rentas y amenazar a pacíficos ciudadanos. Su
jardín es el mayor de toda la urbanización Mide 180 metros cuadrados. Es casi
un campo de fútbol. Sin embargo, le ha echado el ojo al cornijal donde hace
quince o veinte años y con el permiso municipal planté yo dos acacias, un
níspero y un castaño de indias. El milico quiere agrandar su jardín y no parará
en barras hasta que lo consiga. Se trata de un verdadero nazi con toda la
barba, pues sus tácticas me hacen pensar en el Anschluss hitleriano. Dicen que
es almirante. Yo con todos mis respetos hacia su persona, me parece que este
hombre no merece llevar la guerrera que llevaron con tanto honor hasta
entintarla con su sangre un Fernando Villamil, un Concas, un Topete, un Eulate,
un Cervera. Me causa tristeza que un alto oficial de la armada se dedique con
cargo a los presupuestos del estado y con dinero del contribuyente a la
especulación inmobiliaria.
Esta chulería y jactancia me hace
pensar en los militares golpistas argentinos. Pero lo que más me enerva son
esas befas a la Virgen María a sabiendas de que yo soy gran devoto de Nuestra
Señora y me he acogido bajo su mando en mis luchas contra la tarasca. Cierto
cuando esta voz habla en la toldilla de su jardín que semeja un barco de asueto
parece que la tierra se estremece y por su voz de cíclope se avienta el humo de
los fuegos fatuos. Tantos que murieron por España para que este bestia parda de
malas pulgas y que parece un cavador gallego en vez de un oficial de nuestro
glorioso ejercito se aprovechen y dedique a su vida a los porcentajes, tenga la
hija, funcionaria de Defensa en baja por depresión, y cobrando unos dineros que
pagamos todos los contribuyentes. Este individuo es un caso.
Para conjurar los peligros
imploro el socorro maternal y entono las estrofas del Akathistos pero hasta mi
cuarto paredaño con la propiedad arrebatada y la mota de privacidad que perdí
llega el estruendo de los balonazos de los niños de la casa que utilizan el
hastial y el trozo de terreno que yo les cedí – conminado por coacciones y
amenazas de un militarote que me iba a pegar dos tiros- para jugar al frontón.
Todos queremos más. Y está visto que no se conforman. Sin embargo, la Tarasca
no tiene poderes contra la el Divino Signifero. Pobre hombre, lo que más me
apenan no son insultos contra mí sino las blasfemias contra la Virgen María. Es
lamentable que un marino se mofe de su patrona. Pero ojo que esta quiebra de la
convivencia entre españoles cabalgando el potro de su egoísmo y dando espuela a
la ambición viene a ser un signo apocalíptico de esa Derechona insolidaria y
egoísta, pepera, vacía en todos los sentidos. Y mi pobre pegujal que yo sembré
y al que tengo cariño aunque no mida más de dos palmos pero que el vecino
quiere agregar a sus 180 metros cuadrados el símbolo de esa otra España – la
mía – para lo cual los ideales valen más que el dinero de corruptos
funcionarios de derechas de toda vida y espadones prevaricadores.
La avaricia rompe el saco. Cuando
le oigo fanfarronear y dar voces desde su puesto de mando, pienso que los
pobres soldaditos que dieron con sus huesos en este lugar se revuelven en sus
tumbas. Los muertos de la batalla de Brunete quieren pelea. Hay demonios en el
jardín.
09/06/05
LUIS VIVES DESASNANDO TESTAS
CORONADAS
Antonio Parra
Bajando o subiendo de York a
Londres –recuerdo bien aquellos viajes en la British Rail- cuando el tren a más
de cien millas por hora se internaba en la planicie de los Midlands umbríos
campos de patatas y alguna frisona paciendo en la distancia mientras los
quejigos solitarios corrían raudos ante nuestra vista aparecían de repente las
agujas grises de la catedral de Peterborough. Los encajes de la piedra
disimulaban una oración para el recuerdo de una reina española que vivió
prisionera en su castillo y está enterrada en uno de los nichos del testero.
Catalina de Aragón. Brutalmente noble y brutalmente desgraciada y honni soit
qui mal y pense que rezaba un lema de la Orden de la Jarretera.
Mediante la política de los
casorios los Reyes Católicos quisieron urdir las paces y conciertos con las
otras monarquías de la cristiandad y, como no se puede conformar a todo el
mundo, sólo consiguieron hacer desgraciadas a sus hijas: esta pobre Catherine,
María de Portugal que moriría de sobreparto, Juana la Loca. Fueron fieles,
nobles y desdichadas infantinas llorando su desconsuelo ante la rueca o
asomándose a un alto mirador desde donde reclusas e ignoradas vieron pasar la
vida.
Pero sobre todo sentaron pauta de
desentendimiento y melancolía en las relaciones anglo españolas aunque yo
siempre amé a aquella Inglaterra cuando era un Jardín de María. Vivíamos en un
pueblo del sur del Yorkshire. Nombre más bonito no lo habrá. Edenthorpe (la
aldea del edén), pero en este mundo traidor resulta que no hay paraísos. Todo
resultó ser un espejismo. Luego no pudo ser. Más vale honra sin barco que barcos
sin honra y envié a mi escuadra a pelear contra los herejes no contra los
elementos. La frase del Rey Prudente marcó mi trayectoria. Los sueños se
vinieron abajo I am a dreamer.
Oxford me entusiasmó. Aquellos
estudiantes con sus becas y sus togas cintas de mi capa estudiantil que a lo
mejor son ya pasto de las polillas enterradas en un viejo baúl o aquellos
birretes que remataban en un cuadrilátero del que pintaba una orla de los
graduados (Goodbye, mister Chips) y la chapela enorme de los doctores que daba
un aire renacentista a los decanos. Se la ponían sin terciar. Es esa boina
humanística que lucía Vives –semper vivas- en los libros de texto sacados por
la editorial del mismo nombre de mi primer catón, en la que yo aprendí a leer y
a soñar.
También se la vi poner en Oxford
en una ceremonia de investidura a Andrés Segovia a Salvador de Madariaga. Con
gorra y sin gorra aquel gallego siempre me pareció un tonto en siete idiomas.
El humanista valenciano era otra cosa. Sobre todo un pedagogo, un filosofo de
la pedagogía en cuya obra se imparten consejos acerca de cómo aprender lenguas
modernas (de viva voz, si es posible), cómo ha de ser la mujer hacendosa buen
ama y amante de su marido y de sus hijos en de institutione feminae
christianae, y hasta la forma cómo hay que trinchar un asado o coger con la
mano un cuchillo-artes cisorias- si hay que dar azotes y cómo han de ser esos
castigos pupilares o el deporte. La proverbial locución de mens sana in corpore
sano se la debemos a él. Pues la obra de este autor ha sido una de las más
saqueadas por aquellos amigos de lo ajeno que gustan de refreír a los demás.
Estamos bajo las alas del cuervo.
Quise, siguiendo la senda de la
didáctica, andar tras la huella de Luis Vives en Inglaterra, ser don oxoniano
pues yo sabía más latín que muchos de aquellos dómines que a mí traduciendo y
escanciando hexámetros de las Geórgicas no me seguían; era un as y Eneida en
mano pocos me ponían un pie delante y acabé de maestro de gaya doctrina en un
pueblecito de la cuenca minera del Yorkshire. Todo fue bien en mis clases hasta
que un día aquel Payling canijo levantó el dedo en mitad del aula (era una
tarde de primavera y yo explicaba a Berceo) y me hizo una pregunta bocajarro
please mister:
-Sir, what do I want Spanish for if I am gonna
be all my bloody life down in the pit? (Oiga, señor, para qué coños
necesito saber yo español si me voy a tirar la puta vida en esa mina de los
cojones).
Me llevaron todos los demonios y
no supe qué responder. Recogí mis bártulos, metí mis libros y mi guitarra en
aquel mini colorado y me volví a Madrid con aquella frase a flor de labios del
Cancionero de Upsala: "que yo no quiero amores en Inglaterra que los tenga
yo mejores en la mi tierra". Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ir
al norte fui al sur. Creí que el viento era agua. Que la noche la mañana. Se
equivocaba pero esta fe de erratas es lo que salpimienta mis textos. Toda mi
vida ha sido un error.
Algo tiene aquella isla antigua
tierra de Merlín que seduce a los caballeros andantes como yo, pero estos
esforzados hidalgos nunca podrán rendir la plaza. Vives fue otro derrotado.
Huyó de Londres rumbo a Flandes con los corchetes del rey Tudor royéndole los
talones. Nunca es bueno entrometerse en estos líos de alcoba. Enrique octavo le
tomó ojeriza por haber sacado la cara por su mujer Catalina quien al fin y al
cabo era casi su paisana.
Este valenciano que españoleó por
las cortes de Europa y enseñó en la Sorbona, Brujas, Lovaina, Oxford fue el
paradigma del genio universal tan sabio como desgraciado e incomprendido.
Estuvo al lado de Catalina en su ostracismo lo que le hizo perder la privanza
con su marido Enrique VIII del que era también asesor. Se libró de ir a la
Torre de Londres por chiripa.
El marido de esta reina inglesa
nacida en Arévalo aparte de un poeta más que mediano y de un músico mucho más
que aceptable un cristiano ferviente en su juventud hasta el punto de haber
recabado el título de Defensor de la Fe otorgado por rescripto papal remató en
Barba azul. Sus líos conyugales dieron lugar al Cisma de Occidente. Si por una
herradura se perdió un caballo y por un caballo la guerra y así sucesivamente
sabe dios lo que se puede perder por una mala mujer – bueno son todas buenas en
realidad aunque unas mejores que otras retiro lo dicho-. Acaso el mundo entero.
Un Tudor se encoñó con Ana Bolena
que había nacido con Seis Dedos en la mano derecha y un cierto estrabismo
visual lo que debió de darle un atractivo sexual más allá de lo corriente y
ocurrió lo que tenía que suceder pero Ana no se conformaba con el puesto de
barragana regia. Quería ser reina. Ahí empezó todo el rebujo. La mediación del
cardenal Wolsey protector de Luis Vives y de Tomás Moro, los legados papales,
los interdictos y por último la excomunión que abría un camino sin retorno en
las relaciones de la Iglesia Católica e Inglaterra. A partir de entonces y
tomándole a Lutero la palabra para los ingleses Roma sería la Gran Zutana.
A su mujer natural Enrique la
hija de los Reyes Católicos la dio carta de repudio desterrándola fuera de la
corte. Vivió en el exilio y en la pobreza a la sombra de aquella catedral
gótica que acudía a saludarme en mis viajes hacia el sur a toda la velocidad
por la ventanilla del expreso entre la melancolía y el haze (esa especie de
borrina que difumina los contornos del horizonte en el paisaje inglés) y allí
murió.
La vida de Luis Vives, preceptor
de Catalina y profesor de latín de Felipe II, en términos más modestos fue
también a lo largo de sus cuarenta y ocho años una pugna contra la pobreza.
Hubo de abandonar su querida tierra de los naranjos (añora siempre a Valencia
en todas sus cartas) para convertirse en preceptor o institutor una especie de
criado intelectual o profesor particular de los ricos para llevar príncipes por
la senda del recto proceder y del buen saber (desasnar testas coronadas fue su
oficio) pero sus amos le pagaban siempre tarde y mal. Esta lucha por la
subsistencia del pensador, del escritor, del novelista, del poeta, siempre fue
acérrima. Yo la he sentido sobre mis propios huesos pues el amor a las letras
supone un estilo de vida equivalente a la precariedad, el vértigo. Siempre a
salto de mata con la vida. Los banqueros son los que tienen la pasta y muy
volubles y caprichosos los mecenas son. Más agarrados que un chotis. Más tacaños
que Paul Getty.
Baroja acumulaba patacones en una
caja de zapatos. Dámaso Alonso al que conocí en el bar de Filosofía tomándose
una caña preguntaba por los adeudos de la colaboración. Antonio de Olano el
otro día en el sepelio de Alfonso el del Gijón el mismo criterio: si me pagan
me retrato; de otro modo, mi pluma no entrará en los tratos de la prostitución.
Sin embargos las dichosas tijeras del sastre del Campillo aquel que cosía de
balde y encima ponía el hilo se ciernen sobre nuestras cabezas. Cervantes ahí
lo tenemos palanganero de una mancebía en Valladolid y Quevedo como zaguanete
espadachín o "armario" de un príncipe italiano. Tomás Salvador – el
mayor novelista de posguerra - era policía de la ronda secreta, Luis Romero
corredor de libros. Valle Inclán murió en la pobreza y Rosalía de Castro que
vivió en la calle de la Ballesta se metió a puta. Benet ingeniero se ganaba la
vida construyendo puentes bastante buenos mejor que sus libros que por lo menos
no se caían lo mismo que los personajes de sus novelas infames. Volverás a
región y así sucesivamente.
El más listo de todos fue Cela
que harto de criar hambre, rencores y caspa y de no tener para el café se
circuncidó, se puso la hipa viajó a Jerusalén en calidad de preboste de la
alianza hispano israelí y mano de santo chico. Murió millonario y le dejó a su
viuda joven y rica la Marina Castaño que con un ojo llora y otra repica un buen
pico. Hoy es el cadáver más opulento de todo el camposanto de Padrón.
Y ahora al fin de tantos años
cuando parezco haber recuperado contacto con lo que más quería mi Picle me
pregunta dónde estas, dad, qué has escrito, qué has publicado, y, transfixo en
esta cadena de reconversiones, cribas, purgas y excarcelaciones de la
literatura y aunque mi compromiso con la verdad de Cristo y el amor a mi patria
sigan incólumes y en mis trece, le he de decir, pues acá me ando, mi hija. ¿Y
de dineros? Nada. ¿Qué hay de lo mío? Pues la verdad que muy poco, corazón.
Como no venda mis favores por la red o me brinde como acompañante maslo de
algunas viudas desconsoladas, mal me veo.
Mis sueños y mis textos duermen
en un cajón limbo de los justos seno de Abraham y trabajo emparedado entre dos
pibas, tres milanas bonitas y cuatro archivas que vigilan la parva y el ojo del
amo engorda el caballo, la Fuensanta, vaya nombre de paleta, los coños grandes
de doña Almudena la Mayor y la Reme carcasa de la muerte brujas curujas muevete
despacín que ya me viene querida Reme. Pues sí hija sí. Que putas son las que
están en la ventana qué putas son las que están por el balcón pero la cosa no
tiene vuelta de hoja. Y esos de ahí en eso que no saben escribir pues las
nombro escritores. Por decreto.
-¿Nunca callarás, Verumtamen?
-Difícilmente.
Pero a lo que voy. Luis Vives
semper vivas fue para mí un paradigma un modelo a seguir por su compromiso con
la verdad en tiempos de crisis que emanaba de la profundidad del pensamiento
cristiano de este escritor que no se rindió ni ante la insolencia ni la
injusticia ni la prepotencia de magnates, reyes y pontífices.
Toda su obra fue una exhortación
a la perseverancia en la fe verdadera y una impugnación contra musulmanes y
judíos. A Francisco I de Francia le echa en cara fomentar la disensión en el
bando católico entablando alianzas con el turco, al Papa de crear ligas con
Inglaterra y los venecianos en contra del emperador Carlos V de España y
Alemania. Condena las guerras pero avisa son un castigo de Dios. Tiene tiempo
para escribir páginas de oro sobre la mujer cristiana y entregarse a una serie
de especulaciones filosóficas que ponen en entredicho a los escolásticos y a
todo Aristóteles. Sus choques contra los frailes fueron del mismo tenor aunque
no tan rigurosos como las de Erasmo. Iñigo de Loyola cuando era estudiante en
París iba a Flandes a recabar fondos entre los soldados. La fraternidad de
armas es la fraternidad de armas y allí trabó contacto con el institutor
valenciano que un verano le convidó a comer en su casa de Brujas. Cuentan sus
biógrafos que Vives, la cordura personificada, debió de observar en aquel
estudiante ciertos signos de la enajenación mental de aquel veterano bajo las
banderas del Duque de Nájera. Era un loco de las reales ordenanzas, de la
disciplina, del método, de la estrategia y la táctica. Los jesuitas, por ironía
del destino, fueron los encargados de llevar adelante la contrarreforma que
había preconizado Luis Vives pero por caminos muy distintos (era un impulsor de
la paz, de la concordia y de esa libertad que transparentan las páginas
evangélicas con esa delicadeza y tersura) y no a mandobles y bayonetazos de los
guardias de corps del papa. Salvaron el edificio pero el espíritu se echó a
perder. Los jesuitas, grandes educadores, se inspiraron en toda la propedéutica
viviana para implantarla en sus colegios y noviciados pero colocaron algunas
obras del sabio humanista como el Libro sobre San Agustín en el índice. Vives
semper vivas y Vives el divino se le llamaba en los salones de grados de
Salamanca y Alcalá.
Si no te gusta Erasmo se decía
entonces o eres fraile o eres asno. Le repugnan los monasterios relajados de
media Europa; un avispero de envidia, codicia y malos ejemplos trajeron el Saco
de Roma de 1527 y lo que vino después casi se veía venir. Pero desde su cátedra
de Brujas y de Oxford la voz de este humanista valenciano que se expresaba en
el mejor latín resonó poderosa por todos los ámbitos. Sin llegar al
fundamentalismo de los anabaptistas alemanes es un defensor de la pureza
evangélica. Propugna una reforma de la Iglesia desde la libertad y la
inteligencia pero sin tocar para nada a la liturgia.
Sus páginas aun ahora me parecen
henchidas de piedad y de caridad cristiana y creo que tienen una relevancia
singular cuando nuestra fe católica se siente conminada por amenazas mucho más
determinantes que las que afligieron a la cristiandad en el siglo XVI.
Detestaba la superstición tanto como la prostitución (dos males irremediables)
y puso en duda algunas hazañas de ciertos santos tal y como vienen descritas en
la Leyenda Áurea de Jacobo de Vorágine obra del siglo XIII y que más tarde
acapararía censuras de otro paisano mío el dominico Melchor Cano, o los excesos
del culto a relicarios pero sus manuales de oración y algunas misas que compuso
motu propio por ejemplo contra el flagelo de la peste que afligió a Flandes en
1529 hoy resultan primorosas y valederas.
No estamos pues ante un hereje.
Vives no era un hugonote ni uno de esos conversos con mala leche a los que se
les ve el plumero o el Talmud asomando la oreja. No. Él era un humanista
cristiano, un europeo y un católico en el primigenio sentido que tenía esta
palabra en boca de Tomás Moro. Universalidad. A man for all the seasons. Un
hombre para la eternidad. Por eso habrá que decir: Vives semper vivas. El
retruécano es adecuado. Sí. Que viva. Que viva Vives eternamente. Si hoy
volviera tendría que emplearse muy a fondo para desasnar muchas testas
coronadas. Aunque tal vez a estos cetros y tales armiños puede que les quede
poco.
Sábado, 04 de marzo de 2006
Nueva York
Nueva York transforma, contamina,
sublima y a la vez rebaja al estado cero. El hombre se siente hormiga y gigante
a un mismo tiempo. Repele y rechaza a la vez. A mí creo que me rechazó pero
releyendo algunos de mis apuntes y crónicas de entonces e interesado por los
artículos en el "País" de Elvira Lindo, corresponsal allí, la cual
hace un periodismo ágil audaz y a la vez procaz que escandalizará a los
reaccionarios y los/las que consideran el oficio de escribir un eterno mirarse
en el ombligo y enjabonarse unos a otros –los artículos de la Lindo yo los pondría
como paradigma de los ejercicios de estilo y de lo que debe ser esta profesión,
si no vale oiga, dedíquese a otra cosa-dentro de la urna de cristal, pues a
algunas debajo de la pluma se les notan los correajes de la Sección Femenina
disfrazados de un falso feminismo, he descubierto que en verdad tengo nostalgia
de Nueva York que fue para mí una especie de tierra prometida. Se asustan de lo
estridente pero Nueva York es un sitio estridente como que fue fundada por ex
presidiarios y por mozos de cuerda que venían huyendo de la quema de Europa.
Volví moviendo la cabeza como Paco Martínez Soria "la ciudad no es para
mí" y ahora, al cabo de casi treinta años, silbo por las aceras con Frank
Sinatra: "New York. New York"
La calle allá habla un lenguaje
directo, duro y coprológico y en la sartén de la conversación hierven los tacos
pero no por soltar algún que otro "caspita" neoyorquino un escritor
no es mejor ni peor. El mundo es ansí, ya lo decía Baroja y no como los
inquisidores y los zenones de oficio sin beneficio quisieran que fuera. La
ternura late en el meollo. Por fuera NY es una ciudad ácida y llena de pinchos.
Por dentro dulce almíbar. Profundamente humana. Sofisticada y paleta a la vez.
Todo el mundo diciendo fuck, dollar, shit y wuau. Capital de lo in y lo out.
Pero allí nunca pasa nada y ocurre todo. Es la capital del mundo.
Un melting pot que indica el
modelo del futuro en el que hay que aprender a vivir y a convivir razas y
religiones. Fue toda una universidad la estancia de cuatro años corridos allí.
Por lo menos aprendí sabiduría de calle (Street wisdom) ahora un quidam va y me
dicen que hay que vigilarme, que me meten en un manicomio y me den jarabe de
palo. Ejerzo desde aquí mi derecho de réplica, desde estas hospitalarias
páginas donde hay un director que es de nuestra escuela, la vieja escuela del
gran Emilio Romero, que nunca te tiraba un artículo, ni se asustaba por nada,
sindicalista polémico que venía desde el Falangismo de la libertad Y de la
profesionalidad. Déjalos que se desahoguen. ¿No somos libres como ellos
cacarean con tanta prosapia a bomba y platillos desde sus antenas de
propaganda? Pues eso, somos libres, o eso espero.
Habiendo padecido el acoso de una
de esas prójimas que me mandaron al mar de hielo y al regato como aquel que
dice por esos convencionalismos de ciertas féminas pacatas (en la era Aznar
ocurrieron muchas cosas raras y me siento mucho más a gusto en la España de ZP,
pero vuelven a soplar vientos de intolerancia y de caza de brujas) usted sobra,
váyase a su casa, y hasta una fulana en un pedido me envió a la Hemeroteca una
cuerda para que me suicidada (rechacé el ofrecimiento pues un judío no se
suicida jamás pero en vez de balas le devolví la pelota con un ramo de rosas
por Interflora), me creo en el deber moral de defenderme con un canto a la
palabra, con un "I love New York, New York, amo la libertad", que me
sale del alma. Un aviso a navegantes. Porque aquí la derechota, más papistas
que el papa, se sienten tan pronorteamericanos que parecen haber aterrizado en
estos predios desde un barrio de Miami donde se practica un anticastrismo de
pistola y de cloaca. Vuelven los vigilantes de la playa, los policías del
pensamiento, los comisarios de la Verdad, su Verdad. Y es tanta la aversión que
nos tienen estos demócratas de barniz que aquí puede prepararse hasta un
magnicidio como hicieron con Carrero Blanco u ocurrir otra hecatombe como el de
las idus de marzo.
Eso no es América oiga, sino una
deformación barata de ese gran país. Y yo soy una rata neoyorquina. ¿Epater le
bourgoise? Pues sí. Creen vivir en un mundo feliz pero déjense de hacer palotes
y de pintar angelotes, incluso bilingües y trilingües siempre serán tontos como
le dijeron una vez a don Salvador de Madariaga, "tontos en nueve
idiomas". Que lean a Huxley un gran escritor británico algo profeta que
trató de demostrar a sus contemporáneos el callejón sin salida al que su
incontrastado optimismo les había llevado los políticos en entreguerras con su
lenguajes prebélico. Luego Bush, Reagan, la Thatcher y Blair volvieron a la
carga. Con sus martingalas de armas de destrucción masiva, etc.
Yo amo a New York y en este amor
va incluido el recuerdo tierno de aquellos vecinos que cocinaban una tarta para
ti cuando veían aparecer el capitoné de las mudanzas por el barrio y tú
estrenabas nuevo hogar o que te entregaban las llaves de su "carro"
si a ti se te había roto el tuyo. Gente sufrida, trabajadora, magnánima,
cordial, ordinary people, gente corriente de un país en el que nacieron dos de
mis hijos y en el que todo es grande: las nevadas, las tormentas, los ríos, las
montañas. En Chicago se podía cortar el aire una tarde de calma chica a 47
grados a la sombra y en Staten Island con una ola de viento polar estuvimos a
32 bajo cero. Un país, en definitiva, en el que nacieron dos de mis hijos. Un
país cuya lengua y literatura creo conocer bien como anglista pero en el que no
me gustaría vivir a no ser que a la fuerza me exilien. Sigo siendo una rata
neoyorquina trasterrada a Madrid. New York. New York.
No trato de escandalizar pero
asumo que veces redacto no para unos lectores sino para poner orden y claridad
a mis propias ideas. El que quiera que no me lea (este es, supongo, un mundo
libre) pero que no me insulte. Por favor, señora funcionaria, manos blancas no
ofenden pero hay que reconocer que usted tiene unas zarpas brutales de felino.
Quiso clavarme sus sucias garras pero va jodida. Llevo dándole a la tecla desde
hace más de 45 años corridos. Me han salido y se me han caído los dientes en
este oficio. Gozo de una cierta vitola profesional. El hecho de que sea yo un
periodista incomodo o que le escandalice a Vd. que vive en una nube y en el
dulce encanto de la burguesía no significa que mis prosas que (escribo a
sobaquillo de refez, sabe lo que es refez, pues si no, mírelo en el
diccionario, y a veces con mala leche) sean tan malas. Que a Vd. no le gusten
ese es otro cantar pero no me acuse de acoso que yo no la conozco de nada. Por
culpa de prójimas como usted y gente muy engallada de la Cuerpa he tenido yo
muchísimas contradicciones y persecuciones. Quisieron acabar conmigo. A vuesa
merced le encantan los mansos, por lo visto, pero yo soy un mihura.
Bendito sea Dios que no todas las
mujeres son así ni padecen homofobia. Respete mi libertad como yo respeto la
suya. New York. New York. I love New York.
Y voy con el otro. Debe él ser un
gudy y yo un bady y para colmo me cuelga el sambenito de que soy
anti-norteamericano. Si esos no son coacciones (encima me llama provocador) y
amenazas que baje Dios y lo vea. Me quieren llevar – otra vez- al gulag y por
ahí andan hablando tíos de meterme un tiro por picajoso. El presidente Bush me
parece respetable pero caudillista en su gestión política y que habla un
lenguaje muy "peligroso". Mucho más peligroso que yo, que no tengo ni
pistola ni lanzallamas, ni carros ni aviones supersónicos. Sólo mi pluma y una
triste navajilla para cortar el pan. Usted sí que es un peligro en el foro si
sigue profiriendo amenazas bajo pseudónimo...
Cualquier madrugada pueden llamar
a la puerta y no va a ser precisamente el lechero. El tal Judex puede ser un
golpista disfrazado de cristiano de base o de cursillista de cristiandad y sus
malos modos no me gustan como tampoco sus malos pelos si es que le queda
alguno. Sus gestos y sus palabras de topo del Circus o la Gestapo. Habla una
jerga antigua como Humphrey Bogart.
Y me asaltan estos pensamientos
cuando vuelvo a releer una de las grandes novelas del siglo XX: "El
Lamento de Portnoy" de Philip Roth un profesor de origen judío, aun a
riesgo de perder un poco las formas. Sansirolés, cursis, doctrinos y viejos
cursillistas de cristiandad abstenerse. El cristianismo, la literatura, el
periodismo son otra cosa. Y al hilo de la glosa de este gran libro he hilvanado
un ensayo para mis memorias de la Big Apple. El empiece no puede ser más
tremendo porque Roth lo que intenta es romper los tabúes victorianos que tanto
daño han hecho a la lengua inglesa y que regresan como vuelven siempre las
cazas de brujas y los inquisidores. "Cuando el cuervo vuela bajo hace un
frío del carajo". "Tu pene enhiesto y se acabó tu sabiduría" o
"cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta".
Todos estos son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis
aficiones paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en
español y las judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se
parece mucho al ruso.
En efecto, el aforismo del ghetto
" Wan der putz stehet light der Sechel im pre=(con el miembro en erección
la lógica está de más"). Esto es: que somos barro y que el ser humano a
través de su animalidad rinde tributo a los instintos. Yo lo escuché en un
cafetín del Lower Manhattan (me gustaban los tupís judíos y había uno Staten
Island donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles de judíos
exilados de la Urss, y a la de las excavadoras de las inmobiliarias, misterios
del mundo, y desparecieron más tardes los cilancos y las grandes charcas, el
canto de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico). A NY le
entró la "cupiditas aedificandi" (el morbo del ladrillo) de los
romanos. Levantad casas malditos. Construid una nueva torre de babel. Roth se
erigía en heraldo de un mundo por llegar. Se adelantó a su tiempo. Por eso está
considerado como un autor maldito que ha padecido en su carne el flagelo de la
caza de brujas
El mundo se acelera de una forma
imparable. Me invitaron varios veces al templo esto es a la sinagoga pero a mí
me daba corte colocarme la yamulka en el occipucio que me sentaba que ni pintiparada
y verdaderamente tengo cara, la nariz sobre todo, de judío pero no hacían más
que hacerme preguntas y había un paisano que se parecía mucho a mi abuelo
Benjamín al que colgaban los flecos de las filacterias (los sefarditas se
colocan para orar en los cuadriles una especie de faja) que eran exacta a la
largo ceñidor con la que el abuelo Benjamín, un auténtico padre para mí, se
"atacaba" para no agarrar frío a los riñones.
Se llamaba Samuel y un día me
enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia:
Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste
éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus
almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que
fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante
tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un
kadish o responso. Corría diciembre del 75.
¿Franco era judío? Esa era al
menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor
secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de
origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el
apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el
toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues.
Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la
trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.
Los Franco me caen bien. Pero más
Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o
don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar
que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de
armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a
Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis
colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón
había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban
varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a dominar ni el inglés.
Todos estos postulados revisionistas, con todo, nunca me apartarán del amor que
profeso hacia Pachín y hacia su familia.
Pero yo en su capote no me
hubiera alzado, mediante apoyos y contubernios económicos de don Juan March, el
banquero de Mallorca, contra el gobierno legítimo, provocando una tragedia
fratricida cuya culpa y estertores aun arrastramos. Asimismo, hizo una guerra "a
la africana" con mucha infantería y derroche de hombres. Sus otros
compañeros de armas, que conocían bien a "Franquito" y lo
despreciaban teniéndolo por un don nadie en el escalafón, respondieron con la
misma moneda. Tal cual, el general Rojo, que era un formidable estratega. Eso
prolongó la tragedia. ¿Pudiera haberse evitado? No sé. Que la historia lo
juzgue pero es irrefragable que Franco amaba a su patria, a lo mejor
equivocadamente, tal vez demasiado. Y que le echó cojones. Uno cojones
equivocados seguramente.
Luego en política le dieron
resultado sus juegos camaleónicos. Un buen táctico, se pegaba al territorio,
arrastrándose bajo las alambradas y guardando un bajo perfil. No nos engañemos.
Ganó y su victoria, para bien o para mal, fundó la España moderna y nos legó un
estado "social", el de Girón, ese que hoy disfrutamos y padecemos y
que muchos montados en el dólar y que piensan que esto es Hollywood, la cara
más impresentable del capitalismo más bronco olvidan. Buena gana de lanzar
coces contra el aguijón. Sin embargo, convendría entender a Zapatero: los otros
generales merecen una vitrina y su nombre glorioso en los anales. Y un lugar al
sol en el Museo del Ejército. Si la memoria histórica se conduce por los cauces
correspondientes, y no se convierte en trampolín de odios y de vesanias, esta
reivindicación puede ser bálsamo a los costurones desgarrados del alma de
España.
Imitemos a los norteamericanos en
eso que también tuvieron una guerra civil. Y en Nueva York se rinde honores al
sureño Lee que era de los "malos". El gran derrotado en la película
"Lo que el viento se llevó".
Franco no se enriqueció a costa
del erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los
libros y del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño
burgués judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte,
lo que no cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta,
el hecho es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de
la pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo
mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de
que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus
embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro
descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez.
"Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras
ocultas dirigidas desde Wall Street.
Todo eso es impepìnable guste o
disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una
televisión la otra noche que decía que el general Franco con una mano mojaba
los churros en el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La
condena a muerte de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera
especialista en prensa de la entrepierna dicen que es poeta (¡caspita y pardiez
rediez como deben de ser sus versos!) y uno de los más eximios practicantes de
lameculismo catatónico-tontonico y de coyundas y de líos de la jet que
interesarán sólo a su padre pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía
y cuando veía a un guripa con una revista pornográfica entre las manos se la
hacía pedazos: "El sexo en directo y en privado, chaval, te van a doler
los cojones de tanto mirar esas porquerías".
Bueno, pues valga esta larga
digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX
"El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo
de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela
sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete
algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica
inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo
los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan
tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, los
negros, las calles de la urbe huelen a negro, el racismo, los prejuicios
religiosos o étnicos, la equiparación de Eros con Tanatos. Un mordisco a la
gran camuesa.
El libro está contaminado de
Nueva York la ciudad automática de Camba trufado de metáforas eléctricas. Las
frases son como latigazos de buena literatura pero así es como habla la gente
en Nueva York. Las descargas estáticas están por toda la urbe, cuando tocas un
picaporte o pisas una alfombra. Allí la eutrapelia a lo Azorín y a lo Miró
estaría mal vista. Un año en la ciudad y se te quita la gazmoñería. Se lo
recomiendo a esos cursis que hablan de análisis de textos y de pretextos y
escriben como si fueran cursillistas de cristiandad. Oiga, váyase usted una
temporadita a NY y déjese de foros y de practicar el autobombo y no nos venga a
hablar usted de sus libros que son todos muy malos, que aunque tienen premio
quizás también tengan bicho, un bicho golpista, claro es. Lea a Philip Roth
creador de mundos y de personajes como "Bubbles" la Burbujitas, la
putita, que no es otra a mi parecer que la gran meretriz onírica del
Apocalipsis. Recíclese, póngase las pilas.
La literatura y el periodismo son
algo más que un ejercicio de redacción o una excusa para que a uno le llamen
guapo y le lancen, los muy capullos, mensajes de amor o de odio por el foro.
¡Cuan bien escribe este chico/chica! Tú llegarás… a dar con la cabeza en un
pesebre. No han vivido en Nueva York, la ciudad metáfora, no han ido al
reencuentro con la metanoia y la paranoia. A mí Nueva York, la ciudad santa y
maldita, mitad nueva Jerusalén y mitad Babilonia, me cambió la vida. Sé lo que
escuece que te llamaren perro judío, que te marginen, que te pongan, por decir
la verdad, contra la pared. ¡Oh, I love New York!
Y este es el New York que surge
en el "Lamento de Portnoyª libro clave (está editado por Bruguera en
castellano), que hablando de marginales, de negros que huelen mal, y taxistas
polacos con cara de buey y apellidos impronunciables y pistonudos, como
Brzezinsky, Wojtyla y Auschwitz, donde abundan las x, las w, las z y las y, son
el rostro impresentable de un catolicismo fanático y caballuno.
Yes. I love New York, pues si
sobrevives allá puede decirse que amas y entiendes el mundo. Te reconcilias con
él. La novela ya no es la misma desde que Henry Miller y el propio Roth
asomaron la gaita en este oficio. Y escribieron "Trópico de Cáncer" y
"El Lamento de Portnoy". Ambos escogieron el pretexto del sexo para
hacer balance. Y con tales autores se comprende lo que anunciaba Jeremías sobre
el destino final. New York. New York. I love NY. Oh yea
Los jadeos del orgasmo se parecen
a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose
pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una
manzana donde apunta sus dianas (las manzanas tienen cuerpo de mujer, no puede
estar más lograda esa imagen), un guante de béisbol. Se pasa horas en el water.
¿Qué hace ahí tantas horas este chico?, pregunta la mama. Nada, un poquito de
diarrea. Y estaba meneándosela, no podía parar. Sus profanaciones poliúricas
llegaban hasta la bombilla o estallaban sobre las bragas o el suso de las
hermanas y otras prendas femeninas que habían sido puestas a lavar. Quería
embadurnar el mundo de líquido seminal. Era incontenible y un obseso sexual.
Tenía fijación con el pussy (órgano de reproducción de la mujer y lo que en bable
llaman "el ratu" y en castellano de mil y la bimba de maneras). Pero
el protagonista no es más que un alma cándida empecinado en ese cherchez la
femme o búsqueda del eterno femenino que nos hizo perder tanto tiempo y por el
que se comenten tantos disparates: Roth nos muestra que las palabras no son
sucias ni limpias per se: la suciedad y el morbo están en la boca del que las
pronuncia o en la oreja que las escucha. ¿A qué, por tanto, tanto rasgamiento
de vestiduras?
Un adolescente, velay, que nos
recuerda al adolescente que nosotros fuimos. Atormentado por la culpa, el miedo
al infierno, la rebeldía, etc. Pero a través de estas, a manipulaciones
masturbatorias se puede hacer crítica social y reflejar el estado de cosas de
un universo que se fue y en el que nada cambiará porque en la naturaleza todo
sigue igual. Soflamas de un judío llenas de ironía y de piedad para la
humanidad.
Yo creo que se trata de un libro
místico. Impregnado de ternura y de crudo humor judío en el que no se deja
títere con cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de
algunas imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y
sonando en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si
fuera el himno nacional. Y en el show de Jimmy Carson altas horas de madrugada
escuché yo unas navidades un chiste de un chouman que anunciaba: Este año no va
haber Navidad, troncos, ¿Por qué? La Virgen toma la píldora. Jajaja. Un poco
fuerte y crudo la verdad pero hay que recordar que los cristianos no somos
fanáticos islamistas, ni empuñamos la cimitarra cuando escuchamos mofas
semejantes que en realidad sirven para rebajar un poco la tensión. A través de
esta novela he vuelto a revivir mis vivencias neoyorquinas.
La Nochebuena solía coincidir con
la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba un gran pesebre en la
antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús sonriendo entre las
bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá (protestante) un árbol de Noel
mientras los altavoces colocados en el balcón emitían a toda mecha los sonidos
de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no quedarse atrás ensamblaban casi
con las dimensiones de un andamio el candelabro de los siete brazos. Este
absurdo me hizo recapacitar de lo paradójico de nuestras disputas. Y de que
ellos, los promotores de la modernidad en el mundo actual y que han sufrido
persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los encontré
fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las creencias y
de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de nuestra fe
contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y gran parte
de ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni capullos.
Comprendí – me ha costado años de
cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la
Crucifixión. Son dos acontecimientos históricos que se complementan, no se
excluyen por más que algunos traten de verlo así. Dos hechos que han redimido
al ser humano con sangre y dolor, el uno en el plano soteriológico y espiritual
y el otro en su parte material porque el Holocausto ha acelerado la Historia
que ha entrado en un carril vertiginoso con la era de las comunicaciones.
También entiendo a Agustín cuando desde su invitación a leer y meditar (tolle
et lege) llamaba a los judíos nuestros hermanos mayores. Que van por delante en
la Historia. Por más que dicho camino esté lleno de abrojos, plagado de
contradicciones. Y también entiendo al presidente ZP reatando cabos y tratando
de meterme en los ojos del otro.
Se consuma el mensaje salvífico
de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos".
Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el
poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre
sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting sin ir
más lejos hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo nunca
existió. ¡Pero coño! Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Aún más
escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya
con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En
misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío!
Pero yo seguiré aferrado a mi
canon muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial
y antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a
los judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan
amarme, a mí, pecador.
La mayor parte de mis vecinos y
amigos en Nueva York una ciudad dura practicaban la religión mosaica. Muchos me
abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy
(pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío.
Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack
Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Polansky Samuel
Bronston- todo aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír,
llorar, enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que
abandonar California a causa de la "caza de brujas" del presidente
MacCarthy. Lo cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se
hubiera quedado en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger
otro obseso sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián
sobre el centeno", John Updike, Arthur Miller y Marylin, Norman Mailer
etc. A este último nunca le pude sufrir porque me parece algo libelista en sus
planteamientos contra Europa.
Ellos fueron los diseñadores de
esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no
soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de
Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).
América en estos años tenía una
faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero
King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa
derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto
gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del
nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt,
prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas
porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples
facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín
en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército
yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los
británicos. O de la catapulta. Eso sería el apaga y vámonos.
Los ingleses sí que tienen una
buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen
(la mejor del mundo) y así y todo Olmert está pasando por dificultades en el
Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero
mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor
de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en
el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta
palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la
leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres
que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no
es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante.
En el Lamento de Portnoy, una
cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo que
nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de noviembre
de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando abandoné la
ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el canto de las
plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza su mole junto
a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo un signo
misterioso. Somos carne de dolor. I love New York. Lo cantaba Frank Sinatra el
cabaretista neoyorquino italojudio símbolo de estos tiempos. Un judío en el
Eliseo. Zarkozy le juif. No ocurría desde Mendes Frances. Zarkozy, derecha
maquillada, Ersatz, sucedánea, derecha enmascarada porque aquí nada es lo que
parece, viene del Nombre de la Rosa. La Rosa. Siempre la Rosa Recoge el guante
en un momento difícil. Francia es un polvorín.
Veremos a ver qué pasa pero aquí
son muchos los que insidiosamente quieren sacar tajada e interpretar su
elección como una amenaza para un ZP acorralado por la derechota. Aquí un
gobierno de la derecha podría armarla y tendrían que enviar los USA a la 82
división aerotransportada con sus marines. Zapatero resiste. Está muy cargado
el ambiente. Nos sobran odio e ignorancia y nos faltan tolerancia e
información. España y Francia son países distintos y distantes aunque estén
puerta por puerta. Veremos a ver que pasa pero aquí no pasa ná…. Mientras
tanto, E la nave va. Yo canto por las aceras de Madrid el himno a la Gran
Manzana de Frank : " I love New York". Ella me hizo escritor y
periodista. Y concebir el mundo de otra forma. Tengan calma. Haya paz y lean
esa obra maravillosa que es el Lamento de Portnoy. Se lo recomiendo junto con
los artículos de Elvira Lindo.
Miércoles, 09 de mayo de 2007
Antonio Parra
Nueva York transforma, contamina,
sublima y a la vez rebaja al estado cero. El hombre se siente hormiga y gigante
a un mismo tiempo. Repele y rechaza a la vez. A mí creo que me rechazó pero
releyendo algunos de mis apuntes y crónicas de entonces e interesado por los
artículos en el "País" de Elvira Lindo, corresponsal allí, la cual
hace un periodismo ágil audaz y a la vez procaz que escandalizará a los
reaccionarios y los/las que consideran el oficio de escribir un eterno mirarse
en el ombligo y enjabonarse unos a otros –los artículos de la Lindo yo los
pondría como paradigma de los ejercicios de estilo y de lo que debe ser esta
profesión, si no vale oiga, dedíquese a otra cosa-dentro de la urna de cristal,
pues a algunas debajo de la pluma se les notan los correajes de la Sección
Femenina disfrazados de un falso feminismo, he descubierto que en verdad tengo
nostalgia de Nueva York que fue para mí una especie de tierra prometida. Se
asustan de lo estridente pero Nueva York es un sitio estridente como que fue
fundada por ex presidiarios y por mozos de cuerda que venían huyendo de la
quema de Europa. Volví moviendo la cabeza como Paco Martínez Soria "la
ciudad no es para mí" y ahora, al cabo de casi treinta años, silbo por las
aceras con Frank Sinatra: "New York. New York"
La calle allá habla un lenguaje
directo, duro y coprológico y en la sartén de la conversación hierven los tacos
pero no por soltar algún que otro "caspita" neoyorquino un escritor
no es mejor ni peor. El mundo es ansí, ya lo decía Baroja y no como los
inquisidores y los zenones de oficio sin beneficio quisieran que fuera. La
ternura late en el meollo. Por fuera NY es una ciudad ácida y llena de pinchos.
Por dentro dulce almíbar. Profundamente humana. Sofisticada y paleta a la vez.
Todo el mundo diciendo fuck, dollar, shit y wuau. Capital de lo in y lo out.
Pero allí nunca pasa nada y ocurre todo. Es la capital del mundo.
Un melting pot que indica el
modelo del futuro en el que hay que aprender a vivir y a convivir razas y
religiones. Fue toda una universidad la estancia de cuatro años corridos allí.
Por lo menos aprendí sabiduría de calle (Street wisdom) ahora un quidam va y me
dicen que hay que vigilarme, que me meten en un manicomio y me den jarabe de
palo. Ejerzo desde aquí mi derecho de réplica, desde estas hospitalarias
páginas donde hay un director que es de nuestra escuela, la vieja escuela del
gran Emilio Romero, que nunca te tiraba un artículo, ni se asustaba por nada,
sindicalista polémico que venía desde el Falangismo de la libertad Y DE LA
PROFESIONALIDAD. Déjalos que se desahoguen. ¿No somos libres como ellos
cacarean con tanta prosapia a bomba y platillos desde sus antenas de
propaganda? Pues eso, somos libres, o eso espero.
Habiendo padecido el acoso de una
de esas prójimas que me mandaron al mar de hielo y al regato como aquel que
dice por esos convencionalismos de ciertas féminas pacatas (en la era Aznar
ocurrieron muchas cosas raras y me siento mucho más a gusto en la España de ZP,
pero vuelven a soplar vientos de intolerancia y de caza de brujas) usted sobra,
váyase a su casa, y hasta una fulana en un pedido me envió a la Hemeroteca una
cuerda para que me suicidada (rechacé el ofrecimiento pues un judío no se
suicida jamás pero en vez de balas le devolví la pelota con un ramo de rosas
por Interflora), me creo en el deber moral de defenderme con un canto a la
palabra, con un "I love New York, New York, amo la libertad", que me
sale del alma. Un aviso a navegantes. Porque aquí la derechota, más papistas
que el papa, se sienten tan pronorteamericanos que parecen haber aterrizado en
estos predios desde un barrio de Miami donde se practica un anticastrismo de
pistola y de cloaca. Vuelven los vigilantes de la playa, los policías del
pensamiento, los comisarios de la Verdad, su Verdad. Y es tanta la aversión que
nos tienen estos demócratas de barniz que aquí puede prepararse hasta un
magnicidio como hicieron con Carrero Blanco u ocurrir otra hecatombe como el de
las idus de marzo.
Eso no es América oiga, sino una
deformación barata de ese gran país. Y yo soy una rata neoyorquina. ¿Epater le
bourgoise? Pues sí. Creen vivir en un mundo feliz pero déjense de hacer palotes
y de pintar angelotes, incluso bilingües y trilingues siempre serán tontos como
le dijeron una vez a don Salvador de Madariaga, "tontos en nueve
idiomas". Que lean a Huxley un gran escritor británico algo profeta que
trató de demostrar a sus contemporáneos el callejón sin salida al que su
incontrastado optimismo les había llevado los políticos en entreguerras con su
lenguajes prebélico. Luego Bush, Reagan, la Thatcher y Blair volvieron a la
carga. Con sus martingalas de armas de destrucción masiva, etc.
Yo amo a New York y en este amor
va incluido el recuerdo tierno de aquellos vecinos que cocinaban una tarta para
ti cuando veían aparecer el capitoné de las mudanzas por el barrio y tú
estrenabas nuevo hogar o que te entregaban las llaves de su "carro"
si a ti se te había roto el tuyo. Gente sufrida, trabajadora, magnánima,
cordial, ordinary people, gente corriente de un país en el que nacieron dos de
mis hijos y en el que todo es grande: las nevadas, las tormentas, los ríos, las
montañas. En Chicago se podía cortar el aire una tarde de calma chica a 47
grados a la sombra y en Staten Island con una ola de viento polar estuvimos a
32 bajo cero. Un país, en definitiva, en el que nacieron dos de mis hijos. Un
país cuya lengua y literatura creo conocer bien como anglista pero en el que no
me gustaría vivir a no ser que a la fuerza me exilien. Sigo siendo una rata
neoyorquina trasterrada a Madrid. New York. Nre York.
No trato de escandalizar pero
asumo que veces redacto no para unos lectores sino para poner orden y claridad
a mis propias ideas. El que quiera que no me lea (este es, supongo, un mundo
libre) pero que no me insulte. Por favor, señora funcionaria, manos blancas no
ofenden pero hay que reconocer que usted tiene unas zarpas brutales de felino.
Quiso clavarme sus sucias garras pero va jodida. Llevo dándole a la tecla desde
hace más de 45 años corridos. Me han salido y se me han caído los dientes en
este oficio. Gozo de una cierta vitola profesional. El hecho de que sea yo un
periodista incomodo o que le escandalice a Vd. que vive en una nube y en el
dulce encanto de la burguesía no significa que mis prosas que (escribo a
sobaquillo de refez, sabe lo que es refez, pues si no, mírelo en el
diccionario, y a veces con mala leche) sean tan malas. Que a Vd. no le gusten
ese es otro cantar pero no me acuse de acoso que yo no la conozco de nada. Por
culpa de prójimas como usted y gente muy engallada de la Cuerpa he tenido yo
muchísimas contradicciones y persecuciones. Quisieron acabar conmigo. A vuesa merced
le encantan los mansos, por lo visto, pero yo soy un mihura.
Bendito sea Dios que no todas las
mujeres son así ni padecen homofobia. Respete mi libertad como yo respeto la
suya. New York. New York. I love New York.
Y voy con el otro. Debe él ser un
gudy y yo un bady y para colmo me cuelga el sambenito de que soy
anti-norteamericano. Si esos no son coacciones (encima me llama provocador) y
amenazas que baje Dios y lo vea. Me quieren llevar – otra vez- al gulag y por
ahí andan hablando tíos de meterme un tiro por picajoso. El presidente Bush me
parece respetable pero caudillista en su gestión política y que habla un
lenguaje muy "peligroso". Mucho más peligroso que yo, que no tengo ni
pistola ni lanzallamas, ni carros ni aviones supersónicos. Sólo mi pluma y una
triste navajilla para cortar el pan. Usted sí que es un peligro en el foro si
sigue profiriendo amenazas bajo pseudónimo..
Cualquier madrugada pueden llamar
a la puerta y no va a ser precisamente el lechero. El tal Judex puede ser un
golpista disfrazado de cristiano de base o de cursillista de cristiandad y sus
malos modos no me gustan como tampoco sus malos pelos si es que le queda
alguno. Sus gestos y sus palabras de topo del Circus o la Gestapo. Habla una
jerga antigua como Humphrey Bogart.
Y me asaltan estos pensamientos
cuando vuelvo a releer una de las grandes novelas del siglo XX: "El
Lamento de Portnoy" de Philip Roth un profesor de origen judío, aun a
riesgo de perder un poco las formas. Sansirolés, cursis, doctrinos y viejos
cursillistas de cristiandad abstenerse. El cristianismo, la literatura, el
periodismo son otra cosa. Y al hilo de la glosa de este gran libro he hilvanado
un ensayo para mis memorias de la Big Apple. El empiece no puede ser más
tremendo porque Roth lo que intenta es romper los tabúes victorianos que tanto
daño han hecho a la lengua inglesa y que regresan como vuelven siempre las
cazas de brujas y los inquisidores. "Cuando el cuervo vuela bajo hace un
frío del carajo". "Tu pene enhiesto y se acabó tu sabiduría" o
"cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta".
Todos estos son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis
aficiones paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en
español y las judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se
parece mucho al ruso.
En efecto, el aforismo del ghetto
" Wan der putz stehet light der Sechel im pre=(con el miembro en erección
la lógica está de más"). Esto es: que somos barro y que el ser humano a
través de su animalidad rinde tributo a los instintos. Yo lo escuché en un
cafetín del Lower Manhattan (me gustaban los tupís judíos y había uno Staten
Island donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles de judíos
exilados de la Urss, y a la de las excavadoras de las inmobiliarias, misterios
del mundo, y desparecieron más tardes los cilancos y las grandes charcas, el
canto de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico). A NY le
entró la "cupiditas aedificandi" (el morbo del ladrillo) de los romanos.
Levantad casas malditos. Construid una nueva torre de babel. Roth se erigía en
heraldo de un mundo por llegar. Se adelantó a su tiempo. Por eso está
considerado como un autor maldito que ha padecido en su carne el flagelo de la
caza de brujas
El mundo se acelera de una forma
imparable. Me invitaron varios veces al templo esto es a la sinagoga pero a mí
me daba corte colocarme la yamulka en el occipucio que me sentaba que ni
pintiparada y verdaderamente tengo cara, la nariz sobre todo, de judío pero no
hacían más que hacerme preguntas y había un paisano que se parecía mucho a mi
abuelo Benjamín al que colgaban los flecos de las filacterias (los sefarditas
se colocan para orar en los cuadriles una especie de faja) que eran exacta a la
largo ceñidor con la que el abuelo Benjamín, un auténtico padre para mí, se
"atacaba" para no agarrar frío a los riñones.
Se llamaba Samuel y un día me
enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia:
Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste
éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus
almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que
fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante
tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un
kadish o responso. Corría diciembre del 75.
¿Franco era judío? Esa era al
menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor
secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de
origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el
apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el
toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues.
Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la
trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.
Los Franco me caen bien. Pero más
Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o
don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar
que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de
armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a
Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis
colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón
había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban
varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a dominar ni el inglés.
Todos estos postulados revisionistas, con todo, nunca me apartarán del amor que
profeso hacia Pachín y hacia su familia.
Pero yo en su capote no me
hubiera alzado, mediante apoyos y contubernios económicos de don Juan March, el
banquero de Mallorca, contra el gobierno legítimo, provocando una tragedia
fratricida cuya culpa y estertores aun arrastramos. Asimismo, hizo una guerra
"a la africana" con mucha infantería y derroche de hombres. Sus otros
compañeros de armas, que conocían bien a "Franquito" y lo
despreciaban teniéndolo por un don nadie en el escalafón, respondieron con la
misma moneda. Tal cual, el general Rojo, que era un formidable estratega. Eso
prolongó la tragedia. ¿Pudiera haberse evitado? No sé. Que la historia lo
juzgue pero es irrefragable que Franco amaba a su patria, a lo mejor
equivocadamente, tal vez demasiado. Y que le echó cojones. Uno cojones
equivocados seguramente.
Luego en política le dieron
resultado sus juegos camaleónicos. Un buen táctico, se pegaba al territorio,
arrastrándose bajo las alambradas y guardando un bajo perfil. No nos engañemos.
Ganó y su victoria, para bien o para mal, fundó la España moderna y nos legó un
estado "social", el de Girón, ese que hoy disfrutamos y padecemos y
que muchos montados en el dólar y que piensan que esto es Hollywood, la cara
más impresentable del capitalismo más bronco olvidan. Buena gana de lanzar
coces contra el aguijón. Sin embargo, convendría entender a Zapatero: los otros
generales merecen una vitrina y su nombre glorioso en los anales. Y un lugar al
sol en el Museo del Ejército. Si la memoria histórica se conduce por los cauces
correspondientes, y no se convierte en trampolín de odios y de vesanias, esta
reivindicación puede ser bálsamo a los costurones desgarrados del alma de
España.
Imitemos a los norteamericanos en
eso que también tuvieron una guerra civil. Y en Nueva York se rinde honores al
sureño Lee que era de los "malos". El gran derrotado en la película
"Lo que el viento se llevó".
Franco no se enriqueció a costa
del erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los
libros y del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño
burgués judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte,
lo que no cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta,
el hecho es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de
la pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo
mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de
que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus
embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro
descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez.
"Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras
ocultas dirigidas desde Wall Street.
Todo eso es impepìnable guste o
disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una
televisión la otra noche que decía que el general Franco con una mano mojaba
los churros en el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La
condena a muerte de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera
especialista en prensa de la entrepierna dicen que es poeta (¡caspita y pardiez
rediez como deben de ser sus versos!) y uno de los más eximios practicantes de
lameculismo catatónico-tontonico y de coyundas y de líos de la jet que
interesarán sólo a su padre pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía
y cuando veía a un guripa con una revista pornográfica entre las manos se la
hacía pedazos: "El sexo en directo y en privado, chaval, te van a doler
los cojones de tanto mirar esas porquerías".
Bueno, pues valga esta larga
digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX
"El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo
de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela
sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete
algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica
inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo
los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan
tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, los
negros, las calles de la urbe huelen a negro, el racismo, los prejuicios
religiosos o étnicos, la equiparación de Eros con Tanatos. Un mordisco a la
gran camuesa.
El libro está contaminado de
Nueva York la ciudad automática de Camba trufado de metáforas eléctricas. Las
frases son como latigazos de buena literatura pero así es como habla la gente
en Nueva York. Las descargas estáticas están por toda la urbe, cuando tocas un picaporte
o pisas una alfombra. Allí la eutrapelia a lo Azorín y a lo Miró estaría mal
vista. Un año en la ciudad y se te quita la gazmoñería. Se lo recomiendo a esos
cursis que hablan de análisis de textos y de pretextos y escriben como si
fueran cursillistas de cristiandad. Oiga, váyase usted una temporadita a NY y
déjese de foros y de practicar el autobombo y no nos venga a hablar usted de
sus libros que son todos muy malos, que aunque tienen premio quizás también
tengan bicho, un bicho golpista, claro es. Lea a Philip Roth creador de mundos
y de personajes como "Bubbles" la Burbujitas, la putita, que no es
otra a mi parecer que la gran meretriz onírica del Apocalipsis. Recíclese,
póngase las pilas.
La literatura y el periodismo son
algo más que un ejercicio de redacción o una excusa para que a uno le llamen
guapo y le lancen, los muy capullos, mensajes de amor o de odio por el foro.
¡Cuan bien escribe este chico/chica! Tú llegarás… a dar con la cabeza en un
pesebre. No han vivido en Nueva York, la ciudad metáfora, no han ido al
reencuentro con la metanoia y la paranoia. A mí Nueva York, la ciudad santa y
maldita, mitad nueva Jerusalén y mitad Babilonia, me cambió la vida. Sé lo que
escuece que te llamaren perro judío, que te marginen, que te pongan, por decir
la verdad, contra la pared. ¡Oh, I love New York!
Y este es el New York que surge
en el "Lamento de Portnoyª libro clave (está editado por Bruguera en
castellano), que hablando de marginales, de negros que huelen mal, y taxistas
polacos con cara de buey y apellidos impronunciables y pistonudos, como
Brzezinsky, Wojtyla y Auschwitz, donde abundan las x, las w, las z y las y, son
el rostro impresentable de un catolicismo fanático y caballuno.
Yes. I love New York, pues si
sobrevives allá puede decirse que amas y entiendes el mundo. Te reconcilias con
él. La novela ya no es la misma desde que Henry Miller y el propio Roth
asomaron la gaita en este oficio. Y escribieron "Trópico de Cáncer" y
"El Lamento de Portnoy". Ambos escogieron el pretexto del sexo para
hacer balance. Y con tales autores se comprende lo que anunciaba Jeremías sobre
el destino final. New York. New York. I love NY. Oh yea
Los jadeos del orgasmo se parecen
a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose
pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una
manzana donde apunta sus dianas (las manzanas tienen cuerpo de mujer, no puede
estar más lograda esa imagen), un guante de béisbol. Se pasa horas en el water.
¿Qué hace ahí tantas horas este chico?, pregunta la mama. Nada, un poquito de
diarrea. Y estaba meneándosela, no podía parar. Sus profanaciones poliúricas
llegaban hasta la bombilla o estallaban sobre las bragas o el suso de las
hermanas y otras prendas femeninas que habían sido puestas a lavar. Quería
embadurnar el mundo de líquido seminal. Era incontenible y un obseso sexual.
Tenía fijación con el pussy (órgano de reproducción de la mujer y lo que en
bable llaman "el ratu" y en castellano de mil y la bimba de maneras).
Pero el protagonista no es más que un alma cándida empecinado en ese cherchez
la femme o búsqueda del eterno femenino que nos hizo perder tanto tiempo y por
el que se comenten tantos disparates: Roth nos muestra que las palabras no son
sucias ni limpias per se: la suciedad y el morbo están en la boca del que las
pronuncia o en la oreja que las escucha. ¿A qué, por tanto, tanto rasgamiento
de vestiduras?
Un adolescente, velay, que nos
recuerda al adolescente que nosotros fuimos. Atormentado por la culpa, el miedo
al infierno, la rebeldía, etc. Pero a través de estas, a manipulaciones
masturbatorias se puede hacer crítica social y reflejar el estado de cosas de
un universo que se fue y en el que nada cambiará porque en la naturaleza todo
sigue igual. Soflamas de un judío llenas de ironía y de piedad para la
humanidad.
Yo creo que se trata de un libro
místico. Impregnado de ternura y de crudo humor judío en el que no se deja
títere con cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de
algunas imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y
sonando en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si
fuera el himno nacional. Y en el show de Jimmy Carson altas horas de madrugada
escuché yo unas navidades un chiste de un chouman que anunciaba: Este año no va
haber Navidad, troncos, ¿Por qué? La Virgen toma la píldora. Jajaja. Un poco
fuerte y crudo la verdad pero hay que recordar que los cristianos no somos
fanáticos islamistas, ni empuñamos la cimitarra cuando escuchamos mofas
semejantes que en realidad sirven para rebajar un poco la tensión. A través de
esta novela he vuelto a revivir mis vivencias neoyorquinas.
La Nochebuena solía coincidir con
la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba un gran pesebre en la
antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús sonriendo entre las
bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá (protestante) un árbol de Noel
mientras los altavoces colocados en el balcón emitían a toda mecha los sonidos
de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no quedarse atrás ensamblaban casi
con las dimensiones de un andamio el candelabro de los siete brazos. Este
absurdo me hizo recapacitar de lo paradójico de nuestras disputas. Y de que
ellos, los promotores de la modernidad en el mundo actual y que han sufrido
persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los encontré
fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las creencias y
de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de nuestra fe
contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y gran parte
de ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni capullos.
Comprendí – me ha costado años de
cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la Crucifixión.
Son dos acontecimientos históricos que se complementan, no se excluyen por más
que algunos traten de verlo así. Dos hechos que han redimido al ser humano con
sangre y dolor, el uno en el plano soteriológico y espiritual y el otro en su
parte material porque el Holocausto ha acelerado la Historia que ha entrado en
un carril vertiginoso con la era de las comunicaciones. También entiendo a
Agustín cuando desde su invitación a leer y meditar (tolle et lege) llamaba a
los judíos nuestros hermanos mayores. Que van por delante en la Historia. Por
más que dicho camino esté lleno de abrojos, plagado de contradicciones. Y
también entiendo al presidente ZP reatando cabos y tratando de meterme en los
ojos del otro.
Se consuma el mensaje salvífico
de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos".
Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el
poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre
sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting sin ir
más lejos hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo nunca
existió. ¡Pero coño! Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Aún más
escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya
con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En
misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío!
Pero yo seguiré aferrado a mi
canon muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial
y antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a
los judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan
amarme, a mí, pecador.
La mayor parte de mis vecinos y
amigos en Nueva York una ciudad dura practicaban la religión mosaica. Muchos me
abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy
(pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío.
Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack
Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Polansky Samuel
Bronston- todo aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír,
llorar, enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que
abandonar California a causa de la "caza de brujas" del presidente
MacCarthy. Lo cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se
hubiera quedado en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger
otro obseso sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián
sobre el centeno", John Updike, Arthur Miller y Marylin, Norman Mailer
etc. A este último nunca le pude sufrir porque me parece algo libelista en sus
planteamientos contra Europa.
Ellos fueron los diseñadores de
esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no
soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de
Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).
América en estos años tenía una
faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero
King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa
derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto
gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del
nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt,
prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas
porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples
facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín
en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército
yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los
británicos. O de la catapulta. Eso sería el apaga y vámonos.
Los ingleses sí que tienen una
buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen
(la mejor del mundo) y así y todo Olmert está pasando por dificultades en el
Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero
mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor
de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en
el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta
palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la
leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres
que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no
es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante.
En el Lamento de Portnoy, una
cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo que
nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de noviembre
de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando abandoné la
ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el canto de las
plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza su mole junto
a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo un signo
misterioso. Somos carne de dolor. I love New York. Lo cantaba Frank Sinatra el
cabaretista neoyorquino italojudio símbolo de estos tiempos. Un judío en el
Eliseo. Zarkozy le juif. No ocurría desde Mendes Frances. Zarkozy, derecha
maquillada, Ersatz, sucedánea, derecha enmascarada porque aquí nada es lo que
parece, viene del Nombre de la Rosa. La Rosa. Siempre la Rosa Recoge el guante
en un momento difícil. Francia es un polvorín.
Veremos a ver qué pasa pero aquí
son muchos los que insidiosamente quieren sacar tajada e interpretar su
elección como una amenaza para un ZP acorralado por la derechota. Aquí un
gobierno de la derecha podría armarla y tendrían que enviar los USA a la 82
división aerotransportada con sus marines. Zapatero resiste. Está muy cargado
el ambiente. Nos sobran odio e ignorancia y nos faltan tolerancia e
información. España y Francia son países distintos y distantes aunque estén
puerta por puerta. Veremos a ver que pasa pero aquí no pasa ná…. Mientras
tanto, E la nave va. Yo canto por las aceras de Madrid el himno a la Gran
Manzana de Frank : " I love New York". Ella me hizo escritor y
periodista. Y concebir el mundo de otra forma. Tengan calma. Haya paz y lean
esa obra maravillosa que es el Lamento de Portnoy. Se lo recomiendo junto con
los artículos de Elvira Lindo.
Miércoles, 09 de mayo de 2007
Antonio Parra
Nueva York transforma, contamina,
sublima y a la vez rebaja al estado cero. El hombre se siente hormiga y gigante
a un mismo tiempo. Repele y rechaza a la vez. A mí creo que me rechazó pero releyendo
algunos de mis apuntes y crónicas de entonces e interesado por los artículos en
el "País" de Elvira Lindo, corresponsal allí, la cual hace un
periodismo ágil audaz y a la vez procaz que escandalizará a los reaccionarios y
los/las que consideran el oficio de escribir un eterno mirarse en el ombligo y
enjabonarse unos a otros –los artículos de la Lindo yo los pondría como
paradigma de los ejercicios de estilo y de lo que debe ser esta profesión, si
no vale oiga, dedíquese a otra cosa-dentro de la urna de cristal, pues a
algunas debajo de la pluma se les notan los correajes de la Sección Femenina
disfrazados de un falso feminismo, he descubierto que en verdad tengo nostalgia
de Nueva York que fue para mí una especie de tierra prometida. Se asustan de lo
estridente pero Nueva York es un sitio estridente como que fue fundada por ex
presidiarios y por mozos de cuerda que venían huyendo de la quema de Europa.
Volví moviendo la cabeza como Paco Martínez Soria "la ciudad no es para
mí" y ahora, al cabo de casi treinta años, silbo por las aceras con Frank
Sinatra: "New York. New York"
La calle allá habla un lenguaje
directo, duro y coprológico y en la sartén de la conversación hierven los tacos
pero no por soltar algún que otro "caspita" neoyorquino un escritor no
es mejor ni peor. El mundo es ansí, ya lo decía Baroja y no como los
inquisidores y los zenones de oficio sin beneficio quisieran que fuera. La
ternura late en el meollo. Por fuera NY es una ciudad ácida y llena de pinchos.
Por dentro dulce almíbar. Profundamente humana. Sofisticada y paleta a la vez.
Todo el mundo diciendo fuck, dollar, shit y wuau. Capital de lo in y lo out.
Pero allí nunca pasa nada y ocurre todo. Es la capital del mundo.
Un melting pot que indica el
modelo del futuro en el que hay que aprender a vivir y a convivir razas y
religiones. Fue toda una universidad la estancia de cuatro años corridos allí.
Por lo menos aprendí sabiduría de calle (Street wisdom) ahora un quidam va y me
dicen que hay que vigilarme, que me meten en un manicomio y me den jarabe de
palo. Ejerzo desde aquí mi derecho de réplica, desde estas hospitalarias
páginas donde hay un director que es de nuestra escuela, la vieja escuela del
gran Emilio Romero, que nunca te tiraba un artículo, ni se asustaba por nada,
sindicalista polémico que venía desde el Falangismo de la libertad Y DE LA
PROFESIONALIDAD. Déjalos que se desahoguen. ¿No somos libres como ellos
cacarean con tanta prosapia a bomba y platillos desde sus antenas de
propaganda? Pues eso, somos libres, o eso espero.
Habiendo padecido el acoso de una
de esas prójimas que me mandaron al mar de hielo y al regato como aquel que
dice por esos convencionalismos de ciertas féminas pacatas (en la era Aznar
ocurrieron muchas cosas raras y me siento mucho más a gusto en la España de ZP,
pero vuelven a soplar vientos de intolerancia y de caza de brujas) usted sobra,
váyase a su casa, y hasta una fulana en un pedido me envió a la Hemeroteca una
cuerda para que me suicidada (rechacé el ofrecimiento pues un judío no se
suicida jamás pero en vez de balas le devolví la pelota con un ramo de rosas
por Interflora), me creo en el deber moral de defenderme con un canto a la
palabra, con un "I love New York, New York, amo la libertad", que me
sale del alma. Un aviso a navegantes. Porque aquí la derechota, más papistas
que el papa, se sienten tan pronorteamericanos que parecen haber aterrizado en
estos predios desde un barrio de Miami donde se practica un anticastrismo de
pistola y de cloaca. Vuelven los vigilantes de la playa, los policías del
pensamiento, los comisarios de la Verdad, su Verdad. Y es tanta la aversión que
nos tienen estos demócratas de barniz que aquí puede prepararse hasta un
magnicidio como hicieron con Carrero Blanco u ocurrir otra hecatombe como el de
las idus de marzo.
Eso no es América oiga, sino una
deformación barata de ese gran país. Y yo soy una rata neoyorquina. ¿Epater le
bourgoise? Pues sí. Creen vivir en un mundo feliz pero déjense de hacer palotes
y de pintar angelotes, incluso bilingües y trilingues siempre serán tontos como
le dijeron una vez a don Salvador de Madariaga, "tontos en nueve
idiomas". Que lean a Huxley un gran escritor británico algo profeta que
trató de demostrar a sus contemporáneos el callejón sin salida al que su
incontrastado optimismo les había llevado los políticos en entreguerras con su
lenguajes prebélico. Luego Bush, Reagan, la Thatcher y Blair volvieron a la
carga. Con sus martingalas de armas de destrucción masiva, etc.
Yo amo a New York y en este amor
va incluido el recuerdo tierno de aquellos vecinos que cocinaban una tarta para
ti cuando veían aparecer el capitoné de las mudanzas por el barrio y tú
estrenabas nuevo hogar o que te entregaban las llaves de su "carro"
si a ti se te había roto el tuyo. Gente sufrida, trabajadora, magnánima,
cordial, ordinary people, gente corriente de un país en el que nacieron dos de
mis hijos y en el que todo es grande: las nevadas, las tormentas, los ríos, las
montañas. En Chicago se podía cortar el aire una tarde de calma chica a 47
grados a la sombra y en Staten Island con una ola de viento polar estuvimos a
32 bajo cero. Un país, en definitiva, en el que nacieron dos de mis hijos. Un
país cuya lengua y literatura creo conocer bien como anglista pero en el que no
me gustaría vivir a no ser que a la fuerza me exilien. Sigo siendo una rata
neoyorquina trasterrada a Madrid. New York. Nre York.
No trato de escandalizar pero
asumo que veces redacto no para unos lectores sino para poner orden y claridad
a mis propias ideas. El que quiera que no me lea (este es, supongo, un mundo
libre) pero que no me insulte. Por favor, señora funcionaria, manos blancas no
ofenden pero hay que reconocer que usted tiene unas zarpas brutales de felino.
Quiso clavarme sus sucias garras pero va jodida. Llevo dándole a la tecla desde
hace más de 45 años corridos. Me han salido y se me han caído los dientes en
este oficio. Gozo de una cierta vitola profesional. El hecho de que sea yo un
periodista incomodo o que le escandalice a Vd. que vive en una nube y en el
dulce encanto de la burguesía no significa que mis prosas que (escribo a
sobaquillo de refez, sabe lo que es refez, pues si no, mírelo en el
diccionario, y a veces con mala leche) sean tan malas. Que a Vd. no le gusten
ese es otro cantar pero no me acuse de acoso que yo no la conozco de nada. Por
culpa de prójimas como usted y gente muy engallada de la Cuerpa he tenido yo
muchísimas contradicciones y persecuciones. Quisieron acabar conmigo. A vuesa
merced le encantan los mansos, por lo visto, pero yo soy un mihura.
Bendito sea Dios que no todas las
mujeres son así ni padecen homofobia. Respete mi libertad como yo respeto la
suya. New York. New York. I love New York.
Y voy con el otro. Debe él ser un
gudy y yo un bady y para colmo me cuelga el sambenito de que soy anti-norteamericano.
Si esos no son coacciones (encima me llama provocador) y amenazas que baje Dios
y lo vea. Me quieren llevar – otra vez- al gulag y por ahí andan hablando tíos
de meterme un tiro por picajoso. El presidente Bush me parece respetable pero
caudillista en su gestión política y que habla un lenguaje muy
"peligroso". Mucho más peligroso que yo, que no tengo ni pistola ni
lanzallamas, ni carros ni aviones supersónicos. Sólo mi pluma y una triste
navajilla para cortar el pan. Usted sí que es un peligro en el foro si sigue
profiriendo amenazas bajo pseudónimo..
Cualquier madrugada pueden llamar
a la puerta y no va a ser precisamente el lechero. El tal Judex puede ser un
golpista disfrazado de cristiano de base o de cursillista de cristiandad y sus
malos modos no me gustan como tampoco sus malos pelos si es que le queda
alguno. Sus gestos y sus palabras de topo del Circus o la Gestapo. Habla una
jerga antigua como Humphrey Bogart.
Y me asaltan estos pensamientos
cuando vuelvo a releer una de las grandes novelas del siglo XX: "El
Lamento de Portnoy" de Philip Roth un profesor de origen judío, aun a
riesgo de perder un poco las formas. Sansirolés, cursis, doctrinos y viejos
cursillistas de cristiandad abstenerse. El cristianismo, la literatura, el
periodismo son otra cosa. Y al hilo de la glosa de este gran libro he hilvanado
un ensayo para mis memorias de la Big Apple. El empiece no puede ser más
tremendo porque Roth lo que intenta es romper los tabúes victorianos que tanto
daño han hecho a la lengua inglesa y que regresan como vuelven siempre las
cazas de brujas y los inquisidores. "Cuando el cuervo vuela bajo hace un
frío del carajo". "Tu pene enhiesto y se acabó tu sabiduría" o
"cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta".
Todos estos son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis
aficiones paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en
español y las judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se
parece mucho al ruso.
En efecto, el aforismo del ghetto
" Wan der putz stehet light der Sechel im pre=(con el miembro en erección
la lógica está de más"). Esto es: que somos barro y que el ser humano a
través de su animalidad rinde tributo a los instintos. Yo lo escuché en un cafetín
del Lower Manhattan (me gustaban los tupís judíos y había uno Staten Island
donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles de judíos exilados
de la Urss, y a la de las excavadoras de las inmobiliarias, misterios del
mundo, y desparecieron más tardes los cilancos y las grandes charcas, el canto
de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico). A NY le entró la
"cupiditas aedificandi" (el morbo del ladrillo) de los romanos.
Levantad casas malditos. Construid una nueva torre de babel. Roth se erigía en
heraldo de un mundo por llegar. Se adelantó a su tiempo. Por eso está
considerado como un autor maldito que ha padecido en su carne el flagelo de la
caza de brujas
El mundo se acelera de una forma
imparable. Me invitaron varios veces al templo esto es a la sinagoga pero a mí
me daba corte colocarme la yamulka en el occipucio que me sentaba que ni
pintiparada y verdaderamente tengo cara, la nariz sobre todo, de judío pero no
hacían más que hacerme preguntas y había un paisano que se parecía mucho a mi
abuelo Benjamín al que colgaban los flecos de las filacterias (los sefarditas
se colocan para orar en los cuadriles una especie de faja) que eran exacta a la
largo ceñidor con la que el abuelo Benjamín, un auténtico padre para mí, se
"atacaba" para no agarrar frío a los riñones.
Se llamaba Samuel y un día me
enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia:
Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste
éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus
almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que
fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante
tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un
kadish o responso. Corría diciembre del 75.
¿Franco era judío? Esa era al
menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor
secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de
origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el
apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el
toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues.
Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la
trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.
Los Franco me caen bien. Pero más
Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o
don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar
que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de
armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a
Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis
colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón
había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban
varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a dominar ni el inglés.
Todos estos postulados revisionistas, con todo, nunca me apartarán del amor que
profeso hacia Pachín y hacia su familia.
Pero yo en su capote no me
hubiera alzado, mediante apoyos y contubernios económicos de don Juan March, el
banquero de Mallorca, contra el gobierno legítimo, provocando una tragedia
fratricida cuya culpa y estertores aun arrastramos. Asimismo, hizo una guerra
"a la africana" con mucha infantería y derroche de hombres. Sus otros
compañeros de armas, que conocían bien a "Franquito" y lo despreciaban
teniéndolo por un don nadie en el escalafón, respondieron con la misma moneda.
Tal cual, el general Rojo, que era un formidable estratega. Eso prolongó la
tragedia. ¿Pudiera haberse evitado? No sé. Que la historia lo juzgue pero es
irrefragable que Franco amaba a su patria, a lo mejor equivocadamente, tal vez
demasiado. Y que le echó cojones. Uno cojones equivocados seguramente.
Luego en política le dieron
resultado sus juegos camaleónicos. Un buen táctico, se pegaba al territorio,
arrastrándose bajo las alambradas y guardando un bajo perfil. No nos engañemos.
Ganó y su victoria, para bien o para mal, fundó la España moderna y nos legó un
estado "social", el de Girón, ese que hoy disfrutamos y padecemos y
que muchos montados en el dólar y que piensan que esto es Hollywood, la cara
más impresentable del capitalismo más bronco olvidan. Buena gana de lanzar
coces contra el aguijón. Sin embargo, convendría entender a Zapatero: los otros
generales merecen una vitrina y su nombre glorioso en los anales. Y un lugar al
sol en el Museo del Ejército. Si la memoria histórica se conduce por los cauces
correspondientes, y no se convierte en trampolín de odios y de vesanias, esta
reivindicación puede ser bálsamo a los costurones desgarrados del alma de
España.
Imitemos a los norteamericanos en
eso que también tuvieron una guerra civil. Y en Nueva York se rinde honores al
sureño Lee que era de los "malos". El gran derrotado en la película
"Lo que el viento se llevó".
Franco no se enriqueció a costa
del erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los
libros y del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño
burgués judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte,
lo que no cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta,
el hecho es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de
la pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo
mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de
que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus
embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro
descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez.
"Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras
ocultas dirigidas desde Wall Street.
Todo eso es impepìnable guste o
disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una
televisión la otra noche que decía que el general Franco con una mano mojaba
los churros en el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La
condena a muerte de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera
especialista en prensa de la entrepierna dicen que es poeta (¡caspita y pardiez
rediez como deben de ser sus versos!) y uno de los más eximios practicantes de
lameculismo catatónico-tontonico y de coyundas y de líos de la jet que
interesarán sólo a su padre pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía
y cuando veía a un guripa con una revista pornográfica entre las manos se la
hacía pedazos: "El sexo en directo y en privado, chaval, te van a doler
los cojones de tanto mirar esas porquerías".
Bueno, pues valga esta larga
digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX
"El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo
de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela
sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete
algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica
inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo
los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan
tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, los
negros, las calles de la urbe huelen a negro, el racismo, los prejuicios
religiosos o étnicos, la equiparación de Eros con Tanatos. Un mordisco a la
gran camuesa.
El libro está contaminado de
Nueva York la ciudad automática de Camba trufado de metáforas eléctricas. Las
frases son como latigazos de buena literatura pero así es como habla la gente
en Nueva York. Las descargas estáticas están por toda la urbe, cuando tocas un
picaporte o pisas una alfombra. Allí la eutrapelia a lo Azorín y a lo Miró estaría
mal vista. Un año en la ciudad y se te quita la gazmoñería. Se lo recomiendo a
esos cursis que hablan de análisis de textos y de pretextos y escriben como si
fueran cursillistas de cristiandad. Oiga, váyase usted una temporadita a NY y
déjese de foros y de practicar el autobombo y no nos venga a hablar usted de
sus libros que son todos muy malos, que aunque tienen premio quizás también
tengan bicho, un bicho golpista, claro es. Lea a Philip Roth creador de mundos
y de personajes como "Bubbles" la Burbujitas, la putita, que no es
otra a mi parecer que la gran meretriz onírica del Apocalipsis. Recíclese,
póngase las pilas.
La literatura y el periodismo son
algo más que un ejercicio de redacción o una excusa para que a uno le llamen
guapo y le lancen, los muy capullos, mensajes de amor o de odio por el foro.
¡Cuan bien escribe este chico/chica! Tú llegarás… a dar con la cabeza en un
pesebre. No han vivido en Nueva York, la ciudad metáfora, no han ido al
reencuentro con la metanoia y la paranoia. A mí Nueva York, la ciudad santa y
maldita, mitad nueva Jerusalén y mitad Babilonia, me cambió la vida. Sé lo que
escuece que te llamaren perro judío, que te marginen, que te pongan, por decir
la verdad, contra la pared. ¡Oh, I love New York!
Y este es el New York que surge
en el "Lamento de Portnoyª libro clave (está editado por Bruguera en
castellano), que hablando de marginales, de negros que huelen mal, y taxistas
polacos con cara de buey y apellidos impronunciables y pistonudos, como
Brzezinsky, Wojtyla y Auschwitz, donde abundan las x, las w, las z y las y, son
el rostro impresentable de un catolicismo fanático y caballuno.
Yes. I love New York, pues si
sobrevives allá puede decirse que amas y entiendes el mundo. Te reconcilias con
él. La novela ya no es la misma desde que Henry Miller y el propio Roth
asomaron la gaita en este oficio. Y escribieron "Trópico de Cáncer" y
"El Lamento de Portnoy". Ambos escogieron el pretexto del sexo para
hacer balance. Y con tales autores se comprende lo que anunciaba Jeremías sobre
el destino final. New York. New York. I love NY. Oh yea
Los jadeos del orgasmo se parecen
a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose
pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una
manzana donde apunta sus dianas (las manzanas tienen cuerpo de mujer, no puede
estar más lograda esa imagen), un guante de béisbol. Se pasa horas en el water.
¿Qué hace ahí tantas horas este chico?, pregunta la mama. Nada, un poquito de
diarrea. Y estaba meneándosela, no podía parar. Sus profanaciones poliúricas
llegaban hasta la bombilla o estallaban sobre las bragas o el suso de las
hermanas y otras prendas femeninas que habían sido puestas a lavar. Quería
embadurnar el mundo de líquido seminal. Era incontenible y un obseso sexual.
Tenía fijación con el pussy (órgano de reproducción de la mujer y lo que en
bable llaman "el ratu" y en castellano de mil y la bimba de maneras).
Pero el protagonista no es más que un alma cándida empecinado en ese cherchez
la femme o búsqueda del eterno femenino que nos hizo perder tanto tiempo y por
el que se comenten tantos disparates: Roth nos muestra que las palabras no son
sucias ni limpias per se: la suciedad y el morbo están en la boca del que las
pronuncia o en la oreja que las escucha. ¿A qué, por tanto, tanto rasgamiento
de vestiduras?
Un adolescente, velay, que nos
recuerda al adolescente que nosotros fuimos. Atormentado por la culpa, el miedo
al infierno, la rebeldía, etc. Pero a través de estas, a manipulaciones masturbatorias
se puede hacer crítica social y reflejar el estado de cosas de un universo que
se fue y en el que nada cambiará porque en la naturaleza todo sigue igual.
Soflamas de un judío llenas de ironía y de piedad para la humanidad.
Yo creo que se trata de un libro
místico. Impregnado de ternura y de crudo humor judío en el que no se deja
títere con cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de
algunas imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y
sonando en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si
fuera el himno nacional. Y en el show de Jimmy Carson altas horas de madrugada
escuché yo unas navidades un chiste de un chouman que anunciaba: Este año no va
haber Navidad, troncos, ¿Por qué? La Virgen toma la píldora. Jajaja. Un poco
fuerte y crudo la verdad pero hay que recordar que los cristianos no somos
fanáticos islamistas, ni empuñamos la cimitarra cuando escuchamos mofas
semejantes que en realidad sirven para rebajar un poco la tensión. A través de
esta novela he vuelto a revivir mis vivencias neoyorquinas.
La Nochebuena solía coincidir con
la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba un gran pesebre en la
antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús sonriendo entre las
bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá (protestante) un árbol de Noel
mientras los altavoces colocados en el balcón emitían a toda mecha los sonidos
de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no quedarse atrás ensamblaban casi
con las dimensiones de un andamio el candelabro de los siete brazos. Este
absurdo me hizo recapacitar de lo paradójico de nuestras disputas. Y de que
ellos, los promotores de la modernidad en el mundo actual y que han sufrido
persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los encontré
fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las creencias y
de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de nuestra fe
contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y gran parte de
ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni capullos.
Comprendí – me ha costado años de
cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la
Crucifixión. Son dos acontecimientos históricos que se complementan, no se excluyen
por más que algunos traten de verlo así. Dos hechos que han redimido al ser
humano con sangre y dolor, el uno en el plano soteriológico y espiritual y el
otro en su parte material porque el Holocausto ha acelerado la Historia que ha
entrado en un carril vertiginoso con la era de las comunicaciones. También
entiendo a Agustín cuando desde su invitación a leer y meditar (tolle et lege)
llamaba a los judíos nuestros hermanos mayores. Que van por delante en la
Historia. Por más que dicho camino esté lleno de abrojos, plagado de
contradicciones. Y también entiendo al presidente ZP reatando cabos y tratando
de meterme en los ojos del otro.
Se consuma el mensaje salvífico
de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos".
Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el
poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre
sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting sin ir
más lejos hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo nunca
existió. ¡Pero coño! Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Aún más
escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya
con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En
misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío!
Pero yo seguiré aferrado a mi
canon muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial
y antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a
los judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan
amarme, a mí, pecador.
La mayor parte de mis vecinos y
amigos en Nueva York una ciudad dura practicaban la religión mosaica. Muchos me
abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy
(pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío.
Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack
Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Polansky Samuel
Bronston- todo aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír,
llorar, enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que
abandonar California a causa de la "caza de brujas" del presidente
MacCarthy. Lo cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se
hubiera quedado en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger
otro obseso sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián
sobre el centeno", John Updike, Arthur Miller y Marylin, Norman Mailer
etc. A este último nunca le pude sufrir porque me parece algo libelista en sus
planteamientos contra Europa.
Ellos fueron los diseñadores de
esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no
soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de
Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).
América en estos años tenía una
faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero
King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa
derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto
gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del
nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt,
prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas
porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples
facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín
en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército
yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los
británicos. O de la catapulta. Eso sería el apaga y vámonos.
Los ingleses sí que tienen una
buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen
(la mejor del mundo) y así y todo Olmert está pasando por dificultades en el
Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero
mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor
de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en
el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta
palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la
leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres
que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no
es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante.
En el Lamento de Portnoy, una
cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo que
nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de noviembre
de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando abandoné la
ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el canto de las
plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza su mole junto
a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo un signo
misterioso. Somos carne de dolor. I love New York. Lo cantaba Frank Sinatra el
cabaretista neoyorquino italojudio símbolo de estos tiempos. Un judío en el
Eliseo. Zarkozy le juif. No ocurría desde Mendes Frances. Zarkozy, derecha
maquillada, Ersatz, sucedánea, derecha enmascarada porque aquí nada es lo que
parece, viene del Nombre de la Rosa. La Rosa. Siempre la Rosa Recoge el guante
en un momento difícil. Francia es un polvorín.
Veremos a ver qué pasa pero aquí
son muchos los que insidiosamente quieren sacar tajada e interpretar su
elección como una amenaza para un ZP acorralado por la derechota. Aquí un
gobierno de la derecha podría armarla y tendrían que enviar los USA a la 82
división aerotransportada con sus marines. Zapatero resiste. Está muy cargado
el ambiente. Nos sobran odio e ignorancia y nos faltan tolerancia e
información. España y Francia son países distintos y distantes aunque estén
puerta por puerta. Veremos a ver que pasa pero aquí no pasa ná…. Mientras
tanto, E la nave va. Yo canto por las aceras de Madrid el himno a la Gran
Manzana de Frank : " I love New York". Ella me hizo escritor y
periodista. Y concebir el mundo de otra forma. Tengan calma. Haya paz y lean
esa obra maravillosa que es el Lamento de Portnoy. Se lo recomiendo junto con
los artículos de Elvira Lindo.
Miércoles, 09 de mayo de 2007
En 1928 la madre de Hemingway le
mandó a su hijo por correo una tarta de chocolate y un Smith&Wesson del
calibre 32, el revolver que tenía su padre cuando se suicidó. Ernesto cogió el
arma y la lanzó a las aguas negras de un lago. Cuenta en alguno de sus cuentos
cómo vio desaparecer el objeto. Las aguas del Wyoming Lake lanzaron burbujas y
círculos concéntricos al sumergirse la pistola. Esas burbujas fueron una
premonición. Lo persiguieron al autor de Adiós a las Armas de por vida.
Llegaron a ser fantasmas obsesivos en su memoria. Para conjurar esta tortura el
escritor acudió a la botella.
Él mismo, hostigado por las aguas
negras de aquel lago, se sumergió en otras más tenebrosas todavía, las del
alcohol. Hay algo de fluidez líquida en sus novelas. Algo de ahogado. Quizás
presintiera cómo iba a acabar. Hemingway escribía como un pez torturado que no
encuentra, naúfrago del destino, el banco ictiológico al que pertenecía. O al
clan. Fue todos los años de sus días un desarraigado que paseó por el mundo la
imagen del buen norteamericano, el buen salvaje roussoniano, caído de un guindo
o del paraíso de Walden. Fue siempre un bisonte lejos de la manada. Por eso
cazaba, pescaba y escribía una palabra detrás de otra con dificultades, eso sí,
como si se tratase de un albañil romano empeñado en pintar un cuadro
recomponiendo las piezas de sus mosaicos. Toda literatura tiene algo de enigma.
Es un rompecabezas el impulso de escribir.
Los capítulos de sus novelas no
deberían llamarse capítulos sino teselas. Hay algo de artesanía laboriosa para
analizarse a sí mismo. El recuerdo de la pistola de su padre le persiguió de
por vida y fue un presentimiento fatídico. También don Ernesto acabó
suicidándose al igual que otros miembros del clan como su sobrina Margot. El
suicidio debió de ser cosa de familia. Gracias a esta laboriosidad, su prosa
resulta fácil, directa, sin demasiado arrequive, muy periodística pero esta
facilidad con tanto trabajo conseguida no responde a los parámetros de su vida
siempre torturada. Por eso resulta mucho más fácil encariñarse con sus libros.
Hemingway no debió de ser muy
buena persona. Un tío antipático que empinaba demasiado el codo. Se pasó parte
de su corresponsalía en la guerra del 36 rodeado de putas y en la barra del
Chicote. Luego en sus crónicas resultaban tan vívidas que surgía la impresión
de que estaba en las mismas trincheras. Sender, el gran Sender, uno de los
mejores escritores españoles del siglo XX, que lo conocía bien, y que descubre
todo el montaje que hay detrás de esta figura literaria, todo el artificio o
maniobra de lanzamiento publicitario, dijo cosas muy gordas del bueno de
Hemingway. El aragonés escribió novelas más rotundas que este norteamericano
sobre la guerra de España. Sin embargo, apenas si son conocidas. Unos crían la
fama y otros cardan la lana. Nuestro Sender nunca dejó de ser un 2jodio
rojo" que tuvo que malvivir para comer en su exilio en Mexico y USA. Sin
embargo, don Ernesto oh milagro de las Public Relations, en los tiempos de
Franco siempre tuvo alfombra roja cuando llegaba a Madrid, honores casi de jefe
de Estado y una tribuna de preferencia en la plaza de las Ventas o barrera
insigne en los Toros de San Fermín, rodeado de guapas manolas y su fama
amplificada por su amistad con los Bienvenida y con Ordóñez.
Sender en uno de sus libros
descubre que el autor de Death In The Afternoom era un escritor trampa y que en
sus textos había mucho adobo. Que era un espía, que despreciaba olímpicamente a
los españoles, y que sus aficiones no eran más que una máscara. En resolución,
que no era un tipo al que se le podía comprar un coche de segunda mano. Y es
que el arte va por un camino y los hechos humanos por otro. Se debería marcar
una bisectriz entre el hombre y la obra.
En la historia universal el hecho
se repite: Villon era ladrón y formó parte de una compañía de bandidos.
Shakespeare de cuya vida se sabe poco pero se sospecha que estuviera
relacionada con los bajos fondos isabelinos no era un dechado de virtudes. Lo
mismo que Quevedo, muy pendenciero pues tenía una inteligencia fuera de lo normal
y un manejo del castellano como no hubo otro. Mató a un menda por un lance de
amor. Cervantes, ah Cervantes, lo tenemos de palanganero en una casa de
tolerancia en Valladolid. Hagamos gracia al lector de contarle cómo era Valle
Inclán (menuda pieza) o Azorín un tipo muy vehemente que quiso pegarle tres
tiros a Ramiro de Maeztu.
Dicen que con buenos sentimientos
se suele escribir pésima literatura. Acaso la frase es irresponsable y
exagerada pero aquí se suele mentar con frecuencia a la madre y madres no hay
más que una, o buscarle los tábanos a un autor que nos disgusta. En España
donde cuentan mucho la honra y el qué dirán el cómo es con quién se acuesta con
quien se levanta un tío o una tía – y mira que la literatura no es una
profesión en la cual se acomoden doctrinos ni candidatos a la hornacina de esos
del cuello de medio lado porque la lteratura es un pacto un poco con el barro
del que nos fraguaron y un compromiso con la sociedad en que vivimos- el
personal se anda con muchos remilgos y no pocos miramientos confundiendo el Qué
con el Quién. Este es el país del honor y del morbo visigótico Vg.: La envidia
pero en América, en Reino Unido o en Francia o Alemania se separa el cómo es él
o ella de lo que hace. El caso del pronombre personal, esté en acusativo o en
nominativo, es determinante.
El creador del Viejo y el Mar fue
un espléndido contador de historias y uno de los hombres más famosos y ricos
del mundo – fortuna que sigue produciendo muchos miles de euros en copy
Rights-, paradigma de autor halagado por los medios de comunicación, pero daba
el pego. Era un tipo muy aburrido, violento, machista, un mal amante que debía
de ser un señor muy aburrido para las señoras debajo de su barba blanca y su
orondo aspecto avuncular. Papá Hemingway era el peor personaje de sus libros.
Sus biógrafos arguyen que este
mal carácter tuvo su origen en los 200 fragmentos de metralla de un obús
austriaco que le atizó en las piernas el 8 de julio de 1918. Las esquirlas le
marcaron así el alma como los testículos. A resultas de la explosión quedó
afectado a los genitales. Fue parcialmente impotente de por vida y algo sordo.
Tales complejos lo llevaron a la botella, a la depresión, a las pastillas y al
eletrochoque. Finalmente se pegó un tiro en su casa de Ketchoum (Idaho) Siguió
la senda de su progenitor. Estaba enfermo de diabetes, los riñones los tenía
hechos cisco. Padecía depresiones. Era rencoroso, fatuo y algo gilipollas.
El nombre de su arma suicida: una
carabina Boss. Mens morbida in corpore mórbido decían los galenos. Quiere
decirse que, si estás enfermo, tus escritos adolecerán de la misma enfermad,
pero este aserto que vale para algunas cosas de las reglas del clan y es un
poco lo que diferencia al hombre de las fieras que se agrupan en mutas y en
bandadas. Hemingway supo vivir fuera de clan. Y a la contra. Es un autor que
despista. Sus novelas ofrecen la imagen de un hombre feliz, un buen salvaje
siempre jocundo, que se divertía con fulanas y todo le sonreía.
La verdad, según algunas
referencias de la guerra civil, sus borracheras en Chicote acababan en reyerta
y en una ocasión quiso tirar al estanque del Retiro a dos meretrices, consumido
por el alcohol, desesperado por la impotencia. Su vida- Paris, Pamplona, las
cacerías en el Klimanjaro, Key West, la Habana de Batista- no fue una fiesta.
Pero conviene insistir que la magia de la literatura consiste en eso: en el
arte de la seducción. Un autor puede aparentar cólera en un párrafo infernal y
adornar el siguiente con imágenes beatíficas. Nada tiene que ver el plano real
con el plano ideal. Por eso, en muchos casos las broncas literarias son puro
teatro, de cara a la galería. De manera que si el infierno dicen que está
empedrado de buenísimas personas en el Parnaso de la gloria se cuentan a
puñados los malvados.
Un plumífero determinado consigue
dar la impresión de estar de un humor de perros, no obstante ser más felices
que unas pascuas. O borracho y está más sobrio que un juez. Papa Hemingway
ofrecen la semblanza (desde él los grandes divos de la literatura cuidan la
imagen al milímetro, se ponen saharianas de safari y viseras a cuadros como
García Márquez) de chicarrón del norte. Era, con todo un débil mental, cobardón
pese a su semblante de ir perdonando la vida a todo el mundo, tímido con las
mujeres, que amaba la guerra sólo en apariencia, hincha de las armas, con esa
paranoia de los norteamericanos por las de percusión que a la larga se
convierte en esquizofrenia. De pronto el país se vuelve loco y un francotirador
apostado en una escuela se lía a tiros y mata a todo un colegio, ojo con este
culto a las armas que nos puede llevar al origen patológico del asesino en
serie, que era corresponsal de guerra y cuando bombardeaban Madrid se iba por
la pata abajo.
Nunca estuvo en primera línea de
fuego más que de visita pero su descripción del frente de la Granja es
magistral. El lector parece que lo vive y empieza a respirar hasta el perfume
de los pinos rojizos de Valsaín. Incluso en la actualidad sigue siendo uno de
los escritores preferidos de los norteamericanos. ¿Será por el culto que rinde
a la violencia aquella gran nación? Por termino medio son vendidos un millón de
sus libros todos los años. Por mimetismo muchos se dejan crecer la barba, se
visten de safari y se van a matar ciervos a las reservas de Montana. Es el
icono del perfecto Rambo pero don Ernesto era una obra maestra de sus propias
contradicciones en la vida real. Nada es lo que parece.
Su aspecto amable y bonachón,
abierto, se compadece poco con la descortesía con que trata a los perros y a
los seres humanos y hasta maldad tiene, pues había en su carácter algo de
perverso. Se porta mal con Gertrude Stein o con Scott Fitzgerald o Sherwood
Anderson, amigos suyos de Paris. Sin embargo, el pego que da es que París era
una fiesta: juergas, mujeres, champán, el can-can. Mentiroso compulsivo y algo
misógino, vejaba a las mujeres. Profundamente creativo y profundamente
destructivo como acaba de decir un crítico.
Nunca resolvió sus
contradicciones interiores. Por eso acabó pegándose dos tiros en la boca. Se
trata de un caso en que la genialidad despista. El autor nada tiene que ver con
sus personajes. A veces con buenas intenciones y creencias se pueden escribir
bodrios y al revés. La naturaleza es salvaje. Carece de ética y el arte
verdadero de un rigor moral. La historia va a su bola indiferentemente de lo
que nos pase, cómo seamos o cómo nos sintamos. Esa es la magia precisamente de
la literatura. Hasta los místicos dan el pego. Así que menos globos. Hay gente
que parece anda a la rebatiña con anhelo de provocación y mentándole a uno la
madre. A mí plin. Yo me consuelo leyendo el Adiós a las Armas. ¿Y el insulto al
centinela? Bueno. Bueno. Eso es otro tema. Vayamos por partes. De momento
válganos decir que en este país se confunden el culo con las témporas; por eso,
hay tantos argumentos ad hominem. Y harta mala sangre. No hay que hacerlos
caso. Que ladren y si rabian, que les pongan un bozal.
Buenos días nos dé Dios
OLIGOANTROPÍA. OLIGODEMIA
ESPAÑOLA
Antonio Parra
"Las indias son
lujuriosísimas, paren presto, mucho y bien" dice López de Gomara
historiador de Carlos V en su Relación de Indias. Tal perspectiva
"animó", precisamente llaman al siglo XVI el siglo del amor, a no
pocos españoles a cruzar el charco y luego corrió el rumor de que los hombres
por allá eran algo sodomíticos y holgazanes- mejor nos lo ponen- en el
cumplimiento de sus obligaciones de todo tipo y que para colmo practicaban el
canibalismo en aquellas caponas que vio una vez Pizarro en un pueblo inca;
dicen que la carne de cerdo es parecida a la de hombre. Lo primero que les
enseñaban los misioneros era a
Y ahora en ese viaje de ida y
vuelta que es la historia ocurre al revés. Cuando estoy en la cola del
Intercambiador me doy cuenta que el aserto profético es casi un dogma de fe. Y
Bernal Díaz del Castillo, otro historiador del emperador, con su lenguaje
cuartelero, afirma: "las indias nos decían cuando llegábamos a los
poblados si dios nos lo dio es para que lo usemos" refiriéndose al sexo.
La manipulación genética y esas
noticias alarmantes que llegan de Mexico sobre la normalización del aborto y la
venta a cachos de trozos de feto (¿en qué mundo vivimos?) Precisamente donde
los españoles vieron las primeras vacas corcovadas, el árbol del mtl, los
cacuyos y el pájaro uncicilín, el más pequeño del mundo, puede suponer el
holocausto de una civilización. Desde luego que España es un pueblo viejo que
padece oligoantropía, al no nacer niños, pero la avalancha migratoria, de
seguir a este paso, va a suponer el término de este país como nación.
El problema es mucho más pavoroso
que el del separatismo o el terrorismo. Mao lo dijo: "la bomba demográfica
os estallará en vuestras manos". O el pez grande se come al chico ¿Será un
castigo de Dios? ¿Una de las siete plagas bíblicas?
Pues parece que se cumple. La
doctrina de la Iglesia al respecto que como creyentes, más que por imposición
política por responsabilidad moral, hemos acatado me parece congruente: aquí
cabemos todos si se practicasen medios anticonceptivos naturales y no abrasivos
y si en este mundo la riqueza estuviera mejor repartida y no hubiera tantas
injusticias sociales que es lo que determina la oscilación de la balanza
migratoria, aparte de otros intereses estratégicos y geopolíticos de que las
razas pujantes, disciplinadas, con un respeto profundo hacia la mujer se erigen
en dominantes. El patriarcado romano fue devorado por los matriarcados godos, y
Roma tuvo que promocionar la ley Popea para incentivar la natalidad cuando ya
era demasiado tarde con los cascos de los caballos de resonando, Atila
cabalgando hacia el Lacio.
¿Podría haber lugar para todos? O
dicho de otra forma: la mesa de san Francisco donde comen cuatro comen cinco.
Ardua solución que se enfrenta con los principios económicos del reparto del
papel y de los bienes escasos. Pronto no habrá vituallas. Se desabastecerán las
reservas de agua y los pantanos no podrán proporcionar suministro a las
inmensas megapolis que crecen sin pausa.
Ciudad de Mexico alcanza ya los
22 millones. Las indias son fecundísimas como observó el capellán de Carlos V
aquel clérigo soriano cuyos escritos releo estos días ojeando por internet el
manuscrito que en la pagina de la Biblioteca Nacional y lo sigue siendo. Todas,
con bombo.
Jl Gutierrez me dijo en una
ocasión que la mejor forma de combatir al infiel es teniendo muchos hijos. Yo
he pagado el bautizo de cinco. Ya he contribuido con mi granito de arena a que
no se derrumbe esta civilización. ¡Ah la ley del aborto no la trajo Zapatero!
Aquí se abortaba también en tiempos de Aznar.
27/04/2007
Antonio Parra
Tolstoi
Tolstoi es el genio egocéntrico
alternante contradictorio en cuya persona se alcanza la cima en literatura rusa
y acaso también de la novelística de todos los tiempos. Los periodos de fervor
religioso los alterna con visitas esporádicas a casas de tolerancia o yaciendo
en plan aquí te pillo aquí te mato con las mujeres de sus siervos por lo cual
se crea en su espíritu un ridículo complejo de culpa que le conduce a la
actitud de poses beatonas y compungidas. Parece que toda su vida estuvo
prendiendo una vela a dios y otra al demonio. Todo lo anota.
Es un autor que suele dejar poco
en el tintero pues sabe mejor que nadie escribir largo sin caer en el solecismo
farragoso ni en el tópico. Todo lo rumia. Es el típico literato que se
autoflagela sin que los hechos y aconteceres de su peripecia vital lo
apabullen. Conoce el secreto para sacar la cabeza a flote en medio del
torbellino. De su particular autoflagelación salen cuentos y novelas y en su
afán de introspección guarda analogías con Fran Kafka. Se entusiasma con el
evangelio de San Mateo y con Rousseau. Brujulea entre los fervorines místicos,
la lascivia y el complejo de culpa. Sus prosas de exaltación evangélica hasta
pudieran resultar nihilistas. Es un iconoclasta a la vez que un esmerado pintor
de iconos.
En sus escritos surgen los cantos
de alabanza jamás escuchados hacia la persona de Jesús compaginadas con
diatribas hacia los popes y hacia la iglesia estamental. Dice cosas muy crudas
y acaso exageradas de la Ortodoxia denominándola lugar sin más alma que el
vacío de una mascara. No es un escritor divino a lo Dostoyevski de cuya
profundidad carece. Vividor y realista, su tinglado se monta de tejas abajo. El
más allá le preocupa menos que el dolor y el sufrimiento del ser humano como
ser para la muerte. Su religiosidad se convierte así en filantropía. De modo
que resulta el más humano y compasivo de los escritores.
Si de tarde en tarde se mofa de
Iván Turgeneff y con Turgeneff de toda la escuela occidentalita de Petrogrado,
mentores de la idea del cambio y propulsores de la democracia decabrista,
Tolstoi se siente desconcertado cuando llega a Londres "una ciudad de
autómatas" en la que se percibe la decadencia y el egoísmo de occidente
donde todo es tan frío o en Paris donde se indigna ante los despojos de
Napoleón el insolente genio de la guerra. Veía en Bonaparte un precursor
maligno de Hitler y no toma partido Tolstoi ni por los zapadnietski o
defensores de la occidentalización rusa ni de los raskolniki mentores a
ultranza del nacionalismo cósmico y de la idea mesiánica de la Santa Rusia.
El 3 de marzo de 1861 cuando el
zar proclama la manumisión de los siervos anota Tolstoi en su diario la
grandeza del acontecimiento tan trascendental para los destinos de su patria.
Dicho amor y deferencia para con los humildes no obsta para que continúe
conservando sus maneras aristócratas de barin rural que con frecuencia utiliza
el knyt (látigo) para golpear a los criados perezosos. Cuando era oficial en
Sebastopol a su ordenanza también le mide las costillas por el menor pretexto
con frecuencia para desahogar su frustración. Tolstoi de baja estatura (media
un metro setenta) era sin embargo muy forzudo. Idealista puro y siempre
saliendo en defensa de los ideales y aspiraciones más nobles en su vida
privada, según sus biógrafos se, distinguía por la tacañería. Contaba hasta la
última copeca.
Y sin embargo gran jugador era
capaz de gastarse un millón de rublos a la ruleta durante una sola noche.
Carecía de sentido de la medida. Él era grande como su obra misma. No tiene
moldes. El conde Tolstoi es occidentalita y rusófilo según que racha o qué
viento sople. El mayor de los escritores rusos no pertenece a Rusia ni a sí
mismo. Pertenece al alma humana. En su trascendencia se muestra universal.
Puede defender con entusiasmo el valor eterno de la literatura sin las
contaminaciones espurias de la política para mejorar la vía de conocimiento
hacia las verdades inmutables del ser humano.
Huye del mundo, se refugia en su
hacienda, en su dacha, pero tampoco puede vivir sin la comunicación de las
gentes. Es un filántropo un propedéutico y un pedagogo y al mismo tiempo dentro
de su aura de misticismo flota un ambiente diabólico. Su conocimiento se acerca
a las verdades inmutables del alma humana pero con frecuencia reniega de su
afán esteticista, sale de su torre de marfil y huye a los prostíbulos y las
tabernas. Pero también existe otro Tolstoi político que redacta manifiestos que
asume posturas y escribe cartas de protesta al zar o libelos a favor de la
manumisión de los siervos. Redacta pancartas contra la guerra.
Son interesantes asimismo sus
relaciones con Turgeneff al que maltrata de palabrea y de obra llegándole a
desafiar a duelo, que nunca se celebró. A pesar de que el autor de Humo fue el
que introdujo a Tolstoi en el mundo literario de Petrogrado. Semejante
desafección habla de una cierta mezquindad por parte del genio aunque bien
puede ser que sus altercados fuesen resultantes no más que de sus celos. Celos
literarios. Pasó algún tiempo en una comuna y de hecho fue uno de los primeros
autores comunistas que se adelanta a Karl Marx y a los rabinistas ingleses con
el evangelio en la mano, lo que implica una crítica demoledora de los
principios de la iglesia establecida, pero no es capaz de arrogar los usos y
costumbres, hez del decadente occidente, que con la pluma fustigaba pero a los
que se abrazaba en la vida real.
Le roía la pasión del naipe. En
su vida privada resulta un pedagogo y un inmoralista a la vez. Magnánimo y cicatero
frecuentador de ventorros y lupanares que sabe a la vez desenvolverse como pez
en el agua en los ambientes come il faut de los salones peterburgueses. Es
sátiro y fauno a la vez que manso galán enamorado y elegante autor de erotismo
platónico. Estas son sus contradicciones. En él aletea el espíritu de la
objeción. El arte es un perpetuo contraste, un unda maris que carece de ética
como la propia historia donde la noción del bien y el mal se pierde en un
laberinto de calles sin nombre que vive en perpetua contradanza. Son los
movientes de sístole y diástole en los que se teje toda crónica.
El novelista experimenta lo mismo
que San Pablo del aguijón de la concupiscencia. Hace penitencia, se reprocha a
sí propio su liviandad, formula buenos propósitos y establece un esquema de
enmienda un plan de vida, pero vuelve a caer. Sus intenciones se desbaratan en
un minuto nada más toparse con un bello palmito o con unas garbosas caderas
femeninas moviéndose con contundencia. Dijo Lev Tolstoi que el arte es una
hermosa mentira una visión espectral que interpone ante nosotros el diablo para
que nos dejemos seducir. Menudean entradas en su diario con llamadas al
propósito de la enmienda. Anuncia con frecuencia que dejara la literatura para
dedicarse a peregrinar y que va a romper su compromiso con las letras pero un
poco más adelante este minucioso memorialista dice todo lo contrario.
Al autor de Ana Karenina el
aguijón de emborronar papel le acucia hasta los últimos días de su existencia.
Murió a los 82 años después de un berrinche con su mujer en la sala de espera
de una estación de ferrocarril en el sector de Astapovo. Huía de los libros y
del mal genio de su esposa; fue un vejador eminente este gran conocedor de la
condición femenina. Y, ligero de equipaje, quiso ir al encuentro de la muerte.
La vida y la obra del genio fueron una contradicción in terminis pero fue un
favorito de los dioses. Tuvo suerte con las mujeres. Con los editores. Con el
público. A los 24 años hace lo que tantos y tantos aspirantes a los laureles de
la fama. Termina un manuscrito va a correos y lo envía a un editor al cual
desconoce, cruza los dedos y espera en el maná llovedizo de los aires. Es
cuando un escritor juega a la lotería y se marcan los rumbos de su destino.
Tolstoi tuvo suerte pero esto no suele ser así en la mayoría de losa casos.
Semanas adelante, el joven
teniente artillero encuadrado en un regimiento de combate de Armenia recaba
respuesta satisfactoria del editor. Su texto ha entusiasmado a Nebrashkov dueño
de una imprenta en Moscú. Nebrashkov sería fiel a Tolstoi durante la mayor
parte de su carrera literaria por encima de las veleidades, demasías y abusos
tan característicos del literato. Aunque con algunas limitaciones, el librero
promete dar a la estampa la novela que lleva por título Infancia.
Se trata de una obra primeriza
pero en la cual destellan algunas cualidades del que sería monstruo de la
literatura universal como las dotes de observación o el plasticismo de sus
descripciones, la soltura de las tramas, o la buena yuxtaposición o ensamble
del escenario. En Adolescencia, que vendría de seguido, Tolstoi tantea el
camino. Le falta aun mucho por alcanzar aquel estilo suyo tan peculiar y que es
denominado en novela tolstoiana (novela río) que define a la vida y a los
hombres a sus pasiones y dolamas. El ser y la nada en el tiempo finito porque
en realidad el hombre no es nada.
De allí en adelante la carrera
del joven valor poco a poco y al igual el arroyo de aguas bravas descubierto
por Nekrashov pasa a ser una inmensa red fluvial, un río caudaloso de aguas
pandas como el Volga. En la inmensa estepa el torrente se calma.
El lecho del río es amplio y hace
meandros pero no se saldrá de madre. Tiene un objetivo la gran novela como
testimonio de los avatares de la existencia humana (guerras amores, desamores,
ascensos, caídas, el rotar de las estaciones bosques- el misterioso bosque ruso
(les) y grandes extensiones fincas como Yashnaia Polaina. O casas que se
deshacen, matrimonios rotos, incomprensiones, el valor castrense y la santidad,
las rameras, los remeros los borrachos los monjes exclaustrados y esa inmensa
población flotante de iluminados o yurodivi que recorre la estepa. Y por ultimo
aborda el tema de la muerte. La pluma de Tolstoi transita como a lo largo de un
espejo a través de estas realidades. Los tiempos mudan. Las estructuras avanzan
o retroceden pero el hombre continua idéntico a sí mismo. En sus perplejidades.
En sus ensueños que el destino se encarga de desenhetrar. Esta es una de las
partes del drama vitalista que plantea Tolstoi como Shakespeare, como el Dante,
como Cervantes.
Que nada cambia, que el hombre
sigue siendo igual, pese a las redenciones y a los proyectos mediúmnicos, la
acción filantrópica de los gobiernos, las predicas de los misioneros y los
proyectos de reforma. Domaremos a la naturaleza pero al ser humano no se le
podrá domar. Es incontrolable y problemático. La prosa de Tolstoi es plana y de
una portentosa sencillez, mas, poderosa en su efectividad. No busca alifafes ni
requilorios. La prosa de Tolstoi no es altisonante como la de Pushkin sino
llana ni endiabladamente mágica como la de Chejov. Podrá carecer de la ternura
de éste pero es más eficaz. Concibe la vida como un inmenso río madre en el que
desembocan muchos afluentes y todos ellos van a dar a la mar que es el morir
según el concepto manriqueño.
El tono que elige es a la vez
épico y elegiaco. Todo Tolstoi es el Volga. Un remero que cruza. Un batelero
que avanza narrando y contando. En el alveo de este caudal fluvial está lo ancho
y lo estrecho lo profundo y lo alto. En una palabra asume todas las dimensiones
narrativas. Todos los perfiles. Carece de altibajos. Constituye un pavoroso
enigma de sindéresis dentro de las fluctuaciones contradictorias del
comportamiento humano. Una de sus obras menores pero que mejor definen su
carácter y de las menos estudiadas es la muerte de Ivan Illich. Refleja un gran
conocimiento clínico y eso que el autor no era médico. Sólo un profundo
psicólogo. Se empapó de vida antes de sentarse a redactar. Extrajo Tolstoi su
arte de la experiencia. Su trayectoria como artillero en una de las
interminables guerras del Caúcaso fue determinante. Como soldado fue irregular
e indisciplinado. Sólo le fue conferida la cruz de santa Ana de segunda clase.
Nunca fue un oficial brillante como su hermano Nikolai. Sin embargo, sus
aventuras bajo las armas serán el magma que impregne su potencial novelístico.
En Crimea recogió datos para
cargar el volcán narrativo que es Guerra y paz. En aquellas cargas de la
caballería cosaca, en aquellos lances de honor, el robo, el rapto, la quema de
aldeas, las batidas de tierra quemada o la ingesta de vodka siempre copiosa, la
holganza con mozas y paseos a escondidas entre el oficial y la chavala que
terminaban en el pajar. Amor a escondidas. O las noches enteras ante el tapete
verde.
Todo esto impresiona su sensible
retina de escritor. Como visor de la vida humana en un par de líneas sabe
captar una situación o esenciar a un personaje. En la muerte de Ivan Illich
narra el drama de un matrimonio desvencijado de la pareja formada por Ivan
Illich y Praskovia Fiodorvna. Él es un brillante magistrado al que le van bien
las cosas. Ha triunfado en la vida pero no en el amor. Son frecuentes las riñas
y los altercados con su mujer (quizás un traslado autobiográfico del borrascoso
matrimonio del propio novelista). Ella es ambiciosa, dominante. Él es bueno
pero débil.
No obstante, Ivan se desvive por
dar un buen pasar a su mujer y a los suyos. No escatima ningún esfuerzo para
que a su familia no les falte nada de nada. El juez de distrito, Ivan Illich,
consigue un ascenso y es enviado a otra provincia. Tanta es la ilusión que
embarga al protagonista que en los trabajos de restauración y mudanza ayuda a
los obreros y a los criados pero poniendo una cortina se cae de la escalera. Se
lastima una costilla. Un golpe sin importancia; sin embargo aquella lesión
intercostal va a degenerar en un cáncer. Para colmo, a su mujer no le gusta
cómo Ivan ha decorado el nuevo hogar. Un drama. Tolstoi lo consigna en un
párrafo
"Praskovia Fiodorovna echaba
la culpa a su marido de todos los reveses sufridos en la nueva residencia. La
mayoría de los temas de conversación entre marido y mujer conducía a viejas
querellas y a cada instante estaban a punto de surgir nuevos altercados.
Quedaban sólo escasos períodos de amor que se hacían muy breves. Eran islotes a
los que aportaban un momento para adentrarse luego en el mar de hostilidad
latente en el cual el matrimonio naufragaba"
En este libro plantea Tolstoi la
soledad e incomunicación en la cual transcurren las vidas humanas incapaces de
franquear las barreras de incomprensión y de egoísmos circundantes. Cada uno
vivía en su mundo. Ivan en sus negocios curiales dentro del afán de una
existencia anodina y de provincias. Creía darle todo a su mujer. Pero todo
cuanto le daba no era bastante. Praskovia vivía en su mundo, en sus puestas de
largo, en sus trajes de noche. En el fondo se mostraba resentida con su esposo
pero disimulaba esta aversión bajo una capa de apariencias y de
convencionalismos. No era capaz de entender a su marido a quien el fatal golpe
en el costado se le había declarado en un dolor lancinante. Piensa a lo primero
que es algo leve un simple mal de ijada. A veces se queja pero su mujer le dice
le dice que es un aprensivo y un blando que vaya a un medico en vez de estarse
todo el día lamentándose.
He aquí otra manifestación de
crueldad femenil. Acude Ivan a un especialista. Vagas respuestas. Que si el
intestino grueso que si el riñón flotante. La enfermedad sigue su curso. Los
dolores se hacen insoportables. Pero el hombre no se puede quejar ante su
familia o le sale su esposa con cajas destempladas: "no te tomaste las
pastillas". Su único consuelo es leer la Biblia y como Job cae en un
letargo que determina su abandono. Todos lo han abandonado. La referencia
tolstoiana es el gran libro de Job. En esta novela magistral no solo se traza
un cuadro de costumbres de la época. Se va más allá al establecer un diorama de
la soledad del hombre sobre la tierra. El tema no es la enfermad sino la
incomunicabilidad de los seres. La soledad ante la muerte. En este retrato se
podrán mirarse muchos ivanes Illich. Nadie escucha los lamentos ni se compadece
de este Job ruso de provincias. El pobre tuvo una agonía terrible. Estuvo en un
grito durante tres días. Sólo Gerasimo su fiel siervo le ayuda a portar la cruz
en el último trance. Pasa las noches junto a la cabecera del enfermo
sosteniéndole las piernas en alto para hacerle más llevadero los terribles
dolores.
El dolor siempre estaba ahí en
las tripas agazapado, sordo, inexorable. La morfina no le hace efecto. Gerasimo
con su caridad es el contrapunto al egoísmo de Praskovia. El enfermo aguarda a
la muerte tendido en el diván. Tolstoi traza la desesperanza de un paciente terminal
que vuelve la cara a la pared que llora en silencio. Los días se parecen a las
noches y nunca acaba de amanecer. El paciente no duerme. Está postrado. Solo se
amodorra algún rato en que le aquejan pesadillas. Se entretiene midiendo las
grecas del techo empapelado de la habitación o contando los boliches del
cabecero de la cama.
Toca anheloso con sus manos
flácidas el embozo de las sabanas, un gesto que tienen todos los agonizantes y
que anuncia la llegada del próximo final. La sombra del pathos aletea en torno
a la trama de esta novela de dolor. Las estrellas callan. La naturaleza se
desentiende. Pobre del que se muere. Los deudos no quieren saber nada y las
lágrimas de la viuda son siempre aparentes. La viuda rica que con un ojo llora
y con otra repica que decía Clarín. Abandono. Infelicidad infidelidad.
Fatalismo. Hay observaciones terriblemente proféticas en las que se constata la
idiosincrasia de un enfermo terminal a los 45 años. El caso de Ivan Illich
agonizante se sigue repitiendo a diario en todos los hospitales del mundo. Se
da cuenta de que la mujer a la que ha amado es un ser extraño. Un fantasma.
Hay una idea que salta en esta
powesti (narración corta) y que se repetirá como en una caja de resonancia en
otras composiciones tolstoianas. Hay una idea que flota sobre el relato pleno
de una amargura misógina. Muy sencillo y paradójico. La mujer que da la vida es
también símbolo de la muerte. La ardid del diablo y la mujer forma parte del
gran diseño diabólico que interviene también en la realización de la Historia.
Según Tolstoi, en Eva subyace una voluntad diabólica, un elemento separador,
cizañero que aleja al hombre del proyecto de su felicidad- y esto es lo que
significa diabolos en griego: el interpuesto. Tolstoi estudió esta lengua durante
varios años para obtener un acceso mas profundo al conocimiento de los
evangelios y luego a dominar tanto el griego clásico como el coiné
perfectamente y solía repetir que todos los cristianos debían de conocer esta
lengua de la que dimana la guía de fuentes del cristianismo. Los caracteres
femeninos que traza siguen el patrón del NT.
Y para él la mujer es mitad my
mitad un amasijo de gracia y de pecado. Los desterrados hijos de Eva estamos
condenados a arrastrar el peso de la culpa. En un cuento que titula El Diablo
(chiort) un barin acaba matando a tiros a una campesina. Y en el Padre Sergio,
otro cuento maravilloso, basado en la vida de san Hilarión el eremita que reza
y aguarda a la muerte en su snik o cueva de eremitas, se le aparece Satanás en forma
de mujer. Si tu ojo te escandaliza arráncatelo etc. El siervo de dios sigue al
pie de la letra la norma evangélica pero –la historia ofrece a consideración la
preeminencia del mal, un arduo problema metafísico- a pesar de haberse yugulado
la mano con un destral sucumbe a la tentación. Ese es el tenor de la historia,
muy pesimista, de este autor nada espiritualista. Y por consecuencia de una
gran modernidad positivista: el hombre es pura fisiología, el amor una cuestión
de combinaciones químicas y no hay nada al otro lado de la cerca. Eso lo dice
un literato que escribió una novela tan importante como es Resurrección. No se
estaba refiriendo a la de Cristo, claro está sino a la de las plantas.
Contradicciones señeras del alma rusa.
18/04/2007
HUMOR JUDIO NORTEAMERICANO
Antonio Parra
Cuando el cuervo vuela bajo hace
un frío del carajo. Cuando el pene está empalmado la sabiduría se va al carajo
o cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta. Todos estos
son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis aficiones
paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en español y las
judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se parece mucho al
ruso. En efecto, el aforismo del ghetto " Van der putz stehet light der
Sechel im pre=(con la polla en erección ´la razón está de más") que yo
escuché en un cafetín del Lower Manhatan (me gustaban los tupís judíos y había
uno Staten Island donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles
y miles de judíos exilados de la Urss, y a la de las excavadoras de las
inmobiliarias, misterios del mundo, y desparecieron los cilancos y las grandes
charcas, el canto de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico)
El mundo se acelera de una forma imparable. Me invitaron varios veces al templo
esto es a la sinagoga pero a mí me daba corte colocarme la yamulka en el
occipucio que me sentaba que ni pintiparada y verdaderamente tengo cara, la
nariz sobre todo, de judío pero no hacían más que hacerme preguntas y había un
paisano que se parecía mucho a mi abuelo Benjamín al que los flecos de las
filacterias (los sefarditas se colocan para orar en los cuadriles una especie
de faja) que eran exacta a la largo ceñidor con la que mi abuelo Benjamín se
atacaba para no agarrar frío a los riñones.
Se llamaba Samuel y un día me
enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia:
Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste
éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus
almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que
fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante
tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un
kadish o responso.
¿Franco era judío? Esa era al
menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor
secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de
origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el
apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el
toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues.
Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la
trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.
Los Franco me caen bien. Pero más
Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o
don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar
que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de
armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a
Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis
colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón
había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban
varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a aprender inglés. Todos
estos postulados revisionistas, con todo nunca me apartarán del amor que
profeso hacia Pachín y su familia.
Que no se enriqueció a costa del
erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los libros y
del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño burgués
judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte, lo que no
cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta, el hecho
es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de la
pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo
mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de
que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus
embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro
descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez.
"Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras
ocultas dirigidas desde Wall Street.
Todo eso es impepìnable guste o
disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una
televisión que decía que el general Franco con una mano mojaba los churros en
el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La condena a muerte
de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera especialista en
prensa de la entrepierna dicen que es poeta (caspita y pardiez rediez como
deben de ser sus versos) y uno de los más eximios practicantes de lameculismo
borbónico y de coyundas y de líos de la jet que interesarán sólo a su padre
pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía y cuando veía a un guripa
con una revista pornográfica entre las manos se la hacía pedazos: "El sexo
en directo y en privado, chaval, te van a doler los cojones de tanto mirar esas
porquerías".
Bueno, pues valga esta larga
digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX
"El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo
de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela
sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete
algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica
inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo
los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan
tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, la
equiparación de Eros con Tanatos.
Los jadeos del orgasmo se parecen
a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose
pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una
manzana un guante de béisbol. La palabra joder, coño, te la meto, follame por
atrás, el lirio y el basto, duro que te pego, saltan a la escritura cientos de
veces. Así y todo yo creo que se trata de un libro místico. Impregnado de
ternura y de crudo humor típicamente judío en el que no se deja títere con
cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de algunas
imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y sonando
en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si fuera el
himno nacional. A través de esta novela he vuelto a revivir mis vivencias
neoyorquinas.
La Navidad católica solía
coincidir con las de la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba
un gran pesebre en la antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús
sonriendo entre las bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá
(protestante) un árbol de Noel mientras los altavoces colocados en el balcón
emitían a toda mecha los sonidos de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no
quedarse atrás montaban casi con las dimensiones de un andamio el candelabro de
los siete brazos. Este absurdo me hizo recapacitar de lo irracional de nuestras
disputas. Y de que los judíos promotores de la renovación en el mundo moderno y
que han sufrido persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los
encontré fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las
creencias y de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de
nuestra fe contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y
gran parte de ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni
capullos.
Comprendí – me ha costado años de
cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la
Crucifixión. Se complementan, no se excluyen, por más que algunos traten de
verlo así. Dos hechos que han redimido al ser humano con sangre y dolor, el uno
en el plano soteriológico y espiritual y el otro en su parte material porque el
Holocausto ha acelerado la Historia que ha entrado en un carril vertiginoso con
la era de las comunicaciones. También entiendo a Agustín cuando desde su
invitación a leer y meditar (tolle et lege) llamaba a los judíos nuestros
hermanos mayores. Que van por delante en la Historia. Por más que dicho camino
esté lleno de abrojos, plagado de contradicciones. Y también entiendo al
presidente ZP reatando cabos y tratando de meterme en los ojos del otro.
Se consuma el mensaje salvífico
de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos".
Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el
poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre
sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting, sin ir
más lejos, hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo
nunca existió. Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Pero más
escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya
con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En
misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío! Pero yo seguiré aferrado a mi canon
muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial y
antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a los
judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan
amarme, a mí, pecador.
La mayor parte de mis vecinos y
amigos en Nueva York, una ciudad dura, practicaban la religión mosaica. Muchos
me abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy
(pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío.
Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack
Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Samuel Bronston- todo
aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír, llorar,
enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que abandonar
California a causa de la "caza de brujas" del presidente MaCarthy. Lo
cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se hubiera quedado
en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger otro obseso
sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián sobre el centeno",
John Updyke, Norman Mailer etc. A este último nunca le pude sufrir porque me
parece algo libelista en sus planteamientos contra Europa.
Ellos fueron los diseñadores de
esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no
soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de
Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).
América en estos años tenía una
faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero
King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa
derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto
gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del
nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt,
prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas
porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples
facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín
en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército
yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los
británicos. O de la catapulta. Ero sería el apaga y vámonos.
Los ingleses sí que tienen una
buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen
(la mejor del mundo) y, así y todo, Olmert está pasando por dificultades en el
Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero
mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor
de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en
el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta
palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la
leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres
que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no
es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante. En el Lamento de Portnoy,
una cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo
que nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de
noviembre de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando
abandoné la ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el
canto de las plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza
su mole junto a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo
un signo misterioso. Somos carne de dolor. E la nave va.
BUENA ORINA BUEN COLOR
Por Antonio Parra
Ya ha florido mayo, título para
una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado siendo
valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque los
mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y cuerpo a
tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las merdellonas,
bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian la camisa,
tusonas y fregatrices, da consignas don Bigbroder el de la voz gorda, corren
por la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna paradoja,
el personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas andan las
comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero. Siempre vivimos
emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:
"Que por mayo era por mayo/
cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y
cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de
día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al
albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá"
Oigo el crujir de las cadenas. El
estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila.
Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a
muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que
piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos
escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y
tales desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son
duros de oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se
cabrean. Se rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta. Hay
mal ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero este
hombre en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los otros
andan sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?, yo me
mato por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros
blanqueados? ¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!
- Mientras dure, Ejusmodi....
- Sé por donde vas, Verumtamen
pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la verdad
y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos de hoy
ahora desconozcan el romancero... Andan los tiempos muy alterados con esto de
la política. Pero tras de tiempos vienen tiempos y eso es también del romancero
Serán carne de cañón o usuarios
del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta.
Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río
de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de
los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo
convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la
obra que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos
muertos. Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de
presos" y otra Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no
llores no llores que yo no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro.
El sufrido pueblo es sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y arbitrariedades.
Aquí por menos de un ardite te meten en cintura y acabas arrastrando cadenas
entre bretes y grilletes. Dios no lo permita. Propugnan la caza de brujas,
MaCarthy resurrecto. A veces la cárcel ha sido morada pasajera o definitiva de
todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en la trena los mediocres? Pues no.
Más bien no. Y los machacantes del esbirro siempre hicieron carrera. Déme usted
un cigarro. Ese pensamiento se me atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos
unos a otros. Hay por ahí esparcida mucha madera de inquisidor y la red es el
tornavoz de mucho escritor diletante y deprimido. Se observa al personal pero
con eso no hay cuenta, Verumtamen. El arte de contar es la maula de fingir. Uno
parece que está detallando su autobiografía y lo que está haciendo es atisbar
la reacción del otro por un ventanuco. Buena orina, buen color y tres higas al
doctor. Ponemos en pepitoria un corte de manga y parece que acabamos de dejar
nuestra alma descubierta y sangrante entre las zarzas. Qué va. Solo es un truco.
Escribir es seducir y hasta cierto punto engañar contando mentiras piadosas, En
todo escritor subyace un buen impostor. Bonita forma de hacer tururú. No me
vengas con monsergas. No me gusta Voltaire pero tiene algunas máximas
aprovechables como cuando espetara que las palabras se esgrimen para ocultar
los pensamientos. Sirven para esquivar los golpes y son coselete en la
taleguilla para burlar los derrotes de mihuras astifinos que corretean por el
albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo piensa y ayudadme zancas que
en esta vida todas son maulas.
¿Entonces escribes para hacer
tururú? A veces. Nada más razonable que un corte de manga a tiempo. Los romanos
en estas ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que llamaban la
indutia. Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado de sus
personas contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el foro.
Eso, los senadores que los militares portaban el gladium y a ellos no les
escupían, por si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a
la primera de cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse
contra el relente de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una
semana. Y con ellas se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o
gladiadores. Roma y la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma
quiere. Panem et circenses. Y lameculismo. Mucho lameculismo. Halagos. Lisonja
y jabón
Así no murmuraban ni entraban en
contubernios contra el emperador... Cuando yo llegué de Nueva York después de
haberme partido el pecho por mi país con razón y sin ella fui recibido con un
gracias por los servicios prestados y ale usted es uno de tantos, la gente va a
su rollo, es insensible para vibrar ante las issues del patriotismo como pasa
en Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un poco como aquellos
soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de resistir diez meses en
un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después de pasar gurruminas, se
preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los pobres sorches se sintieron
desolados ante esta incomprensión de la retaguardia ellos que se estuvieron
batiendo el cobre en la vanguardia. Paso y por partes. Escarbe. Haga memoria.
Navegamos ya en aguas válidas. El tiempo anda un poco revuelto. Para esta época
vienen fenomenales los cocimientos de genciana. Pueden ayudar a algunos a
combatir la depresión. Otros pacientes de estreñimiento crónico se hinchan a
evacul pero van al baño y se sorprenden de obrar cagalutas de conejo, el vaso
de su dentadura postiza montando guardia toda la noche en la taza del retrete
esbozando una sonrisa macabra que anticipa la calavera. Cagan poquito o
excretan ladrillos. A esos hay que decirles que si quieren pan vayan al batán
que allí un perrito que caga poquito le alcen el rabo y le den un besito. La
envidia es causa de su estreñimiento mental y a causa de ella les llevan los
demonios. Mas no hay que preocuparse: ya se les pasará.
ROMANCE DEL PRISIONERO
Por Antonio Parra
Se acerca florido mayo, título
para una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado
siendo valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque
los mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y cuerpo
a tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las merdellonas,
bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian la camisa,
tusonas y fregatrices, da consignas don Diarrea el de la voz gorda, corren por
la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna paradoja, el
personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas andan las
comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero. Siempre vivimos
emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:
"Que por mayo era por mayo/
cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y
cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de
día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al
albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá"
Oigo el crujir de las cadenas. El
estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila.
Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a
muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que
piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos
escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y tales
desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son duros de
oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se cabrean. Se
rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta. Hay mal
ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero este hombre
en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los otros andan
sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?, yo me mato
por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros blanqueados?
¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!
- Mientras dure, Ejusmodi....
- Sé por donde vas, Verumtamen
pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la
verdad y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos
de hoy ahora desconozcan el romancero. Eso sí; les atiborran la cabeza de
documentos de gestión y del bizantinismo puro y duro que manda en pagina. Anda
los tiempos muy alterados con esto de la política.
Serán carne de cañón o usuarios
del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta.
Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río
de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de
los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo
convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la
obra que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos
muertos. Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de
presos" y otra Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no
llores no llores que yo no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro.
El sufrido pueblo es sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y
arbitrariedades. Aquí por menos de un ardite te meten en cintura y acabas
arrastrando cadenas entre bretes y grilletes. Dios no lo permita. A veces la
cárcel ha sido morada pasajera de todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en
la trena los mediocres? Pues no. Más bien no. Y los machacantes del esbirro
siempre hicieron carrera. Déme usted un cigarro. Ese pensamiento se me
atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos unos a otros. Hay por ahí esparcida
mucha madera de inquisidor y la red es el tornavoz de mucho escritor diletante
y deprimido. Se observa al personal pero con eso no hay cuenta, Verumtamen. El
arte de contar es la maula de fingir. Uno parece que está detallando su
autobiografía y lo que está haciendo es atisbar la reacción del otro por un ventanuco.
Buena orina, buen color y tres higas al doctor. Ponemos en pepitoria un corte
de manga y parece que acabamos de dejar nuestra alma descubierta y sangrante
entre las zarzas. Qué va. Solo es un truco. Escribir es seducir y hasta cierto
punto engañar contando mentiras piadosas, En todo escritor subyace un buen
impostor. Bonita forma de hacer tururú. No me vengas con monsergas. No me gusta
Voltaire pero tiene algunas máximas aprovechables como cuando espetara que las
palabras se esgrimen para ocultar los pensamientos. Sirven para esquivar los
golpes y son coselete en la taleguilla para burlar los derrotes de mihuras
astifinos que corretean por el albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo
piensa y ayudadme zancas que en esta vida todas son maulas. ¿Entonces escribes
para hacer tururú? A veces. Nada más razonable que un corte de manga a tiempo.
Los romanos en estas ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que
llamaban la indutia. Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado
de sus personas contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el
foro. Eso, los senadores que los militares portaban el gladium y a ellos no les
escupían, por si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a
la primera de cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse
contra el relente de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una
semana. Y con ellas se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o
gladiadores. Roma y la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma
quiere. Panem et circenses. Así no murmuraban ni entraban en contubernios
contra el emperador. Hoy Cesar tiene mucho más poder y muchos más recursos,
como el control de la información, pero sigue aplicando la formula de Panem et
circenses, alguna bacanal de vez en cuando y como ya no hay infierno desde el
tornavoz eléctrico se previene a las mases contra la crasitud o contra los
malos hábitos que pueden dar cáncer y es así que todo está atado y bien atado
hasta la próxima bomba. Cada vez que bajo las escalerillas del intercambiador
me entra casi un miedo pánico. Los de Alicaída merodean Madrid. Quieren
reconquistar Andalucía. ¿Van de farol? es lo que dicen los papeles, chico y
aquí todos que no les llega la camisa al cuerpo. Papá no fumes. Papá ven en
tren. Con Iberia ya habría llegado pero para que tomar tantas precauciones y
andarse con tantos remilgos si cualquier día de estos disparan la
"catapulta" y todos volamos por los aires. El destino está escrito en
las estrellas; es inexorable y las balas cuando vienen llevan tu nombre y
dirección, te llegan y hay que abrir el sobre, lo decía un capitán mío de
cuartel. En el peor de los casos te matan. Y en el mejor, es un tiro de suerte.
La gente como anda bastante desinformada y no se preocupa se merece lo que le
pasa y le va a pasar por burra. Y de desagradecidos está el mundo lleno. Y de
dureza de corazón. Que algunos parece que lo tienen de hierro. Cuando yo llegué
de Nueva York después de haberme partido el pecho por mi país con razón y sin
ella fui recibido con un gracias por los servicios prestados y ale usted es uno
de tantos, la gente va a su rollo, es insensible para vibrar ante las issues
del patriotismo como pasa en Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un
poco como aquellos soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de
resistir diez meses en un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después
de pasar gurruminas, se preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los
pobres sorches se sintieron desolados ante esta incomprensión de la retaguardia
ellos que se estuvieron batiendo el cobre en la vanguardia. No sabe interpretar
la actualidad que es tan críptica aun a fuer de apariencia inocente pero los
hechos no son tan inocentes. La actualidad según esto se desarrolla con arreglo
a un plan previamente diseñado en el encerado por el amigo de la batuta, el
gran cofrade mayor corre turnos. Claro para eso hicimos, Ejusmodi, usted y yo
la mili en los servicios secretos. ¿En el SIM? A tanto no llego. ¿En los
servicios de Carrero? Pero estuve en el punto de mira de aquellos pelmas. Como
espías fueron un desastre porque aparte de que mataron al zángano de la
colmena, abejas rábidas, luego no estuvieron dando una a derechas. Que si 20N
que si 23F que si 11M. Les han metido todos los goles. Bueno eso es un
supuesto. ¿No será que aparentaron que se la dejaban meter doblada? También es
muy cierto eso. Para sobrevivir hay que hacer como que no te enteras. Si no
quieres acabar cantando el romance del prisionero. Todos a la trena. Paso.
Vayamos paso y por parte. Escarbe. Haga memoria. Navegamos ya en aguas válidas.
El tiempo anda un poco revuelto. Para esta época vienen fenomenal los
cocimientos de genciana. Pueden ayudar a algunos a combatir la depresión. A
resultas del gran montaje los destajeros del rumor, la columna inane, llevan
chismes al Procurador.
- ¿Cómo se llama ese señor?
- Don Ahímelasdentodas
Pues vale pero no cante usted muy
alto ese bello romance no vaya a despertar usted a los carceleros que son legión
aunque no lo parezca en esta época de derechos humanos hay manga ancha para
algunas cosas pero para otras cosas que uno considera leves o un simple
ejercicio de la libertad de expresión son implacables y si las dices puedes
acabar en la trena. De hecho no somos muy libres. El andamiaje está montado
sobre las varas de medir y las vigas del miedo. Llama a seguridad. Que vengan
los lictores. Y es con el látigo del terror con el que se tiene dominados a los
pueblos. Es por esto por lo que se les ha declarado la guerra a las ideas y
pensar por tu cuenta puede ser un delito. No. No quiero cantar las tristes
estrofas del romance del prisionero que yo recuerdo haber oído interpretar a
algún rabelista que se acercaba al baile en las fiestas de mi pueblo.
A buen entendedor..
¿Cuál es entonces la solución?
Fray Jarro
domingo, 15 de abril de 2007
ADIOS A UN "SANTO
BEBEDOR": BORIS NIKOLAYEVICH JELTSIN
Antonio Parra
Un funeral ruso de rito solemne
(pojorovñi) es como una viaje en autopista hacia el cielo. Los popes no se
visten de negro sino de blanco y el coro entona, en lugar del Dies Irae o la
tremenda como la llamábamos los latinos desde el medievo, cánticos de
resurrección. Boris Nicolaevich Jeltsin fue despedido ayer con los honores de
un zar. Vi la impresionante ceremonia por una cadena alemana. Un diacono
barbitaheño atacaba las estrofas del "dios dé paz a su alma" mientras
el subdiácono lampiño pero con bigote y una poderosa voz de barítono iniciaba
el responso de las letanías. Las capas pluviales y tiaras recamadas de oro se
confundían en abigarrado colorido con las barbas blancas y negras o rojizas de
los popes y el humo del incienso se alzaba hasta las cúpulas entre el fervor de
los cánticos del rito solemne y el luto riguroso de la viuda y los deudos.
Oficiaba el archimandrita Cirilo
pues el patriarca Alexis II primado de la Iglesia ortodoxa no pudo presidir la
concelebración por enfermedad. El obispo Cirilo colocó a manera de
salvoconducto sobre las manos exangües del difunto un icono de la Virgen María
y le dio la absolución valedictoria según un culto ancestral que tiene un
origen griego, donde el icono marial sustituía a la moneda que introducían los
helenos entre los dientes del cadáver para pagar la moneda al Barquero.
Era el portazgo y el
salvoconducto a la eternidad. A todos nos llega la hora. Todos hemos de subir a
la barca de Queronte. Allí presentes, los viejos "enemigos" (Bush
padre, John Mayor, Clinton, Gorbachov) con una vela en la mano como novicias en
un entierro siendo los hombres más poderosos del mundo. A Clinton se le vio
llorar con el mismo denuedo con que en una ocasión lo vimos reír junto a Boris
soltando amarras tras una tensa entrevista en la cumbre en la que se anunciaban
grandes nuevas para el mundo: el final de la guerra fría y las superpotencias
firmaban el armisticio de la paz.
Fue al cabo de unos días tensos a
raíz de la guerra en Yugoslavia cuando este planeta estuvo a punto de saltar
por los aires. La capitulación rusa hizo posible la globalización, la supresión
de barreras y la llegada de una era de comunicaciones interactivas de la cual
no cabe seguramente marcha atrás. Paradojas y contrasentidos de la Rusia
misteriosa y mesiánica. Que un campesino y un oscuro jefe de distrito de los
Urales llegase a jefe del Politburó y liquidase a la Urss y que haya sido
sepultado con los honores de un zar. Que los viejos contrarios, reconciliados
dentro de lo que cabe, se encuentren presentes en el funeral del padrecito al
cual tanto le gustaba el agüita de vida esto es la vodka no es para echarlo en
saco roto. Soplen y marchen. Prodaljaet. (marchemos) Gorby, su rival
incandescente, al que derribó en un golpe de estado estaba en el banco de
respeto pero sin vela en la mano. Putin su sucesor hacía santiguadas cada vez
los oficiantes invocaban a la Trinidad (vo imia Otsá i Sina i Siatovo Duja) En
el nombre del Padre y del Hijo.... A mi me pareció escuchar el rumor de las
alas de un serafín, el ángel de la paz, un mensajero del Espíritu Santo que se
columpiaba sobre el sabbaoth del iconostasio y cuando el diacono cantaba la
epístola de san Pablo en la cual se afirma "la vida humana no se arrebata
sino que se transforma en la resurrección" se escucharon armonías
maravillosas. Paradojazas de una nación escarnecida, vilipendiada, la llamada
cárcel de los pueblos (tiorma ludei) que padeció la tortura del gulags y de las
hambres más atroces en la era de postguerra pero donde las profecías de Dostoyevsky
parece que se están consumando.
Que ha expiado su dolor y que
sale adelante con sus dificultades cierto pero Europa necesita una Rusia
estable y segura. ¿Dónde está muerte tu victoria? ¿Dónde está muerte tu
aguijón? Nos preguntamos alborozados con san Pablo los que de verdad amamos el
bien y la belleza y odiamos la iniquidad y la mentira y tenemos fe en la
capacidad del ser humano para el amor y para el progreso, no para la guerra. El
fin de la era Jeltsin marca un hito en la historia universal. No cabe marcha
atrás. Imponderables aparte, se aleja de nosotros el fantasma de una
conflagración atómica. Nuestra generación no tuvo infancia pero tuvo Vietnam y
nos acostumbraron a vivir con el miedo a la Bomba. El líder ex soviético
significó un alivio para tal pavor.
A lo que se ve, no era un ateo
convencido sino un cristianin o creyente, uno de tantos, en el sentido eslavo
de la palabra (como en español se llama cristianos a la gente común) y cuando
el coro rogaba al Señor dador de vida personase los pecados de palabra obra y
omisión de Boris Nicolayevich, yo me acordaba en esos instantes de una novela
de un judío, Philip Roth, que se llamaba algo así como el "Santo
Bebedor". El adalid de la post-perestroika a su modo fue una especie de
santo laico. Que le daba un tiento al jarro de vez en cuando pero ¿qué pasa?
Son las inveteradas costumbres del país de los brindis; robándole botellas de
gasolina a los depósitos de los gigantescos T34 los "ruski soldati"
entraron en Berlín a costa de miles y miles de bajas. Una carnicería tan atroz
no hubiera sido viable sin saltaparapetos porque, también cabe recordar, que
las juventudes hitlerianas vendieron cara su derrota. En Rusia, o Rosía mayá,
tienes nombre de rosa, pero eres dura como un leño, al que no bebe lo tienen
por marica.
Dios escribe al derecho con
letras torcidas porque si aquella mañana de abril ahora hará unos años, cuando
Jeltsin se levantó con resaca, no vuelve a emborracharse, aturdido por lo que
acababa de firmar, y le quitan la llaves de mandos del maletín nuclear todos
aquellos que ahora le insultan y le llaman borracho – señor Sánchez Dragó un
poco de respeto que la televisión en la que usted actúa con trazas de simio la
pagamos todos- todos nos vamos con San Pedro. Por eso es verdad el antiguo aforismo
que escuché en una taberna cerca de la Piatniskaya ulitsa moscovita a un
"cristiano": Dios perdonará, perdonará eternamente a los borrachos.
Misterios del alma rusa.
Un país que perdió cerca de
cuarenta millones de seres y más de cuarenta quedaron mutilados en la guerra
contra Hitler y que permitió el resurgimiento de Europa haciendo uno de sus
clásicos mutis, ensimismándose, por el foro durante la terrible postguerra
estaliniana, es un país al que debemos mucho y dejar de reconocerlo sería
necedad... Un país que tiene un sentido mesiánico y redentor de la historia y
se sacrifica por todos los pecados de los hombres como un nuevo cordero de
Dios. Duro, fuerte, y que sólo puede ser dominado con vara de hierro y que
siempre resucita.
Toda vez que la creen arrinconada
y rendida – fue el error de los generales alemanes- de pronto revive. Rusia
llena de contrasentidos y de contraste capaz de la mayor violencia y la más
suave ternura plasmada en las famosa taská que brota en canciones tristes al
acordeón o la mandolina. Pueblo del sufrimiento redentor. Donde todo es
posible: el que el hijo de un campesino y nieto de siervos de la gleba llegue a
ser considerado el más alto barín (aristócrata) y que haya tenido en sus manos
gafas –le faltaba a Boris el dedo pulgar por un accidente- el destino de la
humanidad es un concepto para ser tenido en consideración.
Con Jeltsin desaparece una de las
figuras más importantes de finales del convulso siglo XX en su década crucial y
la más dura de todas. Paz a su alma y paz para todo el género humano. Descanso
eterno a todos los muertos. Ojalá que a mí también me hagan un funeral como a
su persona, y me responsee toda una clerecía de cincuenta popes con sus
dalmáticas y sus incensarios. Con unas exequias tales no importaría morirse. Es
como tomar un autobús hacia el cielo. ¿Por qué? Porque creemos que después de
esta vida haya algo más los que esperamos y aguardamos la resurrección de la
carne. Seguro que el "santo bebedor" ya está en el cielo. Niebó que
dicen los rusos.
Miércoles, 25 de abril de 2007,
día de san Marcos rey de los charcos
CALLESE SR AZNAR. CÁLLESE
Antonio Parra
Los jefes de gobierno en
Democracia cuando les llega el motorista de las urnas, que suelen ser
inexorables en su escrutinio, cierran el pico, o se van a cultivar sus dalias o
cabucar sus alcorques a domicilio (tampoco les queda tan mala paga) y tratan de
no incordiar o al menos no estorbar. Eso es en Democracia y son las reglas del
fair play. Juego limpio, pues. En las repúblicas bananeras no aceptan el
veredicto popular y andan buscando justificaciones leguleyas y llamándose a
parte. Andan con bravatas y correveidiles de acá para allá alegando pucherazo.
Lo que resulta bochornoso si tales dictámenes de revancha se hacen eligiendo foros
extranjeros. Entorpeciendo la gestión exterior de sus gobiernos. Eso no es
elegante. No es ético. De mi larga estadía en Londres me impresionó el gesto de
Harold MacMillan que volvió a los quehaceres de la prestigiosa editorial
familiar y se retiró a su quinta de Kent, con una buena pomarada de manzanas
Cox, después de que las urnas le negaran el beneplácito a causa del escándalo
Profumo donde cuidaba de su jardín y contestaba con evasivas a los
requerimientos de la prensa para hacer entrevista (conservo una carta suya en
que de una forma exquisita me da rotundas calabazas Super Mac como le
denominaban los caricaturistas de Fleet Street para los que su rostro anguloso
y peculiar era una auténtica mina). Sir Alec Douglas Hume, un aristócrata
dignísimo, un superclase y un viejo zorro de la política, se compró una caña y
se fue a pescar salmones a los lochs de Escocia. De este líder británico guardo
buenos recuerdos y una foto en su compañía con él a orillas del Támesis. Le
llamaban sus amigos y enemigos The skull (la calavera) no sé si porque era
hético y cenceño y lo más parecido a un cráneo humano o porque jamás
descomponía el gesto. Helmut Schmidt, el alemán Helmut Schmidt, un periodista
brillantísimo y que de teniente de la Wehrmacht pasó a ser el gran valedor de
los intereses hebreos en Alemania en su calidad de director de Die ZEIT,
cultivó sus aficiones melómanas y tocaba el órgano o la pianola por las tardes
en su domicilio de Hamburgo. En un par de entrevistas que le he visto
televisión alemana vía satélite sigue fumando como una coracha, algo más gordo
pero dueño de su proverbial clarividencia y de su desencanto, y de su sucesor
Helmut Kohl, el gordo Kohl, nunca más se supo. Heath, don Eduardo Heath del que
he hablado largo y tendido en mis crónicas fue nombrado director del orfeón de
su pueblo. Wilson, don Harold Wilson que en paz descanse, se entretenía
cuidando de sus nietos, y aferrado a su proverbial cachimba en la cual
encuentra inspiración para la redacción de sus memorias, ayudado por su incondicional
secretaria Marcia Williams, aguardó, longánimo, la llegada de las Parcas, ya
casi nonagenario. James Callaghan cuando dejó la vida política guardó un bajo
perfil. Jimmy Carter del que escribí lo mío durante mi corresponsalía en USA se
dedicó a la filantropía y a construir manos a la obra como un albañil
cualquiera casas baratas para pobres en Centro América. Y eso que era un
experto en la guerra termonuclear. Monsieur Pompidou, muy francés y un orador
cabal, hijo de un hispanista, abrió las páginas del Quijote para encontrar
consolación en su retiro cerca de Colombé –les- Deux- Eglises, el sitio de la
campiña que vio expirar la grandeur de De Gaulle. Pero Giscard d´Estaign, más
puñetero y que nunca me cayó bien pues me caen mal los masonazos y masonazo me
era él y enemigo acérrimo de España, tuvo varios amantes, flirteó con la mujer
de Pierre Trudeau (otro de mi época que ha dejado de fumar) y algunos avisados
amigos que tengo en Paris me informaron que se iba de putas al Bois de
Boulogne. Jeltsin se aferró a la botella y de eso acaba de morir. Yo creo que
era un buen hombre y pese a sus gestos histriónicos y perestoicos le libro al
mundo de no pocos baticores, por lo que me parece una broma el
"homenaje" que le hizo el Sánchez Dragó, ese petulante mamporrero y
enano encaramado en los informativos, llamándole borrachuzo por Telemadrid
cuando el cuerpo del ex dirigente ruso estaba aun caliente (eso no se hace,
señor Dragó, siga uzté con su rostro asnal y su rosa y su agua mineral sobre la
mesa dándonos más de lo mismo y mucha telebasura, mala critica, peor prosa con
mucho refrito y "guns and roses" y a los demás, seltz con soda. Y
digo esto porque yo vengo de un mundo elegante de confrontación de bloques pero
donde se respetaban las reglas del juego, oiga. A los presidentes y ex primer
ministro de los países importantes les viene la sabiduría con la jubilación y
para ellos el retiro se convierte en tiempo de reflexión. Aznar, por lo que
veo, sigue siendo tan carpetovetónico hasta en eso. No se conforma, no tira la
toalla. Es terco como oriundo de navarricos y asoma la gaita en la Georgetown o
se va a Moscú a hablar con los rusos de Gazprom sin previo aviso. Lo correcto
es previamente evacuar consultas con el Ministerio de Estado o llamar teléfono
al Palacio de Santa Cruz. Cállese, señor Aznar. Cállese. Estaría usted mucho
más monín calladico. Sus últimas manifestaciones públicas parecen torpedos a la
línea de flotación del gobierno de ZP. Y eso es juego sucio. Me parece a mí. En
realidad don José Mari no es más que un chico de los recados (errand boy) de la
Fox. Lo tienen de botones y él el hombre se pone finchado como una pava
creyéndose una especie de oráculo de los intereses occidentales. A lo largo de
mi carrera periodística estudié bien el Departamento de Estado y hasta en una
ocasión entré en Pentágono. Allí todo a veces parece lo que no es. Un laberinto
en el que confluyen los intereses económicos geoestratégicos tecnológicos y
empresas. USA carece de amigos y sólo tiene intereses. Se trata de unos negociadores
muy duros y las bandas de actuación tanto del Ejecutivo, del Legislativo los
militares o la CIA son vetas separadas y comportamientos estancos. Círculos
concéntricos hasta llegar al arcano del poder, el módulo íntimo lo mismo que si
se tratase del núcleo de la bomba atómica. En unos sitios te hacen el paripé y
en la puerta más allá te dan caña. Luego los del New York Times y el Washington
Post tienen la última palabra. Aunque la verdad sea dicha todo el poder reside
en Wall Street. Paradojas de la vida americana y del Departamento de Estado
donde siguen si fiarse mucho de Aznar. ¿Por qué causa? Bien sencillo.
¿Recuerdan ustedes la crisis de la Isla Perejil? Bueno pues allí Aznar metió la
gamba al introducir la mano en el avispero del Magreb. El más antiguo tratado
de Amistad y de Cooperación de la Unión es el firmado por unos de los
presidentes norteamericanos con el califa de Rabat. Es zona exclusiva a sus
intereses estratégicos. No quieren que se les incendie el polvorín del mundo
árabe. En ese sentido, comprendo muy bien a ZP que es un político bastante
avisado aunque le lluevan vituperios de tonto por todas las partes, pero sus
servicios secretos deben de haberle puesto al loro de que ojo con Marruecos,
aunque estando todas mis simpatías con nuestra antigua colonia del Sahara. Que
nos quitaron los americanos por una razón muy sencilla allí hay fosfatos y
puede haber petróleo. Entonces la Cia organizó la Marcha Verde. Eso puede que
le costara las elecciones generales no por su servilismo en Azores sino por
algo mucho más grave e indiscernible, críptico y paradójico como es la
complicada política exterior Usa siempre a cargo de los
"wunderkinder" del Pentágono y del Departamento de Estado, casi todos
ellos con apellido alemán, de la escuela del físico Von Braun, o de origen
judío: Gaspar Weinberger, Kissinger, Harold Brown, Schlesinger [George Bush al
poner una negra, Gondoleza Rice (mucho arroz para un pollo), ha roto toda una
tradición y es por lo que la gestión externa, por eso, no porque sea mujer una
negra, sino que para dirigir ese barco hay que tenerlo bien puestos, o la
propia Margarita Albright la que decía "cojones" con tanto tronío y
en castellano que le dio a Bush muchos quebraderos de cojones por causa de la
crisis de Yugoslavia y que por poco estuvo a punto de costarle al mundo una
guerra nuclear un día que Boris Jeltsin se levantó con resaca, menos mal que
alguien le escondió las llaves del maletín secreto o caja de mandos de los
misiles] coparon esos cargos. La norma es que su política sea ambivalente y
ambidiestra pero sumamente conjuntada y eficaz. En el State Department mandan
los liberales y en el de Defensa los tipos duros. Los unos tienen los mejores
diplomáticos y los mejores espías aunque a veces les falta tacto y son algo
manazas. Los otros tienen las mejores armas, los más versátiles aviones de
combate, pero les falta infantería y es la infantería lo que gana las guerras y
los muchos cojones y no la tecnología. El otro arma poderosa en sus manos es
Hollywood el gran altar mediático de donde se oficia un poco la ceremonia de la
confusión, se rinde culto a la violencia con películas de buenos y malos, y la
bazofia y los líos de cama están a la orden del día para goce de los cotillas
de nuestra telebasura española. No es un mito aquello de halcones y de palomas.
En cuanto a Aznar, éste ha tenido muchos panegíricos a este lado del charco.
Hay quien lo pone por las nubes. El mejor presidente que tuvo España, el que
levantó la economía (a base de poner ladrillos y vender parcelas, claro está),
el que acabó con Eta (tampoco es cierto) y blablaba. A mí Aznar me pareció un
buen alcabalero, un buen funcionario de Hacienda pero un mal presidente de
gobierno. Desmanteló el ejercito, quiso liquidar la administración, se llevaba
mal con los catalanes, caía antipáticos a los vascos y luego era un señor que
hablaba muy serio y se reía con una risita floja de Bud Bunny, el conejo de la
suerte. El conejo de la suerte. Sí. Sí. Para mí su mandato coincidió con un
tiempo de desgracia y de persecución que no sé ni cómo puedo estar aquí. Tuvo
desde luego buenos gestores como Cascos, Rato o superalcaldes como el de
Villanueva de la Cañada, Luis Partida en quien yo veo merced a sus capacidades
administrativas y dotes de permeabilidad y capacidad para la negociación y los
negocios a un buen líder del PP –su figura es más plana y no tan decorativa
como la de Rajoy pero hombre eficaz y es eficacia lo que España necesita en
estos instantes, no buenos discursos- pero sus chicas a mi juicio no alcanzaron
el fiel de la balanza del examen de grado (la Tocino, la de Palacio, la
ministra de Insanidad aquella malagueña de cuyo nombre no quiero acordarme, la
Espe] Doña Esperanza Aguirre creo que más que ministra de Cultura era la
ministra del diseño y de la imagen. Ahora quiere ser reina. Dicen que a su
peluquero lo hizo subsecretario. Premio. Pero en cultura, cero patatero. Aznar
no tenía mano izquierda y se hizo antipático al personal. La gota que colmó el
vaso fue el hundimiento del Prestige y la explosión de impopularidad estalló
con la guerra de Irak. Las bajadas de pantalones con los americanos no suelen
ser rentables en la política española. Hay que amarrar y soltar cuerda. Pero
Aznar se creyó porque toma una vez el té con pastas en Downing Street que ya
era amigo intimo de Tony Blair. No conocía tan bien a la pérfida Albión como
creo conocerle yo. Tampoco tienen amigos los ingleses sólo intereses y con su
postura en Irak José Mari dio mucho más de lo que recibió. En cuanto a sus
manifestaciones patrioteras sobre la unidad de España que todos defendemos y
por la cual yo he tanto he sufrido me parecen fuera de lugar haciéndolas desde
Washington. Les puedo contar una anécdota de cómo a mi antecesor Félix Ortega,
uno de los mejores periodistas que he conocido, nos llamaron al orden porque
nos liamos a escribir mucho desde la ciudad de los rascacielos sobre la
preeminencia que se daba a los políticos del PNV allá. De hecho el lendakari
Aguirre independista recibió asilo en América tras nuestra tragedia civil y se
mimaba a los catalanes. Lagarto, lagarto. Bueno pues Aznar es nieto de un
exaltado separatista vasco, el simpar don Manuel Aznar el organista y ex
seminarista que al final de sus días decepcionados afirmaba que lo que a él le
hubiera gustado en realidad es haber sido cura pero fue periodista y de
prestigio en el Régimen anterior, amnistiado por Franco de la pena de muerte.
Yo creo que era una buena persona pero sin convicciones políticas demasiado
estables y un tránsfuga característico. Emilio Romero no le podía ver. Así que
Cállese, don José Maria. Cállese. No eche más leña al fuego que están los
ánimos confusos y el país muy revuelto. El pueblo desorientado. Y los de la
COPE hechos un brazo de mar y todo el país hasta las cejas comiéndose su propia
mierda con la telebasura y la pornopolítica. Me hablan de la once eme – once
mierdas- y tiro del enchufe del televisor. Escucho la palabra eta y apago el
conmutador. Harto de tanto guerra civilismo de tanta ceremonia de la confusión.
Por eso a veces me da pena el pueblo español al que suelen engañar con tanta
frecuencia los demagogos. Nos la están metiendo doblada unos y otros. Dejen a
nuestro presidente gobernar. Sin razón o con ella siempre será mi presidente.
Aunque venga de León, no es don Suero de Quiñónes. Se llama tan sólo Rodríguez
de primero y de segundo Zapatero. Un chico de otra generación. Y con buenas
tragaderas. Vale para político. Todos los días al desayuno, un sapo.
24/04/2007
DEL SALT AL SART Y OTRA VEZ
VOLVER A EMPEZAR
Antonio Parra
La noticia de que los Estados
Unidos están tratando de arrimar las bases de lanzamiento de misiles nucleares
al limes ruso me parece de un tenor escalofriante. Por lo que merecen toda
nuestra aprobación de antiguo politólogo las protestas del embajador de la
Federación Rusa en Naciones Unidas desenmascarando un acto hostil que puede
encarrillar a este planeta a un conflicto atómico o, en el mejor de los casos,
relanzar la carrera de armamentos estratégicos de la guerra fría que todos
creíamos aparcada tras la firma de los tres tratado SALT y posteriormente en
los 90 de la pasada centuria los START firmados en Viena entre Breznev y
Carter. Como periodista que asistió a la conferencia de Helsinki en 1969 y
cubrió para la agencia Pyresa de Madrid la era Carter desde Nueva York añoro en
parte aquellos tiempos en que el manisero de Plains, una oscura localidad
perdida en el inmenso estado sureño de Georgia, nos deleitaba hablando de paz
con los soviéticos y hablando de una nueva era de paz y de cooperación entre
las superpotencias. Éramos todos unos ilusos. Nos estaba vendiendo la burra mal
capada como se suele decir en romance. Pese a su humilde apariencia de
cristiano fundamentalista, abstemio morigerado de costumbres, muy pagado del
amor de su esposa Rosalyn y de su hija Amy, Jimmy Carter ocultaba una carta
bajo la manga. Era un especialista en cohetería nuclear desde su graduación
como guardiamarina en la escuela Naval de Anápolis a las órdenes del almirante
Rickover. Mientras hablaban de paz y de lo bueno que era el mundo en el
Pentágono estaban preparando la guerra de las galaxias. Los poderosos a veces
resultan unos consumados equilibristas en el arte del doble lenguaje. Después
de la era Carter que fue el colofón a la era Nixon, a la era Ford y a la era
Kennedy, se avecinaban los tiempos duros de Reagan, de Bush padre y de Bush
hijo. Las palabras se las llevó el viento y henos aquí todos de nuevo ante el
punto de partida. El belicismo se hace notar en el lenguaje aguerrido de
algunos políticos. El dúo Bush Blair – ambos apellidos escritos con be de burro
y be de bestias- toca el clarinete con tanta solercia y habilidad como lo pueda
hacer Woody Allen en ese local del Bajo Maniatan. Y con tanta fuerza que nos
aturde pues hay palabras gruesas en el aire y la atmósfera está muy sobrecargada
de amenazas. El malo de la película es ahora Irán al que la propaganda
belicista culpa de estar armado hasta los dientes de parafernalia atómica de la
misma forma que otrora se culpó a Sadam Hussein de contar con el arma letal, lo
que desencadenó esa horrible carnecería de la guerra de Irak que día a día
contemplan horrorizados por la televisión nuestros ojos. ¿Dónde estan aquellas
armas de destrucción masiva con que contaban los irakíes? Pues en ninguna
parte. Todo quedó en agua de borrajas y ardides, añagazas y justificaciones
leguleyas para dar soporte legal al estallido de una guerra. Se han esgrimido
bastantes mentiras y muy gordas al respecto. Los que confiamos de que en
aquella reunión en la cumbre el año 89 entre Bush senior y Gorbachov con los
que se sancionó un pacto de no agresión y se firmó el finiquito de la Urss iba
a reportar beneficios para la paz mundial. Aquel día de diciembre la mar era
arbolada en Chipre donde tuvo lugar el encuentro todo un presagio de las nuevas
galernas que habrían de sobrevenir en un mundo multipolar. Asolado por las
hambrunas, las injusticias sociales, los desequilibrios económicos, los
movimientos en masa de poblaciones, la emigración sin control. El mundo en 2007
es mucho más peligroso e inseguro que lo era en 1989. Todo eso se lo debemos a
la caída del muro de Berlín al pacto de amistad y de cooperación sellado a
bordo de aquel buque. Sin embargo, el pesimismo no tiene por qué invadirnos. Es
preciso hacer virtud de la necesidad. El bien saldrá adelante y los perversos
serán confundidos y ahogados en su propia carnaza. No conviene lanzar patadas
contra el aguijón ni blasfemar contra el espíritu de los tiempos o lo que un
filosofo alemán llamaba el Zeitgeist. Los que conocemos y amamos a rusia
sabemos que es un país fuerte de sorprendentes recursos acostumbrado a resistir
y a salir volando como el ave fénix de sus cenizas y de los calamitosos tiempos
de ferralla nuclear de Gorbachov o de Yeltsin en que aparentemente se puso a
toda una superpotencia en almoneda han nacido los nuevos modos de la era Putin
que da la impresión de ser un hombre fuerte y que no se hará de miel ni le
temblará el pulso ante las bravatas de los warmongers de siempre.
Desgraciadamente el arma nuclear vuelve a estar en candelero. La creíamos
enterrada. Obsoleta o como una herramienta de suicido colectivo para toda la
humanidad. Algo obsceno, inmoral que al pobre padre de la bomba atómica Albert
Einstein le hizo sonrojarse al igual que a los científicos que apadrinaron el
proyecto de los álamos en Alma Gordo. El exterminio puede ser masivo y el grado
de supervivencia cero, se decía. Pero también hablábamos por aquellos días los
cronistas del famoso "edge" o pequeña ventaja en la contundencia y
profusión de la arponería del exterminio. Hoy se ha suprimido el concepto
deterrent o miedo a la bomba. Dice un refrán español que el que ama el fuego en
él perecerá y algunos parecen empeñados Vendría el holocausto universal, el
verdadero holocausto. Aunque algunos ilusos, iluminados o mentes diabólicas
piensan que puede haber algún superviviente para contarlo a bordo del Air Force
One. ¡Qué ilusos! Pertenezco a una generación que aprendió a crecer y a
convivir con la bomba puesto que se trataba de una amenaza contingente con
pocos visos de materializarse pero ahora los viejos demonios familiares vuelven
a resurgir. Me llena de terror por ejemplo que Israel se presente al programa
de Eurovisión con una canción que se titula así "Vamos apretar el
botón". No se nos pasaba por la cabeza el horror que puede ocasionar al
estallar esas ojivas nucleares al estallar. Porque creemos en la paz. En el
shalon. En el mir de los rusos. En la pax augusta. De Roma
)
TÍO
MONAGO Y EL TABACO
Desde
1929 no he fumado ni un solo pitillo. Había en Fuentesoto un médico al que
llamaban don Adolfo, no sé si lo recordareis, que me dijo a qué no tienes
cojones, Monago, y dejas de fumar y yo le dije ¿no será por una apuesta,
doctor? Pues ya lo verá.
Y al
punto dejó el Tío Monago de fumar, execrable vicio al que denominan venganza de
los indios. Varón de voluntad recia y enteriza, sería difícil encontrar en los
pueblos de la contornada y la ajarquía de Villa y Tierra y en toda la cabeza
partido un hombre tan voluntarioso como él, y que trazara los surcos tan
rectos.
El año
29 fue el año del crack; se derrumbó la bolsa neoyorquina, cayó la dictadura de
Primo de Rivera, y Monago acababa de venir de la guerra de África. Su decisión
le trajo beneficios para la salud del alma y del cuerpo; alivió sus pulmones,
clareó su garganta y hablaba sin tener la voz tomada.
—
Ahorré miles de duros. Así que, ¿qué te
parece, Constantino?
Constantino
era el alcalde de Fuentesoto. Muchas tardes con los de su cuadrilla se reunían
para echar un trago en la bodega y charlar a la sombra de un almendro que
crecía erecto sobre los declives del somo. Unos parecían Sócrates y otros
Descartes.
Pocos
podrían dar de mano a aquellos buenos españoles a la hora de filosofar.
Esplendoroso personajes. Monago de letras sabía poco. No había vuelto a coger
un libro desde cumplir con la escuela. Alto cenceño, frugal caballero de la
triste figura. Todo lo contrario que Constantino del Val, que era amigo del
buen yantar, buen compañero del jarro; la colilla del cigarro entre los labios
formaba parte de su fisonomía.
Estaba
ya próximo a concluir el verano. La luz diamantina de septiembre traía entre
sus fulgores el anuncio del invierno. El pueblo olía a uva, el trigo metido en
la cilla, la paja en el pajar, las trojes aventando grano y las golondrinas que
se habían marchado.
Los
renteros iban a casa del amo a cobrar la soldada. El sol se mostraba benigno,
pero el cierzo apretaba relentes mañaneros y había que defenderse con el
tapabocas. Ya en la lejanía blanqueaban las primeras nevadas sobre los puertos.
El otoño es un tiempo de sazón en el cual el hombre ha de meditar en su
destino. Todo se acaba.
—Pues
yo fumé desde los trece años y no pienso dejarlo— decía el alcalde— y a lo
mejor cuando me saquen con los pies para adelante en aquel momento abandonaré el
puñetero vicio. También los que no fuman se mueren, no te creas, Monago.
—
Mira tú, la diferencia está entre vivir
enfermo y morir sano. Nunca estuve malo. No cojo por el invierno ni un catarro
—
Qué cosas dices.
—
Fumar o no fumar tanto da. Los hay
fumadores que mueren de viejos dándole a la cigarra. Recuerda al tío Colodro al
que acabamos de dar tierra. Se ha ido con 99 años y no salía al campo sin su
petaca y su librillo de papel de fumar, mientras al Tío Zoilo mucho, más moderado,
lo subimos al camposanto no hace ni media semana. Creo que no había cumplido ni
los 50.
— Depende de la naturaleza y los excesos. Todo ha de
hacerse con moderación.
Virtus in medio est, decía el clásico — agregó el alcalde que sabía
latines pues estuvo tres años en el seminario y ayudaba misa al párroco don
Belarmín.
El quid nimis de los clásicos en aquella
morigerada tertulia en la bodega volvía por donde solía. De nada, demasiado.
Hay que ir a todo con tiento y al vino como rey y al agua cual rey. Poca gente
sabe vivir. A Constantino el alcalde le llamaban el curilla. Su conversación
poblada de adjetivos y sustantivos inusuales y algo rebuscados le incitaba a
las citas de los clásicos y a proferir sentencias tomadas de la gramática del
Errandonea.
Era algo epicúreo y no había misa de funeral o
banquete patronal donde no estuviera Constantino. Su amistad con los curas no
era óbice para profesar un cierto relente anticlerical. Monago por su parte se
mostraba escéptico ante los planteamientos de su amigo. Le gustaba subirse a la
escalera del tiempo y observar impávido el discurrir de la existencia desde los
bardales. Los dos eran solteros.
Monago
porque era algo retraído para con las mujeres. Le costaba trabajo arrimarse a
una y el alcalde porque tuvo una madrina de guerra en la mili, pero se le
murió. A ella guardó ausencias de por vida.
El
tiempo cubrió sus sienes de ceniza curtió su piel amojamó sus carnes... volaban
los dos como dos cuervos ancianos con alas de plomo hacia la muerte, el paso
renqueante pero ¡qué se le va a hacer! esta es la vida. El uno gustaba de las
delicias de Baco, el dios oscuro, y, cuando se emborrachaba, declamaba versos
diyámbicos de Virgilio. Monago, por su parte, abstemio, profería pestes contra
el vicio del tabaco. Murió sin conocer la gracia de dios y sin haber prendido
una targanina con el chisquero que todavía guardaba como una reliquia del voto
que hiciera a los dioses el año del crack.
Val
vivió algunos años más asistiendo a las cuchipandas de los curas; cantando el
arrobo el "arrobo cagao que a mí no
me han dapo si cojo al quillo le tiro al tejao" durante los bautizos y
contando historias en las noches de filandón.
Ambos
personajes han regresado a mi memoria palpitando entre los renglones que yo
escribí allá por el año 76 en Londres.
Han
pasado cuarenta años y, recordando a mis dos amigos de Fuentesoto, enciendo mi
pipa y echo un trago de aquel vino de la ribera que bebíamos en mi pueblo, vino
puro sin sulfitos ni polvos de la madre Celestina. Néctar de los viejas
deidades mías que atolondra y hace bien al cuerpo y al alma mientras brota a la
boca la espuma de una gran cascada de recuerdos. A ver quien es el majo.
LOORES A SANTA MARIA Y ALGO SOBRE
EL CIERRE DE LA IGLESIA DE ENTREVÍAS
Antonio Parra
Reina del cielo, alégrate, porque
Áquel al que mereciste portar en tu seno resucitando cumplió lo prometido. Por
todas las iglesias del mundo suenan las estrofas del Regina Coeli y el orbe
entero honra al Madre de los creyentes. Laetare, dicen los latinos. Radesti.
Los rusos. Este año la pascua coincidió en los dos calendarios litúrgicos que
fijan la liturgia de toda la cristiandad, el gregoriano y el juliano. En Madrid
llueve. No creo en los neocoms ni en los que están dando vueltas a la historia
tergiversando el misterioso mensaje de Cristo. El Evangelio cuenta una historia
en clave, lo que sirve para dar vuelo a la cometa del enigma. Las
interpretaciones ad libitum y últimamente se trata de obviar a la Virgen y
elevar en un trono a Magdalena la pecadora arrepentida, la que dijo una vez
"Rabóni", maestro mío proliferan por doquier pero ya lo hemos
denunciado y expuesto, antes de aquí: esto es parte de un juego. Los ateos
parásitos quieren fagocitar vendiendo libros que tratan de atacar o poner patas
arriba el engranaje de la cristología.
Y hasta tratan de casar a la
Magdalena con Cristo lo que es un imposible. El Rabí era un esenio hasta sus
últimas consecuencias. Continente y abstinente pero quiso quedarse en la
eucaristía transubstanciado en pan y vino. Otra asombrosa paradoja que un
abstemio amase la vid y alternase con el personal que vive y bebe en las
tabernas. Publicanos y pecadores por toda escolta. La Escritura es lacónica en
facilitar datos y sus filiaciones personales. A costa de los del código de
Vinci se están escribiendo verdaderas barbaridades. Pero Cristo, el Cristo
ortodoxo de Dostoievski, calla. Que cada uno piense como le plazca pero esta
actualidad que tiene el personaje y de los que le escarnecen y aprueban cada
oportunidad para argüirle de impostura es una prueba de su presencia en el
mundo.
Cristo está vivo. Cristus hieri,
hodie et semper. Hasta su segunda venida. Nosotros creemos que nació de madre
virgen en el parto, antes del parto y después del parto pero, apasionados de la
hermenéutica bíblica, algo que aprendimos en los cabalistas, no nos contentamos
con la fe del carbonero y andamos buscando pies al gato porque Cristo se ha
hecho parte de nuestras pecadoras vidas…
Ahora bien, la Virgen que aparece
en el Evangelio es la doncella de Nazaret, la madre solícita en las bodas de
Caná "hijo, no tienen vino" y la aldeana que recibe un varapalo
cuando le dicen a Jesús "ahí están tu madre y tus hermanos" cuando
querían tirarlo al río en su pueblo – nadie es profeta en su tierra- y Él otorga
una contestación ambigua: "¿Quiénes son mi padre y mis hermanos? Los que
cumplen la ley" y por último la madre dolorosa al pie de la cruz. A lo
largo de los evangelios sinópticos María abre la boca no más de un par de
veces. En los apócrifos que cuentan de ella historias maravillosas muchas más.
A nuestro entender la apoteosis bíblica de la Virgen tiene por punto de
referencia al Libro del Apocalipsis en el cual se le asigna el papel de
Corredentora con Cristo. La mujer que aplastará la cabeza del dragón y
conculcará la cabeza de la serpiente. Su concepción inmaculada es un dogma. Y
esta es la Virgen del culto de hiperdulía (tan barroco, tan recargo pero tan
cercana al alma de las gentes; hay cosas más cercanos al corazón que al
raciocinio y María Madre Nuestra es parte de este misterio designio), algo con
lo que nacemos los españoles.
Nos destetan y nos entierran con
esa devoción. Al nacer nos colocan sobre el pecho escapularios y nos amortajan
con rosarios entrelazados en las manos. Pocos españoles habrá que no la hayan
rezado alguna vez. Sus ermitas, sus humilladores están esparcidas por la Piel
de Toro y su imagen presente en los edículos, en los vestíbulos de las casas,
en las medallas colgadas al pecho bajo las diversas advocaciones. Una imagen suya
cabalgó con el Cid y los conquistadoras la portaban en sus monturas; por
"Mi Dios y vos" era el lema del marqués de Santillana. Y los pueblos
compiten entre sí y andan a palos por demostrar que la Virgen de su pueblo es
más guapa y sale más atalajada en las procesiones que las del anejo. ¿Pero cómo
puede ser? Repiten los viajeros que nos visitan desde el Calixtino en sus
descripciones corográficas de los usos y costumbres hispánicos.
Virgen solo hay una. Sí y no.
Vayamos por partes y para demostrarla en este marasmo de rivalidades regionales
de campanarios –lo de las autonomías puede que no sea más que un eructo de toda
esa latencia- la copla: "La Virgen del Pilar dijo a la de Montesarrat si
tú eres catalana yo soy aragonesa y con sal" etcétera... Laetare.
Alégrate. Hemos ganado. Resucitó y esta alegría y protección de María se hace
notar en las Cantigas y sobre todo en Berceo.
Estoy pensando en un poema
bellísimo. El del cura lerdo y analfabeto que no sabe cantar otra misa que la
de la Virgen por sus cortas luces y porque se la había aprendido de memoria: el
Salve Sancta Parens. No sabía leer y tocaba de oído. Alguien – soplones y
chivatos no faltan en las curias, presbiterios, ministerios, salas de redacción
y cuartos de banderas en la vida española, tan rijosa, tan recontrajodida y tan
envidiosa- va con el cuento al obispo:
-Ese cura de ahí en eso,
eminencia, es un zote. No sabe hacer la o con un canuto.
-¿Cómo, cómo?
Monta en cólera su Ilustrísima y
estas gruesas palabras pone Berceo en boca del prelado: "decid al fijo de
mala putaña/ que venga ante mí, no lo pare por maña/"
Y el pobre cura ignorante al que
su obispo llamó hijo de puta, de cortas luces, pero devoto a ultranza de María
acude a palacio y escucha la bronca de su eminencia que le anuncia sentencia
firme de quitarle su modus vivendi, sus sopas, sus lentejas, su olla, su misa y
su María Luisa, porque a la sazón todos los curas tenían moza igual que ahora.
Y así suenan los denuestos en la candorosa cuaderna vía del vate de la Rioja:
- Cuando no has ciencia/nin has
seso nin potencia/prohibote que cantes, pongote en sentencia/ vive como mereces
por otra conveniencia/". Ladrillo de Roma. El obispo le aplica los
canónes.
Suspenso a divinis y hala a la
puñetera calle. El pobre preste desconsolado visita el altar de Nuestra Señora
y Ésta toma cartas en el asunto a su favor y ajusta cuentas al obispillo
desconsiderado y mal hablado:
-La Virgo piadosa, madre sin
polución/ se aparece al obispo luego en visión/Dijole fuertes dichos, en
braviello sermón/".
Esto es la Madre del Triste pone
al obispo a caldo perejilero. "Yo nunca te quité valía de un grano/ Tú me
dejaste sin capellano/". Andate con cuidadín, purpurado, le dice la
Virgen. El obispo acepta la filípica y determina la rehabilitación del
"preste vedado". Delicioso cuento de Berceo y deliciosa cuaderna vía.
María socorre al pobre cura iletrado.
"Que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que hayan acudido ante su presencia en la tribulación hayan
sido abandonado de Vos" canta San Bernardo en el himno del
"Acordaos". Laetare, pues. Alegraos. La Virgen siempre nos echará una
mano y bajo su halda nos hemos acogido siempre los desamparados. Esta poderosa
señora del Apocalipsis es una metempsicosis de la humilde doncella de Nazaret y
la del Canto del Magníficat. Se transforma en la Mujer vestida de sol y calzada
de luna que aplastará la cabeza de la serpiente (y el feminismo ultra es una de
las siete cabezas, también puede que lo sea el sionismo sin contemplaciones y
las otras cinco son el fantasma de la guerra del odio y del hambre que se
oponen al reinado de Jesucristo que es el del amor).
De todas suertes María está ahí
como nos recuerda este milagro o ensemplo berciano. María corredentora y
mediatriz del género humano. Los líos que ha habido esta semana en la parroquia
de san Carlos Borromeo donde mi amigo y condiscípulo Enrique de Castro, el cura
de los pobres, de las putas y de los drogatas que evangeliza al poblado de
Entrevías ha recibido un réspice o braviello sermón de su ordinario. El purpurado
Rouco me hace pensar en el obispo poco condescendiente de los "Milagros de
Nuestra Señora" que despidió al buen capellán que no sabía decir otra misa
que la del Salve Sancta Parens y ha echado el cerrojo a la parroquia de este
suburbio alegando que daban a comulgar rosquillas. Bueno y qué. ¿Es que las
rosquillas no son hostias también? Enrique de Castro, vallisoletano, hijo de un
coronel de aviación estudió conmigo Retórica en Comillas. Era un seminarista
muy simpático y muy guapo de chaval. Creo que siguió su vocación y ha querido
vivir su sacerdocio al pie del Evangelio y de la Cruz. Con los pobres y
desheredados. Fue el mismo compromiso del Maestro. Y lo malo del caso es que el
que le aplicado los canónes, Joaquín Martín Abad es otro comillense y turolense
para más señas. Éste era menos accesible y más beato. Acaso por eso, por ser
más convencional y acomodaticio, ha hecho carrera en la curia. Enrique, no.
Siempre fue un vivalavirgen. Simpático, buen amigo. Contaba unos chistes en la
camarilla que nos mandábamos de risa imitando a los paisanos de Valladolid.
Pero sus temas sarcásticos eran los de las criadas y los militares. ¡Que cosas!
Ahora le cierran la parroquia. Nunca podré dudar de la ortodoxia de este
sacerdote que ha seguido su camino aunque sus métodos de apostolado entren en
choque con toda esa camarilla de fariseos que habla por una emisora y no para
de hablar.
Creo que en este caso la Virgen
está de parte de Enrique que vive la pobreza y la marginalidad de un sitio tan
heavy como Entrevías y a lo mejor cualquier día de estos le tira un rapapolvo
al bueno de Monseñor Rouco. Echar el cierre a una iglesia es un disparate por
el mero hecho de que daban rosquillas en vez de hostias para comulgar lo mismo
que suspender a divinis a un pobre capellán algo corto de entendederas que sólo
sabía decir en el siglo XIII la Misa de Nuestra Señora. De cualquier manera.
Creo que todo se arreglará. Regina Coeli, Laetare, aleluya. Ella nos defienda
de todo mal. Así sea.
Bromas aparte, con esta
disertación teológica tratando de adentrarme en la sublime maraña de la
mariología creo responder a Ancasvil. Espero que mi admirado maestro no dude de
mi ortodoxia. Sub tuum praesidium. Y uno de cuyo nombre no quiero acordarme
anduvo diciendo por ahí levantándome falsos testimonios de que a mí me echaron
del seminario. No, señor. Me salí yo porque a mí me dio la gana. A mí me
hubiera gustado ser un curita que predicara el evangelio como Enrique de Castro
pero me flaquearon las fuerzas para seguir al Rabí pecador de mí pero no para
proclamar sus verdades caiga quien caiga. Y en esa demanda seguimos. Cristo
hoy, ayer y siempre y la Virgen nuestra abogada, la que nos echa la mano a los
perdedores. Gracias a ella aunque parezca que perdemos luego siempre ganamos.
Pascua de Resurrección. Al que matasteis ha resucitado.
domingo, 08 de abril de 2007
Publicado por PREFERENS en 5:09
|
Reacciones: |
|
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
[1] la misma
palabra almenara u hoguera es un préstamo del árabe
[2] Dextera
Domini o dedo de Dios que se plasma con el dedo extendido sobre una mano que
brota de un triangulo
[3] La tal
Marfisa dice Garciasol era una pelirroja irlandesa pupila de la Casa del Niño a
la cual don Francisco de Quevedo y Villegas frecuentaba y solicitaba

No hay comentarios:
Publicar un comentario