2025-08-14

 

¿QUO VADIS EUROPA WHERE ARE YOU GOING SPAIN?

 

 

Estos textos evidencian mi preocupación por la rebelión de Cataluña que va a suponer un nuevo 98 y la destrucción de España a través de lo que llaman las Fuerzas Oscuras que no creen en la historia `pr serles adversa y adoptan los postulados de la misma que les conviene, “shafirot” esto es memoria o, si se quiere memoria antihistórica y contra la historia. Se trata de una larga serie de artículos escritos durante las ultimas dos decadas de un periodista perseguido a causa de sus ideas por la Nueva Inquisición. Cajón de sastre "et de omni re scibili"  Esto es: tratan de todo, máxime, al albur del impase se la crisis catalana que, al suponer la fractura y liquidación de estos reinos, abocarían a un nuevo 98.  España atraviesa por la más grave crisis de su existencia como nación. De ahí el título de Quo vadis, Spain. George Orwell ya progetizó esta impase en sus novelas “1984” y La Granja de los Cerdos  Los textos son recopilaciones de artículos firmados por mí en la Red durante casi tres décadas. Gracias a Google  y a Facebook, puedo dar a la estampa estos textos. Huelgome de decir que Internet me ha hecho de mí un escritor vigilado por el Gran Hermano que trabaja gratis et amore por la causa de la verdad en el marco de un sistema totalitario con visos de demócrata. En medio de esta feria de vanidades y de progroms de la intelectualiad. Pretenden hacer una gran hoguera quemando las bibliotecas donde se guardan testimonios hostiles al sistema. Vivmos una verdadera noche de los cristales rotos y de persecución de todo aquello que signifique excelencia y no comporte grandes cantidades de mierda y vulgaridad. Gracias, con todo y eso a Guillermito Puertas, y gloria a ti, Zuckerberger. (Montañita de Azúcar).

La digitalización espolea a los escritores a ponerse sobre las cuartillas, conforme al mandato horaciono de “ningún día sin un par de líneas” y a  ser partícipes de una inquetud que se ha hecho universal. Vivir sin vivir en mí lleno de curiosidad y deseos de conocer. Al propio tiempo cabe el peligro de caer en la marabunta de la información en torrente que nos desinforman paradójicamente e incomunica. Es el síndrome de la torre de Babel y del mito de Prometeo. Como todo el mundo escribe, nos estamos quedando sin líricos y, cambiando el oro por oropel, reemplazamos a los periodistas, por contertulios de la tele y polítologos por los poetas. Está en marcha una campaña contra la estética. La Red es, a la par que el gran guirigay, un arma de control y de espionaje. Aunque no sé si va a ser posible ponerle puertas al campo. El mundo  va tan acelarado que corre el riesgo de un estallido. Todo pasa y se consume en medio de una avalancha de feroces actualidades que se olvidan a la mañana siguiente. El lector creo que en este baul de crónicas, articulos, reportajes, cuentos y vivencias, en este revoltijo, podrá encontrar alguna perla. No se aburrirá; estoy seguro. Y, con el afán de ese hallazgo, publico y doy a la estampa estos textos.

 

 

1.

 





 




EL BABLE

 

 

Pues nada que la llingua ya es lengua. Liémonos a voces en bable babayu. Cada gallo canta en su muladar y el muladar asturiano anda un poco revuelto, atronando    quiriquies

Ya no ponen las gallinas y eso que por San Antón la gallina pon. Las mías no cacarean en mi corral, matólas el raposu. Y falemos despacín no nos oya el mío vecín.  Que no está el horno para bollos ni el alcacer para zampoñas. Bajan los jabalíes de la braña y hozan el patatar con sus poderosos focicos. Araronme el prau, dejando en la hierba la marca de sus feroces pezuñas.

Tienen aquí la querencia de un revolcadero. Estamos perdidos. Los del Ayuntamiento vinieron y acabaron con el bosque de robles y laureles centenarios que daban sombra (en verano era un paraíso) a la sebe (oigan, bablistas, aprendan latín que sebe viene de saepes que equivale a cercado; en Santander lo llaman zarzo) y la otra tarde derramé lágrimas sobre el enorme tuero del viejo carbayo con más de cuatrocientas primaveras en su diámetro troncal que taloron los dendricidas del Ayuntamiento cudillerense.

En El Escorial  semanas atrás multaron a un paisano cien mil euros por talar una encina oneraria que le estorbaba su cerca, pero esto es Asturias. Esto es España y lo demás tierra conquistada. Así nos va ¡Válganos la Santina!

Las aldeas están vacías a la espera de veraneantes. El hastial de la casona blasonada de los abuelos ostenta grietas ruinosas, aunque el sol se refleja al ocaso todavía en los ventanos de la galería; el hórreo ancilar, una maravilla de la carpintería de ribera lo descangayó un vendaval. Un vecín Dios le dé mal galardón las palmeras reales que trajeron mis antepasados de Cuba ordenó derribarlas. Decía que desde sus ramas se descolgaban los ratones y aterrizaban por sobre su bardal. Asturias está triste sin cigüeñas; nunca pasan la altura de Arbás, y los mozos se van, no hay trabajo. Es la generación del Alsa de Villalpando. La vaca Marela tampoco pare. El bable, paisanos, digotelo yo que soy filólogo, no es lengua sino dialecto: una versión cantarina del idioma que hablaban las mesnadas del Cid antes de subir la cuesta de Pajares a las tierras de pan llevar. Allende tal, no es una lengua unificada porque se hablaba de forma diferente en cada valle y mira que en este Principado hay valles.

Todo anda un poco en regresión, por culpa de los políticos, a los que una mano negra está soltando pasta bajo cuerda. Dicen que es culpa de los americanos que nos quitaron Cuba y ahora pretenden arrebatarnos el principau.

Quieren, por descontado, con sus sandeces quitarle la razón a Nebrija. Aquel divino sevillano que se emborrachaba por los chigres de Alcalá: " La lengua es la compañera del imperio". El objetivo apunta no solo a la destrucción de la convivialidad tan privativa del carácter astur, tambien al aniquilamiento de la lengua de Cervantes. Cataluña, pues, marca la hoja de ruta de los peligros que nos acechan. Acabar con el castellano es acabar con la más vieja nación de Europa. El odio por acá se administra en cápsulas de ignorancia y resentimiento. Furia infernal. Con todo y eso, yo creo que Asturias un día resucitará. De alguna manera hay que ser optimista y entonar la monserga del "no pasarán".

 

2.

 

 

 

 

ANTE EL ARA DE SAN BAUDILIO DE BERLANGA TUVE YO UNA VISIÓN

 

Subí, tarde de nieve y celliscas, al monte santo de san Baudilio de Berlanga, eremita mozárabe en tierras del Cid tierras de pan llevar al sur de la provincia de Soria, entremedias de las diócesis de Sigüenza y el Burgo de Osma, y tuve allí una visión, uno de esos misteriosos trances con que regalan al visitante las tierras de España. Un ángel me pareció que rasgaba el velo de los misterios insondables de la historia de mi patria. Sentí el eco lejano de tambores de guerra y de salmos de perdón. Creo que aun no se ha completado mi hégira.

Allí rezaron y se santificaron generaciones de monjes desde el siglo XI, y es posible que mucho antes. Son los encuevados de la tradición oriental del monte Athos y la Tebaida egipcia, Capadocia, y el yermo antioqueno que recogió el Islam. Su penitencia era una demostración del amor de Cristo a las gentes, sin distinción de razas y culturas, porque son muchas aquí las reminiscencias arábigas. ¿Convivirían en amistad los anacoretas cristianos con los morabitos muslímicos? Es la pregunta que queda en el aire. Escuché los cantos celestiales de la hermosa liturgia mozárabe que tenia ascendencias arrianas (Arrio predicó el evangelio a los ostrogodos y estos adoptaron esa versión de la religión evangélica que exalta la humanidad de Jesús sobre su divinidad) con ceremonias muy largas y todo el oficio cantado con himnodias repetitivas del misal de San Isidoro. Ese carácter eucológico de su liturgia, donde la voz humana y la disposición arquitectónica invitan a elevar el alma sobre las cuestiones materiales, a través de las voces en concento y la armonía celestial de las esferas. La vida del cristiano es una ascesis polifónica. La palmera central, que sostiene el fuste de la bóveda de tracería y a la que cantó Gerardo Diego con sus versos, desde la cúpula, convida a este deseo de trascendencia. Todas las paredes ostentaban pinturas, que, por desgracia, en el expolio que padeció España en los años 20, fueron arrancadas y vendidas por 65.000 pesetas a un marchante judío de Nueva York el año 1927: un tal León Levi. Pero   quedó la impronta, y han podido ser restaurados algunos  paneles como el de San Nicolás. Aquí he tenido una visión y doy gracias a Dios. Los coros recitaban salmos y, dentro del iconostasio, un diácono cantaba el evangelio en tono mayor; luego un presbítero de barbas bizantinas y rostro atezado entonaba la epiclesis de consagración:

Eto telo maia eto krobi maia (este es mi cuerpo, esta es mi sangre) a la manera griega.

Sobre los paramentos, el rostro venerable de san Nicolás y de san Baudilio, santo tutelar del templo, un mártir francés cuyo culto estuvo extendido a través de Castilla por los visigodos unos le llamaban Baudilio. Unos le llamaban Baudelio, y en mi tierra San Maudillo el Soriano. El bienaventurado mira para los fieles con ojos de piedad y gesto hierático.

En la planta baja se levanta, soportando la techumbre del coro, una mezquitilla de arcos de herradura, que ha dejado perplejos a los historiadores como Camón Aznar y Gaya Nuño. La pila de agua bendita es un “mitzrah” o piscina como las que existen en las mezquitas y sinagogas para las abluciones. Al fondo se veía la cueva del monje o del morábito. ¿Se alternó aquí el culto cristiano con el islámico? En cualquier caso, es este lugar, situado sobre una eminencia del dintorno del páramo, un centro de extrañas fuerzas telúricas. Aquí yo tuve un pálpito, una visión y sólo pude cantar:

— Kirie eleison. Señor ten piedad de nosotros pues conoces lo oculto del corazón del hombre.

Al instante, sentí una fuerza inmensa en mi alma, como inmerso en las garras de un extraño fenómeno de purificación, a los pies de la palmera que corona el cimborrio. Si la palmera supiera… Y me acordé de unos versos de Gerardo Diego. Que sí que sí que sí que tenía el rostro de maravedí. El poeta se mofaba del judío que profanó el recinto con la extraordinaria adquisición de los murales. El expolio de los ladrones de  lugares santos no ha podido arramblar con el aliento de amor y de caridad ni la sublime aureola que irradia esta santa ermita tan sublime como recóndita.

 

 

3.

 

 

 

SAN BAUDILIO EPICENTRO DE LA ESPAÑA MÁGICA

 

No visitaba este hermoso y arrinconado lugar desde mis tiempos universitarios cuando, atendiendo a las clases de los profesores de Arte, en la Complutense otoño de 1963 se emocionaban al describir la estructura arquitectónica y pictórica de San Baudilio de Berlanga. G. Atienza, erudito escritor ocultista, descubridor de los secretos de lugares de nuestra geografía, decía que San Baudilio, edificado en el mismo epicentro de la península ibérica, irradiaba una energía potentísima y brillaba con luz especial en la historia del arte prerrománico. Ese pálpito lo volvía a sentir yo al cabo de más de medio siglo. Berlanga tierra de vacceos numantinos que luego se cristianizaron y vivieron en la larga lucha contra el Islam, llena de anfractuosidades y recovecos victorias y derrotas (Almanzor dicen que perdió el tambor en San Esteban de Gormaz a media legua de acá.) Lo habitaban gentes prevenidas en frontera con un ojo abierto a las hogueras de las atalayas anunciando la llegada de la morisma y otro en el pendón real. Esta es tierra del Cid por donde pasó el Campeador a ganar el pan de las batallas. ¡Oh Cid Sidi que buen vasallo si hubiera buen Señor! Aquí se plasma la grandeza y la malandanza de un pueblo duro de pelar, arisco, y a la vez magnánimo, que ejerció la tolerancia y la compasión con el enemigo. El sarraceno en sus razzias de primavera talaba campos, robaba mujeres, pertrechos y tierras.  En toda esta zona del alto Duero proliferan las atalayas. Allí el que montaba guardia, cuando veía llegar al moro, encendía la típica chisquereta o almenara[1] y entonces las campanas tocaban a rebato. La coexistencia fue difícil pero hubo periodos de tranquilidad, concluidas las "aliyahs" (invasiones) o "yihads" (guerra santa contra el infiel.) Esa serenidad se plasma en los frisos, plementos y pinturas murales con escenas de la vida de Cristo del obispo san Nicolás y san Baudilio que exornan los murales. Aparecen dromedarios, elefantes y un caballero musulmán cabalgando desalado sobre un corcel blanco. Al pairo de dibujos místicos está la rosa de los vientos, estrellas de David, el sello de Salomón, junto a  composiciones del ave ibis la cual, según los egipcios, comía el pescado dañino a los humanos. También la Dextera Domini ([2])o  dedo de Dios, que se asoma en forma de triangulo al lado de la paloma del Espíritu Santo, bajando de una nube. Esta ermita enmarcada en los territorios entre Sigüenza y Burgo de Osma me recuerda a Santa Cristina de Lena. Esa era la tesis propalada por el profesor Camon Aznar de feliz memoria. La mesnada de Ruiz Díaz de Vivar estaba integrada por soldados de las Asturias de Oviedo que lo acompañaron al destierro y fundaron por estos cerros su acampada. Existe la probabilidad de que entre ellos hubiese monjes y clérigos repobladores para realizar esta misión. Al igual que santa Cristina, san Baudilio se eleva sobre un peñasco desde cuyo alcor se divisa la paramera soriana. Misión de vigilancia, pues. Y consta de iconostasio o cámara santa propio de la liturgia bizantina. El coro se eleva sobre una disposición de arcos de herradura funcionales que hacen pensar al historiador en las relaciones litúrgicas que tuvo el rito muzárabe con la secta arriana y con el Islam. Hay representaciones de san Miguel pero, sorprendentemente, en ninguna de las dos se pinta a la Virgen María. Quizá el culto de hiperdulía sea posterior a la devoción a san  Miguel que fue privativa de los godos arrianos. Los arrianos no creían en la Virgen. Su proclamación como Madre de Dios, de origen griego, se produjo en el concilio de Nicea, siglo V. El culto marial arraigaría, luego, entre los Templarios que lo incorporarían a occidente. El Cantar del Mío Cid habla de ceremonias rituales "antes de los gallos cantar" y de la imagen de Nuestra Señora que llevaban los guerreros en el arzón sobre su cabalgadura. Se colige que las misas eran largas y el pueblo asistía embelesado entre himnos devotos, nubes de incienso y salmos, a las ceremonias eucarísticas que celebraba el preste tras la cortina del iconostasio.

Tanto santa Cristina de Lena como san Baudilio de Berlanga en lo alto de un cerro irradian fuerza telúrica para quienes visitan estas iglesias antiquísimas. “Tomaron las reliquias todas las que hubieron y fueron por Castilla y así la defendieron”. Acaso sea la luz de Xto que pervive entre nosotros hasta la consumación de los siglos.

 

 

4.

 

 

 

 

 

 DALÍ Y LAS ORENETAS (GOLONDRINAS) DEL AMPURDÁN. CANTO A GERONA

 

 

El mundo se ha convertido en una busca barojiana, en una lucha por la vida. Con tal de hacer dinero, matan a su padre y esto es lo que está ocurriendo con el centenario de Salvador Dalí. Desde mi capacidad de periodista sin periódico pero renuente a vender mi pluma y la cuchara, yo protesto y yo acuso. España vive las conmociones de un proceso Dreyfus pero al revés con estas ansias de los bibliopolas de darle la vuelta a la tortilla. He de decir que el centenario de Dalí se está convirtiendo en una chapuza. Y yo me acuerdo del día en que el maestro me dijo con cierta envidia: “Esos la tienen más larga que usted y que yo, Parra. Aquí están las fotos para demostrar lo de aquella fiesta del gaysaber  en Nueva York que acabó como el rosario de la aurora. A mí las cuentas no me casan. El Dalí que yo conocí tiene que ver muy poco con el que han sacado de la manga los amigos de los separatistas, los muñidores del contubernio y los que han accedido al poder pisando las cenizas aun humeantes de una hecatombe como la del once de marzo. Urnas y cadáveres pero Dalí era apolítico. No queráis hacer bandera y oriflama de reivindicaciones. El Dalí que ha salido de estos tórculos, con mucha moviola y trampa, parece uno de aquellos fusilados en las zanjas de Montjuich, oiga. ¿Qué hacemos con toda aquella caterva de muertos de segunda fila? ¿Quo vadis, Cataluña, adónde vas, Europa? ¿Adónde te llevan tus felones, España?  Don Salvador alzaba aquella tarde neoyorquina, conminatorio, su bastón con contera, como señalando el advenimiento de un porvenir incierto. Lo de la garrota del maestro de Port Lligat siempre lo he dicho tenía su lado onírico y la inspiración milagrosa que rodaba cuesta abajo por las laderas de Príapo. Sombra y figura. Dalí era todo un adalid de las artes marciales de la publicidad.


He aquí que llegaron los coribantes de la diosa repartiendo leña, ahora os vais a enterar, dijeron, os vamos a moler a palos.

¿Con la garrota de Dalí?

No; con el as de bastos de los cuadros de Picasso.

Las cendolillas de antaño hoy son pubillas de juego floral y mucho cuidado con esa boca que os puede perder, os vamos a acusar de machistas. Muchos se han subido a un guindo y andan por sus ramas, emboscados y sumidos en la ataraxia doctrinal. No está el manto de Magdalena para tafetanes, ni el alcacer para zampoñas. Las urnas últimas tuvieron algo de actas funerales y trajeron cenizas de despojos de cadáveres, un gran holocausto. Nos están vendiendo una burra mal capada, por muy demócrata que sea esta pollina pero puede acabar, rebuzno va rebuzno viene, sin saber por donde tirar, como la de Balaán. O, si me aprietas un poco, igual que la mula Francis. Dalí amaba su patria chica pero sin menoscabo de la grande. Como debe  ser. Por eso durante toda su vida miraba con cierta prevención y cierto distanciamiento a los catalanistas a palo seco. ¿Qué tendrá que ver, yo me digo, el culo con las témporas? Pues por lo que se ve y por lo que han hecho y dieron los que le calaron la barretina de refez, a contrapelo y hasta las orejas antes de morir, todo.  Él tenía sólo dos amores que eran Gala y España. Pero ya digo: la tradición pesa y el polvo de las alpargatas de los republicanos que partieron para el exilio, prometiendo un turbulento regreso, derivó en polvareda, a lo que se ve. Por doquier resucita el fantasma de los que partieron por Port Bou. Inventan rollos y traen al diablo entre las piernas. Al diablo que yo vi dibujado en la testa de una ménsula. Era una mañana de Miércoles Santo y el guía gerundense tercamente nos hablaba, empecinado, de lo buenos que habían sido unos.

Es porque los otros habrán sido muy malos repuse.

Nuestro guía se llamaba Marcus y nos estaba haciendo la loa de los republicanos. De paso hablaba del románico cuya cuna estuvo radicada en este bello rincón catalán de Bensalou. Era el arte de los godos, la continuación proyectada del espíritu de Carlomagno. Se sentía don Salvador plenamente integrante de la escuela española. Por oposición a Picasso, a quien la lucha de los vencidos/vencedores fue a colocar en el pedestal, un trono acaso supervalorado. Creo que Dalí era un genio y Picos un gigante con los pies de barro.


¿Cuándo acabarán nuestras zozobras? Regresan los espectros y estamos próximos a inaugurar un nuevo aquelarre. Camuñas y sus aparecidos hacen antesala en los ministerios y en las sillas de las mesas de juntas esperan sentados, ojalá caiga una sinecura, y miran para el techo en espera de que aparezcan de un momento a otro las brujas de Goya montadas en la escoba, para el próximo aquelarre. Ese fantasma del exilio yo lo vi dibujado hace pocos días en la testa de un demonio cuya carota colgaba del remate de la imposta de una arcada románica cuando nuestro guía gerundense nos dijo.

Mirad hacia arriba.

Todos mirábamos para donde nos dijo el guía. La carota histriónica de un enano nos enseñaba la lengua.

En aquel momento por el cielo impoluto de Besalú cruzó una golondrina. Una “oreneta”. El de las patas caprinas, alas de murciélago y rabo de león, se conoce que tiene miedo a este pájaro sagrado. La golondrina estuvo en el Gólgota una tarde de  Viernes Santo y le quitó con el pico las espinas de cambronera que horadaron en tormento el cerco de su divina cabeza. La golondrina me valió y se hizo el conjuro contra el diablejo que enseñaba los cuernos desde la imposta. Verla el cabeza de mono y huir de debajo del Tetramorfos fue todo uno, yendo de remate a zambullirse sobre las aguas tersas del río Fluvial. Lo vieron ahogarse los turistas al muy cabrón en uno de los tajamares del puente ojival. Así reviente entre la chusma como el lagarto de Jaén. El diablo por Semana Santa nada tiene que hacer, ni siquiera en Cataluña, una región demasiado importante de España para dejarla en manos de los catalanes.  El Fluviá lamía los muros del monasterio de san Pedro y en sus aguas  se reflejaba el campanil solemne de la iglesia de Santa María. El raudal de corrientes bravas pasaba aquel día por la localidad, haciendo remolinos e iluminando los contrafuertes del puente levadizo con irisaciones color plata. Las oronetas seguían en lo alto agitando sus alas sobre los cielos medievales de Besalú y se quedaban indiferentes ante los turistas,  igual que hace mil años. No se paraban a contemplar a las muchachas judías que salían del mikwah ritual saltando con los pechos péndulos como en el “Collar de la Paloma”. La presencia de una aljama y de una sinagoga dice a las claras que la ciudad debió de ser importante.


Por esta cornisa, a muriente, penetró el cristianismo en la península ibérica. Aquí sentaron su sede los primeros obispos los que siguieron a las predicaciones supuestamente ciertas del Apóstol de los Gentiles, quien desembarcó por Ampurias, la vieja  Emporion de los griegos. No hay que olvidar que Jesús habló al mundo en griego y que esta lengua fue la primitiva de la Iglesias. En Rosas atracó la barca de piedra y desde esta orilla zarpa, asimismo, todo el gran tema jacobeo. Gerona es la provincia española con más castillos, algunos de ellos sólo raigones y lienzos de muro, ya testimonio de un pasado glorioso y fundacional, de la nación española, remiso a desaparecer. Es una alegoría al Este de Castilla la Gentil a orillas del Mediterráneo, laboriosa y heroica. Un aire de misterio y de seny bañan a toda la ciudad. Sus castillos nos llevan al arte románico, el más depurado y selecto, el que mejor conserva las raíces bizantinas con su tosco abatimiento y su admirable expresividad. Cataluña quiere decir castillo. Es el bajo vientre de la marca hispánica. Su serenidad pensativa hace recordar a Carlomagno. Gerona rindió vasallaje al emperador. Hasta lo canonizó. Si queremos tierra de obispos, hay que ir a buscarlos a La Bisbal. Ripoll es un pórtico de la gloria sin maestro Mateo pero toda una historia sagrada escrita en piedra desde su reconstrucción por Morgades, aquel obispo que le hizo la vida imposible a mosén Cinto Verdaguer y que se dedicó a levantar, como un descosido, todas las piedras santas que echó por tierra la francesada y la desamortización. En los bajorrelieves de este monasterio, cuna de la catalanidad, se cifra y compendia toda esa teratología del arte románico, ese hontanar de monstruos y de santos que alza el alma humana sobre el pináculo de la perfección. El arte de Dalí, con la depuración de sus pinceles, entallada en el símbolo didáctico, como un tótem o un abraxas de la modernidad y toda esa parafernalia de claves de la sinrazón, es un corolario de ese románico catalán, íntimo y sólido. Lo visigótico en todos sus primores lo plasman los sillares y los arcos de medio punto de San Pedro de Rodas. El alfil y el albalá de todas estas venerables ermitas se abocinan sobre los contornos típicos del taqueado jaqués y del opus spicatum de la decoración de raspas de pescado que exornan el borde de sus ventanarios. Es un cutio de continuidad mística que predica en labores de piedra o enseña al que que no sabe. A los rudos pecheros y labrantines de la alta edad media todos ellos analfabetos. Las toscas figuras beben la ambrosía en las ramas de aliara, de una estética tan profusa como enigmática. El arte en vaso de belleza sólo lo potan los elegidos. La cuna del arte románico nos habla del cuerno de la abundancia del simbolismo.

Hay que ser un iniciado para entenderlo.


Todos estos lugares-Tossa de Mar, Cadeus, Lloret, Figueras- los llevamos en el corazón. Fueron los puntos de destino de nuestras primeras salidas turísticas donde conocimos el amor. Lloret me recuerda los ojos dulces, las lágrimas en aquel hotel, toda la vida por delante.  Ella ya no está pero juntos en aquel viaje recorrimos la Costa Brava sobre las ruedas de un 600D y juntos fuimos a buscar a Roger entre las remesas de turistas que empezaban a llegar en grandes oleadas desde todos los rincones de la geografía de las Islas Británicas. No se olvide que fueron los ingleses los que descubrieron la Costa Brava y los que iniciaron el turismo en tiempos de Franco. ¡Ay aquella noche nupcial en Lérida, destartalada y triunfal y oliendo al aroma del café con malta que trajeron a mi casa los últimos refugiados de la guerra civil! Ibamos camino de Bañolas a venerar a san Martirián, clemente y bondadoso que bendijera nuestro connubio. Aquel verano llegó la hora del amor, el sentimiento más fuerte que siempre estará en mí omnipresente. Lloret había cambiado poco desde aquel verano del 69 en que lo visité por vez primera. Las mismas palmeras, el mismo ardor, la misma sed y el arco de ballesta de su playa bajo la mirada militante de esas atalayas que aparecen y desaparecen a lo largo del perfil de la marina y que eran torres vigía para alertar de la llegada de piratas berberiscos. Cataluña se fraguó en la lucha contra el infiel.  Las oriflamas de Roger de Lauria nos hablan de un tiempo en el cual hasta los mismos peces del mare nostrum llevaban barras catalanas en sus escamas. “Blanquerna” es precisamente una novela bizantina que escribió Raimundo Lulio mirando a las cúpulas doradas de Constantinopla. Las sarracenas razzias desde Argelia y con otro nombre más pacífico propiciadas por las organizaciones no gubernamentales que son los nuevos funcionarios de un mundo sin fronteras continúan llegando. La calma del Mediterráneo oculta una violencia latente.  Es la lucha por la vida y la reconquista del espacio vital. Lo absurdo de esta época es que en plena globalización radical nos estén vendiendo ideas románticas del siglo XIX, duerno en el que se abrevan algunos ilusos trasnochados.


¿Qué fue de tanto frenesí? En el 2004 he mirado a Cataluña con nostalgia manriqueña, suspirando por cuanto perdimos en medio de tanto devaneo. Nos han quitado la honra. Todo el país en poco menos de una generación ha dejado a Laura y a Beatriz y se ha ido de putas. El símbolo de esta democracia es la gran meretriz. Hace treinta años fui testigo en el paseo marítimo frente a la playa de Lloret de Mar de cómo un turista francés medio loco se liaba a golpes con un guardia municipal que le había puesto una multa. Hoy los mozos de escuadra están mucho mejor diseñados y su plexo solar es más rotundo. Lo más probable es que aquel franchute no se atrevería con estos espigados gendarmes que patrullan las calles catalanas. Hemos ganado en algo pero lo hemos perdido casi todo y seguimos siendo los mismos. Entonces España se estaba abriendo a la libertad. A favor de las sombras y envueltos en el dosel de la noche las parejas se siguen amando en el arenal dejando que las olas besen sus pies hoy igual que entonces. El mundo no se acaba. Ya no hay tanto turista nórdico. Los autóctonos están más envejecidos y las oleadas de recién llegados transandinos y bereberes en un par de décadas habrán cambiado el arco demográfico de este pueblo tan suyo y tan pagado de sus tradiciones que muy pronto estará repoblado por extranjeros. Cataluña para mí era aquella pensión de Tarragona donde pernocté, tan vieja que tenía un no sé qué romano en cuya cama estuve postrado tres días curandome de una insolación. Cuando en el 72 volví a visitar el Principado, ya sin acompañante, éste ya no era igual. En el barrio antiguo soplaba la tramontana y la arena me atizó los ojos y el viento terral se me subió a la cabeza. Yo amaba a esa Cataluña tierna y a la vez impenetrable y al idioma catalán que es el que más escuché en mi infancia en casa de la señora Antonia aquella mujer de Lérida que vino refugiada a Castilla. Sí, yo amaba esta tierra acérrima en sus usos y en sus costumbres, archivo de la cortesía. Ha cambiado todo el planeamiento. Incluso, nos presentan a un Dalí que nunca fue. Con todo, volveré algún día a la Garrotxa, antes de que me muera, subiré al call y cruzaré la sobrepuerta siguiendo la ruta de los pasos perdidos de un millón de muertos. Ya estamos en las mismas. El mensaje de los “Soldados de Salamina” es el mismo que el de los “Cipreses creen en Dios”.

A Dalí lo han manipulado como a un enano. Han colocado su cadaver en el testero, lo han subido a lomos de un caballo, picaron espuela y dijeron arre sin curarse de nada más. Y que gane igual que el Cid las batallas después de muerto. Están exhumando testimonios. Los ladrones de epitafios se hicieron necrófilos y todos los días de Dios están encontrando nuevas fosas comunes.

Andese con mucho cuidado con esa tía. La mula es muy corrida de lomos y hay que cabalgarla a rebalgas.

▬¿Qué cree? ¿Que no me di cuenta?

Sin embargo, las golondrinas han vuelto inexorables a su cita con los recuerdos y tienen un bello nombre en catalán: orenetas. Aunque lo haya conocido por primera vez de labios de aquel espolique de excursiones guiadas. De la misma forma que aquel payés en lo alto de un puerto que nos detuvimos a descansar en un restaurante desde el que se veía Barcelona ▬ casi toda la Sexta Flota comía en aquel comedor▬  me dijo lo que significaba “bosso”. Estaba dando de comer a unos cachorros cuando me lo dijo. Y ambas palabras se juntan en la imaginación formando vértice para hacerme un caño en el tiempo. Bajo el arco del triunfo y de los recuerdos.


Las calles de Gerona hay que subirlas casi de rodillas, imbuidos del sentido de reverencia y admiración hacia una ciudad heroica  que resistió valiente a los mil y uno sitios. Es todo el orgullo de los entendidos en poliorcética. ¿Cómo se organiza la resistencia de una ciudad? Hoy un mendigo pide limosna en pleno barrio de La Forsa sentado a la entrada de la vieja sinagoga. Es la viva representación de Jeremías. Deja que los turistas le hagan alguna placa pero cobra medio euro por cada foto. La casa de la Pía Limosna, buen gótico civil, trae a la memoria los muros y las paredes de la Casa de los Picos de Segovia. Por aquí anduvo catalogando, exaltando y hablando de la perfección estética del románico del Alto Aragón, otro paisano mío, el marqués de Lozoya. La condesa Enarsinda nos sonríe desde lo alto de un torreón. Si cruzas a lo alto del fortín por detrás de los adarves octogonales de la catedral podrás columbrar el idílico paisaje del convento de san Daniel con sus torres cilíndricas y sus galerías góticas de arcos trilobulados que ensalzan la perfección de la forma. Otra vez el octógono de la beatitud nos lanza un reto desde los adarves de la iglesia de san Nicolás y de san Pedro de Galligans. Los poetas definen a Gerona como el triunfo de la piedra y el agua en las riberas del Río Oñar, que rinde homenaje al Ter en compañía del Galligans. Tiene manera suaves de arco abocinado en capitel románico.Toda esa teratología del arte daliniano explica el origen de alguien que nació a la sombra del gran Tetramorfos o bajo los auspicios de la almendra mística del Pantócrator de Ripoll. Él se propuso a su manera desjarretar al monstruo, el de la cabeza de mono, cuerpo de arpía, cuernos de cabra, cola de león. Estos engendros deformes de una mente muy dada a la exaltación pueblan su selecta y fantástica iconografía de este pintor. Pasamos por Breda y por Viladrau, el pueblo de la botella de agua que aplaca nuestra sed de los veranos y por allí columbranos las cimas siempre canas del Pirineo. Las crestas del Canigó ya asustaban un poco a Gracián. Muy diferente el Ampurdán de la sierra al de la marina; éste se atuvo a su concepción bucanera y exploradora de la existencia. Era el que embarcaba en bergantines y palacras y se iba a hacer las américas. Hay también un contraste entre la selva de pinos y de maleza que circunda el interior y los bellos valles idílicos del Puigcerdá que compendian el afán de los que añoran una existencia de paz bajo el lema de “et in Arcadia ego”.


Las impostas decoradas de los arcos de medio punto románico hablan de una riqueza material que viene de antiguo pero lo material y lo espiritual se dan allí la mano. En Bañolas viven los grandes millonarios de España, sin dar  cuartos al pregonero. En Cataluña, con mucha diferencia que en Castilla, no suele hacerse demasiada ostentación de lo que uno tiene. Conforme a la tradición oriental. Pero, en definitiva, los bigotes de Dalí se conjugan en mi memoria con las golondrinas del Ampurdán aleteando en torno al nido pedigüeño de barro fundido con saliva o volando rasantes sobre el alcacer de los prados recién cortados. Eran escarpias a mitad de camino entre el rabo del cochinillo de san  Antón y la cruz procesional. Un deseo que se agita, escondedero, de frustraciones adolescentes. De ellos estuvo enamorado García Lorca pero Dalí, cuyo rumbo sexual marca el norte de lo epiceno o abstemio. Parecía estar por encima de las cuestiones sexuales que arrastran a los mortales. Él era un genio. Era demasiado narcisista y se hartó de leer a Proust cuando le daba la gana en Ses Brises. ¿Que la tenía pequeña? Ciertas limitaciones de esta índole son las que hacen correr la pluma de los grandes poetas y cargan de color las paletas de los mejores pintores. Tenerla grande o pequeña no es más que un accidente.  Nada tiene que ver con la sustancia que es lo que importa. Además, como dicen los británicos, you cant´win them all, y eso se lo dirá usted a todas. Dalí la tenía pequeña. Pues vale.  Su genio era muy grande. Váyase lo uno por lo otro. A Porfirio Rovirosa tuvieron que hacerle los carpinteros mejicanos un braguero de especial para que le cupieran y luego padeció mucho de la próstata. Sin tan traumáticas mermas no se explica por qué el morabito de Port Lligat pintara tanto y tan bueno y es la razón tal vez que subyace en el fondo de su manía de engatusarse los bigotes haciendo que las guías apuntaran para arriba o se acaracolasen, según qué humor, empalmados como un tablón, símbolo de una erección que no acababa de rematar. Dime de lo que presumes y te diré algo de tus carencias. El síndrome monorquídico hace estragos en una sociedad donde todo se cuantifica, se mida y se pesa y existe un ábaco especial para la infamia y la vulgaridad, y un embudo por donde la verdad y la belleza no pasan. Arrobas de avilantez, tele basura, el tetamen de la tonadillera por cualquier rincón de España. Centímetros, y pulgadas, varas de medir las suyas. El fantasma del bueno de Porfirio con la regla y el espejo. Parecen colegialas, oye. Aquí lo importante es tenerla grande y gorda y con lo otro, con la crija  ▬ curiosamente se interpolan los términos, y lo que debería ser masculino se dice en femenino y viceversa, para figura retórica esa-▬ y entonces ¿qué hacemos? Burro grande ande o no ande. Petulancia de herejes.


Vivimos en la cultura de la queja y del cotilleo y por eso estos mishaps o precariedades de la natura son cuestión de tanto monto. Nunca unas teclas y unas cámaras dieron para tanto. Ya digo, en el centenario que se conmemora, 12 de mayo, se han dicho y hecho bastantes tonterías. La peor de todas: convertir a este recio ampurdanés con su perenne cachava como la de Plá, siempre con su paquete de caldo de gallina los ojos esparcidos de lejanías, en bastión del independentismo de montera picona y de señera calada. Todos sabemos que no es verdad. Dalí era un españolazo total. De los del tambor del Bruch, sardana con butifarra y vino recio en su paladar. En él había un falangista como el de aquella centuria catalana que dejó su piel en Brunete y uno de los caídos creo que era pariente suyo. Así que, doña Montse, no me venga usted con chorradas.


Los ejercicios de lacrado de memoria nos llevan a improcedencias. Por ese camino, con extorsiones de la verdad, ligaduras de trompas y retortijones del Logos se camina hacia una guerra civil o a la voladura de España. Aquí se están contando muchas batallitas y cada cual narra la feria según le fue en ella ocurriendo tergiversaciones a mansalvas. Mienten todos más que la gaceta y aquí están estas fotos y la entrevista que me concedió Dalí a mí que era el corresponsal en Nueva York de la Prensa del Movimiento. Y que no he vendido la pluma ni entregué la cuchara ni me rindo, ni me vendo a  nadie.  Y menos a los contrabandistas de un nacionalismo trasnochado.

Constituye a ojos vista un atropello a la verdad histórica de lo cual podríamos dejar constancia y ser fedatarios todos aquellos que conocimos a Dalí en carne mortal. Y los que parlamos con él y nos sentamos sobre un velador de hotel neoyorquino cerca de un cubata y unas jarras de cerveza. Había una orquesta y un mexicano no paraba de pegar voces. Era un tipo atrabiliario y estrepitoso que no podía ver al gachupín, que se desanclaba en denuestos e insultos contra  España cuando un catalán muy español y de Figueras lo mandó callar.

Haga usted el favor de bajar el gallo y no nos grite que no estamos sordos.

▬Viva Pancho Villa. Arriba ánimas y el Guernica de Picasso. Abajo Dalí que es un fascista.

Ya salió la palabreja. Cuando alguien no está de acuerdo con tus argumentos te llama fascista.

El tipo debía de tener un colocón. Por poco sacamos las pistolas. Me hubiera gustado acallar con plomo a aquel voceras  pero bastó que le enseñase los puños para que hiciera mutis por el foro semejante bocazas. Una pandilla de remamahuevos nos estaban jodiendo la democracia. Ché ¡qué bueno que viniste!

Yo no digo nada.

Viva Dalí, maestro del alma.

Pero entonces, los progres, no se me olvida, pintamonas le llamaban y sus cuadros se vendían malamente.  El artista estaba en la ruina y para colmo Gala con su cara de culebra rusa subiendo y bajando como una esfinge por las galerías circunvaladas del Guggenheim. Los efebos eran su perdición. Tratabas de hacerla un retrato y te mandaba a tomar por culo o te pedía que en vez de foto te hicieras una gallarda. Era dicaz, procaz de gestos y muy mal hablada la genial esposa rusa del genio de Port Lligat.


Lo que ocurre ahora es que Gerona, la ciudad de los sitios, ha vuelto por donde solía, enarbolando bandera del no pasarán. Es la Cataluña más provinciana, la más heroica y encumbrada en su propia altivez. Los chopos que describiera Gironella▬ otro que murió arruinado-▬ han vuelto a florecer. Mucho hay que subir hasta la catedral por las tortuosas escalerillas de la judería. “Soldados de Salamina”, una novela  en el que reverbera el aliento de Federico Sánchez Mazas su obra de adolescencia: Las inquietudes de Shanti Andía. Sánchez Mazas era un falangista vasco. A los nacionales se los postergó desde un primer momento. No hay que pasar por alto que la cultura castellana pronto pasó a manos catalanas. Barcelona era la clave de todo cuanto se publicaba y los judíos norteamericanos y los que recalaron huyendo de Alemania abrieron editoriales en la Ciudad Condal. Gracias a todos estos trueques y artimañas los vencidos en la guerra vencieron en la paz y al revés. Franco fue tal vez demasiado generoso con Cataluña. Ese hecho tampoco se nos negará. Así que los que habiendo ganado la guerra luego perdimos la propaganda nos llevamos las manos a la cabeza. Era sólo el afán de perdón y de reconciliación el que guió a Franco en su altruismo, un altruismo que brilla por su ausencia entre los instalados por el odio, en su magnanimidad para con la otra España. Había que soldar helgaduras mentales y divisiones del corazón. Este dato por lo visto no interesa a los muñidores de la Aviesa que es como llamo yo a esta democracia. Vienen de tercería y se nos presentan con programas y lemas que datan del mioceno o del neolítico. Los mismos discursos gastados, las mismas proclamas, lo deja vu. Venga a soplar dentro del cuerno. Ese azófar de Israel es una corneta apocalíptica terminada en cuernos que acarician las barbas del rabino. Citas constantes al Antiguo Testamento pero toda la Biblia no vale lo que una vida humana. A este paso nos van a quedar ya pocos Yom Kippur. He aquí que resucitan los espectros. Las ratas oradoras se han subido a los cajones.

Lo hacen bien. Son de una obstinación admirable y para colmo vienen de Aragón. No dan su brazo a torcer ni aunque les aspen. Aunque ya digo. No hay que hacerles demasiado caso.


¿Es esto ético? ¿Es estético? Yo me pregunto y nunca hay respuesta, jolines. La obra daliniana con resabios de profecía teratológica del mundo que nos tocó vivir y que él anticipó desde su paleta que cada día más se parece a la de Goya. Esto le acreditaría como el segundo grande de la pintura española. Lo malo es que en el “Gran masturbador” no hay una intencionalidad de coyuntura como le ocurrió al “Guernica”. Lo que le sobra al malagueño de intencionalidad política le falta al ampurdanés. Dalí no puede negar que empezó por lo naif. Se ha puesto en juego el lacrado de la memoria. En esta hora occidua y equívoca, muy del gusto de los proclives al gatuperio y a la maula y de los que confluyen y confutan pro domo sua, y confunden la libertad con el tocino, han conseguido poner a Cataluña también patas arriba. Sin embargo, Cadaqués el otro día cuando fuimos de visita (hay que llegar a él por cuestas y vericuetos, lomas y pinares y sierra áspera) nos acogió con su serenidad y su hospitalidad de siempre. Vimos alzarse en uno de los montes que lo clavan el radar de alerta aérea del ministerio de Defensa. Cualquier día se plasma allí un sabotaje. Uno se empapa de Mediterráneo y descubre recónditas y misteriosas calas. Es la tierra para reencontrarse con Ulises y con el amor. Maldita política. Las barcas estaban dormidas y recién carenadas en el varadero profundo y era muy hermoso fotografiar estas embarcaciones rudimentarias que se descubren debajo del arco de un voladizo. La tierra de Dalí que da vista a las montañas pirenaicas es la que cantó Verdaguer en excelsa rima catalana y castellana y describió con acucia e intensidad de perspectiva el gran Pepe Plá. Es tierra bella, recatada en su modestia de pubilla.  Moza catalana, que destila  belleza y calma, dulce abulia, amor de brasas, apegada al terruño. En ella se perciben lejanos ecos de cánticos con toda esa carga de melancolía que tiene la sardana.

La Costa Brava a la cual descubrieron antes que yo los niños ingleses a los que enseñaba castellano en Hull, las primeras vacaciones allende los acantilados de Dover y Blackpool, paella y sangría, sir, very good, nice, donde se fue mi amor que se hizo de la mujer que amaba, me recordó un cuento de Clarín que lleva por título El diablo en Semana Santa. Yo me la recorrí de cabo a rabo con los excursionistas de la Inserso. Cadaqués se acurrucaba en su cárcava. Allí todavía hay procesiones y dormía en la bella concha de plata abrazada al mar amante y amigo. La ebúrnea torre de la iglesia era una almena de vigilancia para alertar de la llegada de los piratas berberiscos. Bajo su halda se arrebujaban las casitas blancas de los pescadores. No se ven en Cataluña apenas blasones ni portaladas. La mejor ejecutoria de nobleza es el esfuerzo. Buen país, mesocrática región. El retablo barroco, como su poliantea recargada y que los turistas pueden admirar desde una luna de cristal instalada en el cancel es cosa muy de destacar.


Tendré que volver a Besalú mitra de abades, puentes y castillos, la que observa al peregrino un poco con la mirada del Padre Claret y reza en castellano dulces plegarias antiguas llenas de amor divino. Tendré que bañarme alguna vez en el mikwah al lado del río Fluvium - no puede haber rotundidad más latina de formas que en este país - y salir purificado para acometer una nueva era y bajaré hasta Olot, un pueblo de levítica alzada, que nos mira desde las cuestas con ojos perfunctorios de notario, de una gran carga literaria, donde se venera a un cristo con la cruz a cuestas y manteo azul que es la viva serenidad digna del Greco.

Te entienden lo mismo si hablas en castellano que en catalán porque los de Olot siempre fueron un poco poetas y el lenguaje de la poesía no admite separatismos, es de envergadura universal. Esta parte del mundo recuerda un poco a Asturias. Las masías son algo entre medias de la manor house inglesa y la quintana astur. No hay minifundismo. Cataluña se gobierna por la tradición del “hereu” que también define en sus novelas Bartolomé Soler. Marcos Villarí es un libro fuera de serie. ¿Porqué lo han olvidado? Siendo como es un canto a la Cataluña eterna.  Para un apasionado de la literatura como soy yo la escuela de escritores catalanes hoy casi olvidados - Plá, Tomás Salvador, el propio Soler, Vidal Cadellans - decir Barcelona es como nombrar la Meca. Todos los chicos de mi generación juntábamos palabras y emborronábamos papel con la ilusión de ganar un día el premio Nadal, porque no en vano somos el resultado de una grafomanía que no cesa, y hacíamos pinitos soñando con que algún día en la noche de Reyes nuestro nombre fuera anunciado en la cena que se celebraba en el Hotel Ritz. Todos fuimos o quisimos ser aspirantes a ganar el premio Nadal. No se consumó el sueño pero en esta vida no es lo importante llegar sino caminar y el reto y el hito siguen ahí plantados. Por eso nos duele esta manipulación del santo nombre de Cataluña, emporio de la publicación en castellano que renuncia al legado de Cervantes. Eso será como un suicidio. Pero, si creen que vamos a romper la pluma o quemar los libros, van listos. Lo van a tener muy crudo esos insensatos si quieren terminar con  nuestros próceres: Lluis Santamarina, Ignacio Agustí, Carlos Sentís, Bartolomé Soler, el gran Plá, Sebastián Mariné aquel tarraconense que me enseñó todo el latín que sé, Corominas o el P. Claret con cuyos hijos aprendí. He cantado el “Virolay” y me emocioné en Montserrat en la celda donde Iñaqui escribió sus ejercicios. ¡Viva la Murenetta!

Por eso, siempre nos quedará Gerona; y volveremos a Gerona la escarpada, de numantina mirada desojándose a sí misma perpetuamente en el espejo de las aguas del Oñar como la vio Gironella. Los compañeros de Campanys resurrecto se enfundan la barretina como una carmañola. Esta mañana he rezado ante el Cristo de Dalí para que Él que todo lo puede conjure el peligro del separatismo. ¿De donde ha salido ese Puigdemony?

Gerona es el emblema de toda resistencia. Gerona siempre resiste todo asedio, incluso el de las fuerzas que pretenden liquidar a España. Desafió al agareno, plantó cara al francés de cuya rapiña saben harto los catalanes de buena fe. Galdós:  Episodios Nacionales son el alma de Gerona. Al acercarse a los muros de su castillo se siente como un latigazo de patriotismo porque a España se la puede amar también parlando catalán.

Todo arranca del scriptorium de Ripoll. Nuestra vocación de escritores viene de que soñábamos con ser amanuenses o transcriptores volcando palo seco y neumas en los cantorales y en los códigos miniados. Si al mundo no lo caligrafías de antemano, no existe.  Esta Nuncupatio o prurito nominativo [el nombre siempre antecede a la cosa y el vocablo al concepto] nos hizo grandes a los soñadores. El futuro pertenece a los poetas que portan en todo tiempo el fuego sagrado de la llama del saber. Se nos aparecerá alguna noche ese abad Oliva, roturador de campos, la lira en una mano, la esteva y el azadón en la otra, y nos dirá lo que tengamos que hacer:

Canta y guarda silencio.


 

No olvidemos que el sile et psalle era el lema de los benedictinos y el abad Oliva está también en el alma de Cataluña. Y en Gerona se siente la presencia, soterrada, del general Álvarez de Castro. A dios rogando y con el mazo dando. Somos mitad y mitad: monjes y soldados. Toda esa grandeza se encierra en la ciudad de Dalí y del descatalogado Gironella con su monumental prosa. Lo exprimieron, lo sacaron el jugo y lo arrojaron de sí. Dijeron tuvo su época, éste para que lo queremos ya y es así como uno de los autores que más dinero ganó en España logrando algo tan difícil por estos pagos como es vivir de la literatura moriría en la pobreza. Pagó la culpa y hasta eso no le fue perdonado: escribir en castellano.. Gironella en el foso del olvido y un  Dalí resurrecto y manipulado y al que pintan como nunca fue. Pero aquí todos a callar. Bono ha hecho conserjes a los que Franco nombró capitanes o les dio las dos estrellas de teniente.  Tampoco es para echar en saco roto que fue precisamente Franco el que restauró la gran biblioteca de Montserrat, aunque para su desgracia, traidores y corifeos de la felonía, desde sus estrados partió el grito de rebelión:

Volem bisbes catalans.

Para ustedes la perra gorda. Pero no llevan razón. Aviso y el que avisa no es traidor.

 

5.

 

 

 

 

ILIBERIS ORIGENES DEL CRISTIANISMO EN ESPAÑA

.

Por mucho que les laven la cara, nadie podrá arrebatarles a esa gente que siempre llegaba de Berbería, con nocturnidad y alevosía, el título de piratas. Se me vienen al pensamiento las palabras siguientes que recuerdan antiguos horrores y suplicios a mis antepasados: redención de cautivos, alfaqueque, baños de Argel. Y por supuesto los versos de aquel fraile mirobrigense que ahorcó los hábitos para seguir a una alemana e ir a defender la cruz del emperador asolada por los sarracenos en Praga.

Ribaldo eres amor

En perfidias el turco

No se te alcanza.


 

El soldado de España, autor de estos versos, y  que quebró en Viena algunas de sus lanzas, las de hierro y las de sus amores, se llamaba Cristóbal de Castillejo y es un poeta al que a todos les recomiendo para leer estas pascuas.

Razón de más para volver a Granada. Clarines de anúteba. Clamor de campanas. El enemigo está poniendo sitio a la plaza. Este gobierno de Ankara, tan diserto, tan aseado y políticamente correcto, pro occidental nos dice, es uno de los que con más tesón se ha movido junto con Marruecos para conseguir la islamización de la Ciudad a orillas del Darro y del Genil. Nos están vendiendo la burra mal capada. Nos ponen la historia del revés.

 Es evidente que lo que nos tratan de demostrar era que doña Isabel de Trastamara que quería entrar en Constantinopla y en Jerusalén con sus milicias de la Fe era una iluminada. Eso de las cruzadas no era más que una patraña. De lo que se trata es no ya meramente de descatequizar a España sino de conseguir la islamización de Europa. Así de crudo. Así de total. Razón de más para volver a Granada aunque este regreso no pueda ser físico. Más bien sentimental. Cuando nuestra vida, nuestra hacienda, está amenazada, hay que tomar báculo de camino, echarse el morral y la cantimplora a la espalda, hacerse en las cáligas o en las abarcas que heredé de mi abuelo una buena lazada. Calarse las antiparras y repasar nuevamente el libro que yacía en el polvo del armario, y que se llama “Guía de Perplejos”. Bambi feroz deambula por el bosque y yo con estos pelos.

Como aquí nada es lo que parece y todo anda dado la vuelta, no es un gamo. Tampoco un alce ni un sarrio ni ninguna otra clase de venado. Nos metemos ya en los ámbitos de la alegoría. El mundo se ha vuelto tan paradójico que la actualidad semeja a uno de esos capiteles historiados del románico. Desde el capialzado de las arquivoltas nos hablan las harpías, se montan unos a otros los marimachos cuerpo de león y pico de corneja, tocan la campanilla mientras se zampan racimos de uvas dos campesinos borrachos con aire de santibamquis en cogulla. Son los famosos hocuspocus que ambientaban la entrada de las catedrales con juegos de manos. Allí estaban la última vez que fui a venerar la tumba de los Reyes Católicos. Seres fantásticos Ciertamente, que Cristo reina y reinará siempre en la mandorla del Pantocrátor. Mas, rodeado de monstruos, su trabajo le cuesta. Un teatino- es imagen que tengo yo grabada desde que la vi esculpida en una misericordia del coro de la catedral de Zamora- ha bajado a los infiernos y predica a los diablos, que tienen todos cara de burro y se muestran de una euforia que no hace pensar en un templo cristiano sino en las sinagogas de Satán, donde la gente se mueve mucho y parlotea más, hace que reza y no reza y se arrasca luego por detrás o habla de sus ganancias y de la combleza que les salió en la ciudad.


 

 Allí se trata un poco a cachondeo a la deidad entre salmos sin gloria patri y mucho meneo y rumbo de filacterias. A esos oradores no perderles de vista. Escupieron para arriba y fueron a refugiarse a la corte del Gran Turco y del Alauita. Jurarían que un día vendrán, pueblo duro de cerviz, empuñando con la siniestra un tomo del corán, y con la dextera el pomo de la espada. El trapo verde insignia del Profeta con el que quieren entrar bajo palio en Granada les servirá de mortaja. El mundo ya no es mundo sino una aldea global y estos trinos andan en boca de los pundits del aduar mediático. ¡Joder con la tarjeta de felicitación de Navidad!

Sin embargo, yo pienso que eso de escupir para arriba puede ser peligroso. Su propio gapo les aterrizará en la cabeza. Estas alianzas con el mahometano casi siempre salen mal. Luego les cortarán la cabeza y tendrán que apostatar como hicieron con Maimonides. Creo que a vuela pluma he explicado ese concepto de las sinagogas de Satán; tales conventículos nada tienen que ver con las sinagogas del amor donde resuenan los cantos de David. En ellas predicó Cristo Jesús el Mesías.  Ya va siendo hora de separar a los corderos de los cabritos, de trazar una divisoria entre préditos y bienaventurados.

Derechos de autor

Vuelvo a Granada, vuelvo a mi hogar. Gracias, Miguel Ríos por prestarme ese estribillo. No me hagas pagar derechos de autor que estoy sin blanca. No soy más que un pobretón escritor de Internet, amante de los profetas y de sus enseñanzas y que canta las verdades al Lucero de Alba. Puede que me vuelvan a crucificar, ya ves tú, pero no pasa nada. Nunca pasa nada y si pasa- lo que decía José Antonio- ¿qué importa?

 Le crecieron zarpas al cervatillo y le han salido en la maula unos colmillos de gato pardo o que para sí los quisiera el león. El león se aparea con el cordero y se están convirtiendo los arados en lanzas. Discursos de Isaías al revés. A esta gentuza siempre le gustó darle la vuelta a la historia, sacar los ríos de madre, profanar los altares, jugar con los símbolos y retorcer los cojones del personal atacando lo más vivo de sus creencias. Por una cosa así ya mandaron crucificar al cordero inocente, y a otros muchos más, Un poco apocalíptico ¿No?


 

Vendrá a separar los corderos de los cabritos pero se cachondean ahora de sus amenazas, raza de víboras, pregonadora de que Ese Hombre no existió. Bueno pues yo pienso con el Credo de Nicea que escribió precisamente un andaluz que vendrá a juzgar a vivos y muertos. Es su táctica estos últimos años amargarnos las pascuas o mandarnos por el imeil Christmass envenenado. Por nochebuena dieron mulé a Ceaucescu y Rumania se alzó en armas el año 89 y otra navidad al Cara de Piña le echaron mano y bombardearon Panamá. La Collares, esa prenda mal hablada que pronuncia la palabra cojones en inglés con bastante garbo, ordenó con la aquiescencia del sobrino de don Salvador bombardear Belgrado, una de las tres cunas de la ortodoxia, un Viernes Santo. No caían, precisamente, margaritas sobre los templos con cúpulas de cebolla sino obuses de mucho calibre, llenos de radiactividad y carga de muerte y enfermedad, desde las panzas sofisticadas de los F-15. Son doctores de le hermenéutica que se atienen al abraxas de los símbolos y actúan siempre con segundas. Para muestra un botón. Aquel bombardeo nos puso en antecedentes de lo que iba a ocurrir después. Se había firmado en perjuicio de Europa y la cristiandad la alianza con el Otomano. Eso no hay quien lo mueva. Nos avisaron y el que avisa no es traidor pero aquí estamos todos templando gaitas. Metiendo todos la cabeza bajo el ala y a cobrar sospechando del hermano, pleiteando con el vecino [cómo es posible que las familias se lleven, Dios santo, tan mal] y cada uno a su bodigo, cada mochuelo a su olivo y cada pobre a su pajar. Ahora las pagaremos todas juntas. Fomentaron las rencillas entre hermanos. Pusieron pueblo contra pueblo. Aldea contra aldea y ciudad contra ciudad. 

¿Es el Sacromonte la espina dorsal de mi patria? ¿La quiroteca donde se guardan los huesos más santos de la España sagrada, el tarro de las esencias por decirlo así? Ha sido nuestra cuna profanada. Pavanas de la muerte danzan bayaderas negras. Pisotean nuestras reliquias. Al fondo estallan carcajadas. Nadie dice la más mínima no ser que sea políticamente incorrecto y se enemisten con el Amo que desperdigó por la faz de la tierra toda una hueste de cajeros automáticos y de contadores espías. Las bacantes tienen por virgen a una tal Herodías por cuya causa maligna se cometió un asesinato. Descabezaron al santo de Israel y el santuario profanaron.

Leo casi con desgana a Hurtado de Mendoza en sus anales perfectos que se llaman “Historia de la rebelión y castigo de los moriscos”. España aquella vez derrotó al terrorismo islámico del que algunos escritores que reciben un sobre bajo cuerda de los jeques y se van a vivir a los palacios de Medina Azahara hacen apología del terrorismo en sus quinta columnas enigmáticas. ¡Cuanta furia traen los papeles! ¡Cuánta infamia! Go digital, baby

Chavicos.


 

No era sin embargo una forma de bajarse al moro. Todo lo contrario. Era volver a las raíces perennes. Precisamente fue en Iliberis o en Iliberris y luego Elvira que comenzó la larga andadura de la cristiandad en la nación española. Allí fundó uno de los Siete Varones Apostólicos, San Cecilio, la primera diócesis. ¿En Iliberi o en la vecina Acci a la que los árabes renombraron por Wadix el Guadix actual y también obispado venerable e importante seminario hoy sin seminaristas? Allí aprendió las primeras letras uno de los grandes impulsores del periodismo español: Juan Aparicio y maestro de tantos y tan buenos profesionales. ¿Don Juan era de Murtas? ¿De Castiñeiras? ¿De Trevelez, el pueblo más alto de toda la Iberia, buen jamón para pasarselo por el pico a los que abominan del jalufo, que será impuro el animal pero están buenos hasta los andares? ¿O de Lanjarón? Sobre las haldas de los escarpados montes que hacen pensar en las laderas de un nacimiento de chocolate.  Va a nacer el Niño y yo no tengo que llevarle. Pero voy pa Granada en busca de las nochebuenas del recuerdo que quedaron colgadas de las crestas penibéticas, verdadero lomo del mundo. Alto faro de la España Sagrada.

 ¿Cómo renunciar a nuestras creencias seculares y columpiarnos de las lianas de la apostasía? Granada es baluarte de mi fe. Por eso hoy Nochebuena de 2004 me pregunto si no vendrá de esa querida tierra que recuerda al paraíso terrenal  si no vendrá de Granada este dulce sentir. Es la llamada del Portal. Vamos pastores vamos.  No puedo menos de evocar aquí a don Juan con su cara de luna con su  mayestática verticalidad. Sin embargo, está a punto de nacer el niño y yo no tengo que llevarle. En mi ruta me cruzo con cuadrillas de gallegos que vuelven de segar y cohortes de cortadores de cabezas. El Amazonas está en Madrid. Todos los cortadores de cabezas han aterrizado en ésta en vuelo desde los Andes. El alcalde Gallardón les abrió la puerta. Ladrones y carteristas rumanos por todas partes. Cuatreros de automóviles que llegaron de allende el telón de acero. Vamos, pastores, llevemos requesón y miel al Portal de Internet huyendo de la barbarie. Allí el Amor yace reclinado entre pajas. Nos bendice desde el pesebre de una página Web.

Mas como soy perro chico y hombre despreciable ya no tengo quien me sueñe, ni me cose ni me lave. Tampoco tengo nadie que me publique a no ser el bueno de Navas. El furor uterino relincha en las esquinas entre los ollares de las yeguas del recuerdo que hembras al fin y al cabo se dedican a pisotear los cuadernos de las antiguas partituras en cuyos neumas antiguos se guardaban los secretos de los antiguos cantos. Ahora no valgo un chavico. Ya valdré más. Y tú no ates moscas por el rabo. Satanás, a ver si te callas. Pronto sonará el grito de vayamosle a enforzar.

En una ocasión le vimos llegar, la poderosa testa de patricio romano, la voz clara, el pensamiento jonsista y fundador, el aire cansado de bregar por los caminos de cabra de la política, y por arduas sendas  de la Alpujarra, con su cachava y su oronda humanidad a la redacción de SP que estaba instalado en el suburbio de los traperos, un garaje allá donde la barriada de Estrecho perdía su honesto nombre, en la calle de Santiago Cordero; fue todo uno quitarse el sombrero de felpa, enjugarse el rostro con un pañuelo de hierbas, y decir:


 

-Vengo de mi Penibética.

Detrás de este barrio trapero había unos descampados solemnes e intransitados del amor, un poco como el pícaro Cerro la Plata, lado norte, donde tusonas misericordiosas te echaban una firma y te hacían un favor a duro el cuarto de hora. Las putas y los periodistas y los curas preconciliares siempre vivíamos contiguo según la tradición del medievo. En residencias pared de por medio. Entonces las chicas eran de pago y no había tanta violencia de género. Ahora ya no. Ahora cada oveja con su pareja. El perfil de los tiempos es más recio. No está el manto de Magdalena para tafetanes, ni el verde para pitos, ni el alcacer para zampoñas. Solía decirse.

Escritor siempre de luto

Creo que fue Martínez Mena, un señor que siempre vestía de negro, por sus lutos constantes -se le había muerto la suegra y acababa de enterrar a su padre y a su madre- y que escribía unos cuentos y unas novelas que ahora se dejan leer con delectación melancólica, el que le trajo una gaseosa del bar del Tino y el escritor, el periodista, que había venido a ver qué hacía Rodrigo Royo con todos aquellos chicos con ganas de meter caña - una juventud venía pidiendo paso y Juan Aparicio era un chaval de 75 años- bebió con delectación toda una jícara. Sed de justicia social. Ansias de España que siempre acaba matando a sus profetas y dando la espalda a sus verdaderos hijos que depositan en ella su corazón. ¿Cómo aventar el polvo de nuestras perfidias iconoclastas y sacudirnos las alpargatas en el camino?


 

No es que don Juan hubiese hecho todo el itinerario desde la Sierra Nevada nativa per pedes Apostolorum sino que le había rendido su caminata desde el metro hasta aquel cuchitril entrañable y en aquellos tiempos con los ardores de julio mesenterio (entonces hacía mucho más calor en Madrid y los veranos eran veranos). Estaba jadeante y creo que Juan Santiso le hizo una foto y yo una de mis primeras interviús nada menos que a don Juan Aparicio una institución en las letras hispanas y sin embargo hombre sencillo el fundador del “Español” que no se cansó de repartir juego y trabajo abriendo tantas sendas y perspectivas a los que empezábamos. Era hombre que congregaba en vez de disgregar. Ya quedan pocos periodistas así con una sentido de corporativo amor al cuerpo. ¿Vendría de Granada aquel lejano sentir? Yo jamás la vi. Ha sido un poco mi condena, como dijo el poeta, de ser ciego en Granada. Pero de García Lorca no nos vamos a poner a hablar aquí. Me machacaron ese nombre desde niño sobre las orejas y tengo los tímpanos destrozados de tanto oírlo. Más tarde he llegado a descubrir que no es tan buen poeta como dijeron.  Que nos lo pudieron en los cuernos de la luna. Más que un escritor, dramaturgo bastante bueno que sobresalía del montón, era la bandera de un ajuste de cuentas. Cuando el Arte se confunde con la Política es como esa razón que cría monstruos. Estos odios nos conducirán de nuevo a los aguafuertes de Goya. Juan Aparicio fue en un mi vida como en la de otros muchos que empezamos mucho más significativo.

 El granadino perdonó mi bisoñez y mi nerviosismo y me dio uno de esos sabios consejos que se olvidan difícilmente:

-Mire, joven, el periodista es mitad tesón, mitad olfato y una quinta parte de mala leche. A la noticia hay que darles siempre la vuelta como a las tortillas. Siempre escriba un poco al refez y al desgaire y como quien no quiere la cosa. Creo que siempre tuve buen olfato pero me faltó la mala hostia. La candidez de paloma- ese creer en que to er mundo e güeno- creo que fue mi perdición. Pero no crean también poseo mis propios recursos y estoy vacunado contra esas miasmas. No soy un iluso.

Don Juan era accitano y se desmarcaba ya en aquellos tiempos por su buen decir y su elegante prosa cuajada de archipámpanos y de citas al quiebro. Nos enseñó a capear los cuernos del morlaco de la censura. Hoy ya no se escribe de esa manera y los censores hogaño comparados con los pastueños mansos de entonces son miuras astifinos que casi ni se pueden torear. ¿Qué fue de aquella vieja libertad? ¿De aquel compañerismo? Los profesionales de entonces se han convertido en amanuenses a sueldo del Gran Hermano. Es un señor en el curul potestativo sentado y no os dejará pasar ni una. Gobierna gracias a un invento muy suyo que es el terror y esparce el humo de la confusión para no dejar pistas. Si le cantas las verdades, dices que eres un instigador del odio, y esparcidor de la cizaña xenófoba. Hay temas que no se les puede ni tocar. Son sus comodines. ¡Ay de ti si le pisas su parva! Con los tontos hace gavilla y la ignorancia es su caldo de cultivo particular.

Miedo

 No se le ve. Hoy hay miedo. No existe apenas sentido del humor y en las redacciones había un perenne cachondeo. Frente al envaramiento actual eramos como más fraternos. Pocos pájaros hogaño quedan en los nidos de antaño.


 

 Se trata de explicar el mundo de una forma demasiada simple y escueta a lo norteamericano cuando la vida tiene tantos recovecos y es tan compleja. Siempre me ha aburrido ese estilo anglosajón. Por ejemplo, el NYT sin el que no podía vivir mi admirado Manolo Blanco Tobío- tenía que tener un ejemplar de ese diario junto a la taza de su desayuno- es de un estilo ramplón y pedestre. Estilo periodístico convertido en prosa curial. Con las galeradas de la mentira se hacen pajaritas de papel y galernas que se transforman en tempestades en lejanos puntos. Hay que vender armas. Muñir revoluciones.

Lo objetivo nos esclaviza. Lo subjetivo nos hará libres. Yo prefiero el candor de las parábolas evangélicas a lo abstruso del pensamiento de Kundera. Y candorosa y evangélica es aquella Penibética que traía don Juan en su semblante paternalista. No se quitaba la camisa vieja pero la de don Juan no era azul sino negra.

 Cuando yo le conocí ya iba camino de la edad provecta pero seguía conservando aquella voz clara que parecía brotar de los manantiales de Lanjarón y era tan cristalina como su pensamiento. ¿Vendrá de Granada este dulce sentir? Cerca de la puerta de Elvira estuvo el hontanar de nuestra civilización.

Otros aseveran que la piedra fundacional, la roca del nuevo Israel sobre las raíces de  la cepa ibera fue colocada en Avila cerca de Mingorría por el obispo san Segundo que fuera discípulo de san Pablo. Nos cuadran nombres vascos. ¿Toda España fue Vasconia en la remota antigüedad o fue la cosa al revés? ¿Vendrá de Granada este lejano sentir? Yo jamás la vi.

Al volver a Granada no nos bajamos, por tanto, al moro sino al cristiano. Al conquistar esta plaza los Reyes Católicos después de 777 años recuperaron el talante de nuestros ancestros. Una forma de ser. Es el espíritu ibero que cabalga entre la niebla de los años perdidos desde la Puerta de Elvira hasta la de Bibarrambla.

Y allí habló un alfaquí de barba florida y cana. Me vienen pujos del romancero al evocar aquellos versos que yo escribí recorriendo los claustros de Oxford.  Iliberri con su poder evocativo forma parte de la España sagrada. Volver a Granada por tanto significaba algo más que la letra de una canción de Miguel Ríos que nosotros empezamos a canturrear desde el corazón. Todo es como un gran popurrí, una bella jarcha a ese laberinto español, esa empanada mental que llevamos dentro. Al que amamos y al que ay también maldecimos pues lo desconocemos. En el pináculo del Mulhacén se encuentra nuestra aula mater. Montañas nevadas, banderas al viento sí, y una ilusión en el pecho. Soy cristiano y no me arrepiento de proclamar esta fe vieja. Lo sé. I am the odd man out pero siempre me gusto ir contra corriente.

El adopcionismo y los Beatos


 

Conviene tener presente que Granada es incluso anterior al catolicismo romano y a los canónes puesto que la fe en Cristo llegó a España por el sur, no por el norte y lo trajeron patriarcas bizantinos y los varones apostólicos estrictamente judíos. De ahí esa tendencia que tuvo esta religión entre nosotros a la herejía (Prisciliano, los donatistas, los arrianos, el adopcionismo típicamente hispano) pero ya lo decía san Pablo: “Opportet haeresses esse”. Sin herejías no vamos a ningún lado. Del alma contestataria  de España surgieron muchos gigantes. Iliberri, nombre vascongado, quiere decir libre y de accitanos y de libertarios aquí todos tenemos algo. Nos derrochó la noche y somos hijos del sol.  Córdoba áurea y senequista que nada tiene que ver con esos licurgos y zoilos, perros de muchos collares, que se amariconan y sodomizan entre sí, cálamo currente, chorreando sangre y lefa, no me habléis de cuestiones tan aljamiadas. Yo pienso en san Leandro y en san Eulogio y por supuesto en la sangre virgen de Pelayito de Tuy, el hijo de aquel obispo que no quiso renegar. Profanaron su cuerpo. Le hicieron cuartos y lo arrojaron al Guadalquivir.  Crudérrimos califas a los que ahora les dan bombo y pasan de tolerantes. ¡Qué va! Son cosas del nuevo talento y el talante. ¿Quién no teme al Bambi feroz? Manguemos de nuevo los astiles y paguemos al ulema su soldada. Tengamos apresto el mangual, por si acaso.

Hubo una época de oro en la historia de la iglesia, la de los mártires. En aquel tiempo los perfectos de media cristiandad miraban a esta ciudad como puerta del cielo y hacia ella se acercaban peregrinando a tierra de moros en busca del martirio seguro. Esa creencia, una constante en la alta y baja edad media, llega hasta los años de Teresa de Ahumada. Ella se escapó del hogar en compañía de su hermano  Rodrigo a tierra de moros. Iban buscando la rueda de Santa Catalina con sus cangilones de oro que portan los ángeles y en cuyos giros y evoluciones de convólvulo abren la puerta del paraíso. ¡Qué envidia me dan! Hoy ya nadie quiere derramar la sangre por el Salvador. El cielo de Andalucía está empedrado de cornelinas. Todas las gemas del cielo brillan con luz propia. Son los cuerpos de los mártires que rutilan transformados en luceros.

Han colocado cipos en la Ruta de la Plata la que nos conducirá a Iliberis por las strata con sus puentes, sus piedras cinerarias, los templos y edículos del camino con el óbolo a los dioses, los pozos de mi sed, el polvo de las cunetas cubriendo las cáligas y crépidas de los legionarios romanos. Curiosamente los “ferentarios” o fuerzas de choque de estas divisiones no hicieron la guerra con bota sino en alpargatas. Detrás de sus estandartes caminamos. La cohorte avanza detrás de los équites de Germania. En los macutos de estos mílites que provenían de Dacia y de Constantinopla vino la cruz de Cristo.


 

Fueron encontrados anillos signatarios de los centuriones en los que se esculpía el “ixthios” o pez eucarístico. Pero también las excavaciones atestiguan que el proceso de romanización y de cristianización fue lento. La moneda en el interior de algunas calaveras confirma la creencia de que Roma enterraba a sus difuntos metiendo una moneda al muerto entre los dientes para pagar la soldada al barquero que nos pasará a la otro orilla, esto es, a Queronte.  Y a los pies de la sepultura queda siempre un ánfora sepulcral, alguna figurilla de Baco con un odre de vino a mano, las efigies de Venus, algún sátiro. Incierto más allá, pero Roma creía en la vida después de la muerte a través del amor a sus difuntos. El Lacio sentía henchirsele el corazón de vida eterna. Construía siempre no de cara a la galería como algunos arquitectos pelanas sino pensando en la eternidad. Ciertamente, es cosa de admirar esta “cupiditas aedificandi” de los “structores” de Roma.

Prédicas

 Eso hizo más fácil las prédicas en España de San Pablo y de los Varones Apostólicos. La taxonomía evángélica fue calando poco a poco. Proceso de ósmosis ¿Vendrá de Granada este lejano sentir? Soy cristiano pero esta fe no presupone a mi fe contra las deidades antiguas de mi tierra ancestral. Antes bien, las complementa. Creencias y supersticiones las arrastro, pues, como todo español, en la masa de mi sangre.

Hay lugares mágicos, centros que salvan y ciudades como Granada donde uno se encuentra bien. Además reconquistarla costó mucha sangre. Pingan de las almenas y matacanes los estandartes del valor. Y yo necesito mis tégulas, mis idolillos y mis rosarios para ir tirando. Me parece una aberración la idiosincrasia de un Dios a palo seco en las alturas que te habla desde una nube o desde una zarza incandescente.  Estos dioses míos, mis santos del día - los españoles tendríamos que canonizar a ese santo y sabio abad que fue fray Justo Pérez de Urbel que nos regaló con sus menologios, sus leyendas áureas, y que cada día tenga su patrono, no dejen, cuando me vaya, de pagar el gallo que le debo a Esculapio ni de ponerle perejil a san Pancracio para que nos toque la lotería- que me libran de capillas sin altares y días a palo seco. Aquí no somos jansenistas. Llevamos mucho cascajo romano metidas en las sandalias, como chinas en el zapato. Somos masoquistas hechos del barro. Nada humano me es ajeno y de vez en cuando es necesario que haya herejes. Los desvíos ayudan a encontrar de nuevo el camino. La lectura de las epístolas de san Pablo no me harán apostatar como a Lutero sino que me conducen a Granada. Opportet haereses esse. Conviene que haya herejías pero no me den telepredicadores norteamericanos que es lo que más aborrezco en este mundo. Que alguien alce el gallo y lleve la contraria. Un mundo monocorde es muy aburrido. La historia de la Iglesia no es pensamiento único. Esa es una de las mayores grandezas. Los monolitos me asustan. Cosas de un solo bloque como la piedra de la Kaaba son profanaciones dogmáticas de la solemne libertad.


 

Nos gusta construir casas y afirmar esquinas. Ese legado romano pervive también en la raza o si no fijense en que ahora aquí y ahora todo está montado sobre este andamiaje de ladrillos y adobes. Edificadores somos piedra a piedra de la casa del señor. Cristo es el gran aparejador. Queremos se conserven las diócesis de la Penibética, la Tarraconense y la Lusitana y que no vuelvan las coras (división territorial muzlamita). Nos llamarán rumíes, nos llevarán a las hijas al harén, retajarán nuestros cuerpos pero nunca nuestras almas. Esta es la historia de una vieja lucha con improntas en la historia de recuerdos trágicos. ¿Por qué volver de nuevo a empezar? Murallas de Paparanda, guaridas de libertad, lejos estáis de mí. Lo primero que hicieron los conquistadores tras Guadalete fue cambiar los nombres de las calles y cambiar las toponimias. Iliberis se convirtió en Elvira y más tarde en Medina Hadira. Granada. Poco a poco se fue degradando por estadios: urbs, civitas, populus, mansio a orillas del Darro y el Genil. En el Sacromonte se encuentran las cenizas de nuestros santos. De los que dieron testimonio. Hay citas de esto en el códice Ihata escurialense que incluyen los nombres de los primeros obispos de Iliberis después de san Cecilio del que se dice que era ciego y que curó su ceguera cuando Cristo le impuso las manos. Pero ya les iré contando más cosas de este reino apasionante.  Basta por hoy. Acepten sinceramente esta carta de Navidad de quien todo el empeño, el mejor talante, les desea parabienes en la nochebuena y unas Felices Pascuas. Seguiremos con el tema otro día.

 

  

 

 

6.

 

CÓRDOBA LA SULTANA.

 

  

Los episcopologios de Iliberri e Hispalis atestiguan que san Cecilio fue la primer mitra de esta sede, fundada supuestamente por el propio san Pablo. Una leyenda muy bonita cuenta que éste era un mudo que siguió los pasos del Señor cuando predicaba por los caminos de Galilea. Jesús le curó de su enfermedad en uno de sus muchos milagros, lo mismo que su hermano Tesifón, otro de los varones apostólicos, que era ciego. A ambos les ordenó sus discípulos en la segunda leva de los 72 que hablan los Hechos y acompañaron a Santiago en su primer viaje a Hispania donde estaba Iliberis, la ciudad sagrada por excelencia de los iberos.


 

Allí consiguieron la renuncia de sus moradores a los ídolos. El Códice Emilianense del Escorial cita como sucesores en el obispado de Cecilio a Gaponio, Batonio, Ascanio, Leubesindo, Eucario, Aganio, Trectemundo, Arginamdonio.

Todos estos nombres cubren esa larga azeuxis o hiato cronológico de los primeros siglos del cristianismo que median entre el siglo segundo y el octavo. Iliberris tuvo fuertes relaciones con la silla de Gerona y la de Tarragona, así como con Toledo e Hispalis. La historia tuvo sus días y sus fueros y en este tiempo todo está bastante confuso. Las sedes episcopales eran independientes o iglesias autocefalas. La primacía no la ostentaba Roma sino Bizancio y los patriarcados de Antioquía y Alejandría. Los concilios para ajustar las normas de la fe y la conducta eran frecuentes y a uno de ellos, el de Nicea, Hispalis envió al presbítero Osio, un poeta. Una composición suya se adoptó como Símbolo de nuestra religión y es el Credo que los cristianos después de casi diecisiete siglos.

Nuestra religión se abrió paso en medio de grandes debates. Aquí el arrianismo por ejemplo caló hondo y picó alto pero Isidoro se convierte en campeón de la ortodoxia con sus “Etimologías”. Eulogio de Córdoba y san Leandro cierran filas entorno a él. Una reflexión sobre las ponencias en los diferentes concilios de Toledo, Tarragona, Sevilla y Zaragoza, Sevilla y Elvira, en uno de los cuales se adoptó la norma del celibato para los clérigos nos da la clave de por qué hubo aquí tantísimo debate. Es bueno que surjan herejías y aquí a los españoles de la España Sagrada nos gustó siempre discutir pero llegó el Bambi Feroz y se acabó la tertulia. Pasa siempre. Los dulces trenos y las bellas palabras del coloquio concluyen bajo la cimitarra de Almanzor o el mangual de don Pelayo. La letra con sangre entra. No nos engañemos. No hay más cáscaras. No vine a traer la paz sino la guerra.

Tengo que luchar en este día a día de la vulgaridad contra muchas simplezas y puerilidades. El personal se descuelga con salidas de pata de banco. Para consolarme vuelvo a la Vida de los Santos. A san Leucesquinto tomemos por caso. Fue un diácono que fue martirizado en Anfitrio, la antigua Hita, en tiempos del emperador Domiciano. A este testigo de la fe se le cita en los anales del concilio de Elvira el año 305. Era costumbre en la ortodoxia. Y de ello habla el griego Kazankakis. La hueste cristiana cuando el turco llegó de Anatolia iba de un lado para otro con las reliquias de sus santos a cuestas.

Córdoba y el símbolo de la fe


 

¡Viva Osio, columna y sostén de la iglesia! Otro santo importante entre los mozárabes que redactó la profesión o “confessio” nicena para llamar herejes a los arrianos que no creían en la Santa Trinidad. Atanasio lo defiende pero - lo que son las cosas- dicen que a última hora, llamado por el emperador Constancio a Milán, bandeó y se hizo amigo de los que combatía, los obispos Ursacio y Valente. Por ello la iglesia latina no llegó a canonizarlo aunque de Osio habla primores san Atanasio. El menologio griego nos dice: “et Osius obiit in exilio”. El cordobés nunca regresaría a Córdoba desde su destierro de Simio.

 Le sucedió en la sede iliberitana Gregorio el Bético patrono de la ciudad de Granada y que debió de nacer hacia el año 300. Fue un tiempo de grandes disputas teológicas, este de la azeuxis, del gran hiato en los anales eclesiásticos y ahí tenemos al antipapa Ursicino combatiendo al papa san Dámaso. Y hay quien nos dice, pues las crónicas son muy oscuras, que este Gregorio se contaminó de arrianismo pero que una vez se le salió la lengua de su sitio, pero se le apareció la Virgen y tocandole la garganta con su manto volvió a recuperar las cuerdas locales y se hizo católico.

Se le cita en unas cartas que escribió a Potamio ob. de Lisboa. La esposa del emperador Teodosio le encarga que escriba un Tratado sobre la Trinidad que le hace ser blanco de malquerencia y persecución por parte de la arriana secta a la que combate con toda esa furia de los conversos. Puede que fuera un hombre de temperamento agresivo y extremoso, imbuido de un cierto catharismo o anhelo de perfección. Mala cosa. Cuando en la iglesia se habla de una vuelta a los principios, a la pureza de la fe, hay que echarse a temblar. Pronto rodarán cabezas y correrán ríos de sangre Hay en el anhelo místico una cierta inhumanidad y esto va con las predicas de Cristo que quiso encarnarse en la textura de nuestra piel, hecha del barro. Hay un rescripto de Teodosio en que se cita a este obispo que predicó el regreso a los orígenes y, desengañado de las cosas del mundo, predicó la huida al desierto, como tantos y tantos santos mozárabes, patronos de nuestras villas: san Frutos, santa Casilda, san Valero el Ventolera, san Eulogio y otros muchos bienaventurados locales de procedencia oscura en cuyas hagiografías la realidad se mezcla con el símbolo. Pero a mí que no me vengan con historias. Estas dulces mentiras o medias verdades se nos convierten en verdades enteras que nos ayudan a vivir y a ir tirando. La Virgen de mi pueblo es más guapa que ninguna y tuvo el desparpajo de decirla a la del Pilar que si tú eres aragonesa, yo soy segoviana y con sal. ¡Anda!


 

Pusiste, Señor, miel hiblea en los labios del salmista y con sus palabras te cantamos. No interrumpan los coros el suave concento de la belleza. Y si la miel la buscaban los emperadores en Sicilia o Hiblea la sal la portaban de España a Roma aquellas naves onerarias en los que se pagó el pasaje a los apóstoles y predicadores, hemos de estarles muy agradecidos de por vida. Nos enseñaron el Evangelio. A leer y a escribir.  Gracias a ellos fuimos tirando hasta los tiempos de Juliano el apóstata. Va de traidores.  Porque todos los traidores se llaman así pues fue un conde Julián que entrando en tramas con un obispo libelático y judaizante, un tal Oppas, quienes llamaron a Tarik y su hueste en una tenida que hubieron con los de la sinagoga de Gibraltar. Y desde entonces para acá lo de Gibraltar trajo cola. Es todo un símbolo para blandir contra nosotros que agitan las aguas negras del río del odio a la cristiandad.

Acci fue la madre de las siete sillas apostólicas. Ya decía yo que en don Juan Aparicio cuando vino a vernos a la paridera en el que tenía su redacción el primer periódico para el que trabajé tenía algo. Fue la sede primada en el mundo visigótico. Uno de sus templos levantado sobre un ara romana es uno de los más antiguos del país. La mandó hacer  la reina Gudiluva esposa de Witerico en honor de san Esteban Protomártir.  Corría el año 607. En los sermones, homilías y comentarios que escribió en su España Sagrada en 1173 se manejan todos estos datos.

Más obispos mozárabes: Aganio, Argibandonio, Alan, Ceterio, Trectemundo. Este último es significado porque era amigo de Oppas y en su pontificado en los tiempos de Witiza el reino godo va a convertirse en campo de Agramante de una invasión africana en la que hay que darlo todo por perdido. Parece ser que Trectemundo ofreció una resistencia contumaz al invasor y tuvo en su obispo un verdadero defensor de la fe y caudillo. Predicó contra la glotonería, el lujo desmedido y la insolidaridad de los condes que vivían en la molicie y despreciando a los pobres entablaban pactos y consensos con el invasor sarraceno. Este obispo de Iliberris o Elvira es una voz solitaria que se alza contra el invasor. La relajación de las costumbres ocasionó que la gente no tuviera conciencia y que se hicieran encubridores y cómplices de los moros. Éstos utilizaron una táctica desde el principio que fue entrar en tratos con los judíos que se infiltran como quinta columna en el seno de las parroquias. Allí alcanzan grados eclesiásticos y a algunos les ordenan obispos. Desde su sede e imbuidos de autoridad mandan acatar las órdenes del sultán y de rendirle pleitesía.


A cambio, los muslimes, en un primer estadio, y merced a estos “infiltrados” y sus corruptelas, alegan respetar la libertad de cultos mientras los cristianos les paguen pechas. Más tarde, poco a poco vendrá la persecución, se cerrarán los templos, y se los declarará fuera de ley y de la jurisdicción y la cora. Se les denominará perros, sus posesiones requisadas y sus mujeres tomadas por esclavas. Esa fue la pauta. Primero caballos de Troya que salen del buche de cartón y se deshacen en elogios y falsas promesas de respeto a las libertades hasta que venga la tiranía. Por lo demás, la simbiosis del hebreo con el sarraceno no deja de ser axiomática y misteriosa. Entre ambas comunidades las cañas se volverán lanzas y contra los pobres judíos arreciará el hostigamiento.

 

Así fue la ocupación

Una época dorada de armonía a la que sigue otra de recelo y de franco rechazo. Parece su sino. Siempre se acogieron bajo el amparo del califa marroquí o del sultán otomano pero el judío sin el cristianismo nunca podrá vivir. Es un poco su razón de ser y de esa manera los pactos se vuelven contra sí. De modo que la cosa tiene todas las trazas de una verdadera maldición bíblica. Ahora esos enjuagues que todos teníamos olvidados han sido gurguciados o escupidos de la boca del buitre maligno que ha vuelto novedosas las guerras de religión. Es un odio de siglos el que está sobre la mesa en ese afán de su soberbia que les obliga a demostrar que siempre llevan razón. ¿Por qué esa manía de probarse a sí mismo? ¿No nacerá de un sentimiento de culpa o de un estrato subyacente de inseguridad? Pegarán fuego a este planeta para explicar a las generaciones venideras que ellos llevaban razón, que portan en la frente el signo de los elegidos. Este orgullo-▬ atención-▬ tan insensato como temerario puede conducirnos al apocalipsis. El infierno está empedrado de buenas intenciones.

La ocupación de España fue cosa de pocos meses. Los beréberes africanos entraron a viña vendimiada con la catolicidad desavenida y confundida. Es posible que al principio hubiera cierto eclecticismo del agareno sojuzgador pero a la larga  impusieron su fe al filo de la espada. No tardaría en producirse esa reacción. Los mozárabes huyeron a las montañas de Asturias con las cenizas de sus santos en las urnas cinerarias y los libros sagrados. A Ceterio y a Sinderedo de Mérida, queda constancia en la Emilianense y de ellos también el moro Abetaric [por todas las trazas un aljamiado godo que se convirtió al Islam]  que, reacios a sancionar los pactos de su obispo, Octogerio, con los muslimes del cadí Tarik, emprendieron la ruta del norte. Abetaric escribió una Crónica de la Destrucción de España. En todas las coras o territorio ocupado las jarchas contributivas habían de ser pagadas. Las cargas fiduciarias fueron aumentando a medida que el califato se consolidaba; entonces aumentó la presión fiscal hasta convertirse en algo denigrante como pudo ser el tributo de las Cien Doncellas, así como la chiza o tasa de capitación.


Un tal Fandino traicionó a Witiza y el conde Teodomiro selló con el Moro Muza un acuerdo de amistad abrazando la religión mahometana. El nombre de este caudillo tornadizo anduvo después metido en las revueltas de Ali Hakem, que encabezó una asonada contra el califato. Se dice que estos mozárabes de oculto seguían practicando la fe. A medida que aumentó la presión hacia el norte, el Islam, más seguro de sí mismo, empezó a estrechar el cerco y a ceñir más el dominio sobre los cristianos. Cataluña se rindió y la morisma llegó hasta Carcasona. Y al escribir esto, percibo los ecos de Carlos Martel y de la Chançon de Roland. Hermosas canciones épicas que nadie canta ya. El pueblo no quiere saber. En un gesto suicida o en un mecanismo de defensa reflejo acepta lo que le digan.

 

Asturias y Galicia, firmes

Únicamente Asturias y Galicia no sucumbieron a esta actitud de derrotismo generalizado que se apoderó del ánimo de los habitantes de la península ibérica ante el empuje de las algaradas. Milagrosamente, tras los montes de León se conservaron algunos monasterios herederos de la tradición de la Tebaida del Bierzo y uno de ellos fue el de Liébana. Los monjes siguieron entregados a las discusiones de teología abrazando por ejemplo algunos errores como el adopcionismo arriano, típicamente mozárabe, creencia según la cual Cristo no era sino hijo adoptado del Padre. Contra esta secta escribió el monje anónimo de Liébana, que estaba en contacto con otros monasterios carolingios y la importantísima escuela de York, sus beatos. Son comentarios al Libro del Apocalipsis con pinturas miniadas que revelan la creencia de que el terror muslímico anticipaba el fin del mundo. Se conservan algunas cartas del presbítero Milenio contra los errores arabizantes y judaizantes que debieron ser legión en las iglesias cristianas sometidas a la férula del islam. Pero hay todavía jusrisperitos, astrónomos y calendaristas que se entretienen escribiendo sobre la fecha de la celebración de la Pascua. La iglesia se ahogaba en cismas y lentamente las bellas iglesias mozárabes fueron siendo cerradas. De Toledo para abajo no quedó ni una de estas construcciones sacras. El moro acabó con todas las aras. Serían derruidas por el furor iconoclasta de los almohades que no eran precisamente un modelo de tolerancia, en contra de lo que están escribiendo por estas fechas don algunos cronistas cuyos apógrafos son piedra de escándalo.


 

Otro de los grandes traumas religiosos, amén del adopcionismo y del arrianismo de los monarcas visigodos, fueron el nestorianismo introducido por un presbítero egipcio en el que se inspiró Mahoma y el pelagianismo galaico que negaba el pecado de Adán. Las cartas del papa Adriano condenan a todos estos heresiarcas. Elipando el adopcionista era obispo de Toledo. Pero la oveja negra del grupo será un tal Samuel, lacra del catolicismo mozárabe, el cual publica un rescripto ordenando la sumisión del clero cristiano y la designación prelaticia al califato. Este servilismo y el escándalo de que con Sansón y otros de su calaña estuvieran vendidos a los musulmanes obligaron a muchos fieles a desear la palma del martirio. O bien, emprender la ruta del norte. Las crónicas refieren que este Sansón fue ungido prelado en la iglesia de San Acisclo de Córdoba pero a la liturgia no acudió nadie.

 

Apocrisiario

Con él empieza una lista de obispos mercenarios y simoníacos, aspecto de corderos disfrazados de lobos rapaces y malos pastores que influyeron en la desbandada de la grey. Ejemplo claro de esta saga era Sansón del que se dijo que a pesar de ser hombre dominado por todos los vicios alcanzó la mitra de Elvira. Tenía un harén, negaba la resurrección de la carne y en uno de los pocos casos de nepotismo ordenó de clérigo a su hijo Hostigo. Este personaje se rapó la cabeza como los mahometanos y un Viernes Santo en San Acisclo abjuró públicamente de la religión de Jesús abrazando la del Profeta. Murió en 864 después de haber perseguido con furia a sus correligionarios. Sansón pessimus fuit qui sub praetextu episcopi eliberritani Ecclesiam suam diuturno tempore inmundissime pressit. Fue sucedido por Reculfo de Cabra, Beato de Écija y Nefridio que asistió a un concilio en Córdoba  cuyas actas se conservan en la Catedral de León. Todas sus mitras fueron libeláticas, esto es: para conservar la vida se avinieron en obediencia a los dictámenes coránicos. En capítulo aparte, más adelante estudiaremos este fenómeno que es singular veta atávica de la mozarabía, tan contumaz como independiente del criterio romano, y más en sintonía con la iglesia griega.


El más interesante de esta lista creo que es Recemundo con cuya mención termina  la Emilianense haciendo una recopilación de las tres sedes más importantes en aquel entonces. La hispalense, toledana e iliberritana. Este obispo cordobés, vasallo del califa Abderramán III, figura en la Crónica carolingia de la vida de san Juan de Goertz c. 966. Fue un apocrisiario (legado) bizantino. Presidió la legación diplomática del califato a la corte del emperador Otón el Grande. De él se ha escrito bastante y creo que es el protagonista   de una excelente novela histórica que firma José Tomás y que mantiene un gran interés en la actualidad. Debía de ser un hebreo [lo que casa con la idea antes expresada de utilizar los musulmanes al judío en su labor de zapa de la cristiandad] convertido a la carrera a la religión del Crucificado e investido de la dignidad episcopal. Su nombre, entre los historiadores árabes, salta como Rabí ibn Said. Se le confirió el encargo de ir a parlamentar con Otón porque el emperador estaba enfurecido por la sencilla razón de que los moros habían tomado Frejus (Fraxinetum) en el corazón de Las Galias. Don Recemundo o Rabí ben Said fue elegido para la misión junto con otro clérigo cordobés que sabía latín.

 

El anillo de oro

Los legados embarcan  con sus deudos bagajes ofrendas y acémilas y se dirigen a Aquisgrán. En dos semanas de buen andar estaban allí pero la audiencia tardó en serles conseguida dos años, tiempo que aprovechó el obispo mozárabe en consultar los manuscritos guardados en los conventos adyacentes y circundantes de la ciudad alemana: el “anillo de oro”. Los emperadores germánicos tuvieron por costumbre establecer un glacis o mota defensiva en rededor de sus palacios. Tales monasterios carolingios eran estratégicos, cuarteles y a la vez conventos donde los monjes se aplicaran al estudio y al rezo por los vivos y los difuntos y en caso de ataque que tales edificios sirvieran de baluarte de su protección personal. Así era la Córdoba precalifal copiando a Bizancio. Los zares rusos adoptan asimismo esta tradición. Moscú estaba protegida por una “anillo de oro” de populosos monasterios y recintos conventuales.

Poco se sabe del resultado de esta misión diplomática en la que se intercambiaron regalos. Sin embargo, Abderramán III, que era un político muy astuto, en represalia ante esta demora de dos años va a tener a los enviados carolingios, que le devolvieron visita, nueve años esperando a las puertas de Medina Azahara. Se encargó de la misma al abad Adalberto de rito latino que vino acompañado por  dos monjes, Anselmo y Guido, a la ciudad de los califas.


De Recemundo no se volvió a saber más. Parece ser que fue trasladado a Iliberris despues de haber conocido el boato de la pompa de la corte de Otón y de ser agasajado por el obispo de Metz quien le consiguió una entrevista con el emperador en Frankfort. Sabemos de su presencia allí gracias a los renglones del Anónimo Arnulfense que trata de narrar los episodios de este comisionado entre las dos ciudades más importantes de Europa en el siglo X. El relato está truncado debido a la muerte del autor. Dice que Recemundo era un hombre bien situado pues llevaba todos los negocios de la cancillería de Abderramán III, del que dice que era hombre veleidoso y vengativo. Y, lo más importante, de este judío políglota investido de la dignidad episcopal es que inicia prácticamente la Escuela de Traductores de Toledo.

En Córdoba empezó a funcionar una escuela de traductores de griego y de hebreo hacia el año 950, esto es 31 antes del fallecimiento de Abderramán III, que vierte al árabe las obras más importantes de la antigüedad. En ella trabajaron el monje Nicolás y un judío por nombre Hasadeus o Hasday. Estaba emplazada en el palacio real de Medina Azahara. A pesar del odio hacia los rumíes, esta época parece ser que fue un oasis de tolerancia dentro de lo que cabe. Tampoco hay que exagerar pero se permitió el viaje de Rabí ben Zaid o Recemundo hasta Jerusalén de donde se trajo  una pila bautismal de “oro obrizo”. Simonet lo cita con harta frecuencia en su Historia de los mozárabes en España. Es un caso aislado en la inmensa lista de perseguidos y mártires a manos de los muslimes. Su nombre irá siempre adhibido a las excepciones de los contemporizadores y de los que se libraron del tormento y de la espada. Supo nadar y guardar la ropa. Era judío, claro está.

En general, para entender cómo fue posible que se conservara el cristianismo en medio de unas condiciones tan adversas, hay que recurrir a anagógicas explicaciones milagrosas más que cifrarla en la tolerancia de alfaquíes y cadíes. La condescendencia proverbial sarracena de la cual se habla en estos tiempos de integración cultural, mestizaje, globalización y puente entre las culturas es un tópico, amen de un atentado a la verdad histórica. O fue una condescendencia interesada, ya que los cristianos superaban en número a los invasores, todo lo contrario de lo que ocurre ahora, cuando son más y Marruecos está metiendo gente en la península a través de la operación “Tucking in” que cuenta con el beneplácito del Departamento de Estado, de doña Gondoleza Rice y de don Colín, el heraldo de la cultura del melting pot y del poder de los negros. En su juventud no en vano fue discípulo de Malcon X.


Teniendo por asumido que el islam allí donde llega se impone por la espada, la comunidad hispanorromana acató sus decisiones siguiendo el precepto evangélico de someterse a la voluntad del Cesar, si no contraviene los mandamientos de la ley de Dios.

 

Clavígero

La mozarabía siguió escribiendo y rezando en latín. El siglo X cordobés con el recrudecimiento de las persecuciones fue un reverdecer de los grandes capítulos del martirologio cristiano. Citemos sólo algunos nombres que vienen inscritos con letras de oro en el Menologio de Usuardo: Adulfo, Iván, Clavígero, Perfecto, Pelagio de Córdoba niño de corta edad, Emeterio, Celedonio y otros muchos y el culto siguió en algunas iglesias como la de san Acisclo o el monasterio de Peñamelaria. En medio de tan grandes tribulaciones como las de Haliken II algunos eclesiásticos tuvieron tiempo para dedicarse a la astronomía de autor anónimo cuyo apógrafo o copia del texto La división de los tiempos y la higiene de los cuerpos se conserva. Y en las iglesias que no fueron cerradas se seguía celebrando una liturgia al modo cordobés con canon especial en que se hace mención de los santos locales y misas voluntarias. Los breviarios iliberitanos, de acuerdo con los cronicones que recoge el P. Flórez en su España Sagrada, también tuvieron motu proprio.


Es importante en esta primera etapa del cristianismo el culto a las reliquias que los hispanorromanos andaluces copian de los griegos lo mismo que la costumbre de Bizancio de enviar apocrisiarios o legaciones a todas las cortes del mundo. En ese sentido el cristianismo inventaría la diplomacia. En Granada se rezaba a san Melitón y san Septentrión, a Restituto, Dextro y Castorio cuyas cenizas se guardaban en el Sacromonte. San Rogelio y san Leovigildo derramaron su sangre en tiempos de Abderramán II. El caso de Prefecto, diácono de la parroquia de  san Acisclo, es singular. Fue acusado de blasfemo por el cadí. Negó por respetos humanos y blandeó ante el juez. A pesar de todo fue colocado en el tormento y condenado a muerte. En sus últimos instantes recuperó la fuerza y confesó su fe y esperanza en el Dios verdadero. Por un misterioso don de profecía que le asaltó en el mismo patíbulo predijo la muerte de uno de los ministros de Al Nassar, un eunuco hijo de una cristiana. Efectivamente, cumplido el plazo anunciado por el mártir, el día de Ramadán del año 850 murió de forma violenta. El cristianismo se sustenta en el milagro y milagroso fue ver aquella floración de mártires que dio Córdoba a la Iglesia Universal. Acudían de todas partes de España y del extranjero a la ciudad  en busca de un pasaporte a la gloria. Confesar a Cristo con su propia sangre les abría las puertas del cielo. Como san Jorge que cruzó todo el África del norte en busca de la palma del martirio. O Félix y Liliosa, Aurelio y Sabigotona, un matrimonio que procedía de la Tarraconense. O san Leovigildo de Iliberri. Aquellos sí que fueron los verdaderos atletas de nuestra fe. Esta forma de muerte bajo el hacha del virolero suponía una auténtica cancelación de la culpa.

A los cristianos se les ahogaba a tributos (la presión fiscal es una de las características de los jeques árabes amantes del lujo que no sienten escrúpulos de mantener al pueblo en la miseria mientras ellos viven en grandes palacios) y se les perseguía en lo religioso. Además, fomentaban la delación y el espionaje entre los autóctonos por medio de los exceptores (delatores.) Estos sujetos eran temibles. Se trataba de cristianos que vendidos al sultán compraban su vida los malsines dando el chivatazo a los árabes. Esta táctica fue muy predilecta de los otomanos en los Balcanes. No pasemos por alto que la palabra “espía” o spahe proviene del idioma turco. Los insultos y los ataques eran continuos. Por ejemplo, el sonido de las campanas les molestaba tanto a los hijos de Agar que, cuando oían redoblar, se volvían furiosos y atacaban las iglesias con palos y con palos y con piedras y hasta las pegaban fuego. Es el testimonio de san Eulogio.

 

Eunucos con la palma del martirio

La historia de san Rogelio y de san Servideo, dos monjes eunucos del monasterio de Parapanda, vico a orillas del Albaicín, que firmaron un pacto de amor para verse en la Gloria, es una de las historias o capítulos más hermosos de la Leyenda áurea. Un buen día estos dos jóvenes que se aceptaron su castración por amor al Salvador optaron por dejar su retiro y llegarse a Córdoba en cuyo aduar en plena oración de la tarde empezaron a predicar y a decir pestes contra Mahoma. Los alguaciles les echaron mano y después de burlarse de ellos llamándolos maricones  los degollaron y arrojaron sus cuerpos descuartizados al Guadalquivir. Como es sabido, la homosexualidad entre los mahometanos no está penalizada y el Corán, que es un Código religioso de placeres sensuales, la acepta. En los harenes califatos el amor de los efebos era un capítulo muy importante.  Eunucos y huríes estaban para lo que estaban porque los amos del recinto hacían a pelo y a pluma


En sus aceizas contra los reinos cristianos, los moros tenían por costumbre llevarse como botín las vírgenes de doce o trece años y los mocitos imbeles. Para el sultán de Estambul la reserva sexual con la que se renovaba y adornaba su gineceo todas las primaveras se cifraba en Armenia y en Georgia. Los griegos han sufrido mucho por ese cabo lo mismo que los antiguos condados castellanos y los reinos de Galicia, León y Cataluña. No deja de ser significativo, volviendo a lo mismo, que el día del Orgullo Gay sea el 26 de junio. En esa fecha la Iglesia venera a san Pelayito de Tuy, niño de coro que fue conducido como eunuco al harén de Abderramán III y que fue martirizado por no querer renegar de su fe. Antes había sido violado por todos los soldados de la guardia del califa. Y por los que pasaban por allí y que quisieran “solazarse con un incircunciso”, para escarmiento y espanto de la población mozárabe. Las actas de estos mártires las recoge san Eulogio en sus Anales Mártires. Ocurrieron tales barbaridades el XVI de las calendas de octubre esto es el 18 de septiembre del año 852. Su nombre está en los añalejos y códices antiguos. Como el calendario de Recemundo. El sofisma es a veces compañero de viaje de la verdadera fe y esto es lo que caracteriza al cristianismo griego que es religión de debate, siguiendo las pautas paulina de opportet esse haeresses. Y en Guadix, la sede más antigua, y en Iliberis y en Híspalis, sus compañeras, hicieron verdadero furor. Hasta el punto de que ni el propio Osio autor del credo niceno se libra de tales inconvenientes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nombre despectivo con que denominaba a los cristianos que vivían bajo la dominación islámica en España

Fue pésimo clérigo, el cual bajo el pretexto de ser obispo, persiguió a la iglesia elvirense durante mucho tiempo y de forma atroz

En Fraxinetum o Frejus moriría siglos adelante el poeta Garcilaso tratando de

 

 

 

 

7.

 

 TIEMPO DE SATURNALES

 

Comamos y bebamos que mañana moriremos. Vuelven al mundo las viejas costumbres incineradas de la gula. Yo era el farolero de la puerta el Sol cojo, mi guitarra y enciendo el farol. Y ahora soy masterchef. Un vulgar guisandero o jefe de cocina literaria. Las distribuidoras grandes radicadas en una Jerusalén que no existe nos marcan páginas acerca de lo que tenemos que comer, lo que hemos de leer cuantas horas tenemos que correr y a qué horas ir al mingitorio. De grandes cenas están las sepulturas llenas. La buena cocina es una obsesión de esta tripera sociedad sibarita, a todas horas mirándose el ombligo. Cagar alegres y jiñar contentos. De acuerdo, tío, pero hazlo dentro. Es obsesión de los nuevos césares la mala literatura. Fui el otro día paso la sección de librería del Corte Inglés y allí me encuentro con los autores de siempre. Cualquier pedorra que sale por la tele cinco minutos tiene derecho de pernada en las grandes editoriales controladas por cavernícolas. A la venta libros se suman las maripavas. El buen arte de la literatura, el gran discurso, ha sido enterrado a hachazos por estos nuevos tribunos y tribunas de la plebe que nos han impuesto desde arriba los dictadores de la chusma y hasta estas autoras noveles son entrevistadas por el Dragón de la 2, un tal Sánchez. Así que aburrido y cautivo y desarmado el ejercito rojo, me refugio en los clásicos. He vuelto a leer en su lengua original a Petronio. El Satiricón su obra mayor me reconcilia con la vida y con la Roma. Decía Ernesto Giménez que cuando llegaba a Roma le entraban ganas de imitar madre. Madre, ay madre, no quiero vivir en esta España empedrada de pedos mediáticos. Chicas de la tele muy, monas en apariencia y requetemaquilladas pero soltando la bilis de los pijoflautas, todas homologadas e iguales. Forman parte de la clonación nefasta que que habita entre nosotros.

Así que en alas de Morfeo huyo al capitolio. El Satiricón me hace comensal de uno de sus banquetes que duraban dos días y dos noches. Esclavos de Numidia traían el aper  (jabalí) atalajado y adornado de pámpanos y cepas toscanas. El vino de Salerno que se derramaba sobre las togas pretextas corría en grandes jarros por las mesas. Honremos a Baco y después vendrá Venus. Menús de treinta platos; un esclavo frigio servía junto a las servilletas y los cubiertos dos ganchos de plata para introducirlos en la garganta camino del vomitorio. Los romanos echaban la pota tras sus grandes trapalladas para seguir tragando.

Rechacé como descendiente de judíos de Asturica el jabalí, el lechón y los chicharrones servidos en una gran lebrillo por una matrona en paños menores. Pero me hinché a garbanzos aderezados con malvasía. Un hondero mallorquín recién llegado de las Galias, y que era centurión de la Legio Séptima Gémina, se entusiasmó con el efebo Vinicio, lo besaba y manoseaba y yo apartaba la mirada mirabile dictu cuando aquel demonio súcubo lo sodomizaba  en medio de la reunión coram populo. Plauto, el de los pies planos, prorrumpió en grandes carcajadas, cuando ambos amantes salieron de estampida camino del tablinium a seguir haciendo cosas feas. ¡Qué horror! El amor nefando debe de amargar como el pepino. La bujarronería me pareció siempre digna de lástima, pero, no por no ser carne de hoguera y por tener que correr un tupido velo al respecto, ha de ser elogiada sino execrada como toda cualquier merma de la naturaleza donde hay tantas cosas mal hechas. Tampoco hay que poner medallas en el pecho a los bardajes.

Nunca fue para mí beneplácito pero nadie puede explicar estas debilidades inexplicables, inversiones de la natura que, trocándose del revés, buscan placer en el caño de la mierda en lugar del conducto de la generación que es lo suyo. Plauto, ya muy borracho, no dejaba de darle vueltas a su copa de oro y de decir Numquam satis, numquam satis. Estaban todos como cubas. Con lo que daba a entender que la pasión esa es insaciable y que el que va no vuelve. Que nunca se sienten satisfechos los que dan y reciben por el culo y es que debe de ser el sexo para ellos algo inagotable. Costumbres paganas, amor de efebos, fiestas y banquetes, baños y triclinios. El cerdo salvaje, bocado exquisito, lo decían aper. Que a mi no me va. De siempre le hice ascos al jalufo. A las dos horas de estar tendidos sobre el lecho, nuestro anfitrión Naviecus hizo llamar a las hetairas que entraron desnudas en el impluvio, tocando el sistro. Muchos de los comensales que eran libertos y que trataban de ocultar con sus largas cabelleras los orificios que taladraron sus orejas, antes de ser manumitidos, se relamían de gusto y alababan la generosidad del huesped, garante de tales dádivas sexuales. De allí a la orgía sólo había un paso.

Para no ser la oveja negra del concurso, yo me arrimé a un pino verde, esto es, a una pelirroja de Hibernia, hija de un rey remoto del clan de los picti que había sido arrastrada a Roma por los soldados de Adriano como rehén. La rubia del pelo cobrizo hablaba la lengua de los pájaros y mostraba dos senos poderosos de los cuales los amantes querrían nutrirse eternamente. Sus besos y sus caricias me supieron a miel. ¡Ay Mama Roma!

Se fueron las pilunguis y llegaron los balnearii (bañeros) que nos restregaban bien las espaldas y los muslos en el tepidarium. Muchos de estos selectos esclavos eran expertos en actividades masturbadoras. Las paredes aparecían, como en los lupanares, tiznadas de gargajos y rastros jaculatorios del amor con prisas. Después de estos masajes en el caldarium nos llenamos de vapores que limpiaron nuestros poros purificando el cuerpo pecador. Algunos culos romanos eran enormes. De esta tarea se encargaba los depilatores algunos de ellos eunucos. Se les encomendaba la misión afeitar el bello púbico de las dominas y era muy placentero sentir por abajo desde los glúteos ajamonados el calor de la caldera debajo del piso del hipocausto. La tarea concluía en el frigidarium. Sentíamos el cuerpo fresco como una lechuga. Así que volvíamos al banquete a seguir trasegando el dulce vino de Sicilia para basquearlo después en los vomitorios. Descargado el vientre, regresaban los deseos de más jarana pero Naviecus que era muy creyente en los dioses de su pueblo y que guardaba siempre lámparas encendidas en el lararium doméstico hizo venir a las Moiras de rostro tétrico y cantar lúgubre que se encargaban de advertir a los comensales su cuidado cuán presto se va el placer y cuán callando se viene la muerte. Esta procesión duraba unos minutos, las bacantes ocultaban su rostro, los borrachos se dormían arropados por la melopea lúgubre de las nenias funerales. Hay que morir; luego comamos y bebamos hasta reventemos. Era la máxima de la Roma a la que hoy las nuevas bacantes de la insulsa Telemierda dan pábulo.

Las cautivas vestiplices que cuidaban de los pliegues de la veste y la toga sus señores y los cuerpos arrugados tras el paso, los cuerpos badurnados de grasa tópica, por el unctorium y los sudores del laconicum mientras escuchábamos las charlas sin sustancia de los nugatores troleros y falaces  que hacían apuestas sobre quien de todos y todas las presentes tenía mejor cuerpo y cuál de los efebos era el más bello y cual de las mozas la más hermosa. Lo destacaba por tener esa vagina en mayúsculas a la que aspira el amor total. Priapo también era muy venerado en lo suyo. A los sodomitas se les conoce por tener miembros viriles muy alargados; algunos casi espantosos que les llegaban a las rodillas. ¡Cómo se empinaban aquellos penes, madre mía! Eran sus cipotes como las varas de una tartana cara al sol. El juego preferido en estas comilonas era sacarla a ver quien era el que la tenía más larga para gloria de Priapo y los penates patrios que le concedieron la gracia del dios putativo. En Roma todo tenía un sitio y una finalidad práctica. Las vírgenes y las púberes canéforas, hijas de familia,  eran guardadas como flores de estufa al calor del paterfamilias dentro del valladar de la honra. Intacta, tenías que guardar la alcurnia porque esta es un lirio frágil cuando se marchita jamás vuelve a crecer... La palabra clave para entender estas razones de la honra entre los latinos era la palabra “virtus” de la cual tanto gustaban los antiguos romanos antes del imperio.

La capital de la catolicidad que yo empecé a amar desde que me empapé de los sonoros párrafos de Ab Urbe Condita, cuando traducía de adolescente a Tito Livio y a Salustio, estaba llena de hosterías, de tabernas y de nostébulos quiero decir puticlubs más que a día de hoy. Visité unos cuantos de estos antros con gran peligro de mi pellejo. Porque en el Vicus Scelertatus y en el Boarius se arremolinaba toda la gente del hampa. Los gladiadores y andábatas residían en aquellos barrios trastiberinos. Allí la vida de un hombre valía poco. Iban a parar a la Via Asinaria todos los asesinos y mangantes del Ecumene conocido. Procuraba juntarme yo a los griegos que eran gente culta y amante de la belleza aun cuando se labrotaban y gesticulaban con demasiada energía al hablar con ellos.

Lupanares ya digo no faltaban y algunos eran centros envidiables, templos verdaderos de la diosa Venus. Allí Cupido me clavó a mí una flecha irlandesa. En aquella pelirroja soñé toda la vida. Era yo adolescente cuando la conocí. Llamabas Herminia. Su cuello aparecía adornado con un anillo de oro macizo: la bulla, que yo besé unas cuantas veces Jovis Structor me otorgó el galardón de conocer el amor. Bebí de las aguas del manantial puro. No había alcanzado Herminia aun la  núbil edad cuando fue aprehendida por las legiones de Adriano, que no profanaron su cuerpo y la trajeron a Roma al templo de las vestales. En los barrios bajos como el Boarium se escuchaba el trompeteo de los sistros y sacabuches de las plañideras que ensayaban antes de los entierros. La música se estampaba contra los triglifos de bronce que adornaban la escalinata del palacio de Nerón. Los adivinos que embaían al público con sus embustes y no paraban de hacer pronósticos y anunciar catástrofes agitaban los barrios próximos al Capitolio. Un idumeo entre tanto llevaba una partida de pavos al mercado. Los pavos se convertirían en gansos al llegar al Capitolio y empezarían a graznar. Se escuchaba gritar a la sibila de Cumas anunciando calamidades y cosas lúgubres. Se hablaba por las calles tanto en griego como en latín. Los charlatanes políticos hablaban, nugaces de democracia y el pueblo estaba rendido y cansado de tanta patraña,  propalada por los tribunos de la plebe desde las tribunas o “rostra”. Aquello parecía Hyde Park una tarde de verano londinense. El gesto tribunicio de Rajoy sólo lo admiraban los judíos de pecho enjuto. Los esclavos se llevaban la mano a la nariz o se acariciaban el lóbulo de sus orejas agujereadas, rastro de su antigua esclavitud o bostezaban de aburrimiento. Los torsos desnudos mostraban las pinturas de inconcebibles tatuajes para anunciar la vuelta de Roma a la esclavitud. Tatuajes a la vista. Era la moda de entonces redescubierta hoy. Volvemos a la esclavitud de la isla Pandataria que está en el vicus de Suburra. Cesar volverá a ser asesinado en los comicios. Tu quoque fili mihi…

Allí los pueblerinos tenían por costumbre de barrio el juego de la morra cerca de los peristilos del templo de Júpiter Stator con su balanza protectora de la república. Dedos de marfil que se introducían en la garganta para poder vomitar en los banquetes. Una urraca encerrada en la jaula me dio la bienvenida

▬Salve, Antonine.

▬Salve honor et gloria Populo Romano▬ repliqué.

 

El nomenclátor o heraldo anuncia a los recién llegados al impluvio que llovía a cantaros. Era la hora de los parabienes y el momento para recoger el agua fluvial en los aljibes. Velarius un ujier del tablinium, al que faltaban dos dientes me condujo a través del atrio. Dijo mientras enseñaba una mella en sus dientes delanteros:

▬ Me los rompió un bretón de una pedrada. Con todo y eso, allá en Bretaña, los días más felices de mi vida son los que pasé en aquella provincia entre los galos.

Luego me pasé por domus Aurea y el palacio de Nerón también los visité.

Uno de mis guías que se llamaba Iacetanius por ser oscense decía que la vida está hecha de aburrimiento y de economía, donde el orden es siempre desorden. Método y risa se superponen. La vida es risa. Nos vamos haciendo viejos y a nosotros cada día nos gusta más la paz del hogar. La felicidad consiste en querer lo que quieren los dioses. Tito el hijo de Vespasiano que se enamoró  perdidamente de Verenice aquella hebrea que dicen que acompañó al cristo camino del Gólgota, por causa de tan fatídicos amores se tiró al Tiber. Dicen que fue a resultas de la maldición de un rabí. Así pues, el amor aquel le costó la vida al conquistador de Jerusalén. Su novia trabajaba para el sanedrín y los judíos escupían al pasar por la columna Trajana donde se esculpía la ignominia de su esclavitud: un candelabro de siete brazos traido a rastras por israelitas hechos prisioneros. Mandó traer Vepasiano a Roma el Candelabro de los Siete Brazos, el que lucía en el templo de Salomón a lomos de sus esclavos. El amor nos hace iguales a los dioses ligios, pero es peligroso cuando rondan mi tienda las bellas mujeres de Israel: Ester, Judit, Rebeca y otras matariles.

Los sicilianos cantan al sol declinante su casa oculta entre verdes árboles y rodeada de colinas. El tema del dios único. Amor, pasión, cristianismo, Nerón, vida orgiástica dioses en el l a r a r i u m, oratorio de o casa de los iconos que guardan los rusos. Ligia estaba en rehenes.

Vinicio muere de amor por ella pero había una dificultad insalvable: era virgen. Y las vestales no podían ser condenadas a muerte. El verdugo las violaba antes de la ejecución. Desperté de mi sueño romano entre suspiros de grandeza y baticores. Volvía a mi realidad española condenado a vivir entre la marginación y la escoria recordando los esplendores de aquellos alegres días de juventud que no volverán.

 

 

8.

 

 

EN LOS CEMENTERIOS NO HAY RELOJES

 

Tarde de San Silvestre, último papa el de las profecías y último día del año. Nos anochece mirando para los relojes. Tempus fugit. Cronos dios implacable, la otra cara de las barbas saturninas el cancerbero de la laguna Estigia, devora a sus hijos. Y aguarda Aqueronte para abrir la puerta en un remanso del terrible río. Es una emboscada. Los clementes dioses entonan cada noche cantos epinicios. Acelera sus mecanismos de arena la clepsidra del tiempo y llega la noche eternal. Hoy noche de san Silvestre de 2018 igual que San Silvestre 1992. La vida, que pende de un hilo el de Ariadna, transcurre rápida como el maratón de la  carrera pedestre Vallecana, es algo más que una galopada de obstáculos.

El día primero de junio enterramos a mi padre. Su recuerdo se agolpa en mi memoria entre la congoja y la veneración. Ya está viendo desfilar al serafín que marcha de gastador tras el Cabo Pieza de la Batería a arriar bandera al toque de oración. La muerte no es el final, sólo un paso al frente, cara la eternidad. ¡Compañía! A cuadrarse!. ¡Ar! La plebe se deleita con las saturnales de los días fastos que luego serán nefastos. En el desaforado despelote de la Nochevieja. Bajaron, mientras tanto, hace un cuarto de siglo, los ángeles a la cabecera del moribundo al Gómez Ulla a reclinar su cabeza sobre la almohada. Al pasar la hoja del 31 de diciembre es como decir adiós a algo imperceptible, inasible, impredecible, intocable como todo ente de razón pero que deja arrugas en la frente y alopecia en el corazón. Hace 425  años murió Colón. Va para un cuarto de siglo que dimos tierra en el camposanto de Fuentesoto a mi progenitor. Yo guardo su memoria. Conservo su sable de soldado.

Impregnados de nostalgia, despedimos al año que termina. El año nuevo ¿qué nos traerá? El concepto del tiempo no existe en los libros santos que escudriñan los actos de la divinidad. El tiempo es categoría inventada por los hombres para compensar algo tan finito como el espacio y el tiempo y en Dios infinito no existen esas cualidades. Todos llevamos, sin embargo, un reloj que marca las horas y que miramos con curiosidad especial tal día como hoy. Sus manecillas inexorables apuntan el tránsito del dolor y del placer. Tempus fugit. "Vamos el enamorado la hora ya está cumplida" canta un romance castellano del siglo XV. Estar enamorado es participar un poco de la herencia de la muerte. Con la rueda del reloj que es la rueda de la fortuna empezó todo. Abrieronse los horizontes y las fuentes del conocimiento. un péndulo se agita en nuestro interior mueve palancas y establece la conjugación de movimientos binarios. Nuestra vida pende de un hilo. Somos contingentes. Somos un guarismo. Tiempo, espacio, dinero. tres tronos para una trinidad laica. "Time is money" argumentan los británicos. Conviene no perderlo en habladurías y tonterías. Es implacable el rostro del carillón de la Puerta del Sol donde se agolpan las multitudes madrileñas al igual que bajo el Big Ben, Times Square, la Torre Spassy de Moscú, o el parisino Arco de Triunfo. Sólo un privilegiado como Josué pudo parar el sol. A nosotros se nos escapa. Perderemos la batalla. Esos minuteros del reloj de pulsera ahogan la vanidad humana. Los monjes cantarán vísperas, cuando toque la campana. que está encima del monástico reloj de sol. Luces y sombras ¿Somos hijos del azar?… memento mori: Acuérdate de que morirás. Las horas se nos clavan como espadas "omnes caedunt ultima necat" todas hieren la última nos asesina. En el campanil está escrito nuestro devenir y nuestro porvenir. El reloj todo lo sabe y todo lo ignora. Es indiferente a nuestras alegrías y tristezas, a nuestros estados de ánimo. Europa siempre admiró y amó a los relojes que delimitan los husos horarios (Clocks. Uhren, campanarios) llevada del sentido de la trascendencia cristiana y los colocó en lo alto de las torres espadañas y linternas. La clepsidra del coro y el reloj fueron instrumentos de santificación de los que aspiraban seguir a Cristo en la vida perfecta. El reloj compasa la salmodia del facistol coral. Somos un Libro de horas forrados de piel de becerro con las letras muy gordas para que no nos perdamos al entonar los nocturnos. La literatura en occidente emprendió vuelo cuando los frailes pendolistas comenzaron a colocar melismas y neumas al pie de los cantorales de pergamino, poniendo música a los salmos del Rey David. La música se aferra al tiempo por eso dicen que es arte divino. Y de ella nacen el compás y el concento. Tempus fugit sí pero nuestro corazón anida la melodía y esa melodía es un afán de belleza una añoranza del paraíso perdido. La rueda de santa Catalina, al hilo de esto, conjuga las variantes del querer, del saber y del quehacer. El gran cofrade orwelliano desde arriba nos mira con cara de póquer. En una ficha consiste nuestra vida laboral que se acaba cuando cumplimos los 65. Cronos significa el puesto de trabajo y el cheque a fin de mes. Si fichas, estás salvado. Estás en nómina. Es la doxología del tiempo que es tambien economía: turno, trabajo, dinero y amor. Los cuatro elementos como el agua el aire la tierra el fuego. Cronos es hijo de Argonio y a Argonio lo parió Minerva. Esto forma parte de nuestra gran doxología de culto al tiempo. Únicamente en los cementerios no se ven relojes. Porque medir es vivir, cronometrar, tasar cubicar evaluar. Morir es todo lo contrario: cesar. San silvestre me brinda hoy estas reflexiones cuando pasamos las hojas del Libro Mayor de nuestra existencia. Entonces ¿a qué tanto estrago, tanto afán? Al reloj no le hagáis demasiadas peguntas, es un buey mudo. “Crassus, mutus, rufus”, como decía santo Tomás. Corre el camino sin detenerse

 

 

 

 

9.

 

MEDITACIÓN ANTE EL ENTIERRO DEL CONDE ORGAZ

 

 Marché la otra tarde a Toledo y me planté ante el insigne lienzo en el cual está encerrada buena parte del genio singular de lo español y al regreso me senté a escribir con calma, mucha calma. Mi alma, sedienta de belleza, trata de evitar las contiendas que nos afligen pues ya los pasos de la aurora andan pisando la incierta luz del día y a batallas de amor campos de pluma que decía Góngora. El cual equivale en poesía a lo que era el Greco en la pintura, quiero decir: un genio. El genio de los genios.

No estaba ante un cuadro sino ante el molde de un enigma. Allí pasé dos horas de la tarde dándole a la cometa de mis sueños.“Tal galardón recibe quien a Dios y a sus santos sirve”. Esta frase murmurada entre dientes por los prestes que ofician las exequias (san Agustín revestido de capa pluvial y mitra de obispo y san Esteban con la dalmática diaconal) sirve para poner música de fondo a la escena que da marco al entierro del conde Orgaz. En este lienzo donde se estampa con auténtica veracidad una de las páginas más realistas de la historia de España y un cuadro de costumbres. El Greco junto a Velázquez es pintor poco decorativo. Ambos buscan el alma de las cosas y su arte es el arte de la síntesis. Con tales mimbres que servirán de materia prima de lo sublime [una leyenda local consistente en las mandas que dejara a una iglesia de la ciudad, la de santo Tomé: unas cántaras de vino, unas cargas de leña, unas hogazas de pan a los pobres, y algunas monedas para misas gregorianas] se enhebra el milagro. España mágica.

 Existe de más de eso una gran familiaridad con la muerte, de acuerdo con la mentalidad de la propia época, y la necrofilia de una monarquía como la de Carlos V quien en los últimos años de su vida en Yuste gustaba de asistir a la celebración de sus propias exequias, sin que el gesto tuviera nada de macabro. Antes bien, se veía como algo natural. Allí estuvo Fray Bartolomé Carranza, dominico, que luego sería primado de Toledo durante un año antes de ser prendido por la Inquisición bajo la acusación de herejía y por sus conexiones con Carlos de Seso, el fautor del luteranismo en España, un italiano que se desempeñaba corregidor en Toro, y estaba en relación los conventículos reformistas de Sevilla y Valladolid.


 

Toda esa reciedumbre, esa tortura de una época dada a la trascendencia y al misticismo se vislumbra en este mural. Era un tiempo  en que preocupaba la teología. Hasta las verduleras de Zocodover discutían sobre la existencia del purgatorio.

Al socaire de estas cuestiones sobre la vida futura, el fin del hombre, sus relaciones con la divinidad, plasmadas en las fimbrias de esas casullas que con tanto gusto pinta el Greco con su arte minucioso aprendida en el trabajo de los artistas de iconos orientales, los cuerpos pierden peso en sus magníficas producciones para dejar que se alcen hacia arriba, la mirada transfigurada, los espíritus. Los cuerpos pierden peso y fanan alma. Son en él recios los trazos, espectaculares las caras iluminadas por una luz que emana de adentro.

Parece extraño que en este tiempo tan iconoclasta como el nuestro pueda ser entendida y admirada la iconodulía del Cretense, que, a contrapelo de sus delicadezas y exquisiteces formales del pudibundo recato en que va a caer la sociedad de su tiempo, sabe interpretar en sus briosos desnudos las donosuras del cuerpo. El chipriota vive este tiempo 1541- 1614 a caballo de los reinados de Carlos V y de Felipe II. Es contemporáneo del concilio de Trento. Ahora se trata de relacionar su pintura con el modernismo. Incluso, con motivo de su exposición en la National Gallery, se ha propalado la nueva de que su “Visión del Apocalipsis” inspirara a las “Señoritas de Aviñón”. Ya es mucho pedir pero todo lo que sube el Greco de cotización va en desdoro y menoscabo de la de Velázquez. La prelación del candiota sobre el sevillano quizás tenga que ver con los tiempos que corren, más relacionados con las angustias y torturas, la luz fantasmal y los desnudos deformes y hasta homo, que con la placidez de don Diego que no  busca complicaciones en su pintura.


Al fin y al cabo era pintor de corte, una aspiración que Domenico no alcanzara nunca porque sus desgarradas visiones no encontraron plácida acogida en la retina del monarca Felipe II. Quien por cierto era un “connoisseur!, experto en el Arte de Apeles.  El rey no llegó a entender al griego que se adelantó a su tiempo.  El Greco no es reivindicado hasta los románticos del siglo XIX. Es sólo a principios de 1900 cuando empieza a ser conocido y hablar los críticos de su peculiar macropia que le hacen ver caras alargadas y el mundo irreal.  

 Que dos bienaventurados ausentándose por unos instantes del paraíso bajasen a Toledo, la capital del imperio, hasta que Felipe II en 1561 decide trasladar la capitalidad a Madrid, para dar sepultura al noble y cristiano caballero entra dentro de esa cotidianidad ante la presencia de la muerte.  Y casi se concibe como un hecho corriente y moliente la intervención del más allá.

 En el arte de Greco hay algo de órfico;  la pintura se hace música y es imposible entenderla sin el acompañamiento de esa gran polifonía, como reverberando en el fondo, que engozna sus composiciones. No hay que perder de vista este carácter que tienen sus cuadros de “troparios” o melódicos del repertorio musical de Bizancio. El Greco en este cuadro que supone el triunfo de la misericordia y del amor, esenciales al cristianismo, pinta dos cuadros; el superior y el inferior. Los cielos y la tierra se dan cita en el acontecimiento. Ambos planos son estancos y para bien o para mal no llegarán nunca a juntarse. Paradójicamente el plano terrenal gana la batalla al celestial. El Greco pinta las cosas como son o debían ser según los canónes del ideal platónico pero se cohíbe ante los tremendismos y las ficciones del más allá. En eso se parece un poco a Velázquez, quien tampoco supo pintar a los dioses. Y hasta supo reírse dellos, como demuestran su fragua de Vulcano y el Baco figurativo. Uno y otro, empero, saben dislocar el dibujo para transmitir el movimiento de las cosas, “dando espíritu al leño y vida al lino” que diría Góngora.


En el Entierro lo que está arriba es inferior en calidad a lo que está abajo. Es mucho más desdibujado e imperfecto. Pues para él lo que acontece de tejas abajo es mucho más importante que lo que pudiera dilucidar el más allá.  Sin embargo, la moderna crítica - me refiero a un artículo de John Updike- dice que es al revés. Todas una galería de rostros comparece haciendo corro ante los dos insignes fosores quienes sujetan por los sobacos y las piernas al difunto amortajado con toda la regalía. ¡Cómo brillan los aceros de su armadura!

 A la vista está que por una vez el espacio tridimensional gana la batalla al tiempo continuo. Los ojos posan ante todos y cada uno de los asistentes al duelo. Afloran una serie de personajes que, tristes y enlutados, hacen rueda de respeto. Muy engolados, pero serenos. El blanco de sus gorgueras rizadas contrasta con el negro de sus tiesos jubones. En la capa llevan algunos bordados la cruz colorada de la Orden de Santiago. Admirable es la técnica de paños mojados, que acentúa la trasparencia, con la que está bordado la sobrepelliz de uno de los oficiantes, mientras un franciscano y un dominico rezan los responsos, y un monaguillo, el hijo del propio Domínicos Theotocopoulos, Jorge Manuel, mira “para la cámara”. Hay un cierto exacerbamiento de la silueta a lo que se une el proverbial estrabismo estético de este autor. La vida no es más que un perenne destello. Hace de preste oficiante don Diego de Covarrubias. En la pechera de la pañosa de los circunstantes se borda la cruz carmesí de los maestres de Santiago. Ni que decir tiene que estamos entre caballeros.


¿Podrá haber en el mundo algo más melancólico que un entierro?  Los dos frailes explican a la posterioridad el augusto suceso sin parar mientes en lo que acontece sobre sus cabezas puesto que ya va dicho que el Greco, pese a ser un pintor virgíneo, lo es más de la tierra que de los cielos. Toda su vida fue una ascensión incandescente hacia ese plano superior, un regusto por la quimera. Plasma el maestro con mayor acierto el cielo en la tierra que al revés, pues su realismo no le permite transubstanciar lo que sus ojos, poros del alma, no visualizan. De esta manera el ángel de la guarda llevando al cielo el alma del conde Orgaz, representada en la forma de un niño, es mucho menos creíble que las caras de los caballeros que asisten impertérritos al desarrollo del milagro. No cabe cosa tan extraordinaria en medio de un hecho paranormal. Tanta familiaridad ante lo no consuetudinario resulta francamente portentosa como si los circunstantes estuvieran habituados a vivir con el prodigio. Ninguno de ellos muestra ninguna sorpresa ante la presencia de los dos santos bajados del cielo para hacer las veces de enterradores. Estos son dos aparecidos y, sin embargo, su aspecto no puede ser más real. Acaban de irrumpir en escena un anciano obispo y un joven misacantano. Sosegaos. Sabe trasladar al lienzo la España de Felipe II en plena apoteosis de una ciudad: Toledo. El pintor, que borda primorosamente las fimbrias de sus ornamentos, pues ni la capa pluvial de san Agustín ni la dalmática del primer diácono dan pasmos. Tampoco se sobresalta al narrar los acontecimientos. La piedad melancólica es el hilo conductor del suceso narrado con toda la majestad pero al mismo tiempo con toda la sencillez. El Greco es el pintor del catolicismo universal al que aspiró España en su siglo de oro, en el que cupieran bajo la vara de Cristo sin exclusiones nacionalistas o chovinismos todos los pueblos. No puede haber entonces pintor más insigne de la ortodoxia. Que dos santos bajen del cielo para dar sepultura a un caballero que era legatario de esos ideales de universalidad nada tiene de extraño. La sociedad española a la sazón estaba acostumbrada a vivir con el milagro. El Entierro es la faz emblemática de todo aquel pensamiento. Ni ante la vida ni ante la muerte un hidalgo español ha de perder la compostura. Dicen que el enlosado de Santo Tomé al recibir la visita de los dos santos se llenó de fragancias celestiales, pese a lo cual todos los que asistían a la ceremonia permanecieron quietos, e impertérritos.

Entre los figurantes estaban don Juan de Austria, Góngora, los hermanos Covarruvias, el hijo del artista y el propio Greco que deja su firma estampada en griego en los vuelos del pañuelo de uno de los personajes, cabe la hopalanda.


No es un cuadro lo que pinta, sino una idea, un estado de ánimo. Estos caballeros, que se apiñan, circunspectos, con sus rostros ligeramente buidos por la tristeza, colmada de serenidad, ante la paleta del artista asisten ensimismados al portento. Héticos, silentes, con una punta de desequilibrio en el mirar ▬- ¿para dónde miran esos ojos que parece que están viendo lo que acontece más allá?-▬ los personajes que retrata el Greco bien pudieran ser alguno de aquellos hidalgos que vagaban por la Imperial Ciudad arriba y abajo de Zocodover y que para disimular el hambre, publicando que habían comido, salpicaban la barba de unas migajas de pan. Almas ardientes embutidas en estómagos vacíos, vivían una segunda vida interior, de absoluta indiferencia frente a las cosas de este mundo. El autor se desentiende de su obra y el Greco tiene poco que ver con esta austeridad. Sus biógrafos afirman que gracias a sus cuadros nadó en la abundancia y se condujo munificente como  Creso en una Toledo empobrecida y demacrada pese a ser entonces la corte. Murió arruinado y en la Ciudad Imperial las farras que se corrió y la fama de juerguista, cosa que poco tiene que ver con su arte, hicieron época. Es el pintor de cámara de la “dives toletana”[i] llevando una existencia regalada en aquel palacio de alquiler, que contaba con veinticuatro estancias, propiedad del quiromántico marqués de Villena, del que decían las crónicas que ni palabra mala ni obra buena. El tren de vida y la fastuosidad del candiota, que ganó muchos ducados pintando, casan poco con la  frugalidad de los personajes a los que traslada al lienzo. Todo arte emboza ya de por sí una contradicción. Aunque el Greco se asimiló plenamente a las costumbres y al espíritu de Toledo, identificándose con él, vivía como un veneciano. Incluso, contrataba músicos para que le amenizasen las comidas. Insistimos: la música es muy importante en la pintura solemne y celeste de este genio del cristianismo. No hay, según eso, una identidad plena entre retratista y retratados. Su forma de pintar es una manera diferente de entender el mundo, a través de esos semblantes con traza de llama, dotados de un singular dramatismo escénico.


El estrabismo estético del autor les confirma una alargadera que algunos atribuyen a determinado defecto óptico del propio Theotocopoulos quien, según referencias, en los últimos años de su vida cayó en la locura. Pero tal extremo no ha podido ser  probado y contiende con la envergadura de este griego transterrado que pintó Toledo como un verdadero sueño lunar bajo una luz lívida de ocres. Parece ser que la tesis sobre la enajenación mental del Greco se sustenta en haber pasado por la casa de locos del hospital del Nuncio de donde extrae los modelos para perfilar sus doce cuadros sobre el apostolado, cuadros conservados todos ello en el monasterio de las Pelayas de Oviedo. El Greco es un pintor de las almas y en todo alma hay un eco del infinito que se plasma en un cierto grado de enajenación.

Tuvo infinidad de detractores. El más insigne fue el propio Felipe II, todo un conocedor y en lides pictóricas peritísimo pero que nunca llegó a entender su manejo de los colores. Tuvo un pleito con el cabildo de Toledo porque en el Expolio, inicio de la pintura de la edad moderna, se resiste a pintar a las tres marías a longe, como nos relata el Evangelio.  De hecho, el propio monarca, que entendía de pintura, pero de gustos absolutamente convencionales, que no le permitía entender ni su estrabismo ni su tendencia a descoyuntar las figuras, como tampoco el áspero colorido con que formula las escenas de sus personajes atormentados ▬ el Greco es una sabia combinación de lo ponderado y de lo desmedido-▬, mandó que fuese colgado en la sacristía del Escorial el famoso  martirio de san Mauricio y la Legión Tebana encargando otro lienzo sobre el mismo tema y del que ahora apenas se habla a un tal Cincinatti. Este fracaso yuguló las aspiraciones del candiota a convertirse en pintor de cámara.

Pero él, pintor de eternidades, nunca podría ser un pintor de cámara al uso. No han comprendido sus detractores que era un pintor de eternidades. Su obra permaneció minusvalorada sin un reconocimiento categórico hasta bien entrado el siglo XX.


 

Domínicos Theotocopoulos ( lit. El muy hijo de la madre de Dios) nacido en Candía en 1541 hace honor al título de su apellido. Rompe con los moldes clásicos y ya en Castilla abjura de su romanismo y de su helenismo para erguirse en portavoz del tétrico y a la vez sereno misticismo hispano. En su obra se presenta una antinomia entre lo real y lo ideal. Y pinta a base de crueles borrones impresionistas, muy poco convencionales pero que son de un gran efecto sobre todo en los paisajes de Toledo bajo la luna, cuando la luz circunfleja y espectral se derrama hasta derrumbarse sobre lo gollizos y cuchillares del Tajo. El Greco es poesía marial, el triunfo del bien sobre las fuerzas oscuras. Manuel B. Cossío, su indiscutible biógrafo, señala que en el Expolio nace la pintura moderna. Hay en él un exacerbamiento de la silueta, por lo que resulta uno de los tres grandes retratistas de todos los tiempos junto a Leonardo y Velázquez. Exégeta de los paraísos perdidos viene de la filocalía de los bizantinos. Es su obra de un platonismo excéntrico y de un cristianismo melancólico. El Greco en España  se desentiende de sus maestros venecianos y queda transfijo ante los iconos fanariotas que lo vieron nacer. El resultado de esta mezcla de sangres es algo profundamente español: sus cuadros se entienden mejor mientras se escucha en lontananza a los coros del monte Athos. Carece por ejemplo de la desesperación y pathos del arte protestante. De Rembrandt pongamos por caso. Desconoce, asimismo, las estridencias de los bufones. Es un arte enteramente aristócrata, pero de un exotismo criollo, por lo de mezcla de credos, cuasi abrazador. Hasta en los locos del Apostolado se deja translucir un poso de cordura. Supo pintar a los locos de Cristo. El Caballero de la Mano en el Pecho y el busto de san Juan de Ávila refrendan ese supuesto. Arte incorrecto que rezuma corrección. Pinta las esencias, va al grano. Por eso se denomina pintor de pintores. De la vida del greco-chipriota poco es lo que se sabe. Que provenía de una familia de recia estirpe cristiana que huyó de Constantinopla el año de la invasión de los turcos, 1453. Que antes de afincarse en Toledo, donde se casó y tuvo un hijo, Jorge Manuel, anduvo por Italia aprendiendo dibujo del Tizziano y de Rafael. Que supo transmitir al lienzo toda la carga de grandeza del alma de Castilla. Que tuvo muchos pleitos con el cabildo de la catedral, con la dirección del Hospital de Illescas por cuestiones que no hacen al caso y que murió en Toledo en 1616.


10.

 

 

 

 

MURIÓ LA HIJA DE FRANCO.

 

 

Ha fallecido hoy en Madrid Carmen Franco la única hija de nuestro Caudillo. Era todo una señora de Oviedo que aguantó con dignidad y elegancia (esa elegancia ovetense) los enconos, procacidades, calumnias y vituperios de la prensa cañonera manejada por aquellos que no perdonan el que su padre dejase una España en paz, económicamente fuerte, moderna y en progreso. Hablé con doña Carmen en una cafetería de Reina Victoria hace quince años para hacerle entrega de mi libro "España y Sefarad un amor secreto". Me dio las gracias pero me hizo a entender que ella era tan solo un ama de casa corriente y me citó una frase de su padre "yo no me meto en política". Había estudiado yo mucho de su vida y le recordé aquel gran reportaje en la revista "Life" cuando aparecía en el regazo del Caudillo vestida con un traje blanco de encaje. Era el amor suyo y la llamaba la "Morucha". Hizo la guerra en una ruló en la cual Franco había establecido su cuartel general poca comodidad pero mucha dignidad y austeridad que le caracterizó. Le gustó mucho la noticia que yo había extraído de los periódicos de la época contándole las incidencias del noviazgo de su papá. Los Polo consideraban a don Francisco "el comandatín" poco partido y éste para impresionar al personal marchaba por la calle Uría a lomos de un caballo blanco, luciendo su flamante estrella de ocho puntas y las espuelas de plata, para impresionar a su prometida. "Yo sólo vivo para mi Paco" declaró ésta alguna vez en recortes de prensa que acribé en mis tiempos de hemeroteca y cuando le convocaron al Tercio poco después de su matrimonio en la iglesia de San Juan: "Otra vez empieza la música". Le aguardaban sus soldaditos del Rif. "Las balas son como las cartas llevan tu nombre y dirección cuando llegan abrirlas es tu obligación" Y le pegaron un tiro los del Abdel Krim en el vientre. Le daban por muerto pero él tiró de pistola y apuntando al capitán médico con el arma requirió ser trasladado al botiquín de campaña. Un tiro en el vientre era muerte segura, pero el comandantín tenía "baraka" y un valor más allá de lo que se supone a uno de infantería. Visto lo cual, los moros de su harca le consideraban como un dios. y esa baraka salvó a España. Carmen Franco por aquello de honra merece el que a los suyos se parece había heredado de su padre la valentía. "No tengo miedo a la muerte, la vi el rostro muchas veces", confesó en unas declaraciones al cabo de ser desahuciada este verano de los médicos por su cáncer terminal. Se negó a ser intervenida quirúrgicamente. He ahí otro gran detalle de su arrojo. Ella los tenía bien puestos lo mismo que su progenitor. Y esta es un detalle que se les pasará a los informadores carroñeros que hozan y meten el hocico en la cadaverina de la actualidad. Carmen Franco Polo y Bahamonde descanse en paz.

 

11.

 

 

 

 

 

 

MENENDEZ DE AVILÉS ERA CUDILLERENSE

 

Una de las mayores sorpresas de mi estancia en EE.UU fue comprobar la admiración que el pueblo norteamericano (otra cosa es el gobierno) sentía hacia la gesta de los conquistadores hispanos desde Oregón hasta la Patagonia.  Tanta fue esa admiración hacia el imperio de Carlos V que los norteamericanos imitaron el emblema de los Reyes Católicos como divisa del escudo nacional. Pintaron en vez del águila  de San Juan el  águila calva de las Rocosas y el epígrafe de una grande y libre la transformaron en el lema “ex pluribus unum”─ somos uno de muchas partes─  Y el yugo de la labor y las flechas del poderío  hispánico lo convirtieron en una aljaba con tres dardos apuntando al vacío. Siempre agradeceré al pueblo norteamericano las atenciones y cuidados que tuvieron para conmigo y mi familia. Soy admirador de su gran idioma, como Licenciado en Filología Inglesa, de su literatura, del pragmatismo de sus costumbres, del amor a su bandera que cuelga a la puerta de todas las casas  y sobre todo de su gran periodismo y, aunque algunos me hayan tachado de anti-yanqui, ellos saben muy bien que eso no es cierto, porque mi lema el que se ha apropiado Trump: American first, que yo digo Spain first, radica en la libertad de opinión, regla sagrada del First Amendement de la American Constitution. Allí la mente es libre y diferentes los pareceres pero si violas la ley vas para chirona.
Y digo esto sin perjuicio de parte, a rebufo de la llegada de los nuevos hispanicidas de dentro y de fuera, que los servicios secretos de la CIA describen despectivamente como “adoquines” y “bricklayer”. 
Algunos de esos gastan coleta y van de rufianes por la vida, ignominioso apellido y denigrante profesión. Pero los consideran los tontos útiles de cualquier movida y acción exterior. Un americano de buena ley siempre se cuadrará ante un patriota español que defiende a su país con razón y sin ella tratando de desenmascarar las perversidades de la Leyenda Negra. Eso lo entienden muy bien los norteamericanos. La proeza de Menéndez de Avilés que a mí me parece que era pixueto porque su casa solariega todavía guarda el escudo de los Menéndez Merás─ Palacio Valdés tiene un cuento precioso sobre la acción del último heredero de la dinastía que un día sube a una barca con la piedra esculpida de su blasón familiar y lo tira a la mar─ justo en la misma ribera y el embarcadero, en la ensenada del puerto queda ahí para los siglos futuros aunque, por desgracia, se haya negado a las nuevas generaciones el conocimiento de aquella aventura que llevó nuestra cultura española al nuevo mundo bajo el pendón de Castilla con soldados y marinos vascos, leoneses y andaluces, murcianos y catalanes.

Ellos, los gringos, tuvieron otra conquista la del Oeste pero fue de otra manera y con más medios técnicos, una vez inventado el revólver y los cañones del quince y medio. Y su expansión hacia el Oeste se llevó a efecto sin mistificaciones de raza o religión. Deconocían las leyes de indias. El mejor indio es el indio muerto, a decir de las huestes Colt en ristre de Búfalo Bill.
El temperamento inglés o francés es muy diferente al español. Claro que los Sioux eran tribus dispersas y no representaban imperios como el de los incas, aztecas y araucanos.

Fueron miles de kilómetros recorridos en climas muy extremos y la hazaña sólo se explica mediante dos conjeturas: la aparición del caballo y la artillería ligera (arcabuz, culebrina, lombarda frente a los arqueros indios.) Así como un milagro del Altísimo porque a aquellos aventureros les movía la fe en el Salvador.

 Pero hubo otra razón la más poderosa: el mestizaje y la buena disposición para confraternizar con aquellos hombres y mujeres que andaban desnudos por el bosque los cuerpos y las caras pintadas, practicaban a la antopofagia, el sacrificio de seres humanos, no trabajaban y se exterminaban unos a otros en contiendas tribales pero eran   hijos de Dios y redimidos por la sangre de Cristo para los españoles.

Don Pedro fundó en la Florida dos ciudades San Agustín y San Mateo en honor del patrón ovetense y, según cuenta Gonzalo de Solís, esta plaza se rindió a los ataques de los apaches. Los hombres fueron degollados pero se respetó la vida de las mujeres y de los niños.  Transcurrido más de un lustro, regresaron los españoles al lugar y el cacique les recibió de manera amistosa. Los convidó a cenar y danzar en torno al fuego después de fumar la pipa de la paz.

Acto seguido, ofreció al recio soldado praviano  una de las esposas de su harén para holgar con ella en virtud del privilegio salvaje  que aun mantienen algunos pueblos esquimales del “jus primae noctis”, el mayor cumplido que se podía realizar en obsequio de un  huésped recién llegado. La respuesta del conquistador fue tajante y casi admirable por lo insólita:

─ Soy un hombre casado y nosotros los cristianos usamos de ese privilegio sólo la noche de bodas después de haber sido nuestro matrimonio bendecido por Dios.

Cuesta un poco creer tal respuesta en boca de un capitán de los Tercios del rey de España, pero conviene recordar que el invitado era un caballero adherido a las reglas del honor y del respeto a la mujer y que había velado las armas y recibido el toque de varas de la caballería andante. Casualmente los cronistas de Indias destacan con respecto  a tal punto las siguientes consideraciones:  otra actitud menos trágica y más casual en relación con el sexo; la belleza y la alegría de aquellas vírgenes no sé si necias o prudentes pero tan “hospitalarias” y dispuestas a hacer un favor a aquellos hombres de a caballo que venían buscando las fuentes de la eterna juventud en el siglo del amor que fue el del XVI que decían si Manitú nos lo dio es para que lo utilicemos. Aquellas tribus a la cópula conyugal la desligaban de cualquier aspecto morboso y lo consideraba un hecho fisiológico sin connotaciones peyorativas y bien se conoce que no tenían miedo al infierno del que tampoco habían oído hablar. Algo de poca importancia. Los encantos de la india Malinche a los que sucumbe el bellotero Hernán Cortés determinaron el éxito de la conquista azteca. Ahí estuvo la clave del criollismo, de la mezcla de razas, llevada a cabo por aquellos esforzados caballeros andantes de Carlos V que saltaron hasta la otra orilla del charco desde las páginas del Amadís de Gaula. Muchos historiadores negacionistas o de aluvión quisieran ningunearles tal éxito, en el deseo de que su hazaña no se hubiese producido, pero el gesto quedó ahí para gloria de un rey y una fe que defendieron con su sangre. Pedro Menéndez de Avilés cudillerense de pro pertenece al cupo de los aguerridos hidalgos.

Cañaveral donde siglos adelante habría de dar comienzo la carrera del espacio fue la primera tierra enjuta que toparon los galeones del Descubridor de la Florida. El problema era la carestía porque pronto se acababan los bastimentos que traían de la Península. Los indios navajos les enseñaron a cazar puercos con flechas enherboladas. Cuando no había carne la dieta consistía en palmitos e hicacos (cocos) pero siempre la amenaza era el hambre, el paludismo aparte de los franceses de Juan Girao que les atacaron en su fuerte de San Agustín.

Otro renglón nada desdeñable con que hubieron de enfrentarse eran los elementos del nuevo mundo: los ciclones y temporales de esta zona de la Bermuda donde misteriosamente desparecían los barcos y siguen perdiéndose los aviones. Sin embargo, era gente de una profunda fe religiosa aunque en lo moral su conducta no fuese del todo cabal. Se hacían la guerra mutuamente (el morbo visigótico o mal de los godos la envidia lo exportamos al nuevo mundo) sin embargo, lograron entablar buenas relaciones con los indígenas. A don Pedro los caciques lo veneraban como a un Dios cuando lo veían montar a caballo. Al cabo de una navegación en zozobra, si desembarcaban por fin en la playa, allí mismo mandaban los conquistadores españoles decir misa a los frailes y cantaban el Tedeum. Los cronistas de indias hacen gala en sus libros de una prosa  concisa y circunspecta donde se narra de forma impávida los feroces acontecimientos y penalidades que hubieron de atravesar los quinientos soldados y naos que siguieron al Adelantado para colonizar la región. Su enfrentamiento con los soldados del rey de Francia Francisco I fue a muerte. El desalojo de los luteranos estuvo impregnado del espiritu sangriento de la Noche de San Bartolomé pero el drama terrible de las guerras religiosas que habían incendiado el Viejo Continente y que los españoles pretendían evitar en el Nuevo, amenazaba con reproducirse.

La mayor parte de la guarnición ▬unos 550 asturianos y vizcaínos con unos cuantos castellanos de Tordesillas componían su alarde▬ que acompañaba al prócer asturiano eran veteranos de los tercios de Flandes. Tenían que vérselas con los corsarios ingleses y franceses navegando el mar de las Antillas la costa de Sto. Domingo Cuba y el canal de la Bahama. Tuvo que atender a un motín a bordo y sofocarlo en su capacidad almirante de la armada. El sedicioso se llamaba Juan de la Parra, segoviano, al que un sobrino del Adelantado, Pero Menéndez Marqués, mandó colgar de una gavia del palo mayor. Entretanto, dejándolo de lugarteniente embarcó en una carabela rumbo a Puerto Rico para hacer la aguada y cargar cazabe galleta  y carne.

Esto acabado, despachó a su sobrino Pedro Menéndez Marques a España para que informase al rey Felipe II de los acontecimientos. En marzo de 1566 por unos exploradores llega a sus oídos la noticia de que en una reserva había un grupo de cristianos como un centenar de hombres y mujeres a los que los indios había esclavizado y vivían como animales salvajes. Eran españoles y su capitán Diego Maza acercó hasta el sitio al bergantín del Adelantado. El cronista Solis de Meras describe así el encuentro:

Españoles hermanos nuestros sean bien venidos en nombre de Dios y de Santa María y me mandó mi capitán esta carta que os traigo… “Y el mensajero que venia agrega el relator de estos hechos ▬ estaba desnudo el cuerpo pintado hecho indio y con sus vergüenzas cubiertas

 

Se alimentaban de tasajo, gallinas y curadillo pues enseñaron a los indios a adobar el pescado. Los indios Saturiwa que andaban en pelotas por el berral las caras y los culos pintados las mujeres se escondían cuando llegaban los misioneros al poblado les enseñaron el arte de navegar en canoa y fue así como comenzó el piragüismo, ese deporte tan asturiano, aunque ya los ingleses lo practicaban cruzando el Támesis en traineras. La vida del Adelantado de la Florida don Pedro Menéndez de Avilés es una crónica maravillosa de viajes, caminatas, hambres desolaciones, traiciones y concordias. Entre los aborígenes había etnias como los Saturiwa que se declaraban amigos pero otras ▬ los Timicua ▬ les acogían disparando flechas envenenadas incendiando fuertes y recintos. Fue una larga y cruel aventura pero siempre maravillosa. El adelantado de la Florida todo un lobo de mar y uno de los marinos más prestigiosa de aquella edad cuando España era la primera potencia marítima del mundo gozaba del mayor prestigio en la corte de Felipe II. Lo certifica el hecho de que empuñó el timón de la nave capitana de la escuadra que condujo al rey en su vioaje nupcial a Inglaterra a casarse con la hija de Enrique VIII en Westminster.

En 1574 es nombrado por el monarca capitán general de la Escuadra, cargo que no pudo ejercer pues al poco muere de tabardillo en Santander. Felipe II traslada el mando de la fuerza naval a don Álvaro de Bazán. Este se encarga de prevenir la flota para ir contra los ingleses. No se logró porque también fallece don Álvaro de Bazán y ha de ser sustituido a toda prisa en el mando por su maestre de campo el duque de Medina Sidonia. La conquista de la Florida y la expulsión de los hugonotes del territorio fue realizada a partir ded Cabo Cañaveral  y de Miami entre los años 65 y 67. Los españoles tenían por base de avituallamiento el morro de la Habana, Puerto Rico y la isla de Santga Elena así como Santo Domingo. Hubo muchas fatigas y no pocos sobresaltos. Algunas naos se perdieron al surcar las aguas malditas del triangulo de la Bermuda. El adelantado tuvo que sofocar a sangre y fuego la rebelión de algunos de sus capitanes como Martin de Rescalde o la incursión de hordas de indios enemigos       que asolaban las pallozas cubiertas de poalmitos y raptaban a las mujeres cristianas. Esto permitió el mestizaje. De esta manera nació el criollismo al que hoy recuerdan y agradecen los pueblos de las Antillas.

En 1574 zarpa de la Habana “y con prospero viento navegó 72 leguas y en el Cabo San Vicente topó con fustas de moros pero pudo llegar sin contratiempo a la Coruña el día de san Pedro. Dos naves de pabellón francés y una fragata inglesa le daban caza pero trató de burlarlas y tuvo el viento tan próspero que en aquel mesmo día entró en la bahía que llaman de Artedo donde estaban  surtos  diez navíos los cuales cuando vieron aquella fragata de nueva invención que parecía de turcos desampararon sus navíos y huyeron al monte… a las diez de la noche, al acercase un batel de reconocimiento,  los hombres de mar y la gente de guerra les grita que allí venía el Adelantado de la Florida don Pedro Menendez de Avilés. El capitán mandó izar el guión de Castilla de damasco carmesí y una bandera de campo y tocar clarines. Los  de  los bateles temiendo fuesen corsarios no se cercaron. Eran marineros portugueses y una nave oneraria cargada de hierro y madera. En esto, el Adelantado y los suyos se hicieron a la vela desde Artedo, entrando en el puerto de Avilés al cabo de dos horas donde fueron recibidos por el alcaide de Sabugo con gran regocijo, se tocaron las campanas y la población acudió a un solemne tedeum en la iglesia de San Francisco. Hacía 18 años que no veía a su mujer doña Ana María de Solís”.

De esta forma circumspecta y con prosa notarial levanta acta del regreso del navegante a su tierra. La familia, como arriba se dijo, proveería del solar de Santa Paya al lado de Pravia pero tenía abiertas otras casas en Grado, Oviedo y Avilés concretamente en el barrio de Sabugo. Todas ellas han desaparecido. No así la de Cudillero, que permanece, ubicada mismamente donde hoy se expende el pescado más fresco del concejo.

Cabe destacar las relaciones del Adelantado con la Concha de Artedo, un excelente puerto natural de mucho abrigo y buen calado de donde zarpó el año 64 y donde quiso, de regreso, ponerse al pairo para despistar a los piratas ingleses que iban tras de sus pasos. El cariño hacia este lugar donde aprendió a navegar en su niñez don Pedro lo destacan sus biógrafos don Gonzalo Solís y Merás y el historiador y catedrático Gómez-Tabanera en su obra Pedro Menéndez de Avilés y la conquista de la Florida en 1565 de cuyo memorial extraemos algunos de los datos al respecto; con aportaciones de nuestra cosecha que hemos puesto negro sobre blanco en este articulito para que sirva de testimonio a las próximas generaciones. Los restos mortales del Adelantado se veneran en una lauda mortuoria sita al lado del Evangelio en la iglesia avilesina de San Nicolás

 

12.

 

 

PERIODISTAS DEL ARRIBA

 

 

 

Soy periodista me rindo. Como tal me hice en Londres y en Nueva York leyendo el Times el Daily News y el Mail pero mis grandes maestros a los que debo mi ser y mi forma de ver la vida fueron falangistas gente muy patriótica y más de izquierdas que muchos que se decían defensores de la clase trabajadoras: Agustín de Foxá, Eugenio García Serrano, Donato León  Tierno, Antonio Gibello, Ismael Medina. Rodrigo Royo, Emilio Romero (Capmany; Capmany era un murciano de mal vivir algo fulero) Cristóbal Páez Julio Merino el gran cordobés, Eugenio  D´ Ors, Eugenio Montes, Pérez Embid pero sobre todo García Serrano la mejor pluma y uno de los periodistas mas bondadosos que he conocido.

 

Dios los tenga a todos en el cielo y espero que allá exista un redacción como aquella de Castellana 142 con el chocolate del loro...

 

 Aquella representación de la calle Larra no la conocí pero todos hablaban del loro que vigilaba los pasos de aquellos "plumillas" y ya aleteaba entre las mecanográficas sonoridades de las maquinas de escribir echando humo y los teletipos bufando era el chocolate del loro. Café para todos que dijo Adolfo Suárez.

 

Grandes corresponsales como Tomas Salvador o Pombo Angulo que narró la caía de Berlín e Ismael Herraiz testigo de cargo del magnicidio del Duce y la entrada de los americanos en Roma dejando una estela de corrupción violaciones muerte y hambre que dominaron la novelística de Curzio Malaparte.

 

Víctor de la Serna el hijo de Concha Espina un santanderino de rostro agradable lo conocí en Nueva York. Fue uno de los mejores editorialistas de este país. Ellos eran periodistas y escritores de primera línea que venían a rescatar la gran literatura de la España Imperial aunque honrasen a Larra profeta de nuestros males y al que glosaba José Antonio "Amo a España porque no me gusta".

 

Mis profesores, sin embargo, de la Facultad de Periodismo eran todos de la Santa Casa la primera antes de Mateo Inurria estaba situada en Alfonso XI. Tenían capilla particular y de ahí su nombre de Santa Casa. Todos los redactores, algunos de comunión diaria, estaban obligados a asistir a la misa dominical a las 12 de la mañana.

 

ABC por su parte era comida aparte. Logré colocar allí un artículo sobre Arturo Koestler. Era el periódico más antiperiodístico del mundo y el mas periodístico de España. Famoso por haber traído a Europa el huecograbado tipo revista en cuadernillos.

 

Me he cuadrado en el gran reportaje y en la crónica del extranjero a lo Julio Camba.

 

Ahora, pasados los años releyéndome, mis crónicas veo que eran glosas o croniquillas de aquella Inglaterra y de aquellos EEUU que me tocaron en suerte. Hoy ya no existe ninguno de aquellos países. Es el todo o nada de la filosofía de la globalidad. Entonces había líneas intermedias de matices grises. El mundo era un poco menos contundente y más reflexivo menos violento quizás y menos revanchista. A los periodistas falangistas se nos permitía la ironía, el anticlericalismo y el lirismo. Los de la Santa Casa eran más sesudos.

 

Les faltaba sentido del humor. Actualmente eso es poco menos que imposible, las libertades democráticas son a cara de perro y no saben reírse de sí mismos. de ahí que no haya cosa más aburrida que un editorial del Daily Telegraph o del País o del Mundo Mundial.

 

Tales considerándos aparte, el cardenal Herrera Oria fue un gran hombre y un breakthrough. Un hombre de iglesia que hoy estaría desaparecido pero que honró a toda una época de magistratura eclesial. fue el gran creador de la Biblioteca de Autores Cristianos.

 

Fue un vocación tardía que se ordenó de cura en Friburgo a los 54 años. Quiso adaptar el catolicismo al mundo moderno con una nueva mística social. Creo que fracasó. el buen cardenal Herrera con toda su buena voluntad no hizo caso de la advertencia de Jesús: "mi reino no es de este mundo" y es el lado poco firme que descubre el talón de Aquiles de los curas modernos.

 

Creo que hay dos clases de periodismo el polémico y el apologético. Yo no explico nada y siempre suelo ceñirme a la imagen y a los hechos. La realidad se explica por sí misma si la enfoca con la lente idónea y no se deforma el campo de visión Uno en su modestia comulga de ambas vertientes y mi lema fue un proloquio latino "suaviter in modo fortiter in re" he podido naufragar entre el tropel de alárabes incultos, la tropa y la tribu y el periodismo navajero de la Cuatro o Telecinco lleno de estraperlistas de la información convertida en una crónica negra y una eterna pagina de sucesos y de saltos de cama. La cretinización y la barbarie jugando a la taba por las ondas y por la red.

 

Pese a ello no reniego de mi profesión. Internet me ha convertido en un verdadero maestro en el oficio. Hay que tirar pa alante y no rendirse jamás. Moriré con mis dedos entre las teclas de mi ordenador y a los borregos y borregueros que les den...

 

 

 

 

 

 

CAMÓN AZNAR AUTOR DE UNA GRAN NOVELA

 

SOBRE LA VIDA EN ASTURIAS PASADO EL TERROR DEL AÑO MIL.

 

 

 

Por Antonio Parra Galindo.

 

 

 

X

 

Cosa cierta es que los seres humanos tenemos una querencia espiritual y afinidades misteriosas que nos conducen por una vereda determinada, por unos derroteros tan diversos e inextricables como pueden ser la trasmigración de las almas, las coincidencias en los paisajes, la comunión estética o la participación en unos mismos afanes políticos. Hay que hablar de la polaridad, de la atracción de los cuerpos pero también se da un irrefutable magnetismo entre las almas. Al entrar aquí habría que explayarse en tratar todos esos vértices esotéricos que no explican del todo pero que en cierta manera coadyuvan a vislumbrar algo del misterio del cristianismo, la más verdadera de todas las creencias y la más perfecta dentro del piélago de dioses falsos a los que la humanidad adoró siempre.
Se nos ofrece pues una metempsicosis intelectiva que nos instala en un grupo o en una capilla específica, pero nuestros maestros, nuestros profesores marcan las almas. Ellos fueron la antorcha que guía y su voz resuena en nosotros de por vida porque los ecos de su voz no conseguirá extinguir la muerte.
Camón Aznar fue profesor mío de Arte, recuerdo con fruición y embeleso aquellas clases en la Facultad de Filosofía complutense de ladrillo rojo y de planta funcional en los inicios de la década prodigiosa de los sesenta. El aula donde impartía cátedra este aragonés con aires de despiste nacional daba vistas a la Sierra de Guadarrama so un jardín de rosales y cedros y la diafanidad toda de Madrid envolviéndonos, cobija de amor y de sabiduría, esa luz cruda y entusiasmada, aires cortantes de cuchillo, ese viento de Madrid que mata un hombre y no apaga un candil que tanto miedo en el cuerpo le metía a Clarín al que hoy recuerdo a los cien años de su muerte, se nos fue un día de Corpus de 1901, y un mal aire que se le coló de rondón por la barriga, un mal aire de Madrid, acaso un berrinche, se lo llevó a tumba en Oviedo una mañana en que cantaba el raitán en su pomarada. También Clarín ha sido en literatura mi parangón. Su prosa calada de belleza encuentra un eco en la de este aragonés trasmontano y cuya trayectoria vital tanto tiene que ver con Asturias.
Siempre que bajo a San Martín poso en la tienda de mi amigo M. Méndez Vigo, el hábil Manolín con sus manos que todo lo componen y cualquier artilugio reparan, perito en amistad y sobre todo gran ingeniero del alma, que está frente por frente de la casona que tenía Camón en ese valle de Luiña cuyos paisajes saltan a sus páginas porque se enredaron en sus sueños porque también a él Asturias se le coló de rondón en el alma con la magia indeleble del "culiebre" y quedó prendido de la canción de los labios de una xana.
Es una casa de planta moderna de tres pisos, galerías acristaladas. Palmera real da escolta a su antojana y de estilo funcional. Cupiera suponer que uno de los hombres que más sabían de arte románico y mejor lo explicaron habitase una de aquellas casas blasonadas con portón y estragal, balcones corridos, hastial de piedra que se dan tanto en el país, los que describieron nuestros clásicos del XIX. Pero no; prefirió la modernidad y el confort indiano. Él era un hombre austero y de costumbres sencillas, adusto en apariencia como su cara. Tenía un rostro que de tan trágico resultaba lo puramente español y sus ojos delataban a todas horas embeleso y pasmo. Dicen que uno continúa vivo hasta que le abandona la capacidad de asombro, el espíritu de curiosidad y Camón hasta el último huelgo la mantuvo consigo y nos la comunicaba. Su mirada bajo el arcosolio de aquellas cejas tan pobladas y negras, palio de curiosidad y de asombro que se asomaban cada día a un mirador cósmico, estaba siempre como huida pero atenta siempre denotaba esa sorpresa del que descubre e investiga, pescador de belleza en ubérrimos caladeros ocultos a la mayor parte de los mortales. Tenía el alma de llama y las espaldas algo cargadas del hombre estudioso, luego cuando se le trataba al viejo profesor larguirucho resultaba un hombre cordial, algo burlón, daba gusto oírle contar chistes verdes y chascarrillos en la fabla de Aragón. Se podía explicar al Greco mirando para el profesor Camón cuando acometía la exégesis del pintor toledano escanciando imágenes con aquella voz rajada que él tenía y tratando de asir lo inasible con aquellos dedos lardos como flecha apéndices de sus manos enormes, casi de cantero medieval con que accionaba durante la disertación. Algo estevado y con inclinación de hombros. Muchas horas sobre el pretil de un códice asomado a esos ventanales panorámicos de los sueños que son los libros. Nos parecía que el profesor se nos iba por las ramas y que siempre parecía venir a clase con resaca como flotando entre las gasas de una gran borrachera mística. Flotando. Eso. Al andar parecía que flotaba él tan habituado a conversar con los ángeles de piedra y a extasiarse ante las gárgolas habitando la región de los pináculos cósmicos. Sin embargo, conocía muy bien la tierra que pisaba. El Camón íntimo no tenía nada que ver con el Camón oficial, hermeneuta de los ángeles románicos, artista de la palabra, que parecía recién caído de un guindo por sus aires despistados y geniales o escapado de un códice cálamo en ristre.
Había en él como resonancias magnéticas de un trasmundo inabarcable. Era uno de esos hombres a los que encontramos por primera vez y su "cara nos suena" acaso de haberla visto en una existencia anterior. Ese mesmerismo es el fautor del arte, el que carga la turbina de la cultura puesto que la cultura se produce por asociación de ideas y es la resultante de un proceso de bilocación. Dios existe y Cristo está en la historia pero su santidad y su presencia es otra muy diferente a como nos la presentan todos aquellos cuyo todo y único afán ha sido apropiarse de su figura. No conviene darse muchos golpes de pecho ni exclamar "Señor, Señor". Los fariseos no entrarán en el reino de los cielos. En Camón yo llegué a entrever la existencia de un Cristo que se acercaba a la noción platónica de la divinidad. Todo lo de acá abajo es un calco imperfecto de la perfección que está arriba. Pero como Dios no es unívoco y san Anselmo ya lo definió utilizando un proceso silogístico de exclusión para adecuarlo a nuestra capacidad precario, como lo que no es, ni mortal ni finito ni visible, etc., tampoco a Cristo hay que contemplarlo desde un ángulo unilateral. Por eso hay un Christus "músicus", un Christus "praedicator" y otro "praedicatus", un taumaturgo, un demiurgo y un reo, un resucitado y un perdedor, el de la Ascensión y el de la bajada al sepulcro, un sembrador de parábolas que tuvo que emplearse con el látigo contra la "raza de víboras" y otro que fue escupido y azotado, un Cristo manso y un Cristo arquitecto y un Cristo poeta, y otro profeta, pero todos estos conceptos siendo análogos no son idénticos como tampoco es unívoco ni equívoco ni idéntico a fuer de universales la idea mariológica que viene a concretar y completar la visión cristológica como dos ramas de un mismo árbol, y para entender el arte y la teología hay que estar acostumbrado a moverse por el ámbito de la exposición conjunta. La edad media prefiere presentarnos al Mesías como el gran triunfador, el Juez grande que se sienta en la silla de la majestad mientras el barroco se inclina por el Varón de dolores pronosticado por Isaías (otra versión diferente del mismo Dios real). La fe tiene sus lados sombríos. Es una cosmogonía acercándonos a todos estos misterios de lo trascendente de la gracia santificante. El arte en la medida que trata de explicar esa tutela sin tregua de la divinidad sobre el hombre que le sirve de refugio y amparo en su caminar a oscuras por el mundo de esta forma apoda y acoda a la teología. La existencia humana viene a ser como una gran romería jacobea del principio a final. Esta es la idea matriz de esta grandiosa novelita del profesor Camón Aznar. En vida no fue tan famoso como insigne, aunque debemos declarar aquí que eso del "famosus" tiene en Lat. Matiz de deshonra (no van descaminados pues los que usan la palabra con tanto albedrío), este medievalista de talla cuya obra poco conocida rinde homenaje al saber en libertad. Personalidad fascinante algunos de sus artículos de ABC han de considerarse de florilegio. Yo recuerdo aquella tercera del órgano monárquico - nada tiene que ver con el monarquita de hoy-de la calle Serrano en el que escribían mano a mano los Pérez de Ayala con los Azorín, los González Ruano con los Pío Baroja o el Ortega de la última época. Firmas triunfales. Festines auténticos de la literatura. La de Pepe Camón era una estrella con luz propia en aquel firmamento de estrellas del que sólo nos quedan hoy postes de la luz y jarrillas, mucha jácara y mucha paja debajo de nombres promocionados, novelistas de designación reconducidos de lo negro a lo blanco, ha estallado la bomba de mano de la vulgaridad, sus libros se nos caen de las manos de tan políticamente correctos como van. La crítica los acoge con palmas de tango a todos los "hit" y a todos los "must" que en tongo se deshebran pero hoy la crítica está reconducida y manipulada por amiguetes a los que las casas de contratación de la cultura sobornan previamente. Como van de trapillo a la televisión a comparecer ante el ratón de bibliotecas emblemático tránsfuga que mira por encima de sus lentes de inquisidor y detrás del atril de diserto parece una trinchera a punto de hacer fuego con una de avancarga y luego vaya y sonría con cara de conejo. Pero estos son los toros que hoy hemos de lidiar en este coso. No hay más cera de la que arde. Hay que escribir a cara de perro para hacerle una higa a ese carajo esperpéntico de lo "deja vu".

 

Un crítico era Clarín y un crítico como Dios manda era don José Camón Aznar. Prosaba con magnificencia y maneras elegantes de cardenal renacentista, manaba su palabra por aquel chorro de voz baturra y que luego se transformaba en melodía cuyos ecos acariciaban los arcos formeros de un empino de bóveda de cañón. La impostaba porque había algo en su persona de hierático perfil sedente, la majestad del pantocrátor. Nadie ha explicado el misterio del arte de Jaca en sus boceles, impostas, lucernarios, balistarios, ese mundo fantástico de los bestiarios cincelados sobre la piedra fabulosa con tanta solercia y cacumen como él. Era un especialista inter alia en códices medievales. Los beatos iluminados del arte asturiano nos van a llevar al arte románico que surge como una agradecimiento arborescente hacia la persona de Cristo cuando pasa el terror del milenario. Contrariamente a lo que se ha venido diciendo los capiteles románicos con sus endriagos y harpías, hipogrifos y dragones alados, reflejan ese amor a la vida en el reencuentro con la naturaleza.

 

X

 

 

 

Hay que retrotraerse a la mentalidad del año mil. Camón era un especialista en el siglo XI. El pavor del milenio igualitario lo refleja en una de las más grandes novelas cortas que se han escrito en los últimos lustros En la cárcel del Espíritu. Es la historia de un monje bávaro que como expiación de un pecado cometido cuya evolución de psicológico refleja el autor con pluma digna de Dostoievski - es un pecado contra la fe, la caída en la sima de la desesperación, la gran aliada de Satanás para penetrar en el corazón de aquellos a los que quiere perder, desesperación que define por otra parte a nuestra época- se embarca en una peregrinación hacia Compostela. No llega a su punto de destino. Fray Lázaro viene a morir en un albergue u hospital de peregrinos en Soto de Luiña y que todavía sigue funcionando. Miguel Ángel, el del bar de la plaza al que llaman el diácono, sigue examinando credenciales y estampillando avales a los que pernoctan en el refugio con el mismo rigor y sentido de la hospitalidad cristiana con que lo hacían aquellos ostiarios de las posadas del Camino Francés.

 

El autor parece que tiene delante el hermoso paisaje de las Luiñas a la hora de escribir el libro; en los primeros párrafos habla de un "lugar en la llanura, rodeado de bosques y ceñido por la curva de un río" y trata de reflejar sin entrar en detalle cómo era la vida de un benedictino (¿Benitos o monjes blancos? Los benedictinos hacían vida comunal mientras los bernardos dormían en crujías o dormitorios corridos. Es el único anacronismo que encuentro en la obra, error mínimo).

 

He aquí una sala hipóstila. Los lechos eran esteras, el refectorio alargado con el púlpito empotrado en el muro. Mística y casta serenidad trasminan las páginas de "En la cárcel del espíritu". Es un viaje a un claustro donde el tiempo se amansa y donde vemos a los pendolistas de bruces sobre el pupitre del manuscrito en el que laboran con un pincel en la mano "que cae sobre el pergamino con la levedad del copo de nieve". Describe la sala capitular siempre resonante de discursos y la iglesia como un trasunto de un cielo humano y dialéctico con arcos que son como respiro de los espacios y pinturas que concretan los pensamientos inmutables. Es un lugar habitado por monjes descarnados de grandes ojos redondos que ocupan un espacio pero que no habitan en el tiempo, esqueletos de ideaciones apocalípticas. Cada vez que el sol enrojecía las gentes iban a encontrar refugio a los montes porque detrás de la sombra se percibía la silueta del dragón, observa el escritor corroborando al propio tiempo lo siguiente:

"En la crisis milenaria hasta las iglesias se vaciaron. Cada hombre arrastraba con su sombra su sepultura. En los monasterios sólo se leía un libro el del Apocalipsis y la preocupación de los comentaristas consistía en adatar a su tiempo las páginas descomunales del libro"

 

Este párrafo tiene hoy plena vigencia porque otro terror del milenario es el que acabamos de vivir o estemos acaso viviendo. Camón, que se nos muestra como eximio novelista, topógrafo del sentir y del latir de una época, describe a estos frailes que escribían e iluminaban y que parecían mojar el cálamo en llama y salían del minio colores que eran como "la cresta de un incendio", "ojos cuya redondez era la del mundo abiertos con el espanto del que ha visto morir al universo. Sus túnicas se doblan con las mismas curvas contraídas de las hojas secas al quemarse". Al redactar estos magníficos párrafos parece que tiene delante la talla de madera del Salvador que se venera en la catedral de Oviedo mostrando la majestuosa traza de un atlante que se yergue ante la amenaza apocalíptica y empuña como un cetro de paz la esfera armilar.

 

Pero el peligro ha pasado ya, los curas volvían a aprender latín y las tierras a labrarse, los antiguos manuscritos a ser copiados. "La pánica alegría de aquel momento se convirtió en gratitud hacia la divinidad. Un inmenso amor de redondez panteísta hacia la naturaleza y hacia Dios impulsaba catedrales y cosechas". Se vivieron años en definitiva de exaltación edénica. Lícito es preguntarse si a pesar de todos los pesimismos no estaremos abocados a una de esas grandes épocas de la humanidad cuando acabamos de doblar el cabo de los terrores milenaristas con todo Nostradamus a cuestas, las profecías de Malaquías y las predicciones de todos los estrelleros y magos de la New Age que hemos dejado atrás. El mundo, concluye Camón, volvió a ser de nuevo un paraíso sin serpiente. ¿Se aleja también ahora la tempestad? ¿ O los horrores que describe Juan- "tomó al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo, Satanás, y la encadenó mil años. Cuando hubieren acabado los mil años será Satanás soltado de su prisión y saldrá a extraviar a las naciones"Ap.20-7-8- pertenecen al hic et nunc de nuestra sangrienta actualidad? El estado emocional del mundo se parece bastante al de aquel entonces. La clepsidra implacable marca la hora global: tiempo de la Segunda Venida. Hace mil años los monjes de las iglesias asturianas le aguardaban encerrados en una celda construida en lo más alto del templo, en el sobrado mismo a la que se accedía por una tortuosa escalera de caracol.

 

 

 

Y a veces por una cuerda como entre los eremitas de la Tebaida, el monte Athos o entre los coptos. Para bajar había que descolgarse de una cesta. La contemplación por aquel entonces demandaba estas truculencias del Estilita encaramado en su columna para no contaminarse, torres de marfil penitenciales. En Santullano y en Santianes parece ser que quedan restos de estas cámaras anacoréticas. Era el éxtasis del vigía que escudriñaba el horizonte desde el campanario pero el Cordero tardaba en llegar. Oteaba desde las techumbres el monje pero el Amado se hacía de esperar. A la sazón puede que esta guardia se monte desde las páginas Web, aunque no hay constancia pero es suposición plena. Los cistercienses de ahora tienen turbios los ojos a causa del pervigilio doblado el raquis, difícil será encontrar a un contemplativo rectas las espaldas. La guardia sigue en sus diferentes relevos y parece que Dios continúa hablándonos desde el silencio. Hay quien hace la escucha siguiendo su rastro desde la garita iluminada. Abajo se condensan las sombras, los fantasmas nocturnos.

 

Sabemos que el protagonista era vástago segundón del señor de Klamheim con feudo sobre el castillo de Toeltz. Siguiendo la costumbre de la época sobre la primogenitura ingresó en la abadía. Allí fue feliz fray Lázaro hasta que el diablo vino a visitarlo atosigándolo con el dogal de la duda y la desesperación. Sus años de noviciado tuvieron ese carisma de la ondulación y melisma del canto llano. El cuerpo de los monjes está hecho para la liturgia, la melodía monódica que recorre las bóvedas con la elegancia del cisne en el estanque. El templo románico se convertía en un lago de beatitud donde hasta la estructura hipóstila desempeñaba una función de alabanza a Dios a través de la voz humana. Era un discurrir placentero por el perfil de los días y el turno de las estaciones materia y forma conjuntadas y sin diferencias entre el alma y el cuerpo. La vida monástica es una búsqueda de armonía y un anhelo de contemplación.

 

Era el cristianismo total a la sombra del Pantocrátor de la mandorla mística antes de la llegada de la peste franciscana, el principio del fin, el primer conato de reforma religiosa que iba a desembocar en las demasías de las guerras de religión. Era entonces cuando Roma no tenía tanta importancia pero la cristiandad era más católica, más universal y más libre. Los ojos se entornaban hacia Jerusalén. "No había fronteras en la fe ni en los pueblos, ni nacionalismos montaraces, ni cismas ni herejías". Por eso viene a concluir el autor: estos siglos que van desde el terror milenarista marcan el triunfo verdadero de Cristo. Algo que en la historia no se ha vuelto a repetir. Todos los que amamos a la grandeza de la Iglesia verdadera tendremos que suscribir esta hipótesis que Camón aquí describe maravillosamente. Los tímpanos románicos expresan asimismo esa idea célica del paraíso impersonal y cósmico, un empeño que sólo fue posible mediante el rescate de la sangre de Cristo. Es la ideación pura, el concepto teológico en carne viva lejos de las vivencias personales. El creyente sentía partícipe de una empresa total. A Dios no se le puede ver, tampoco se le puede nombrar. Es lo absoluto e incognoscible. Sin embargo, los que se acercan al arca santa de tapas nieladas, ese cofre de salvación de la fe en español, a contemplar esos ojos que acechan y perdonan, ojos del mundo redondos y opacos y esa sonrisa de la talla tan dulce como tosca o se prosternan ante el Pórtico de la Gloria consiguen una visión de ese reino futuro que aguarda a los que perseveran siquiera sea a través del ojo de cerradura que abren las arcadas románicas.

 

El autor va explicando el proceso con acuidad y pluma veloz a través de una prosa en el que el castellano recobra todos los honores de lengua espiritual apta para hablar con Dios y entusiasmarse ante los deliquios de la Virgen María. Entusiasmo es un endiosamiento y sin entusiasmo no puede haber cristianismo ni tampoco buena literatura. Es algo que sólo puede comunicar Dios a través de sus criaturas. Es privilegio del todo no de la parte y es ahí donde fallan algunos de los novelistas de aluvión el colmillo retorcido o que andan de medio lado que escriben en la España de nuestros días sino del todo. Por eso no lucen aunque traten de encandilarnos con sus mejores galas. Para sentar plaza de novelista o de crítico lo que hay que hacer es estar contra lo de entonces. Este sino de los tiempos nos recuerda a las plagas de Egipto y no queremos esta vez dar nombres. Demasiado revanchismo. Respiran por la herida. La cicatriz de la derrota les sigue superando de ahí que sus libros nos hagan recordar a verdaderos manaderos de pus.

 

En el estilo de Camón Aznar pasa lo contrario. Es una novela de tesis que prende desde el principio. Además, es uno de los cantos más bellos a la mujer que hayan podido escribirse desde la duda y desde los dolores. Lázaro viene a coincidir con el dictamen del protagonista del Nombre de la Rosa que de la misma manera devino en monje giróvago: los momentos de felicidad mayor no fueron los del convento ni los del éxtasis místico sino la noche que pasó en compañía de aquella muchacha a la que llegó a conocer casualmente. La crisis religiosa que padece hasta su exclaustración y la posterior condena abacial a hacer la ruta jacobea que en muchos casos equivalía a la pena de muerte porque el viaje estaba cargado de peligros y bajo la amenaza del hambre, la peste y los lobos, es una preparación del camino para explicar su estado de ánimo.

 

 

 

X

 

El detonante de la crisis viene dado por una experiencia con la que no contaba: la muerte del maestro de novicios. La visión de su cadáver convulso y desesperado le hace reaccionar. El preceptor había practicado la virtud desde que profesó y seguido a rajatabla las constituciones de san Benito pero en el postrer momento, el definitivo, tuvo un instante de debilidad, resbaló en la duda presa de terrores incomprensibles que le acercan a la boca del abismo. La desesperación es un sentimiento específicamente satánico. Esa tentación a punto de expirar cuando más aprieta el diablo la tuvieron muchos santos. No hay nada más allá, el cielo está vacío; ese viene a ser el argumento. Todos los seres de la creación tienen un destino trágico, juegan la baza con las cartas marcadas, de lo que se colige: procede disfrutar aquí todo lo que se pueda porque si no hay otra vida todo estará permitido en ésta.

 

San Pablo fue acometido muy recio por los espasmos de esta duda pero la venció y fue arrebatado al séptimo cielo del que bajó diciendo que ni el ojo vio ni el oído oyó lo que es aquello pero la serpiente antigua se atrevió a plantearle cara al Apóstol de las Gentes. Le llamó exaltado y lunático utilizando como argumento su gota coral. Parece ser que Saulo se cayó del caballo en un arrebato epiléptico.

 

Es una interrogante que parte las carnes de muchos creyentes y pasa agitándose por los cielos de la historia. Algunos la llaman el silencio de Dios. No todos tuvieron el privilegio de ser arrebatados como Pablo de Tarso a las alturas. Porque vio creyó y esta fe le hace increpar con la vehemencia que le caracteriza a la muerte preguntando dónde estaba su victoria y proclamar incluso "culpa feliz" al pecado de Adán factor desencadenante de la redención. Pero hay que insistir que no todos gozan del carisma de la claridad de la trasverberación que arranca las nieblas del error de sus intelectos.

 

El orante se ofrecen en oblación y ha de cargar con los delitos y lapsos de los otros. A veces la cruz resulta demasiado pesada y viene la duda del sepulcro vacío. He aquí a Lázaro de Kleimheim copista y amanuense de los libros santos en un monasterio de Alemania sumido en el laberinto. Siente que el cielo se le viene encima, gime y busca sin hallarla la salida a la encrucijada. El tiempo de rezos y el duro trabajo caligráfico que trazaba líneas y colores, rasgos, sobre los preciosos cantorales, no eran más que un alivio pasajero. Cuando en las cortas vigilias antes de Maitines sobre la estera o la yacija de paja que le sirve de lecho en la crujía hipóstila vuelve el gusano a roer y la tentación por sus fueros. El cielo está vacío y con la muerte estalla sobre nosotros la nada. Él no resucitó, los vendajes del sepulcro no eran los suyos y el mito de la resurrección fue un montaje, la fabricación de unas plañideras histéricas que estaban enamoradas físicamente del Galileo. Todo es un invento, una inmensa fábula. Sus torturas y escrúpulos únicamente encontraban una tregua mediante las manualidades de su absorbente labor de miniaturista.

 

El proceso está perfectamente descrito tanto como el ambiente de la época. La hambruna y la mortandad de la peste van a ser otro emulsivo del entusiasmo con que arranca la undécima centuria. La sociedad feudal hace crisis. La lucha por las indulgencias y las disputas entre trono y altar por la preponderancia vuelven más duro el panorama. Si existe un Padre Célico que ordena nuestros destinos y todo lo dispone hacia el bien para que nos sintamos a gusto y no nos falte de nada ¿por qué entonces permite el mal y la injusticia, el desamparo? El joven benedictino se amarga la vida haciéndose una pregunta eterna. Él pensaba que había un orden en el mundo pero mira alrededor y comprueba que vive cercado por la desgracia y lo diabólico. Hay un desfase entre la idea y la materia. Zumba sobre sus oídos el garrotazo amenazante de la entelequia. La vida del monje se convierte así en una lucha contra la quimera.

 

"Los hombres andaban como cadáveres a pie por los caminos y e las casas no salía humo". Esta imagen del hogar frío y la chimenea apagada, el jardín abandonado y la casa cerrada acentúa la sensación angustiosa de ciudad desierta y de país despoblado es de entidad apocalíptica porque nos remite a connotaciones de castigo divino, de manipulación de la descendencia que es en definitiva un atentado contra las fuerzas de la vida. Fue el pecado de Sodoma. La Asturias de diez siglos atrás guarda cierta analogía con la de hoy con un crecimiento demográfico cero atendiendo la llegada de la alfaida, la marea humana, de hordas en masa que van a constituir una sociedad amorfa y desespañolizada y alóctona. Todas esas contingencias ya se preparan.

 

Así fue al despertar del medioevo cuando desde Escandinavia denominada entonces "oficina gentium" se impulsaría la colonización masiva de Europa sobre las ruinas del romano imperio. Los bárbaros del norte llegaron en oleada y de forma sorpresiva. Era una visita que nadie esperaba. Todo descorrimiento de pueblos presenta unas connotaciones apocalípticas que hacen pensar en el castigo bíblico. Lázaro de Kleimheim sentía sobre sus carnes esa presión.

 

Pero la auténtica crisis de fe va a tener lugar coincidiendo con la llegada de un fraile esquizofrénico, trasunto de Savonarola, al que su soberbia le sume en la herejía, desde otro monasterio circunvecino a predicar una cuaresma. "De la boca de Fray Martín no partían razonamientos sino rayos, nada de adoctrinamientos sino anatemas. Hay en su persona un anticipo de Lutero puesto que en el visitador se plasma la rebeldía diabólica, la cabeza engallada del "non serviam". Su presencia produce en las aguas tranquilas hasta entonces del monasterio una conmoción. Acusa a los monjes de ser castos y crueles, de predicar la caridad porque no se atreven con la justicia. Roma es el símbolo del engaño, la mentira y la avaricia. Sus sermones atraen la ira de la parroquia. Se le suspende a divinis pero recalcitrante en el error vuelve a predicar contra las Indulgencias y es dilapidado por hereje al pie del altar por la chusma airada. El hermano Lázaro contempla con horror aquel asesinato, ve cómo el cadáver es arrastrado a las tinieblas exteriores para que se lo coman los buitres. Era un blasfemo, un apóstata. Y aquí llegamos al nudo de la trama de esta impresionante novela teocéntrica en el que se denuncia a una sociedad hipócrita capaz de matar en nombre de Dios y que se atreve a manchar sus manos de sangre porque alguien cuestiona el libre albedrío, el derecho a pecar. La libertad humana es sacrosanta, la propia divinidad la respeta. Por una vez lo infinito se doblega ante el capricho de lo finito. La angustia y grito de fray Martín proyectan hacia el cielo la angustia del hombre contemporáneo.

 

A un escoliasta de la época no se le ocurriría explicar con tanta clarividencia e interés el proceso psicológico, la dura prueba a la que es sometido este religioso que vacila zarandeado por uno de los problemas más arduos: la presencia del mal. Pronto vemos al protagonista sumido en la soledad del ángel destronado. La Biblia lo recuerda: "Ay de los solos". El sacrosanto refugio del monasterio es perforado por esa duda caliginosa y a partir de ahí no va a ser un espacio resonante de las notas de la himnodia gregoriana. Los turíbulos no sahúman el perfume del incienso sino el humo fétido del azufre al que acompañan las estentóreas carcajadas del ángel caído en su vagar absoluto por los derroteros de la historia. Se ha perdido la inocencia del Edén. El hombre vuelve a su condición de animalidad precedente al génesis, no es más que una fiera que piensa, copula y traga, merodea y caza sin obediencia a otras leyes que no sean los apetitos instintivos. O dicho de otra forma el peso de la novela se apoya sobre el ominoso barrunto de la muerte de Dios. Pero parafraseando a Nietzsche cuya entera obra son las exequias de la divinidad fallecida, ¿existe Dios? ¿Y si no existe cómo podremos hablar de su muerte? ¿No será la idea de la divinidad algo subjetivo, una especie de prolongación de nuestro ego insaciable? El simio se puso derecho y anda ahora erecto, evolucionó como evolucionará algún día su pensamiento hasta conquistas insospechados hasta ser el mismo su propio dios en su proceso de adaptación. La tentación de Babel otra vez bajo los planteamientos seductores de Darwin.

 

La dilapidación del hereje hace que Lázaro, el puro, el incorruptible entibie su fe desde la base de un razonamiento verosímil: no es lícito asesinar en nombre de la divinidad pero esto fue precisamente lo que estuvo haciendo el ser humano desde las cavernas a través de la práctica de un ritual supersticioso. A Dios había que inventarlo puesto que daba coherencia al grupo porque nos reafirma en lo que pretendemos, nos halaga el oído. De esta forma el concepto del ser supremo pasa a ser algo subjetivo, puro maquillaje para nuestra vanidad intelectiva. Un analgésico para el dolor que comporta el destino de los nacidos para la muerte.

 

Lázaro había pecado y el pecado es como la rotura de una armonía con el cosmos. Sin embargo, la razón no es más que la tapa de los sepulcros. Un buen día reconoce su culpa y va a caer de rodillas a los pies del abad con todo el monasterio reunido en capitulo. En aquel entonces las penitencias eran públicas. El prelado no puede absolverlo tratándose de tamaño pecado mortal, el de desesperación; es un pecado contra el Espíritu. Lo envía de peregrinación a Santiago de Galicia. A la sazón las autoinculpaciones se llevan a cabo ante el capítulo. Las penitencias también eran públicas. Los pecados, distintos. De una magnitud más solemne si cabe porque diferente era el concepto de cristiandad. Recordad a tal respecto la Huida a Canosa. Todo un emperador prosternándose descalzo ante Gregorio VII. Hasta que no estaba saldada la deuda con la iglesia o con los hermanos, Dios no perdonaba. Era frecuente ver vestidos de saco en el ámbito de las ciudades a los flagelantes clásicos. En realidad las peregrinaciones empezaron a partir de esta noción de culpa que había que expiar mediante el viaje iniciático. Los romeros cuando de personas consagradas se trataba recibían de manos de su abad un bordón, unas veneras de concha y el clásico petaso o sombrero de ala ancha que servía para protección de la intemperie y también para ocultar el rostro. También recibían el ósculo de paz y treinta dineros para el camino. Nada más.

 

X

 

No era consciente el Hermano Lázaro cuando se despidió de sus compañeros que la hégira expiatoria que iba a comenzar le iba a llevar más lejos de sus sospechas. Como primera medida tuvo que dejar morir a su yo para empezar a vivir. Dejó de pensar. El trajín de la andadura le deparaba el robustecimiento de sus miembros corporales. El alma se purificaba. Tenía que aniquilarse y ser semilla que después de caer en la tierra hará que fructifique la espiga. Alguna veces añora la casa matriz y se acuerda de sus frailes con una vida tan reglamentada y tan diferente de la azarosa que a él le persigue, añora los ritos y canta cuando puede el oficio divino o dice misa en plena soledad porque partió con la recomendación expresa de su superior de evitar las iglesias y los poblados. Sin embargo, al llegar a Tarbes localidad de los Pirineos pide al obispo letras dimisorias para poder consagrar la Eucaristía. No ha de olvidarse ese nombre. Tarbes es la diócesis donde se produjeron las apariciones marianas de 1858 a santa Bernardita Soubirous. Lourdes está en pleno corazón de las peregrinaciones jacobeas. Aunque obtiene la facultad de celebrar y concelebrar pronto olvida su condición de clérigo porque, tramontados los puertos y habiendo dejado atrás el monasterio de San Pedro de Sieresa, una serrana de un valle navarro lo recoge cuando estaba medio muerto y lo lleva a su choza, le da de comer, le venda las heridas de los pies y, cuando despierta escucha hablar en vasco: "gaixo ziñatan, orain zaunde" (enfermo estabas antes, ahora bueno). Se inicia una bella historia de amor pastoral. El protagonista vive los instantes más bellos de su existencia, conoce la plenitud. Ni siquiera se acuerda de los votos arrastrado por su pasión pero un día al salir a arar encuentra el cuerpo despedazado de un hombre por los lobos la noche anterior. Le viene a las mentes el recuerdo de la palabra empeñada al superior. Vence las lianas que le atan a aquel hermoso caserío rodeado de fortísimos montes donde viven gentes sencillas en estado de gracia original anterior al pecado del primer hombre y abandona la vida arcádica. La mujer le sigue durante un trecho pero vuelve a abandonarla.

 

El cristianismo que encuentra pasada la cordillera es una religión en estado de guerra. "España vive-dice-sólo para vencer a los enemigos de la fe en franco contraste con la mansedumbre y placidez del sur de Alemania. Aquí todo se extrema a punta de lanza. Todo se radicaliza con ímpetu de ataque". Tampoco el cristianismo es un concepto unívoco. Nunca nos pondremos de acuerdo pero es así. Lo único que le mantiene vivo es lo externo porque lo interno pertenece a algo tan sagrado como es la conciencia y es allí en lo íntimo del alma donde Dios habla al ser humano. Pero los ritos, las oraciones, las fiestas, la letanía, la tradición. ¡Si quitamos eso, en qué queda la fe! ¡En monsergas místicas! ¡En una interpretación del Evangelio ad líbitum! Sólo un monje benito puede entender que el catolicismo consiste en liturgia, en un constante recitar de oraciones con arreglo a los ciclos estacionales. Porque la practica rutinaria de la regla nos libra de nosotros mismos. Ora y labora. No te desesperes. Cumple la norma, únete a la tradición, pero si cambiamos la norma, si introducimos cambios en la liturgia obtendremos una mutación de la esencia y llegaremos al síndrome del templo vacío, a la macrocefalia jerárquica. Tenía que renunciar al amor pero al igual que en el "Nombre de la Rosa" Lázaro reconoce que no hubo instantes más suaves que los que le depararon sus nupcias con la serrana de Arán. Su recuerdo le hace casi enloquecer. Sin embargo, tiene que empuñar su cayado y entonar el "Ultreya" sin temor a los peligros de la andadura iniciática. Otra vez se pone en ruta. El Salvador le acompaña. Para expiar la culpa, caminar. Tenía psicología de huido y cruza cañadas, desfiladeros. En algunas posadas vuelve a saludarle la tentación, traba conversaciones con otros caminantes hacia Compostela. Unos perseveran, otros son seducidos por los cantos de sirena, las mesoneras y mozas de partido, que ya entonces el itinerario era ya la ruta de la sífilis, el chancro y las tabes, el perro de san Roque, mal francés y camino francés, otros mueren en los lazaretos o quedan sepultados en los cementerios de peregrinantes, otros mueren devorados por las alimañas, se extravían, enloquecen, se dan al vino o mueren a mano de los bandidos. ¡ Señor, Señor cuanto pecado, cuánta imperfección y cuánta defección! El destino es la tumba.

 

Alfonso VII el gran rey de Castilla, el repoblador, el que tanto amaba a Oviedo y a los asturianos puso guardia de templarios en la ruta para proteger a los transeúntes. El Hijo del Trueno Boanerges es el símbolo de ese cristianismo prevenido en frontera.

 

 

 

 

 

Que encuentra el monje alemán pasado el fito de Navarra, era casi una fe desconocida que acaba atrapándole, se emborracha, se enamora de España a través de una moza vascuence. Hasta los sarrios y las cabras enarbolan el pendón de la cruz frente a la media luna. Ha pasado el letargo del milenario y la cristiandad empapada de vida quiere liberarse de las cadenas y de los yugos que le uncen a las pechas y servidumbres del califa. Al grito de ultreya y del "Dios lo quiere" de Pedro Ermitaño se llena de actividad, despierta de su modorra y se embarca en la dudosa aventura de las Cruzadas, algo por lo cual nuestra fe ha sido tan vapuleada por sus enemigos. Sin embargo, ahí tenemos a Ariel Sharon una especie de Ricardo Corazón de León Judío y nadie le dice nada.

 

Fray Lázaro había escuchado de labios de un francés que hacía la ruta de Compostela por la parte más sañuda: la de la costa- curiosamente al remontar Oca dejando a un lado Vascongadas que ya en aquel tiempo seguía sin estar romanizada y sin cristianar- "el que va a Santiago y no visita al Salvador por honrar al criado menoscaba al señor" y opta por el ramal de la derecha el que a través de Arbas enfila la ruta de los antiguos monasterios mozárabes de las Monas o Nonas y cruzando por Mieres desemboca en el Templo de la Transfiguración, verdadero Tabor del arte ramirense y de la fe vieja. Queda prendado de las costumbres de aquellos monjes asturianos que nada se parecen a los de Alemania. Para empezar hacen vida eremítica y algunos viven encaramados en lo alto de una celda incrustada entre las socarrenas de alguna peña tejada o en lo alto de una iglesia prerrománica, aquellos templos de cuerpo tan chico pero de altos muros. Es así como opta por abrazar la vida contemplativa en San Julián de los Prados. Es izado a lo alto de su cobijo en una cesta. Desde allí ora al Criador y contempla ante un paisaje de montes bellísimos que demuestra ser cierto el aserto del códice "In Asturum conventu dedit Dominus montes fortissimos circuitui ejus et praesidit ex hoc, nunc et in saeculorum saecula" (Dios escogió a la provincia de los astures a los que protege mediante una cadena de montes fortísimos). El paisaje de Asturias, santuario de España, tiene algo de sacramentos. Pero el pobre monje tiene allí que ganar el cielo luchando con la tentación que se presenta unas veces en forma de mujer como le ocurrió a san Jerónimo con la satiresa. Otras quien golpea es el silencio de Dios o el desaliento. Hay pasajes en esta obra tan bien llevados que hacen pensar en Tolstoi el cual de forma parecida describe el proceso de la tentación del cenobita en el "Padre Sergio". Las fuerzas del bien y el mal se turnan. Ángel y diablo parecen confluir en una batalla sin medida. Es el ritmo sonoro con sus impasses e intercadencias del péndulo. La luz libra una cerrada y sórdida batalla con la oscuridad. Nadie sabe de estas luchas interiores. Por toda la redolada ha cundido la fama de santidad del fraile extranjero encaramado en su celda de estilita. Cuando celebra misa los domingos y las fiestas de guardar el pueblo en masa es testigo de sus trances y al final de aquellas misas largas que duraban casi tres horas en el rito mozárabe algunos feligreses se acercan a tocar sus vestidos para llevarse a casa un trozo del hábito, una hebra de su barba bermeja e hirsuta como reliquia. Una noche de junio el valle resuena con el eco melancólico de los cantos de ronda y el brillo lejano y seductor de las hogueras de san Juan, el aguerrido grito del ijujú de la danza prima cerca de las quintanas. El Padre Lázaro vuelve a sentir la llamada del siglo y sucumbe a la celada de la tentación. Se escapa de su nido de oración y de penitencia en lo alto de san Illán de los Prados por una cuerda y huye a favor de las sombras con la luna a las espaldas. La vida de un peregrino es una huida hacia delante. Siente la llamada del deber. Tiene que cumplir la penitencia impuesta por su abad. Le sonríe las estrellas como lagrimas de cristal en la Vía Láctea. Ultreya. Ultreya. Le convoca la fuerza del camino. Proaza con su torre quedó atrás y contempla Avilés reclinado en la ría pero no se atreve a entrar. Escucha el sonido espectral de las Tablillas de san Lázaro. Hay peste en el lugar. Siente las arremetidas de la fiebre, pasa la barca de Muros de Nalón y al atardecer da vistas al Valle de las Luiñas que le recibe con sus praderías y cuetos detrás del Monte de Santana, cruza el río Uncín y llega al lazareto de Soto. Su estado de salud ha empeorado y es allí en aquel hospital de pobres donde exhala el último suspiro después de haber recibido la absolución de una abate francés también romero a la Ciudad del Apóstol. El penitenciado no consigue cumplimentar su proyecto, pero Camón observa que lo importante no es la meta. Es la vía lo de más. Los santos pueden alcanzar la cima de la virtud heroica habiéndose quedado a medias, siendo unos perfectos desconocidos. En definitiva se hace camino al andar.

 

X

 

Es una de las novelas psicológicas encastrada en una trama que nunca decae bien escrito y mejor pergeñada que responde a un conocimiento histórico de la vida de las ideas y de la sociedad visigótica recién iniciada la Reconquista que casi entusiasma. Al profesor Camón se le conocía como crítico, especialista en el Renacimiento pero su faceta de novelista y de dramaturgo pasaron desapercibidas. Su cara era como la de un pergamino y su estilo de hombre pacífico y modesto, aunque tuvimos entendido que fue anarquista cuando la República, atraía como atrae un códice iluminado porque era el espejo en el cual nos miraríamos de viejos, y es cierto porque al contemplarme a mí mismo en el espejo veo que me parezco algo a mi maestro cuando tenía mi edad. La vida me ha hecho rodar por sendas muy parecidas a las del profesor de la Central. He seguido la ruta de los entusiasmos y la de los libros hasta dar con mis huesos en una de las hondonadas paisajística mente más sublimes de la península donde fue a morir Fray Lázaro el protagonista de "En la cárcel des espíritu" ¡Qué cosas!. Aquí la tierra nos puede ser más leve al cubrirnos con el manto de eternidad. Tan risueña perspectiva hará seguramente llevadero el albergue porque es también las rutas que llevan a la Luiñas lejanas donde yo quisiera descansar.

 

Siempre que paso por delante de la casona que se encuentra a tiro de piedra de la tienda de Manolo Menéndez Vigo, contertuliano de mis parrafadas y que no sólo me arregla los pinchazos de la rueda de mi bicicleta sino que me da clases de bable, el que hablan en Muros, aunque Manolo provenga de Lugo, y detrás de la de Eloína, otra buena mujer de aquel lugar entrañable, siento la melancolía por aquel tiempo que se fue, por los libros que no se leyeron o de los que apenas hablan pero que son importantes. Solía Camón viajar a su rinconada de este lugar en el concejo de Cudillero con harta frecuencia. Una vez lo vi en Oviedo haciendo tiempo para tomar el tren de Madrid acodado en uno de los veladores de la Mallorquina. Parecía un dios vencido y un centinela a punto de relevo en su garita del Café Peñalba, quizá recordaba a los muchos que cayeron. Era un día de lluvia y llevaba puesto uno de aquellos impermeables de plexiglás a la moda de los sesenta "pluma d´oro" anunciado por la tele de los primeros tiempos por Torre Bruno dando voz a un personaje característico que llamaban "Topo Giggio", con un gorro para la cabeza. Tenía un aspecto de cansancio y le vi viejo ante una taza de café que se había quedado frío. Acababa de enviudar y ya no había aquel entusiasmo en aquella mirada de figura de arquivolta románica de los tiempos de la Facultad sino la de un senescente abatido y sin curiosidad. Era por el verano del 77 aunque no recuerdo muy bien la fecha exacta. Al poco tiempo murió el profesor Camón Aznar. Quiero con este artículo honrar la memoria de uno de mis maestros. Fue uno de esos intelectuales que habiendo nacido a esta vertiente del Pajares como Claudio Sánchez Albornoz, Ferrandis, Menéndez y Pidal, Alarcos, Azorín o Gustavo Bueno han sentido esa fascinación ineluctable que infunde Asturias sobre los espíritus. Los amantes de la letras de los tiempos venideros tendrá que hacer justicia a estos prohombres del pensamiento hoy olvidados o ninguneados. Ellos abrieron brecha e iluminaron la paz del sendero.

 

 

 

 

 

 

 

 

CL ANIVERSARIO DE CHEJOV. RUSIA ES EUROPA. TURQUÍA NO LO ES

 

Debe de haber una consigna o plancha de las logias masónicas en el más puro estilo del secretismo de las sectas para que toda información que parta de Rusia o a ella se refiera haya de ser tratada negativamente (catástrofes, mafias del Este, derechos humanos, gulags, Stalin, etc).

 Es el agit prop que no cesa en el cual son adalides y muy expertos los enemigos de aquel gran pueblo. En esta hora de tinieblas empollan sus huevos en el nido oscuro de los fondos de reptiles los hijos de la serpiente. Con arreglo a esa pauta se ha silenciado por todo alto el 150 aniversario del nacimiento en enero de de 1860 de      Antón Pavlovich Chejov, uno de los escritores rusos que más influyó en el pensamiento europeo fin de siècle.

 

La tahona de Ipatiev

 

Le llaman el Shakespeare de nuestros días. En sus dramas, en sus novelas, en sus cuentos magistrales (porque a mi juicio hay sólo otro escritor europeo que pueda rivalizar con Antón Pavlovich en la novela corta y es el asturiano Leopoldo Alas Clarín) ofrece una misión esperanzada, satírica y bondadosa de los rusos poco antes que sonaran los golpes lúgubres de los leñadores del jardín de los cerezos a punto de ser vendido- predice la especulación inmobiliaria y la conversión de los huertos amenos en solares para edificar viviendas o suburbios- y de que estallara la revolución que sumiría a su patria en mares de sangre. Rusia entre sonrisas, buenos modales, pamelas con gasas de organdí y eufónicos coloquios entre bellas actrices y sus amantes o sus acreedores se preparaba para el martirio. Aguardaban los días lúgubres de Tsarkoe Selo y la horrible matanza en los sótanos de la tahona de Ipatiev de Nicolas II, La zarina Alexandra, el zarevitch y las princesas a manos de un comisario judío Sverdlok de origen lituano junto con el hungaro, Imre Nagi. Cuando suenan los hachazos del leñador en el jardín de los cerezos es como si intuyésemos las detonaciones de los disparos de aquel magnicidio.

 Sin embargo, Chejov avistaba un hombre nuevo, más comprensivo, menos fanático, pudoroso, amante del progreso que saliera de las fauces del oscurantismo y del misoneísmo. A diferencia, por ejemplo de Kafka, de Ibsen y de los pesimistas alemanes basados en Hegel o en Nietzsche, Chejov cree en el amor. He aquí a un europeo, un ruso cosmopolita, vestido elegantemente, que veraneaba en Yalta y ejercía la medicina en Moscú trabajando a destajo tratando de compaginar los deberes para con su esposa legal, la medicina, con sus devaneos con la literatura a la cual reputaba como su amante.

 

Se pasó la vida escribiendo para sacar adelante a su familia cuando la literatura aun daba para vivir.

 

 

En esto coincide con Clarín que fue su contemporáneo “la escritura no da para comer pero a veces sirve para merendar”. Ambos, el español y el ruso, escribieron hasta la extenuación. El primero para comprar caprichos a su mujer, Onofre, y el segundo para mantener a una extensa familia de primos, tíos, parientes que haraganeaban por su domicilio, huéspedes sempiternos.

 Uno y otro perecieron de consunción y en su estilo de garbo elegante y musical se parecen. ¡Ah esa musicalidad del asturiano que se encuentra también en la prosa del ruso! Muchas de sus novelas como “Historia de una anguila”, el impresionante “Monje Negro” o los dramas La Gaviota, Las Tres Hermanas, o Tío Vania fluyen con la sonoridad y el concento con que cualquier diacono en una aldea perdida entona los troparios a Jesús o las Letanías de las vísperas del rito ortodoxo.

El padre de Antón Pavlovich, un hombre religioso, fungía como sacristán en el templo de su parroquia moscovita y el futuro escritor debió de quedar impresionado por la riqueza de aquella liturgia cuajada de simbolismo, de casullas y dalmáticas recamadas de oro, el ojo luminar de los iconos, pero también por el hastío del largo ceremonial de misas que duraban dos horas.

 Más tarde perdería la fe o al menos ésta se enfría sin llegar al extremo de Tolstoi que quiso fundar de nuevo el cristianismo. En conjunto puede decirse que la ortodoxia le marca al autor del “Jardín de los Cerezos” y la libertad, la esperanza y el perdón de Cristo conforman su pensamiento que no cae nunca en las extravagancias y el fanatismo.

 Pocos escritores modernos frisaron tan alto ni han sido tan preponderantes e influyentes en el pensamiento occidental, al igual que Gogol, Dostoyevsky, Bulgakov o Krassnof, el Homero de la revolución rusa. Ahora los nuevos europeos les niegan el pan y la sal.

 

Rusofobia

 

 ¿De donde ha manado tanto odio? ¿Quién es el artífice de semejantes campañas rusófobas que huelen a puchero enfermo? Pues han salido de donde siempre, de la aljama y el ghetto. Don Pedro Jota aljamiado de Logroño lo alienta en las inmundas páginas de su periódico El Mundo y otros órganos de la cuerda.

 El judío sabido es que profesa un odio africano contra Rusia a la que “casi” ha llegado a dominar a lo largo de diferentes vicisitudes históricas pero falta ese “casi” y la patria de la resurrección al fin sale triunfante como ocurrió en la guerra patria una guerra que no ganaron los comisarios políticos sino los rusos cristianos que expulsaron de su territorio al usurpador nazi. Sepan cuantos y oído al parche. España tierra de conversos y donde el marranismo ahora está tan de moda, mucha gente tiene a gala decir pestes mimetizando simiescamente a los ingleses y a los norteamericanos que tienen a Rusia un odio a muerte, precisamente por eso porque es fuerte, porque no se ha sometido al diktat del Oeste.

 

Reír y llorar

 

 Admirador del arte de Chejov y lector de sus obras desde mi adolescencia –con la huelga de los domingos que me daban en casa fui adquiriendo textos de los autores rusos en la Austral y en la colección Prometeo- se echa en él de ver una cosa: que el contenido no pierde al verterlo a otros idiomas. En inglés, en español, en francés, en alemán y en ruso conserva todo el acervo de melancólica ternura, de humorística resignación.

Este moscovita tiene duende y un extraño estro profético; recuerdo que una vez iba leyendo en el metro Historia de Mi Vida y se me caían las lagrimas y una piadosa mujer sentada en el banco frontero me dijo por qué lloras joven si la vida es tan bonita y estuve por decirle “por nada, señora, es que en este libro veo lo que va a ser mi porvenir, fracaso total, pero tanto el éxito o el fracaso son varemos relativos, todo depende del prisma que se mire”.

 Sin embargo, callé y cerré el tomo.  Antón Chejov no ha sido solamente para mí un escritor cuya lectura me anima a ser mejor sino que también auguró cual sería la senda de mi destino. La profecía se adhibe al arte como la uña a la carne. Este libro lo perdí la noche más trágica de mi vida y las obras completas en piel traducidas por Cansinos las leía yo en el banco del paritorio londinense donde vino al mundo mi primera hija.

 

Es como un talismán

 

Chejov siempre estuvo conmigo en los momentos alegres y en los más difíciles. Cuando me bloqueo en alguna novela, o mi estilo presiento que descarrila o se va a la empinada, como un caballo desbocado, abro al azar cualquiera de mis textos, desaparece el tarazón creativo, y se disuelve mi furia en el vaso como un azucarcillo. Él es como un talismán. Habita en mi alma y yo moro en su obra.

 En el Aldwich londinense años 70 y en otros teatros del West End se reponían sus obras continuamente sobre todo la Gaviota (Ptitsa) y Uncle Vania. Sir Alec Guinness en una entrevista me confesaría a bocajarro:

- Los ingleses tenemos a Shakespeare pero carecemos de un Chejov y esa maravillosa lengua rusa tan eufónica y tan plena de recursos teatrales. El inglés, según el celebérrimo actor, no llega a los límites de naturalidad y capacidad de improvisación que es una de las armas secretas de la lengua de Pushkin.

Dicho esto y con todos mis respetos para con los turcos, el imperio otomano ha sido el antagonista de estos valores que preconizaban Dostoyevsky, Leibniz, Cervantes, Quevedo, Dumas, Swift, Chaucer, etc. No conozco más que algún tratado de navegación y de astronomía. Quizás tengan matemáticos y científicos, muy ardidos porque descienden de fenicios para el comercio, pero como artistas son poco reconocidos Los turcos han tenido buenos geometras, algún poeta, pero en literatura qué quieren que les diga; constituye un pueblo practico y guerrero. ¿Son europeos? Que se lo digan a los búlgaros, a los rumanos, a los servios, a los croatas, a los vieneses, a los alemanes hostigados por sus mamelucos y jenízaros a lo largo de su historia, o al poeta zamorano que perdió la vida en el cerco de Viena o al propio Cervantes. Estas son lentejas.

 La historia no la inventado una cucaracha alemana con frenillo ni se la puede sacar ZP de los bolsillos, por muy voluntarioso que sea y aplicado, cada loco con su chifla, en lo de la alianza de las civilizaciones, ni tampoco el cristianismo puede ser una renegada oenege ni una casa de acogida como pretenden los curas vaticanistas sino que es algo que está ahí y que lleva funcionando muchos años. Hechos inamovibles a los que muchos quieren dar la vuelta o miran para otro lado.

 

 

Juntos pero no revueltos

 

El judaísmo es una cosa, el Islam, otra y el cristianismo, otra, ¿pero esto cómo se lo explico yo al cura de mi barrio que el hombre es muy corto de luces? Anda el hombre azacaneado con los cepillos de Haití que quisió si llegaran a los pobres damnificados del terremoto y no se los guarda antes algún desaprensivo, pues las catástrofes son una excusa para hacer negocio, o enseñar garra como está haciendo Obama que ha enviado a la sexta flota pretextando ayuda a los negritos haitianos los pobres tan lejos de dios y tan debajo de la bota del Tío Sam.

Juntos pero no revueltos, reverendo, porque la función de la iglesia es espiritual no material y por ese camino se va todo al carajo.

 Pero la vais a cerrar vosotros, cabrones, empeñados en llevarle la contraria a Jesucristo que dijo que es eterna y que las fuerzas del infierno no prevalecerán contra ella. Pues vaya sí prevalecen.

 

Nostradamus predice cosas terribles para el 2010

 

 

 Están en Roma y dicen que el anticristito vive en Madrid, en un palacio y que ciñe corona en la frente, se sienta en un trono sobre el cual pronto caerá la guillotina de la muerte y el papa habrá de buir del Vaticano. Nostradamus, hecha la oportuna reserva de que los quiromantes se equivoquen, es bastante fuerte con respecto a este año del 2010.

Pronostica la expulsión o la muerte de Benito y que van a cortarle la cabeza al usurpador que viste la púrpura de la realeza. Pues si el usurpador es el que yo pienso el anticristo es la vera efigie de un rey bobo. También dicen que malo y muy malo es. Por ese cabo no marra Nostradamus.

 Obras de autores de aquel país que me hayan impresionado no conozco ninguna si no es por la celebérrima “Pasión Turca”falsa moneda del turismo licencioso de ciertas españolas que se dicen liberadas pero que son algo paletas y un poco putas, y se largan a Constantinopla a echar una canita al aire. Está  escrita por el ex falangista, y aljamiado tornadizo cordobés Antonio Gala.

 Como abogado de la inclusión de Estambul en la CE, dejando fuera a Rusia, Moratinos vuelve a cometer otro desatino.  Pero ese hombre al que sólo le falta la tralla y el blusón para ser alguno de aquellos trilleros cantalejanos con visera negra y por rostro una hogaza de pan, que recorrían mi provincia y de los que no había que fiarse un pelo porque si no andabas listo te engañaban en los tratos, no ha hecho otra cosa que meter la gamba y destruir.

 

Pasión turca

 

 Le han dicho los judíos que se admita al Turco en Europa y Moratinos que parece más bien un monosabio de la Trilateral que un ministro de España le ha abierto el portillo al sucesor de Alí Pachá. Rusia la Rusia cristiana, la fuente espiritual y  material del Oeste, donde están todas las materias primas como el gas, las reservas de trigo, los bosques siberianos, los minerales, los saltos de agua, que transformarían a la Comunidad Europea en una fuerza política y económica y no una cuadrilla de mercachifles a merced de lo que diga EE.UU  según las trazas no tiene derecho a entrar en el club. Algo huele a podrido en Dinamarca.

 

domingo, 31 de enero de 2010

 

 

 

LA LAURA DE KIEV

 

Kiev es ciudad santa, uno de los santos lugares de cristianismo junto a Jerusalén, Compostela, el Monte Athos, Capadocia. Me acuerdo de la visita que giramos un grupo de turistas ingleses en el año 73. En Pecherskoi está la montaña mágica donde pueden contemplarse momias algunas incorruptas de antiguos monjes, los encuevados. Los cuerpos aparecen acurrucados en vanos de la roca. Algunos pasaron la vida de rodillas y no podían erguirse a causa de la estrechez de la cueva. Otros no se sentaban, pasaron la vida de pie. Oración de quietud y de silencio como Simón Estilita, san Antón, san Sabas, Andrés el Cretense, Juan damasceno, Hilarión.

 

Pecherskoi forma parte de las tebaidas sagradas que se irradiaron desde Siria y Asia Menor hasta Grecia y los balcanes. La idea cenobita es la búsqueda de la perfección siguiendo la máxima de la cristología de ser perfectos como perfecto es el Padre que está en los cielos y se encuentra en la soledad y el silencio de las montañas como el monte Sinaí y el monte Cedrón, en Salonica o Capadocia. Orate et vigilate. Oración constante. Día y noche. Hesicasmo. El nombre de Dios siempre en los labios. No nos dejes caer en tentación Repetición continuada de una jaculatoria: el kirieleison, señor ten piedad.

 

Kiev la santa en el corazón mismo de la santa Rusia me impresionó. La accésit o ascensión de la cumbre de los perfectos requiere el asesoramiento de un guía o monitor en oración. Un staretz: el monje que nos enseñó las cuevas de Pecherskoi.

 

Era un hombre alto con unas barbas patriarcales nieladas de plata, relativamente joven y con esa voz melodiosa que sólo se encuentra en Rusia, hablas que parecen flautas, el pelo largo y recogido en un moñote y un icono de la Virgen María colgándole del pecho: panagia. Maestro de novicios. Le llamaban sus educandos staretz y batiosca: padrecito. El coro ¡cómo cantaba himnos apasionados mientras los ángeles parecían pasearse por la bóveda, madre mía! Aquellas voces parecían lenguas de fuego que fueran a incendiar el mundo

 

El staretz nos contó la parábola de mostaza e hizo una profecía. La gran catedral de Santa Sofía de Kiev aparecía casi vacía pero el padre Zosimo dijo que algún día se volverá a llenar

 

-Nuestra fe es indestructible.

 

¿Será verdad?

 

Quedé pasmado ante la seguridad de aquellas palabras y la profundidad de la mirada del staretz. Eran ojos humanos los del padre Zosimo pero había en ellos un halo divino, algo que no pertenecía a la tierra

 

 

 

 

BULGAKOV

 

Bulgakov la guardia blanca.

Por las páginas de la "Belaia Kvard" galopan los caballos del Apocalipsis abierto el séptimo sello confluyendo dos planos el ideal y el real el pretérito y lo porvenir en una gavilla de grandes frases fulminantes palabras. He aquí otro ucranio profético. 1918 año terrible grandes hambres en Ucrania guerra civil el fantasma de la hambruna en lagunas aldeas los mujiks se comían las cortezas de sus abarcas de abedul y de antropofagia se dieron casos. Miguel Bulgakov era un ruso blanco hijo de un pope. Su escritura fue admirada por stalin. Los judíos conspiradores querían mandarle a Siberia y había muchos de ellos en el politburó. Fue un meteco un exilado interior en el país de los soviets, habida cuenta de sus orígenes cristianos determinaron acaso la persecución de que fue objeto después de haber escrito "el maestro y margarita" y después de ser el autor que más obras tenía en cartel en Petersburgo  años 30. Botas altas a la moda gorros aplastados pasan los cadetes de ingenieros... las sandias no pueden asarse con jabón▬el absurdo forma parte de nuestra reealidad▬ que vencieron los norteamericanos y no es posible sentarse sobre un erizo. Bulgakov el nuevo Gogol que siendo ucranio hasta las cachas escribía en ruso hace en esta novela enigmática un canto al mundo que desaparecida a los húsares elegantes dolman cruzado al pecho de terciopelo y una pluma en el ros para romper los corazones de las damiselas. La guardia blanca estaba integrada por la crema de la crema de la aristocracia militar el regimiento Preobrazhenski. El hetman se monta al caballo desenfunda el sable y Grita a su sentnia hurra muchachos. Mijail Bulgakov revive las experiencias de su infancia dorada en Kiev la santa. Su familia vivía en la bajada de la bajada de Aleseyeski pretendiendo ocultarse tras los vivillos de su santuario. Desde el jardín se ven las cúpulas doradas de la catedral de santa Sofía. Esta novela me hizo revivir el dolor que sentí desde mi amor a Rusia y a Ucrania no entendí los postulados de la revolución naranja ¿Soros metió allá la zarpa en el granero de Europa las tierras negras Ucrania siempre tuvo un problema con el semitismo? el tercer ángel derramó la copa sobre los ríos y sobre las fuentes y se convirtieron en sangre. Viva Rusia, viva la autocracia me enamore el de mayo de 1918 pero ella no me quiso yo era gordo y feo. Los alemanes eran cobarde y apoyaban al forajido Petliura. La guerra primera guerra mundial trajo a Ucrania los piojos el hambre y la blenorragia. Miguel Bulgakov pasaba consulta a los enfermos de sífilis de Moscú enfermedad que él contrajo dios sabe donde y de la que él murió ya cocainómano. Los grandes genios de la literatura rusa y puede que la universal fueron desdichados. Todo pasa pero le tocó ver la caída del zarismo anegado en un mar de supercherías y de corrupción... llegaban los periodistas de Moscú gente venal ávida y cobarde. Cocotas. Honorables damas de aristocrático apellido y jóvenes pederastas pasivos (bardajes y buharro el que). Llegaban príncipes del tres al cuarto poetas y prestamistas gendarmes y actrices de teatros imperiales que se movían alarmados por el futuro eléctrico de la humanidad. Es rotundo y profético Bulgakov.  Su táctica es la repetición y el salto de página como los troparios del canto diaconal bizantino. Saca la mano a pesar para arremeter contra la insensatez y cursilería de sus contemporáneos y abre los fuelles bajos de su voz de chantre para cantar las verdades del barquero. Un judío predicaba junto a la iglesia de san Vladimiro la revolución y entonces entraron los bandidos en alabanza y yo me fui. Esta es la visión cínica y lírica de un testigo presencial de la revolución de octubre que volvió a revivirse casi un siglo después en la revolución naranja en Kiev la santa. Como buen ucraniano es Bulgakov muy hábil con las palabras que esgrime en su doble interpretación semántica de las dos grandes lenguas eslavas. Fue para mí un maestro desde que leí la guardia blanca traducida por el hermano de Lain Entralgo. Se adelantó a Kafka. Novela moderna a gran escala.

 

CHEJOV Y EL GRAN AYUNO DE LAS FIESTA DE LA DURMICIÓN

A mediados de agosto la campiña rusa huele a manzanas (iabloki) y los rusos se preparan para celebrar las fiestas de la recolección que coinciden con el gran día de la Virgen el 15 de Agosto (Uspeñie o dormición que es como ellos denominan a la Santa Asunta) al que antecede el gran ayuno del verano. Leo a Antón Chejov en una de sus novelas cortas  "Campesinos" efectúa un retrato de la Rusia rural poco antes de la revolución, es tiempo de pescar mújoles y de recoger manzanas. se escucha, alegre, el canto de los mujiks. Al lado del ideal religioso magnifico de la iglesia de cinco cúpulas se proyecta un caleidoscopio menos amable sobre las condiciones de vida en que viven los koliaks. hay dos planos el de la naturaleza virginal y el de la vida humana con sus sobresaltos:

     "Nikolai y Olga contemplaban la puesta del sol, cuyos      fulgores de oro y púrpura se reflejaban en el agua,   en las ventanas de la iglesia, en el cielo, en el aire      sereno y puro... ya puesto el sol, el rebaño pasó     mugiendo, pasaron las manadas de ocas... la suave      luz crepuscular se extinguía en el aire; descendía lenta la noche"

El realismo bucólico del genio que describe majestuosamente la naturaleza se contrasta con las cabriolas de un estro imaginativo que se asoma a las páginas de esta novela donde todo es triste y a la vez alegre, divino y diabólico, sórdido y esplendente como un coro de querubines cantando entre las nubes (esto es Rusia) cristiano y a la vez pagano... En la iglesia mora el Señor. La gente alumbra con velas y lámparas, rojas, azules, verdes como los ojos. El Señor se pasea por la noche por la iglesia y la Virgen y san Nicolás van detrás de él... tup... tup... tup y el sacristán tiene miedo, mucho miedo... sí, paloma... y cuando venga el fin del mundo todas las iglesias volarán al cielo... ¿con las campanas? con las campanas, sí, paloma.

Realismo mágico diríase es lo que evocan estos párrafos de un cuento en que plantean un problema teológico de categoría como es el hecho de que las fiestas sagradas arrastren como una lacra concomitante de borracheras, comilonas, estupros. Ya el gran poeta francés Francisco Villon lo denota en sus cuartetas al narrar un crimen cuando se celebraba la fiesta del Corpus en Paris. Los templos del espíritus santo regenerados por los sacramentos se convierten en peplas aherrojados bajo las garras de la sordidez, la pobreza, la esclavitud de las pasiones y del alcohol. Chejov hace autocritica pero no convendría cargar las tintas contra la religión de Jesús. Todo esto es achacable a las carencias de la condición humana: los judíos a lo mejor no se emborrachan pero fomentan el odio y la usura, el engaño hasta tal punto que su soberbia aterra. Los musulmanes son fanáticos, derramadores de sangre, y creen que la fe del profeta se impondrá mediante la espada. Ante eso el panorama que describe el maestro ruso de Jukov una aldea perdida en la estepa rezuma ternura y misericordia hacia estas pobres gentes creyentes y a la vez pecadores que invocan a la Vivificante, y no cesan de suspirar ante el icono y de invocar protección ante la madrecita contra la esclavitud, la miseria, el vodka. Todos tienen miedo al más allá y viven acurrucados junto al samovar. El autor, dibujante de la condición humana, ofrece muchas preguntas pero no tiene respuestas y eso es lo que le vuelve magnificado y extraordinariamente humano. Sólo el cristianismo ha demostrado a lo largo de la historia su capacidad de autocritica. Se recuerda que nuestra ley nos exige devolver bien por mal y volver la otra mejilla cuando te dan una bofetada

 

Chejov los campesinos

 

Ha pasado santa clara y los ardores de san lorenzo tiempo de verano agosto hermoso y peligroso sandalias franciscanas andares lentos bajo el sol de las dos mochas publicar o no publicar that is the question mejor no los libros me los como el amo de la vara hace estallar su látigo enfrascándose en contiendas tremendas historias de cadáveres negros que vienen y nos apalean cataluña un nuevo estado musulmán los mamones amenazan por Gibraltar y llega la escuadra londres ha vuelto a utilizar la retorica de siempre la de las cañoneras cierra el convento de los franciscanos de avilés se murió el ultimo fraile termina una historia que comenzó con enrique el emplazado uno de los trastamaras estos veranos nada tienen que ver con aquellos de mi adolescencia cuando me pusieron de pantalón largo huyo hacia mis interioridades porque nada es lo que parece y nada es lo que es lo mejor refugiarse en Chejov para encontrarme con la majestad de la liturgia griega el tedio de las vidas pocos complacientes aquí una institutriz que es expulsada de la casa donde servía por robar un broche que había sustituido por el paterfamilias un hombrecillo acogotado que tenía el vicio de la bebida la pobre muchacha que convive con un estudiante de medicina y la abandona se escuchan las toses del cuarto numero seis alguien quiere volviendo sobre sus paso perdidos regresar al hogar pero encuentra la casa solariega cubierta de muerdago las cerraduras enrobinadas por el orín del jardín delantero se muestra cubierto de lampazos la galería del portal aparece desalmenada como la dentadura de una vieja le faltan tres o cuatro estipites el hórreo se vino abajo y hay que rescatar las lanchas de los piraguistas que se encuentran sepultados bajo los artos. Mientras te afanas por abrir una casa cerrada desde hace siglo la Roxia te observa y el delincuente que se ha hecho rico con el contrabando de la droga se encuentra oculto tras la persiana del mirabel observándote mientras tu siegas la hierba y te afanas por recoger algunos limones del viejo limonero que se encuentra semiseco aquí están encerradas viejas vivencias la infancia de mis hijos aquellas vacaciones aquellos veranos con sabor a mar perfume del ocle y de la hoja del tabaco la artesa medieval que se disolvió en polvo el espejo con la foto de una muchacha en flor y de un segador de guadaña un san antonio y una virgen del henar.

Bien este es Chejov  la pluma que se rebela contra la monotonía  contra esa  taifa de bribones que aparece sobre el horizonte, esa cuadrilla de salteadores que son las pasiones, y se hizo con el poder el niño que llora la mujer que se echa un amante el marido despechado que se suicida los golpes secos que pega el leñador van a vender el jardín de los cerezos alguien comete un asesinato la bella Elena se enamora de su acreedor una mujer es sí cuando dice no vas y vienes a Madrid los mismos rostros idénticos gestos de cansancio a la puerta de un bar te roban la bici eres un difunto de taberna pero yo me cisco en ellos no los soporto cuando sus pulpitos son altavoces de la destrucción que viene y parlamentan  los muy sañudos sobre el dia de la ira el dies irae querrás decir eso es tener muy poca imaginación. Madrid bien puede ser el Petersburgo prerrevolucionario donde Antón Chejov plasma la falta de sensibilidad e impotencia de una sociedad a punto de recibir el finiquito ante lo inexorable pero su prosa infunde resignación dejando la cólera y la rabia colgadas en el paragüero el aire de un crimen para los novelistas de la gran manzana o los espías de Supraba que andan a todas horas barriendo la red ya trillaron la parva ahora es cuestión de largar el bieldo y aventar el cereal ¿me quieres, irina Petrovna? Mucho no te imaginas cuanto te amo, Genadio Silvinovich ya ha muerto Gertrudis la mendiga de kursk hicieronla un gran funeral licuó la sangre de san pantaleimón y han llegado al mundo promesas venerandas armaba escándalos la vapuleaba. Tu te fastidias junto a tu marido, Fekla, pero la sagrada escritura dice que si te sacuden pon la otra mejilla no estarás de burla verdad. Es terrible por el río nadaban los mújales, los negocios se han echado a perder y ahora está tan cansado había veranos en que se sacaba diez rublos y ahora nada fíjate gastar sólo gastar sólo ellos pueden comprar y vender para mí la banca arriba el bote se me ha rasgado el borsalino tú tiras las piedras a machote y yo a sobaquillo tarde de agosto se te fueron los furores con la resaca echaste al diablo arrojaste los malos pensamientos a las tinieblas exteriores mientras lees al más aristócrata de los escritores rusos limpio de cuerpo y alma irónico y tierno a la vez aunque no sé que actitud tomaría frente a esta oclocracia y como serían sus cuentos bajo la plebeyez del nuevo orden que poco tiene que ver con esa sala numero seis, cristiana, donde tosen sus enfermos del pecho. Estarán tuberculosos pero es una tuberculosis que tiene que ver poco con la sañuda protervia de la bestia y de la masonería que oficia su ritual solemne en maguitos. Antón Chejov era un aristócrata de la prosa. Nos consuela releer al maestro cuando nos ahoga  la falta de libertad, la acedía, la sumisión al yugo tecnócrata de estos instantes. Puede que seamos víctimas de falsas expectativa porque al final de todo lo humano aguarda la muerte y la decepción. Un 90 por ciento de nuestra vida son instantes de aburrimiento. El letargo de lo anodino vence a la euforia mas no por eso habrá que quemar las naves ni romper los moldes; simplemente seguir la tradición. Sus cuentos, así me parece a mí, poseen como un cierto encanto litúrgico como si Antón se revistiera la estola cruzada y oficiase una rogativas a la manera tradicional del canto diaconal de las letanías en el oficio litúrgico de san Juan Crisóstomo. Señor, apiádate de nos, muestra tu misericordia y no tu ira sobre la bola del mundo. Regreso a “Historia de una anguila” y me veo retratado en aquello foto del niño rubito vestido de marinero cuando nos dieron las casas de Valdevilla. Aparezco junto a mi padre mi madre y el general tomé apretando yo la barandilla de ladrillos de sardinel que guardé en el libro. En aquel jardín papá plantaría un rosal y dos piescales. Yo era un niño inocente que no comprendía nada deslumbrado por el sol de Segovia y la gorra de plato del coronel. Luego la historia de una anguila publicada en la colección austral sería el libro con que entretuve mi espera ante el juez donde fui llevado por escándalo publico, la llamé puta, me desahogué. Se perdería en la comisaría. Había venido yo a casarme y la moza me dijo que no, fui detenido a punta de pistola oir un policía que estudio conmigo filosofía y letras. Pero no quiero hablar más de aquella noche fatídica. Otro libro de Chejov sus obras completas encuadernadas en piel se perderían de la mima manera en el paritorio del hospital de la princesa Beatriz donde nació mi primera hija. De modo que puedo decir que el autor ruso se encuentra plenamente integrado a mi vida en lo que guarda de casualidad, de absurdo o de veleidades imponderables del destino. Vete tú a cantarle los blues a aquellas mujeres que un día te quisieron y te dejaron de querer o no te quisieron nunca porque todo fue un fallo de la fatalidad. Aquel primer amor bien pudiera haber acabado en tragedia, a no ser por la intervención del ángel fuerte que me gobierna. Los besos que soñabas los momentos radiantes de felicidad los veo ahora convertidos en humo. Ah, san antonio de Padua valedor de este pecador. Estaban las sandalias del mujik cubiertos de barro. Eran las trapisondas de los siervos de la gleba. Las falsas promesa de las mujeres. Las esperanzas y lo sueños que se colaron por la atarjea del vodka. Yo estaba tan tranquila en mi casa. Tú me pegaste al volver de la taberna. ¿Me quieres Afasia Argimirovna? Más te querría si no me mirases con esos ojos diferentes a los de entonces y ese rostro que despliega una gran nariz. Tengo una jaqueca terrible a causa de la borrachera de la víspera. Mañana es la fiesta de la Durmición. Las campanas repican a gloria pero hay mucho duelo en mi corazón. Me sube la tensión, me vocea, es como una yegua que descarga coces en mi trasero, me crispa y me sube la tensión a 17-10. he de controlarme para no golpearla. Ay de ti si sacas la mano a pasear. Son dos años en la trena. Dominarme me cuesta dios y ayuda y mis dineros pero no te preocupes cuando venga el fin del mundo todas las iglesias del mundo catedrales oratorios, ermitas y capillas y hasta el templo de salomón volarán al cielo. En 1937 por estas fechas los buitres circunvolaban los cultivos de Brunete. Fue el año del horror. Las aranzadas mostraban las panzas abiertas de los cadáveres de los mulos. Los campos estaban sembrados de cadáveres. La aviación había arrasado con sus bombas los trigales. Pegaron fuego a las encinas y el chasquido de las ascuas tuvo aquel verano un cierto parecido con el golpear de la lluvia mansa sobre el canalón. En conmemoración de aquellos muertos a los que todos olvidan yo me fui de vareta difunto de  taberna. Me cagué sobre las retamas del olvido. Antón Chejov, ay dios mío, no sé para que valiere la literatura. ¿Sólo remesas de papel para limpiarse el culo? Puedo decir que en el día de la Durmición me cagué en los adoradores de Belial en los masones del mandil que ofician sus abracadabras con capa pluvial y manguito y hacen por la tele y por la radio los conjuros del anticristo

 Chejov los campesinos

 

Ha pasado santa clara y los ardores de san lorenzo tiempo de verano agosto hermoso y peligroso sandalias franciscanas andares lentos bajo el sol de las dos mochas publicar o no publicar that is the question mejor no los libros me los como el amo de la vara hace estallar su látigo enfrascándose en contiendas tremendas historias de cadáveres negros que vienen y nos apalean cataluña un nuevo estado musulmán los mamones amenazan por Gibraltar y llega la escuadra londres ha vuelto a utilizar la retorica de siempre la de las cañoneras cierra el convento de los franciscanos de avilés se murió el ultimo fraile termina una historia que comenzó con enrique el emplazado uno de los trastamaras estos veranos nada tienen que ver con aquellos de mi adolescencia cuando me pusieron de pantalón largo huyo hacia mis interioridades porque nada es lo que parece y nada es lo que es lo mejor refugiarse en Chejov para encontrarme con la majestad de la liturgia griega el tedio de las vidas pocos complacientes aquí una institutriz que es expulsada de la casa donde servía por robar un broche que había sustituido por el paterfamilias un hombrecillo acogotado que tenía el vicio de la bebida la pobre muchacha que convive con un estudiante de medicina y la abandona se escuchan las toses del cuarto numero seis alguien quiere volviendo sobre sus paso perdidos regresar al hogar pero encuentra la casa solariega cubierta de muerdago las cerraduras enrobinadas por el orín del jardín delantero se muestra cubierto de lampazos la galería del portal aparece desalmenada como la dentadura de una vieja le faltan tres o cuatro estipites el hórreo se vino abajo y hay que rescatar las lanchas de los piraguistas que se encuentran sepultados bajo los artos. Mientras te afanas por abrir una casa cerrada desde hace siglo la Roxia te observa y el delincuente que se ha hecho rico con el contrabando de la droga se encuentra oculto tras la persiana del mirabel observándote mientras tu siegas la hierba y te afanas por recoger algunos limones del viejo limonero que se encuentra semiseco aquí están encerradas viejas vivencias la infancia de mis hijos aquellas vacaciones aquellos veranos con sabor a mar perfume del ocle y de la hoja del tabaco la artesa medieval que se disolvió en polvo el espejo con la foto de una muchacha en flor y de un segador de guadaña un san antonio y una virgen del henar.

Bien este es Chejov  la pluma que se rebela contra la monotonía  contra esa  taifa de bribones que aparece sobre el horizonte, esa cuadrilla de salteadores que son las pasiones, y se hizo con el poder el niño que llora la mujer que se echa un amante el marido despechado que se suicida los golpes secos que pega el leñador van a vender el jardín de los cerezos alguien comete un asesinato la bella Elena se enamora de su acreedor una mujer es sí cuando dice no vas y vienes a Madrid los mismos rostros idénticos gestos de cansancio a la puerta de un bar te roban la bici eres un difunto de taberna pero yo me cisco en ellos no los soporto cuando sus pulpitos son altavoces de la destrucción que viene y parlamentan  los muy sañudos sobre el dia de la ira el dies irae querrás decir eso es tener muy poca imaginación. Madrid bien puede ser el Petersburgo prerrevolucionario donde Antón Chejov plasma la falta de sensibilidad e impotencia de una sociedad a punto de recibir el finiquito ante lo inexorable pero su prosa infunde resignación dejando la cólera y la rabia colgadas en el paragüero el aire de un crimen para los novelistas de la gran manzana o los espías de Supraba que andan a todas horas barriendo la red ya trillaron la parva ahora es cuestión de largar el bieldo y aventar el cereal ¿me quieres, irina Petrovna? Mucho no te imaginas cuanto te amo, Genadio Silvinovich ya ha muerto Gertrudis la mendiga de kursk hicieronla un gran funeral licuó la sangre de san pantaleimón y han llegado al mundo promesas venerandas armaba escándalos la vapuleaba. Tu te fastidias junto a tu marido, Fekla, pero la sagrada escritura dice que si te sacuden pon la otra mejilla no estarás de burla verdad. Es terrible por el río nadaban los mújales, los negocios se han echado a perder y ahora está tan cansado había veranos en que se sacaba diez rublos y ahora nada fíjate gastar sólo gastar sólo ellos pueden comprar y vender para mí la banca arriba el bote se me ha rasgado el borsalino tú tiras las piedras a machote y yo a sobaquillo tarde de agosto se te fueron los furores con la resaca echaste al diablo arrojaste los malos pensamientos a las tinieblas exteriores mientras lees al más aristócrata de los escritores rusos limpio de cuerpo y alma irónico y tierno a la vez aunque no sé que actitud tomaría frente a esta oclocracia y como serían sus cuentos bajo la plebeyez del nuevo orden que poco tiene que ver con esa sala numero seis, cristiana, donde tosen sus enfermos del pecho. Estarán tuberculosos pero es una tuberculosis que tiene que ver poco con la sañuda protervia de la bestia y de la masonería que oficia su ritual solemne en maguitos. Antón Chejov era un aristócrata de la prosa. Nos consuela releer al maestro cuando nos ahoga  la falta de libertad, la acedía, la sumisión al yugo tecnócrata de estos instantes. Puede que seamos víctimas de falsas expectativa porque al final de todo lo humano aguarda la muerte y la decepción. Un 90 por ciento de nuestra vida son instantes de aburrimiento. El letargo de lo anodino vence a la euforia mas no por eso habrá que quemar las naves ni romper los moldes; simplemente seguir la tradición. Sus cuentos, así me parece a mí, poseen como un cierto encanto litúrgico como si Antón se revistiera la estola cruzada y oficiase una rogativas a la manera tradicional del canto diaconal de las letanías en el oficio litúrgico de san Juan Crisóstomo. Señor, apiádate de nos, muestra tu misericordia y no tu ira sobre la bola del mundo. Regreso a “Historia de una anguila” y me veo retratado en aquello foto del niño rubito vestido de marinero cuando nos dieron las casas de Valdevilla. Aparezco junto a mi padre mi madre y el general tomé apretando yo la barandilla de ladrillos de sardinel que guardé en el libro. En aquel jardín papá plantaría un rosal y dos piescales. Yo era un niño inocente que no comprendía nada deslumbrado por el sol de Segovia y la gorra de plato del coronel. Luego la historia de una anguila publicada en la colección austral sería el libro con que entretuve mi espera ante el juez donde fui llevado por escándalo publico, la llamé puta, me desahogué. Se perdería en la comisaría. Había venido yo a casarme y la moza me dijo que no, fui detenido a punta de pistola oir un policía que estudio conmigo filosofía y letras. Pero no quiero hablar más de aquella noche fatídica. Otro libro de Chejov sus obras completas encuadernadas en piel se perderían de la mima manera en el paritorio del hospital de la princesa Beatriz donde nació mi primera hija. De modo que puedo decir que el autor ruso se encuentra plenamente integrado a mi vida en lo que guarda de casualidad, de absurdo o de veleidades imponderables del destino. Vete tú a cantarle los blues a aquellas mujeres que un día te quisieron y te dejaron de querer o no te quisieron nunca porque todo fue un fallo de la fatalidad. Aquel primer amor bien pudiera haber acabado en tragedia, a no ser por la intervención del ángel fuerte que me gobierna. Los besos que soñabas los momentos radiantes de felicidad los veo ahora convertidos en humo. Ah, san antonio de Padua valedor de este pecador. Estaban las sandalias del mujik cubiertos de barro. Eran las trapisondas de los siervos de la gleba. Las falsas promesa de las mujeres. Las esperanzas y lo sueños que se colaron por la atarjea del vodka. Yo estaba tan tranquila en mi casa. Tú me pegaste al volver de la taberna. ¿Me quieres Afasia Argimirovna? Más te querría si no me mirases con esos ojos diferentes a los de entonces y ese rostro que despliega una gran nariz. Tengo una jaqueca terrible a causa de la borrachera de la víspera. Mañana es la fiesta de la Durmición. Las campanas repican a gloria pero hay mucho duelo en mi corazón. Me sube la tensión, me vocea, es como una yegua que descarga coces en mi trasero, me crispa y me sube la tensión a 17-10. he de controlarme para no golpearla. Ay de ti si sacas la mano a pasear. Son dos años en la trena. Dominarme me cuesta dios y ayuda y mis dineros pero no te preocupes cuando venga el fin del mundo todas las iglesias del mundo catedrales oratorios, ermitas y capillas y hasta el templo de salomón volarán al cielo. En 1937 por estas fechas los buitres circunvolaban los cultivos de Brunete. Fue el año del horror. Las aranzadas mostraban las panzas abiertas de los cadáveres de los mulos. Los campos estaban sembrados de cadáveres. La aviación había arrasado con sus bombas los trigales. Pegaron fuego a las encinas y el chasquido de las ascuas tuvo aquel verano un cierto parecido con el golpear de la lluvia mansa sobre el canalón. En conmemoración de aquellos muertos a los que todos olvidan yo me fui de vareta difunto de  taberna. Me cagué sobre las retamas del olvido. Antón Chejov, ay dios mío, no sé para que valiere la literatura. ¿Sólo remesas de papel para limpiarse el culo? Puedo decir que en el día de la Durmición me cagué en los adoradores de Belial en los masones del mandil que ofician sus abracadabras con capa pluvial y manguito y hacen por la tele y por la radio los conjuros del anticristo

                             

 

 



 

 

 

 

 

lutero 500 años

 

I LOVE & HATE LUTERO

Puso a la iglesia patas arriba biblia que te crió nada de imágenes prohibido el incienso trajo a Europa a los iconoclastas se mofó justamente de las indulgencias bulas y misas de réquiem para comprar el cielo. Desenmascaró la lascivia de la corte papal. Roma putana pero sacó al demonio del infierno embarcándonos en la guerra de religión que hoy renacen.

Era fraile y era alemán.

Creo que alemán antes que fraile que moldeó la conciencia de un país en sus virtudes más nimias: el hombre ha nacido para trabajar, laborar le redime, and it keeps him out of mischief.

En la edad media la fiesta del corpus christi y otras mayores se santificaban con vino, mujeres y sangre como saben los que hayan leído a François Villon y de quien yo escribí un libro. Así que misa tambor y gaita comilonas y por la tarde el lupanar.

Luther was right about that but wrong in discrediting the mystery inherent to the Orphic inscrutability. You believe in what You don understand.

Pretendió hacer un cristianismo non frills, desnudo de altares y de ropajes apabullantes pero abrió las puertas de la iglesia, una iglesia laica y descafeinada de curas y de frailes camándulas a los alemanes.

Grandes escritores pensadores filósofos músicos germanos eran hijos de un párroco de la misma forma que en Rusia gracias a los popes se mantuvo la gran cultura y a veces la revolución.Nietzsche, Ángela Merque,  Leasing, Jung, Schliemman el que descubrió Troya, Manuel Kant nacieron en el seno de una vicaría. Horst Wessel, Helmut Schmidt y Honnecker fueron hijos de sacerdote.  Humilde y local. Alemania con sus luces y sus sombras sus virtudes y sus defectos lleva el alma luterano en su interior.

Pero cuanto más admiro a Lutero más ortodoxo bizantino me siento porque no concibo mi fe sin la divinidad de los misterios órficos. El culto protestantegottdienst me aburre tanto como la música de Bach.

En los coros eclesiásticos rusos está la magia de la cual carecen los ritos protestantes y católicos.  La más sublime plegaria es la oración cantada. Saliendo del alma.

En la iglesia romana antes no era así y es que para una religión prenda tiene que existir un aspecto mágico, inefable, inconfesable que ni con notas musicales ni con palabras se puede deglutir.

Es un duende que atrapa. Los luteranos prohibieron el incienso de los misterios órficos, negaron los milagros, la intercesión de los santos y siguieron la máxima talmúdica dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos.

 

El justo no peca precisamente porque es un elegido y se justifica a sí mismo por la gracia. Grave herejía esta fe sin obra que pretendía el ex fraile agustino y su bella mujer Catalina Bora. El ahorro, la templanza to live thriftly and think highly que adopta el protestantismo inglés, nada de fumar y nada de drogas, control de los afectos, amor al trabajo, racionalismo, pasión por la lectura y la filosofía, ciertas tendencias musicales, constituyen el gran legado del alma alemana que es en sí el alma de Europa. Luces y sombras. Éxitos maravillosos e incomprensibles catástrofe. Eso es Alemania luterana contra la cual luchamos los españoles dando de lado al hecho incontrastable de que nosotros somos parte del alma alemana pues corre por nuestras venas sangre de los visigodos.

 

 

 

AQUÍ SOLO CANTA EL RAITÁN

 

De todas las lenguas romanas y románicas, de entre todas las diversas jergas y tonalidades en que se hablan las lenguas de España, creo que los vocablos más hermosos los conservan vascuence y bable. Dos idiomas que fueron hablados por gentes aldeanas que tuvieron un comercio natural y sin mistificaciones de ningún tipo con la naturaleza. Por eso se hablan como susurros en las frondosidades de los bosques del país cuando la brisa besa los árboles o los santigua el viento entre las ramas. Y se refieren a conceptos directos y concretos. No se trata de hablas especulativas o analíticas. Obviemos las ampulosidades anfibológicas de la política. Aparte de eso guardan en ambos casos las esencias entrañables del pasado prerromano (el celta y el ibero) por lo que se refiere al guipuzcoano. En cuanto al bable es lo más parecido al lenguaje de los juglares y de los héroes de los cantares de gesta o al de las legiones romanas que acamparon en el Bierzo, la Asturica invicta, cuartel general de la Legio VII Gemina también llamada Victrix (la victoriosa). Es nuestro romance más puro y a él hay que volver para estudiar la evolución léxica o sintáctica del castellano. ¿Quién no se ha extasiado ante la ternura de una balada en vascuence como el amets egin goitzian? ¿A quién no se le alegran las pajarillas o se le vuelve el alma de almíbar al escuchar los sones del pericote o de la danza prima? La llingua asturiana guarda asimismo de términos propios de ascendencia celtíbera. Bellos vocablos como cadeixo, enciso, xana, hatores.

Los sufijos diminutivos en in parece que endulzan la entonación de la marina y de las brañas cuando risca la luz las entrañas del monte. Hay vocablos como vixu y orballu y en la prosodia juega a la dulcificación general una yod intervocálica. En asturiano no existen las jotas que dcen las trajeron los moros pero que yo creo que son préstamos del habla fuerte de Vascongadas. ¿Anduvo por aquellos montes la Tribu Perdida la XIII? ¿Estuvo de verdad el paraíso en Cantabria? Por Pravia dicen salió la lluna y calentémonos cabe llar pero un poco más arriba por los concejos de Tineo esta l palatodental se hace explosiva dando lugar a tsuna y a tsar por llar. El cronista piensa en estos asuntos oyendo esta mañana cantar al raitán pájaro bello y mínimo que se solaza tras los "finxos" de la era mientras la tarde cae son sombras prometeicas sobre los cerros astures. De todas las aves de la creación quizás sea el raitán el de menos envergadura pero su canto es recio y potente como el de una gaita que suena en alborada matinal. Anida en ramas de castaño este pequeño prodigio de la fauna animal y busca a la compañera atrayéndola con sus filados bajo los ladizos del hórreo de castaño. El de mi casa es del siglo XVIII. Un epígrafe en el dintel escrito a gubia en letra inglesa: Fizolo Lucas Fernández en 1789. Podíamos hablar mucho de esa fecha. Cuando las horcas tomaban la Bastilla aquí estaban tallando troncos para construir cabazos y paneras los carpinteros de ribera. Al raitán no le ve. Es tímido como el ruiseñor y huraño como el urogallo. Sus tonadas, sin embargo, alegran los prados. Atardeceres mágicas. Un ángel de luz nos lleva en volandas por los montes del paraíso allá donde queda la Sierra del viento. Esta región nos prende a los que somos de secano. A los animales domésticos aquí los bautizan cuando los fierran. Pero si nos aguardamos un poco a que cierre la noche a lo mejor vemos cabalgar sobre los tejados el espectro de doña Berta. La propietaria de la casona que escribía cartas de amor al carlista habita en mi aldea. Y la verdad es que estas cosas nos hacen ser un pueblo rico y esperanzado como diría Borges. Debe de haber trasgo en el vallado. Las xanas bajarán a peinarse a la fuente del reguerín, después habrá esfoyaza junto a los calderos. Ye tiempo de castañas.  Es por San Martin patrón de Europa. Habrá luna llena. Entró el otoño, esperamos la nieve, pies quieto y escuchamos el sonido de las manzanas al caer del árbol y besan la tierra. Música celestial que desnuda primaveras antiguas

 

ROMA FRENTE A TOLEDO. DIFERENCIAS ENTRE EL RITO CLUNIACENSE Y EL MOZARABE

 

 

 

Martes de cuaresma de 1071. Monasterio de San Juan de la Peña doscientos monjes cantan prima y tercia con arreglo al antifonal compuesto por san Isidoro. A la tarde fueron oficiadas las vísperas siguiendo el misal cluniacense. Si prima, tercia, nonas y laudes fueron toledanas al atardecer los salmos y lecciones fueron romanos. Fue sin duda el ocaso de una civilización. El cristianismo en España llegó por el sur en la ruta mediterránea de Bizancio. El episcopado, las parroquias, las devociones conservan la impronta griega. El ritual mayormente es cantado y no hay consagración sino epiclesis con incesantes invocaciones a la Trinidad y al Espíritu Santo. Retumban bajo las bóvedas de los recoletos templos los trisagios atanasianos… agios… agios.  Dios fuerte, dios santo, dios inmortal, ten piedad.

 

 Y los misterios se celebran ocultos en el reservado tras la puerta de los dones del iconostasio que vela la visión de los fieles. como en esa pequeña catedral del rito visigótico que es la iglesia de santa Cristina de Lena que por su recogimiento y acústica lo que se denominaba en arquitectura ortofonía me recuerda a las sobori o catedrales rusas, una reminiscencia de los ritos órficos

 

Fe es creer lo que no vimos dice el Ripalda. Se abre la puerta y aparecen los tres diáconos. El chantre canta la epístola y el preste bendice al pueblo revestido de ricos ornamentos no con la mano extendida sino juntando los tres dedos de su diestra. Las misas del Cid antes del primer canto del gallo duraban tres horas y en las dos pascuas toda la noche. En el poema del Cid con ese verismo de la cuaderna vía se nos advierte que el prócer besará la mano sólo a su obispo y al padre santo romano le hará reverencia pero no le besará la mano.

 

Devos dios malas gracias, ay papa romano,

 

Enviasteme a pedir tributo cada año

 

Traerrvoslo ha el buen rey don Fernando

 

Cras vos lo entregará en buena lid en el campo

 

Este verso resume el malestar que produjo entre el clero castellano la orden del papa Alejandro II  de suprimir el ceremonial antiguo. Hasta hubo una ordalía. Se encendió una hoguera a las que fueron arrojados dos misales. El que se quemara sería el falso. Fue pasto de las llamas el de los cluniacenses pero en Roma no hicieron caso. Castilla había de aceptar por las bravas el mandato papal. Gregorio VII, también llamado el monje Hildebrando, muerto Alejandro, amenaza con enviar a la marca hispánica una cruzada bajo el mando del conde Ebles de ROUCY, hermano de la reina Felicia de Aquitania. Sancho Ramírez de Aragón claudicó ante las reivindicaciones de la sede apostólica que invocaban su derecho sobre la cristiandad española en una concesión del emperador Constantino al papa Silvestre al que dona sus posesiones en España.

 

 El papado era una institución merovingia donde lo temporal se confunde con lo espiritual y el papado por eso actuó como un señor de horca y cuchillo conforme a la mentalidad medieval. El obispo de Roma juntaba sus propias mesnadas, tenía un ejército y salía a campaña contra los otros reinos cristianos. Mal ejemplo pero encarnaba las dos ideas claves del poder medieval: trono y altar.

 

Dicha creencia- la iglesia como institucional temporal comete fallos, no así en su calidad de mandato divino- va a dar desembocar en los papas poco ejemplares de la edad de hierro del pontificado, o en la lucha de las Investiduras y el escándalo de las cruzadas, que llevarían al enfrentamiento de Roma y Bizancio. Toledo quedó entre medias.

 

 A este respecto los españoles pedían dispensa alegando que ellos tenían su propia cruzada. Les bastaba con la pelea contra el sarraceno, una empresa en la cual no participaron los otros reinos cristiano allende el Pirineo. Lucharon ellos solos con las barras de Aragón y el pendón castellano.

 

Con la proscripción del viejo misal perdimos centenares de himnos, colectas y fórmulas de veneración de las que se conserva alguna como el Attende, Domine et miserere que sonaba en Cuaresma o el Rorate coeli desuper en Adviento, pero ganamos la maravillosa polifonía del Canto Gregoriano de una tremenda solemnidad y más austera que el ritual gótico. La iglesia fundada por Jesucristo es eterna. Y depositaria de la fe en la resurrección y la vida perdurable. Sin embargo, a todos los que hemos estudiado su historia nos encontramos con contradicciones e interrogantes que son obra de los hombres – lo esotérico interior y lo exotérico o externo que se une a lo misterioso. Una, católica, apostólica. La barca del Pescador cruza los mares aborrascados de los tiempos y padece del espiritu de contradicción y las contradicciones. Esa iglesia española que acató las normas gregorianas, imbuido del espíritu profético, ha sido una de las más grandes en extender y propagar el evangelio, sobre todo en Hispanoamérica. La monarquía española se hizo cargo de ese espíritu mesiánico de la defensa de la catolicidad y sigue en la brega aun hoy en día cuando arrecia la más lóbrega persecución de los grupos protervos enemigos de la cruz. Cabe recordar que fue bastión contra el Islam. El ritual incoado por el Vaticano II al que hemos criticado sin entender y sin haber conocido mucho de los tesoros que guarda el nuevo breviario no ha sido respetado en toda su grandeza. Nada tiene que ver con sus dos precedentes, el gótico y el gregoriano, pero es faro de luz que ilumina los nuevos tiempos, apocalípticos- los cristianos están siendo expulsados de Jerusalén y en lugares como Pakistán se martiriza a creyentes por recibir el bautismo y un imán saudita ha dicho que hay que asolar todas las iglesias cristianas de Europa y sustituirlas por mezquitas- en parte, pero la vida de la SRI ha sido una perpetua Apocalipsis un cambio incesante porque las sociedades y las mentalidades evolucionan y se mueven. Credo in unum Deum. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. Hoy cuando nos sentimos muchos de nosotros en orfandad es necesario proclamar la veneración trinitaria frente a la molicie y la comodidad de una sociedad descreída y dominada por medios de comunicación cristofobos.

Advierte don Ramón Menéndez y Pidal que las relaciones entre Oviedo y san juan de Letrán fueron muy escasas antes del siglo XI. Tras la conquista de Toledo van mejorar algo. Sin embargo, los obispos españoles guardaron celosamente su autonomía. Excomulgaban y canonizaban por sí mismos. A roma sólo se acude cuando surge un litigio con las otras diócesis que en sus orígenes se llamaban heptarquías a la manera griega. El recelo y las suspicacias van a ser constantes durante toda la edad media con figuras tan impresionantes como el arzobispo Carrillo que decía que él se pasaba por los mismísimos los rescriptos, breves y bulas de los padres santos.

A Cisneros lo metió en la cárcel eclesiástica de San Torcaz porque el bueno de fray francisco antes de ser fraile se llamaba Fernando y era un cura de pueblo había peregrinado en demanda de un beneficio que le correspondía en cierta parroquia al lado de Alcalá. Gil de albornoz hizo lo mismo con el arcipreste de hita por su renuencia a aceptar el celibato. El cisma de occidente y la coronación del papa luna surge como telón de fondo a tales litigios por cuestiones de jurisdicción y preeminencia. Se reconocía al soberano pontífice una autoridad de primus inter pares. La reforma cluniacense va a representar  empero un triunfo omnímodo y total de la sede apostólica aunque el episcopado español siga siendo autónomo en sus propias diócesis y el gran impulsor de la lucha contra los sarracenos como ocurre con Cisneros, Jiménez de Rada, el arzobispo Carrillo de Alcalá, Gil de Albornoz y otros.

 

El redescubrimiento del rito mozárabe que se conservaba sólo en una capilla de la catedral toledana donada por Cisneros es una gran riqueza para la iglesia en medio del desbarajuste litúrgico imperante y el primer peldaño para el acercamiento de Roma y Bizancio separadas ambos tronos desde las excomuniones de Miguel Cerulario en 1055. oremos para que acabe el cisma. La iglesia romana y la ortodoxa necesitan estar juntas para hacer frente a la protervia de un anticristo que nos ataca desde todas partes.

 

 

 

ARZOBISPO CARRILLO PRIMADO DE TOLEDO

 

 

 

“DON ALFONSO Carrillo —nos informa Hernando del pulgar en su “Claros varones de Castilla—arzobispo de Toledo “fijo de Lope Vásquez de Acuña fue ome alto de cuerpo e de buena presencia. Era de los fidalgos e de limpia sangre de Portugal. Su abuelo era caballero portugués que vino a Castilla al servicio del Rey don Juan el que fue vencido en la batalla de Aljubarrota. Fue primero obispo de Sigüenza y después proveído de la sede toledana suplica del Rey don Juan. Rezaba bien sus horas e guardaba cumplidamente las ceremonias que la iglesia manda guardar. Fundó el monasterio de san Francisco en Alcalá. Era de gran corazón e su principal deseo era fazer grandes cosas y tener gran estado por haber fama e renombre”. En este retrato psicológico del controvertido prelado una de las figuras claves para entender la España de Enrique IV nos lo describe certero. Su ascendencia lusitana va a determinar su alineación en el bando de la Beltraneja y de las luchas banderizas de aquel reinado que derivaron en la batalla de Olmedo acabando con el escarnio de la “mofa de Arévalo”.

 

Se trata, pues, de un obispo a la vieja usanza. Eclesiástico ciertamente pero prevenido en frontera. “Los moros, dice el cronista Pulgar que también era converso y del bando de Isabel en contra de la facción de su hermanastro don Enrique, son omes belicosos y astutos e muy engañosos en el arte de contiendas e varones robustos e crueles al acecho por las montañas” Acérrimo personaje que se curtió en las luchas contra el Islam. Magnificente y generoso.

 

El cronista no nos cuenta que su corte episcopal en Alcalá rivalizaba  con el palacio de los papas en san Juan de Letrán o en Aviñón con más lujo que el propio alcázar segoviano donde vivió el último de los trastamaras. Se daban fiestas y banquetes y saraos. Acogía a músicos y poetas, siendo muy amado por sus feligreses, quienes según el refrán  eran de origen converso en su mayor parte o morisco: “alcalaino fino no bebe vino ni prueba el tocino”... aunque le dé al cristal de vez en cuando… porque la ciudad complutense siempre gozó en España de  tolerante, muy al contrario que Salamanca  más rigurosa y levítica. 

 

También puede ser que el propio don Alonso, al igual que don Juan de Torquemada luego cardenal de san Sixto y Alonso de Cartagena arzobispo de Burgos y el mismo cardenal Mendoza el cardenal de España, proviniera de hebreos lusitanos

 

Tampoco se refiere Pulgar a su pasión por la quiromancia y las artes mágicas de gran boga en la época, a su desdén por los rescriptos y anatemas que llegaban de Roma. Cisneros al que tuve encerrado trece años en la cárcel arzobispal de San Torcaz por causa de un beneficio por el que pleiteara fray Francisco que por entonces no era fraile sino cura secular y se llamaba Fernando, habiendo acudido a san Juan de Letrán para traer una dispensa papal fue una de sus víctimas. Echó al fuego la bula papal Carrillo y mandó encerrar al que había de convertirse en Regente de la corona.

 

Tenía un hijo natural por nombre Troilo al que regalaba con solicitud paternal pero que falleció a los quince años. Y un gozque o perrillo de aguas con cuyas gracias entretenía a sus huéspedes, a decir del cronista Palencia en la “Cuarta Década”. En todo resulta muy humano el perfil que de su persona esbozan los analistas de la corte de Enrique IV y de su hermana.

 

No solía oficiar misa más que en las solemnidades pero la oía a diario de labios de alguno de sus capellanes según costumbre.

 

Siempre que pasaba yo camino del archivo en la plaza de las monjas, la estatua del primado mitra báculo y capa pluvial parecía saludarme desde su pedestal oscuro en la amanecida. Con su mano tendida sobre el horizonte o de lo alto de su mitra donde posaba casi siempre algún pájaro señalaba el horizonte embelesado por ese misterio que se llama España.

 

¡Qué alteza, cuanta magnificencia y calidad con sus virtudes y defectos debió de encerrar aquel prelado!

 

Por su aspecto respondía a la imagen de lo que debiera de ser un jerarca de la iglesia medieval que definió la Reina Católica: “pláceme ver los caballeros en  campo, los obispos de pontifical y los ladrones en la horca”.

 

Generoso y hospitalario. Sin embargo, el cronista oficial puntualiza: “Sus pensamientos eran más altos que sus fuerzas y su gran coraçón no le dexaba discernir ni consentía medir con las grandes empresas que tomaba, e desto se seguían trabajos y fatigas continuas”. Luces y sombras en la vida de este gran arzobispo que ocupó la silla primada treinta y seis años.

 

De una liberalidad acérrima porque en su casa no había pobres se derivó la bancarrota de su primacía al final de sus días. A todos cuantos le venían a visitar les regalaba, acogía, les vestía en la curia y alimentada pero muy belicoso y amante de la guerra también era.

 

Después de la del obispo Gelmirez el de las Navas la figura de Alonso Carrillo se convierte, para bien o para mal o en detrimento de las murmuraciones de sus enemigos, en uno de los gigantes de la historia de la iglesia española a través de su pretensión de mantener una cierta equidistancia o autonomía respecto a Roma. “Del Papa a veces fazía mofa pero nunca malfetría”.

 

No era la codicia la inspiradora de una de sus aficiones: la crisopeya sino la caridad. Quería convertir el hierro en oro para dárselo a los pobres y remediar así las necesidades de los pobres de Alcalá. A causa de su manirrota largueza generosidad murió pobre y arruinado a los sesenta años. Su sepulcro se encuentra en el trascoro de la iglesia mayor de la ciudad complutense. Y su monumento me saludaba a través las nieblas del Henares en el entrelubricán de la aurora complutense nada más cruzar la fachada de la Universidad.

 

En parte entendía yo al verlo tan tieso y tan rehecho la vera efigie de un arzobispo de Toledo orgulloso y triunfal sobre el bloque de mármol las razones que se les escapan a los enemigos de nuestra fe católica dando de lado a un hecho sustantivo que la iglesia está integrada por hombres.

 

Es una institución temporal y asimismo espiritual. Lo esotérico y lo exotérico van de la mano. La médula y cáscara se juntan hasta fusionarse.

 

Por eso, continúan apedreándola los escribas y fariseos de todas las épocas. Por eso somos pasto y comidilla de los hipócritas y los que disparan contra la casa ajena cañonazos cuando la suya tiene el techo de cristal. Lo malo de los españoles es que desconocen su historia dejándose engañar por los farautes del miedo y los mensajeros de la autodestrucción. La verdad es que somos un poco deletéreos. Un poco de flema y no ser tan aguerridos en nuestras descalificaciones no nos sentaría mal

 

 

DÍA DE SAN BERNARDO EN FUENTESOTO

 

 

 

Un año más y siguiendo una tradición secular perdida pocos años antes de la guerra civil y resucitada en tiempos de la democracia, Fuentesoto honró al glorioso san Bernardo con la procesión a la ermita de san Vicente de las Povedas, camino de Pecharromán.

 

Dedicada a Vicente aquel diacono aragonés mártir de la fe, cuyo culto estuvo extendido en la Hispania visigótica, es uno de las joyas románicas mejor conservadas —sólo un ábside semicircular cubierta de bóveda de cañón tres lucernas o saeteras y guardapolvos con adornos de taqueado jaqués, figuras geométricas y adornos florares en los capiteles, en la parte interior se representan animales y obispos, que corroboran la suposición de una mano mudéjar, respetemos al Islam— edificado c.1135 en piedra caliza. Seguramente, formó parte de una “anillo de oro” o círculo de monasterios de monjes blancos que sustituyeron el anacoretismo (aquella zona del Duratón es comarca de cuevas como la de los Siete Altares de Sepúlveda) por el monaquismo. Los solitarios de esta Tebaida segoviana en zona apartada y abrupta optaron por la vida en común.

 

Los monasterios del Cister eran lo más parecido en los siglos medios a los “kibutz” israelíes de hoy. Eran centros de producción y feudos de defensa. Allí se abrazaba un género de vida austera de trabajo y plegaria, también de estudio porque el “armorium” o cuarto de los libros era tan importante como el refectorio y el dormitorio corrido, vida en común.

 

Pero no sólo rezaron. También trabajaron, plantaron viñas, cavaron huertos y araron tierras. En los majuelos de Sacramenia, Pecharromán, el Vivar y Valtiendas se pisaba una uva que, transformada en mosto, daba el mejor clarete del mundo.

 

El Vega Sicilia y los excelentes caldos de la ribera del Duero zona Peñafiel fueron el descubrimiento de estos frailes blancos que todas las tardes cantaban himnos en honor de la Virgen María y tomaban un jarrillo a las comidas. Ellos trajeron el vino y el canto gregoriano. Eran monjes soldados.

 

Tengo entendido que Ben Gurion copió algunos capítulos de las Constituciones para el Estado Hebreo de Bernardo de Claraval, aunque sustituyendo la palabra Dios por la Roca de Israel.

 

El monje ideal, apartándose del mundo, goza de las buenas cosas de la existencia: el trabajo, el reposo, la quietud, la amistad sin los líos del amor y la familia, la caridad con el prójimo, abraza la virtud en menoscabo del vicio, aun sin perder de vista la fragilidad de la condición humana que con frecuencia sucumbe a la tentación. Ora y labora. Huye, calla, llora y reza es la receta del Talmud en la lucha contra las fuerzas diabólicas y el espíritu maligno que nos rodea

 

Hay rasgos misteriosos o que no se comprenden en la personalidad de este bienaventurado abad borgoñón, el cual a lo largo de sesenta años de vida pobló Europa de casi dos centenares de monasterios desde el Humber inglés en la frontera con Escocia hasta el Duero y desde el Loira hasta el Danubio y el Vistula. Eran vergeles, jardines de María, remedando el “hortus conclussus” de la Biblia, ¡qué descansada vida la del que se aparta del mundanal ruido! situados en valles apartados a orilla de los ríos y en Castilla los muros sagrados de estos monasterios como los de Sacramenia se convierten en alcázares fortificados. Visión del locus amenus pero sin bajar la guardia, que el enemigo acecha.

 

Por fuero de Brañaseca otorgado por el rey Alfonso VII el Emperador surgieron los aportillados o caballeros prevenidos en frontera. Los esclavos podían manumitirse al socaire de esta norma y los musulmanes gozar de libertad dentro del territorio castellano. Así como los judíos. Parece que hubo dos aljamas importantes una en Sacramenia y otra en Sepúlveda.

 

Claro que esto no se cumplía siempre porque los monjes soldados al llegar la primavera llamaban al arma y tenían que pelear contra los invasores del sur. A juzgar por las adarajas o ladrillos sin terminar de ser colocados se aprecia que las iglesias de san Vicente y las de san Gregorio no pudieron ser terminadas porque se acabó el peculio, por las prisas de la llegada de una aceifa o porque el enemigo las derribó.

 

Son misterios que suscitan la meditación del que contempla estas sagradas piedras. Otras plumas más cualificadas como las de Quadrado o las de mi paisano el doctor José María Costa Arribas— en las páginas del Adelantado— disertaron, con más autoridad que la mía, sobre las peculiaridades de esta comarca en la franja ulterior de la provincia en todos sus aspectos (lexicográficos, aperos, refranes, trajes, modos de labrar y construir, usos y costumbres incluso el sentido del humor que es muy peculiar según nos ha descubierto el gran escritor, musicólogo y etnógrafo  Joaquín Díaz.)

 

Sin embargo al que suscribe le cumple el orgullo de que mis paisanos no hayan hecho caso omiso hacia mis prevenciones sobre el valor histórico de estas joyas ocultas en sus predios.

 

Ya en 1968 publiqué (ya ha llovido) un reportaje en Diario SP “Ermitas abandonadas en el camino de Sepúlveda a Peñafiel, era el título, con unas excelentes fotos de Santiso. Hoy san Vicente que por aquellas fechas era un muladar está abierta al culto y los “corines” mote con que se designaba en la comarca de Villa y Tierra a los de Fuentesoto con gran esfuerzo adecentaron la iglesia de san Gregorio. Que san Bernardo confesor y san Vicente mártir los bendigan. Loores y vida larga

 

 

 

 

 

 

CRISTINA KEELER I WAS HER BOY FRIEND

 

 

 

Those were the good old days and here we are in the middle of Christmas Shopping when bad tides arrived: Mandy her roommate and friend is dead. Did you remember the affair Profumo, a Jew from Spanish extraction? the big traitor of England. He made the collapse of the government of Macmillan. The Tories went to the dogs That only could happen in the swinging sixties in London.

 

It was an estrange affaire of beds Russians, journalists, scandal. Fleet Street and the big Dos of the big days. We never had it so good. A beautiful woman Cristina Keeler a cockney de bon air everyone of us fell in love with her. London Bridge was falling down lady my lady lee the lights of Picadilly in and out. SOHO and its big dancing halls The Locarno in Hull and the Empire in London. One day i think a danced with my Fair Lady and I was in love with Christina Keeler nights of White satin never reaching the end and letters were written never being to send. Yes, Mr Macmillan you were a superman. Well done Harold. Everything was nice and easy and at hand. I never felt so free. Could not care less of the future; a few pounds in the bank, money in the pockets to spare in the pub. We made a tower of nickels and dimes. And the coin of sixpence was real silver. Another pint of bitter please and running a Mini Cooper having a few in the tavern round the corner chasing the birds. Those were my sins. My idea of life was to have a god time hanging around. All girls those days wore big eye lashes and miniskirts That was top of World top of the pops with Jimmy Savile (click clack every trip fasten your belts we didn't know that the big communicator of Radio 1-70 and the BBC was not who appeared: a simple and friendly Yorkshire man was a bit of a monster, and Tony Blackburn (at that time we never Could imagine that that Yorkshire freak with the White wig and the big fat cigar braying and whining like the donkey and the mare Could be the child abuser the indecent exposé, the cruel Bluebeard) A hard days night. We worked hard to get you Money and buy you things. It was starting the civilization of consume. Well, Mandy Rice Jones is dead she was seventy just my age the same that Christina Keeler the most beautiful woman in London the red hair. Vintage 1944 I love Cristina Keeler a woman of my age. Profumo affair.

 

Ivanov the Russian spy passing information to the Kremlin. Baths at mid night in a swimming pool in a very posh district in London. That was the week that was quoting Mr. David Frost black and white TV and on Saturday nights match of the Day. Doctor Ward who was poisoned by the British Intelligence Service. He ran an agency  for call girls. The Doctor osteopath was a pimp. Rest in peace, dear Christina

 

CATEDRAL DE TOLEDO. A MÁS RICA: DIVES TOLETANA

 

La catedral de Toledo sede primada es misteriosa y encaramo bosque de piedra alzada fantasmagórica que se alza sobre el cerro sueño del Greco. Se me apareció sobre el paisaje un día de mi adolescencia. Luego en los 60 se puso de moda entre los estudiantes los viajes a Toledo el cigarral donde escribía y trabajaba sin parar Gregorio Marañón.

Es un pecado mortal para un endocrinólogo la perdida del tiempo. A mí Toledo se me clavó en la mirada. Canté su garbo en algunos de mis poemas. Posee toda la grandeza y ese furor de los obispos guerreros que se calaban la celada prevenidos en frontera Gil de Albornoz o el arzobispo Gelmirez el de las Navas.

A Gil de Albornoz le echaba en cara un papa de Aviñón cuando regresaba de Bolonia donde acababa de fundar el colegio de los españoles sus pasiones bélicas. Ni corto ni perezoso Su Eminencia mandó traer un carro lleno de cadenas y de cerrojos:

          Mirad, Santidad. Ese carro de guerra cargado de cadenas y de candados. Son las puertas de las ciudades que gané para vuestra tiara.

Don Alonso Carrillo cuando recibe un breve de Aljandro VI amonestándole por su mal comportamiento con Cisneros rasgó el papel en cien pedazos y metió en la cárcel al que había de ser uno de sus sucesores en la silla primada.

Vuelvo a visitar la catedral para abstraerme de este ambiente deprimente que nos invade a los españoles por las mentiras y desacatos e insultos contra España. La sombra de don Opas vuelve a pasearse sobre la piel de toro.

Aspirar el perfume de los siglos le viene bien a mis pulmones saturados de humo y de los aires mefíticos de la actualidad española. Busco el anonadamiento místico.

Los boceles del tímpano de la Puerta del Perdón elevan mi mente a la serenidad del pantocrátor. Busco la abstracción solemne del airoso botarel, la gárgola de boca monstruosa y los arbotantes que hacen equilibrismo sobre los muros encaramados.

Quisiera escalar el más alto pináculo para tocar la trompeta del juicio final como ese ángel estampado en una de las cresterías.

Voy huyendo de los azotes con que nos disciplinan las noticias de las breve y esta sordidez castrante de los comentaristas políticos con bocas de sapo y desagradables voces de chicharra. Mi alma está sedienta de armonía. Es lo que hoy no acontece.

Busco en los diccionarios la palabra “eutrapelia” que es el resultado del hablar bien y sentirse bien como resultado del goce contemplativo.

 Quise reencontrarme con esa historia de que cuyas enseñanzas se abstraen la educación canalla de esas constituciones que negaron a España. Por el Miradero bajaban los estafermos gigantones y cabezudos y en Zocodover ya instalaron sus reales las carrozas de la tarasca de Corpus. Toledo tres culturas cosmopolita, ciudad. Tres misterios trinitarios, tres maneras de adorar a Dios a veces no de manera constructiva pero yo pienso que el Menorah y la Media Luna siempre habrán de situarse a la sombra de la cruz en contra de lo que afirman los irenistas. Las antiguas herejías (pelagianos, donatistas, maniqueos, materialistas, saduceos que no creen en la otra vida, adopcionista del obispo Eugenio primado de esta misma sede catedralicia que pensaba que Jesucristo no era más que un profeta adoptado por el Padre Eterno) forman parte de la mentalidad moderna.

La paz nunca será posible sin admitir que Jesucristo fue el hijo de Dios verdadero.

Sale a pasear por las calles empinadas mi alma en busca de la melancólica belleza de algo que se fue. Escucho los acordes de la novena sinfonía conjugados con el rabel y las tiorbas de los juglares. Toledo es un gran romance arquitectónico. En cualquier esquina uno puede toparse con los ojos rasgados y misteriosos, ojos de fuego, de las tapadas.

Por estas cuestas subía la mora Zaida el amor de uno de los grandes reyes de Castilla.

Hago mis escorzos novelísticos; recuerdo mi pasado y el ambiente levítico de mi niñez. Yo también fui niño de coro en otra catedral. Me rindo de hinojos ante la Virgen del Sagrario. Junto al tímpano de la Puerta del Mollete sentados en cuclillas piden limosna tres mendigos runabas. Rejas doradas de Villalpando cierran el paso a las capillas.

La catedral de Toledo atrae como un imán a los hombres de iglesia, se agita ese morbo o ese duende de la utopía que llevamos dentro y hay que menear el incensario de los recuerdos pensando en lo que pudimos ser y no fuimos.

Los canónigos cantan vísperas en el coro igual que hace diez siglos delante de un facistol enorme donde se reclinan los becerros forrados de piel de toro con letras capitulares y las pautas del contrapunto. Nuestra vida debiera de ser un salmo de alabanza al Criador. Pero últimamente rezamos pocos. Sille et psalle era la norma de aquellos prestes: (guarda silencio y piensa que la mejor oración es la cantada.)

 Cantar y rezar eso es la vida, o debiera ser. Hoy nos embargan las noticias dirimentes y la angustia de los nuevos tiempos. Teníamos madera de santos pero el mundo nos hipnotizó con su mirada de lobo. Quedó, con todo y eso, como un estigma indeleble, esa ternura ese amor a la ciencia, esa belicosidad del guerrero implacable poco sensible ante las miserias humanas.

En las aulas de los seminarios adquirimos esa dureza eclesiástica que tiene en menoscabo los afectos humanos. Vaya lo uno por lo otro. Toledo siempre me dio algo de vértigo; el vértigo de sentirse español. Me hubiera gustado decir misa en la capilla muzárabe que conserva el rito visigótico bajo la mirada del cardenal Cisneros.

El transparente barroco de santo Tomé en la girola es una apertura invleible que causa pasmo. Los rizxos de la capilla de san Ildefonso la puerta del Reloj, la de la Feria y la de los Leones un torrente de armonía sube a la bóveda desde la panza del gran órgano catedralicio accionado desde la tramoya por un manchador o palanquero que carga los fuelles rompiendo la quietud las augustas soledades templo. Colgados de alguna capilla y listados por el polvo de centurias pingan los petasos o sombreros de los titulares de la silla toledana. Aquí van algunos nombres: Wistremiro, Montano, Eulogio, luz de España, Ildefonso que era tan devoto de María que una mañana la Virgen bajó del cielo a colocarle la casulla con que se disponía a cantar misa —

entrañable cuadro que puede admirarse en la sacristía del monasterio de Guadalupe—.

 Patruno, Pelagio, Melancio se llamaron los primeros obispos de Toledo.  Después de Roma, Compostela, Canterbury y Constantinopla la iglesia toledana fue la más importante de la cristiandad. Pesa la historia.

Actualmente es uno de los monumentos más visitados por el viajero. La ciudad vive del turismo Ello no es óbice para que siga celebrando el culto divino con el esplendor de los tiempos antiguos. Terminado el canto de vísperas una fila de canónigos marcha detrás del deán con la cruz procesional. La luz de la tarde que se cuela por el ventanal de las vidrieras del transepto trazando encajes maravillosos sobre el ándito de acceso al altar mayor. Se dibujan en el suelo alfombras de colores. Y cada uno de los clérigos tras la cruz procesional caminan pisando como una alfombra de luz; unas son rojas, otras verdes, otras de azul. Calma augusta. El canónigo silenciario a una indicación del pertiguero da una palmada al concluir el oficio y todos entran en la sacristía por el portón de Claverías. Me embarga un aroma de misticismo. Esta tarde no sé si la he vivido o es el reflejo de una imagen que tengo en la cabeza porque la catedral de Toledo padece también el síndrome de “seminario vacío”. Actualmente, aparece no como un lugar de devoción sino como un museo. Los turistas atendiendo a las explicaciones del cicerone miran para arriba

 

LOS REYES GODOS

13 DE ABRIL. SAN HERMENEGILDO. HAY QUE APRENDERSE LA LISTA DE LOS REYES GODOS

 

 

San Hermengildo. Me aprendo la lista de los reyes godos y está vacío el trono de los Reyes Católicos. Vuelvo con añoranza a los pupitres de mi infancia y visualizo aquel cuadro olvidado de mi libro de historia y a san Hermenegildo alargando mansamente su cuello a la toza para ser decapitado por el verdugo Sisberto.

 

Entonces creíamos que fue mandado asesinar por su padre Leovigildo que era un buen rey, que sometió a los vascos y a los godos de Septimania y expulsó a los bizantinos pero tuvo un baldón: la mancha de la muerte de su hijo fue exclusivamente por motivos religiosos.

 

Hermenegildo gobernador de Sevilla se negó a recibir la comunión arriana la noche de Pascua. Que murió mártir católico. Pero, como dicen, los ingleses “there is more than meets the eye”. San Isidoro tacha a Hermenegildo de rebelde, Juan Bricelano le llama miserable y Gregorio de Tours “mal hijo”. Sólo el papa lo elogia en la proclamación de las actas de su martirio. Es san Gregorio Magno. Fue canonizado por Sixto IV el de la Capilla Sixtina. Felipe II le proclama abogado de la monarquía española.

 

Habrá entonces que distinguir el Hermenegildo mito del Hermenegildo de carne y hueso. A los hagiógrafos puede que se les fuera la mano al pintar con tan vivos colores a este santo. Los hispano- romanos estaban divididos por la religión: arrianos y católicos. ¿Qué diferenciaba al arrianismo, una oscura herejía de origen alejandrino y de la que se sabe bastante poco pero que abrazaron los godos al renunciar al paganismo y a la religión de Wotan y Thor, del catolicismo legal?

 

Peregrinas disquisiciones bizantinas. Ambas creencias eran trinitarias y eucarísticas. Los unos prestaban pleitesía espiritual al patriarca de Alejandría y al de Constantinopla; los otros al obispo de Roma. Detrás de estas diferencias late una lucha por el poder y la hegemonía. Leovigildo un hombre práctico buscaba la unidad religiosa que encontró en el arrianismo. Sin embargo en ca el herrero cuchillo de palo que dicen por mi lugar. Su corte toledana era una avispero de rencillas por incompatibilidad de caracteres entre su segunda mujer Gosvinda que no podía ver a su nuera Inunda, esposa de Hermenegildo. El rey de los godos que hasta entonces había sido elegido por el pueblo declara la monarquía hereditaria en la persona de su hijo Leovigildo al que envía a Sevilla como “comes” (conde o jefe de su caballeriza).

 

Las rencillas no existían sólo entre la suegra y la nuera sino que también minaban las relaciones entre Recaredo y su hermano Hermenegildo. Quien en Hispalis (Sevilla)  proclama la independencia. Su padre Leovigildo acude con un ejército que cerca la ciudad. El sublevado se rinde y es llevado preso mediante halagos a Tarragona. 

 

En un capitel historiado de Oseto (Alcalá de Guadaira) se encuentra una referencia histórica que da noticia de las luchas entre Hermenegildo y su padre.  La historia que resta es por todos conocida. A la muerte de san Hermenegildo el 13 de abril de 586 es ungido rey su hermano Recaredo quien abjura públicamente del arrianismo y abraza el catolicismo como la religión oficial del país.

 

A Recaredo nadie le pidió cuentas por la muerte de su hermano.

 

Este rey que luego fue cruel y algo inhumano no tuvo un Cid ni un juramento de Santa Gadea. La adopción del catolicismo no fue una garantía de unidad de los escindidos visigodos. Desde entonces se achaca al morbo visigótico-la envidia- los males de España que son el carácter banderizo y la desunión. A aquella monarquía le quedaba no más de un siglo de vida desde Recaredo hasta don Rodrigo el felón, desde 586 hasta el 711 cuando el moro entra en España.

 

Entre medias reinaron los siguientes: Liuva II, Viterico, Gundemaro, Sisebuto (el que echó a los judíos), Recaredo II, Swintila, sisenando, Chintila, Tulga, Chindasvinto, Recesvinto, Wamba, Ervigio, Egica, Witiza, Don Rodrigo, pues era medio portugués,  murió en Viseo devorado por una serpiente... por do más pecado había ya le roen, ya le roen, y enterrado vivo. La historia hizo justicia. Aprendan la lección los felones

 

 

 

 

 

 

AMOR A CATALUÑA

 

 

 

 

 

El mejor pintor para mí Salvador Dalí al que tuve la suerte, el honor de conocer y entrevistar en una larga y accidentada charla en Nueva York. Uno de los mayores arquitectos, Gaudí, de todos los tiempos. Para periodista Eugenio D´Ors (Xenius) y José Pla, cuando no soplaba la tramontana de su imaginación que anulaba al buen payés que llevaba dentro de su inteligencia viva y sus ojos pugnaces y diminutos. Novelista a lo Flaubert fue Ramón Agustí y en su canto épico a Barcelona “La ceniza fue árbol” se acerca a la grandeza de Flaubert. Otro de los grandes incontestables fue el balear Villalonga con su obra maestra “Bearn”. Él es Mallorca y describe la isla de la calma que entusiasmó a Chopin, a Jovellanos y a Robert Graves La novela de posguerra pasa por Cataluña y eximio representante fue Joseph Vidal Cadellans que escribía también en catalán-lamentablemente esos textos no han llegado a nosotros- representa el existencialismo ante la preocupación y agita su pluma ante un mundo que viene con el desarrollismo, el turismo de masas, la secularización de la sociedad, la gran burguesía catalana que se derrumba después del movimiento Renaixança pero vuelve a resurgir después de la guerra civil. Franco-eso habrá que reconocerlo y aunque algunos lo tratan de negar de la misma forma que su apoyo a los judíos- se volcó con Cataluña y Vascongadas en detrimento de otras regiones. Y en esta lista uno no tiene más remedio que agregar a mosén Cinto VerdaguerMontañas de Canigó, y La Atlántida).

Vivió el tiempo apoteosico de los juegos florales y su poesía es una de las más grandes que haya producido ninguna otra lengua románica. Y sucedió que en su poema épico a la Atlántida orquesta el mejor y el mayor canto a España que escribió poeta ninguno.

 No en vano fue capellán castrense y estuvo embarcado en la fragata“Numancia” que sería hundido por los norteamericanos el 3 de julio de 1898 en la Bahía de Santiago. El capitán Villamil pereció pero el almiorante Cervera y él mismo fueron rescatados naufragos por un torpedero del almirante MacKinley. Llevaba a España en el corazón y supo cantarla en catalán.

A su regreso a Vic este gran admirador de Jaume Balmes fue perseguido por el clero nacionalista y el obispo Morgades, segun cuenta Castellani, le haría mil perrerías y creo que acabó sus días en la pobreza porque el prelado barcinonense le suspendió a divinis que para un cura es como quitarle el pan.

 Cataluña siempre ha contado con el fervor y la admiración del resto de los pueblos de España y yo creo que es un sacrilegio el mezclar el idioma con la política como postula el híspido, presuntuoso, engreído y odioso don Jorge Pujol. Uno seguirá leyendo a los grandes prosistas y poetas catalanes pese a todos esgtos antipaticos secesionistas qye no quieren a su patria, sólo a sí mismos, como Ausias March y Ramón Llull.

Por aquellos días esta nación nuestra vivía alegre y esperanzada bajo la consigna laborada en el escudo de los Reyes Católicos ex pluribus unus.

Ese mundo feliz se ha ido al traste a causa de la bajeza y el egoísmo de los políticos, la inconsciencia de una intelectualidad aturdida y temeraria y esos ejércitos de maniobra oculta que alzan zanjas diabólicas entre los pueblos rindiendo culto así a Satanás el Gran Separador. Por aquellos días cantábamos el “Noi de la Mare”por navidad y “Rosa de abril murena de la serra de Monserrat estel iluminá la catalana terra y guia nos cap al cel” por primavera, el "vinticinque de decembre fun fun” que institucionalizó la alegre y triste Nochebuena hispana y otros villancicos menos recomendables como “Al entrar en Barcelona dieron muerte a mi consuelo no eran cazadores eran artilleros” una canción carlista que tenía su vertiente verde jocosa en “Al pasar el Fondergat una noya i un soldat, etc”.

La amputación de Cataluña del tronco común que no creo en realidad que interese ni a la burguesía ni a la inmensa mayoría de catalanes de buena voluntad supondría seguramente la desaparición de España como nación para convertirse en un grupo de taifas.

 Sin embargo, a lo mejor es lo que interesa al gran capitalismo de la mano negra global que impone su férula mediante el terror, el miedo, la desconfianza planetaria de unos pueblos contra otros y el control mental vía prensa, radio y TV, la pornografía y el periodismo destructivo.

 La comunidad literaria española orientaba en mis años mozos el dardo de su saeta hacia Barcelona sede de las grandes editoriales. Hoy ya no es así.

Las imprentas barcelonesas fueron compradas por Hachette y otras casas anglosajonas establecen su marca y dictat de gustos anglosajones. La letra basura. La manipulación de los anales y la tergiversación pavorosa de cuéntame lo que pasó. Esa es la fija.

 Al releer “No era de los nuestros” de Vidal Cadellans, premio Nadal 1958, y para mi gusto el mejor Nadal (y dando por sentado el hecho de que este galardón quizás sea para los que escribimos en este país mucho más importante que el Nóbel porque en su concesión no predominaban los intereses políticos o los sectarismos de bloques, sólo la calidad literaria de los textos guardaba prelación) se me ha representado aquella atmósfera que yo entreveía desde mi camarilla de un seminario del norte leyendo este libro bajo las sabanas y a la luz de una linterna después del toque de oración. El tema o perioca principal podría ser centrado en lo que se llamaba a la sazón cine de autor o de valores humanos en que se levanta la tapadera de una sociedad hipócrita y se pregunta a la Iglesia Católica por qué es tan sanguinaria al arrojar a sus seminaristas a las tinieblas exteriores colocándoles en el capirote de malditos y de penitenciados por la inquisición. No era un ataque a los curas el que realizaba el ex seminarista sino una invitación a reconocer sus culpas, una amonestación a la conversión, a sabiendas de que un mundo nuevo se alzaba a través de los nuevos inventos como el utilitario, la lavadora, la heladora, la olla Express, el trasvase de las masas agrícolas a las ciudades, la venida en masa del turismo y para colmo la invención de la píldora abortiva.

 Han pasado menos de cincuenta años y la faz de la tierra se ha transformado. Después de los aviones a chorro de aquellos tiempos se dio paso a la primera huella del hombre en la luna, el mando a distancia, el ordenador, el móvil y la píldora del día después que ha traído aparejada la gran revolución feminista que el novelista catalán aunque borrosamente acierta a entrever. Lo dice en una prosa clara, neta, sin atauriques y con la sequedad de un catalán nacido en Terra Ferma en cuya estructura resuenan ecos del existencialismo de aquel entonces, Sartre, Gide y Bernanos en mezcolanza.

 “No era de los Nuestros” fue ingresada en el cupo de novela católica por la problemática que plantea pero hoy yo diría que es pura didáctica sociológica, estableciendo un estadillo de situaciones psicológicas con la reacción al desfalco y apertura de la caja fuerte de la empresa de su padre, y la huida de Jaime Arias a Francia con seiscientas mil pesetas. Las miserias y grandezas de cada uno de los personajes salen a la luz así como sus sueños, su amor al trabajo, sus virtudes y pecados, grandezas y sus miedos. Podría calificarse de Bildungroman o novela de iniciación.

Sin embargo, en su única novela Vidal plasma una obra maestra haciendo un alarde de imaginación, introspección, definición de caracteres, ambientación y esa garra que suelen tener gran parte de los premios Nadal y de los escritores del grupo de Barcelona (Bartolomé Soler, Tomás Salvador que aunque palentino fue de la escuela catalana con libros insuperables y hoy por desgracia descatalogados, Sagarra, Espriu, Xenius y otros muchos que escribieron en La Vanguardia o en el Diario de Barcelona, el rotativo más antiguo peninsular. Vaya para todos mi homenaje.

 Con la posguerra y durante el franquismo la Ciudad condal fue el emporio de la inteligencia en castellano y en catalán. La ciudad vivió un autentico siglo de oro que hoy muchos no quieren reconocer y que contrasta con el catetismo “pallus” de la actualidad.

Era entonces una ciudad abierta y se ha vuelto una sociedad cerrada. ¿Qué mano vil enterró nuestros sueños? Las barras de Aragón eran las señeras de la llibertat. Para libre Aragón, decía Gracián. El molt honorable Pichol ha convertido el viejo bastión de los gigantes en una tierra donde renquean los enanos. He is a dworf anyway y un ceporro muy lejos de la sabiduría y el buen trato de los catalanes a los que definía Cervantes como “archivo de la cortesía”. Confiemos en que su delfín don Arturo Mas no siga su ejemplo. Porque perdería Cataluña. Perdería España. Perderíamos todos. Su Cataluña agria, antipática, nadie tiene que ver con por contraste con esta Barcelona sudorosa que conoce la irrupción de los primeros turistas pero atrayente y amable que describe Vidal Cadellans en su denso libro. Apenas más de doscientas páginas. Era una ciudad en libertad a la que peregrinábamos con deleite y algún donaire los de la generación del 68.

 

 

 

JORGUINAS EN LA COSTA O LOS FURRIELES DEL MALIGNO

 

 

 

 

 

No hay moros en la costa pero las jorguinas y jorguines bailan sus jorcos y aquelarres. Animal herido que busca su guarida y ahora todos lloramos los quiries. Es la hora de los furrieles del maligno. Supura Villeguillo el ládano resinoso que es pus cancerada de muchos años. Bebe la cratera de cicuta, ya no hay vino. Crescit sub pondere virtus. La autoridad pesa y en algunos se nota más que en otros el peso de la púrpura. La talasocracia de los almogávares se acabó y los felones se van de rositas. ¿Que pasará, qué va a pasar aquí? eso no me lo preguntéis a mí que no soy experto en cremología el arte de la adivinación pertenece a las veoras del Escorial y otras hierbas. Ministros tiene el gobierno. Don Tancredo sigue subido a la escalera; encaramado está y no se baja ni pa la de dios y en esa estamos. Hoy tartamudea y va a escupir sus postizos. Le hace falta mucha crema corega que se la metan por el meato auditivo hasta el crestón de su cimera bajo el tupé ridículo y me niego a más crestomatías pues estoy hoy muy triste y cabreado y a lo mejor mis coloquios dan soliloquios de tonterías

 

 

La mula del atabalero

Pues eso. Que ya están aquí llegaron ya alza el rabo rucia que vienen los de Olmedo. Uno que ya es gato escaldado no se asusta mientras rebuznan las radios consignas y Herrero en la Onda qué chulo el tío hace las maletas para largarse a Miami. Llega la secesión y yo con estos pelos. España se va al carajo. Pero yo no me asusto soy como la mula del atabalero que ya pueden sonar zambombazos en derredor yo tieso. Esto huele a adafina a olla podrida de judío enfermo.

 Claro que esto es la consecuencia de lo que pasó en el 78 y yo recién llegado de América por protestar me mandaron a la nevera. No me congelé gracias a la ayuda de Dios pero hablan de gulags y de mares  de hielos. En la España del silencio hubo muchos mientras los políticos Suarez el Gran Filipo el Guerra el Rubio Aznar ZP Rajoy que ha venido a ser eluindertaker  o enterrador del sistema. Y el amigo Suarez el seductor pero que no sabía hacer la o con un canuto se conoce que fumaba mucho y había leído poco y se rodea de una corte de ex falangistas que quemaron el yugo y las flechas con tal de mandar y sobrevivir. A unos les puso de jefes de negociado, a otros los colocó de catedráticos en la universidad cerró el Arriba y mandó abrir esos infames Cuadernos para el Dialogoun diálogo que es un monologo que no se acaba nunca. No hay toma y daca fue el triste juego del quítate tú que me pongo yo.

Muera el latín. Hay que hablar inglés para llegar a ser algo. El nuevo lenguaje o new talkformaba parte de una de las técnicas de la conjura. Vinieron las guarderías bilingües. Había que descepar la historia de este gran pueblo llamado España y duro que te pego: bable en las escuelas, las ikastolas con libros de lectura en vascongado insultando a España y largas parrafadas contra la unidad nacional en limosín. Empezose a hablar de países catalanes y las aplicaciones de Google la nueva torre de babel construida porGuillermito Puertas gozaban de una estrategia  para la resurrección de lenguas olvidadas como la fabla aragonesa, el castúo y el mirandés. Buscaban la confusión de y el desespero recomendado por el Talmud contra los cristianos.

Llenaron de odio la cabeza de nuestros educandos y esta es la infernal cosecha. Suarez dios le haya perdonado, y a toda la tribu de idolatras que medró alrededor de su círculo vicioso y la chaqueta blanca de gobernador civil del Movimiento. Los de Segovia medraron  con la palabra al oído aquello de qué hay de lo mío, Excelencia. Llenó  la fatalidad a él y a su familia el cuerpo  y el alma de maldiciones, los suyos morían de cáncer y él acabó de Alzheimer.  ¿Fue la venganza de la Cava?

Su conmilitón el Rubio anda por ahí rey sin corona derrotando por los burdeles de lujo y ya no puede. El pobre padece de hipostasias.

 ¿Castigo de Dios? El metió a los lobos a apacentar el redil con su puedo prometer y prometo, con su persecución de la excelencia.

A los que despuntaban mandó segarles el cuello y ahí están los comisarios y cabos de vara los vititos borregueros los hijos de los comisarios de la ronda secreta que después de la contienda hacían las sacas y mandaban subir a los rogelios sospechosos al camión. Madre del Verbo Divino ¡Cuánto hijo de puta!.

Así que esas tenemos. Aunque yo no me asusto, tengo la piel de elefante y las orejas tiesas inasequibles al desaliento y a estos clarinazos de rebelión que meten miedo.

 El Viejo llevaba razón con lo del contubernio mira que se reían de él y de esa flaqueza de  los españoles a echar las culpas a otro. Somos algo conspiranoicos  por tendencia, pero llevaba razón.

En Cataluña comanda la sinagoga. Y ha salido a la palestra el director de orquesta con su instrumento en la mano – el musical … se entiende- empieza el concierto, dejemos que nos toquen el violón y que don Vitito por hacer ñudos asegure que está atando cabos son los nudos marineros que nos legó la UCD, una soga para ahorcarse.

 

Ahora volvemos al XIX a las guerras carlistas pero con mucha fanfarria mediática y despliegue de cadenas: locutoras de alcance convertidas en bustos parlantes, las furias, las harpías las Euménides y las nenias de las viejas saturnales romanas convertidas en televisión personalities. Esto no es, señores, política sino porno duro. Truculento e irritante. Ya digo para nada asustarse. Yo soy la mula del atabalero o si se quiere la de Wamba que no come ni bebe ni caga ni jode pero siempre anda

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SOROS ¿ESPONSOR DE UN FRENTE POPULAR EN CATALUÑA?

 

 

 

Georges Soros Budapest 1930 tuvo una frase para mí cuando lo entrevisté en su apartamento piso 35 de Wall Street "I´ll buy you out" (os compraré a todos) y esa sentencia categorética se clavó en mi memoria con tanta fuerza que escribí una novela. Lo que dijo aquel creso millonario que por todo único lunch se comía una manzana me invitó por cierto y yo le dije no gracia me martillea en la memoria.

 

Era la América de Carter la guerra fría pero aquel rey Midas ya preparaba the big move desde el alto edificios con vistas al East River.

 

Vendría la guerra de las galaxias, la globalidad y la caída del muro de Berlín. Mao era nada más que un tigre de papel y la Unión soviética un gigante con los pies de barro. El refugiado húngaro judío de raza fracasó como filosofo pero como economista con sus teorías iconoclastas y antiacadémico que lo hicieron malquisto en Downtown, era un brujo. Un verdadero adivino del porvenir.

 

Lanzó su formula desde la ciudadela del capitalismo. Sacaba conejos de su chistera, inventaba cosas basándose en el axioma talmúdico de que el dinero es sólo papel. I buy you out. fue el patrocinador de UCD, y se inventó una formula mágica para acabar con los estados históricos las enejes vías de penetración mediante la filantropía, el adamismo y el buenismo. Publicaba entonces libros que no leía nadie con títulos como "El peso de la conciencia" y "Hacia la aurora global". Un asquenazí de aspecto insignificante, americano desde 1948 y humilde nadie podría creer que albergaba grandes proyectos para su fundación a la sombra de Rockefeller. Subvencionó el levantamiento de Maidan y dicen que urdió planes para asesinar a Putin pero Putin es ahora amigo y ha firmado un pacto al estilo del que llevó a Europa a la guerra el  acuerdo Malenkoff /Ribbentropp con Netanyahu para triturar Europa.

 

Ahora se habla de Cataluña como eminencia estratégica de dominio del mediterráneo algo que le interesa en especial al estado hebreo al alimón con su aliado ruso. creo que aquella manzana que se zampó durante la entrevista con su parco yantar debió de estar envenenada. Uno tiene la impresión de que algunos políticos catalanes y los elches felones que gastan coleta son unos bocazas, no saben nada de geoestrategia y están jugando con fuego. Son los tontos útiles, criminalmente irresponsables. La bestia sin rostro tiene muchas caras las más terribles son las que oculta. Ases y triunfos bajo la manda. Un frente popular en España is in the offing sufragado por es este archimillonario sin patria al que seguramente no le queden muchos afeitados

 

LAS URNAS LAS CARGA EL DIABLO, MISTER

 

 

 

No piséis el cable de alta tensión

 

NI es crija ni verija

 

Se oculta el engañador

 

Con la ley del embudo en la mano y una papeleta en la otra

 

La mansa sonrisa del bobalicón

 

Elches renegados y traidores

 

Monedas falsas y chantajes

 

Abrumado estoy

 

enciendo mi trubka

 

La pipa que me ayuda a vivir

 

Sin sobresalto

 

Dando pufadas

 

Me voy al exilio interior

 

Mandan losa malditos

 

O jugamos todos o se rompe  la baraja

 

Estos predicadores del diablo

 

Son falsa moneda

 

No atienden a razones

 

Tertulianos y copleros

 

Que en las sillas ergonómicas

 

Se atentan los cojones

 

Tienen por tema del día: elecciones que son compañones

 

Pero no os preocupéis

 

Pronto empezarán a escupir

 

Su carga mortal las ametralladoras

 

y ellos se irán al extranjero a vivir de sus millones

 

¿Qué hará juanita la larga

 

El coño grande y catalán felpudo negro y rizoso de la gran contumelia?

 

Rajoy en lo alto la escalera mueve su pala de enterrador de las españas

 

La señora medio metro se fue al evacuatorio

 

Gobernar un país es algo más serio que cantar un tema de las oposiciones

 

Pero a la alcaldesa no le dio tiempo

 

Tras el retortijón

 

Se alivió por el camino

 

Cagándose en los calzones

 

Mal olerán sus bragas con palominos

 

Como estas infames elecciones

 

JUNQUERAS MIENTE POR TODA LA BARBA

¿Junqueras creyente? Ja, ja. Habló en su día y de la prohibición de entrada de emigrantes hispanohablantes latinoamericanos en Cataluña por odio a la Madre Patria. ¿Practica la religión del Zancarrón Mahometano ? Por lo que parece ante el juez ha adoptado la tesitura de que su presidencia de la Generalidad que cuesta a los es`pañoles 120.000€ bien vale una misa.
Hay habladurías sobre su condición de musulmán encubierto. Con tales mimbres los secesionistas en comandita con Puchimont, la Forcadell y adláteres, dieron un golpe de Estado del primero de octubre que acabará con la unidad de España. El movimiento catalanista incoado por Mas, Pujol y sus compinches, todos sabemos que está apoyado por Soros que forma parte del brazo zurdo del Sionismo. Parece ser que la mentira es un arma cargada de futuro. No le haga usted caso, señor juez. El capo miente por toda la barba

 

ARTURO MAS Y SUS COFRADES EN USA SERÍAN PASADOS POR LAS ARMAS POR DELITO DE ALTA TRAICIÓN

 

Odio la violencia, me repugna la guerra pero amo a mi patria y estos días ese catalán con cara de dolerle el estomago- tipo antipático y engreído mas feo que un caganet- se encarga de insultarnos y decir las mayores burradas los que amamos a nuestra patria y hemos jurado bandera. Corren malos días para la gente decente, los españoles de bien, y si Cataluña se independiza, porque aquí Rajoy no ha dicho ni mu, esta democracia se va a convertir en una opera bufa en la que todos han ido a robar. Dineros catalanes en Suiza, mutismo gallego y escucho por ABC radio al bueno de Felipe Sahagun el meritorio de Cirilo Rodríguez el que me acusaba a mi y a toda la gente de la prensa del movimiento de ser corruptos por que porque el era un becario de una Fulbright de mil dólares y de lo que se trataba era de subir, el PSOE pedía degüellos, ahora este inclito milita en las huestes de la derecha informativa porque el ABC no es lo que se dice un periódico rojo, casi me dan ganas de llevarme la mano a la pistola.¡qué país, vaya tropa! Tropa indigna de corruptos, villanos y traidores. Esta democracia puede acabar como el rosario de la aurora pero con su pan se lo coman, yo ni quito ni pongo rey, allá ellos que lo arreglen y se repartan el bacalao. Creo que va a hacer violencia. Mas tiene la suerte de pertenecer a una nación como la española a la que zahiere y detesta. En los Estados Unidos ya le habrían dado mulé los servicios secretos o los jueces lo habrían sentado en la silla eléctrica. Aquí somos más tolerantes pero a mí me parece que el lemosino don  Arturo sería un buen candidato a la corbata de hierro. Sus vilezas le harían merecedor del garrote vil

 

JUAN NEGRIN: "COMPANYS Y LOS CATALANISTAS, CULPABLES DE QUE LA REPÚBLICA PERDIERA LA GUERRA CIVIL"

 

 

 

Año 1977 acto de afirmación de la amistad hispano/norteamericana. Como corresponsal del Diario Falangista Arriba me situaron en una mesa que compartía con el hijo de Juan Negrín ex presidente de la República. Se llamaba Juan y era clavadito a su padre, vástago del segundo matrimonio del ex presidente de la Republica con una rusa, sangre canaria ojos dulces muy azules y buenas maneras. No era el ogro con que le había caricaturizado la propaganda del Régimen. Negrín hijo era a la sazón uno de los neurocirujanos más afamados del Bellevue el hospital neoyorquino de Mid Town Manhattan. A Negrín y a mí nos unía el fuerte (éramos los dos hijos de la guerra civil) amor a España y una actitud tolerante frente a la vida. Hombre muy inteligente de carácter bondadoso gordo y dotado de esa sabiduría sobre la condición humana que sólo mantienen los buenos médicos y que forma parte de las "bedside manners" y del ojo clínico. Por su aspecto era la vera efigie de su progenitor. El hijo del político más difamado e incomprendido del último gobierno republicano, le acusaban de pro soviético, trató de meter en vereda a los anarquistas del POUM, contó con la colaboración de pésimos edecanes que engangrenaron sus relaciones con los catalanes y los otros jerifaltes del gobierno de Azaña, también  en USA sufrió lo suyo después de la caza de brujas de McCarthy. Su padre hubo de volverse a Paris donde murió casi en la indigencia en 1956, pero logró abrirse paso en la Ciudad de los rascacielos y dar carrera a sus hijos. ¿Con los tesoros del "Vita"?.

 

De temperamento voltaico, un español apasionado, y con lo que tiene que temer un hombre bien puestos lo contrario de Azaña que era algo cobardón como Rajoy o Indalecio Prieto el de los Tesoros del Vita al que se le iba la fuerza por la boca o Largo Caballero un asesino. Por aquellas fechas don Juan Negrin ya había muerto e ignoro si Juan Negrin júnior seguía perteneciendo a la partido comunista.

 

Sentí un cierto feeling puede llamarse compasión y simpatía que me conectaba hacia aquel personaje un hombre contra cuyas ideas había peleado mi padre en el Ebro.

 

En aquel instante el neurocirujano me hizo una confesión a bocajarro: "Luis Companys tuvo la culpa con su fuerte exaltación nacionalista de que perdiésemos la guerra civil, publíquelo usted, si quiere, en ese diario fascista para el cual trabaja, pero es lo que decía con frecuencia papá al que no le gustaba hablar nunca de aquello... por qué perdimos la guerra.

 

Se me quedaron grabadas aquellas palabras que traigo aquí a colación porque en víspera de la Díada Catalana vuelve a repetirse la historia. Puigdemont con su pinta de demonio peludo sigue demonizando a España, por la senda marcada por Companys que llevaría a España al precipicio.

 

Tambien convendría recordar que fue fusilado el día de Santa Teresa 15 de octubre de 1940. Una hermana suya carmelita asistió a sus últimos momentos cuentan las crónicas. Ya en capilla rechazó los auxilios espirituales y pidió cigarrillos ▬  se fumé un paquete entero hasta el amanecer, era un chain smoker ▬ y dos botellas de champán. Eso sí como ultima voluntad rogó antes de que lo fusilaran ante el foso del castillo de Montjuich presentarse descalzo ante el paredón. Quería pisar tierra catalana antes de morir. Según confesión del hijo del ultimo presidente de la república española, Companys era muy terco y no se avenía a razones. Salió por la frontera española en automóvil en compañía de Aguirre, el presidente de Euskadi, Irujo, Tarradellas con una escolta de varios mozos de escuadra. El coche tuvo que abrirse paso entre una larga hilera de desplazados que buscaban refugio en Francia haciendo un trayecto a pie lleno de penalidades. Sin embargo, los jefes eran los jefes. Companys dejó en Carcasona a Tarradellas y Aguirre, continuando viaje hacia Paris en compañía de Largo Caballero.

 

El líder socialista se dirigió a Berlín donde tenía parientes pero acabó de muerte natural en Buchenwald donde falleció poco antes de la entrada de los rusos en Berlín, y Companys que quería saber el paradero de un hijo subnormal que tenía en un sanatorio de Bélgica fue detenido por la policía del Régimen de Vichy quien le entregó a las autoridades españolas. Tarradellas y Aguirre se salvaron huyendo al sur de Francia.

 

Trasladado a Madrid fue encausado en una largo proceso (fue defendido por un capitán artillero que estuvo con él en la guerra de África) pero el tribunal castrense, inculpado el de de rebelión militar y de crímenes contra la humanidad fue su abogado defensor (miles de muertos y desvaríos en Cataluña que había que achacar a este personaje tan nefasto como exaltado) lo condenó a muerte. sus cincuenta años de vida recuerdan una de las peores páginas de la historia de España.

 

Juan Colubrí, como jurídico castrense, actuó en la defensa de su causa y nada pudo hacer por él. Casualmente y por una de esas peligrosas coincidencias de la vida, fue pasado por las armas en el mismo lugar en que Companys había mandado fusilar el 23 de agosto al general Goded que había secundado el Alzamiento Nacional. Donde las dan las toman. La figura de este exaltado nacionalista miembro de la masonería trágica figura (sus cartas lo revelan como un pobre payés de Lérida con poca visión universal, puede que el gerundio Puigdemont sea su mismo retrato y siga los mismos pasos

 

 

 

 

Companys era un asesino

La Generalidad honra a la memoria de Luis Companys, un asesino. Mandó fusilar a milles de catalanes en los fosos del castillo de Montseny o lanzandolos por la borda del barco prisión surto en el puerto de Barcelona. Entre ellos un pariente mio asturiano que se llamaba Cpornelio Alvarez y cuya cartas obran en mi poder y publicaré algun dia. era un hombre sencillo que fue detenido por llevar corbata. Companys no era sólo un asesiono sino un cobarde, culpable a decir de Negrin y de Durruti al que mandó fusilar de la derrota de la batalla del Ebro. El obcecamiento y el engreimiento de esta cúpula de catalanes  millonarios respaldados por el Sionismo y la masonería Puigdemont, Mas, Pujol y compañía ha puesto el reloj de la historia marcha atras más de tres cuarto de siglos. La masonería fue derrotada en Cataluña y ahora vuelven a las andadas sin saber que el pueblo español se alzará contra esta dictadura de unos cuantos políticos y un sistema corrupto como el del gobierno que preside el masón Mariano Rajoy Brey alias el cagón con sus enjuagues embustes y diarreas mentales propias de la filosofía del contubernio contra España que preside. Manuel azaña era un patriota y tuvo más redaños que este gallego infame. Lo pagarán algun día porque España no se parte así como así y no puede haber una revolución sin sangre. El gobierno debería cerrar no sólo TVR sino la TV1, establecer la enseñanza del español en las escuelas y cerrar algunos periódicos del a cuerda como El Mundo inmundo. La masonería controla el agit prop y la maquinaria de la propaganda. Losa judíos son amos de los medios de comunicación y habrá que quitarles ese peligroso juguete de sus sucias manos mentirosas 

 

 

 

LOS POEMAS DE UN ASTURIANO ASESINADO EN CATALUÑA

 

 

 

Constantino ÁLVAREZ Castrillón era un humilde emigrante a Cataluña asturiano de la aldea de Puente Vega y residente del Manto de Las Dueñas concejo Cudillero y primo de nuestro abuelo Pepe Castrillón, que consiguió establecerse, a su regreso de Cuba, en Barcelona poniendo un pequeño negocio.

 

 Un día de julio de 1936 fue detenido en la Ramblas por milicianos del POUM por llevar corbata. Estuvo en la cárcel de Mataró, Lérida y Barcelona en un barco prisión. Donde lo tiraron por la borda atado de pies y manos unido a un lastre (para ahorrar munición). Debió de ser su muerte horrible. Su cuerpo no apareció. fue pasto de los peces.

 

Entretenía sus ocios carcelarios escribiendo poesías de carácter filosófico.

 

Sus cuartetas, algunas con faltas de ortografía y algo ripiosas, no le lograría a Constantino Álvarez ningún lugar preeminente en del Parnaso de nuestras letras, pero transparentan el alma sencilla de un probo ciudadano preocupado por la situación que vive el país.

 

No hay rencor ni acusaciones a sus carceleros o a los que no compartían  ideas políticas de liberalismo de derechas, no era falangista.

 

Hasta el final de su encarcelamiento se mantuvo en la esperanza de ser liberado ya que confiesa no haber cometido otro crimen que el de llevar corbata.

 

Sus poesías — más de tres centenares en letra apretada y elegante—han llegado a nosotros gracias a un mozo de escuadra compasivo que las retuvo y luego entregó a los franquistas tras la liberación de Cataluña cuando entró la fuerza de Yague en la capital catalana.

 

He aquí uno de sus trabajos— el poemario principia en 1932 y termina cuatro años más tarde con la muerte violenta de su autor— que firma en la cárcel de Mataró en noviembre de 1936.

 

 

 

EL SOL EN LA CÁRCEL

 

 

 

Cuando falta la experiencia se confunde la prudencia

 

Con alguna tontería que suele servir de guía

 

A la pobre inteligencia

 

Le endurece el corazón

 

Esclavo de la pasión

 

Por desmedido egoísmo

 

Sin Dios amor y razón

 

Buscando comodidades

 

Nacen complicidades y los pueblos no se entiendes

 

Y se persiguen y venden

 

Disfrazando las verdades

 

En el propio proceder

 

Encuentra el hombre placer

 

Cuando nunca causó daños

 

Hasta soñando dormidos se concentran los sentidos

 

En las noches silenciosas y nos recuerdan muchas cosas

 

Y los daños cometidos

 

Todos los callan y ocultan y no pocos los disculpan

 

Con aguda precaución suplican

 

Todo el perdón

 

De las faltas que les culpan.

 

 

 

A partir del 18 de agosto cuando sube la última entrada a su diario poético, cesa la comunicación.

 

Constantino Álvarez el probo inmigrante asturiano, que no se metía en política, un hombre pacifico, que fue asesinado por llevar corbata e ir a misa, abre los brazos a la muerte en las tibias aguas mediterráneas del puerto de Barcelona.

 

Su sentencia de muerte había sido firmada por Luis Companys presidente de la Generalidad.

 

Ojalá que en España no vuelva a derramarse inútilmente sangre inocente como la suya ni sucumbamos a la debacle de los odios. Los descendientes de este pobre mártir por sus ideas no pedimos revancha ni vindicta. Más bien reflexión que es la mejor forma de que el dialogo no se convierta en monólogo

 

 El CURA DE LOS PALACIOS

 

 

 

Andrés Bernaldez 1488-1513 es el único historiador y lo cuenta de oídas que había oído decir a su abuelo lo que aconteció en el verano de 1492 cuando los Reyes Católicos promulgan el edicto de Destierro para todos aquellos que practicantes de la ley mosaica no quisiesen bautizarse. Nos informa que eran gente logrera de muchas artes y engaños.

 

La mayoría simuló su conversión… e quedaron en Castilla muchos dellos e sinagogas e los guarecieron los reyes y señores a causa del grande provecho y riquezas que tenían. A los que se bautizaron cristianos llamabanlos conversos por haberse convertido a la Santa Fe que ellos guardaban muy mal practicando de oculto la ley vieja e muchos fueron frailes, abades y obispos.

 

Sólo una pequeña minoría zarpó desde el Puerto de Santa María para Berbería y Argel. De estos una parte regresó a Castilla por no haber sido recibidos con bien por los alcaides. Otros siguieron ruta a Istambol. Los que no quedaron en Fez.

 

Si hay que creer el testimonio de este clérigo que ministraba una de las parroquias más importantes de la archidiócesis de Sevilla, las cifras que sustentan uno de los capítulos vesicantes por lo contrarios a España de la leyenda negra están infladas. Ahora bien a Bernaldez algunos casos le movieron a compasión. Refiere que malvendieron lo que tenían. Cambiaban la casa por un asno y daban a cambio de una manta una viña de tres obradas. Otro dato: eran gente adinerada. Se ayudaban unos a otros de modo que no había judíos pobres. Practicaban profesiones minerales la medicina la escribanía eran mercaderes. Pero apostilla: “dominaban por arte de engaño”. Comían pan cenceño y carnes tajales de animales sin pezuña hendida y llevaban vida holgada, no labraban la tierra como los moros ni marchaban a la guerra como los cristianos. Agrega un dato muy importante. No fue la diferencia e religión lo que suscitó la animadversión de otros coterráneos de credo distinto sino la envidia, la usura y en ocasiones el conocimiento de las plantas medicinales. Los rabíes eran también médicos y con frecuencia envenenaban a sus pacientes con pócimas.

 

El cura de los Palacios nos informa de sus aficiones culinarias con preferencia de la olla podrida y la adafina de los viernes, las berenjenas y las cebollas. “Les huele el resuello”, asegura el buen cura que debió de confesar a algunos conversos y de bautizar a media aljama “aunque cuando llegaban a casa se restregaban el agua bendita o escupían las hostias de la eucaristía sobre un muladar”.

 

Es un pueblo acérrimo en sus principios que dominan por arte de engaño. Abrahán Señor era el amo de media Castilla. Su abuelo los vio partir “unos cayendo otros levantando, unos naciendo y otro muriendo unos riendo y otros llorando camino del exilio iban a embarcarse a la nao de Pero Cabrón”.

 

En la travesía fueron desvalijados por los piratas. Una pregunta que ahora me ahoga mientras ruge la marabunta del volcán catalán es si los descendientes de aquellos que emigraron medio milenio no han vuelto para desbaratar la unidad creada por aquella reina castellana que los expulsó y a la cual llaman en hebreo “messhuge” (maldita). Cabe tener en cuenta que Abrahán Señor era catalán. Un dato muy importante

 

 

 

EL COMPLÓ SECESIONISTA ACCIONADO POR LA MANO NEGRA QUE REGRESA

Dos aviones de las modernísima fuerzas aérea españolas que caen en despegue o en aterrizaje ¿abatidos?, media Galicia y media Asturias que arden de repente, fuegos deliberados, terror ecológico, vuelve a España la mano negra. Ocurrió también en la Rusia zarista de 1917 (el diablo es viejo en sus planteamientos, no cambia de actitud y se repite) inflamada por los discursos de Lenin y las teas de una mano negra que incendió los bosques. La prensa  internacional afila el dalle y amenaza con cortarnos la cabeza, coreada por TV3, la Cuatro y la Seis, cadenas españolas que secundan la ruptura y la revolución controlada por la masonería judaica que se nos echa encima y cuando la policía española trata de controlar a los revoltosos de Barcelona de una forma sosegada y de bajo perfil son tildados de asesinos. Las cancillerías pagan el “lip service” esto es dicen con la boca pequeña lo que no quieren decir con la grande. Querían un "bloody Sunday" como en el Ulster en 1970 que yo lo vi: los paracaidistas ingleses disparando contra la multitud norirlandesa con fuego real pero no lo tuvieron. Querían un Maidan en Cataluña. Lo que sí tuvimos fue una sarta de mentiras y “fake news”  imágenes trucadas de posibles enfrentamientos con los guardias de falsas lesiones de ojos morados y de heridas que eran microbiana o pintura roja dieron la vuelta al mundo. Ante estas falsas informaciones y acusaciones torticeras del New York Times del Guardián y de la prensa alemana o la francesa controlada por judíos yo pensaba en una frase de Erasmo "non placet mihi Hispania" este grito daría origen a la leyenda negra. Muchos españoles piensan que Israel es un país amigo pero sus agentes están detrás de la revuelta de Cataluña de la subversión de loes escraches y se ocultan debajo de la coleta del pijofaluta de Podemos. También se esconde entre las bragas sucias de la alcaldesa de Madrid la de "bienvenidos refugiados" mano oculta de Podemos en la corporación municipal. Todos ellos asisten barra libre a los cocteles de la embajada israelí. Cuya tecnología última generación creo que estuvo detrás del derribo de nuestros aviones. Dios tenga en su gloria a estos dos jóvenes pilotos el capitán Aybar y al teniente Moreno. Hoy llevo luto por ambos valientes.

 

  Se hacen pasar por amigos pero ocultan su alfanje a la espalda con el que quieren apuñalarnos.  El estado gánster sionista respalda la secesión catalana y lo más grave es que está poniendo a las cristiandades europeas contra las cuerdas organizando la emigración masiva hacia nuestras fronteras. Israel es el gran patrono de las enejes. Sus intereses de quebrantar la unidad hispana deben de obedecer a una venganza histórica que desconoce el gobierno y que el hombre de la calle ignora, El CNI debiera de tener la respuesta de por qué caen nuestros aviones y andar prevenido contra otros eventuales ataques

 

companys era un asesino

La Generalidad honra a la memoria de Luis Companys, un asesino. Mandó fusilar a milles de catalanes en los fosos del castillo de Montseny o lanzandolos por la borda del barco prisión surto en el puerto de Barcelona. Entre ellos un pariente mio asturiano que se llamaba Cpornelio Alvarez y cuya cartas obran en mi poder y publicaré algun dia. era un hombre sencillo que fue detenido por llevar corbata. Companys no era sólo un asesiono sino un cobarde, culpable a decir de Negrin y de Durruti al que mandó fusilar de la derrota de la batalla del Ebro. El obcecamiento y el engreimiento de esta cúpula de catalanes  millonarios respaldados por el Sionismo y la masonería Puigdemont, Mas, Pujol y compañía ha puesto el reloj de la historia marcha atras más de tres cuarto de siglos. La masonería fue derrotada en Cataluña y ahora vuelven a las andadas sin saber que el pueblo español se alzará contra esta dictadura de unos cuantos políticos y un sistema corrupto como el del gobierno que preside el masón Mariano Rajoy Brey alias el cagón con sus enjuagues embustes y diarreas mentales propias de la filosofía del contubernio contra España que preside. Manuel azaña era un patriota y tuvo más redaños que este gallego infame. Lo pagarán algun día porque España no se parte así como así y no puede haber una revolución sin sangre. El gobierno debería cerrar no sólo TVR sino la TV1, establecer la enseñanza del españlol en las escuelas y cerrar algunos periodicos del a cuerda como El Mundo inmundo. La masonería controla el agit prop y la maquinaria de la propaganda. Losa judios son amos de los medios de comunicación y habrá que quitarles ese peligroso juguete de sus sucias manos mentirosas.

 

QUEVEDO VERSUS TERESA. CRISTIANOS VIEJOS Y NUEVOS

 

 Hoy fiesta de Sta Teresa convendría recordar a Francisco de Quevedo y la gran polémica que dividió a las dos Españas entre santiaguistas y teresianos. Y la pugna sigue. Santiago representaba la alcurnia de los hidalgos de sangre limpia. La andariega carmelita por su parte abandera el estandarte de los conversos. Cristianos viejos contra cristianos nuevos. Absurda controversia porque tanto Santiago como Teresa eran judíos. Las palabras como truenos de los Caballeros del Habito de la Cruz Colorada retumban contra el sayal descalzo de los que venían de la judería. Recomiendo a mis compatriotas la lectura de los libros del autor de los Sueños. Porque allí podemos encontrar una explicación a nuestra dicotomía a nuestra personalidad escindida. En parte llevaba razón cuando Francisco de Quevedo descubre en la psicología de la monja abulense inquieta arrobadiza y andariega (fue siempre muy exagerada y mujer muy lista) aspectos menos plausibles de lo que ven ella sus devotos incondicionales. Los que añoran al franquismo siguen soñando en el brazo incorrupto de la fundadora carmelita del cual el dictador, tambien judío de raza aunque no de nación, nunca se separaba. El tema se remonta bastante atrás al siglo de Oro y de ahí pudiera emanar la desazón de nuestro inquieto e inquietante pasado. Parece que los españoles caminan por la historia como si pisaran arenas movedizas. Ello forma parte del juego de la exaltación conversa que cuenta con historiadores incondicionales como Américo Castro refractario a tener en cuenta lo que Quevedo desvela en sus escritos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

QUEVEDO PASIÓN Y MUERTE

 

 

 

“VIVIMOS CON LA BARBA AL HOMBRO” escribía don Francisco de Quevedo el caballero de las espuelas de oro  (así llamaba Casona) desde su mazmorra en el convento de San Marcos de León.

 

El delito cometido debió de ser grave de lesa majestad dicen que por una coplilla contra su Majestad otros autores señalan las veleidades políticas del escritor y las posibilidades de ser esculca de los franceses. La causa de su prendimiento una noche de diciembre de 1639 no ha podido ser esclarecida. Hay otras muchas lagunas en la personalidad enigmática y contradictoria del mejor y más diestro en el manejo de la lengua castellana de los escritores españoles. Gran parte de su ingente obra se perdió. Otra sigue inédita. ¿Era verdaderamente un echadizo de Richelieu al que por otra parte fustiga sin conmiseración? El espionaje fue una de sus muchas facetas. Urdió la conjura de Venecia y la policía del Dux quiso aprehenderlo. Se salvó por parlar italiano sin acento.

 

El señor de la Torre de Juan Abad era un gigante en un país de enanos.

 

Aquí la envidia y la mentira me tuvieron preso conviene recordar la quintilla de fray Luis de León, al salir del presidio de la Inquisición en Cuenca.

 

Quevedo conoció la amargura del calabozo en tres ocasiones. Las dos primeras por no hacer traición al duque de Osuna, y la tercera, por defender, como patrón de España al apóstol Santiago, ▬ fue larga y virulenta en el siglo XVII la controversia sobre el compatronato porque ahí las dos Españas entraron en juego y la polémica sigue aún, pues esto parece el cuento de nunca acabar ▬ en lugar del de Santa Teresa de Jesús, como pretendían los conversos. Santiaguistas contra teresianos.

 

 Parece ser que él conocía el enigma de la santa andariega sus mentiras y camelos sus arrimos al dinero de los cristianos nuevos y los devaneos de esta santa tan arrobadiza que sublima el sexo haciendo creer a los inquisidores que había sido penetrada vaginalmente por el propio Jesucristo. Locura de amor. España es país de locos.

 

Aquellos que descubren satíricamente estas obsesiones son condenados al silencio, al escarnio a o a la horca.

 

Olivares muere el 22 de julio 1645 en Toro en plena crisis separatista con Portugal y Cataluña. Se había puesto al frente de un ejercito que iba contra Lisboa tras salir de su heredad de Loeches. El conde duque que admiraba a Quevedo y lo protegió acabó odiándole y es posible que una de las causas de ese odio fuera que creía que el autor de Los Sueños se entendía con los franceses que habían invadido Cataluña con un ejercito bajo cuerda. Durante sus días de presidio que minaron su agotada salud no pierde el humor:

 

“A modo de cachidiablos

 

me cercan tres cachirríos

 

Órbigo, Castro y Bernesga

 

Que son del Duero meninos” y eso que estaba ciego del ojo izquierdo tullido y cancerado con una herida abierta en la pierna.

 

De este tiempo son sus obras piadosas con místicos resabios donde demuestra sus conocimientos bíblicos su longanimidad y paciencia de nuevo Job.

 

El frío leonés inhóspito y salvaje que lo convierten en una de las ciudades más antipáticas de España, gente arisca con mal vino y que come mucho conejo “que vivo en este sepulcro ensayándome de muerto”. 

 

Sin embargo, su consuelo son los libros y la amistad con los jesuitas. El padre Juan de Tarsis iba a ser su gran biógrafo y llega a suponer una virtud heroica en aquel hombre que le haría digno de los autores. Dicen que Quevedo resignado y paciente murió como un santo.

 

La literatura es para el preso además de consuelo una terapia, no un placebo. Quevedo era alto bien proporcionado de cuerpo de cintura para arriba, frente despejada, narices gruesas y corto de vista. Los pies los metía hacia dentro y cojeaba de ambos remos. En el retrato que hace dél Pacheco se nos muestra esa nariz sensual judaica y los mostachos de mosqueteros. Que no falte la cruz colorada al pecho como ostentación de su limpio linaje. ¿Era tambien de antecesores marranos? Muchas páginas de su obra así como su perfecto conocimiento del hebreo nos hacen sospechar que sí. ¿Entonces cómo es que se coloca del bando de los santiaguistas y brama contra los teresianitas el bando de los cristianos nuevos? Se encuentran muchas contradicciones y lagunas en la vida del escritor que aun no se han resuelto. El caso puede obedecer a sus múltiples complejos y trastornos de personalidad.

 

Velázquez lo pinta en 1628 cuando tenía 48 años quien le hizo un retrato más favorable; debió de existir amistad entre él y don Diego

 

Retirado en la paz de estos desiertos

 

Con pocos pero doctos libros juntos

 

Vivo en conversación con los difuntos

 

Y escucho con mis ojos a los muertos

 

Si no siempre entendidos siempre abiertos

 

O enmiendan o fecundan mis asuntos

 

Y en músicos callados contrapuntos

 

Al sueño de la vida hablan despiertos

 

Las grandes almas que la muerte ausenta

 

De injuria de los años vengadora

 

Libra oh gran  don José docta la imprenta

 

En fuga irrevocable huye la hora

 

Pero aquella el mejor calculo cuenta

 

Que en la lección y estudios nos mejora” de tan inmortal soneto los que vivimos una vida libresca donde el alma vence su trifulca eterna contra la carne.

 

El duque de Medinaceli se lo llevó a Cogolludo cuando fue excarcelado. Tenía 63 años el cuerpo le fallaba pero la cabeza le regía. Aquel otoño de 1643 publica Vida de Marco Bruto que plantea el interrogante eterno si es lícito asesinar o no al tirano. ¿Tu quoque filii mihi? (¿Tú tambien hijo mío eres de los que están en la conjura?)

 

Bruto asesinó a su padre Julio Cesar. Plantea la cuestión del tiranicidio. Quevedo recoge el guante del reto lanzado por El  Padre Mariana dando lugar a una gran polémica entre los juristas de la escuela de Salamanca y determina que el que mata al opresor del pueblo no es culpable y lo exime de culpa en su libro De regis institutione  data de 1599.

 

En la Torre de Juan Abad adonde llega en el otoño de 1644 se queja de la soledad que es la tortura del viejo no tener amigos. Se cartea con Francisco de Oviedo y con Sancho de Sandoval. “Sin apartarme de la chimenea me quemo y no me caliento”. El frío de la cárcel leonesa le penetró los huesos. Es trasladado al convento de los dominicos de Villanueva de los Infantes. Un criado gallego Diego de Lugo le roba cuanto tenía y se da a la fuga. Vienen los sobrinos a la cabecera del moribundo al husmo de la herencia. La noche del 30 de mayo el galeno le manda fumar una pipa y el pobre enfermo con el humo se intoxica. Pésimo remedio. El 25 de julio anota en una de sus cartas (Quevedo murió con la pluma en la mano como los grandes escritores periodistas) “Hoy fiesta de Santiago mi patrón y único de España se me abrió la postema del lado del corazón. Espero buen suceso” el día de la Magdalena llega la noticia de la muerte del valido Olivares su verdugo. Tercia este comentario despectivo: “Yo que estuve muerto en prisiones viví para ver el fin del hombre que me aherrojó… unos dicen que le hallaron sapos y culebras en el buche, otros encontraron cal y arena; yo creo que había de todo”.

 

El 8 de septiembre de 1645 moriría el genio, de una paroxismo, congestión cerebral, poco después de escribir una carta a su fautor Bernardo de Oviedo. Fue enterrado en la iglesia de san Andrés.

 

Vuelve el polvo al polvo que es polvo enamorado. Amor constante más allá de la muerte. Sus huesos se perdieron en una exhumación de la francesada “pues que de nieve están las cumbres llenas, la boca de los años saqueada, la vista enferma… salid a recibir la sepultura acariciad la tumba y monumento que morir viviendo es la última cordura” escribió los poemas cinerarios más sublimes de la lengua castellana. La vida tiene mucho de cruel y bastante de escatológico. Es un viaje a través de la mierda. Abrumador por lo pesimista el pensamiento quevedesco.

 

Alguien detrás del biombo, se carcajea de nuestros pasos; el ambiente de la comedia del mundo es delirante. “Médulas que han ardido gloriosamente”. Et ossa mea non conteretur, clamaba Ezequiel. No disperses, Señor, mis huesos.

 

The windmills of my mind. El Molino de su cerebro no paró el trajín durante sus 65 años de vida. “Mi corazón es reino el espanto”. Un clásico universal que retrató no sólo a la sociedad de su tiempo a golpe de sátira sino también la vida misma.

 

QUEVEDO LA CALLE DEL NIÑO

 

Largos paseos por Madrid al husmo de mis fantasmas intelectuales guiado por la estrella de la literatura desde mi juventud y descubrí (yo debí de haber pasado en la Villa y Corte muchas de mis otras vidas porque estos sitios tenían duende y reclamo para mí.)

 

Aquí las calles no son un hombre solo. Evocan una historia un amor un suceso, un encuentro o un desencuentro, tal vez el aire de un crimen como Jacometrezzo, la calle del Turco donde mataron a Prim, Antonio Grilo el crimen del sastre la Magdalena y los túneles de la casa del marques de Perales antiguo monasterio donde se decían que las monjas paridas enterraban vivos a sus infantes o la calle de Atocha donde estaba la fuente de la alcachofa pero en tiempo de mi juventud fueron los aledaños entre Quevedo Iglesia Cuatro Caminos. Aquellas estradas y calellas tenían alma o al menos así me lo parecía a mí.

 

Me daba la sensación de haber estado allí antes; deambulado por allí en otras vidas que tuve porque yo siempre he creído en la reencarnación. Los mesones de Bilbao donde estaban las eras del Mico y las cervecerías de Argüelles muchas cañas metí entre pecho y espalda, alguna cita con aquellas novias primerizas del Madrid de los sesenta y en ultimo termino siempre quedaba como ultima ratio  de alguna que otra tarde desaforada después de alguna copa de coñac o algún cubata para mi corazón solo ir a bailar a las Palmeras donde siempre surgía un roto para un descosido y no era consciente de que aquella casa en la calle, hoy la glorieta era la calle del Niño habitaron en su día Góngora y Quevedo. Tambien la llamaban la Casa del Tócame Roque. Burdeles y timbas que siempre abundaron en la Villa y Corte.

 

Don Francisco de Quevedo que a la sazón volvía rico de Italia compró el inmueble con un préstamo que le hiciera su valedor el duque de Osuna en lo álgido de su poder. Pronto habría de decaer, eclipsado por su propio hijo, el duque de Uceda y luego el Conde Duque los otros validos de Felipe IV. En cualquier circunstancia, allí vivió don Luis de Góngora y Agorte y, don Francisco de Quevedo y Villegas, fue su casero malquisto.

 

Pero la casa tenía bicho y los alguaciles hubieron de desahuciar a otro gran poeta de la corte de Felipe IV don Luis de Góngora y Agorte. 

 

El autor de Soledades era un inquilino moroso y el de los Sueños un casero implacable.

 

Este pleito es el origen de la sátira y de los varapalos en versos y letrillas que se cruzaron los dos genios.

 

A raíz de aquello ya digo se sella un odio africano entre los dos máximos vates de las letras castellanas. Una mutua antipatía que llegaría hasta la tumba.  Góngora dejó de existir en 1627. Quevedo en 1645.

 

Se cruzaron coplillas alusivas a la constitución sexual de cada uno saliendo a relucir cojeras, sabañones y otros vicios como el aborrecimiento del tocino que los conversos no cataban nunca. ¡Que delicia, con todo y eso, cuando ambas plumas la mejor tajadas de la lengua castellana se meten un zurrío! El insulto viene a ser entre nuestros poetas y poetisas un subgénero literario. Si se administra convenientemente puede resultar una obra de arte.

 

 El cordobés no se cansaría de insultar al madrileño llamándole borracho, zambo “eres tartamudo de zancas y achacoso de portante” siete ojos alcahuete y buharro y el madrileño en el mismo tono coloca a Góngora en los cuernos de la luna tildándolo de judío, maricón y mal capellán aparte de narigudo… don Francisco no callaba ni debajo del agua ▬ “yo que nunca se callar/ y solo tengo por mengua / vaciarme de la lengua y morirme por callar/▬ El contraparte se mofa de la cruz colorada que lucía en el pecho recién investido por Su Majestad como Caballero de Santiago:

 

La malicia y el enredo

 

La insolencia y el desgarro

 

Lo alcahuete y lo buharro

 

Le negociaron la cruz

 

Que es mirado a buena luz

 

Habito pintado en jarro

 

A las  pullas vesicantes del cordobés contesta el complutenses con ilustres rifirrafes empapados de ingenio con los que fustiga los vicios y los antojos de su tiempo. No hay peor cuña que la de la misma madera y tanto uno como otro no eran preclaros de linaje aunque siempre Quevedo se las dé de cristiano viejo pero era el único de los clásicos que conocía el hebreo y andaba por la Biblia y el Talmud como Pedro por su casa. Hidalgos de la montaña del valle de Toranzo pero una familia que realiza los oficios en la corte de camareros y maestresalas

 

 Quevedo dice que el habitáculo de don Luis en la calle del Niño era un antro de suciedad por donde andaban los putos de la corte y los jugadores del naipe casa llana tal vez que compró don Francisco al regreso de Sicilia

 

En que vivías

 

Modelo de hacer arpías

 

Estos dicterios demuestran la dicacidad de los dos hombres que mejor esgrimían como un florete primoroso las galanuras de la lengua española.

 

Gongorilla con su acreditada mala leche fue el que dijo del Manzanares lo de ayer meome un burro hoy me ahogo, tan poca agua llevaba el aprendiz de río, contesta:

 

Hoy hacen amistad nueva

 

Don Francisco de Que-bebo

 

Y don Félix Lope de Que-beba.

 

Pues parece ser que Góngora era abstemio y por el contrario tanto Quevedo como Lope de Vega empinaban el codo más de lo conveniente. Mientras que el fénix de los ingenios era muy querido por las mujeres a don Francisco las señoras lo detestaban y es que no debía de funcionar como es debido. “A batallas de amor campos de pluma”. Injusta y desadorado insulto gongorino contra Quevedo que podía ser un disminuido sexual pero que nunca tuvo pluma.

 

La tara de Góngora (dice el Talmud que quien no conoce a los hombres no conoce a los vicios) eran los niños de coro y el naipe. La polémica alcanza el paroxismo cuando dice que Quevedo y Villegas no sólo era zambo de pies sino también inhabilitado para los amores a causa de una enfermedad degenerativa. Corrieron hablillas al respecto en la casa del Tocame Roque de que una letrilla de Góngora que se titulaba “Marfisa en la estacada[3] era un venablo dirigido contra el Caballero de las Espueslas de Oro el Divino Cojo: “Entrose la daga tan desganada que su escudo aunque hendido no pudo rajar la espada”. Airoso y jovial responde Quevedo aquello de no todo el monte de Venus es orégano... ya está gastado el acero de mi espada.

 

 Ramon de Garciasol uno de los grandes biógrafos del autor del “Buscón” aseguro que don Francisco era genial e inestable y en esta impotencia solapada puede que estuviera la clave de su misoginia y de su fracaso sentimental con Inés de Zúñiga.

 

Se declaró de por vida enemigo acérrimo del matrimonio al que llama infierno portátil e himeneo tirano. Sin embargo él mismo es el autor  del soneto en que se canta al amor convertido en polvo enamorado una de los más sublimes poemas cantando al amor en español

 

 

CERVANTES Y ASTURIAS

 

DACA LA COLA, ASTURIANO. CERVANTES MÁGICO



Depresiones primaverales. La pantalla se va a negro y la acidia se instala en la cámara oculta del cerebro duélete todo y no aciertas a rebullir. Le ocurría a Graham Greene que se curaba mediante una dieta de dos mil palabras al día. Pushkin se quedaba tieso en su diván delante de su ventana miraba caer la nieve de Petrogrado.

 

 Nabokov jugaba a la ruleta rusa. Ah la neige d´autrefois de la cual hablaba el gran Villon. ¿Dónde se derritieron aquellos copos perdidos de la nieve del ayer?

 

El arroyo del destino se llevó los viejos amores. Sólo nos queda la palabra pero soy incapaz de enfrentarme a la tortura de la página en blanco y además en este mundo de frases hechas (con la que está cayendo… dicho esto… para nada… hecho puntual… la crisis, las tertulias radiofónicas, etc.) se aborrece la novedad, nadie puede ir por lo libre y la escritura se ha convertido en ejercicio fútil.

 

Entonces acecha el peligro de Erifos que es una deidad nefasta.

 

El diablo en la botella para conjurar el vacío es falso y tornadizo. Degenera y animaliza. Convierte al hombre en cerdo.

 

No te pique el alacrán, amigo mío. Echa a la espalda todo ese daño pospositicio.

 

Lo que pasó se fue y lo que fue ya no es.
Encuentro consuelo y cura en la relectura de Cervantes.

 

Releyendo la ilustre fregona se me viene a la memoria una frase de mi infancia: asturiano daca la cola, daca la cola asturiana. Es tanto como decir átame esa mosca por el rabo.

 

En el catón que aprendí a leer y en la clase de gramática venía este cuento que el padre Sanabria aquel claretiano bondadoso que vigilaba nuestros juegos, cuando organizábamos partidos de fútbol con dos equipos el de los Gurriatos y Galápagos y nos sacaba a la pizarra a declamar para que perdiésemos el miedo escénico. Aquel fraile nos enseñaba a hablar en publico y a leer en voz alta venía este enternecedor cuento.

 

La palabra Asturias se me quedó grabada.
Se trata de una historia de tahúres donde nada es lo que parece como en la vida misma. La trama se desarrolla en Toledo y narra los amores de la bella Constanza que servía en una casa de postín como criada pero no era tal criada sino la hija fornecina de un conde burgalés.

 

Entonces va y se enamora la muchacha de un aguador, Lope, asturiano que no era el tal mozo de dar cebada que acarreaba el agua por las pinas cuestas de la Ciudad Imperial cargadas las artolas de su jumento de cántaros y de botijos pues unos crían la fama y otros aportan el agua, sino nada menos que don Tomás de Avendaño hijo de un hidalgo montañés de las Asturias de Santillana. Cervantes juega al equívoco en esta fábula que tiene todas las trazas de las comedias de enredo del teatro del siglo de oro.

 

Todas con happy end. Se deshacen los malentendidos y la fábula acaba bien.

 

El autor del Quijote era un hombre optimista y consiguió guardar la mente ten con ten en medio de tantos infortunios: cárceles, exilios y amarga convivencia entre trajinantes, mesones, posadas, mancebías y ambiente del hampa puesto que en medio de sus muchos oficios parece ser que ocupó el cargo de trainel o palanganero que trabaja al servicio del escudero de un cohen. Cohen es una de las pocas palabras hebreas que quedan en el léxico castellano y quiere decir capataz, y en este caso proxeneta. Todos los macarras de la ciudad le tenían que rendir cuentas al más famoso cohén de los prostíbulos de Valladolid.
Es un cuento de tramposos. Unos aguadores cerca de la plaza de Zocodover en un lugar llamado Huerta del Rey se están jugando un burro a la taba. Las puestas eran tan importantes de hasta cien reales que no parecía que eran perailes sino arcedianos.

 

El aguador en pocos envites desplumó a sus contrincantes. El perdidizo se resignó con su suerte y acabó contrayendo matrimonio con Constanza.

 

Estos enredos puede que aburran al lector moderno pero constituían la base argumental de los libros de caballerías.

 

 

 

 

 

FRAY ANTONIO DE GUEVARA Y SANTILLANA DEL MAR

 

 

 

FRAY ANTONIO DE GUEVARA INTRODUCTOR DE LA LITERATURA EPISTOLAR GRAN MEMORIALISTA DE LA LITERATURA CASTELLANA

 

 

 

En la catedral de Mondoñedo se mostraba a los turistas hasta hace unos años el sillón frailuno donde el obispo de Mondoñedo fray Antonio de Guevara 1480-1545 escribía sus largas y deliciosas cartas a los hombres de su tiempo que eran los de Carlos V. Tantas horas sobre la mesa de trabajo acabarían en hernia discal luego la mala alimentación cinegética y el sedentarismo depararían la gota de la que murió. Y en eso como en la grandeza de miras en su simpatía y en su fervor de católico arrepentido tras mucho pecar imitó a su señor el Cesar Carlos V; se trata de un didascálico que escribía como hablaba. Cartas que parecen sermones y sermones que parecen cartas. Con glosas a la biblia y también ▬por que no▬ citas de la literatura clásica empedradas de preciosos latinismos y reparos morales.

 

A decir de la crítica se adelantó a los memorialistas ingleses. Su estilo amaba las preciosidades conceptistas en párrafos que van camino del retruécano y anuncian el advenimiento de los crisoles estilísticos de Gracián y de Quevedo y todo eso que hizo excelso al humanismo español tan minusvalorado ahora por el sistema hispanohablante que se nos viene encima, dominado por sionistas y judíos a los que han acanteado en Segovia el otro día, con motivo de los mil años de un osario hebreo en la vieja ciudad romana ( pues menudos son los de mi pueblo, que no hay peor cuña que la de la misma madera) y es una pena que se oculte a las nuevas generaciones de estudiantes españoles estas joyas en literatura de perlas preciosas.

 

A cambio se las aburre con una plétora de escritores ingleses de segunda o tercera mano como la Austen el Paul Auster,  todos esos autores que se sacan de la manga los nuevos publicistas del 666, libros infumables de autoras vírgenes fatuas y la madre que los parió.

 

Este franciscano que en su juventud rondó balcones tuvo amores duelos y reyertas para ingresar, una vez arrepentido, en la orden seráfica, fue guardián del convento de Arévalo antes de ser obispo de Guadix y más tarde de Mondoñedo, sedes episcopales en las que no permaneció casi nunca de asiento según las costumbres de la época.

 

El absentismo laboral y las regalías eran el mínimo común múltiplo de las sedes episcopales entonces. Fray Antonio seguía en todo momento a la corte itinerante del emperador dejando al mando de la mitra de Mondoñedo a un sustituto. “Los buenos guerreros – dice en una carta- se precian más de amolar las lanzas que de tajar las péñolas,,, lo que a uno le hace ser buen caballero es ser medido en el hablar, largo en el dar, sobrio en el comer, honesto en el vivir, tierno en el perdonar, animoso en el pelear”.

 

Estas epístolas son un compendio de recomendaciones y advertencias teñidas de la nobleza y pasadas por el balde de agua bendita de los blasones de un castellano viejo nacido en Santillana del Mar. En las Asturias de Liebana para diferenciarlas de las Asturias de Oviedo.- casta de hidalgos de todas formas- de donde emana el rancio abolengo y la señoría española.

 

Acabo de visitar la noble villa y encontré cerradas muchas casas solariegas, las corredorias solaneras medio cayéndose y las techumbres de los tejados derrumbadas, dejando pasar el sol del verano y los muros de los corrales a merced de la lluvia y las nieblas del Cantábrico.

 

Santillana ― este es el sueño que acaricio― sin embargo resucitará algún día cual Ave Fénix. Volverá a ser la cuna de aquel ideal cristiano de caballeros mitad monjes mitad soldados cabalgando por los campos de Castilla a lomos de Rocinante. Ahora la patria yace sin pulso, desmedrada y medio muertas en manos de Judas y de Caín

 

 

 

 

 

 

 

Fr. HERNANDO DE TALAVERA EL ALFAQUÍ CELESTIAL O EL FRACASO DEL BUENISMO

 



Metido como estoy en harina de conversos voy y vengo de Alcalá me pierdo por las empinadas callejuelas de Toledo, en demanda del espíritu que fraguara el sueño mesiánico del imperio. Al cabo de muchos años entiendo lo que dijo Golda Meir sobre el establecimiento de nuestras relaciones con Israel corría el año 1973 en una conferencia de prensa en un hotel cerca de Hyde Park:

—España para nosotros los judíos no es un país como los demás.

Fue un canto a Sefarad enhebrado por aquella quijotesca tigresa que llevaba un bolso como el de mi abuela siempre de luto de donde extraía una cajetilla de tabaco negro. Sentí reverencia y pasión por aquella mujer de los cabellos grises que le daba importancia escasa a cosas tan trascendentes como el look y que, habiendo ganado dos guerras, se convirtió en la mayor estadista del siglo XX su liderazgo controvertido y discutido por los de su propio partido laborista y por el Likud. España no es un país como los demás. Idea mesiánica. El sionismo anda metido en los fregaos de ganar la tierra prometida que a España le costó nueve siglos. Es una historia de sangre, sudor y lágrimas, expulsiones, enajenaciones, llantos y martirios porque es duro para cualquier ser humano tener que abandonar su casa, dejar sus enseres, ver por última vez los muros de Jerusalén o de Granada. Es lo que está ocurriendo a día de hoy en Palestina. Todo Oriente Medio es una hoguera. No conviene olvidar la historia maestra de vida. Veamos un caso:



A fray Hernando de Talavera (Talavera de la Reina 1428- Granada 1507) le llamaban los moros de la Alpujarra el “alfaquí celeste” por sus titánicos esfuerzos de adaptar y convertir la religión del Crucificado al credo mahometano.



Su intento fracasó pero queda ahí para la historia, como conato de buena voluntad y como testimonio de que el Bien no gana siempre y sucumbe a los intereses y egoísmos seculares, quiere decirse, el Mal.



Conviene, pues, no dar de lado a la Historia.



Fray Hernando era un monje jerónimo conocido por sus virtudes: bondad, recogimiento y vida austera. La Reina Católica lo eligió por director espiritual.



Sobrino de don Fernando Álvarez de Toledo, el Duque de Alba, aprendió a leer y escribir en la escuela catedralicia de Oropesa, se graduó en Salamanca. Tomó el hábito de la orden (hábito blanco y escapulario y cogulla parda) y llegó a ser prior del monasterio más prestigioso que había en España en aquel tiempo: el convento vallisoletano del Prado.



En una visita a aquel recinto la Reina se confesó con él. Elevado a la mitra de Ávila, sería más tarde preconizado arzobispo de Granada.



Es designado confesor regio, cargo en el que fue sustituido por Cisneros que se convirtió en su alter ego. La otra cara de la moneda. La dulzura y la bondad del jerónimo chocarían con la aspereza y austeridad  franciscana del Regente, aun siendo así que ambos eclesiásticos venían de familias oscuras, recién convertidas del judaísmo.



Si el uno era partidario de la bondad, la tolerancia, la mansedumbre para con el moro hasta el extremo de ser el primero que introdujese la lengua vernácula en la SRI, cinco siglos antes de las constituciones del Vaticano II, y para atraerse a los musulmanes ordenó en su diócesis de Granada que se permitiera decir la misa en árabe, ordenando a sus sacerdotes que aprendiesen esta lengua, mientras su contrincante, fray Francisco Ximenez de Cisneros, mandó que se quemase un alcorán en la puerta de Bibarrambla.



Bien es cierto que todos los manuscritos en letra cúfica sobre astronomía, medicina y ciencias naturales, un tesoro bibliográfico, se los trajo para Alcalá. Un gesto que es de agradecer por los historiadores porque, gracias al cardenal Cisneros, se pudo conservar gran parte del acervo de nuestro pasado mahometano: la sabiduría, literatura y los relatos de los cronistas musulmanes sobre las contiendas de la Reconquista, y su versión distinta de los hechos.



Que hoy se pueden leer en la Biblioteca Nacional.



Talavera y Cisneros forman un dúo de contrastes.



El cardenal partidario del puño de hierro y de que la letra con sangre entra. El arzobispo guante de seda. Una gota de miel puede más que veinte jarros de vinagre, según Francisco de Sales. La fuerza de la razón contra la razón de la fuerza. La paz y la guerra. Ganó la guerra.



La política de apaciguamiento del arzobispo Talavera consiguió el bautismo en masa de los pobres moros con gran escándalo de los imanes que se echaron al monte y ello daría lugar a la guerra de las Alpujarras últimos reductos del Islam; una pavesa que tardaría en extinguirse más de dos siglos hasta 1609.



Cisneros, más drástico e inmisericorde, fue más efectivo. En guerras de religión las medias tintas no valen. Es el todo o nada.



De Fray Hernando, el “alfaquí de Jesucristo” algunos moriscos se le reían en sus propias barbas. Herencia de Caín pero venimos de la Historia Sagrada. También España es sagrada aunque traspasada de un furor cainita.



Fray Francisco, por el contrario, aquella galga en pieles, como le llamaban, enteco, solemne, una nariz prominente, siempre friolento, (combatía su hipotermia con tabardos y ropones y debajo de sus vestiduras elegantes de cardenal llevaba el áspero sayal franciscano) el mentón saliente un prognatismo que denotaba su demoledor poder de voluntad, odiado y temido por sus súbditos.



Los escándalos y motines a causa de la desacertada política del arzobispo de Granada con sus neófitos llamaron la atención del Santo Oficio. El inquisidor de Córdoba un tal Lucero lo mandó “empapelar”. Se le abrió proceso por judaizante pues por línea materna venía de conversos, no obstante que su padre fuese de sangre azul emparentado con la Casa de Alba.



La inquisición no andaba con miramientos. El fiscal Rodrigo Deza ordenó encarcelar a su madre y a su hermana bajo la acusación de herejía judaica. Cisneros que pese a su rivalidad era amigo del arzobispo consiguió que las liberaran y elevó una súplica al papa Julio II, y, gracias a tan poderosas influencias, el abogado defensor de las encausadas, que era Pedro Mártir de Anghiera, logró rebatir las incriminaciones de Rodríguez Lucero. El tribunal dictaminó la completa inocencia de Hernando de Talavera y sus hermanas. El arzobispo de Granada, quebrada su salud por los disgustos del proceso, falleció a los pocos días de la sentencia absolutoria el 14 de mayo de 1507. Cogió una pulmonía a causa de haber participado, descalzo y encapuchado, como un penitente más en la procesión de las Angustias.



Tuvo sus intervenciones, como confesor y consejero regio en política, con suerte alterna.



Dicen las crónicas que contribuyó a las paces con Portugal después de los disturbios sucesorios de la Beltraneja. A los Reyes Católicos aconsejó mano dura—por una vez— y firmeza con los nobles levantiscos. Isabel acabó con el feudalismo de los señores de Galicia y Asturias, mandó desmochar las almenas de sus torres y derruir sus propiedades. Sin embargo, a Colón le hizo la higa. Le parecía descabellada la idea de un viaje a las Indias orientales, y que pedía cantidades exorbitantes, montes y morenas, para la empresa, cuando las arcas de Castilla estaban exhaustas después de la conquista de Granada. En la vida de todo ser humano una de cal y otra de arena. Pese a todo, llevó una vida ejemplar de inmaculado sacerdocio. Escribió algunos tratados de moral donde resplandece su ortodoxia y su acendrado espiritu cristiano, basado en la caridad y el amor al prójimo. Creo que su proceso de canonización no está incoado pero lo merecería. El calvario y persecución que tuvo que sufrir este buen obispo manso, por causa de sus orígenes, le colocan en las gradas de la tortuosa escalera que lleva al cielo a través de los peldaños del sufrimiento y del martirio a la santidad. Y eso me afirma en mi resolución de que el catolicismo hispano se acuñó como moneda de oro en un troquel mesiánico

 

 

REITRES DEL TEMPLE (texto 1995)

 

 

 

 ▬noveno centenario de la primera cruzada 1095.

 

▬Concilio de Clermont Ferrand.

 

▬Saberes gnósticos y profecías.

 

 

 

Arcanos del temple cabala a la inversa síntesis de ambos testamentos clave de bóveda del pasado y el futuro. Conocimiento al albur de la gnosis. Los arcanos consultados dicen que sólo quedan dos papas: uno antipapa y un tercero asesinado o dimisionario. Al termino del plazo la barca de pedro será rescatada por los caballeros de la luz solar. Su divisa es la tau hebrea o cruz de los elegidos. Los templarios suben a sus arzones brillan sus lorigas retozan los caballos que van a abrevar al pozo de la sabiduría quien sabe. En su yelmo ocultan los enigmas de la geometría con que construyeron las catedrales. Ken Follet es una especie de asesino de la literatura convencional, un espía inglés lanzado por los enemigos de nuestra Fe, que merodea libros malos por los alrededores de la catedral de Sevilla. Christus structor. Tambien fue Nuestro Señor trigonometría contra el abismo. Sus palabras evangélicas fueron los sillares para construir la ciudad de Dios. Pero Follet desconoce las claves del enigma que propala; no hacerle caso. Ellos hallaron la distancia de πί, idea que se plasma en el octógono de la beatitud catedralicia. A través de los conocimientos matemáticas de la gnosis supieron los templarios adelantados a su tiempo de la llegada de la Red Fraterna Universal bits and bytes del ordenador en conjunciones binarias. Estas enseñanzas las sacaron los libros jónicos y subieron al empíreo, volando bajo el ala del Águila de Patmos. Calatrava, Malta, Santiago, Avis, teutónicos. Los impostores de roma quemaron a Jackes de Molay sin podfer acabar con su maestrazgo. Su sabiduría era un atentado contra el poder pontificio y sus regalías. Cisneros lo supo intuir a fines del siglo XV. El mundo está partido en dos entre la luz y la sombra. Las aspas del molino de la vida después del paraíso terrenal tornan a la derecha dextrógiras o levógiras, al contrario de las manecillas del reloj. Entonces todo sale mal. El legado templario nor deporta a la realidad mística. A las aspas de esa cruz que fluctúa entre rayos de luz y conos de sombra. Las aspas del molino de la vida se entrecruzan. Porque la contradicción perenne habita entre nosotros. Y en medio de este caos se alza la cruz de Cristo que venció a la muerte y desterró al dolor. Al menos esa es la esperanza de los creyentes. Tiempo atrás en las navidades de 1095 se dio por concluidos el concilio de Clermont Ferrand convocado por Urbano II. Allí surgió un cura de la diócesis de Amiens Pedro el Eremita o Pierre le Petit (apenas media medio metro), un iluminado que parlaba de cosas raras. Nada menos que conquistar la tierra que pisó el Señor para alcanzar la bienaventuranza. Las multitudes acudieron en tropel y sin logística a los Santos Lugares.

 

Bernardo de Claraval recorrió los pueblos de Francia predicando la cruzada. En mala hora. Aquello fue un fracaso total. Al grito de Dios lo quiere las multitudes desarrapadas perecieron de hambre y de frío. Al llegar a Turquía treinta mil peregrinas fueron violadas por los sarracenos. Godofredo de Bullon a despecho de tanta contrariedad va a conquistar la Ciudad Santa en la primavera de 1099 pero por poco tiempo. Las cruzadas fueron el consecuente corolario al terror del milenario.

 

Y de aquel fracaso nació para el mundo un nuevo orden. Eran los renglones torcidos de Dios.

 

 

 

 

 

 

 

CIEN AÑOS LLEVA RASPUTIN ENTERRADO

 

 

Me hago esta pregunta en mis lecturas del Adviento que encuentra en Isaías en el gran heraldo del AT anunciante de la llegada del Redentor. Lecturas que alterno con el Libro de Memorias de A. Vasiliev el último director de la Ojrana zarista. Existe un misterio cuajado de contradicciones, visiones, rebeliones, grandezas y miserias en la historia de Israel. Isaías lanza sus trenos para comunicar la llegada del Mesías pero esta venida primera se contextúa en un marco de grandeza política y de preeminencia sobre los demás pueblos. Acertó en su visión de que los suyos le darían la espalda. San Pablo en sus cartas se refiere a la segunda venida o parusía como algo inminente aunque el Reino sería de naturaleza espiritual y escatológica.

 

En contra de las advertencias paulinas los cristianos siguen esperando esa llegada. Tales manifestaciones fallidas de la Ley Vieja como la del Mandamiento Nuevo escandalizaron a los hombres de su época. A Isaías lo aserraron y san Pablo murió por la espada.

 

Debe de ser el destino de los profetas que reman contra corriente y son acreedores de la infamia por sus semejantes, dado su comportamiento políticamente incorrecto. Vasiliev en su capacidad de jefe de la Ojrana sostiene que Gregorio Efimovich el monje siberiano que murió asesinado por el general Yusupov y el húsar Purikovich quienes lanzaron su cuerpo al río Neva días antes de la navidad fue muy difamado por las fuerzas oscuras que minaban Tsarkoe Selo —  Lenin tenía por mentor económico a un tal Hardman un judío austriaco que corrió con los gastos revolucionarios y consiguió devolver a la patria desde su exilio en Suiza a Vladimir Ulianov “Lenin” en un tren de mercancías— intentó conjurar la conspiración y salvar a los Romanov.

 

Es más: este clérigo siberiano, a juicio de Vasiliev, fue el látigo del castigo de la divinidad para castigar los pecados de la corte zarista así como la corrupción la injusticia social, y las diferencias en los países cristianos que se habían estado peleando durante siglos. Idea insólita pero que merece ser meditada en una España como la actual que se parece a Sodoma y Gomorra victima de la lascivia, de la crueldad manifiesta, la insolaridad, las catástrofes naturales, el cinismo, la contumacia, la soberbia y la protervia. Los bustos parlantes esas chicas e la tele bellos palmitos que en cada informativo recitan la letanía de cosas y ambientes horrorosos son sus profetisas.

 

Paralelamente, Rasputin por su fuerza descomunal y su enorme virilidad, o la potencia hipnótica de su mirada que volvía locas a las duquesas se lo rifarían en Telecinco.

 

El monje siberiano si volviera hoy a este mundo haría las delicias y sería un invitado de lujo al socaire de las procacidades y atrevimientos de ese tal Jorge Javier Vázquez con sus chistes de buharros y bardajes de tan mal gusto.

 

El padre Gregorio Efimovich hizo de su vida una perenne orgía. El propio zar Alejandro II le echaba en cara su libertinaje. Luego se arrepentía para volver a las andadas y a sus borracheras continuas.

 

El jefe de la Ojrana niega que se acostase con la zarina. Pese a las habladurías para la emperatriz sólo existía un afán en su vida: curar al zarevitch enfermo hemofílico. En palacio se celebraban sesiones de espiritismo y una tal Byroba admiradora del “staretz” fue la que lo introdujo en palacio.

 

Pese a la admiración de que gozaba entre las señoras y el pueblo devoto y llano, este fraile siberiano un exclaustrado que recorría verstas y verstas visitando monasterios estuvo en Santa Sofía de Kiev y en Kazán un “palomnik” (peregrino) de cuerpo entero — equivalente a un giróvago o cura vagabundo en la iglesia católica —  se trataba de un vividor y un borracho.

 

Representó  por ello el castigo para un iglesia ortodoxa que se había desviado de su camino.

 

A causa de sus excesos más de veinte mil popes perdieron la vida durante la revolución de los bolcheviques, miles de conventos profanados, las monjas violadas, las iglesias destruidas, las catedrales bizantinas convertidas en garajes o  en museos del ateismo.

 

Así y todo, la llama de la fe no se extinguió en el pueblo ruso que es profundamente cristiano. Que sigue creyendo en la resurrección. Este mujik inculto y supersticioso y dicen que con poderes infernales esa mirada fría de las fotos que quedan de él profunda y penetrante aun aterroriza abrió las puertas del infierno y con la ola de anticlericalismo irreverente por él suscitada, la Santa Rusia expió la culpa, resultó un instrumento de la vía purgativa: veinte millones de rusos muertos de hambre tras la revolución y otros tantos o más durante la guerra patria.

 

Es la idea que se desprende de la lectura del libro del general Vasiliev que a mí me ha servido para colacionarlo con los textos de Isaías que también anuncia calamidades para el pueblo elegido por haber dado la espalda a Yahvé. Pero no temas Israel. El Señor tu Dios te enviará a su Hijo y abrirá la cancela de la tierra prometida. Trocará tus lanzas y flechas en rejas de arado y convertirá las altas montañas en caminos del llano.

 

Es la expectativa dulce y maravillosa que hace el profeta en tiempo de Adviento. Se abrirán las nubes de lo alto y la nieve lloverá al justo.

 

Isaías aparte de un gran profeta era un eximio poeta aunque a veces parezca un humorista al igual que el ardiente Apóstol de los Gentiles.

 

Su lenguaje místico no puede ser entendido por el hombre de hoy. La epístola ad Efesios en que manda callar a las mujeres (“esté la esposa sujeta al marido y guarde silencio en la sinagoga”) escandalizaría a las féminas de la misma forma que la exaltación que realiza el Profeta degollado enteramente nacionalista, al proyectar la idea de la supremacía política y técnica de Israel (“haré que los enemigos de Israel vengan encorvados y se prosternen a tus pies”) pondría en pie de guerra a los honderos palestinos de la franja de Gaza. Eso sí mientras la mentalidad veterotestamentaria promete un mundo feliz por más que subyugado reino de abundancia y de poderío militar en esta vida y económico Cristo sólo promete cruz dolores abrojos escupitajos y un continuo sufrir y padecer en este valle de lagrimas a cambio de la salvación en la otra. Mi reino no es de este mundo. Aquí el optimismo y la euforia de la ley vieja se estrella contra la abnegación y el sacrificio cristiano del Nuevo Testamento, una religión de perdedores. Uno guarda la ley del Talión. Otro manda volver la otra mejilla.

 

 Uno mira a su alrededor y observa al socaire del mundo presente que los arados han desaparecido para dejar paso a los ICBM y a las más letales instrumentos bélicos de nueva generación. El aire viene cargado de amenazas. El pueblo de Israel vive en estado de sitio y repele al  enemigo que ataca a sus soldados a cantazo limpio con fusiles de asalto de mirada telescópica.

 

La navidad entre nosotros es un tiempo de despilfarros consumistas, bacanales, despiporres, y cenas nostálgicas y pantagruélicas donde las familias desunidas se reúnen a veces para demostrar lo poco que se quieren y lo mal que se llevan.

 

La sombra de Rasputin planea otra vez desde Rusia y no entendemos nada. Lo que insinúa Vasiliev no deja de tener su miga tal sugerencia del amo de los espías del zar. El altísimo eligió al pueblo elegido para implementar sus designios del Convenant. Estableció con ellos el arca de la alianza. ¿De amor o de guerra? Hasta el nombre de Jerusalén (ciudad de la paz su sentido semántico hebreo) parece una ironía. En el estado hebreo la santidad y la perversidad parecen ir de la mano. Etsi, yo no entiendo mucho de política.

 

Jesucristo ya dijo en un pasaje del Evangelio que no vino a traer la paz sino la guerra. Yo creo profundamente en el Último Justo de Israel y la presencia de Cristo al que degollaron por llevar la contraria a los que mandan en el tiempo presente y en el tiempo futuro. No entiendo nada. Quizás por eso afirman los teólogos que el lenguaje dista mucho del de los hombres. Por lo que caigo de rodillas y musito aquel canto de adviento de la liturgia mozárabe de mis años de seminarista: “Attende, Domine, et miserere, quia peccavimus Tibi… Occulos nostros sublevamus flentes… exaudi, Christe, suplicantes preces”. Dios perdonará y perdonará eternamente. Perdonó a Judas perdonó a Rasputin pero no perdonó a Sodoma y dice que a los tibios los arrojará de su boca. Aunque siempre habrá ocurrencias fuera de nuestro alcance. El lenguaje de Dios es un misterio. Está visto y comprobado que tampoco sus caminos son nuestros caminos. En nuestras inteligencias finitas no cabe el mensaje de la Palabra infinita pero hay que tener fe. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

J SENDER: "ALFONSO XIII ERA UN CENIZO COMO TODOS LOS BORBONES"

 



SENDER CONTRA LA GAFANCIA DE LOS BORBONES

 

El trece mal número fatídico que cuadraba a un rey de ojos inexpresivos y mirada vacía un rey "esparrancao" aficionado al porno duro (queda por ahí alguna pelicula años veinte cine mudo en la cual participó como protagonista) al decimotercero de los Alfonsos se deben los veinte mil muertos de Annual y los doce mil de Monte Arruit, segun declara Sender en sus confesiones. Sangre española. El 13 mal numero. Enfrentado al peligro, no arrostró su obligación como hizo el último de los Romanov o su tatarabuelo Luis XVI. Los borbones traen mala suerte. Error imperdonable del dictador al reinsertarlos. Es una monarquía con bicho.

 

Ramón J. Sender culpa a Franco de haber desaprovechado la ocasión para desterrar a estos dinastas con mal fario y establecer el reino de la justicia social. El tercer tranco de su libro autobiografico "Crónica del Alba" es un canto de amor a España al heroismo de sus pistolos que luchan bajo el mando de una oficialidad en muchos casos corrupta. "Algunos de nuestros jefes y oficiales eran más perniciosas para la patria que el propio Abdelkrim".

 

Marruecos siempre Marruecos. El Rif misterioso. Pelear contra el moro tuvimos por costumbre, pero el moro es hermano nuestro. Luego serían los soldaditos de la Yehala los que sacarían a Franco las castañas del fuego ayudandole a vencer en la guerra del 36. Una larga historia de amor y desamor, de encuentros y desencuentros. Salam malikum. Y malikum salam.
Cuando aparece en escena el "djin" (Satanás), que malmete, estas relaciones se alborotan. Sender fue como Pedro Antonio de Alarcón como Arturo Barea o Ernesto Gimenez Caballero, Mola, Sanjurjo y tantos otros tantos escritores soldado en la guerra de Melilla. Sus páginas están impregnadas de ese sol místico de la Elvira desierta y es lo que significa la palabra elvira en árabe: desierto; su pluma tallada en las arenas del Sahara.

 

Sopla sobre ellas el "levante" que es una aire que enloquece. Estuvo Ramon J. Sender -cuatro años de mili- destacado en un regimiento de infantería de línea el Ceriñola 42 y, enamorado de una hispano-marroquí, la bella Antonia, vendería panes de munición y cartuchos a los de Abdelkrim. Libró de ser fusilado y condenado a trabajos forzados en el penal del Hacho salió libre tras la amnistía decretada por el general Berenguer.

 

Una vez excarcelado se dedica a buscar a su bella jarifa por todo el Rif. Vestido de moro con babuchas y chilaba encuentra a su ex en un aduar de la frontera con Argelia. Es una historia apasionante en la cual el escritor aragonés revela sus facultades narrativas y la capacidad para la intriga y el suspense. Vierte el relato en una prosa nada alcorzada ni melindrosa. Es escritura verdad sin impostar la voz ni hacer gorgoritos efectistas al estilo de Baroja o Azorin o de Unamuno del que dice que era un pobre hombre con muy mal oído para el párrafo musical (sus páginas carecen del concento o esa disposición armónica, ese atisbo, que tanto abunda en la obra de Cela o de Valle Inclán. Por cierto, Unamuno no tenía ideas originales, toda su obra la copia de filososfos extranjeros: Hobbes, Nietzache, Holderling. Perez de Ayala le parece al autor aragonés un asturiano insoportable que trufa sus obras de vocablos culteranos para demostrar su ascendiente jesuita curtido en lecturas clásicas.

 

Solo se libran de sus varapalos Cansinos Assens que era un sefardita gordo y procesional que hablaba todos los idiomas del mundo y traducía a los maestros rusos. Gomez de La Serna le parece un madrileño simpatico y castizo pero algo afrancesado.

 

Ramon J. Sender se expresa de una forma llama y libre a la manera de como hablaban las gentes de su Calamera natal. Pero tambien incorpora a sus libros el lenguaje del cuartel y la trinchera. La guerra huele a mierda y a listerina, y a desinfectante hieden los cuartos de banderas.

 

El Bajo Aragón es tierra fronteriza de romis, muladies y aljamiados que revelan una larga convivencia y entendimiento con el Islam. Tierra de hombres cabales con nervios de acero y sangre en las venas. Pero las cosas son como son hasta que dejan de serlo. Y el español ha incorporado a la masa de su sangre virtudes y defectos de su herencia morisca. Por ejemplo, la arrogancia, el valor, la insolaridad peninsular que nos viene de los benimerines.

 

España sigue siendo un reino de taifas con mucho orgullo local con el riesgo de perder el sentido nacional.

 

Crónica del Alba es un tour de force narrativo que, en ocasiones, recuerda escenas increibles de aduares y vuelos en alcatifa como en las Mil y una Noches; otras, plantea escena las princesas jarifas del Romancero que regresan a la grupa del caballero don Bueso de tierra de moros y que son en realidad cristianas cautivas. Buen pueblo pero mala gente. Regido por políticos indotados y monarcas cenizos. !Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor!

 

Los siete trancos de esta extensa novela autobiográfica son siete arracadas o perlas colgantes que se exhiben como el Tesoro visigótico de la cruz de Guarrazar, muestran a un escritor-verdad, que trata de interpretar la vida española en el tiempo de la republica y los años previos a la guerra civil.

 

Sopló un levante de locura cainita y vinieron las gumias. El gemido de las parcas llenó el país de cantos lugubres. La catástrofe se pudo evitar si no hubieran tenido tanta fuerza los masones y los poderes en la sombra no le hubieran apretado las clavijas a los militares sublevados y el Faenas viscoso y verrugo (así llama a don Manuel Azaña) no hubiera sido tan malvado, o se hubiera dado a la fuga el monarca.

 

El conde Romanones bajó a despedirle a la estación de Torrelodones. Alfonso XIII abdicó. España, ahí te quedas. No se fue el caimán por la barandilla, que se fue por Cartagena.

 

El pueblo asistió ignorante a aquella hecatombe y tomó las armas del bando en que se encontraba cuando estalló el Movimiento. Algunos como el propio autor se pasaron del bando nacional al republicano porque sus ideas se inclinaban hacia el progreso, la democracia y la libertad. El regimen del 14 de abril del 31, lo dice con todo su dolor Sender, fue un sistema político que malparió. Pronto vinieron los desengaños. Esto no furrula.

 

La republica a juicio del ex soldado aragonés que al llegar a Madrid se hizo periodista cometió el error de trocar la enseña roja y gualda [cierto que una bandera no es más que un trapo pero por defenderla y honrarla habían muerto tantos] por el carmesí. El color morado es el de los borbones y da mala suerte. El error lo han vuelto a cometer los de Podemos. Impolitica medida del Faenas Verrugado fue también la orden de quemar conventos.

 

El moradillo es tintura del hematoma y de la sangre coagulada. Anticipaba la degollina. El Viscoso era un "bassani" (hijo de mala madre) para los moros que cruzaron el Estrecho. Además era un cobarde, aunque buen orador.

 

El amarillo sin embargo es color limpio de los campos de España donde el trigo de los espacios de la tierra de pan llevar contrae matrimonio con el rojo de la amapola. Se fundian así la pasión y la contemplación. Dos cromatismos fervientes que no había por qué cambiarles por el cárdeno de Villalar, que es color de la derrota.

 

Luego, aquello sería un desbarajuste. España abrió la puerta a todo el lumpen de Europa y de Estados Unidos. Los de las brigadas Inernacionales tenían la idea de que se alistaban con el bando de la Republica en favor de unas vacaciones pagadas. Cuando se dieron cuenta de que la cosa y que se derramaba mucha sangre en el campo de batalla pues aquyella guerra nunca fue un paseo militar, iba en serio regresaron a sus casas. Españoles ahí os quedais.

 

Todas estas ideas anarquistas del escritor nacido en las riberas del Cinca y para libre Aragón ya lo dijo Baltasar Gracián volvieron a Sender sospechoso tanto a ojos de los azules como de los rojos. Barruntaban que fuera un doble agente. En Burgos y en Calamera estuvo a punto de ir al paredón. Salvaría la piel mediante ardides y subterfugios, sin que ello le librase más tarde de las penalidades del campo de concentración francés y de la hégira primero a Mexico y despues a USA.

 

Su obra está plagada de aforismos y de reflexiones filosoficas fruto de su conocimiento de las lenguas clásicas y de la mitologia indoeuropea. Así escribe, verbigracia, que el Nuevo Testamento se encuentra trufado de contradicciones. Sin embargo, en abono de su divinidad declara que la narración de la Pasión del Señor, según los Evangelios Sinópticos, es el texto más maravilloso que haya podido salir de de la pluma de un hombre a lo largo de todos los tiempos. Con toda seguridad fue inspirado por Dios.

 

Le gusta san Agustin porque le parece el autor más humano de toda la patristica y admira a Teresa de Jesus en su casticismo del espiritu castellano más realista, cuando conversando en tiempos de soledad y de sequedad, con Jesus se queja al Amado de sus dolencias espirituales y carnales:

 

- "No me extraña, Señor, que tengas tan pocos amigos a juzgar por lo mal que los tratas",

 

Sostiene que el cristianismo y el budismo con sus postulados de dulzura quietud y amor para con los enemigos son dos formularios de caracter femenino:(el yin de los chinos). Sin embargo, el Islam - el yen- es una religión viril al igual que la Ley Mosaica.

 

Ambas religiones presentan a un dios tronitonante que no se humana, oculto en la montaña del Sinai o la piedra de la Caba. Stalin y Hitler, por ese mismo renglón, son deidades másculas que pertenecen al linaje de Maquiavelo. Nietzsche y Siva. Así habló Zaratrusta.

 

Platón y Socrates honran como princiio religioso a la filosofía de la razón. Espinoza quel converso al que expulsaron de la sinagoga de de Amsterdam pulía el diamante mientras presenta para la historia un sistema envenenado de divinidad. Es el panteismo como venero del que todas las fuentes del pensamiento brotan. Fe es creer lo que no vimos dice el P. Astete . Ahi me las den todas.

 

A Dios nunca lo vimos pero ejerce el oficio de guardabarreras del mundo. Un oficio en el cual en verano te escaldas en invierno te arrices y siempre te jodes. Hay que seguir buscando.

 

Los libros de este autor aragonés es un monumento a la hispanidad desde el espiritu libertario y anarquista total. Deberían ser preceptivos en los escuelas de la nación para que lo jovenes supieran verdaderamente qué es lo que pasó por qué pasó y cómo pasó.

 

La historia de España no es un cursi serial de "Cuentame" ni de "Aguila Roja". Es mucho más. Mientras no salgamos de ese circulo vicioso y expurguemos nuestras conciencias, España, acervo de las tres religiones, seguirá siendo un país maldito malmetido por políticos trincones y periodistas buscones siempre.

 

 

CAMARA SANTA DE OVIEDO

 

 

 

Reliquias sagradas que conservan el misterio de la historia de España. El año 79 fui a venerarla un día de lluvia. Después me prosterné ante el altar sagrado múltiples veces. Siento un pálpito especial. Ante el altar se arrodillaban peregrinos franceses una familia. Los apóstoles de la imposta seguían imperturbables su conversación de piedra que dura siglos. Una cháchara en éxtasis pero con esa sonrisa inefable de la juventud, parecen misacantanos. San Pedro con las llaves del reino. Y san Juan imbele. La imagen de san Andrés  ostenta una poderosa cabeza coronada de rizos y del aspa de su martirio. No son testas semitas o dolicocéfalas sino braquicefalas, europeas: san mateo y san marcos parecían hermanos mielgos desenrollando el pergamino de la escritura. Y un apóstol a otro le habla con dulzura casi como si le contase un chiste o le hiciera una carantoña. Santo Matías se aparece con el número 24, simbólico guarismo de los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Es el calvo de la cuadrilla. Había tres cabezas decapitadas sobre el arcosolio del pórtico y la cruz de los Ángeles era un ostensorio de esmeraldas, togas largas, técnica de paños mojados con sus plegaduras, un descubrimiento del arte gótico; gestos hieráticos a fe que no eran unos rudos pescadores pero en el cuadro pervive la serenidad y la risa de Israel pido a dios que no sea mofa.

 

Las estatuas de la cámara santa de Oviedo guardan, a juicio de los expertos, cierta preeminencia e incluso prelación a las del pórtico de la gloria son menos estáticas que las compostelanas, dicho sean sin detrimento del gran escultor de quien solo el nombre conocemos: maestro Mateo.

 

Eutrapelia eucaristía es el sentimiento que suscita en el espectador esta visión; es el bien sentir y bien hacer entre la humedad de los siglos este pequeño recinto donde se dijeron misas por primera vez para honrar a la virgen Eulalia emeritense. Esta labor de orfebrería representa un excelente trabajo. La mandorla mística, de la cual surge la figura sedente de cristo salvador en medio de un cerco de cabujones del díptico del obispo Gonzaga, asombra. Este es el haz pero en la contrahaz o envés repujado destaca un calvario.

 

El oro y el marfil enmarcan tales joyas lo mismo que servían de adorno a la urna de san Julián y san Serrano hoy perdidas como la de san Vicente mártir o la de san Eulogio y san Julián santos todos ellos románicos a la cual los muzárabes profesaban una devoción ancestral. "Tomaron las reliquias todas las que hubieron y fueron por Castilla y así la defendieron" (romance del Cid) los huesos del tabernáculo y la lauda sepulcral de Leocadia, me extasío ante la arqueta de las ágatas en torno a la cruz la rosa de los vientos una cabeza de hombre que surge de las alas de un águila enfrentándose a un grifo fabuloso, el cual, mirándolo, bien resulta un toro con alas.

 

De cómo llegaron a Asturias esa cruz y estos exvotos es una historia que forma parte de una peripecia tan fantástica e increíble como el viaje del cuerpo del apóstol Jacobo a Compostela en una barca de piedra. Al cabo, en la huida de los cristianos extremeños al norte quedaron depositados en Monsacro para su transporte y reposo definitivo a san Salvador de Oviedo. Don Maximiliano Arboleya Martínez deán que fue de esta catedral (sería fusilado en agosto de 1936) refiere en un opúsculo que a raíz de la persecución de Cosroas rey persa contra los cristianos que destruyó Jerusalén por segunda vez algunos huyeron hacia Alejandría  llevando consigo la cruz del redentor. Allí un obispo piadoso Juan el limosnero los acogió. Egipto acto seguido fue arrasado por los árabes y de nuevo los cristianos hubieron de embarcarse hasta Cartagena y de allá fueron traídas nadie sabe cómo hasta el Monsacro. Alfonso II el Casto las expone por primera vez en Oviedo y manda construir la cruz de los Ángeles 808. Fruela II 950 agrega la cruz de las calcedonias y Alfonso VI rey de de castilla y de León manda abrir el arca santa el 13 de marzo de 1075. Y desde entonces hasta la fecha el arca santa ha sido baluarte de nuestra fe superviviendo a guerras fuegos inundaciones, robos, expolios, asonadas y cuarteladas, estas reliquias guardan entre sus joyas el destino de España y demuestran que San Salvador fue el gran foco de peregrinaciones de las cristiandades europeas. Forma parte de nuestro testamento. Quizás tales huesos o el polvo que queda en medio de piedras preciosas sean nuestro salvoconducto y baluarte en la peregrinación de Asturias cuna de España por la historia

 

 

 

FRAY JUSTO PEREZ DE URBEK MONJE DIFAMADO

Tabelión archivero y monje



Se va 2011 hoja volandera llevándose el polvo de estrellas de los últimos 365 día. Un diácono en el guial de mi radio canta la Passio y llega al pasaje en que pregunta a Jesús Pilatos:

-Quid fecisti? ¿Qué has hecho?

Y el pretor y el prisionero se enzarzan en uno de los grandes diálogos carismáticos de la historia del mundo. El romano quería salvarlo porque creía en la inocencia del reo y el sanedrín-siempre el sanedrín- clamaba:

-Quítale de ahí, mándalo al patíbulo.

El kerigma de la redención fortalece mi pobre fe que a veces parece que se derrumba. Es la soledad profética del martirio del testigo de la fe al que nadie secunda. Y no quiero entrar en el paladio de mi duda. Es un lugar secreto. Para vencer la tentación mis labios no se cansan de pronunciar la plegaria hesicástica de los padres del desierto. Jesús hijo de David tenga piedad de mí. Kyrie eleison. Gospodi pomiluy.

No soy más que moneda forera, calderilla que se intercambia en el tenderete para pagar los sufragios y pitanzas de sus caridades. Y hoy día de san Silvestre mi mente vuela hacia las aguas del Arlanza ese Jordán burgalés cuna de tantos monasterios y rindo mi tributo a la memoria de un monje que escribió la mejor epacta o los trabajos y los días del buen cristiano que vive a pie de calendario y assite impávido al tránsito de las estaciones. Me refiero al Año Cristiano de fray Justo Pérez de Urbel el abad falangista el que colocó una cruz mirando a Madrid más alta que una montaña y que hoy quieren derribar los impíos con la misma saña con que los escribas y fariseos vociferaron contra el manso Jesús.

Aquel abad silense nació el 8 de septiembre de 1895 en Pedrosa del Río Urbel, ingresó en los benitos a los diez años y fue ordenado sacerdote el 1918. de acendarda vocación literaria pronto fue proclamado abad de Silos. A la sombra del famoso ciprés de su claustro van en búsqueda de remedio espiritual poetas, literatos, políticos, abogados de Madrid. Consta en los anales que Rafael Alberti y Gerardo Diego fueron amigos de aquel abad munificente y algo mecenas. El primero se adhirió a las izquierdas. Diego, falangista y uno de los grandes vates castellano de posguerra inmortalizó al ciprés de Silos en un soneto.

Fray Justo hacía misiones y daba conferencias por los pueblos de Castilla , fue el eximio publicista que nos dio a conocer a los niños de las escuelas de aquel tiempo las fuguras de El CID, fERNÁN gONZALEZ, dña Jimena, y eso creó ewn nuestras coinciencias huella cindeleble-y de este itinerario espiritual surgieron recopilaciones de viejas costumbres, canciones,- Castilla ama la libertad como ella sola, es la patria del fuero comunero- y libros como fueron los viejos romances y el cantar de Mío Cid que son el legado de la literatura castellana a la historia de las letras universal.

Yo conocí al abad de Silos allá por el año 58 pues con frecuencia venía a ver a un compañero nuestro en el seminario de Segovia al que apadrinara y pagaba la beca. Era de mediana estatura, muy calvo,  numismático perfil de auténtico monje, una efigie románica del medievo, de ojos penetrantes con lentes de alambre voz profunda muy humilde y campechano. A pesar de sus grandes conocimientos. Siguiendo la norma de su regla “ora et labora” cálamo en ristre había descubierto los tesoros insondables del primitivo cristianismo hispano, el rito mozárabe o visigótico y desenterrado partituras musicales donde se esconde la conexión de la religión de Jesús con la belleza. Fue un apóstol de la tradición. Carrero Blanco lo nombró abad de Cuelgamuros pero  a diez años  de su patronazgo abacial fue defenestrado por causas que se desconocen, dicen que el OPUS estuvo detrás de aquella movida y los grupos afectos a Carrero que lo encumnbraron luego acabaron con él. Fray Justo fue empero el alma del Valle de los caídos. Fue un golpe muy duro hasta el punto de que cundieron rumores de que se extravió, estuvo a punto de colgar los habitos y que se juntaba con gente poco recomendable, y llegó a vivir con una querida. ¿Era la madre de aquel latino segoviano al que iba a visitar los jueves y a llevarle el talego? Sean ciertos o meros bulos estos rumores verdad es que lo pasó mal y el Señor lo probó con fuerza y en él se cuimplió el axioma cidiano de que Castilla face los omes e los desface.. Quienes más debieran amarle más le odiaron. Es el suplicio por el cual han de pasar los genios de este país. Murió el día de san Pedro de 1979.

Y en la búsqueda de esta meta Pérez de Urbel chocó siempre con los jesuitas que preponderaron en el redimen de Franco a partir de 1958 implantando una suerte de secularización y acomodo a las nuevas realidades de la tecnología y de los cambios sociales. Por esta causa perdió el predicamento que tuviera en el Pardo aunque él siempre sería un amigo eminente del Caudillo.

Es una pena que su gran obra empañecida por ataques personales y argumentos ad hominem permanezca soterrada en los anaqueles bibliotecas y ninguneada por la historiografía y la crítica en manos perversas hispanofobas y anticatólicas. Sin embargo, la personalidad del abad silense se sale de la norma y de los cauces de hoy. Era un trasunto de aquellos prelados medievales que llevaron la mitra sobre sus cabezas (el arzobispo Carrillo, Gil de albornoz, Cisneros, Ximenez de Rada, el cardenal Mendoza)

Adquiere mayor talla la figura de estos epígonos que copiaron códices, compusieron himnos litúrgicos, hicieron la guerra, casaron príncipes, crearon instituciones benéficas, fundaron monasterios y biblioteca en comparanza con lo que ocurre en esta España nuestra. Un mitrado como aquellos hay que buscarlos con la lámpara de Diógenes y no nos saldrían más que obispillos en la nómina de conferencias episcopales, Roucos, y Tarancones de perversa memoria y toda esa clerigalla de tertulieros que se agrupa en torno a la COPE o a Intereconomía, los quicos, los neocatecumenes o los virginianos del Escorial. Bien se conoce que estos son tiempos en que se rinde culto a la serpiente (ofiolatría)

Cabo de año. San silvestre preside la jornada postrera de un 2011. dejemos que las ofiolatrías adoren al Becerro y que Moloch y Saturno sigan engullendo los cadáveres de sus propias criaturas. Nosotros que no cesamos de clamar en el desierto con trenos proféticos acojámonos al silencio del templo de Volupia. Pues a lo mejor no lo sabéis lectores. Esto de estar todos calladitos como en misa no es una costumbre cristiana sino pagana. Volupia era la diosa del silencio para los romanos. Los imagineros la pintaban como a una moza que da un paso al frente con el dedo índice sobre los labios. No es el buey mudo toma sino la imposición de esas viejas cotorras que dicen chissssst y hay que estar modositos. Oír ver y callar pero han quedado los seminarios vacíos, los conventos secos, la grey dispersa mientras surgen voces como la mía que gritan y en el erial se produce el estruendo.

No he de callar por más que con el dedo silencio avises o amenaces miedo… chist. Prefiero el silencio de la Anatolia. Allí los anacoretas se entregaban al silencio y su actitud es hoy definida por las más hermosas de las palabras rusas:

-m o l ch e ñ i e

Recomendación de oro el silencio administrativo, el silencio total para tanto boquimuelle.

-Oiga esos contertulios parlan como oráculos.

-Habrá que encerrarlos en el templo de Volupia amarados en blanca. A ver si aprenden.

-No aprenderán nunca. Sueltan el trapo como cotorra y para colmo ganan dinero.

Estos manirrotos y boquirrotos son un contraste con aquel abad silense que era hombre de pocas palabras. Fray Justo tenía un perfil alemán. Era de una gran bondad y entendía el cristianismo no bajo el látigo de nuestros grandes conversos –Loyola, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz un poeta que deviene casi pornográfico a fuer de amor divino- sino dentro de la horma y el báculo de la epiqueya de moderación católica de san Isidoro. Fue el cantor excelso como Prudencio de nuestros mártires en la guerra civil. Un autentico Tabelión de la orden de San Benedicto que levanta acta de ciertos hechos para que la historia guardara conocimiento por ejemplo de la barbarie cometida por las hordas rojas.

 

 

OSCULANDA NADA DE NADA

 

OSCULANDA

 

Las féminas siguen destilando veneno. Hay que ver en lo bajo que cayeron aquellas muchachas que amamos en otro tiempo y ahora son abuelas. Andan cojas, y en medio del desencanto habitando sus pisos de muchos metros cuadrados, en la comparsa de sus gatos castrados, alguna foto de familia, los matrimonios fracasados, viudas de su propio desconsuelo, añorantes del amor negro que les puso a pique de la ruina, lo que evidencia el poder del sexo.

 

 -Arrepiéntete, cabrón.

 

-Yo no me arrepiento de nada. Me arrepiento  tan solo de aquella chinita en Hong Kong que hacía frufrú cuando me hacía el amor.

 

 Encima, beatas con humos y poniéndote de penitente. La culpa de todo por lo visto la tienes tú, Ulises, que sigues sin llegar a Itaca.

 

 Le dije que no creo en la confesión auricular porque teológicamente tengo en entredicho la teoría de la exmologesis. Oh católica y cruel majestad, seguimos en las mismas. Osculanda amor tú ya no besas como solías. Te han salido bolsas en los ojos y no ves lo que te rodea pero tal vez sea mejor así. La soledad créceme por fuera y por dentro de nosotros. Pobre Osculanda, viuda solitaria en su piso de doscientos metros cuadrados, una sonrisa amarga y los ojos cargados en un ictus que me dice que todos aquellos besos que me diste se los llevó la trampa. Fueron el proemio de antelación de una vida que pudo ser y no fue. Acaso estaba escrito. Fue la voluntad de Dios. No nos hicimos daño el uno al otro y las dulces horas de junio y de mayo idas y venidas por el valle de Talamanca hoy al recordarlas no producen ningún escozor, solamente melancolía. Paremo sigue vendiendo libros en su alguarín infame y yo vendí aquella vieja maquina de escribir con el tablero que inventara Wetereng. Ahora soy propietario de un ordenador portátil. Pulso cada una de las fichas del teclado en la esperanza de que tarde o temprano la verdad se hará hueco, Osculanda amor, aquella moza de rumbo que hoy es abuela. La que tuvo retuvo.

 

 Parejo  Paremo alza su gario terrible y al pasar por el resayo a la sombra del gran edificio con los paramentos de mayólica yo le hago un corte de manga. Está muy gordo y se toca con una churrupitosa visera y casi no le tapa el culo su inmenso mandilón. Ha parido una gata y su mujer, que es una vieja fea con cara de vagabunda alcohólica les pone un platito con sopas de leche sobre la acera para que los michines de la camada coman. No cierran todavía la tienda aunque ya les queda poco. Paremo es rátigo todo él un rátigo con látigo. Alguna mañana utiliza su fusta para espantar a los buitres. Negocio al por mayor. Parejo Paremo es el sepulturero de muchas ilusiones literarias. Es el tendero de ideas de segunda mano. En su garabito fenecen los sueños de los poetas. Maldigo a este pariente de Juan Simón que trata al personal a batacazos. Su padre creo que era un sargento de caballería.

 

     -Nada de sargento. Cabo primera de la Remonta.

 

     -Mejor me lo pones y a Paremo Parejo que le quiten los galones y lo hagan soldado raso.

 

De estas zozobras mías cuan poco tú sabes, Osculanda, amor.

 

 

LIBRO SOBRE EL FRANQUISMO

 

Franco y los Judíos. Salvó a muchos hebreos pero decir esto hoy por hoy y tal y conforme están las cosas suena a herejía pero me remito a los documentos y a los tumbos. La letra muerta es un testimonio y delata a unos cuantos. No quieren oír. Están sordos. El juancarlismo reniega de sus orígenes. Creo que el Señor me ayuda a pechar con esta galerna de dificultades. Mi frágil barquilla siempre a punto de naufragar hiende proa y sale a flote. Sálvanos Señor que perecemos. Seguiré escribiendo. Algún día se esclarecerá la luz. Creo en la pasión y muerte N.S. Jesucristo. En el Amor. En el perdón en el progreso pero esta nueva teoría cohonestada por los últimos papas niega la mayor. Acaso el Vaticano para complacer a sus enemigos esté inmolándose en un trágico harakiri. Tal vez Wojtyla Kratz fuese el anticristo. Otros curen del gobierno del mundo y sus monarquías Yo mientras tanto saco el azadón y cavo en el jardín. Hay que limpiar las malas hierbas, quemar hiedra, tronzar algunos palos, podar. Ya está próxima la primavera y aquí estoy yo fumándome un “Don Tomás” después del cafecito mañanero. Se fue el cansancio al levantarse de días atrás.

 

 Este invierno no ha cesado de llover y de nevar. Ha sido una estación invernal como las de antiguamente. Y Delibes se muere. Nunca fue Delibes santo de mi devoción. Pienso que es un escritor menor. Un tipo muy de derecha, manierista en lo del estilo. La sombra del Ciprés es alargada es una novela floja. Lo mejor y más acertado el título. Pero con ella ganó el Nadal y la escribiría como el que prepara unas oposiciones a notarías. La cosa resultó. Cría fama y échate a dormir. Pero ha sido un autor desigual. Con algunos aciertos como el Disputado voto del señor Cayo y otros fracasos como Siestas con viento del Sur escritos cuando su animo estaba atenazado por la depresión. En el 98 le operaron de un tumor y al pobre escritor le salió la hoja roja.

 

 No me identifico como castellano con los palurdos que él pinta y describe pero esto a muchos les sonará a herejía. Subo por detrás de la gran casa con los frisos de Mayólica y allí está toro sentado cuidando su parva. Rátigo. Me insulta. Guardo silencio. Soplón. Espía. Marido de una mujer fea y lenguaraz. No hay que hacer caso. Sin embargo le compro dos libros por 3. Menudo pájaro. Pienso en que Toro Sentado. Al que tambien llaman Peremo  el del mandilón no es más que una sombra, un espectro que aun vaga apostado en la verja del jardín reliquia del pasado y de los tiempos de la inquisición. España negra y cañí. ¿Y pensar que estos eran los míos? Otra gran decepción como la de Osculanda que cuando tenía 20 abriles me largaba besos al por mayor. Aquellos besos aquellos libros la trampa se los llevó.

jueves, 14 de agosto de 2025

 

 

 

 

 

 

ELOGIO DEL SILENCIO. EL DESIERTO VIVIFICA

 

 

 

Retirado a la paz de los desiertos conjuro la desazón y convaleciente ordena mi mujer me den sustanciosos pistos. Ínterin, me asaltan los recuerdos de cuando era paje del obispo y alforzaba la capa magna para que no la arrastrase al entrar en la catedral a toque de clarines y timbales.

 

Vivo recogido y convaleciente pensando que este retiro es una gracia del altísimo porque hoy lo más fácil del mundo es ir al talego.

 

España vive un perpetuo escrache. Irritación y odio por todas partes. por las tardes juego con unos amigos que me honran con su visita jugamos a las siete y media o al treinta con rey.

 

Nos gobierna una partida de truhanes y borrachos lujuriosos y lascivos impotentes bustos parlantes de machorras.

 

La Villacastín tuerce el morro como el panadero de Encinillas y la Ballesteros cuenta qué gusto cuando hizo el 69 con un tipo que encontró en la escalera de su piso aquí te pillo acá te mato, ¿pero de donde ha salido esta?

 

Es de la calle la Ballesta y a lo que se ve no estudió en Alcalá donde tantas premisas dio el florido ingenio. Pronto estas daifas reposarán en el Pleión Cementerio que es el reclinatorio de los muchos y digo con el romance:

 

Mal casada sin ventura

 

¿Qué te vale tu lindeza?

 

Ocasión es de tristeza

 

Tu beldad y tu hermosura.

 

Estos versos los aprendí de un curullero que fue a galeras por matar a la parienta cuando la encontró encamada con otro.

 

 Muy bien hablaba aquel galeoto arrepentido. Armas y letras son hermosas pero no puede irse a la guerra sin coselete. Voto a bríos y a san Antonio de Padua.

 

Me indigna la vanilocuencia de estas nuevas reinas cultalatiniparlas que no paren más que hijos de la imprenta porque marchan con la matriz adobada o se ligaron las trompas para así engañar con más seguridad a sus maridos.

 

Tempus Edax rerum tempus fugit. Todo lo devora el paso del tiempo, abrázate a tu cruz, Villeguillo ya te lo dijo Ferteros el que aventaja bien clarito: Mía es mi hambre. En mi hambre mando yo. Soy indiferente a toda clase de males y suplicios que me lleguen. Detesto a estos lomienhiestos y vanílocuos que pecorean frases y explicaciones por la caja tonta.

 

- Los micrófonos pedorros, ah sí.

 

- ¿Y esta noche veras el partido Verumtamen entre la selección española  y la judía?

 

- Ni por pienso, Villeguillo, los sionistas son el brazo armado de esa revolución que se está preparando en Barcelona.

 

- Seria una bufonada si no tuviera que correr tanta sangre

 

- Son raza perversa siempre al santo y a la limosna. Eres Verumtamen lo que se dice un patriota

 

PROLOQUIO

 

 

 

Llama letificante

 

alta gracia

 

cúpula de la iglesia de la Virgen

 

calle Goya

 

tiempos idos

 

íbamos a misa

 

yo te aguardaba a recogerte en el seiscientos

 

el tabaco negro canario que dulce sabía

 

amor a primera vista

 

el pecho descubierto

 

besos en la ribera del Henares

 

padre del idioma

 

pecado quedo

 

y en sus zapatillas de orillo

 

guapa estaba mi novia

 

mi interpelación al tiempo ido

 

ya no sirve para nada

 

vano proloquio

tiempo perdido

 

 

 

 

 

DÍA DE SAN BERNARDO EN FUENTESOTO

 

 

 

Un año más y siguiendo una tradición secular perdida pocos años antes de la guerra civil y resucitada en tiempos de la democracia, Fuentesoto honró al glorioso san Bernardo con la procesión a la ermita de san Vicente de las Povedas, camino de Pecharromán.

 

Dedicada a Vicente aquel diacono aragonés mártir de la fe, cuyo culto estuvo extendido en la Hispania visigótica, es uno de las joyas románicas mejor conservadas —sólo un ábside semicircular cubierta de bóveda de cañón tres lucernas o saeteras y guardapolvos con adornos de taqueado jaqués, figuras geométricas y adornos florares en los capiteles, en la parte interior se representan animales y obispos, que corroboran la suposición de una mano mudéjar, respetemos al Islam— edificado c.1135 en piedra caliza. Seguramente, formó parte de una “anillo de oro” o círculo de monasterios de monjes blancos que sustituyeron el anacoretismo (aquella zona del Duratón es comarca de cuevas como la de los Siete Altares de Sepúlveda) por el monaquismo. Los solitarios de esta Tebaida segoviana en zona apartada y abrupta optaron por la vida en común.

 

Los monasterios del Cister eran lo más parecido en los siglos medios a los “kibutz” israelíes de hoy. Eran centros de producción y feudos de defensa. Allí se abrazaba un género de vida austera de trabajo y plegaria, también de estudio porque el “armorium” o cuarto de los libros era tan importante como el refectorio y el dormitorio corrido, vida en común.

 

Pero no sólo rezaron. También trabajaron, plantaron viñas, cavaron huertos y araron tierras. En los majuelos de Sacramenia, Pecharromán, el Vivar y Valtiendas se pisaba una uva que, transformada en mosto, daba el mejor clarete del mundo.

 

El Vega Sicilia y los excelentes caldos de la ribera del Duero zona Peñafiel fueron el descubrimiento de estos frailes blancos que todas las tardes cantaban himnos en honor de la Virgen María y tomaban un jarrillo a las comidas. Ellos trajeron el vino y el canto gregoriano. Eran monjes soldados.

 

Tengo entendido que Ben Gurion copió algunos capítulos de las Constituciones para el Estado Hebreo de Bernardo de Claraval, aunque sustituyendo la palabra Dios por la Roca de Israel.

 

El monje ideal, apartándose del mundo, goza de las buenas cosas de la existencia: el trabajo, el reposo, la quietud, la amistad sin los líos del amor y la familia, la caridad con el prójimo, abraza la virtud en menoscabo del vicio, aun sin perder de vista la fragilidad de la condición humana que con frecuencia sucumbe a la tentación. Ora y labora. Huye, calla, llora y reza es la receta del Talmud en la lucha contra las fuerzas diabólicas y el espíritu maligno que nos rodea

 

Hay rasgos misteriosos o que no se comprenden en la personalidad de este bienaventurado abad borgoñón, el cual a lo largo de sesenta años de vida pobló Europa de casi dos centenares de monasterios desde el Humber inglés en la frontera con Escocia hasta el Duero y desde el Loira hasta el Danubio y el Vistula. Eran vergeles, jardines de María, remedando el “hortus conclussus” de la Biblia, ¡qué descansada vida la del que se aparta del mundanal ruido! situados en valles apartados a orilla de los ríos y en Castilla los muros sagrados de estos monasterios como los de Sacramenia se convierten en alcázares fortificados. Visión del locus amenus pero sin bajar la guardia, que el enemigo acecha.

 

Por fuero de Brañaseca otorgado por el rey Alfonso VII el Emperador surgieron los aportillados o caballeros prevenidos en frontera. Los esclavos podían manumitirse al socaire de esta norma y los musulmanes gozar de libertad dentro del territorio castellano. Así como los judíos. Parece que hubo dos aljamas importantes una en Sacramenia y otra en Sepúlveda.

 

Claro que esto no se cumplía siempre porque los monjes soldados al llegar la primavera llamaban al arma y tenían que pelear contra los invasores del sur. A juzgar por las adarajas o ladrillos sin terminar de ser colocados se aprecia que las iglesias de san Vicente y las de san Gregorio no pudieron ser terminadas porque se acabó el peculio, por las prisas de la llegada de una aceifa o porque el enemigo las derribó.

 

Son misterios que suscitan la meditación del que contempla estas sagradas piedras. Otras plumas más cualificadas como las de Quadrado o las de mi paisano el doctor José María Costa Arribas— en las páginas del Adelantado— disertaron, con más autoridad que la mía, sobre las peculiaridades de esta comarca en la franja ulterior de la provincia en todos sus aspectos (lexicográficos, aperos, refranes, trajes, modos de labrar y construir, usos y costumbres incluso el sentido del humor que es muy peculiar según nos ha descubierto el gran escritor, musicólogo y etnógrafo  Joaquín Díaz.)

 

Sin embargo al que suscribe le cumple el orgullo de que mis paisanos no hayan hecho caso omiso hacia mis prevenciones sobre el valor histórico de estas joyas ocultas en sus predios.

 

Ya en 1968 publiqué (ya ha llovido) un reportaje en Diario SP “Ermitas abandonadas en el camino de Sepúlveda a Peñafiel, era el título, con unas excelentes fotos de Santiso. Hoy san Vicente que por aquellas fechas era un muladar está abierta al culto y los “corines” mote con que se designaba en la comarca de Villa y Tierra a los de Fuentesoto con gran esfuerzo adecentaron la iglesia de san Gregorio. Que san Bernardo confesor y san Vicente mártir los bendigan. Loores y vida larga

 

 

 

 

 

 

 

 

 

RATIÑOS LA NIÑA DE LOS EMBUSTES

 

 

 

A los del Bierzo otrora ratiños se les llamaba pasado Astorga eran coritos y más allá gallegos a secas de Ponferrada o por mejor decir de cangas de morrazo era Catalina Cascabelos y lo mismo que la lozana andaluza que era de la peña de Martos las putas también van por la vida con denominación de origen. Castillo Solorzano en esta obrita "La niña de los embustes Teresa de Manzanares" dechado de los primores y amarguras de la novela picaresca vierte su sabiduría y su buen humor al abordar un tema tan viejo  y escabroso como el mundo. A Catalina Cascabelos, su madre, “Catuxia” para los amigos, la hizo un chico un arriero segoviano que pasaba por allí. Ella dijo que el “chichón” era debido a un atracón de castañas en un magosto de aldea pero la barriga fue creciendo, naturaleza siguió su curso y a eso de los nueve meses malparió. Sus progenitores para lavar la culpa mandaron a la muchacha a servir a Madrid y este es el comienzo de la aventura. La cabra tira al monte y al cabo de algún tiempo la moza leonesa rubia y garrida se convirtió en una de las cortesanas más famosas y generosas del Madrid de Felipe IV. Confeccionaba pelucas al portador.

 

 Castillo Solorzano data su libro en 1632.  Es la historia del ascenso y caída al hilo de una historia de amor/desamor. Entremedias infinidad de enredos y follones duelos y espadachines que se baten a muerte por las calles del viejo Madrid narrados tales lances con mucho donaire y el desenfado propio del género picaresco cuyos protagonistas antagonistas y heterognistas pusieron siempre al mal tiempo buena cara. Trata de blancas. Los negocios de la carne.

 

Dijo Cristo que habló muy poco de sexualidad y de escribir no escribió prácticamente nada (sólo con un dedo en la arena) lo siguiente: “Preciso es que venga el escándalo pero ay de aquel por quien viniere el escándalo. Mejor que lo atasen al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar”.

 

Roma la ciudad de los papas era el principal punto de destino de estas pobres mujeres que llevaban engañadas a ejercer prostitución. Enseguida, Estambul. Los turcos tan libidinosos practicantes de la ley de Mahoma acrecían su demografía violando a todas las muchachas de los territorios que conquistaban en el Este europeo llevándolas luego a sus serrallos, lo mismo hacían con los efebos porque un turco hace siempre a pelo y a pluma. A Paris venían desde Escandinavia, Alemania y Polonia a servir al monarca cristianísimo y en Madrid llegaban de toda Europa y del Nuevo Mundo a retozar en la corte de Su Católica Majestad. A Londres no hacía falta proceder a esta clase de importación, salvo alguna que otra irlandesa descarriada, porque Inglaterra siempre estuvo bien surtida de daifas, trotonas y tusonas de cualquier índole.

 

Catuxia era una gallega aseada y limpia a la que Tadeo, el peraile del Azoguejo (de Segovia ni la burra ni la novia) que así se llamaba el rufián que  sedujo la enamoró cantándole coplas a la oreja con la música de una bandurria o discantillo para dejarla luego tirada por los caminos. ¡Ah Maruxiña, Maruxiña… eu quería me casare…

 

En el Madrid de los Austrias las mozas de partido eran galaicas, para amas de cría las asturianas las fregatrices de Burgos y las aguadoras de Toledo aunque en Castilla antes se dijo que para putas Toro. Ellas no tenían que pasar el puerto de Rabanal para marchar a la Corte.

 

Ni besar la cruz do ferro que se alza en lo alto y donde rezan una oración los gallegos que parten a tierras ajenas. Era la niña incauta y bozal en caminos pero pronto aprenderá. El Tadeo buen punto filipino que acompañaba como mozo de mulas al deán de Compostela desapareció pero la providencia no desdeña  a la pobre Catuxia, “sedutta e abandonata” que camina con paso firme sin admitir requiebros ni martelos hasta la ribera del Manzanares y alcanza por fin a lomos de un mulo romo que le prestó un tratante de las Rozas la puente Castellana, ingresa en aquel Madrid que denomina el autor “gomia” de sabandijas y se pone a servir en el Mesón de la Hermosas sito en la Cava de san Francisco (hoy Cava Baja). Aldonza una compañera la inicia en el arte de la prostitución pero este no es el final de la historia sino el principio galas abalorios van a vestirla en los bodegones de tela que había en la calle de Toledo la calzan de chapines ponen en sus dedos sortijas y hala todas a hacer hacer la carrera al Prado o a la ribera del Manzanares. Nada les gustaba tanto a las aldeanas recién llegadas a la corte como  disfrazarse de señoras. Les salen no pocos pretendientes que el autor denomina "pretensores"

 

 A Catalina le gusta un buhonero francés que vendía hilos y baratijas. Casa con él y de la unión nacerá la Niña de los embustes. Pronto enviuda porque su marido muere a causa de una borrachera. Crónicas de la vida airada. Esta es una de las novelas picarescas más realistas donde se hace una relación circunstanciada de la topografía urbana y la demografía del Madrid durante el reinado del cuarto Felipe mecenas de las artes y muy putañero que era el buen rey y también devoto porque en la España de aquel tiempo religión y sexo andaban puerta por medio y lupanares y conventos eran vecinos pero en el ambiente según reflejan los tramos de este libro no podía ser más distendido aún en medio de un mundo cruel. A centones y tolondrones nos pone al hilo de las tretas y estratagemas en que habían de emplearse las muchachas de provincias para sobrevivir en aquella villa y corte trufada de matones buscavidas, beatas, maridos cornudos, letrados picapleitos, clérigos de mala fama, azacanes, taberneros, hidalgos pobretones. Tenían que emplearse a fondo en subterfugios infinitos. Así que la gallega del Bierzo la ratiña pronto deja de ser bozal en caminos y se vuelve una experta en el oficio de solicitud. Maldice a su violador con un conjuro en gallego " doucho demo al home" (Solorzano debía de ser la terriña) y haciendo de tripas corazón se embarca en múltiples embustes o tretas para salir adelante en aquel Madrid que era gomia de sabandijas. allí hay que oler bien según decía Paco Umbral y para bien parecer cuidar el atuendo porque a la persona según se la ve así se la trata. Catuxia se pone de punta en blanco: manteo azul con su poca de guarnición pajiza, basquiña y jubón de estameña, mantellina de bayeta de Segovia camisas valonas y cofia y chapines de plata adquiridos en la almoneda de la plaza de la Cebada. Apacible era la gallega y graciosa en su lengua pronto aprendió a bailar la capona y acudir a las meriendas veraniegas que tenían lugar en las riveras del cristalino Manzanares. Se va a casar con su francesillo un buhonero gascón de buen porte y bien vestido -ropilla de veintidoseno de Segovia, capa terciada- que rondaba la calle de la gallarda gallega un tal Pierre y se van a vivir a la calla Majadericos donde nace Teresa, la niña de los embustes, depósito de chanzas y diluvio de los chistes que va a ser. A los diez años queda huérfana pelos postizos un amante que se llama Tristán que se va a vivir a una casa a la malicia en la Red de san Luis por no pagar impuestos, se casa con un septuagenario que la mata de hambres y de celos pero burla al marido con el estudiante y aprendiz de cómico Sarabia

 

 

METANOYA

 

 

 

Metanoya convertios

 

pero el señor tarda

 

 

 

las cartas que recibi

 

serdasaet

 

quemadas en la estufa 1997

 

año triunfal

 

prisiones y persecuciones

 

mi Henarcita fue campeona de España

 

sé lo que vivir en la contradicción

 

de los que se enfrentaron a la bestia

 

sin palos ni cuchillos

 

solo la palabra

 

bajo a la vera cruz

 

gabrielillo aprueba la selectividad

 

hay que tener agallas para defender la cruz de xto

 

que no nos abandona

 

refugiado en mi propia patria

 

huyendo ahora los españoles

 

de nosotros mismos

 

metanoite

 

convertios

 

dejad de ir de aca para alla

 

buscad el punto de encuentro

 

un sitio fijo

 

 

 

 

 

 

 

 SHERLOCK HOLMES

 

Las novelas policíacas son la cosa más aburrida que he visto pero alguna leí en la mili de Ágata Cristi. Los ingleses ganaron mucho dinero con este género y royalties que exportaron al mundo. Ellos son los inventores dej thriller en sus variantes detectivesca, suspense, novela de buenos y malos, novela negra Agotado el género, se decidieron por las novelas de espías que también son un rollo. Un rollo inteligente o como ellos dicen clever porque en ellas no ha de haber ningún milagro y los hechos se decantan por deducción.

 Pocos se meterán entre pecho y espaldas los seis centenares de página del Sastre de Panamá. Sherlock Holmes me cae simpático porque edra un marginal y es un tipo que va a su bola con esa independencia del escocés frente al inglés. Así debió de ser Conan Doyle. Cuando vivía en la capital inglesa algún cachondo me hizo llevarle al 133 de Baker Street, mi amigo creía que la cosa del detective no era ficción, que el policía vivía allí.

 Como novelista Doyle es de la misma estirpe de Walter Scout en cuyo arte aprendió. La novela negra como la histórica ha de tener profundidad de imaginación, un cierto espíritu burgués, pasión por el artificio. Así cuando conviene hace disparar a sus personajes cohetes voladores para dinamitar una coartada. La novela es el arte de seducir y de deslumbrar. Por lo que un buen escritor ha de tener no madera de héroe sino de impostor. Otro aspecto nada desdeñable para mí es la calidad de cocainómano y fumador empedernido. Escribir es  como una adición. No me chuto sino con infinidad de lecturas pero fumo porque la realidad esconde demasiadas interrogantes y todo se disuelve en humo. Las volutas que se alzan al éter desde la cazuela de mi pipa son un exorcismo contra lo sórdido e inevitable de un destino implacable. Además el tabaco crea atmósfera.

 Quien no conoce a los hombres no conoce a los vicios pero tiene el fumeque un peligro: la abulia y fue el aburrimiento lo que puso a Sir Conan Doyle en el disparadero de matar a su personaje dejando que se despeñara por el desfiladero de Reichenbach. Luego tuvo que resucitarlo a cambio de cien libras que le adelantó la editorial. Nunca le satisfizo al autor su personaje que tanto dinero le dio a ganar. A Doyle lo que verdaderamente le entusiasmaba era el espiritismo y no la novela de intriga en la que vierte este escritor escocés toda la racionalidad y sentido común británica por la vía deductiva.  Lo que se denomina cleverness. Un inglés siempre dirá de una película o de un drama en que la acción sale por donde nadie lo esperaba que es Cléver. Sherlock Holmes was a clever thinking machine que no trabaja ya meramente como detective privado sino como guardián de una civilización

 

 

 

 

 

BYRON

 

 

 

Byron descubre el mediterráneo para los ingleses. Es junto a Shakespeare el mayor genio que dio Inglaterra. Su Childe Harold estuvo en el índice durante 25 años. Allí inventa el romanticismo precursor de un tiempo nuevo pero ay literatura cuanto te doy y qué poco me das a cambio pero no eres literatura sólo terapéutica si acaso. Maldijo su oficio de poeta. Hubiera preferido ser un hombre de acción. Cuando los dioses no estuvieron nunca de su parte. Byron mediante la muerte alcanzó inmortalidad. Vida breve la suya pero insólita manifestación de la inmortalidad. Sus versos son loa a  cumbres de la individualidad humana junto con Goethe, Napoleón, Lamertov, Nietzsche, Dostoievski. Ibsen. Representa al individuo frente a la sociedad. Es la antinomia del socialismo gregario.

 

He was the war of the mainy against one, decía su amigo Sheley. Un sublevado contra la madre, el padre, la Iglesia, la sociedad las convenciones sociales contra dios y contra el diablo. “Amo la lucha la he amado siempre desde la infancia dice en una carta a Walter Scott”. Su animal preferido eran el erizo y el puerco espín.

 

Despreciaba el rebaño, no quiso ser jefe de la manada. Fue un solo contra todos. Una de las grandes almas que produjo Inglaterra que anduvo muchas leguas por el mundo a pesar de ser cojo.

 

Los positivistas más o menos mesocráticos no conseguirán comprender la obra de este prometeo encandenado que sólo se entiende a través del mito de la rebelión de Luzbel. Canta a las flores del mal.

 

Su poesía son versos satánicos los que plagió un tal Rushdie. Decía a los amigos los colegiales de Harrow: Dont come near me I have a devil inside. Estaba poseído de una suprema fuerza.

 

Incestuoso con su hermana, asesino, defensor de la violencia y bacanales nocturnas en su castillo de Newstead, un antiguo monasterio. Bebía vino en cálices sagrados o en una calavera, se iba de putas, se acostaba con su hermanastra Augusta Leigh. Glorificó al mal en su poema “Caín”. Su ayo decía que era una superfetación de la animalidad. Un individuo sin moral rodeado de un harén de mujeres que en Venecia vivía rodeado de hetairas como se refleja en su personaje Childe Harold. O en el Don Juan.

 

Cruzó el Helesponto a nado. Fue un preocupado por la calistenia, el ejercicio físico y hacía régimen para no engordar.

 

Era apolíneo; la vera efigie del Apolo de Belvedere pero estaba preocupado por la deformidad de sus pies. Un ángel por lo visto tropezó con una estrella y quedó cojo para toda la vida. Dicen los quirománticos que el diablo es renco y asimétrico. Un alma contrahecha en la envoltura de un hermoso cuerpo. Bebedor y fornicador maltratador de mujeres. La misoginia y sus dificultades con las mujeres parece ser que se origina en la aversión que sentía hacia su madre. La milady al nacer maldijo a aquel muchacho que nació con un pie equino.

 

Carbonario en Módena y conspirador en Florencia, se hace terrorista y va a luchar a favor de la independencia de los griegos pero los griegos lo traicionan “son peores que los perros”, escribió.

 

En poemas como “Don Juan” “la profecía del Dante” “la maldición de Minerva” explaya sus conceptos revolucionarios de lucha por la libertad, una libertad que no alcanza. Porque la verdadera libertad no se halla en la tierra. Está en el cielo. Murió en Mishongi cerca de Atenas luchando por la libertad.

 

 

EL ASESINO DE TERUEL NO ES SERBIO ES CROATA.

 

 

 

La rabia y el dolor me embargan esta mañana. Bajé al puesto de la GC de mi comarca y la bandera estaba a media asta. Al cabo puertas le expresé mi pésame por el fallecimiento de estos dos números dos jóvenes valientes únicos ángeles de la guarda de esta España desmelenada. Son los que cumplen la orden de Viva España Viva el Rey Viva el orden de la Rey. Parece que están hechos de otra pasta nenúfares en medio de la cloaca. Pero mi dolor dio paso a la indignación al oir las comunicaciones mediáticas. Nuestra prensa no sólo es canalla. Está envenenada. Norberto Eher alias El ruso, como dice llamarse el asesino en serie que dio muerte a dos números de la Benemérita y a un sindicalista agrario no es serbio. Es croata. Pudo militar en el ejército de Tito, el cual agrupaba a varias naciones (Albania, Montenegro, Serbia y Croacia) de tan difícil mezcolanza. Los del sur de religión musulmana los bosnios, los serbios y montenegrinos ortodoxos y los croatas católicos. Croatas y serbios fueron enemigos declarados. Es posible que este asesino que vino del Este reclutara bajo las banderas de la vieja Yugoslavia. Esa contienda fue un crudérrimo enfrentamiento bélico; recordemos un nombre trágico Mostar donde operaron nuestros soldados españoles como fuerza de pacificación. A la par de eso, en varias fotografías aparece fotografiado al lado de un cura católico que era algo pariente del presidente Tuchman. Y Tuchmann de origen alemán estuvo incriminado por haber militado en un regimiento de la Wehrmacht que se batía contra los chesniks guerrilleros serbios durante la guera mundial. Se trata `pues de un croata católico al que la desmembración de Yugoslavia y con formación militar se unió a las bandas de forajidos y mafias del Este que son un dolor de cabeza para nuestra policía, pero no se trata de un ruso como han dicho “Radio Macuto”. Actuan con la tecnica de los partisanas de ataque por sorpresa. Roban esquilmas y se mueven con facilidad por las montañas. Operan en todo el Maestrazgo. Son forajidos sin ideales políticos enfrascados en la pecorea y la revancha de todas las posguerras verdaderos chacales, sobre todos los albaneses. Quizá exista en algunos n sentimiento de rencor contra España porque el hombre que apretó el gatillo obedeciendo órdenes “de arriba” fue un español: Javier Solana en calidad de Director General de la OTAN. Por eso pienso con tristeza que estos dos números de la benemérita que ayer sucumbieron han pagados los platos otos de la incompetencia de nuestros políticos y de nuestros periodistas del pesebre que difunden noticias falsas. Es el juego de las fake news que a mí como hombre de la información me saca de mis casillas al ver tan prostituida y lenguaraz a una profesión a la que amo y ha sido mi vida. No se puede confundir a un croata con un serbio (los serbios eran antiguos comunistas) y los croatas nazis. Y eso es mentir por toda la barba. A la par, es otra forma de demonizar a la Santa Rusia y convertir a Putin en el malo de la película

 

 

 

 

EL SASTRE DEL CAMPILLO

 

Coser de balde y poner el hilo: ese ha sido un poco mi destino ser periodista se parece al oficio de sacristán cuyos dineros vienen cantando y cantando se van. A ver esa página. Gemían las rotoplanas resoplando en sus suspiros. San Cristobal cargaba sobre los hombros el peso de los pecados del mundo, chorreando noticias. Cuanto más trágicas mejor. Yo conocí al sastre del Campillo personaje de novela en mi segunda vida y reencarnación. Vivía en la calle la Magdalena esquina con el Avapies. Cosía de balde y encima ponía el hilo.

 

 

BECAUSE I AM A LONDONER

 

LONDINI DIASALES

 

 

 

O Roma alma mater excelsa celebramos tus fiestas diasales alabado sea el dios Dionisio amigo de Neptuno que manda en el Tamesis. London was he wind blowing over the branches of the melancholic oaks of Hyde Park. London was los goces y las sombras inefables donde se agazapaba el beso escondido de una mujer. El samovar silbaba su alarma de advertencia cuando estábamos en lo mejor on the gas stove watch out. Pasaba el lechero y el boy de los periódicos dejando en el umbral los voluminosos dominicales, afrecho de lectura para mañanas lluviosas de aburrimiento que san Frutos pasaba la hoja pero seguía sin acabarse el mundo. Lazy sundays afternoons se te pegaban las sabanas y era hermoso sentirse libre en la cama que habías adquirido por unos peniques en Marks Spencer dinero que siempre va a parar a los judíos. Sentíamos al limpia ventanas trajinar subido a la escalera mientras Liz y yo hacíamos el amor. Las casas londinenses carecen de persianas son un escaparate global ciando aun no habían llegado los pornógrafos de la Red.  Well done, mr Villeguillo. Los jardines de Rolando mostraban en sus arbustos la cencellada del otoño. Se enteraba de todo el tío. I loved many a girl but among them there was no my Suzi la que amaba. Volvían las púberes cabezas de South Kensigton con sus cantaros a la cabeza y sus andares de cadencia hacían recordar al garbo de las Danaidas afán de vida. carrusel del circo que no para. Las monjas de san Chad se bañaban bajo la vigilancia de su chaplain capellán en cueros vivos en las playas de Surrey oh que esplendor el de aquel verano. Londres era la sala de espera en la estación de san pancracio y los cigarrillos fumados en buena compañía sobre las gradas de la estatua de Eros en Picadilly Circus. Aquellos fueron las fiestas diasales de mi juventud, stags parties, noches de vino y rosas, conciertos, campeonatos de bridge y carreras de sacos. Por la senda sublime del recuerdo yo me marcho caminos sin retorno nada de aquello volverá. Mrs Dolittle venía inexorable a cobrar la renta todos los sábados. Los ojos turquíes de Linda Barnes me embelesaron cuando ella apretaba sus muslos y sus labios contra mí. Me perdía en sus brazos sin saber que los amores pasan, cambian las formas de gobierno y las ideas de los hombres. el péndulo de las modas es el diapasón que rige los hábitos. Sé que nadie escuchará esas líricas confesiones me consideran un pelafustán de la literatura pero soy algo más que la voz que clama en el desierto y sé que mis palabras no pasarán.  ecce homo,  he aquí mi legado de las Londini Diasales fiestas eternas. Yo en mi sotabanco de South Kensigton fui un hombre feliz

 

 

 

 

 

SAMUEL BECKETT ESPERANDO A GODOT

 

Vuelvo por donde solía a leer a Samuel Beckett ídolo literario de mis tiempos mozos y regreso a través de su prosa endemoniadamente bella (tanto en inglés como en francés suma y compendio de perfecciones) a la amada ciudad de Dublin orillas del Liffey una hermosa capital hecha a la medida de los sueños escritores. Escucho el eco de la tonada de Molly Malone la alegre pescadera que vendía ostras y chipirones por las calles. Beckett es un compendio de aquel mundo en que todos esperabamos a Godot. Teatro del Absurdo, novelas sin argumento. Era menester romper con las tres unidades de Boileau para describir un tiempo nuevo. Se había muerto Dios pero la palabra seguía brotando pura y cristalina de la roca viva que abrió Moisés con su varita de virtudes.

 

En su obra este irlandés trasterrado que se hizo escritor de fama en Paris nos habla de la incomunicación de los seres humanos, de la soledad a la que se circumscriben sus personajes marginales: vagabundos, pobres vergonzantes, ex convictos, putas. ¿Qué sentido tiene nuestra existencia? ¿Para qué hemos nacido? Buena pregunta.

 

Beckett es un adicto a la droga del silencio en estado puro. La flor de la castidad surge en la mayor parte de sus novelas (Molloy, un homenaje a la continencia y a la soltería) y en sus dramas: Esperando a Godot todo un "tour de force" metafísico. Murphy y More Pricks than Kicks  etc.

 

Nació en Dublin en 1906 en el seno de una familia protestante al igual que Bernard Shaw, Oscar Wilde y Yeats pero su obra va a ser un complemento de la que nos legó su amigo y protector James Joyce, el autor del "Ulyses" un católico que explica ese duende que tiene Irlanda que se esconde en las burbujas de una pinta de "Guiness" bien tirada y que brota en la maestría de un lenguaje, donde se demuestra que la buena literatura de las Islas Británicas fue escrita por irlandeses. Humor dublinés.

 

Recuerdo al respecto una anecdota que me contó  un jesuita que hizo el noviciado en Dublín. Una mañana llegó a confesarse un paisano que había andando por las tabernas de la ciudad y se sentía arrepentido de sus excesos con el alcohol. Se arrodilló ante un confesionario. El hombre lo vio abierto pero no se dio cuenta de que dentro no estaba el sacerdote sino un obrero que ajustaba la rejilla y las bisagras:

 

--- Toc. Toc. Ave María Purísima

 

--- Father Murphy hear me in confession?

 

--- What do you want?

 

--- Declare my sins to God Almighty

 

Desde dentro de la cajonera surge una voz estentorea que deja cuadrado al penitente:

 

--- Fuck off. I am only the carpenter (vete a tomar vientos, que yo sólo soy el carpintero)

 

Esta escena surrealista parece entresacada de cualquier drama de Samuel Beckett.

 

Martin Esslin en su libro sobre los existencialistas dice que en Paris despues de pasarlas muy estrechas sin trabajo sin techo y durmiendo en los bancos de la margen izquierda del Sena  aquel joven irlandés, que quería ser escritor, fue acogido por Peggy Guggenheim la famosa mecenas neoyorquina que brindó refugio a Orwell, Hemingway, Miller, Dos Passos y el propio Joyce.

 

Llegó incluso a enamorarse de él pero Beckett era un brillante mozo evasivo profesional de la apatía que necesitaba varias copas para arrancarle una palabra. Era un indeciso y esa indeterminación la refleja en su primera novela "Molloy" editada en 1938 bajo el mecenazgo de Peggy Gugghenheim aquella hebrea generosa y riquisima.

 

Los entendidos señalan que Celia la protagonista del libro es la propia altruista pero que el pobre Molloy no se determina a asumir sus responsabilidades amorosas. El personaje no quiere ataduras. Desea vivir su vida sin responsabilidades.  Pero vivir es dudar. Molloy es un antiheroe sumido en el marasmo de la duda.

 

Profesa ante la vida una actitud estática compás de espera aguardado la llegada del Altísimo pero ese dios no viene nunca. Sólo se encuentra en nuestra cabeza. Dos vagabundos Vladimir y Estragón se entregan a sus soliloquios. No hay acción en el drama. Ambos practican la filosofía del Estilita y con su elocuente silencio promulgan un nirvana. Es el ser y la nada convertido en teatro. Autismo en estado puro.

 

Este teatro del absurdo muy popular en los medios intelectuales de mediados del pasado siglo hoy ya no se presenta pero el mensaje sigue vigente: la incomunicación de los hombres nacidos para la muerte, la falta de sentido de todo esto, la degradación del lenguaje, cuando desaparecen los mitos sagrados, el peso de la masa y la enajenación del individualismo, la soledad en medio de la multitud, los clichés de nuestros prejuicios mentales, ausencia de entendimiento del animal racional. Ha muerto Dios pero ha nacido el Superhombre.

 

El existencialismo y todo el teatro del absurdo pivota en Nietzsche. Sin embargo, la profecía, examinada al trasluz de los acontecimientos de 2016 es un augurio fallido. Han regresado al planeta las guerras de religión. El dios del Islam aparece vivo y coleando y con ganas de guerra, mientras una Europa decadente y arrasada en sus principios deshoja la margarita, pareciendo abocada a someterse a la cimitarra fundamentalista que acabará nuevamente con Sodoma y Gomorra.

 

Es el Dios verdadero el que está en la encrucijada el de los cristiano, nunca los otros dioses ni los demas mitos mientras por acá seguimos esperando a Godot con la libertad y pureza de pensamiento que nos enseñó este escritor irlandés tan austero y tan evasivo. Guiados de su mano sigamos esperando a Godot en medio de esta situación surrealista en que vivimos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



QUO VADIS ESPAÑA?

 

 

(CRÓNICAS AL DESGAIRE DESDE MI HELICÓN)

 

 

 

 

 

 

Jueves, 21 de junio de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLADURA DE SPANDAU

Diario de Burgos 24 de agosto de 1984

 

 

 

Todo está a punto para la voladura de la cárcel de Spandau dónde yace en confinamiento solitario el preso más caro y mejor vigilado del mundo. Un nonagenario Rudolf Hess. Está a preparado el ataúd las velas el coche fúnebre para cuando exhale el postrer aliento llevárselo lejos de Berlín y también está lista la dinamita en las bodegas del edificio y las excavadoras en los patios donde ya no quedan presos. Esperan los guardias a godo fuma el alcaide su último cigarro en espera de que fallezca. Es la decoración suprema para una obra de Ionesco. Teatro del absurdo.

 

El fantasma de Fran Kafka deambula de incógnito por los pasillos. También dicen haber visto a drácula y a su esposa Némesis diosa de la venganza. Cuando el capitoste nazi la espiche no quedará ni rastro. Sólo la muerte libertará Hess de cadena perpetua. Sus cenizas serán esparcidas por el viento aguas arriba del Spree. Que nadie lo venere. Que no nos vengan a nostgros con urnas. Odio africano venganza judía. Doce hombrees sin piedad y el yo acuso. El penal una vez enterado de incógnito y posiblemente de madrugada en un lugar que no ha trascendido saltará por los aires. De lo que se trata es de borrar la memoria. Que no queden altares para las conmemoraciones las misas y los sacrificios. En Spandau no se creyó nunca en Cristo sino en el talión inmisericorde.

 

Han pasado 23 años desde que yo esto digo y hoy día de santo mártir que ya no se conmemora sino la fiesta de los maricas una mina israelí se ha llevado por delante a seis soldados españoles en el Líbano no hay protestas la censura borra – es la protervia del sanedrín que me acaba de condenar al silencio estaban el cara de oropéndola y el cara de cojugada israelí que dijeron sea reo y no publique- moral de venganza de todos los calibres. Me han amenazado me persiguen pero yo quiero sobrevivir recordando a Hess que se tiró en paracaídas en especial misión secreta o alta traición sabía muchas cosas y en este mundo no conviene saber demasiado. Dice el times que el bastión el ultimo bastión de la memoria del nazismo será destruido en 48 horas y tan pronto como los facultativos expidan el certificado de defunción firmado por médicos de las cuatro autoridades de ocupación francés inglés americano y rudo será la hora de las grúas y de la piqueta de demolición.

 

No quedará piedra sobre piedra. Contumacia bíblica. ¿No hay perdón? No. Por eso mismo, Verumtamen, te vigilan y la de los estropajos y la mopa que manda que una ministra mete las narices y sus inmundos dedos en tus cajones. De lo que se trata es de evitar el mito. Que no haya reliquias ni estampas ni fotografías ni huesos santos. Incineración piden los de la mentira del horno crematorio. Un hush up general. Silencio. Se te vigila. Hemos impuesto el carpetazo. Que pasó entre Hess y Churchill eso lo saben solo los ingleses y lo tienen todo muy calladito.

 

En boca cerrada no entran moscas pues eso. Londres y la Urss se opusieron a todo conto de clemencia. Capturado en Escocia en 1942 este alemán de los ojos azules y mirada fija se ha pasado casi toda la vida a la sombra. Toda su persona es materia reservada y para los ingleses un autentico secreto de estado. El edecán del Ferrer se llevará todos sus secretos a la tumba sin haber obtenida misericordia de los contumaces británicos que han echado toda la carne en el asador de la perfidia de Albión.

 

Apresado en 1941 después de tirarse en paracaídas cerca de aborden lleva en confinamiento solitario desde 1945. Vio subir al cadalso a algunos de sus colegas: Himmler, Goebbels, Doenitz, von Pappen Goering, y otros prebostes del reich condenados a la horca en los procesos de Nuremberg. Todo es como una pesadilla como una historia tétrica un aviso a navegantes que me hace entender muchos por qué de mi vida que ahora no me explico. Fue también el prisionero más caro del mundo. You are being watched se te vigila esa es la moraleja que saco de esta historia de hace casi un cuarto de siglos.

 

No se puede oponer uno a esa fuerza de incongruencia formidable. Se paga o con la muerte o con el ostracismo. No se ha pasado el síndrome tras los múltiples procesos de desnazificación desratización y de democracia al trágala estos judeocracia de los cazanazis como revive el diablo merodeador de cazafantasmas. ¿Qué crimen pudo cometer este hombre para padecer tanto? Me pregunto pero no hay respuesta hoy hay palabras vedadas o impolíticas y temas de los que no se habla pero que son capitales para la historia de la humanidad que nunca podrá construirse sobre el tinglado de una patraña una mentira un millón de veces repetida que se ha convertido en verdad.

 

El cara de cojugada el híspido columnista que vigila la parva ha lanzado el mensaje y yo he tenido que hacer mutis otra vez. Dejemos que solo escriba y únicamente publique aquí don cesar Vidal y que don Ismael vea masones por todas partes pero estos son mucho más peligrosos enemigos que los masones odian mi patria ay amigo preponderan mataron con cristo pero no pudieron con Él sí pudieron con el edecán nacional socialista, que renunció a la tableta de cianuro. Siempre dio la impresión de hombre frágil con aquellos ojos potentes que recordaban a los del actor norteamericano Montgomery Cliff.

 

Hess desde hacía ocho años estamos en 1984 era el único inquilino de este enorme fortín prusiano con más de doscientas dependencias convidado de piedra del horror al pasado y el más caro penitenciado del mundo pues para su tenencia en guardia había que habilitar toda una institución. Está enfermo y medio ciego y vigilado por todo un regimentó de soldados y bajo vigilancia electrónica su escapada hubiera sido un hecho contra natura. El prisionero es vigilado día y noche a través del ojo de buey donde a cada hora hace la ronda una centinela. Hay un perímetro de seguridad consiente en un muro de siete metros y una alambrada que llevan cables de alta tensión de más de dos mil voltios. Es como para preguntarle a Herr Hess qué es lo que piensa de los derechos humanos.

 

Su custodia les sale a las potencias vencedoras por un ojo de la cara. Treinta y cinco millones de dólares p.a. dicen sus vigías que se pasa la mayor parte del día leyendo. Su esposa Ilse y su hijo Wolf le van a ver una vez al mes pero a través de un locutorio con cristales blindados. Tampoco ha lugar el vis a vis. Con los suyos tiene que hablar por telefóno pues la mampara de separación no permite ser atravesada por la voz humana. No es un nombre no es más que un nombre lo que queda de un mito. Su hijo Wolf es acusado de encabezar movimientos neonazis peticionarios de su liberación o la suavización de la condena.

 

Pero todas esas tentativas cayeron en saco roto. Hess no existe para los activistas de amnistía Internacional. No hay amnistía ni remisión posible para un criminal de guerra repiten a coro los británicos y los rusos que es el único punto en que parecen de acuerdo. La culpa excede al perdón. Pero el prisionero de Zenda se haya convertido en Alemania en un mito rodante que puede abrir brechas no cerradas del pasado. Tengo medo. En Spandau hay 670 celdas todas vacías menos la suya. Varios centinelas de los destacamentos de los ejércitos de las potencias vencedoras se suicidaron pues no podían padecer el tormento de ver sufrir a este anciano arrojándose al vacío desde la almena del castillo al foso.

 

Por sus ámbitos se pasean los fantasmas y las almas en pena de los treinta millones de seres humanos que perecieron en la conflagración universal y dicen por qué su grito es una tortura terrible.

 

A los dos meses del fallecimiento del lugarteniente de Hitler la cárcel fue volada y de la misma no quedó piedra sobre piedra. Fue una venganza bíblica verdaderamente y ya aquel viernes de agosto de 1984 el gobierno de Felipe González hablaba de negociaciones con ETA. Eran los prolegómenos de un nuevo orden que padecemos una tiranía contra la que no caben protestas. Ellos son fuertes pero son pocos y tienen miedo por eso manejan a las masas con tanta habilidad. Han borrado la memoria. La historia la escriben los vencedores.

 

 

 

26/06/07 4:12:22

 

 

 

 

 

 NOCHEBUENA ORTODOXA. GOGOL

 

 

 

Fiestas del solsticio invernal, el diablo anda suelto por el mundo, misterio irrefutable de las Doce Noches para contrarrestar las actividades del Maligno (horrible atentado en Istambol, pero el Negro zumbón ya se lo había advertido a Putin, cayó ¿derribado? Un avión ruso, asesinan por la espalda al embajador de Putin en Constantinopla… se va el Negro Zumbón con las manos cuajadas de sangre, en USA cunden las sectas satánicas y adoran a Baco a Venus y a Moloch en una navidades convertidas en consumismo y bacanales).

 

Entretanto, y me lamo mis heridas con la pomada de la literatura, releo la “Nochebuena”, un maravilloso cuento de Nicolás Gogol que es un acicate a la esperanza con un mensaje implícito: el mal será vencido y después de todo huirá al infierno con el rabo entre las piernas. Eterno mensaje. Eso sí “no somos monjes, nos atrae lo prohibido” alega uno de los cosacos.

 

Hay un cierto número de los nuestros que tienen mujeres pero no viven con ellas. Unos las tienen en Ucrania, otros en Polonia y algunos hasta en Turquía”. En el parlamento del cosaco a su “zaparogo” (jefe de la centuria o sentnia) se advierte que en medio de las tinieblas luce el resplandor de Cristo que nació para salvar a los hombres”.

 

El autor de “Almas muertas” utiliza el sarcasmo como un látigo y estallan a través de este cuento mágico los chasquidos de la tralla (knyt). Así es como hay que escribir, perfilándonos sobre el filo de la navaja.

 

Gogol en este tour de force literario quiere hacer un homenaje a Dikanka en la región de Poltava la aldea en que nació a orillas del Dnieper en la zona oriental del país. Era ucraniano pero escribía en ruso. Nikolai Vasilievich Gogol 1809-1852 pasó la mayor parte de su vida en Petrogrado. Era funcionario, recaudador del fisco o alcabalero, igual que Cervantes.  Tenía por misión visitar las propiedades de la nobleza antes de la manumisión de los esclavos para postular para el fisco y este empleo le sirvió de comodín para escribir una de las obras cumbres de la literatura universal (Miorti Dushi) traducida mal al castellano porque los señores debían pagar contribución por los siervos ya fallecidos. Debía de haberse titulado “Bienes mostrencos”.

 

Resulta que aquellas vísperas de la Navidad el diablo robó la luna y el mundo quedó a oscuras. En un pueblo de la Ucrania profunda había un herrero y pintor de íconos que se enamoró de una muchacha que era hija de una bruja. Ronda su puerta canta villancicos bajo su ventana pero Oksana, que así se llama la moza lo desdeña, pues su adorador le parecía muy bruto. 

 

Vakula, el hombre, no se da por vencido y, puesto que Oksana no tenía zapatos para acudir a una fiesta, ella le promete su amor a cambio de un imposible:

 

—Me casaré contigo si me traes los zapatitos de la zarina

 

Como el amor es ciego, el mozo acude entonces al diablo y realiza entonces un pacto con el maligno

 

   —Si tú me entregas el alma, yo conseguiré lo que me pides— contesta el Pateta.

 

Firmaron un acuerdo y en la aldea, mientras los cosacos tomaban el tradicional plato de Nochebuena “borsh” (sopa de coles) y bailaban “kolioadki” (cantos de villano) a compás de la balalaica y arrastraban por la nieve sus pesados capotes, bebían vodka y fumaban sus pipas, Satanás, tomando al herrero por los cabellos, lo transportó por los aires hasta la corte imperial donde el canciller Potemkin consiguió para él una audiencia con la reina.

 

Ésta escuchó conmovida la historia del pobre mujik que se moría de amor y accedió a sus deseos regalándole los ansiados zapatos de oro y cristal. A su vez, en el humilde lugar de Dikanka ocurren cosas: el diacono, sin que lo sepa su mujer, acude a visitar a Saloja otra belleza local “amiga de hacer socorros como la Dolores en Calatayud”…

 

—Por favor, virtuosa Saloja, dame una copita de aguardiente—, dice el clérigo, pero estando en estas razones llaman a la puerta.

 

—Ay, madre quien será… a lo mejor es mi marido, escóndete dentro de ese saco.

 

Pero no era el marido, que también andaba de parranda, sino el mismismo alcalde de la localidad… Más aldabonazos se oyen…

 

Esta vez quien pica a la puerta es el cosaco Chub, el cual, habiendo perdido el rumbo, pedía hospitalidad pues hacía una noche de perros y zumbaba la borrasca.

 

Decide la incomparable dama introducirlo en la leñera dentro de un saco de carbón.

 

La situación y los malentendidos y disparates se repiten con otros personajes.

 

Gogol desenvaina su fusta de la sátira al objeto de criticar a golpes de humor las costumbres de la Rusia zarista.

 

Por el pueblo resuenan mientras tanto los cantos de la Navidad, doblan a gloria las campanas y el diablo regresa de la ciudad imperial con el herrero en volandas, que venía eufórico con los zapatos de la zarina en el zurrón.

 

La trama se complica con lances increíbles porque la “Nochebuena” de Gogol es un cuento de hadas que recuerda ciertas leyendas de la tradición oral indoeuropea, cuando el diablo, después de andar libre por el mundo haciendo de las suyas, es derrotado: la Bella Durmiente, la Zapatera prodigiosa (comedia de Lope) la Moza del Cántaro, el Ama del Cura que consigue que Satanás construyera el acueducto de Segovia en una noche, tras convenir con él que, a cambio de llevarle el agua a la puerta de casa, ella le entregaría su alma, sin poderlo acabar del todo porque al amanecer le faltaba por concluir un arco.

 

Y otras muchas leyendas que, lucubrado, entre ellos Shakespeare, con el misterio de las Doce Noches, bajo el gobierno de Saturno el dios oscuro en cuyo honor celebraban los romanos las saturnales, abordan este enigma. Tiempos de tinieblas que concluyen con la llegada del Redentor al mundo.

 

La ortodoxia rusa celebra la navidad cuando los latinos la Epifanía.

 

Epifanía quiere decir fulgor, manifestación de Cristo a los hombres.

 

Esta es la idea motriz que late bajo la capa de la maravillosa historia del cuento de Nikolai Andreivich.

 

 El autor describe estas situaciones paradójicas con la proverbial agilidad y maestría del alma rusa para contar historias y para combinar lo real con lo mágico.

 

           Xristós rashdaet obazhaem yevó (El Señor nos ha nacido, vengamos adorarle) — canta triunfal el diacono en la larga misa de la Nochebuena por el rito de san Juan Crisóstomo.

 

Un grito para conjurar a los espectros. Que baña de alegría a la humanidad.

 

Por supuesto, el herrero y la hermosa Oksana, después de aceptar el regalo, se casaron, fueron felices, y el enemigo del género humano huyó al infierno despavorido. No le valieron sus mañas.

 

MEDIO SIGLO DE SACERDOCIO DE LOS DEL 55

 

 

 

Una misa concelebrada por algunos de los seminaristas que fueron ordenados presbíteros en las Temporas de Pentecostés de 1967 marcó la efemérides jubilar de medio siglo de sacerdocio.

 

A la cual asistimos un grupo de compañeros de aula ingresados en el seminario conciliar de Segovia el primero de octubre de 1955.

 

Con ello tanto los ordenando como los que no fuimos llamados hemos querido en la Fuencisla mostrar a la Iglesia nuestra madre y maestra el agradecimiento y expresar la alegría que sentimos por estos años de vida que fueron una dádiva del Altísimo y así lo expresamos a los pies de la querida Virgen de la Fuencisla. Pronunció una emocionante homilía don José María López colaborador del Adelantado de Segovia y gran teólogo que habló de la humanidad de Cristo que es caridad y perdón.

 

Concelebraron con don José María López esta liturgia solemne nuestros condiscípulos Julio Alonso, Hipólito Prieto, Ángel San Vicente, Anastasio Montes.

 

Que fueron arropados en torno al altar del presbiterio por sus compañeros de terna: Antonio Valdivieso, Gaspar Herguedas, Jesús de Pablos, Ángel Serrano, Jaime Olmos, José Luis Tovar, Felipe Sanz, Gonzalo de Mercado "Nieva", y Antonio Parra entre otros.

 

Recordamos a nuestros difuntos, y, como fue la última promoción ordenada conforme al ritual romano antiguo por el obispo don Daniel Llorente de Federico que Dios haya ▬ y la más nutrida puesto que de ochenta aspirantes que entraron en el seminario alcanzaron el sacerdocio 25, a partir de ahí empezó la desbandada y la gran crisis vocacional▬ durante la ceremonia se cantaron los kyries de la misa de Ángeles, el sanctus y el agnus Dei en latín.

 

Fue para todos un día muy feliz a los pies de nuestra amada Virgen de la Fuencisla

 

 

 

 

 

 




MI HIMNO EL CARA AL SOL MI BANDERA LA ROJA Y GUALDA

  

 

 

 

 

 

 

Gran articulo el de Castro Villacañas que me ha hecho recordar pues había perdido el hilo de las palabras que cantábamos en el patio del colegio, formados, hace ya bastantes años pero no tantos como algunos reputan. Palabras que traen sones de primavera y de olores, auras, y soles antiguos preñados de anhelo de reconciliación de pan justicia y paz, un deseo que ahora los unos y los otros nos quieren quitar: "Viva España. Alzad los brazos hijos del pueblo español. Que vuelve a resurgir… Gloria la patria que supo seguir sobre el azul del mar el caminar del sol… Triunfa España. Los yunques y las ruedas. Canten al compás de un nuevo himno de fe. Juntos con ellos cantemos de pie. La vida nueva y fuerte de trabajo y paz". Se puede pedir poco más a un cantar tan enardecido que habla de justicia, de pan y de paz, pero su autor el gaditano Pemán nos salió rana. Ahora nos lo han convertido en el chundachunda de marras (pocos pueblos saben tirar piedras contra su propio tejado como el hispano). Cosas que pasan o mejor dicho no pasa nada. Uno más que "combayó" don José María como dicen por mi tierra. Aunque comprendo. Aquí cantas un himno y piensan que estás para marcharte a la guerra.

 

En mi infancia también vocalizábamos el Oriamendi de los carlistas y, metidos en harina, merece ser traído a colación que todas nuestras canciones vienen del norte. El cara al sol lo compuso un vasco el maestro Tellería y nuestra marcha real esto es nuestro himno es requeté cien por cien que los navarros se lo pasaban por el morro a los peseteros isabelinos que les soltaban el himno de Riego del otro lado de la trinchera. Putas guerras. ¿Por qué facción tirar? ¡Con lo hermoso que es convivir! Decía así:

 

"Alerta, españoles, alerta, no os durmáis para que este nuestro amado Reino no se hunda. Los hombres más perdidos son los jefes que quieren a España aplastarla para siempre" Y la traducción vasca que recojo pues yo siempre fui aficionado a estas coplillas reza así: "Gertu España tarak, ez lo eguin, gertu Geure erenu maite zu eztaiten ondatu fizonik gelduenak dituguz gaur buru España nei debenak betike zapaldu" Pues muy bien. Tan rotunda melodía es la madre quizás de nuestro Cara al Sol. Pero también he cantado Ghanesa en mis años mozos, no se crean:

 

"Si me quieres escribir ya sabes mi paradero. En el frente de Gandesa primera línea de fuego. Y si quieres comer bien para morir en buena forma. En Gandesa hay una fonda… a la entrada de esa fonda hay un moro Mohamed que te dice pasa, paisa, que quieres para comer… lo primero que te dan son granadas rompedoras... lo segundo de metralla para guardar memoria".

 

O la de la XLVI división que cantaron por estos llanos y lomas de Brunete en honor de Valentín González hace setenta años en el lugar donde vivo que era zona de pozos de tirador y de ramales de trinchera:

 

"La división del Campesino que en la lucha se distinguió vamos juntos a la batalla a derrotar al invasor. Luchamos un día y lucharemos sin cesar hasta que España se haga fuerte y defendemos la libertad".

 

Si bien se mira en la letra de estos aires de la tierra, nuestra piel de toro, el patrio solar, los unos y los otros, los que cerraban el puño y los que saludaban a la romana murieron por el mismo ideal: una España mejor que cada uno interpretó a su forma y la guerra se llevó a los mejores. Quedaron los políticos y el eco perdido de nuestras viejas canciones. Pasa nada, hombre. Hay vida después de ZP pero no entiendo por qué la han cogido meona con ese voluntarioso chico de León. España tiene que ser de todos.

 

Para himno – y llevas razón, maestro- La Marsellesa. Todos los franceses se ponen eufóricos al entonarla y los ingleses yo les he visto cuando terminaba el cine en Londres levantarse y muy serios cuadrarse cuando sonaban las notas del "God save the queen". El patriotismo inglés es flemático pero recio e implacable. Los americanos se llevan la mano al corazón al compás del America The Beautiful y es cuadrado y castrense pero melancólico el Deutschland über alles que también se tararea sin letra, otro chundachunda, porque lo que va dentro ahora resulta de impolítico según van los tiempos y la Hativka israelí es una marcha fúnebre, seguramente por todos los muertos del holocausto.

 

En fin que aquí somos mucho más jaraneros. El anda jaleo, jaleo, ya comenzó el alboroto y ahora vamos al tiroteo de los republicanos se contrapone al vino que tiene Asunción de los nacionales. Chimpún. Y el himno de la infantería es una canción guerrera pero a ¡cuanto nos hace llorar cuando la escuchábamos! pues pensamos en los muchos caídos por esa bandera de uno y otro lado de la cerca:

 

"Ardor guerrero vibre en nuestras voces, y de amor patrio henchido el corazón, entonemos el himno sacrosanto del deber de la Patria y del Honor. De los que amor y vida te consagran, escucha, España, la canción guerrera, canción que brota de almas que son tuyas de labios que besaron tu bandera. De pechos que esperaban anhelantes besar la cruz aquella que forma con la enseña de la patria el arma con que habrán de defenderla. Nuestro anhelo es tu grandeza, que seas noble y fuerte (bis) y por verte temida y honrada tus hijos valientes irán a la muerte. Si al caer en lucha fiera ven flotar victoriosa la bandera ante esta visión postrera orgullosos morirán. Y la Patria al que su vida le entregó en la frente dolorida le devuelve agradecida el beso que recibió. El esplendor de gloria de otros días tu celestial figura ha de envolver que aún te queda la fiel infantería que por saber morir sabe vencer. Y volarán tus hijos ansiosos al combate, tu nombre invocarán y la sangre enemiga en sus espadas y la española sangre derramada tu nombre y tus hazañas cantarán. Y esos infantes de la raza hispana que sienten se apodera de sus pechos con la épica nobleza castellana el ansia altiva de los grandes hechos te prometen ser fieles a tu historia y dignos de tu honor y de tu gloria"

 

¿No se les pone la carne de gallina? A mí sí; como cuando escucho el himno de la legión el "Soy valiente y leal legionario", el "Novio de la muerte" o "Prietas las filas", "el Camarada", el "Cubre tu pecho de azul, español", el "Margarita se llama mi amor" o el "Flecha meón" y sobre todo al compás de las notas del Cara al Sol:

 

"Cara al sol con la camisa nueva, que tu bordaste rojo ayer, me hallará la muerte si me lleva, y no te vuelvo a ver. Formaré junto a mis compañeros que hacen guardia sobre los luceros, impasible el ademán, y están presentes en mi afán. Si te dicen que caí, me fui al puesto que tengo allí. Volverán banderas victoriosas al paso alegre de la paz y traerán prendidas cinco rosas: las flechas de mi haz. Volverá a reír la primavera que por cielo tierra y mar espera. Arriba escuadras a vencer que en España empieza a amanecer".

Eso no quita para que también me "ponga" como a Antonio La Internacional que es un bello himno, pero no reniego de mi fe. La roja y gualda sigue siendo mi bandera y mi himno el chundachunda aunque cantarlo no ha de ser un pretexto para ir a la caza de otros españoles que no piensan lo mismo que un servidor. Tolerancia se llama esa figura o al menos a mí me lo parece porque España es de todos. O al menos a mí me lo parece.

 

 

 

BENJUMEA ESTABA TRISTE

 

 

 

Como era de Benjumea donde la burra mea, le llamaban así: Benumeya, y sus prigenes deberian ser moros granadinos, los Ben Omeya, pero todos se habían quedado a vivir en Otones de Benjumea un paramo detras de la sierra buena tierra de garbanzos y contra lo que dijera el Coran se freían los mejores chicharrones en la matanza de navidad, pero aquel día el pensador estaba triste. Oreanda era un esperpento donde pasaban las cosas más locas, los canales de tv disparaban imagenes de viento enfurecido. El convite de Catalanes se había convertido en una revolución hispanicida. La prepararon los judíos de ocultas, aquella mala raza y por eso Benumeya esaba triste. 
En el Pinarillo donde dicen que estaba el corral de los huesos sarracenos, aunque eso no era verdad, las parejas copulaban a calzón quitado. Y las ramas de los pinos, por solitarios testigos de tales coyundas, acogían los suspiros de los amantes, bien entretenidos, con indiferencia habitual.
Por la estrecha vaguada se encajonaba, entre antiguas huertas abandonadas, el río Mierdero, justo donde empezaban los primeros adarves de la muralla romana.
Por aquella parte Oreanda se traía un aire de Jerusalén y allí los rabinos venían a darse cabezazos tras rezar por sus difuntos en el Osario que llamabamos pero allí nunca hubo ningún camposanto de verdad sino un simple corral de huesos. Todas nuestras cenizas se las llevó el viento de la historia.
Eran solo cuevas donde vivieron los gitanos horadando aquellas mastabas. Antes hubo ermitaños que hacían penitencia mirando para la pecadora ciudad.
Los judíos blasfemaban contra España y montaban tenderetes cabe la puerta del Socorro al inicio de las Escalerillas de San Roque. En ese furor hispanicida fueron abatanados todos ellos malditos de Dios y de los hombres, cuando lo del edicto de Expulsión que, como tantas cosas en España, ambien fue un enjuague; la mayor parte se quedaron, se metieron a curas y hacían que se marchaban pero se quedaron con todas las llaves y ganzúas en su poder. Ahora regresaban en avalancha en el ren de Lérida al que llamabamos el Lento en Oreanda.
 Los sefarditas son muy exagerados y llorones ante el mal propio pero despiadados y crueles cuando los que sufren son los otros mostrando así su falta de sentimientos y su orgullo visceral. Se hicieron ricos armando y previniendo a los ejércitos de todas las guerras del mundo. La mayor parte de aquellos hebreos intrigantes y correntones acabaron en la Barceloneta.
Ahora han resucitado con un visca Cataluña lliure, inyectados los ojos de sangre y de odio, agitando el candelabro de los siete brazos, con el que quieren dar a los pobres policías nacionales en la cabeza, y profiriendo maldiciones terribles.
A mí lo que más me subyuga en este trance es el furor uterino de Madama Colau siempre que la veo comparecer con sus muslos poderosos y sus pechos firmes como el morro de hierro de un carro de combate de la Acortazada Brunete me acuerdo de la canción del En passsat el Fondergat una noya y un soldat.
La tía dicen que debe de ser una fiera que destroza a sus amantes en calzoncillos y los deja medio muertos toallitas de usar y tirar mediante el juego y el fuego de sus caricias uterinas. ¡Oh que dona bona  from Barcelona, si sona como si non sona Barcelona es Bona. ;La pela es la pela.

 

Pero quiero que sepan que en el Pinarillo no hubo ningún osario judío. Eso es algo que se han inventado los catalanes. Y los de Segovia por aquello de ni la burra ni la novia tragaron la bola. Fue un pretexto para construir en este perímetro forestal un barrio independiente dentro de los muros de mi querida Oreanda quiero decir Segovia. Se ha convertido en un centro de peregrinación.
A diario llegan autobuses cargados de turistas, como si esto fuera la pradera de las apariciones del Escorial, a visitarlo y contemplar la bandera del Sionismo que ondea lozana azul y blanca con la estrella davídica en medio del recinto; para indicar a los segovianos que hemos sido reconquistados por el pueblo errante que cruza la tierra tramando revoluciones, asonadas y desquites. Una advertencia, un aviso a navegantes. Vamos a ver quien manda aquí... Oido al parche. 

 

La pornografía es uno de sus grandes negocios porque forma parte de su esquema corromper la mente y el cuerpo al goi arrebatarle las armas intelectuales para que pueda ser él mismo. Es el pueblo que invoca a Judas y al diablo como su valedor, va por el mundo talando los campos, llenando los ríos de sangre, los valles de lagrimas de homicidios, uxoricidios revoluciones, guerras y enfermedades. Creo que desde que dijeron que acá hubo un corral de los huesos judíos el Pinarillo es sitio maldito. No es recomendable cruzarlo de noche sin arriesgarse a topar con un fantasma. Había uno al que llamaban Fernandito cuando yo era niño que se echaba a la molondra una sabana blanca e iba por los recuestos y las cuevas asustando a las parejas que hacían el amor libre. Uh uuuuu... era Fernandito el violador que llegaba tapada la cara con la sábana. Y lueo delane dellos se ponía a mear el muy indecene o a menearsela.
 Benjumea donde la burra mea estaba triste pero pensando en las aventuras sexuales de aquel enano que trajo en jaque a los segovianos a mediados del pasado siglo volvió a sus labios una sonrisa escéptica y se puso a cantar un aire navarro los borrachos en el cementerio juegan al mus.
Después de todo un osario es un sitio perfecto para la eterna dormida, para emborracharse sin molestar y para fornicar, a recaudo de mirones. Los muertos jamás se preocupan de estas cosas. Les da igual aunque el fantasma de Fernandito y sus secuaces haya asomado la oreja por Cataluña donde ocurrió aquello de la noya y el soldat.

 

 

 

Martes, 12 de junio de 2007

 

 

 

CUANDO UN NOVEL SE LLAMA VARGAS LLOSA.

 

 

 

 

Íbame yo un poco a la agachadiza con mi flash de dos mil duros de adquisición novísima en noche calurosa de septiembre tan tórrido y tan seco como mayo junio julio y agosto que aquí en Madrid todo es polvo y nada de lodos que casi se nos olvidó como es el agua caediza y de qué color es el barro. Noche de estreno que suele ser noche rumbosa. Se habían prendido las candilejas del Reina Victoria. El flash-caminaba yo pensando para mi capote que no me lo robe cualquier de estos chorizos hampones que riegan con sus truhanerías y tirones la noche madrileña y sabe dios por donde van a asomar la oreja.

 

Luego resulta que esos pobres chavales que tanto miedo infunden a las señoras que van al rosario y de aspecto algo atrabiliario melancólico cual diría el otro no matan una mosca, mal que les pese a su catadura. Se trata de africanos y de tercermundistas en tránsito a los que no alcanza para pagar la pensión y prefieren forzosamente por compañera la luna de Valencia. O de Madrid pero lo malo es tener miedo al miedo. Lo peor, la psicosis. Ningún percance me sucedió entre la boca el metro y la carrera de san jerónimo. Para colmo llegué al estreno con mis aparatos de retratar, hice una reverencia al conserje quien a su vez devolvió me el saludo con otra venia.

 

-Pase caballero.

 

Todo era luz. Todo eran alfombras. Perfumes caros y vestimenta chic de la gente importante y nocherniega. Había esa elegante discreción que solo suelen tener los españoles cuando van al teatro. Y lo malo es que me había colado de rondón a la fiesta guiado por mi suerte y mi olfato periodístico de paraparazi.

 

Recuerdo que una noche como esta por poco lo muelen a palos los Queen Fusilers en Falls Road de Belfast por ir a hacer un reportaje de un atentado con mi aparatoso flash. Es mas a este reportero lo derribaron al suelo y molieron a palos dos gorilas de Kissinger cuando éste se encontraba cenando en una fonda italiana de la tercera avenida. Los zaguanetes de la gente importante creen por lo visto en el dicho que el mejor retratero es el reportero muerto o el retratero deslomado. Sin embargo aquí los guardaespaldas del presidente –se nota que son guardias civiles- se3 abren paso sin brusquedades y todavía sonrie3n. Nunca he trabajado con mi propia policía. La de mi país. Eso es un valor activo de bienes raíces asset. Por otra parte una cámara de fotos sirve para disfrazarse de diablo cojuelo. Pero era la noche de fortuna.

 

La verdad es que se me había pasado el atragante de la cena con una noticia que leí en un periódico que aseveraba que en lima mueren deshidratados en verano en los barrios de los bajos fondos una media de 450 personas. Sin embargo este mal regustillo se me pasó pronto cuando empecé a tirar placas como un condenado a la hermosa gente las beautiful the guys and dolls de la noche matritense. Me había colado en el Reina Victoria para ver una obra de Vargas Llosa.

 

Gran esfuerzo de interpretación y un ambiente chejoviano flotando sobre los diálogos pero sin la dulzura del gran dramaturgo ruso – Vargas no es más que un perulero circunciso al que todo el mundo hace la ola no te fastidia no me descrismes esto lo escribía yo hace 25 años y no suelo variar en mis veredictos. Mucho cholito y mucha guajira silbante del lenguaje del mango y esa verborrea latina que no va a ninguna parte. La Ciudad y los Perros es una novela de aprendizaje mediocre que se nos ha colado como un best seller los hay que tuvieron suerte en la vida y no se a que logia se abrazaron a o que pila bautismal donde no está el bautista por supuesto pero aquí el que tienen padrino se bautiza, ciudad de los perros y mucho perro.

Aquella noche de octubre del 82 yo no sabia que el indito de que bueno que viniste se iba a transformar en el heraldo del intercambiador las arrolladoras oleadas de gachipijos tomando Madrid y que bueno que viniste. La obra se llamaba la señorita de Tacna váyase usted a saber quien era aquella señorita. Recuerdo una frase de esta prójima seguramente una madame Bovary a la peruana: "ante el placer venéreo no hay ni marido ni hijos ni chulos ni dios un poco fuerte no. Mientras los cholitos de lima mueren de inanición aquí tenemos al señor vargas Llosa reflexionando sus propios polvos. Él pertenece a la clase aristoc5rata trasfretada y transterrada, una aristocracia "latino" que juega a la ruleta rusa y sólo parece existir para sus orgasmos. Vino a España a hacer las americas y se quedó.

Todo un contraste. Me salí de la función. También a la agachadiza. Cuando uno se aburre en un teatro lo mejor es salir a echar un cigarro al vestíbulo o contar los minutos mirando pal claravoyo o ver lo blanca que tiene la cara la señora del guardarropa. Ni siquiera los desnudos de Rosalía Dans fueron capaces de animar la obra que se vino abajo en interés como una melaza. Hace poco más de un siglo a clarín y no le3jos de aquí a Clarín le silbaron un drama en tres actos "Teresa" pero no se puede comparar a Vargas Llosa con clarín con todos mis respetos. Sin embargo como este indito parece que cae bien a la parentela y gusta a las señoras pues dicen que es guapo no le silbaron ni patearon la obra. Antes bien llegaron a saludarle las autoridades. Todo el mundo al besamanos. Todos le hacían la ola. A mi me amostazaba tanto rendibú, el mucho paripé.

 

Por allí llegue a columbrar al Gran Ciprés y su mujer pianista cara de enterrador. Parece ser que al final del drama cunde el aburrimiento o el desencanto. Los espectadores parecían decepcionados de que su ídolo no estuviera a la altura de circunstancias y el papanatismo local hizo sus pros. De contras nada. El señor Vargas que nos parece un mediocre escritor se presentan en esta como si fuera el embajador de todas las musas del olimpo vivir para ver. En el patio de butacas se había dado cita todo el encanto de la burguesía. Venían a ver al maharajá de los Andes. Don Vargas sonríe falso luciendo su dentadura de brahmán. Parece indio. No un cholito o de barman o un cruce de razas. La obra suya todo hay que decirlo no estuvo mas de dos semanas en cartel. Menos mal

 

 

 

 

 

Mediterráneo 12, 9 del 1982

 

 

Saturday, 29 de July de 2017

 

 

ENOCH POWELL A PROPHET OF OUR DAYS IN LOB OF HIS MEMORY

 

 

"I have set an always will set my face like a flint against making any difference between one citizen of this country and another in grounds of origin said to me Mr. Enoch Powell in a interview in his house of Wolverhampton".

That was his denial of the incumbent accusation mate towards him. now days Powell shall be called a Nazi, a fascist, a son of Hitler when he acted as a perfect gentleman, a solid and great man he was a teacher of Greek master of Classics in a public school. Elegantly dressed in well cut suits waist coats Savile road style and magnificent locution.

He was one of the best speakers in the House of Common. On those days i was young and naive and a bit of an idiot and as many people of my generation thought that this guy was a bit bananas or exaggerated at least.

His prophecies though became true. He saw England invaded by people from overseas.

Albion shall about to cease as an emporium of the white race England my England and England made me. He prevented his countrymen against mass immigration, warning the Wilson government of the dangers of incomers in the great bit flood. A debate he held with Paul Foot speaking for Labour was one of the greatest script in the Annals of English Parliament. Great speeches. Enoch Powell was of Indian descend and he served in the Colonial Army of Himalaya as a counter intelligence officer. At those days of 1944 the British feared an invasion of India by Russia. Powell spoke Urdu and was a defender of the British Empire when Ghandi set his movement of not violence and not aligned  requesting the independence of that continent. He read Kipling but the sting of nationalism was in the offing. I had been always an imperialist and a Tory said in his return to England joining the ranks of Conservative party in Wolverhampton  

 

LIEBANA MÁS CERCA DEL CIELO

 

Antonio Parra.

 

La luz de Liébana en mis ojos. Es atisbar el paraíso por el ojo de buey de mi celda. Mi monjío y mi mujerío juegan a la comba por aquellos tesos. Quisiera tener un catalejo de largo alcanzar para diquelar aquellas montañas nevadas e ingresarlas en mi retina para siempre. Sueño con ese dedal que el Naranjo de Bulnes visto por detrás por las puertas carreteras del cantabro mar. Entrada triunfal. Contemplo ese monte y musito el salmo de “et introibo ad altare Dei” y quiero caminar hacia el Dios de mi juventud. Me entran nostalgias del Paraíso. La vida del hombre, su paso por la tierra, es en realidad un transito contemplativo entre las perplejidades las sorpresas los hallazgos las recias tormentas y las grandes calmas. Pero uno piensa al mirar este olimpo de las esencias patrias desde el hondón de este vale de lágrimas que allí no tienen entrada ni la muerte ni el dolor ni los siete pecados capitales. Este macizo que da sombra a uno de los sotos más hermosos de España donde alza su espadaña una de las iglesias más antiguas del pais acaso fue antes un monasterio [Santa María de Liébana.] Se hinche mi corazón de esperanza. Uno siempre tiene ganas de volver a Potes, Tabor de las Españas el nido de águilas y guarida del lobo del pundonor y del coraje donde se lamen las heridas de su patria quebrantada los buenos españoles. Ya ocurrió en 711 y volvió a pasar en 1808 y puede que a la sazón estemos a punto de otra de los demonios. No lo permitan ni el señor Santiago ni Santa María. Es allí donde el alma de todos regresa a su altar mayor, paraíso natural de las Asturias de Santillana hermanas de las de Oviedo pero que no son lo mismo. Hontanares y cascadas y cascajares de los antiguos glaciares que caen por el talud. Arriba la rengada del vaquerizo. Abajo la iglesuca con su campanil que reza arrodillada a la vera de un arroyo. Un autentico encaje de blondas que tejieron los dedos sutiles de la madre naturaleza. El paisaje es como el encaje de la valona de un caballero español de los Tercios. Esta es la comunión de los viejos hidalgos. Las casas solariegas llenas de róeles y de estrellas en su blasón se esparcen por el campo en lo que abarca la mirada. Por aquí Dios pasó con ganas y con mucho brío de inspiración el día que separó los océanos de las montañas. Se agolpan sobre nosotros los gollizos, brincan los ríos como corzos, salta el salmón ribera arriba por el agua y los neveros se deslizan en pura lágrima. Soñemos, alma, soñemos.  Leo Peñas arriba  y de la mano del maestro Pereda- nunca hubo paisajista más grande en la literatura castellana ni se encuentran en nuestras letras páginas tan sublimes - rebrinco de gozo. España es un goce estético. Nunca lo entenderán algunos de mis cofrades. Una borrachera de vino y de luz. Batallas de amor y campos de espuma que decía Góngora. El cielo y el mar se hacen aquí transparentes en la demosofía de la vida bucólica que perdimos sumidos en la civilización de ahora. Recordemos aquellos dichos y consejas del Juan Español resignado al amor de la lumbre con el humo de los llares en las pupilas. Aquellos chascarrillos que contaba la gente. Hablar redondo y pensativo. Literatura oral que se oficiaba en filandones y esfoyazas. Y en este túmulo de la España sagrada creo que encuentro mis rastros y mis orígenes. El Bulnes nevado y es abril recubierto de los jirones de un alfomar que es helero hasta el mes de julio y dura casi hasta las nevadas del primero de agosto. Frío en rostro. Pero calor en el alma. Luz de Cristo.

 

PEREDA EL BABLE DE CANTABRIA

 

 

 

El bable que se hablaba en la cordillera cántabra desde la Ría del Eo posee esa riqueza de las lenguas viejas que hablaban las gentes del campo avezadas a observar los fenómenos de la naturaleza, el ritmo de las estaciones y eso que los retóricos llamaban la propiedad del lenguaje esto es cada cosa, cada apero, cada situación, cada fisonomía posee su propia definición. Llamar a las cosas por su nombre definía a nuestros antepasados hoy se parla un lenguaje equivoco y viciado por el inglés norteamericano que es una lengua pobre. Don José María de Pereda dominaba el bable santanderino más castellanizado que el astur mientras que Clarín y Palacio Valdés representarían la forma de hablar desde las gentes de Villaviciosa para acá hasta Navia y en el siglo XIX. Mientras del primero habla de zoquetas, garios, dalles, breñas, cajigal, corrada, los segundos dicen zapico, pala de pinchos, brañas, carvallada, corralada etc.

 

Para uno de la Montaña una fuina o garduño astur es una rámila y así sucesivamente. Corredoria es en Santander solana y antojana estragal. En las Hoces de Barcena junto a Reinosa el bable recobra esa tonalidad cantarina que los filólogos denominan arandina porque las gentes de Aranda de Duero parecen pájaros cantarines, cuando conversan y ello debe de ser herencia romana.

 

A veces las lenguas no van por el camino real, se bifurcan, se separan, coinciden y divergen para volverse a juntar. Cantabria prefiere el definitivo desinencial en “uco” (Felixuco) y Asturias se queda en in y en ina. Dame la tarjetita ¡oh!...

 

Pereda que poseía buen oído para los idiomas cuando percibe algún solecismo o un idiotismo poco comarcal llama jándalos a los señoritos que regresan a pueblo expresándose en madrileño “rajao” con una entonación gutural. Pienso que uno de los grandes recursos a los que nuestros hablistas de alubión dan de lado es el palabrero y eso no se aprende por la ciencia infusa sino leyendo a los clásicos. Por desgracia nuestros educandos que se pasa la escuela tratando de entender a Jane Austen que es pesadísimo acabarán falando un inglés macarrónico y su bable será una caricatura del que hablaban sus abuelos. La recomendación sería meterse en Galdós, en Clarín en Pereda en Pérez de Ayala o gozar con el Lazarillo o engolfarse en las páginas del Buscón. De lo contrario regresaremos a la confusión de Babel y la perversión del lenguaje es un signo del final de los tiempos. En el principio era la palabra y la palabra ahora la estamos destruyendo en un guirigay atronador.

 

 

 

 

 

martes, 15 de agosto de 2017

Publicado por PREFERENS en 8:15

 

 

 

 

TOMÁS SALVADOR VALCANALILLO (1)

 

 

 

Tomás Salvador murió a 23 de junio de 1984 casi en la miseria nadie lo recuerda yo sí. España es mal pagador con sus genios. Castilla desprecia lo que ignora y teme al talento y a los que dicen la verdad pero su obra está ahí: Cuerda de Presos, División 250 (una de las mejores novelas escritas en Europa sobre la segunda guerra mundial narra la caída de Novgorod frente a Petrogrado el Día de la Resurrección, y un día resucitarán las cúpulas de la catedral de san Isaac y así ha sido; porque a lo último de la novela en medio del fragor del cerco de unos cuantos soldados españoles de infantería copados en el Lago Ilmen se formula la profecía de la resurrección de la ortodoxia con Putin,) “El atentado”, donde se avisa a los españoles de la peste terrorista en Vascongadas y en Cataluña “Les presento a Manolo”, “Las compañías blancas”, “el arzobispo pirata”, los atracadores”, la “nave”.

 

Seguramente hay en este palentino sin madera de héroe el mejor novelista de la generación de posguerra, el más cualificado narrador muy por encima de Cela pero tuvo un defecto: ser un falangista de izquierdas. Manuel de Agustí, Zunzunegui y Foxá el gran Foxá del Madrid de Corte a Checa se le acercan aunque no le igualan.

 

Agustín de Foxá se cansó pronto de la novela, se dio a la bebida. Agustí la ceniza fue árbol pondera la Cataluña industrial a la que admiraba Franco, y Zunzunegui componía unas novelas demasiado largas con Bilbao como escenario y eso cansa. En efecto, Salvador era el más completo luego vinieron Delibes, la Matute, la Quiroga y todo un tropel de féminas cuya abanderada sería la ovetense Dolores Medio a la que habría que calificar como la Jane Austen española.

 

Era don Salvador ▬ le conocí en carne mortal cuando fuimos Lalo Azcona y yo a entrevistarlo a Barcelona para el suplemento de Arriba y en honor a nosotros se puso una camisa azul vieja que le estaba prieta pues había engordado, regentaba un quiosco en la Diagonal ▬ muy sordo  a causa del estampido de un cañonazo en la batalla de Krasnii Bor cuando un disparo del 105 le trepanó los tímpanos.

 

Los organillos de Stalin zurraban a discreción y la artillería alemana disparaba contra el palacio de Catalina la Grande.

 

Era gordo. Era falangista sindicalista y bonachón y además de Palencia de Villada cerca de Fromista cuna del románico. Tales vicisitudes acaso le marcaron; también fue policía de Franco. Leía novelas de Agalla Christie, y eso  por lo visto no se perdona.

 

Quadecausa,  sus obras yacen en el olvido y sólo unos pocos escogidos tenemos la fortuna de releer a Tomás Salvador, que resucitarán algún día como resucitaron las cúpulas doradas de la catedral de Novgorod.

 

Tampoco se  le perdona que vistiera camisa azul, que tuviera un genio endiablado mandase a los machacas  a tomar polculo con un gran sentido del humor y que en su gran novela “Cuerda de Presos” hiciera un canto a la Guardia Civil.

 

Se trata de un escritor versátil, todo terreno; escribía  con tal facilidad una novela de espionaje como otra de contexto histórico y al cabo acabó escribiendo cuentos para niños. Fue un pionero y un dechado de la Literatura Infantil en España. Redactaba muy bien quizá demasiado bien y con harta  humildad.

 

Tan pronto abordaba una narración de ciencia-ficción como retrataba el tiempo de la edad media estudiando a un personaje tan inabordable como fue Pedro I el Cruel en sus Compañías Blancas. En “Historias de Valcanillo” novela en la cual revive los tiempos palentinos de su infancia y estudia la psicología del tonto del pueblo realiza un verdadero tour de force psicológico.

 

A través de Jacintón disminuido psíquico el lector se va a adentrar en el complejo mundo de una villa castellana con sus esplendores y miserias a mediados del pasado siglo. la agnición  o pasapalabra que se repite a lo largo del libro es la siguiente:

 

▬ ¿Por qué lloras, Jacintón?

 

▬ Porque me da la gana.

 

Es menester ser un poeta de recursos para desenvolverse en un asunto tan difícil como es el del retraso mental pero este novelista lo aborda con solercia y ternura sin caer en los tópicos al uso. El temblor de un cierto lirismo lleno de piedad cervantina envuelve toda la narración. Hay siempre un ángel de la guarda que protege a los inocentes de los peligros el tonto de Valcanillo va por ahí repitiendo su estribillo de no quiero, no me da la gana, y si le dicen algo se planta a llorar. Ahí está la real gana de los españoles  una idea que no se encuentra en ninguna otra lengua indoeuropea. Da rienda a lo fantástico y hay pasajes  como cuando el protagonista conversa con los ángeles que recuerdan por su fuerza impetuosa a Gogol.

 

A Jacintón le echan también del infierno y en el cielo no lo quieren tal vez tenga una plaza en el limbo pero el limbo ya no lo existe lo dijo uno de los últimos papas. Así que menudo panorama.

 

¿Por qué lloras, Jacintón? Porque me da la gana.

 

 

 

 

 

 

 

 

LAS CONTRADICCIONES DE TOLSTOI

   

 



Antonio Parra

 

 

 

Tolstoi es el genio egocéntrico alternante contradictorio en cuya persona se alcanza la cima en literatura rusa y acaso también de la novelística de todos los tiempos. Los periodos de fervor religioso los alterna con visitas esporádicas a casas de tolerancia o yaciendo en plan aquí te pillo aquí te mato con las mujeres de sus siervos por lo cual se crea en su espíritu un ridículo complejo de culpa que le conduce a la actitud de poses beatonas y compungidas. Parece que toda su vida estuvo prendiendo una vela a dios y otra al demonio. Todo lo anota.

 

Es un autor que suele dejar poco en el tintero pues sabe mejor que nadie escribir largo sin caer en el solecismo farragoso ni en el tópico. Todo lo rumia. Es el típico literato que se autoflagela sin que los hechos y aconteceres de su peripecia vital lo apabullen. Conoce el secreto para sacar la cabeza a flote en medio del torbellino. De su particular autoflagelación salen cuentos y novelas y en su afán de introspección guarda analogías con Fran Kafka. Se entusiasma con el evangelio de San Mateo y con Rousseau. Brujulea entre los fervorines místicos, la lascivia y el complejo de culpa. Sus prosas de exaltación evangélica hasta pudieran resultar nihilistas. Es un iconoclasta a la vez que un esmerado pintor de iconos.

 

En sus escritos surgen los cantos de alabanza jamás escuchados hacia la persona de Jesús compaginadas con diatribas hacia los popes y hacia la iglesia estamental. Dice cosas muy crudas y acaso exageradas de la Ortodoxia denominándola lugar sin más alma que el vacío de una mascara. No es un escritor divino a lo Dostoievski de cuya profundidad carece. Vividor y realista, su tinglado se monta de tejas abajo. El más allá le preocupa menos que el dolor y el sufrimiento del ser humano como ser para la muerte. Su religiosidad se convierte así en filantropía. De modo que resulta el más humano y compasivo de los escritores.

 

Si de tarde en tarde se mofa de Iván Turgeneff y con Turgeneff de toda la escuela occidentalita de Petrogrado, mentores de la idea del cambio y propulsores de la democracia decabrista, Tolstoi se siente desconcertado cuando llega a Londres "una ciudad de autómatas" en la que se percibe la decadencia y el egoísmo de occidente donde todo es tan frío o en Paris donde se indigna ante los despojos de Napoleón el insolente genio de la guerra. Veía en Bonaparte un precursor maligno de Hitler y no toma partido Tolstoi ni por los zapadnietski o defensores de la occidentalización rusa ni de los raskolniki mentores a ultranza del nacionalismo cósmico y de la idea mesiánica de la Santa Rusia.

 

El 3 de marzo de 1861 cuando el zar proclama la manumisión de los siervos anota Tolstoi en su diario la grandeza del acontecimiento tan trascendental para los destinos de su patria. Dicho amor y deferencia para con los humildes no obsta para que continúe conservando sus maneras aristócratas de barin rural que con frecuencia utiliza el knyt (látigo) para golpear a los criados perezosos. Cuando era oficial en Sebastopol a su ordenanza también le mide las costillas por el menor pretexto con frecuencia para desahogar su frustración. Tolstoi de baja estatura (media un metro setenta) era sin embargo muy forzudo. Idealista puro y siempre saliendo en defensa de los ideales y aspiraciones más nobles en su vida privada, según sus biógrafos se, distinguía por la tacañería. Contaba hasta la última copeca.

 

Y sin embargo gran jugador era capaz de gastarse un millón de rublos a la ruleta durante una sola noche. Carecía de sentido de la medida. Él era grande como su obra misma. No tiene moldes. El conde Tolstoi es occidentalita y rusófilo según que racha o qué viento sople. El mayor de los escritores rusos no pertenece a Rusia ni a sí mismo. Pertenece al alma humana. En su trascendencia se muestra universal. Puede defender con entusiasmo el valor eterno de la literatura sin las contaminaciones espurias de la política para mejorar la vía de conocimiento hacia las verdades inmutables del ser humano.

 

Huye del mundo, se refugia en su hacienda, en su dacha, pero tampoco puede vivir sin la comunicación de las gentes. Es un filántropo un propedéutico y un pedagogo y al mismo tiempo dentro de su aura de misticismo flota un ambiente diabólico. Su conocimiento se acerca a las verdades inmutables del alma humana pero con frecuencia reniega de su afán esteticista, sale de su torre de marfil y huye a los prostíbulos y las tabernas. Pero también existe otro Tolstoi político que redacta manifiestos que asume posturas y escribe cartas de protesta al zar o libelos a favor de la manumisión de los siervos. Redacta pancartas contra la guerra.

 

Son interesantes asimismo sus relaciones con Turgeneff al que maltrata de palabrea y de obra llegándole a desafiar a duelo, que nunca se celebró. A pesar de que el autor de Humo fue el que introdujo a Tolstoi en el mundo literario de Petrogrado. Semejante desafección habla de una cierta mezquindad por parte del genio aunque bien puede ser que sus altercados fuesen resultantes no más que de sus celos. Celos literarios. Pasó algún tiempo en una comuna y de hecho fue uno de los primeros autores comunistas que se adelanta a Karl Marx y a los rabinistas ingleses con el evangelio en la mano, lo que implica una crítica demoledora de los principios de la iglesia establecida, pero no es capaz de arrogar los usos y costumbres, hez del decadente occidente, que con la pluma fustigaba pero a los que se abrazaba en la vida real.

 

Le roía la pasión del naipe. En su vida privada resulta un pedagogo y un inmoralista a la vez. Magnánimo y cicatero frecuentador de ventorros y lupanares que sabe a la vez desenvolverse como pez en el agua en los ambientes come il faut de los salones peterburgueses. Es sátiro y fauno a la vez que manso galán enamorado y elegante autor de erotismo platónico. Estas son sus contradicciones. En él aletea el espíritu de la objeción. El arte es un perpetuo contraste, un unda maris que carece de ética como la propia historia donde la noción del bien y el mal se pierde en un laberinto de calles sin nombre que vive en perpetua contradanza. Son los movientes de sístole y diástole en los que se teje toda crónica.

 

El novelista experimenta lo mismo que San Pablo del aguijón de la concupiscencia. Hace penitencia, se reprocha a sí propio su liviandad, formula buenos propósitos y establece un esquema de enmienda un plan de vida, pero vuelve a caer. Sus intenciones se desbaratan en un minuto nada más toparse con un bello palmito o con unas garbosas caderas femeninas moviéndose con contundencia. Dijo Lev Tolstoi que el arte es una hermosa mentira una visión espectral que interpone ante nosotros el diablo para que nos dejemos seducir. Menudean entradas en su diario con llamadas al propósito de la enmienda. Anuncia con frecuencia que dejara la literatura para dedicarse a peregrinar y que va a romper su compromiso con las letras pero un poco más adelante este minucioso memorialista dice todo lo contrario.

 

Al autor de Ana Karenina el aguijón de emborronar papel le acucia hasta los últimos días de su existencia. Murió a los 82 años después de un berrinche con su mujer en la sala de espera de una estación de ferrocarril en el sector de Astapovo. Huía de los libros y del mal genio de su esposa; fue un vejador eminente este gran conocedor de la condición femenina. Y, ligero de equipaje, quiso ir al encuentro de la muerte. La vida y la obra del genio fueron una contradicción in terminis pero fue un favorito de los dioses. Tuvo suerte con las mujeres. Con los editores. Con el público. A los 24 años hace lo que tantos y tantos aspirantes a los laureles de la fama. Termina un manuscrito va a correos y lo envía a un editor al cual desconoce, cruza los dedos y espera en el maná llovedizo de los aires. Es cuando un escritor juega a la lotería y se marcan los rumbos de su destino. Tolstoi tuvo suerte pero esto no suele ser así en la mayoría de losa casos.

 

Semanas adelante, el joven teniente artillero encuadrado en un regimiento de combate de Armenia recaba respuesta satisfactoria del editor. Su texto ha entusiasmado a Nebrashkov dueño de una imprenta en Moscú. Nebrashkov sería fiel a Tolstoi durante la mayor parte de su carrera literaria por encima de las veleidades, demasías y abusos tan característicos del literato. Aunque con algunas limitaciones, el librero promete dar a la estampa la novela que lleva por título Infancia.

 

Se trata de una obra primeriza pero en la cual destellan algunas cualidades del que sería monstruo de la literatura universal como las dotes de observación o el plasticismo de sus descripciones, la soltura de las tramas, o la buena yuxtaposición o ensamble del escenario. En Adolescencia, que vendría de seguido, Tolstoi tantea el camino. Le falta aun mucho por alcanzar aquel estilo suyo tan peculiar y que es denominado en novela tolstoiana (novela río) que define a la vida y a los hombres a sus pasiones y dolamas. El ser y la nada en el tiempo finito porque en realidad el hombre no es nada.

 

De allí en adelante la carrera del joven valor poco a poco y al igual el arroyo de aguas bravas descubierto por Nekrashov pasa a ser una inmensa red fluvial, un río caudaloso de aguas pandas como el Volga. En la inmensa estepa el torrente se calma.

 

El lecho del río es amplio y hace meandros pero no se saldrá de madre. Tiene un objetivo la gran novela como testimonio de los avatares de la existencia humana (guerras amores, desamores, ascensos, caídas, el rotar de las estaciones bosques- el misterioso bosque ruso (les) y grandes extensiones fincas como Yashnaia Polaina. O casas que se deshacen, matrimonios rotos, incomprensiones, el valor castrense y la santidad, las rameras, los remeros los borrachos los monjes exclaustrados y esa inmensa población flotante de iluminados o yurodivi que recorre la estepa. Y por ultimo aborda el tema de la muerte. La pluma de Tolstoi transita como a lo largo de un espejo a través de estas realidades. Los tiempos mudan. Las estructuras avanzan o retroceden pero el hombre continúa idéntico a sí mismo. En sus perplejidades. En sus ensueños que el destino se encarga de desenhetrar. Esta es una de las partes del drama vitalista que plantea Tolstoi como Shakespeare, como el Dante, como Cervantes.

 

Que nada cambia, que el hombre sigue siendo igual, pese a las redenciones y a los proyectos mediúmnicos, la acción filantrópica de los gobiernos, las predicas de los misioneros y los proyectos de reforma. Domaremos a la naturaleza pero al ser humano no se le podrá domar. Es incontrolable y problemático. La prosa de Tolstoi es plana y de una portentosa sencillez, mas, poderosa en su efectividad. No busca alifafes ni requilorios. La prosa de Tolstoi no es altisonante como la de Pushkin sino llana ni endiabladamente mágica como la de Chejov. Podrá carecer de la ternura de éste pero es más eficaz. Concibe la vida como un inmenso río madre en el que desembocan muchos afluentes y todos ellos van a dar a la mar que es el morir según el concepto manriqueño.

 

El tono que elige es a la vez épico y elegiaco. Todo Tolstoi es el Volga. Un remero que cruza. Un batelero que avanza narrando y contando. En el alveo de este caudal fluvial está lo ancho y lo estrecho lo profundo y lo alto. En una palabra asume todas las dimensiones narrativas. Todos los perfiles. Carece de altibajos. Constituye un pavoroso enigma de sindéresis dentro de las fluctuaciones contradictorias del comportamiento humano. Una de sus obras menores pero que mejor definen su carácter y de las menos estudiadas es la muerte de Ivan Illich. Refleja un gran conocimiento clínico y eso que el autor no era médico. Sólo un profundo psicólogo. Se empapó de vida antes de sentarse a redactar. Extrajo Tolstoi su arte de la experiencia. Su trayectoria como artillero en una de las interminables guerras del Caúcaso fue determinante. Como soldado fue irregular e indisciplinado. Sólo le fue conferida la cruz de santa Ana de segunda clase. Nunca fue un oficial brillante como su hermano Nikolai. Sin embargo, sus aventuras bajo las armas serán el magma que impregne su potencial novelístico.

 

En Crimea recogió datos para cargar el volcán narrativo que es Guerra y paz. En aquellas cargas de la caballería cosaca, en aquellos lances de honor, el robo, el rapto, la quema de aldeas, las batidas de tierra quemada o la ingesta de vodka siempre copiosa, la holganza con mozas y paseos a escondidas entre el oficial y la chaval que terminaban en el pajar. Amor a escondidas. O las noches enteras ante el tapete verde.

 

Todo esto impresiona su sensible retina de escritor. Como visor de la vida humana en un par de líneas sabe captar una situación o esenciar a un personaje. En la muerte de Ivan Illich narra el drama de un matrimonio desvencijado de la pareja formada por Ivan Illich y Praskovia Fiodorvna. Él es un brillante magistrado al que le van bien las cosas. Ha triunfado en la vida pero no en el amor. Son frecuentes las riñas y los altercados con su mujer (quizás un traslado autobiográfico del borrascoso matrimonio del propio novelista). Ella es ambiciosa, dominante. Él es bueno pero débil.

 

No obstante, Ivan se desvive por dar un buen pasar a su mujer y a los suyos. No escatima ningún esfuerzo para que a su familia no les falte nada de nada. El juez de distrito, Ivan Illich, consigue un ascenso y es enviado a otra provincia. Tanta es la ilusión que embarga al protagonista que en los trabajos de restauración y mudanza ayuda a los obreros y a los criados pero poniendo una cortina se cae de la escalera. Se lastima una costilla. Un golpe sin importancia; sin embargo aquella lesión intercostal va a degenerar en un cáncer. Para colmo, a su mujer no le gusta cómo Ivan ha decorado el nuevo hogar. Un drama. Tolstoi lo consigna en una párrafo

"Praskovia Fiodorovna echaba la culpa a su marido de todos los reveses sufridos en la nueva residencia. La mayoría de los temas de conversación entre marido y mujer conducía a viejas querellas y a cada instante estaban a punto de surgir nuevos altercados. Quedaban sólo escasos períodos de amor que se hacían muy breves. Eran islotes a los que aportaban un momento para adentrarse luego en el mar de hostilidad latente en el cual el matrimonio naufragaba"

 

En este libro plantea Tolstoi la soledad e incomunicación en la cual transcurren las vidas humanas incapaces de franquear las barreras de incomprensión y de egoísmos circundantes. Cada uno vivía en su mundo. Iván en sus negocios curiales dentro del afán de una existencia anodina y de provincias. Creía darle todo a su mujer. Pero todo cuanto le daba no era bastante. Praskovia vivía en su mundo, en sus puestas de largo, en sus trajes de noche. En el fondo se mostraba resentida con su esposo pero disimulaba esta aversión bajo una capa de apariencias y de convencionalismos. No era capaz de entender a su marido a quien el fatal golpe en el costado se le había declarado en un dolor lancinante. Piensa a lo primero que es algo leve un simple mal de ijada. A veces se queja pero su mujer le dice le dice que es un aprensivo y un blando que vaya a un medico en vez de estarse todo el día lamentándose.

 

He aquí otra manifestación de crueldad femenil. Acude Iván a un especialista. Vagas respuestas. Que si el intestino grueso que si el riñón flotante. La enfermedad sigue su curso. Los dolores se hacen insoportables. Pero el hombre no se puede quejar ante su familia o le sale su esposa con cajas destempladas: "no te tomaste las pastillas". Su único consuelo es leer la Biblia y como Job cae en un letargo que determina su abandono. Todos lo han abandonado. La referencia tolstoiana es el gran libro de Job. En esta novela magistral no solo se traza un cuadro de costumbres de la época. Se va más allá al establecer un diorama de la soledad del hombre sobre la tierra. El tema no es la enfermad sino la incomunicabilidad de los seres. La soledad ante la muerte. En este retrato se podrán mirarse muchos ivanes Illich. Nadie escucha los lamentos ni se compadece de este Job ruso de provincias. El pobre tuvo una agonía terrible. Estuvo en un grito durante tres días. Sólo Gerasimo su fiel siervo le ayuda a portar la cruz en el último trance. Pasa las noches junto a la cabecera del enfermo sosteniéndole las piernas en alto para hacerle más llevadero los terribles dolores.

 

El dolor siempre estaba ahí en las tripas agazapado, sordo, inexorable. La morfina no le hace efecto. Gerasimo con su caridad es el contrapunto al egoísmo de Praskovia. El enfermo aguarda a la muerte tendido en el diván. Tolstoi traza la desesperanza de un paciente terminal que vuelve la cara a la pared que llora en silencio. Los días se parecen a las noches y nunca acaba de amanecer. El paciente no duerme. Está postrado. Solo se amodorra algún rato en que le aquejan pesadillas. Se entretiene midiendo las grecas del techo empapelado de la habitación o contando los boliches del cabecero de la cama.

 

Toca anheloso con sus manos flácidas el embozo de las sabanas, un gesto que tienen todos los agonizantes y que anuncia la llegada del próximo final. La sombra del pathos aletea en torno a la trama de esta novela de dolor. Las estrellas callan. La naturaleza se desentiende. Pobre del que se muere. Los deudos no quieren saber nada y las lágrimas de la viuda son siempre aparentes. La viuda rica que con un ojo llora y con otra repica que decía Clarín. Abandono. Infelicidad infidelidad. Fatalismo. Hay observaciones terriblemente proféticas en las que se constata la idiosincrasia de un enfermo terminal a los 45 años. El caso de Ivan Illich agonizante se sigue repitiendo a diario en todos los hospitales del mundo. Se da cuenta de que la mujer a la que ha amado es un ser extraño. Un fantasma.

 

Hay una idea que salta en esta powesti (narración corta) y que se repetirá como en una caja de resonancia en otras composiciones tolstoianas. Hay una idea que flota sobre el relato pleno de una amargura misógina. Muy sencillo y paradójico. La mujer que da la vida es también símbolo de la muerte. La ardid del diablo y la mujer forma parte del gran diseño diabólico que interviene también en la realización de la Historia. Según Tolstoi, en Eva subyace una voluntad diabólica, un elemento separador, cizañero que aleja al hombre del proyecto de su felicidad- y esto es lo que significa diabolos en griego: el interpuesto. Tolstoi estudió esta lengua durante varios años para obtener un acceso mas profundo al conocimiento de los evangelios y luego a dominar tanto el griego clásico como el coiné perfectamente y solía repetir que todos los cristianos debían de conocer esta lengua de la que dimana la guía de fuentes del cristianismo. Los caracteres femeninos que traza siguen el patrón del NT.

 

Y para él la mujer es mitad my mitad un amasijo de gracia y de pecado. Los desterrados hijos de Eva estamos condenados a arrastrar el peso de la culpa. En un cuento que titula El Diablo (chiort) un barin acaba matando a tiros a una campesina. Y en el Padre Sergio, otro cuento maravilloso, basado en la vida de san Hilarión el eremita que reza y aguarda a la muerte en su snik o cueva de eremitas, se le aparece Satanás en forma de mujer. Si tu ojo te escandaliza arráncatelo etc. El siervo de dios sigue al pie de la letra la norma evangélica pero –la historia ofrece a consideración la preeminencia del mal, un arduo problema metafísico- a pesar de haberse yugulado la mano con un destral sucumbe a la tentación. Ese es el tenor de la historia, muy pesimista, de este autor nada espiritualista. Y por consecuencia de una gran modernidad positivista: el hombre es pura fisiología, el amor una cuestión de combinaciones químicas y no hay nada al otro lado de la cerca. Eso lo dice un literato que escribió una novela tan importante como es Resurrección. No se estaba refiriendo a la de Cristo, claro está sino a la de las plantas. Contradicciones señeras del alma rusa.

 

18/04/2007

 

MÁRTIRES DOMINICOS ASTURIANOS DE LAS CALDAS DE BESAYA (I)

 

 

 

Hacía muchos años que no volvía a este idílico lugar entre montañas que recuerda a Covadonga por lo escarpado, nemoroso, un sitio especial donde se siente ese fluir soterraño de la gracia.

 

A decir de Tertuliano la sangre de los mártires es semilla de cristianos.

 

Lo que pasa es que esta reviviscencia, ese brotar del fruto pastoral no se ve por ninguna parte. Sin embargo, ahí creo que está oculto. El bien va por debajo sin meter bulla en tanto que la maldad tan escandalosa tira por la parte de arriba. Los padres del Desierto nos hablan de una iglesia exotérica (exterior) y otra esotérica (interior) cuando tratan de explicar el misterio del Cuerpo Místico.

 

Yo conocí este lugar que fue el gran noviciado de la orden de Sto. Domingo con más de doscientos aspirantes y hoy no queda ninguno.

 

El centro situado en un sitio espectacular ha sido convertido en residencia de disminuidos psíquicos. La Iglesia se ensimisma y el fasto y la gloria de otras épocas han sido desplazados por la caridad según la regla de oro de una religión que se centra en la caridad.

 

 Ama et fac quod vis” (ama y ve a tu aire) decía sin Agustín glosando a san Pablo que advertía que sin caridad nuestra fe no nos sirve de nada.

 

Sin embargo en este hermoso enclave se detecta el carisma de los que dieron con su sangre testimonio de Cristo durante la pasada guerra civil. La mayor parte eran asturianos.

 

Perecieron después de ser lanzados al agua con un lastre en la Bahía de Santander o asesinados a bordo del barco prisión Cabo Quilates. Dos de ellos eran muy jóvenes y los demás religiosos veteranos.

 

Fueron beatificados en 2007 por Benedicto XVI al cabo de una largo proceso en el que el postulador de la causa demostró que fueron martirizados “in odium fidei” por el mero hecho de ser frailes.

 

El P. Felipe Castro expuso en un brillante obra la trayectoria de estos diez dominicos oriundos de Navelgas, Sama, San Martin del Rey Aurelio, Corias, la Felguera, Oviedo. Con su ejemplo estos valientes demostraron que el amor derrota al odio por encima de los prejuicios políticos o las actitudes revanchistas.

 

Fray Enrique Izquierdo Palacios (Oviedo 1890) bautizado en la iglesia de San Isidoro, hacía el undécimo lugar de un matrimonio de trece hijos. El padre era menestral de carpintería, aprendió a leer en las escuelas del Fontán. Se hizo monaguillo de la parroquia de san Isidoro y a los doce años ingresó en el seminario diocesano ovetense. La muerte de un hermano también seminarista le hizo replantearse su vocación y vistió el hábito blanco y negro dominico en la localidad gallega de Padrón.

 

Profesó en 1905, es destinado al convento de Corias cerca de Cangas de Narcea fundado por los benedictinos pero traspasado a la orden dominicana la cual incoa su restauración.

 

Es ordenado presbítero en 1914.

 

Se convierte conventual tras sus estudios teológicos en Salamanca en Corias y Navelgas.

 

La guerra civil le sorprende en Caldas de Besaya donde era instructor en el aspirantado. El 22 de diciembre llega a las Caldas una camioneta integrada por mineros palentinos que detienen a los religiosos y los llevan a declarar. Se trata de “formalidades de mero trámite” ▬ dijo el mandamás, una mujer de Barruelo les había alertado de que había carcas en la casa ▬. Esa misma madrugada fue con otros compañeros arrojado al mar.

 

El P. Enrique Cañal Gómez natural de Cangas de Narcea 20 de marzo de 1869 su padre era zapatero y su madre una piadosa mujer en cuya casa se rezaba cada noche el rosario, muere y y su padre vuelve a contraer matrimonio. Enrique Cañal y su hermano Segundo salen de casa y se van dominicos. Enrique va a pasar la mayor parte de su vida profesional en el convento santanderino de Besaya. Daba misiones en Torrelavega, Comillas y Santillana del Mar para entrar luego como maestro de novicios en el convento de Segovia. Fray Ángel del Cura su biógrafo dijo que Cañal dejó un huella profunda en la espiritualidad segoviana. San Pablo de Valladolid y el Cristo del Olivar en Madrid fueron otros de sus destinos. Se encontraba en Las Caldas impartiendo unos ejercicios espirituales aquella fatídica noche del 22 de diciembre cuando las turbas asaltaron el convento. Les tocó con sus compañeros la lotería del cielo.

 

Otro de los asturianos cuyo nombre fue registrado en la lista de los bienaventurados por el papa alemán fue Miguel Rodríguez González (Pola Lena 1892);  los amigos le llamaban Miguelín y ya desde muy joven sintió inclinación a la vida del claustro. Fue ordenado sacerdote el 6 de agosto Día de San Salvador patrón de Oviedo en los Dominicos de esta ciudad. Ejercería su apostolado en Vergara, Ciaño, Langreo, Navelgas. Desde 1931 hasta su muerte permaneció como ecónomo de la comunidad de las Caldas. Impartía clases de historia religión y urbanidad. De trato muy afable. De acuerdo con unas declaraciones a posteriori del comisario Neila en Méjico que a la sazón mandaba la checa de Puerto Chico la presencia de ánimo y mansedumbre con que acogió los malos tratos y blasfemias de sus esbirros sorprendía a los propios carceleros que lo llevaban al suplicio las manos atadas a la espalda. 

 

 

FIEL DE FECHOS QUE VENGA EL CRONISTA MUNCIPAL PORQUE ESTO NO HAY QUIEN LO ARREGLE. VUELVEN LAS CÁBILAS MORUNAS

 

 

 

Almotacén es el que compulsa y cuadra las fanegas del celemín viejas palabras que engulle el leviatán de la política. Fiel de fechos, portazgos, almotacenazgos en el reino de León donde la sangre es más espesa que en ningún otro reino de España era el cronista municipal, el que levantaba acta. Han borrado las veredas y no hay carriles, explicaciones a todo pasto. Los de la tertulia se desgañitan y hacen caja en sus lamentos del julianismo entreguista y el romance de la España perdida. Pero que no se preocupen les correrán a gorrazos.  se percibe el ruido de sables ya rechinan por la Diagonal las cadenas de los tanques. Cenarán esta noche de mi cayada. La están liando parda y se los está merendando la loba parda. Haremos de sus orejas pendientes para que luzcan las damas y los dientes para vihuelas que tañan nuestros juglares al alba.

 

 

 

 

 

VOLADURA DE SPANDAU

 

 

Todo está a punto para la voladura de la cárcel de Spandau dónde yace en confinamiento solitario el preso más caro y mejor vigilado del mundo. Un nonagenario Rudolf Hess. Está a preparado el ataúd las velas el coche fúnebre para cuando exhale el postrer aliento llevárselo lejos de Berlín y también está lista la dinamita en las bodegas del edificio y las excavadoras en los patios donde ya no quedan presos. Esperan los guardias a godo fuma el alcaide su último cigarro en espera de que fallezca. Es la decoración suprema para una obra de Ionesco. Teatro del absurdo.

 

El fantasma de Fran Kafka deambula de incógnito por los pasillos. También dicen haber visto a drácula y a su esposa Némesis diosa de la venganza. Cuando el capitoste nazi la espiche no quedará ni rastro. Sólo la muerte libertará Hess de cadena perpetua. Sus cenizas serán esparcidas por el viento aguas arriba del Spree. Que nadie lo venere. Que no nos vengan a nostgros con urnas. Odio africano venganza judía. Doce hombrees sin piedad y el yo acuso. El penal una vez enterado de incógnito y posiblemente de madrugada en un lugar que no ha trascendido saltará por los aires. De lo que se trata es de borrar la memoria. Que no queden altares para las conmemoraciones las misas y los sacrificios. En Spandau no se creyó nunca en Cristo sino en el talión inmisericorde.

 

Han pasado 23 años desde que yo esto digo y hoy día de santo mártir que ya no se conmemora sino la fiesta de los maricas una mina israelí se ha llevado por delante a seis soldados españoles en el Líbano no hay protestas la censura borra – es la protervia del sanedrín que me acaba de condenar al silencio estaban el cara de oropéndola y el cara de cojugada israelí que dijeron sea reo y no publique- moral de venganza de todos los calibres. Me han amenazado me persiguen pero yo quiero sobrevivir recordando a Hess que se tiró en paracaídas en especial misión secreta o alta traición sabía muchas cosas y en este mundo no conviene saber demasiado. Dice el times que el bastión el ultimo bastión de la memoria del nazismo será destruido en 48 horas y tan pronto como los facultativos expidan el certificado de defunción firmado por médicos de las cuatro autoridades de ocupación francés inglés americano y rudo será la hora de las grúas y de la piqueta de demolición.

 

No quedará piedra sobre piedra. Contumacia bíblica. ¿No hay perdón? No. Por eso mismo, Verumtamen, te vigilan y la de los estropajos y la mopa que manda que una ministra mete las narices y sus inmundos dedos en tus cajones. De lo que se trata es de evitar el mito. Que no haya reliquias ni estampas ni fotografías ni huesos santos. Incineración piden los de la mentira del horno crematorio. Un hush up general. Silencio. Se te vigila. Hemos impuesto el carpetazo. Que pasó entre Hess y Churchill eso lo saben solo los ingleses y lo tienen todo muy calladito.

 

En boca cerrada no entran moscas pues eso. Londres y la Urss se opusieron a todo conto de clemencia. Capturado en Escocia en 1942 este alemán de los ojos azules y mirada fija se ha pasado casi toda la vida a la sombra. Toda su persona es materia reservada y para los ingleses un autentico secreto de estado. El edecán del Ferrer se llevará todos sus secretos a la tumba sin haber obtenida misericordia de los contumaces británicos que han echado toda la carne en el asador de la perfidia de Albión.

 

Apresado en 1941 después de tirarse en paracaídas cerca de aborden lleva en confinamiento solitario desde 1945. Vio subir al cadalso a algunos de sus colegas: Himmler, Goebbels, Doenitz, von Pappen Goering, y otros prebostes del reich condenados a la horca en los procesos de Nuremberg. Todo es como una pesadilla como una historia tétrica un aviso a navegantes que me hace entender muchos por qué de mi vida que ahora no me explico. Fue también el prisionero más caro del mundo. You are being watched se te vigila esa es la moraleja que saco de esta historia de hace casi un cuarto de siglos.

 

No se puede oponer uno a esa fuerza de incongruencia formidable. Se paga o con la muerte o con el ostracismo. No se ha pasado el síndrome tras los múltiples procesos de desnazificación desratización y de democracia al trágala estos judeocracia de los cazanazis como revive el diablo merodeador de cazafantasmas. ¿Qué crimen pudo cometer este hombre para padecer tanto? Me pregunto pero no hay respuesta hoy hay palabras vedadas o impolíticas y temas de los que no se habla pero que son capitales para la historia de la humanidad que nunca podrá construirse sobre el tinglado de una patraña una mentira un millón de veces repetida que se ha convertido en verdad.

 

El cara de cojugada el hispido columnista que vigila la parva ha lanzado el mensaje y yo he tenido que hacer mutis otra vez. Dejemos que solo escriba y únicamente publique aquí don cesar Vidal y que don Ismael vea masones por todas partes pero estos son mucho más peligrosos enemigos que los masones odian mi patria ay amigo preponderan mataron con cristo pero no pudieron con Él sí pudieron con el edecán nacional socialista, que renunció a la tableta de cianuro. Siempre dio la impresión de hombre frágil con aquellos ojos potentes que recordaban a los del actor norteamericano Montgomery Cliff.

 

Hess desde hacía ocho años estamos en 1984 era el único inquilino de este enorme fortín prusiano con más de doscientas dependencias convidado de piedra del horror al pasado y el más caro penitenciado del mundo pues para su tenencia en guardia había que habilitar toda una institución. Está enfermo y medio ciego y vigilado por todo un regimentó de soldados y bajo vigilancia electrónica su escapada hubiera sido un hecho contra natura. El prisionero es vigilado día y noche a través del ojo de buey donde a cada hora hace la ronda una centinela. Hay un perímetro de seguridad consiente en un muro de siete metros y una alambrada que llevan cables de alta tensión de más de dos mil voltios. Es como para preguntarle a Herr Hess qué es lo que piensa de los derechos humanos.

 

Su custodia les sale a las potencias vencedoras por un ojo de la cara. Treinta y cinco millones de dólares p.a. dicen sus vigías que se pasa la mayor parte del día leyendo. Su esposa Ilse y su hijo Wolf le van a ver una vez al mes pero a través de un locutorio con cristales blindados. Tampoco ha lugar el vis a vis. Con los suyos tiene que hablar por telefóno pues la mampara de separación no permite ser atravesada por la voz humana. No es un nombre no es más que un nombre lo que queda de un mito. Su hijo Wolf es acusado de encabezar movimientos neonazis peticionarios de su liberación o la suavización de la condena.

 

Pero todas esas tentativas cayeron en saco roto. Hess no existe para los activistas de amnistía Internacional. No hay amnistía ni remisión posible para un criminal de guerra repiten a coro los británicos y los rusos que es el único punto en que parecen de acuerdo. La culpa excede al perdón. Pero el prisionero de Zenda se haya convertido en Alemania en un mito rodante que puede abrir brechas no cerradas del pasado. Tengo medo. En Spandau hay 670 celdas todas vacías menos la suya. Varios centinelas de los destacamentos de los ejércitos de las potencias vencedoras se suicidaron pues no podían padecer el tormento de ver sufrir a este anciano arrojándose al vacío desde la almena del castillo al foso.

 

Por sus ámbitos se pasean los fantasmas y las almas en pena de los treinta millones de seres humanos que perecieron en la conflagración universal y dicen por qué su grito es una tortura terrible.

 

A los dos meses del fallecimiento del lugarteniente de Hitler la cárcel fue volada y de la misma no quedó piedra sobre piedra. Fue una venganza bíblica verdaderamente y ya aquel viernes de agosto de 1984 el gobierno de Felipe González hablaba de negociaciones con ETA. Eran los prolegómenos de un nuevo orden que padecemos una tiranía contra la que no caben protestas. Ellos son fuertes pero son pocos y tienen miedo por eso manejan a las masas con tanta habilidad. Han borrado la memoria. La historia la escriben los vencedores.

 

 

 

26/06/07 4:12:22

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CONTROLAR LA BICHA, PARAR EL OSO

  

 

 

Antonio Parra

 

Un entrañable amigo y compañero, Donato León –Tierno, gran periodista y director de la agencia Pyresa, hacía alusión cierta vez a una frase atribuida a José Solís ministro de Trabajo franquista conocido por su simpatía. Su profilaxis maxilar pues tenía la dentadura perfecta y bien encajada del teclado de un armonio era de anuncio dentífrico. Su sonrisa a lo Carlo Ponti al cual un poco se parecía fue la sonrisa del Régimen y era el único que hacía reír al caudillo con quien el ministro se permitía ciertas confianzas como cuando, titular de la cartera de Educación,- también el turno de grupos "salen los de Arrese, entran los de Solís" fue emblemático del ansias de pacificación entre los españoles y ganas de hacerlo bien- se atrevió a decirle a Franco:

 

Excelencia no sé para que vale el latín.

 

 

Él le miró de hito en hito y le espetó:

 

¿Y tú de donde eres Pepe?

 

De Cabra, señor

 

Pues entonces vale para que te digan egabrense y no te llamen cabrón. Cuestión de topónimos.

 

 

En uno de aquellos inesperados reajustes ministeriales tan esporádicos como impredecibles fue cuando se pronunció don José Solís Ruiz en una entrevista por los micrófonos. El país estaba crispado y había enfrentamientos a tutiplé. Broncas e insultos por nada. Pero lo peor de la situación no es la crispación per se, sino los crispadotes, los que parece que se han comido un tigre y no se desayunan con café con leche, mas con cicuta así se los pone la cara de bilis y los peores son aquellos que andan por la vida como si nunca hubieran roto un plato, no levantan la voz, nunca han hecho nada, nunca dijeron nada, chismosas y chismosos de todo hay en la viña del señor. Fue el Ministro de Trabajo y calándose las antiparras y el fonendoscopio y tomó el pulso al país.

 

Habrá que parar la bicha, domar el oso.

 

 

Solís era un buen corredor de fondo y sabía de la visceralidad nacional – y aquí los peores no fueron siempre los explosivos y los que pegan un taconazo sino los mansos, los bueyes duendos los que navajean con una sonrisa e invocan siempre la constitución, la legalidad, la solidaridad. Y solidarízate que algo queda. La hiel de estos cetrinos es la que desemboca en las grandes tragedias nacionales: guerras civiles tuvimos tres en siglo y medio y nos cargamos a cinco presidentes de gobierno. Uno saltó por los aires.

 

Es lamentable que un pueblo tan bien dotado para otras actividades como la música, la pintura, la artesanía o la literatura tenga tan serias dificultades para una sana convivencia en libertad. Los desafueros de la pasada campaña electoral lo han demostrado.

 

En nuestros genes prende con inusitado vigor el salpullido de la envidia. Hay frases de este acervo como "no sabe con quien está usted hablando", · "mala leche" "vaya un pájaro", "a la salida te espero " "tomar café en Peñalba". O "ya ves" que se han convertido en tópicos y que son intraducibles a otros idiomas. Joaquín Costa, todo es cuestión de escuelas, hogar y despensa, lo atribuía a un factor: la estulticia. La ignorancia y el resquemor hacen que algunos vayan por la existencia con la escopeta cargada.

 

Todo es cuestión de escuelas como argumentaba Joaquín Costa para el que el problema de España no era otra cosa que el fanatismo, la mala fe el revanchismo, las actitudes preconcebidas. ¿Quiere esto decir que sin todos esos elementos negativos se podría haber evitado nuestros conflictos armados, nuestras asonadas, nuestros pucherazos, nuestras semanas trágicas? No lo sé pero aquí el guerra civilismo es uno de los dos cañones recortados de la escopeta nacional. El otro es la fatuidad de los cretinos que por otra parte serían perfectamente fusilables, y con un 635 además. El que llevaban las señoritas de Hollywood y las espías de la Gestapo.

 

-Oiga no me venga usted con esas destemplanzas que no tengo el cuerpo de gaitas; que a mí me fusilaron a mi padre.

 

-Algo haría. Además a su merced le cupo el honor de escribir un libro y nos vino usted a dar la murga con el "yo vengo a hablar aquí de mi libro". Usted es un intelectual orgánico. Primero con los unos y luego con los otros. Sabe cambiar de chaqueta con celeridad. Husmea a todas horas de que parte sopla el viento de la historia.

 

Sí per a mi padre lo fusilaron.

 

Si era tan insultón y tan vil como vuesa merced no me extraña que lo dieran mulé.

 

 

Quizás sea más lo que unos une que lo que nos separa pero lo que nos separa es bastante y ahora hay algunos – de la derecha achicorizada Sarkozy el modelo y la marca de la casa – que se dedican a cavar nuevas zanjas y nos regalan caramelos tan envenenados como la unidad de España. En el fondo don Cesar Vidal con la ayuda de mi vecino mi padre mató un cochino es un ácrata como lo fuera el Dragó auriga en la diligencia de doña Espe. Utiliza un lenguaje viejo de pelucas empolvadas que huele a olla podrida, cuartos de realquilado con derecho a cocina y tener que romper la hucha de los chicos para llegar a fin de mes y por ultimo – pues estas situaciones de injusticia social desembocan aquí siempre en lo mismo- huele a cárcel, a palabras en el muro, a pólvora, a fosa común, a trinchera y a polvo de Brunete. Remember Brunete. Se van a cumplir setenta años. Lean mi libro. Yo he venido aquí a hablar de mi libro.

 

Hay que contenerlos. Habrá que parar la bicha. Domar el oso. Mientras estos fulanos anden en el machito, uno nos se puede permitir el lujo de la torre de marfil. Volvamos al frente. A la primera línea de fuego de las ideas no de las balas claro está. Aunque a este paso puede que terminemos en ello. No será por nuestro gusto pero si esos se empeñan...

 

Usted está loco

 

Es precisamente de lo que me acusan. Que más quisieran. Ahora es cuando más hace falta un periodista independiente pues la experiencia me dicen que hay guerras que se han evitado por un buen artículo o se han declarado.

 

Muy incendiario viene vuestra merced esta tarde, don Ejusmodi. ¿No había dimitido?

 

Un escritor no dimite nunca y sólo la muerte lo jubila.

 

 

Pero Donato León Tierno razón llevabas. Hay que parar la bicha, contener el oso. Los dos bandos vuelven a atizarse y así se explica la soledad o el missing del Rey que parece que está ausente y como ido. Es que aquí hay que hacer muchos juegos malabares. Tocar algún que otro palillo. El Rey es nuestro mejor embajador y se ha labrado a pulso un buen prestigio en el extranjero. Dentro, no tanto. La monarquía un mal menor ¿Imprescindible? Franco lo dejó todo atado y bien atado teniendo en cuenta los vicios ocultos de nuestra casa común que a veces parece un edificio inteligente. Otras es un torreón medieval de pasillos muy largos y con mucha oscuridad por donde corren unas corrientes gélidas de aquí te espero que paralicen el cuerpo pero así es el viento de la historia.

 

El Aquilón desestabilizador sopla con furia por estos solares. Otras parece España un tendejón a teja vana lleno de frías corrientes y con gotera. Nos gusta romper el juguete y a veces romperle la crisma al prójimo. Nos encanta la clastomanía. Somos un pueblo volátil de material algo clástico. A vueltas con el no-te-jode y luego con el nos-ha-jodido. A ver qué va a pasar aquí cuando antes no pasaba nada. Escopeta nacional. Parar la bicha, domar al oso. Y entran los de Solís, salen los de Arrese y aquí paz y después gloria. ¡Ya quisiéramos! Pero no aquí solo se mientan las reglas del juego cuando a nosotros nos da la gana. Si no rompemos la baraja. Hay que escribir. Hay que escribir. No queda otro remedio.(6782)

pulcharaque templa. Hoc tamen egregiis arte prius (Abundan por lo general en España los templos sagrados más hermosos del mundo pero este de León aventaja a todos); por este letrero llamamos la pulcra leonina a la catedral de León.

 

Siempre que voy a León me pierdo por su torreado recinto a la sombra de los palacios de los Guzmanes y de los Luna. Puerta de Cores abierta en el 907 y junto a ellas otras siete más que se llamaban la del Burgo, Santa Ana, la de San Marcial, Fajeras. Rúas y tabernas donde se escancia buen vino y se come mejor botillo y dicen los asturianos que pué más el guello que el butiello y es lo que me pasaba a mí en aquellos altos cerca de la Virgen del Camino. Que no cruzaba el Pajares, y no pasaba de la Robla, cuando iba a ver a la novia que se me murió.

 

Este verano, si Dios quiere, haré con los debidos permisos y bulas otorgadas otra de aquellas peregrinaciones de hace cuarenta años. Rezaré a la Virgen Blanca, gótica, a la que le inunda la hermosa cara la luz que de atardecido entra por el rosetón, calidoscopio de colores y luego me prosternaré ante la Virgen Negra de Arbás, románica, – si no nos la han robado los piratas de las obras de arte de nuestro patrimonio- y luego iré a Avilés y en la Carriona depositaré un ramo de guirnaldas ante la tumba de Demetria y, con las mismas, pa Langreo, a la cuenca minera. Que allí está la sepultura donde me aguarda y duerme el último sueño mi Demetria, mi ex amada, dulcinea del Sotrondio. Caminante no hay camino se hace camino al andar. "Con mi quiñón de León di a España mi mejor blasón". Los que vapulean a discreción a este legionense, José Luis Rodríguez Zapatero, víctima de los gusanos goebbelsianos, de los rencorosos, los envidiosos, de los injustos que van de buenos por la vida, que a mí me parece un español de pro no sólo cometen ligereza de villanos cobardicas sino que no saben de la misa a la media de la historia de España.

 

Por estos ignorantes vesánicos y fanáticos siempre somos aquí inclinados a tropezar en la misma piedra a cometer los errores del pasado. ¡Oh María mujer de luz yo te amé! ¿Y ahora por donde andarás? Virgen Santa del Camino, sé mi escudo y protección contra tan mala baba, tanta hiel.

 

 

 

21/05/2007

 

 

 

(I)

 

 



POR EL CAMINO DE SANTIAGO O A PERRO VIEJO NO HAY TUSTUS PERO AUN VALEMOS ALGO

 

 

 

 

 

Antonio Parra

 

 

 

Con el Calixtino por libro de cabecera, guía y vademécum de peregrinaciones, un legajo del siglo XII escrito por un tal Américo Picaud, un gabacho que ya nos pone de vuelta y media a los españoles esgrimiendo los antecedentes que esboza la picaresca sobre buen pueblo pero mala gente que dijo el otro cuando se topó con los muros de Benavente (escopeta nacional y España sin españoles sería el paraíso terrenal), mi amigo don Xanti y yo nos hemos echado a los caminos, bordón en la diestra, nuestras recias botas, nuestros buenos peales, buenos propósitos y mejores resoluciones en el alma que pecadores fuimos y pecadores somos. El vino que no falte. Y el breviario de antes de la nueva reforma también iba en la mochila. Para espantar el diablo que no deja de enredar incluso en las soledades cantábamos en latín los maitines y laúdes a la aurora con el preciso himno monacal de "Iam lucis", la tercia antes de la siesta, vísperas con el primer rayo del crepúsculo y completas al entrelubricán somnoliento. Nos lo pasamos bomba. Damos grandes rodeos al pisar las ciudades pero los viejos lugares de la Transcantábrica posábamos en veneración. Esquivábamos las carreteras y los farolillos rojos de los puticlubs que animan las cálidas noches agosteñas, cabe el arcén de las autovías, los apartábamos con un vade retro. A estas edades no es para que te den una medalla de condecoración si no te llama la atención la jodienda. A perro viejo no hay tustús. ¡Oh pecadores de la nueva Babilonia!

 

En una localidad del camino cantamos la Passio a dúo al pie de un Santo Cristo milagroso y lo hicimos con tanta unción, mi buen Xantipa de grave y yo atacando los agudos del cronista que narra los acontecimientos en la noche del Jueves Santo, un diácono ruso se nos agregó y bordaba los bajos del repertorio de Palestrina, que el cura y algunas beatas nos invitaron a chocolates con churros. Grande es nuestra fe y grande es España por más que me pongan como un trapo.

 

-Eso no tiene enmienda. A otra cosa mariposa.

 

Y dijo el Marquillos de Obregón y es a lo que iba pues no puedo desenredar ese enredijo de misterio que me hace tirarme al monte, claro, o buscar el refugio de las tabernas, pues la frase forma parte del laberinto en el que estamos inmersos:

Si eres por ventura español donde quiera que llegues has de ser mal recibido aunque te pongan buena cara. Que aquesa ventaja hacemos a los nacionales del mundo ser aborrecidos de todos; cuya sea la culpa yo no lo sé.

Ni yo tampoco pero vengo empapado del rocío de las veredas, con la música de algún malvís entre las orejas, el rumor del agua cerca de las cárcavas, la visión edénica de los gollizos y cuchillares, restos de antiguos glaciares que alfombran la manta de los montes de la Robla, el silencio edénico de los castañares ocultos entre las sierras, los cristos rotos y las imágenes venerandas de santos arrumbados que esperan en las iglesias cerradas a cal y canto, el tañer del cimbelillo en las ermitas del monte que a veces nos parecían tocar solas y nos parecía milagro no sé por qué, el donaire de algunas mesoneras que no niegan una sonrisa y un vaso de agua al peregrino, la borrina de los puertos, suspiros de tul en el paisaje de encaje, o el sonido isócrono de las olas sobre la mar de Vegadeo. O los ecos del canto de una salve al atardecer en alguna aldea perdida del Bierzo. O la armonía de la catedral de Santiago que dicen que el que llega allí por primera vez se transforma; si está triste se alegra y, si enfermo, cura de toditas todas, y si nervioso le penetra en el alma una calma infinita que trastoca el hervor diabólico, el tráfago luciferino de la ciudad hediendo a azufre y a exhausto de tubo de escape. Transpuesto el monte de Gozo, es cosa digna de mención que parece que se te alegran los pies y dejan de protestar como en algún tranco de la ruta en que estuvimos a punto de tirar la toalla. Gracias al vino que es sangre de Cristo y la fe. Toda esa belleza y dolor que trajo al mundo el cristianismo y que para mí sigue siendo la religión alegre y verdadera diga lo que diga don Haro Tecglén. Tachín tachén. Áteme esa mosca por el raro. Y luego en la catedral compostelana estaban los paneles que mezclan el cielo con la tierra del Pórtico de la Gloria. La perfecta caja acústica de la ortofonía con que fueran diseñadas las bóvedas. El canto llano que ensalza con salmos acompañantes el movimiento pendular del botafumeiro. Los miembros cansados, el rostro contento.

 

¿Habremos conseguido la gran perdonanza? No lo sé ni tampoco me importa mucho. Se hace camino al andar y es más importante Hemos ido por las ranuras de la puerta estrecha pero aquí hemos vuelto con nuevos bríos y con fuerzas de refresco.

 

No hay no puede haberlo país más bello en la tierra. En mi zurrón, yo hubiera querido meter en mi zurrón de peregrino tanta hermosura. No me cabía tanto amor en las alforjas. Al volver de Compostela regresaba ligerito y casi repartiendo besos.

 

-Oye a ver qué hacemos.

 

-Vamos de correría.

 

-¿De correría sin la guardia civil?

 

-De romeros camino de Compostela. A misa no voy porque estoy cojo pero a la taberna poquito a poco.

 

-Alguna vez habrá que compaginar la religión y la diversión y con esa idea fija en la mente hicimos la salva de los andantes. Una hogaza de pan tierno, algunos torreznos y tajadillas de la olla que saben a gloria en pleno campo y algún que otro laustibideo con un par de besos al jarro. Y de hoy en un año que el Dios nos conserve en paz y buenos

 

-Qui multo peregrinanntur paulo minus santificantur (mucho peregrinar y santificarse poco.

 

-Eso es el del Kempis. Imitación de Cristo. Pero aquel monje flamenco dice que luego se suicidó o que murió mal y por eso no lo canonizaron aunque gracias a su libro- admirable poder de la literatura que una cosa es predicar y otra dar trigo- canonizaron a muchos. Ya ve usted lo que son las cosas. Ese librillo es una fábrica de santos aunque con un poco de oscurantismo, un si es no es misoneísta y sobre todo quietista. Hoy si viviera el anónimo autor lo escribiría de otra forma. En la actualidad los émulos del evangelista actúan de otra forma pero se sigue el modelo copiando. Cristo alfa y omega hoy ayer y siempre. Y lo demuestra el hecho de que siga habiendo tantos crucificados y tantos crucifijos incluso en el canalillo del tetamen de Prosperina. Las nuevas chulas se colocan el símbolo al pecho que no saben lo que es pero que en el fondo las debe de proteger en medio de la hoguera de sus vanidades. Que les sienta como un tiro a tanta paganía.

 

-Cruz al revés.

 

-No creo que llegue a tanto. Es la puñetera coquetería. Ya sabe usted que si tres son los peligros del alma mundo, demonio y carne, las mujeres agregan otro que las pierde: el buen parecer. Pero yo quería volver a la Imitación pues de niño lo repasé cien veces.

 

-No me vaya usía a salir con toda una teología de la peregrinación que ya sabemos por donde va y los sabuesos de la información o de la inquisición andan peinando las Web en pesquisas de sospecha y si con barbas san Antón y si no la Purísima Concepción. Hechos. Y nada de dichos. Facta non verba que dijo el clásico. Cíñase a la banda.

 

Pues eso mismo. Salimos don Xanti y yo- su nombre de pila es Xantipa- un hermoso día de la transfiguración después de llevarle laureles a san Salvador cuya talla se venera desde hace siglos en un rincón junto a uno de las responsiones del lado de la epístola en la catedral ovetense. Allí es un día grande el 6 de Agosto y cumplimos la promesa del viejo rito de llevar el ramo y colocarlo a los pies de la imagen en la peana. El que a Santiago va y no visita San Salvador por honrar al siervo se olvida del Señor. Y tanto.

 

Por eso, muchos a Oviedo lo llevamos en el corazón. Es la ciudad de siempre, nuestro "oppidum" anímico, un refrigerio de cortesía y de elegancia, oasis en el desierto intelectual que nos aqueja, punto de fuga, venero de dichas y de desdichas, memorial de recuerdos, unos buenos y otros no tanto. Oviedín del alma, sombra de la aceitera donde don Fermín enfilaba su catalejo, plaza del Fontán y fachada de san Isidoro donde jugaba a la pelota Tigre Juan. El cuerpo podrá salir de tus recintos sagrados pero el alma jamás te abandonará. ¿Oviedo? ¡Presente!

 

A mí me nacieron en Segovia de la misma manera que a Clarín lo parió su madre en Zamora por una casualidad pero es – omnium consensu- que yo me he vuelto pixuetu hasta las cachas y hasta lo dice mi forma de parlar y de expresarme con giros y expresiones de la antigua fabla jovial. Dejamos la Argañosa y el roquedo del Padrún a un lado y a la vera del Nalón río matriz de las Españas con un descansín en Mieres del Camino para yantar dimos vista tras largo trajín a los airosos muros de Santa Cristina de Lena en lo alto de un mogote que fue para los primitivos asturcones monte sagrado al que escoltan rodales de castaños y un buen manto de abedules de copas esquemáticas y tronco albar.

 

Dios debiose de echar siesta en el paraíso antes de venirse a fundar por aquí estas encartaciones donde los horizontes son sublimes, buen refugio para el que venga huyendo del moro, o de la quema y quiera vivir a escondido. El oratorio de Santa Cristina joya embelesada del ramirense reina señero en el horizonte. Es la llave de los puertos.

 

Sacha, nuestro ruso y del que hablaré más adelante hizo la genuflexión prosternada según el rito bizantino ante el altar de la santa. Estaba abierta la ermita y delante del iconostasio, en pié, como mandan los cánones, entonamos el Akathistos el más antiguo himno a la Madre de Dios que se conoce. Como se nos había olvidado el griego a Xanti y a mí que también estuvo conmigo en el seminario de Comillas, lo tarareábamos dejando que el diácono ruso llevase la voz cantante. Respondíamos a la plegaria con el radesti (alégrate) cuando el oficiante concluía una de las veintitantas estrofas. Ora pro nobis.

 

Fue emocionante y como se nos hizo de noche allí mismo en aquel Tabor de veneración de la vieja España cristiana tiramos la boina y acampamos la noche, para, al alba, con el sol ya en las bardas de Campomanes, acometimos la recia subida al Pallares que no es grano de anís.

 

-Antoñito mucho te pesan las arrobas.

 

-Más me pesan mis pesares por mis pecados.

 

-Pero estás aun hecho un recental. Tira palante.

 

El bordón, la capa de límiste o paño de Segovia de color amusto (pardo), el sombrero capón en son de penitencia, la calabaza que yo sustituí por una cantimplora militar que me legara mi pobre padre recuerdo de los campamentos y las maniobras y todos los arreos del peregrinaje debían de ser un curioso espectáculo para los que pasaban por aquellas soledades. Estampa curiosa que no pertenecía al tiempo del ordenata y del móvil.

 

Los pueblos están casi desiertos, las casas deshabitadas. Ya no quedan niños y probinos los viellos no pueden ni tenerse pero alguna abuela salió a la puerta para saludarnos deseándonos buen viaje.

 

-Vayan con Dios

 

-Y que Él a usted la acompañe, hermana.

 

Hace treinta años hubiésemos sido un espectáculo y hubiéramos arrastrado tras nos a una recua de rapaces saliéndonos al camino a pedirnos una estampa o una perra para caramelos.

 

El peligro de los romeros jacobeos eran los canes. Ahora es la velocidad y hay que hacerse a la cuneta no te lleve por delante un treinta ruedas. Algunos camioneros saludaban con deferencia y otros con compasión al vernos vestidos de aquellos capisayos pasados de moda. Una malos pelos y la cara pintada de daifa que por lo que dijo nada amistoso llamándonos cabrones y del pepe por la ventanilla:

 

-Relicarios, tenéis más moral que el Alcoyano.

 

Era una rubia de bote y a mí quedaron ganas de retrucar lo del bueno de Jimmy que ya se sabe rubia de bote el chocho morenote por no caer en su misma falta de decoro y devolverla el corte de manga.

 

-Andididiai.

 

Otro motorista nos hizo el signo cabruno. Por lo visto le irritaba nuestra cruz de palo al pecho, la calabaza, la ristra de veneras y la esclavina penitente. Nosotros respondiendo bien por mal contestábamos con el signo apotrocaico o señal de la cruz que es aval de paz, de reconciliación y de volver la otra mejilla. En fin que parecíamos unas antiguallas en este siglo de vórtices y de telediarios para perder el resuello. Les da corte nuestra presencia. Nos persignamos. El paisaje era de auténtico cuento de hadas. Los pueblos de la derecha reclinados sobre el vértigo de la montaña parecían figurillas de un belén. Tanta hermosura quitaba la respiración.

 

Abandonamos morriñosos Asturias pero respirando a pleno pulmón el aire limpio de las cumbres. Don Xanti que anda un poco frayau con lo del azúcar perdía huelgo en algunos recuestos y hubo que parar varias veces hasta coronar el alto.

 

Arbás, arriba de las revueltas de Pajares, vino a darnos las tardes. Es también un emplazamiento producto de alguna nuncupativo a Júpiter pues los romanos sabían donde alzar sus piedras y prueba de ello es que en todos los lugares elegidos por ellos uno se siente siempre a gusto. Eran los arva o campos. En este emplazamiento mágico y magnífico se establecieron los cistercienses. Era el primer monasterio de las Monas o Nonas, nueve en total que abrían el paso a los límites astures como un cordón de oración y de trabajo. Fue una de las fundaciones más antiguas de los bernardos. El sitio le encantaba a Menéndez y Pidal, oriundo de Pajares, y todos los veranos se perdía por aquí.

 

Pero de estos extremos, así como de otros, sobre qué hacíamos tres sexagenarios locos embarcados en la aventura del Jacobeo así como de quien eran mis misteriosos acompañantes, un cura corito al que le habían quitado las letras dimisorias por darle al cristal y un diacono ruso que no sabemos de donde había salido se lo contaré en la próxima entrega, si Dios me guarda alguna semaneja más, sobre mis andanzas por el camino de Santiago, y si vuesas mercedes me dan gracia y un poquito de su paciencia. Por el momento, vale. De regreso saludo a mis lectores que a buen seguro no me habrán echado de menos pero de algo hay que morir y algo habrá que escribir y más se perdió en Cuba y regresaron cantando. Vueltos a la faena, la verdad es que te añoraba, Madrid, que ya no te quedas sin gente sino más llena a rebosar. Pues antes que te olvide, Virgen de Atocha, se secará la fuente de la alcachofa, que decía Luis Candelas que tampoco vivir muy lejos de la Mariblanca y fue allí donde le apiolaron.

 

Viene usted hoy de una euforia que lo tira.

 

Pues sí la verdad es que no me puedo quejar de la vida. Parezco un buque de guerra dispuesto al combate.

 

Hombre, no creo que esto sea la guerra

 

 

 

 

 

Me estoy temiendo la fecha de 2009 por algo que diré ayuso con motivo de la llegada masiva de las pateras y el libro de las grandes reivindicaciones históricas que algunos dedos malignos abren hacia atrás y con tal de causar el mayor daño, con ánimo de injuria y grave daño moral, y de escupirnos en la sopa. Reivindicarán estos la memoria de Miramamolín y los intelectuales del pesebre se entregarán a la disipación y lucubración inteligente sobre el regreso de la algara. Esto de la alianza de civilizaciones no es más que un pretexto para execrar nuestro pasado y volvernos las mangas del revés. Los moros tuvieron que partir porque, vencidos en el campo de batalla, no quisieron aceptar nuestras reglas. Sencillamente no se adaptaron y picados de su orgullo se mofaron de los usos y costumbres. Han pasado cuatro siglos y seguimos en las mismas.

Fray Hernando de Talavera a raíz de la toma de Granadas fue encargado por los Reyes Católicos de predicarles el Evangelio, tratarles benigno y con tolerancia pero los imanes reían en las propias barbas del arzobispo y confesor de la reina santa o se limpiaban el culo con las páginas de Marcos y Lucas. Total que siguieron aferrados a sus costumbres y practicando el bandolerismo. Tuvo que venir Cisneros, más drástico y puño de hierro en guante de seda pero menos contemporizador, y devolver el ten con ten haciendo con el Alcorán en la plaza pública una almenara. Lo que ha ocurrido el 7J testimonia que por desgracia el islam aunque predique la paz con la boca pequeña en el fondo es una preceptiva de guerra. Alá es grande. Este grito que entona el almuédano todos los días cinco veces desde lo alto del minarete es una convocatoria en verdad a la yihad.

¿Tendrá que volver a meterlos en vereda don Juan de Austria?

Triste realidad que a los españoles ocho siglos de continuo batallar lo refrenda pero aquí no se quiere ver la realidad, nos venden humo y lo compramos a toneladas (ay si el humo gravara) con eso de la alianza de las civilizaciones, todo un invento que les sirve a los hijos del Imperio Dañado de antídoto o de pretexto para reconquistar la promisión mientras que para el Occidente será todo una triaca que acusará sus efectos mortíferos no tardando mucho. Nos dan belladona y la ingerimos por esa boquita como si fuese tila o hierba maría luisa. Hemos metido el enemigo en casa y estamos incubando los virus deletéreos que acabarán con nuestro organismo. Lo de esos chicos paquistaníes del Yorkshire y tan británicos que uno vendía fishandchips corrobora tal presunción. Y aquí cuando las morerías tan populosas como las de Barcelona, Valencia, Madrid o el Viejo Reino de Aragón y nada digamos de Murcia porque esta gente no ha venido a ciegas sino guiados por sus consuetas que les han apuntado el papel de vengadores de Boabdil, la emprendan a hostias con ese furor ciego, ese fanatismo que los caracteriza, veremos grandes motines y convulsiones interétnicas. La secuencia de bombas y atentados terroristas no ha hecho sino comenzar.

-No hay que olvidar tampoco lo que pasa en Yugoslavia.

-Ni en el Bronx.

Esto del melting pot va a causar a nuestros nietos más de un dolor de cabeza. El mestizaje que practicaron los españoles en América, nunca los ingleses ni los alemanes protestantes, fue uno de los regalos del catolicismo a la cristiandad pero está visto y comprobado que sin la cohesión de los lazos religiosos esto de la mezcla de razas es un wishful thinking... la religión y de ahí religare es lo que más ata y vincula al persona pero los españoles nunca estuvimos tan desvinculados.

Me temo que el 1609 se convierta en una gran vendetta contra el rumbo y el perfil de uno de los aspectos más señeros de la historia: el triunfo de la fe evangélica. Vendrán los comisarios y farautes de los poderes oscuros e intentarán transformarla en el watershed de 1492. Al fin y al cabo todos sabemos que moros y judíos en España siempre se en tendieron bajo cuerda y de hecho Rabat es un gran bastión sefardí. Y ambas creencias participan del mismo odio a la Cruz. Por eso dentro de cuatro años nos invadirán los estudios, monografías, simposia y seminarios acerca de la morisma. A Isabel la Católica que es para los castellanos como nuestra reina madre la volverán a poner a caldo y decir que era una guarra. Ya nos conocemos. ¿Quién erigirá y pondrá de nuevo en su sitio el pendón de nuestros mayores? ¿Quién se prosternará ante la cruz alzada? ¿Cuándo resucitará España? La están repoblando de etnias diversas metiendo en la piel de toro gente a mogollón y haciendo un barrido de memoria de cara a 1609. Es la hora de las tinieblas. Aleve y a la agachadiza pues aquí el pueblo no nos enteramos de nada a través de los surcos oscuros menea sus infames albarcas el sembrador de cizaña.

En ese cantoral se conmemora la expulsión de los moriscos por Felipe III. Ayer una alaroza en el autobús, sayas y mantillas, el velo de los pudores sobre la cabeza, yihlah, y móvil último modelo, me miró con odio, un odio viejo africano. Los ojos de esta muchacha no transmitían curiosidad o coquetería femenil sino revancha. A su manera iba pidiendo guerra. Pedía la mano que le quitara tanto refajos. De la misma manera que muchas esas madrileñas del todo destocadas que nos vienen haciendo un calvo desde sus levis que por detrás allá donde la espalda pierde su casto nombre, descubren el canalillo de la rabadilla y por delante los dulces y amenos recovecos que descienden al monte de Venus. ¿Qué metemos al pájaro en el infierno, niña? Oiga se está pasando usted tres pueblos.

Debía de haberse dado cuenta de mi vista pesquisidora anterior porque dicen que la cara es espejo del alma y yo soy incapaz de engañar y mi rostro debió de expresar involuntariamente la sorpresa del contraste. Mientras las españolas van medio desnudas con esos vaqueros ajustados que abrochan muy por bajo la cintura y dejan al aire el glúteo, nos fotografían el canal de la rabadilla allá por donde la espalda pierde su honesto nombre, insinuando por delante las montuosidades pilosas de la zona púbica., Las tapadas erre que erre en su numantinismo talar. Son muy suyas estas jarifas.

 

-Parece que las viste una modista enemiga.

 

-Quiá. Estas no van a la moda y gastan poco en ropa.

 

 

La insolencia y el gesto de desafío de la morita a mí me dio que pensar y es para que muchos políticos se llamaran a andana contrasta con la indiferencia y suavidad de nuestras cristianas que salen a la calle prácticamente en taparrabos. Con sus abuelas eso no pasaba. En la Castilla profunda y hasta en Baleares que es más morisca todavía se tapaba a la hembra de los pies a la cabeza.

Mahoma que era un lascivo sabía sin embargo lo que se hacía pues en el juego amoroso loo que se guarda resulta más provocativo que lo que se ofrece al amante. El cristianismo que viene de Roma y de su pasión por el desnudo adora a un Dios crucificado que deja patente bien su humanidad viril velada por un paño de pudores. Toda una lección. Pero nuestros abuelos renunciando a los usos y costumbres quisieron también encerrar a sus mujeres y recatarla y aprendieron la costumbre de los musulmanes de celar la hembra. Y tanto la celamos y guardamos con siete llaves que de ahí nos vino el renombre de celosos Yo he visto ir en mi pueblo ir a misa a las tapadas. Si se encontraban camino de la iglesia con un hombre que no fuese su marido tenían que hacer la vista gorda.

-Ni tanto ni tan calvo.

-Pues sí.

-¿Me permite que le cante una copla de Segovia?

-¡Mientras no estorbe!

 

-Allá va:

Arriba abajo /que a mi novia le he visto el refajo/ abajo arriba que a mi novia le he visto la liga

Es una vieja canción mozárabe como lo era el "Me casó mi madre" donde se capta esa doble moral, ese sentido ambiguo de la gente fronteriza.

Estoy por cantársela a la alaroza en el autobús de Brunete, que de tanto resayo como lleva en el cuerpo va provocativa y a lo mejor me entendería. Además hoy me voy de v vacaciones y me importa todo un cojón de Mahoma. Donde las dan las toman. Sí señor.

 

 

 

SAN ANTON LA GALLINA PON




Pues hasta san Antón pascuas son tiempos comienzan de Epifanía se desmontaban los belenes y en Segovia nos bañábamos en el río Eresma aguas de Purificación frente al convento de los padres jerónimos aquella orden monástica que tan to le gustaba a Felipe II por española el hábito blanco y el escapulario pardo bien señalada la tonsura del cerquillo- me dicen que se ha muerto fray Paja al que retraté en mi "Seminario Vacío", confesor de manga ancha y fraile jerónimo- sonaban las campanas del Parral en honor de san Antonio abad el bendito eremita que se santificó en las cuevas de Siria y la Tebaida ay Dios por las cristiandades perseguidas hoy murmuro una oración. Creo que no pocos confunden con éste a san Antonio de Lisboa, gran taumaturgo, el que predicaba a los peces y hablaba con los pajaritos que no le entraban en el sembrado por encargo de su padre cuando su padre se iba a misa y las grullas las garzas mochuelos cigüeñas y becadas desfilaban con las aves domésticas del corral de su casa campesina ay Antonio divino y santo al que cantábamos los pajaritos con las risas de junio pero a san Antón penitente le traía un cuervo amigo un pan en el pico y es por esto que es un santo tan venerado en Madrid por las calendas yanuarias el mes de las lunas intensas y gélidas y el celo fuerte de los gatos que aturden a las vecindades en los tejados del Madrid fundamental con su amoroso mayar. La cola ante las puertas del convento de los escolapios de Hortaleza daba vueltas a la manzana las señoras de cierta edad llevaban a sus mascotas a que les bendijera un cura con el hisopo y junto a la pila del agua bendita yo vi un gran danés de la alzada de una cebra. Todos los periquitos de la capital esta mañana fueron a misa. Vi canarios jilgueros, grullas, garzas, y codornices y conejos papagayos y serpientes. Animalitos de dios. Ya se sabe son tiempos confusos y digo lo que aquel famoso pintor de brocha gorda si con barbas san Antón y si lampiño la purísima concepción

 

 

 

 

 

CRONICA GENERAL: LOOR DE ESPAÑA

 

 

Antonio Parra

 

 

He leído los interesantes y emotivos trabajos de mi vecino de página, Félix Arbolí (cada uno tiene su estilo y su manera de hacer y al que Dios se lo dio san Pedro se la bendiga) y he pensado que para los que sentimos el periodismo y vibramos – a veces demasiado- con la palabra este tiempo y esta Web no pueden ser más interesantes. Gracias, José Luis Navas. Los que nos hemos pasado la vida haciendo un periodismo objetivo y estamos un tanto cansados de atenernos a las tres famosas seis W anglosajonas (who, whom, where. what, why, when) de las escuelas de periodismo nos desquitamos con esta visión personalísima del mundo que debe de llegar con los años y es un poco fruto de la edad provecta.

 

El egotismo se ha instalado en nuestras vidas. Para eso a los viejos reporteros nos han hecho columnistas y columnista, egotista; acaso en igual medida que lo de "traduttore traitore" o traductor traidor de los italianos. Mas, esto de escribir aparte de un acto de reconciliación con el mundo es como rendir culto a nuestro amor de juventud. Las palabras no envejecen de la misma forma que el buen amor no muere jamás. Ahora bien que cada palo aguante su vela. Uno no es nada untuoso, arrastra una visión satírica de la existencia y a veces caigo en la tentación de dar leña. Un resabio del mundo escolástico de mi juventud. Nadie más ardoroso y vehemente que un clérigo cuando se encastilla en una tesis teológica. Pronto llegan los argumentos ad hominem o los palos; y los circunspectos dómines se llaman de todo. A jesuitas y dominicos les he visto yo en Comillas andar a mamporros por una simple coma o la conjunción copulativa de un silogismo.

 

De lo que nadie debe de dudar es de nuestro amor a España, nuestra adscripción plena a la Iglesia y a esa fe que recibimos en la pila bautismal y de nuestra pasión por la verdad o lo que a nosotros nos parece la verdad, caiga quien caiga. ¡Bendito sea Dios! Por mucho que nos desmelenemos el cacúmen, creo que ninguno de nosotros, pobres plumíferos agitados en el egotismo agraz y torcaz, sería capaz de escribir una página tan hermosa y tan limpia como la que extraigo de la crónica general de Alfonso X el Sabio:

"Pues esta España que dezimos, tal como el paraíso de Dios, ca riégase de cinco ríos caudales que son el Ebro, Duero, tajo. Guadalquivir, Guadiana, cada uno dellos tiene entre sí et ell otro grandes montañas; e los valles et los llanos son grandes e anchos, et por la bondad de la tierra et ell humor de los ríos llevan muchos frutos abondados (abundantes)… España es abondada de mieses, deleitosa de fructas, viciosa (llena) de pescados, sabrosa de leche de todas las cosas que della fazen; lana, venados, caza, cubierta de ganados, lozana de caballos, provechosa de mulos, segura et bien bastida de castiellos, holgada de buenos vinos de abundamiento de pan, rica de metales... briosa de sirgo y cuanto se faze dél, dulce de miel y de azúcar, alumbrada de cera, cumplia de óleo, alegre de azafrán. España, sobre todas, es engañosa, atrevida y sobre mucho esforzada en lid, ligera en afán, leal al señor, afincada en estudio, paladina en palabra, cumplida de todo bien. No hay tierra en el mundo que se le asemeje en abundancia, nin se iguale ninguna a ella en fortalezas et pocas ha en el mundo tan grandes como ella. España sobre todas es adelantada en grandeza et más que todas preciada en lealtad. ¡Ay España. No hay lengua ni ingenio que pueda contar tu bien!… Pues este regno tan noble, tan rico, tan honrado, fue derruido et estragado en una arremetida de desavenencia de los de la tierra que tornaron sus espaldas en sí mismos unos contra otros, así como si les faltasen enemigos; et perdieron allí todos, ca todas las ciudades de España fueron presas de los moros et quebrantadas et destruidas a manos de sus enemigos"

 

Poéticas palabras del buen Rey Sabio que nos debieran hacer reflexionar en esta solazada mañana de pascua. Una maravillosa prosa que nos invita a la meditación. Entre nosotros el guerracivilismo como denuncia este texto inigualable y profético es rémora antigua. Yo se lo pasaría por el pico a los lendakaris, ibarreches, a los del bloque BNG, a los separatistas mallorquines, catalanes y valencianos, a los cantonalistas del viva Cartagena este pasaje escrito por un rey que escribió en gallego enxeibre las Cantigas allá por el siglo XIV y se puso manos a la obra en romance cuando quiso anunciar a sus súbditos algo de más monto y sustancia. Considero un privilegio rescatarlo de su descatalogamiento y poder colgarlo aquí. Reflexionen, hermanos. Se nos va la fuerza por la boca. Inmersos en nuestras discusiones bizantinas, el enemigo vuelve a rondar la plaza. Y éste nos divide con fruslerías y disquisiciones inanes sobre si serán galgos o podencos. Importa más que nunca España. El futuro de España. Unámonos. Que la unión hace la fuerza. Un consejo de nuestro gran Rey Sabio.

 

PEREDA SU PEDRO SÁNCHEZ

 

 

 

Lunes, 28 de agosto de 2017

 

 

 

VENGO del monte de Peñacastillo vengo y estoy ya que no me tengo (aire pasiego suave como las brisas de aquella tierra) y después de la hidroterapia en los baños ilustres los mejores de España en las Caldas de Besaya vaya para ellos mi agradecimiento ▬ para Soraya la diligente camarera y su marido Carlos el enfermero, para Rosa y el joven moreno que me ayudó con el equipaje en el ascensor, ▬ me siento como un barco recién carenado. Este balneario de aguas sulfurosas fue famoso entre la nobleza del siglo XIX y era frecuentado por mi ídolo J.M Pereda, Sagasta, Clarín y otros autores. Evoco su memoria.

 

Señores, sepan cuantos adolecen de omecillo y malquerencia contra este pobre pecador, que no estoy para el desguace y para dar mucha guerra.

 

En esta visita a Cantabria al cabo de más de un siglo he oreado mis penas al aire libre en largos paseos por la ribera de las hoces del río Besaya y del río Dobra ▬ estos santanderinos no se privan de nada bautizan a uno de sus ríos que van a parar a la mar de Suances con un nombre ruso que significa bondad ▬ y he releído a José María Pereda autor predilecto de mi adolescencia (leíamos "Peñas Arriba" a dúo y en voz alta otro seminarista de Burgos en un banco del Stella Maris comillense).

 

Los dioses han querido por aquello de "tolle et lege" ▬ hoy es san Agustín de Hipona patrono de los retóricos y todos los que profesan el sacerdocio de la palabra que en este mundo han sido ▬ que me topara con esa maravillosa obra del solitario de Polanco "Pedro Sánchez" novela escrita en 1883 y que parece que nos está advirtiendo a los españoles de los estacazos del parlamentarismo. Seguimos en las mismas en el juego del quítate tú que me pongo yo. Entran los de Arrese y llegan los de Solís. Gritos de libertad y derechos humanos y pan para todos, pero cuando estos mendas que se dedican al politiqueo pisan la alfombra si te he visto no me acuerdo. El caso es vivir al sol que más calienta del erario público.

 

El autor de Sotileza nos habla de la precariedad de las cesantías, de las infames redacciones del Madrid isabelino. Fue periodista de covachuela en el Clarín de la Patria, de la hipocresía, del desamor y los adulterios. Desfilan ante los ojos del lector las corralas, el hambre de la olla podrida y el puchero enfermo. Lo más sórdido de la Villa y Corte descrito al detalle por pluma experta con ese garbo y agilidad que caracterizó a Pereda.

 

Así fueron los tiempos de O´Donell y Espartero que parecen repetirse. Hasta el título nos evoca personajes de hoy: Pedro Sánchez…

 

Don José María parece ser que estampa en las páginas de esta gran novela vivencias personales: la vicalvarada, la revolución del 54 y las algaradas de 1868 cuando la chusma arrastraba por la Puerta del Sol la estatua de la reina Isabel II.

 

Él arrancó adoquines y tiró piedras contra los "polacos" (partido retrogrado). Al correr de los años debió de arrepentirse de aquellas puerilidades y deliquios juveniles meneando su impresionante testa con tristeza (tenía un perfil numismático con sus antiparras, el tupé y la perilla en punta) al paso que decía, desengañado: no es esto, no es esto:

 

"Viví las revoluciones del año 54 y la de 1868. Ésta sería la más radical. "La primera transformó el aspecto de los pueblos mientras la segunda cambió la manera de pensar de los españoles. Se impulsó a la sociedad a salir de los viejos cauces y a emprender otros caminos. Se transformaron las costumbres".

 

Pereda gran escritor y periodista, formó escuela, resucitando la elegancia de la descripción cervantina en los pasajes de su libro, que aparecen impregnados de satírico humor y de melancolía.

 

Al correr de sus páginas el que lee ha la sensación de que orvalla. Llueve ese chirimiri del desencanto que aparece en los escritores astur cantabros y vascos: Clarín, Amós Escalante, Antón el de los Cantares, Palacio Valdés, Pérez de Ayala, J.L de la Reguera, Pío Baroja, Unamuno, y otros muchos más.

 

En el caso suyo estas tristezas se agravaron al perder a su primogénito, que se ahogó en una playa de Suances, a finales del siglo, cuando, aquejado de una fuerte depresión ahorcó la pluma y se encerró en si mismo, para despedirse del mundo. Murió a los 73 años en 1906. Su padre era de Comillas y su madre de Polanco; vivía la familia en casa blasonada con portada y estragal. Era todo lo que se dice un hidalgo y esa nobleza de carácter flota a través de toda su obra que fue tan popular durante las décadas del siglo pasado:

 

"El caudal de la vida humana ▬ nos cuenta al final de su narración ▬ se compone de muy breves goces y muy largas y tediosas pesadumbres y que el ejemplo de mis desengaños le sirvan a alguno de escarmiento".

 

Esta novela río es como un viaje en diligencia en aquellos carromatos que hacían el trayecto Santander Madrid entres días incómodos traqueteos el rechinar de la galga los trallazos del automedonte en el pescante las cantiñas a lo zamarro de los mozos de cuerda campurrianos una parada en Ataquines y luego la sierra, pero antes estaban los corrales de Buelna, las cuestas de Reinosa y los encuartes de Palencia, Fromista, Herrera de Pisuerga.

 

Guiado por la mano hidalga de Pereda he sorrapeado los caminos que me llevarían al norte y "escudriñando los pliegues de la memoria y los escondrijos del corazón madre mía cuantos recuerdos que ante esta narración se agolpan".

 

El tema es la corrupción de Madrid, los encartes pesadumbres y liviandades de la política nacional. Llega a ser Pedro Sánchez un periodista famoso del partido liberal, el rey de la crítica literaria. El estilo es rico en recursos retóricos: hipálages, anagnórisis, metonimias, similicadencias…

 

También domina el perfil de la novela psicológica. Pedro Sánchez se enamora de una mujer fatal Clara, la hija de Valenzuela, su protector, dominantota, egoísta y coqueta que le traiciona con su mejor amigo un tal Barrientos.

 

A partir de hay la trama (parece que el argumento pierde cierta fuerza por las digresiones o por uno de esos descarrilamientos mentales que el autor sufría a causa de su accedía) se enreda en un cuadro de desventuras y en un mar de desdichas en las cuales flota el protagonista en el paroxismo de sus desconsuelos. Cuenta un derrumbe amoroso y una traición que remata en adulterio y luego en desafío para lavar en sangre la afrenta.

 

El mar de fondo es la crisis matrimonial tal y conforme se conocía en el Madrid del siglo XIX: mujer ambiciosa, casquivana, que maltrata al marido. La ostentación y las vanidades de los salones.

 

Añora el aire puro y la vida patriarcal de sus montañas. Encuentra a su mujer acostada con otro y hay un duelo. Quiso Dios que el pobre marido injuriado se le perdonase la vida por el agente de su afrenta. Es la vera imagen tan novelesca del pobre marido cornudo y apaleado.

 

Pereda sin embargo, es uno de los escritores más castos que se dan en la literatura española. Sus libros nos inspiran una especie de cervantina resignación. Acaso solamente para eso sirva de algo la literatura que nos ayuda a llevar sobre los hombres la pesada cruz del dolor y del despecho con resignación.

 

Leopoldo Alas Clarín, la Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós y toda la crítica saludaron la publicación de Pedro Sánchez como un hito que marcó fronteras en la novelística hispana del XIX

 

 

JABALÍES

 

 

Bajan de la braña al trote cochinero, hozan y escarban los prados, arruinan las cosechas de patatas, destrozan el maíz. Al cerdo salvaje que sembraba el terror entre los árabes de Tingitania por ser animal impuro — la denominación de origen castellana es un arabismo como tantas  otras palabras españolas, pues los moros dejaron una fuerte impronta en la lengua castellana, porque llevamos un moro dentro — los romanos llamabanlo Aper.

 

Su carne y su tasajo constituían la base de su alimentación y de las cenas de Lúculo. Era el sustento de las colonias y  algunas legiones al sus scofra colocaban en su insignia sobre el lábaro; era animal de la suerte su ferocidad le hacía envidiable porque no ceja hasta la muerte y cuando está herido muere matando.

 

El más ruin jabalí se zampa la mejor bellota. De ahí que haya algunos chicos de la política y de la prensa que no saben hacer otra cosa que joder la marrana, mira por donde.  Mas, no os preocupéis que a todo cerdo…

 

Es un animal fecundo y muy sociable que se revuelca para despiojarse en el barro y la paja del escarbadero y dejan la marca de sus revolcones  en esos hoyos que, en medio del prado, causan y acusan graves daños en las caserías, cabreando  a los labriegos.

 

Es noctívago o nictálope muy listo y rebañiego.  Sabe cómo moverse y adonde tiene la querencia hasta el punto de que visitan de madrugada los contenedores de basura de las ciudades, a sabiendas de que hay veda y que allí no pueden ser molestados por los cazadores con sus jaurías de podencos.

 

Con movimientos impetuosos avanza monte arriba tenazmente, sirviéndose de su afilado hocico y de sus poderosos colmillos los cuales le sirven de antena, como sistema de navegación abriendo brecha. Aunque ve muy mal, está superdotado de un gran olfato con el que ventea a sus presas. Se le creyó en la antigüedad que esos dos cuernos que le nacían en el morro curaban la impotencia sexual masculina, como los del rinoceronte, siendo muy apreciados.

 

El celo les dura de noviembre a marzo; las hembras paren  dos incluso tres veces por año lechigadas de hasta doce jabatos.

 

Pueden concebir de antemano las gorrinas a los quince meses.

 

El macho alfa consigue patente de apareamiento peleando con sus rivales y monta y deja preñadas a las numerosas hembras de su tropel. Es rebañiego ya digo y nunca va solo sino en cuadrilla.

 

El colmillo retorcido característico del verraco salvaje, sus dentelladas y golpes son certeros  —cerdo alunado o puerco padre al que los dientes se le forman como una media luna— es lo que le distingue del cerdo doméstico. Con esos caninos rasga las carnes de sus presas. Muy voraz y omnívoro se alimenta de carroñas inclusive, a decir de los entendidos.

 

En una apartada aldea de este concejo se le ha visto saltar las tapias de un cementerio y escarbando en una sepultura devorar el cadáver de un paisano que acababa de ser sepultado.

 

A la Metida la finca donde paso temporadas acude una cerda con sus rayones de anochecido. El otro día me topé con la piara cuando bajaba a tirar la basura,  ¡menudo susto¡

 

Enchufé al verraco con mi farol y salieron de estampida detrás todos los miembros de la familia.

 

En algunas partes de España están adquiriendo una mala fama que no le corresponde: el jabalí animal prehistórico y su cabeza apepinada ilustra los motivos heráldicos y blasones de algunas casas solariegas de Asturias, Galicia y Cantabria.

 

Por todo el norte salían—por costumbre del tiempo invernal— las partidas de los señores con sus lebreles para dar la batida a la caza del “gochu”.

 

 Constituyó la presa más codiciada de los monteros medievales y su carne algo agraz y montisca la sirven en restaurantes asturianos como plato del día.

 

Sin ir más lejos días antes de Nochebuena, por poco apaño una cólico por la ingestión de estofado de “mortecino”, del súrido, que estaba un poco indigesto, dentro del menú a base de fabada, guiso de jabalí, arroz con leche, pan de borona, y una botella de peleón, ocho euros, en el mesón del Alto el Praviano.

 

Tambien se dice del puerco salvaje, al igual que del gocho, que del mismo están buenos hasta los andares pero no he visto nunca adobarse sus jamones o no se tiene dello costumbre por estos pagos, ya que sus grasas son menos suculentas que las del cerdo doméstico y saben  a montuno.

 

Anteanoche sentí aullar a un perro. Salí a la puerta y vino cojeando hasta la antojana una podenca. Tenía la pata destrozada. Se la había comido el jabalí de una dentellada en su lucha cinegética.

 

Al chancho lo tienen miedo los galgos y los perros de presa. Era una herida de guerra, signo cruel de la eterna batalla de la supervivencia. ¡ Animalito!

 

 

 

 

 

ROMANCE DEL PRISIONERO

 

 

 

 

 

 

Se acerca florido mayo, título para una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado siendo valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque los mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y cuerpo a tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las merdellonas, bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian la camisa, tusonas y fregatrices, da consignas don Diarrea el de la voz gorda, corren por la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna paradoja, el personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas andan las comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero. Siempre vivimos emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:

"Que por mayo era por mayo/ cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá"

 

Oigo el crujir de las cadenas. El estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila. Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y tales desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son duros de oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se cabrean. Se rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta. Hay mal ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero este hombre en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los otros andan sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?, yo me mato por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros blanqueados? ¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!

- Mientras dure, Ejusmodi....

- Sé por donde vas, Verumtamen pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la verdad y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos de hoy ahora desconozcan el romancero. Eso sí; les atiborran la cabeza de documentos de gestión y del bizantinismo puro y duro que manda en pagina. Anda los tiempos muy alterados con esto de la política.

 

Serán carne de cañón o usuarios del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta. Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la obra que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos muertos. Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de presos" y otra Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no llores no llores que yo no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro. El sufrido pueblo es sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y arbitrariedades. Aquí por menos de un ardite te meten en cintura y acabas arrastrando cadenas entre bretes y grilletes. Dios no lo permita. A veces la cárcel ha sido morada pasajera de todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en la trena los mediocres? Pues no. Más bien no. Y los machacantes del esbirro siempre hicieron carrera. Déme usted un cigarro. Ese pensamiento se me atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos unos a otros. Hay por ahí esparcida mucha madera de inquisidor y la red es el tornavoz de mucho escritor diletante y deprimido. Se observa al personal pero con eso no hay cuenta, Verumtamen. El arte de contar es la maula de fingir. Uno parece que está detallando su autobiografía y lo que está haciendo es atisbar la reacción del otro por un ventanuco. Buena orina, buen color y tres higas al doctor. Ponemos en pepitoria un corte de manga y parece que acabamos de dejar nuestra alma descubierta y sangrante entre las zarzas. Qué va. Solo es un truco. Escribir es seducir y hasta cierto punto engañar contando mentiras piadosas, En todo escritor subyace un buen impostor. Bonita forma de hacer tururú. No me vengas con monsergas. No me gusta Voltaire pero tiene algunas máximas aprovechables como cuando espetara que las palabras se esgrimen para ocultar los pensamientos. Sirven para esquivar los golpes y son coselete en la taleguilla para burlar los derrotes de mihuras astifinos que corretean por el albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo piensa y ayudadme zancas que en esta vida todas son maulas. ¿Entonces escribes para hacer tururú? A veces. Nada más razonable que un corte de manga a tiempo. Los romanos en estas ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que llamaban la indutia. Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado de sus personas contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el foro. Eso, los senadores que los militares portaban el gladium y a ellos no les escupían, por si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a la primera de cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse contra el relente de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una semana. Y con ellas se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o gladiadores. Roma y la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma quiere. Panem et circenses. Así no murmuraban ni entraban en contubernios contra el emperador. Hoy Cesar tiene mucho más poder y muchos más recursos, como el control de la información, pero sigue aplicando la formula de Panem et circenses, alguna bacanal de vez en cuando y como ya no hay infierno desde el tornavoz eléctrico se previene a las mases contra la crasitud o contra los malos hábitos que pueden dar cáncer y es así que todo está atado y bien atado hasta la próxima bomba. Cada vez que bajo las escalerillas del intercambiador me entra casi un miedo pánico. Los de Alicaída merodean Madrid. Quieren reconquistar Andalucía. ¿Van de farol? es lo que dicen los papeles, chico y aquí todos que no les llega la camisa al cuerpo. Papá no fumes. Papá ven en tren. Con Iberia ya habría llegado pero para que tomar tantas precauciones y andarse con tantos remilgos si cualquier día de estos disparan la "catapulta" y todos volamos por los aires. El destino está escrito en las estrellas; es inexorable y las balas cuando vienen llevan tu nombre y dirección, te llegan y hay que abrir el sobre, lo decía un capitán mío de cuartel. En el peor de los casos te matan. Y en el mejor, es un tiro de suerte. La gente como anda bastante desinformada y no se preocupa se merece lo que le pasa y le va a pasar por burra. Y de desagradecidos está el mundo lleno. Y de dureza de corazón. Que algunos parece que lo tienen de hierro. Cuando yo llegué de Nueva York después de haberme partido el pecho por mi país con razón y sin ella fui recibido con un gracias por los servicios prestados y ale usted es uno de tantos, la gente va a su rollo, es insensible para vibrar ante las issues del patriotismo como pasa en Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un poco como aquellos soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de resistir diez meses en un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después de pasar gurruminas, se preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los pobres sorches se sintieron desolados ante esta incomprensión de la retaguardia ellos que se estuvieron batiendo el cobre en la vanguardia. No sabe interpretar la actualidad que es tan críptica aun a fuer de apariencia inocente pero los hechos no son tan inocentes. La actualidad según esto se desarrolla con arreglo a un plan previamente diseñado en el encerado por el amigo de la batuta, el gran cofrade mayor corre turnos. Claro para eso hicimos, Ejusmodi, usted y yo la mili en los servicios secretos. ¿En el SIM? A tanto no llego. ¿En los servicios de Carrero? Pero estuve en el punto de mira de aquellos pelmas. Como espías fueron un desastre porque aparte de que mataron al zángano de la colmena, abejas rábidas, luego no estuvieron dando una a derechas. Que si 20N que si 23F que si 11M. Les han metido todos los goles. Bueno eso es un supuesto. ¿No será que aparentaron que se la dejaban meter doblada? También es muy cierto eso. Para sobrevivir hay que hacer como que no te enteras. Si no quieres acabar cantando el romance del prisionero. Todos a la trena. Paso. Vayamos paso y por parte. Escarbe. Haga memoria. Navegamos ya en aguas válidas. El tiempo anda un poco revuelto. Para esta época vienen fenomenal los cocimientos de genciana. Pueden ayudar a algunos a combatir la depresión. A resultas del gran montaje los destajeros del rumor, la columna inane, llevan chismes al Procurador.

- ¿Cómo se llama ese señor?

- Don Ahímelasdentodas

 

Pues vale pero no cante usted muy alto ese bello romance no vaya a despertar usted a los carceleros que son legión aunque no lo parezca en esta época de derechos humanos hay manga ancha para algunas cosas pero para otras cosas que uno considera leves o un simple ejercicio de la libertad de expresión son implacables y si las dices puedes acabar en la trena. De hecho no somos muy libres. El andamiaje está montado sobre las varas de medir y las vigas del miedo. Llama a seguridad. Que vengan los lictores. Y es con el látigo del terror con el que se tiene dominados a los pueblos. Es por esto por lo que se les ha declarado la guerra a las ideas y pensar por tu cuenta puede ser un delito. No. No quiero cantar las tristes estrofas del romance del prisionero que yo recuerdo haber oído interpretar a algún rabelista que se acercaba al baile en las fiestas de mi pueblo.

 

A buen entendedor..

 

¿Cuál es entonces la solución?

 

Fray Jarro

 

 

Domingo, 15 de abril de 2007

 

VUELVO A COMILLAS DESPUES DE 57 AÑOS








COMILLAS

 

 

 

Regreso a la que fue mi casa durante el curso 59-60 alumno de 5ª de retórico. Me emociono al recordar cuando subí pro primera vez la cuesta la Cardosa y Aramburu el hermano de ese vasco que ha publicado un libro sobre ETA me presentó al padre Mayor una sabiduría en letras grecolatinas. Nadie se baña dos veces en el mismo río. Ha corrido el agua y hay que contar muchas mareas y bastantes resacas alguna galerna desde aquella tarde de otoño hasta este ocaso de primavera donde me presenté con mi esposa. Las inmobiliarias han convertido el viejo pueblo pesquero de comillas en lugar irreconocible. Nos perdemos por los recovecos callejones hasta dar con la subida a la Cardosa. Pago dos euros a un ostiario asturiano y parece que se me aparece el P. Heras aquel maestrillo que tanto me ayudó en mis dificultades. Para mí un verdadero hijo de san Ignacio. Era de Aranda y me horroriza el recuerdo de otras cosas como por ejemplo el padre Eguillor mortificándome con sus alegatos de que era un inepto (cuantas noche las pasé llorando oculto el rostro entre las mantas), la visita de mi pobre padre unas navidades, el paquete que me mandaron de casa que se perdió en la rectoral y a un muchacho que era de Potes lavándose los dientes postizos en la fontana de las camarillas. Aquel muchacho que me enseñó fotos del guerrillero Juanín muerto por la guardia civil y decía que su padre estaba en la cárcel por rojo se ha convertido hoy en el oráculo de la sección religiosa del diario El País. le temen los de la conferencia episcopal porque casca verdades de apuño. Tanta belleza de aquellas montañas y las lecturas de Pereda, Cela y Palacio Valdés me inclinaron por los caminos de la palabra y la literatura. En realidad yo lo que querría ser era cura y, en cualquier caso, sígolo siendo porque el amor a la belleza del cristianismo y a el estudio en libertad morirá conmigo y viva el Betis manque pierda. Aquellos años imprimieron carácter y yo sigo acerrimo en la partida de los Sin Camino de Castillo Puche embebidos por el viento de profecía. Los presagios se han cumplido. Comillas es un caserón vacío que quieren habilitar para no sé que el seminario mayor porque el menor está en ruinas. Las ramas de un humero (aliso de tupida barba) se asomaban por la ventana del refectorio donde nos daban sopas con honda en aquellos desayunos conventuales calderadas de leche en polvo. Todas esas ideas que revelo en mi novela "Seminario Vacío". Los pecados mortales de la Iglesia". Amamos mucho a esta iglesia peregrina en la tierra y ella nos hizo la cobra, pero a una madre se la quiere por más que nos maltrate y se haya comportado con nosotros los ex de una manera cruel. Viva el Betis manque pierda. Ya digo.

 

 

SAN ISIDORO CARTAS

 

 

 

Me veo acosado por tropel de encontrados pensamientos y san Isidoro me dice en una de sus cartas a san Braulio que las aflicciones que tenemos son un regalo de Dios para purificarnos. El Señor permite el mal. “si enfermas, si padeces dolencias del cuerpo, si eres atormentado por el aguijón de la concupiscencia, si te hostiga la angustia y el corporal malestar, piensa que es un regalo que te hace la divina justicia… piensa que todo lo de este mundo pasa, nada permanece… es imposible que siendo hombre no sientas angustia pero nadie experimente el mal perpetuamente no hay nadie que en esta vida no suspire . El que nace comienza a vivir llorando y llorando somos lanzados de esta vida miserable”.

 

Estos lamentos del alma pecadora desperdigados por sus epístolas a sus diáconos Maurencio y Verecundo a su hermano el obispo Eugenio y a su hermana Florentina desarbolan toda la teología del “buenismo” en curso del actual pontífice.

 

Muchos olvidaron, mirando a la tierra y desdeñando al cielo y a la vida futura, que la existencia humana tan efímera es una senda de abrojos y que nuestro destino se enmarca en la imitación de Cristo crucificado.

 

Esta renuncia a la cruz a cambio del poder y la gloria terrenal fue un pecado de los eclesiásticos de todos los tiempos pero se hizo ahora poderosísimo. Isidoro era un godo legítimo súbdito del rey Sisebuto que derrotó a los alanos y expulsó a los suevos a las montañas de Asturias y Galicia:

 

Los pueblos góticos son por naturaleza constantes, prontos de ingenio, de grandes arrestos corporales y de estatura prócer, magníficos en el atuendo y en sus gestos, prontos al combate y duros en soportar sus heridas e insignes pos sus victorias que sometieron al yugo romano a su servidumbre” escribe este gran polígrafo cristiano cuya obra la España actual casi desconoce. Nos informa que están relacionados con los escitas del septentrión y vienen de una rama de los getas, pueblos bárbaros integrantes de las tribus suecas y eslavas.

 

Tito Livio llamaba a esta parte del mundo que se extiende del polo a los Urales “oficina gentium” (hormiguero de los pueblos) los cuales, cruzado el Danubio invaden las Galias y escalando los Pirineos llegan hasta la península ibérica. Fija la fecha del 624 con la abjuración de Recaredo de la fe arriana una nueva era para la historia de España. Su memorable canto a nuestra patria sólo fue cooperado por los loores y piropos de Alfonso X el Sabio. El canto isidoriano a nuestra patria reza así:

 

Eres, ¡Oh España!, la tierra más hermosa de todas las naciones que se extienden desde occidente a la india tierra bendita y siempre feliz en tus príncipes, madre de muchos pueblos la reina de todas las provincias del imperio romano pues de ti reciben la luz oriente y occidente. Honra y prez de todo el orbe eres la porción más alegre del globo. En tu tierra florece alegre y campea exuberante la fecundidad gloriuosa del godo”

 

Este hombre sabía de todo. Fue cosmógrafo, historiador, lapidario o conocedor de las propiedades de las piedras preciosas piedras preciosas iniciado en la sabiduría oculta de los maniqueos. También, amen de teólogo y conocedor de la Biblia, geógrafo. Estudia la carrera del sol y la luna escribiendo un tratado de filosofía natural “Librillo de la naturaleza de las cosas” que dedica al rey Sisebuto y donde habla de los 28 estados lunares e incluso de los eclipses de sol. Que sirve de glosa a infinidad de centones durante la edad media. Demuestra que la santidad no está reñida con la ciencia porque todo lo creado es un pálido reflejo de la sabiduría del Creador.

 

 

 

 




EL PATRIOTISMO DE CAJAL

  

Vamos a trompa y talega camino del desastre. Un cursi hubiera usurpado el tópico a García Márquez con lo de crónica de una muerte anunciada etc., a qué tanto auto bombo después del boom y el bumbum machen cuando todos sabíamos que es un genio a cañonazos y un novelista a palos poliantea tropical y mucha verborrea como esos bellezones del culebrón que dicen mi amor garlan y garlan y cuento y no acabo sobre esos emplastos de las telenovelas. Pues por eso mismo los hay devotos de San Sandio que no dejan de menear el incensario y darle al botafumeiro troleros sin fortuna y se aprueba la moción. Ya digo que no es para tanto. ¡Viva Cai!

 

A mí nunca me gustó la prensa del colorín pero cuando nos penaron al silencio exules filiae Evae metecos en nuestra propia patria y condenados al ostracismo interior me agarraba la Pentax y me iba a Barajas. Logré captar algunas caras de la fama en tránsito. Las estaciones de RENFE y los aeropuertos siempre fueron lugares para ver quien sube y quien baja barzoneando por los andenes. A pasar el rato. Y ahora cuando subo a León me encuentro a los jubilatas en la sala de espera de la estación de autobuses de Villalpando una especie de Venta de Baños de la red viaria hacia Galicia y Portugal Asturias y Cantabria mano sobre mano. Todos somos almas en pena y esto no es más que un lugar de tránsito. Viendo quien sube y quien baja espantas la depresión. Y yo recuerdo a primeros de los ochenta ver a la llegar de Miami con la cara despeinada y acudiendo a recibirla su niña Rocíito y Pedro Carrasco. Un par de fotos y me largué. La chipionera empezaba a "vender" pero yo nunca pude ni siquiera sospechar de que el trío aquel iba a figurar en el candelero de la popularidad (el ex boxeador, la folklórica, y la nena que se iba a casar con un guardia civil etc.). Meterme en vidas ajenas siempre me sentó fatal. Profesionalmente me siento un poco en la cresta de la ola del estatuto prostituto. Nunca me incliné por ese periodismo de bulevar y "low brows". Hay gente que no es merecedora de que le hagas una entrevista pero excitan el morbo nacional y yo pienso que esa curiosidad malsana es una de las causas de nuestra decadencia.

 

El famoseo inmundo nada tiene que ver con la celebridad. Don Ramón y Cajal hubiera sido uno de los españoles que me hubiera gustado llevarme a las teclas. He leído casi todos sus libros y de mi biografía me entusiasma aquella época en que fue médico militar en Cuba y que renunció un par de años después del desastre al título de doctor Honoria Causa que le brindara la universidad de Chicago llevado por el patriotismo. Nunca pudo perdonar a los yanquis la judiada del Maine y además decían que era algo germanófilo.

 

El histólogo fue para mí el verdadero héroe del 98, el prototipo de militar y hombre de ciencia y de letras que trata de alejarse del légamo y la política y todos esos cilancos sucios de la vida nacional para encerarse en su laboratorio y desde la soledad de la torre de marfil tentar a las musas sin profanar jamás el sueño del silencioso templo de Minerva. La adustez y gravedad del rostro de este aragonés contrasta con el histrionismo de máscara de nuestros famosos y nuestros políticos de plazoleta. Vociferantes contorsionistas y saltimbanquis en el ágora.

 

Lo que nos pasa y ese es el síndrome de la modernidad o debe de serlo que confundimos fama con celebridad. En mala hora se le ocurrió a don Emilio Romero hace ya bastantes años instituir aquellos premios de la F de Famoso. A mí no me dieron ninguno ni falta que hace pero fui con unos a Avilés con la cla viajando en coche cama invitado por Muro de Zaro el creador de ENSIDESA y madre mía qué recuerdos sólo de pensarlo se me alborotan las pajarillas. Nunca volvía a catar vino como aquél ni a comer aquellas fabes con almejas que nos deparó nuestro anfitrión. Después de relamerse unas habas con almejas de aquel calado ya puede uno morir tranquilo que dice un refrán de por las brañas.

 

Premios Naranja y Premios Limón. Efe de famosos y de famosillos. En todo ese mundo de premiados y agasajados se instalaba el pensamiento poltrón del peor de los franquismos. La ley del mínimo esfuerzo. Y ha salido tele radio oiga. Se hacían llamar rojos y eran más fachas que las águilas del lábaro romano. Los vi viajar de compras a Londres en vuelos charter donde empezó toda esta movida. Iban a Selfridge y a Harrods a comprarle las bragas a sus queridas. Veníamos del aeropuerto Heathrow camino de la city. Rosón fumaba como un carretero y una vez Cebrián y él que le venía acompañando me dejaron a la puerta de mi piso en roland Gardens y todavía le estoy agradeciendo aquel favor a mi colega pues había cogido con lo del miedo a volar y entonces no había tantas restricciones una media tajada.

 

Juan Luis sea lo que fuere es un caballero y una buena persona ni quita lo uno para lo otro. Igual que su padre Vicente al que debo muchas cosas. Ya digo viajaba mucho con Rosón a Londres. Iban de bomberos o no sé si calefactores del consenso. Se alzaba el telón. Era un constante ir y venir una ininterrumpida peregrinación a la Meca de la democracia. Yo ya desde entonces pues soy siempre díscolo y difidente también disidente hacía no con la cabeza cuando sobrevolábamos las Vascongadas. Esos de ahí abajo nos van a dar un susto cualquier día. Con el apoyo de los ingleses quieren la independencia. Rosón como buen gallego no dijo ni sí ni no. Sólo que qué se yo.

 

Y ahí tenemos ahora a Otegi que se da aires de primer ministro. Todos quieren mandar Ibarrere, Imaz, Egibar, Chavez, el Rovireche. Se abrió la veda y tanto cantonalismo nos va a deparar las oposiciones a virreinatos vailías taifas sillas curules y demás garambainas. Seguimos en las mismas. Aquí todo el mundo como con Franco quiere salir en la foto disfrazado de gobernador civil. De Polanco don Jesús del Gran Poder caudillo mediático por la gracia de Dios a Franco no hay más que un paso. Creo que si me vaga y si la venia me dan hasta yo podría contraerles la historia de la mayor metamorfosis que vieron los siglos. Cómo Pyresa bajo la égida mágica de una varita de virtudes misteriosa se transformó en Prisa. Salimos del no te jode y entramos en nos ha jodío. ¡Qué jodíos! Nihil novum sub sole. Todo es un poco como deja vu.

 

Le canté pues yo veía la que se nos echaba encima las cuarenta a don Manuel y me quiso echar de la corresponsalía. Pero por sus obras los conoceréis. Ahí está. Más tieso y carcamal que la puerta de Alcalá. Cuando le dicen algo, llora lágrimas de Baoabdil el chico. Así que no me vengan con historias. Esto es el apéndice de todo aquello. Polanco lo controla como lo controlaba Franco. Es una mimesis pero al revés pero la gente no se entera. Yo voy a lo mío.

 

De padres gatitos hijos michines y de aquellos polvos estos lodos. En la primera Gran Traición nos enseñamos todos los dientes tanteándonos el bulto y dejamos el agua correr pero no lució el brillo frío de los alfanjes ni picaron a la puerta sin ser el lechero el que venía al amanecer. En esta segunda la cosa parece que va más en serio y puede pasar de todo porque este pueblo es imprevisible aunque, quiá, aquí mientras el personal tenga la andorga ahíta seguirá haciendo el rácano y el camaleón. Échame pan y llámame perro. Nos van a sacar los mansos pero como el personal aquí es muy pastueño y acomodaticio oye no te pases le gusta que le pastoree. Con toda seguridad y es la definitiva. Creo que nos va la marcha cantidad. Así que menos quejarse. Vivir en la cultura de la queja y reventar como el lagarto de Jaén todo uno y aquí es lo que les va a pasar a muchos. Que se van a quedar con la ficha en la mano y sus credenciales de haber sentado plaza y estar en nómina. La raposa cuando entra en el gallinero no se anda con chiquitas ni miramientos. Le hinca el diente al gallo lo mismo que a la pollita. Pero mal acostumbrados a la norma del fuero, la prerrogativa y el privilegio, la exención etc. el personal piensa que tiene bula. Eso no me va a pasar a mí no me jodas. Pueblo más insolidario no lo habrá bajo la capa de la tierra. España me exaspera. Yo no como se os ocurre. Yo ficho y estoy en nómina. Ahí nos las den todas que nos las van a dar en un carrillo. Todo por mal avisado por tardones del postfranquismo del dejarse llevar y de hablar por boca de ganso. Hay que hablar de famosos, de toreros y de los dientes de Ronaldiño. Balones fuera. Aquí nadie quiere coger el toro por los cuernos ni quiere que le mienten la bicha. Los españoles tenemos la mala costumbre de crucificar a los profetas. Vale lo del Cid que Castilla hace los hombres y los esguardamilla. Los claros varones de Castilla como el Cid, El Gran Capitán, Colón, Cajal o la Cierva y otros mucho luz bajo el celemín lo pasaron mal. Pero se alzan estatuas a los dioses de barro, se canta la palinodia a las cuatro folklóricas y a las pedorras de siempre. Se hacen monumentos a Fray Gerundio y se promulgan sesudos artículo ensalzando la prosa y la verborrea de García Márquez y a todos los del boom y los del bluff que siempre tuvimos la manía miope de extasiarnos con lo de fuera no viendo adentro tres en un burro o regateando méritos al compañero de al lado. Al amigo el culo al enemigo por el culo y al indiferente pues le aplicamos la legislación vigente. Ja já que bien me lo paso contando estas historias garbanceras, Es el imperativo de lo light lo que marca pauta. Nuestra hoja de ruta.

 

Me aturden esas arpías de la corrala mediática cortándole trajes a los famosos pues con estos programas oceánicos donde birlan la honra se rompen los virgos y el colorín hace caja por lo demás obsesionados con Ambiciones y la boda de Rocito, ahora estamos con la convalecencia de la mamá a la que desde aquí anhelamos recuperación pronta que yo no deseo el mal ni la muerte a nadie pero estamos hasta los mismísimos de viajes a Houston, partes médicos y tragavirotes chupando cámara total para no decir nada. ¡Qué cara de merluzos y sansirolés ponen esos remiendavirgos y entrometidos que se hacen llamar jornal-listos! Y hasta hacen rueda de prensa o comparecen en reuniones tumultuarias erizadas de micrófonos y de paparachis recién salidos de madre y de caza. No nos dejan vivir ni tampoco nos dejarán morir en paz esos necrófagos y necrófilas.

 

Y es que aquí confundimos el culo con las témporas. Celebre por ejemplo era Ramón y Cajal – se cumple este otoño el centenario del primer Nóbel en medicina para un español- y su patriotismo calado, tenaz, bondoso y con un cierto sentido del humor del que está acostumbrado a pechar con la mierda de la condición humana porque al fin y al cabo no somos más que agua y un montón de células que se renuevan y se disparan luego envejecen. Ìa mater. Algunos y algunas parece que no tienen nada pero eso de la sesera bien encuadrada se lleva poco. Lo que hace falta lo que vende es una chequera hasta los topes. Desfilar por la catasta. Contoneos. Show the flag que dicen en la Royal Navy o lucir palmito. Cuerpos que se tragará la tierra. No somos más que humo. ¿Incluso la Noemía Campbell? Incluso. Dentro de cien años nadie dará un duro por sus bullarengues ahora tan deseados y bollantes. ¡Qué asco! Pero qué asco más rico. Ciertamente la única democracia que yo conozco es la de los cementerios. Allí todos somos iguales. En la vida no. Aquí todo es estridencia, desnivel. Paradoja y contradicción. Hagan juego. Repantíguese en el butacón y a ver basura por televisión. A los españoles ya digo nos va la marcha.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TIEMPO DE ROSAS Y DE CEREZAS

  

 

 

Antonio Parra

 

Pido perdón al lector. Por un lío de epactas y debido a que tanto la fiesta de la Ascensión como la del Corpus Christi de los jueves que relucían más que el sol han pasado al domingo me hice también un embrollo entre el calendario juliano y gregoriano que en el año 2007 ofrecen fiestas coincidentes y la Bozneschenie (Ascensión) cuadraba con nuestra fiesta pero los ortodoxos rusos, y cuyo santoral trato de seguir a través de Radio Blago, una emisora ortodoxa situada en un monasterio (oraciones y salmos, pláticas, hermosa liturgia, las 24 horas del día, gracias, Jesús mío, que sigues presente en la historia a través de este instrumento maravilloso que es el microprocesador Word) lo festejan un miércoles. Gracias también a Paloma Gómez Tablas y mi admirado Miguel Ángel García Brera y el otro amable señor por recordarme el error. No creo que tenga por otro lado mayor importancia. In ascensione Domini, pues, Y ¿varones galileos qué miráis ahí como pasmadotes? Viri galilei, quid adspicitis in caelum? Cristo se fue al Padre. Aquel al que visteis subir al cielo del mismo modo volverá al fin de los tiempos. Se consuma de esta forma la promesa mesiánica. Desde entonces los creyentes nos hemos pasado la vida mirando al Cielo, resignados. Porque creemos en lo perfecto y vivimos en un mundo imperfecto. Es la fiesta que seguía a la de las letanías. Esto es las Rogativas. Cristo se va y deja un campo florido. Sus pies y sus manos llagados de cuerpo glorioso bendicen la tierra. En España ya es primavera..

 

El pasado domingo fui a misa a la catedral de Oviedo y acabo de regresar a Madrid. Allí sigue siendo una gran fiesta, tambor y gaita y danza prima a la salida de misa. Danzantes a toda mecha y humor y jovialidad. Esa jovialidad ovetense no la ofrece ninguna otra ciudad española, o al menos así lo creo yo ¿No era el corpus? Le dije a mi santa cuando predicaba el cura su sermón muy de circunstancias. ¿Dónde tienes la cabeza de melón? Hoy celebramos la Ascensión. Pues ciertos son los toros.. Que a veces uno tiene que estar al santo y a la limosna y se nos va el santo al cielo con esto de las nuevas rúbricas del misal, bueno ya no hay misal en realidad.

 

Los que ya hemos sumado algunos años acusamos más que nadie estas inconsistencias en las fiestas móviles. En Oviedo cayeron toda la jornada chuzos de punta. La meteorología, adusta, hasta parece que protestaba por el cambio de horario. Domingo de orballo y borrina pero el campo astur estaba hermoso en sus nueves matices de verde. Y las mocinas de Oviedo que guapes son, Dios. Y la copla seguía sonando al husmo del refrán meteorológico. "Por la Ascensión, rosas en Oviedo y cerezas en León"

 

Todos recordamos este día nuestra primera comunión, el alborozo de las campanas. En España se solía comulgar en esa fecha y creo que se sigue haciendo gracias a Dios aunque seamos más laicos qué se le va a hacer pero ¿no tendrán la culpa los curas por haber renunciado a una tradición milenaria con tanta alacridad?

 

En este día gozoso y triunfal no se puede por menos de recordar la elegía de Fray Luis de León en su oda ¿Y dejas, Pastor Santo? Cristo triunfa sobre la muerte y se va al cielo a prepararnos la morada del Tabor. Es el premio al dolor de la cruz. Y nos deja la potestad de curar, de hablar y escribir lenguas – a muchos no les afecta porque siguen siendo tontos en tres idiomas- y de arrojar demonios y de domar serpientes. Se consolida la Parusía y el Espíritu pentecostal que sopla cuando quiere y como quiere. Hoy cantando esta misa me he sentido con más fuerzas, más creyente. El bautismo nos vuelve inmunes contra la picadura del escorpión y del basilisco. ¿Y las serpientes? Que repten. Que arrastren sus inmundas panzas sobre la tierra. Varones galileos ¿qué andáis mirando ahí al cielo? Estamos curados de espanto. El Salvador nos legó la triaca que contra la picadura de la víbora y de las lenguas venenosas nos vuelve indemnes.

 

El evangelio de esta fiesta era uno de los más hermosos del año: "Estos signos serán de los que me sigan: en mi nombre lanzarán demonios, domarán serpientes, hablarán múltiples lenguas y si algún veneno bebieren no les hará daño. Sobre los enfermos e impedidos impondrán las manos y sanarán".

 

En mi pueblo se denominaba el jueves de la ascensión el Día del Bien. Seguramente por aquel "et bene habebunt" que nos promete el Maestro de Justicia y de Misericordia en el evangelio de Marcos. Las abuelas castellanas hacían el tradicional hornazo a base de rosquillas de palo que se repartían por las casas. Se condimentaban con unas hierbas recién nacidas, hinojosas y gencianas- en las parameras por esta época que aliviaban el vientre y curaban la opilación. Así que Xto. se va al cielo pero nos deja a buen recaudo. Todo atado y bien atado. No tengáis miedo. A tanto malvado y malvada pero no es que sean malos es que son gilipollas Él es más fuerte que la muerte y la enfermedad. La ascensión es su apoteosis. El colofón a la resurrección lo que vuelve a nuestra religión – practicada por nosotros hombres de poca fe y pecadores- invencible y superior. Por eso, nos atacan con tanto saña y denuedo. Pero en un plan teológico por lo que toca a los novísimos no hay color ni comparanza con el catolicismo. Nuestra religión es perfecta.

 

Las fuerzas oscuras no dejan de colocar chinas en el zapato y una de ellas es esta confusión de fiestas y de epactas, ese miedo que ha demostrado la jerarquía a salir en defensa de su fe, esa contemporización con el mundo y con los ámbitos de acoso y derribo a la gran catedral. Me alegro haber cometido este gazapo para demostrar a quien corresponda que el traspaso de dos de los grandes jueves del año, Ascensión y Corpus, para muchos fieles católicos de nuestra querida España es piedra de escándalo. ¿Y dejas pastor santo tu grey en este valle profundo? Quizá el otro día por eso en Oviedo y en León llovía a cantaros. Pero las cerezas y las rosas estaban ya en sus cestillos como todos los años. Colige, virgo rosas. Qué solos nos dejas, Señor, pero qué confortados. Pasó ya la Ascensión pero nos queda su octava. Gozoso tiempo de cerezas y rosas y de primeras comuniones.

 

Domingo, 20 de mayo de 2007

 

 

VALDESIMONTE

 

 

Bajábamos al refectorio hambrientos después de las preces la misa conventual y los puntos de la noche anterior en que nos obligaban a meditar en la muerte. Silencio sepulcral. Sólo se escuchaba el entrechocar de los cubiertos y el borbotar de las cafeteras humeantes y maternales que servían en calderos por las mesas alinedas los semaneros. El presidente se sentaba en la consola circular preferente que llamábamos “rostrum” y el prefecto se paseaba por las aleas del comedor mirada en ristre y un breviario de piel rusia y cantos de oro bajo el brazo.

Era don Marciano Monroy un clérigo elegante que vestía sotanas entalladas de cachemir y olía a agua de colonia. Usaba loción “Varón Dandy”.

Tenía la boca pequeña y la mano lista para repartir cachetes a los rezagados los desaliñados los “díscolos e incorregibles” según el reglamento. Con él de vigilante no había que salirse de la fila.

Podías comulgar sin ir a misa.

Por menos de nada te caía una “hostia” de la mano regordeta del prefecto.

 De vez en cuando se metía por medio de las ternas y corría la baqueta. Zas. Fuego a discreción. Había sido don Marciano capellán castrense de un barco de la marina de guerra que se llamaba el “Furor” y de los sargentos había aprendido aquella odiosa técnica de sacudir el polvo a los educandos. La letra con sangre entra.

 Creía nuestro prefecto que todo en esta vida se arregla con un buen sopapo. Nos tenía a los trescientos y picos tíos que integrábamos el seminario menor derechos como velas. Zas.

—Pero si no hice nada, don Mariano.

—Pórtate bien te dije.

Y al que protestaba volvía a solmenarlo de refez.

Tenía una mano gruesa de cavador, de Valladolid, y cuando te daba con lo gordo hacía daño. Pero olía a buen tabaco y a agua de colonia.

Sus cigarrillos americanos Winston, Chester, Camel, sahumaban de perfume los pasillos de los tránsitos. Porque hedía un poco a montuno en todo el seminario.

Así, purificamos el ambiente, alegaba don Marciano.

 Entonces, el lector de semana se subía al púlpito y declamaba la página del martirologio romano que correspondía a los santos del día, con el brío y el entusiasmo del pregón pascual.

El mejor de todos los que leían en aquel seminario de postguerra era un alumno pequeñito de quinto al que apenas se le veía sólo la cabeza porque era muy corto de estatura. Le llamaban rompetechos pero andando el tiempo llegaría a ser un predicador de campanillas.

Tenía una voz poderosa y una dicción perfecta. Era de un pueblo que llaman Valdesimonte.

No se me olvidaría aquel lector, que consiguió cantar misa, uno de los pocos, y aprobaría las oposiciones a canonjías. El cabildo le nombró deán de la catedral de Segovia.

Sus lecturas matinales al igual que las novelas de Emilio Salgari que leería con una exactitud pasmosa, lo vivía, y a través de su voz que escuchábamos, embaídos, vivíamos las aventuras de los mares del sur y la muerte gloriosa y violenta de los casi un millón de mártires que tuvo la iglesia en las nueve persecuciones acometidas por los nueves cesares contra los cristianos.

Nos aprendíamos no solo el santoral nombres y hazañas increíbles sino también lugares de una toponimia que despertó nuestra imaginación: Bitinia, Treveris, Cilicia, Capadocia, Numidia, Siria donde se derramó antes que en ninguna otra nación la sangre por Cristo, etc.

Valdesimonte solía terminar su alocución con esta coletilla que traían todos los menologios con un lacónico “Y en otras partes otros muchos santos mártires confesores y santas vírgenes”. Entonces don Marciano daba una palmada y empezábamos a desayunar: tostadas con mantequilla y café con leche en polvo, un regalo de los americanos.

A unos los despellejaron vivos a otras las cortaron los senos, a otros las orejas o les arrojaron a piscinas de agua hirviendo, los tiraron al Tiber, o estiraron sus miembros hasta descoyuntarlos en el ecúleo. A todos se les pedía lo mismo que tributasen honores al emperador pero ellos se negaban en redondo a quemar incienso en honor del cesar.

Con habilidad textual los autores de las actas de los mártires casi increíbles por su valor solían ahorrar al lector los momentos escabrosos de la tortura por ejemplo a santa Justa y Rufina dos vestales sevillanas la palma del martirio la obtuvieron después de que el verdugo “se las pasase por la piedra”. El derecho romano prohibía asesinar a las vestales. Biografías increíbles lugares lejanos y yo me seguía preguntando, Señor, por qué. Nos quedábamos a dos velas.

 El más sanguinario fue Nerón que mandó iluminar Roma con los cuerpos de los seguidores del Cordero recamados de pez y convertidos en antorchas. Aquel emperador algo cegato y mal poeta que mató a su esposa Popea de un puñadazo del que abortó y luego se enamoró del efebo Spiro cuyo rostro adolescente le recordaba al de Popea hizo castrarlo y le escribía versos de amor.

Los seguidores del Nazareno eran considerados como una secta del judaísmo. La arena del circo máximo y del anfiteatro se purificó con la sangre de Barbaras, Octavias, Macrinas, Sinforosas Emerencianas Tarsilas muchas de ellas madres de familia, otras que desempeñaban el oficio más antiguo del mundo en los barrios bajos de Roma Nápoles o Pompeya, pero entraron en el cielo empuñando la palma del martirio y sus nombres fueron registrados con letras de oro en el Libro de la Vida.

Sus estatuas llenaron las hornacinas de los templos y se convirtieron en los nuevos dioses familiares de la cristiandad que aquí cada santo siempre tuvo su octava y cada fiesta su triduo.

 El judaísmo nunca estuvo más cerca del cristianismo que entonces y como bien dijo Tertuliano la sangre de los mártires fue semilla de cristianos. Y al destruir las legiones de Vespasiano la ciudad santa de Jerusalén que pasó a llamarse Aelia Capitolina empezó la gran diáspora.

El largo camino por tierras ajenas que será nuestro destino junto con la protesta y la rebelión a los dioses convencionales echó a andar por la historia.

No se olvide que somos elegidos para el dolor y para dar testimonio de Su Nombre. El judío nunca adorará por tanto a falsas deidades incluso aunque se disfracen de falsos eslóganes como de vuelta a la tierra prometida.

Eso lo sabemos bien los que portamos la antorcha del fuego sagrado, somos motivos de escándalo. Somos carne de horca, lugar común de afrenta y vituperio.

Por eso la voz estentórea del de Valdesimonte desde el pulpito del refectorio sigue resonando en mis oídos como un aviso y como un exhorto a la esperanza, al pasmo y a la crítica. Sigo teniéndomelas tiesas contra el tirano — los nerones y caligulas de hoy son más sofisticados  que los de los primeros siglos pero mucho más contundentes, muchos de ellos visten sotana y cuelgan al cuello la cruz inversa— combato una pelea sin fin.

 Contra los impostores lanzo mi grito con san Lorenzo a las propias barbas del verdugo. Dame a media vuelta que ya está tostada esa paletilla ahora por el otro lado.

En boca de los mártires el sarcasmo era un arma poderosa. Por ejemplo, me viene ahora a la memoria el desparpajo con que respondían aquellos falangistas en la checa de san Anton de Madrid cuando eran convocados a subir al camión donde serían “paseados”:

—Fulano de tal y cual

—Chapándomela— contestaba un flecha pequeñito al que apenas le apuntaba el bozo y su clamor recorría imperioso las galerías de aquella cárcel donde se fusilaba siempre al amanecer.

Ese menoscabo de la propia vida y la valentía ante la muerte al tirano le saca de sus casillas.

Gloria, pues, a la santa memoria de aquellos víctimas de lo políticamente correcto. Que no chaquetearon ni combayaron. Por seguir a Xto fueron apaleados, fusilados y crucificados. Me río a las propias barbas del verdugo. A mí estos esbirros me la chupan. Así que digo con el de Valdesimonte, en loa, a los santos desconocidos y de los que nunca sabremos el nombre:

Y en otras muchas partes otros muchos santos mártires, confesores, y santas vírgenes

Animula, vagula blandula hospes comesque corporis”.

La vida pasa pronto como reza el verso el verso del gran emperador Adriano que luego traducimos en las clases de latinidad.  

 

 

 

 

 

TRES JUEVES HAY EN EL AÑO

 

 

Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión. Traen auras los recuerdos de olor a romero y a tomillo calles tapizadas con plantas aromáticas y alborozado tañer de campas cantos eucarísticos al amor de los amores gentes apiñadas en las aceras para ver pasar al señor. La carroza pasaba portando el blanco viril testimonio de amor y de perdón estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos hecho pan y convertido en vino. Cuerpo de Cristo. No tengáis miedo. Ñie baiotsa. La frase la escucho por Internet por Radio Blago una estación ortodoxa que emite desde un lejano monasterio ruso perdido más allá de los Urales. ¡Caminos misteriosos! ¡Oh milagro del amor!

 

Porque en España este jueves del año que relucía más que el sol es un día de diario salvo en Toledo nuestra nueva Jerusalén. La Jerusalén española que guarda las esencias del rito visigótico. Que siempre será católica o al menos en eso confiamos. La custodia de Arfe asciende gloriosa por las vargas empinadas de la ciudad Imperial, baja las cuestas, en Zocodover los cadetes de infantería le rendirán honores y se interna por correderas misteriosas y empavesadas toldos del amor y del perdón y un alfomar de rosas, por la Puerta del Perdón. Hosanna al hijo de David.

 

El corpus a los que los franceses llamaban La Fête Dieu (la fiesta de dios) es un perpetuo domingo de ramos que conmemora la entrada en Jerusalén. La Cruz triunfa en la historia. Extended, pueblos, la alcatifa; que pise la tierra el ángel de bendición. Desenrollad vuestros mantos, tended humildes vuestras zofras para que sirvan de blando tapiz al rey de la gloria. ¿Quis est iste rex Gloriae? Dominus potens Israel, contesta el salmista con inspiración mesiánica.

 

Humillad vuestras cabezas. Todo está bien. Canta la golondrina en la enramada y por las veredas nace la flor. No tengáis miedo. No os suma la zozobra. ¿Quién eres? Soy yo. Quo vadis, domine? ¿Adónde vas, Señor? Voy con Vos. No conmigo, no, pero te daré tal don. Eucaristía. Eulogía. Palabras de perdón.

 

Pasada la Canaleja donde Segovia es todo un balcón que abre a sus puertas a la luz y las auras guadarrameñas, estaban los soldados del regimiento cubriendo carrera. Firmes. Un teniente abanderado presentaba honores. Este teniente artillero era mi padre. Los acordes del himno nacional sonaban en la Plaza Mayor Escoltaban el cortejo el obispo con capa magna. Un paje portaba los vuelos y aquel paje con sotana colorada de monago era yo.

 

¡Oh aquel obispo rozagante! Un santo, un verdadero santo (Daniel se llamaba, Daniel Llorente de Federico) que vivía muy pobremente y era austero y la cara demacrada por los largos ayunos, delgado y tieso como un huso, le recuerdo, no escatimaba el boato y el esplendor de la liturgia en las fiestas señaladas. Su entrada en la catedral se efectuaba al son de clarines y timbales. Un añafilero atacaba la caja y el maestro de ceremonias, un cura gordo que se fumaba sus buenos puros en las fiestas de guardar e invitaba a los amigos beneficiados a tostón en el Bernardino pues venía de una casa de labranza rica de Hontanares y además le había tocado la lotería, daba el aviso:

 

-Celso, toca, que ya está aquí el obispo.

 

Había un trajín de sotanas en movimiento, prisas y el volar de los faldeos de capisayos en el enlosado de las naves del transepto, allí toda la magia y el arte del gótico tardío de Gil de Hontañón y allá en lo alto de la nave del triforio sonreía maternal el cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro. Al tomar posesión de su cátedra monseñor Llorente (seguía el ceremonial de Toledo, según las rubricas del libro gótico, el cantoral gordo que abría sus paginas de pergamino apoyadas sobre el facistol del coro) y cada una de las rubricas las seguía a rajatabla, la primera mirada era para aquella imagen.

 

El maestro de ceremonias le iba señalando con un puntero de plata la oración del misal que tenía que leer o la antífona que cantar. Su primera mirada y su primera oración era para aquella Virgen sobre la predela catedralicia, que ocupaba casi todo el hastial sobre los ánditos del transepto. Yo también llevo desde entonces zurcida a las entretelas de mi corazón el dulce mirar de la Madre de Dios. Sonaban triunfales bajo la totalidad de las cúpulas las melodías del órgano. Yo era aquel monaguillo que en la fiesta del corpus y otras solemnidades portaba la capa magna detrás del cortejo episcopal de empuesta al diacono con la cruz alzada y los acólitos y turiferarios. Me halagaba que me vieran y si fijasen en mí las vecinas. Mira el curilla qué majo.

 

▬ El cante misa ¿para cuando?

 

 ▬ Pronto, doña Macrina.

 

Esta señora era amiga íntima de doña Patro. Eran dos solteronas que salían juntas del bracero. No se perdían ninguna procesión, triduo ni novenario. Yo les sonreía con la capa magna del obispo recogida en mi regazo y que abultaba más que un servidor. La Macrina y la Patro siempre juntitas y del bracero simpáticas beatorras, pero muy tacañas pues no se estiraban jamás cuando yo iba a llevarles la "caja" –un san Antonio o un corazón de Jesús o la Dolorosa- que según piadosa costumbre se iba repartiendo por las barriadas de mi parroquia de Santa Eulalia.

 

Todo lo más una perra chica o un bollo cuando había casas donde me regalaban un duro o una entrada para ver una película en el cine Cervantes. Yo no comprendía a aquellas solteronas siempre tan juntitas, tan simpáticas, tan redichas, siempre de hábito y ceñidas con algún cordón, a misa de doce salían con un devocionario. ¿Serían monjas? No; no eran monjas. ¿Entonces como es que siempre estan juntas y en permanente comunidad? Son dos bolleras, me informó una de mis primas que se enteraba de todos los bulos que corrían por la ciudad.

 

No sabía lo que significaba bolleras. Lo miré en el diccionario. Tampoco venía. Tortilleras, hombre. Ah. Acabáramos. Pero doña Patro y doña Macrina siempre tan elegantes tan juntitas resplandecientes como dos soles, no se metían con nadie, no dieron ningún escándalo, todo se quedaba en casa, que parecían profesarse tierno amor. Habían nacido la una para lo otra. Y hasta se murieron con más de noventa años casi el mismo día.

 

Don Daniel pasaba con gesto fatigoso y una sonrisa bendiciendo a la congregación. Le quedaban dos meses de vida. Había sido un gran catequista y pedagogo. Toda la cuaresma ayunaba y según cuentan debajo de su sotana de cachemir, de las más elegantes que confeccionaba Zurita un sastre de Valladolid dice que los v viernes ceñía sus carnes un cilicio y cuando murió encontraron debajo de la cama al lado del orinal pues murió de la próstata unas disciplinas emplomadas con bolas de acero (el gato).

 

Este príncipe de la Iglesia murió en la pobreza casi. Todo lo había dado a los pobres. Era un santo y un verdadero padre san Daniel su vida y su personalidad digna de ser talladas por la pluma de un Gabriel Miró. Pero no escatimaba ningún lujo ni esplendor en el servicio de la Iglesia. Por eso aquellos jueves santos en mi Segovia adorada brillaban más que el sol.

 

Nunca he ido por la vida en plan de recoge-pelotas y bien sabe Dios que nunca le tuve envidia a nadie pero me fijo mucho. Y cuando iba en la procesión detrás del señor obispo examinaba todos sus gestos, escuchaba todas sus frases. Y aquel Corpus de hace medio siglo justo al posar sus cáligas (zapatos de obispo) sobre el enlosado de la catedral donde yacían enterrados todos sus predecesores de aquella diócesis le dijo a un fámulo:

 

▬Pronto estaré yo aquí con ellos.

 

El familiar, don Fernando Resines, que así se llamaba el fámulo: un canónigo vigoro y muy sanguíneo, que despertaba la admiración de las beatas por su brioso buen talle y hasta puede que alguna estuviera enamorada de él secretamente, se revolvió como una ardilla:

 

▬Señor obispo, ¿Quién piensa en eso? Está aun para dar mucha guerra Su Ilustrísima.

 

Don Daniel que era un santo tuvo aquel jueves que relucía más que el sol una premonición un aviso de su glorioso transito. Moriría en olor de santidad tres meses más tarde aquel mismo verano del 57. Fue la muerte del Justo. Se parecía un poco al papa reinante en aquel tiempo Pío XII con sus lentes de concha redondos, su serena altivez de aristócrata de la Iglesia, su calva tallada a cincel. Se sentía muy enfermo pero a pesar de la fatiga ofició con minuciosidad el largo pontifical de casi dos horas. Ornamentos blancos casullas recamadas de oro del siglo XV. La misa del corpus la escribió la escribió nada menos que santo tomas de Aquino en 1264. Sonaron los himnos del Pange Lengua Gloriosa y del Tantum Ergo y la secuencia del Lauda Sión. No fue una misa de difuntos sino de resurrección y eso que nuestro prelado sabía que le había salido la hoja roja. Tenía el don de profecía y el de la introspección. El bueno cuando llega la hora se alegra. Sin embargo el malo se entristece. Mors impii- del rijoso, del envidioso del que odia, del que se presenta con las manos vacías a la mesa de la eternidad- pessima. Lo dice el Eclesiastés. Y en verdad la muerte del piadoso obispo fue como una eucaristía. Su recuerdo me alienta a preservar la virtud, a perseverar en el bien aun a sabiendas de que existe el mal. El odio y las navajas por detrás y la sombra del mal que acecha. Nunca las tinieblas podrán soportar la claridad. Y esas tinieblas son mis enemigas. Nada personal. Luchamos no contra la carne y la sangre sino contra esos malos espíritus diaños del aire y de las ondas. Corpus Christi custodiat animam meam in vital aeternam. Es la fiesta. La apoteosis del amor. Un amor que existe por más que no lo parezca. No tengáis miedo. Hoy, el Corpus. Engalánese España. Es la fiesta del amor.

 

17/05/2007 10:41:52

 

 




ENTRONIZACIÓN DE BENEDICTO XVI, EL PAPA QUE LA IGLESIA NECESITABA

 

 

 

 

Il Campanone repicó gordo y el mundo en la misa de entronización del nuevo papa, Benedicto XVI, creo que ha vivido momentos de gloria y de esperanza. La apelación a la unidad del Romano Pontífice así como la presencia de legados del patriarcado de Moscú, Alejandría. Antioquía, del obispo de Cantorbery y de muchas comunidades protestantes amén del mufti de Jerusalén y de imanes de varias mezquitas, ha abierto un pontificado que viene determinado por el signo ecuménico y una carga de espiritualidad y de fundamento teológico que faltó a algunos predecesores, un hecho que desde estas columnas internautas nos encargamos de apuntar con gran escándalo de muchos que se rasgaron las vestiduras y nos tildaron de blasfemos.

 

A la Iglesia de Cristo, después de un gran tiempo de dispersión y de imágenes arrolladoras le importaba concentrarse más sobre sí misma, reagrupar filas, acercar al hombre del siglo XXI al depósito de la fe y al mensaje del evangelio que es un comunicado de alegría, hermandad, renuncia. Y eso sólo lo podría conseguir un habitual del coro de Montecasino. Nápoles donde está situada la abadía sobre el valle de Nursia que emplaza sus muros sagrados estaba de fiesta al igual que toda Germania que ve sublimar a la cátedra de san Pedro a un bávaro - ojo que no un prusiano como lo fue Lutero- ocupando el puesto número 265 de la lista y con un nombre tan hermosamente limpio y de una gran tradición entre los sucesores de san Pedro como el de Benedicto XVI. Atención que puede ser el papa de todos poniendo a contribución toda la carne en el asador de su peso intelectual para implementar las disposiciones del Vaticano II, sin menoscabo de que proclame un regreso a la ortodoxia liturgia, pero siempre desde el espíritu del amor y de la caridad, nunca desde los apriorismos y las descalificaciones gratuitas, según la regla que siguen algunos de sus detractores que ya los empieza a tener este hombre bendito y se han despachado a su gusto con insultos y bajezas hirientes. Alguna prensa sobre todo la inglesa y la española me hacía pensar en las páginas más burdas de "Fray Candil" y de la inmensa pléyade de libelos anticlericales del siglo XIX.

 

Pero que nadie espere la canonización de la sodomía, para confusión de Mr. Cobblers. El pecado nefando es una aberración contra natura. ¡Pobrecillos! Merecen nuestra pena y nuestras oraciones, nunca un sitial de privilegio en la Iglesia, que ha sido siempre cosa de hombres y de mujeres entregadas a la causa del evangelio nunca a la condonación del vicio o a una impropiedad de natura.

 

En cualquier caso todo esto es adjetivo. Nada tiene que ver con la sustancia. A lo largo de estas tres o cuatro semanas que han conmovido al mundo hemos podido constatar aquellos que vivimos con la antena bien desplegada la mano del Espíritu Santo. La elección de Ratzinger puede ser una de sus dádivas. El primer papa alemán que yo recuerde fue Gregorio V antecesor de Silvestre II, el inventor del reloj y por el cual sienten al otro lado de los Alpes significada reverencia, ya que celebran con más fervor que ningún otro pueblo la "Sylvester Abend", último día del año. También hubo otro papa tudesco, aunque en realidad era flamenco, Adriano VI pero que en la cronología cuenta como de tal nacionalidad. Los Estados Pontificios deben su origen y personalidad a Carlomagno y sobre todo a su hijo Pipino el Breve que otorgó a los obispos de Roma el poder temporal sobre territorios hasta que éstos le fueron arrebatados por Napoleón.

 

Por lo demás la historia del pontificado está íntimamente entreverada con el Sacro Imperio Romano Germánico. La defensa de la religión fu el móvil que puso en pie de guerra a Carlos V en el cenit de la gloria pero hubo también momentos de desdoro como, por ejemplo, la lucha por las investiduras, la huida a Canosa y la abducción a penitencia del propio Enrique IV que se posternó a los pies del papa Gregorio VII, otro monje benedictino que acabó sus días en el destierro y despojado de su silla apostólica por el emperador actuando en rigor de venganza. Cosas de los hombres pero con tales mimbres teje la pleita de su cesto misterioso el Divino Paráclito.

 

Hemos consultado la relación de nombres papales y el que se ha impuesto Ratzinger y el de Benedicto se distingue por haberlo tomado sacerdotes de una gran espiritualidad, de un fuerte sentido canónico. Son grandes pacificadores aunque no han dado ningún santo, sólo un beato Benedicto XI y sí un antipapa y que era español: Benedicto XIII que por no querer renunciar a su sede en Aviñón se retiró a vivir a Peñíscola permaneciendo en sus "trece" sin corregegirla ni enmendalla hasta su muerte en la localidad castellonense.

 

Este alemán seguro que hará bien las cosas. Está dotado de un fuerte carisma y tiene una sonrisa humilde y unos ojos claros, descripción muy distante del sambenito de inquisidor o del remoquete de "rothweiler" que le han endosado los ingleses. Ellos la verdad no se distinguen por la elegancia de maneras a la hora de referirse al obispo de Roma al que designan por lo menos el "bloody pope".

 

-No bloodys and no fucks, Mr. Parra – me decía a mí el director de un colegio en una escuela del Norte de Inglaterra en la que enseñé castellano.

 

Y luego de ahí para arriba haciendo caso omiso de las proverbiales reglas de cortesía. Los ingleses siempre tan relamidos y pulidos pueden resultar bastos y lenguaraces. Lo he observado siguiendo los programas de la BBC y del Sky News acerca de la preconización del nuevo pontífice que apenas han tenido cobertura de forma muy desemejante a la que dieron a la muerte de Juan Pablo II, caso insólito y tenido por un santo en las Islas. Pero en ello - y que nadie se ofenda- juegan los réditos creados por la política. Para los ingleses no hay amigos ni enemigos sólo intereses. Polonia ha sido siempre su aliado natural en la balanza de poderes contra Alemania y contra Rusia y Alemania su natural enemigo. Miserias y grandezas de la condición humana. El peso de la púrpura.

 

Papas ingleses sin embargo, sólo ha habido uno y los alemanes se cuentan con los dedos de la mano. Por lo general el colegio cardenalicio siempre se ha inclinado por los franceses y por los italianos. A pesar de todo, creo que Benedicto XVI parece que lo han vaciado en molde y da justo la medida del papa que todos necesitábamos, el "slandering" y el cachondeo de los británicos y de los españoles miméticos y con complejo de inferioridad frente a los hugonotes de los grandes "trusts", para los tiempos difíciles de la primera década del siglo XXI. Puede dar la campanada en cuestiones de régimen interior (ordenación de hombres casados y admisión de la mujer al altar en órdenes anciliarias, pero nunca el presbiterado) y sobre todo la reanudación del dialogo con los ortodoxos. Este puede ser el pontífice que haga que Roma y Constantinopla vuelvan a ser una. Lo dice este plumilla que un día soñó entrar en el Russicum donde los jesuitas romanos preparaban sacerdotes para ir a Rusia. El hecho de que el metropolita Cirilo, segundo del patriarca Alejo II, asistiera como plenipotenciario a la pontifical de preconización, es un avance de muchos enteros con respecto a lo que aconteció con el papa Wojtyla. Que tuvo unas relaciones desastrosas con los rusos a pesar de ser un papa del Este.

 

Llamó a los judíos con frase de san Agustín en sus "Confesiones" los "hermanos mayores de nuestra fe". Y esta cita la hizo nada más comenzar su apelación ecuménica en la misa de entronización, lo que desbarata ciertos argumentos de antisemitismo que empiezan a sonar por ahí. Sin embargo, se registró en la ceremonia una gran ausencia: la del Rabino Mayor de Roma. Que no pudo asistir pues precisamente hoy celebran los hebreos su Pascua. ¿Una excusa o razón válida?

 

El nuevo papa ha recibido palio de cordero pascual inmaculado y el sello sigilar. En sus manos uno de los oficios más duros y con mayor responsabilidad que pueda haber en esta tierra. La gracia del Espíritu suplirá las mermas y limitaciones de la condición humana. Él nos lo conserve en salud muchos años.

 

Esta tibia mañana de domingo de abril ha sido hermosa. Fui feliz contemplando la pontifical por televisión. Es algo cicatera la vida con nosotros en ocasiones como ésta de suerte que estos momentos, tan escasos, de felicidad y de elación para los que aman las cosas espirituales tenemos que aprovecharlos.

 

24 de abril de 2005

 

EN DEFENSA DE DON JULITO. PRO DOMO SUA. EL GENERAL FRANCO Y EL PERIODISMO DEL SILENCIO.

 

 

 

 

Me afianzo en lo superlativo huyendo de lo diminutivo de nuestra vida venial y gremial y comienzo deseándolo a Julito, al que todos queremos y conocemos de antiguo, y perdonamos sus pecados y sus pedos, sus pecadillos y pecadazos, quien no los tiene, y el que esté limpio de culpa que tire su primera piedra, pero los que sabemos qué es persecución y somos trigo limpio en medio de estos almiares putrefactos, y seguimos, impasible el ademán, (quién no ha tenido alguna bronca con Merino alguna vez, grescas de juzgado de guardia en las que sale a relucir de todo hasta las siete señas del hijoputa, mas luego no era nadie, es incapaz de guardar ningún rencor este egabrense un poco squarehead, un poco loco de Guttemberg, que yo creo que ha leído demasiados libros de Unamuno, es difícil que dé el brazo a torcer, y en él lo malo es ese puñetero pronto que tiene) muchos éxitos le auguramos en la aventura editorial que acaba de emprender. Julio es arisco y a la vez encantador como todos los cristianos viejos. No es un tornadizo ni golpista, ni nada de eso.

 

El rigor a sus principios merece todos los respetos. Salta, como todos nosotros, a las páginas de la actualidad desde el Periodismo del Silencio. Ha demostrado que tiene redaños puesto que a un periodista hecho y derecho como él lo metes en galeras, en el limbo del no ser, y eso supone una medio condena a muerte. Él lo ha aguantado con estoicismo. No en vano es paisano de Séneca.

 

"El otro Franco" es un buen texto aunque después de leerlo echo en falta el período ovetense del militar cuando fue destinado de comandante al Regimiento Milán. Fue en Asturias donde empezó a estudiar y a entusiasmarse con la idea de España y donde tuvo sus más y sus menos con las fuerzas vivas de la región, quienes le donaron con el apodo del "Comandantín". Su noviazgo con una Polo también ofreció sus lados problemáticos. En dos ocasiones estuvo a punto de suspenderse el himeneo; una por la oposición de la familia y la otra a causa de la guerra de África. Fue convocado en vísperas de la boda. El lacónico Franquito dicen que dijo:

 

▬Carmencita puede esperar. España, no.

 

Y así, otra vez a torear. Las balas como las cartas siempre llevan tu nombre y dirección. Cuando vienen no queda más remedio que "abrirlas" en la esperanza de que no sean letales, sólo tiros de suerte. Las relaciones con Mola también siguen un tanto difusas e inéditas y uno de los grandes misterios de la biografía. Claro que a lo mejor a Merino en vez de un libro de trescientas páginas le hubieran hecho falta mil quinientas.

 

En Asturias tuvo para sí el descanso del guerrero. Largos paseos por la finca de Llanera y ya de viejo lo que más le prestaba del mundo era marchar a pescar al río Narcea y meter al "Campano" en su retel.

 

Nos alegramos del triunfo de su libro sobre el General y se lo pasaríamos por el morro a más de uno, a ver si te enteras Contreras, aunque me temo que estos libros que postulan la verdad, son ponderados, ni hagiográficos, ni puras acrimonias como la de aquel mal estudiante del colegio de san Antón, flecha de todos los campamentos y becas facilitadas por la OJE, de padre rojo luego enchufado en Sindicatos, al que en el SP llamábamos el Narices y que cuando entró en la redacción con tantos granos y diviesos en la cara pensábamos que su acné era debido a su manía masturbadora, y otros que escupen contra su pasado y las leyes de la gravedad que no perdonan hacen posar el gapo sobre sus hombros, susciten las iras y bilis del personal. En aquel tiempo en este país de carnés y de fichas catalogadas a nadie se le hacía escrutinio de sus orígenes. Una pena que vuelva a haber bandos y se excaven de nuevo trincheras con dos zanjas: ellos y nosotros. Corderos bienaventurados a la derecha y condenados y precitos cabrones y cabritos a la izquierda. Unos al cielo y otros al fuego eterno.

 

Ya verás, Julito, que como volvamos a ganar, estos que ahora se desapuntan con tanto desparpajo volverán a hacer oposiciones para ingresar en el cuerpo de profesores supernumerarios con un aval del jefe de Centuria de Falange de su lejana provincia. Por cierto, el flecha del campamento, pajillero y meón, por otro nombre el Narizotas - cualquier día de estos le echan de Segovia que es mi pueblo o los cadetes le pegan una paliza que es lo que traen estas historias de remover el fango de la guerra civil que creíamos enterrada- el otro día desde una columna de la Prensa del Meneo él que formó parte de la prensa del movimiento, con pretensiones de furibundo Sansón quería derribar la cruz alzada de Cuelgamuros con los cuatro evangelistas de Avalos dentro, sus cuatro flancos y todo. Iskra de su furor. ¡Vaya un pión! Que le sirvan dinamita. ¿Volarán la montaña donde está la cripta catedral, sarcófago de tantos muertos? ¿Tendrán cojones?

 

El libro suscitará reacciones de todos los colores. Los enemigos de la verdad están que trinan pues es un nombre que aún levanta ampollas y a la culebra le gusta cambiarse de camisa - a sabiendas de que en los disfraces estriba su poder de humo y confusión- y procurarán por todos los medios impedir la difusión del escrito. En otra cosa que son expertos estos manipuladores de nuestra memoria es en colocar mordazas y en tachar nombres. No pueden vivir sin pisar cadáveres y son responsables de la muerte civil de muchos escritores. Cada mañana veo toda una peña de fusilados que hacen cola para tomar el autobús. Son los muertos vivientes de don Dámaso. Pertenecen a una España de medio pelo, la que ficha y está en nómina. Madrid, poblado por siete millones de cadáveres. Una gran mega necrópolis nos espera al bajar la Cuesta de las Perdices.

 

Pastueños, sometidos al régimen a éste y al que venga, con tal de conservar la sinecura. Si les tocasen la cartera, si les echasen del ministerio a lo mejor se tiraban al monte, pero sólo entonces. De momento, estos franquistas espectros de lo que se fue sólo piensan en sobrevivir en la paz de sus adosados. Que no les molesten. Que no les vengan con milongas. Lo único importante es su vida es la hipoteca y poder hacerla frente a fin de mes o, divorciados de tres matrimonios, pasarle a la ex los gastos de alimonia. Católicos, al único santo que ponen velas es a Santa Nómina.

 

Y los amigos y franquistas de toda la vida instalados en su comunidad y en sus raquíticas mentes de chorlitos y en su inteligencia minúscula de torzal, a los que la noción de un Franquito juerguista, algo librepensador y con instintos libreros, ellos que se asustan de la letra muerta y que no han leído en su vida, ni falta que les hace, se rasgarán las vestiduras. Dirán lo de te has pasado tres pueblos, majete pues tienen del Caudillo una imagen hierática, descarnada, casi inhumana de aquel gran español que se llamaba Francisco Franco Bahamonde. La utilizan como elemento de acreditación, como hicieron con José Antonio, para tener una ficha e ingresar en una plantilla. España tiene complejo de funcionario cesante. Que vendió su alma al diablo, que se afilió al Psoe en catarata.

 

El problema de Franco es que es un coloso, un héroe epónimo demasiado grande para un pueblo tan capidisminuido como el español, que vive huérfano de su antigua grandeza y al que le están engañando como a un chino desde las instancias del poder mediático e incluso desde algunos púlpitos. Como un Cid que cabalgará milenios por la historia de España Franco ahora inspira miedo. Y a sus enemigos es que les vuelve locos, vaya. Se ponen histéricos, con la sola mención de su apellido, echan espumadas por la boca, se hacen cámaras, o se mean por la pata abajo. Tiemblan a la mención mera de su nombre más que al pedrisco. Por eso despearon su estatua de noche pues descabalgarle de día no se atrevieran, no fuera que el jinete de hierro picara espuela y el general de la estatua desenvainara su espada .y el caballo saliendo de la horma de metal en la que le vació el artista se liase a pegar brincos delante de la guardia mora, como solía.

 

La simple memoria les encabrita a estos sepultureros de la historia - les recuerdo que mi gran maestro Rodrigo Royo, un falangista que colocaba a rojos en su periódico, al que tanto debemos los de nuestra generación escribió una novela bajo ese título - a estos prácticos del exterminio de la "recordatio nostra" en codicilos y libelos, tan en boga. Claro se forran. Parece que hasta que salieron a la palestra los Pío Moa, los Cesar Vidal no hubiera habido historiadores. Son coto cerrado, prestidigitadores del numerus clausus, familia endogámica que no permitirán el acceso a una tertulia, donde mandan las sociologías de don Híspido Estadístico. Con tal de subir y mantenerse en el machito estos fulanos que juegan a la derecha mandarían a galeras al mismo Larra. Ellos son el gobierno y la oposición. Son el santo y la limosna. La tesis y la antítesis. Si tú te llegas a ellos diciendo que eres un poco la síntesis, te tomarán por un fantasma que les bajó del cielo de sopetón, y que no esperaban porque aquí hay que planificar todo. Hasta las ideas. Por eso, si les hablas, se quedarán de piedra abriendo la boca tres palmos:

 

▬Ah!

 

Nuestros anales estuvieron en manos de los que perdieron la guerra civil o en manos de los ingleses. A toda una generación de españoles, la que tiene menos de treinta años, se les ha vedado el acceso a nuestro pasado. Franco- eso fue lo malo- habiendo ganado la guerra real en el campo de batalla, resultó vencido en el campo por la gran parafernalia que le fue adversa del mundo de la información, en manos siempre de los sinabobos a los que tanto admiraba. Candaron con siete llaves el sepulcro del Cid y he aquí que llegan promociones que no saben nada o que les preguntas quién era Isabel la Católica y te contestan que una guarra, que estuvo siete meses sin cambiarse la camisa.

 

Otra cosa que les falla es su falta absoluta de sentido del humor. Como he estudiado durante estos años los usos, costumbres, atavismos y manías de la serpiente podría volverles locos, si tiro de archivo, sé mucho de sus manías y renuncios. Pero no me da la gana hacerles el caldo. Que se jodan. Un ángel habrá borrado sus nombres del libro de la vida con el mismo afán maligno con que ellos han intentado descabalgarme y suprimirme de la lista. Para mí no existen. Son entes de razón. Entelequias literarias y políticas.

 

 

▬Rubicundus erat Judas.

 

 ▬Y yo creo que también mallorquín, una mosca cojonera con pecas y con gafas.

 

▬Habló el oráculo para decir inconveniencias.

 

▬Y ¿qué dijo?

 

▬Chorradas. No sé si salió el chueta que lleva dentro o el subnormal profundo que le habita en el desván de su desvencijada casa.

 

Sólo nos salvará la poesía y a mí es lo único que me interesa: el culto a la belleza a través de la palabra. Eso y la Venus de Milo que no era blanca ni indoeuropea sino etiope como la reina de Saba. La diosa la vi surgir entre la espuma, entre la marea humana del Intercambiador. Hermosos muslos de ébano, talle de avispa. Egregia entre todo el oleaje humano de Madrid, el malecón donde se estrellan las olas de las muchedumbres del mundo, los ilotas apátridas. La bomba de Mao nos acaba de estallar entre los dedos, pero no importa, les haremos sitio. Hablan acentos extraños, el color de su piel no es la misma, pero bufan, compiten y corren ya - Gallardón dixit- en nuestra manada. La carrera de ratas está servida. Birds of the same feather- dicen los ingleses- flock together. Pero aquí vuelan plumas muy diferentes en bandas globalizadas. Esta ciudad fue siempre hospitalaria, dura y castiza, muy milagrera, amante de verbenas y botijos y más papista que el papa, aunque ya están celebrando los funerales por España. Han labrado sobre la lápida la inscripción de "hic jacet". No sirve darle vueltas. Adiós muy buenas y ahí te quedas.

 

Ha sido una maniobra perfecta y bien orquestada, de espaldas a la galería. Ya no controlamos las riendas. Los políticos siguen mamando de la teta y a Juan español le engañan contándole cuatro monsergas. ¿Y para qué queríamos tanta información que desinforma? Yo quisiera ser analfabeto, no saber nada de estos tejes manejes de trastienda. El conocimiento allega dolor. Por eso sufrimos tanto los que sabemos. La revolución silenciosa toca ya a su fin aunque parece que la gente está despertando, tarde y torpemente, y se da cuenta de que le han vendido la burra mal capada. Momento amargo

 

Míster Cobblers que ha recibido órdenes de arriba y es más acomodaticio de lo que algunos lo suponen al mandato de Supraba yo creo que pertenece al mundo onírico de las pesadillas. Pero no me voy a poner a escribir más sobre ese individuo que me da repelús. Va a convertirse en el Pedro Go de nuestros informativos porque la gente nada más verle aparecer agitando la zocata, mirando con ojos de basilisco y haciendo sonar su voz engolada hace zapping o apaga la televisión y lo dejan con la palabra en la boca. Este sí que tiene verdadera madera de dictador.

 

No. De nimis non curat praetor. Que lo hagan otros plumillas. Y que le den un jamón con chorreras. Yo no me mancho las teclas de mocos. Mañana más.

 

23 de abril de 2005




PERVERSIÓN LINGÜÍSTICA

  

 

 

 

 

 

Tenía que evacuar consultas no diplomáticas claro está sino editoriales. Llamo a Barcelona y me ponen un contestador en catalán. Me siento un gilipollas porque no hablo el catalán, lo leo y el lemosín a medias, tal vez por aquello del espíritu de cuerpo filológico que uno lleva dentro y que mis maestros fueron catalanes ( Mariner Bigorra fue el mejor latinista que tuvo la complutense y siempre que he de solventar una duda sobre étimos hay que acudir al Corominas complementario al de maría Moliner a titulo de referencia porque el que acaba siempre llevándose el gato al agua en cuanto al origen de donde arranca el uso de las palabras es el Casares. Pero, recapitulando, el catalán se me atraganta como a tantos otros españoles. Y ahora el gallego al que siempre sentía una simpatía racial por cuestión de vecindario ya que tengo algo escrito por ahí sobre el bable y gallegos y asturianos primos hermanos, tres pares de lo mismo. Porque no es gallego eufónico y meloso de Puente Denme sino el de los caldereiros de Villalba, el que habla Fraga, que es un gallego castellanizado y algo macarrónico. Telefoneé a Santiago e ídem de lienzo la misma cantinela. El contestador de marras al aparato. Dije:

 

▬ Eu. (Yo…)

 

Y colgué. Pero recuerdo con nostalgia la jerga melodiosa de los afiladores y de los segadores que nos mandaba Rosalía todos los veranos. Venían los coitadiños rosados como ángeles y se los devolvíamos como leños. Ay Santa compaña. Dulce Monforte de Lemos. Prosas de Cunqueiro. Melodías de campanarios que es la música de Mondoñedo. Este no es mi Juan que me lo han cambiado. Nuestra política lingüística desde el 75 para acá ha sido un desastre.

 

Pocos españoles sabrán y menos con los nuevos planes de estudios que borrarán del mapa a Isabel y Fernando y nuestros escolares no tendrán derecho a saber quién era el Duque de alba y qué ocurrió en Lepanto (¡cuán triste, ala triste) que el mejor canto a España está escrito en catalán por mosén Cinto Verdaguer en La Atlántida. Al alumno de las 17 taifas se le hará gracia de saber que Cosme Churruca el héroe de Trafalgar era de Ondarroa y que hubo un tiempo en que se decía que "España tenía las espaldas cubiertas por los pechos de los marinos vascos".

Antiguamente una de las mayores riquezas eran sus idiomas y dialectos. La unidad dentro de la variedad pero se ha malbaratado el peculio del "ex pluribus unum" lema frontal del escudo de los Reyes Católicos que se han apropiado los norteamericanos. Me acuerdo que una vez en Lieja estuve a punto de perder un tren. Había hablado al aduanero en francés y él era flamenco. Lo tomó como una injuria y me mandó al convoy que salía para Paris cuando yo quería ir a Bruselas. Las lenguas son un bien pero cuando se convierten en boomerang o en dardo, malo. Ha ocurrido en Bélgica y está ocurriendo en Rusia y en los Balcanes o en el Canadá. Pero los franceses que son muy listos han arrinconado el patois y las 27 variantes dialectales del francés que se parlaba en el medioevo.

Los servicios secretos británicos ingleses pusieron sordina a las reclamaciones de los escoceses e irlandeses por una lengua propia y la lengua del País de Gales que en los sesenta tenía cierta preponderancia no tiene mayor importancia en la Gran Bretaña actual que el castuo la tiene para nosotros. En la democracia más antigua del mundo no se ha dado licencia a los galeses para que tengan una televisión en su jerga materna las veinticuatro horas del día. Sólo media hora antes del telediario. Ocurre también en Escocia. Y el cornish y otras lenguas célticas que se hablaban en el Reino Unido han desaparecido. USA ha restringido a pesar de lo que diga don Luis Maria Ansón y otros optimistas de la cuerda (poco conocen a los americanos) la enseñanza del castellano. Los hispanos si quieren medrar tienen que renunciar a su idioma y adoptar al inglés y hasta se cambian los apellidos como ese candidato a la Casa Blanca que siendo chicano ha adoptado un nombre anglosajón.

No seamos ilusos. En Washington siguen creyendo a pie juntillas que la "lengua es la compañera del imperio" importan unidad y exportan división. Es lo que les conviene y aquí desgraciadamente el que ha ganado es don Chorri Puchol en su política de odio al castellano. Para mí ese hombre que tiene muy poco de demócrata ha sido el celador o el sacristán de esta democracia vigilada. Todavía tengo grabada la imagen de don Jorge con los pirreles colgando celebrando una entrevista con el Rey a bordo de un telesilla. Todos con equipo montañeros y botas de esquiar y el bueno de don Jordi en ropa de calle. Hasta los gatos llevan zapatos. La política lingüística de estos últimos lustros no pudo ser peor. Él tuvo la culpa, él. Encastillado de soberbia y de odio a España furibundo prietas las filas henchidos los pechos furibundos de venganza catalana. Y la vamos a pagar.

 

 

 

Miércoles, 31 de enero de 2007




ROUCO PAPABLE, LA MARIOLOGÍA Y LOS RECUERDOS DEL CAMPUS COMILLENSE

 

 

Rouco se enfrentó a la puta bestia, denunció los males que aquejan a esta sociedad (familias destruidas, aborto libre, los niños de las escuelas sin cristianar y atragantados de laicismo, casamientos sodomitas, la ira que mata, la avaricia que roba, la lujuria que esclaviza y la vida que vale poco en esos barrios donde hay tanta violencia y donde te pueden pegar un tiro o un navajazo a la buena de dios, la juventud angustiada y sin salidas), cantó las verdades del barquero con esa voz joven y esa cara de misacantano - la Iglesia sigue siendo moza, alegre, optimista y esperanzada pues esto entra en el dictamen de la antigua perícope que cantábamos: "subiré al altar de Dios/al Señor que alegra mi juventud"- que sigue teniendo, pese a los años y a los achaques. Puso sobre la mesa la apostasía imperante hablando con la autoridad de un verdadero Primado:

 

▬En Madrid se peca terriblemente.

 

Cierto. España, la hija predilecta de la Iglesia, y si no la predilecta, puesto que Roma siempre nos ha mirado con reservas, una de las naciones que más hizo en pro de la implantación en el mundo de la norma evangélica, vive de espaldas a la Cruz y por la ley de los instintos inferiores. Aquí se infringen con tesón, a barrisco, pública y concejeramente los diez mandamientos. Quizá, dando cumplimiento al discurso en el Parque de Comillas- y es a Comillas adonde quiero volver- de don Manuel Azaña, España ha dejado de ser católica.

La puta bestia no perdona y Anás y Caifás, los sacerdotes del Gran Sanedrín, los que vigilan la parva, los comisarios de lo políticamente correcto, se rasgaron las vestiduras y otra vez han vuelto a sonar las palabras que sonaron en el gazofilacio o patio de las condenas aquella tarde de Viernes Santo, dando vida a secuencias de la Pasión del Salvador que siguen gozando de una perentoria vigencia y actualidad sorprendente. Todo lo que se dijo y se hizo en aquella ocasión magna es aplicable a la problemática hogaño:

▬Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos de testigos?

La entereza de este gallego que tiene una consistencia berroqueña propia del granito que tallan los canteros de su tierra lucense le costó la presidencia de la conferencia episcopal. Su franqueza le colocó sobre los hombros la coroza de impolítico. Y eligieron al tal Blaquez que tampoco es un obispo desdeñable sino un abulense acérrimo, teresiano y bien preparado, que ha logrado domeñar la alborotada colmena de Bilbao. Los caminos del Señor son inescrutables y el Espíritu tiene sus formas incomprensibles de actuación pero de tejas abajo el escándalo está servido y, a mí me parece, Arzalluz y sus muchachos nos han marcado un gol a los que hemos valorado mucho la independencia eclesial del poder secular. En Roma, sin embargo, la cotización de Rouco Varela ha subido. Figura ya como el delfín de Juan Pablo II.

¿Pero cómo puede decir tal cosa? Rouco rocoso, dijo Bedoyo desde las páginas de un diario nacional y a Bedoyo le conozco mucho pues era mi amigo en Comillas. Por díscolos e incorregibles el P. Eguillor, prefecto, aquel vasco que era uno de los hombres más perversos que he conocido en mi existencia, el fajín de san Ignacio le sirvió de poco a la hora de la santificación personal, nos colocó en el pelotón de los torpes. El tercer grado jesuítico se llama capelo y a los dos nos lo impuso dos trimestres. Juan G. Bedoya, aquel chico de Potes con el que discutía de literatura en los recreos, no sé si alcanzó el presbiterado pero es uno de los periodistas más respetables del país y corresponsal religioso del periódico donde firma. No comparto yo su visión de los asuntos canónicos pues siempre me ha gustado ir a mi aire pero le respeto y sigo pues está por lo general muy en el cristus de lo que acontece en la cúpula jerárquica.

 

NOS MANDARON A GALERAS

 

Nos mandaron a galeras y en cierto modo en aquella amistad - nos íbamos a leer "La Colmena", que era libro prohibido a los acantilados de Peña Castillo para estar mejor a nuestras anchas- empezó a fraguarse la reconciliación de las dos Españas, algo que por estos días se está viniendo abajo. A él por rojo, puesto que creo que su padre purgaba condena por motivos políticos en Santoña y a mí por decir que mi padre era militar de Franco durante un paseo. Ya en los cincuenta en algunos seminarios el nombre del dictador no era bien quisto. Caí en desgracia ya desde entonces, vaya por Dios, y ya digo ando muy curado de espanto; estoy avezado a todo tipo de descalificaciones cuando no a insultos satánicos. Me amparo como puedo de los gargajos. La última vez por lo que salió de las plumas y de las boquitas de algunos era para pedir agua bendita y exorcismo. Padre, perdónalos.

▬No te metas en política, Parrita.

▬Si yo no me meto, señor. Lo que pasa es que las verdades escuecen como le ha pasado al Cardenal.

▬¿Les perdonas?

▬Claro que sí. Hay que cerrar heridas. Pero reconozco que el momento es delicado. La bestia cambia de camisa y no se mueve en línea recta al revés que el común de los animales de la creación sino que repta en zigzag.

▬Por eso la serpiente tiene entre nosotros tantos seguidores. Se ha instaurado a lo largo y a lo ancho el culto de ofiolatría. Es el nuevo lenguaje ambivalente.

▬Ya lo creo. Ahí tenemos al ofidio enroscado al hacha símbolo del terror etarra.

▬¿No te gustan los vascos?

 

-▬Ni mucho menos. Mis mejores amigos de Comillas eran vascos: Aburto, Arriaza, Arriola, Aramburu, que era hijo de un gudari, lo mismo que Amilibia, uno de los colegas que más admiro. Entonces yo creía que era posible el perdón y la amnistía. Ahora lo veo más difícil.

-▬Eta nació en un seminario.

-▬Es posible pero yo barruntando el humo de Satanás y la que se venía con el concilio colgué la sotana. Después Chusmari Amilibia que también estuvo en colegio de frailes cuando llegó a un campamento del Frente de Juventudes definió el estado de la cuestión en sus Héroes de barro: "Esto ya es otra cosa".

▬-Ojalá sea Rouco él el próximo sucesor de los apóstoles. Madera tiene. Es una lumbrera teológica, lo justo para la brega de defender a la SRI en su encrucijada. Esta puede ser la hora de los bárbaros. Vuelven a piafar los caballos de Atila y por Europa se cruza la sombra de Almanzor. Se habla del nacimiento de otra cultura, del diálogo de civilizaciones, un eufemismo para acabar con el antiguo statuo quo que suplante a casi tres milenios de cristianismo. Lo que no consiguieron la Toma de la Bastilla y la revolución rusa lo puede implantar de un plumazo el abogado de esa fórmula que supone una auténtica rendición al Islam y una declaración de guerra a los valores cristianos.

Sin embargo, alguien dijo: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos. ¿De qué dudáis, de qué tenéis miedo, hombres de poca fe? El odio y las históricas reivindicaciones revanchistas serán aplastados por el amor.

Tiene Rouco Varela coraje y mano izquierda. Tampoco le falta ternura y ferrete. Ese sentido del humor con que observan el mundo los suevos. Y sobre todo una amplia preparación teologal. ¿Serán tales avales suficientes para acometer la proteica tarea que le aguarde al futuro obispo de Roma?

▬-Las cosas marchan mejor en este país y creo que en la Iglesia Universal cuando mandan los gallegos. Tampoco hay que dejar de mano esa dulzura, ese tacto, de don Antonio María. Eso se llama carisma. Y él es carismático.

▬-A lo mejor tu artículo sobre Mondoñedo es profético.

-▬ Dios lo quiera. Uno a veces escribe guiado por una mano extraña que le hace plasmar en el papel razones insospechadas y fuera de norma. No hay que echar nunca en saco roto los pensamientos oníricos ni las corazonadas. Creo que esa es una de las razones por las que emborronamos papel.

 

BUENOS Y MALOS

 

Todos aquellos padres jesuitas y había de todo buenos y malos eran muy inclinados al PNV y aliadófilos (Rábago, Cabezas, Eguillor) como bien demostró en su novela, una de las mejores de posguerra escrita por José Luis Castillo Puche Sin camino, una verdadera continuación del AMDG de Pérez de Ayala donde se plasman las aberraciones, injusticias, mariconería y discriminación entre alumnos pobres y ricos y muy pobre me era yo- mi padre un simple sargento del mal pagado ejército de Franco-, de los colegios jesuíticos. Era aquel seminario una iglesia de ricos, si bien el buen Marqués de Comillas la fundó con otro espíritu. Ora por mí desde el cielo, Padre Regatillo que me enseñaste a amar los Canónes y la Moral. En el claustro únicamente había un germanófilo el P. Martino recién llegado de Munich y éste tampoco nos miraba con buenos ojos. Tampoco me han logrado entusiasmar nunca los alemanes.

Esta obra del murciano Castillo Puche fue comprada en su totalidad por la Compañía y hoy es raro encontrar ejemplares de la misma. Había puesto el dedo en la llaga tirando de la manta y dejando al descubierto algunos males de la Iglesia y del falso misticismo, todos esos desafueros que hacen difícil la convivencia claustral, abogando por las reformas desde la crítica y la caridad. Cierto, las reformas son necesarias pero lo veo difícil. Es difícil pedir peras al olmo, que los curas se casen, que haya diaconisas, que alguien pida perdón por los vejámenes a los que fuimos sometidos novicios y seminaristas en aquellos años triunfales, los mejores que ha vivido la Iglesia española, para bien y para mal, desde el siglos XVI. Pero se cometieron atropellos. Estos lodos son consecuencia de aquel barro.

Me conformaría con que los templos hubiese servicios donde acudir cuando aprieta la necesidad. Es un derecho humano que se nos niega a los fieles cristianos. La implantación de mingitorios en los recintos sagrados sería un triunfo, una conquista social, y no haya que ir a buscar una pared como siguen haciendo desde la edad media los costaleros de las procesiones semanasanteras de Sevilla. El valor divino de lo humano. ¿O es al revés? ¿Qué hago yo en mitad de la misa cuando me dan unos retortijones y he de salir a toda prisa en busca de un bar? A veces un WC puede ser una obra de misericordia.

 

Ahora volvamos a Rouco al que González Bedoya tilda de rocoso y al que los socialistas acusan de haber sido compañero de viaje de José María Aznar. Eso no es verdad o sólo una verdad a medias. Conozco muy bien al cardenal. He seguido sus pasos y visto plasmado sus espíritu a lo largo de su dilatada y brillante carrera eclesial. Es un adalid en Dogma y un luchador por la justicia social. Estamos ante un cura de cuerpo entero, de los que no se casan con nadie. Me parece que fue una afrenta emparejarlo con los "newcom" (perdón por la palabreja) de la escuela de los economistas de Chicago o de los fabricantes de armas que mandan en el Pentágono como Cheaney. Rouco es un hombre de Dios, un hombre de paz. Ha demostrado que tiene muchas agallas y en Roma se quedaron ante su franqueza pasmados. Hacía mucho tiempo que nadie llamaba a las cosas por su nombre. Y tanto es así que lo hicieron palpable.

-▬Un papable es poca cosa pues ya sabes el viejo dicho romano: "Quien entra papa en el conclave, sale cardenal". Suele ser el Espíritu Santo bastante correoso y muy mirado para esto de las fumatas. Sin embargo, monseñor Rouco llega con buenos avales como el haber puesto en pie una archidiócesis tan difícil y llena de problemas como es la complutense. A Madrid la llaman la "nueva Babilonia" donde quieren implantar el diálogo de las civilizaciones. Aquí Mahoma es muy poderoso y la media luna quiere volver a hacer sombra a la cruz. A la vuelta de unos años, España puede sumarse a la lista de países islámicos, de seguir las cosas por ese camino.

 

PAPA MISTERIOSO

 

-▬ Pongámonos todos bajo el manto de la Virgen. Rouco es marianista.

▬-La mujer vestida de sol y calzada de luna que aplastará la cabeza del dragón.

▬-Totus tuus, sí

-▬Eso es de san Bernardo pero todos los caballeros de María es un emblema que llevamos marcado a fuego en nuestro corazón.

▬-Eso es de san Bernardo el cantor de María pero algunos se lo han arrogado como propio. El abad de Claraval llenó Europa de monasterios. Mandaba a sus frailes a fundar conventos de doce en doce. Estos centros de oración, estudio y trabajo fueron el antemural que protegió a Europa de la barbarie del fundamentalismo coránico.

▬-Así es. San Bernardo fue un enviado del cielo. Tampoco se casaba con nadie. Al propio papa Eugenio III, por sus inclinaciones simoníacas, y que rodeó su corte pontificia de usurarios y renoveros le escribió más de una paulina. Y de ellos queda constancia en sus exhortaciones de caridad y en sus cartas.

-▬Sus enemigos, que son los enemigos de la mariología decían de él que era poco hombre y un homosexual.

▬-Cierto era muy guapo, un adonis y sus biógrafos cuentan siempre la anécdota de aquella posadera que se encaprichó de su persona y ella vino en mitad de la noche a meterle mano. Pero él la arrojó de la alcoba con un tizón encendido.

▬-Eso mismo se cuenta de san Tomás. El Doctor Angélico y el Doctor Melifluo vieron a un buey volar y fueron los acérrimos restauradores de la castidad en Occidente y hoy son víctimas de los argumentos ad hominem. Han salido del armario. Sin embargo, las Glorias de María ahí están: Ella es la medianera de las gracias, el pilar de la Iglesia, la Cristífera y corredentora, el consuelo de los afligidos, la garante de los carismas y de los milagros. La gran obra mariológica de Rouco bebe en esas fuentes mismas. No se puede entender el Catolicismo sin la Virgen, algo que escandaliza a los protestantes, a los judíos y a los mahometanos. Pero a no a los ortodoxos de donde viene el culto. Los griegos llaman a Nuestra Señora la Odigytria (la que muestra el camino).

▬-Pero ¿cómo es posible? María de Nazaret vivió una vida oculta, y, después de la salutación arcangélica que la designa bendita entre todas las mujeres, no abre la boca en los Sinópticos más que un par de veces para decir que no tenían vino o "te buscábamos tu padre y yo; ¿dónde te has metido, hijo?". Con tales elementos se fragua el gran edificio del culto de hiperdulía. Las madonas renacentistas, las vírgenes negras de la antigüedad, trasuntos del culto a la Magna Mater, Cibeles, la madre tierra, la señora de las espigas de la fecundidad, las inmaculadas de Murillo o las tallas góticas siempre sonrientes vírgenes del pajarito y coronadas; en su regazo, el Niño. Resulta una desproporción semejante tinglado sobre una base documental tan escasa. Sin embargo, en los libros del Cardenal de Madrid se explican algunos puntos candentes del misterio mariologico. Lourdes y Fátima son otra historia sobre los cuales pasa un poco de largo, como buen teólogo, al igual que las profecías de san Malaquías que está claro que son apócrifas y se deben a los bolandistas. De la misma manera, la cuestión tan complicada de las apariciones no constituye para la Iglesia artículo de fe aunque sean piadosas realidades del culto local...

 

-▬Precisamente por eso. Porque es demasiado. En este caso sí. De María nunquam satis. Hablando de la Virgen nunca tendremos lo bastante. Eso también lo dijo san Bernardo. Porque ella simboliza ese deseo de belleza y de amor que colma las aspiraciones del ser humano. Una de las grandes epifanías de Juan Pablo II, este papa misterioso, ha sido decir que la divinidad tiene una fuerte carga de componente femenino, esto es: Dios es mujer. Toda una audacia que introduce un nuevo elemento al intrincado aspecto de la mariología. Hay cosas que ama el corazón y que la razón no entiende. Esas demasías, no obstante, pueden salvarnos. Siempre fue así en la historia de la Iglesia. Too much, desde luego pero de María nunca demasiado porque Ella rompe todos los esquemas. Espiritualmente, va contra el lema de los epicúreos que predicaban que de nada demasiado. Pero en el amor a la Llena de Gracia hay que colmar medida. Eya, velar. Velad aljama de los judíos. Velad, refugio de los cristianos. Pienso en estas cosas ahora que recuerdo las visitas de Roco al campus comillense hará la friolera de unos cuarenta y cinco años. Siempre nos hablaba de la Santísima Virgen.

 

SEMINARIOS ATESTADOS

 

Ciertamente en su proyección marianista los autores sagrados se sueltan la melena a contrapelo de la escasez de elementos de juicio con que se cuenta a la hora de alzar un monumento de tanta belleza y de tanta sabiduría como es el culto marial que aprendimos de niño en aquel somo sobre el mar, un verdadero edén iniciativo sobre los mismos veriles del océano entre los escarpados farallones de Peña Castillo y las dunas de Oyambre. Verdadero promontorio de sabiduría y de piedad era el campus comillense. Ya no se nos olvidará. La divergencia de acentos, de tipos y de clanes, así como de diversas persuasiones políticas, pues los vascos, como ya he dicho, iban a su aire, y me sorprendió ya desde entonces el antifranquismo que nacía en el seno de la Iglesia. Ellos serían los liquidadores del sistema pero hay quienes cuentan aquellas historias que yo viví y tergiversan las cosas. La sombra del Stella Maris viaja con nosotros hasta la tumba. Rouco que iba y venía y que nos visitó varias veces encargado por el arzobispo arriba y Castro a la sazón de Mondoñedo de ir a ver a los chicos de vez en cuando siempre aparecía rodeado por una turba de gramáticos, de retóricos, filósofos y de teólogos todos ellos provenientes de la nutrida cantera celta que siempre dio muchos curas y militares.

Algunos como mi amigo Lois que tenía un hermano afilador o el orensano Seoane hablando en gallego cerrado Los seminarios estaban entonces abarrotados y gracias a ellos pudimos estudiar los pobres. De ahí venimos y no nos es lícito escupir sobre nuestro pasado ¿Nacionalcatolicismo? Tal vez. Pero nunca he asistido a mejores debates, a mayores peleas dialécticas que las que se colocaban a la sombra de la Aceitera en aquel viejo salón de grados entre tomistas y suarecianos. La mente y el estilo de la iglesia es elucidaria, discursiva y abominó del pensamiento único tolerando la crítica. Incluso los inquisidores absolvían a los que abjuraba de sus errores permitiendo el paso a la hoguera sólo de los relapsos en herejía, los recalcitrantes. Los debates entre Pedro Abelardo y el melifluo Bernardo de Claraval hicieron época en el pensamiento medieval al igual que los altercados dialécticos entre platónicos y aristotélicos, entre escotistas y lulianos.

 

SABERES ESCOLÁSTICOS

 

Me acusan de pedante y de meter en mis artículos, nada circunspectos ni compendiosos ni cencerrados por cierto que mis razones tengo porque hoy el mundo ha dejado de ser monocromático y bilopolar, ardientes latinajos. ¡Pero si yo he aprendido a pensar gracias al Trivium y al Quadrivium! Yo ese mundo lo he mamado. No quiero dármelas de sabiondo pero ninguna base más sólida ni pensamiento moral más consistentes que el de la Iglesia, madre de la ciencia y paraninfo de libertad. Añoro aquellos quietes caminando de cuatro en fondo unos de frente y otros a reculas. O aquellos paseos de los jueves por las aldeas de la costa. Aquellos baños de mar. En la playa de Oyambre tan abierta y tan peligrosa todas las temporadas se ahogaban algún estudiante o algún maestrillo:

▬-Rubicundus erat Judas (Judas tenía la pelambrera color de azafrán)- le dijo un jesuita a un dominico, de color encendido como una mazorca durante una de aquella tesis y antitesis a capela con las que los padres nos regalaban algunas veces entre año por Carnavales. Las corridas de toros estaban prohibidas en el seminario y no había carrusel deportivo pues estaban prohibidos los aparatos de radio aunque algún listo se las agenciaba para montarse una radio galena en la camarilla, pero aquellos encontronazos verbales entre escuelas teológicas – se hablaba en latín- ofrecían lances muy interesantes. Al menos se pasaba bien la tarde.

▬-Sed de Societati Jesu (de la Compañía de Jesús) – le contestaba éste un poco cabreado haciendo frente al varapalo, al argumento ad hominem.

Pronto se metían con los pueblos y el debate terminaría con menciones a la madre, claro está:

▬-Caifás tenía bigote y era calvo. Había nacido en Medina del Campo.

▬-Tanto por tanto y letra de cambio.

Entre bromas y veras y a veces algún sopapo pues la gente se calentaba de lo lindo y por menos de nada estas grescas derivaban en luchas campales y Dios me libre de la cólera del clérigo y del furor del casto, tocaba la campana a silencio y en fila india bajábamos al refectorio a cenar.

 

Rouco viene de aquel mundo y de aquel seminario que yo conocí, lo mismo que la mayor parte de los obispos que integran la conferencia episcopal. Al campus comillensis le llamaban la fábrica de los obispos. No es un integrista sino un gallego cauto que sabe el terreno que pisa y con un gran bagaje intelectual a sus espaldas. Hoy su nombre ha entrado en el bombo de la quiniela de los papales.

La firmeza de sus quejas contra la España moralmente desmedulada han sorprendido en Roma donde ha imperado hasta ahora una política de asenso y de convivencia con los poderes fácticos. Es el dilema entro los dos Píos, ambos imperantes bajo el directorio Napoleónico, el VI "por ganar la silla pierde la fe" según un antiguo dicho romano y el VII es todo lo contrario. Per ganare la Fede perdere la sede". Algo de esto puede ocurrir en el próximo pontificado aunque el próximo sucesor de san Pedro no sea un éxito tan señalado mediático como el actual. Volveremos a la mandorla mítica dejando la cáscara que la envuelve a un lado. Roma- ya era hora- ha condenado el "Código de Vinci" por blasfemo y sobre la película "El Cuerpo" un ataque frontal a lo que significa el cristianismo, una cinta en la cual trabajaba el hispano Antonio Banderas, ha expresado sus reservas. Monseñor Rouco ha metido la mano en un avispero. Puede haber perdido la presidencia episcopal pero puede haber ganado la tiara de san Pedro y se sitúa en un lugar muy cualificado para ser el heredero de Juan Pablo II.

¡Qué orgullo y satisfacción para los que le hemos conocido, amamos a la Iglesia y queremos morir, aunque hijos indignos, bajo su disciplina! Está soplando seguramente el Espíritu. Y el manto de la Virgen nos resguarda del frío, de estos huracanes helados, del viento de la historia. Antonio María puede ser el Papa de todos.

 

16/03/05

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

….FÁTIMA YO DUDO

  

 

 

 

 

Trece de mayo 1917. Cova de Iría. Hubo muchas canciones y palomas en torno a este nombre de mujer árabe. La cigüeña sigue machacando el ajo de las membranzas y de los sentires piadosos y similicadencias en los campanarios vacíos de las lontanzas. Bueno; no están vacíos sino en proceso de cambio y de mudanza. Nos hemos cambiado de casa pero seguimos siendo los mismos. Se cumplen por tanto XC años de aquel evento. Supuestamente, la Virgen María posó sus divinas plantas sobre una encina del Algarbe.

Tres pastorcillos Jacinto, Lucía y Francisco, tres pastorcillos como en la edad media – la Virgen no se aparece a los grandes y los poderosos como a los cardenales y a los señores obispos, va y les dice a esos niños que no saben leer: Yo soy la Inmaculada Concepción- fueron los agraciados con esta visita. Fátima dio muchas vueltas a mi vida. Crecí bajo los misterios de las supuestas profecías: la conversión de Rusia, el fin de la primera guerra mundial pero otra mayor acontecería si la humanidad no hacía penitencia, las grandes persecuciones a la Iglesia bajo el comunismo, etc. Rusia se convertirá.

Viví mi infancia y adolescencia atemorizado por el miedo a la bomba atómica y por los secretos de Fátima que para más INRI contaban con un séptimo sello que no habían sido desvelado sino a la propia vidente, Lucía, que luego se metió a monja en un convento de Galicia y al mismo Papa. La sinopsis ocultaba un cuadro catastrofista. En las pláticas los sacerdotes que nos venían a darnos ejercicios hablaban de los Arcanos con cierto retintín. En fin que se iba a acabar al mundo, que se acercaba el Apocalipsis, que esto era un barril de pólvora, una simple cerilla y cualquier día... Terror milenarista puro y duro. ¡Cuantas veces me prosterné ante la imagen de aquella virgen de escayola de ojos fríos y misteriosos las manos uncidas a un rosario en plegaria todo de blanco (el manto, la túnica, las palomas que revoleteaban a sus plantas) excepto la corona que era de oro para cantar la Salve en aquellas sabatinas doradas de mi niñez lejana!

Dios te salve Reina y Madre de Misericordia. Y aquella virgen fue la que regaló mi pobre abuelo Benjamín a la parroquia de Fuentesoto cuando salió con bien o creía que salió con bien, luego murió en medios de terribles dolores, de una operación de próstata. Aquel blanco terrorífico y casi funeral todavía me asusta. El rostro de Nuestra Señora de Fátima me parecía más pavoroso en su inexpresividad que el de las Dolorosas patéticas y conmocionadas. Tenía tres años cuando vivieron mis padres a la gran concentración que se organizó en Madrid en 1947 octubre para recibir a la de Fátima a la que se dispensaron honores de estado. Se movilizó toda España. La devoción a la Virgen como todo español integral viene inscrita en mi alma a sangre y fuego.

Un icono de la virgen María cabalgaba en el arzón de Babieca el caballo del Cid y lo llevaban consigo los conquistadores a las americas. El escudo del marqués de Santillana ponía "Dios e vos" y hay en mi lugar de trabajo dos bagoroditsa que llaman los rusos y del Perpetuo –socorro nosotros – y es la virgen bizantina que se venera en Santa maría la Mayor de Roma y que me enviaron mis amigos de radio Moscú. Los tengo por milagrosos. Me ayudaron y confortaron a salir del paso en tiempos de oprobios y de la gran tribulación. Siempre que puedo los ilumino con candela y rezo el Eya velar. Virgen María eya velar, como dijo en la jarcha antigua del quirógrafo inmemorial.

Y hay sosiego en el espíritu y paz en el trabajo. Convertíos. Metanoite. Asumid vuestra realidad y poner vuestros dolores y traumas a los pies de la cruz de Cristo. Ese fue para mí el principal contexto del legado de Fátima. Y no seré yo el que ponga tachas a este acontecimiento ocurrido hace noventa años en Aljustrel un pueblo del Algarbe. Peregriné a él en el 95 con mi familia y me pareció un lugar terrorífico. Todo de blanco y fúnebre que es el color de luto para los musulmanes.

La basílica, la escalinata, los Ángeles mastodontitos que guardan la entrada y esos barracones cubiertos de cera y llama donde los devotos colocan cirios en los hacheros. Sus chispotorreos me recordaron las llamas del infierno. Lo encontré un lugar turístico- Portugal y sus tres efes: Fátima, fútbol y Fado- y en cierto modo abominable pues se especula con el fervor de las pobres gentes machacadas por la enfermedad, los desahuciados, que acuden allí como un último remedio. Lourdes igualmente me ofreció esta misma semblanza de fealdad católica y de mal gusto, retahílas obscenas de una religión que sólo piensa en la muerte y que hizo negocio con la muerte, cuando en realidad es el mensaje para la vida y la resurrección. No creo que vuelva.

Acepto mi dolor y mi condición de mortal, asumo el barro del que me fraguaron pero si vuelvo a caer malo no tentaré a dios con nuevas súplicas. Las apariciones de Fátima como las de Lourdes – el dogma de la Inmaculada concepción sí- no forman parte del corpus de la fe. Son admitidas y recomendadas por la Iglesia como lugar de fervor y de peregrinaciones para ejercitar la caridad al prójimo, el consuelo a los enfermos, las prácticas religiosas tan en decadencia hoy. Pero ambos sitios me escandalizaron lo mismo que me escandalizaría el Escorial tiempo adelante. Se comercia con los sentimientos y creencias vendiendo medallas, estampitas, mementos, tallas, ceniceros, saleros y repisas de noche de muy mal gusto y poco arte.

Fátima y Lourdes poco tienen que ver con Chartres, Notredame, Santiago o Toledo. Antes bien tratan de emular en copia sucedánea el espíritu de aquellas catedrales que congregaban a creyentes por millones en la edad Media. Una recuperación del espacio perdido mediante el milagro y la comercialización de las indulgencias que tanto escandalizaron a Lutero y a los padres de la reforma. En cuanto al mensaje de la virgen María también tengo mis reservas.

 

Dijo que Rusia se convertirá pero Rusia en verdad nunca dejó de ser cristiana pese a los desmanes de la checa marxista, en las iglesias convertidas en museo del ateismo y en aquellos Trostki, Lenin, Zinoviev, Beria y los grandes agentes de la revolución rusa, la mayor parte de ellos judíos como aquel Abraham Brukosvski que fue el verdugo del zar en la casa de Ipatiev el rico mercader. En Ekateringrad. Precisamente de aquella ciudad en el distrito de Zverdlosk nació Boris Jeltsin el estadista que acaba de morir y recibió en su despedida unas exequias solemnes. No se oficiaba en aquel país una iglesia funeral como aquella desde hacía un siglo. ¿Un milagro? Tal vez.

No. Rusia nunca dejó de ser cristiana. Stalin venció a los hitlerianos gracias al apoyo de los popes. El patriarca Sergio llamó a la cruzada contra el espíritu del mal. Y es la llegada del espíritu del mal lo que se anuncia en Fátima. La bestia parda. Los ídolos totalitarios. Pero hay también otros caminos por los que la libertad y la dignidad del hombre están a día de hoy amenazadas. Hay el totalitarismo de la globalización que impone el pensamiento único y ataca a la iglesia de Cristo con más saña y procedimientos más filistinos que lo hiciera el Comunismo. O el feminismo troncal y mostrenco que nada tiene que ver con la mujer ni la condición femenina.

La lucha de clases ha sido reemplazada por la lucha de géneros en nuestra sociedad. Se trata una aberración indigna para el gran papel que tiene la mujer en nuestras vidas y María es la mujer por excelencia, la Madre de Vida y Esperanza nuestra. Hay alusiones a guerras, catástrofes, desgarros pero ninguna a la crisis de fe pavorosa que vive Occidente en su pérdida de valores y a ese laicismo que aquí en España se quiere achacar como si fuera un chivo expiatorio de los males nacionales al presidente ZP. A la incomprensión a las injusticias en el reparto de las riquezas. Al capitalismo que ha entronizado el Divino Negocio, la Santa Moneda, Business is Business. No se menciona tampoco a los cayucos y a los descorrimientos de población en masa o a la efervescencia de las sectas que han tenido su apoyo en los Estados Unidos. Al eje del mal y a todas esas fuerzas oscuras que han metido la mano en el avispero del Islam para proyectarlo en una lucha sin cuartel hacia Europa sobre la cual pesa una consigna: descristianizarla. Hundid al Bismark. Cristo molesta.

Y la Virgen de Fátima debe de ser una virgen como muy de derechas siguiendo los convencionalismos del tiempo del pontificado de Eugenio Pacelli que (todo hay que decirlo: fue una de las grandes luminarias de la Iglesia y él también salvó a muchos judíos) de ideas muy conservadoras aferrado a las pautas de un nacional catolicismo que hoy está muy en crisis y que ha vuelto a rebrotar en Polonia. Pero uno sigue en puridad siendo cristologico, cristocentrico, mariologico. Mi fe no es derechas ni e izquierdas, cree en el hombre y en su proyección sobre el siglo futuro. Postula por la causa de la libertad del Gran Eleuterio. El spasiteli o salvador que derribó los tenderetes de los marchantes y expulsó con un roten en la mano a los cambistas del pueblo. La simonía sigue siendo una amenaza para la Iglesia. Cando en época del presidente de Aznar fui desposeído de mi empleo y me tomaron por loco después de padecer intensa persecución, purgas y cazas de brujas me cogí mis libros y mis grimorios y me planté en Prado Nuevo, esa cerca del Escorial donde dicen que se parecía la Virgen. Lugar extraño pues allí pude observar ciertos fenómenos parasicológicos: Danza del sol, personas en trance, signos en el cielo y después de una tormenta se dibujó el rostro en colores del Perpetuo socorro con el Niño en brazos.

Tomé fotografías y en la corteza de los fresnos salían estampados rostros extraños. Allí acudían las buenas gentes de España, la clase más analfabeta del catolicismo sólido y carbonero con sus achaques, sus problemas familiares y psicológicos, los parados, los desamparados, las mujeres maltratadas y los maridos expulsados del hogar en busca de una luz en medio de tanta tiniebla. Los ochenta y los noventa fueron tiempos en España muy duros. Venían con sus calderillos para llenarlos de agua de la fuente que consideraban milagrosa con ellos rociaban los miembros dolientes de sus enfermos. Allí una buena señora hacía visajes ante el micrófono, hablaba con voz ronca y entre suspiros. Todo algo diabólico y desagradable pero curioso. Muy curioso y como decía san Pablo, nada del hombre me será ajeno, me enfrasqué en el estudio de las apariciones que es algo tan viejo como la historia de la humanidad y que acontecían ya en tiempo paganos. Los dioses romanos no eran sino trasuntos de ciertas apariciones, de los dioses familiares, ciertos diablillos que llamaban manes, lemures y penates, que enredan, desbaratan o protegen según y como.

Allí la gente iba en busca de Amparo.

▬-Tú estás protegido- me dijo una saludadora.

-▬¿Cómo lo sabes?

-▬¿No ves esa cruz sobre la frente?

Y efectivamente la vieja tenía estampada una cruz luminosa sobre la frente. Joder. Pero no estaba asistiendo a una aparición marial sino a un tenida espiritista. Los espasmos, las luces, los ensalmos eran del todo diabólicos y la tal Amparo Cuevas no era más que una exhibicionista. Nos estaba engañando a todos, tomando el pelo, con el cuento de que cada primero de mes, hilo directo con las Alturas, recibía un mensaje de la Virgen siempre en tono aterrorizante y apocalíptico. Al lugar venían también muchos portugueses pero estos peregrinos no hacían partija con los españoles. Iban a su aire. Eran los heraldos de Fátima. Gente de buena fe, sencilla, y algo timorata capaz de meterse en un autobús y hacerse más de mil kilómetros para ir a un sitio a rezar el rosario y pedir por sus enfermos. Seriedad y compostura lusitana que nada tiene que ver con la milagrería castellana. Aquí una buena procesión de disciplinantes presta tanto como la mejor corrida de toros.

Sin embargo, aconteció que me curó de una enfermedad diagnosticada como un mal incurable, desaparecieron los dolores de la barriga y la vidente me anunciaba que un día volvería a ser rehabilitado en mi trabajo y a ver a mi hija Helen Parra-Hugh. Así ha sido. Pero no tengo que darle las gracias a la Virgen María sino a ZP y una ministra como Carmen Calvo clemente señora que aunque se profesen laicos y republicanos tienen más piedad para con el prójimo que algunas Hijas de María. ¡Bendito sea Dios!

Por lo que toca al reencuentro con mi hija perdida, fue un milagro de Internet, de esta página donde escribo o cosas de la vida. Eso de milagros para mí es una palabra muy fuerte. Con respecto a la enfermedad que yo padecía a lo mejor es que hizo crisis o que me fue mal justificada por un galeno dormido o perezoso. Hubo instantes en que creí a pie juntillas en que lo que acontecía en la cerca de Prado Nuevo era cierto. Que la finca estaba bendita y que los fresnos eran árboles celestiales y que las caras que aparecían estampadas en mis negativos eran alas de Ángeles y figuras de las escenas de Cristo. Too much for my body. Pero a estas conclusiones no les avalaba ninguna conclusión científica.

Un día leyendo al gran Cajal me encontré con la respuesta. Decía nuestro sabio histólogo que los santos y los milagros del ayer son nuestros microbios de hoy en día. Y en efecto esas caras extrañas que se plasmaban en mis tomas de los fresnos del Escorial se debían a unos bichitos que son hongos y que en bibliotecnoeconomía se llaman agentes microgenicos que producen figuras extrañas dentro de una imagen por corrosión. Las caras de Belmez por ejemplo. Por otra parte en el terreno de la parpsicología se ha avanzado poco y ahora que lo pienso Lourdes, Fátima, el Escorial, Mendjigore en la ex Yugoslavia etc pertenecen más que al mundo de la fe al terreno resbaladizo de la sugestión parapsicológica. Se trata de lugares extraños emplazados en sitios con un fuerte tirón telúrico a los que hay que acudir con cierta prevención circunspecta y con algún conocimiento de astrología.

Prado Nuevo que en tiempos fue una dehesa por donde paseaba Felipe II, gran aficionado a las ciencias ocultas adivinatorias y nuncupatorios (por eso alzó el Escorial en aquel sitio) a mí no me quitó la fe. Me la devolvió y desde que asistí a tales tenidas en ciertas maneras repugnantes de la Cuevas con sus jipios y gorgoritos mi fe ha salido fortalecida. Es más esotérica por supuesto. Soy más mariologico. Más cristocentrico. Pero no se trata más que de una vivencia. De una postura personal.

 

13/05/07

 

 

 

 

 

 

 



EL ESPIRITU SANTO SOPLA DESDE MINESOTTA. EN EE.UU LA ORTODOXIA ES UNA MODA RELIGIOSA

  

 

 

 

Celebro Pentecostés en compañía de una radio amiga que accede hasta mi celda via Internet se llama Ancient Old Faith Radio (cantos sublimes y hasta las letanías intraducibles en el viejo eslavónico, en castellano, y en el griego puro no en coiné suenen maravillosas adaptadas con un buen coro en inglés) El Espíritu Santo sopla cuando quiere y donde quiera. Ahora le toca el turno al gran pueblo norteamericano.

Lo hace desde Minnessotta. Es una estación en la red en antena las 24 horas del día. Son las maravillas de un cántico nuevo gracias a la Red. El cerebro electrónico como útil de gestión y de transmisión. El mensaje es relajante, no estridente, como hacen otras radios del terruño y las comparaciones son odiosas, las veinticuatro horas del día. En las oficinas., en las salas de espera, en las consolas del escritor o del bombero o del policía merced a la magia electrónica es posible escuchar a los coros que escuchaba Musorgsky, el canto del Querubín, las letanías, el Agios –Agios- Agios o tres veces santo, el Akazistos o himno a la virgen. América, pese a las diferencias que puedan tener Bush y Putin, ha encontrado el tesoro escondido de la Ortodoxia una forma de entender el cristianismo donde lo personal a diferencia de lo que ocurre en el catolicismo y sobre todo en el protestantismo en el que prima lo particular en las relaciones con Dios se relega a lo colectivo, donde la liturgia y el canto diaconal nacida del culto a la belleza o filocalía, un concepto sin el cual no se puede entender a los griegos, lleva todo el peso de las invocaciones constantes a la Trinidad. Kyries y santiguadas. La oración vocal le gana aquí la partida a la oración mental. Yo rezo. La adoración ha de ser colectiva. En la ortodoxia se concibe como un gran templo. Y no me quiero meter en teologías pues ese camino nos podría llevar a falsos misticismos y peligrosas aberraciones, cada uno modula su aproximación a lo trascendente según sus apetencias y capacidades pero aquellos que cantan y rezan juntos tienen a la postre que amarse pues han gozado en comunión de los dones del eucarístico ágape.

Los oficios religiosos en el rito de Basilio y Crisóstomo suelen ser muy largos debido a esa noción del hesicasmos o repetición continua de las suplicas que vino del desierto y de los mantras hindúes o del tasbib muslímico en el que se invoca el Alá es Grande múltiples veces en las congregaciones de la mezquita. Mutatis mutandis, el Ala akber islámico es un Kirie eleison cristiano, una invocación trinitaria. Algo muy viejo y a la vez nuevo porque lo importante en el hombre en su caminar por las sendas de la historia no cambia. En definitiva, América se ha reencontrado con la ortodoxia. Es un culto que está de moda en Nueva York desde que el Príncipe de Gales Carlos dijo que a él le gusta mucho más el canon basílico que el anglicano. Por otra parte se han cansado de los tele predicadores que durante las pasadas décadas arrasaron pero esos señores que hablan sin parar y dicen que curan y hacen exorcismos –me acuerdo en una misa en una capilla bautista de Georgia donde yo era el único blanco y a las señoras negras no se les caía de la boca la palabra Aleluya y el Gloria a Dios que entraban en trance les daban vahídos y prorrumpían en gritos histéricos cuando les ponía un dedo el ministro en la cabeza pero este ministro era un pájaro de cuenta se hizo millonario- luego resultó que amaban las riquezas más de la cuenta y ya lo dice el Evangelio es más difícil que entre un rico en el reino de los cielos que pase por el ojo de la aguja un camello.

Anécdotas aparte, el pueblo americano está todo el imbuido de un sentido mesiánico del vivir. Para ellos Dios es algo muy importante. Ya la revista Time lo anunciaba en una de sus portadas al comenzar la presente centuria que el siglo XXI será el siglo de Dios o no será. "In God we trust" se lee en el exergo de los billetes de a un dólar.

Recuerdo mi impresión primera de la Quinta Avenida y aquellos hombres anuncio que discurrían por la acera de la arteria más animada del mundo con un cartel por detrás The End is at Hand (se acerca el final) y por delante Jesús I love. In Him we trust (Amo a Jesús en el que todos confiamos) entre la indiferencia de los "conmuters" que tenían prisa. También era frecuente encontrarse con aquellos oradores de guardacantón en cualquier esquina de Manhattan que biblia al brazo comentaban los versículos de la Escritura y que un amigo mío los llamaba orates a lo divino. Un pueblo del Libro hasta la extenuación. No, América no es como la pintan las películas banales, materialistas y descreídas por más que sea el estado más laico del planeta y desde la Primera enmienda a la Constitución se profesa un respeto eximio rayano en veneración con la libertad de conciencia. Allí se reverencia tanto al ateo como al creyente pero nadie se escandaliza porque un sujeto haga profesión de fe desde una publicación que cada uno piense como le dé la gana allá cada cual pero no te rasgues las vestiduras si el otro se exaspera y te contesta como te corresponde.

Pero en España donde residen adherencias totalitarias dentro de ciertos "demócratas ridículos" tomando el rábano por la hojas nos hemos pensado a juzgar de esa mimesis que practica nuestra prensa corazón de las malas cosas y de los vicios ocultos de los EE: UU nos hemos pensado, digo, que todo el monte es orégano y que esto es Hollywood y que allí se vive en perpetua bacanal. No. Una de las cosas que echo de menos de aquel Nueva York que amé y padecí fue la primera página del New York Times. Tengo mono de aquello como le pasaba a Manolo Blanco Tobío. Era el catalejo para asomarse al mundo mejor. ¿Dónde quedaba España? Un país pequeñito. Las noticias de Madrid venían en un recuadro pequeñito. A veces los españoles nos creemos el ombligo de todas las cosas. Hay algo de paranoia en la vida española. Pero, en fin, yo recuerdo con fruición aquella ciudad de los rascacielos sede del progreso con complejo de torre babélica. Donde todo era posible encontrarse con un rabino hasídico que caminaba por Brooklyn seguido de su mujer que gastaba peluca y estaba cargada de hijos y no debía caminar a la par que el marido como manda el Talmud y un poco más allá un hara krishna y en las escalerillas del metro me topé una vez con un gigantesco monje ruso. Vestía parda sotana barba recortada y el pelo largo recogido en una coleta al estilo del monte Athos y en medio de la barahúnda de New York City adonde había saltado a la plataforma del andén metropolitano seguramente desde las páginas de una novela de Antón Chejov parecía un espectro. Aquel monje que se paseaba por el apeadero del metropolitano neoyorquino al anochecer venía de cantar vísperas de una iglesia del Bowry en la que Dios se apiadaba tal vez de los desamparados y del deshecho de la Gran Manzana y volvía a su convento en Nueva Jersey.

Ya en el siglo XV llegaron a Alaska los primeros misioneros rusos y Alaska que los zares vendieron a los Estados unidos haciendo un mal negocio dependía del metropolita de Novosibirsk.

A América el cristianismo no lo llevamos los españoles aunque parezca chocante decirlo sino los rusos y ahí existe toda una maneja por desenmarañar y descubrir del Cristo ortodoxo que suele ser un cristo manso y oculto que habla poco y canta mucho.. La popularidad que encuentra la ortodoxia en los USA, una nueva moda que arrasa en un país imbuido de religiosidad se explica en la historia de la Unión fundado por no conformistas protestantes: Los padres peregrinos del Mayflower más radicales en la interpretación de la escritura que la iglesia oficial anglicana y por los virginianos de profundas creencias medievales en el culto a la Virgen María.

Ellos tuvieron que abandonar su país la Old Merry England donde la mayor parte de los campanarios normandos fueron desmochados o "belfries" y se derribaron las campanas. Asimismo las capillas a la Virgen o las lady Chapel fueron cerradas. Pero todavía un estado de la Unión el más importante donde se encuentra Washington se sigue denominando en honor de la Virgen y son los ortodoxos los que más se distinguieron en honrar a la Madre de Dios. Tienen un himno precioso que se canta de pies todos los sábados y en los días de Cuaresma el Akazistós. Todas las estrofas del quirografo bizantino que data del siglo VI empiezan con la salutación de Alégrate.

La escuché el otro día por Radio Blago otra emisora de espiritualidad ortodoxa instalado en un monasterio del Caúcaso y me emocioné un poco. Si bien se mira, estamos viviendo tiempos de cambio. Por el ciberespacio cunden las maravillas que transformarán al mundo. Las diferencias entre Roma y Constantinopla son mínimas en el credo pero abismales en el talante. La bizantina sigue la ruta filosófica de Platón y la romana la de Aristóteles. La utopía frente al racionalismo. El alma frente al pensamiento. Santo Tomás de Aquino el gran peripato que sigue la senda marcada por Agustín trata de explicar la existencia de Dios mediante el intelecto. Es un argumento hacia debajo de Dios hacia las criaturas. En los padres orientales es al revés. Un místico español Raimundo Lulio a contrapelo del pensamiento tomista de Bernardo y Abelardo imbuido de este sentir oriental de la presencia de Dios en el mundo creía en la posible reconciliación de las tres religiones.

El franciscano mallorquín había leído De tribus impostoribus y estaba convencido de que la conversión del pueblo hebreo y de los islamitas era posible no por la espada sino mediante la persuasión. Fracasó en su peregrinación a Berbería donde encontró según lo más probable la muerte a manos de los sarracenos. Es lo de menos. Su proyecto – Lull es el padre de la literatura catalana- queda ahí y escrito en lemusino con letras muy gordas: Dios es amor pero claro está luego los panteístas toman el rábano por las hojas y estamos en lo de siempre: La Iglesia Exterior o iglesia política nada tiene que ver con el tabernáculo interior del testamento nuevo. Lulio era un ortodoxo en el pleno sentido de la palabra. Parecía que había leído a Nicolás Berdiaeff con seis siglos de anticipación. La iglesia rusa que parece haber resucitado al cabo de un tiempo infernal de persecuciones, mártires y acosamientos sin tregua a del materialismo ateo y científico y para los que la no existencia de Dios –esa gente tendría menos porvenir en USA que un espía sordo- es un dogma de fe, parece haber resucitado de forma milagrosa, e insiste en este aspecto: la reconciliación de la humanidad en Cristo. Sus teólogos la denominan la bolchaaia primierenia (tiempo de perdón y reconciliación) y en América parecen haber recogido el guante captando el mensaje.

 

Dicen que las comas las pone el diablo para separar el aliento de una frase. También colocó las conjunciones copulativas y si esa conjunción copulativa es enclítica la cosa tiene ya tres pares de perendengues. Y sólo una conjunción copulativa enclítica separa a las dos grandes iglesias católicas la del Este y la del Oeste, una autocéfala y otra jerárquica – los ortodoxos reconocen la autoridad del obispo de roma solo como un primus inter pares pero sus diócesis son autónomas reconociendo la primacía tanto del patriarca de Alejandría de Antioquía de Atenas o de Constantinopla-: el famoso Filioque que para tratar de explicar aquí por menudo había que remontarse a los tiempos de Focio y de miguel Cerulario en el siglo XI sobre la procedencia entre las tres personas del dogma trinitario. Los canónes con la salvedad del celibato eclesial norma que los papas aplican sólo al comienzo de la Contrarreforma y que los bizantinos mantienen ad libitum y salvo en el monacato donde la castidad es preceptiva y el credo son los mismos.

Ciertamente, ellos guardan las reglas primigenias de un cristianismo antiguo donde es muy importante la tradición. El papado, observa Berdiaeff, es posterior a la institución de la iglesia como institución. Fue una creación carolingia. El merovingio Pepino el Breve emperador del Sacro imperio confiere al obispo de Roma la potestad de coronar al emperador el día de Navidad y la primacía sobre todos los prelados basándose en la tan debatida potestas clavium que otorgó Nuestro Señor Jesucristo a san Pedro en el cenáculo y que los orientales no admiten o interpretan de otra forma.. En resolución, el tema no puede ser más apasionante y actual. Cuando se habla de una decadencia de Occidente, del nacimiento de una Tercera Roma y del síndrome de la iglesia católica vacía o los escándalos del Vaticano – el ultimo el turbio asunto del arzobispo Markinckus- los templos ortodoxos están llenos y hay que registrar esta nueva pujanza de la Ortodoxia norteamericana que llega precisamente cuando allí el catolicismo está en crisis, los testigos de Jehová o los mormones y los predicadores de ágora ya no son lo que era. Y desde allí el Paráclito nos visita a través de las ondas de Internet a los que creemos en el Salvador y en su Parusía.

 

 

Saturday, 29 de July de 2017

 

 

 

 

 

 

 

 

 



EL VIOLADOR

 

 

 

Antonio Parra.

 

 

 

Tarde apacible de domingo en el bloque de apartamentos de una barriada de Madrid. Las gentes de mi ciudad dan cuerda al reloj, miran lo que dan por la tele, escuchan resultados de los partidos o sacan comprobantes de la quiniela. De repente oigo gritos:

-▬Socorro, vecinos.

 

Alguien riñe. Intento salir al pasillo pero mi mujer me disuade en prevención de que pueda tratarse de un enfrentamiento conyugal. El vecino del piso enfrente también asoma la gaita tras el cuarterón pero solo a puerta semi entornada y con la cadena en el pasador preventiva. En estas situaciones de emergencia la gente tiene miedo, no quiere líos. ¿Dónde está el antiguo genio de los españoles? Se achaca a la incomunicación, a la insolidaridad, a que la gente va a lo suyo y por eso las relaciones de vecindad son de lo más falso(el personal parece que acaba de zamparse un tigre o tiene la sangre envenenada) que hay, tienes la sensación de que te vigilan, te controlan, te envidian y los que siempre nos comportamos espontáneos y no tenemos miedo a nada ni a nadie mostramos nuestro carácter independiente pues por lo visto somos políticamente incorrectos pero cuando escucho la alarma de violador o se meten con el honor de mi madre yo siempre me tiro pa adelante.

Entretanto, los gritos arreciaban y las voces se hacían más estentóreas, había forcejeo, sonaban golpes. No había más remedio que tirarse a la calle. Bajo al primer descansillo de mi bloque. Tres de los inquilinos a los que yo solo conocía de vista – buenos días buenas noches- forcejean con un muchacho de unos 24 años. Un mierda, un gigas, pero iba bien trajeado, la chupa que llevaba encima debía de valer sus buenos duros, pega puñetazos y trata de escapar, pero entre los cuatro lo sujetamos.

El fulano no tenía ni media hostia. A mi padre en artillería le llamaban el sargento Fuerzas (no sé si yo heredé la fuerza para amarrar uno en cada mano dos proyectiles del quince y medio, pero sí el salero). Así que lo tumbé de un directo. En principio creí que se trataba de un caco pero al reconocer a mi vecino del cuarto Gerardo y su enfurecimiento comprobé que la la cosa pudiera ser más grave. El menda que teníamos acogotado – podíamos haberlo aplastado igual que una cucaracha- no era de los del gremio de la ganzúa de Rinconete y Cortadillo. La cosa era mucho peor. Un violador.

La pequeña Mabel hija de mi vecino Gerardo y funcionarios de Obras Públicas había bajado a comprar unas botellas de CocaCola cuando fue abordada en el ascensor por un desconocido que a punta de navaja la hizo bajar hasta el cuarto de calderas donde están los mandos de la calefacción y el cajetín de transformadores. La desnudo y le dijo tu túmbate que yo te digo cositas.

 

Allí fue sorprendido por otro vecino in medias res que escuchó los lamentos de la niña. Sentí vergüenza ajena y abominación hacia aquel joven pálido bien trajeado y el pelo crespo. Pensé en mis mujeres y le arrée. Con saña. Además.

-▬Vale ya, Antonio que lo matas.

▬¿Qué lo mato? Este cabrón no se merece vivir.

Mabel tenía las faldas alzadas. Todo su cuerpo temblaba.

-▬Es que fue como un acto animal – decía el sujeto en medio de una granizada de puñetazos.

▬-El acto animal te lo van a dar a ti en la capona. Que te van a abrir un butrón en el culo en cuanto pises la reja, payaso, más que payaso.

Dimas el camionero no hacía otra cosa que pronunciar la palabra payaso. Pero aquel que teníamos en nuestras garras no había salido lo que se dice del circo Price. Por lo menos no del escenario donde trabajaban Totó y Fofito. Pero sí de una de las jaulas de los tigres de la Casa de Fieras. A las alimañas hay que cazarlas a lazo aunque vayan disfrazadas de domadoras pidiendo clemencia porque los clowns que en esta vida nunca falta y aquella tarde en mi bloque tuvimos "Fiesta al noroeste". María Matute volvió a contárnosla con pelos y señales.

La policía no tardó en llegar  (esa abnegada y eficiente Policía Nacional) Al número que le puso las esposas parece que lo conocía o al menos resultaba un héroe para mí. Era un hombre alto el rostro noble bien trabado de hombres. Serrano de Ávila. Recuerdo que dijo:

▬Deberían haberle dado más caña porque es reincidente y se merecía una buena somanta. Ahora nosotros no podemos tocarle un pelo de la ropa. Porque nos denuncia y nos lleva a juicio por malos trato y por faltas al Código Ético de los Derechos humanos.

-▬No te fastidia

Se había arremolinado en el vestíbulo un buen golpe de gente. El rumor de que habían atrapado a un violata corrió por toda la calle. Y venía a ver la fiera como si fuese un número curioso de circo. Otra vez con los clowns a vueltas. Los números de la policía nacional y los guindillas que se presentaron al poco rato impidieron un linchamiento o que le aplicaran la ley de Mahoma de donde dan las toman. Todo el bloque estaba en peso enfurecido contra aquel hombre.

Hay dos cosas que sublevan a uno hijo de la raza, porque al fin y al cabo somos del país de Fuenteovejuna y es el atropello de una mujer no consintiente -cuando les gusta ya es harina de otro costal y en este caso era una virgencita una niña de poco más de once años- y el que le llamen a uno sin comerlo beberlo hijoputa. El mayor escarnio y algunas domadoras por ahí por foros y por chats se van de la lengua. Otros menazan. Watch out. Menos globitos

A todo esto nos fuimos todos a la comisaría. El individuo que dijo llamarse Fabián siguió repitiendo la cantinela de "fue algo animal ...fue algo animal". Pero se hace el atestado y en la declaración que ofrece el acusado dice que fue la niña la que le había provocado. Llevaba una falda muy corta y le sonríe cuando salía de la tienda de comprar chuches. Sin embargo reconoce que no estaba en el portal de nuestro bloque de visita. Había ido a conseguir algo dinero pa droga. El inspector no puede ser más eficiente y cabal en la cumplimentación del atestado pero dice que el ladrón-violador se las sabe todas.

Según el servidor del orden publico, será difícil que puedan aportarse pruebas y Fabián que fue habido gracias a nuestras feroces e indignados puños salió libre por la puerta grande de la Ley. Sentimos rabia e impotencia. Otro malhechor que anda suelto. En Estados Unidos lo pondrían en la morgue o lo sentarían en la silla eléctrica. América y en eso soy muy pronorteamericano no puede ver a los violadores –tampoco a los envidiosos y a los difamadores- Es la ley del Colt. El que la hace la paga y los policías neoyorquinos lo aplican la ley de fugas. Vd no corra ni se le ocurra cuando le diga un cop: corre. Porque va a ser cadáver en dos segundos. Aquí en España seguimos siendo demasiado permisivos para estos asuntos graves y muy estrechos de manga en lo que se refiere a parvedad de materia. Y yo digo estas cosas no a título de periodista sino como testigo de cargo a beneficio de inventario. Mabel la pequeña Mabel pudo ser su hija, amable lector o su nieta. Gerardo siempre que me ve me invita a unas cañitas.

-▬Tómese lo que quiera, Sr. Parra.

▬-Muy amable.

▬-Lo que hizo usted por mí no lo olvidaré nunca.

▬-Hombre se agradece pero no tuvo la menor importancia. Todo el mundo en mi caso hubiera hecho lo mismo.

▬-No todos no. Los hay que escurren el lomo o atacan por detrás. Vd. no es de esos.

▬-Por supuesto que no.

▬Ya sabe donde me tiene. Yo también soy valiente y me gustan los valientes.

-▬Gracias, Gerardo.

Dios se lo pague a su agradecimiento que de desagradecidos está el mundo lleno por eso cuando la calumnia aprieta sus tábanos –▬ y la calumnia envidiosa o rijosa, el ultraje gratuito o la amenaza es como una violación, una violación del honor-▬ me acuerdo de mi vecino el papá de Mabel. Y pienso que llamo a mi amigo Gerardo o a mi primo el de Zumosol. No hace faltan. En mi familia hay tres policías, cuatro guardias civiles y mi padre militar. No hace al caso molestar, me puedo valer yo por mi cuenta. No soy un matón pero tampoco un enagüillas. No he renegado de esa bendita bandera que juré en Getafe. Y la defenderé con mi propia sangre pero jamás de los jamás es para matar hermanos. Lo malo es que los ahora se las dan de tanto patriotismo no fueron a la mili porque fueron declarados hijos de viuda, expedientes de cupo, los pies planos o a lo mejor pueden que se declaren súbditos de otra nacionalidad. Se pasaron al enemigo Entonces sí. Entonces podían convertirse en objetivo. En enemigos de mi patria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

 

 

 

 

FAULKNER CUMPLE 110 AÑOS

  

 

 

Antonio Parra Galindo

 

 

 

El 22 de julio de 1962 moriría en Oxford (Mississippi) William Faulkner el novelista estadounidense que mejor supo plasmar a decir de los expertos la realidad del mundo moderno, y un innovador del género narrativo acaso uno de los más imitados junto con Kafka Joyce Dos Passos y Hemingway. Asimismo crece a lo largo de su dilatada una contemplación del mundo muy personal. Otro dato por el que es diferenciado Faulkner dentro de cupo de escritores de Norteamérica es por haberse erigido en rapsoda del Sur profundo y violento, segregacionista y atrasado. Para ello crea un país imaginario que algunos han imitado (estoy pensando en Juan Benet y su región). En el caso de Faulkner es Yoknapatwha – el nombrecito se las trae- y allí desarrolla gran parte de la trama de sus historias. El lugar es una especie de ínsula Barataria de las pasiones con sus crímenes, declives familiares, quiebras de las fortunas, el cierre y decadencia de las antiguas plantaciones de tabacos. El surgir y declinar de la estrella. La creación y profanación del mito porque más que un escritor es un mito. El mito de América. El sueño americano.

 

Yoknapatwha estaba en alguna parte del estado de Mississippi donde nació el novelista en 1897. Hoy tendría William 110 años. Era hijo de unos colonos tabaqueros y algodoneros procedentes de Irlanda. Su abuelo había sido militar surista. Era coronel. Mandó un regimiento. Mal estudiante y bajo de estatura no daría la entrada para alistarse a filas por lo que expediente de cupo se libró de marchar a pelear a Europa en 1914. Sin embargo lo admitieron en la aviación canadiense. La primera gran guerra es el hecho más importante de su existencia eje de marcha sobre el que gira a veces su novelística onírica hechas de jirones de realidad y de peldaños en la escalera del recuerdo. Otro tanto le ocurriría a sus contemporáneos: Dos Passos, Hemingway y Fitzgerald.

 

Su aparato fue derribado en la batalla del Somme. A consecuencia de las heridas tendría muchos dolores y acudiría a las anfetaminas la morfina y al alcohol que lo destruyó para mitigarlos. La metralla se le movía en piernas y brazos al cambiar el tiempo. Por eso bebe. Se matricula en la universidad de Mississippi. Lo echan por borracho. Tampoco era capaz de concentrarse. Recorre toda una gama de oficios: carteros, albañil, maletero de estación, guarda nocturno o lo que se llamaría hoy securata de unos grandes almacenes. Pronto descubre que el escribir sirve de terapia a su cuerpo y calma la sensación de vacío de una vida fracasada. En sus noches de vigilante se entretiene emborronando cuartillas.

Asi surge The Sound And The Fury. Una de las novelas señeras del presente siglo casualmente llega empapada de alcohol y de congoja. El título se lo había tomado al Macbeth de Shakespeare. La vida es una historia llena de sonidos y de furia contada por un idiota. En este caso la contaba un guardabosque. La crítica acoge la novela con entusiasmo y todos son unánimes de calificarla de hallazgo definitivo. Un cuadro anímico del espíritu de la América de entreguerras. John dos Pasos, Hemingway forman con Faulkner la terna atacante de la generación pérdida. Todos volvieron de la guerra, fracasados. Faulkner está considerado como el de mayor talla. Se había aficionado a las letras al poco de regresar del frente. Su primer trabajo la paga del soldado es de 1926. tres años más tarde y con motivo del hundimiento de Wall Street su humor no puede ser más pesimista: While I lie dying.

 

Es la novela de un suicida. Posteriormente vienen Santuario, Luz De Agosto, Absalón Absalon y Réquiem Por Una Monja. Ninguno de estos trabajos le reporta ningún lucro. Por lo que decide hacerse guionista de Hollywood. Lo mismo que otros escritores famosos como Aldous Huxley, Woodhouse etc. También sin excesiva fortuna. A la Meca del cine le venían grandes los genios. Estruja mejor la cabeza de los mediocres. Con lo que en su país sería prácticamente un desconocido hasta los comedios de los años cuarenta. Su prosa era desgarrada, críptica y algo en clave, penosa de leer salvo a los buenos paladares con bouquet para la literatura y a veces ni a estos mismos. Parece que sus novelas están escritas a caballo. No es el espejo que Flaubert larga a través del camino sino crónicas galope. Cabalga entre la desesperación y la esperanza.

 

En 1949 le conceden el Nóbel y hace declaraciones. Entre ellas la siguiente: "Creo en el hombre en su nobleza para el sufrimiento y la supervivencia. La raza humana sobrevivirá incluso a un holocausto nuclear. El ser humano es inmortal y esa inmortalidad dimana de su capacidad para adaptarse al medio. En los saltos que da el progreso a lo largo de la historia".

 

Faulkner llega del profundo sur donde el sentido de la existencia es fatalista. El ser humano no podrá escapar a us propio destino. Al Fatum de los romanos y que Nietzsche llama Schiksal. En la vida hay tres vertientes ineluctables: derrota-condena-fatalidad. Estamos sin embargo ante un escritor cristiano. Como la mayor parte de los anglosajones formó su estilo en la Biblia.

 

Y considera que los Sinópticos es la historia mejor contada. Ningún escritor conseguirá vencer a los cuatro evangelistas en el arte de narrar. Y aplica este cristianismo a su temática. Por ejemplo en Fábula que se desarrolla en las trincheras del Somme cuenta la historia de un pobre soldado desertor que encara la muerte por fusilamiento. El pobre muchacho encarna la pasión de Cristo otra vez y Faulkner intenta abordar el tema como si fuera san Mateo el cronista de este lance. El autor se nos muestra muy antimilitarista lo que no deja de ser parodia. No creo que su paisano Bush otro sureño y un autentico warmonger haya pasado más de cinco minutos ante un texto de Faulkner.

 

Con todo, su obra mayor es the Sound And The Fury. La vida no significa nada. Sin la fe todo pierde sentido. Y el ser humano caminará siempre rodeado de sombras. En esta novela el argumento no puede ser más crudo: el hundimiento de una familia en medio del alcohol, la codicia, el incesto, las cálidas noches de sofoco en la veranda entre el aullido lejano de los chacales, el zumbar de los mosquitos y el rítmico balanceo de la tumbona en la veranda. The Sound And The Fury calificada como una de las mayores obras de arte literarias del pasado siglo formula la profecía de un tiempo que habría de venir: la decadencia del sur que es la decadencia de América en definitiva.

 

Pero Faulkner sigue vivo campeando el temporal de las modas y de los gustos literarios. La literatura también rinde tributo a la novedad pero los hombres pasan y también las modas. Es el ápice y el punto de referencia del gran friso de la literatura estadounidense. Ha tenido muchos émulos e imitadores pero es un autor inimitable. Como todo aquel que habla con voz propia. Como todo profeta que señala el camino. El pequeño demonio del sur sigue marcando el rumbo y eso que su prosa no es convencional sino muy enrevesada como la de Samuel Beckett, Kafka, o Proust. Es un escritor de escritores. Denso y con una protuberante cargazón intelectual, un maestro de lenguaje y así da gusto leer y también escribir. Sus frases siguen retumbando en mi memoria como el eco de los derrubios que se lanzan al vacío desde el cañón del Colorado. Un aviso. "Absalon, Absalon" y que no se os enrosquen los cabellos en la rama de una encina como le ocurrió al fatuo y apuesto personaje bíblico.

 

 

S29/07/2017

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



ATEOS DE DERECHAS GRAFÓMANOS, PARANOICOS Y ORTRAS HIERBAS

 

 

 

Antonio Parra

 

Os curas e os taberneiros tiñen moito parecido, os curas bautizan nenous e os taberneiros o vinho. Los curas y los taberneros tienen mucho parecido, unos bautizan niños y otros vinos (canción popular, Galicia). En vez de llorar, orillas del mar, es como para ponerse a cantar muñeiras; por ejemplo, el Naveira do mar pues es el caso que como los curas y los taberneros tienen mucho parecido y por aquello de que dios los cría y ellos se juntan., aquí estamos hechos todos unos zorros Mi vida por un plato de lentejas y mi honra por un buen debate en foro de triste aforo. Preferí yo siempre los cenáculos porque del foro son solo los de Madrid y aquí lo que hay es mucho guiri. Pues eso. Los ateos y los gays- el que no junta desparrama- tienen una cosa en común: que no se les puede quitar la razón como a los locos. Ellos erre que erre, que no hay Dios. Esa idea no se les quita de la cabeza, y si les dices que no están en lo cierto, se ponen a chillar igual que posesos. Calma. Calma, amigos. Asómese a la ventana, querido fray Tomás, y contemple el universo. ¿Nunca ha visto un buey volar? Esas estrellas del cielo ¿quien los crió? ¿Qué mano ordena el ciclo de las estaciones? Si se mira a las criaturas, uno puede entrar en éxtasis o en contemplación y prorrumpir en un cántico al hermano sol a la hermana luna o al hermano lobo con Francisco el hijo de Bernardone.

 

Pero, si se mira hacia adentro, uno escucha la voz de alguien que es mágica que es nuestra conciencia nosotros mismos - es el argumento probatorio utilizado por Anselmo de Cantorbery- y el hecho de que usted no crea porque se le ha muerto un hijo que andaba metido en la droga no es para ponerse así. Blasfemos y desesperados los hubo siempre. Dios es el sumo bien pero también existe el mal en el mundo, el odio la malquerencia la calumnia el pecado de soberbia que es el peor de todos. Usted señora o caballero no es nada, algo insignificante y contingente, una maleta en transito que se pierde entre el matalotaje de un tren de largo recorrido, y el que a ustedes les hayan ocurrido algunas desgracias que a otros también nos han sucedido y no la emprendemos a tirar con flecha y con arco contra el triangulo de la Santísima Trinidad, no es para tomárselo por la tremenda. Somos carne de dolor y nuestro destino es convertirnos en crucifijos. La vida no es más que una mala noche en una mala posada, Teresa dixit. Dios seguirá existiendo y su presencia en las cosas es cosa demostrada. Seguirá existiendo a pesar de ustedes. Él no les necesita. Vds., a él sí. Pero piensen como ustedes le dé la gana.

 

Ese ojo mágico que todo lo ve y todo lo sustenta es Dios. El gran arquitecto como dicen los masones pues hasta los masones creen en Él. Dios, el cristiano, el Mío, es amor pero si usted va por esta triste existencia, lleno o llena de odio, no podrá escuchar mi canción, pues sus ojos no están limpios para ver al Señor. Vivimos en la cultura de la queja que deriva en blasfemia y a ver si va a tener la culpa ZP de que hayan ustedes perdido la fe. Se trata de un movimiento que vengo observando cuando recién inaugurado Internet yo me metía en los chatos. El ateísmo como el porno duro y las viejas canciones de la santificadora ortodoxia todo en totum revolutum todo metido en un mismo saco navegan por Internet pero allí no me encontré a los ateos de toda la vida a los anarquistas anticlericales los torvillos de mis entretelas, puesto que me percaté que los más envenados eran votantes del PP y se hacían lenguas de José María Aznar que para mí es uno de los mayores desastres de esta democracia.

 

Observé que estos ateos eran peperos paranoicos y un poco anticristos pues les deben haber lavado el cerebro en una cadena que dice ser lo que no es. Además, demostraban un ateísmo dogmático y practicante que hiere mi sensibilidad de creyente en Jesucristo no en Mahoma ni en Moisés. De las tres religiones del libro solamente una puede ser la verdadera pero no se lo digamos al Gordo que va con un sombrero negro y enorme a las manifestaciones y tampoco es él lo que parece aunque se diga luterano pobrecito mío. Son esos ateos una especie de peste que copan todas las tribunas de la red.

 

Ello forma parte de toda una estrategia bien diseñada de los anticristos. Al que dice profesar la religión de Jesús lo arrinconan lo escarnecen y censurarán con ese agit prop en el que son tan expertos. Ellos solo creen en la banca Morgan en Bush y en Blair. Además, inverecundos, exponen sus taras como si fuese una conquista y así se ufanan de sus mermas. Si argumentas por ejemplo que crees en Nuestro Señor Jesucristo salvador del mundo y dador de vida o si cuentas una historia de como posesionaste en semana santa detrás de un paso por una promesa ya te azupan los alanos de su intolerancia:

 

- Mira éste.

 

Y si eres partidario del amor como vinculo procreador entre el hombre y la mujer y no por mero deleite ya te vienen con monsergas. Uno comprende sus posturas que a lo mejor resulta de una enfermedad de un vicio de una mala postura en la cama o de algo genético váyase usted a saber pero amiga mía si usted perdió la fe por hache o por be no es para que la condecoremos. Es usted digna de lastima. Y no es que la recomiende yo que escuchara las charlas del P.Venancio Marcos como hacían muchas mujeres en mi infancia porque el pobrecillo ya se ha muerto y, amén de eso, decía verdaderas barbaridades teológicas pero permítame que la compadezca. Marcos, por otro lado, también era digno de lastima; era un obseso sexual producto típico del nacional catolicismo que es donde empezaron a quebrar muchas cosas en este país y ya lo vengo diciendo el cristianismo no es un problema de bragueta, mejor me lo pones. Creer es una gracia. No es un argumento sino un sentimiento. Nada tiene que ver con la mente. Hay cosas que están próximas al corazón que la razón no entiende.

 

Para mí la fe es un don precioso en vasija de barro que nada tiene que ver con mi peripecia personal, puesto que yo no soy importante, sólo barro que se apelmazará en la tierra, lo que no pase o lo que me deje de pasar se irá por la posta, se lo llevará la trampa. A mí también me ha zurrado lo suyo la vida pero todavía no he quemado las filacterias y suelo rezar todos los días el Domine Jesu Christe que dixisti apostolis tuis pacem relinquo vobis pacem meam do vobis ne respicias peccata mea sed fidem Ecclesiae tuae. Eamque secundum voluntatem tuam pacificare et regere digneris da nobis pacem in diebus nostris ut Ope misericordiae adjuti a peccatis simus semper libri et a Te nunquam separari permitas (Señor mío Jesucristo, que dijiste a los apóstoles la paz os dejo mi paz os doy, no mires nuestros pecados sino la fe tu Iglesia. Da paz a nuestros días para que mediante tu gracia seamos libres de nuestros pecados y no permitas que me separe nunca de Ti). Hermosa oración del canon tridentino pero, políticamente incorrecta e incoercible pues para empezar ya no hay pecados ni líneas de separación entre el mal y el bien. Preciso y precioso texto, que algunos orejas les sonará a latinajos y se llevarán la mano a las cartucheras y mira que eran viejos cursillistas antaño y muy de Acción Católica pero que siguen recalcitrantes en el error y yo creo que odian El Mandamiento Nuevo. Oyen del latín y tiran de pistola.

 

Y lo curioso es que todos estos ateos de nueva generación fueron a colegios de frailes o se educaron con las monjas. Algo ha fallado en esa educación sentimental que les dieron puesto que el péndulo osciló hacia la otra punta. Toda nuestra pedagogía ha fracasado. Que se han hecho ateos desde luego pero siguen conservando el dogmatismo el clasismo y ese complejo de superioridad y de culpabilidad que les hace ser egoístas y mirar a todo el mundo por encima del hombro. Hay que darles la razón como a los locos. Estos ateos de la calle Génova tienen madera de inquisidores. Exhiben su irreligiosidad, su agnosticismo y su anticatolicismo por más que se escuden al amparo de intramuros eclesiales y organizaciones afines próximas a la iglesia. Tienen una idea fija: Zapatero. Burro de todas las cargas culpable de todos los males. Hablan de los años perdidos y se refieren sin alharacas que el problema de este país es ese hombre. Wrong. El problema son ellos: su intolerancia, su ignorancia, su vesania. Son la cara menos amable porno duro en la red. Decir la más atroz de la derecha, esa derecha irresponsable que en parte fue la culpable de nuestra guerra civil es decir poco.

 

No quiero hablar aquí de un tipo tan poco presentable y muy golpista él nacido en palma de Mallorca y que dejó sus sesos estampados en una curva de la carretera de la Coruña el banquero de Franco los conciliábulos de Mola. Lo que yo supe y no supe, y después nunca más se supo, o nadie quiso saber. Los tapados de las dos esquinas.

 

Una buena capa todo lo tapa decían los castizos y el dinero puede mucho, lo puede todo o casi todo, es incoloro inodoro (aunque muchos hablen del sweet smell of money) e insípido pero con él se compran los campos de la sangre para enterrar a los ahorcados. Llevan siglos y siglos así. No cambiaron de táctica. Crime does not pay dicen los ingleses. El crimen no te tiene cuenta pero a ellos les va bien porque esta gente siempre se sale con la suya. Apostando a dos caballos gana.

 

- Entonces ¿por qué escribe usted?

 

- Para que no nos quemen más cenachos en España. Hablé en un artículo de la palabra clastomanía que es la inclinación mórbida que tienen algunos a romper la baraja. Y saltó un anónimo - conozco bien su nombre- espetando su iracundia: oiga, esa palabra no viene en el diccionario. Sin embargo este vocablo ha hecho saltar las alarmas. Pero yo me apunté otro tanto, les había descubierto sus cartas.

 

- Los hijos de las tinieblas nunca soportarán la claridad. La verdad les duele y reaccionan como Satanás cuando percibe el incienso a través de sus fementidas pituitarias. Él quiere que la humanidad huela a azufre y a sangre para él maniobrar en la oscuridad, vendernos la burra y sus campos de Haceldama.

 

- Entonces va el Pateta y lanza sus mesnadas por los foros de la red. El Interpuesto es muy hábil por eso le llaman Príncipe de la Mentira y múltiples son sus disfraces. A veces pone cara de buen chico/a Ahora enseña patente de demócrata y una librea de tolerancia aunque debajo de la manga se guarde su temible carta: la de la tiranía y la guerra, el dolor universal. Escupe hiel bajo una sonrisa de miel.

 

- Congruente e irreprochable su razonar.

 

Estuve cavilando y dándole vueltas ante el acoso de estos prójimos y prójimas y aproveché mis conocimientos de psicología para estudiar a través de sus textos algo que se oculta detrás de su fachada de "buenos chicos" y la verdad es que si ellos son malos ellas son malas malísimas como lo eran las guardesas de los Campos. Muy cerrados de molleras puesto que desconocen que el fin ulterior de la historia es lograr la fusión de los pueblos y las culturas. Se dicen hispanos pero son anti españoles. Si uno estudia un poco a los cronistas de Indias, los españoles fomentaron el mestizaje. El inglés, según nos relata Vasconcelos, sólo se cruzaba con el blanco y exterminó al indígena. Y todos estos pepitos y pepitas se declaran anglófilos. Pusieron en un altar a Tony Blair y para ellos Bush y el clan guerrero y armamentista de la actual administración de la Casa Blanca son casi de naturaleza divina. Y si proferimos alguna reserva al respecto como insurrectos del periodismo y algo contreras que siempre fuimos nos tachan de rojos y de progres y nos echan encima la clámide de albura de los avenates. Lógico. También a mi Maestro lo tomaron por loco y le vistieron de la túnica blanca de los orates de Israel. No obstante, y seguimos con los análisis de textos su grafomanía les delata.

 

Recuerdo una entrevista que le hice al doctor Vallejo Nájera hace ya algunos años. El tema de nuestra charla se centró sobre la paranoia. Y he aquí algunas de las conclusiones que he rescatado de los apuntes de mi archivo:

 

1. º Esta enfermedad o delirio suele manifestarse hacia los cuarenta

Años en los comedios de la vida y perdura hasta la muerte del paciente con algunas renitencias y recaídas.

2. º Se manifiesta en el orgullo, egocentrismo, hipertrofia del yo. Sobreestimación de la propia personalidad, exhibicionismo y engreimiento.

3º Tendencia a imponer las propias ideas. Nunca aceptan el más pequeño reparo a sus asertos.

4º Megalómanos y salvapatrias. Llamados a los altos destinos. Se creen un poco los elegidos de dios aunque para salvar a la humanidad tengan que abrazar el ateísmo.

5º El paranoico es totalmente crédulo para todo cuanto confirma sus ideas delirantes o de demencia senil y rechaza todo cuanto le contradice.

 

7º Conserva la lucidez y a diferencia del esquizofrénico no pierde contacto con la realidad y su memoria es buena pero se falsean sus recuerdos. Es terco, irritable y sobre todo y ante todo carece de sentido del humor. Ojo al dato. Lo que diferencia el texto salido de la mano de una persona cuerda es que en éste se notarán rasgos humorísticos pero en los de un paranoico delirante las notas humorísticas brillan por su ausencia. Son encefalogramas planas y en consecuencia muy difíciles de hincarles el diente.

8º Son grafómanos. Escriben constantemente pero su poligrafía les vuelve iterativos. Se repiten más que la cebolla. No suelen caracterizarse por aportar algo nuevo. Su estilo es pesado e insípido sin el salero de los verdaderos profesionales de la pluma a los que ellos roban cancha con sus paridas intrusitas. Pero estas no son incoherentes por lo que a veces equivocan al lector incauto que quiere haber descubierto a un genio cuando en realidad está ante un caso flagrante de demencia senil o de paranoia sin más.

9º Por ultimo, tienen delirios de grandeza y, tentados de profetismo, se consideran los elegidos de dios. Creen tener poderes de clarividencia y de adivinación. Pero el delirio se deriva de choques emocionales muy profundos.

 

Las aclaraciones del eminente frenólogo no tienen desperdicio y creo que vienen al pelo en abono de mi tesis que no es más que un pliego de descargo contra estos ateos de nuevo cuño, que tienen manía persecutoria con el jefe de gobierno, no creen en dios, tampoco en su prójimo, deforman la realidad con sus patrañas y mentiras peligrosas. Pero vivimos en una país de grandes paranoicos, émulos de Hitler, sufragáneos de Bush y de las absurdas guerras guarras para cebar el monstruo de su lobby armamentístico, delirios de grandeza. Me creo en el deber pues a lo largo de mi carrera me los he encontrado por todas partes a estos locos de guante blanco el desenmascararlos. Antes de que sea demasiado tarde. No me duelen los ataques personales. El que digan que estoy acabado o que no sé escribir - todos un ataque diabólico a mi línea de flotación: llevo más de cuarenta años en el oficio de juntar palabras- o el que sea un hombre acabado o un burnt out case un caso quemado, como el cura de la novela de Graham Green, no me duele tanto como el que traten de negar que Cristo vive y está en la historia. Doy testimonio de su luz pero estos procuradores del nuevo Cesar pronto desenvainarán la espada pues están dispuestos a todo. A cortar cabezas. Con tal de que su locura heredada de Luzbel el ángel malo prevalezca. Sin embargo, ahí están las nueve tesis de Vallejo Nájera para quitarles la máscara a estos pobres enfermos mentales. Son como una nueva peste parda. Tienen algo de nazis. De malsines. Deletéreos. Clastomanos. Enredadores. Muñidores de conflictos, pleitistas, irreverentes, sacrílegos, envidiosos, talibanes, egoístas, cargados de prejuicios contra la razón, prácticos de la mentira que viven engañados, muy pagados de sí mismos pero muy aprensivos de su salud y cosas personales, apegados a sus cosas, y fracasados de la escritura a los que recoge el cubo de la basura de Internet. Ellos son el problema. Ellos con su intolerancia los que han vuelto la vida española tan crispada en el paroxismo de la falta de conllevancia y en su impiedad pagana. Son mucho más intransigentes que los propios moros a los que critican estos paranoicos afectados por el morbo visigótico, secuaces de don Opas, y en punto a mujeres me quedo con la humilde emigrante rumana o boliviana pues a estas ex alumnas de colegios de monjas la mala educación sentimental le emponzoñó el corazón de odios y de rencores absurdos hacia el varón, lo que está convirtiendo los hogares en infiernos portátiles donde arde el fuego cruel de la violencia de genero. Por eso vemos por ahí tanto florero. Tanta rosa insatisfecha. Mi propósito, con todo, no se centra en el ataque personal; es sólo moralista. Propongo una enmienda a los yerros, no la culpa de las personas, se dice el pecado pero no el pecador, y marco la herida para el cauterio. Que se reformen. Que se conviertan. Que dejen de incordiar, de hacer daño. El problema de España no es Zapatero. Son ellos. Y en este pliego de descargo creo que me quedó corto. Podría aducir contra estos patrañeros muchas cosas. Sufficit. Baste por hoy

 

 

 

 



AQUÍ SOLO CANTA EL RAITÁN

 

 

 

Publicado en sur de Málaga el 24 de julio de 1982

 

 

 

 

De todas las lenguas romanas y románicas, de entre todas las diversas jergas y tonalidades en que se hablan las lenguas de España, creo que los vocablos más hermosos los conservan vascuence y bable. Dos idiomas que fueron hablados por gentes aldeanas que tuvieron un comercio natural y sin mistificaciones de ningún tipo con la naturaleza. Por eso se hablan como susurros en las frondosidades de los bosques del país cuando la brisa besa los árboles o los santigua el viento entre las ramas. Y se refieren a conceptos directos y concretos. No se trata de hablas especulativas o analíticas. Aparte de eso guardan en ambos casos las esencias entrañables del pasado prerromano (el celta y el ibero) por lo que se refiere al guipuzcoano. En cuanto al bable es lo más parecido al lenguaje de los juglares y de los héroes de los cantares de gesta o al de las legiones romanas que acamparon en el Bierzo, la asturica invicta cuartel general de la Legio VII Gemina. Es nuestro romance más puro al que hay que volver para estudiar la evolución léxica o sintáctica del castellano. ¿Quién no se ha extasiado ante la ternura de una balada en vascuence como el amets egin goitzian? ¿A quién no se le alegran las pajarillas o se le vuelve el alma de almíbar al escuchar los sones del pericote o de la danza prima? La llingua asturiana guarda asimismo de términos propios de ascendencia celtíbera. Bellos vocablos como cadeixo, enciso, xana, hatores. Los sufijos diminutivos en in parece que endulzan la entonación de la marina y de las brañas cuando risca la luz las entrañas del monte. Hay vocablos como vixu y orballu y en la prosodia juega a la dulcificación general una yod intervocálica. En asturiano no existen las jotas que dcen las trajeron los moros pero que yo creo que son préstamos del habla fuerte de Vascongadas. ¿Anduvo por aquellos montes la Tribu Perdida la XIII? ¿Estuvo de verdad el paraíso en Cantabria? Por Pravia dicen salió la lluna y calentémonos xunto al llar pero un poco más arriba por los concejos de Tineo esta l palatolental se hace explosiva dando lugar a tsuna y a tsar. Hay un bable en cada valle por eso resulta difícil codificar una lengua que fue muy alabada y coloquial pero apenas escrita porque el idioma oficial quedaba para los curas y los escribanos, el latín y el castellano respectivos y dentro del bable existen, como no variantes dialectales entre Occidente, la marina y la braña. Estos detalles son testimonio elocuentes de la riqueza y variedad de una cultura como la española. En Inglaterra, verbigracia, se han sentido orgullosos de estas variantes localistas pero expresarse en slang rural o en la jerga de las grandes ciudades nunca fue bien quisto. Se impuso el modelo de Oxford y Cambridge cuando más pausado y responsable más culto. Los de abajo hablan deprisa mientras los de arriba expresan sus conceptos con mucha lentitud y con prosopopeya en la dicción. De esta forma el inglés resulta una idioma diferente si se escucha en Cornualles o en las parameras de escocia. En la televisión y en las novelas los autores tienen a prurito utilizar estas diferencias acentuales mientras en España se dan de lado y hasta se ridiculizaron a astures y vizcaínos. De un lugar venían las amas secas y de la otra provincia las famosas concordancias. Sin embargo en Vasconia aparte del idioma propio se ha hablado y escrito muy buen castellano y la prueba ahí está en la gran Pléyada de escritores que dieran Guipúzcoa Vizcaya Álava o Navarra. A pesar de las concordancias vizcaínas de las que se mofan nuestros autores del siglo XVII. Aquí hemos tratado de construir una España irreal, etérea, tipo estandarizado pero no lo hemos sabido hacer tan bien como los franceses y los ingleses y nada se diga de loa alemanes. El habla es el alma de los pueblos y aquí la hemos cuidado poco. Se ha copiado en detrimento de los intereses el centralismo de Boileau y las tres unidades pero este país tan variopinto no es ni descartiano ni versallesco. Ahí es donde falló Larra, que es un pésimo escrito, hasta Umbral lo dijo, y con él los afrancesados, que son pléyade. Y a causa de esa cerrazón para respetar a los demás han ocurrido nuestras hecatombes nacionales. Nuestra falta de información interregional nos vuelve aparte de chabacanos chauvinistas y un poco templados hacia la cólera y la verdad que no es para tanto. En madrid no se supo cuidar ese tesoro que son las lenguas periféricas y esta tara ha derivado en separatismos. Mea culpa. Fuimos aparte de tontos un poco ignorantes. Por ejemplo esa imagen de Castillada prefabricada de imperial, apabullante, mesetaria intolerante cuando en realidad el pueblo castellano es uno de los mejor avenidos y tolerantes. Su principal virtud es la llaneza. Del rey abajo ninguno. Castilla es estoica, mesocrática y comunera acogedora a su mido pero también guerrera. Hospitalaria y dogmática. Castilla se estampa en los perfiles de cualquier capitel románico.

 

El cronista piensa en estos asuntos oyendo esta mañana cantar al raitán pájaro bello y mínimo que se solaza tras los "finxos" de la era mientras la tarde cae son sombras prometeicas sobre los cerros astures. De todas las aves de la creación quizás sea el raitán el de menos envergadura pero su canto es recio y potente como el de una gaita que suena en alborada matinal. Anida en ramas de castaño este pequeño prodigio de la fauna animal y busca a la compañera atrayendola con sus filados bajo los ladizos del hórreo de castaño. El de mi casa es del siglo XVIII. Un epígrafe en el dintel escrito a gubia en letra inglesa dce: Fizolo Lucas Fernández en 1789. Podíamos hablar mucho de esa fecha. Cuando las horcas tomaban la Bastilla aquí estaban tallando troncos para construir cabazos y paneras los carpinteros de ribera. Al raitán no le ve. Es tímido como el ruiseñor y huraño como el urogallo. Sus tonadas, sin embargo, alegran los praos. Atardeceres mágicas. Un ángel de luz nos lleva en volandas por los montes del paraíso allá donde queda la Sierra del viento. Esta región nos prende a los que somos de secano. A Clarín lo nacieron en Zamora pero en su entraña es el mejor asturiano y yo estéticamente me siento astur que lo mejor del mundo España lo mejor de España Asturias y de Asturias Pravia. De la raíz del manzano nació mi madre asturiana. Mientras en madrid hablan de crisis y de la descomposición hasta el pie de monte no llegan los estampidos de los cañonazos de aquella guerra dialéctica. Ahora canta mi raitan amigo el que viene a visitarme todas las tardes a mi pomarada y me parece que sus gorjeos me dice:

 

Yo quiero a España... Yo quiero a España

 

 

Y con la mirada me dice como aquella rapaza que me da su corazón ole ya. Mañanas... mañanitas de llover. De llover. Hoy mi corazón se solaza con las viejas tonadas. Ha pasado una carreta tirada por los últimos bueyes del país lo ejes paez que cantan. Es Pachín que vino de la siega. Hay pocos lugares del planeta donde todavía puedan encontrarse aldeas como este donde se escuche el cantar enamorado del raitan o el sonido lúgubre y pastoral de las esquilas de las vacas que trae de llindar el guaje. Igual que en un cuento de Leopoldo alas. Me parece que estoy percibiendo por sus andares lentos y el son de la esquila amorosa y maternal el regreso al establo de "Cordera" la vaca abuela. Pero no se llama Cordera. Llamase Moruca. ¿Y la otra?

 

-Ye xata. Aun no la bautizamos, señor – me dice el vaquerillo muy circunspecto y ceremonioso.

 

A los animales domésticos aquí los bautizan cuando los fierran. Pero si nos aguardamos un poco a que cierre la noche a lo mejor vemos cabalgar sobre los tejados el espectro de doña Berta. La propietaria de la casona que escribía cartas de amor al carlista habita en mi aldea, el rellayuo. Y la verdad es que estas cosas nos hacen ser un pueblo rico y esperanzado como diría Borges. Debe de haber trasgo en el bayado. Las xanas bajarán a peinarse a la fuente del reguerín. Habrá luna llena

 

 

 

Escrito en el verano de 1987 y trascrito domingo, 24 de junio de 2007

 

 

 

BORGES SE QUEDA CON NOSTROS

 

 

 

 

 

Sur de Málaga 10 de julio 1982.

 

 

 

Apoyado en su cayado de profeta del antiguo testamento – la cachava la compró o se la regalaron en Segovia, era de esas de serpentina ahumada que yo vi tantas veces en mi ciudad natal los jueves cuando venían los paisanos al mercado- parece un profeta mayor de la literatura, de pastor que apacienta los rebaños de ficciones infinitas. Borges nos recibe en la suite del hotel Palace y habla con la cordialidad de los sabios, su discurso exento de dogma, tartamudea un poco. El argentino tiene algo de carismático y una sonrisa dolorosa con la que estira los labios un poco para evitar se le descuadre el plato de sus postizos. El autor de ficciones con el paso de los años y cuando ya otea el horizonte de la eternidad ha cobrado un aspecto digno de taumaturgo. Hay que ver la suavidad de su tacto al acostar la mano sobre la contera de su bastón celtibero. No le pega este garrote. Me estrella la mano al tacto su mano es suave algo calurosa y hasta sus ojos ciegos puede decir que te ven aunque te miran de otro modo. Es como si esas manos quisieran curar. Arar a un valetudinario con los colirios dulces y tonificantes de la imaginación.

 

Mi oficio es soñar.

 

 

El tono de su voz es aquietante y cordial. He aquí un buen compadre rioplatense con porte de británico. Borges ha venido con nosotros. Seguramente se quede a vivir con nosotros. De momento pasará una temporada en palma de Mallorca donde será huésped de su amigo el poeta inglés Robert graves que se afincó en la isla desde el término de la guerra civil. "Pero me costará trabajo desarraigarme de Buenos Aires. No quiere hablar de política. Prefiere como tema de conversación lo que siempre fue suyo: la literatura. Sin embargo no deja de repetir "ha sido algo terrible" refiriéndose al conflicto de Malvinas que acababa de ocurrir. Terrible. A causa del conflicto angloargentino el autor del aleph debió de padecer muchos puesto que sus lealtades estaban algo divididas. De un lado su abuela era de origen inglés. Y del otro su ascendiente judeo español a través de los Acevedo. En el torrente de su sangre se dan la mano y vivieron en armonía Cervantes y Shakespeare. Nos confiesa que a él le enseñaron a pensar y a sentir en inglés para contar y escribir en castellano. De esta combinación de fuentes ha surgido un genial hombre de letras. Borges maestro mayestático erecto muy polito y urbanita como oteando siempre lejanías. Mira hacia adentro una paisaje interior desde que sus ojos se cerraron a la luz desde 1955 lo que es la mayor condena para un bibliotecario. Dejar de leer qué suplicio. Pero pudo así mejor asomarse a los paisajes del alma que son los del laberinto. Pertenece quizás a esta estirpe de hombres señeros siempre en atalayas de vanguardia que vigilan el rumbo del barco del mundo. Son atalayas. Sigue el escritor confesándose anglófilo pero su anglofilia nada tiene que ver con las agarradas jupiterinas de madame Thatcher y sus fulminates actos enérgicos. Argentina crucificada por estos días en la cruz del sur. Allí también trataron de crucificar a Borges y con el a toda una nación. Borges seguirá siendo el chesterton porteño el hombre de la paradoja que nunca abdica de su argentinidad y que la ejercerá entre nosotros mientras habla de Acevedo y del Talmud y de cansinos assens al que él siempre colocó en un altar – aquel sefardí que habitaba el barrio de Chamberí hablaba treinta idiomas y tradujo a los clásicos rusos al castellano bajo el pseudónimo de Nicolás Tasin yo recuerdo bien aquellas novelas suyas de la colección universal que con tanta fruición leía siendo mozo- y al que conoció en la residencia de estudiantes, se apoya en su bastón de sauce y en el hombro de su secretaria de origen japonés Maria Kodama. ¿Las guerras? ah las guerras. Serán siempre necesarias para que luego vengan los petas a cantarlas pero las guerras son todas sucias, entupidas poco heroicas, huele a inmundicia y huele a sangre. Es lo que le pasó a homero. Tuvo que arder Troya para que él se pusiera a escribir la iliada. ¿Ocurrirá lo mismo con la guerra de las Malvinas?

 

 

 

 

En un reciente viaje a Londres la pascua pasada con vistas a la publicación de mi "Franco&Sefarad a secret love" con una editorial inglesa cuyo nombre no viene al caso, me di un paseo por Portobello que es una especie de Cuesta de Moyano de los libreros de lance pero a lo bestia. Y en este recreo o paraíso del bobliópola pude solazarme, entre añoranzas, con títulos olvidados o perdidos en los diferentes acarreos y mudanzas por los cuales atravesó mi biblioteca, sobre todo los de la vieja Penguin.

 

Cuando era mozo los adquirí a centenares. El lema con que aparecieron estas ediciones en 1935 era "un libro por lo que cuesta una caña de cerveza". O (For a pint a Penguin) Y yo los dos chelines de mi almuerzo los ahorraba muy a gusto para dar satisfacción a uno de mis vicios y pasiones mayores: la lectura y la literatura. Los años 30 a raíz de la depresión económica se popularizaron los libros de bolsillo en Europa. Y lo mismo hice cuando pasé todo el verano en Paris el año 64 trabajando en un andamio. Llegaba la hora de comer y bajaba a un kiosco.

 

Compraba un cartón de leche – aquellos cartones triangulares que parecían trípodes, aun no era invento el tetrabrik- y por un franco me compraba un Mauriac, un Maurois, un Zola, o La Nausea de Sartre de la colección j´ai lu, que era homónima de la Penguin en Francia. La posguerra europea significó en Europa el triunfo de la literatura. No se leyó tanto en el mundo como en esta época. Fue la apoteosis de la novela refrendada por los triunfos literarios. Barcelona otorgaba el Nadal y el Planeta. Paris el Goncourt y el Interallié. Londres el Book Prize. Nueva York los Pulliterzs que consagraban. Y en ese marco de sueños de la gloria literaria nos movíamos los jóvenes de entonces. Por tanto nutríamos nuestra vocación cargada de utopía uy de expectativas falsas de escritor a base de colecciones baratas. Cierto que no sabíamos, incautos de nosotros, que los premios literarios estaban dados de antemano y que la literatura del bestseller afila sus armas por lo general en la muela de la propaganda y los intereses crematísticos. Y no suele poner en altar a la calidad. Éramos teorizantes románticos o soñadores camino del final de la quimera pero tampoco pasa nada. Eso hay que tomárselo con deportividad y lo importante de esta partida que se juega uno en la vida no es ganar sino participar y competir.

 

Estas colecciones, recapitulando ahora al cabo de muchos años de hispanofiliación literaria, introdujeron a las grandes masas en la gran literatura. En España tenemos el lujo exquisito de la Austral y en Madrid me ocurría lo mismo. La huelga de los domingos que me daba mi madre para ir al cine o al baile lo invertía en un "capricornio" que capricornio era el logotipo de la famosa Colección de Espasa Calpe. El edificio en José Antonio 32 ahora Gran Vía, que tenía esta editorial era para mí una especie de paraíso. Casona, Valle Inclán, Menéndez y Pidal, Cela, Santa Teresa de Jesús, Baroja, Unamuno, Marañón, Zunzunegui, Gógol, Dostoyevski, Chejov empezaron para mí a ser compañeros de mis viajes al Parnaso pero sobre todo de gira por la arcadia de un mundo feliz (dicho en frase de título del gran Aldous Huxley) del que vive hacia adentro, una especie de staretzi místicos o guías por el camino del Espíritu.

 

Gracias a esta inclinación, poseo una bien abastada y completa biblioteca que yo quisiera legar a mi hija inglesa Helen Parra-Hugh que es la única que ha salido con una alguna vocación literaria. Pero a lo que voy. La querida Penguin ha sido para mí una casa nutricia de todos los sueños. Creo que todos los títulos que publicaron en ésa mis dos autores preferidos, bueno tres: Somerset Maughan, T. S Lawrence y Aldous Huxley los tengo todos. Y algunos hasta "repe" como en las colecciones de cromos de nuestra infancia, aunque no soy fetichista ni acaparador de libros claro. Una vez leídos, los paso, no me interesan gran cosa. Tratando de imitarles, he de decir que en mi modestia tengo alguna novelita inglesa ingresa en mi gaveta y ando en tratos para su publicación; estoy en ello al menos.

 

Somerset Maughan es para mí el mayor novelista europeo de posguerra y un autentico tour de force para todos los que se dedican a la anglística. Posee una facilidad y un estilo, una carpintería de trama, que son casi inimitables. Cabe recordar "Of Human bondage" (la condición humana)- un título que ha pasado al habla y a la retórica de las gentes puesto que se habla de la condición de la misma manera que se habla de cien años de soledad título de otro gran novelista en castellano o The Moon and Six Pence.

 

También conocí gracias a aquellos títulos de ediciones baratas tan accesibles para un estudiante pobretón que casi no tenía para la gabardina ni para la abolla académica ni para pagar la patrona en aquellos infames y lóbregos digs con derecho a cocina, al impresionante Woodhouse (eso sí que es humorismo) un autor que era el preferido de mi maestro Rafael García Serrano, maestro de novelistas y de periodistas. Rafa, yo sigo metido en tu macuto, hoy olvidado pero aquí al que vale, vale, y al que no le dan un premio.

 

Pues al igual que él no le hurtaba Woodhouse el cuerpo a emitir algún que otro taco. Claro está sonaban mucho más rotundos los del navarrico Rafael que los del londinense G.P. Y en rústica, llegaron las masas ávidas de leer y de saber al arte de la literatura, y ahora encuentro aquellos títulos tan queridos para mí otrora esparcidos por los tenderetes y el rátigo de Portobello. La última Pascua fue para mí, ávido lector, una fiesta.

 

Con respecto a Lawrence diré que su "Lady´s Chatterley Lover", firmado en 1928, no fue reeditado hasta el año 62 al cabo de una gran polémica debido a las escenas fuertes de adulterio y a las palabras de grueso calibre de esta gran novela, un incipit para la literatura erótica que pocos han superado. Su autor era un maestro del dialogo.

 

Pero allí en fila india esparcidos por los puestos estaban Graham Green y Chaucer y el Beowulf y Prichett y Bernard Shaw con todos los del grupo Bloomsbury. Entre ellos Virgina Woolf cuyos textos no me agradaron tanto porque dicen que la autora era un bicho o bitchy (algo perra) aunque fumase en boquilla y que algunas feministas me perdonen. Virgina asumió su desesperación y su fracaso porque su literatura era demasiado intelectualoide ahogándose en las aguas del río Ouse.

Encuentro, por mi parte, la literatura de mujeres difícil de entender. Para leer a Jane Austen o a las Brontë no hay solo que ser mujer. Hay que ser también inglés. Las tiradas de la Penguin -la más cortita superaba los cincuenta mil ejemplares- popularizó a las grandes escritoras que siempre dio Inglaterra, no obstante. Pero el Animal Farm de Eric Blair (George Orwell) o Granja Animal, una utopía contra el comunismo pero que en realidad refleja una parodia de la sociedad actual donde todo el mundo es algo masoquista y tiene lavado el cerebro, pero este masoquismo de lo políticamente correcto les viene bien, superó todos los registros. Pasó los tres millones de copias. Pese a lo cual, los libros millonarios, los más vendidos de la colección Penguin, no son de literatura, sino manuales de cocina, cómo arreglar un enchufe o cuidar rododendros en el jardín. Qué hierbas son benéficas a la salud, etc.

Palmares de los éxitos que puso en circulación la Penguin fue un libro de la actriz americana Jane Fonda sobre cómo adelgazar haciendo ejercicio y comiendo lo que a uno le pete. Así como, otros libros "know how" o manuales de instrucciones de cómo se hace algo cómo se baila o se presenta uno en sociedad, lo que los alemanes conocen bajo el nombre de Sacherbucher. Omniscientes y sapientes libritos que luego no sirven para nada. Porque ni te ayudan a dejar de fumar ni a controlar tu mente y luego acabas ganando kilos. Pero recuerdo que estos famosos ejemplares con franja naranja y blanca aparecían por todas las partes cuando iba en el tubo – el metro como los llaman los londinenses- el autobús o en el parque en aquellas doradas e indolentes "lazy sunny afternoons" de la balada de los Kinks, no hay placer más grande que baños de sol en Hyde Park con una novela de espionaje entre las manos. En las cómodas y en los muebles que nos alquilaban nuestras caseras con voz carrasposa de tabaco y aguardentosa de gin y que nos aconsejaban tal o cual titulo:

-Did you read the latest of Ágatha Christie, Mr. Normand?

 

-Oh yes, Mrs. Avisson, a very good read, indeed.

Ha corrido desde entonces mucha agua bajo los puentes del Támesis y mucha tinta por nuestras venas y más letra pequeña sobre nuestros ojos lectores implacables, pero seguimos ilusionados con aquel ardor contumaz de misacantanos. Continuamos en nuestras trece amando la literatura. Y dándole muchas gracias a Dios por haber podido leer tanto y tan bueno gracias a Penguin Books pues así conocemos mejor el mundo. La Casa cumple este otoño el LXXII aniversario de su fundación. Toda una efeméride. ¡Y que a nosotros que nos quiten lo bailao!

 

ALCÁZAR DE VELASCO EL ESPÍA DE FRANCO





Cuando vino a verme al sótano en que teníamos la oficina de Pyresa en Roland Gardens Ángel Alcázar de Velasco me recordó que en aquella casa en la que habitaba un servidor había vivido Jules Rolland y tenía su historia porque en ella vivió poco antes que el escritor francés un espía alemán al que pillaron y luego ahorcaron en la Torre de Londres.

-Pero no te preocupes, Parra, que a ti no te pasará.

-Se me ponen de corbata, Ángel.

Luego se arrellanó en el sofá rehusó el güisqui y entre muchas tazas de té me contó la apasionante historia este hombre que en calidad de jefe de prensa de la embajada de prensa franquista ante la corte de San Jaime estuvo en el ojo de mira de los M01 y logró escapar. Esta vez había entrado en Inglaterra con pasaporte falso. “Si se enteran de mi verdadera identidad estos hijos de puta me follan, Parrita”. Era un buen compañero de Pyresa y buen amigo mío.

Sólo había venido de compras a los grandes almacenes de Regent Street como un turista español más.

Por sus manos y por su cabeza habían desfilado muchos de los secretos de la historia de España y del mundo a mitad del siglo pasado. Fue uno de los fundadores de Falange y por su amistad con Hedilla participó en el compló de Salamanca, condenado a treinta años y posteriormente indultado. Se pasó la guerra en chirona. En 1940 a este periodista de raza- los buenos periodistas y escritores se dejan querer por los servicios secretos- lo enviaron a Londres. Era germanófilo.

En pleno “blitzkrieg” con bombardeos cada noche dijo vivir lances memorables, historias de amor en una ciudad donde todo extranjero era sospechoso. Había sido mozo de taberna y novillero. Sabía lo que representaba ponerse delante de los cuernos de un astado. La vida le había dado bastante cornadas. “Gracias a mí se libró a Luis Calvo el corresponsal de ABC de ser fusilado por los ingleses”.

Parecía uno de esos majos galantes del siglo XIX o tal vez a un cantante de ópera en retiro. Hombre valiente y generoso pero ardido. Un verdadero mozo de Monleón aquellos que fueron a arar temprano para ir luego a la capea. Había nacido en Mondejar en 1909 y fue autor de libros tan importantes como testimonio de su militancia al lado de las potencias del Eje: “Serrano Suñer y la Falange”, “Martín Bormann no murió en Berlin, yo le llevé A Sudamérica”, “Los siete días de Salamanca”, “La Gran Fuga del fuerte de Pamplona” y toda una serie de textos en los que desplegó sus conocimientos de tauromaquia. Un torero, vaya.

Después de la entrada de los rusos en Berlín su estrella se eclipsa y es muy perseguido por los elementos afectos a la Iglesia y al clan de Carrero Blanco. Participó en una conjura para asesinar al Caudillo. Es condenado a muerte y tras varios años en presidio sale suelto merced a los buenos oficios de algunos falangistas de la vieja guardia.

Odiaba a Franco, decía que era un ser pernicioso, un sefardita típico: bajito, narigudo y barrigudo, de aspecto feminoide y que hablaba con una voz atiplada. Paca la culona, como le llamaba Queipo de Llano. No resolvió el problema vasco ni el catalán antes bien les dio alas a los descuartizadores de la unidad patria. Los curas con los que se llevaba bien luego lo dejaron al final en la estacada porque en el Vaticano vive gente muy peligrosa para la paz del mundo.

“La guerra española fue una olla podrida que se coció en los fogones diplomáticos londinenses” me confesó.

-Samuel O´Hara. ¿No has oído hablar de Samuel O´Hara?

-Fue el embajador inglés en Madrid.

-Era un tapado de los Rotschild. Él le dijo a Franco lo que tenía que hacer. Éste siempre estuvo a las ordenes de los banqueros. Hizo bien las tareas porque era aplicado, obediente, cachazudo y nada impulsivo, se pensaba bien las cosas como buen gallego. Por eso murió en la cama, una muerte que no suele ser frecuente entre los dictadores.

Por aquellos días de 1973 confieso que el punto de vista de Ángel Alcázar de Velasco me causó cierta sorpresa si no hilaridad pero al cabo de los muchos años se han confirmado tales supuestos como la más inexorable de las profecías. Franco era un anglófilo. “Gibraltar no vale una guerra”. Su estratagema antiestalinista le valió el favor de los norteamericanos que nos mandaban leche en polvo y aquel queso de Iowa que sabía a rayos, les cedió las bases. Do you speak English? Pero nunca logró hablar en inglés y ese es un nefasto complejo que heredaron muchos gilipollas en nuestro país.

Como político supo jugar siempre con las cartas que le ponían sobre la mesa.

-Pero salvó a los judíos perseguidos a miles, Ángel?

-¡Como no los iba a echar una mano. Eran los de su raza!

Cierto: por apellido, por genes, por forma de ser y de actuar Franco era el semita típico que se granjeó la amistad y el favor de los grupos hebreos del Marruecos español en sus primeros tiempos de soldado. Ellos consiguieron promocionarlo al generalato y acabaría siendo el más joven de todos los mandos. El vuelo del Dragón Rapide lo pagó el judío mallorquín don Juan March.

Otro rasgo de su carácter era la dureza y falta de generosidad. No había en su persona una sombra de agradecimiento. Era un hombre impávido carente de esa vehemencia tan típicamente hispana. Sangre de horchata le decían los mandos cuando peleaba contra Abdelkrim en los blocaos, pero aquella sangre de horchata había sido trasfundida con muchos redaños. Al médico que le salvó la vida cuando le pegaron el tiro en la barriga en el Rif lo fusilaron los nacionales sin que su antiguo paciente al que le debía la vida moviera un dedo por salvar a este cirujano de ideas republicanas.

El libro que escribí sobre las relaciones del Caudillo con Sefarad se centra sobre este aspecto de ayuda a los hebreos en peligro que habían sido abandonados por sus propios mentores británicos y norteamericanos, los de las juderías del Este. Pero siguiendo la pauta y el rasgo de carácter ya apuntado: que el pueblo de Israel no suele ser generoso, tal vez debido a una altanería atávica, ni Ben Gurion ni sus sucesores reconocieron a su antiguo benefactor en tiempos difíciles. Le acusaron de ser amigo de Hitler.

Franco jugó el papel que le asignaron de “semita antisemita”. Es una fórmula más, conforme a las estipulaciones talmúdicas, de portar la llama del fuego sagrado que les conducirá no sólo a la Tierra Prometida sino al Dominio Universal.

Antes de que ZP lanzara su tesis sobre su alianza de las civilizaciones, Franco se mostró como un globalita consumado. Según Alcázar de Velasco, la monarquía es un corolario al régimen franquista de la misma forma que el cristianismo es un judaísmo de segunda mano. Leía por aquellos días “Los Protocolos de los Sabios de Sión”

-España volverá a la marranería. Es lo que quiso Franco- y mi amigo dio una chupada indolente a su cigarro negro.

-¿Y?

-Pues que nosotros querido Parrita tendremos que hacer mutis por el foro. Desaparecer. Para el Kahal no existimos. Borrarán nuestros nombres del libro de la vida. Ellos traerán a sus propios oradores, a sus escritores, a sus cronistas a sus historiadores que contarán la historia a su modo y nosotros no tendremos chance. Sólo se fiarán de sus propios amanuenses. Todo su afán es borrar la memoria. Cumpliendo el precepto bíblico arrasan las casas y siembran los campos de sal de sus antiguos enemigos. Menudo panorama.

-Pero ¿la verdad?

-La verdad ellos se la pasan por los cojones.

-Al menos nos quedará el derecho al pataleo.

-También ese derecho se lo pasarán por el forro los cojones- insistió Ángel.

-Vámonos a comer.

Le invité a comer en un restaurante de South Kensigton. Nos bebimos dos botellas de “chanti”. Aquel vino pasaba bien pero no era el vino valenciano que se acostumbra a beber en Guadalajara. Vino de las capeas que recordaba Ángel el cual en las tabernas y en los figones de Londres recuperando una de las prevenciones en seguridad de sus tiempos en el espionaje cuando fue perseguido por los sabuesos del M15 que eran más correosos y fieros que la GESTAPO según me intimó, nunca se colocaba de espaldas a la puerta sino siempre con miras a una salida por donde escapar en cualquier caso.

Creo que Ángel Alcázar de Velasco también era judío y jugó la carta de la luz, no la de las tinieblas talmúdicas, un poco como Franco al que no podía ver ni en pintura y al que culpaba de todos los males presentes y futuros de nuestro país al que tanto amamos porque el verdadero Israel estuvo ubicado en Sefarad. Y guarda los secretos, misterios y maldiciones de toda tierra prometida.

Mas “de gustibus non disputandum est”, decía el clásico.

Ángel Alcázar de Velasco ¡Presente! No te olvides de mí dondequiera que estés.

 

 

 

CORRESPONSAL DE LA NUEVA ESPAÑA EN NUEVA YORK. UN MORDISCO A LA GRAN CAMUESA.

 

 

 

Con una estampa de la Santina en bolso y bastante miedo en el cuerpo me acuerdo de mi arribada a NY tal que una noche de san Andrés de 1976. Estaba nevando o a punto de hacerlo en honor de aquel refrán que dice: Por los Santos nieve en los altos y por San Andrés nieve en los pies. Cuando en América se acatarran aquí cogemos unas pulmonías de espanto.

 

Era una tempestad de granizo casi tropical lo que caía terciada con hampos de una nevasca rusa que descendían perezosos sobre la cima de los rascacielos y el viento huracanado jugando a capricho con la aeronave. Por un instante creímos que nos ibamos a estrellar contra las Torres Gemelas. Allí vi un signo de los días porvenir. El horrísono espectáculo para los hiperestésicos como yo no es nuevo. A Nostradamus lo he vivido en mis propios huesos. La fatalidad muslímica frente al destino. Makfut. Está escrito.

 

Desde entonces, y aunque salí de aquélla y de otro accidente que tuvimos en Lisboa, se incendiaron dos motores en pleno vuelo, a raíz de mi accidentado aterrizaje en la Gran Manzana, he tenido pesadillas columbrando aviones caían sobre el World Trade Centre. También la torre Eiffel y el embudo donde se encastilla el Big Ben, torre del parlamento de Westminster, pero sobre todo las torres Gemelas eran el tema recurrente de mis cefaleas oníricas. ¿Occidente en la encrucijada?

 

Hasta escribí una crónica y creo haber entregado algún despacho anticipando esa experiencia apocalíptica de las Torres Mellizas derrumbándose que ha puesto al mundo los pelos de punta. Y la obsesión me ha martillado muchos años porque Nueva York es algo que imprime carácter que cambia la mentalidad y el modo de ser de las gentes. Allí mi vida experimentó un giro de varios acimutes. Y silbé sus "blues" bajo la autoridad de Frank Pinatra, un neoyorquino típico: "I love Nueva York. Nueva York".

 

En América todo es grande y es extremo. Las montañas. Los huracanes. Los hombres y las mujeres; allí se encuentran los más altos y los más bajos, los más guapos y los más feos, los flacos como leznas y los más gordos pues dicen que Nueva York, donde abundan los "fatis", cambia hasta el metabolismo y a mí me ocurrió Las ciudades. Los árboles mayores como el alerce de las Rocosas o las secuoyas de California. Se lo pasan allí en grande los estadísticos, los amigos de los contrastes y todos aquellos que sienten pasión por evaluar las contradicciones, sinrazones y a veces maravillas de la raza humana. América casi carece de raseros y de varas de medir. Hasta climatológicamente las subidas y bajadas del mercurio de tan bruscas carecen de parangón. Se pasa sin solución de continuidad de una mañana calma de primavera a una tarde de calígine para luego tener una noche de escarchas. "If you dont like our weather, just wait" (Si no te gusta nuestro clima aguarda un segundo), advierten los castizos de Brooklyn.

 

Esta volubilidad a mí me parece que influye en la forma de ser de los habitantes con bruscos cambios emocionales que hace que no se asuste el neoyorquino de nada. Y se asusten también de todo. Allí suele tomarse la vida muy a pecho puesto que para sobrevivir hay que ser un adicto del curro. Como aquel Hernie, el transcriptor de mis crónicas en la IT de la Onu, un judío entrañable. El pobre se fue a morir a Miami a un cementerio de elefantes. Que así se llama en el lenguaje coloquial a los que se jubilan y lo peor que le puede pasar a un neoyorquino es jubilarse.

 

Y es que allá cuando llueve, es el diluvio y si truena o cellisca lo hace a conciencia y de verdad.

 

Iban a ser cuatro años de experiencia sin precedentes. De calores húmedos en los cuales se podía cortar el aire con una navaja y de hielos espantosos. Recuerdo la morriña que me invadía todos los veranos al regreso de las vacaciones en Artedo con sus mareas cantábricas, un verdadero servicio de limpieza costero que no existe en la Bahía del Hudson fuertemente contaminadas a causa del carboneo y el intenso tráfico náutico que ha degradado a las playas como las de Long Island consideradas como las mejores del mundo; una vez fui a bañarme a los arroyos de Staten Island, un marasmo de galipote, y por poco perezco, añorando las olas de mi Cudillero, no a causa del agua sino en el cieno de las cloacas y de los vertidos de los basureros oceánicos. De la parte de Nueva Jersey las tardes que cambiaba el aire llegaba una hedentina que quemaba los ojos y las narices. Allí todo era grande y distinto. Hasta el tufo. La naturaleza, más joven que en la vieja Europa, observa un comportamiento más vigoroso e imprevisible. Allí todo es grande hasta los atentados como el que acabamos de presenciar horrorizados a través de la CNN. En los famosos kills se entierran ahora los cascotes del desastre y Staten Island era y lo sigue siendo la isla de los muertos. Gestaten, en alemán y en holandés vale tanto como inhumación.

 

Habíamos tenido un vuelo con turbulencias. La aproximación a Kennedy la hizo el piloto con mucha cautela. Estuvimos dando rodeos a la vertical del cielo de la Mejana Inmensa que es la isla de Manhattan, a la que llaman cariñosamente Big Apple (la gran camuesa) los neoyorquinos, gentes de todas las etnias y razas que han aprendido a convivir en armonía y sin problemas, dentro de lo que cabe, formando ese caldero o melting pot que demuestra que los caminos del mundo no son los de la xenofobia sino los de la xenofilia y benevolencia hacia el forastero, el meteco o el espaldas mojadas que llega en busca de acomodo y de un futuro mejor. Allí uno nunca se siente de fuera.

 

Esto no quiere decir que sea una megapolis cómoda o fácil ni el Edén, porque se lleva una vida que no es para llegar a viejo. Es una ciudad bronca donde todo es difícil y donde nunca hay que bajar la guardia pero allí se percibe un halo de humanitarismo tierno bajo la hosca corteza del neoyorquino quien, cuando habla por cierto lo hace con palabras precisas y como con barbas. Su "slang" o jeringonza es uno de los más interesantes por sus alardes de precisión y de fantasía. Puede decirse que el cheli y el pasota madrileño lo copian. Hasta el punto de que allí la sabiduría se aprende en la calle. La ciencia del albañal o sabiduría de la acera son dos palabras que allí conviene aprender para saber nadar y guardar la ropa. Sin una orientación y una buena aguja de marear te caes pues refiere un viejo dicho local "nice guys here dont last" (los buenos chicos aquí duran poco). Están acostumbrado a las emergencias. Lo que más me sorprendió al principio es que la radio ensayaba simulacros de un posible ataque nuclear y llevaba a cabo pruebas de evacuación a los refugios que terminaban todos ellos con la muletilla: "Esto no fue sino una prueba, de haber sido una emergencia real les hubiésemos facilitado las precisas instrucciones".

 

Es el mejor inglés jamás escuchado y eso mismo me decía el querido periodista y novelista gijonés Faustino G. Ayer, un enamorado de América y de todo lo americano (los dos ibamos a comprar el pan juntos a una tahona italiana de la ciudad baja, dentón) que conocía bien Nueva York, claro dentro de un límite porque en este foro mundial todo se mueve. Todo parece en perpetua catarsis y siempre confunde, siempre sorprende. Con este colega asturiano también tomé copas en el bar cerca de Plaza de la Trinidad donde acostumbraba a beber hasta quedar tendido Dallén Thomas. A veces nos acompañaba el ovetense Delfín García, corresponsal de RNE, bravo carbayón aunque muy cabezota, que tenía un aire inconfundible de Humprhey Bogart siempre con su Pall Mall sin boquilla a flor de labios. Pero en Nueva York la bohemia es mucho más escurridiza y peligrosa que en Europa. He aquí a uno de los máximos poetas en lengua inglesa convertido en difunto de taberna en uno de esos pubs de mala muerte denominados "dives" (inmersiones) o cavernas o "speakeasy" (hablemos paso) que recordaban los tiempos de la Ley Seca. A Dallén que añoraba sus excelsos valles del Principado de Gales Nueva York fue su tumba; lo derrotó.

 

Así que el Sky line se presentó ante mis ojos como una visión. Pensé en Moisés y Aarón bajando del Sinaí con las tablas bajo el brazo. Una nueva era de mi vida empezaba traumáticamente. Parto acongojado. Yo venía a Nueva York por una de esas carambolas a contar ese periodo de transición que fue la era Carter para los lectores de "Arriba" LA NUEVA ESPAÑA y una cadena de otros cincuenta periódicos y también a entregar la cuchara porque la cadena del Movimiento para la que trabajaba iba a ser pignorada o desmantelada a nostramo, porque dígase lo que se quiera reconozcámoslo o no en España desde el año 45 los que mandan son los americanos y algunos amigos yanquis me han confesado sottovoce de que con Franco les iba mejor. No quedaba más remedio. En aquel puesto había habido predecesores brillantes: Manolo Blanco Tobío, Celso Collazo, uno de los creadores de EFE, Guy Bueno, Félix Ortega, que fue el mejor de todos ellos a mi criterio de todo el cupo iniciado en el 48 por Pepe Cifuentes y Rodrigo Royo, quienes tuvieron que vérselas con una ley tan pistonuda como la MacCarrack, el diplomático de Truman que luchó en Brunete con las Brigadas Internacionales y que vedaba la entrada en territorio estadounidense a los españoles. El bloqueo estuvo en teoría hasta comedios de los cincuenta sólo sobre el papel porque en la realidad nunca se llevó a efecto.

 

Todas esas firmas habían dejado muy alto el pabellón y aunque entusiasta y audaz periodista como se decía en la jerga el momento no me sentía con capacidad suficiente como para hacer sombra a aquellos gigantes. En los primeros días me fumé dos cartones de tabaco pero no fui el único. José María Carrascal que llegó en barco casi como un polizón se había fumado treinta paquetes hasta perder la voz. Y a nadie le extrañe porque Nueva York acojona e impresiona y más si el recién llegado la descubre en medio de una aparatosa tormenta como me pasó a mí. La clemente Santina me echó un capote. Aquella vez y todas.

 

Durante la espera para aterrizar estuvimos de circunvuelo. A nuestros pies la postal inconfundible del paisaje urbano: Manhattan con sus dársenas, espigones, grandes buques amarrados. Bocanadas de humo blanco manaban de las fauces de las chimeneas de la central térmica edificio lindero con el de la ONU y se iban a colgar estos penachos sobre los tiesos adarves del Woolworth, el rascacielos más antiguo, y del Empire State. Es el emporio de la civilización y la impresión que ofrece al viajero es la de algo que arde y echa chispas. Viviría dos años con mi mujer y mis dos niños casi a la sombra de este mastodonte de hormigón con su chapitel calado donde la inmensa lanza de una antena de radio hace las veces de campanario. Todas las mañanas me despertaba la visión y el espectáculo de la city. Es un paisaje abstracto que no inspira sosiego, que parece que siempre está llamándote a la calle e instándote a la acción y al movimiento pero los atardeceres son verdaderamente apoteósicos.

 

El Empire es el palo mayor de esta ciudad con forma y fisonomía de buque de guerra con jarcias de cristal. Las Torres Gemelas eran las vergas de popa. Cualquier bamboleo, descartado pues el firme de Manhattan no es más que un peñasco yermo vendido por los indios moahawk a los holandeses por veinticinco dólares en 1622; que se derrumbase todo el montaje, simplemente imposible, porque los cimientos son de sílice.

 

La Nueva Roma se funda sobre un plinto granítico y siguiendo las instrucciones talmúdicas trata de imitar a la Roca de Israel a la cual alude Ben Garrón cuando fue proclamado el estado judío en 1948; no mencionó la palabra Dios, sólo la Roca de Zion. Además, los muros de los rascacielos, orgullo de la ingeniería del siglo, estaban diseñados como soportar la oscilación del mayor terremoto. Por lo que el portaaviones sería inexpugnable. ¿Cómo iba yo a pensar que la Nueva Jerusalén de la Diáspora iba a ser atacada y sus dos símbolos señeros abatidos? Los pilotos kamikazes hicieron blanco no ya sobre las moles simbólicas de la Torres Mellizas sino sobre el corazón que mueve todo el ajetreo de las finanzas. El daño mayor no han sido los muertos, desaparecidas o el destrozo causado, aunque los norteamericanos tengan redaños suficientes como para resucitar de los escombros, sino la afrenta moral a lo que estas dos trípodes de cristal abanderaban.

 

Conque no puede ser más símbolo aquello de torres más altas han caído.

 

Para mí que conozco Nueva York, amo Nueva York y fui residente allí cuatro años, los más importantes de mi vida, lo ocurrido el 11 martes fatídico de septiembre del nuevo milenio ha sido una señal. Un toque de atención que exhorta al rearme moral más que al físico, una vuelta al pensamiento de la nueva frontera de la época Kennedy. Que América vuelva a ser amada más que temida y odiada. No se aconseja un castigo porque Dios no puede castigar sino que el ataque representa un aviso enviado desde lo alto. Algo no va del todo bien pese a la euforia de los últimos años. Se exige no la guerra de represalias contra la diabólica mente que urdió la infernal hecatombe sino la reflexión meditada y el reposo sobre cómo somos, qué queremos, hacia dónde marcha el mundo.

 

Y esta idea se me ocurre cuando a mi memoria viene el recuerdo de aquella tarde noche de san Andrés en medio de la tormenta durante la angustiosa aproximación a un aeropuerto congestionado de un tráfico terebrante. Allí oscurece mucho más rápidamente que aquí. Me impresionó la visión de aquellos dos conos mágicos como una soberbia representación de una ecuación matemática sobre el paisaje. Dos falos erectos encarnación de la potencia genésica de una nación joven ¡qué contraste frente a los aires caducos de Londres! Dos mástiles de un trasatlántico en el que actuaría de timonel, de serviola y de mascarón de proa la estatua de la Libertad apuntando su hachero con la flama perenne hacia Europa. Nunca imaginero tan mediocre como era Bertholdi, aquel escultor que fue contratado por la municipalidad neoyorquina para llevar a cabo el proyecto, tuvo tanto éxito con un molde. Es lo que significa el coloso. Los pobres de la tierra recién llegados a la isla de Elis estuvieron viniendo a refugiarse bajo sus zócalos y ahora el pebetero de la verde dama en cuya cabeza hueca cabe todo un restaurante puede que esté también amenazado. Ha soplado un viento recio en el rebufo de la carlinga y la cola de los dos aviones estrellados contra la fachada de las dos torres. Vesania fundamentalista. Muchos corearán aquella frase del Corán "Alá es grande". Pero la grandeza divina nunca podrá cimentarse sobre un montón de escombros y una pira de cadáveres.

 

Sin embargo, yo entonces con treinta y dos años y medio pensaba que estaba llegando al epicentro del futuro. Caía en la forja de una horno donde todo se cuece donde está el crisol del mundo nuevo. La primera impresión fue la de acogotamiento. Nueva York amedrenta un poco cuando se la ve desde el aire y más en las circunstancias de aquel vuelo en medio de una tempestad que hizo que el avión se zarandease como una vaina. En uno de los fucilazos del relámpago quedó diseñado sobre las nubes el cordonazo de san Francisco o la palma de santa Bárbara que decían los pastores de mi pueblo. Me pareció entonces que una mano invisible estaba diseñando el croquis de los tiempos por venir con una anticipación de veintiséis años sobre los acontecimientos. Mi olfato periodístico me dijo que no hay que dar de lado a las corazonadas y yo en aquellos momentos la tuve y ya desde entonces nadie me pisó el scoop y por eso mi corresponsalía fue un poco a la contra de la de los demás. Parece ser que a muchos les supo a cuerno quemado que uno quisiera contar la verdad. Yo a los cables de la AP, de Reuter y del "Times" les daba siempre la vuelta y al revés te lo digo y acertarás, piensa diferente y acertarás. Hice periodismo de calle. No me limité a pegar telegrama o a refritar el Times como otros becarios de la Fullbright y con master en Columbia que se convertían en amanuenses de los lobbies por los pasillos del Edificio Azul o del Departamento de Estado. Desde el principio tuve muy claro que venía a servir los intereses de mi país. Me dieron por díscolo pero hice bastantes dianas y conseguí moverme con soltura en el laberinto de la política exterior de Cyrus Vance, para mí un auténtico caballero. Los americanos tienen un alto código de valores tanto éticos como morales y eso se nota también en el apasionante mundo político y estratégico de la Casa Blanca y del Pentágono.

 

La verdad tiene muchos carriles y a un periodista se le perdona todo menos el de ser aburrido ni pastueño. La mansedumbre de feligrés da buen resultado en el rebaño y en la manada, nunca en esta bataneada profesión a la vez canalla y sublime. Mi lema era un poco el de la libertad al estilo del fundador del "Manchester Guardian": Facts, sacred. Opinions, free" (los hechos son sagrados; las opiniones libres). De acuerdo pero existen diversas formas de presentar objetivamente unos mismo datos. A la que descendíamos el avión perdía presión. Vi como el pararrayos de una de las Towers absorbía la descarga de una centella. La gran azotea se iluminó con una luz de espectro. La gran fábrica del rascacielos aguantó impávida. Aquello me pareció el techo del mundo pero yo ya colegí que aquellos prodigios de la ingeniería eran vulnerables. La exhalación había pegado justo sobre la punta de la antena de una de las torres y el firmamento fulguró. Entonces el World Trade Centre estaba casi vacío y en alquiler la mayor parte de sus ciento diez pisos y dependencias. Bajo la borrasca ofrecían estos dos titanes de acrílico un aspecto de desafío a los elementos. Habían sido erigidos a prueba de terremoto. Eran el orgullo de la técnica. Sin embargo, dos aviones de pasajeros una fatídica mañana del final de un verano para olvidar, el del 2001, acabaron con esa suposición presuntuosa. Al verlas por primera vez recuerdo que pensé en Babilonia y en Babel.

 

-Scaryeh? - dijo entonces un puertorriqueño compañero de vuelo empujándome con el codo.

 

-A little - repuse en inglés y él se puso a jurar entonces en español como suelen hacer los simpáticos de la isla de Borinquen que habían emigrado en oleadas a Manhattan en la década anterior y constituían casi un cuarenta por ciento de la población:

 

-Manda huevos con el viajecito.

 

Gran parte del pasaje estaba vomitando en aquel instante de turbulencias y de zarandeos. No pude por menos de reprimir la carcajada que distendió el estado de nuestros nervios. De allí a poco sentimos gañir los neumáticos del Jumbo contra el tarmac de la pista de Kennedy. Todo el mundo empezó a aplaudir. Y yo a rezar. Recuerdo que en ese instante apreté contra mi pecho la medalla de la Virgen de Covadonga parte indispensable de mi ajuar.

 

A lo largo de cuatro años no se me pasó el acojone y creo que todavía me dura pero acabé amando a Nueva York identificándome con su latido. Es el pulso del mundo del mundo. No me extraña que Manolo Blanco Tobío dijese que lo que más extrañaba - para este gran periodista gallego muy habituado a los modos de vida norteamericanos Europa era una especie de exilio- es una ojeada rápida todas las mañanas al Nueva York Times.

 

 

 

El bien y el mal conviven allí puerta por puerta. Ángeles y demonios sentados a la misma mesa. Los rabinos con sus kaftanes y los popes con sus manteos comparten un sitio en el metro. El superfluo y la elegancia de la Madison Avenida entremedias de la cochambre del Bowry. De todo aquel caos que fue mi experiencia neoyorquina saqué la conclusión de que tiene que haber un dios, un demiurgo que ponga orden, que se apiade. Eso. Alguien que se apiade porque Nueva York hace pensar en la famosa frase de san Pablo "nada de lo humano me es ajeno". No se puede ser ateo en Nueva York. Todo menos ateo. Sientes como una fuerza que te lleva, una especie de protección. De lo contraría te hundirías. La gran manzana, la inmensa colmena, el hormiguero de gentes que se afanan un día y otro y también el avispero y las injusticias. Y como no la mafia. La metrópoli suscita ideas enfrentadas, pensamientos contradictorios de amor y de odio. No es una ciudad para volver porque de ella no se consigue salir nunca. Te atrapa desde el primer minuto y ya no te suelta aunque te alejes físicamente. Nueva York es una condición mental, estado anímico. Yo diría que es una ciudad mística. He aquí una lectura judía en versión talmúdica de la "Civitas Dei" agustiniana. Que sólo cree en la gracia del esfuerzo y que a Dios lo coloca en otro plano. A él rogando y con el mazo dando. Es una concepción utilitarista de los elegidos llamados a poseer la tierra sucediendo esto acá abajo sin tener que aguardar al más allá. No se conforma con la resignación cristiana ni lo injusticia a la que lucha por atajar en este mundo. Por eso es un frenesí continuo. Arriba y abajo. La ciudad que nunca duerme. La riada humana. El poder automático.

 

Está tan cargado de voltios el lugar que los picaportes y los pestillos sueltan chispazos. La estática pervade el entorno. Yo viví en el Este hacia la calle 14. Allí todos están juntos, nunca revueltos. Mi barrio era una mezcolanza de judíos y de sicilianos que veneraban la camorra y nietos de Al Capone todavía practicaban ese vudú italiano que es la "jettatura" pero católicos al por mayor ya que en la fiesta de san Jenaro sacaban su imagen por Manhattan en procesión. En la otra manzana había polacos con su manera tan peculiar de concebir el cristianismo y antipáticos. Los pacíficos ucranianos todos con su peculiar y angulosa cabeza, los húngaros con sus botas de fuelle me gustaban más y me hice amigo de los judíos como mi quiosquero, un bendito de Dios por nombre Samuel, que me regalaba unos puros verdes trapicheados de Cuba y hablaba algo de ladino o judeoespañol. "Aguarde su merced agora un momentico pues vengo al punto" Entre todas las etnias son los más de fiar. Los más caritativos, los que más ayudan, aunque en cuestión de dinero no se casen con nadie.

 

Luego, hispanos los había por todas partes y ahora creo que son más. No se puede contemplar esta inmensa urbe con prejuicios, nueva York los desborda. Es un mundo que rebasa todas las barreras y trasciende las ofuscaciones y atavismos de la vieja Europa donde se mira con recelo al nacido en el pueblo de al lado. Allí este tipo de resentimientos se desconoce. No hay envidia y si existe por lo menos no se nota. Ni miradas por encima del hombro. Sí tiene que haber un Dios flotante por encima de nuestras cabezas, un Cordero que quite los pecados del mundo. Alguien que se apiade. De la torre herida por el rayo. De la humanidad que palpita y gime desconcertada. De la inconsciencia, la banalidad, la vulgaridad a espuertas, la frivolidad sin limites. Se vive mucho mejor en el Rellayo pero uno no sé por qué termina añorando a la Ciudad Automática. Un mundo sin paletos, sin intereses de campanario y con periodistas e informadores, literatos amantes de su patria y de su país con razón y sin ella, que tienen muy en cuenta la ley del libelo a la hora de sentarse delante del ordenador y que saben como nadie maquillar la información y autocensurarse mientras que la prensa a este lado del charco da fe de una picaresca en auge y la rosa en su chabacanería procaz parece una corrala. Aquí todo se ha vuelto un poco peripróctico, ya que la información, anal y asnal, parece girar en torno al mismo cabo. Lo acabamos de ver en la manera que han abordado el choque de los aviones contra el hastial imponente de las torres. Nos han demostrado que entienden el periodismo como una vocación de servicio público, un menester que ha de hacerse con categoría, responsabilidad y serenidad ¿Para eso queremos una Facultad de Ciencias de la Información?

 

 

 

18 de septiembre de 2001

 

 

 

Antonio Parra fue corresponsal en USA. Licenciado en Filología Inglesa y Románicas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



SAN FRUTOS, ABOGADO CONTRA LOS MALOS TRATOS

 

 

Millán Sacramenia Artedo

 

 

 

Le llaman "pajarero", seguramente, porque su fiesta, iniciado el otoño, coincide con la oleada de aves que cursan viaje hacia el sur y lo convierten en cangreja de místico velero, donde reposan el vuelo utilizando como descansadero a la impresionante cofa de este peñasco yermo que adquiere la caprichosa forma de portaviones inmóvil surcando la pedriza segoviana. Antes de reemprender el vuelo por el freo paran aquí o utilizan las escotaduras y socarrenas de las paredes cortadas a pico para anidar y quedarse. Abajo se prolonga una sima amenazante, pero por lo alto del risco encuentran posada y cantadero las aves tránsfugas, y sus píos causan embeleso a los ornitólogos.

 

Son como partes de una letanía misteriosa repetida cada 25 de octubre sobre la cumbre que acomete el diácono de las silvas con harta solemnidad y empaque. Señor, misericordia, es el grito que entonan el jilguero, la avutarda, la aguzanieves y el monacillo por estos peñascos donde el alma se eleva y Dios parece estar cerca, casi al alcance de la mano, allí por donde las águilas y las vultúridas vuelan haciendo círculo, más que en ningún otro sitio.

 

San Frutos es un santo que sabe mucho de pájaros y de "pájaras" puesto que conoce algo de las costumbres humanas a redropelo de todo pronóstico, se apartó del mundo no por menosprecio sino por amor a la condición humana cuyas debilidades no le fueron ajenas. Las bodas que se celebran en su altar no terminan en divorcio. Este eremita mozárabe, que nació en Segovia el año 642 y murió setenta y tres años después de vida penitente en el desierto tierras al norte de Sepúlveda - fue contemporáneo del último rey godo, del traidor obispo Opas y del moro Muza que inicia sus algaradas por el Estrecho a bordo de pateras-, brinda amparo, según cuentan, a los que andan en precario por causa de amores que se acedaron, es baluarte de acogida para las mujeres zurradas por la vida, víctimas de la incomprensión, la sospecha, para todos aquellos que andan en trámites de separación o están a punto de cometer un disparate. En fin, larga sería la lista de méritos y los prodigios a cargo de su varita de virtudes poderosa. Su venerable aura sigue ahí, encaramada en lo alto de la roca viva para el que se moleste en venir a rezarle salvando las fragosidades de un áspero camino. Por estas cumbres parece que se respira un aire distinto.

 

Villa y Tierra lo quieren y se le venera en todos los sexmos de esta especie de confederación de judíos, moros y cristianos que era la zona de la provincia de Segovia, el arcifinio de todas las lindes, campos de pan llevar pendones y merindades, palenque de todas las espadas en los agobiados siglos de Reconquista, zona de frontera entre dos culturas diferentes y dos maneras de ver el mundo absolutamente opuestas. ¿Nos habrá nacido desde entonces este complejo de prevenidos en fronteras, de centinelas observantes del cotarro, siempre al acecho que hizo que el alma del pueblo español, acostumbrado a los palos, saetas y sufrimientos del contrario, tenga algo de aspillera? Es el sentimiento que al viajero le embarga cuando rinde visita a estos riscos.

 

La ermita de san Frutos se yergue como un testimonio contra la intolerancia fanática, el desencanto de las cosas del siglo, y una exhortación a los buenos propósitos de la enmienda: lo que acaeció entonces puede volver a repetirse.

 

Fue uno de los grandes santos intercesores hispanos, muy popular a lo largo de la Edad Media. Así lo destaca el Misal Mozárabe donde la fiesta de su tránsito era un día importante. La liturgia de san Isidoro, que es mucho más expresiva y poética, menos concisa y circunspecta que el ritual romano, como se sabe, le dedica nada menos que tres himnos de insólita belleza literaria, lo que indica que no es un santo de tantos en la lista de bienaventurados. Las rúbricas del Oficio Divino que acostumbran a despachar en dos líneas a san Acisclo, pongamos por caso, al anacoreta sepulvedano le apropian tres páginas de panegírico en elegante hipérbaton y salmos. La imaginería barroca nos le pinta con barbas apostólicas, una calva a cincel, el cerquillo penitente, en una mano un libro y en la otra, un cayado, la cachava de la cuchillada con que tajó la roca hurtando así su cuerpo de las gumías sarracenas que le pretendían degollar. Todavía queda la señal. Se abrió una sima entre la hueste agarena y el varón de Dios. Al abismo de san Frutos todavía se podrá asomar el visitante: una enorme garganta, y abajo, las aguas pandas y trucheras del Duratón, no demasiado profundas sobre el álveo calcáreo. Idóneo emplazamiento para ver nidificar al buitre o para suicidarse.

 

Su estatua corona la entrada norte que algunos llaman también como en Burgos la del Sarmental de la catedral de Segovia, toda en granito y obra de Aniceto Mariñas. El ermitaño embebecido en sus meditaciones pero sin porte adusto y casi diríamos que risueño está mirando para un cantoral. La hoja de su libro está a medio pasar. Cuando esta página que pinga del vacío vuelva con las demás, es que se va acabar el mundo, según es crédito de radicación vulgar. La diócesis le tuvo gran devoción por éstas y otras muchas cosas.

 

San Frutos vivió tiempos difíciles de cambios dramáticos y de desasosiego general como son todas las épocas de transición, cuando la historia pasa página. La batalla de Guadalete dio paso a la desbanda del 711. Empezaron las invasiones africanas, los arrasamientos y guerras prolongadas. Aceifas en masa. Venían y venían, cruzaban el Estrecho que desde entonces tan bien conoce el moro en oleadas. Seguramente la peste agarena fue un castigo que nos dio Dios a los godos "por no amarnos unos a otros como Él nos amó", porque las rencillas, discordias y lo que dieron en llamar los historiadores "morbo visigótico" eran la regla. Ya san Isidoro nos lo advertía, pero no hicieron caso. Crisis de valores en todos los sentidos. Época de conmociones sociales, mudas de camisa y cambios de chaqueta. Se pasó del aquí no pasa nada al a ver qué va a pasar aquí. Las fuerzas del moro Muza y de Tarik pilló a los visigodos desprevenidos discutiendo sobre el sexo de los ángeles en medio de la gran refriega religiosa entre trinitarios y anti trinitarios, arrianos y católicos. La Media Luna, que no se anduvo con arrequives ni remilgos, irrumpió por el Estrecho aprovechándose de nuestras banderías, sacando partido de la endémica desunión de la grey cristiana.

 

El lábaro verde del Islam flameó triunfal en los campanarios de las basílicas paleocristianas que fueron asoladas o transformadas en mezquitas. De Despeñaperros para abajo no quedó ni una sola cruz alzada - eso para que ahora digan- y en la Córdoba de san Eulogio y de san Pelayo, éste, el único santo sodomizado de todo el menologio cristiano, por un califa de perversas inclinaciones sexuales, que lo mismo le daba a Abderramán bardaje que bujarrón, pues hacía a pelo y a pluma, ante su negativa a abjurar la fe y luego tirado a un muladar, las aguas del Guadalquivir fluyeron teñidas de sangre de cristianos, según revela el testimonio del santoral mozárabe y las propias Partidas. Los recién llegados no fueron un espejo de tolerancia. Se comportaron como horda invasora y el que crea lo contrario que refresque su memoria leyendo a don Claudio Sánchez Albornoz, que fue otro san Frutos, pero de Ávila, mártir laico de la verdad y por unos y otros perseguido. Debemos nuestro atávico sentido de la vida política a los taifas. Hay los que olvidan que este pueblo estuvo peleando contra el moro nueve siglos.

 

Desde aquella ocasión hemos sido, como individuos y al de por junto, de inclinaciones tornadizas con el forro siempre dispuesto a cambiar de chaqueta. Si se quería conservar la piel, había que practicar una moral de conveniencia. Algunos por eso se fueron por aljamía. Fue el caso de los muladíes cristianos que abrazaban el Islam. O el de los marfuces o renegados muslímicos que se bautizaban. Muchos transigieron aun teniendo que pasar por carros y carretas como aquellos reyes de León compelidos a pagar a los califas la alcabala del viento o tributo de las Cien Doncellas, el primer caso de trato de blancas que se registra en los anales.

 

Pero los más hubieron de liar sus petates y enfilar las rutas norteñas. La España de los mozárabes poco se diferencia de la Grecia ortodoxa que describe Kazanthakis cuando irrumpe el turco en sus lares. Cargaron con los huesos de sus muertos y buscaron la desenfilada de las cuevas inaccesibles y de los caminos no frecuentados.

 

El Poema de Fernán González en dos hemistiquios cuenta cómo fue aquella huida:

 

"Tomaron las reliquias - todas las que hubieron.

 

Fuyeron por Castiella-así la defendieron"

Este pudo ser el caso de Frutos, de Casilda, de santa Cristina de Lena, y otros muchos otros.

 

 

 

Asqueado de la corte y desilusionado del mundo se apartó de él para mejor servir a sus semejantes y es así que el Señor le otorgó el don de interceder, de curar, de mirar las conciencias por dentro y de profetizar. Es una figura clemente y compasiva, una especie de Sansón mozárabe que derribó el templo de los filisteos sin perder la compostura una sola hebra de su blanca barba. Hombre de fe, al fin y al cabo, que es lo que ahora nos hace falta.

 

Por eso su fiesta, tras una eclipse, y todas estas convulsiones sociológicas que han puesto una interrogante recia sobre la institución matrimonial, después de la crisis, del Concilio y todo lo demás, se ha vuelto a colocar en candelero. El pueblo nunca suele equivocarse en sus corazonadas por todo el racionalismo que le echen y los denuestos percheleros de nuestras celestinas hertzianas, y es así que san Frutos el misericordioso está de moda.

 

No es tan sólo el interés ecologista lo que ha metido a este padre de la patria en los riñones de actualidad sino que también son las vicisitudes que parecen agobiarnos a los españoles de ahora como a los de entonces. Lo que preocupaba a aquellos godos también a nosotros nos preocupa.

 

Su ermita está situada en un lugar escarpado, la espadaña en forma de cruz tiende sus brazos desde castillo roquero de clemencia en la cúspide de un farallón y habitáculo de la última reserva de rapaces que quedan en España, por el predio de Caballar, atravesado por la calzada que conectaba Septem Pública o Sepúlveda con Cesar Augusta.

 

San Frutos funge como abogado de las mujeres vejadas, de los maridos acongojados y pone paz allí donde la celotipia o la infidelidad han instaurado su marca de suplicios. Con su báculo y milagrero, convertido en varita de virtudes, tocará la tierra pedregosa y árida y se abrirá una vía de salida para que lo que humanamente carece de solución -Dios hace otras cuentas- se enmiende o, cuando menos, no empeore, y así seremos salvos. Por una vez vencerá la inocencia y se irán abajo los demonios. Ya era hora de que el mal fracase.

 

Este Moisés de la Tebaida nacional de los castros apartados, tierra cenicienta donde se yerguen el serpol y el hinojo y hunden sus raíces perfumadas la encina y el junípero protege a los que sufren el desamor, nadie sabe por qué razón, pero también es abogado de las que padecen hernia a los que por allí llaman "quebraos". Se le invoca contra toda dolencia o malestar, pero, sobre todo, es como una deidad doméstica, un socorrista de primeros auxilios. En su persona se reúnen todos los manes, lémures y penates de la corte celestial. San Frutos siempre está de guardia tras el mostrador de urgencias. Fijo y perseverante como un tótem de bondad.

 

-¿Qué te pasa, hija?

 

-Pues que él me pegó, que no hacemos más que regañar.

 

-Vaya por Dios. ¿Y eso será irreversible? Un poco de aguante.

 

-Es que -dice la vapuleada titubeante- ya no nos queremos. Hay otro hombre. Se ha roto la relación.

 

Cantinelas como ésta las debe de escuchar el bueno del santo casi a diario desde su tronera del Paraíso, un confesonario que le ha asignado san Pedro para que atienda los casos desesperados del servicio de urgencias. En la actualidad con tanta falta de conllevancia, nadie aguanta un pelo y todo son mohatras y requisiciones, inquisiciones de la vida pasada, este departamento tiene tela marinera. Si no fuera así ¿de qué iban a vivir si no los retratistas surales y gacetillas rosa?

 

La fidelidad, la castidad, la modestia y el contigo pan y cebolla ya no se llevan. Puede que la cosa siempre fuera así porque la condición humana es invariable en sus miserias y cerrera la cabra siempre tira al monte, pero hoy se jalea mucho más. No se barre tanto debajo de la alcatifa como antes ni a las mozas en un desliz les aprieta el guardainfante, pero la mierda sigue escondiéndose debajo del felpudo. ¡Menudas están ahora las prójimas! Hay quienes ven en esta rebelión feminista un signo de inquietud apocalíptica. No se trata ya meramente del sexo, que al fin y al cabo no es más que un instrumento y la función crea el órgano sino de poner la biología patas arribas. La vida va al revés.

 

Por eso san Frutos, que debió de ser un buen hombre, y ahora es un santo muy majo y servicial, tiene tanto trabajo en el cuartelillo de las desavenencias conyugales donde reside de guardia permanente. Lo que el uno hace el otro deshace.

 

Si su colega san Antonio era el encargado de buscarle novio incluso a los casos más desesperados, el pobre san Frutos acomete la desagradable labor de venir con los municipales para recoger los restos de la vajilla que se hizo añicos o hay una mujer tendida en la cocina con diez navajazos en el abdomen asestados por su marido en un ataque de desesperación o de celotipia. Ved cómo terminan las promesas de amor eterno. A veces hasta hace un milagro, resucitando a la víctima o, en particular, evitando que aquellos altercados acontezcan o pasen a mayores.

 

Es un santo moderno, en pleno vigor, encarnado en una época de empalme de caminos y de paso a la fronteras, cuando se acaba una senda y otra abre surco. El siglo XX cierra sus páginas en medio de muchos estertores de crónica negra.

 

En esta tesitura global, porque la violencia doméstica no se circunscribe a la península Ibérica sino que es flagelo que azota a todo occidente, es cuando más hace falta una figura que ejerza su autoridad moral y disipe los vapores de la duda y el desconcierto en que parece que nos hallamos. La precaria situación de fuerza bruta y de vejámenes contra la mujer reza para el tercer mundo y es casi endémica entre los mahometanos. Allí no está abolido el harén y es de precepto velarse el rostro o la cabeza con el almaizar, al igual que lo hacían nuestras moritas en los romances fronterizos de la edad medieval. Recato y decoro sigue reclamando el Profeta a las esposas de los creyentes. Las quiere sumisas a sus dueños y hasta se atenta contra uno de los cinco sentidos, el tacto, practicando la crudérrima ablación clitórica para que así no sientan placer en el encuentro carnal.

 

No en vano Shakespeare dio vida a este problema que afligirá a los hombres de todas las épocas en su drama Otelo, el monstruo de los celos. Quiso poner a Desdemona, mujer virtuosa e inocente, víctima de las sospechas del marido, en manos de un moro, una tragedia que se sigue representando en vivo y no en el teatro en nuestros hogares con una cotidianidad que empavorece. Sin embargo, a veces debajo de las tocas castas de Desdemona se agazapa el hacha parricida de Clitemnestra, pues aquí todo está muy entreverado y el bien y el mal conviven puerta por puerta.

 

En eso que nos llevan de ventaja a los cristianos, en ponerles almaizar para que no las miren a la cara a sus parientas. Si la ley mosaica prescribe la dilapidación para la adúltera y los imanes punen severamente por la misma razón, los cristianos parece que nos movemos en inferioridad de condiciones. Estamos obligados a poner la otra mejilla y hacer la vista gorda a los cuernos, a no vengar las afrentas. Pero no es así. La ley del amor triunfará. Casi por este extremo de devolver bien por mal, un rasgo de entidad divina más que humana, se puede demostrar que el cristianismo es la religión verdadera. Y ahí tenemos a san Frutos salvando a la derrocada y a Jesús dejándose ungir los pies con el alabastro de la dulce y tan pecadora mujer de Magdala.

 

En este mundo de contrastes entre la opulencia y la privación de lo más elemental la regla sigue en vigor hasta en el atuendo femenino. Lo que les falta a las elegantemente desnudas de nuestras pasarelas les sobra a las señoritas de Bombay que por carencia de medios no pueden ir a la moda. O no llegas o te pasas, o no bebes o te emborrachas, esa es la fija.

 

El efecto multiplicador del cuarto poder con su arrasadora eficacia haciendo bocina desde los nuevos púlpitos que son las ventanas de los aparatos de televisión sirve de caja de resonancia. Los ojos del basilisco que matan con la mirada tienen hoy pupilas de neón. Salimos a víctima de la violencia doméstica casi diaria.

 

Estos males, que siempre tuvieron mala compostura, ahora parecen carecer de remedio. Ni contigo, ni sin ti. La maté porque me pertenecía. Mía o de la tumba fría. Machista. Yo ahora hago con mi cuerpo lo que me apetece, mira éste. ¿Y tú qué me has dado, a ver qué me has dado? Hay algo de luciferino en esta guerra de los géneros que revoluciona los hogares, está poniendo patas arriba las camas de matrimonio y los gineceos en pie de guerra. Fracasada la lucha de clases, ahora a lo que se enfrenta el mundo de los ricos es a la de géneros al grito de "mujeres del mundo uníos". En lugar de crear un clima de armonía entre el hombre y la mujer lo que está determinando es mayor crueldad, más ira, más esposas victimas de vejámenes o camino del hospital, más maridos y padres de familia que acaban en la calle pidiendo limosna. ¿No nos estaremos pasando?

 

En desquite de lo morboso, el crimen pasional no pertenece al ámbito perentorio que hoy se le quiere dar. Es más viejo que la ruda porque ya chupaba cámara de actualidad en los tiempos bíblicos y mira que por aquellos días no había micrófonos acusicas ni la gran lente de aumento de los medios de comunicación donde todo se magnifica o minimiza a propia conveniencia para deformar la magnifica presencia de Dios en la historia. Lo quieren desterrar los demagogos y sigue aquí: habitando entre nosotros.

 

La flaqueza del barro en que hemos sido fraguados no ha perdido su habitual consistencia; seguimos en las mismas con nuestra querencia a ser carne de cañón, carne de horca y carne de prostíbulo. Puede que san Frutos eche un remiendo, pero esto no lo podrán arreglar nunca ni los moralistas furibundos ni las feministas del moño retorcido. Más valdría morigerar un poco el país, colocar a la mujer en su sitio justo y digno, ni en una hornacina ni en la corrala, y no tratarla como un producto de bisutería o de casquería. El alza de mira de la lente del espejo público no debe estar en la explotación morbosa de los bajos instintos (corruptio optimi péssima), pero hay intereses en juego para que no sea así y esta sociedad recoge lo que siembra: pornografía más violencia. Es un círculo vicioso.

 

 

 

El efecto mimético de esta corriente llega a los hogares y los convierte en infiernos. Más que moradas vinieron a dar en campos de batalla, en abrevaderos de imágenes, porque la bicha no deja de escupir basura. Hay poca ética y menos estética, dormitorios en los que tampoco se va a descansar sino a la guerra, refectorios de comida rápida. ¿Qué tenemos a nuestra alcance? Televisión basura y sin gusto, comida basura, una clase política que es una mierda y un periodismo que unos días se hace el Tancredo y otras veces rememora las furias de las venganzas catalanas y de la Campana de Huesca. ¿Te acuerda de lo de entonces? Pues ahora sufre. La máscara plateresca del Arzalluz retador y amenazante se ha convertido en una pesadilla que recuerda que en este país donde existe hoy una paz precaria hubo campos de minas, dinamita y trinchera. ¿Qué es lo que quiere el burro ése?

 

A este paso no va a quedar títere con cabeza.

 

La autoridad del cabeza de familia por los suelos y postergados sus derechos, la manumisión de las señoras ha traído un ambiente de agresión y de revancha contra el varón que del gallo de quintana encaramado en su bardal sagrado e intocable ha pasado a criar complejo de zángano de colmena al que las obreras humillan y desalojan de su celda por parásito e inservible. Cuando ya no eres apto para la creación, la patada, y esa calamitosa y precaria situación de marido y de paterfamilias que tuvo descendencia pero que ya conserva poco ascendencia entre los miembros de su corral, donde más se percibe es en casa.

 

Como la mujer trabaja fuera y los hijos no se emancipan el hogar ha dejado de ser ese rincón donde el guerrero de todos los tiempos se imponía y se lamía las heridas. Actualmente es un epicentro de borrascas agitado por maremotos y donde suenan las voces, son constantes las fricciones, y las amenazas derivan en reyerta. ¿Qué hacer?

 

Con tantos problemas y con tan escasas soluciones no es de extrañar que se produzcan uxoricidios y parricidios. El hogar altar sagrado de la vida de un individuo, conforme lo entendían los romanos y lo asimiló el cristianismo, se transforma precisamente en lugar de acampada sin raíces estables, en mansión de las sombras y un pedazo de ese infierno portátil anticipo de las tinieblas exteriores.

 

Como el mal no presenta visos de desaparecer, la crónica negra irá en aumento. Forma parte de los apeos del tenderete con un sistema de valores mercantilista y venal. Los españoles ahora mismo no somos un pueblo feliz y los vejámenes en el hogar no son más que un síntoma de infelicidad y de males que enraízan profundos en nuestra psique histórica. Tal vez tengan que ver con el morbo visigótico, ese vil entristecimiento de la dicha ajena que nos predispone a la rivalidad y la discordia. Por fuera se trata mediante la hipocresía guardar las apariencias pero lo cierto es que no hay buen ambiente.

 

Se dibuja entonces sobre el horizonte el espectro felón y fratricida del obispo Opas, símbolo de lo bajos que podemos llegar a caer llevados de esa pasión cainita que hace aquí a la traición coger patente, y que padecieron los santos mozárabes que buscaron en el desierto y la huida refugio a la incomprensión de sus iguales y la intolerancia mortífera de rivales. Por eso convivimos amargamente y la falta de conllevancia nos convirtió en un pueblo duro y cruel para con nosotros mismos y blandos y papanatas hacia lo extranjero. Nos damos besos y abrazos al saludarnos pero en el fondo qué poco nos queremos.

 

La familia refleja ese trasfondo de desavenencia no solidario y banderizo que nos llevó a cuatro guerras civiles en los últimos dos siglos, y casi una docena de cambios de gobierno y de golpes de estado. Sólo nos queda recurrir a la lotería y al milagro. Los santos, por lo demás, están ahí, forman parte de nuestra idiosincrasia, casi son lo mejor que tenemos. Ellos sabrán marcar una ruta de esperanza. Su ejemplo y su protección nunca nos faltarán.

 

San Frutos era un cortesano huido de la corte del último rey Rodrigo que nace cuatro años después de que se produzca la desbandada. La corrupción y la desmoralización debió de ser total. Harto de aquel ambiente de intrigas y de revueltas, repartió sus riquezas entre los pobres y se tiró al monte, no para atacar el arma al brazo al invasor sarraceno sino en ansias de buscar la perfección que Cristo predicó a los que buscan la vida eterna. Probó refugio en los inhóspitos páramos más allá de Sepúlveda, la selva de las anfractuosidades y hoces del Duratón, un paraje aun hoy lejos de la civilización y habitáculo de alimañas.

 

Le tildaron de loco y de tarado pero Dios se hacía otras cuentas. Mediante el ayuno y la mortificación alcanzó tal grado de perfección venciéndose a sí mismo que obtuvo gracias especiales del Señor como la clarividencia profética, la bilocación y el don de hacer milagros. Cuando vinieron en su búsqueda unos pelotones de soldados beréberes que arrasaron la zona del Duero él se deshizo de ellos mediante la famosa cuchillada sobre la roca que le puso a cobro de sus fanáticos perseguidores que fueron a dar con sus cuerpos y sus caballos al foso que se hunde a los pies del alcor. Arriba, la ermita y, abajo, las hoces y cañones que dibuja el afluente del Duero al internarse hacia el terreno llano, en demanda de los arribes del Duero, a través de una vega ubérrima, almendros y buen vino, mamblas peladas y raigones de un castillo, lienzos de muralla o sillares de alguna iglesia desportillada sobre el otero, trazando una curva de ballesta.

 

 

 

Los reinos del último godo se vinieron abajo en medio de discordias intestinas que allanaron el terreno al invasor. España se desintegraba en medio de conmociones personales; la corrupción de costumbres, cuando las damas de la nobleza visigótica habían caído en toda suerte de aberraciones, copulaban con animales, el gusto por la riqueza y la molicie se habían hecho endémicas. Mientras, Don Rodrigo y su Cava Florinda van a ser desde entonces el fantasma misterioso de la traición, la conjura y el asesinato que se cierna amenazante por la historia de España. ¿Y esto por qué? Desconocemos la causa pero fue así.

 

Hubo miseria moral a causa del lujo y las riquezas y miseria física, plagas y enfermedades y esa congoja apocalíptica que se conoce bajo el nombre de "presura" y que pone a los pueblos en movimiento y a ir de aquí para allá. Por si esto fuera poco luego estaban los trastornos cósmicos y la aparición de signos y símbolos extraños en el cielo esto es apariciones con los que el brazo de Dios intentaba meter en vereda a los recalcitrantes cristianos dados a la molicie y que practicaban el contubernio junto a la conspiración y el asesinato. Una pena que no estuviese allá Chus Torbado para contarlo porque hasta creo que se hubiese mofado de aquellas señales cósmicas que a todos cogieron desprevenidos al cabo de la batalla de Guadalete y sin saber a qué carta quedar.

 

Por haberse encendido la iniquidad se enfrió la caridad entre las multitudes que prefirieron los torneos y las intrigas y el fútbol en vez de acudir a los templos a suplicar el perdón de la divinidad ofendida.

 

Por eso baremos puede ser, agrego, que la presencia constante de José María García machacona y hortera tras los micrófonos echando balones fuera o los trapos de la Campos "tele-ubicua" y baluarte del sistema de pan y circo con muchos muertos y muchas putas en el temario representen un argumento poderoso de que estamos llegando a las puertas de los Novísimos.

 

España en la encrucijada aguantando el escalpelo de sus propios enigmas y los americanos deshojando la margarita de las idus de noviembre y sin saber a qué carta quedarse. Bush otra vez batiendo atabales y haciendo sonar la trompa de caza nuclear, el lituo del acojone. Helo por do viene. Si es el Bush - déjenmelo que lo diga en inglés con la venia del querido patrón de mi pueblo- "we will be beating around the bush" (a pegar palos de ciego y que los golpes lluevan sobre tu cabeza y no te enteres pues esto ocurre cuando el poder lo tienen los agentes de la conspiración); caso de que las urnas dictaminen su opción de una maldita vez, pues no me cohíbo en anunciarlo, las riendas del planeta estarán en manos de un subnormal... And a bull shall gore us. Lo que expuesto en cristiano viene a decir que nos pillará el toro a todos. El dragón afianza sus mandibulares sobre las carnes divididas de este planeta. La sámara del abedul está desparramando sus semillas. Llega la hora de la siega.

 

Convendría en estos tiempos de alteración purificarse bañandose en las aguas pandas del Duratón y de postre cenar "jaroseth"a base de verduras cocidas en vinagre a imitación de nuestros antiguos padres. El divino Frutos nos ampare de las maquinaciones de la infernal culebra que repta por los viales de la España emputecida y sea la triaca contra el veneno que sus babosos colmillos esparcen. Ya creo que se me entiende: preciso es regresar ante los eremitorios tutelares en los que se fraguó el espíritu de este gran pueblo invadido de falsos profetas disfrazados de periodistas que no son sino haraganes en guisa de filósofos y de políticos oportunistas con un ojo pipa que adoran al becerro y se pasean enseñando la foto de los reyes domésticos. Mucho daño nos hizo porque fue maldición bíblica esa fealdad fofa y bobalicona de los retratos goyescos a Carlos IV. Para librarse un poco del fantasma del Fernando VII conviene vestir la marlota del yermo. Alimentaos, hijitos míos, de miel silvestre, bebed leche de camella. Buscad la sombra de la espadaña que al proyectarse sobre vuestras cabezas del todo os librará de la desazón urdida por vuestro pecados. ¡Viva mi sexmo! Peregrinemos a la pedriza.

 

Los godos no pueden resistir las acometidas de las hordas islámicas, austeras, disciplinadas y con una concepción del mundo muy clara y definida. Un sol nacía por oriente, el Islam, y, ya de vencida, el occidente cristiano parecía abocado a hundirse por el ocaso.

 

Los soldados de Tarik quisieron prender al morabito que hacía penitencia en el yermo de la pedriza. Nada hubiera sido más sencillo porque el eremita no contaba con ningún respaldo de gente de guerra. Sólo otros dos penitentes, que decían ser sus hermanos, Valentín y Engracia, le acompañaban en su vida anacorética. Sin embargo, cuando intentaron agarrarlo he aquí que el justo varón se encomendó a los Cielos y tocó tres veces el firme de la roca con su callado invocando a la Trinidad y en el momento en que se abalanzan sobre él los de a caballo se produce un corrimiento de tierra. Los soldados de Alá se precipitaron al vacío al abrirse una sima profunda que se puede ver en nuestros días, justo antes de subir la pendiente donde se alza la cruz de la ermita que fue un monasterio benedictino durante nueve siglos. La brecha tectónica (se abrieron las fauces de la corteza terrestre) queda ahí como un testimonio de que el Señor no se anda con chiquitas a la hora de brindar protección a los que elige.

 

No fue molestado más en adelante el eremita por visitantes incómodos que no venían precisamente en son de turistas; se dice que el caíd que lo perseguía, maravillado de aquel estrago, pidió las aguas bautismales y con toda su hueste en peso decidió hacerse cristiano. Frutos pasó en el abrupto lugar el resto de sus días, alcanzó edad provecta hasta que durmió en el Señor a los 73 de su edad. Allí se guardaron sus reliquias, fue canonizado y proclamado padre de la iglesia de Segovia por Calixto II el año 1111 justo el mismo año en el que Pelayo de Oviedo, obispo primado decreta la supresión del rito mozárabe o hispano visigótico.

 

 

 

No obstante el culto a las reliquias de Frutos o Fructus (el alegre, el que disfruta, en latín) arranca desde mucho antes. Es uno de los hitos de la leyenda áurea hispana. Junto a la espelunca donde pasó la mayor parte de sus días los monjes de Cluny se establecieron y fundaron un monasterio, directamente dependiente de Silos y que compitió en grandeza e importancia con el de Montecasino.

 

En este convento llegó a vivir una beguina que huyó de casa a causa de los malos tratos y pidió asilo a los frailes para que la empleasen como cocinera. El marido un día vino a buscarla, la arrancó prácticamente de las manos del abad llamándola puta y toda clase de improperios. La arrastró por los cabellos y la lanzó al vacío justo en el mismo punto donde había dado san Frutos la famosa cuchillada que le puso a cobro de las iras del Islam. La pobre despeñada se encomendó al santo y sucedió que éste vino en su socorro. El cuerpo fue a rebotar contra la rama de un sauce que suavemente se fue desgajando amortiguando el golpe de la caída al vacío por el desfiladero.

 

Otro caso similar vuelve a repetirse en la ciudad de Segovia con una judía por nombre Esther a la que el sanedrín local había condenado por adulterio al castigo de despeñamiento, cosa que se hizo con todo la minuciosidad de las reglas talmúdicas. La muchacha cayó al suelo ilesa. Se encomendó a la Virgen y a san Frutos y saltó desde las peñas grajeras a una profundidad de unos cuarenta metros sin padecer el menor rasguño a su integridad física. En acción de gracias dejó la fe mosaica, abandonó a su marido, y entró en religión profesando en la Tebaida de la Pedriza, uno de los paisajes más sublimes de toda Castilla la Vieja. Es conocida con el nombre de María del Salto. La fisga popular que no es poca, porque aquí se saca punta a todo y se hace comidilla hasta de lo más sagrado, quiere echar a la provincia segoviana no sin su mucha miga de refitolero en cara su abundancia en hijas pródigas. Parece ser que ni María del Salto liberada por la Virgen de la Fuencisla ni la beguina del convento donde san Frutos oraba y a la que éste largó su cayado para que aterrizara con bien cuando la tiraron por el terraplén en volandas fueron las primeras. Tampoco serán las últimas.

 

Sin embargo, el refranero popular sigue adjudicando a las mujeres de por aquí una paremiología nefasta. Los mal pensados dicen que por algo será:

"Y de Segovia ni burra ni novia, y a ser posible tampoco la mujer"

 

 

En Caballar estuvo el desierto por excelencia, la retaguardia del espíritu, se supo que también las oraciones ganaban batallas a los moros, y el peor moro es un enemigo interior que llevamos todos en los adentros, ése es más temible que el propio Almanzor cuya memoria se pudra en los infiernos, como cuenta el Silense. Los pendolistas benedictinos nos advierten del peligro que corremos si no volvemos a nuestras fuentes si abrimos la puerta al enemigo y el peor enemigo de España y de los español podremos ser los españoles mismos en ese prurito inquietante por tergiversar nuestra propia historia.

 

El eremitorio conocido por el nombre de Las Cuevas de los Siete Altares, una especie de catacumbas del primitivo monaquismo mozárabe es un reclinatorio para encontrar la paz del espíritu en estos tiempos que tanto se parecen a aquéllos. El aire huele a fragancias humildes del campo que acarician el olfato, la vista se esparce hacia los horizontes abiertos y a los aires altos de la sierra donde los buitres de la reserva trazan círculos de concordia. Vemos alzarse una nube de traza espectacularmente polimorfa, casi se puede tocarla con la mano, tiene algo de premonición bíblica. Sobre el envés de este cúmulo gaseoso puede esconderse la presencia del Padre Eterno. La voz de Dios se percibe aquí con mayor intensidad que en otro lado. Es una voz que habla de misericordia y de perdón. La escuchan siempre aquellos que van huyendo de los ojos furentes del basilisco y escapan al yermo como san Frutos mismo. Estas lomas acercan al éxtasis. Qué pena que la mística hable un lenguaje acrónimo que el mundo desconoce; no podrán desgraciadamente captar su mensaje muchos hombres y mujeres de hoy, enfrascados en sus negocios, colgados del móvil discrecional, que han transformado la religiosidad en superstición y todo lo relacionado con las cosas del cuerpo en su fetiche. Leviatán asoma su perfil de chistera y pantalón a cuadros por la otra ribera del Atlántico, reclama que se le dé culto. Urnas y hornos crematorios, bambalinas, hombres de paja, de esos que tiran la piedra y esconden la mano, y luego acusan mientras esperan que les riamos la gracia. ¡Pobrecillos, son tan poderosos que reventarán de éxito cualquier día de estos! La algarada que viene es peor que la de Tarik y sus chicos. Va a correr mucha sangre - virtual, claro está- a orillas del Guadalete, pero habrá otro Covadonga y otro Clavijo. En espera de que el anunciado renacimiento se produzca al cabo de esos lustros de negrura, sólo nos aguarda el recurso de la huida al desierto tras las huellas de los santos de la mozarabía, los que no quisieron comulgar con ruedas de molino, se resistieron a las añagazas de la Tierra Prometida y del Paraíso de Alá. O del candelabro judío. Las ramas del crecal todas están secas porque pesa sobre todas ellas la maldición de la higuera. El Salvador no puede faltar a sus promesas.

 

Por ese cabo - todo habrá que decirlo - los peores fueron muchos curas y algunos obispos libeláticos que en aquella hora amarga pospusieron su fe a la razón y a los intereses de dinero y de poder. No fueron capaces de comprender porque se le escapaban las claves. Roma en el siglo VIII también claudicó y ahí están los Papas de la Edad de Hierro para corroborarlo. Cayeron las testas coronadas, se rindieron las mitras y las tiaras pagaron el tributo al nuevo amo. Cristo se retiró al yermo. Ahora resuena desde allí también su voz. Sólo unos pocos la escuchan. Si entablásemos escuchas en estos paraderos, comprobaríamos que la voz del yermo es renuncia y paradoja. Quien pierde su vida la ganará. Al fin y al cabo la Misericordia escoge a los perdedores- un pajarero, un mozárabe que abandona la Corte de don Rodrigo desengañado de la existencia, que no contemporiza con semejante estado de corruptelas y, que, perseguido, huye al yermo para esconderse de la mirada del basilisco- para manifestarse. Gracias a ellos, los planes siguen adelante, aunque esto no se explique del todo bien. No pertenece a nuestra lógica pero es así de cabal. Por eso nadie entiende el milagro aunque a veces se produzca sin que le veamos. Su presencia no acabará y seguirá manando el raudal de la fuente infinita. Quedad, pues, a pesar de todo, tranquilos.

 

 

 

Viernes, 3 de noviembre de 2000 (0:53 h.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Viernes, 24 de noviembre de 2000 (5:32 h.)

 

 



LA PILARICA

 

En el primer banco se sentaban los doce guardia civiles de guarnición. Era un sargento el jefe de puesto de la comandancia de un pueblo asturiano posado en un valle a la riba de un río. Hay que atravesar un puente sobre el ejido donde pasta alguna que otra "Cordera" maternal y que para mí seguirá siendo vaca abuela con todo lo que digan - el peligro hoy no es el matadero de Noreña sino esa extraña enfermedad que trae a los ministros del ramo de cabeza: vacas locas- y luego se accede a través de una calle larga que se recuesta entre las peñas.

 

A mano izquierda hay un bar acera por frente del cuartelillo de la Benemérita y otro chigre más que se saltea con un taller de reparaciones de bici y un tercer figón más que regenta Mariano Proficuo dando a la plaza sombreada por la presencia de un carvajal secular cuyas ramas tocan los perfiles del alar de la iglesia y enraman como si fueran una pérgola del laurel de Baco la casa café de la panadera. Ésta debió de ser una mujer de buen ver pues más que comediados los setenta y próxima a los ochenta sigue pechugona ella y tan flamenca. Tiene el pelo rojizo y fabrica unas enfiladas exuberantes y tiernas igual que sus pechos.

 

Se la podría componer algunas endechas y dirigir unos buenos cantares a esta panadera comprensiva y rumiante que se trae un aire manso y ejemplar con las vacas que pacen en el sel de la entrada pasada la ferretería de Carola después de virar por la curva y ya estamos en el ojo mismo del valle al que mi vivir o la fuerza del destino me trajo rodando por las pendientes de la casualidad o de un secreto designio que llevamos al nacer todos en la frente y cuyo sentido oculto vamos desmadejando cada día de nuestra existencia. Nuestro porvenir cuelga de los cuernos enroscados del buey Apis.

 

Pues era el día de la Columna Nuestra. La Virgen sonreía en su trono de jaspe de su altar lateral en la iglesuca íntima llena de fervores tutelares y el anagrama mariano por todas partes; templo de traza cuadrada muy propia del arte visigótico que no utiliza el círculo para nada. Diseño primitivo y rural, la traza románica conocería siglos adelante las excrecencias prendas y arrequives del barroco. En la nave de la epístola había un altar que representaba con mucho entremetimiento y pompa el árbol de Jetsé todo de colorines, muy rural, primitivo y tosco pero con un resultado que no podía ser más certero porque inducía a centrar el alma en el recogimiento. Un movimiento de piedad al tiempo que una sonrisa embargaba al visitante. Debajo del coro había un confesionario de castaño de traza cuadrada en cuyo dintel ponía el número de su data. Había sido construido en 1808, fecha evocadora de muchos sentimientos en cualquier español por poco patriota que se sienta un español. La junta de Asturias fue la primera en alzarse contra Napoleón. Esta comarca verdadero riñón de los concejos y cabildos todavía resulta efervescente en todo a lo referente a nuestro pasado. Por eso aquí se siente con más fervor que ninguna otra parte el sentido de la fiesta nacional. Al menos yo vibré el doce de octubre del 2000 con toda aquella escolta de gastadores rindiendo honores ante el altar mayor.

 

Tengo que decir que el arcipreste don Quintín pronunció un sermón muy sentido de los que por desgracia no se escuchan en nuestro templos desde que dirige los designios de la barca de Pedro ese polaco tan misterioso y comprometido con los poderes fácticos de la trilateral. Por eso tengo que aducir que la homilía del humilde sencillo cura de aldea me llenó de consuelo. Don Quintín, pequeño, algo calvo y rechoncho al que yo convido a culines o a una pinta en la taberna de la plaza adquirió ante mí una elevada talla moral que sobrepujaba a la del propio cardenal primado o el purpurado de Madrid. Porque si los príncipes de la Iglesia compasan y comanditan, transigen, tragan, ponen el cazo, acepto, lo que tú digas, vamos allá, París vale una misa, etc., con el orden terrenal los humildes clérigos de misa y olla se desentienden de esos planteamientos acomodaticios generales. Se les obliga a vivir hombro con hombro cabe el pueblo, sus problemas reales, sus zozobras, lejos de la retórica curial, los rescriptos y bulas papales; en una palabra, el Jesús de carne y hueso, hijo del carpintero y de María, el que talaba arados, mesas, ventanas, algún yugo de ciprés, la ventana que salía de sus manos no la carcomía la sarcoma, ni se abría con el viento recio de marzo, vedaba entrada a los ladrones.

 

Pero aquí estamos rozando uno de los enigmas más maravillosos de esta institución de origen divino a la cual los hombres bulderos y boleros han querido transformar a su capricho. Querían una iglesia hecha a su medida como una dulleta de encargo pero lo cierto es que a la institución empecatada y corrupta ya que siguiendo las indicaciones de Montesquieu -¿no fue el que dijo que todo el poder corrompe y el poder absoluto más todavía?- sólo le puede lavar la cara un san Francisco. Así la iglesia quedará a salvo de la ignominia gracias a un diácono.

 

 

 

La Tradición puede operar maravillas en misa de doce. En la ceremonia aleteaba un sentir antiguo que conectaba el presente con el pasado y nos colocaba delante de la mirada lo acontecido hacía muchísimos años y es que la memoria puede operar milagros. Es un divino don al que ahora combaten con tanto empeño los que hablan de borrarla en aras de su invento. Está visto que el legrado de memoria es uno de sus objetivos. Quieren convertirnos a todos en sapos y se inventa monsergas y acuñan consignas para que nos convirtamos a sus intereses. Tendrán bastante trabajo si de lo que se proponen es hacer que baje de su pedestal la Virgen del Pilar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CRISTO ES UN ESTORBO

 

Por Millán Sacramenia Artedo.

 

 

 

"Yera moru, el cristu de la iglesia que tiene don Acisclo, habrá que cambialu, porque yé blanco, y ya non val". La sentencia que profirió Pachu de Mio Pa en el chigre de Alonso tenía toda la categoría de la conclusión de una tesis doctoral. Todos estábamos un poco alarmados porque la andanada era global, de esas que hacen época, pero, como ahora todo lo que traen los papeles se ha vuelto dogma de fe, el pueblo ignaro acepta por ciertas todos estos torpedos a la línea de flotación del barco de la fe.

 

Otro de los contertulios, Toñín de Ternerona, envidó con una frase que fue lo mejor de toda aquella noche de hierba joven, luna blanca y lejanos ecos del lúgubre canto de la "curuxia" en los humeros del monte, pues el sol ya se había escondido y de las breñas descendían nubes muy negras amenazando una vigilia metida en agua:

 

-Tras el carru volcau to son carriles, nin.

 

-Caguen mi manta quien quitarnus la fe.

 

Se había entablado una polémica y hubo quién acaloró se.

 

-Es creer en lo que nos vino, que bien me recuerdo de lo que decía sobre este parecer el catecismo que yo aprení na escuela.

 

- Y no vimos - precisó Volo Fesorias acordándose de lo que ponía el P. Astete.

 

-¿Qué tendrá que ver el color de la piel? ¿No dicen ahora que no hay que ser xenófobos?

 

El color, la raza, la flaqueza o la crasitud, la fealdad o la hermosura no constituyen sino accidente, que no interfieren en la sustancia anímica, la parte más noble de la persona. Lo otro pertenece a la naturaleza inferior. Pero se viven tiempos aparenciales de imagen y de las liviandades de lo light. Nuestro periodismo, el de la "Nueva España" incluso es una caja de resonancia de este espíritu de inversión de la cruz, carrus volcaus, y de esa involución que ya está llegando.

 

La Summa tomista hablaba del color de la piel como atributo de accidente. Ser blanco o ser negro era como ir descalzo o con botas, estar sentado o de pie, ser miope o tener vista lince, con la espalda tiesa y bien trabada, o cargado de hombros, tener la cabeza en forma de paralelepípedo, cráneo torreado, o de forma alargada y hundida, batiscafocefalia, se decía cuando estudiábamos Prosopografía, ser braquicéfalo o dolicocéfalo.

 

Una de las grandezas mayores de la Iglesia es que nunca ha sido racista. Cierto, la más primitiva, la del rito maronita, irrumpió desde Abisinia y hasta san Agustín estuvo enamorado de una nubia a la que tuvo que dar carta de repudio por injerencias de su madre santa Mónica la cual le tenía echada el ojo a una mitra y en aquella época los casados no podían ser obispos. Las mujeres nubias, por otra parte, desde la Reina de Saba a esta parte, pasan por ser las más hermosas de toda la raza humana. "Nigra sum sed phormosa, filiae Jerusalem", se canta en el Oficio Parvo.

 

Pero aquí la gente sigue tomando el rábano por las hojas, porque los amos de la rueca informativa profazan que es un gusto enarbolando la cruz del revés y a lo que se aspira es al carru volcau que decía Tonin de Ternerona ante un culín de sidra áspera en el galpón de Alonso al atardecer de un día de manzanos en flor. Cristo bendito el que confundió a los doctores deja los estrados en los que enseñaba en el Templo y regresa, cerradas ya la mayor parte de la jornada las iglesias, a los chigres, porque es la taberna el único lugar donde se puede hablar libre sin miedo a los barandas y a los espías del pontífice. Siempre mostró predilección hacia los pecadores, convivía con pecadores, dejaba que las putas se le arrimasen y le ungiesen los pies. Toda su doctrina es una soflama contra la hipocresía del tartufo. El ariete de la mansedumbre no se dejó encalabrinar por las seducciones del poder. De ahí que todavía le sigan considerando persona non grata las gallinas lluecas que se aselan en el nial de los contubernios y la impostura.

 

Borran su memoria y siguen aduciendo contra su sagrada persona a los abogadetes y rábulas de la impostura. El sinedrio sólo consiguió condenarlo sin pruebas aduciendo testigos falsos. Ora echan mano del libelo, ora de la soflama, ora del sesudo tratado pseudo científico avieso de malas intenciones, ora envían a sus tribus urbanas para que embadurnen los muros de las catedrales con el dele del diaño. El caso es volcar la cruz para marchar todos juntos por la senda del revés.

 

Les exaspera la figura doliente del crucificado. Se encocoran y escupen ante la imagen clara del Santo Síndone y una parte de ese lienzo se conserva en la catedral metropolitana de la Transfiguración de Oviedo, dedicada al Salvador. Este paño fue el punto de órbita del tan traído y tan llevado culto a las reliquias, y fue polo de atracción de romeros medievales, antes incluso de que se organizasen de forma estructurada las peregrinaciones a Compostela. Ya Alfonso VI en 1085 acudió al ara mayor ovetense para dar gracias por la toma de Toledo. La reconquista del adarve toledano representaba un regreso al punto de partida, un triunfo de la causa cristiana, que tantas persecuciones costó y tantas lágrimas. Toledo y Oviedo suenan consonantes incluso por lo parecido de su toponimia. Fueron sendos baluartes de los godos.

 

Hay razones fuertes que inducen a suponer que Oviedo, el antiguo templo de Júpiter, que cambió la advocación de su ara a Zeus por el de Cristo, aglutinó el sentir soteriológico del que está imbuido todo el bizantinismo visigodo. En la recuperación de las ciudades y del territorio de los que fueron erradicados a causa del empuje islamita los herederos de don Rodrigo el carbayón troncal de la estirpe jugó un importante papel.

 

No hay más que leer a Nikos Kathantakis para reparar en lo que significa esta presión alóctona, que hoy se está repitiendo en proporciones casi apocalípticas que nos recuerdan la "pressura gentium" del que nos hablan los sinópticos, con las mismas características que tuvo diez siglos atrás (los problemas se han agrandado tras la caída de Kosovo). Porque Europa fue un laboreo incesante, un ir y venir cargados con los huesos de los santos a cuestas y de los que efundiendo su sangre dieron testimonio del Cordero. Sin culto a las reliquias ni peregrinaciones no hay fe que valga, pero "Cristu yera moru", nos dicen los expertos anglosajones. En el Beowulf, en la Chançon de Roland y en las antiguas etopeyas europeas hay referencias a esta pressura gentium. En el Poema de Fernán González, anterior al "Mío Cid" podremos leer:

 

"Tomaron las reliquias/ todas las que ovieron/ cabalgaron por Castiella/ ansí la defendieron."

 

Que se cometieran abusos no lo niego y que haya catalogados en todo occidente más de cien mil astillas del árbol de la cruz que supuestamente encontró santa Elena, tampoco. Todos estos vestigios pueden verse en algunas quirotecas catedralicias y algunas aun se veneran. Hay otros más sospechosos aún; el ceñidor de la Virgen, un mechón de los cabellos rubios de Juan Evangelista o la correa de las sandalias del Bautista. Sin embargo, habrá que poner en cuarentena todas esas conclusiones que publican oportunamente, coincidiendo con las grandes fiestas del calendario cristiano y que han sentado precedente de costumbre - una forma como otra cualquiera de amargarnos las pascuas a los creyentes -y airean los expertos cibernéticos, puesto que no suelen servir a la verdad, sino a intereses ocultos. Son la voz de su amo. Y la impiedad está al acecho. Ahora sólo amagan, pero, en cuanto tengan expedito el panorama, darán de veras. Vuelven a anunciarse grandes persecuciones.

 

En este tiempo de carros volcados y de teleras y ruedas patas arriba, se cambian las tornas; los versutos facense idiotas y estos últimos a la inversa logran el grado de especialistas. Me aferro a la fe del carbonero con que razonaban mis amigos del chigre. Para mí valen mucho más que las conclusiones de los expertos. Los últimos serán los primeros. Prometió Jesús Bendito y él siempre hace lo que cumple, no como los señores del Banco Azul. No es Charlie el del Bigotito con sus monsergas de "España va bien".

 

El logogrifo del 666 se estampa en los papeles más insospechados: en las cuentas corrientes del dinero que mandamos a Bosnia y hasta en las citas de un juzgado (me enseña un amigo un exhorto de la audiencia de Pravia para comparecer a un juicio de faltas, que luego resultó ser una infracción de Tráfico, porque el interfecto le había leído la cartilla al número de la Benemérita diciéndole que no toda la culpa de los muchos muertos que hay en las carreteras es de los que se toman un culín de más en las espichas y se van de folixia, huyendo del aburrimiento mostrenco o de las malas jetas de nuestros hogares, donde el odio se condensa, porque el hogar ha dejado de ser sancta sanctórum de la libertad para convertirse en duerno y abrevadero de imágenes, en sede de la insolencia más procaz, sino la violencia, el odio y la mala hostia que se respira en esta España de nuestros pecados, no somos lo que se dice una sociedad relajada y feliz) el número de la bestia aparece allí.

 

La maniobra que se esconde detrás de esta hipótesis sobre la raza negroide del Señor es evidente: acabar con toda una iconografía y estatuaria en la que aparece como un hombre de raza blanca, rubio, con los ojos azules, la barba bermeja. Así es la estampa en los contornos en relieve de la Sábana Santa turinense. Las pruebas del carbono catorce surten evidencias de que no se trataba de un hombre del medievo sino que la fija de su fallecimiento finca hacia el primer siglo. En el sudario se encontraron vestigios de plantas hoy extintas y que se desconocían en Italia porque pertenecían a la flora Palestina. El perfil del amortajado era el de un ario de rostro alargado de miembros proporcionados que recuerdan a los cánones de Filias y Preexcíteles más que a los de un judío típico con ese pabellón nasal que diferencia a los hebreos - no es exactamente una nariz ganchuda sino un perfil que contorna la boca y el arco ciliar coronando la peana de un labio carnoso y sensual-, lo que ha llevado a los antropólogos a conjeturar la posibilidad de que hubiese algo de griego en la estirpe de la tribu de David. A Jesús luego se le tendría al menos como un judío helenizante lo mismo que a san Pablo.

 

Esto no es la sustancia. Es el accidente, volvamos a insistir. El meollo de la cuestión no descansa sobre su aspecto físico sino en la perduración de sus enseñanzas. Lo que prometió se ha cumplido. La Ciudad Santa fue desolada por Tito así como sus misericordiosas palabras acerca de la mujer pública: "Allí donde sea publicado este evangelio en el universo mundo todos tendrán noticia de su nombre". Los griegos dominaban la Decapolis o conjunto de ciudades donde se desarrolló la mayor parte de su vida pública. El Nuevo Testamento fue escrito en griego, a excepción del de Mateo, y hay muchos aspectos de la Palabra que recuerdan las normas de conducta de las enseñanzas de los estoicos y peripatéticos: el desdén de los placeres, el perdón de los agravios, la contemplación de las maravillas de Natura.

 

En el amor a los pobres y a los oprimidos, en su rebelión contra los poderes fácticos causó revuelo entre los fariseos, los miembros del sanedrín y los pontífices. Es posible que hoy siga siendo el ariete que molesta a los globales. Cristo estuvo entonces contra los pactos sinalagmáticos con Roma, huyó siempre de los honores y de la riqueza. Era un peligro constante para los que se consideraban depositarios de la verdad y el brazo de la ley, celosos siempre de su capacidad de convocatoria ante las masas, y de su atracción mesiánica. Por eso lo enviaron al palo esgrimiendo aquel argumento estremecedor que todavía retumba en los ecos de los siglos caiga sobre nosotros su sangre y sobre nuestros hijos. Era tan arrebatada la incriminación que el pretor romano que desde el principio del juicio lo tuvo por inocente acabó por lavarse las manos desarbolado por la contumacia diabólica de Anás y Caifás. Pilatos irresoluto no tuvo otra opción que acceder a la petición de los pontífices. Cuando escuchó de sus labios que lo denunciarían ante el emperador, sancionó la crucifixión, que era entonces el tormento de la ignominia, la peor forma con que podía acabar un ciudadano romano.

 

Cristo plantó cara al viejo orden. Estorbaba entonces y estorba ahora. El anatema de crucificale sigue agitándose macabro en los labios de los globales, los cuales - esto no se olvide- so capa de democráticos y librepensadores son totalitarios. Su memoria histórica continúa siendo un estigma que se proponen erradicar la propia memoria porque actúan con vehemencia subjetiva sin darse a razones. Pero en las tácticas con que lo persiguen, más sutiles y de guante blanco, no son más originales que los Herodes y Nerones de antaño y utilizan los mismos argumentos. Loco. Se hizo pasar por hijo de Dios. Rey de los judíos. Visionario. Echaba demonios en nombre de Belcebú. Hoy se le tilda de políticamente incorrectos a Él y a sus verdaderos discípulos, que son los peligrosos, porque se han situado extramuros del sistema de la oportunidad. Ellos harán más pupa que las excomuniones episcopales o el compadreo de las altas esferas ganosas de mantener preeminencias e intacto el poder y la cartera porque, a diferencia de los malos pastores y de los discípulos de pacotilla, no se han adherido a los pactos sinalagmáticos de la gran movida. Su reluctancia les convierte en idóneos para los quemaderos inquisitoriales que ya para ellos se caldean en estos mementos. Todo por no adherirse a la causa de la bestia. No se crean que es ningún cuento chino lo del anagrama fatídico con los seis números del anosmia. Sus siglas vuelan por el círculo virtual de Internet. El antecristo hará milagros.

 

No he visto película más alevosa que una protagonizada por Antonio Banderas y que se titula The Body, toda una diatriba contra el depósito de la fe, una negación de la soteriología, de la divinidad de Cristo y de su existencia, un alegato infame contra la resurrección. La daga venía envuelta en guantes perfumados, pero la seda no podía ocultar el brillo del alfanje, puesto que la daga estaba rodada desde un planteamiento inteligente y consecuente desde la primera a la última de las secuencias. Pero, una auténtica trampa saducea toda esta cinta maestra porque saduceos fueron los judíos que negaban la resurrección, siendo escarnecidos por los otros judíos, los de la rama farisea.

 

Casi desde que inició su andadura esta misteriosa religión que predica olvidar los agravios y querellas, amar a los que nos persiguen, el desprecio a las riquezas y el apego a los valores espirituales sus detractores toparon siempre en la misma piedra de un único argumento: ser esta doctrina un amasijo de patrañas guisado a gusto de mujerzuelas y débiles mentales.

 

Nietzsche, el cual tal vez había leído demasiado a Lutero, a Loyola y a Calvino, y que había sido capaz de descubrir las incongruencias de san Agustín sobre el celibato - que las tiene como las tiene san Pablo en cuya pluma retumba el eco de la contradicción y en todos aquellos que se han obsesionado con un único tema- blasfema: "Ese conjunto de afeminados son los enemigos de la raza superior, lo ario". Para el pensador teutón el cristianismo no era meramente un problema de bragueta, sino que su fundador era un invertido.

 

Pero Arrio, siglos atrás, había sido seducido por el mismo espejismo y pergeñó una herejía a costa de la diferencia de las dos naturalezas que se observan en la segunda persona de la Trinidad en la que se inspiró el esclavo de un rabino judío, que era hombre rico. Me estoy refiriendo a Mahoma. El que había de ser azote de los cristianos tras la muerte de su amo y los desposorios con su viuda llegó a ser un hombre rico. Primera hégira. Un ángel del cielo le trae escritos los capítulos con todas sus suras del Alcorán. Sus seguidores viven en la ceguera siendo su religión un pisto o digesto de noticias y creencias del antiguo y del nuevo Testamento en los que se agazapa el arrianismo que practicaba el monje Sergio uno de los asesores del Profeta como las constantes genuflexiones o prosternaciones que se practicaban en los monasterios de la Tebaida. De los judíos tomaron la costumbre de no comer cerdo y de practicar la venganza y sigue a los nazarenos en sus prédicas en favor de la sobriedad y de la abstinencia de toda bebida fermentada. Hicieron suya la ley del Talión pero hay elementos paganos en este digesto de dogmas y de supersticiones que es la ley coránica, como santificar los viernes. Era el día dedicado a la Venera o diosa Venus. Su culto no posterga la lascivia ni todas las sensualidades del trato torpe por lo que asumimos que el mahometismo es religión cuya puesta en práctica no resulta del todo difícil. Es muy humana porque otorga a los instintos todo cuanto le apetecen, en contra del cristianismo que es ley arduo y fragosa que manda estar en todo vigilante, devolver bien por mal, amar a los enemigos y glorificar y adorar a la Trinidad, algo inconcebible si no se adscriba al código místico de la verdad revelada por la fe. A la legua se nota la vileza de condición de su fundador que era arriero o conductor de caravanas de camellos. En uno de sus viajes el auriga trabó contacto con un rico mercader hebreo al que acompañaba una escolta de renegados nestorianos y arrianos que eran gente versada en cosas de religión. Las escenas violentas que había presenciado durante el tiempo como faetón de camellos en mesones y posadas le hizo aborrecer del vino del que precave a sus seguidores. Él no podía ingerirlo pues era epiléptico y cuando le daba la gota coral quedaba como muerto. En esos trances decían los recueros que le seguía que quedaba como transpuesto y que recibía iluminaciones del cielo y que una paloma, el Espíritu Santo, bajaba del cielo, y, posada en su hombro, le intimaba las suras del libro de los libros. No hay más dios que Alá cantan los santones en lo alto de las torres a partir de entonces. Y no hay más cera que la que arde y si no aceptas pues te pasaré a cuchillo. Lo corean constantemente sus cadíes en una repetición de las cantinelas de los hesicastas; así la melopea sube a los cielos y de los viejos monjes griegos también heredaron el "tasbib" o rosario cuya cuentas se pasan el día entero acariciándolas con los dedos para matar el hambre o acallar la tentación de fumar. En las mezquitas el Alcorán enfundado en un repostero verde colocado debajo de una espada destacan por su sencillez y su decoración aniónica, herencia de la iconoclasia de Constantinopla. Mohamed, dicen, había nacido para profeta por que habló en el vientre de su madre, el arcángel san Gabriel vino a consolarle muchas veces, una burra habló en su presencia y luego la luna la partió en dos, de ahí viene lo del creciente, una higuera le vino siguiendo por todo el desierto de Arabia Feliz para escucharle y no se secó que siempre permanecía verde y daba brevas (éste es uno de los siete milagros) y al final de sus días descendieron los ángeles y depositaron su cuerpo en una zofra de color verde y el cuerpo subió al cielo lentamente. Mientras, uno de los suyos gritando no te vayas quedó colgado de uno de sus pies quedándose con una parte del cuerpo del profeta. De ahí lo del zancarrón de Mahoma que se venera en Meca junto con la piedra de la Caaba que bajaron los ángeles del cielo cuando vinieron a por él. Todas estas fantasmagorías suenan a secta pero han dado paso a la religión que lleva camino de convertirse en la primera del mundo.

 

No quería enemistarse con sus paisanos de la Arabia sino halagar los principios y exigencias animales de la condición humana. Les permitió tener cuantas mujeres quisieran. Nueve tuvo él. Vengarse de sus enemigos. Todo con tal de que sus súbditos se prosternaran para adorar a Alá cinco veces al día. Una religión que todo lo que sancionan los bajos instintos permitían y que prometía la arrizafa, un jardín de goces sensuales en la otra vida, habría de propagarse rápidamente. Y así fue. El Corán no es más que una pepitoria donde se condimentan creencias, doctrinas de los dos Testamentos en comandita con supersticiones autóctonas. Cristo había predicado la renuncia, la continencia, que sólo lo bueno es útil, aunque sea tenido en poco a los ojos mundanos, porque el Padre celestial hace otras cuentas. Insiste sobre todo en lo que los peripatéticos consideraban una de las premisas de la felicidad y la paz interior conocerse a sí mismos. Gnosce te ipsum.

 

Pero tampoco pidió imposibles. El hombre nunca será probado más allá de sus fuerzas. Exhortaba a la perfección a la vez que explicaba en la parábola de los talentos que no a todos se les puede exigir lo mismo. Nunca habló del celibato y siendo casto como lo fue nunca hizo bandera de la gazmoñería. Amonestó a los que querían dilapidar a la adúltera. Los que estén libres de pecado que tiren la primera piedra. Instituyó el sacerdocio. El celibato nunca. Alternaba con alcabaleros y mujeres públicas, para los judíos epítome de impureza.

 

Los que han convertido la fe en una obsesión genésica atacan a la jerarquía por el flanco desguarnecido y dan en el hito. Desde el concilio de Elvira en el siglo VI en que se preconiza el canon de la continencia para los clérigos esta disposición fue desatendida y no fue hasta ocho centurias más tarde en que el cardenal Gil de Albornoz, un reformador, amigo de Benedicto el papa de Aviñón y autor del "Colirium contra haereses" que no la impone en su archidiócesis de Toledo. Aquel guaje que se llamaba Juan Ruiz, buen galanteador de mozas aunque fuese cura protesta poniéndose al frente de todos los presbíteros y diáconos de Talavera, que estaban en pie de guerra contra el rescripto, solemnemente: "Eminencia, quitaínos las buenas para que nos vayamos con las malas. Cristo no impidió a sus apóstoles que se casaran".

 

De poco le valdrían las reclamaciones al Arcipreste. Aquel contumaz cura mozárabe que inserta en sus composiciones algunas palabras del viejo bable (guaje, ome, furaco, garabato, facistelo, etc.) estuvo trece años nada menos en una mazmorra de la cárcel arzobispal de Talavera. Lo empapelaron de cánones. A veces los obispos han mostrado un comportamiento fiero nada evangélico y que no que se lo digan a François Villon, otro clérigo de las mismas características. Sobre ellos cayó el ladrillo de Roma. Cristo los perdonó. Nadie recuerda el nombre del mitrado que envió al patíbulo al autor del "Testamento", pocos habrían leído los colirios contra herejía del testarudo cardenal Gil de Albornoz, pero las generaciones presentes y las venideras siguen solazándose con la cuaderna vía del arcipreste algo débil habiendo "mozes" por medio y puñetero, o con sus fervorosas loas a la Virgen María.

 

De lo antepuesto se desprende que esta magna cuestión genésica en la que los curas no han dado ejemplo no embarga el verdadero depósito de la fe. No es sustancia sino accidente, igual que el color de la pigmentación del rostro del Crucificado, varón de dolores, hermoso rostro que veneran los siglos. Tanto da que fuese ario, chino o etíope, como es lo más probable puesto que la estatuaria oriental así lo ha venerado a través de sus iconos que nos lo representa como un abuna abisinio de rasgos majestuosos y ojos penetrados de clemencia. El amor es la esencia de esa religión que tantos predican y tan pocos practican. Sobre él descansa su fuerza y su esencia radica.

 

Aquí la coartada es perfecta. Todos estos rasgos de naturaleza periférica se nos presentan como la médula y nada tienen que ver con el depósito de nuestro credo. Madre ¿por qué callas?

 

De lo que se trata mediante la elongación de tanto ánimo confundido y criterio perverso es de invertir los valores, atacar a la Iglesia aparente por la esencial. Se trata de melindres que esconden un anticipo de la persecución venidera. Cristo les estorba a los globales y a las fuerzas oscuras porque Él ya lo dijo: "Todos los que dan testimonio de la luz están de mi parte".

 

Ellos, sin embargo, erre que erre. La labor de zapa continúa mientras en el Vaticano no sólo miran para otro lado y como no los pueden vencer se han unido a su facción. El carro volcau y todos son carriles. Pero a pesar de todo cualquier día de esto puede aparecer un diácono como era Esteban o como eran Francisco o era Efrén que haga que las cosas vuelvan por donde solían. Quizás el bueno del curín de don Acisclo tendrá que cambiar la imagen del Cristu. Las cuentas no nos cuadran.

 

Ahora parece que todo se ha salido de madre. Paciencia y barajar, que diría Cervantes.

 

 

 

 

 

Miércoles, 18 de abril de 2001 (21:22 h.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAMÓN AZNAR AUTOR   Y EL TERROR DEL MILENARIO.

 

 

 

 

Cosa cierta es que los seres humanos tenemos una querencia espiritual y afinidades misteriosas que nos conducen por una vereda determinada, por unos derroteros tan diversos e inextricables como pueden ser la trasmigración de las almas, las coincidencias en los paisajes, la comunión estética o la participación en unos mismos afanes políticos. Hay que hablar de la polaridad, de la atracción de los cuerpos pero también se da un irrefutable magnetismo entre las almas. Al entrar aquí habría que explayarse en tratar todos esos vértices esotéricos que no explican del todo pero que en cierta manera coadyuvan a vislumbrar algo del misterio del cristianismo, la más verdadera de todas las creencias y la más perfecta dentro del piélago de dioses falsos a los que la humanidad adoró siempre.

 

Se nos ofrece pues una metempsicosis intelectiva que nos instala en un grupo o en una capilla específica, pero nuestros maestros, nuestros profesores marcan las almas. Ellos fueron la antorcha que guía y su voz resuena en nosotros de por vida porque los ecos de su voz no conseguirá extinguir la muerte.

 

Camón Aznar fue profesor mío de Arte, recuerdo con fruición y embeleso aquellas clases en la Facultad de Filosofía complutense de ladrillo rojo y de planta funcional en los inicios de la década prodigiosa de los sesenta. El aula donde impartía cátedra este aragonés con aires de despiste nacional daba vistas a la Sierra de Guadarrama so un jardín de rosales y cedros y la diafanidad toda de Madrid envolviéndonos, cobija de amor y de sabiduría, esa luz cruda y entusiasmada, aires cortantes de cuchillo, ese viento de Madrid que mata un hombre y no apaga un candil que tanto miedo en el cuerpo le metía a Clarín al que hoy recuerdo a los cien años de su muerte, se nos fue un día de Corpus de 1901, y un mal aire que se le coló de rondón por la barriga, un mal aire de Madrid, acaso un berrinche, se lo llevó a tumba en Oviedo una mañana en que cantaba el raitán en su pomarada. También Clarín ha sido en literatura mi parangón. Su prosa calada de belleza encuentra un eco en la de este aragonés trasmontano y cuya trayectoria vital tanto tiene que ver con Asturias.

 

Siempre que bajo a San Martín poso en la tienda de mi amigo M. Méndez Vigo, el hábil Manolín con sus manos que todo lo componen y cualquier artilugio reparan, perito en amistad y sobre todo gran ingeniero del alma, que está frente por frente de la casona que tenía Camón en ese valle de Luiña cuyos paisajes saltan a sus páginas porque se enredaron en sus sueños porque también a él Asturias se le coló de rondón en el alma con la magia indeleble del "culiebre" y quedó prendido de la canción de los labios de una xana.

 

Es una casa de planta moderna de tres pisos, galerías acristaladas. Palmera real da escolta a su antojana y de estilo funcional. Cupiera suponer que uno de los hombres que más sabían de arte románico y mejor lo explicaron habitase una de aquellas casas blasonadas con portón y estragal, balcones corridos, hastial de piedra que se dan tanto en el país, los que describieron nuestros clásicos del XIX. Pero no; prefirió la modernidad y el confort indiano. Él era un hombre austero y de costumbres sencillas, adusto en apariencia como su cara. Tenía un rostro que de tan trágico resultaba lo puramente español y sus ojos delataban a todas horas embeleso y pasmo. Dicen que uno continúa vivo hasta que le abandona la capacidad de asombro, el espíritu de curiosidad y Camón hasta el último huelgo la mantuvo consigo y nos la comunicaba. Su mirada bajo el arcosolio de aquellas cejas tan pobladas y negras, palio de curiosidad y de asombro que se asomaban cada día a un mirador cósmico, estaba siempre como huida pero atenta siempre denotaba esa sorpresa del que descubre e investiga, pescador de belleza en ubérrimos caladeros ocultos a la mayor parte de los mortales. Tenía el alma de llama y las espaldas algo cargadas del hombre estudioso, luego cuando se le trataba al viejo profesor larguirucho resultaba un hombre cordial, algo burlón, daba gusto oírle contar chistes verdes y chascarrillos en la fabla de Aragón. Se podía explicar al Greco mirando para el profesor Camón cuando acometía la exégesis del pintor toledano escanciando imágenes con aquella voz rajada que él tenía y tratando de asir lo inasible con aquellos dedos lardos como flecha apéndices de sus manos enormes, casi de cantero medieval con que accionaba durante la disertación. Algo estevado y con inclinación de hombros. Muchas horas sobre el pretil de un códice asomado a esos ventanales panorámicos de los sueños que son los libros. Nos parecía que el profesor se nos iba por las ramas y que siempre parecía venir a clase con resaca como flotando entre las gasas de una gran borrachera mística. Flotando. Eso. Al andar parecía que flotaba él tan habituado a conversar con los ángeles de piedra y a extasiarse ante las gárgolas habitando la región de los pináculos cósmicos. Sin embargo, conocía muy bien la tierra que pisaba. El Camón íntimo no tenía nada que ver con el Camón oficial, hermeneuta de los ángeles románicos, artista de la palabra, que parecía recién caído de un guindo por sus aires despistados y geniales o escapado de un códice cálamo en ristre.

 

Había en él como resonancias magnéticas de un trasmundo inabarcable. Era uno de esos hombres a los que encontramos por primera vez y su "cara nos suena" acaso de haberla visto en una existencia anterior. Ese mesmerismo es el fautor del arte, el que carga la turbina de la cultura puesto que la cultura se produce por asociación de ideas y es la resultante de un proceso de bilocación. Dios existe y Cristo está en la historia pero su santidad y su presencia es otra muy diferente a como nos la presentan todos aquellos cuyo todo y único afán ha sido apropiarse de su figura. No conviene darse muchos golpes de pecho ni exclamar "Señor, Señor". Los fariseos no entrarán en el reino de los cielos. En Camón yo llegué a entrever la existencia de un Cristo que se acercaba a la noción platónica de la divinidad. Todo lo de acá abajo es un calco imperfecto de la perfección que está arriba. Pero como Dios no es unívoco y san Anselmo ya lo definió utilizando un proceso silogístico de exclusión para adecuarlo a nuestra capacidad precario, como lo que no es, ni mortal ni finito ni visible, etc., tampoco a Cristo hay que contemplarlo desde un ángulo unilateral. Por eso hay un Christus "músicus", un Christus "praedicator" y otro "praedicatus", un taumaturgo, un demiurgo y un reo, un resucitado y un perdedor, el de la Ascensión y el de la bajada al sepulcro, un sembrador de parábolas que tuvo que emplearse con el látigo contra la "raza de víboras" y otro que fue escupido y azotado, un Cristo manso y un Cristo arquitecto y un Cristo poeta, y otro profeta, pero todos estos conceptos siendo análogos no son idénticos como tampoco es unívoco ni equívoco ni idéntico a fuer de universales la idea mariológica que viene a concretar y completar la visión cristológica como dos ramas de un mismo árbol, y para entender el arte y la teología hay que estar acostumbrado a moverse por el ámbito de la exposición conjunta.

 

La edad media prefiere presentarnos al Mesías como el gran triunfador, el Juez grande que se sienta en la silla de la majestad mientras el barroco se inclina por el Varón de dolores pronosticado por Isaías (otra versión diferente del mismo Dios real). La fe tiene sus lados sombríos. Es una cosmogonía acercándonos a todos estos misterios de lo trascendente de la gracia santificante. El arte en la medida que trata de explicar esa tutela sin tregua de la divinidad sobre el hombre que le sirve de refugio y amparo en su caminar a oscuras por el mundo de esta forma apoda y acoda a la teología. La existencia humana viene a ser como una gran romería jacobea del principio a final. Esta es la idea matriz de esta grandiosa novelita del profesor Camón Aznar. En vida no fue tan famoso como insigne, aunque debemos declarar aquí que eso del "famosus" tiene en Lat. Matiz de deshonra (no van descaminados pues los que usan la palabra con tanto albedrío), este medievalista de talla cuya obra poco conocida rinde homenaje al saber en libertad. Personalidad fascinante algunos de sus artículos de ABC han de considerarse de florilegio. Yo recuerdo aquella tercera del órgano monárquico - nada tiene que ver con el monarquita de hoy-de la calle Serrano en el que escribían mano a mano los Pérez de Ayala con los Azorín, los González Ruano con los Pío Baroja o el Ortega de la última época. Firmas triunfales. Festines auténticos de la literatura. La de Pepe Camón era una estrella con luz propia en aquel firmamento de estrellas del que sólo nos quedan hoy postes de la luz y jarrillas, mucha jácara y mucha paja debajo de nombres promocionados, novelistas de designación reconducidos de lo negro a lo blanco, ha estallado la bomba de mano de la vulgaridad, sus libros se nos caen de las manos de tan políticamente correctos como van. La crítica los acoge con palmas de tango a todos los "hit" y a todos los "must" que en tongo se deshebran pero hoy la crítica está reconducida y manipulada por amiguetes a los que las casas de contratación de la cultura sobornan previamente. Como van de trapillo a la televisión a comparecer ante el ratón de bibliotecas emblemático tránsfuga que mira por encima de sus lentes de inquisidor y detrás del atril de diserto parece una trinchera a punto de hacer fuego con una de avancarga y luego vaya y sonría con cara de conejo. Pero estos son los toros que hoy hemos de lidiar en este coso. No hay más cera de la que arde. Hay que escribir a cara de perro para hacerle una higa a ese carajo esperpéntico de lo "deja vu".

 

Un crítico era Clarín y un crítico como Dios manda era don José Camón Aznar. Prosaba con magnificencia y maneras elegantes de cardenal renacentista, manaba su palabra por aquel chorro de voz baturra y que luego se transformaba en melodía cuyos ecos acariciaban los arcos formeros de un empino de bóveda de cañón. La impostaba porque había algo en su persona de hierático perfil sedente, la majestad del pantocrátor. Nadie ha explicado el misterio del arte de Jaca en sus boceles, impostas, lucernarios, balistarios, ese mundo fantástico de los bestiarios cincelados sobre la piedra fabulosa con tanta solercia y cacumen como él. Era un especialista inter alia en códices medievales. Los beatos iluminados del arte asturiano nos van a llevar al arte románico que surge como una agradecimiento arborescente hacia la persona de Cristo cuando pasa el terror del milenario. Contrariamente a lo que se ha venido diciendo los capiteles románicos con sus endriagos y harpías, hipogrifos y dragones alados, reflejan ese amor a la vida en el reencuentro con la naturaleza.

 

X

 

 

 

Hay que retrotraerse a la mentalidad del año mil. Camón era un especialista en el siglo XI. El pavor del milenio igualitario lo refleja en una de las más grandes novelas cortas que se han escrito en los últimos lustros En la cárcel del Espíritu. Es la historia de un monje bávaro que como expiación de un pecado cometido cuya evolución de psicológico refleja el autor con pluma digna de Dostoievski - es un pecado contra la fe, la caída en la sima de la desesperación, la gran aliada de Satanás para penetrar en el corazón de aquellos a los que quiere perder, desesperación que define por otra parte a nuestra época- se embarca en una peregrinación hacia Compostela. No llega a su punto de destino. Fray Lázaro viene a morir en un albergue u hospital de peregrinos en Soto de Luiña y que todavía sigue funcionando. Miguel Ángel, el del bar de la plaza al que llaman el diácono, sigue examinando credenciales y estampillando avales a los que pernoctan en el refugio con el mismo rigor y sentido de la hospitalidad cristiana con que lo hacían aquellos ostiarios de las posadas del Camino Francés.

 

El autor parece que tiene delante el hermoso paisaje de las Luiñas a la hora de escribir el libro; en los primeros párrafos habla de un "lugar en la llanura, rodeado de bosques y ceñido por la curva de un río" y trata de reflejar sin entrar en detalle cómo era la vida de un benedictino (¿Benitos o monjes blancos? Los benedictinos hacían vida comunal mientras los bernardos dormían en crujías o dormitorios corridos. Es el único anacronismo que encuentro en la obra, error mínimo).

 

He aquí una sala hipóstila. Los lechos eran esteras, el refectorio alargado con el púlpito empotrado en el muro. Mística y casta serenidad trasminan las páginas de "En la cárcel del espíritu". Es un viaje a un claustro donde el tiempo se amansa y donde vemos a los pendolistas de bruces sobre el pupitre del manuscrito en el que laboran con un pincel en la mano "que cae sobre el pergamino con la levedad del copo de nieve". Describe la sala capitular siempre resonante de discursos y la iglesia como un trasunto de un cielo humano y dialéctico con arcos que son como respiro de los espacios y pinturas que concretan los pensamientos inmutables. Es un lugar habitado por monjes descarnados de grandes ojos redondos que ocupan un espacio pero que no habitan en el tiempo, esqueletos de ideaciones apocalípticas. Cada vez que el sol enrojecía las gentes iban a encontrar refugio a los montes porque detrás de la sombra se percibía la silueta del dragón, observa el escritor corroborando al propio tiempo lo siguiente:

"En la crisis milenaria hasta las iglesias se vaciaron. Cada hombre arrastraba con su sombra su sepultura. En los monasterios sólo se leía un libro el del Apocalipsis y la preocupación de los comentaristas consistía en adatar a su tiempo las páginas descomunales del libro"

 

Este párrafo tiene hoy plena vigencia porque otro terror del milenario es el que acabamos de vivir o estemos acaso viviendo. Camón, que se nos muestra como eximio novelista, topógrafo del sentir y del latir de una época, describe a estos frailes que escribían e iluminaban y que parecían mojar el cálamo en llama y salían del minio colores que eran como "la cresta de un incendio", "ojos cuya redondez era la del mundo abiertos con el espanto del que ha visto morir al universo. Sus túnicas se doblan con las mismas curvas contraídas de las hojas secas al quemarse". Al redactar estos magníficos párrafos parece que tiene delante la talla de madera del Salvador que se venera en la catedral de Oviedo mostrando la majestuosa traza de un atlante que se yergue ante la amenaza apocalíptica y empuña como un cetro de paz la esfera armilar.

 

Pero el peligro ha pasado ya, los curas volvían a aprender latín y las tierras a labrarse, los antiguos manuscritos a ser copiados. "La pánica alegría de aquel momento se convirtió en gratitud hacia la divinidad. Un inmenso amor de redondez panteísta hacia la naturaleza y hacia Dios impulsaba catedrales y cosechas". Se vivieron años en definitiva de exaltación edénica. Lícito es preguntarse si a pesar de todos los pesimismos no estaremos abocados a una de esas grandes épocas de la humanidad cuando acabamos de doblar el cabo de los terrores milenaristas con todo Nostradamus a cuestas, las profecías de Malaquías y las predicciones de todos los estrelleros y magos de la New Age que hemos dejado atrás. El mundo, concluye Camón, volvió a ser de nuevo un paraíso sin serpiente. ¿Se aleja también ahora la tempestad? ¿ O los horrores que describe Juan- "tomó al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo, Satanás, y la encadenó mil años. Cuando hubieren acabado los mil años será Satanás soltado de su prisión y saldrá a extraviar a las naciones"Ap.20-7-8- pertenecen al hic et nunc de nuestra sangrienta actualidad? El estado emocional del mundo se parece bastante al de aquel entonces. La clepsidra implacable marca la hora global: tiempo de la Segunda Venida. Hace mil años los monjes de las iglesias asturianas le aguardaban encerrados en una celda construida en lo más alto del templo, en el sobrado mismo a la que se accedía por una tortuosa escalera de caracol.

 

 

 

Y a veces por una cuerda como entre los eremitas de la Tebaida, el monte Athos o entre los coptos. Para bajar había que descolgarse de una cesta. La contemplación por aquel entonces demandaba estas truculencias del Estilita encaramado en su columna para no contaminarse, torres de marfil penitenciales. En Santullano y en Santianes parece ser que quedan restos de estas cámaras anacoréticas. Era el éxtasis del vigía que escudriñaba el horizonte desde el campanario pero el Cordero tardaba en llegar. Oteaba desde las techumbres el monje pero el Amado se hacía de esperar. A la sazón puede que esta guardia se monte desde las páginas Web, aunque no hay constancia pero es suposición plena. Los cistercienses de ahora tienen turbios los ojos a causa del pervigilio doblado el raquis, difícil será encontrar a un contemplativo rectas las espaldas. La guardia sigue en sus diferentes relevos y parece que Dios continúa hablándonos desde el silencio. Hay quien hace la escucha siguiendo su rastro desde la garita iluminada. Abajo se condensan las sombras, los fantasmas nocturnos.

 

Sabemos que el protagonista era vástago segundón del señor de Klamheim con feudo sobre el castillo de Toeltz. Siguiendo la costumbre de la época sobre la primogenitura ingresó en la abadía. Allí fue feliz fray Lázaro hasta que el diablo vino a visitarlo atosigándolo con el dogal de la duda y la desesperación. Sus años de noviciado tuvieron ese carisma de la ondulación y melisma del canto llano. El cuerpo de los monjes está hecho para la liturgia, la melodía monódica que recorre las bóvedas con la elegancia del cisne en el estanque. El templo románico se convertía en un lago de beatitud donde hasta la estructura hipóstila desempeñaba una función de alabanza a Dios a través de la voz humana. Era un discurrir placentero por el perfil de los días y el turno de las estaciones materia y forma conjuntadas y sin diferencias entre el alma y el cuerpo. La vida monástica es una búsqueda de armonía y un anhelo de contemplación.

 

Era el cristianismo total a la sombra del Pantocrátor de la mandorla mística antes de la llegada de la peste franciscana, el principio del fin, el primer conato de reforma religiosa que iba a desembocar en las demasías de las guerras de religión. Era entonces cuando Roma no tenía tanta importancia pero la cristiandad era más católica, más universal y más libre. Los ojos se entornaban hacia Jerusalén. "No había fronteras en la fe ni en los pueblos, ni nacionalismos montaraces, ni cismas ni herejías". Por eso viene a concluir el autor: estos siglos que van desde el terror milenarista marcan el triunfo verdadero de Cristo. Algo que en la historia no se ha vuelto a repetir. Todos los que amamos a la grandeza de la Iglesia verdadera tendremos que suscribir esta hipótesis que Camón aquí describe maravillosamente. Los tímpanos románicos expresan asimismo esa idea célica del paraíso impersonal y cósmico, un empeño que sólo fue posible mediante el rescate de la sangre de Cristo. Es la ideación pura, el concepto teológico en carne viva lejos de las vivencias personales. El creyente sentía partícipe de una empresa total. A Dios no se le puede ver, tampoco se le puede nombrar. Es lo absoluto e incognoscible. Sin embargo, los que se acercan al arca santa de tapas nieladas, ese cofre de salvación de la fe en español, a contemplar esos ojos que acechan y perdonan, ojos del mundo redondos y opacos y esa sonrisa de la talla tan dulce como tosca o se prosternan ante el Pórtico de la Gloria consiguen una visión de ese reino futuro que aguarda a los que perseveran siquiera sea a través del ojo de cerradura que abren las arcadas románicas.

 

El autor va explicando el proceso con acuidad y pluma veloz a través de una prosa en el que el castellano recobra todos los honores de lengua espiritual apta para hablar con Dios y entusiasmarse ante los deliquios de la Virgen María. Entusiasmo es un endiosamiento y sin entusiasmo no puede haber cristianismo ni tampoco buena literatura. Es algo que sólo puede comunicar Dios a través de sus criaturas. Es privilegio del todo no de la parte y es ahí donde fallan algunos de los novelistas de aluvión el colmillo retorcido o que andan de medio lado que escriben en la España de nuestros días sino del todo. Por eso no lucen aunque traten de encandilarnos con sus mejores galas. Para sentar plaza de novelista o de crítico lo que hay que hacer es estar contra lo de entonces. Este sino de los tiempos nos recuerda a las plagas de Egipto y no queremos esta vez dar nombres. Demasiado revanchismo. Respiran por la herida. La cicatriz de la derrota les sigue superando de ahí que sus libros nos hagan recordar a verdaderos manaderos de pus.

 

En el estilo de Camón Aznar pasa lo contrario. Es una novela de tesis que prende desde el principio. Además, es uno de los cantos más bellos a la mujer que hayan podido escribirse desde la duda y desde los dolores. Lázaro viene a coincidir con el dictamen del protagonista del Nombre de la Rosa que de la misma manera devino en monje giróvago: los momentos de felicidad mayor no fueron los del convento ni los del éxtasis místico sino la noche que pasó en compañía de aquella muchacha a la que llegó a conocer casualmente. La crisis religiosa que padece hasta su exclaustración y la posterior condena abacial a hacer la ruta jacobea que en muchos casos equivalía a la pena de muerte porque el viaje estaba cargado de peligros y bajo la amenaza del hambre, la peste y los lobos, es una preparación del camino para explicar su estado de ánimo.

 

 

 

X

 

El detonante de la crisis viene dado por una experiencia con la que no contaba: la muerte del maestro de novicios. La visión de su cadáver convulso y desesperado le hace reaccionar. El preceptor había practicado la virtud desde que profesó y seguido a rajatabla las constituciones de san Benito pero en el postrer momento, el definitivo, tuvo un instante de debilidad, resbaló en la duda presa de terrores incomprensibles que le acercan a la boca del abismo. La desesperación es un sentimiento específicamente satánico. Esa tentación a punto de expirar cuando más aprieta el diablo la tuvieron muchos santos. No hay nada más allá, el cielo está vacío; ese viene a ser el argumento. Todos los seres de la creación tienen un destino trágico, juegan la baza con las cartas marcadas, de lo que se colige: procede disfrutar aquí todo lo que se pueda porque si no hay otra vida todo estará permitido en ésta.

 

San Pablo fue acometido muy recio por los espasmos de esta duda pero la venció y fue arrebatado al séptimo cielo del que bajó diciendo que ni el ojo vio ni el oído oyó lo que es aquello pero la serpiente antigua se atrevió a plantearle cara al Apóstol de las Gentes. Le llamó exaltado y lunático utilizando como argumento su gota coral. Parece ser que Saulo se cayó del caballo en un arrebato epiléptico.

 

Es una interrogante que parte las carnes de muchos creyentes y pasa agitándose por los cielos de la historia. Algunos la llaman el silencio de Dios. No todos tuvieron el privilegio de ser arrebatados como Pablo de Tarso a las alturas. Porque vio creyó y esta fe le hace increpar con la vehemencia que le caracteriza a la muerte preguntando dónde estaba su victoria y proclamar incluso "culpa feliz" al pecado de Adán factor desencadenante de la redención. Pero hay que insistir que no todos gozan del carisma de la claridad de la trasverberación que arranca las nieblas del error de sus intelectos.

 

El orante se ofrecen en oblación y ha de cargar con los delitos y lapsos de los otros. A veces la cruz resulta demasiado pesada y viene la duda del sepulcro vacío. He aquí a Lázaro de Kleimheim copista y amanuense de los libros santos en un monasterio de Alemania sumido en el laberinto. Siente que el cielo se le viene encima, gime y busca sin hallarla la salida a la encrucijada. El tiempo de rezos y el duro trabajo caligráfico que trazaba líneas y colores, rasgos, sobre los preciosos cantorales, no eran más que un alivio pasajero. Cuando en las cortas vigilias antes de Maitines sobre la estera o la yacija de paja que le sirve de lecho en la crujía hipóstila vuelve el gusano a roer y la tentación por sus fueros. El cielo está vacío y con la muerte estalla sobre nosotros la nada. Él no resucitó, los vendajes del sepulcro no eran los suyos y el mito de la resurrección fue un montaje, la fabricación de unas plañideras histéricas que estaban enamoradas físicamente del Galileo. Todo es un invento, una inmensa fábula. Sus torturas y escrúpulos únicamente encontraban una tregua mediante las manualidades de su absorbente labor de miniaturista.

 

El proceso está perfectamente descrito tanto como el ambiente de la época. La hambruna y la mortandad de la peste van a ser otro emulsivo del entusiasmo con que arranca la undécima centuria. La sociedad feudal hace crisis. La lucha por las indulgencias y las disputas entre trono y altar por la preponderancia vuelven más duro el panorama. Si existe un Padre Célico que ordena nuestros destinos y todo lo dispone hacia el bien para que nos sintamos a gusto y no nos falte de nada ¿por qué entonces permite el mal y la injusticia, el desamparo? El joven benedictino se amarga la vida haciéndose una pregunta eterna. Él pensaba que había un orden en el mundo pero mira alrededor y comprueba que vive cercado por la desgracia y lo diabólico. Hay un desfase entre la idea y la materia. Zumba sobre sus oídos el garrotazo amenazante de la entelequia. La vida del monje se convierte así en una lucha contra la quimera.

 

"Los hombres andaban como cadáveres a pie por los caminos y e las casas no salía humo". Esta imagen del hogar frío y la chimenea apagada, el jardín abandonado y la casa cerrada acentúa la sensación angustiosa de ciudad desierta y de país despoblado es de entidad apocalíptica porque nos remite a connotaciones de castigo divino, de manipulación de la descendencia que es en definitiva un atentado contra las fuerzas de la vida. Fue el pecado de Sodoma. La Asturias de diez siglos atrás guarda cierta analogía con la de hoy con un crecimiento demográfico cero atendiendo la llegada de la alfaida, la marea humana, de hordas en masa que van a constituir una sociedad amorfa y desespañolizada y alóctona. Todas esas contingencias ya se preparan.

 

Así fue al despertar del medioevo cuando desde Escandinavia denominada entonces "oficina gentium" se impulsaría la colonización masiva de Europa sobre las ruinas del romano imperio. Los bárbaros del norte llegaron en oleada y de forma sorpresiva. Era una visita que nadie esperaba. Todo descorrimiento de pueblos presenta unas connotaciones apocalípticas que hacen pensar en el castigo bíblico. Lázaro de Kleimheim sentía sobre sus carnes esa presión.

 

Pero la auténtica crisis de fe va a tener lugar coincidiendo con la llegada de un fraile esquizofrénico, trasunto de Savonarola, al que su soberbia le sume en la herejía, desde otro monasterio circunvecino a predicar una cuaresma. "De la boca de Fray Martín no partían razonamientos sino rayos, nada de adoctrinamientos sino anatemas. Hay en su persona un anticipo de Lutero puesto que en el visitador se plasma la rebeldía diabólica, la cabeza engallada del "non serviam". Su presencia produce en las aguas tranquilas hasta entonces del monasterio una conmoción. Acusa a los monjes de ser castos y crueles, de predicar la caridad porque no se atreven con la justicia. Roma es el símbolo del engaño, la mentira y la avaricia. Sus sermones atraen la ira de la parroquia. Se le suspende a divinis pero recalcitrante en el error vuelve a predicar contra las Indulgencias y es dilapidado por hereje al pie del altar por la chusma airada. El hermano Lázaro contempla con horror aquel asesinato, ve cómo el cadáver es arrastrado a las tinieblas exteriores para que se lo coman los buitres. Era un blasfemo, un apóstata. Y aquí llegamos al nudo de la trama de esta impresionante novela teocéntrica en el que se denuncia a una sociedad hipócrita capaz de matar en nombre de Dios y que se atreve a manchar sus manos de sangre porque alguien cuestiona el libre albedrío, el derecho a pecar. La libertad humana es sacrosanta, la propia divinidad la respeta. Por una vez lo infinito se doblega ante el capricho de lo finito. La angustia y grito de fray Martín proyectan hacia el cielo la angustia del hombre contemporáneo.

 

A un escoliasta de la época no se le ocurriría explicar con tanta clarividencia e interés el proceso psicológico, la dura prueba a la que es sometido este religioso que vacila zarandeado por uno de los problemas más arduos: la presencia del mal. Pronto vemos al protagonista sumido en la soledad del ángel destronado. La Biblia lo recuerda: "Ay de los solos". El sacrosanto refugio del monasterio es perforado por esa duda caliginosa y a partir de ahí no va a ser un espacio resonante de las notas de la himnodia gregoriana. Los turíbulos no sahúman el perfume del incienso sino el humo fétido del azufre al que acompañan las estentóreas carcajadas del ángel caído en su vagar absoluto por los derroteros de la historia. Se ha perdido la inocencia del Edén. El hombre vuelve a su condición de animalidad precedente al génesis, no es más que una fiera que piensa, copula y traga, merodea y caza sin obediencia a otras leyes que no sean los apetitos instintivos. O dicho de otra forma el peso de la novela se apoya sobre el ominoso barrunto de la muerte de Dios. Pero parafraseando a Nietzsche cuya entera obra son las exequias de la divinidad fallecida, ¿existe Dios? ¿Y si no existe cómo podremos hablar de su muerte? ¿No será la idea de la divinidad algo subjetivo, una especie de prolongación de nuestro ego insaciable? El simio se puso derecho y anda ahora erecto, evolucionó como evolucionará algún día su pensamiento hasta conquistas insospechados hasta ser el mismo su propio dios en su proceso de adaptación. La tentación de Babel otra vez bajo los planteamientos seductores de Darwin.

 

La dilapidación del hereje hace que Lázaro, el puro, el incorruptible entibie su fe desde la base de un razonamiento verosímil: no es lícito asesinar en nombre de la divinidad pero esto fue precisamente lo que estuvo haciendo el ser humano desde las cavernas a través de la práctica de un ritual supersticioso. A Dios había que inventarlo puesto que daba coherencia al grupo porque nos reafirma en lo que pretendemos, nos halaga el oído. De esta forma el concepto del ser supremo pasa a ser algo subjetivo, puro maquillaje para nuestra vanidad intelectiva. Un analgésico para el dolor que comporta el destino de los nacidos para la muerte.

 

Lázaro había pecado y el pecado es como la rotura de una armonía con el cosmos. Sin embargo, la razón no es más que la tapa de los sepulcros. Un buen día reconoce su culpa y va a caer de rodillas a los pies del abad con todo el monasterio reunido en capitulo. En aquel entonces las penitencias eran públicas. El prelado no puede absolverlo tratándose de tamaño pecado mortal, el de desesperación; es un pecado contra el Espíritu. Lo envía de peregrinación a Santiago de Galicia. A la sazón las autoinculpaciones se llevan a cabo ante el capítulo. Las penitencias también eran públicas. Los pecados, distintos. De una magnitud más solemne si cabe porque diferente era el concepto de cristiandad. Recordad a tal respecto la Huida a Canosa. Todo un emperador prosternándose descalzo ante Gregorio VII. Hasta que no estaba saldada la deuda con la iglesia o con los hermanos, Dios no perdonaba. Era frecuente ver vestidos de saco en el ámbito de las ciudades a los flagelantes clásicos. En realidad las peregrinaciones empezaron a partir de esta noción de culpa que había que expiar mediante el viaje iniciático. Los romeros cuando de personas consagradas se trataba recibían de manos de su abad un bordón, unas veneras de concha y el clásico petaso o sombrero de ala ancha que servía para protección de la intemperie y también para ocultar el rostro. También recibían el ósculo de paz y treinta dineros para el camino. Nada más.

 

X

 

No era consciente el Hermano Lázaro cuando se despidió de sus compañeros que la hégira expiatoria que iba a comenzar le iba a llevar más lejos de sus sospechas. Como primera medida tuvo que dejar morir a su yo para empezar a vivir. Dejó de pensar. El trajín de la andadura le deparaba el robustecimiento de sus miembros corporales. El alma se purificaba. Tenía que aniquilarse y ser semilla que después de caer en la tierra hará que fructifique la espiga. Alguna veces añora la casa matriz y se acuerda de sus frailes con una vida tan reglamentada y tan diferente de la azarosa que a él le persigue, añora los ritos y canta cuando puede el oficio divino o dice misa en plena soledad porque partió con la recomendación expresa de su superior de evitar las iglesias y los poblados. Sin embargo, al llegar a Tarbes localidad de los Pirineos pide al obispo letras dimisorias para poder consagrar la Eucaristía. No ha de olvidarse ese nombre. Tarbes es la diócesis donde se produjeron las apariciones marianas de 1858 a santa Bernardita Soubirous. Lourdes está en pleno corazón de las peregrinaciones jacobeas. Aunque obtiene la facultad de celebrar y concelebrar pronto olvida su condición de clérigo porque, tramontados los puertos y habiendo dejado atrás el monasterio de San Pedro de Sieresa, una serrana de un valle navarro lo recoge cuando estaba medio muerto y lo lleva a su choza, le da de comer, le venda las heridas de los pies y, cuando despierta escucha hablar en vasco: "gaixo ziñatan, orain zaunde" (enfermo estabas antes, ahora bueno). Se inicia una bella historia de amor pastoral. El protagonista vive los instantes más bellos de su existencia, conoce la plenitud. Ni siquiera se acuerda de los votos arrastrado por su pasión pero un día al salir a arar encuentra el cuerpo despedazado de un hombre por los lobos la noche anterior. Le viene a las mentes el recuerdo de la palabra empeñada al superior. Vence las lianas que le atan a aquel hermoso caserío rodeado de fortísimos montes donde viven gentes sencillas en estado de gracia original anterior al pecado del primer hombre y abandona la vida arcádica. La mujer le sigue durante un trecho pero vuelve a abandonarla.

 

El cristianismo que encuentra pasada la cordillera es una religión en estado de guerra. "España vive-dice-sólo para vencer a los enemigos de la fe en franco contraste con la mansedumbre y placidez del sur de Alemania. Aquí todo se extrema a punta de lanza. Todo se radicaliza con ímpetu de ataque". Tampoco el cristianismo es un concepto unívoco. Nunca nos pondremos de acuerdo pero es así. Lo único que le mantiene vivo es lo externo porque lo interno pertenece a algo tan sagrado como es la conciencia y es allí en lo íntimo del alma donde Dios habla al ser humano. Pero los ritos, las oraciones, las fiestas, la letanía, la tradición. ¡Si quitamos eso, en qué queda la fe! ¡En monsergas místicas! ¡En una interpretación del Evangelio ad líbitum! Sólo un monje benito puede entender que el catolicismo consiste en liturgia, en un constante recitar de oraciones con arreglo a los ciclos estacionales. Porque la practica rutinaria de la regla nos libra de nosotros mismos. Ora y labora. No te desesperes. Cumple la norma, únete a la tradición, pero si cambiamos la norma, si introducimos cambios en la liturgia obtendremos una mutación de la esencia y llegaremos al síndrome del templo vacío, a la macrocefalia jerárquica. Tenía que renunciar al amor pero al igual que en el "Nombre de la Rosa" Lázaro reconoce que no hubo instantes más suaves que los que le depararon sus nupcias con la serrana de Arán. Su recuerdo le hace casi enloquecer. Sin embargo, tiene que empuñar su cayado y entonar el "Ultreya" sin temor a los peligros de la andadura iniciática. Otra vez se pone en ruta. El Salvador le acompaña. Para expiar la culpa, caminar. Tenía psicología de huido y cruza cañadas, desfiladeros. En algunas posadas vuelve a saludarle la tentación, traba conversaciones con otros caminantes hacia Compostela. Unos perseveran, otros son seducidos por los cantos de sirena, las mesoneras y mozas de partido, que ya entonces el itinerario era ya la ruta de la sífilis, el chancro y las tabes, el perro de san Roque, mal francés y camino francés, otros mueren en los lazaretos o quedan sepultados en los cementerios de peregrinantes, otros mueren devorados por las alimañas, se extravían, enloquecen, se dan al vino o mueren a mano de los bandidos. ¡ Señor, Señor cuanto pecado, cuánta imperfección y cuánta defección! El destino es la tumba.

 

Alfonso VII el gran rey de Castilla, el repoblador, el que tanto amaba a Oviedo y a los asturianos puso guardia de templarios en la ruta para proteger a los transeúntes. El Hijo del Trueno Boanerges es el símbolo de ese cristianismo prevenido en frontera.

 

 

 

 

 

Que encuentra el monje alemán pasado el fito de Navarra, era casi una fe desconocida que acaba atrapándole, se emborracha, se enamora de España a través de una moza vascuence. Hasta los sarrios y las cabras enarbolan el pendón de la cruz frente a la media luna. Ha pasado el letargo del milenario y la cristiandad empapada de vida quiere liberarse de las cadenas y de los yugos que le uncen a las pechas y servidumbres del califa. Al grito de ultreya y del "Dios lo quiere" de Pedro Ermitaño se llena de actividad, despierta de su modorra y se embarca en la dudosa aventura de las Cruzadas, algo por lo cual nuestra fe ha sido tan vapuleada por sus enemigos. Sin embargo, ahí tenemos a Ariel Sharon una especie de Ricardo Corazón de León Judío y nadie le dice nada.

 

Fray Lázaro había escuchado de labios de un francés que hacía la ruta de Compostela por la parte más sañuda: la de la costa- curiosamente al remontar Oca dejando a un lado Vascongadas que ya en aquel tiempo seguía sin estar romanizada y sin cristianar- "el que va a Santiago y no visita al Salvador por honrar al criado menoscaba al señor" y opta por el ramal de la derecha el que a través de Arbas enfila la ruta de los antiguos monasterios mozárabes de las Monas o Nonas y cruzando por Mieres desemboca en el Templo de la Transfiguración, verdadero Tabor del arte ramirense y de la fe vieja. Queda prendado de las costumbres de aquellos monjes asturianos que nada se parecen a los de Alemania. Para empezar hacen vida eremítica y algunos viven encaramados en lo alto de una celda incrustada entre las socarrenas de alguna peña tejada o en lo alto de una iglesia prerrománica, aquellos templos de cuerpo tan chico pero de altos muros. Es así como opta por abrazar la vida contemplativa en San Julián de los Prados. Es izado a lo alto de su cobijo en una cesta. Desde allí ora al Criador y contempla ante un paisaje de montes bellísimos que demuestra ser cierto el aserto del códice "In Asturum conventu dedit Dominus montes fortissimos circuitui ejus et praesidit ex hoc, nunc et in saeculorum saecula" (Dios escogió a la provincia de los astures a los que protege mediante una cadena de montes fortísimos). El paisaje de Asturias, santuario de España, tiene algo de sacramentos. Pero el pobre monje tiene allí que ganar el cielo luchando con la tentación que se presenta unas veces en forma de mujer como le ocurrió a san Jerónimo con la satiresa. Otras quien golpea es el silencio de Dios o el desaliento. Hay pasajes en esta obra tan bien llevados que hacen pensar en Tolstoi el cual de forma parecida describe el proceso de la tentación del cenobita en el "Padre Sergio". Las fuerzas del bien y el mal se turnan. Ángel y diablo parecen confluir en una batalla sin medida. Es el ritmo sonoro con sus impasses e intercadencias del péndulo. La luz libra una cerrada y sórdida batalla con la oscuridad. Nadie sabe de estas luchas interiores. Por toda la redolada ha cundido la fama de santidad del fraile extranjero encaramado en su celda de estilita. Cuando celebra misa los domingos y las fiestas de guardar el pueblo en masa es testigo de sus trances y al final de aquellas misas largas que duraban casi tres horas en el rito mozárabe algunos feligreses se acercan a tocar sus vestidos para llevarse a casa un trozo del hábito, una hebra de su barba bermeja e hirsuta como reliquia. Una noche de junio el valle resuena con el eco melancólico de los cantos de ronda y el brillo lejano y seductor de las hogueras de san Juan, el aguerrido grito del ijujú de la danza prima cerca de las quintanas. El Padre Lázaro vuelve a sentir la llamada del siglo y sucumbe a la celada de la tentación. Se escapa de su nido de oración y de penitencia en lo alto de san Illán de los Prados por una cuerda y huye a favor de las sombras con la luna a las espaldas. La vida de un peregrino es una huida hacia delante. Siente la llamada del deber. Tiene que cumplir la penitencia impuesta por su abad. Le sonríe las estrellas como lagrimas de cristal en la Vía Láctea. Ultreya. Ultreya. Le convoca la fuerza del camino. Proaza con su torre quedó atrás y contempla Avilés reclinado en la ría pero no se atreve a entrar. Escucha el sonido espectral de las Tablillas de san Lázaro. Hay peste en el lugar. Siente las arremetidas de la fiebre, pasa la barca de Muros de Nalón y al atardecer da vistas al Valle de las Luiñas que le recibe con sus praderías y cuetos detrás del Monte de Santana, cruza el río Uncín y llega al lazareto de Soto. Su estado de salud ha empeorado y es allí en aquel hospital de pobres donde exhala el último suspiro después de haber recibido la absolución de una abate francés también romero a la Ciudad del Apóstol. El penitenciado no consigue cumplimentar su proyecto, pero Camón observa que lo importante no es la meta. Es la vía lo de más. Los santos pueden alcanzar la cima de la virtud heroica habiéndose quedado a medias, siendo unos perfectos desconocidos. En definitiva se hace camino al andar.

 

X

 

Es una de las novelas psicológicas encastrada en una trama que nunca decae bien escrito y mejor pergeñada que responde a un conocimiento histórico de la vida de las ideas y de la sociedad visigótica recién iniciada la Reconquista que casi entusiasma. Al profesor Camón se le conocía como crítico, especialista en el Renacimiento pero su faceta de novelista y de dramaturgo pasaron desapercibidas. Su cara era como la de un pergamino y su estilo de hombre pacífico y modesto, aunque tuvimos entendido que fue anarquista cuando la República, atraía como atrae un códice iluminado porque era el espejo en el cual nos miraríamos de viejos, y es cierto porque al contemplarme a mí mismo en el espejo veo que me parezco algo a mi maestro cuando tenía mi edad. La vida me ha hecho rodar por sendas muy parecidas a las del profesor de la Central. He seguido la ruta de los entusiasmos y la de los libros hasta dar con mis huesos en una de las hondonadas paisajística mente más sublimes de la península donde fue a morir Fray Lázaro el protagonista de "En la cárcel des espíritu" ¡Qué cosas!. Aquí la tierra nos puede ser más leve al cubrirnos con el manto de eternidad. Tan risueña perspectiva hará seguramente llevadero el albergue porque es también las rutas que llevan a la Luiñas lejanas donde yo quisiera descansar.

 

Siempre que paso por delante de la casona que se encuentra a tiro de piedra de la tienda de Manolo Menéndez Vigo, contertuliano de mis parrafadas y que no sólo me arregla los pinchazos de la rueda de mi bicicleta sino que me da clases de bable, el que hablan en Muros, aunque Manolo provenga de Lugo, y detrás de la de Eloína, otra buena mujer de aquel lugar entrañable, siento la melancolía por aquel tiempo que se fue, por los libros que no se leyeron o de los que apenas hablan pero que son importantes. Solía Camón viajar a su rinconada de este lugar en el concejo de Cudillero con harta frecuencia. Una vez lo vi en Oviedo haciendo tiempo para tomar el tren de Madrid acodado en uno de los veladores de la Mallorquina. Parecía un dios vencido y un centinela a punto de relevo en su garita del Café Peñalba, quizá recordaba a los muchos que cayeron. Era un día de lluvia y llevaba puesto uno de aquellos impermeables de plexiglás a la moda de los sesenta "pluma d´oro" anunciado por la tele de los primeros tiempos por Torre Bruno dando voz a un personaje característico que llamaban "Topo Giggio", con un gorro para la cabeza. Tenía un aspecto de cansancio y le vi viejo ante una taza de café que se había quedado frío. Acababa de enviudar y ya no había aquel entusiasmo en aquella mirada de figura de arquivolta románica de los tiempos de la Facultad sino la de un senescente abatido y sin curiosidad. Era por el verano del 77 aunque no recuerdo muy bien la fecha exacta. Al poco tiempo murió el profesor Camón Aznar. Quiero con este artículo honrar la memoria de uno de mis maestros. Fue uno de esos intelectuales que habiendo nacido a esta vertiente del Pajares como Claudio Sánchez Albornoz, Ferrandis, Menéndez y Pidal, Alarcos, Azorín o Gustavo Bueno han sentido esa fascinación ineluctable que infunde Asturias sobre los espíritus. Los amantes de la letras de los tiempos venideros tendrá que hacer justicia a estos prohombres del pensamiento hoy olvidados o ninguneados. Ellos abrieron brecha e iluminaron la paz del sendero.

Antonio Parra. jueves, 7 de junio de 2001 (2:41 h.)

 

 

 

 

 

 

 



CARTA A DON ARTURO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Villafranca del Castillo a jueves, 7 de junio de 2001 (19:31 h.)

 

 

 

Amigo don Arturo:

 

Tengo el gusto de enviarle las fotos del domingo de palmas. Fue un día muy bonito. Espero que sean de su agrado y que se haya restablecido de sus achaques.

 

En otro orden de cosas, sintiendo una gran curiosidad por el Camino de Santiago, de hecho, estoy escribiendo algo sobre el tema, al que daría cima si Dios me da salud este verano, en mis pesquisas encontré un texto del profesor Camón Aznar que me ha entusiasmado. Es uno de los pocos goces que les están reservados al investigador.

 

Me tomo la licencia de remitirles lo que pienso yo acerca de esta novelita corta del querido Camón EN LA CÁRCEL DEL ESPÍRITU.

 

El protagonista acaba sus días en el lazareto de ese lugar tan entrañable también para mí.

 

Sería mi deseo que las generaciones venideras supieran de la historia tal y conforme era en el alto medievo. Esta obra de Camón debería estarse en los anaqueles de la Biblioteca.

 

Yo me encargaría de agenciársela. No creo que valga más de dos mil pesetas.

 

Así que si Dios quiere cuando vaya por ahí hablaremos.

 

Pero si le vaga y tiene ocasión de leer esta glosa en que yo explico hermenéutica mente el sentido de las cosas dentro del espíritu del siglo undécimo dígame qué le parece. Este libro jacobeo al que me hace falta dar la última mano aborda la cuestión casi desde el punto de vista del profesor Camón.

 

Ya tengo ganas de volver al Rellayo y bajar a misa Soto. He vuelto a engordar. La batalla con el tejido adiposo la doy por perdida pero mientras vayamos tirando... Queden Vd.con Dios. Me impresionó un detalle que me contó Miguel Ángel sobre su antecesor, el cual sólo sabía decir en latín la Misa de Beata, y celebraba todos los días del año con el introito del "Salve Sancta Parens" como el clérigo de Berceo. ¡Qué primor!

 

Con afecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



ARTE RAMIRENSE EN TIERRA SEGOVIA

 

La iglesia de san Gregorio en Fuentesoto de Fuentidueña apud Sacramenia está en un alcor. Surge a medida que el viajero se acerca como una aparición cabalgando un somo de laderas pardas donde destaca el lomo de algunas bodegas inhumadas taladrando el perfil del monte. Es la que decíamos del Ara Vieja. Tierras de pan llevar. También buen vino cosechero. Zona de castillos y monasterios aprovechando que por esta demarcación fronteriza la orografía ofrecía refugios naturales, en valles recónditos con cuevas en las vertientes. Hubo una Tebaida. Los cenobios diseminados por las estribaciones del macizo de Somosierra atrajeron a muchos orantes y clérigos que venían huyendo de la persecución sarracena cuando la caída de Toledo. Los eremitorios andando el tiempo serían la base de los fundos cistercienses de carácter militar contra aceifas y algaradas por sorpresa en muchas partes.

 

Hay una serie de rasgos que hacen sospechar de la influencia del prerrománico astur concretamente en este templo de san Gregorio in excelsis, todo un resabio en piedra del antiquísimo culto miguelino de raigambre bizantina. Nos recuerda en cierta forma a San Miguel de Lillo. La traza es cuadrada y rectangular el testero que refuerzan contrafuertes y sillares a hueso. Tiene toda esa solidez áulica y esbeltez con que definía Menéndez Pidal al Arte Ovetense: alma grande y cuerpo chico.

 

Se pueden rastrear asimismo reminiscencia de esta factura o atavismo en el arte de construir templos en algunos antiquísimas iglesias de Siria y Armenia donde se aprecia la solidez de sus firmes junto a la gracia recoleta. El rito y la liturgia eran similares, calco del bizantino con resabios ambrosianos, las misas cantadas a base de trotarios con un canon esmaltado de invocaciones en griego y en latín, y epiclesis o llamamiento trinitario sobre las especies "en conmemoración de la Cena, más que consagración efectiva, por neta influencia de los monofisismo arriano, tan extendido entre las cristiandades visigóticas hasta Leovigildo.

 

Sin embargo, los diseñadores tenían problemas a la hora de voltear las bóvedas y no encuentran el camino de las techumbres de cañón a base de arcos perpiaños. Eso vendría con el románico. Así que muchos techos se desploman por la impericia de los constructores.

 

El de la nave central y la tribuna del antiguo templo parroquias de Fuentesoto, hoy transformado en camposanto y sus farallones remanentes aprovechados para nichos y enterramientos, cayó, o puede que la iglesia se quedara a medio hacer a causa de una de las habituales correrías de Almanzor, como demuestran las adarajas en el arranque del ala del presbiterio. O hubo un derrumbe o los albañiles tuvieron que liar los bártulos porque los moros venían zumbando.

 

No así la parte del cabecero que exhibe su ojiva adosada a la espadaña. Quedan adherencias y desconchados en el techo de algunas pinturas al temple. Las iglesias asturianas estuvieron adornadas con murales policromos que las hacían rutilantes y acogedoras casas de oración. Al lado del evangelio se abre el tiro de una escalera de caracol con los peldaños muy gastados -impresionante detalle- por la que se trepaba hasta la torre. Más de ocho siglos subiendo y bajando por este vano de exiguas proporciones para tocar las campanas determinaron los horadados de la escalinata cuyos tranquillos gastados por las pisadas ofrecen una superficie alabeada, comba de los siglos. Asimismo, lo exiguo del vano hace suponer que nuestros antepasados tenían inferior envergadura que los mozos de hoy puesto que no había hecho acto de presencia la "generación del yogur". Es una constante que se detecta en todas las excavaciones arqueológicas el porte inferior del español medieval con respecto al de nuestros días. Claro que con su descomunal fémur el esqueleto gigantesco de Sancho el Fuerte de Navarra, hombre de estatura aventajada que pudo sobrepasar a lo que mide hoy un pívot de baloncesto, es excepción que confirma esta regla.

 

Parece ser que el monumento fue arrasado por los soldados Murat en una expedición de castigo contra este lugar que había dado cobijo a Juan Martín el Empecinado. Sin embargo, el torreón campanero quedó indemne y señero desafiando a los cierzos y ventiscas y las lluvias de los siglos. Nos observa desde la cumbre con los ojos vacíos, como cuévanos por donde se asoma todo el cielo de estos riscos, de sus ventanas sin campanas ya.

 

La traza cuadrada y los contrafuertes adosados al muro cimienta la sospecha de su filiación asturiana en esta tierra de frontera, antemural de contención a la presión agarena desde el sur antes de la aparición de Castilla como tal, la de Ferrán González, y con suerte alterna los territorios enmarcados en los arribes del Duero pagaban pechas al rey de León o al califa. Las tornas cambiaban sin interrupción en ese batallar constante en una guerra sin cuartel de sangre y suelo; por las vegas, por las casas, por las dehesas, por las obradas, por los rebaños y hasta por las mujeres como demuestra el ignominioso tributo de las Cien Doncellas. Esta feroz pugna étnica se está repitiendo en Kosovo donde asistimos a los episodios sangrientos de un Reconquista al revés. Es ahora a los cristianos a los que les toca la peor parte y humillar la cerviz ante las presiones de la Media Luna. Los intrusos arriban en oleadas sin que en apariencia exista una mano de contención ni un poder que tapone la sangría hacia dentro que pueden desembocar en verdadera hemorragia social en no tardando mucho. Antes bien, en los medios de difusión pública, debe de ser una antigua táctica bélica que dice que antes de asentar el golpe definitivo al enemigo hay que machacarlo con la propaganda, parece existir una cierta fruición narrativa a la hora de anunciar el goteo que no cesa. Estos juegan fuerte por lo que se ve. Van a por uvas como se dice en argot taurino.

 

Con tales estratagemas en curso lo que se ha conseguido es retraer Europa a un ambiente que desconocía hace muchos siglos, y que sea verdad aquella frase del Mariscal Göering que cuando escuchaba la palabra cultura se llevaba la mano al cinto. Si sustituimos la cultura por la religión que al fin y al cabo son una misma cosa veremos cómo nos cuadran las cuentas.

 

Yo he visto tirar de pipa a judíos y a mahometanos, escupir y chillar presas de histeria al escuchar hablar de Jesucristo. Mientras los palestinos de Arafat llaman a la yihad las huestes del nuevo Josué israelí, Ariel Sharon, parecen definitivamente a punto de embarcar a un revival del espíritu de las Cruzadas en versión judía por recuperar la tierra prometida.

 

España fue otrora también una suerte de paraíso de las tres religiones, cada una de ellas pugnando por dominarla. Es el mensaje que proclaman las ruinas exaltadas de la torre de san Gregorio. Nunca hubo un verdadero clima de conllevancia entre los tres credos y sería una utopía pensar que hoy cuando reverdecen con más fuerza los postulados, reivindicaciones, nostalgias y hasta un alarmante instinto de desquite al que da pábulo un misterioso y oscuro aliento de discordia, más allá de los comodines de libertad, democracia y carácter etno-centrífugo de composición alóctona, un producto que algunos sectores nos tratan de vender a toda prisa y que aducen como un hecho consumado. Esto hará que pronto o tarde la marmita entre en ebullición.

 

 

 

X

 

San Gregorio, iglesia-fortaleza en la cúspide, baluarte templario, refleja el anhelo de defensa de una comunidad asediada. Preside la cima de un páramo donde empiezan a escalonarse las tierras altas de la Pedriza que sirvieron de base a los campamentos romanos (hay tres toponimias castreñas: Castro de Fuentidueña, Castro Gimeno, Castro Sarracín)

 

Es justo pues alargar la memoria hacia el pasado y añorar con nostalgia aquella batalla de Clavijo en la que el buen rey asturiano Ramiro I exoneró a las cristiandades de la Península Ibérica de la afrentosa gabela de las cien vírgenes. Era un voto a la lujuria y a la salacidad de los monarcas nazaríes. La efigie de Santiago cerró los cielos y España estampándose entre las nubes a lomo de un caballo blanco. Desde entonces el busto y el perfil del Matamoros hoy tan minusvalorada y arrinconada fue elemento de cohesión nacional pertenecen al patrimonio de la historia sagrada de España a la que escupe, escarnece y pisotea el enemigo [la muletilla que corean hoy los globales con su furia y retorcimiento de mente de siempre es "dónde está vuestro nacionalismo, bien por Cataluña, por Vascongadas, por Galicia, pero ¿ Castilla, dónde te me has ido?"; y replican: "a echar la partida al bar de los viejos"], nos la tienen en el Lithostros, nos la llevan presa su imagen coronada de espinas con una caña por cetro y una manto de púrpura que se echaba a las espaldas de los ajusticiados y de los locos, antes de ser nuestra nación crucificada. Sus verdugos no hacen otra cosa que echar espumarajos por la boca. Su baba nos salpica desde hace cinco siglos.

 

Ahora a Ariel Sharon, otro matamoros, nadie se atreve a pararle los pies. Parece un fantasma fugado del sacomano de Clavijo en versión sionista, claro está, sin que persona le llame al orden. Antes bien la opinión internacional chicolea sus incursiones en territorio palestino y hasta lo bailan el agua lo que demuestra que este tipo de zarabandas interconfesionales se ganan alimentando la cadena de agravios y de venganzas, importa dar pábulo al fuego sacro.

 

Sin embargo, eso es harina de otro costal. Aquí lo que importa decir es que en el 875 en Clavijo empezó a liberarnos de las garras del infiel, por más que muchos historiadores, aun los más sesudos y circunspectos hayan tratado de ponerlo en duda.

 

Todos estos valles cerrados de Castilla la Vieja cruzando el Duero testimonian aquel empeño de los monarcas de León y de Oviedo por impulsar la tarea reconstrucción de zonas devastadas. La tierra se llenó de torrecillas sagradas luciendo la cruz griega como escudo y pararrayos de clemencia sobre la cofia que desafía a todas las intemperies, adarga que arponea las brisas, cruz en lo alto, cruz de hierro. El tañido del bronce volvió a convocar a las gentes huidas a las montañas. Sus ecos perduran en los cuencos vacíos de los campanarios desmelenados tocando a arrebato desde su silencio impresionante. Para que los héroes de la estirpe resuciten y vayan a misa. Las ruinas de San Gregorio son un símbolo que se alza en la raya de demarcación de ambas Castillas, aunque en puridad Tierra Segovia cruzaba la sierra y se adentraba a las avanzadas de la ladera de mediodía. Navalcarnero, Navafría y el Escorial caían dentro de la jurisdicción del obispo de Segovia.

 

Hasta aquí llegaban las mesnadas. Los pendones flamearon sobre estos cerros, ara y guarnición al mismo tiempo, muro de contención contra las invasiones por el sur. Las huestes astur-leonesas de Alfonso III el Magno clavaron las estacas de sus campamentos, los vientos de sus tiendas, tramontando el cauce del Duero, para sujetar al moro que presionaba desde el sur. En la vieja España avezada durante nueve siglos a escuchar el toque de rebato la suspicacia hacia todo lo que suene a benimerines o almohade la llevamos metida hasta los tuétanos. Claro que los demiurgos del cacicato globalización, secundada por un sector importante del alto clero durante más de diez lustros casi se han dedicado a una labor de zapa intelectual, paciente e inteligentemente llevada, con el deseo de aniquilar - ellos dicen inculturizar como si se tratase de una especie de inoculación del virus anticristiano- de la mente de los europeos esa noción de frontera en la defensa de los valores eternos.

 

Aquí ya digo andamos un poco curados de espanto y con la mosca en la oreja porque la convocatoria de la yihad "Alá es grande" y "arrasa Arabia" se ha escuchado ya unas cuantas veces por lo que todas esas mohatras de la sociedad multiétnica, apátrida, "tolerante", va a ser una ley del embudo que beneficiará en detrimento de la catolicidad a los epígonos de Mahoma y de Moisés. La sinagoga trata de vendernos la burra vieja, desempolvando a Voltaire, y a los enciclopédicos, para proponernos un esquema de futuro pintado de color de rosa, basado en una sociedad laica, confesionalmente neutra, étnicamente amorfa, sin lábaros, sin procesiones, sin píxides ni campanas, pero con llamadas a la oración por el almuédano desde el púlpito de la mezquita, y calabazadas del rabino contra los sillares del templo y dejando encargos y notas a Dios en forma de cartitas.

 

Aquellos rudos mesnaderos del Cid mozárabe fueron un faro de fe y un ejemplo a seguir en estos tiempos en cuarto menguante, tan descreídos. Por todos los rincones resuena la carcajada estentórea del rival. Mediante loores, engaños, chantajes - y yo lo digo en una novela con una frase del caló de los gúrus de la ciudadela del dinero donde se cuecen las ollas de todos los pucherazos, los bizarros lances de la porno-política, la compra de votos y de conciencia " I´ll buy you out"- el enemigo se ha colado intramuros y ya no hay quien lo eche. Son hechos consumados. No cabe paso atrás, argumentan.

 

-Pues ahora sí que estamos apañaos. Tanto rosario iluminado y tanta Virgen y ahora lo que se comprueba era que el enemigo pretendía era eso: el coladero de la marcha verde.

 

-Sí. Nos están solmenando de firme.

 

-Ya llegaron y han pasao.

 

-Nos devuelven visita

 

-Otro Guadalete.

 

Ante este tipo de diálogos de la gente corriente que se escuchan ahora mismo en el interior de muchas conciencias de españoles honrados o con la boca pequeña, uno no puede menos de acordarse del ovante caballo blanco del Apóstol, ese que vemos alzarse a la empinada en lo alto de un retablo de la catedral de Logroño y con el suplicatorio especial del que era objeto por parte de los romeros en tránsito hacia Compostela: "Herru Santiagu, Gott Santiagu, Ultreya. Iesuseya. Desu, adjuva nos".

 

 

X

 

El Duratón es río truchero y cangrejero donde los haya (hasta que vinieron unos malignos y echaron polvos al agua que envenenaron las frezadas) famoso por sus hoces encajonadas. El cauce parece que se intercala sobre cañones profundos y entrega hundido entre los riscos de roca calcárea formando en los afustes y paradas de peña tajada escotaduras y socarrenas, hoy nido de buhardos o por donde el águila planea. Antaño estas anfractuosidades sirvieron de refugio gracias a los afustes y desniveles del terraplén a los eremitas de las cristiandades del Al Andaluz - reparen los etimólogos que Andalucía viene de vándalos, no es nombre, por tanto, árabe sino godo, porque así designaban en el norte de África a los pueblos germánicos del sur) que venían huyendo de las sacas y persecuciones del califato. Para practicar su fe tuvieron que subir a estas breñas, un reclinatorio de oración donde el cielo parece quedar a menor distancia.

 

Hay tres núcleos dentro del monacato mozárabe. El primero se aposentó en esta franja de la umbría de Somosierra en una línea de enclaves anacoréticos que llegaba desde Sepúlveda hasta Berlanga. Otro grupo era el del Valle de Silencio tierras arriba del Bierzo y cuya cabeza de partido era Samos, donde se formaron Bermudo el Diácono y Alfonso II el Casto, Sila, Mauregato. Siguiendo la tradición carolingia, estos centros servían de acomodo al magisterio y a la enseñanza. De allá imparte la cultura de los Beatos. Alcuino de York, maestro itinerante, da señas de ellos y hasta es posible que impartiera clases en Samos el cual había abierto sus puertas en el siglo séptimo. Encontraba su vértice en Mellid, el punto de encuentro de los ejércitos asturianos y gallegos cuando iban a pelear contra el moro.

 

Pero existía un tercer eje y era una cadena que iba desde Astorga siguiendo la calzada de Marco Aurelio hasta Pravia, Oviedo, Villaviciosa, dejando a sus espaldas los nueve centros que desde Arbas del Puerto hasta Mieres del Camino orlaban el paso del romeraje jacobeo durante toda la edad media con escala en Santa Cristina de Lena.

 

Cistercienses y Templarios se nota que aprovecharon su infraestructura, verdadero anillo de oración, que aseguraba y protegía el camino jacobeo, para dar un carácter más castrense y guerrero a estas apartadas colmenas de oración que agrupaban a hombres y a mujeres sin distinción de género y donde el celibato por más que estaba recomendado no entraba dentro de los planes de la regla donde las preeminencias quedaban determinadas por el afán de estudio, la transmisión de la cultura grecolatina y la lectura incesante de los evangeliarios, sobre todo el libro más popular del nuevo testamento de entonces, el Apocalipsis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

DEDOS LARGOS

 Camara enfocando a un hombre de más de cincuenta años, aunque aparenta más. Sin embargo, hoy va bien vestido. Viene de comprar libros en la cuesta de Moyano que ha metido en una bolsa amarilla. En una de las paradas sube su mujer que a diferencia de Emeterio va muy engalanada y enjoyada a lo joven. Se parece a la reina de Saba. Le cede un hueco en el asiento y comparten banco como compartieron tantas cosas en la vida y tantos sueños que se están viniendo abajo. Le echa la bronca:

 

-Esa corbata no hace juego con el traje y la bolsa es muy cutre.

 

-Vaya por Dios.

 

-Siempre vas hecho un adefesio.

 

Tantos jarros de agua fría no parecen hacerle mella a Emeterio. Ya está acostumbrado a tales incriminaciones de la parienta bajo las cuales se palpa el desamor. A veces piensa que su esposa es una desconocida y tales razones le han llevado al desaliento del alcohol. Cuando se habla de violencia de género y de malos tratos a mujeres nadie hace ni la menor referencia a los vejámenes contra el cabeza de familia. El hecho está muy en boga pero los medios de comunicación lo obvian.

 

-Es que no me di cuenta.

 

Trata de disminuir importancia al hecho pero a él tan susceptible se le ha amargado el día. Venía contento pero Adriana que no comparte su gusto por la literatura ni por casi nada le ha sentado las costuras a su optimismo de esta mañana de primavera. "Si volviera a nacer-piensa- no casaría con mujer brava, ni española, ni funcionaria, que parece que les rebozaron en pica- pica".

 

Sin embargo, a estas alturas ya es demasiado tarde. Hace propósito de enmendar la plana. Sacar el bolso de piel.

 

Esta decisión le va a traer muy mala suerte como se verá. Su mujer aparte de hacerle un desgraciado le había dado mal fario. ¿Qué será que algunas hembras destruyen al hombre?

 

Ambos callan aunque para su capote, mientras el autobús sigue pegando tumbos por las calles sin nombre de la urbanización y destruyendo amortiguadores por los montículos y badenes reductores de velocidad que han colocado en la urbanización. Emeterio parece que en vez de regresar al hogar adonde llega es a una trinchera o a la mazmorra de una cárcel. Eso sí bien ventilada y con la nevera llena. Ha engordado de la bulimia que le causa su destructora esposa. Se siente cansado. Es mayo y Baco con sus ínfulas deletéreas está llamando a la puerta con las insinuaciones a la huida en las haldas traicioneras del tintorro. Piensa que su vida destrozada vale poco. El pre de los campos de la muerte acaso estuviera guisado con más cariño que los guisos de Adriana que acaso le está envenenando poco a poco. Los malos tratos y vejámenes que han encontrado un eco en la prole piensa que esconden el deseo latente de un inicuo `plan secreto de exterminio. ¡Qué infeliz se siente y todo por una cochina bolsa! Mañana llevaré esa de piel de cuero.

 

Transcurre el día con el martirio de la televisión perchelera con su habitual bazofia de programas sandios donde se hace trizas a la familia y los novelones cursis con acento italiano que a Adriana tanto le gustan. Debe de ser porque es una romántica o tiene un lío. ¿Por qué se arregla tanto? Ella sube y yo bajo, porque así está escrito. Las mujeres tienen la sartén por el mango. Piensa huir pero no tiene trabajo. Está suspendido de empleo, cobra un subsidio y esa circunstancia determina el desprecio de su media naranja. Las mujeres no tienen bandera, sólo se entusiasman con los vencedores. ¡Ah pécora! El mundo está del revés, la cruz inversa, los valores que hicieron grande y significada a esta cultura por los suelos.

 

Los telediarios han estado vociferando todo el día el caso de un supuesto español- no es español sino a medias- que se encuentra en el corredor de la muerte. ha habido una campaña nacional que ha costado miles de duro para librar a este malandrín que cometió doble asesinato de los ferodos de la silla eléctrica. Insensata y vociferante campaña. Se está comiendo nuestros impuestos. La ola de inmigrantes todo el lumpen del planeta de arribada a nuestras costas. Arzalluz el padrino de eta parece el presidente de la nación a juzgar por la cobertura informativa que recibe su persona en todos los telediarios. Se siente angustiado, aplanado, ante el tropel de injusticia y el cúmulo de despropósitos porque los anunciantes de la caja tonta sobre todo los bustos parlantes de voz homologada que parecen haber ido a la misma peluquería y a un cirujano plástico común para que les infle de silicona los morros y las tetas declaman el estribillo de las desgracias nacionales con voz idéntica y com si nuestros desastres no les afectara para nada, son marcianas recién aterrizadas de otro planeta, hijas mías de mi vida pero de donde habéis salido, ¿por qué os expresáis en esa voz homologada y os expresáis en ese tonillo? Emeterio las considera a todas mujeres clónicas y pánfilas. Trata de pensar en otra cosa, hablar, encontrar cariño, escribir pero ya no puede escribir, se baja a su garita. Su hogar se ha convertido en un abrevadero de imágenes, en un duerno de violencia. Y huye de estampida.

 

- Me voy otra vez a Madrid.

 

Su mujer nada objeta pensando que tal vez la no presencia de su incordio como llama al marido le permitirá entregarse a sus aficiones ventaneras. Hay un jovencito en la barriada que la enamora. Una vez la pilló timándose con él y menudo número montó. Hasta tuvo que venir la guardia civil.

 

Toma la máquina de hacer fotos, la mete en una bolsa de piel no tan cutre como la que traía a la venida y abandona la salita donde todos están repantigados viendo el novelón lacrimógeno de sudacas con acento italiano. Una trama cursi y pobre que sólo puede satisfacer a las porteras pero exigir más a su mujer sería como pedir peras al olmo.

 

-A lo mejor vuelvo tarde. Tengo que hacer algunas fotos.

 

Siente dentro del alma una tremenda desolación interior. Está de un humor de perros.

 

‚ La cámara avista a Demetrio de nuevo en el autobús, que conduce el Verrugo uno de los conductores más seguros pero más lentos de la empresa de transportes. El coche va lleno de extranjeros, moros y sudamericanos. A nuestro personaje le entra complejo de Doctor Livingston y se le acelera la adrenalina, le sube el azúcar y el mal humor. En una de las paradas sube un matrimonio de peruanos. Entregan al Verrugo un billete de diez mil pesetas.

 

-No tengo cambio.

 

Pero los recién subidos viajeros no dan muestras de apearse y se quedan parados en el cancel de entrada. Pasan varios minutos. Hasta que al fin al chófer no le queda otro remedio que encontrar el vuelto de la moneda hurgándose en los bolsillos. Cuando arranca el vehículo otra vez ha transcurrido un cuarto de hora. Demetrio se revuelva en su asiento pero no dice ni mú como también el común de los pasajeros que aceptan la injusta situación con resignación pero los infractores de la norma toman sitio triunfantes entre risas y una sonrisa de oreja a oreja. Es lo que no puede soportar Emeterio pero se aguanta. Sin embargo, el Verrugo va como muy nervioso y están a punto de chocarse con un camión en la carretera de la Coruña. Es un buey mudo pero la procesión va por dentro. Hoy los españoles hemos de aguantar carros y carretas, lo que nos echen. El miedo guarda la viña y engendra mutismo, cinismo y un cierto resentimiento. Nadie sabe se atreve a llamar a las cosas por su nombre. Tiene que andar con rodeos y eufemismos. Cataluña tierra de cogida. Aragón sin barras de libertad. Pamplona sin cadenas y sin mejana. En Andalucía nos queda el Rocío pero eso no es más que una fiesta pagana, con mucho desplante y vuelos de lagarterana y el calañés de ala ancha. A Castilla le han hecho la manicura a los leones rapantes de su emblema los áulicos que dicen ser monárquicos pero no son otra cosa que monorquidos, en verdad, porque esto de la patria no ha sido para nosotros sino cuestión de testículos. No hay garra ya. Al fin Emeterio opta por salir en defensa de la justicia y del decoro.

 

-La próxima vez cuando volváis a tomar el bus haced el favor de llevar lista la calderilla y no hagáis esta faena al hombre.

 

Esta advertencia a dos jovenzuelos no les parece de recibo. Ya está liada.

 

Los chorlitos se quedan de piedra y sin decir nada. Acaba de entrar en ebullición un volcán. Estos indios son de la raza cobriza, el pelo muy negro pero sin accidentes ni curvas en la cintura, amazacotados, petizos, como tapones.

 

Pero un joven se levanta y se enfrenta con Emeterio. Se han vuelto a enfrentar las dos Españas. Estampa trágica. El padre y el hijo desenvainan los sables y apuntan al corazón sus filos temblantes. La escena es de los aguafuertes de Goya. Se recuerda que uno de los dos son excluyentes. Uno de los dos tendrá que morir por la punta de la espada.

 

-Aquí se paga como a uno le da la gana, tío fascista.

 

-Fascista ¿yo?

 

-Sí, tú.

 

-Eso no me lo repites otra vez a la cara.

 

Se levanta como un resorte Emeterio y se encara con el jovencito.

 

-Clámese.

 

Una mano intervino e impidió que la cuestión no pasara de las amenazas y que no tuvieran un atestado. Tras una larga serie de peripecias el ómnibus dio con sus hierros y con las humanidades de carne y hueso del pasaje que llevaba dentro en el Intercambiador de Moncloa. Aquella hora la terminal subterránea parecía un aduar y en las escaleras mecánicas para salir a la calle el personal ocupaba los peldaños que les escupían hasta el vestíbulo y luego a la calle.

 

Los abetos primeros del parque del oeste con sus elegantes ramas dejadas caer al desgaire como brazos de un samurai le recordaban los tiempos de estudiante. Las idas y venidas con los apuntes bajo el brazo. Este lugar de Madrid a la vera del arco de triunfo en cuya cúspide un centurión romano conducía la cuadriga del saber le traía a la memoria pasajes de victoria. Capas y banderas al viento. Las crines de la yegua de juventud que desafía al rayo del ocaso.

 

Esta nostalgia le puso en situación de la primera copa. Hay que ir a comer. Perderse por los restaurantes chinos. Acabar en el comedor de Casa Rodríguez cerca del palacio de Santa Cruz. Hacer diplomacia de mantel con uno mismo. Un día es un día. Había sacado de casa la cámara de fotos. ¿A quién quieres hacer reportaje? Al mundo futuro. Esa mente fue testigo de los momentos importantes de tu vida.

 

-La compraste en York. El óptico que te la vendió se llamaba Mr. Dixon.

 

-Buena memoria tienes. Sí señor.

 

 

 

 



LA VIDA DEL HOMBRE Y EL GURRIATO DE SAN PAULINO DE YORK

 

" La vida del hombre en su rápido por la existencia es un azaroso peregrinar - recordaba san Paulino el monje al rey de Northumberland- semeja al vuelo azorado de un gorrión que se extravía del bando y va a dar a un hall entre cuyos machones se encarama buscando refugio; al cabo de unos cuantos revoloteos angustiosos encuentra de nuevo la salida y desaparece para no volver más".

 

Con esta parábola consiguió que el monarca, que era refractario a aceptar el cristianismo, recapitulase y aceptara las aguas del bautismo. Se bautizó Edwin con toda su corte la noche de Navidad. Los bancales del río Ouse hicieron las veces de río Jordán y al obispo y a todos los misioneros enviados desde Roma se les cansaba la mano de derramar sobre las rudas testas de aquellos anglosajones las aguas de salvación. Así empezó el cristianismo en Inglaterra en Eboracum, la madre de todas las iglesias de las islas británicas. Evora Magna, la Roma del norte, una visión mística de la ciudad de Dios, vaciada en el marfil de la historia, túmulo celestial en medio de un paisaje de cañadas al amor de las tierras planas de uno de los condados con más personalidad de Inglaterra.

 

La leyenda piadosa, luego transformada y sujeta a múltiples versiones y conclusiones, la vamos a encontrar esparcida por códices y cartularios durante la alta edad media. Todos hemos oído contar durante los días retiro y ejercicios espirituales de nuestra adolescencia el apólogo de aquel monje que salió a pasear por la huerta de su convento. En dudas su ánimo hesitaba sobre la literalidad del texto que acababa de cantar a Maitines en el coro: "un día de Dios semeja a un soplo". Pero el buen religioso se aceptaba a aceptar tal versión. Un día es un día. Lo mismo aquí en las antípodas, conjeturaba para su cogolla el tonsurado. No puede ser y dicese que por sus escrúpulos el Señor lo probó. Cuando regresó a su celda no reconocía las tapias de su monasterio, había cambiado el diseño arquitectónico, ni los árboles ni los hombres eran los mismo; había otra torre y otro abad, ni el hábito ni la forma de hablar que apenas entendía le parecieron igual. Y es que habían pasado mil años. Dicen que la fuga de las horas con los estragos que causa sirven a Dios de correctivo para punir la vanidad humana.

 

El resto de sus días aquel fraile estuvo llorando su falta. Dios le había abierto los ojos y como Tomás pudo meter el dedo en la llaga del costado y creyó, dejó de ser perezoso y renitente en el cumplimiento de la Regla y fue más piadoso y caritativo con los hermanos. Un día de Dios no semeja en nada al que nosotros tasamos con nuestros propios cálculos. ¿Cómo poner al mismo nivel la habilidad humana con la sabiduría infinita? Velay los misterios de lo que llaman los teólogos economía de la salvación y es que los designios divinos son inescrutables. La ruinas dilapidadas de los monumentos cistercienses, que a lo largo de mi vida tanto encalabrinaron mi curiosidad, me sirvieron de receta para acallar esta desazón. Yo estuve siempre encadenado a la forma de vida contemplativa que fundara san Bernardo. Acaso mi pobre yo no sea más que una reencarnación de uno de sus frailes blancos que purga las faltas cometidas por inadvertencia o desidia a la observancia claustral y ando por el mundo añorando aquel tiempo en medio de cánticos a la Virgen. Todo York y sus valles resulta un tributo al espíritu cisterciense. Los hados me llevaron hasta sus muros blancos. Era un viaje de ida y vuelta el que realizaba desde Sacramenia a Eboramenia. Tortuoso trayecto vital. Pero no era en busca de un hábito ni de un capelo sino detrás de una mujer cuyos ojos iluminaron mis sueños de vivir una amor indestructible.

 

De este modo se inicia la andadura de la nación inglesa que se mantuvo acérrima e incólume en la fe de Xto. aun en medio de los embates de la Reforma y de la Disolución Monástica hasta bien entrado el siglo XIX donde merced a las intrigas de Benjamín Disraeli se va a convertir en emporio de otra civilización pero ya no bajo el signo de Jesús sino en los brazos del templo masónico y la sinagoga. El York de la Disolución Cenobítica, el de Taulero o el Inconformista del metodismo de Wesley o el de la capilla fundamentada en la biblia a palo seco nada tiene que ver al respecto. El mío cantaba en latín a capela sin órganos clamorosos y tenía un cierta prevención hacia el hebreo. Los himnos del "Prayer Book" con su clamoroso estruendo me dicen poco. Mi añoranza es por la ciudad de los ciento treinta campanarios. Con sus cuarenta y dos parroquias y sus setenta y tantos conventos. Albergo mi esperanza de que algún día vuelva a renacer cuando el arzobispo Hutton que duerme el sueño de los justos en una de las capillas de la pérgola con un libro caído de bruces sobre su barriga se despierte de su modorra. O esa estatua de la diosa Higia que exorna el altar de la Señora son una urna en la mano ceda el puesto usurpado a la Madre de Dios cuya talla fue destruida por otro dignatario de la reforma, monseñor Holgate, sólo para complacer la clastomanía de un Tudor.

 

Fue un milagro la conversión de los contumaces "picti". La catedral de York es piedra angular de una iglesia que se codeó en prosapia con Roma y Bizancio, con Ávila, Tarragona, Hispalis, Toledo o Tours. En Eboracum o York de romanos nació Constantino. Su madre Santa Elena, a la que la iglesia universal debe la invención de la santa cruz, el culto a las reliquias y la liturgia a la Majestad, era una bella eborense, hija de un centurión romano que vivió una villa o quinta en una localidad que se denomina Wilberfoss y en la cual tuve la dicha de residir nueve meses de luna de miel y también luna de hiel porque ya en mi juventud empecé a probar las dulzuras y acedas de esta religión que pone como condición sine qua el dolor, el sacrificio, la abnegación.

 

York se alza en los montes del recuerdo para mí como una pináculo excelso coronado de alas de ángeles. A veces escucho entre el rumor de sus campanas el himno de las letanías entonada por los coros durante toda la eternidad. Santo. Santo. Canto. De aquellos impresionantes y privilegiados comienzos estriba la grandeza y el atractivo de esta primera urbe a la que llegan todos los años multitud de turistas y de peregrinos: la Jerusalén de Occidente. Todos los jerarcas que recibieron el palium en esta sede primada eran considerados como patriarcas de todas las Inglaterra, mientras que el arzobispo de Cantorbery es primado de Inglaterra solamente.

 

Y tosamos acá con una cuestión peliaguda que ha sido causa de guerras entre la Casa de York y la de Lancaster. Cantorbery y York han pugnado a través de los siglos por la eminencia. Sólo se puede llegar a una conclusión. Que la heptarquía del sur ostenta la hegemonía política mientras que la relevancia de la norteña guarda sesgo más espiritual.

 

Una fuerza escondida e incoercible me atrajo un día hasta sus muros y al socaire de sus murallas de arcilla blanca iluminadas en la noche como si fueran el fuerte crenelado de la Ciudad de Dios me arropo. El rumbo de mi estrella marcaba el septentrión. Viajamos hacia el punto de origen, la casa de Helen la bella y el fulgor de la cruz de Constantino en Puente Milvio. In hoc signo vinces. Este es un lugar como para vivir la esencia del amor que es la fuerza de la institución creada por Jesús. Hay una conexión insondable entre esta ciudad y los santos lugares. La madre de Constantino mandó construir nada menos que más de mil templos en Tierra Santa para conmemorar alguna circunstancia bíblica de interés o algún paso de la vida y pasión de Jesús Nazareno. El nombre de esta mujer es muy a tener en cuenta en los anales de la religión y si bien muchos de aquellos templos mandados labrar por ella están arruinados y perdidos o convertidos en caballerizas o en mezquitas por los sarracenos queda su rasgo impresionante. Ella puso en marcha todo espíritu hacia la Jerusalén de la que en York se perciben los ecos y que trascendió al mundo caballeresco de las cruzadas.

 

Toda mi existencia estuvo relacionada con "Helen" y la victoria de Puente Milvio es mi batalla. El nombre de Helen da vueltas al laberinto de toda mi vida. York aparece así ante la vista igual que un sueño. Es un sueño en el bosque encantado de piedra. Ápice del gótico florido o estilo perpendicular hijo del arte normando. Te emborrachas de cresterías al llegar. Su perfil tiene algo de la cerveza robusta que sirven en Whitmawhatmogate donde se encuentra la tasca más vieja del país un publicano que se dirige a la clientela con aires de caballo percherón. " I am a Yorkshire land". Es una casa minúscula como la de los cuentos el hastial que se abomba y se derrienga convexo hacia el exterior como si sus robustos estribos pintados de negro atlantes de roble que sostienen los pisos asimétricos y salientes de un equilibrio difícil pero cuya estabilidad desafía a la acción de los años no pudiesen más. Dicen que en este tugurio fumaba Guy Fawkes, un nativo ilustre, y fumaba su pipa mientras tramaba un complot para subvertir la monarquía. Después de siete pintas un martes de septiembre tomó la decisión de pegarle fuego al parlamento. Para hacer saltar al orgullo inglés. Guy era para mí el verdadero epítome del eborense, pero todos se reían de mí cuando lo mencionaba, me trataban de iluso.

 

-Entra en la burbuja de los ensueños.

 

-Llego al país de irás y no volverás. A la Inglaterra de los encantamientos.

 

-Tu vida será una quijoterías

 

-Esta ciudad tiene un alma señora y señera.

 

-Sí es un castillo de marfil. Por cada una de sus siete puertas solo se deja paso a los privilegiados. A los poetas, a los profetas. A todos los que en este mundo han sido.

 

Todo aquí está relacionado con la belleza en verdad os digo, sus torres y los paneles de las ventanas geminadas rinden culto al dios de la armonía. Es como entrar en un templo sagrado de noche y de pronto las flamas inundan los hacheros, se hace candela y todos son lucernas. La ciudad es el marco perfecto para un auto sacramental como aquellos que estuvieron celebrándose durante los normandos en la "Fête Dieu". Todo parece dispuesto como para empezar el rito de misa pontifical. Un eco de antífonas pervade las calles. Quedan las codas de los himnos de resurrección. Sí York es la ciudad de la resurrección. Su escolanía así como la escuela catedralicia adjunta es una de las más antiguas de la cristiandad. Apellidos augustos ocuparon su silla arzobispal y ciñeron su palio de lana virgen con seis cruces negras desde san Egberto que fue el primer metropolita hasta el actual Duncan. Muchos de ellos fueron elevados luego a la silla de Cantorbery como Walter de Gray, Bowet que ocupó el cargo entre 1497 y 1523 y cuya estatua funeraria sedente con un libro abierto en las manos embebido el personaje en la lectura hace pensar al doncel de Sigüenza. Hay que distinguir esta estatua yacente del lector ávido y aplicado de la del lector displicente y amodorrado como es el caso del arzobispo Hutton que arrebujado en su capa pluvial parece echarse la siesta. San Guillermo patrono de la ciudad que fue canonizado pese a la recia disputa que tuvo con san Bernardo de Claraval por cuestiones prelaticias. Murió en olor de santidad y sus despojos expuestos a la veneración del pueblo durante una semana exhalaban un ungüento odorífero que curaba las enfermedades y hacía otros milagros. Subió a los altares por aclamación popular en 1153.

 

Luego habrá que citar a san Cuthberto, a san Alberto templario en su día promovido a la mitra de Jerusalén y fundador de la orden del Carmelo así como san Juan de Beverley. Otros no tuvieron final tan incomible ni murieron con la aureola en la mano. Fueron obispos armados en frontera justicieros o rebeldes, señores de la guerra, según una expresión que está muy de moda por las fechas corrientes, durante la guerra de las dos rosas. Un tal Aldred en 1069 fue descuartizado a instancias de Guillermo el Emperador por oponerse el obispo de canon irlandés a aceptar el rito romano que trajeron los normandos. A Richard le Scrope, titular de la mitra orcina lo mandó asesinar Enrique IV Plantagenet en 1405 muriendo el prelado al pie del altar lo mismo que santo Tomás Beckett, aunque su fama no se desparramase tanto pero evidencia el clima de recelo y de suspicacia que tuvo sumidos a la cristiandad la lucha por la preponderancia entre trono y altar.

 

Tomás Wolsey, el legado pontificio que había comunicado al rey de Inglaterra la bula papal en virtud del cual se proclamaba a la corona como defensora de la fe de Xto. recibió en pago de su solicitud una mazmorra en una oscura prisión eclesiástica de Leicester y después la visita del verdugo. Murió Wolsey decapitado en abril de 1530. Había criticado la conducta sexual de Enrique VIII, harto estragada como es sabido de todo.

 

Tales intercadencias en el padrón de preconizados arzobispos hace pensar en la variedad y muchas formas de la iglesia instituida por Jesús. Hay muchas iglesias pero fundamentalmente dos: la de Pedro y la de Juan; una externa con mucho aparato y otra interior que apela a la conciencia misma de los bautizados, pero esta es otra cuestión que cae fuera de las competencias de cualquier historiador que exprime y juzga por lo que ve. Sólo la superficie (pleitos, casamientos desafortunados, estupros, avaricia, guerras, sentencias y desdichas de varia condición).

 

Estaba escrito que el ser humano sea hijo de sus pecados. Así, el báculo o "staff" eborense pudo estar en manos indignos de la misma forma que el cayado romano y el anillo y la quiroteca se ciñeron a dedos indignos simoníacos, tiránicos y a veces personajes neutros de aluvión. Sólo tú eres santo, Señor. A la vista de las impresionantes torres cuadradas de la catedral sentí deseos de arrodillarme y de rezar un confiteor. No hay por qué escandalizarse. De todo hay en la viña del amo. Buenos, malos, regulares, medianos y excelentes. Peccávimus, sí. Los hombres vienen y mal como las olas pero sólo tú permaneces. Somos contingentes y aleatorios como el gorrión que vio posarse san Paulino sobre su alero. De pronto desaparece para no volver más. Volaverunt. Ya no son. Pero la grey sigue su marcha camino de no sabe bien de donde. ¿Hacia las praderas celestes? It is the long march of everyman. La eclesiología, esto es Xto., es lo esencias y lo accidental los individuos que ejercen el mandato del rebaño. En York se materializa este pálpito de eternidad. El deseo de amor transformado en piedra. Uno ante el espectáculo del gótico perpendicular se siente formar parte del cuerpo místico.

 

Hay rangos y jerarquías individuas pero dentro del conjunto o ámbito de lo total brota las calidad singular de personas únicas e irrepetibles amadas de Dios desde toda la eternidad. Y de esa invitación a lo total, a lo inalcanzable, nace esa maravillosa utopía que alberga el cristianismo en sus entrañas, encina de Jetsé de la cual brotan muchas ramas, el árbol que vio Habacuc en sus sueños que junta lo negro en lo blanco, lo grande con lo pequeño y reúne en una misma dirección a los cuatro puntos cardinales, coordina las treinta y dos direcciones de la rosa de los vientos. En la cúspide, el Pantocrátor bendiciendo a su rebaño con los dos dedos desplegados en gesto de majestad solemne. El poder taumatúrgico.

 

El arte gótico no es más que un abraxas, un campo de símbolos que abre las credencias de un portal con vistas a un paisaje de coros y armonías donde el dolor y la muerte no tendrán ya vigor ni cabimiento. Los briosos rosetones y ventaneros - en la nave del transepto- se abre un inmenso óculo global que abarca el espacio de una cancha de tenis todo él de cristal de grisalla. Los maestros de la catedral de York muestran una pericia singular en teñir de colores mortecinos el cristal, de la misma forma que el azul resalta en Chartres o León es la cumbre de otro tipo de policromía más abrasadora. Y esta combinación de matices abre perspectivas inefables. Colores que pueden decirse sólo del alma.

 

Los británicos con el sentido práctico que dan a su piedad, la celebra "anglicana pietas", algo que sigue llamando la atención cuando atraviesas el cancel de cualquier templo de las Islas, la gente reza con grave recogimiento, lo hacen todo a su manera y por eso su religión es tan nacionalista. Hicieron la revolución religiosa de Lutero imprimiéndola un sello autóctono sin desceñirse de la majestad litúrgica. Quitaron muchos santos de sus altares ciertamente pero conservaron lo esencial del rito romano que se convierte en el Common Prayer Book y los cabildos catedralicios fueron rigurosos en la guarda de sus prebendas y derechos adquiridos. Por eso entre los anglicanos sigue habiendo canónigos, precentores, sacristanes, deanes, archidiáconos, lectores, magistrales, limosneros, ecónomos. El esplendor litúrgico trató de ser salvado cambiando el latín por el ingles y sustituyendo la plegaria pro papa por la de pro Regina, o pro Rege. El tesoro catedralicio excepto las tecas con los huesos santos no sufrió grandes desperfectos. Siguieron guardadas en los cajones capas pluviales y las dalmáticas de fimbrias de oro macizo, los pectorales de platas con gemas de rubíes, los acetres y los hisopos. Ya se cargaron de esto los tesoreros de ponerlos a buen recaudo cuando la chusma asaltó los templos. Asimismo, la reluctancia que siempre hubo en esta sede a aceptar la primacía cantuariense inclinó a York de parte de Roma durante el grave litigio de la contrarreforma y en la zona pervivió incluso durante lo más crudo de las persecuciones de Isabel de Inglaterra y de Cromwell un importante núcleo católico renuente a abrazar el anglicanismo y de ese grupo de católicos nació Guy Fawkes el conspirador de la Pólvora.

 

El oficio divino guarda por lo tanto el rancio sabor de antaño. Incluso algunas costumbres a las que ha renunciado el rito romano tras la puesta al día de las normas del Vaticano II la sede de York las guarda como el besar la epacta al final, la bendición con dos dedos, el deseo de paz que se hace con el portapaz. Los incensamientos y los responsos casi son idénticos que en Segovia o en Toledo. York sigue fiel a su primer compromiso y es católica a no poder más.

 

Hay una tradición de maestros de capilla que se mantuvo incólume prácticamente desde el siglo ocho. Los primeros cristianos supieron a través de Constantino que la fe ha de entrar por el oído. Es palpito del corazón más que raciocinio. Aquella tarde de otoño del 69 cuando llegué a las puertas de York me pareció tener como una visión. El paisaje que contemplaba me estaba acercando a todo aquello en lo cual soñé desde niño y de lo que guardaba una esperanza remota de que de alguna forma se materializase en mi existencia. Estas corazonadas nunca fallan. La mía se cumplió de alguna forma aunque mis imperfecciones y fallos determinaron que no fueran acreedor de todo aquel designio. Algo en mí no estuvo a la altura. ¡Pobre pecador! Tampoco supe retener el amor que allí se me daba y de toda esa culpa habré de dar cuenta un día a mi Criador.

 

El cristianismo tiene un sentido formal de la belleza del que carece cualquier otro credo. Es algo que sobrecoge y arrasa y no entronca con los subjetivo y pietista sino que revierte a lo general, a lo total y eso se convierte al trepar por los nervios de las bóvedas de las catedrales góticas como estas que vieron mis ojos a los veinticinco años una tarde de amor al catolicismo. Estos templos son el árbol y la mejor presea de su universalidad. Venía a empaparme del rocío de un sabor viejo. El alma se anonada y sumerge y olvidándose de su presente flota por las riberas del tiempo como tratando de regresar a sus orígenes más simples. Entonces dejé columpiar todo mi ser sobre el brocal del pozo de lo inefable. Sentí pues una importante moción mística, volviendo a nacer. Me suspendí en los brazos del destino acatando su ligadura y sometiendo mi voluntad a la suya. Evora Magna resplandecía como el altar de la purificación.

 

Entré por la puerta del oeste. me sobrecogió aquella solemnidad de la penumbra. El olor a cera y a rezos pero allí no había viejas sino toda una ristra de banderas colgando de las pechinas y laudas sepulcrales. La Desamortización había clavado su huella y la austeridad y acendrada religiosidad del medievo entraba en alianza con el aspecto patriótico ese sello nacionalista que dan los británicos a sus relaciones con la divinidad y que heredaran los americanos hasta el extremo de haber hecho del pendón colchonero de las estrellas y las barras señuelo de una nueva religión.

 

Un arzobispo Holgate ordenó meter el hacha al altar de la Señora tradicional en las catedrales europeas donde el culto de hiperdulía tuvo rango descollante y sustituyó una talla de la Virgen de orden bizantina por una joven semidesnuda de buenas partes toda ella de alabastro junto a una urna cineraria que representaba a la mitológica Higia patrona de la salud.

 

Allí estaban las metopas y estandartes de muchos regimientos pues York es plaza fuerte y campamento desde los romanos. Exvotos ganados contra el enemigo y muchas "Union Jack" en sustitución del petaso de los obispos y arzobispos que cuelgan del techo en otras catedrales como Toledo. Una placa conmemorativa rememoraba la gesta de un hijo de la ciudad el capitán Oldfield muerto en combate en la ciudad de Kandahar cuando todo su destacamento fue copado por los afganos. Esta tumba me parece a mí que está hoy muy de actualidad cuando la que está cayendo sobre aquel fiero país de afganos donde los federales buscan la cabeza de Ben Laden y lo quieren vivo o muerto. Acaso los soldados británicos que han vuelto allí a pelear este 2002 estén tratando de vengar la muerte de su camarada.

 

Un paseo por la pérgola nos llevará a conclusiones interesantes. Siempre desde que era niño he sentido inclinación por descifrar los epígrafes de las laudas sepulcrales en los nichos catedralicios o en otros enterramientos eclesiásticos porque allí se percibe la vanidad de las cosas del mundo. Por dentro la carne se momifica y los huesos se vuelven polvo y por fuera queda el arte estampado en las hieráticas figuras de mármol o jaspe. Algunos están tumbados. Otros hacen que rezan. Otros parecen que se han echado un ratito a dar una cabezada mientras suena la trompeta del juicio final que congregue a los mortales al Valle tras el Torrente Cedrón en las afueras de Jerusalén en las estribaciones del monte Olivete donde Cristo subió a los cielos.

 

Un arzobispo carilleno y aspecto sonriente parece que duerme la siesta. En sus rasgos aprecié atisbos de mí cuando fuese viejo. El escultor debía de conocer sus costumbres y nos advierte que debió de ser lector contumaz; un libro medio abierto yace sobre la casulla debajo de la cual abulta la barriga. Le gustaba vivir bien, los buenos libros, la buena cerveza, bufar su pipa con labores que trajeran de América los galeones piratas de sir Walter Raleigh. Al lado los símbolos de su dignidad episcopal: la mitra, el palio y los guantes con una cruz guarida de diamantes. Doy en pensar que estas riquezas han de llamar a los ladrones y no voy descaminado en mis conjeturas puesto que hasta poco antes de la guerra cerradas las puertas de la basílica había una ronda de cinco serenos que recorrían las dependencias del templo con perros amaestrados para disuadir a los amigos de lo ajeno. Lo que no fue óbice para que por alguna puerta excusada o por sus vidrieras se colaran estas visitas desagradables. Una noche de 1829 un tal Martín saltó y pegó fuego a la sacristía al tiempo que llamaba cerdos a los canónigos, les acusaba de cobrar las rentas y de comer tocino. Por culpa de este loco gran parte de aquella impresionante obra muerta se perdió. Ardieron las techumbres artesonadas de madera y se fundieron las vidrieras de tan primorosa hechura.

 

York es lugar con buena castrametación y todo habla de que es plaza fuerte apercibida al combate pero el castillo inexpugnable puede ser asaltado desde dentro. Pululan los caballos de Troya y los demonios interiores contra los cuales nada puede hacer el alcaide de modo que desde aquel "arsonista" dicen los ingleses: " The city of York, lollipops and lunarios" y también de maestros diría porque allí se forman buena parte de los profesores que imparten clases en esta preponderante nación.

 

Los ingleses pueden resultar acérrimamente insulares, muy pagados de sí mismos y rematan algunas veces en sanguinarios por la defensa de sus usos y costumbres. A lo que nosotros conocemos como contrarreforma tildan ellos de Disolución de Monasterios. El cierre de todos los conventos fue implementado por Enrique VIII. En algunos casos puede que el monarca llevase razón habida cuenta de la laxa disciplina y la moral disoluta de estos centros que se habían relajado lo suyo pero la circunstancia que determina esta sanción es la codicia de las tierras e inmuebles de las ordenes de clausura. El oro de los templos. La seda y el oro labrado de los ornamentos religiosos. Lutero había llevado a cabo el primer intento de reforma agraria en Europa. Cuando vio que la furia de los campesinos envalentonados por la rapiña y sed de riquezas quería ir demasiado lejos ya era tarde.

 

Y un poco de eso les pasó a los británicos. Amaban su iglesia como símbolo de poder y de regalía, sus símbolos y el esplendor y la pompa de la liturgia romana pero al introducir la lengua vernácula en sustitución del latín se dieron cuenta que el esquilmo y el saqueo de los bienes eclesiásticos del que sólo los nobles y los judíos salieron gananciosos había minado la autoridad regia aparte de haber empobrecido el esplendor de la casa de Dios. Por eso hubo un intento de frenada. Que los prebostes siguen luciendo sus ternos de gala y capas pluviales durante las fiestas de pascua. Que no se suprima el canon de la misa. Gracias a esta actitud los cabildos de las catedrales no desaparecieron.

 

En ese sentido la silla de York sacó partido de su oposición a Cantorbery para guardar el acerbo recibido durante casi mil años de romanización y en la ciudad todavía fermento esa espiritualidad católica genuina e inconfundible. Pero la historia está trufada de desencuentros y de malentendidos y los que la escriben ponen a veces pizca de aviesa intención. Por ejemplo, Enrique VIII fue un rey con muchos defectos pero también con bastantes virtudes. Es el tirano que envía a sus repudiadas y validos sospechosos, no importa fueran eclesiásticos de rango o nombrados escritores como Tomás Moro, al cadalso pero el poeta capaz de componer madrigales tan bellísimos como la "Feria de Scabouriugh" y fue tan devoto en sus años mozos que mereció que el papa Alejandro VI le confiriera el título de "defensor de la Fe", un privilegio que les fue negado a otros reyes católicos mucho más eximios como pudiera ser el emperador o el rey de Francia. Tales preseas no fueron óbice para evitar que fuese enviado a la Torre Robert Wolsey, el que fuera cardenal, legado apostólico y arzobispo de York. A la par los pirómanos del monarca pegaron fuego al anillo de oro de más de setenta monasterios que apretaban sus murallas en círculo de defensa tanto estratégica como espiritual. Quedaron arruinadas las abadías cistercienses de Santa María del Vado a orillas del Ouse y su hermana gemela de Rievaux, que tiene un apellido riente pues san Bernardo emplaza sus conventos en lugares muy buscados donde la naturaleza luciese sus mejores y escondidas galas y fuese en general un canto a la vida y a la fecundidad.

 

Esta fue fundada por el propio Claraval en 1131 y al poco surge la Abadía de Byland. Más al norte fueron pasto de las llamas el priorato de san Agustín (Austin) y el famoso convento de Whitby que se alzaba en la cúspide de un eminente acantilado desafiando a las galernas del Mar del Norte. Éste era uno de los primeros cenobios fundados según la regla de san Columbano o rito irlandés. Contaba con una comunidad mixta de cerca de más de mil pupilos. En sus claustros profesaron Alcuino de York y Beda el Venerable los dos exegetas más importantes de la espiritual con que cuenta la iglesia del alto medievo. Había padecido el saqueo de los vikingos en el siglo X y estaba en manos de los frailes negros o benedictinos al sobrevenir la exclaustración del primado Cramer. Pese al cambio que supuso el cisma de Inglaterra éste no ha de interpretarse como una quiebra de la trayectoria sino un acicate a la búsqueda de nuevas rutas y otros encuentros en la obra de la evangelización por encima de las diferencias culturales y de la fuerte idiosincrasia isleña, remisa a acatar el yugo extranjero. Los escándalos y malos ejemplos que dieron los papas denunciados por Lutero fueron un pretexto que no una razón justa a la revolución. La furia de Lutero clavando sus noventa tesis sobre las puertas nieladas de la catedral de Wittemberg revelan el acto de un loco pero sus pretensiones eran del todo cuerdas porque decía verdades de a puño. Sin embargo, los anglicanos siguieron al agustino alemán sólo a medias. Hay un esfuerzo por salvar los muebles y guardar lo que tenía de bello y carismático la liturgia pontifical y ese esfuerzo se aprecia en los vitrales y en los muros perpendiculares que parecen que caen a plomo desde lo alto o se alzan a los cielos en una apoteosis de armonía de la Minister eborense.

 

Entonces interrogué al viento pero cambiaron de repente las auras y Eolo no supo darme respuesta. Es como cuando preguntas por una calle a una señora que no es de la ciudad en la que tú te pierdes.

 

-No soy de aquí. He venido a la función.

 

-Está bien. Todos somos forasteros, pero yo busco el domicilio de mi amada.

 

-¿Qué fue de ella?

 

-Es un fantasma.

 

-Ah qué la vida pasa, señor, y nosotros no sabemos nada, fluye y nos desconoce. Fíjese en los letreros y a lo mejor tiene suerte. Bon voyage.

 

Allí las grandes verdades de mi vida se me hicieron patentes. En el ochenta y seis fui a buscarla. Compré un ramillete de rosas en un florista. Hay que ver como mudan los tiempos. Falto de Inglaterra doce años y parece que han mudado hasta el lugar de las casas. No es aquí. Busque la ruta.

 

Llamé a una puerta y salió a recibirme un individuo en bata floreada en la diestra sujetando del ronzal a un perro de ataque y en la otra escondida en el bolsillo una pistola. Había pensado que yo era un ladrón.

 

-Sorry. Me he equivocado de puerta. ¿No me darán otra oportunidad?

 

-Get out.

 

Me fui por donde había venido. Parzena no daba señales de vida y el taxista judío, un buen samaritano de aquellas navidades negras, movía la cabeza assustado y decía para sus adentros "he is a bit nuts, you know". Siempre me aturullo. No tengo el menor sentido del ridículo.

 

Ni en Epping, ni en Hull, ni en York ni en Doncaster donde tuvimos morada ya no estabas. Helen is gone. All gone Helen. Mal padre fui para ti. Un loco que te amaba. Dios perdone nuestros pecados. Pero ahora pienso que lo pienso estoy seguro de que todo aquello fue un sueño como una revelación. Este pobre alma de Pablo que alienta en mis huesos no se ha caído todavía del caballo.

 

Estaba un poeta de nombre Pope Primus Pater escandiando sus versos asomado a la torre de San Martín y era como un farero que guagua a los peregrino que se extraviaban en los bosques camino de Eboracum. El cuerpo enflaquecido los ojos cansados y la joroba que se había doblado su columna ante los libros no iban en consonancia con la sobrecarga divina y magnifica de su estro pero este es el sino de los grandes profetas que sus conciudadanos no les dan importancia. Pasan desapercibidos. Sus palabras en mi oído sonaban como aldabonazos trascendidos de un vestíbulo donde se recitaban poemas a lo divino en otra dimensión más allá de las nubes.

 

-He ahí un verdadero hijo del Yorkshire que plantaba viñas en su finca de Twickenham y quiso vivir apartado rendido a su numen lejos del mundo y desengañado

Domingo, 23 de abril de 2006

 

 

 

 

Easter. Cristos anesti. Anbiat. baskriesi, rissen. Gerissen, resurresité. surrexit sicut dixit. Ressurection and Erstehung. That is the cry today in all the languages (Greek, Rumanian, Russian, German, English etc.) I remember one novel of Tolstoi with that title. Was tired after a bad week. Prosecution that never ends at the Archive. El CIDA is like hell. Kafka lives among us. There are more chiefes than indians like in the bad spaguetti westerns. You sahouldnt do that. You shoud do this. You are not a qualified archiver etc. So my fingers become ghosties as we say in old spanish. Mis dedos se tornan huespedes. More than twenty year listening to the same tune. Envy. Rage. The classim and idiocy of the spanish society. After all we are descendent from the Visigoths. The Spanish Laberinth at work. La Fuensanta, la Reme, la Chumillas El Antonio G. Quintana. Are we heading for another civil war? Going to work for me many afternoons is like marching to the front.

 

Why didnt he shoot himslef alter living to the Catalans the Papers from Salamanca? Insted he hostigates me. Mobbing at large. The sexism od the women funcionarias a chip on their shoulder. Envy. All of them have spent lots of euros in crash course to learn English a language that little secrets for me even if I cant get rid of that wqild Çspanish accent but I learnet it by heart and it was the masterpiece of love. When you love your learn. Everywhere jews and turncoats. Los tornadizos de siempre que asoman la oreja siempre a lo largo de nuestra historia. Judas at work.

 

Jelousy. They dont know how to draft a comunication official. I know how to draft. I know where are the books. I am aware of the drastic and dramatic history of Spain. I know and I am scared of my people. The rule of fears. I also know how draw a knife but a follower of my Master I prefer to put down the guns. Mitte gladium in vaginam. I am peaceful and meek. My best altar are the taverns. The good tavern is a good tabernaculum. I am lover of beauty, good feelings, compassion, a bit of laughters, easy going but those ideas dont sell nowdays you have to be on the perpetual watch, suspiocious minded or became a bastard insensible to your neighbours feeeling bloody hell. I am the odd man out. Hangling from a rope never reaching the end like in the nights of white Satin.

 

In any case I have been quite worried about my Helen. Has her car dented by a silly old hag. Watch where you are going missus. After all she was honest and left her address recognizing guilt. That shouldnt be like that in Madrid or New York. England after all is the whole land of gents and ladies. Now my Helen our Helen she drives at night working the night shift caring for new borns. God bless her. In a world like ours especially in Spain whre the fall of demography is appalling (only parent prio paris parire peperci partum I know how is conjugated that verb from my Latin days the gachupichus, the blacks and the arabs, Europe is going to have a problema but that is none of my business in the same degree as I should not worry because petrol prizes are climbing up in preparations for the next war in Iran ) lady Suzanne your words are always soothing. You are the the only person in the world whom with I can talk. Sometines. They have messed all up, they should put the remedies. Like in the Baske country, like in the fucking Ulster. I spent years of my life writing about the Irish and I dont know a wolrd of it. Even I interviewed Paisley, Faulkner and all those cronies. I dont know a bit. Nor of the basque country. Now a certain presbiterus called Reid has come here as Mr. Kissinger to make end meets. Oh priests. I dont understand the Catholic Church, Wojtyla, the Pope. All is power. Nothing to do with Christ. That is why I have become orthodox and I pray at home in from of the face of the illuminated ikons. There was a priest in me a seminarian and is sprouting up in my last days. Today is Easter. Christ is risen. Joy to all. Yesterday after talking to you, Lady Suzanne, there was in a Arab station form Aegipt the transmission via satellite – I follow the Germans and the Skynews- of the blessing of the Patriarch of Alexandria. The song to Christ resurrected in Arab sounded also by the Nile margins and for me it was quite emotive because someone has sent to me years ago the photo of this venerable bishop and is with the photos of my Helen and my rosaries in a gesture of adoration of the Bizantine Cross in full gear with all the garments. The tiara, the humeralis covering his head and patriarcal shoulders. Strange signal that mitigates the sadness of my troubles. Oh let us have hope and be joyful. Suzanne do you think I am a marthyr? I have had that feeling in El Escorial. Will talk to you one day about those awkard and exicing experiences. I knew you were healed. I had the impression also that I made you suffer a lot. Oh Lord forgive my sins. Good God. Mj thinks that I am useless. Perhaps. A bit unpractical. And Cristina is a sweet. She is very eager to come bak to Madrid. I hope that she talks with her half sister. I know everything will be alright. Trust God. Anyway Suzanne my mind is confussed and happy. I am glad you had a lovely holidays in Wales. The dragon of Wales. Caernavon. There are there your roots arent they? But you also are a bit Irish arent you not? Any way let us keep in touch. Hope you dont mind this epistle. Looking forward for your holidays in Frogland. Have a rouge on me. Or two. But tell you one thing the best wine in the world is Valdepeñas trust my word of connoisseur. Have a very nice week. Writting for me is a relieve. I think I ll continue a novel I started but I cant find time. When I get back to Madrid I am exhausted.

 

Have a peacful and joy ful week.

Quinto centenario – el hecho fue en 1506 y a raíz de la concordia de Salamanca- de la asunción del poder por Cisneros y sin mover una "palla". Lo que aquel fraile francisco al que sus contemporáneos describen siempre con cara de frío ("una galga en pieles parecía"), muerto en Roa de pulmonía cuando iba a recibir a Carlos V, austero y flemático y sin descomponer el gesto ora aferrando el báculo o empuñando la espada. Gloriosa fue su campaña en Túnez contra la morisma pero no lo diga usted muy alto don Verumtamen que le azuzan los dogos de Alicaída. Que nuestra "intelligentzia" se ha pasado al moro. Pero no es ni intelligentzia ni nada. Es como tener un tío en Alcalá. Vanas ilusiones de ahora mismo mientras nuestra nación, nuestra inmensa nación, España, se despendola y descuaja.

 

La banca hizo flux y no nos vamos a levar ni las diez de monte. Por supuesto que para mí resulta mucho mas sugerente la figura de un Cisneros español de pro que de un Chávez chien andaluz, el tornadizo, con su cara de brigada de cocina (pues su padre era suboficial de infantería) de igual forma que el de Rovira catalán fue del honorable cuerpo de la Benemérita) y el de tantos otros españoles que han renunciado a la españolidad. Ser del bando de don Opas el que nos traicionó en Guadalete hoy tiene mucho prestigio.

 

Acaso por eso sea un personaje sin demasiado ascendiente en la España zapateril y conejil pero que no nos vengan con aquello de que el cardenal era una carca. Al contrario, todo un político del Renacimiento diserto en las artes cisorias que convienen a todo estadista y que había leído a Maquiavelo. Todo un sabio. Fue un eclesiástico que amaba el poder pero concebido éste como un acto de servicio a su patria y a la Iglesia de Jesucristo. De su frugalidad, de su laconismo, de la forma como sofocó la rebelión de moriscos en las Alpujarras mano de hierro en guante de seda y de su temple y valentía mucho tendrían que aprender los políticos de la contemporaneidad.

 

La unidad que el construyó y alzo hoy se desgarra. Estamos al cabo de la calle. La gran talla intelectual de este hombre tampoco han de negársela ni sus más recios detractores. Fue el fundador nada menos que de la Complutense.

 

Ese colegio de San Ildefonso donde todas las primaveras comparece la ministra traba luengas del pixi dixi y los letrados de la orla boyantes y ovantes ufanos – a la mayoría de sus señorías no les cabe un piñón por el culo cuando se sientan el birrete colocado sobre el colodrillo cual si fuera un pavero de ciencia- para conceder galardones literarios que son la tramitación de puro compromiso pues vienen aquí novelistas y poetas que solo los conocerán en su casa y a la hora de comer es una creación del gran Cardenal Ximénez de Cisneros fundador de la universidad de Alcalá. Desde sus orígenes a este centro universitario le cumple una tradición de heterodoxia y de liberalidad que no tuvieron por ejemplo Salamanca de inclinaciones más conservadores.

 

Las aulas complutenses dieron acogida a los disidentes y a los conversos – Ignacio de Loyola, Quevedo, Cervantes el príncipe Carlos – y a los cachondos mentales como fueron Pablillos y Guzmán de Alfarache. El Lazarillo no. El lazarillo –no hay regla sin excepción- perteneció a la salmanticense.

 

De Alcalá por contera era Manuel Azaña. Yo no se si esto es para la ciudad un orgullo un titulo o un baldón a secas pero habla de la tradición liberal de esa plaza que desde los romanos pues allá abrevaba la Legio VII cuando no estaba operativa en el norte y de su carácter castrense conservó nombradía de lugar de paso y de una gran hospitalidad para el forastero. Trajano la convirtió en un vivaque o campamentos de invierno para su orden ecuestre. Contó hasta hace poco con varios regimientos de caballería. "Tengo un hermano en el tercio y otro en regulares y al mas chiquillo de ellos lo metieron en Alcalá de Henares", cantaba una copla castellana, muy triste como todas las coplas.

 

También tuvo penal. La vieja institución erigida por Cisneros es cosa venida a menos ya lo sé y algo devaluada por este batiburrillo de los premios Cervantes. Tener un tío en Alcalá. Por hay va la cosa. Pero allí nació por ejemplo en 1485 la desgraciada Catalina de Aragón de la cual les hable en algunos de mis otros artículos con motivo de mis visitas a Peterborough en el Yorkshire ingles.

 

Sin embargo los graduados en la complutense solemos ir de humildes por la vida. Aquí el saber nunca ocupa lugar y miramos en nuestro diploma de licenciatura hacia el cerquillo de este fraile que aparece coronando en camafeo con su sayal y su humilde cordoncillo la larga nariz que fue testimonio de la curiosidad intelectual del "galgo en pieles" con un cierto orgullo. También con mucho afecto pues allí esta nuestro nombre estampado en la fachada plateresca con sus ajimeces y botareles del colegio de San Ildefonso de marras con paramento de Tomajón y joya del plateresco que completa Gil de Hontañon.

 

Como estos dos maestros citados, el intelecto y el perfil cisnerianos son muy plásticos y arquitectónicos; todo como cortado a plomada. De ahí la personalidad de este fraile que oculto tanta grandeza debajo de su cogulla monacal. Sus orígenes humildes no descartaron su ascenso al cargo de heredero de la monarquía de Isabel y Fernando cuyos reinos administró en el oficio de regente y como reza el emblema de su sepulcro – la frase se me quedó grabada pues es la de un hombre para la eternidad – "en luteam olim, marmoream nunc" (he aquí el rostro de un hombre que fue de barro y ahora pertenece al mármol)

 

Hizo de España un gran país como artífice de un imperio que hoy pretenden negar y zaherir personajes tan histriónicos, desalmados o canallas como Evo Morales el del Poncho o Chávez el bolivariano. Odio del indio que devuelve con moneda de ingratitud la defensa de ellos que hiciera el P. Las Casas. Todo el derecho de gentes. Ese inmenso orden escolástico que habla de la dignidad y respeto de todo ser humano hecho a imagen y semejanza de su Criador habla la filosofía de estas aulas. Por mucho que quieran no lo podrán mover. No lo conseguirán levantar.

 

-Guadeamus igitur

 

-En realidad ese era un canto de estudiantes foráneo. Ese gaudeamus en verdad era un jocoso cantar ruin de borrachos y de giróvagos flamencos. La tonada no puede ser más burlesca y extemporánea a nuestra idiosincrasia complutense donde escribimos mucho mejor latín que parisinos y oxonianos. Lo entonaban en la Sorbona y en Paris pero bajo los techos de los salones de grados de Alcalá otros resonaron. Sin embargo si, en efecto, regocijémonos.

 

En virtud de la Concordia de Salamanca y de la muerte de Felipe el Hermoso, Cisneros es nombrado regente. Había sido confesor de la reina Isabel la Católica y en la corte tuvo fama de disciplinado y entero porque este madrileño nacido en Torrelaguna debió de ser de armas tomar del todo diferente a Hernando de Talavera al que Isabel de Castilla le consideraba un "santo". Sin embargo, aquel santito no fue capaz de solucionar la rebelión de las Alpujarras. Cisneros de mucha más mano dura por el contrario sí lo hizo aunque tuviera que emplearse a fondo con medidas drásticas como por ejemplo la quema del alcorán en la Alambra de Granada. Nadie, por lo demás, se lo eche en cara. A fray Hernando que era más bondadoso y tolerante los moros le toreaban.

 

El prestigio intelectual de Cisneros es enorme: la traducción de la Biblia políglota tarea que acomete en 1502. Fue uno de los primeros impresores de categoría y una de las primeras estrellas de la galaxia de Guttemberg. Publica el "Misal mozárabe", "Las epístolas de Santa Catalina de Siena" y la "Vida de Cristo" del Cartujano que precisamente iba a ser determinante de la conversión al catolicismo del capitán vasco Iñigo de Loyola. Asimismo, y para que los catalanes no se nos pongan a mal dio a la estampa las obras completas y tratados místicos de Ramón Llull.

 

Estamos insisto ante un prelado renacentista que movía con igual acierto el cálamo de versado en escrituras como la mitra de obispo o el "galerus" o casco de prelado romano. Recuerdo una emoción suprema que me embargo un domingo cuando fui a misa y en una capilla del citado colegio me tope de manos a boca con el monumento funerario a Cisneros. Su tumba es una maravilla de estatuaria yacente en mármol de Carrara y figuras de alabastro, obra de Fancelli que también tallo el sepulcro – completado por Bartolomé Ordóñez- del infante don Juan y el de los Reyes católicos en Granada. De estas obras de arte dijo Unamuno que en ellas esta enterrada España. La tumba fue profanada por las turbas marxistas en 1936 y reconstruida durante el franquismo.

 

El orden universitario español con sus luces y sombras sus grandezas y miserias se cuadratura en Cisneros. En una mezcla de pileo académico garante de libertad y de casco castrense. La tolerancia y espartaquismo. Colegios mayores y menores. Se llegaron a contar hasta treinta y cinco. En siglos anteriores y hasta mediados de 1745 cuando Alcalá deja de emitir títulos las grandes familias españolas mandan a Alcalá a estudiar a sus hijos pero permiten que estos se acompañen de criados o chofistas pues se alimentaban con las sobras de las mesas de sus amos quienes a su vez consiguen graduarse y acceder en muchos casos a ordenes eclesiásticos como Sorbona, Oxford, Cambridge o las universidades italianas pero allí la jerarquía aristocrática es mas rigurosa. Alcalá que siempre fue porcionista y algo medio pensionista en contraposición conserva un carácter de llaneza comunera desde el principio y esta humildad con que nació la sapiencia se la deba al carácter de este fraile de Torrelaguna que perteneció a la cogulla y al cordón de los Mínimos reformista y reformador como buen franciscano.

 

Quienes han conocido los rigores de esta hermosa tradición medieval y hemos llevado la beca roja o azul según los colegios y el manto pardo que se convirtió en esclavina no podemos mirar para la efigie de fray Francisco que resplandece en todos los títulos complutenses con una nota de simpatía, agradecimiento y veneración. ¿A que ese afán de tirar por tierra lo nuestro? Nos consta que la Universidad de Madrid ha tenido una de las mejores facultades de Medicina, Jurisprudencia y Lingüística (Latín, Griego, Hebreo) del mundo pero los egresados según dicen los sudacas en estos claustros apenas lo damos importante. Somos humildes como nuestro fraile fundador. Es ya medio milenio bajo las aulas. Si entrásemos en coloquio con las paredes de esos claustros, cuantas cosas nos podrían contar. Buenas y malas. Algunas tristes otras tiernas y las más picantes .De fiestas como la del obispillo, las de los soplillos de Pascua o los aguinaldos por Navidad. Los enfrentamientos y reyertas y hasta algún estacazo entre los mozos del pueblo y los estudiantes. En una ocasión por una mora mató un teatino del Colegio Menor de los Vizcaínos al sobrino de un obispo y hubo desmanes entre los treinta y cinco colegios por discrepancias regionales. Aun no se había inventado la España de las autonomías ni Cartagena era nación.

 

Todos los primeros de curso se daban sonoros y novatadas y por san Juan había enramadas y rondas de galanes por las mozas del lugar y algunas veces también palos. En el Colegio del Rey estaba media servidumbre de palacio y allá por el mes de julio se veía abandonar la ciudad a verdaderas comitivas de mulas reverendas con las artolas cargadas de libros y los recién graduados con sus sotanas y sus birretes conseguidos con la orla triunfal y la lectura de la "disertatio" en el paraninfo. Eran los licenciados que acababan. Iban camino de su pueblo soltando latinajos muy pagados con su tonsura y su aspiración a una sinecura como beneficiados o prebendados en la iglesia de su lugar. "Sint ut sunt, aut non sint". He ahí el gran dilema. La purga de Benito. Ser o no ser. Que las cosas se queden como están o no sean más.

 

La formula había que recordarse al señor ZP en este centenario de Cisneros que contemplará don José Luis como quien oye llover y que no sé si ha tenido un tío en Alcalá pero con el de presidente no tenemos tío ni chá. Todos vamos de curritos. Esto es: de fámulos, según prescribía nuestra rancia tradición escolástica.

 

 

 

LA NOCHEBUENA DE UN KAROBO EN EL FRENTE DEL ESTE.  CARTA A SU MADRINA

 

A los veinte mil españoles que murieron en Rusia.

 

 

 

Posición 375 sección de Antiaéreos. Frente del Este 24 de diciembre  de 1942


 


 

Querida Aderita:

 

 Recibí tu carta ayer.  La trajeron los del hipomóvil de la Comandancia.  No había podido hacer el reparto en siete días pues hemos tenido una cellisca de las que hacen época.  Estos sí que son tormentas y no las del Bierzo.  Gracias por los aguinaldos con el turrón y la botella de coñac el detente/bala y la estampa del Niño Jesús que hemos colocado en sitio preferente de la chabola y está Jesusín hecho un sol y yo no sé cómo con esos taparrabos blanco puede aguantar los treinta y dos bajo cero. ¡Cómo es Dios y todo lo puede!  No le harán mella ni las balas y lo que decía nuestro general el otro día en una arenga que radiaron por radio Berlín: fuerte será el invierno ruso pero más recia es mi raza.

 

 Y tan recia, ¡pachas! divino Niño lo puede todo Aguantar la helada y la nieve que tapa los ojos, hacer callar  por ser Nochebuena los organillos de Stalin. Hasta parece que lo conocen, oye. De vez en cuando nos lanzan octavillas en castellano muy bien escritas por cierto y nos dicen mejor estabais, puñeteros, al brasero con vuestras abuelas o junto a la estufa de un baile y no aquí.

 

Habéis venido a defender a un tirano, el señor Hitler, pero un cabo primera de la Plana Mayor gaditano ex legionario, agarró el altavoz y les dijo en perfecto idioma de Pushkin que estábamos aquí en devolución de visita. Que en Cádiz son así de cánidos mentales y que se mueran los feos y tal y tal. Nos elevó un poco la moral pero la verdad que no está el horno para muchos bollos y la tenemos por los suelos... Ojala Jesusito haga un milagro. No estoy muy seguro de que nos lleguemos a ver en carne mortal. Tampoco importaría mucho. Un soldado no es nadie. Un número. Un nombre en una esquela, una inscripción sobre una tumba con un casco de acero y en el vértice dos palos cruzados. Si caemos en la tierra rusa quiero que sea por algo y no estoy escribiendo mi testamento pero esta noche es Navidad y se me amontan las congojas.

 

Si me atizan en un fregao estoy seguro de que tú pensarás en mí. Ah aquel chaval de Soria que se fue a estudiar a Madrid Filosofía y Letras, luchó con los rojos pues quería cambiar el mundo. Lo cogieron los nacionales y para redimir la culpa se apuntó a la División Azul. Un chalao. Un quijote. Un idealista  pero no del todo mal persona. Un cabeza loca. Que quieres te diga, Derita. A mí esta tierra no se si me gusta o  me disgusta pero me impresiona me embruja. Es tal y como la pensé cuando leía a los maestros rusos en el caserón de San Bernardo.  Luego está esta naturaleza inmensa inabarcable. Pues verás nos liamos a cantar villancicos como descosidos y después llorábamos todos como bobos.  Hasta al Teniente Müller- espero que esta noche no tengamos fuegos artificiales y que los ruskis no nos localicen con los focos de sus potentes trazadoras porque entonces empezaría la caza del conejo, que atacan en horda y son tan valiente y nos les importa morir, suena el pito de un oficial y todos se lanzan a la bayoneta calada, una columna es repelida y entonces salta otra y otra y la siguiente-      que manda la batería y es un militar prusiano de aspecto seco y que parece poco sentimental le rodaban las lágrimas.  El tapabocas también te lo agradezco y más sabiendo que ha sido tejido por ti con una toquilla que era de tu abuela.  La botella de Carlos III nos la chiscamos en amor y amistad fraterna.

 

 No me dio a tiempo a dejar un poco para luego pues cuando iba a la escuela y me daba mi madre un pan y una onza de chocolate lo mordisqueaba  mucho tiempo y decía esto para después. Aquí no tenemos el sentido del ahorro como comprenderás. Te pueden atizar un tiro al momento siguiente.

 

  El cabo Seidenbaum escotó unas salchichas y varias botellas de aguardiente del que por aquí llaman schnaps junto con una botella de vodka que tomó de un ruso que hicieron prisionero y alguien sacó una guitarra y una pandereta.  Y fuera penas.  Dirás que somos unos borrachos pero no.  Sin algo de calor en él estomago aquí te arrices pues como te digo aquí hace mucho más frío que en León. Dirás que por que té cuentos estas cosas.  Pues es que no te tengo nada que contar.  Aquí sólo hay nieve y nieve.

 

 Hasta los árboles se sumen debajo del talud blanco y se redondean las casas de los enanitos del bosque como en los cuentos de hadas. ¿Es Rusia el país de los cuentos de hada con leñador, trineos y mujiks y coros que cantan como los ángeles? El otro día una panienka de la retaguardia nos trajo dos panes de mijo y una icono del niño Jesús pero aquí el Jesusito no está desnudo sino bien fajado y con los faldones de cristianar como dice el Evangelio de san Mateo.

 

 El nuestro en taparrabos es más carnal y preciso. Pero ellos que guardan su religión un poco por lo antiguo son más imprecisos así que su cristianismo menos concretizado parece que llama más a la puerta del corazón. Perdona que haga estas reflexiones tan profundas y teológicas pero uno de loes efectos que he sentido del contacto con el Frente del Este ha sido por tener mucho tiempo libre, todo el del mundo, mientras estas de plantón, esperando a que llegue la muerte, en esas cosas sagradas de la religión. Claro que me acuerdo mucho de Dios. Sin embargo el teniente Weinmüller no es de la misma opinión. Piensa que no hay nada después de esto…

 

  Villancicos.  Cantamos La Marimorena y él Veinticinco de diciembre Bum Bum. Por aquí también hay catalanes y lo entonaron en el idioma de su tierra. Somos una sección mixta de artilleros alemanes y españoles.  Mi unidad quedó tan diezmada en los últimos días que hubo que agrupar fuerzas.  Nos entendemos como ponemos pero yo he aprendido algo de alemán aunque casi me entiendo mejor el ruski que me parece menos difícil y en esa lengua me sé varias frases.  Una que nos aprendemos cuando en las largas marchas pie desde Grodno hasta esta zona que llaman la Rusia Blanca entrábamos en las isbas o casuchas de los campesinos medio despeados y muertos de sed y de hambre y nos salían a recibir niños descalzos abuelas sonrientes y pobres viejos cubiertos de harapos.  Y allí la cantinela de siempre.  Y  menia isti ñiet karovo ni malieko que quiere decir se nos han muerto las vacas no tenemos leche.  Pero los pobres nos daban a los soldados lo que tenían y encendían el samovar y nos calentaban té con un poco de pan. Nosotros le dábamos nuestras raciones. Les hacían mucha ilusión las cantimploras de estaño de la Intendencia española. Pero les daba lástima de nosotros.

 

-Por qué no tenéis ropa de abrigo? Cuando llegue el invierno al Volga os moriréis de frío.

 

- Razón llevaba la babuska. Estos campesinos saben mucho.

 

  Las abuelas bondadosas nos persignaban en la frente pues así son cristianas Aderita y eso no me lo suponía yo que nos había dicho que eran los rusos comunistas y rojos perdidos.  Pues no es cierto.  En las chozas aun en las más miserables había imágenes de Nuestro Señor y de la Virgen.  Tienen mucha devoción a la Madre de Dios que llaman Blogodortisa.  La, lamparilla encendida día y noche me recordaban un poco el altar de mi pueblo cuando íbamos al rosario y hacíamos genuflexión de rodillas ante el Santísimo.  Los rusos no se arrodillan, se inclinan y se hacen la cruz continuamente. Dicen que para espantar a los malos espíritus.

 

 Esta buena gente me impresionó y me pregunté que hemos venido a hacer aquí a esta tierra a sembrar la muerte y destrucción.  Muchas dudas me asaltan Aderita.  Aquí hay un comandante Schmidt que dice que la invasión de Rusia ha sido un error de Hitler.  Que todos creíamos que lo que había que cambiar eran la desigualdad de pobres y ricos.  Schmidt dice que el diablo se metió en la cabeza loca del Führer.  Y que esto es una chifladura suya que bien caro pagaremos todos, sobre todo el pueblo alemán.

 

 A mí la verdad nada me hicieron los rusos pues aquí los comunistas que había en España no los vemos por ninguna parte, son gente humilde y llana y muy sufrida como los castellanos, claro que el comandante Schmidt sólo profiere esas dudas cuando ya llevan en el cuerpo cinco o seis copas.  Y como para su camisa porque puede ser arrestado.

 

 Yo soy el cabo pieza de un cañón que llamamos Ocho- Ocho.  Me harté a disparar contra los aviones rusos y alguno he conseguido abatir. Luego sentía remordimiento. Me daban pena de los pobres que iban en la carlinga. Eran soldados y jóvenes y con toda una vida por delante como yo. Pero buena gana cada vez vienen más, son un enjambre.  El otro día sacaron a diez o doce de la Wehrmacht que estaban metidos en unos pozos de tirador.  Eran alemanes casi unos niños.  Tenían los pies congelados, se escucha el día y la noche la música de los organillos de Stalin.  Les paramos de momento pero al poco rato traen refuerzos y atacan y atacan.  Como condenados. Al son de los pitos y pífanos de sus comisarios. Al fondo el cielo se tiñe de rojo. Y la tierra nevada de sangre y destrucción.

 

  Es el infierno de Stalingrado,  Ayer estuvieron pasando convoyes de batallones destrozados de retirada.  Eran infantes rumanos.  Mal se presentan las cosas, querida Aderita.  Y yo mañana que es Nochebuena cumplo 22 años. ¿A que he venid yo a Rusia, Dios?  Una voz interior me dice que para cambiar el mundo para hacerle mejor para defender a España del Comunismo pero la verdad es que no lo tengo muy claro. Todas esas son palabras huecas de un vanílocuo idealista como el que te escribe.

 

  Me alisté voluntario en la División Azul.  No sabía dónde me llevaban ni adonde me metía, al principio todo iba bien y avanzábamos casi sin pegar un tiro.  Yo cogí un mal constipado y me hospitalizaran en una ciudad que se llama Vilna.  Me lo pasé en grande pues conocí una muchacha y fue conmigo al baile un par de veces pero al siguiente día al ir a  buscarla, vi cómo la sacaban de su casa unos policías de paisano con abrigo de cuero y cara de muy pocos amigos.  Recuerdo su nombre Ester, era judía y a mí por “confraternizar con el enemigo” por poco me fusilan. Todo se quedó en  una orden de arresto de dos días en el calabozo y me enviaron otra vez al frente. Por lo visto la Ester organizaba partidas contra los alemanes. Las leyes de la guerra son terribles pero no creo que la enchiqueraran por su raza ni por su religión, sino por terrorista.

 

 Ya te lo he contado maja.  Aunque no te conozco me pareces una chavala estupenda y hasta pienso que si regreso con vida de esta ratonera me gustaría pedirte relaciones.  Estás muy guapa en la foto, tienes una cara de buena persona. Mándame más.  En fin tu estampa piadosa  me ha recordado otras navidades más felices y el niño  me mira con cara de  ternura y hasta parece que me habla a mí solo a mí y me dije Celerizo, yo te voy a ayudar.

 

 Y me quedo ensimismado contemplándole.  Mis camaradas dicen que es un Jesús muy bonito, los alemanes no tienen imágenes pero creo que son también cristianos, no creen en el papa.  Los domingos suele venir un páter que creo que es luterano se pone un gorro muy raro y una estola negra como la de don Saturnino el cura de mi pueblo y cantan himnos y ya está pero no dicen misa como los católicos, sólo cantar y los soldados los cantan con mucha devoción pues parecen sentir muy adentro su religión más que nosotros.  Para que te vaya a contar si no son calamidades aunque así me desahogo.

 

 Soy el único que queda de los españoles porque han ido cayendo todos.  El jueves le atizaron a un asturiano que se llamaba Teófilo Muñiz  Salió a hacer del cuerpo el hombre y por lo visto se puso en un sitio algo lejos de la tienda que no tenía desenfilada y le arrearon. A Rodrigo que era mi mejor amigo un obús lo dejó sin pierna y lo evacuaron a Riga.  Pero esta muerte de Muñiz  impresionó.  Murió en mis brazos.  Llamaba a grandes voces a su madre y a mi se parte el corazón.  Madre…madre…madre. Y el eco clamaba cual voz en el desierto por  la inmensa estepa, retronaba su voz moribunda.  Madre, madre ¿dónde estás? Dios le tenga en su seno. Pero ¿por qué no baja? ¿Por qué no hace algo ese Dios que dice que está con nosotros? Lo pone un letrero que llevan aquí todos los quintos en  la hebilla de su uniforme: Gott mit uns.

 

  Aderita, me dices en la tuya que no haces más que rezar por pues esas preces me vienen bien.  Tus velas a la Virgen del Camino han dado resultado aunque pienso que salgamos enteros de aquí va a ser un milagro y de los gordos.  Madre.  Madre y las voces que pegaba Teófilo eran las mismas que otro asturiano también amigo del alma que se llamaba Agustín al que atizaron a lo tonto y a lo bobo. Era también muy fraterno.  De Cudillero.  Me decía que  tan pronto acabase la guerra me convidaba a las fiestas de su pueblo que son por san Pedro y los marineros hacen una ceremonia muy ocurrente y chistosa que llaman la amura vela.

 

 Se llamaba Agustín Fito.  Si esta carta llegase a tus manos, yo quisiera que se las remitiese por favor a su familia que vive en ese pueblo dándole mis condolencias.  De mi vida aquí poco puedo contarte. Es muy monótona.  Los días se parecen unos a otras como dos gotas de agua.  El único aliciente es la llegada de la estafeta con la carta de casa momento feliz, que se mueran los feos, abajo las penas.  Lo demás comer y dormir. Uno se embrutece y no piensa en nada. Sólo en sobrevivir pero las balas cuando vienen de a hecho, como las cartas traen en el membrete tu nombre y dirección y hay que recibirlas. Pero la que te ha de matar, dicen los veteranos, no la sentirás venir.

 

  ¿Quién inventaría las guerras Aderita? Todas son guarras las guerras. Llenas de obscenidades. Parece que las prepara una gentuza. Son los mismos de siempre. Los discípulos de Satanás los que no pueden vivir sin verter sangre en el altar de Moloch.  La verdad es que cuando recibí felicitaciones de la Komandatur por haber abatido a cinco cazas enemigos no me sentí un héroe, me pusieron la cruz de hierro pero yo estuve de decirle al comandante que se metiera la condecoración por donde le cupiera y si no lo hice fue por tenemos s que me fusilen.  Fue de pura chiripa mi coronel, respondía. Si dijese lo contrario mentiría. También me pareció un despropósito que condecoraran por el merito al valor al camarada que las diñó mientras estaba en las letrinas. A título póstumo y muerto en combate rezaba el parte… No me hagas reír.

 

 No.  No me siento un héroe ni  odio a los rusos. ¿Por que tener que disparar contra gente que no conozco y nunca se han metido conmigo?  Velay mis contradicciones, Aderita bueno madrina, Felices Pascuas y ojalá el año que viene de 1943 sea prospero y mejor que este puñetero 42.

 

 Estoy seguro de que nos vamos a ver pronto tú y yo que guay  vamos a hacer buenas migas. ¿Te gustan los bambinos?  Claro que te gustarán a no ser que tengas vocación de monja.  Reza mucho por mí y  con el Santo Niño Jesús de Praga, aprieta, maja en tus oraciones, que a ti debe de hacerte caso pues eres muy buena, una santa.  Lo necesito.  Y sin otro particular y desando la pasas bien la Nochebuena se despide este tu amigo y admirador este Karovo que lo es.  Tu ahijado de guerra. Arriba España.¡ Viva Franco Heil Hitler!, Etcétera.

 

  Fermín Celerizo, sargento primero de Artillería

 

Frente del Este.

 

Hasta aquí la misiva. Llegó a mis manos porque lo primero que hizo el sargento Celerizo cuando fue repatriado de Rusia fue ponerse en contacto con la novia del muchacho asturiano que fue su compañero de armas. Aderita, la madrina de guerra, se había casado con otro y envió la carta a Fifi, creyendo que su ahijado había perecido en el Este. Desde 1942 no había vuelto a saber más de él. Pero lo cierto es que Celerizo, habiendo sido hecho prisionero, e internado de un campo de concentración, consiguió volver el año 1954 con los expedicionarios del capitán. Eran los últimos de Rusia. Los últimos de Filipinas también. Unos locos pero gentes como Celerizo tenían buena madera y que buen vasallo si hubiera buen señor. Esta epístola desde el Frente Oriental encierra las claves de una bonita historia de amor. Que desbarató una guerra. Malditas guerras. ¿Quién las inventaría, leche?

 

 

 

La carta del sargento Celerizo la encontré yo el otro día hurgando entre los baúles traperos que hay en el hórreo de nuestra casona. Era una carta amarilla de color desvaído por el tiempo que estaba junto a otras e iban dirigidas mi tía Fifi que antes de estallar la guerra hablaba según decía entonces con ese  pixueto[4] que cayó en la estepa. Sentí una emoción intensa y miedo a profanar el relicario de una triste novela. La tía Fifí se quedó soltera. La conocí que venía a nuestra casa y muy cumplida y ceremoniosa pues había sido educada para ser una señorita nos traía el bollo de Pascua. De moza debió de ser airosa pero cuando yo la conocí estaba vieja y algo encorvada. Pensé  en Doña Berta la protagonista de uno de los cuentos de Clarín que quedando para vestir santos le guardó ausencias al único amor de su vida. ¡Demasiado romántica! Quizás el amor no tenga nada que ver con el sexo. Pero Tía Fifí se volvió algo gruñona muy murmuradora y muy beata. Había celado bien el secreto de sus amores. Nunca la vi llevar otra ropa que no fuese de luto. Con respecto al sargento Celerizo investigando sobre estas cuestiones llegue a saber que regresó de las trincheras aunque con un brazo de menos. Le dieron  los del Ayuntamiento un puesto en Segovia y vendía caramelos, periódicos y chuches. Debajo del mandil de menestral siempre asomaba el forro de su camisa azul. Era una buena persona. Sin embargo en el frente contrajo el vicio de la bebida. Los chaveas del barrio de Santa Eulalia se reían de él y le ponían motes. Le tiraban piedras a su chiringuito y decían:

 

-Borracho… borracho, tío Braguetita.

 

-Si voy-respondía-condenados niños os meto un brazo por una manga.

 

Lo del sobrehúsa Braguetita le debía de venir porque ya de mayor estaba algo de la próstata y tenía que salir detrás del quiosco a hacer aguas menores. Fue un idealista. Un soñador y un perdedor. Contaba historias extraordinarias de Rusia y cantaba con hermosa voz de bajo. Una vez cuando yo era seminarista fuimos a entregarle un aguinaldo como se solía hacer con los pobres de la ciudad por Nochebuena. Nos miró a todos muy emocionado;

 

-Que majos estáis curillas con esa sotana  esa beca y ese bonete. Si yo volviera a nacer me haría pope. Para entonar las letanías y  cantar en ruso el paternóster. Pope ruso. Nada de cura católico.

 

-¿Y eso por qué, tío Braguetita?

 

-Anda demonio. Cosas de la vida.

 

Era un bendito de dios. Murió de una borrachera. Pero no lo hizo por vicio sino para aliviar los terribles dolores que le ocasionó un cáncer de próstata. El vino al fin y al cabo es sangre de Cristo y él creía en la resurrección. Algunas tardes se le veía asistir a las Vísperas en la iglesia del Salvador o en la de Santa Eulalia  y prosternarse ante una imagen del Perpetuo Socorro que había traído del frente. Este icono luego desapareció o lo robaron. Era un cuadro muy valioso y también milagroso.

 

Si alguien le preguntaba que por que tenía tanta fe en aquella imagen que era tan abstracta y tan poco significativa y no como la dolorosa de Santa Eulalia que parece tan guapa y a la que le hacen todavía más guapa las lágrimas que ruedan por sus mejillas de escayola el sargento  de artillería respondía invariablemente:

 

-Precisamente por eso porque esta Virgen es más misteriosa.

 

-¿Y a que viene usted?

 

-A pedirle una buena muerte para que resucite con su Hijo al tercer día. Yo creo en la resurrección.

 

Entonces se calaba su gorra  y se volvía por donde había venido.

 

De ambas parroquias era feligrés. El sargento Celerizo después el tío Braguetita era un bendito de Dios. Y murió como un santo. El vino le ayudó a soportar el tormento de su agonía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 03 de mayo de 2006

CUADERNOS DE ROTACIÓN

  

 

 

#Cuaderno del Maestro. Selección de ejercicios del cuaderno de rotación # Escuela de niños nº de Arganda del Rey Años 1922-32 # Maestro D. Román Aparicio Pérez # Ayuntamiento de Arganda del Rey. Madrid 2005

 

ISBN:84-71320-370-7# Papel estucado con atajos e ilustraciones b/n y en colores, apaisado, tela editorial, sobrecubiertas originales, muy esmerada edición.

 

 

 

 

 

El Ayuntamiento de Arganda en colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares ha organizado una exposición centrada en material escolar sacado de los fondos municipales de los Archivos de aquella localidad. En los cursos que van desde el inicio de la Dictadura al segundo año de la Republica.

 

Un total de unos trescientos cuadernos con trabajos suscritos por la firma de niños de aquella escuela por aquellos años, y con los más importantes incorporados en atajos en blanco y negro y en color dentro del texto del libro de la exposición primorosamente editado en papel estucado como un libro mayor, trazan una panorámica social y vital de la vida en la provincia de Madrid de los años veinte y comienzos de los treinta.

 

El lector o el visitante puede tener una visión de conjunto y hacerse a la idea de cómo era la cotidianidad en provincias. El niño no miente y cuelga observaciones y comentarios sobre la vida local de los puntos de su pluma.

 

Redacciones, dictados, sketches, dibujos, al natural, cuentas, mapas, algún aleluya gracioso, con las observaciones y notas al margen del maestro don Román Aparicio. Un gran pedagogo debió de ser aquel maestreescuela humilde, cordial, mal pagado, cargado de hijos. Soñaba en un mundo mejor y en un mañana más justo. Trata de incorporar a la escuela de Arganda algunas de las innovaciones pedagógicas avanzadas basadas en un desarrollo integral de la personalidad, en el incentivo de la imaginación y la iniciativa personal que se estaban realizando en los Estados Unidos, Francia y Bélgica y aplicando teorías afectas en dicha materia a la Institución Libre de Enseñanza. Todo esto forma el corpus de este diorama de la vida discente y docente en el medio rural visto a través de los cuadernos de campo de niños de corta edad. A juzgar por la letra de pendolista algunos alumnos de don Román hicieron auténticos meritos en caligrafía

 

La mayor parte de las muestras son entrañables. Hay entradas de un carácter senequista como las reflexiones de un niño acerca de la negativa de algunos vecinos a dar cobijo a un pelotón de soldados que se dejo caer por el pueblo en unas maniobras en contra de las normativas y del bando del alcalde. "A mi no me gustaría que me dejasen tirado o me diesen con la puerta en las narices cuando vaya a la mili", "allí donde esta la bandera esta España", etc.

 

O como era en aquel entonces la Semana Santa. "El Miércoles Santo vamos a la iglesia al oficio de tinieblas, apagan las luces y tocamos la carraca". Igualmente la apostilla que pone don Román con respecto a que los niños los más pobres celebran la primera comunión el domingo mientras a los de casa rica les toca el Corpus. Y eso no es justo pues dice don Román – subraya un tal Luisito en su ejercicio- que eso no debiera ser así El carnaval, los juegos mas frecuentes, el sorteo de los quintos y cantar el numero con los que tocaba a África y los que se quedaban en destinos de la península. En fin se trata de una relación circunstanciada del modo de ser y de pensar de los españoles en le período que va desde la dictadura de Primo al advenimiento de la II Republica..

 

Los progresos en caligrafía se advierten a ojos vistas lo mismo que los resultados excelentes aplicados por el humilde don Román que en pedagogía era todo un gigante y que hace pensar en los versos de Antonio Machado y en toda aquella gran pléyade de maestros de primeras letras que tuvo la Segunda Republica.

 

Fue su mayor logro el haber abierto multitud de escuelas. La mayor parte de estos edificios académicos rurales fueron inaugurados durante aquel cuatrienio pero estallada que fue la guerra civil la Republica no pudo llevar adelante sus programas en materia educativa. Y don Román aparte de rezumar humanidad debió de ser un hombre tolerante y un gran patriota como demuestra el esmero con que hace dibujar a sus chicos la roja y gualda. Un espíritu abierto y un hombre en el pleno sentido machadiano de la palabra bueno al que le toco vivir un tiempo de convulsiones traumáticas y de enfrentamientos entre españoles. Trató al parecer de reformar y educar a las nuevas generaciones de españoles en la libertad, en la solidaridad y en un mínimo afán de progreso en pugna con el rancio oscurantismo haciendo suya la norma de Joaquín Costa de que el problema de España se resuelve "con la escuela y la despensa".

 

Por desgracia, encarcelado por los vencedores a causa de su militancia en partidos de izquierda fue condenado a muerte en la cárcel de Porlier aunque no pesaban sobre su causa delitos de sangre y su único "crimen" parece ser el haber sido amigo de don Manuel Azaña. La pena capital le fue conmutada por la de trabajos forzados pero la buena nueva le llego tarde. Porque, en el ínterin el maestro de Arganda, presa de la desesperación y antes de hacerse firme la sentencia, puso fin a sus días en su celda del presidio de Porlier el 23 de noviembre de 1939.

 

Una publicación y una exposición como la Cuaderno de rotación si tuviéramos que hacer un juicio de valor constituyen un autentico festival que honra a la archivística por haber permitido el acceso al publico de estas fotografías como la que abre en el envés de la guarda del maestro rodeado de sus discípulos y que no faltaba en ninguna casa de la España profunda antaño y era tan importante como la de la boda o la de la mili.

 

En la instantánea don Román aparece sosteniendo en las rodillas a su hijo más pequeño que aun gasta "cuco" y babero.

 

Si la historia es la "magistra vitae", estos humildes trabajos escolares demuestran el interés que tuvo la Republica por la Educación de sus ciudadanos y el afán de superación.. Al propio tiempo nos exhorta a seguir el ejemplo de la figura señera de don Román Aparicio, un mártir de la libertad.

 

Este funcionario del Estado fue un caso paradigmático a imitar y un escarmiento en cabeza ajena. Para evitar que la sangre vuelva a correr entre españoles y se ahorre el sacrificio inútil de vidas valiosas y todo por ese clima de enconos y de odios de siglos. Se trata, pues de un memorable tour de force archivístico a cargo tanto del Excmo. Ayuntamiento de Arganda como la Universidad Complutense para recuperar la memoria histórica de un pueblo en el extremo de la provincia de Madrid famoso por sus buenos caldos y sito cerca de Titulcia por donde pasaba la vieja calzada romana.

 

 

Me impelo a ver cóccix (las muchachas de hoy en día tienen mucho ringorrango ya no enseñan las pantorrillas como las dulces minifalderas de mi juventud o los tobillos cuando subían al estribo del tranvía y a nuestros bisabuelos les "ponía" o entrar en manga corta y sin rebeca en la iglesia umbría caballo de batalla de los párrocos años 40) traseros perfectos que los lewis obraron el milagro ya no hay feas y se cinglan se visten o más bien se desnudan que así esta España con el culo al aire las muchachas generosas casi una cuarta mas abajo del "onphelos" que no es lo que ustedes piensan sino el umbilical, sólo el preludio invitando a meter el pájaro en el infierno bocachian y el metro sus escaleras y pasillos es un festival de las bien ceñidas ausonias Que diría Homero. Esto es Troya.

 

Lupercales fiestas de rabadillas que cuando se agachan se las ve la raja de la parte donde la honestidad pierde su casto nombre. Tápate un poco Henarcita no nos hagas esas fotos hija. Ya digo esto es para darse un lote de vista que diríamos en mis tiempos. Cóccix ijares cuadriles que invitan al reclinatorio de la mano. Besos y huesos sacros lo de un poco mas para arriba y lo de un poco mas para abajo, todo ese dintorno gozoso de la geografía anatómica de la mujer y nalgas al pellizco o al azote mientras me derrumbo por las primeras estribaciones del monte de Venus. Cinturas y rabadillas navels esa depresión en la mitad del abdomen pero ningún nabo. Recordando una copla, "este rabel pide vino y las cuerdas aguardientes y el mozuco que las toca mozas de quince a veinte tirolariru"

 

Venus triunfante. Ha estallado la primavera. Recoletos es una fiesta nómada de muchachas en flor. Las mujeres están inmensas. Mating season de perspectiva. Eso de todas todas pero la verdad es que me gustaría que no fueran tan narcisistas porque todas se han vuelto pedorras y a todas menos a la mi legitima la encuentro su aquel, si a mano viene, para hacerles un favor. Me gustaría que dijesen lo que las indias le dijeron a Colon. Si dios no lo dio y no nos lo quitó es para ponerlo a contribución. ¿Gozas vida? ¿Compartes? ¿Repartes? Pues ya sabes el que parte y reparte se lleva siempre la mejor parte. Mais pas question les samedis. Andamos todos metidos en nuestra propia burbuja. Que si Zapatero, las zarandajas del Cantamañas que cada día me parece mas un histrión un golpe a mis principios ¿es esto la derecha oiga? Y los correveidiles del estatuto Prostituto. No son problemas reales pero estamos siendo invadidos y eso sí es real. Entonces el sexo no es más que hic et nunc una evasión. Dos días postrado y ha sido un alivio no ver televisión. Los gags muy malos de "Aquí no hay quien viva" propalaban el aburrimiento en el cuarto de estar promulgando la incomunicación de las familias.

 

Anduve por Sevilla ferias de abril y como a orillas del Guadalquivir no se cortan un pelo la palabra que más escuche en todo el camino "schoscho" y requiebros a las hijas mías de mi vida pero en riberas del Manzanares hemos perdido la capacidad de asombro. No estalla en el aire ni un piropo como antaño. El personal parece como ahíto de beldades. También en esta apoteosis de las formas femeninas existe un no sé que vengativo. Ellas proclaman a los cuatro vientos somos el sexo fuerte. Hemos vencido al maromo y nuestros hombres no son más que esclavos objetos sexuales meramente. Lick up my ass, baby. O yea.

 

Huyo y me llamo a parte pero no existen refugios ni donde asilarse. El escondite esta dentro de uno mismo en las buhardillas de la fantasía y en los sótanos del sentir y del pensar. A eso lo llamamos exilio interior. En los tiempos de Stalin para librarse de la muerte segura los refuseniki contestatarios se hacían pasar por locos o por borrachos. Y así los guindillas de Beria y del NKVD no les echaban mano. Evitaban el campo de concentración pero aterrizaban sobre los rastrillos de un nosocomio detrás de los cuales se apartaba a los orates. Hoy para sobrevivir hay que dárselas de salido. De frecuentador de los fogones – enmiéndale la plana y manda una receta a Arguiñano para que haga una fabada como dios manda- o de cachondo.

 

Si das en pensar o te califican loco de remate o te condenan al mar de hielo. A mí me quitaron el agua y el fuego como se hacia en Grecia con los metecos por la malquerencia de una jefa de inclinaciones tortis y muy tuerta y atravesada de corazón como las gentes bien pensantes de derechas.. Extranjero en mi propio país. Se me parten todavía las carnes y rilan por el miedo a decir la verdad. Los tiempos de Aznar fueron terribles. Gracias a dios la negra Micaela un regalo a España del bueno de Fidel me ha libertado de aquellas garras. Nigra sum sed formosa. Morena me llaman y yo blanca nací. El sol del enverano me hizo ser así. Pero mucho cuidado con don Simón. ¿Quién es don Simón? El enterrador de España. Nos tiene manía y un odio africano y nos ha mandado A Vargas Llosa de escritor delegado ese que está en todas las revistas para que nos entretengamos. Story tellers. Cuentacuentos de peruleros cantamañanas al uso. Contar historias. Los extranjeros que ya son muchos mas que nosotros entonan los blues y estos peruleros a los que los Rochild y el maldito Lord Beaconfield el gran agente de la hispanofobia envian a barrisco no son mas que un bluff. La impostura habita entre nosotros. Falsos genios a punta pala. Yo conozco al negrero que esta trayendo negros a esgalla en cayucos. Va a Senegal a levantar gente y nos las envía remesas en manada. Es un argentino. Pura mafia. Bird of the same feather –diz los ingleses- flock together dios los cría y ellos se juntan. El negrero argentino es un hermano mielgo de Vargas Llosa. Demiurgos mediáticos, una pasada. Narrar batallitas de lo mal que lo pasaron cuando entonces y que a su padre lo fusilaron algo haría no será el primero ni el ultimo. No nos cuenten más. De Sánchez Drago ¡ jodó! No hablo. Quede para otro día la historia.

 

Gestamos jartos de ellas y nos dicen siempre lo mismo. Huele a puchero enfermo. Barrunto judíos. Micaela, de la Habana vieja me has abierto los ojos, y me brindas tu pezón. Edoce me in vías tuas. Infancia espiritual. Solo soy un niño de pecho agarrado al cordón umbilical de lo que se fue. Dame de mamar. Todo este fumeque y tener siempre en los labios la boquilla de mi cachimba no es mas que un reflejo condicionado de regresar a la areola nutricia. El psiquiatra me dice que eso os pasa por no tener madre o por haber tenido una que os salió rana ¿España, pues? Tu sabrás. Os destetaron demasiado pronto u os criaron con pelargon pero en realidad lo que os pasa es que no crecisteis de la leche de una mujer ni de una diosa o de la loba capitolina; os amamanto una cabra. No una madre como dios manda ni una oveja ni una vaca. Una cabra. Así estáis todos. Para que os encierren. La leche que nos dieron y que locos nos volvió. El símbolo patrio no debiera ser el toro sino la cabra. Cabras de España, hembras del cabron nuestra preferida palabra.

 

Todas tales reflexiones e hipocondrías me hicieron caer malo. Estuve tres días con cuartanas. La fiebre me subía a treinta y nueve y medio las tardes. Se me apareció la negra Micaela con su cuerpo de guajira triunfal. No sé por que pero a mí me gustan las negras como en ese cuento de Chejov que narra los delirios de un probo auxiliar de pasante en una covachuela de Petersburgo que planea irse al Congo a echarse novia y romper con toda la parentela de madre esposa suegra su prole. Si pues a mi me gustan las negras que se le va a hacer, nadie es perfecto, no todos podemos vivir en la plaza aunque mis consuelos son los de la imaginación pues me sobra la fantasía y no están los tiempos como para visitar la Casa Campo ni tengo tan buena cartera como la Rigalt que se baja al moro cada vez que quiere echar un "porvete". A la Gran Carmina le pasaba algo parecido. Ella también nacida cristiana se aljamiaba por amor.

 

Voy yo mas por el camino de don Inda, don Indalecio Prieto quiero decir, un asturiano "fartón" y que por menos de nada se nos iba a moces un día si y otro no hasta que una vez por un casual uno le pregunto: Don Inda ahora le veo poco por el burdel y muy socarrón el gran ministro socialista le contesto: Es que ahora encontré otros procedimientos de desfogue. Un poco pendón si que era don Inda aunque no del todo mala persona un si es no es mocero que para eso había nacido en Cimadevilla aunque no tanto como don Alejandro Lerroux el emperador del Paralelo. Las secretarias que entraban a su servicio lo hacían en el pleno sentido de la palabra. Azaña por ese cabo era neutro, flexuoso y verrugoso pero si no le dominaba la lujuria lo alienaba el fuego sagrado del odio y del rencor.

 

Los agustinos sexualmente debieron tararlo –y esas marcas infantiles dejan cicatriz en el hombre de por vida- en el Escorial. Un fraile debió de querer meterlo mano. A veces pasa pero no es para tanto. Y yo porque no me deje pero aquel maldito P. Manaba me arrimaba el cañón y el aliento en la confesioaria echándome todo el pestazo a tabaco y a cebolla me agarraba por la muñeca y me hacia daño o me pasaba la mano por le lomo grandísimo bujarrón. Hijo mío, ¿ Y cuantas veces? Y a usted que le importa, reverendo, mind your own business? Porque salí corriendo y le dije que se metiera la absolución por sus mismísimos que de no poner pies en polvorosa allí me la clava. Eso de la mariconería en los conventos es un escándalo, como el diablo meridiano, antiguo. Ahora - bien por Ratzinger cada vez me gusta mas este papa- han ha tirado de la manta y todo se descubre. Al interfecto lo emplumaron con suspensio a divinis y que el fundador de esa orden místico castrense que también pasaba a sus pupilos la mano por el lomo como el padre Minaba sea anatema. Y haga propósito de la enmienda pero¡ que baldón para esa que dicen Legión!

 

Lo malo es que el modus operandi y educandi del Opus de los jesuitas y hasta de los paules carga del mismo costado. Son vicios ocultos del edificio exterior – el interior va por otro camino y alli existen verdaderas moradas de grandeza como demostró Teresa- de la Santa Madre Iglesia. Queremos curas machos y obispos de pelo en pecho como Cisneros.

 

Esta finura pasada de moda y que calcaba el modelo de un tal san Luis Gonzaga que para mí es un bienaventurado marisco tuvo en un tiempo bastante ascendente dando paso a una espiritualidad enclenque e hipócrita alejada de la misma vida y presentando ante nuestra mirada un Cristo gay fruto de sus meditaciones y hecho a su medida cargada de represiones y de fantasías. Mi fe nunca fue un problema de bragueta. La negra Micaela azúcar de dengue vino a decírmelo. Traiga sus consuelos de amor la frutal magdalena que ungió los pies del Señor. Baja la fiebre y al arregosto de mi debilidad crece mi nostalgia. Pero ahí al otro lado de la ventana y como si la naturaleza ignorase mis desdichas y dolamas ha estallado la primavera con cuerpo de mujer. Es el milagro de las chavalas en flor. Proust en ese titulo creo que estuvo muy logrado y bastante rotundo. La vida sigue. Y se renueva. Con este mujerío de tronío no me explico como pudo haber tanta mariconería en los seminarios que yo conocí. Quizás la represión. Ahora ya no hay represión pero la inapetencia es flagrante. Las muchachas en flor esperan en el baile. ¿A Godot? Ellas saben que esperan al que no vendrá nunca. Por eso se acicalan tanto. Un ejercicio de vanidad como otro cualquiera.

 

24/05/2006

 

 

 

BIENVENIDO MR. MARSHALL. WELLCOME GONDOLEZA

 

 

 

Antonio Parra

 

Cuerpo de gacela y una cierta sonrisa entre las cortinas de unos buenos pìños la cara amable y humana del adusto ceño que frunce Bush y sus señores de la guerra Gondolezza esa...esa digo Rice viene a Madrid. La verdad es que se trae un aire a Loretta King la viuda del mártir de la segregación racial. Mis bondadosos lectores no saben lo que era aquello. Me estoy refiriendo a Alabama años 60. El ghetto. Escuelas autobuses y hospitales y por supuesto iglesias (allí nacieron los espirituales y los blues del sur). Y, si lo supieran, se iban a enterar de lo que vale un peine. El mundo sigue adelante a marchas forzadas paso adelante dos atrás. A los nostálgicos del aznarismo que están impregnando la vida española de una filosofía de cloaca y de un lenguaje duro de sofismas, entelequias, tautologías y argumentos ad hominem aunque no digan palabrotas pero su corazón es una sentina del revanchismo y el odio convendría recordarles la teoría de Demócrito. Nadie se baña dos veces en el mismo río, la guerra fría del pasado se desvaneció en las brumas del futuro, el general don Vernon Walters que en paz descanse ya no escribe en el NYT pero aquí vuelve no sé porqué la caza de brujas y el deseo de barrer rojos debajo de la alfombra. ¿Dónde están los rojos oiga? Ha caído el muro de Berlín. Otros muros se han levantado, sobre todo, muros y barreras de incomprensión y de estulticia, el peor enemigo el peor de todos, en los corazones

 

Una vez me hice un costa a costa y por equivocación o porque era mayor mi ingesta de cerveza de lo habitual me equivoqué de puerta en los infames WC de una gasolinera perdida en Dixie Land y fui a exonerar mi afligida vejiga a un "gents" sólo para negros y por poco me pegan un tiro. O yes I had a dream. Era la frase y el gesto de Martín Lutero King por todo el país en las marchas de los derechos civiles. A él lo asestaron un tiro como se lo dieron a John y a Bob y a Lincoln. Pero dicen que la sangre de los mártires es semilla de cristianos y la de aquellos hombres, americanos de pro, germinó la amapola de una cierta tolerancia. Wellcome Gondolezza (vaya nombre, que suena a góndola y a tarantela de galfonieri enamorado, que fueron a ponerte hija pero es cierto en los suburbios de Chicago los padrinos no se andan con remilgos a la hora de cristianar en la capilla bautista a una cristiana nacida de nuevo, born again). Esta señora es un emblema de los pasos gigantes que ha dado aquella América del profundo sur.

 

En las noches de la iguana de calor y desazón un vaso de güisqui al lado de la mecedora y sobre el regazo el Colt para espantar murciélagos o cazar brujas o cazar negros, don William radiografió aquel país, aquella pesadilla desde su prosa entablillada sobre las cuartillas empapadas de alcohol y desde el bamboleo de la mecedora. Mucho cambiaron las cosas desde entonces hasta este complejo mundo que vivimos recién amanecida la aurora del siglo XXI. Yes, I had a dream. Y toda esa desazón racista de violencia que dinamizan las novelas de Faulkner vuelve a hacer acto de aparición: las rampas de misiles en Chequia y en Polonia o la amenaza de un ataque contra Teherán o los cadáveres que a todas horas nos ponen sobre la mesa; con tanto muerto de por medio y con tanto cadáver ambulante no se puede seguir adelante pero habrá siempre que buscar una salida, no echarse al surco.

 

Lenguaje de frontera pero es así como se fraguó aquel país. La ley de la supervivencia y en Nueva York sobrevive sólo el más fuerte o el que consigue adaptarse a los nuevos imperativos del medio. Nadie se baña dos veces en las mismas aguas. No. Después de todo se sienta en el Departamento de Estado una negra. Una tataranieta del Tío Tom, fruto de la manumisión esclavista, preside uno de los mayores centros de poder de la tierra. Verdaderamente, en este caso se hizo carne de profecía el aforismo de que USA is the land of opportunity. La inteligencia y el valer- y dicen que su mente trabaja con tanta rapidez y acuidad como el disco duro de un microprocesador- no hacen distingos de edad, sexo o color de la piel. Algún día podrá alcanzar la Casa Blanca una mujer. Yes I had a dream. Lutero King no derramó su sangre en balde. Habitualmente la cancillería norteamericana estaba en manos de los llamados whiz kids o superdotados. Todos clonados. El mismo rostro, idénticos gestos un lenguaje común, y hasta una misma dieta la del astronauta para deshacerse del tejido adiposo inútil, cuerpos elásticos, talles cenceños (Brown, Weinberger, Schlessinger, Foster Dulles) que parecían hechos a la medida y cortados por el mismo patrón. No parecían humanos sino robots. Aunque hubo algún anglo como Clark el gobernalle del State Department estaba en manos de judíos de origen alemán. Cyrus Vance, un elegante wasp de Harvard, todos los demás formados en politécnicas, fue una excepción. Kissinger, el más conspicuo de todos, hablaba y pisaba con pies de plomo, paso a paso, step by step, de secretario volante. En sus circunloquios se refería al efecto dominó porque encriptaba la idea de que iba a caer el muro de Berlín y el que avisa no es traidor; y se cabreaba muchísimo cuando le decían que hablaba con cerrado acento alemán, asustado tal vez de su pasado, y la verdad es que pensaba en alemán aunque se expresara en el midwest English con acento bávaro.

 

Esta merma le hizo odioso a muchos periodistas pues se decía que el bueno de Henry era algo gafe. Recuerden el abrazo de la muerte a Carrero, de Makarios, de George Pompidou, y el finiquito que supuso su gestión durante el Watergate para Nixon. Hasta tal punto que a veces cuando iba a un país el personal se abstenía de darle la mano por sí las moscas. Sus conferencias de prensa ofrecían claros en filas y bancos pues muchos periodistas nos absteníamos de asistir a ellas por si acaso.

 

Ese no parece ser el caso de Gondolezza Rice quien también es el rostro humano con faldas pero no a lo loco de la Administración Bush y su apafuegos oficioso, una cándida paloma en medio de un corral de halcones y ese sector armamentístico en el que Dick Cheaney se sitúa como gran caporal. Nada tiene que ver con su predecesora Magdalena Albright mal hablada y contumaz. Sus cojones, si es que los tenía y no ovarios, poniendo sobre la mesa, estuvo a punto de provocar una guerra nuclear al final de la guerra fría, fue la que dio la orden de bombardear Belgrado. Ni con la Dama de Hierro. Ni con Golda Meir. No. Gondolezza es fina como su tipo, sonríe gélida con esos sus dos paletos de micky mouse y pisa fuerte, una negociadora hábil, pertenece a la gran escuela diplomática de Columbia, puño de hierro con guante de seda, desde luego.

 

Es una máquina fría e impersonal. Nada de gafancias aunque yo que el presidente Zapatero estaría en guardia habida cuenta de lo alborotado que anda este cotarro contra esta jauría de perros rabiosos buscando las partes blandas del presidente, que es un tío valiente, y de León, y todo un líder, precisamente lo que a esa derechona mostrenca le falta y pueden darle una dentellada; al fin y al cabo este es un país cainita no tiene un sentido ni una moral de Estado, ni una leal oposición porque les falla el olfato de la democracia. Mire, mire, ése es el que no se levantó en el desfile al paso de estrellas y barras, duro con él. Todos estos están llamando a su primo el de Zumosol. Se desgañitan, piden árnica. Profesan un pro americanismo feroz de palomitas de maíz, del pavo del Día de Acción de Gracias y siguen cortándose el pelo a cepillo por la moda de los sesentas, parece se han caído de un guindo, cornflakes al desayuno y comida rápida. Los corifeos de las ondas se desgañitan en una histérica campaña de insultos contra su señoría que hay orquestada toda una campaña de acoso y derribo. A veces me pregunto si no habrá resucitado Goebbels o si anda por ahí Lord How How haciendo radio desde una emisora clandestina de Londres. Veladas amenazas, bélicas proposiciones. Hay una derecha ersatz - son tapados y sucedáneos que esgrime la razón española en justificación de sus desazones pero está visto que España les importa un ardite- que ha escogido a ZP como cimbel de sus desfogues. Para ellos la política es un duelo entre gladiadores. Por eso tantas cosas en este país andan tan a cara de perro. Echan mano del agravio comparativo, le mientan a uno la madre si no piensa igual que ellos. Vea, compre y compare: Sarkozy. Otro emigrante que ha alcanzado las alturas del Elíseo. Muy bien cuanto me alegro; encantado de haberle conocido pero Francia y España nada tienen que ver. Son la curva y la línea recta en un mismo ensamble. La trigonometría de Descartes y los senos cosenos de Montaigne poco casan con la Metafísica de Francisco Suárez. Aquí somos culteranos, también conceptistas y vamos a nuestro aire.

 

Aquí fueron siempre las tres unidades de Racine odiosa cosa. Nos repatea la grandeur y cada uno va a su bola hablando mal del prójimo y despellejando su propio país, algo impensable para un gabacho. Sarkozy. Bien. ¡Pues vaya un modelo que me propone! Tiene un cierto aire de falso Napoleón. Será por la napia, y todo en él es un sucedáneo y Francia es un polvorín, cosa que siembra inquietud entre los politólogos norteamericanos. Y la política, eso lo saben Gondolezza Rice y José Luis Rodríguez Zapatero no es más que el arte de lo posible. Una está haciendo de bombera de las extralimitaciones internacionales de Bush y el otro tratando de encontrar compostura para los desmanes de toda una generación esforzada en el desmembramiento del estado español- mala herencia recoge- evitando corra más sangre en el Norte y de reconciliar a los españoles.

 

Zapatero es un soñador. I had a dream pero los sueños pueden venir bien en política. He aquí el tenor de algunas de sus propuestas. Que Miaja aquel jovial general carbayón al que llamaban "Pepín el decidido" porque era un ovetense al que no le faltaran redaños encuentre un lugar al sol en la historia militar española y una vitrina en el museo del Ejercito porque era tan africanista y tan español y tan patriota como el que más o como los pudo ser Franco, que se repare a todos aquellos españoles que lucharon por una causa, justa o no, y que perdieron y tuvieron que emprender el camino del exilio, recoger sus bártulos, hacer de tripas corazón y como dice el Clásico tomaron sus huesos todos los que hubieron y con ellos fueron por Castilla y así la defendieron. Es el lenguaje del Cid. Otro trastejado.

 

Don Claudio Sánchez Albornoz nos dijo una vez en casa de Mariano González Aboín, su sobrino al que los rojos le fusilaron a su padre militar, y a al historiador y profesor eminente le mandó el Dictador para Buenos Aires Franco, que nunca perdonaría a los azules el que profanaran y destruyeran su biblioteca. Es el santuario de un escritor, sus queridos libros y papeles verlos dispersos le causa un dolor de muerte porque en ellos está enterrado todo su alma y afán. Pues bien yo entiendo las vacilantes tentativas de la memoria histórica de ZP como un acto de reparación hacia todo aquel dolor, todo aquel exilio, toda aquella sinrazón. Es un lenguaje asimismo que entienden perfectamente en el Departamento de Estado. Verbigracia, allí se tributa honores de héroe de la patria al general Lee habiendo sido un rebelde y un perdedor en su guerra civil. Por otra parte, nuestro presidente no le ha dado quebraderos de cabeza a la Administración sin llegar al colaboracionismo servil de su predecesor- el que no se levantara del asiento al paso de la bandera americana no es más que pura anécdota a lo mejor estaba cansado o no se enteró bien del protocolo- en el dialogo entre palestinos e israelíes su alianza de civilizaciones ha servido para tender puentes en lugar de destruirlos sobre todo en el acercamiento del Turco a Europa. Todavía mucha gente se pregunta si será hacedero y viable el dialogo con el islam que ha de hacerse desde parámetros laicos y desde la libertad de conciencia personal y no desde el confesionalismo.

 

Su política con Marruecos donde los americanos no quieren interferencias -con el reino alauita tiene firmado Washington el más antiguo tratado de amistad estampado por el primer presidente de los Estados Unidos- ha sido equidistante lo que es muy de agradecer porque el país norteafricano donde se ha derramado tanta sangre española es un terreno acotado de la política USA. Los americanos organizan su política en Europa a través de esta lealtad alauita por un cabo y por otro y por otro apoyándose en su bulldog o guardián fiel de sus intereses que son los brits. Inglaterra se ha convertido en su aliado de primer rango. La Casa blanca tiene hilo directo con Downing Street. Blair y Bush han tocado un dueto durante bastantes años. Sin embargo, en esa música empieza a haber desacordes, suenan algunos gallos. Debe de ser que hay alguien que desafina en la orquesta. Por otro lado la gestión de la Administración Zapatero no supuso riesgo a la estrategia occidental. No ha nacionalizado la banca por ejemplo ni tuvo roce alguno con los concernimientos yanquis aquí. El caso Dolphi me dirán. Las reclamaciones al maestro armero. Lo que es bueno para la General Motors es bueno para América. Los trabajadores de esa empresa de fabricación de componentes automovilísticos afectada por el cierre no debieran dirigir sus reivindicaciones contra Chavez ni meter bulla en Sevilla sino de protestar en Madrid. Oiga doña Gondolezza por qué nos deja a más de mil y pico familiar en la calle y casi media Andalucía a la luna de Valencia. Pero aquí como vivimos en la cultura de la queja rebozada en demagogia la culpa de todo lo que nos pasa la tiene ZP. Ya digo lo han escogido de cimbel. Es el chito con que algunos juegan al tango. Irresponsibiliodad y poca reflexión española. Por otra parte la secretaria de Estado llega a Madrid después de un encuentro delicado con Putin en Moscú. La política del actual mandatario de la Casa Blanca hace aguas en Irak y suenan clangores de guerra del clan armamentístico encabezado por Cheaney para bombardear Irán de una forma selectiva como en la crisis de Kosovo. La invasión israelí del Líbano ha llenado el aire de interrogantes en el propio Israel donde se cuestiona la alacridad con que Olmert dio la orden de hacer rodar los tanques y este último país tiene enfuriadas a gran parte de las cancillerías europeas con la judaización de Jerusalén. La Ciudad Santa ha dejado de ser cabeza de las tres culturas de las tres religiones como lo fue Toledo en la antigüedad. El siguiente paso puede ser la reconstrucción del segundo templo con lo que quedarían prácticamente descartadas las otras dos religiones del Libro y que honran por padre a Abrahán. Madrid debía sacar alguna contrapartida de la debilidad de la política exterior por ese cabo. Capitulo de terrorismo. ZP ha sido un negociador brillante por ese cabo aunque con sus mermas y con las interrogantes que pueda plantear el futuro pero el término terrorismo no es unívoco en Washington y en Madrid. Lo que allí significa una cosa. Aquí se refiere a otra. Nada que ver Alicaída ni con ETA ni con el de los provos del Ira quien por cierto acaba de deponer las armas y, salvadas las diferencias, pueden ser un referente de pacificación digan lo que digan las martingalas. Es el signo de los tiempos: la reconciliación. Por ejemplo, la iglesia ortodoxas rusa del patriarcado de Moscú y la del exilio zarista acaban de firmar un abrazo de Vergara habiendo sido irreconciliable. Y aquí nadie lo comenta. No nos enteramos. Vivimos sumidos en nuestras propias broncas y mirándole al vecino su hoja de parra a ver si deja los huevos al descubierto. No es eso. No es eso. Así que bienvenida Gondolezza. ¿Leche en polvo? Ni hablar. ¿Queso de bola? Tampoco todas las tardes de mi infancia adolescencia los tuve para merendar. Y de antiamericano menos. Todavía recuerdo con emoción a aquel vecino que te llevaba una tarta cuando eras nuevo en una barriada. La buena gente ordinaria que sufre y trabaja y que ignora lo que no le interesa. Que sabe poca geografía. Muchos no sabían ni donde está España. ¿En algún lugar de Europa? ¿Sí? Pero tengo algunas reservas sobre los tan cacareados tratados de amistad. América no tiene amigos vengo a repetir. Sólo intereses. A los dictadores (Somoza, El Cara de Piña-con Fidel no han podido- Strossner, Pinochet, el Sha, Jomeini y el propio Sadam que acaba de columpiarse en la horca y fue su aliado en la guerra contra Irán) luego les dan la patada. Ser amigo de los Estados Unidos a veces no quiere decir nada.

 

En mis tiempos, mucha leche en polvo y queso amarillo y armamento viejo de los desechos de la guerra de Corea nos daban estuvimos largas horas esperando a Mr. Marshall pero luego va el tío y cruza el pueblo en aquella limusina de color negro a toda marcha como en la película de Berlanga. Pasó de largo. Que por cierto algunos panolis quisieron que la censura metiera mano a la secuencia lo mejor de la película: cuando la dichosa banderita se la llevan las aguas de un arroyo abroñigal. Fueron con el cuento al General y éste, que era hijo de un héroe de Cavite donde los gringos nos dieron caña, y que había leído a Insua otro gallego como él y mucha cachaza testigo de cargo del Remember the Maine, y que a estas cosas de las banderas no les daba demasiada importancia les mandó con cajas destempladas. Archivese.

 

-Aquí somos españoles ¿No? ¿Y con sentido del humor? Pues archivese.

 

Sabio. Franco con lo que es costumbre en estos y que recomendaba a sus ministros que no se metieran en política, murió en la cama. Pero a su lugarteniente del abrazo de la muerte no le libro ni la caridad. No hay mal que por bien no venga dicen que digo con su clásica mentalidad pragmática. Así que Wellcome, doña Gondo, nada de gafancias. Como verá. Acá no pasa nada. Viene una negra guapa pero los cayucos con otros negros no tan deseables también andan de arribada. A este paso pronto ocuparán varios campamentos. ¿Es esto fruto del hambre o de la necesidad de la Afrecha irredenta o responde a una geoestratégica de antemano planeado? Las malas lenguas dicen que la VI Flota anda al pairo y ayuda a no perder el rumbo a estas rudimentarias barcazas. No me extraña que exista cabreo entre los militares españoles porque esto tiene trazas de ser una marcha verde una invasión pacifica de las Islas afortunadas y tal vez de la propia España. ¿Y qué piensa la secretaria de estado? ¿Qué se cocina en las ollas de la Casa blanca?



TARASCA DE CORPUS Y VUELVEN LOS DEMONIOS AL JARDIN

  

Antonio Parra

 

Clarín creo que titula uno de sus cuentos El Diablo en semana santa cuya temática hace referencia a esa paradójica coexistencia del bien y el mal puerta por puerta. A mí me parece, sin embargo, que junio es el mes del demonio. Largos años de experiencia lo avalan porque de sus tretas y de sus mañas algo sabemos todos aquellos que no sé si por elección, por deformación profesional o por condena, hemos sido signados en la lucha contra la Bestia. Bajo las alas de arcángel san Miguel nos acogemos. El divino Signifero al grito de "Quis sicut deus" opugnó a Luzbel. Hubo una batalla enorme en el cielo etc. Ese es uno de los ejes de marcha temáticos del Libro del Apocalipsis. No es ninguna broma.

 

Las tarascas del Corpus, la nit del foc y los ritos sanjuaneros obedecen a una cita anual que tiene la humanidad con sus demonios familiares y sus espectros. Son de origen pagano sincretista y la iglesia trató de reformarlos a golpes de hisopo de agua bendita combinado todo ello con exorcismos. La tarasca – gumia y arpía- una mujer de rostro malvado epitomiza todo el mal, el odio y la muerte que existen en la tierra. Es el símbolo de la serpiente. Va detrás de la custodia de Jesús Sacramentado pero no se priva de nada. Le hace momos a la hostia santa, derriba las píxides haciendo que de repente sople durante la procesión un viento huracanado, hace que un pájaro excremente sobre los ricos bordados del gorjal de diacono o la capa pluvial del preste o se introduce en el interior de los incensarios haciendo que en lugar a olíbano huela a cuerno quemado o a azufre.

 

Por eso los monaguillos tienen la obligación de mostrarle siempre que enrede la cruz procesional. Esa era una de las misiones de la cruz alzada que abre carrera en todas las marchas devotas: espantar al maligno. Si no se sujeta, duro con ella, hay que emprenderla a escobazos. De ahí los palos y golpes secos que desentonan en medio de los cantos melifluos y la dulzura de las calles empavesadas de espliego y romero al paso de la carroza.

 

De una manera simbólica conjura acechanzas de los malos espíritus en las fiestas de la Minerva y del Cuerpo de Cristo lo que los franceses denominaban la FEDE Dieu y que coinciden con las noches sanjuaneros. Está claro que se trata de ritos de purificación de origen muy ancestral pues el Antiguo – este es otro de los nombres del demonio, aparte del Cálido y de diablo o separador – es tan viejo como el mismo mundo.

 

Es precisamente junio en el hemisferio occidental, el mes de la plenitud y la granazón cuando los días son más largos y las noches cortas y sorprendentemente hermosas cuando él echa la zarpa. Los que tenemos una sensibilidad especial, acaso sinestesia, para detectar mociones especiales no sólo en el alma de los hombres sino también en las profundidades telúricas que a veces emergen a la superficie, podría corroborar esta presencia del mal. San Pablo ya nos lo advierte con palabras que se han unido al enquiridión o formulario de ordenación de diáconos: "no es dado poderes contra la sangre y la carne sino contra los espíritus que vuelan por el aire y saltan desde lo profundo de las olas".

 

Dicen que a veces reina sobre los cuatro elementos y por eso mismo son tan frecuentes en todas las religiones los ritos de purificación del aire, el suelo, el fuego y el agua.

 

Por lo que se refiere a los católicos, estas fuerzas invisibles se vuelven operativas es incluso pugnaces al acercarse la fiesta de Pentecostés y hasta podríamos asignarle un ciclo que va desde la Trinidad hasta el Día de san Pedro. Los fieles por eso mismo invocan al Divino Paráclito – Veni Sancte Spiritus et emite lucis tuae radium; Veni Páter Pauperum, Veni, Dator Munerum, etc.- para que envíe los Siete dones. Pero la efusión de tales carismas no es algo que se otorgue gratis. Es entonces cuando el diablo más se resiste y lucha a brazo partido. El enemigo inveterado de la humanidad por estos días parece que ni da paz a la mano ni descanse.

 

Y lo que les voy a relatar creo que sirve para demostrarlo. Ya les conté que en el lugar donde resido tuvo lugar en 1937 una de las más cruentas batallas de nuestra guerra civil y precisamente donde se alzan las casas cayeron muchos hombres de uno y otro bando. Al cimentar se han encontrado vainas de ametralladoras, obuses, cintas y cierres de seguridad de bombas de mano Lafitte. Pues bien, detrás de los adosados acotamos un pequeño jardín. Esta parcela ha dado incontables litigios entre el vecindario que nunca se ponen de acuerdo y hasta llegaron a las manos pues es costumbre muy española esto de los pleitos de linderos, por demarcaciones y fitos.

Tomando una iniciativa que me costó no pocos disgustos y para evitar que aquí se formase una comunidad de vecinos que hay que echarse a temblar y a la que siempre temimos como la bicha de cerrar el jardín y que cada cual cogiese la pequeña porción adlátere a su patio trasero. Bueno no saben las amenazas, malas palabras, malos gestos, etc. Con decirles que a causa de esto no nos hablamos. Esta experiencia me ha puesto en antecedentes e incluso prevenido de lo que representa la codicia y la insolidaridad humana. Pero creo que en gran parte de las ciudades y pueblos de España pasa otro tanto por estas cuestiones de lindes. Somos u reino dividida condenado a perecer.

Después de cerrarlo con el permiso del Ayuntamiento claro está queda un pequeño pasillo en el que yo había plantado algunos árboles, un cerezo, un almendro, un plátano ornamental, pero un día por junio del año pasado, que es un mes en el cual aquí comienzan siempre las chapuzas, y con amenazas inclusas tratando de sembrar divisiones entre mi mujer yo me reclamó ese pasillo. Bueno, lo consentí, pero en la parte de delante queda todavía un cornijal mínimo de unos ocho metros cuadrados. En uno de los árboles coloqué un icono de la virgen María para que la intercesora de la humanidad mitigase aquellas discordias. Bueno este chopo donde estaba el plato mariano hubo de ser descuajado. Y es que acá somos todos mu católicos por lo visto.

 

Yo creía que se acababa ahí el asunto y aquí paz y después gloria pero el vecino a veces dando fuertes y cuando yo sabe que estoy a la escucha se despacha a su gusto con insultos a la Virgen. El otro día se pavoneaba de esta manera:

 

-Se me ha aparecido la Virgen María y me ha dicho que el cornijal es nuestro.

 

Risas y enormes risotadas. Y a renglón seguido oigo que llama por teléfono y dice con voces estentóreas:

 

-Oye que me traigas las armas.

 

¿Es que me va a pegar dos tiros? No tendré más remedio que denunciarle a la guardia civil.

 

Como es militar retirado, tiene licencia pero en vez de ir a defender a España, como cumple y bojar el Estrecho, se dedica a vivir de las rentas y amenazar a pacíficos ciudadanos. Su jardín es el mayor de toda la urbanización Mide 180 metros cuadrados. Es casi un campo de fútbol. Sin embargo, le ha echado el ojo al cornijal donde hace quince o veinte años y con el permiso municipal planté yo dos acacias, un níspero y un castaño de indias. El milico quiere agrandar su jardín y no parará en barras hasta que lo consiga. Se trata de un verdadero nazi con toda la barba, pues sus tácticas me hacen pensar en el Anschluss hitleriano. Dicen que es almirante. Yo con todos mis respetos hacia su persona, me parece que este hombre no merece llevar la guerrera que llevaron con tanto honor hasta entintarla con su sangre un Fernando Villamil, un Concas, un Topete, un Eulate, un Cervera. Me causa tristeza que un alto oficial de la armada se dedique con cargo a los presupuestos del estado y con dinero del contribuyente a la especulación inmobiliaria.

 

Esta chulería y jactancia me hace pensar en los militares golpistas argentinos. Pero lo que más me enerva son esas befas a la Virgen María a sabiendas de que yo soy gran devoto de Nuestra Señora y me he acogido bajo su mando en mis luchas contra la tarasca. Cierto cuando esta voz habla en la toldilla de su jardín que semeja un barco de asueto parece que la tierra se estremece y por su voz de cíclope se avienta el humo de los fuegos fatuos. Tantos que murieron por España para que este bestia parda de malas pulgas y que parece un cavador gallego en vez de un oficial de nuestro glorioso ejercito se aprovechen y dedique a su vida a los porcentajes, tenga la hija, funcionaria de Defensa en baja por depresión, y cobrando unos dineros que pagamos todos los contribuyentes. Este individuo es un caso.

 

Para conjurar los peligros imploro el socorro maternal y entono las estrofas del Akathistos pero hasta mi cuarto paredaño con la propiedad arrebatada y la mota de privacidad que perdí llega el estruendo de los balonazos de los niños de la casa que utilizan el hastial y el trozo de terreno que yo les cedí – conminado por coacciones y amenazas de un militarote que me iba a pegar dos tiros- para jugar al frontón. Todos queremos más. Y está visto que no se conforman. Sin embargo, la Tarasca no tiene poderes contra la el Divino Signifero. Pobre hombre, lo que más me apenan no son insultos contra mí sino las blasfemias contra la Virgen María. Es lamentable que un marino se mofe de su patrona. Pero ojo que esta quiebra de la convivencia entre españoles cabalgando el potro de su egoísmo y dando espuela a la ambición viene a ser un signo apocalíptico de esa Derechona insolidaria y egoísta, pepera, vacía en todos los sentidos. Y mi pobre pegujal que yo sembré y al que tengo cariño aunque no mida más de dos palmos pero que el vecino quiere agregar a sus 180 metros cuadrados el símbolo de esa otra España – la mía – para lo cual los ideales valen más que el dinero de corruptos funcionarios de derechas de toda vida y espadones prevaricadores.

 

La avaricia rompe el saco. Cuando le oigo fanfarronear y dar voces desde su puesto de mando, pienso que los pobres soldaditos que dieron con sus huesos en este lugar se revuelven en sus tumbas. Los muertos de la batalla de Brunete quieren pelea. Hay demonios en el jardín.

 

09/06/05

 

 

 

LUIS VIVES DESASNANDO TESTAS CORONADAS

 

Antonio Parra

 

Bajando o subiendo de York a Londres –recuerdo bien aquellos viajes en la British Rail- cuando el tren a más de cien millas por hora se internaba en la planicie de los Midlands umbríos campos de patatas y alguna frisona paciendo en la distancia mientras los quejigos solitarios corrían raudos ante nuestra vista aparecían de repente las agujas grises de la catedral de Peterborough. Los encajes de la piedra disimulaban una oración para el recuerdo de una reina española que vivió prisionera en su castillo y está enterrada en uno de los nichos del testero. Catalina de Aragón. Brutalmente noble y brutalmente desgraciada y honni soit qui mal y pense que rezaba un lema de la Orden de la Jarretera.

 

Mediante la política de los casorios los Reyes Católicos quisieron urdir las paces y conciertos con las otras monarquías de la cristiandad y, como no se puede conformar a todo el mundo, sólo consiguieron hacer desgraciadas a sus hijas: esta pobre Catherine, María de Portugal que moriría de sobreparto, Juana la Loca. Fueron fieles, nobles y desdichadas infantinas llorando su desconsuelo ante la rueca o asomándose a un alto mirador desde donde reclusas e ignoradas vieron pasar la vida.

 

Pero sobre todo sentaron pauta de desentendimiento y melancolía en las relaciones anglo españolas aunque yo siempre amé a aquella Inglaterra cuando era un Jardín de María. Vivíamos en un pueblo del sur del Yorkshire. Nombre más bonito no lo habrá. Edenthorpe (la aldea del edén), pero en este mundo traidor resulta que no hay paraísos. Todo resultó ser un espejismo. Luego no pudo ser. Más vale honra sin barco que barcos sin honra y envié a mi escuadra a pelear contra los herejes no contra los elementos. La frase del Rey Prudente marcó mi trayectoria. Los sueños se vinieron abajo I am a dreamer.

 

Oxford me entusiasmó. Aquellos estudiantes con sus becas y sus togas cintas de mi capa estudiantil que a lo mejor son ya pasto de las polillas enterradas en un viejo baúl o aquellos birretes que remataban en un cuadrilátero del que pintaba una orla de los graduados (Goodbye, mister Chips) y la chapela enorme de los doctores que daba un aire renacentista a los decanos. Se la ponían sin terciar. Es esa boina humanística que lucía Vives –semper vivas- en los libros de texto sacados por la editorial del mismo nombre de mi primer catón, en la que yo aprendí a leer y a soñar.

 

También se la vi poner en Oxford en una ceremonia de investidura a Andrés Segovia a Salvador de Madariaga. Con gorra y sin gorra aquel gallego siempre me pareció un tonto en siete idiomas. El humanista valenciano era otra cosa. Sobre todo un pedagogo, un filosofo de la pedagogía en cuya obra se imparten consejos acerca de cómo aprender lenguas modernas (de viva voz, si es posible), cómo ha de ser la mujer hacendosa buen ama y amante de su marido y de sus hijos en de institutione feminae christianae, y hasta la forma cómo hay que trinchar un asado o coger con la mano un cuchillo-artes cisorias- si hay que dar azotes y cómo han de ser esos castigos pupilares o el deporte. La proverbial locución de mens sana in corpore sano se la debemos a él. Pues la obra de este autor ha sido una de las más saqueadas por aquellos amigos de lo ajeno que gustan de refreír a los demás. Estamos bajo las alas del cuervo.

 

Quise, siguiendo la senda de la didáctica, andar tras la huella de Luis Vives en Inglaterra, ser don oxoniano pues yo sabía más latín que muchos de aquellos dómines que a mí traduciendo y escanciando hexámetros de las Geórgicas no me seguían; era un as y Eneida en mano pocos me ponían un pie delante y acabé de maestro de gaya doctrina en un pueblecito de la cuenca minera del Yorkshire. Todo fue bien en mis clases hasta que un día aquel Payling canijo levantó el dedo en mitad del aula (era una tarde de primavera y yo explicaba a Berceo) y me hizo una pregunta bocajarro please mister:

-Sir, what do I want Spanish for if I am gonna be all my bloody life down in the pit? (Oiga, señor, para qué coños necesito saber yo español si me voy a tirar la puta vida en esa mina de los cojones).

 

Me llevaron todos los demonios y no supe qué responder. Recogí mis bártulos, metí mis libros y mi guitarra en aquel mini colorado y me volví a Madrid con aquella frase a flor de labios del Cancionero de Upsala: "que yo no quiero amores en Inglaterra que los tenga yo mejores en la mi tierra". Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ir al norte fui al sur. Creí que el viento era agua. Que la noche la mañana. Se equivocaba pero esta fe de erratas es lo que salpimienta mis textos. Toda mi vida ha sido un error.

 

Algo tiene aquella isla antigua tierra de Merlín que seduce a los caballeros andantes como yo, pero estos esforzados hidalgos nunca podrán rendir la plaza. Vives fue otro derrotado. Huyó de Londres rumbo a Flandes con los corchetes del rey Tudor royéndole los talones. Nunca es bueno entrometerse en estos líos de alcoba. Enrique octavo le tomó ojeriza por haber sacado la cara por su mujer Catalina quien al fin y al cabo era casi su paisana.

 

Este valenciano que españoleó por las cortes de Europa y enseñó en la Sorbona, Brujas, Lovaina, Oxford fue el paradigma del genio universal tan sabio como desgraciado e incomprendido. Estuvo al lado de Catalina en su ostracismo lo que le hizo perder la privanza con su marido Enrique VIII del que era también asesor. Se libró de ir a la Torre de Londres por chiripa.

 

El marido de esta reina inglesa nacida en Arévalo aparte de un poeta más que mediano y de un músico mucho más que aceptable un cristiano ferviente en su juventud hasta el punto de haber recabado el título de Defensor de la Fe otorgado por rescripto papal remató en Barba azul. Sus líos conyugales dieron lugar al Cisma de Occidente. Si por una herradura se perdió un caballo y por un caballo la guerra y así sucesivamente sabe dios lo que se puede perder por una mala mujer – bueno son todas buenas en realidad aunque unas mejores que otras retiro lo dicho-. Acaso el mundo entero.

 

Un Tudor se encoñó con Ana Bolena que había nacido con Seis Dedos en la mano derecha y un cierto estrabismo visual lo que debió de darle un atractivo sexual más allá de lo corriente y ocurrió lo que tenía que suceder pero Ana no se conformaba con el puesto de barragana regia. Quería ser reina. Ahí empezó todo el rebujo. La mediación del cardenal Wolsey protector de Luis Vives y de Tomás Moro, los legados papales, los interdictos y por último la excomunión que abría un camino sin retorno en las relaciones de la Iglesia Católica e Inglaterra. A partir de entonces y tomándole a Lutero la palabra para los ingleses Roma sería la Gran Zutana.

 

A su mujer natural Enrique la hija de los Reyes Católicos la dio carta de repudio desterrándola fuera de la corte. Vivió en el exilio y en la pobreza a la sombra de aquella catedral gótica que acudía a saludarme en mis viajes hacia el sur a toda la velocidad por la ventanilla del expreso entre la melancolía y el haze (esa especie de borrina que difumina los contornos del horizonte en el paisaje inglés) y allí murió.

 

La vida de Luis Vives, preceptor de Catalina y profesor de latín de Felipe II, en términos más modestos fue también a lo largo de sus cuarenta y ocho años una pugna contra la pobreza. Hubo de abandonar su querida tierra de los naranjos (añora siempre a Valencia en todas sus cartas) para convertirse en preceptor o institutor una especie de criado intelectual o profesor particular de los ricos para llevar príncipes por la senda del recto proceder y del buen saber (desasnar testas coronadas fue su oficio) pero sus amos le pagaban siempre tarde y mal. Esta lucha por la subsistencia del pensador, del escritor, del novelista, del poeta, siempre fue acérrima. Yo la he sentido sobre mis propios huesos pues el amor a las letras supone un estilo de vida equivalente a la precariedad, el vértigo. Siempre a salto de mata con la vida. Los banqueros son los que tienen la pasta y muy volubles y caprichosos los mecenas son. Más agarrados que un chotis. Más tacaños que Paul Getty.

 

Baroja acumulaba patacones en una caja de zapatos. Dámaso Alonso al que conocí en el bar de Filosofía tomándose una caña preguntaba por los adeudos de la colaboración. Antonio de Olano el otro día en el sepelio de Alfonso el del Gijón el mismo criterio: si me pagan me retrato; de otro modo, mi pluma no entrará en los tratos de la prostitución. Sin embargos las dichosas tijeras del sastre del Campillo aquel que cosía de balde y encima ponía el hilo se ciernen sobre nuestras cabezas. Cervantes ahí lo tenemos palanganero de una mancebía en Valladolid y Quevedo como zaguanete espadachín o "armario" de un príncipe italiano. Tomás Salvador – el mayor novelista de posguerra - era policía de la ronda secreta, Luis Romero corredor de libros. Valle Inclán murió en la pobreza y Rosalía de Castro que vivió en la calle de la Ballesta se metió a puta. Benet ingeniero se ganaba la vida construyendo puentes bastante buenos mejor que sus libros que por lo menos no se caían lo mismo que los personajes de sus novelas infames. Volverás a región y así sucesivamente.

 

El más listo de todos fue Cela que harto de criar hambre, rencores y caspa y de no tener para el café se circuncidó, se puso la hipa viajó a Jerusalén en calidad de preboste de la alianza hispano israelí y mano de santo chico. Murió millonario y le dejó a su viuda joven y rica la Marina Castaño que con un ojo llora y otra repica un buen pico. Hoy es el cadáver más opulento de todo el camposanto de Padrón.

 

Y ahora al fin de tantos años cuando parezco haber recuperado contacto con lo que más quería mi Picle me pregunta dónde estas, dad, qué has escrito, qué has publicado, y, transfixo en esta cadena de reconversiones, cribas, purgas y excarcelaciones de la literatura y aunque mi compromiso con la verdad de Cristo y el amor a mi patria sigan incólumes y en mis trece, le he de decir, pues acá me ando, mi hija. ¿Y de dineros? Nada. ¿Qué hay de lo mío? Pues la verdad que muy poco, corazón. Como no venda mis favores por la red o me brinde como acompañante maslo de algunas viudas desconsoladas, mal me veo.

 

Mis sueños y mis textos duermen en un cajón limbo de los justos seno de Abraham y trabajo emparedado entre dos pibas, tres milanas bonitas y cuatro archivas que vigilan la parva y el ojo del amo engorda el caballo, la Fuensanta, vaya nombre de paleta, los coños grandes de doña Almudena la Mayor y la Reme carcasa de la muerte brujas curujas muevete despacín que ya me viene querida Reme. Pues sí hija sí. Que putas son las que están en la ventana qué putas son las que están por el balcón pero la cosa no tiene vuelta de hoja. Y esos de ahí en eso que no saben escribir pues las nombro escritores. Por decreto.

 

-¿Nunca callarás, Verumtamen?

 

-Difícilmente.

 

Pero a lo que voy. Luis Vives semper vivas fue para mí un paradigma un modelo a seguir por su compromiso con la verdad en tiempos de crisis que emanaba de la profundidad del pensamiento cristiano de este escritor que no se rindió ni ante la insolencia ni la injusticia ni la prepotencia de magnates, reyes y pontífices.

 

Toda su obra fue una exhortación a la perseverancia en la fe verdadera y una impugnación contra musulmanes y judíos. A Francisco I de Francia le echa en cara fomentar la disensión en el bando católico entablando alianzas con el turco, al Papa de crear ligas con Inglaterra y los venecianos en contra del emperador Carlos V de España y Alemania. Condena las guerras pero avisa son un castigo de Dios. Tiene tiempo para escribir páginas de oro sobre la mujer cristiana y entregarse a una serie de especulaciones filosóficas que ponen en entredicho a los escolásticos y a todo Aristóteles. Sus choques contra los frailes fueron del mismo tenor aunque no tan rigurosos como las de Erasmo. Iñigo de Loyola cuando era estudiante en París iba a Flandes a recabar fondos entre los soldados. La fraternidad de armas es la fraternidad de armas y allí trabó contacto con el institutor valenciano que un verano le convidó a comer en su casa de Brujas. Cuentan sus biógrafos que Vives, la cordura personificada, debió de observar en aquel estudiante ciertos signos de la enajenación mental de aquel veterano bajo las banderas del Duque de Nájera. Era un loco de las reales ordenanzas, de la disciplina, del método, de la estrategia y la táctica. Los jesuitas, por ironía del destino, fueron los encargados de llevar adelante la contrarreforma que había preconizado Luis Vives pero por caminos muy distintos (era un impulsor de la paz, de la concordia y de esa libertad que transparentan las páginas evangélicas con esa delicadeza y tersura) y no a mandobles y bayonetazos de los guardias de corps del papa. Salvaron el edificio pero el espíritu se echó a perder. Los jesuitas, grandes educadores, se inspiraron en toda la propedéutica viviana para implantarla en sus colegios y noviciados pero colocaron algunas obras del sabio humanista como el Libro sobre San Agustín en el índice. Vives semper vivas y Vives el divino se le llamaba en los salones de grados de Salamanca y Alcalá.

 

Si no te gusta Erasmo se decía entonces o eres fraile o eres asno. Le repugnan los monasterios relajados de media Europa; un avispero de envidia, codicia y malos ejemplos trajeron el Saco de Roma de 1527 y lo que vino después casi se veía venir. Pero desde su cátedra de Brujas y de Oxford la voz de este humanista valenciano que se expresaba en el mejor latín resonó poderosa por todos los ámbitos. Sin llegar al fundamentalismo de los anabaptistas alemanes es un defensor de la pureza evangélica. Propugna una reforma de la Iglesia desde la libertad y la inteligencia pero sin tocar para nada a la liturgia.

 

Sus páginas aun ahora me parecen henchidas de piedad y de caridad cristiana y creo que tienen una relevancia singular cuando nuestra fe católica se siente conminada por amenazas mucho más determinantes que las que afligieron a la cristiandad en el siglo XVI. Detestaba la superstición tanto como la prostitución (dos males irremediables) y puso en duda algunas hazañas de ciertos santos tal y como vienen descritas en la Leyenda Áurea de Jacobo de Vorágine obra del siglo XIII y que más tarde acapararía censuras de otro paisano mío el dominico Melchor Cano, o los excesos del culto a relicarios pero sus manuales de oración y algunas misas que compuso motu propio por ejemplo contra el flagelo de la peste que afligió a Flandes en 1529 hoy resultan primorosas y valederas.

 

No estamos pues ante un hereje. Vives no era un hugonote ni uno de esos conversos con mala leche a los que se les ve el plumero o el Talmud asomando la oreja. No. Él era un humanista cristiano, un europeo y un católico en el primigenio sentido que tenía esta palabra en boca de Tomás Moro. Universalidad. A man for all the seasons. Un hombre para la eternidad. Por eso habrá que decir: Vives semper vivas. El retruécano es adecuado. Sí. Que viva. Que viva Vives eternamente. Si hoy volviera tendría que emplearse muy a fondo para desasnar muchas testas coronadas. Aunque tal vez a estos cetros y tales armiños puede que les quede poco.

 

Sábado, 04 de marzo de 2006



Nueva York

 

Nueva York transforma, contamina, sublima y a la vez rebaja al estado cero. El hombre se siente hormiga y gigante a un mismo tiempo. Repele y rechaza a la vez. A mí creo que me rechazó pero releyendo algunos de mis apuntes y crónicas de entonces e interesado por los artículos en el "País" de Elvira Lindo, corresponsal allí, la cual hace un periodismo ágil audaz y a la vez procaz que escandalizará a los reaccionarios y los/las que consideran el oficio de escribir un eterno mirarse en el ombligo y enjabonarse unos a otros –los artículos de la Lindo yo los pondría como paradigma de los ejercicios de estilo y de lo que debe ser esta profesión, si no vale oiga, dedíquese a otra cosa-dentro de la urna de cristal, pues a algunas debajo de la pluma se les notan los correajes de la Sección Femenina disfrazados de un falso feminismo, he descubierto que en verdad tengo nostalgia de Nueva York que fue para mí una especie de tierra prometida. Se asustan de lo estridente pero Nueva York es un sitio estridente como que fue fundada por ex presidiarios y por mozos de cuerda que venían huyendo de la quema de Europa. Volví moviendo la cabeza como Paco Martínez Soria "la ciudad no es para mí" y ahora, al cabo de casi treinta años, silbo por las aceras con Frank Sinatra: "New York. New York"

 

La calle allá habla un lenguaje directo, duro y coprológico y en la sartén de la conversación hierven los tacos pero no por soltar algún que otro "caspita" neoyorquino un escritor no es mejor ni peor. El mundo es ansí, ya lo decía Baroja y no como los inquisidores y los zenones de oficio sin beneficio quisieran que fuera. La ternura late en el meollo. Por fuera NY es una ciudad ácida y llena de pinchos. Por dentro dulce almíbar. Profundamente humana. Sofisticada y paleta a la vez. Todo el mundo diciendo fuck, dollar, shit y wuau. Capital de lo in y lo out. Pero allí nunca pasa nada y ocurre todo. Es la capital del mundo.

 

Un melting pot que indica el modelo del futuro en el que hay que aprender a vivir y a convivir razas y religiones. Fue toda una universidad la estancia de cuatro años corridos allí. Por lo menos aprendí sabiduría de calle (Street wisdom) ahora un quidam va y me dicen que hay que vigilarme, que me meten en un manicomio y me den jarabe de palo. Ejerzo desde aquí mi derecho de réplica, desde estas hospitalarias páginas donde hay un director que es de nuestra escuela, la vieja escuela del gran Emilio Romero, que nunca te tiraba un artículo, ni se asustaba por nada, sindicalista polémico que venía desde el Falangismo de la libertad Y de la profesionalidad. Déjalos que se desahoguen. ¿No somos libres como ellos cacarean con tanta prosapia a bomba y platillos desde sus antenas de propaganda? Pues eso, somos libres, o eso espero.

 

Habiendo padecido el acoso de una de esas prójimas que me mandaron al mar de hielo y al regato como aquel que dice por esos convencionalismos de ciertas féminas pacatas (en la era Aznar ocurrieron muchas cosas raras y me siento mucho más a gusto en la España de ZP, pero vuelven a soplar vientos de intolerancia y de caza de brujas) usted sobra, váyase a su casa, y hasta una fulana en un pedido me envió a la Hemeroteca una cuerda para que me suicidada (rechacé el ofrecimiento pues un judío no se suicida jamás pero en vez de balas le devolví la pelota con un ramo de rosas por Interflora), me creo en el deber moral de defenderme con un canto a la palabra, con un "I love New York, New York, amo la libertad", que me sale del alma. Un aviso a navegantes. Porque aquí la derechota, más papistas que el papa, se sienten tan pronorteamericanos que parecen haber aterrizado en estos predios desde un barrio de Miami donde se practica un anticastrismo de pistola y de cloaca. Vuelven los vigilantes de la playa, los policías del pensamiento, los comisarios de la Verdad, su Verdad. Y es tanta la aversión que nos tienen estos demócratas de barniz que aquí puede prepararse hasta un magnicidio como hicieron con Carrero Blanco u ocurrir otra hecatombe como el de las idus de marzo.

 

Eso no es América oiga, sino una deformación barata de ese gran país. Y yo soy una rata neoyorquina. ¿Epater le bourgoise? Pues sí. Creen vivir en un mundo feliz pero déjense de hacer palotes y de pintar angelotes, incluso bilingües y trilingües siempre serán tontos como le dijeron una vez a don Salvador de Madariaga, "tontos en nueve idiomas". Que lean a Huxley un gran escritor británico algo profeta que trató de demostrar a sus contemporáneos el callejón sin salida al que su incontrastado optimismo les había llevado los políticos en entreguerras con su lenguajes prebélico. Luego Bush, Reagan, la Thatcher y Blair volvieron a la carga. Con sus martingalas de armas de destrucción masiva, etc.

 

Yo amo a New York y en este amor va incluido el recuerdo tierno de aquellos vecinos que cocinaban una tarta para ti cuando veían aparecer el capitoné de las mudanzas por el barrio y tú estrenabas nuevo hogar o que te entregaban las llaves de su "carro" si a ti se te había roto el tuyo. Gente sufrida, trabajadora, magnánima, cordial, ordinary people, gente corriente de un país en el que nacieron dos de mis hijos y en el que todo es grande: las nevadas, las tormentas, los ríos, las montañas. En Chicago se podía cortar el aire una tarde de calma chica a 47 grados a la sombra y en Staten Island con una ola de viento polar estuvimos a 32 bajo cero. Un país, en definitiva, en el que nacieron dos de mis hijos. Un país cuya lengua y literatura creo conocer bien como anglista pero en el que no me gustaría vivir a no ser que a la fuerza me exilien. Sigo siendo una rata neoyorquina trasterrada a Madrid. New York. New York.

 

No trato de escandalizar pero asumo que veces redacto no para unos lectores sino para poner orden y claridad a mis propias ideas. El que quiera que no me lea (este es, supongo, un mundo libre) pero que no me insulte. Por favor, señora funcionaria, manos blancas no ofenden pero hay que reconocer que usted tiene unas zarpas brutales de felino. Quiso clavarme sus sucias garras pero va jodida. Llevo dándole a la tecla desde hace más de 45 años corridos. Me han salido y se me han caído los dientes en este oficio. Gozo de una cierta vitola profesional. El hecho de que sea yo un periodista incomodo o que le escandalice a Vd. que vive en una nube y en el dulce encanto de la burguesía no significa que mis prosas que (escribo a sobaquillo de refez, sabe lo que es refez, pues si no, mírelo en el diccionario, y a veces con mala leche) sean tan malas. Que a Vd. no le gusten ese es otro cantar pero no me acuse de acoso que yo no la conozco de nada. Por culpa de prójimas como usted y gente muy engallada de la Cuerpa he tenido yo muchísimas contradicciones y persecuciones. Quisieron acabar conmigo. A vuesa merced le encantan los mansos, por lo visto, pero yo soy un mihura.

 

Bendito sea Dios que no todas las mujeres son así ni padecen homofobia. Respete mi libertad como yo respeto la suya. New York. New York. I love New York.

Y voy con el otro. Debe él ser un gudy y yo un bady y para colmo me cuelga el sambenito de que soy anti-norteamericano. Si esos no son coacciones (encima me llama provocador) y amenazas que baje Dios y lo vea. Me quieren llevar – otra vez- al gulag y por ahí andan hablando tíos de meterme un tiro por picajoso. El presidente Bush me parece respetable pero caudillista en su gestión política y que habla un lenguaje muy "peligroso". Mucho más peligroso que yo, que no tengo ni pistola ni lanzallamas, ni carros ni aviones supersónicos. Sólo mi pluma y una triste navajilla para cortar el pan. Usted sí que es un peligro en el foro si sigue profiriendo amenazas bajo pseudónimo...

 

Cualquier madrugada pueden llamar a la puerta y no va a ser precisamente el lechero. El tal Judex puede ser un golpista disfrazado de cristiano de base o de cursillista de cristiandad y sus malos modos no me gustan como tampoco sus malos pelos si es que le queda alguno. Sus gestos y sus palabras de topo del Circus o la Gestapo. Habla una jerga antigua como Humphrey Bogart.

 

Y me asaltan estos pensamientos cuando vuelvo a releer una de las grandes novelas del siglo XX: "El Lamento de Portnoy" de Philip Roth un profesor de origen judío, aun a riesgo de perder un poco las formas. Sansirolés, cursis, doctrinos y viejos cursillistas de cristiandad abstenerse. El cristianismo, la literatura, el periodismo son otra cosa. Y al hilo de la glosa de este gran libro he hilvanado un ensayo para mis memorias de la Big Apple. El empiece no puede ser más tremendo porque Roth lo que intenta es romper los tabúes victorianos que tanto daño han hecho a la lengua inglesa y que regresan como vuelven siempre las cazas de brujas y los inquisidores. "Cuando el cuervo vuela bajo hace un frío del carajo". "Tu pene enhiesto y se acabó tu sabiduría" o "cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta". Todos estos son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis aficiones paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en español y las judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se parece mucho al ruso.

 

En efecto, el aforismo del ghetto " Wan der putz stehet light der Sechel im pre=(con el miembro en erección la lógica está de más"). Esto es: que somos barro y que el ser humano a través de su animalidad rinde tributo a los instintos. Yo lo escuché en un cafetín del Lower Manhattan (me gustaban los tupís judíos y había uno Staten Island donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles de judíos exilados de la Urss, y a la de las excavadoras de las inmobiliarias, misterios del mundo, y desparecieron más tardes los cilancos y las grandes charcas, el canto de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico). A NY le entró la "cupiditas aedificandi" (el morbo del ladrillo) de los romanos. Levantad casas malditos. Construid una nueva torre de babel. Roth se erigía en heraldo de un mundo por llegar. Se adelantó a su tiempo. Por eso está considerado como un autor maldito que ha padecido en su carne el flagelo de la caza de brujas

 

El mundo se acelera de una forma imparable. Me invitaron varios veces al templo esto es a la sinagoga pero a mí me daba corte colocarme la yamulka en el occipucio que me sentaba que ni pintiparada y verdaderamente tengo cara, la nariz sobre todo, de judío pero no hacían más que hacerme preguntas y había un paisano que se parecía mucho a mi abuelo Benjamín al que colgaban los flecos de las filacterias (los sefarditas se colocan para orar en los cuadriles una especie de faja) que eran exacta a la largo ceñidor con la que el abuelo Benjamín, un auténtico padre para mí, se "atacaba" para no agarrar frío a los riñones.

 

Se llamaba Samuel y un día me enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia: Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un kadish o responso. Corría diciembre del 75.

 

¿Franco era judío? Esa era al menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues. Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.

 

Los Franco me caen bien. Pero más Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a dominar ni el inglés. Todos estos postulados revisionistas, con todo, nunca me apartarán del amor que profeso hacia Pachín y hacia su familia.

 

Pero yo en su capote no me hubiera alzado, mediante apoyos y contubernios económicos de don Juan March, el banquero de Mallorca, contra el gobierno legítimo, provocando una tragedia fratricida cuya culpa y estertores aun arrastramos. Asimismo, hizo una guerra "a la africana" con mucha infantería y derroche de hombres. Sus otros compañeros de armas, que conocían bien a "Franquito" y lo despreciaban teniéndolo por un don nadie en el escalafón, respondieron con la misma moneda. Tal cual, el general Rojo, que era un formidable estratega. Eso prolongó la tragedia. ¿Pudiera haberse evitado? No sé. Que la historia lo juzgue pero es irrefragable que Franco amaba a su patria, a lo mejor equivocadamente, tal vez demasiado. Y que le echó cojones. Uno cojones equivocados seguramente.

 

Luego en política le dieron resultado sus juegos camaleónicos. Un buen táctico, se pegaba al territorio, arrastrándose bajo las alambradas y guardando un bajo perfil. No nos engañemos. Ganó y su victoria, para bien o para mal, fundó la España moderna y nos legó un estado "social", el de Girón, ese que hoy disfrutamos y padecemos y que muchos montados en el dólar y que piensan que esto es Hollywood, la cara más impresentable del capitalismo más bronco olvidan. Buena gana de lanzar coces contra el aguijón. Sin embargo, convendría entender a Zapatero: los otros generales merecen una vitrina y su nombre glorioso en los anales. Y un lugar al sol en el Museo del Ejército. Si la memoria histórica se conduce por los cauces correspondientes, y no se convierte en trampolín de odios y de vesanias, esta reivindicación puede ser bálsamo a los costurones desgarrados del alma de España.

 

Imitemos a los norteamericanos en eso que también tuvieron una guerra civil. Y en Nueva York se rinde honores al sureño Lee que era de los "malos". El gran derrotado en la película "Lo que el viento se llevó".

 

Franco no se enriqueció a costa del erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los libros y del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño burgués judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte, lo que no cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta, el hecho es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de la pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez. "Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras ocultas dirigidas desde Wall Street.

 

Todo eso es impepìnable guste o disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una televisión la otra noche que decía que el general Franco con una mano mojaba los churros en el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La condena a muerte de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera especialista en prensa de la entrepierna dicen que es poeta (¡caspita y pardiez rediez como deben de ser sus versos!) y uno de los más eximios practicantes de lameculismo catatónico-tontonico y de coyundas y de líos de la jet que interesarán sólo a su padre pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía y cuando veía a un guripa con una revista pornográfica entre las manos se la hacía pedazos: "El sexo en directo y en privado, chaval, te van a doler los cojones de tanto mirar esas porquerías".

 

Bueno, pues valga esta larga digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX "El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, los negros, las calles de la urbe huelen a negro, el racismo, los prejuicios religiosos o étnicos, la equiparación de Eros con Tanatos. Un mordisco a la gran camuesa.

 

El libro está contaminado de Nueva York la ciudad automática de Camba trufado de metáforas eléctricas. Las frases son como latigazos de buena literatura pero así es como habla la gente en Nueva York. Las descargas estáticas están por toda la urbe, cuando tocas un picaporte o pisas una alfombra. Allí la eutrapelia a lo Azorín y a lo Miró estaría mal vista. Un año en la ciudad y se te quita la gazmoñería. Se lo recomiendo a esos cursis que hablan de análisis de textos y de pretextos y escriben como si fueran cursillistas de cristiandad. Oiga, váyase usted una temporadita a NY y déjese de foros y de practicar el autobombo y no nos venga a hablar usted de sus libros que son todos muy malos, que aunque tienen premio quizás también tengan bicho, un bicho golpista, claro es. Lea a Philip Roth creador de mundos y de personajes como "Bubbles" la Burbujitas, la putita, que no es otra a mi parecer que la gran meretriz onírica del Apocalipsis. Recíclese, póngase las pilas.

 

La literatura y el periodismo son algo más que un ejercicio de redacción o una excusa para que a uno le llamen guapo y le lancen, los muy capullos, mensajes de amor o de odio por el foro. ¡Cuan bien escribe este chico/chica! Tú llegarás… a dar con la cabeza en un pesebre. No han vivido en Nueva York, la ciudad metáfora, no han ido al reencuentro con la metanoia y la paranoia. A mí Nueva York, la ciudad santa y maldita, mitad nueva Jerusalén y mitad Babilonia, me cambió la vida. Sé lo que escuece que te llamaren perro judío, que te marginen, que te pongan, por decir la verdad, contra la pared. ¡Oh, I love New York!

 

Y este es el New York que surge en el "Lamento de Portnoyª libro clave (está editado por Bruguera en castellano), que hablando de marginales, de negros que huelen mal, y taxistas polacos con cara de buey y apellidos impronunciables y pistonudos, como Brzezinsky, Wojtyla y Auschwitz, donde abundan las x, las w, las z y las y, son el rostro impresentable de un catolicismo fanático y caballuno.

 

Yes. I love New York, pues si sobrevives allá puede decirse que amas y entiendes el mundo. Te reconcilias con él. La novela ya no es la misma desde que Henry Miller y el propio Roth asomaron la gaita en este oficio. Y escribieron "Trópico de Cáncer" y "El Lamento de Portnoy". Ambos escogieron el pretexto del sexo para hacer balance. Y con tales autores se comprende lo que anunciaba Jeremías sobre el destino final. New York. New York. I love NY. Oh yea

 

Los jadeos del orgasmo se parecen a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una manzana donde apunta sus dianas (las manzanas tienen cuerpo de mujer, no puede estar más lograda esa imagen), un guante de béisbol. Se pasa horas en el water. ¿Qué hace ahí tantas horas este chico?, pregunta la mama. Nada, un poquito de diarrea. Y estaba meneándosela, no podía parar. Sus profanaciones poliúricas llegaban hasta la bombilla o estallaban sobre las bragas o el suso de las hermanas y otras prendas femeninas que habían sido puestas a lavar. Quería embadurnar el mundo de líquido seminal. Era incontenible y un obseso sexual. Tenía fijación con el pussy (órgano de reproducción de la mujer y lo que en bable llaman "el ratu" y en castellano de mil y la bimba de maneras). Pero el protagonista no es más que un alma cándida empecinado en ese cherchez la femme o búsqueda del eterno femenino que nos hizo perder tanto tiempo y por el que se comenten tantos disparates: Roth nos muestra que las palabras no son sucias ni limpias per se: la suciedad y el morbo están en la boca del que las pronuncia o en la oreja que las escucha. ¿A qué, por tanto, tanto rasgamiento de vestiduras?

 

Un adolescente, velay, que nos recuerda al adolescente que nosotros fuimos. Atormentado por la culpa, el miedo al infierno, la rebeldía, etc. Pero a través de estas, a manipulaciones masturbatorias se puede hacer crítica social y reflejar el estado de cosas de un universo que se fue y en el que nada cambiará porque en la naturaleza todo sigue igual. Soflamas de un judío llenas de ironía y de piedad para la humanidad.

 

Yo creo que se trata de un libro místico. Impregnado de ternura y de crudo humor judío en el que no se deja títere con cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de algunas imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y sonando en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si fuera el himno nacional. Y en el show de Jimmy Carson altas horas de madrugada escuché yo unas navidades un chiste de un chouman que anunciaba: Este año no va haber Navidad, troncos, ¿Por qué? La Virgen toma la píldora. Jajaja. Un poco fuerte y crudo la verdad pero hay que recordar que los cristianos no somos fanáticos islamistas, ni empuñamos la cimitarra cuando escuchamos mofas semejantes que en realidad sirven para rebajar un poco la tensión. A través de esta novela he vuelto a revivir mis vivencias neoyorquinas.

 

La Nochebuena solía coincidir con la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba un gran pesebre en la antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús sonriendo entre las bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá (protestante) un árbol de Noel mientras los altavoces colocados en el balcón emitían a toda mecha los sonidos de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no quedarse atrás ensamblaban casi con las dimensiones de un andamio el candelabro de los siete brazos. Este absurdo me hizo recapacitar de lo paradójico de nuestras disputas. Y de que ellos, los promotores de la modernidad en el mundo actual y que han sufrido persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los encontré fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las creencias y de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de nuestra fe contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y gran parte de ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni capullos.

 

Comprendí – me ha costado años de cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la Crucifixión. Son dos acontecimientos históricos que se complementan, no se excluyen por más que algunos traten de verlo así. Dos hechos que han redimido al ser humano con sangre y dolor, el uno en el plano soteriológico y espiritual y el otro en su parte material porque el Holocausto ha acelerado la Historia que ha entrado en un carril vertiginoso con la era de las comunicaciones. También entiendo a Agustín cuando desde su invitación a leer y meditar (tolle et lege) llamaba a los judíos nuestros hermanos mayores. Que van por delante en la Historia. Por más que dicho camino esté lleno de abrojos, plagado de contradicciones. Y también entiendo al presidente ZP reatando cabos y tratando de meterme en los ojos del otro.

 

Se consuma el mensaje salvífico de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos". Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting sin ir más lejos hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo nunca existió. ¡Pero coño! Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Aún más escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío!

 

Pero yo seguiré aferrado a mi canon muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial y antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a los judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan amarme, a mí, pecador.

 

La mayor parte de mis vecinos y amigos en Nueva York una ciudad dura practicaban la religión mosaica. Muchos me abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy (pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío. Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Polansky Samuel Bronston- todo aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír, llorar, enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que abandonar California a causa de la "caza de brujas" del presidente MacCarthy. Lo cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se hubiera quedado en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger otro obseso sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián sobre el centeno", John Updike, Arthur Miller y Marylin, Norman Mailer etc. A este último nunca le pude sufrir porque me parece algo libelista en sus planteamientos contra Europa.

 

Ellos fueron los diseñadores de esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).

 

América en estos años tenía una faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt, prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los británicos. O de la catapulta. Eso sería el apaga y vámonos.

 

Los ingleses sí que tienen una buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen (la mejor del mundo) y así y todo Olmert está pasando por dificultades en el Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante.

 

En el Lamento de Portnoy, una cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo que nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de noviembre de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando abandoné la ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el canto de las plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza su mole junto a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo un signo misterioso. Somos carne de dolor. I love New York. Lo cantaba Frank Sinatra el cabaretista neoyorquino italojudio símbolo de estos tiempos. Un judío en el Eliseo. Zarkozy le juif. No ocurría desde Mendes Frances. Zarkozy, derecha maquillada, Ersatz, sucedánea, derecha enmascarada porque aquí nada es lo que parece, viene del Nombre de la Rosa. La Rosa. Siempre la Rosa Recoge el guante en un momento difícil. Francia es un polvorín.

 

Veremos a ver qué pasa pero aquí son muchos los que insidiosamente quieren sacar tajada e interpretar su elección como una amenaza para un ZP acorralado por la derechota. Aquí un gobierno de la derecha podría armarla y tendrían que enviar los USA a la 82 división aerotransportada con sus marines. Zapatero resiste. Está muy cargado el ambiente. Nos sobran odio e ignorancia y nos faltan tolerancia e información. España y Francia son países distintos y distantes aunque estén puerta por puerta. Veremos a ver que pasa pero aquí no pasa ná…. Mientras tanto, E la nave va. Yo canto por las aceras de Madrid el himno a la Gran Manzana de Frank : " I love New York". Ella me hizo escritor y periodista. Y concebir el mundo de otra forma. Tengan calma. Haya paz y lean esa obra maravillosa que es el Lamento de Portnoy. Se lo recomiendo junto con los artículos de Elvira Lindo.

 

Miércoles, 09 de mayo de 2007

 

Antonio Parra

 

Nueva York transforma, contamina, sublima y a la vez rebaja al estado cero. El hombre se siente hormiga y gigante a un mismo tiempo. Repele y rechaza a la vez. A mí creo que me rechazó pero releyendo algunos de mis apuntes y crónicas de entonces e interesado por los artículos en el "País" de Elvira Lindo, corresponsal allí, la cual hace un periodismo ágil audaz y a la vez procaz que escandalizará a los reaccionarios y los/las que consideran el oficio de escribir un eterno mirarse en el ombligo y enjabonarse unos a otros –los artículos de la Lindo yo los pondría como paradigma de los ejercicios de estilo y de lo que debe ser esta profesión, si no vale oiga, dedíquese a otra cosa-dentro de la urna de cristal, pues a algunas debajo de la pluma se les notan los correajes de la Sección Femenina disfrazados de un falso feminismo, he descubierto que en verdad tengo nostalgia de Nueva York que fue para mí una especie de tierra prometida. Se asustan de lo estridente pero Nueva York es un sitio estridente como que fue fundada por ex presidiarios y por mozos de cuerda que venían huyendo de la quema de Europa. Volví moviendo la cabeza como Paco Martínez Soria "la ciudad no es para mí" y ahora, al cabo de casi treinta años, silbo por las aceras con Frank Sinatra: "New York. New York"

 

La calle allá habla un lenguaje directo, duro y coprológico y en la sartén de la conversación hierven los tacos pero no por soltar algún que otro "caspita" neoyorquino un escritor no es mejor ni peor. El mundo es ansí, ya lo decía Baroja y no como los inquisidores y los zenones de oficio sin beneficio quisieran que fuera. La ternura late en el meollo. Por fuera NY es una ciudad ácida y llena de pinchos. Por dentro dulce almíbar. Profundamente humana. Sofisticada y paleta a la vez. Todo el mundo diciendo fuck, dollar, shit y wuau. Capital de lo in y lo out. Pero allí nunca pasa nada y ocurre todo. Es la capital del mundo.

 

Un melting pot que indica el modelo del futuro en el que hay que aprender a vivir y a convivir razas y religiones. Fue toda una universidad la estancia de cuatro años corridos allí. Por lo menos aprendí sabiduría de calle (Street wisdom) ahora un quidam va y me dicen que hay que vigilarme, que me meten en un manicomio y me den jarabe de palo. Ejerzo desde aquí mi derecho de réplica, desde estas hospitalarias páginas donde hay un director que es de nuestra escuela, la vieja escuela del gran Emilio Romero, que nunca te tiraba un artículo, ni se asustaba por nada, sindicalista polémico que venía desde el Falangismo de la libertad Y DE LA PROFESIONALIDAD. Déjalos que se desahoguen. ¿No somos libres como ellos cacarean con tanta prosapia a bomba y platillos desde sus antenas de propaganda? Pues eso, somos libres, o eso espero.

 

Habiendo padecido el acoso de una de esas prójimas que me mandaron al mar de hielo y al regato como aquel que dice por esos convencionalismos de ciertas féminas pacatas (en la era Aznar ocurrieron muchas cosas raras y me siento mucho más a gusto en la España de ZP, pero vuelven a soplar vientos de intolerancia y de caza de brujas) usted sobra, váyase a su casa, y hasta una fulana en un pedido me envió a la Hemeroteca una cuerda para que me suicidada (rechacé el ofrecimiento pues un judío no se suicida jamás pero en vez de balas le devolví la pelota con un ramo de rosas por Interflora), me creo en el deber moral de defenderme con un canto a la palabra, con un "I love New York, New York, amo la libertad", que me sale del alma. Un aviso a navegantes. Porque aquí la derechota, más papistas que el papa, se sienten tan pronorteamericanos que parecen haber aterrizado en estos predios desde un barrio de Miami donde se practica un anticastrismo de pistola y de cloaca. Vuelven los vigilantes de la playa, los policías del pensamiento, los comisarios de la Verdad, su Verdad. Y es tanta la aversión que nos tienen estos demócratas de barniz que aquí puede prepararse hasta un magnicidio como hicieron con Carrero Blanco u ocurrir otra hecatombe como el de las idus de marzo.

 

Eso no es América oiga, sino una deformación barata de ese gran país. Y yo soy una rata neoyorquina. ¿Epater le bourgoise? Pues sí. Creen vivir en un mundo feliz pero déjense de hacer palotes y de pintar angelotes, incluso bilingües y trilingues siempre serán tontos como le dijeron una vez a don Salvador de Madariaga, "tontos en nueve idiomas". Que lean a Huxley un gran escritor británico algo profeta que trató de demostrar a sus contemporáneos el callejón sin salida al que su incontrastado optimismo les había llevado los políticos en entreguerras con su lenguajes prebélico. Luego Bush, Reagan, la Thatcher y Blair volvieron a la carga. Con sus martingalas de armas de destrucción masiva, etc.

 

Yo amo a New York y en este amor va incluido el recuerdo tierno de aquellos vecinos que cocinaban una tarta para ti cuando veían aparecer el capitoné de las mudanzas por el barrio y tú estrenabas nuevo hogar o que te entregaban las llaves de su "carro" si a ti se te había roto el tuyo. Gente sufrida, trabajadora, magnánima, cordial, ordinary people, gente corriente de un país en el que nacieron dos de mis hijos y en el que todo es grande: las nevadas, las tormentas, los ríos, las montañas. En Chicago se podía cortar el aire una tarde de calma chica a 47 grados a la sombra y en Staten Island con una ola de viento polar estuvimos a 32 bajo cero. Un país, en definitiva, en el que nacieron dos de mis hijos. Un país cuya lengua y literatura creo conocer bien como anglista pero en el que no me gustaría vivir a no ser que a la fuerza me exilien. Sigo siendo una rata neoyorquina trasterrada a Madrid. New York. Nre York.

 

No trato de escandalizar pero asumo que veces redacto no para unos lectores sino para poner orden y claridad a mis propias ideas. El que quiera que no me lea (este es, supongo, un mundo libre) pero que no me insulte. Por favor, señora funcionaria, manos blancas no ofenden pero hay que reconocer que usted tiene unas zarpas brutales de felino. Quiso clavarme sus sucias garras pero va jodida. Llevo dándole a la tecla desde hace más de 45 años corridos. Me han salido y se me han caído los dientes en este oficio. Gozo de una cierta vitola profesional. El hecho de que sea yo un periodista incomodo o que le escandalice a Vd. que vive en una nube y en el dulce encanto de la burguesía no significa que mis prosas que (escribo a sobaquillo de refez, sabe lo que es refez, pues si no, mírelo en el diccionario, y a veces con mala leche) sean tan malas. Que a Vd. no le gusten ese es otro cantar pero no me acuse de acoso que yo no la conozco de nada. Por culpa de prójimas como usted y gente muy engallada de la Cuerpa he tenido yo muchísimas contradicciones y persecuciones. Quisieron acabar conmigo. A vuesa merced le encantan los mansos, por lo visto, pero yo soy un mihura.

 

Bendito sea Dios que no todas las mujeres son así ni padecen homofobia. Respete mi libertad como yo respeto la suya. New York. New York. I love New York.

Y voy con el otro. Debe él ser un gudy y yo un bady y para colmo me cuelga el sambenito de que soy anti-norteamericano. Si esos no son coacciones (encima me llama provocador) y amenazas que baje Dios y lo vea. Me quieren llevar – otra vez- al gulag y por ahí andan hablando tíos de meterme un tiro por picajoso. El presidente Bush me parece respetable pero caudillista en su gestión política y que habla un lenguaje muy "peligroso". Mucho más peligroso que yo, que no tengo ni pistola ni lanzallamas, ni carros ni aviones supersónicos. Sólo mi pluma y una triste navajilla para cortar el pan. Usted sí que es un peligro en el foro si sigue profiriendo amenazas bajo pseudónimo..

 

Cualquier madrugada pueden llamar a la puerta y no va a ser precisamente el lechero. El tal Judex puede ser un golpista disfrazado de cristiano de base o de cursillista de cristiandad y sus malos modos no me gustan como tampoco sus malos pelos si es que le queda alguno. Sus gestos y sus palabras de topo del Circus o la Gestapo. Habla una jerga antigua como Humphrey Bogart.

 

Y me asaltan estos pensamientos cuando vuelvo a releer una de las grandes novelas del siglo XX: "El Lamento de Portnoy" de Philip Roth un profesor de origen judío, aun a riesgo de perder un poco las formas. Sansirolés, cursis, doctrinos y viejos cursillistas de cristiandad abstenerse. El cristianismo, la literatura, el periodismo son otra cosa. Y al hilo de la glosa de este gran libro he hilvanado un ensayo para mis memorias de la Big Apple. El empiece no puede ser más tremendo porque Roth lo que intenta es romper los tabúes victorianos que tanto daño han hecho a la lengua inglesa y que regresan como vuelven siempre las cazas de brujas y los inquisidores. "Cuando el cuervo vuela bajo hace un frío del carajo". "Tu pene enhiesto y se acabó tu sabiduría" o "cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta". Todos estos son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis aficiones paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en español y las judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se parece mucho al ruso.

 

En efecto, el aforismo del ghetto " Wan der putz stehet light der Sechel im pre=(con el miembro en erección la lógica está de más"). Esto es: que somos barro y que el ser humano a través de su animalidad rinde tributo a los instintos. Yo lo escuché en un cafetín del Lower Manhattan (me gustaban los tupís judíos y había uno Staten Island donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles de judíos exilados de la Urss, y a la de las excavadoras de las inmobiliarias, misterios del mundo, y desparecieron más tardes los cilancos y las grandes charcas, el canto de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico). A NY le entró la "cupiditas aedificandi" (el morbo del ladrillo) de los romanos. Levantad casas malditos. Construid una nueva torre de babel. Roth se erigía en heraldo de un mundo por llegar. Se adelantó a su tiempo. Por eso está considerado como un autor maldito que ha padecido en su carne el flagelo de la caza de brujas

 

El mundo se acelera de una forma imparable. Me invitaron varios veces al templo esto es a la sinagoga pero a mí me daba corte colocarme la yamulka en el occipucio que me sentaba que ni pintiparada y verdaderamente tengo cara, la nariz sobre todo, de judío pero no hacían más que hacerme preguntas y había un paisano que se parecía mucho a mi abuelo Benjamín al que colgaban los flecos de las filacterias (los sefarditas se colocan para orar en los cuadriles una especie de faja) que eran exacta a la largo ceñidor con la que el abuelo Benjamín, un auténtico padre para mí, se "atacaba" para no agarrar frío a los riñones.

 

Se llamaba Samuel y un día me enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia: Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un kadish o responso. Corría diciembre del 75.

 

¿Franco era judío? Esa era al menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues. Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.

 

Los Franco me caen bien. Pero más Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a dominar ni el inglés. Todos estos postulados revisionistas, con todo, nunca me apartarán del amor que profeso hacia Pachín y hacia su familia.

 

Pero yo en su capote no me hubiera alzado, mediante apoyos y contubernios económicos de don Juan March, el banquero de Mallorca, contra el gobierno legítimo, provocando una tragedia fratricida cuya culpa y estertores aun arrastramos. Asimismo, hizo una guerra "a la africana" con mucha infantería y derroche de hombres. Sus otros compañeros de armas, que conocían bien a "Franquito" y lo despreciaban teniéndolo por un don nadie en el escalafón, respondieron con la misma moneda. Tal cual, el general Rojo, que era un formidable estratega. Eso prolongó la tragedia. ¿Pudiera haberse evitado? No sé. Que la historia lo juzgue pero es irrefragable que Franco amaba a su patria, a lo mejor equivocadamente, tal vez demasiado. Y que le echó cojones. Uno cojones equivocados seguramente.

 

Luego en política le dieron resultado sus juegos camaleónicos. Un buen táctico, se pegaba al territorio, arrastrándose bajo las alambradas y guardando un bajo perfil. No nos engañemos. Ganó y su victoria, para bien o para mal, fundó la España moderna y nos legó un estado "social", el de Girón, ese que hoy disfrutamos y padecemos y que muchos montados en el dólar y que piensan que esto es Hollywood, la cara más impresentable del capitalismo más bronco olvidan. Buena gana de lanzar coces contra el aguijón. Sin embargo, convendría entender a Zapatero: los otros generales merecen una vitrina y su nombre glorioso en los anales. Y un lugar al sol en el Museo del Ejército. Si la memoria histórica se conduce por los cauces correspondientes, y no se convierte en trampolín de odios y de vesanias, esta reivindicación puede ser bálsamo a los costurones desgarrados del alma de España.

 

Imitemos a los norteamericanos en eso que también tuvieron una guerra civil. Y en Nueva York se rinde honores al sureño Lee que era de los "malos". El gran derrotado en la película "Lo que el viento se llevó".

 

Franco no se enriqueció a costa del erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los libros y del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño burgués judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte, lo que no cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta, el hecho es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de la pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez. "Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras ocultas dirigidas desde Wall Street.

 

Todo eso es impepìnable guste o disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una televisión la otra noche que decía que el general Franco con una mano mojaba los churros en el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La condena a muerte de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera especialista en prensa de la entrepierna dicen que es poeta (¡caspita y pardiez rediez como deben de ser sus versos!) y uno de los más eximios practicantes de lameculismo catatónico-tontonico y de coyundas y de líos de la jet que interesarán sólo a su padre pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía y cuando veía a un guripa con una revista pornográfica entre las manos se la hacía pedazos: "El sexo en directo y en privado, chaval, te van a doler los cojones de tanto mirar esas porquerías".

 

Bueno, pues valga esta larga digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX "El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, los negros, las calles de la urbe huelen a negro, el racismo, los prejuicios religiosos o étnicos, la equiparación de Eros con Tanatos. Un mordisco a la gran camuesa.

 

El libro está contaminado de Nueva York la ciudad automática de Camba trufado de metáforas eléctricas. Las frases son como latigazos de buena literatura pero así es como habla la gente en Nueva York. Las descargas estáticas están por toda la urbe, cuando tocas un picaporte o pisas una alfombra. Allí la eutrapelia a lo Azorín y a lo Miró estaría mal vista. Un año en la ciudad y se te quita la gazmoñería. Se lo recomiendo a esos cursis que hablan de análisis de textos y de pretextos y escriben como si fueran cursillistas de cristiandad. Oiga, váyase usted una temporadita a NY y déjese de foros y de practicar el autobombo y no nos venga a hablar usted de sus libros que son todos muy malos, que aunque tienen premio quizás también tengan bicho, un bicho golpista, claro es. Lea a Philip Roth creador de mundos y de personajes como "Bubbles" la Burbujitas, la putita, que no es otra a mi parecer que la gran meretriz onírica del Apocalipsis. Recíclese, póngase las pilas.

 

La literatura y el periodismo son algo más que un ejercicio de redacción o una excusa para que a uno le llamen guapo y le lancen, los muy capullos, mensajes de amor o de odio por el foro. ¡Cuan bien escribe este chico/chica! Tú llegarás… a dar con la cabeza en un pesebre. No han vivido en Nueva York, la ciudad metáfora, no han ido al reencuentro con la metanoia y la paranoia. A mí Nueva York, la ciudad santa y maldita, mitad nueva Jerusalén y mitad Babilonia, me cambió la vida. Sé lo que escuece que te llamaren perro judío, que te marginen, que te pongan, por decir la verdad, contra la pared. ¡Oh, I love New York!

 

Y este es el New York que surge en el "Lamento de Portnoyª libro clave (está editado por Bruguera en castellano), que hablando de marginales, de negros que huelen mal, y taxistas polacos con cara de buey y apellidos impronunciables y pistonudos, como Brzezinsky, Wojtyla y Auschwitz, donde abundan las x, las w, las z y las y, son el rostro impresentable de un catolicismo fanático y caballuno.

 

Yes. I love New York, pues si sobrevives allá puede decirse que amas y entiendes el mundo. Te reconcilias con él. La novela ya no es la misma desde que Henry Miller y el propio Roth asomaron la gaita en este oficio. Y escribieron "Trópico de Cáncer" y "El Lamento de Portnoy". Ambos escogieron el pretexto del sexo para hacer balance. Y con tales autores se comprende lo que anunciaba Jeremías sobre el destino final. New York. New York. I love NY. Oh yea

 

Los jadeos del orgasmo se parecen a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una manzana donde apunta sus dianas (las manzanas tienen cuerpo de mujer, no puede estar más lograda esa imagen), un guante de béisbol. Se pasa horas en el water. ¿Qué hace ahí tantas horas este chico?, pregunta la mama. Nada, un poquito de diarrea. Y estaba meneándosela, no podía parar. Sus profanaciones poliúricas llegaban hasta la bombilla o estallaban sobre las bragas o el suso de las hermanas y otras prendas femeninas que habían sido puestas a lavar. Quería embadurnar el mundo de líquido seminal. Era incontenible y un obseso sexual. Tenía fijación con el pussy (órgano de reproducción de la mujer y lo que en bable llaman "el ratu" y en castellano de mil y la bimba de maneras). Pero el protagonista no es más que un alma cándida empecinado en ese cherchez la femme o búsqueda del eterno femenino que nos hizo perder tanto tiempo y por el que se comenten tantos disparates: Roth nos muestra que las palabras no son sucias ni limpias per se: la suciedad y el morbo están en la boca del que las pronuncia o en la oreja que las escucha. ¿A qué, por tanto, tanto rasgamiento de vestiduras?

 

Un adolescente, velay, que nos recuerda al adolescente que nosotros fuimos. Atormentado por la culpa, el miedo al infierno, la rebeldía, etc. Pero a través de estas, a manipulaciones masturbatorias se puede hacer crítica social y reflejar el estado de cosas de un universo que se fue y en el que nada cambiará porque en la naturaleza todo sigue igual. Soflamas de un judío llenas de ironía y de piedad para la humanidad.

 

Yo creo que se trata de un libro místico. Impregnado de ternura y de crudo humor judío en el que no se deja títere con cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de algunas imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y sonando en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si fuera el himno nacional. Y en el show de Jimmy Carson altas horas de madrugada escuché yo unas navidades un chiste de un chouman que anunciaba: Este año no va haber Navidad, troncos, ¿Por qué? La Virgen toma la píldora. Jajaja. Un poco fuerte y crudo la verdad pero hay que recordar que los cristianos no somos fanáticos islamistas, ni empuñamos la cimitarra cuando escuchamos mofas semejantes que en realidad sirven para rebajar un poco la tensión. A través de esta novela he vuelto a revivir mis vivencias neoyorquinas.

 

La Nochebuena solía coincidir con la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba un gran pesebre en la antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús sonriendo entre las bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá (protestante) un árbol de Noel mientras los altavoces colocados en el balcón emitían a toda mecha los sonidos de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no quedarse atrás ensamblaban casi con las dimensiones de un andamio el candelabro de los siete brazos. Este absurdo me hizo recapacitar de lo paradójico de nuestras disputas. Y de que ellos, los promotores de la modernidad en el mundo actual y que han sufrido persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los encontré fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las creencias y de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de nuestra fe contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y gran parte de ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni capullos.

 

Comprendí – me ha costado años de cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la Crucifixión. Son dos acontecimientos históricos que se complementan, no se excluyen por más que algunos traten de verlo así. Dos hechos que han redimido al ser humano con sangre y dolor, el uno en el plano soteriológico y espiritual y el otro en su parte material porque el Holocausto ha acelerado la Historia que ha entrado en un carril vertiginoso con la era de las comunicaciones. También entiendo a Agustín cuando desde su invitación a leer y meditar (tolle et lege) llamaba a los judíos nuestros hermanos mayores. Que van por delante en la Historia. Por más que dicho camino esté lleno de abrojos, plagado de contradicciones. Y también entiendo al presidente ZP reatando cabos y tratando de meterme en los ojos del otro.

 

Se consuma el mensaje salvífico de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos". Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting sin ir más lejos hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo nunca existió. ¡Pero coño! Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Aún más escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío!

 

Pero yo seguiré aferrado a mi canon muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial y antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a los judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan amarme, a mí, pecador.

 

La mayor parte de mis vecinos y amigos en Nueva York una ciudad dura practicaban la religión mosaica. Muchos me abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy (pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío. Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Polansky Samuel Bronston- todo aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír, llorar, enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que abandonar California a causa de la "caza de brujas" del presidente MacCarthy. Lo cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se hubiera quedado en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger otro obseso sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián sobre el centeno", John Updike, Arthur Miller y Marylin, Norman Mailer etc. A este último nunca le pude sufrir porque me parece algo libelista en sus planteamientos contra Europa.

 

Ellos fueron los diseñadores de esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).

 

América en estos años tenía una faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt, prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los británicos. O de la catapulta. Eso sería el apaga y vámonos.

 

Los ingleses sí que tienen una buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen (la mejor del mundo) y así y todo Olmert está pasando por dificultades en el Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante.

 

En el Lamento de Portnoy, una cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo que nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de noviembre de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando abandoné la ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el canto de las plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza su mole junto a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo un signo misterioso. Somos carne de dolor. I love New York. Lo cantaba Frank Sinatra el cabaretista neoyorquino italojudio símbolo de estos tiempos. Un judío en el Eliseo. Zarkozy le juif. No ocurría desde Mendes Frances. Zarkozy, derecha maquillada, Ersatz, sucedánea, derecha enmascarada porque aquí nada es lo que parece, viene del Nombre de la Rosa. La Rosa. Siempre la Rosa Recoge el guante en un momento difícil. Francia es un polvorín.

 

Veremos a ver qué pasa pero aquí son muchos los que insidiosamente quieren sacar tajada e interpretar su elección como una amenaza para un ZP acorralado por la derechota. Aquí un gobierno de la derecha podría armarla y tendrían que enviar los USA a la 82 división aerotransportada con sus marines. Zapatero resiste. Está muy cargado el ambiente. Nos sobran odio e ignorancia y nos faltan tolerancia e información. España y Francia son países distintos y distantes aunque estén puerta por puerta. Veremos a ver que pasa pero aquí no pasa ná…. Mientras tanto, E la nave va. Yo canto por las aceras de Madrid el himno a la Gran Manzana de Frank : " I love New York". Ella me hizo escritor y periodista. Y concebir el mundo de otra forma. Tengan calma. Haya paz y lean esa obra maravillosa que es el Lamento de Portnoy. Se lo recomiendo junto con los artículos de Elvira Lindo.

 

Miércoles, 09 de mayo de 2007

 

Antonio Parra

 

Nueva York transforma, contamina, sublima y a la vez rebaja al estado cero. El hombre se siente hormiga y gigante a un mismo tiempo. Repele y rechaza a la vez. A mí creo que me rechazó pero releyendo algunos de mis apuntes y crónicas de entonces e interesado por los artículos en el "País" de Elvira Lindo, corresponsal allí, la cual hace un periodismo ágil audaz y a la vez procaz que escandalizará a los reaccionarios y los/las que consideran el oficio de escribir un eterno mirarse en el ombligo y enjabonarse unos a otros –los artículos de la Lindo yo los pondría como paradigma de los ejercicios de estilo y de lo que debe ser esta profesión, si no vale oiga, dedíquese a otra cosa-dentro de la urna de cristal, pues a algunas debajo de la pluma se les notan los correajes de la Sección Femenina disfrazados de un falso feminismo, he descubierto que en verdad tengo nostalgia de Nueva York que fue para mí una especie de tierra prometida. Se asustan de lo estridente pero Nueva York es un sitio estridente como que fue fundada por ex presidiarios y por mozos de cuerda que venían huyendo de la quema de Europa. Volví moviendo la cabeza como Paco Martínez Soria "la ciudad no es para mí" y ahora, al cabo de casi treinta años, silbo por las aceras con Frank Sinatra: "New York. New York"

 

La calle allá habla un lenguaje directo, duro y coprológico y en la sartén de la conversación hierven los tacos pero no por soltar algún que otro "caspita" neoyorquino un escritor no es mejor ni peor. El mundo es ansí, ya lo decía Baroja y no como los inquisidores y los zenones de oficio sin beneficio quisieran que fuera. La ternura late en el meollo. Por fuera NY es una ciudad ácida y llena de pinchos. Por dentro dulce almíbar. Profundamente humana. Sofisticada y paleta a la vez. Todo el mundo diciendo fuck, dollar, shit y wuau. Capital de lo in y lo out. Pero allí nunca pasa nada y ocurre todo. Es la capital del mundo.

 

Un melting pot que indica el modelo del futuro en el que hay que aprender a vivir y a convivir razas y religiones. Fue toda una universidad la estancia de cuatro años corridos allí. Por lo menos aprendí sabiduría de calle (Street wisdom) ahora un quidam va y me dicen que hay que vigilarme, que me meten en un manicomio y me den jarabe de palo. Ejerzo desde aquí mi derecho de réplica, desde estas hospitalarias páginas donde hay un director que es de nuestra escuela, la vieja escuela del gran Emilio Romero, que nunca te tiraba un artículo, ni se asustaba por nada, sindicalista polémico que venía desde el Falangismo de la libertad Y DE LA PROFESIONALIDAD. Déjalos que se desahoguen. ¿No somos libres como ellos cacarean con tanta prosapia a bomba y platillos desde sus antenas de propaganda? Pues eso, somos libres, o eso espero.

 

Habiendo padecido el acoso de una de esas prójimas que me mandaron al mar de hielo y al regato como aquel que dice por esos convencionalismos de ciertas féminas pacatas (en la era Aznar ocurrieron muchas cosas raras y me siento mucho más a gusto en la España de ZP, pero vuelven a soplar vientos de intolerancia y de caza de brujas) usted sobra, váyase a su casa, y hasta una fulana en un pedido me envió a la Hemeroteca una cuerda para que me suicidada (rechacé el ofrecimiento pues un judío no se suicida jamás pero en vez de balas le devolví la pelota con un ramo de rosas por Interflora), me creo en el deber moral de defenderme con un canto a la palabra, con un "I love New York, New York, amo la libertad", que me sale del alma. Un aviso a navegantes. Porque aquí la derechota, más papistas que el papa, se sienten tan pronorteamericanos que parecen haber aterrizado en estos predios desde un barrio de Miami donde se practica un anticastrismo de pistola y de cloaca. Vuelven los vigilantes de la playa, los policías del pensamiento, los comisarios de la Verdad, su Verdad. Y es tanta la aversión que nos tienen estos demócratas de barniz que aquí puede prepararse hasta un magnicidio como hicieron con Carrero Blanco u ocurrir otra hecatombe como el de las idus de marzo.

 

Eso no es América oiga, sino una deformación barata de ese gran país. Y yo soy una rata neoyorquina. ¿Epater le bourgoise? Pues sí. Creen vivir en un mundo feliz pero déjense de hacer palotes y de pintar angelotes, incluso bilingües y trilingues siempre serán tontos como le dijeron una vez a don Salvador de Madariaga, "tontos en nueve idiomas". Que lean a Huxley un gran escritor británico algo profeta que trató de demostrar a sus contemporáneos el callejón sin salida al que su incontrastado optimismo les había llevado los políticos en entreguerras con su lenguajes prebélico. Luego Bush, Reagan, la Thatcher y Blair volvieron a la carga. Con sus martingalas de armas de destrucción masiva, etc.

 

Yo amo a New York y en este amor va incluido el recuerdo tierno de aquellos vecinos que cocinaban una tarta para ti cuando veían aparecer el capitoné de las mudanzas por el barrio y tú estrenabas nuevo hogar o que te entregaban las llaves de su "carro" si a ti se te había roto el tuyo. Gente sufrida, trabajadora, magnánima, cordial, ordinary people, gente corriente de un país en el que nacieron dos de mis hijos y en el que todo es grande: las nevadas, las tormentas, los ríos, las montañas. En Chicago se podía cortar el aire una tarde de calma chica a 47 grados a la sombra y en Staten Island con una ola de viento polar estuvimos a 32 bajo cero. Un país, en definitiva, en el que nacieron dos de mis hijos. Un país cuya lengua y literatura creo conocer bien como anglista pero en el que no me gustaría vivir a no ser que a la fuerza me exilien. Sigo siendo una rata neoyorquina trasterrada a Madrid. New York. Nre York.

 

No trato de escandalizar pero asumo que veces redacto no para unos lectores sino para poner orden y claridad a mis propias ideas. El que quiera que no me lea (este es, supongo, un mundo libre) pero que no me insulte. Por favor, señora funcionaria, manos blancas no ofenden pero hay que reconocer que usted tiene unas zarpas brutales de felino. Quiso clavarme sus sucias garras pero va jodida. Llevo dándole a la tecla desde hace más de 45 años corridos. Me han salido y se me han caído los dientes en este oficio. Gozo de una cierta vitola profesional. El hecho de que sea yo un periodista incomodo o que le escandalice a Vd. que vive en una nube y en el dulce encanto de la burguesía no significa que mis prosas que (escribo a sobaquillo de refez, sabe lo que es refez, pues si no, mírelo en el diccionario, y a veces con mala leche) sean tan malas. Que a Vd. no le gusten ese es otro cantar pero no me acuse de acoso que yo no la conozco de nada. Por culpa de prójimas como usted y gente muy engallada de la Cuerpa he tenido yo muchísimas contradicciones y persecuciones. Quisieron acabar conmigo. A vuesa merced le encantan los mansos, por lo visto, pero yo soy un mihura.

 

Bendito sea Dios que no todas las mujeres son así ni padecen homofobia. Respete mi libertad como yo respeto la suya. New York. New York. I love New York.

Y voy con el otro. Debe él ser un gudy y yo un bady y para colmo me cuelga el sambenito de que soy anti-norteamericano. Si esos no son coacciones (encima me llama provocador) y amenazas que baje Dios y lo vea. Me quieren llevar – otra vez- al gulag y por ahí andan hablando tíos de meterme un tiro por picajoso. El presidente Bush me parece respetable pero caudillista en su gestión política y que habla un lenguaje muy "peligroso". Mucho más peligroso que yo, que no tengo ni pistola ni lanzallamas, ni carros ni aviones supersónicos. Sólo mi pluma y una triste navajilla para cortar el pan. Usted sí que es un peligro en el foro si sigue profiriendo amenazas bajo pseudónimo..

 

Cualquier madrugada pueden llamar a la puerta y no va a ser precisamente el lechero. El tal Judex puede ser un golpista disfrazado de cristiano de base o de cursillista de cristiandad y sus malos modos no me gustan como tampoco sus malos pelos si es que le queda alguno. Sus gestos y sus palabras de topo del Circus o la Gestapo. Habla una jerga antigua como Humphrey Bogart.

 

Y me asaltan estos pensamientos cuando vuelvo a releer una de las grandes novelas del siglo XX: "El Lamento de Portnoy" de Philip Roth un profesor de origen judío, aun a riesgo de perder un poco las formas. Sansirolés, cursis, doctrinos y viejos cursillistas de cristiandad abstenerse. El cristianismo, la literatura, el periodismo son otra cosa. Y al hilo de la glosa de este gran libro he hilvanado un ensayo para mis memorias de la Big Apple. El empiece no puede ser más tremendo porque Roth lo que intenta es romper los tabúes victorianos que tanto daño han hecho a la lengua inglesa y que regresan como vuelven siempre las cazas de brujas y los inquisidores. "Cuando el cuervo vuela bajo hace un frío del carajo". "Tu pene enhiesto y se acabó tu sabiduría" o "cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta". Todos estos son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis aficiones paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en español y las judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se parece mucho al ruso.

 

En efecto, el aforismo del ghetto " Wan der putz stehet light der Sechel im pre=(con el miembro en erección la lógica está de más"). Esto es: que somos barro y que el ser humano a través de su animalidad rinde tributo a los instintos. Yo lo escuché en un cafetín del Lower Manhattan (me gustaban los tupís judíos y había uno Staten Island donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles de judíos exilados de la Urss, y a la de las excavadoras de las inmobiliarias, misterios del mundo, y desparecieron más tardes los cilancos y las grandes charcas, el canto de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico). A NY le entró la "cupiditas aedificandi" (el morbo del ladrillo) de los romanos. Levantad casas malditos. Construid una nueva torre de babel. Roth se erigía en heraldo de un mundo por llegar. Se adelantó a su tiempo. Por eso está considerado como un autor maldito que ha padecido en su carne el flagelo de la caza de brujas

 

El mundo se acelera de una forma imparable. Me invitaron varios veces al templo esto es a la sinagoga pero a mí me daba corte colocarme la yamulka en el occipucio que me sentaba que ni pintiparada y verdaderamente tengo cara, la nariz sobre todo, de judío pero no hacían más que hacerme preguntas y había un paisano que se parecía mucho a mi abuelo Benjamín al que colgaban los flecos de las filacterias (los sefarditas se colocan para orar en los cuadriles una especie de faja) que eran exacta a la largo ceñidor con la que el abuelo Benjamín, un auténtico padre para mí, se "atacaba" para no agarrar frío a los riñones.

 

Se llamaba Samuel y un día me enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia: Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un kadish o responso. Corría diciembre del 75.

 

¿Franco era judío? Esa era al menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues. Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.

 

Los Franco me caen bien. Pero más Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a dominar ni el inglés. Todos estos postulados revisionistas, con todo, nunca me apartarán del amor que profeso hacia Pachín y hacia su familia.

 

Pero yo en su capote no me hubiera alzado, mediante apoyos y contubernios económicos de don Juan March, el banquero de Mallorca, contra el gobierno legítimo, provocando una tragedia fratricida cuya culpa y estertores aun arrastramos. Asimismo, hizo una guerra "a la africana" con mucha infantería y derroche de hombres. Sus otros compañeros de armas, que conocían bien a "Franquito" y lo despreciaban teniéndolo por un don nadie en el escalafón, respondieron con la misma moneda. Tal cual, el general Rojo, que era un formidable estratega. Eso prolongó la tragedia. ¿Pudiera haberse evitado? No sé. Que la historia lo juzgue pero es irrefragable que Franco amaba a su patria, a lo mejor equivocadamente, tal vez demasiado. Y que le echó cojones. Uno cojones equivocados seguramente.

 

Luego en política le dieron resultado sus juegos camaleónicos. Un buen táctico, se pegaba al territorio, arrastrándose bajo las alambradas y guardando un bajo perfil. No nos engañemos. Ganó y su victoria, para bien o para mal, fundó la España moderna y nos legó un estado "social", el de Girón, ese que hoy disfrutamos y padecemos y que muchos montados en el dólar y que piensan que esto es Hollywood, la cara más impresentable del capitalismo más bronco olvidan. Buena gana de lanzar coces contra el aguijón. Sin embargo, convendría entender a Zapatero: los otros generales merecen una vitrina y su nombre glorioso en los anales. Y un lugar al sol en el Museo del Ejército. Si la memoria histórica se conduce por los cauces correspondientes, y no se convierte en trampolín de odios y de vesanias, esta reivindicación puede ser bálsamo a los costurones desgarrados del alma de España.

 

Imitemos a los norteamericanos en eso que también tuvieron una guerra civil. Y en Nueva York se rinde honores al sureño Lee que era de los "malos". El gran derrotado en la película "Lo que el viento se llevó".

 

Franco no se enriqueció a costa del erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los libros y del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño burgués judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte, lo que no cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta, el hecho es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de la pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez. "Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras ocultas dirigidas desde Wall Street.

 

Todo eso es impepìnable guste o disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una televisión la otra noche que decía que el general Franco con una mano mojaba los churros en el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La condena a muerte de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera especialista en prensa de la entrepierna dicen que es poeta (¡caspita y pardiez rediez como deben de ser sus versos!) y uno de los más eximios practicantes de lameculismo catatónico-tontonico y de coyundas y de líos de la jet que interesarán sólo a su padre pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía y cuando veía a un guripa con una revista pornográfica entre las manos se la hacía pedazos: "El sexo en directo y en privado, chaval, te van a doler los cojones de tanto mirar esas porquerías".

 

Bueno, pues valga esta larga digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX "El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, los negros, las calles de la urbe huelen a negro, el racismo, los prejuicios religiosos o étnicos, la equiparación de Eros con Tanatos. Un mordisco a la gran camuesa.

 

El libro está contaminado de Nueva York la ciudad automática de Camba trufado de metáforas eléctricas. Las frases son como latigazos de buena literatura pero así es como habla la gente en Nueva York. Las descargas estáticas están por toda la urbe, cuando tocas un picaporte o pisas una alfombra. Allí la eutrapelia a lo Azorín y a lo Miró estaría mal vista. Un año en la ciudad y se te quita la gazmoñería. Se lo recomiendo a esos cursis que hablan de análisis de textos y de pretextos y escriben como si fueran cursillistas de cristiandad. Oiga, váyase usted una temporadita a NY y déjese de foros y de practicar el autobombo y no nos venga a hablar usted de sus libros que son todos muy malos, que aunque tienen premio quizás también tengan bicho, un bicho golpista, claro es. Lea a Philip Roth creador de mundos y de personajes como "Bubbles" la Burbujitas, la putita, que no es otra a mi parecer que la gran meretriz onírica del Apocalipsis. Recíclese, póngase las pilas.

 

La literatura y el periodismo son algo más que un ejercicio de redacción o una excusa para que a uno le llamen guapo y le lancen, los muy capullos, mensajes de amor o de odio por el foro. ¡Cuan bien escribe este chico/chica! Tú llegarás… a dar con la cabeza en un pesebre. No han vivido en Nueva York, la ciudad metáfora, no han ido al reencuentro con la metanoia y la paranoia. A mí Nueva York, la ciudad santa y maldita, mitad nueva Jerusalén y mitad Babilonia, me cambió la vida. Sé lo que escuece que te llamaren perro judío, que te marginen, que te pongan, por decir la verdad, contra la pared. ¡Oh, I love New York!

 

Y este es el New York que surge en el "Lamento de Portnoyª libro clave (está editado por Bruguera en castellano), que hablando de marginales, de negros que huelen mal, y taxistas polacos con cara de buey y apellidos impronunciables y pistonudos, como Brzezinsky, Wojtyla y Auschwitz, donde abundan las x, las w, las z y las y, son el rostro impresentable de un catolicismo fanático y caballuno.

 

Yes. I love New York, pues si sobrevives allá puede decirse que amas y entiendes el mundo. Te reconcilias con él. La novela ya no es la misma desde que Henry Miller y el propio Roth asomaron la gaita en este oficio. Y escribieron "Trópico de Cáncer" y "El Lamento de Portnoy". Ambos escogieron el pretexto del sexo para hacer balance. Y con tales autores se comprende lo que anunciaba Jeremías sobre el destino final. New York. New York. I love NY. Oh yea

 

Los jadeos del orgasmo se parecen a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una manzana donde apunta sus dianas (las manzanas tienen cuerpo de mujer, no puede estar más lograda esa imagen), un guante de béisbol. Se pasa horas en el water. ¿Qué hace ahí tantas horas este chico?, pregunta la mama. Nada, un poquito de diarrea. Y estaba meneándosela, no podía parar. Sus profanaciones poliúricas llegaban hasta la bombilla o estallaban sobre las bragas o el suso de las hermanas y otras prendas femeninas que habían sido puestas a lavar. Quería embadurnar el mundo de líquido seminal. Era incontenible y un obseso sexual. Tenía fijación con el pussy (órgano de reproducción de la mujer y lo que en bable llaman "el ratu" y en castellano de mil y la bimba de maneras). Pero el protagonista no es más que un alma cándida empecinado en ese cherchez la femme o búsqueda del eterno femenino que nos hizo perder tanto tiempo y por el que se comenten tantos disparates: Roth nos muestra que las palabras no son sucias ni limpias per se: la suciedad y el morbo están en la boca del que las pronuncia o en la oreja que las escucha. ¿A qué, por tanto, tanto rasgamiento de vestiduras?

 

Un adolescente, velay, que nos recuerda al adolescente que nosotros fuimos. Atormentado por la culpa, el miedo al infierno, la rebeldía, etc. Pero a través de estas, a manipulaciones masturbatorias se puede hacer crítica social y reflejar el estado de cosas de un universo que se fue y en el que nada cambiará porque en la naturaleza todo sigue igual. Soflamas de un judío llenas de ironía y de piedad para la humanidad.

 

Yo creo que se trata de un libro místico. Impregnado de ternura y de crudo humor judío en el que no se deja títere con cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de algunas imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y sonando en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si fuera el himno nacional. Y en el show de Jimmy Carson altas horas de madrugada escuché yo unas navidades un chiste de un chouman que anunciaba: Este año no va haber Navidad, troncos, ¿Por qué? La Virgen toma la píldora. Jajaja. Un poco fuerte y crudo la verdad pero hay que recordar que los cristianos no somos fanáticos islamistas, ni empuñamos la cimitarra cuando escuchamos mofas semejantes que en realidad sirven para rebajar un poco la tensión. A través de esta novela he vuelto a revivir mis vivencias neoyorquinas.

 

La Nochebuena solía coincidir con la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba un gran pesebre en la antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús sonriendo entre las bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá (protestante) un árbol de Noel mientras los altavoces colocados en el balcón emitían a toda mecha los sonidos de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no quedarse atrás ensamblaban casi con las dimensiones de un andamio el candelabro de los siete brazos. Este absurdo me hizo recapacitar de lo paradójico de nuestras disputas. Y de que ellos, los promotores de la modernidad en el mundo actual y que han sufrido persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los encontré fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las creencias y de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de nuestra fe contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y gran parte de ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni capullos.

 

Comprendí – me ha costado años de cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la Crucifixión. Son dos acontecimientos históricos que se complementan, no se excluyen por más que algunos traten de verlo así. Dos hechos que han redimido al ser humano con sangre y dolor, el uno en el plano soteriológico y espiritual y el otro en su parte material porque el Holocausto ha acelerado la Historia que ha entrado en un carril vertiginoso con la era de las comunicaciones. También entiendo a Agustín cuando desde su invitación a leer y meditar (tolle et lege) llamaba a los judíos nuestros hermanos mayores. Que van por delante en la Historia. Por más que dicho camino esté lleno de abrojos, plagado de contradicciones. Y también entiendo al presidente ZP reatando cabos y tratando de meterme en los ojos del otro.

 

Se consuma el mensaje salvífico de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos". Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting sin ir más lejos hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo nunca existió. ¡Pero coño! Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Aún más escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío!

 

Pero yo seguiré aferrado a mi canon muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial y antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a los judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan amarme, a mí, pecador.

 

La mayor parte de mis vecinos y amigos en Nueva York una ciudad dura practicaban la religión mosaica. Muchos me abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy (pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío. Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Polansky Samuel Bronston- todo aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír, llorar, enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que abandonar California a causa de la "caza de brujas" del presidente MacCarthy. Lo cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se hubiera quedado en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger otro obseso sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián sobre el centeno", John Updike, Arthur Miller y Marylin, Norman Mailer etc. A este último nunca le pude sufrir porque me parece algo libelista en sus planteamientos contra Europa.

 

Ellos fueron los diseñadores de esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).

 

América en estos años tenía una faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt, prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los británicos. O de la catapulta. Eso sería el apaga y vámonos.

 

Los ingleses sí que tienen una buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen (la mejor del mundo) y así y todo Olmert está pasando por dificultades en el Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante.

 

En el Lamento de Portnoy, una cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo que nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de noviembre de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando abandoné la ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el canto de las plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza su mole junto a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo un signo misterioso. Somos carne de dolor. I love New York. Lo cantaba Frank Sinatra el cabaretista neoyorquino italojudio símbolo de estos tiempos. Un judío en el Eliseo. Zarkozy le juif. No ocurría desde Mendes Frances. Zarkozy, derecha maquillada, Ersatz, sucedánea, derecha enmascarada porque aquí nada es lo que parece, viene del Nombre de la Rosa. La Rosa. Siempre la Rosa Recoge el guante en un momento difícil. Francia es un polvorín.

 

Veremos a ver qué pasa pero aquí son muchos los que insidiosamente quieren sacar tajada e interpretar su elección como una amenaza para un ZP acorralado por la derechota. Aquí un gobierno de la derecha podría armarla y tendrían que enviar los USA a la 82 división aerotransportada con sus marines. Zapatero resiste. Está muy cargado el ambiente. Nos sobran odio e ignorancia y nos faltan tolerancia e información. España y Francia son países distintos y distantes aunque estén puerta por puerta. Veremos a ver que pasa pero aquí no pasa ná…. Mientras tanto, E la nave va. Yo canto por las aceras de Madrid el himno a la Gran Manzana de Frank : " I love New York". Ella me hizo escritor y periodista. Y concebir el mundo de otra forma. Tengan calma. Haya paz y lean esa obra maravillosa que es el Lamento de Portnoy. Se lo recomiendo junto con los artículos de Elvira Lindo.

 

Miércoles, 09 de mayo de 2007

En 1928 la madre de Hemingway le mandó a su hijo por correo una tarta de chocolate y un Smith&Wesson del calibre 32, el revolver que tenía su padre cuando se suicidó. Ernesto cogió el arma y la lanzó a las aguas negras de un lago. Cuenta en alguno de sus cuentos cómo vio desaparecer el objeto. Las aguas del Wyoming Lake lanzaron burbujas y círculos concéntricos al sumergirse la pistola. Esas burbujas fueron una premonición. Lo persiguieron al autor de Adiós a las Armas de por vida. Llegaron a ser fantasmas obsesivos en su memoria. Para conjurar esta tortura el escritor acudió a la botella.

 

Él mismo, hostigado por las aguas negras de aquel lago, se sumergió en otras más tenebrosas todavía, las del alcohol. Hay algo de fluidez líquida en sus novelas. Algo de ahogado. Quizás presintiera cómo iba a acabar. Hemingway escribía como un pez torturado que no encuentra, naúfrago del destino, el banco ictiológico al que pertenecía. O al clan. Fue todos los años de sus días un desarraigado que paseó por el mundo la imagen del buen norteamericano, el buen salvaje roussoniano, caído de un guindo o del paraíso de Walden. Fue siempre un bisonte lejos de la manada. Por eso cazaba, pescaba y escribía una palabra detrás de otra con dificultades, eso sí, como si se tratase de un albañil romano empeñado en pintar un cuadro recomponiendo las piezas de sus mosaicos. Toda literatura tiene algo de enigma. Es un rompecabezas el impulso de escribir.

 

Los capítulos de sus novelas no deberían llamarse capítulos sino teselas. Hay algo de artesanía laboriosa para analizarse a sí mismo. El recuerdo de la pistola de su padre le persiguió de por vida y fue un presentimiento fatídico. También don Ernesto acabó suicidándose al igual que otros miembros del clan como su sobrina Margot. El suicidio debió de ser cosa de familia. Gracias a esta laboriosidad, su prosa resulta fácil, directa, sin demasiado arrequive, muy periodística pero esta facilidad con tanto trabajo conseguida no responde a los parámetros de su vida siempre torturada. Por eso resulta mucho más fácil encariñarse con sus libros.

 

Hemingway no debió de ser muy buena persona. Un tío antipático que empinaba demasiado el codo. Se pasó parte de su corresponsalía en la guerra del 36 rodeado de putas y en la barra del Chicote. Luego en sus crónicas resultaban tan vívidas que surgía la impresión de que estaba en las mismas trincheras. Sender, el gran Sender, uno de los mejores escritores españoles del siglo XX, que lo conocía bien, y que descubre todo el montaje que hay detrás de esta figura literaria, todo el artificio o maniobra de lanzamiento publicitario, dijo cosas muy gordas del bueno de Hemingway. El aragonés escribió novelas más rotundas que este norteamericano sobre la guerra de España. Sin embargo, apenas si son conocidas. Unos crían la fama y otros cardan la lana. Nuestro Sender nunca dejó de ser un 2jodio rojo" que tuvo que malvivir para comer en su exilio en Mexico y USA. Sin embargo, don Ernesto oh milagro de las Public Relations, en los tiempos de Franco siempre tuvo alfombra roja cuando llegaba a Madrid, honores casi de jefe de Estado y una tribuna de preferencia en la plaza de las Ventas o barrera insigne en los Toros de San Fermín, rodeado de guapas manolas y su fama amplificada por su amistad con los Bienvenida y con Ordóñez.

 

Sender en uno de sus libros descubre que el autor de Death In The Afternoom era un escritor trampa y que en sus textos había mucho adobo. Que era un espía, que despreciaba olímpicamente a los españoles, y que sus aficiones no eran más que una máscara. En resolución, que no era un tipo al que se le podía comprar un coche de segunda mano. Y es que el arte va por un camino y los hechos humanos por otro. Se debería marcar una bisectriz entre el hombre y la obra.

 

En la historia universal el hecho se repite: Villon era ladrón y formó parte de una compañía de bandidos. Shakespeare de cuya vida se sabe poco pero se sospecha que estuviera relacionada con los bajos fondos isabelinos no era un dechado de virtudes. Lo mismo que Quevedo, muy pendenciero pues tenía una inteligencia fuera de lo normal y un manejo del castellano como no hubo otro. Mató a un menda por un lance de amor. Cervantes, ah Cervantes, lo tenemos de palanganero en una casa de tolerancia en Valladolid. Hagamos gracia al lector de contarle cómo era Valle Inclán (menuda pieza) o Azorín un tipo muy vehemente que quiso pegarle tres tiros a Ramiro de Maeztu.

 

Dicen que con buenos sentimientos se suele escribir pésima literatura. Acaso la frase es irresponsable y exagerada pero aquí se suele mentar con frecuencia a la madre y madres no hay más que una, o buscarle los tábanos a un autor que nos disgusta. En España donde cuentan mucho la honra y el qué dirán el cómo es con quién se acuesta con quien se levanta un tío o una tía – y mira que la literatura no es una profesión en la cual se acomoden doctrinos ni candidatos a la hornacina de esos del cuello de medio lado porque la lteratura es un pacto un poco con el barro del que nos fraguaron y un compromiso con la sociedad en que vivimos- el personal se anda con muchos remilgos y no pocos miramientos confundiendo el Qué con el Quién. Este es el país del honor y del morbo visigótico Vg.: La envidia pero en América, en Reino Unido o en Francia o Alemania se separa el cómo es él o ella de lo que hace. El caso del pronombre personal, esté en acusativo o en nominativo, es determinante.

 

El creador del Viejo y el Mar fue un espléndido contador de historias y uno de los hombres más famosos y ricos del mundo – fortuna que sigue produciendo muchos miles de euros en copy Rights-, paradigma de autor halagado por los medios de comunicación, pero daba el pego. Era un tipo muy aburrido, violento, machista, un mal amante que debía de ser un señor muy aburrido para las señoras debajo de su barba blanca y su orondo aspecto avuncular. Papá Hemingway era el peor personaje de sus libros.

 

Sus biógrafos arguyen que este mal carácter tuvo su origen en los 200 fragmentos de metralla de un obús austriaco que le atizó en las piernas el 8 de julio de 1918. Las esquirlas le marcaron así el alma como los testículos. A resultas de la explosión quedó afectado a los genitales. Fue parcialmente impotente de por vida y algo sordo. Tales complejos lo llevaron a la botella, a la depresión, a las pastillas y al eletrochoque. Finalmente se pegó un tiro en su casa de Ketchoum (Idaho) Siguió la senda de su progenitor. Estaba enfermo de diabetes, los riñones los tenía hechos cisco. Padecía depresiones. Era rencoroso, fatuo y algo gilipollas.

 

El nombre de su arma suicida: una carabina Boss. Mens morbida in corpore mórbido decían los galenos. Quiere decirse que, si estás enfermo, tus escritos adolecerán de la misma enfermad, pero este aserto que vale para algunas cosas de las reglas del clan y es un poco lo que diferencia al hombre de las fieras que se agrupan en mutas y en bandadas. Hemingway supo vivir fuera de clan. Y a la contra. Es un autor que despista. Sus novelas ofrecen la imagen de un hombre feliz, un buen salvaje siempre jocundo, que se divertía con fulanas y todo le sonreía.

 

La verdad, según algunas referencias de la guerra civil, sus borracheras en Chicote acababan en reyerta y en una ocasión quiso tirar al estanque del Retiro a dos meretrices, consumido por el alcohol, desesperado por la impotencia. Su vida- Paris, Pamplona, las cacerías en el Klimanjaro, Key West, la Habana de Batista- no fue una fiesta. Pero conviene insistir que la magia de la literatura consiste en eso: en el arte de la seducción. Un autor puede aparentar cólera en un párrafo infernal y adornar el siguiente con imágenes beatíficas. Nada tiene que ver el plano real con el plano ideal. Por eso, en muchos casos las broncas literarias son puro teatro, de cara a la galería. De manera que si el infierno dicen que está empedrado de buenísimas personas en el Parnaso de la gloria se cuentan a puñados los malvados.

 

Un plumífero determinado consigue dar la impresión de estar de un humor de perros, no obstante ser más felices que unas pascuas. O borracho y está más sobrio que un juez. Papa Hemingway ofrecen la semblanza (desde él los grandes divos de la literatura cuidan la imagen al milímetro, se ponen saharianas de safari y viseras a cuadros como García Márquez) de chicarrón del norte. Era, con todo un débil mental, cobardón pese a su semblante de ir perdonando la vida a todo el mundo, tímido con las mujeres, que amaba la guerra sólo en apariencia, hincha de las armas, con esa paranoia de los norteamericanos por las de percusión que a la larga se convierte en esquizofrenia. De pronto el país se vuelve loco y un francotirador apostado en una escuela se lía a tiros y mata a todo un colegio, ojo con este culto a las armas que nos puede llevar al origen patológico del asesino en serie, que era corresponsal de guerra y cuando bombardeaban Madrid se iba por la pata abajo.

 

Nunca estuvo en primera línea de fuego más que de visita pero su descripción del frente de la Granja es magistral. El lector parece que lo vive y empieza a respirar hasta el perfume de los pinos rojizos de Valsaín. Incluso en la actualidad sigue siendo uno de los escritores preferidos de los norteamericanos. ¿Será por el culto que rinde a la violencia aquella gran nación? Por termino medio son vendidos un millón de sus libros todos los años. Por mimetismo muchos se dejan crecer la barba, se visten de safari y se van a matar ciervos a las reservas de Montana. Es el icono del perfecto Rambo pero don Ernesto era una obra maestra de sus propias contradicciones en la vida real. Nada es lo que parece.

 

Su aspecto amable y bonachón, abierto, se compadece poco con la descortesía con que trata a los perros y a los seres humanos y hasta maldad tiene, pues había en su carácter algo de perverso. Se porta mal con Gertrude Stein o con Scott Fitzgerald o Sherwood Anderson, amigos suyos de Paris. Sin embargo, el pego que da es que París era una fiesta: juergas, mujeres, champán, el can-can. Mentiroso compulsivo y algo misógino, vejaba a las mujeres. Profundamente creativo y profundamente destructivo como acaba de decir un crítico.

Nunca resolvió sus contradicciones interiores. Por eso acabó pegándose dos tiros en la boca. Se trata de un caso en que la genialidad despista. El autor nada tiene que ver con sus personajes. A veces con buenas intenciones y creencias se pueden escribir bodrios y al revés. La naturaleza es salvaje. Carece de ética y el arte verdadero de un rigor moral. La historia va a su bola indiferentemente de lo que nos pase, cómo seamos o cómo nos sintamos. Esa es la magia precisamente de la literatura. Hasta los místicos dan el pego. Así que menos globos. Hay gente que parece anda a la rebatiña con anhelo de provocación y mentándole a uno la madre. A mí plin. Yo me consuelo leyendo el Adiós a las Armas. ¿Y el insulto al centinela? Bueno. Bueno. Eso es otro tema. Vayamos por partes. De momento válganos decir que en este país se confunden el culo con las témporas; por eso, hay tantos argumentos ad hominem. Y harta mala sangre. No hay que hacerlos caso. Que ladren y si rabian, que les pongan un bozal.

Buenos días nos dé Dios



OLIGOANTROPÍA. OLIGODEMIA ESPAÑOLA

  

 

 

Antonio Parra

 

 

 

"Las indias son lujuriosísimas, paren presto, mucho y bien" dice López de Gomara historiador de Carlos V en su Relación de Indias. Tal perspectiva "animó", precisamente llaman al siglo XVI el siglo del amor, a no pocos españoles a cruzar el charco y luego corrió el rumor de que los hombres por allá eran algo sodomíticos y holgazanes- mejor nos lo ponen- en el cumplimiento de sus obligaciones de todo tipo y que para colmo practicaban el canibalismo en aquellas caponas que vio una vez Pizarro en un pueblo inca; dicen que la carne de cerdo es parecida a la de hombre. Lo primero que les enseñaban los misioneros era a

 

Y ahora en ese viaje de ida y vuelta que es la historia ocurre al revés. Cuando estoy en la cola del Intercambiador me doy cuenta que el aserto profético es casi un dogma de fe. Y Bernal Díaz del Castillo, otro historiador del emperador, con su lenguaje cuartelero, afirma: "las indias nos decían cuando llegábamos a los poblados si dios nos lo dio es para que lo usemos" refiriéndose al sexo.

La manipulación genética y esas noticias alarmantes que llegan de Mexico sobre la normalización del aborto y la venta a cachos de trozos de feto (¿en qué mundo vivimos?) Precisamente donde los españoles vieron las primeras vacas corcovadas, el árbol del mtl, los cacuyos y el pájaro uncicilín, el más pequeño del mundo, puede suponer el holocausto de una civilización. Desde luego que España es un pueblo viejo que padece oligoantropía, al no nacer niños, pero la avalancha migratoria, de seguir a este paso, va a suponer el término de este país como nación.

 

El problema es mucho más pavoroso que el del separatismo o el terrorismo. Mao lo dijo: "la bomba demográfica os estallará en vuestras manos". O el pez grande se come al chico ¿Será un castigo de Dios? ¿Una de las siete plagas bíblicas?

 

Pues parece que se cumple. La doctrina de la Iglesia al respecto que como creyentes, más que por imposición política por responsabilidad moral, hemos acatado me parece congruente: aquí cabemos todos si se practicasen medios anticonceptivos naturales y no abrasivos y si en este mundo la riqueza estuviera mejor repartida y no hubiera tantas injusticias sociales que es lo que determina la oscilación de la balanza migratoria, aparte de otros intereses estratégicos y geopolíticos de que las razas pujantes, disciplinadas, con un respeto profundo hacia la mujer se erigen en dominantes. El patriarcado romano fue devorado por los matriarcados godos, y Roma tuvo que promocionar la ley Popea para incentivar la natalidad cuando ya era demasiado tarde con los cascos de los caballos de resonando, Atila cabalgando hacia el Lacio.

 

¿Podría haber lugar para todos? O dicho de otra forma: la mesa de san Francisco donde comen cuatro comen cinco. Ardua solución que se enfrenta con los principios económicos del reparto del papel y de los bienes escasos. Pronto no habrá vituallas. Se desabastecerán las reservas de agua y los pantanos no podrán proporcionar suministro a las inmensas megapolis que crecen sin pausa.

 

Ciudad de Mexico alcanza ya los 22 millones. Las indias son fecundísimas como observó el capellán de Carlos V aquel clérigo soriano cuyos escritos releo estos días ojeando por internet el manuscrito que en la pagina de la Biblioteca Nacional y lo sigue siendo. Todas, con bombo.

 

Jl Gutierrez me dijo en una ocasión que la mejor forma de combatir al infiel es teniendo muchos hijos. Yo he pagado el bautizo de cinco. Ya he contribuido con mi granito de arena a que no se derrumbe esta civilización. ¡Ah la ley del aborto no la trajo Zapatero! Aquí se abortaba también en tiempos de Aznar.

 

 

 

27/04/2007

 

 



Antonio Parra

 

 

 

 

 

Tolstoi

Tolstoi es el genio egocéntrico alternante contradictorio en cuya persona se alcanza la cima en literatura rusa y acaso también de la novelística de todos los tiempos. Los periodos de fervor religioso los alterna con visitas esporádicas a casas de tolerancia o yaciendo en plan aquí te pillo aquí te mato con las mujeres de sus siervos por lo cual se crea en su espíritu un ridículo complejo de culpa que le conduce a la actitud de poses beatonas y compungidas. Parece que toda su vida estuvo prendiendo una vela a dios y otra al demonio. Todo lo anota.

 

Es un autor que suele dejar poco en el tintero pues sabe mejor que nadie escribir largo sin caer en el solecismo farragoso ni en el tópico. Todo lo rumia. Es el típico literato que se autoflagela sin que los hechos y aconteceres de su peripecia vital lo apabullen. Conoce el secreto para sacar la cabeza a flote en medio del torbellino. De su particular autoflagelación salen cuentos y novelas y en su afán de introspección guarda analogías con Fran Kafka. Se entusiasma con el evangelio de San Mateo y con Rousseau. Brujulea entre los fervorines místicos, la lascivia y el complejo de culpa. Sus prosas de exaltación evangélica hasta pudieran resultar nihilistas. Es un iconoclasta a la vez que un esmerado pintor de iconos.

 

En sus escritos surgen los cantos de alabanza jamás escuchados hacia la persona de Jesús compaginadas con diatribas hacia los popes y hacia la iglesia estamental. Dice cosas muy crudas y acaso exageradas de la Ortodoxia denominándola lugar sin más alma que el vacío de una mascara. No es un escritor divino a lo Dostoyevski de cuya profundidad carece. Vividor y realista, su tinglado se monta de tejas abajo. El más allá le preocupa menos que el dolor y el sufrimiento del ser humano como ser para la muerte. Su religiosidad se convierte así en filantropía. De modo que resulta el más humano y compasivo de los escritores.

 

Si de tarde en tarde se mofa de Iván Turgeneff y con Turgeneff de toda la escuela occidentalita de Petrogrado, mentores de la idea del cambio y propulsores de la democracia decabrista, Tolstoi se siente desconcertado cuando llega a Londres "una ciudad de autómatas" en la que se percibe la decadencia y el egoísmo de occidente donde todo es tan frío o en Paris donde se indigna ante los despojos de Napoleón el insolente genio de la guerra. Veía en Bonaparte un precursor maligno de Hitler y no toma partido Tolstoi ni por los zapadnietski o defensores de la occidentalización rusa ni de los raskolniki mentores a ultranza del nacionalismo cósmico y de la idea mesiánica de la Santa Rusia.

 

El 3 de marzo de 1861 cuando el zar proclama la manumisión de los siervos anota Tolstoi en su diario la grandeza del acontecimiento tan trascendental para los destinos de su patria. Dicho amor y deferencia para con los humildes no obsta para que continúe conservando sus maneras aristócratas de barin rural que con frecuencia utiliza el knyt (látigo) para golpear a los criados perezosos. Cuando era oficial en Sebastopol a su ordenanza también le mide las costillas por el menor pretexto con frecuencia para desahogar su frustración. Tolstoi de baja estatura (media un metro setenta) era sin embargo muy forzudo. Idealista puro y siempre saliendo en defensa de los ideales y aspiraciones más nobles en su vida privada, según sus biógrafos se, distinguía por la tacañería. Contaba hasta la última copeca.

 

Y sin embargo gran jugador era capaz de gastarse un millón de rublos a la ruleta durante una sola noche. Carecía de sentido de la medida. Él era grande como su obra misma. No tiene moldes. El conde Tolstoi es occidentalita y rusófilo según que racha o qué viento sople. El mayor de los escritores rusos no pertenece a Rusia ni a sí mismo. Pertenece al alma humana. En su trascendencia se muestra universal. Puede defender con entusiasmo el valor eterno de la literatura sin las contaminaciones espurias de la política para mejorar la vía de conocimiento hacia las verdades inmutables del ser humano.

 

Huye del mundo, se refugia en su hacienda, en su dacha, pero tampoco puede vivir sin la comunicación de las gentes. Es un filántropo un propedéutico y un pedagogo y al mismo tiempo dentro de su aura de misticismo flota un ambiente diabólico. Su conocimiento se acerca a las verdades inmutables del alma humana pero con frecuencia reniega de su afán esteticista, sale de su torre de marfil y huye a los prostíbulos y las tabernas. Pero también existe otro Tolstoi político que redacta manifiestos que asume posturas y escribe cartas de protesta al zar o libelos a favor de la manumisión de los siervos. Redacta pancartas contra la guerra.

 

Son interesantes asimismo sus relaciones con Turgeneff al que maltrata de palabrea y de obra llegándole a desafiar a duelo, que nunca se celebró. A pesar de que el autor de Humo fue el que introdujo a Tolstoi en el mundo literario de Petrogrado. Semejante desafección habla de una cierta mezquindad por parte del genio aunque bien puede ser que sus altercados fuesen resultantes no más que de sus celos. Celos literarios. Pasó algún tiempo en una comuna y de hecho fue uno de los primeros autores comunistas que se adelanta a Karl Marx y a los rabinistas ingleses con el evangelio en la mano, lo que implica una crítica demoledora de los principios de la iglesia establecida, pero no es capaz de arrogar los usos y costumbres, hez del decadente occidente, que con la pluma fustigaba pero a los que se abrazaba en la vida real.

 

Le roía la pasión del naipe. En su vida privada resulta un pedagogo y un inmoralista a la vez. Magnánimo y cicatero frecuentador de ventorros y lupanares que sabe a la vez desenvolverse como pez en el agua en los ambientes come il faut de los salones peterburgueses. Es sátiro y fauno a la vez que manso galán enamorado y elegante autor de erotismo platónico. Estas son sus contradicciones. En él aletea el espíritu de la objeción. El arte es un perpetuo contraste, un unda maris que carece de ética como la propia historia donde la noción del bien y el mal se pierde en un laberinto de calles sin nombre que vive en perpetua contradanza. Son los movientes de sístole y diástole en los que se teje toda crónica.

 

El novelista experimenta lo mismo que San Pablo del aguijón de la concupiscencia. Hace penitencia, se reprocha a sí propio su liviandad, formula buenos propósitos y establece un esquema de enmienda un plan de vida, pero vuelve a caer. Sus intenciones se desbaratan en un minuto nada más toparse con un bello palmito o con unas garbosas caderas femeninas moviéndose con contundencia. Dijo Lev Tolstoi que el arte es una hermosa mentira una visión espectral que interpone ante nosotros el diablo para que nos dejemos seducir. Menudean entradas en su diario con llamadas al propósito de la enmienda. Anuncia con frecuencia que dejara la literatura para dedicarse a peregrinar y que va a romper su compromiso con las letras pero un poco más adelante este minucioso memorialista dice todo lo contrario.

 

Al autor de Ana Karenina el aguijón de emborronar papel le acucia hasta los últimos días de su existencia. Murió a los 82 años después de un berrinche con su mujer en la sala de espera de una estación de ferrocarril en el sector de Astapovo. Huía de los libros y del mal genio de su esposa; fue un vejador eminente este gran conocedor de la condición femenina. Y, ligero de equipaje, quiso ir al encuentro de la muerte. La vida y la obra del genio fueron una contradicción in terminis pero fue un favorito de los dioses. Tuvo suerte con las mujeres. Con los editores. Con el público. A los 24 años hace lo que tantos y tantos aspirantes a los laureles de la fama. Termina un manuscrito va a correos y lo envía a un editor al cual desconoce, cruza los dedos y espera en el maná llovedizo de los aires. Es cuando un escritor juega a la lotería y se marcan los rumbos de su destino. Tolstoi tuvo suerte pero esto no suele ser así en la mayoría de losa casos.

 

Semanas adelante, el joven teniente artillero encuadrado en un regimiento de combate de Armenia recaba respuesta satisfactoria del editor. Su texto ha entusiasmado a Nebrashkov dueño de una imprenta en Moscú. Nebrashkov sería fiel a Tolstoi durante la mayor parte de su carrera literaria por encima de las veleidades, demasías y abusos tan característicos del literato. Aunque con algunas limitaciones, el librero promete dar a la estampa la novela que lleva por título Infancia.

 

Se trata de una obra primeriza pero en la cual destellan algunas cualidades del que sería monstruo de la literatura universal como las dotes de observación o el plasticismo de sus descripciones, la soltura de las tramas, o la buena yuxtaposición o ensamble del escenario. En Adolescencia, que vendría de seguido, Tolstoi tantea el camino. Le falta aun mucho por alcanzar aquel estilo suyo tan peculiar y que es denominado en novela tolstoiana (novela río) que define a la vida y a los hombres a sus pasiones y dolamas. El ser y la nada en el tiempo finito porque en realidad el hombre no es nada.

 

De allí en adelante la carrera del joven valor poco a poco y al igual el arroyo de aguas bravas descubierto por Nekrashov pasa a ser una inmensa red fluvial, un río caudaloso de aguas pandas como el Volga. En la inmensa estepa el torrente se calma.

 

El lecho del río es amplio y hace meandros pero no se saldrá de madre. Tiene un objetivo la gran novela como testimonio de los avatares de la existencia humana (guerras amores, desamores, ascensos, caídas, el rotar de las estaciones bosques- el misterioso bosque ruso (les) y grandes extensiones fincas como Yashnaia Polaina. O casas que se deshacen, matrimonios rotos, incomprensiones, el valor castrense y la santidad, las rameras, los remeros los borrachos los monjes exclaustrados y esa inmensa población flotante de iluminados o yurodivi que recorre la estepa. Y por ultimo aborda el tema de la muerte. La pluma de Tolstoi transita como a lo largo de un espejo a través de estas realidades. Los tiempos mudan. Las estructuras avanzan o retroceden pero el hombre continua idéntico a sí mismo. En sus perplejidades. En sus ensueños que el destino se encarga de desenhetrar. Esta es una de las partes del drama vitalista que plantea Tolstoi como Shakespeare, como el Dante, como Cervantes.

 

Que nada cambia, que el hombre sigue siendo igual, pese a las redenciones y a los proyectos mediúmnicos, la acción filantrópica de los gobiernos, las predicas de los misioneros y los proyectos de reforma. Domaremos a la naturaleza pero al ser humano no se le podrá domar. Es incontrolable y problemático. La prosa de Tolstoi es plana y de una portentosa sencillez, mas, poderosa en su efectividad. No busca alifafes ni requilorios. La prosa de Tolstoi no es altisonante como la de Pushkin sino llana ni endiabladamente mágica como la de Chejov. Podrá carecer de la ternura de éste pero es más eficaz. Concibe la vida como un inmenso río madre en el que desembocan muchos afluentes y todos ellos van a dar a la mar que es el morir según el concepto manriqueño.

 

El tono que elige es a la vez épico y elegiaco. Todo Tolstoi es el Volga. Un remero que cruza. Un batelero que avanza narrando y contando. En el alveo de este caudal fluvial está lo ancho y lo estrecho lo profundo y lo alto. En una palabra asume todas las dimensiones narrativas. Todos los perfiles. Carece de altibajos. Constituye un pavoroso enigma de sindéresis dentro de las fluctuaciones contradictorias del comportamiento humano. Una de sus obras menores pero que mejor definen su carácter y de las menos estudiadas es la muerte de Ivan Illich. Refleja un gran conocimiento clínico y eso que el autor no era médico. Sólo un profundo psicólogo. Se empapó de vida antes de sentarse a redactar. Extrajo Tolstoi su arte de la experiencia. Su trayectoria como artillero en una de las interminables guerras del Caúcaso fue determinante. Como soldado fue irregular e indisciplinado. Sólo le fue conferida la cruz de santa Ana de segunda clase. Nunca fue un oficial brillante como su hermano Nikolai. Sin embargo, sus aventuras bajo las armas serán el magma que impregne su potencial novelístico.

 

En Crimea recogió datos para cargar el volcán narrativo que es Guerra y paz. En aquellas cargas de la caballería cosaca, en aquellos lances de honor, el robo, el rapto, la quema de aldeas, las batidas de tierra quemada o la ingesta de vodka siempre copiosa, la holganza con mozas y paseos a escondidas entre el oficial y la chavala que terminaban en el pajar. Amor a escondidas. O las noches enteras ante el tapete verde.

 

Todo esto impresiona su sensible retina de escritor. Como visor de la vida humana en un par de líneas sabe captar una situación o esenciar a un personaje. En la muerte de Ivan Illich narra el drama de un matrimonio desvencijado de la pareja formada por Ivan Illich y Praskovia Fiodorvna. Él es un brillante magistrado al que le van bien las cosas. Ha triunfado en la vida pero no en el amor. Son frecuentes las riñas y los altercados con su mujer (quizás un traslado autobiográfico del borrascoso matrimonio del propio novelista). Ella es ambiciosa, dominante. Él es bueno pero débil.

 

No obstante, Ivan se desvive por dar un buen pasar a su mujer y a los suyos. No escatima ningún esfuerzo para que a su familia no les falte nada de nada. El juez de distrito, Ivan Illich, consigue un ascenso y es enviado a otra provincia. Tanta es la ilusión que embarga al protagonista que en los trabajos de restauración y mudanza ayuda a los obreros y a los criados pero poniendo una cortina se cae de la escalera. Se lastima una costilla. Un golpe sin importancia; sin embargo aquella lesión intercostal va a degenerar en un cáncer. Para colmo, a su mujer no le gusta cómo Ivan ha decorado el nuevo hogar. Un drama. Tolstoi lo consigna en un párrafo

"Praskovia Fiodorovna echaba la culpa a su marido de todos los reveses sufridos en la nueva residencia. La mayoría de los temas de conversación entre marido y mujer conducía a viejas querellas y a cada instante estaban a punto de surgir nuevos altercados. Quedaban sólo escasos períodos de amor que se hacían muy breves. Eran islotes a los que aportaban un momento para adentrarse luego en el mar de hostilidad latente en el cual el matrimonio naufragaba"

 

En este libro plantea Tolstoi la soledad e incomunicación en la cual transcurren las vidas humanas incapaces de franquear las barreras de incomprensión y de egoísmos circundantes. Cada uno vivía en su mundo. Ivan en sus negocios curiales dentro del afán de una existencia anodina y de provincias. Creía darle todo a su mujer. Pero todo cuanto le daba no era bastante. Praskovia vivía en su mundo, en sus puestas de largo, en sus trajes de noche. En el fondo se mostraba resentida con su esposo pero disimulaba esta aversión bajo una capa de apariencias y de convencionalismos. No era capaz de entender a su marido a quien el fatal golpe en el costado se le había declarado en un dolor lancinante. Piensa a lo primero que es algo leve un simple mal de ijada. A veces se queja pero su mujer le dice le dice que es un aprensivo y un blando que vaya a un medico en vez de estarse todo el día lamentándose.

 

He aquí otra manifestación de crueldad femenil. Acude Ivan a un especialista. Vagas respuestas. Que si el intestino grueso que si el riñón flotante. La enfermedad sigue su curso. Los dolores se hacen insoportables. Pero el hombre no se puede quejar ante su familia o le sale su esposa con cajas destempladas: "no te tomaste las pastillas". Su único consuelo es leer la Biblia y como Job cae en un letargo que determina su abandono. Todos lo han abandonado. La referencia tolstoiana es el gran libro de Job. En esta novela magistral no solo se traza un cuadro de costumbres de la época. Se va más allá al establecer un diorama de la soledad del hombre sobre la tierra. El tema no es la enfermad sino la incomunicabilidad de los seres. La soledad ante la muerte. En este retrato se podrán mirarse muchos ivanes Illich. Nadie escucha los lamentos ni se compadece de este Job ruso de provincias. El pobre tuvo una agonía terrible. Estuvo en un grito durante tres días. Sólo Gerasimo su fiel siervo le ayuda a portar la cruz en el último trance. Pasa las noches junto a la cabecera del enfermo sosteniéndole las piernas en alto para hacerle más llevadero los terribles dolores.

 

El dolor siempre estaba ahí en las tripas agazapado, sordo, inexorable. La morfina no le hace efecto. Gerasimo con su caridad es el contrapunto al egoísmo de Praskovia. El enfermo aguarda a la muerte tendido en el diván. Tolstoi traza la desesperanza de un paciente terminal que vuelve la cara a la pared que llora en silencio. Los días se parecen a las noches y nunca acaba de amanecer. El paciente no duerme. Está postrado. Solo se amodorra algún rato en que le aquejan pesadillas. Se entretiene midiendo las grecas del techo empapelado de la habitación o contando los boliches del cabecero de la cama.

 

Toca anheloso con sus manos flácidas el embozo de las sabanas, un gesto que tienen todos los agonizantes y que anuncia la llegada del próximo final. La sombra del pathos aletea en torno a la trama de esta novela de dolor. Las estrellas callan. La naturaleza se desentiende. Pobre del que se muere. Los deudos no quieren saber nada y las lágrimas de la viuda son siempre aparentes. La viuda rica que con un ojo llora y con otra repica que decía Clarín. Abandono. Infelicidad infidelidad. Fatalismo. Hay observaciones terriblemente proféticas en las que se constata la idiosincrasia de un enfermo terminal a los 45 años. El caso de Ivan Illich agonizante se sigue repitiendo a diario en todos los hospitales del mundo. Se da cuenta de que la mujer a la que ha amado es un ser extraño. Un fantasma.

 

Hay una idea que salta en esta powesti (narración corta) y que se repetirá como en una caja de resonancia en otras composiciones tolstoianas. Hay una idea que flota sobre el relato pleno de una amargura misógina. Muy sencillo y paradójico. La mujer que da la vida es también símbolo de la muerte. La ardid del diablo y la mujer forma parte del gran diseño diabólico que interviene también en la realización de la Historia. Según Tolstoi, en Eva subyace una voluntad diabólica, un elemento separador, cizañero que aleja al hombre del proyecto de su felicidad- y esto es lo que significa diabolos en griego: el interpuesto. Tolstoi estudió esta lengua durante varios años para obtener un acceso mas profundo al conocimiento de los evangelios y luego a dominar tanto el griego clásico como el coiné perfectamente y solía repetir que todos los cristianos debían de conocer esta lengua de la que dimana la guía de fuentes del cristianismo. Los caracteres femeninos que traza siguen el patrón del NT.

 

Y para él la mujer es mitad my mitad un amasijo de gracia y de pecado. Los desterrados hijos de Eva estamos condenados a arrastrar el peso de la culpa. En un cuento que titula El Diablo (chiort) un barin acaba matando a tiros a una campesina. Y en el Padre Sergio, otro cuento maravilloso, basado en la vida de san Hilarión el eremita que reza y aguarda a la muerte en su snik o cueva de eremitas, se le aparece Satanás en forma de mujer. Si tu ojo te escandaliza arráncatelo etc. El siervo de dios sigue al pie de la letra la norma evangélica pero –la historia ofrece a consideración la preeminencia del mal, un arduo problema metafísico- a pesar de haberse yugulado la mano con un destral sucumbe a la tentación. Ese es el tenor de la historia, muy pesimista, de este autor nada espiritualista. Y por consecuencia de una gran modernidad positivista: el hombre es pura fisiología, el amor una cuestión de combinaciones químicas y no hay nada al otro lado de la cerca. Eso lo dice un literato que escribió una novela tan importante como es Resurrección. No se estaba refiriendo a la de Cristo, claro está sino a la de las plantas. Contradicciones señeras del alma rusa.

 

18/04/2007

HUMOR JUDIO NORTEAMERICANO

 

 

 

Antonio Parra

 

 

 

Cuando el cuervo vuela bajo hace un frío del carajo. Cuando el pene está empalmado la sabiduría se va al carajo o cuando las ganas de joder aprietan ni a los muertos se respeta. Todos estos son refranes yiddish. He encontrado durante los largos años de mis aficiones paremiológicas un sorprendente paralelismo entre las consejas en español y las judías. Eso por una parte. Por otra, el refranero castellano se parece mucho al ruso. En efecto, el aforismo del ghetto " Van der putz stehet light der Sechel im pre=(con la polla en erección ´la razón está de más") que yo escuché en un cafetín del Lower Manhatan (me gustaban los tupís judíos y había uno Staten Island donde yo asistí en los setenta a la llegada de miles y miles y miles de judíos exilados de la Urss, y a la de las excavadoras de las inmobiliarias, misterios del mundo, y desparecieron los cilancos y las grandes charcas, el canto de los patos salvajes sustituido por el ronroneo del tráfico) El mundo se acelera de una forma imparable. Me invitaron varios veces al templo esto es a la sinagoga pero a mí me daba corte colocarme la yamulka en el occipucio que me sentaba que ni pintiparada y verdaderamente tengo cara, la nariz sobre todo, de judío pero no hacían más que hacerme preguntas y había un paisano que se parecía mucho a mi abuelo Benjamín al que los flecos de las filacterias (los sefarditas se colocan para orar en los cuadriles una especie de faja) que eran exacta a la largo ceñidor con la que mi abuelo Benjamín se atacaba para no agarrar frío a los riñones.

 

Se llamaba Samuel y un día me enseñó emocionado la llave de la casa de un pueblo de la provincia de Segovia: Coca. Sus ancestros debieron de ser, pobres, los protagonistas de aquel triste éxodo hacia Berbería que cuenta El Cura de los Palacios en uno de sus almanaques, la llave guardaban y algún día regresarían tal vez al hogar del que fueron despojados. Me quedé de una pieza y no regresé al Templo en bastante tiempo pero con motivo de la muerte del generalísimo fue invitado allí a un kadish o responso.

 

¿Franco era judío? Esa era al menos la tesis de un libro que yo tengo inédito Franco y Sefarad un amor secreto. La puesta infurió a tirios y a troyanos. Yo no sé si era o no de origen sefardí el anterior jefe del Estado. Pero hecho ineluctable era que el apellido Franco lo es. Como lo era Cisneros. Fray Francisco heredó el toponímico de un pueblo palentino. Tiene la cosa tres pares de perendengues. Resulta que la herencia que desparramaron los godos entreguistas y corruptos la trataron de recomponer los dos franciscos fautores de la unidad española.

 

Los Franco me caen bien. Pero más Ramón el aviador republicano – su mirada llevaban la llama del fuego sagrado- o don Nicolás buen diplomático algo putero y gran vividor lo mismo que doña Pilar que era una cachonda mental. Más que el Dictador al que otro compañero de armas, el inefable Queipo, le llamaba la "culona". Siempre lo tuve a Francisco Franco en un pedestal y un soldado valiente (innegable) pero mis colaciones últimas sobre la guerra civil dan a entender que en el escalafón había generales mucho más brillantes que él; como Rojo y Casado que hablaban varios idiomas incluso el árabe y Franco nunca llegó a aprender inglés. Todos estos postulados revisionistas, con todo nunca me apartarán del amor que profeso hacia Pachín y su familia.

 

Que no se enriqueció a costa del erario público y llevó vida modesta y familiar, austera, amante de los libros y del campo, y en sus gustos y discreción se reveló como un pequeño burgués judío. Le gustaba Stefan Zweig y Lajos Zilahy. Disquisiciones aparte, lo que no cabe duda en esta hora en que todo el mundo le calumnia y le insulta, el hecho es su innegable amor a la patria, su austeridad, su distanciamiento de la pasión española y eso que amaba a España con todo su corazón y hay algo mesiánico y misterioso en toda su vida y obra. Y he llegado a la conclusión de que los judíos a los que salvó a miles de las garras del tirano a través de sus embajadores en Atenas. Bucarest, Budapest, Sanz Bricio, [lean un libro descatalogado del gran periodista de "Arriba" Eugenio Suárez. "Corresponsal en Budapest"] le sustentaron en el poder con maniobras ocultas dirigidas desde Wall Street.

 

Todo eso es impepìnable guste o disguste. Por eso me insubordinan las mentiras propaladas por un menda en una televisión que decía que el general Franco con una mano mojaba los churros en el café y con otra firmaba las sentencias de muerte. Wrong. La condena a muerte de Grimau le costó dos noches sin pegar ojo. Ese tal Herrera especialista en prensa de la entrepierna dicen que es poeta (caspita y pardiez rediez como deben de ser sus versos) y uno de los más eximios practicantes de lameculismo borbónico y de coyundas y de líos de la jet que interesarán sólo a su padre pues yo tenía un capitán que odiaba la pornografía y cuando veía a un guripa con una revista pornográfica entre las manos se la hacía pedazos: "El sexo en directo y en privado, chaval, te van a doler los cojones de tanto mirar esas porquerías".

 

Bueno, pues valga esta larga digresión para meternos a analizar una de las grandes novelas del siglo XX "El lamento de Portnoy" de Phillip Roth un profesor de Columbia hijo de supervivientes del Holocausto. El eje de marcha o argumento de esta novela sin argumento hilvanada a base de calas psicoanalíticas en las que se acomete algo tan moderno como es el rechazo a la figura del padre, la vida paranoica inmersos en el ruido de Manhattan, la gran manzana, la pina cucaña donde solo los mas ardidos trepan al mayo encerado y resbaladizo y los demás quedan tirados, el onanismo, el mironismo, el fetichismo, los complejos de Edipo, la equiparación de Eros con Tanatos.

 

Los jadeos del orgasmo se parecen a los de la agonía. El protagonista no da paz a la mano y siempre haciéndose pajas. Debajo de la gabardina, utilizando un calcetín y a veces la pulpa de una manzana un guante de béisbol. La palabra joder, coño, te la meto, follame por atrás, el lirio y el basto, duro que te pego, saltan a la escritura cientos de veces. Así y todo yo creo que se trata de un libro místico. Impregnado de ternura y de crudo humor típicamente judío en el que no se deja títere con cabeza. Los cromos y los clavos de Cristo. Esa sonrisa meliflua de algunas imágenes religiosas de tan mal gusto. La mula y el buey y el pesebre y sonando en toda la barriada el disco rayado "Noche de paz" como si fuera el himno nacional. A través de esta novela he vuelto a revivir mis vivencias neoyorquinas.

 

La Navidad católica solía coincidir con las de la Janucha y allí teníamos al vecino italiano que montaba un gran pesebre en la antojana con un misterio muy relamido y el Niño Jesús sonriendo entre las bombillas a veinte bajo cero, y al de más allá (protestante) un árbol de Noel mientras los altavoces colocados en el balcón emitían a toda mecha los sonidos de O Tannen Baum en alemán. Los judíos para no quedarse atrás montaban casi con las dimensiones de un andamio el candelabro de los siete brazos. Este absurdo me hizo recapacitar de lo irracional de nuestras disputas. Y de que los judíos promotores de la renovación en el mundo moderno y que han sufrido persecuciones por contar la verdad, aunque hay algunos que los encontré fanáticos y muy cabezones, llevan la razón en este absurdo de las creencias y de los mitos y que los cristianos hemos hecho una caricatura de nuestra fe contaminada de aditamentos paganos. Y la llevan más que un santo y gran parte de ellos eran santos, pero santos laicos, no santurrones ni capullos.

 

Comprendí – me ha costado años de cavilaciones- la tragedia del Holocausto como apéndice o corolario de la Crucifixión. Se complementan, no se excluyen, por más que algunos traten de verlo así. Dos hechos que han redimido al ser humano con sangre y dolor, el uno en el plano soteriológico y espiritual y el otro en su parte material porque el Holocausto ha acelerado la Historia que ha entrado en un carril vertiginoso con la era de las comunicaciones. También entiendo a Agustín cuando desde su invitación a leer y meditar (tolle et lege) llamaba a los judíos nuestros hermanos mayores. Que van por delante en la Historia. Por más que dicho camino esté lleno de abrojos, plagado de contradicciones. Y también entiendo al presidente ZP reatando cabos y tratando de meterme en los ojos del otro.

 

Se consuma el mensaje salvífico de Jesús: "Estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos". Pero la Iglesia institución ha cometido muchos pecados (el poder corrompe y el poder absoluto corrompe más que ningún otro). Por desgracia no ha sido madre sino madrastra para algunos de nosotros. Antes de ayer la Schlichting, sin ir más lejos, hacía una entrevista con su voz sexy a uno que decía que Cristo nunca existió. Piedra de escándalo para mi y mis convicciones. Pero más escándalo es que esta trola se propalara desde los micrófonos de la COPE. ¡Vaya con los curas! Por lo que parecen siguen estando al santo y a la limosna. En misa y repicando. ¡Qué lío, Dios mío! Pero yo seguiré aferrado a mi canon muzárabe y a mis salmos en latín. Abrazado al rito ortodoxo más esencial y antiguo que el romano. Se lo debo a mis hermanos rusos Creyendo y amando a los judíos de la misma forma que espero que ellos me perdonen, aunque no puedan amarme, a mí, pecador.

 

La mayor parte de mis vecinos y amigos en Nueva York, una ciudad dura, practicaban la religión mosaica. Muchos me abrieron las puertas de su casa. Otros me seguían considerando como un goy (pagano). Pero en aquella época todo se impregnaba de amor y de humor judío. Los grandes guionistas de Hollywood eran de este origen y los actores: Jack Lemmon, los Hermanos Marx, George Burns, Peter Ustinov, Samuel Bronston- todo aquel gran cine que vimos en nuestra infancia que nos hizo reír, llorar, enamorarnos y sufrir- y hasta Charlot. Charlie Chaplin tuvo que abandonar California a causa de la "caza de brujas" del presidente MaCarthy. Lo cierto es que la literatura americana, el cine, las artes, se hubiera quedado en nada sin la contribución de estos autores: Herzog, Salinger otro obseso sexual que psicoanaliza a otro adolescente en "El guardián sobre el centeno", John Updyke, Norman Mailer etc. A este último nunca le pude sufrir porque me parece algo libelista en sus planteamientos contra Europa.

 

Ellos fueron los diseñadores de esa América que yo amé, la de Kennedy, la de la alianza para el Progreso (yo no soy antinorteamericano ni antisemita ni antinada por Dios, que yo soy de Segovia, y mi equipo la Gimnástica desde que era rapaz).

 

América en estos años tenía una faz atrayente – las sentadas contra la guerra, los discursos de Martín Lutero King "I had a dream"- que se ha venido al traste con esa derechización ideológica impuesta por Bush y sus aláteres. América se ha vuelto gazmoña, prudish, políticamente correcta y gazmoña. Este victorianismo del nuevo doble lenguaje me saca de quicio; no se puede pronunciar la palabra cunt, prick, shit, sempiternas en el lenguaje coprológico de las tribus urbanas porque te echan del chat o te motejan de machista. Nada de machista. Simples facts of life. Una América que es consciente de que se ha metido en un jardín en el Irak, una guerra que no podrán ganar porque el sofisticado ejército yanqui carece de una básica y leal infantería y tiene que echar mano de los británicos. O de la catapulta. Ero sería el apaga y vámonos.

 

Los ingleses sí que tienen una buena infantería. A veces hasta brutal. O de los hebreos que también la tienen (la mejor del mundo) y, así y todo, Olmert está pasando por dificultades en el Kenesset donde se cuestiona el fracaso de la última guerra del Líbano. Pero mejor incluso que sus infantes es la inteligencia de los israelíes y el humor de sus escritores y cineastas. Ellos han proyectado la noción de un Daniel en el pozo de los leones. Israel siempre en mis labios que nunca se vaya esta palabra de mi boca. Y así nos hemos sentido algunos, como el bravo Daniel en la leonera, cercados por la calumnia, la frivolidad, las soflamas de los mediocres que no podrán entender ni a América ni a Israel. Reconozco sin embargo que no es fácil y a veces cuesta pero el mundo ira adelante. En el Lamento de Portnoy, una cura inteligente contra el antisemitismo de nuestros días y el pesimismo que nos invade, también lo pone. Cuando yo aterricé en Manhattan el 30 de noviembre de 1976 un casero ruso de origen judío me buscó apartamento. Cuando abandoné la ciudad un 25 de abril de 1980 al pasar por Brooklyn escuché el canto de las plegarias sabatinas a un rabí en una yashiva o seminario que alza su mole junto a las pilastras del puente. Ambos detalles fueron en mi vida todo un signo misterioso. Somos carne de dolor. E la nave va.

 



BUENA ORINA BUEN COLOR

 

 

 

 

 

Por Antonio Parra

 

 

 

Ya ha florido mayo, título para una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado siendo valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque los mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y cuerpo a tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las merdellonas, bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian la camisa, tusonas y fregatrices, da consignas don Bigbroder el de la voz gorda, corren por la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna paradoja, el personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas andan las comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero. Siempre vivimos emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:

"Que por mayo era por mayo/ cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá"

 

Oigo el crujir de las cadenas. El estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila. Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y tales desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son duros de oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se cabrean. Se rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta. Hay mal ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero este hombre en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los otros andan sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?, yo me mato por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros blanqueados? ¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!

- Mientras dure, Ejusmodi....

- Sé por donde vas, Verumtamen pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la verdad y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos de hoy ahora desconozcan el romancero... Andan los tiempos muy alterados con esto de la política. Pero tras de tiempos vienen tiempos y eso es también del romancero

 

Serán carne de cañón o usuarios del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta. Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la obra que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos muertos. Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de presos" y otra Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no llores no llores que yo no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro. El sufrido pueblo es sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y arbitrariedades. Aquí por menos de un ardite te meten en cintura y acabas arrastrando cadenas entre bretes y grilletes. Dios no lo permita. Propugnan la caza de brujas, MaCarthy resurrecto. A veces la cárcel ha sido morada pasajera o definitiva de todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en la trena los mediocres? Pues no. Más bien no. Y los machacantes del esbirro siempre hicieron carrera. Déme usted un cigarro. Ese pensamiento se me atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos unos a otros. Hay por ahí esparcida mucha madera de inquisidor y la red es el tornavoz de mucho escritor diletante y deprimido. Se observa al personal pero con eso no hay cuenta, Verumtamen. El arte de contar es la maula de fingir. Uno parece que está detallando su autobiografía y lo que está haciendo es atisbar la reacción del otro por un ventanuco. Buena orina, buen color y tres higas al doctor. Ponemos en pepitoria un corte de manga y parece que acabamos de dejar nuestra alma descubierta y sangrante entre las zarzas. Qué va. Solo es un truco. Escribir es seducir y hasta cierto punto engañar contando mentiras piadosas, En todo escritor subyace un buen impostor. Bonita forma de hacer tururú. No me vengas con monsergas. No me gusta Voltaire pero tiene algunas máximas aprovechables como cuando espetara que las palabras se esgrimen para ocultar los pensamientos. Sirven para esquivar los golpes y son coselete en la taleguilla para burlar los derrotes de mihuras astifinos que corretean por el albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo piensa y ayudadme zancas que en esta vida todas son maulas.

¿Entonces escribes para hacer tururú? A veces. Nada más razonable que un corte de manga a tiempo. Los romanos en estas ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que llamaban la indutia. Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado de sus personas contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el foro. Eso, los senadores que los militares portaban el gladium y a ellos no les escupían, por si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a la primera de cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse contra el relente de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una semana. Y con ellas se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o gladiadores. Roma y la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma quiere. Panem et circenses. Y lameculismo. Mucho lameculismo. Halagos. Lisonja y jabón

Así no murmuraban ni entraban en contubernios contra el emperador... Cuando yo llegué de Nueva York después de haberme partido el pecho por mi país con razón y sin ella fui recibido con un gracias por los servicios prestados y ale usted es uno de tantos, la gente va a su rollo, es insensible para vibrar ante las issues del patriotismo como pasa en Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un poco como aquellos soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de resistir diez meses en un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después de pasar gurruminas, se preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los pobres sorches se sintieron desolados ante esta incomprensión de la retaguardia ellos que se estuvieron batiendo el cobre en la vanguardia. Paso y por partes. Escarbe. Haga memoria. Navegamos ya en aguas válidas. El tiempo anda un poco revuelto. Para esta época vienen fenomenales los cocimientos de genciana. Pueden ayudar a algunos a combatir la depresión. Otros pacientes de estreñimiento crónico se hinchan a evacul pero van al baño y se sorprenden de obrar cagalutas de conejo, el vaso de su dentadura postiza montando guardia toda la noche en la taza del retrete esbozando una sonrisa macabra que anticipa la calavera. Cagan poquito o excretan ladrillos. A esos hay que decirles que si quieren pan vayan al batán que allí un perrito que caga poquito le alcen el rabo y le den un besito. La envidia es causa de su estreñimiento mental y a causa de ella les llevan los demonios. Mas no hay que preocuparse: ya se les pasará.



ROMANCE DEL PRISIONERO

 

Por Antonio Parra

 

 

 

Se acerca florido mayo, título para una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado siendo valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque los mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y cuerpo a tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las merdellonas, bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian la camisa, tusonas y fregatrices, da consignas don Diarrea el de la voz gorda, corren por la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna paradoja, el personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas andan las comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero. Siempre vivimos emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:

"Que por mayo era por mayo/ cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá"

 

Oigo el crujir de las cadenas. El estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila. Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y tales desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son duros de oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se cabrean. Se rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta. Hay mal ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero este hombre en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los otros andan sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?, yo me mato por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros blanqueados? ¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!

- Mientras dure, Ejusmodi....

- Sé por donde vas, Verumtamen pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la verdad y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos de hoy ahora desconozcan el romancero. Eso sí; les atiborran la cabeza de documentos de gestión y del bizantinismo puro y duro que manda en pagina. Anda los tiempos muy alterados con esto de la política.

 

Serán carne de cañón o usuarios del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta. Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la obra que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos muertos. Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de presos" y otra Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no llores no llores que yo no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro. El sufrido pueblo es sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y arbitrariedades. Aquí por menos de un ardite te meten en cintura y acabas arrastrando cadenas entre bretes y grilletes. Dios no lo permita. A veces la cárcel ha sido morada pasajera de todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en la trena los mediocres? Pues no. Más bien no. Y los machacantes del esbirro siempre hicieron carrera. Déme usted un cigarro. Ese pensamiento se me atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos unos a otros. Hay por ahí esparcida mucha madera de inquisidor y la red es el tornavoz de mucho escritor diletante y deprimido. Se observa al personal pero con eso no hay cuenta, Verumtamen. El arte de contar es la maula de fingir. Uno parece que está detallando su autobiografía y lo que está haciendo es atisbar la reacción del otro por un ventanuco. Buena orina, buen color y tres higas al doctor. Ponemos en pepitoria un corte de manga y parece que acabamos de dejar nuestra alma descubierta y sangrante entre las zarzas. Qué va. Solo es un truco. Escribir es seducir y hasta cierto punto engañar contando mentiras piadosas, En todo escritor subyace un buen impostor. Bonita forma de hacer tururú. No me vengas con monsergas. No me gusta Voltaire pero tiene algunas máximas aprovechables como cuando espetara que las palabras se esgrimen para ocultar los pensamientos. Sirven para esquivar los golpes y son coselete en la taleguilla para burlar los derrotes de mihuras astifinos que corretean por el albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo piensa y ayudadme zancas que en esta vida todas son maulas. ¿Entonces escribes para hacer tururú? A veces. Nada más razonable que un corte de manga a tiempo. Los romanos en estas ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que llamaban la indutia. Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado de sus personas contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el foro. Eso, los senadores que los militares portaban el gladium y a ellos no les escupían, por si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a la primera de cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse contra el relente de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una semana. Y con ellas se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o gladiadores. Roma y la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma quiere. Panem et circenses. Así no murmuraban ni entraban en contubernios contra el emperador. Hoy Cesar tiene mucho más poder y muchos más recursos, como el control de la información, pero sigue aplicando la formula de Panem et circenses, alguna bacanal de vez en cuando y como ya no hay infierno desde el tornavoz eléctrico se previene a las mases contra la crasitud o contra los malos hábitos que pueden dar cáncer y es así que todo está atado y bien atado hasta la próxima bomba. Cada vez que bajo las escalerillas del intercambiador me entra casi un miedo pánico. Los de Alicaída merodean Madrid. Quieren reconquistar Andalucía. ¿Van de farol? es lo que dicen los papeles, chico y aquí todos que no les llega la camisa al cuerpo. Papá no fumes. Papá ven en tren. Con Iberia ya habría llegado pero para que tomar tantas precauciones y andarse con tantos remilgos si cualquier día de estos disparan la "catapulta" y todos volamos por los aires. El destino está escrito en las estrellas; es inexorable y las balas cuando vienen llevan tu nombre y dirección, te llegan y hay que abrir el sobre, lo decía un capitán mío de cuartel. En el peor de los casos te matan. Y en el mejor, es un tiro de suerte. La gente como anda bastante desinformada y no se preocupa se merece lo que le pasa y le va a pasar por burra. Y de desagradecidos está el mundo lleno. Y de dureza de corazón. Que algunos parece que lo tienen de hierro. Cuando yo llegué de Nueva York después de haberme partido el pecho por mi país con razón y sin ella fui recibido con un gracias por los servicios prestados y ale usted es uno de tantos, la gente va a su rollo, es insensible para vibrar ante las issues del patriotismo como pasa en Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un poco como aquellos soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de resistir diez meses en un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después de pasar gurruminas, se preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los pobres sorches se sintieron desolados ante esta incomprensión de la retaguardia ellos que se estuvieron batiendo el cobre en la vanguardia. No sabe interpretar la actualidad que es tan críptica aun a fuer de apariencia inocente pero los hechos no son tan inocentes. La actualidad según esto se desarrolla con arreglo a un plan previamente diseñado en el encerado por el amigo de la batuta, el gran cofrade mayor corre turnos. Claro para eso hicimos, Ejusmodi, usted y yo la mili en los servicios secretos. ¿En el SIM? A tanto no llego. ¿En los servicios de Carrero? Pero estuve en el punto de mira de aquellos pelmas. Como espías fueron un desastre porque aparte de que mataron al zángano de la colmena, abejas rábidas, luego no estuvieron dando una a derechas. Que si 20N que si 23F que si 11M. Les han metido todos los goles. Bueno eso es un supuesto. ¿No será que aparentaron que se la dejaban meter doblada? También es muy cierto eso. Para sobrevivir hay que hacer como que no te enteras. Si no quieres acabar cantando el romance del prisionero. Todos a la trena. Paso. Vayamos paso y por parte. Escarbe. Haga memoria. Navegamos ya en aguas válidas. El tiempo anda un poco revuelto. Para esta época vienen fenomenal los cocimientos de genciana. Pueden ayudar a algunos a combatir la depresión. A resultas del gran montaje los destajeros del rumor, la columna inane, llevan chismes al Procurador.

- ¿Cómo se llama ese señor?

- Don Ahímelasdentodas

 

Pues vale pero no cante usted muy alto ese bello romance no vaya a despertar usted a los carceleros que son legión aunque no lo parezca en esta época de derechos humanos hay manga ancha para algunas cosas pero para otras cosas que uno considera leves o un simple ejercicio de la libertad de expresión son implacables y si las dices puedes acabar en la trena. De hecho no somos muy libres. El andamiaje está montado sobre las varas de medir y las vigas del miedo. Llama a seguridad. Que vengan los lictores. Y es con el látigo del terror con el que se tiene dominados a los pueblos. Es por esto por lo que se les ha declarado la guerra a las ideas y pensar por tu cuenta puede ser un delito. No. No quiero cantar las tristes estrofas del romance del prisionero que yo recuerdo haber oído interpretar a algún rabelista que se acercaba al baile en las fiestas de mi pueblo.

 

A buen entendedor..

 

¿Cuál es entonces la solución?

 

Fray Jarro

 

 

domingo, 15 de abril de 2007

 

 

ADIOS A UN "SANTO BEBEDOR": BORIS NIKOLAYEVICH JELTSIN

  

 

 

Antonio Parra

 

 

 

Un funeral ruso de rito solemne (pojorovñi) es como una viaje en autopista hacia el cielo. Los popes no se visten de negro sino de blanco y el coro entona, en lugar del Dies Irae o la tremenda como la llamábamos los latinos desde el medievo, cánticos de resurrección. Boris Nicolaevich Jeltsin fue despedido ayer con los honores de un zar. Vi la impresionante ceremonia por una cadena alemana. Un diacono barbitaheño atacaba las estrofas del "dios dé paz a su alma" mientras el subdiácono lampiño pero con bigote y una poderosa voz de barítono iniciaba el responso de las letanías. Las capas pluviales y tiaras recamadas de oro se confundían en abigarrado colorido con las barbas blancas y negras o rojizas de los popes y el humo del incienso se alzaba hasta las cúpulas entre el fervor de los cánticos del rito solemne y el luto riguroso de la viuda y los deudos.

 

Oficiaba el archimandrita Cirilo pues el patriarca Alexis II primado de la Iglesia ortodoxa no pudo presidir la concelebración por enfermedad. El obispo Cirilo colocó a manera de salvoconducto sobre las manos exangües del difunto un icono de la Virgen María y le dio la absolución valedictoria según un culto ancestral que tiene un origen griego, donde el icono marial sustituía a la moneda que introducían los helenos entre los dientes del cadáver para pagar la moneda al Barquero.

 

Era el portazgo y el salvoconducto a la eternidad. A todos nos llega la hora. Todos hemos de subir a la barca de Queronte. Allí presentes, los viejos "enemigos" (Bush padre, John Mayor, Clinton, Gorbachov) con una vela en la mano como novicias en un entierro siendo los hombres más poderosos del mundo. A Clinton se le vio llorar con el mismo denuedo con que en una ocasión lo vimos reír junto a Boris soltando amarras tras una tensa entrevista en la cumbre en la que se anunciaban grandes nuevas para el mundo: el final de la guerra fría y las superpotencias firmaban el armisticio de la paz.

 

Fue al cabo de unos días tensos a raíz de la guerra en Yugoslavia cuando este planeta estuvo a punto de saltar por los aires. La capitulación rusa hizo posible la globalización, la supresión de barreras y la llegada de una era de comunicaciones interactivas de la cual no cabe seguramente marcha atrás. Paradojas y contrasentidos de la Rusia misteriosa y mesiánica. Que un campesino y un oscuro jefe de distrito de los Urales llegase a jefe del Politburó y liquidase a la Urss y que haya sido sepultado con los honores de un zar. Que los viejos contrarios, reconciliados dentro de lo que cabe, se encuentren presentes en el funeral del padrecito al cual tanto le gustaba el agüita de vida esto es la vodka no es para echarlo en saco roto. Soplen y marchen. Prodaljaet. (marchemos) Gorby, su rival incandescente, al que derribó en un golpe de estado estaba en el banco de respeto pero sin vela en la mano. Putin su sucesor hacía santiguadas cada vez los oficiantes invocaban a la Trinidad (vo imia Otsá i Sina i Siatovo Duja) En el nombre del Padre y del Hijo.... A mi me pareció escuchar el rumor de las alas de un serafín, el ángel de la paz, un mensajero del Espíritu Santo que se columpiaba sobre el sabbaoth del iconostasio y cuando el diacono cantaba la epístola de san Pablo en la cual se afirma "la vida humana no se arrebata sino que se transforma en la resurrección" se escucharon armonías maravillosas. Paradojazas de una nación escarnecida, vilipendiada, la llamada cárcel de los pueblos (tiorma ludei) que padeció la tortura del gulags y de las hambres más atroces en la era de postguerra pero donde las profecías de Dostoyevsky parece que se están consumando.

 

Que ha expiado su dolor y que sale adelante con sus dificultades cierto pero Europa necesita una Rusia estable y segura. ¿Dónde está muerte tu victoria? ¿Dónde está muerte tu aguijón? Nos preguntamos alborozados con san Pablo los que de verdad amamos el bien y la belleza y odiamos la iniquidad y la mentira y tenemos fe en la capacidad del ser humano para el amor y para el progreso, no para la guerra. El fin de la era Jeltsin marca un hito en la historia universal. No cabe marcha atrás. Imponderables aparte, se aleja de nosotros el fantasma de una conflagración atómica. Nuestra generación no tuvo infancia pero tuvo Vietnam y nos acostumbraron a vivir con el miedo a la Bomba. El líder ex soviético significó un alivio para tal pavor.

 

A lo que se ve, no era un ateo convencido sino un cristianin o creyente, uno de tantos, en el sentido eslavo de la palabra (como en español se llama cristianos a la gente común) y cuando el coro rogaba al Señor dador de vida personase los pecados de palabra obra y omisión de Boris Nicolayevich, yo me acordaba en esos instantes de una novela de un judío, Philip Roth, que se llamaba algo así como el "Santo Bebedor". El adalid de la post-perestroika a su modo fue una especie de santo laico. Que le daba un tiento al jarro de vez en cuando pero ¿qué pasa? Son las inveteradas costumbres del país de los brindis; robándole botellas de gasolina a los depósitos de los gigantescos T34 los "ruski soldati" entraron en Berlín a costa de miles y miles de bajas. Una carnicería tan atroz no hubiera sido viable sin saltaparapetos porque, también cabe recordar, que las juventudes hitlerianas vendieron cara su derrota. En Rusia, o Rosía mayá, tienes nombre de rosa, pero eres dura como un leño, al que no bebe lo tienen por marica.

 

Dios escribe al derecho con letras torcidas porque si aquella mañana de abril ahora hará unos años, cuando Jeltsin se levantó con resaca, no vuelve a emborracharse, aturdido por lo que acababa de firmar, y le quitan la llaves de mandos del maletín nuclear todos aquellos que ahora le insultan y le llaman borracho – señor Sánchez Dragó un poco de respeto que la televisión en la que usted actúa con trazas de simio la pagamos todos- todos nos vamos con San Pedro. Por eso es verdad el antiguo aforismo que escuché en una taberna cerca de la Piatniskaya ulitsa moscovita a un "cristiano": Dios perdonará, perdonará eternamente a los borrachos. Misterios del alma rusa.

 

Un país que perdió cerca de cuarenta millones de seres y más de cuarenta quedaron mutilados en la guerra contra Hitler y que permitió el resurgimiento de Europa haciendo uno de sus clásicos mutis, ensimismándose, por el foro durante la terrible postguerra estaliniana, es un país al que debemos mucho y dejar de reconocerlo sería necedad... Un país que tiene un sentido mesiánico y redentor de la historia y se sacrifica por todos los pecados de los hombres como un nuevo cordero de Dios. Duro, fuerte, y que sólo puede ser dominado con vara de hierro y que siempre resucita.

Toda vez que la creen arrinconada y rendida – fue el error de los generales alemanes- de pronto revive. Rusia llena de contrasentidos y de contraste capaz de la mayor violencia y la más suave ternura plasmada en las famosa taská que brota en canciones tristes al acordeón o la mandolina. Pueblo del sufrimiento redentor. Donde todo es posible: el que el hijo de un campesino y nieto de siervos de la gleba llegue a ser considerado el más alto barín (aristócrata) y que haya tenido en sus manos gafas –le faltaba a Boris el dedo pulgar por un accidente- el destino de la humanidad es un concepto para ser tenido en consideración.

 

Con Jeltsin desaparece una de las figuras más importantes de finales del convulso siglo XX en su década crucial y la más dura de todas. Paz a su alma y paz para todo el género humano. Descanso eterno a todos los muertos. Ojalá que a mí también me hagan un funeral como a su persona, y me responsee toda una clerecía de cincuenta popes con sus dalmáticas y sus incensarios. Con unas exequias tales no importaría morirse. Es como tomar un autobús hacia el cielo. ¿Por qué? Porque creemos que después de esta vida haya algo más los que esperamos y aguardamos la resurrección de la carne. Seguro que el "santo bebedor" ya está en el cielo. Niebó que dicen los rusos.

 

 

 

Miércoles, 25 de abril de 2007, día de san Marcos rey de los charcos

 

 

 

CALLESE SR AZNAR. CÁLLESE

 

 

 

Antonio Parra

 

 

 

 

 

Los jefes de gobierno en Democracia cuando les llega el motorista de las urnas, que suelen ser inexorables en su escrutinio, cierran el pico, o se van a cultivar sus dalias o cabucar sus alcorques a domicilio (tampoco les queda tan mala paga) y tratan de no incordiar o al menos no estorbar. Eso es en Democracia y son las reglas del fair play. Juego limpio, pues. En las repúblicas bananeras no aceptan el veredicto popular y andan buscando justificaciones leguleyas y llamándose a parte. Andan con bravatas y correveidiles de acá para allá alegando pucherazo. Lo que resulta bochornoso si tales dictámenes de revancha se hacen eligiendo foros extranjeros. Entorpeciendo la gestión exterior de sus gobiernos. Eso no es elegante. No es ético. De mi larga estadía en Londres me impresionó el gesto de Harold MacMillan que volvió a los quehaceres de la prestigiosa editorial familiar y se retiró a su quinta de Kent, con una buena pomarada de manzanas Cox, después de que las urnas le negaran el beneplácito a causa del escándalo Profumo donde cuidaba de su jardín y contestaba con evasivas a los requerimientos de la prensa para hacer entrevista (conservo una carta suya en que de una forma exquisita me da rotundas calabazas Super Mac como le denominaban los caricaturistas de Fleet Street para los que su rostro anguloso y peculiar era una auténtica mina). Sir Alec Douglas Hume, un aristócrata dignísimo, un superclase y un viejo zorro de la política, se compró una caña y se fue a pescar salmones a los lochs de Escocia. De este líder británico guardo buenos recuerdos y una foto en su compañía con él a orillas del Támesis. Le llamaban sus amigos y enemigos The skull (la calavera) no sé si porque era hético y cenceño y lo más parecido a un cráneo humano o porque jamás descomponía el gesto. Helmut Schmidt, el alemán Helmut Schmidt, un periodista brillantísimo y que de teniente de la Wehrmacht pasó a ser el gran valedor de los intereses hebreos en Alemania en su calidad de director de Die ZEIT, cultivó sus aficiones melómanas y tocaba el órgano o la pianola por las tardes en su domicilio de Hamburgo. En un par de entrevistas que le he visto televisión alemana vía satélite sigue fumando como una coracha, algo más gordo pero dueño de su proverbial clarividencia y de su desencanto, y de su sucesor Helmut Kohl, el gordo Kohl, nunca más se supo. Heath, don Eduardo Heath del que he hablado largo y tendido en mis crónicas fue nombrado director del orfeón de su pueblo. Wilson, don Harold Wilson que en paz descanse, se entretenía cuidando de sus nietos, y aferrado a su proverbial cachimba en la cual encuentra inspiración para la redacción de sus memorias, ayudado por su incondicional secretaria Marcia Williams, aguardó, longánimo, la llegada de las Parcas, ya casi nonagenario. James Callaghan cuando dejó la vida política guardó un bajo perfil. Jimmy Carter del que escribí lo mío durante mi corresponsalía en USA se dedicó a la filantropía y a construir manos a la obra como un albañil cualquiera casas baratas para pobres en Centro América. Y eso que era un experto en la guerra termonuclear. Monsieur Pompidou, muy francés y un orador cabal, hijo de un hispanista, abrió las páginas del Quijote para encontrar consolación en su retiro cerca de Colombé –les- Deux- Eglises, el sitio de la campiña que vio expirar la grandeur de De Gaulle. Pero Giscard d´Estaign, más puñetero y que nunca me cayó bien pues me caen mal los masonazos y masonazo me era él y enemigo acérrimo de España, tuvo varios amantes, flirteó con la mujer de Pierre Trudeau (otro de mi época que ha dejado de fumar) y algunos avisados amigos que tengo en Paris me informaron que se iba de putas al Bois de Boulogne. Jeltsin se aferró a la botella y de eso acaba de morir. Yo creo que era un buen hombre y pese a sus gestos histriónicos y perestoicos le libro al mundo de no pocos baticores, por lo que me parece una broma el "homenaje" que le hizo el Sánchez Dragó, ese petulante mamporrero y enano encaramado en los informativos, llamándole borrachuzo por Telemadrid cuando el cuerpo del ex dirigente ruso estaba aun caliente (eso no se hace, señor Dragó, siga uzté con su rostro asnal y su rosa y su agua mineral sobre la mesa dándonos más de lo mismo y mucha telebasura, mala critica, peor prosa con mucho refrito y "guns and roses" y a los demás, seltz con soda. Y digo esto porque yo vengo de un mundo elegante de confrontación de bloques pero donde se respetaban las reglas del juego, oiga. A los presidentes y ex primer ministro de los países importantes les viene la sabiduría con la jubilación y para ellos el retiro se convierte en tiempo de reflexión. Aznar, por lo que veo, sigue siendo tan carpetovetónico hasta en eso. No se conforma, no tira la toalla. Es terco como oriundo de navarricos y asoma la gaita en la Georgetown o se va a Moscú a hablar con los rusos de Gazprom sin previo aviso. Lo correcto es previamente evacuar consultas con el Ministerio de Estado o llamar teléfono al Palacio de Santa Cruz. Cállese, señor Aznar. Cállese. Estaría usted mucho más monín calladico. Sus últimas manifestaciones públicas parecen torpedos a la línea de flotación del gobierno de ZP. Y eso es juego sucio. Me parece a mí. En realidad don José Mari no es más que un chico de los recados (errand boy) de la Fox. Lo tienen de botones y él el hombre se pone finchado como una pava creyéndose una especie de oráculo de los intereses occidentales. A lo largo de mi carrera periodística estudié bien el Departamento de Estado y hasta en una ocasión entré en Pentágono. Allí todo a veces parece lo que no es. Un laberinto en el que confluyen los intereses económicos geoestratégicos tecnológicos y empresas. USA carece de amigos y sólo tiene intereses. Se trata de unos negociadores muy duros y las bandas de actuación tanto del Ejecutivo, del Legislativo los militares o la CIA son vetas separadas y comportamientos estancos. Círculos concéntricos hasta llegar al arcano del poder, el módulo íntimo lo mismo que si se tratase del núcleo de la bomba atómica. En unos sitios te hacen el paripé y en la puerta más allá te dan caña. Luego los del New York Times y el Washington Post tienen la última palabra. Aunque la verdad sea dicha todo el poder reside en Wall Street. Paradojas de la vida americana y del Departamento de Estado donde siguen si fiarse mucho de Aznar. ¿Por qué causa? Bien sencillo. ¿Recuerdan ustedes la crisis de la Isla Perejil? Bueno pues allí Aznar metió la gamba al introducir la mano en el avispero del Magreb. El más antiguo tratado de Amistad y de Cooperación de la Unión es el firmado por unos de los presidentes norteamericanos con el califa de Rabat. Es zona exclusiva a sus intereses estratégicos. No quieren que se les incendie el polvorín del mundo árabe. En ese sentido, comprendo muy bien a ZP que es un político bastante avisado aunque le lluevan vituperios de tonto por todas las partes, pero sus servicios secretos deben de haberle puesto al loro de que ojo con Marruecos, aunque estando todas mis simpatías con nuestra antigua colonia del Sahara. Que nos quitaron los americanos por una razón muy sencilla allí hay fosfatos y puede haber petróleo. Entonces la Cia organizó la Marcha Verde. Eso puede que le costara las elecciones generales no por su servilismo en Azores sino por algo mucho más grave e indiscernible, críptico y paradójico como es la complicada política exterior Usa siempre a cargo de los "wunderkinder" del Pentágono y del Departamento de Estado, casi todos ellos con apellido alemán, de la escuela del físico Von Braun, o de origen judío: Gaspar Weinberger, Kissinger, Harold Brown, Schlesinger [George Bush al poner una negra, Gondoleza Rice (mucho arroz para un pollo), ha roto toda una tradición y es por lo que la gestión externa, por eso, no porque sea mujer una negra, sino que para dirigir ese barco hay que tenerlo bien puestos, o la propia Margarita Albright la que decía "cojones" con tanto tronío y en castellano que le dio a Bush muchos quebraderos de cojones por causa de la crisis de Yugoslavia y que por poco estuvo a punto de costarle al mundo una guerra nuclear un día que Boris Jeltsin se levantó con resaca, menos mal que alguien le escondió las llaves del maletín secreto o caja de mandos de los misiles] coparon esos cargos. La norma es que su política sea ambivalente y ambidiestra pero sumamente conjuntada y eficaz. En el State Department mandan los liberales y en el de Defensa los tipos duros. Los unos tienen los mejores diplomáticos y los mejores espías aunque a veces les falta tacto y son algo manazas. Los otros tienen las mejores armas, los más versátiles aviones de combate, pero les falta infantería y es la infantería lo que gana las guerras y los muchos cojones y no la tecnología. El otro arma poderosa en sus manos es Hollywood el gran altar mediático de donde se oficia un poco la ceremonia de la confusión, se rinde culto a la violencia con películas de buenos y malos, y la bazofia y los líos de cama están a la orden del día para goce de los cotillas de nuestra telebasura española. No es un mito aquello de halcones y de palomas. En cuanto a Aznar, éste ha tenido muchos panegíricos a este lado del charco. Hay quien lo pone por las nubes. El mejor presidente que tuvo España, el que levantó la economía (a base de poner ladrillos y vender parcelas, claro está), el que acabó con Eta (tampoco es cierto) y blablaba. A mí Aznar me pareció un buen alcabalero, un buen funcionario de Hacienda pero un mal presidente de gobierno. Desmanteló el ejercito, quiso liquidar la administración, se llevaba mal con los catalanes, caía antipáticos a los vascos y luego era un señor que hablaba muy serio y se reía con una risita floja de Bud Bunny, el conejo de la suerte. El conejo de la suerte. Sí. Sí. Para mí su mandato coincidió con un tiempo de desgracia y de persecución que no sé ni cómo puedo estar aquí. Tuvo desde luego buenos gestores como Cascos, Rato o superalcaldes como el de Villanueva de la Cañada, Luis Partida en quien yo veo merced a sus capacidades administrativas y dotes de permeabilidad y capacidad para la negociación y los negocios a un buen líder del PP –su figura es más plana y no tan decorativa como la de Rajoy pero hombre eficaz y es eficacia lo que España necesita en estos instantes, no buenos discursos- pero sus chicas a mi juicio no alcanzaron el fiel de la balanza del examen de grado (la Tocino, la de Palacio, la ministra de Insanidad aquella malagueña de cuyo nombre no quiero acordarme, la Espe] Doña Esperanza Aguirre creo que más que ministra de Cultura era la ministra del diseño y de la imagen. Ahora quiere ser reina. Dicen que a su peluquero lo hizo subsecretario. Premio. Pero en cultura, cero patatero. Aznar no tenía mano izquierda y se hizo antipático al personal. La gota que colmó el vaso fue el hundimiento del Prestige y la explosión de impopularidad estalló con la guerra de Irak. Las bajadas de pantalones con los americanos no suelen ser rentables en la política española. Hay que amarrar y soltar cuerda. Pero Aznar se creyó porque toma una vez el té con pastas en Downing Street que ya era amigo intimo de Tony Blair. No conocía tan bien a la pérfida Albión como creo conocerle yo. Tampoco tienen amigos los ingleses sólo intereses y con su postura en Irak José Mari dio mucho más de lo que recibió. En cuanto a sus manifestaciones patrioteras sobre la unidad de España que todos defendemos y por la cual yo he tanto he sufrido me parecen fuera de lugar haciéndolas desde Washington. Les puedo contar una anécdota de cómo a mi antecesor Félix Ortega, uno de los mejores periodistas que he conocido, nos llamaron al orden porque nos liamos a escribir mucho desde la ciudad de los rascacielos sobre la preeminencia que se daba a los políticos del PNV allá. De hecho el lendakari Aguirre independista recibió asilo en América tras nuestra tragedia civil y se mimaba a los catalanes. Lagarto, lagarto. Bueno pues Aznar es nieto de un exaltado separatista vasco, el simpar don Manuel Aznar el organista y ex seminarista que al final de sus días decepcionados afirmaba que lo que a él le hubiera gustado en realidad es haber sido cura pero fue periodista y de prestigio en el Régimen anterior, amnistiado por Franco de la pena de muerte. Yo creo que era una buena persona pero sin convicciones políticas demasiado estables y un tránsfuga característico. Emilio Romero no le podía ver. Así que Cállese, don José Maria. Cállese. No eche más leña al fuego que están los ánimos confusos y el país muy revuelto. El pueblo desorientado. Y los de la COPE hechos un brazo de mar y todo el país hasta las cejas comiéndose su propia mierda con la telebasura y la pornopolítica. Me hablan de la once eme – once mierdas- y tiro del enchufe del televisor. Escucho la palabra eta y apago el conmutador. Harto de tanto guerra civilismo de tanta ceremonia de la confusión. Por eso a veces me da pena el pueblo español al que suelen engañar con tanta frecuencia los demagogos. Nos la están metiendo doblada unos y otros. Dejen a nuestro presidente gobernar. Sin razón o con ella siempre será mi presidente. Aunque venga de León, no es don Suero de Quiñónes. Se llama tan sólo Rodríguez de primero y de segundo Zapatero. Un chico de otra generación. Y con buenas tragaderas. Vale para político. Todos los días al desayuno, un sapo.

 

24/04/2007



DEL SALT AL SART Y OTRA VEZ VOLVER A EMPEZAR

 

 

 

Antonio Parra

 

 

 

La noticia de que los Estados Unidos están tratando de arrimar las bases de lanzamiento de misiles nucleares al limes ruso me parece de un tenor escalofriante. Por lo que merecen toda nuestra aprobación de antiguo politólogo las protestas del embajador de la Federación Rusa en Naciones Unidas desenmascarando un acto hostil que puede encarrillar a este planeta a un conflicto atómico o, en el mejor de los casos, relanzar la carrera de armamentos estratégicos de la guerra fría que todos creíamos aparcada tras la firma de los tres tratado SALT y posteriormente en los 90 de la pasada centuria los START firmados en Viena entre Breznev y Carter. Como periodista que asistió a la conferencia de Helsinki en 1969 y cubrió para la agencia Pyresa de Madrid la era Carter desde Nueva York añoro en parte aquellos tiempos en que el manisero de Plains, una oscura localidad perdida en el inmenso estado sureño de Georgia, nos deleitaba hablando de paz con los soviéticos y hablando de una nueva era de paz y de cooperación entre las superpotencias. Éramos todos unos ilusos. Nos estaba vendiendo la burra mal capada como se suele decir en romance. Pese a su humilde apariencia de cristiano fundamentalista, abstemio morigerado de costumbres, muy pagado del amor de su esposa Rosalyn y de su hija Amy, Jimmy Carter ocultaba una carta bajo la manga. Era un especialista en cohetería nuclear desde su graduación como guardiamarina en la escuela Naval de Anápolis a las órdenes del almirante Rickover. Mientras hablaban de paz y de lo bueno que era el mundo en el Pentágono estaban preparando la guerra de las galaxias. Los poderosos a veces resultan unos consumados equilibristas en el arte del doble lenguaje. Después de la era Carter que fue el colofón a la era Nixon, a la era Ford y a la era Kennedy, se avecinaban los tiempos duros de Reagan, de Bush padre y de Bush hijo. Las palabras se las llevó el viento y henos aquí todos de nuevo ante el punto de partida. El belicismo se hace notar en el lenguaje aguerrido de algunos políticos. El dúo Bush Blair – ambos apellidos escritos con be de burro y be de bestias- toca el clarinete con tanta solercia y habilidad como lo pueda hacer Woody Allen en ese local del Bajo Maniatan. Y con tanta fuerza que nos aturde pues hay palabras gruesas en el aire y la atmósfera está muy sobrecargada de amenazas. El malo de la película es ahora Irán al que la propaganda belicista culpa de estar armado hasta los dientes de parafernalia atómica de la misma forma que otrora se culpó a Sadam Hussein de contar con el arma letal, lo que desencadenó esa horrible carnecería de la guerra de Irak que día a día contemplan horrorizados por la televisión nuestros ojos. ¿Dónde estan aquellas armas de destrucción masiva con que contaban los irakíes? Pues en ninguna parte. Todo quedó en agua de borrajas y ardides, añagazas y justificaciones leguleyas para dar soporte legal al estallido de una guerra. Se han esgrimido bastantes mentiras y muy gordas al respecto. Los que confiamos de que en aquella reunión en la cumbre el año 89 entre Bush senior y Gorbachov con los que se sancionó un pacto de no agresión y se firmó el finiquito de la Urss iba a reportar beneficios para la paz mundial. Aquel día de diciembre la mar era arbolada en Chipre donde tuvo lugar el encuentro todo un presagio de las nuevas galernas que habrían de sobrevenir en un mundo multipolar. Asolado por las hambrunas, las injusticias sociales, los desequilibrios económicos, los movimientos en masa de poblaciones, la emigración sin control. El mundo en 2007 es mucho más peligroso e inseguro que lo era en 1989. Todo eso se lo debemos a la caída del muro de Berlín al pacto de amistad y de cooperación sellado a bordo de aquel buque. Sin embargo, el pesimismo no tiene por qué invadirnos. Es preciso hacer virtud de la necesidad. El bien saldrá adelante y los perversos serán confundidos y ahogados en su propia carnaza. No conviene lanzar patadas contra el aguijón ni blasfemar contra el espíritu de los tiempos o lo que un filosofo alemán llamaba el Zeitgeist. Los que conocemos y amamos a rusia sabemos que es un país fuerte de sorprendentes recursos acostumbrado a resistir y a salir volando como el ave fénix de sus cenizas y de los calamitosos tiempos de ferralla nuclear de Gorbachov o de Yeltsin en que aparentemente se puso a toda una superpotencia en almoneda han nacido los nuevos modos de la era Putin que da la impresión de ser un hombre fuerte y que no se hará de miel ni le temblará el pulso ante las bravatas de los warmongers de siempre. Desgraciadamente el arma nuclear vuelve a estar en candelero. La creíamos enterrada. Obsoleta o como una herramienta de suicido colectivo para toda la humanidad. Algo obsceno, inmoral que al pobre padre de la bomba atómica Albert Einstein le hizo sonrojarse al igual que a los científicos que apadrinaron el proyecto de los álamos en Alma Gordo. El exterminio puede ser masivo y el grado de supervivencia cero, se decía. Pero también hablábamos por aquellos días los cronistas del famoso "edge" o pequeña ventaja en la contundencia y profusión de la arponería del exterminio. Hoy se ha suprimido el concepto deterrent o miedo a la bomba. Dice un refrán español que el que ama el fuego en él perecerá y algunos parecen empeñados Vendría el holocausto universal, el verdadero holocausto. Aunque algunos ilusos, iluminados o mentes diabólicas piensan que puede haber algún superviviente para contarlo a bordo del Air Force One. ¡Qué ilusos! Pertenezco a una generación que aprendió a crecer y a convivir con la bomba puesto que se trataba de una amenaza contingente con pocos visos de materializarse pero ahora los viejos demonios familiares vuelven a resurgir. Me llena de terror por ejemplo que Israel se presente al programa de Eurovisión con una canción que se titula así "Vamos apretar el botón". No se nos pasaba por la cabeza el horror que puede ocasionar al estallar esas ojivas nucleares al estallar. Porque creemos en la paz. En el shalon. En el mir de los rusos. En la pax augusta. De Roma

 

)




 

 

TÍO MONAGO Y EL TABACO

 

 

 

Desde 1929 no he fumado ni un solo pitillo. Había en Fuentesoto un médico al que llamaban don Adolfo, no sé si lo recordareis, que me dijo a qué no tienes cojones, Monago, y dejas de fumar y yo le dije ¿no será por una apuesta, doctor? Pues ya lo verá.

Y al punto dejó el Tío Monago de fumar, execrable vicio al que denominan venganza de los indios. Varón de voluntad recia y enteriza, sería difícil encontrar en los pueblos de la contornada y la ajarquía de Villa y Tierra y en toda la cabeza partido un hombre tan voluntarioso como él, y que trazara los surcos tan rectos.

El año 29 fue el año del crack; se derrumbó la bolsa neoyorquina, cayó la dictadura de Primo de Rivera, y Monago acababa de venir de la guerra de África. Su decisión le trajo beneficios para la salud del alma y del cuerpo; alivió sus pulmones, clareó su garganta y hablaba sin tener la voz tomada.

 

           Ahorré miles de duros. Así que, ¿qué te parece, Constantino?

 

Constantino era el alcalde de Fuentesoto. Muchas tardes con los de su cuadrilla se reunían para echar un trago en la bodega y charlar a la sombra de un almendro que crecía erecto sobre los declives del somo. Unos parecían Sócrates y otros Descartes.

Pocos podrían dar de mano a aquellos buenos españoles a la hora de filosofar. Esplendoroso personajes. Monago de letras sabía poco. No había vuelto a coger un libro desde cumplir con la escuela. Alto cenceño, frugal caballero de la triste figura. Todo lo contrario que Constantino del Val, que era amigo del buen yantar, buen compañero del jarro; la colilla del cigarro entre los labios formaba parte de su fisonomía.

 

Estaba ya próximo a concluir el verano. La luz diamantina de septiembre traía entre sus fulgores el anuncio del invierno. El pueblo olía a uva, el trigo metido en la cilla, la paja en el pajar, las trojes aventando grano y las golondrinas que se habían marchado.

Los renteros iban a casa del amo a cobrar la soldada. El sol se mostraba benigno, pero el cierzo apretaba relentes mañaneros y había que defenderse con el tapabocas. Ya en la lejanía blanqueaban las primeras nevadas sobre los puertos. El otoño es un tiempo de sazón en el cual el hombre ha de meditar en su destino. Todo se acaba.

 

—Pues yo fumé desde los trece años y no pienso dejarlo— decía el alcalde— y a lo mejor cuando me saquen con los pies para adelante en aquel momento abandonaré el puñetero vicio. También los que no fuman se mueren, no te creas, Monago.

 

           Mira tú, la diferencia está entre vivir enfermo y morir sano. Nunca estuve malo. No cojo por el invierno ni un catarro

 

           Qué cosas dices.

   Fumar o no fumar tanto da. Los hay fumadores que mueren de viejos dándole a la cigarra. Recuerda al tío Colodro al que acabamos de dar tierra. Se ha ido con 99 años y no salía al campo sin su petaca y su librillo de papel de fumar, mientras al Tío Zoilo mucho, más moderado, lo subimos al camposanto no hace ni media semana. Creo que no había cumplido ni los 50.

 

     Depende de la naturaleza y los excesos. Todo ha de hacerse con moderación.

 

Virtus in medio est, decía el clásico — agregó el alcalde que sabía latines pues estuvo tres años en el seminario y ayudaba misa al párroco don Belarmín.

 

El quid nimis de los clásicos en aquella morigerada tertulia en la bodega volvía por donde solía. De nada, demasiado. Hay que ir a todo con tiento y al vino como rey y al agua cual rey. Poca gente sabe vivir. A Constantino el alcalde le llamaban el curilla. Su conversación poblada de adjetivos y sustantivos inusuales y algo rebuscados le incitaba a las citas de los clásicos y a proferir sentencias tomadas de la gramática del Errandonea.

 

 Era algo epicúreo y no había misa de funeral o banquete patronal donde no estuviera Constantino. Su amistad con los curas no era óbice para profesar un cierto relente anticlerical. Monago por su parte se mostraba escéptico ante los planteamientos de su amigo. Le gustaba subirse a la escalera del tiempo y observar impávido el discurrir de la existencia desde los bardales. Los dos eran solteros.

 

Monago porque era algo retraído para con las mujeres. Le costaba trabajo arrimarse a una y el alcalde porque tuvo una madrina de guerra en la mili, pero se le murió. A ella guardó ausencias de por vida.

 

El tiempo cubrió sus sienes de ceniza curtió su piel amojamó sus carnes... volaban los dos como dos cuervos ancianos con alas de plomo hacia la muerte, el paso renqueante pero ¡qué se le va a hacer! esta es la vida. El uno gustaba de las delicias de Baco, el dios oscuro, y, cuando se emborrachaba, declamaba versos diyámbicos de Virgilio. Monago, por su parte, abstemio, profería pestes contra el vicio del tabaco. Murió sin conocer la gracia de dios y sin haber prendido una targanina con el chisquero que todavía guardaba como una reliquia del voto que hiciera a los dioses el año del crack.

Val vivió algunos años más asistiendo a las cuchipandas de los curas; cantando el arrobo el "arrobo cagao que a mí no me han dapo si cojo al quillo le tiro al tejao" durante los bautizos y contando historias en las noches de filandón.

Ambos personajes han regresado a mi memoria palpitando entre los renglones que yo escribí allá por el año 76 en Londres.

Han pasado cuarenta años y, recordando a mis dos amigos de Fuentesoto, enciendo mi pipa y echo un trago de aquel vino de la ribera que bebíamos en mi pueblo, vino puro sin sulfitos ni polvos de la madre Celestina. Néctar de los viejas deidades mías que atolondra y hace bien al cuerpo y al alma mientras brota a la boca la espuma de una gran cascada de recuerdos. A ver quien es el majo.

 

 



LOORES A SANTA MARIA Y ALGO SOBRE EL CIERRE DE LA IGLESIA DE ENTREVÍAS

 

 

 

Antonio Parra

 

 

 

Reina del cielo, alégrate, porque Áquel al que mereciste portar en tu seno resucitando cumplió lo prometido. Por todas las iglesias del mundo suenan las estrofas del Regina Coeli y el orbe entero honra al Madre de los creyentes. Laetare, dicen los latinos. Radesti. Los rusos. Este año la pascua coincidió en los dos calendarios litúrgicos que fijan la liturgia de toda la cristiandad, el gregoriano y el juliano. En Madrid llueve. No creo en los neocoms ni en los que están dando vueltas a la historia tergiversando el misterioso mensaje de Cristo. El Evangelio cuenta una historia en clave, lo que sirve para dar vuelo a la cometa del enigma. Las interpretaciones ad libitum y últimamente se trata de obviar a la Virgen y elevar en un trono a Magdalena la pecadora arrepentida, la que dijo una vez "Rabóni", maestro mío proliferan por doquier pero ya lo hemos denunciado y expuesto, antes de aquí: esto es parte de un juego. Los ateos parásitos quieren fagocitar vendiendo libros que tratan de atacar o poner patas arriba el engranaje de la cristología.

 

Y hasta tratan de casar a la Magdalena con Cristo lo que es un imposible. El Rabí era un esenio hasta sus últimas consecuencias. Continente y abstinente pero quiso quedarse en la eucaristía transubstanciado en pan y vino. Otra asombrosa paradoja que un abstemio amase la vid y alternase con el personal que vive y bebe en las tabernas. Publicanos y pecadores por toda escolta. La Escritura es lacónica en facilitar datos y sus filiaciones personales. A costa de los del código de Vinci se están escribiendo verdaderas barbaridades. Pero Cristo, el Cristo ortodoxo de Dostoievski, calla. Que cada uno piense como le plazca pero esta actualidad que tiene el personaje y de los que le escarnecen y aprueban cada oportunidad para argüirle de impostura es una prueba de su presencia en el mundo.

 

Cristo está vivo. Cristus hieri, hodie et semper. Hasta su segunda venida. Nosotros creemos que nació de madre virgen en el parto, antes del parto y después del parto pero, apasionados de la hermenéutica bíblica, algo que aprendimos en los cabalistas, no nos contentamos con la fe del carbonero y andamos buscando pies al gato porque Cristo se ha hecho parte de nuestras pecadoras vidas…

 

Ahora bien, la Virgen que aparece en el Evangelio es la doncella de Nazaret, la madre solícita en las bodas de Caná "hijo, no tienen vino" y la aldeana que recibe un varapalo cuando le dicen a Jesús "ahí están tu madre y tus hermanos" cuando querían tirarlo al río en su pueblo – nadie es profeta en su tierra- y Él otorga una contestación ambigua: "¿Quiénes son mi padre y mis hermanos? Los que cumplen la ley" y por último la madre dolorosa al pie de la cruz. A lo largo de los evangelios sinópticos María abre la boca no más de un par de veces. En los apócrifos que cuentan de ella historias maravillosas muchas más. A nuestro entender la apoteosis bíblica de la Virgen tiene por punto de referencia al Libro del Apocalipsis en el cual se le asigna el papel de Corredentora con Cristo. La mujer que aplastará la cabeza del dragón y conculcará la cabeza de la serpiente. Su concepción inmaculada es un dogma. Y esta es la Virgen del culto de hiperdulía (tan barroco, tan recargo pero tan cercana al alma de las gentes; hay cosas más cercanos al corazón que al raciocinio y María Madre Nuestra es parte de este misterio designio), algo con lo que nacemos los españoles.

 

Nos destetan y nos entierran con esa devoción. Al nacer nos colocan sobre el pecho escapularios y nos amortajan con rosarios entrelazados en las manos. Pocos españoles habrá que no la hayan rezado alguna vez. Sus ermitas, sus humilladores están esparcidas por la Piel de Toro y su imagen presente en los edículos, en los vestíbulos de las casas, en las medallas colgadas al pecho bajo las diversas advocaciones. Una imagen suya cabalgó con el Cid y los conquistadoras la portaban en sus monturas; por "Mi Dios y vos" era el lema del marqués de Santillana. Y los pueblos compiten entre sí y andan a palos por demostrar que la Virgen de su pueblo es más guapa y sale más atalajada en las procesiones que las del anejo. ¿Pero cómo puede ser? Repiten los viajeros que nos visitan desde el Calixtino en sus descripciones corográficas de los usos y costumbres hispánicos.

 

Virgen solo hay una. Sí y no. Vayamos por partes y para demostrarla en este marasmo de rivalidades regionales de campanarios –lo de las autonomías puede que no sea más que un eructo de toda esa latencia- la copla: "La Virgen del Pilar dijo a la de Montesarrat si tú eres catalana yo soy aragonesa y con sal" etcétera... Laetare. Alégrate. Hemos ganado. Resucitó y esta alegría y protección de María se hace notar en las Cantigas y sobre todo en Berceo.

 

Estoy pensando en un poema bellísimo. El del cura lerdo y analfabeto que no sabe cantar otra misa que la de la Virgen por sus cortas luces y porque se la había aprendido de memoria: el Salve Sancta Parens. No sabía leer y tocaba de oído. Alguien – soplones y chivatos no faltan en las curias, presbiterios, ministerios, salas de redacción y cuartos de banderas en la vida española, tan rijosa, tan recontrajodida y tan envidiosa- va con el cuento al obispo:

 

-Ese cura de ahí en eso, eminencia, es un zote. No sabe hacer la o con un canuto.

 

-¿Cómo, cómo?

 

Monta en cólera su Ilustrísima y estas gruesas palabras pone Berceo en boca del prelado: "decid al fijo de mala putaña/ que venga ante mí, no lo pare por maña/"

 

Y el pobre cura ignorante al que su obispo llamó hijo de puta, de cortas luces, pero devoto a ultranza de María acude a palacio y escucha la bronca de su eminencia que le anuncia sentencia firme de quitarle su modus vivendi, sus sopas, sus lentejas, su olla, su misa y su María Luisa, porque a la sazón todos los curas tenían moza igual que ahora. Y así suenan los denuestos en la candorosa cuaderna vía del vate de la Rioja:

 

- Cuando no has ciencia/nin has seso nin potencia/prohibote que cantes, pongote en sentencia/ vive como mereces por otra conveniencia/". Ladrillo de Roma. El obispo le aplica los canónes.

 

Suspenso a divinis y hala a la puñetera calle. El pobre preste desconsolado visita el altar de Nuestra Señora y Ésta toma cartas en el asunto a su favor y ajusta cuentas al obispillo desconsiderado y mal hablado:

 

-La Virgo piadosa, madre sin polución/ se aparece al obispo luego en visión/Dijole fuertes dichos, en braviello sermón/".

 

Esto es la Madre del Triste pone al obispo a caldo perejilero. "Yo nunca te quité valía de un grano/ Tú me dejaste sin capellano/". Andate con cuidadín, purpurado, le dice la Virgen. El obispo acepta la filípica y determina la rehabilitación del "preste vedado". Delicioso cuento de Berceo y deliciosa cuaderna vía. María socorre al pobre cura iletrado.

 

"Que jamás se ha oído decir que ninguno de los que hayan acudido ante su presencia en la tribulación hayan sido abandonado de Vos" canta San Bernardo en el himno del "Acordaos". Laetare, pues. Alegraos. La Virgen siempre nos echará una mano y bajo su halda nos hemos acogido siempre los desamparados. Esta poderosa señora del Apocalipsis es una metempsicosis de la humilde doncella de Nazaret y la del Canto del Magníficat. Se transforma en la Mujer vestida de sol y calzada de luna que aplastará la cabeza de la serpiente (y el feminismo ultra es una de las siete cabezas, también puede que lo sea el sionismo sin contemplaciones y las otras cinco son el fantasma de la guerra del odio y del hambre que se oponen al reinado de Jesucristo que es el del amor).

 

De todas suertes María está ahí como nos recuerda este milagro o ensemplo berciano. María corredentora y mediatriz del género humano. Los líos que ha habido esta semana en la parroquia de san Carlos Borromeo donde mi amigo y condiscípulo Enrique de Castro, el cura de los pobres, de las putas y de los drogatas que evangeliza al poblado de Entrevías ha recibido un réspice o braviello sermón de su ordinario. El purpurado Rouco me hace pensar en el obispo poco condescendiente de los "Milagros de Nuestra Señora" que despidió al buen capellán que no sabía decir otra misa que la del Salve Sancta Parens y ha echado el cerrojo a la parroquia de este suburbio alegando que daban a comulgar rosquillas. Bueno y qué. ¿Es que las rosquillas no son hostias también? Enrique de Castro, vallisoletano, hijo de un coronel de aviación estudió conmigo Retórica en Comillas. Era un seminarista muy simpático y muy guapo de chaval. Creo que siguió su vocación y ha querido vivir su sacerdocio al pie del Evangelio y de la Cruz. Con los pobres y desheredados. Fue el mismo compromiso del Maestro. Y lo malo del caso es que el que le aplicado los canónes, Joaquín Martín Abad es otro comillense y turolense para más señas. Éste era menos accesible y más beato. Acaso por eso, por ser más convencional y acomodaticio, ha hecho carrera en la curia. Enrique, no. Siempre fue un vivalavirgen. Simpático, buen amigo. Contaba unos chistes en la camarilla que nos mandábamos de risa imitando a los paisanos de Valladolid. Pero sus temas sarcásticos eran los de las criadas y los militares. ¡Que cosas! Ahora le cierran la parroquia. Nunca podré dudar de la ortodoxia de este sacerdote que ha seguido su camino aunque sus métodos de apostolado entren en choque con toda esa camarilla de fariseos que habla por una emisora y no para de hablar.

 

Creo que en este caso la Virgen está de parte de Enrique que vive la pobreza y la marginalidad de un sitio tan heavy como Entrevías y a lo mejor cualquier día de estos le tira un rapapolvo al bueno de Monseñor Rouco. Echar el cierre a una iglesia es un disparate por el mero hecho de que daban rosquillas en vez de hostias para comulgar lo mismo que suspender a divinis a un pobre capellán algo corto de entendederas que sólo sabía decir en el siglo XIII la Misa de Nuestra Señora. De cualquier manera. Creo que todo se arreglará. Regina Coeli, Laetare, aleluya. Ella nos defienda de todo mal. Así sea.

 

Bromas aparte, con esta disertación teológica tratando de adentrarme en la sublime maraña de la mariología creo responder a Ancasvil. Espero que mi admirado maestro no dude de mi ortodoxia. Sub tuum praesidium. Y uno de cuyo nombre no quiero acordarme anduvo diciendo por ahí levantándome falsos testimonios de que a mí me echaron del seminario. No, señor. Me salí yo porque a mí me dio la gana. A mí me hubiera gustado ser un curita que predicara el evangelio como Enrique de Castro pero me flaquearon las fuerzas para seguir al Rabí pecador de mí pero no para proclamar sus verdades caiga quien caiga. Y en esa demanda seguimos. Cristo hoy, ayer y siempre y la Virgen nuestra abogada, la que nos echa la mano a los perdedores. Gracias a ella aunque parezca que perdemos luego siempre ganamos. Pascua de Resurrección. Al que matasteis ha resucitado.

 

 

 

domingo, 08 de abril de 2007

 

 

 



Publicado por PREFERENS en 5:09

Reacciones: 

 

Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Enlaces a esta entrada

Crear un enlace

 



[1] la misma palabra almenara u hoguera es un préstamo del árabe

[2] Dextera Domini o dedo de Dios que se plasma con el dedo extendido sobre una mano que brota de un triangulo

[3] La tal Marfisa dice Garciasol era una pelirroja irlandesa pupila de la Casa del Niño a la cual don Francisco de Quevedo y Villegas frecuentaba y solicitaba

 



 

No hay comentarios: