2023-07-05
AMPARO CUEVAS Y LAS APARICIONES DEL ESCORIAL
Más cosas. Amparo Cuevas la mujer que dice se le apareció la Virgen en Prado Nuevo vuelve a ser noticia por haberse negado a comparecer ante el juez por motivos de salud aduciendo supuestamente un certificado médico del psiquiatra. Algunos perjudicados por su Fundación la acusan de estafa. Era de esperar.¡Pobre mujer!
Con estos difíciles cambios vividos en el último cuarto de siglo, cuando la dura transición y la pérdida de valores en una España que no la conoce la madre que la parió.
Ocurre siempre en los tiempos mesiánicos. La época de Carlos V debió de parecerse a ésta: surgían videntes por todas partes. El propio emperador camino de Yuste fue a visitar a una saludadora de Arenas de San Pedro para que le curase su desmedrada virilidad con unas hierbas.
La próstata y la gota le habían tornado impotente. Lo que no tiene remedio pues no tiene remedio pero la mujer fue adelante en sus halagos al César al que pronosticó una vida larga. El emperador moriría a los pocos meses. Desde los púlpitos algunos frailes audaces predicaban contra el anticristo en la persona del monarca y la revolución comunera aparte de motivos políticos y económicos estuvo determinada por los sermones de algunos franciscanos visionarios que decían que andaban revueltos los tiempos y que se acababa el mundo. Atame esa mosca por el rabo. El mundo no se acaba. Somos nosotros los que terminamos
.La del Pesebre esto es doña Amparo se convierte así en una saludadora o veedora vidente más de las muchas que hubo en la historia de la Iglesia. Lo mismo que los tres pastorcillos de Fátima, dos murieron al poco. o santa Bernardita Soubirous que fueron apartados rápidamente e ingresadas en un convento. Está servida la polémica con toda la parafernalia teológica sobre el lenguaje de Dios.
¿Puede la divinidad ir contra sí misma quebrantando las normas de la naturaleza por Ella establecida u observar un comportamiento arbitrario mediante las soluciones ab alto? La Biblia nos dice que sí y la vida misma de Jesús no puede entenderse sin los milagros. Mi observación de las cosas que vi en el Escorial me dijo que Dios habla otro lenguaje diferente a los humanos y que los milagros suceden todos los días a nuestro lado sin que nos demos cuenta.
La gracia ejerce su poder eternamente.
La Iglesia debe de revisar serenamente todo este jaleo de las apariciones por el bien común y la preservación de la integridad del Dogma. La línea de separación entre el bien y el mal del santo del hereje es muy tenue. Gracias a Dios que fue abolido el tribunal de la Inquisición hace más de siglo y medio que si no la hubiesen quemado por superchería. Estoy pensando en los procesos de Zagarramundi, o en Magdalena de la Cruz la monja cordobesa a la que no quiso ir a visitar Sta. Teresa cuando pasó por Córdoba de camino a fundar y en otras muchas videntes. Siempre sentí curiosidad hacia estos temas del “Supernatural” y he consultado los viejos cartorios de los procesos inquisitoriales. Al quemadero más que judíos y algún protestante como el que fue habido en Valladolid 1538 fueron a parar sobre todo brujas, estas pobres mujeres algo locas dignas de compasión más que del castigo. Histeria.
Y la histeria viene de la palabra vientre. De vientre de la mujer que es ubérrimo y maternal pero cuando se seca remata en estos desarreglos de visiones deliquios, ensalmos y conjuros.
También me atrajo y fue el periodista que hizo las primeras fotos de Amparo cuando empezaron los sucesos allá por junio de 1981. Ciertamente vimos cosas extrañas: odoraciones, cruces en la frente, trastornos físicos en la naturaleza, danzas solares gente extraña que hablaba lenguas y nadie sabía de donde surgieron y de donde habían venido, lenguaje profético. Prado Nuevo telúricamente está situado en un sitio privilegiado.
Felipe II que no era tonto y se fío del consejo de sus asesores esotéricos entre ellos el gran hebraísta Arias Montano y otros padres de Trento cuando mandó edificar su palacio en esta escombrera, siguiendo las normas secretas nuncupatorias de los sacerdotes de Júpiter, a pie de montes donde la luz brilla de un modo especial sobre todo en los ocasos cuando el sol se oculta detrás del monte de las Machotas.
Ameno jardín, lozana fuente entre encinas y fresnos pero la fuente del agua milagrosa donde los virginianos llenaban sus cantarillas y botijas – vamos al Henar vamos a la fuente del Cirio a beber agua con un jarrillo, cantos de mi infancia, devoción mariana de la buena gente de Segovia- resulta no era más que un aljibe donde abrevaban las vacas de Esperanza Aguirre, dueña de todas aquellas dehesas y cotarros.
Y el árbol donde posó sus pies la Señora, una olma corriente y moliente. eso sí con aspecto muy tétrico que hacía pensar en el crecal de los judíos con forma de candelabro de los siete brazos y las cruces en la frente y las adoraciones místicas puede que producto de una alucinación colectiva.
Sin embargo aquel icono que se dibujó en el cielo después de la tormenta un 13 de mayo a mí me pareció un signo de los tiempos que vivimos. De todo esto en conclusión salió reforzada mi devoción a la Virgen y supe distinguir entre lo esotérico y lo exotérico. lo interior y lo exterior la sustancia y la accidente las cosas de los hombres eclesiásticos sobre todo y las de Dios.
Mi fe y mi esperanza se consolidaron a través de la bendita Ortodoxia. El último cuarto de siglo ha sido uno de los más movidos en la historia de la SRI y desde Prado Nuevo mis ojos empezaron a mirar al Este.
A ese Cristo que está presente en la historia independientemente de nuestras creencias, modas, ritos, opiniones y persecuciones. El Espíritu sigue soplando cuando quiere y como donde quiere. Con Amparo Cuevas hablé en una ocasión. Sabía cosas de mi vida. Y yo no se las había dicho.
Me pareció una mujer muy lista a pesar de haber trabajado como sirvienta y de ser medio analfabeta. Y luego con su hijo que murió dicen a consecuencia de una sobredosis. La mujer me inspiró compasión más que devoción.
Su caso es un ejemplo claro de la dureza de los tiempos y de la crisis que ha vivido la Iglesia que debía ser la asamblea del amor. Pero allí había poco amor. Sólo la nave donde los creyentes iban a ofrendar sus óbolos y donaciones.
¿Se aparece o no se aparece?
Mi respuesta sigue siendo mixta. Sí y no.
Porque en todo el tema de las apariciones se conglomera lo angelical y lo diabólico sin solución de continuidad y sin diferencias notables. Lo malo y lo bueno puerta con puerta.
Los milagros ocurren pero de otra manera diferente a como lo entienden estas saludadoras que dicen tener poderes. Y el lenguaje de Dios es diferente al que esgrimen algunos iluminados. Es el lenguaje de la gracia, de la caridad, de la belleza y el amor pero estos centros de apariciones Fátima, Lourdes y Medgigore, Garabandal suelen ser sitios desagradables donde se da cita el dolor y la enfermedad y lo impresentable con algo de hospital general y de manicomio. Donde está la cruz está el diaño, oi decir a mis mayores. La naturaleza humana desgarrada que nada tiene que ver con los de la beautiful de la prensa del corazón aunque alguna sábado vi portar por allí bella y elegante a doña Pitita Ridruejo.
El poder de convocatoria de esta vieja chacha (es una mujer muy inteligente aunque de cortas letras) atraía a personas de todas partes de extranjeros imbuidos de una fe simple. Les quise vender libros pero la mayor parte no sabía leer. Mujeres divorciadas, enfermas de cáncer y desahuciadas, padres con hijos en la cárcel, jóvenes colgados en la droga, o una mujer de Segovia a cuya hija menor la preñó un patriarca gitano y no había consuelo para ella.
Me parece un crimen la burda explotación de la sencillez de sus conciencias con mensajes extraños comunicados por la Virgen supuestamente por magnetófono y esa voz de quejumbre diabólica… hijos míos.
Era para ponerse malo pero aquellos pobres daban crédito a tales marrullerías místicas. Una autentica gamberrada. Esa era la parte perversa. Lo angelical eran esas pobres gentes que enfermas o en soledad- soledad de España, soledad de la tercera edad- en un tiempo de abandono y de cambio cuando ya nada es igual, que acudían a buscar alivio en la Madre del Consuelo. Fe sencilla de cristianos viejos y ahí surgía la amistad, la camaradería, la esperanza de curarse y de ser mejor.
Mis visitas al lugar de autos fueron para mí toda una reflexión sociológica. Con sus limosnas y su credulidad hicieron listos a los de “la Nave” que hasta secuestraron a la vidente que dejó de aparecer junto al árbol de las tenidas y enviaba sus mensajes por prójimo y grabador(antes de inventarse el móvil y el guasap). En fin esta era la hora de la luz y la de las tinieblas. Tendrá que amanecer por alguna parte. Oh madre de los tristes protégenos. Perdónanos. Porque el tiempo de la gran perdonanza se acerca ya.
Miércoles, 11 de junio de 2008
RODRIGO ROYO UN HEROE QUE VOLVIÓ DE RUSIA CON UN PIE CONGELADO Y SERIA EL CREADOR DEL NUEVO PERIODISMO SP
Rodrigo Royo con el uniforme de la División Azul. Fue herido en la batalla de Krassni Bor y fue trasladado al hospital de campaña. tenía los pies congelados y a causa de ello arrastró una cojera toda su vida
Rodrigo Royo Maciá
Veo una foto en Internet que me entusiasma. Bajéla del blog de J. Fernández Krohn que ha escrito un gran artículo sobre el hombre que a mí y a otros muchos nos abrió las puertas carreteras del periodismo (Umbral, Diego Carcedo, Homero Valencia, Luis Angel de la Viuda, Andrés Kramer, Cristobal Paez padre-que el hijo ganó mucho más dinero y anda metido ahora en lides judiciales con los peperos, Juan Prats, Ivorra, Santos Gozalo, Félix Ortega, Manolo Velasco y hasta un sobrino del banquero Botín que era nuestro confeccionador de SP, más un largo etcétera). Rodrigo Royo aparece en la instantánea con el uniforme de la Blau. Todos sabemos que se le congeló un pie en Novgorod y estuvo hospitalizado en Riga y casi a punto de pasarse a los rusos por el amor de una judía a la que conoce en el hospital y por ella puso su vida al tablero pero no pudo salvarle a la muchacha el pellejo, se lo llevaron los polizontes de la Gestapo, patético capítulo de su novela. Él mismo estuvo a punto de ser fusilado por los alemanes por confraternizar con el enemigo. Toda una peripecia que cuenta en una novela que publica por entregas en la prensa del Movimiento. La dio entera Amanecer de Zaragoza. Acabada la guerra, se fue de polizonte a los Estados Unidos. Trabaja en Nueva York de ascensorista y allí conoce a una bella colombiana que sería su mujer, la madre de sus hijos. Es nombrado corresponsal en Washington alternando las tareas informativas para la Cadena del Movimiento con Paco Lucientes que informaba desde la ONU. Por esos días publica “America el paraiso del proletariado”. De regreso a Madrid es nombrado director del Arriba. BAjo su mano el periódico de la calle Larra se traslada a las instalaciones de Castellana 142. Hace un periódico en huecograbado que sería el mejor de los publicados en España de su época un diario abierto a todas las plumas incluso las de los vencidos. Rodrigo Royo era un genio, un valenciano de Alcira que creía en la reconciliación. Un artista. Un virtuoso del violín con los que amansaba a las fieras exaltadas cuando después de tres meses no habíamos cobrado, al que veíamos escribir a pluma aquellos editoriales magníficos del SP (Servicio de Publicaciones) que se adelantó a su tiempo. Fue ninguneado y calumniado por los suyos. Los de la vieja guardia le llamaban el “Rorro”. Por eso prefirió rodearse de gente moza. Tuve la suerte de formar parte de aquella redacción en frente a una vaquería de Santiago Cordero en Tetuán de las Victorias junto con los compañeros ya mencionados aparte de Santiso, Juan Pla y Balbín, toda una serie de apellidos que frisaron como lumbreras en el periodismo del tardofranquismo y de la transición.
Rodrigo dio a la estampa dos novelas maravillosas y descatalogadas “El Establishment” donde se narran las bellaquerías del Opus tan sibilino tan demonial a pesar de decirse la santa obra que le acogotaron prácticamente (no tenían caridad aquellos buitres lectores de “Camino”) y otra sobre la guerra civil “Todavía”.
Por estos dos títulos merecería su nombre brillar con letras de oro en los anales de la literatura castellana, pero lo han silenciado, lo hicieron el vacío y enviado sus libros al infierno del índice.
La denominada democracia tendrá a su cargo la culpa de muchos escarnios, de autos de fe, autenticas almenaras de letras de molde. Han borrado nuestros nombres de la listas. Maquiavélicos, han entendido que la mejor política para amordazar a un escritor es encerrarlo entre los barrotes del “no person”, simplemente no eres, no estás, para ellos ni existes, y aparejar cortinas de humo, condenarlo al Leteo de la indiferencia.
Ellos borraron su memoria pero para mí el nombre de Rodrigo Royo Maciá está escrito en caracteres triunfales del laurel victorioso.
No sabían que era un libertario y un demócrata, admirador de los Estados Unidos, quiso trasplantarlo a España pero no lo dejaron y fueron los de siempre: las cien familias que desde Godoy a esta parte se erigieron en amos de esta finca llamada España.
Yo quisiera reivindicar su obra y su trayectoria profesional de periodista valiente y peleón. Fue uno de los primeros que se enfrentó a la bestia aun a costa de morir pobre y arruinado
Rodrigo Royo con el uniforme de la División Azul. Fue herido en la batalla de Krassni Bor y fue trasladado al hospital de campaña. tenía los pies congelados y a causa de ello arrastró una cojera toda su vida
Rodrigo Royo Maciá
Veo una foto en Internet que me entusiasma. Bajéla del blog de J. Fernández Krohn que ha escrito un gran artículo sobre el hombre que a mí y a otros muchos nos abrió las puertas carreteras del periodismo (Umbral, Diego Carcedo, Homero Valencia, Luis Angel de la Viuda, Andrés Kramer, Cristobal Paez padre-que el hijo ganó mucho más dinero y anda metido ahora en lides judiciales con los peperos, Juan Prats, Ivorra, Santos Gozalo, Félix Ortega, Manolo Velasco y hasta un sobrino del banquero Botín que era nuestro confeccionador de SP, más un largo etcétera). Rodrigo Royo aparece en la instantánea con el uniforme de la Blau. Todos sabemos que se le congeló un pie en Novgorod y estuvo hospitalizado en Riga y casi a punto de pasarse a los rusos por el amor de una judía a la que conoce en el hospital y por ella puso su vida al tablero pero no pudo salvarle a la muchacha el pellejo, se lo llevaron los polizontes de la Gestapo, patético capítulo de su novela. Él mismo estuvo a punto de ser fusilado por los alemanes por confraternizar con el enemigo. Toda una peripecia que cuenta en una novela que publica por entregas en la prensa del Movimiento. La dio entera Amanecer de Zaragoza. Acabada la guerra, se fue de polizonte a los Estados Unidos. Trabaja en Nueva York de ascensorista y allí conoce a una bella colombiana que sería su mujer, la madre de sus hijos. Es nombrado corresponsal en Washington alternando las tareas informativas para la Cadena del Movimiento con Paco Lucientes que informaba desde la ONU. Por esos días publica “America el paraiso del proletariado”. De regreso a Madrid es nombrado director del Arriba. BAjo su mano el periódico de la calle Larra se traslada a las instalaciones de Castellana 142. Hace un periódico en huecograbado que sería el mejor de los publicados en España de su época un diario abierto a todas las plumas incluso las de los vencidos. Rodrigo Royo era un genio, un valenciano de Alcira que creía en la reconciliación. Un artista. Un virtuoso del violín con los que amansaba a las fieras exaltadas cuando después de tres meses no habíamos cobrado, al que veíamos escribir a pluma aquellos editoriales magníficos del SP (Servicio de Publicaciones) que se adelantó a su tiempo. Fue ninguneado y calumniado por los suyos. Los de la vieja guardia le llamaban el “Rorro”. Por eso prefirió rodearse de gente moza. Tuve la suerte de formar parte de aquella redacción en frente a una vaquería de Santiago Cordero en Tetuán de las Victorias junto con los compañeros ya mencionados aparte de Santiso, Juan Pla y Balbín, toda una serie de apellidos que frisaron como lumbreras en el periodismo del tardofranquismo y de la transición.
Rodrigo dio a la estampa dos novelas maravillosas y descatalogadas “El Establishment” donde se narran las bellaquerías del Opus tan sibilino tan demonial a pesar de decirse la santa obra que le acogotaron prácticamente (no tenían caridad aquellos buitres lectores de “Camino”) y otra sobre la guerra civil “Todavía”.
Por estos dos títulos merecería su nombre brillar con letras de oro en los anales de la literatura castellana, pero lo han silenciado, lo hicieron el vacío y enviado sus libros al infierno del índice.
La denominada democracia tendrá a su cargo la culpa de muchos escarnios, de autos de fe, autenticas almenaras de letras de molde. Han borrado nuestros nombres de la listas. Maquiavélicos, han entendido que la mejor política para amordazar a un escritor es encerrarlo entre los barrotes del “no person”, simplemente no eres, no estás, para ellos ni existes, y aparejar cortinas de humo, condenarlo al Leteo de la indiferencia.
Ellos borraron su memoria pero para mí el nombre de Rodrigo Royo Maciá está escrito en caracteres triunfales del laurel victorioso.
No sabían que era un libertario y un demócrata, admirador de los Estados Unidos, quiso trasplantarlo a España pero no lo dejaron y fueron los de siempre: las cien familias que desde Godoy a esta parte se erigieron en amos de esta finca llamada España.
Yo quisiera reivindicar su obra y su trayectoria profesional de periodista valiente y peleón. Fue uno de los primeros que se enfrentó a la bestia aun a costa de morir pobre y arruinado
DE SPUTNIK
DEMASIADA GENTE ESTÁ MURIENDO EN EL FRENTE DEL ESTE ELNAZIUCRANIO ZELENSKY DEBIERA RENDIRSE PERO ES UN PSICÓPATA Y CRUEL
El Ejército ruso repele ataques ucranianos en la línea de operaciones de Donetsk
PLANTO POR LOS CAÍDOS EN LA GUERRA DE UCRANIA
SEGOVIA Y LA DIVISIÓN AZUL
El
dia D de españoles y ruskis.
el monumento A los CAIDOS DE
LA BLAU EN SEGOVIA. NOMBRES ANÓNIMOS.
SHOLOXOV,
CASARIEGO. TOMÁS SALVADOR. LUCHARON POR SU PATRIA Y CON SU VIDA
HICIERON FUEGO
Una larga lista de nombres indistintos
escritos en la pared en los muros de una vieja iglesia del XVI,
convento agustino en ruinas,, a teja vana cuya bóveda se desplomó.
Se llamaban Pérez, Gutiérrez, Parra, Mardomingo, Jesús Revuelta,
Casimiro Matesanz. Sus rostros se ocultan al otro lado del
firmamento. Nadie los conocerá porque son nombres que lloran sobre
las piedras. Es el estadillo de los que cayeron en la División
Azul.
Más de cinco mil nombres, la mayoría segovianos porque
la lista de los mozos que se apuntaron voluntarios para ir a Rusia
fue la más numerosa. Nunca regresaron del mar de hielo y uno maldice
las guerras pero se admira ante el sacrificio de estas vidas
tronzadas en plena flor de juventud. Dieron su vida para que nosotros
nos salvemos. Rusia es un país mesiánico.
Hasta hace unos años
lucía un pebetero con la llama del santísimo en esta iglesia donde
no hay sagrario y los altares permanecen desnudos, desmantelados.
Algo que nos indica que tal vez la muerte no sea el final. Tiembla en
mi memoria el nombre de todos estos soldaditos.
En mi infancia
cuando íbamos al santuario de la Fuencisla en la nave lateral había
un icono de la Theotokos colocada allí en acción de gracias por un
divisionario que regresó con bien. Se lo había regalado una
“babuska” que tenía un hijo en el frente luchando del otro lado.
La muerte tal vez no sea final y tampoco tiene colores políticos.
Lucharon por su patria. Con su vida hicieron fuego.
El sitio
está emplazado en unos jardincillos aláteres a la vieja clínica
del 18 de julio, hoy creo que no se llama así oficialmente pero
todos los segovianos la siguen llamando de tal forma pues allí
vinieron al mundo en la década de los 50 y los 60 muchos niños, un
hermano mío entre ellos. Era la clínica del 18 de Julio. Fue el
primer hospital gratuito inaugurado por los falangistas de Girón. Es
un sitio muy romántico y melancólico con una vista a los hontanares
del Eresma, los huertos de San Lorenzo, los pináculos de la
Lastrilla, los almendros de la finca del Terminillo que era la quinta
de recreo del obispo. Es un impresionante mural con todos esos
nombres grabados en cada uno de los sillares. Siempre que hay que
respetar a los muertos. Tenerlos en la memoria.
Me congratulo de
que en mi ciudad este cenotafio haya sobrevivido los últimos lustros
de cambio pues ya se sabe los de la Blau no eran muertos bien quistos
ni políticamente correctos. En los muros de la cárcel vieja hoy
archivo se ha tenido el buen acuerdo de esculpir los nombres de los
fusilados por el bando nacional, los de los fieles a la republica.
Suum cuique , a cada uno lo suyo, pero que no nos quiten estos muertos.
Ellos
sucumbieron a una de las debacles más catastróficas que tuvo en
Europa en toda su historia. Los rusos perdieron 27 millones de
hombres, los alemanes cerca de diez (estamos hablando de
combatientes) y los españoles alrededor de seis mil. Fue el gran
drama de la II Guerra Mundial. Ha sido poco estudiado a pesar de que
hayan aparecido miles de libros abordado desde un punto de vista
propagandístico. He leído estos días una gran novela río – ni
hay personajes, el protagonista suele ser el soldado desconocido que
todas las guerras huelen a mierda, a fatiga, a zanja, se escucha el
grito de los heridos, el estampido de las explosiones etc., que se
llamaba LUCHARON POR SU PATRIA.
Y he escuchado a través de sus
páginas la música nefasta de los organillos de Stalin, de los que
me hablaba mi padre y sus compañeros divisionarios, he visto arder
las isbas y he visto el cielo encendido de esas auroras boreales que
pintaban de sangre el horizonte del Ostern Front. Es la historia de
la gran infantería rusa ( pixota), me he escondido en los agujeros
bajo la nieve de los pozos de tirador, he compartidlo el rancho y
arrebañando las perolas y gateé bajo las alambradas de los caballos
de Frisia con el heroico Ivan que se acercaba a un panzer alemán y
lo destruía por detrás con una lanzallamas.
El carro viraba
sobre sí mismo y por la torreta salía a encontrar la muerte
ardiendo sus cabellos rubitos a Fritz. Acaso Fritz era de la misma
quinta que Ivan el que lo había derribado. Ninguno de los dos sabía
por qué estaba allí en pleno frente del Este.
Las batallas
hasta que no cae Stalingrado eran de exterminio. No se hacían
prisioneros. Luchan por su patria. Defendían cada uno su idea de la
civilización. Poco se habla del heroico holocausto ruso y de las
barbaridades y sufrimientos sin cuento que significó la Operación
Barbarrosa. Escucho el ronroneo de los batallones motorizados en cada
moto viajaban dos soldados el uno al manillar y el otro en el
sidecar.
Veo las columnas infinitas de los regimientos ciclistas
y los de intendencia que viajaban en hipomóviles. Marchieren…
marchieren y me he hecho una composición lugar porque Sholoxov
ve la escena desde el anglo soviético, muy hábilmente obvia
cualquier ángulo peyorativo de los combates y hasta en una ocasión
poco antes de entrar en fuego ve como un artillero ruso hace el
ademán de persignarse pero se detiene en seco pues el comisario está
a pocos metros y entonces no era políticamente correcto hacer la
señal de la cruz pero todo indica que el pueblo rusos seguía a
pesar del estalinismo acérrimo a la fe ancestral de sus mayores: el
cristianismo ortodoxo.
Tomás Salvador en su División 250 y
Evaristo Casariego en “Con su vida hicieron fuego”, dos grandes
novelas españolas de la segunda guerra mundial lo ven desde el lado
alemán. Pero en todos estos tres libros reseñados y cuya lectura
recomiendo late el dolor y la grandeza de los que combatieron en
aquella guerra que fue una hecatombe de una forma real y nada
triunfalista. Estos nombres escritos en la pared de una iglesia
derrumbada de Segovia lo mismo que los personajes de Sholoxov lo
atestigua son la otra cara de la moneda a como vieron los ingleses y
los americanos el asunto por ejemplo en películas como el Día D. la
frivolidad con que Hollywood narra esas jornadas sangrientas me llena
de inquietud porque se manipula a ojos vista y se les priva a las
generaciones venideras del derecho a saber objetivamente qué fue lo
que pasó. Nunca más. Si vais a Segovia no dejéis de acudir a este
lugar. La verja está cerrada pero se pueden ver todavía los nombres
y si sois creyentes rezad una oración por aquellos caídos. Por
todos los caídos. Por los muertos de todas las guerras. Pakoi.
Descansen en paz.
División azul y el alma rusa
División azul, cisni divitsia, die Blau. Marchas y canciones, juventud y mitos. Utilizada como arma de propaganda por el franquismo contra Rusia y ahora por los antifranquistas con idéntico objetivo: darle caña a Putin. Más de lo mismo. La verdad es que los rusos en el Este nos dieron hasta en el carné de identidad. Aquellos mozos idealistas o aventureros no estaban preparados ni para las crudezas del General Invierno porque carecían de ropa de abrigo y los capotes que les dieron en Alemania tenían buen corte, eran muy bonitos, pero nuestros artilleros, nuestros infantes, nuestros pontoneros y hasta los rancheros tiritaban en las bajas temperaturas. El invierno del año 41 fue el peor en varios siglos. Se encontraron, venida la primavera, con otro enemigo formidable: la rasputitsa, el barro de los caminos encharcados de la estepa a causa del deshielo.
Las armas que les proporcionaron los alemanes eran buenas pero no las supieron manejar, muchos desertaron, y soldados del Wehrmacht, prevenidos en retaguardia, y arriesgando sus vidas para cubrir la retirada de la Blau, que en algún momento se transformó en desbandada, hicieron lo posible para que la “defensa elástica” o repliegue no acabase en desastre.
Los organillos de Stalin, unos pequeños cañones de retroceso que no hacían mucho estruendo, pero que, mortíferos, metieron el miedo en el cuerpo de los soldados del general Infantes, se convirtieron en una pesadilla; el verdugo de la Blau tuvo un nombre: el general Yukov, un militar zarista que plantaría sus tanques en Berlín y que luego sería purgado por los trotskistas.
Stalin nunca le retiró el favor pero Beria, el gran comisario judío, le mandó a Siberia al gran héroe de la Guerra Patria
Di una conferencia hace muchos años en la sede de FN que ilustré con música polifónica ortodoxa.
No me entendieron muy bien los antiguos guripas pero no me arrepiento; mis observaciones crearon escuela sobre el alma rusa y el resurgir de la Ortodoxia en el mundo, lo cual es un hecho que chincha a muchos.
La sala estaba llena de fachas que no de falangistas y algunos se quejaron de que pronuncié el nombre de una ciudad donde se libró encarnizado combate a orillas del lago Ilmen a la rusa como “voljov” y no a la a la española que hace una mala versión de la ch germánica que no es exactamente la “ch” castellana; "volchó"
Saqué la conclusión de que muchos de aquellos excombatientes no sabían donde habían estado, ni a qué fueron para allá; todo eran ideas confusas pero ciertamente la Blau fue un mito sacrosanto para el franquismo y yo me crié, como aquel que dice, en un cuerpo de guardia donde los suboficiales y oficiales para matar la espera referían sus hazañas bélicas: los asaltos a bayoneta calada, los pozos de tirador machacados por la catenaria de un carro.
No obstante, los militares que estuvieron en Rusia poseían cierto pedigré, eran la elite de aquellos regimientos. Debió de ser horroroso la lucha, más que contra los soviéticos, contra los elementos atmosféricos de la estepa.
Lo importante para mí no es meramente el valor de aquellos guripas (al soldado español el valor se le supone) sino el espíritu que entroncó con lo más puro y hermoso del alma rusa dando lugar a una gran generación literaria: los Laín, los Ridruejo, los Gómez de la Serna, los Luis Romero, los Álvaro de la Iglesia, los Donato León Tierno y sobre todo Tomás Salvador uno de los mejores novelistas de todos los tiempos que escribió una obra memorable "División 250", la cual hace una prognosis proféticas a la vista de las torres trucidadas de las cúpulas de Novgorod, el Vaticano ruso, de que un día volverían a relucir y resurgir porque no en vano Rusia es el país de la resurrección1[1].
Lo otro eran batallitas. Recuerdo que mi padre traía a casa todos los meses el Guión una revista que editó el Ministerio del Ejército en que se ponderaba casi en cada número la hazaña de aquellos divisionarios que lucieron el casco alemán pereciendo muchos en tumbas olvidadas a la sombra de una cruz entrecruzada con dos palos de abedul.
En la escala activa se respetó a los divisionarios al principio. Luego fueron orillados porque en el cuadro divisionario los masones brillaban por su ausencia y algunos se mostraron contra la política del Sistema de antiestalinismo puro y de proamericanismo neto que siguió Franco en los años 50.
Hubo un teniente que se chupó tres años en un castillo a causa de su rusofilia, le acusaban de comunista. Lo del resto eran batallitas. Lo que no nos dijeron fue que sufrieron muchas bajas, que no pocos se rindieron o se pasaron a los ruskis y que estos les dieron una paliza porque aquella guerra no era la suya. Se trataba de una guerra de exterminio organizada por los fabricantes alemanes de armas de origen hebreo y los banqueros suizos.
Hitler, un loco, no sabía donde se metía. Pero todo hay que decirlo: este destacamento ahorró con su arrojo y valentía mucha sangre porque evitaron la intervención de España en la segunda guerra mundial
Al sargento Barbado, amigo de mi padre, se le congelaron las manos izando su pieza del 15 y medio cuando descargaba proyectiles contra el palacio de Catalina la Grande. Le habían dicho que la famosa zarina era un poco puta y duro con ella… La propaganda alemana había prometido la cruz de hierro de primera clase al artillero que consiguiera derribar una de las cúpulas del palacio de invierno. Escribían en cada proyectil con tiza un saludo. "Buenos días, camarada Stalin, espero que esta peladilla la saborees"
No sabían donde estaban, ni por qué luchaban, ni donde se metían pero eran conscientes de que su sacrificio impediría la invasión de la Wehrmacht de toda la península ibérica.
Franco estaba jugando al ratón y al gato con los ingleses y utilizó a Muñoz Grandes de quien se decía que Hitler quería convertirlo en su sustituto, en cola de ratón.
Supuestamente iban en devolución de visita A luchar contra el comunismo, pero allí no encontraron muchos de esos. En los avances atropaban cadáveres entre la nieve de la famosa “pijota” 2[2] que atacaba en oleadas con cruces al cuello e iconos con la imagen del Salvador en el bolsillo de la guerrera. ¿Dónde quedaban los ateos?
No eran diablos los combatientes que tenían enfrente sino mozos que podían ser de tu escuadra y que trataban de repeler una invasión genocida con las armas en la mano.
Hitler estaba loco. Era un venao que no contaba ni con la dureza de aquel pueblo que quería sujetar ni con las inclemencias del General Invierno, ni de lo disparatado de la operación “Barbarroja”. Cayó como Felipón siguiendo los pasos e incurriendo en los mismos errores de Napoleón.
Algunos de la Blau se echaron novias soviéticas y acudían a los bailes en la plaza del pueblo con las panienkas pero las panienkas no eran rusas sino polacas y bielorrusas. Definitivamente, nuestros guripas no sabían donde estaban.
Estas muchachas cuando avanzaron las tropas del general Yukov serían fusiladas o emplumadas por colaboracionistas.
Hay otra gran novela que profundiza en ese extremo. La escribió Rodrigo Royo convaleciendo de un pepinazo en un hospital de sangre de Vilnius.
El protagonista de “Guerra” se enamoró de una judía a la que salva y otorga un pasaporte para regresar a España. ¿Holocausto decía usted? bueno pues según y conforme... Esas son palabras mayores.
El holocausto que conocieron aquellos soldaditos hispanos tuvo más que ver que con Auschwitz con el de Leningrado: un millón de muertos en dos años la mayoría a causa del hambre en veintitantos meses de sitio. El holocausto de Stalingrado cerca de quinientos mil entre rusos y alemanes. El holocausto de la primera Guerra mundial3[3] que padecieron ingleses y franceses. No se borre nunca se memoria.
Los rusos sienten un respeto profundo y se cuadran cuando oyen mentar la “gran guerra patria” la mayor tragedia que han tenido en el siglo XX donde pusieron toda la carne en el asador, todo su heroísmo, para repeler la agresión nazista.
Detrás de Stalin estaban los americanos armándose con los mejores tanques pertrechándoles de buenos cazas de combate.
Que los fementidos no nos vengan con sus batallitas. Ellos en parte fueron los culpables y por eso han inventado un mito en el que muchos caen en la trampa.
La división azul no sé si por aquella conferencia o por la aureola que tuvo entre nosotros a tiempo pretérito constituye todo un género literario plagado de tópicos. Ahora se nos presenta JM de Prada con su libro gordo de petete. Se llama “Me hallará la muerte”. Es un coñazo pues no en vano este chico de la cuadra de Ansón, un periodista que se han inventado los del régimen o se han sacado de la manga, es de los que escriben largo y tendido. Es el pestiño de sus tardes con lágrimas en la lluvia cuajada de moralina estilo COPE que se dio a conocer con una novela que llevaba por titulo “Coños”, director del Observatore Romano” en Madrid, columnista de ABC, archipremiado. Su mazacote se expende en todos los escaparates de las librerías españolas mientras otros no podemos publicar y si publicamos la nueva inquisición nos hace el vacío. Hay censura, una censura programática. Pero no para estos lebreles del nuevo periodismo.
Su libro sobre la Blau abunda en los tópicos de siempre. Nadie podrá brillar a la altura de Tomás Salvador o de Rodrigo Royo, dos nombres borrados del libro de la vida por nueva inquisición que nos acogota; sin embargo, se derriten en alabanzas a este chico de Zamora, muy beato, y muy del sistema capitalista que escribió “Coños”. Un coñazo de tío.
Pero hubo gente, entre los que me cuento, para los que la División Azul sirvió para dar pábulo a una gran generación literaria arriba subrayada y entroncar con el alma rusa que es mesiánica y salvífica. Caen las torres de Jericó y se pisan crucifijos. No importa; precedido de una lluvia de estrellas mañana en la noche santa nacerá Cristo (Xristos razdaet) y en el carillón de los campanarios de Novgorod, bolearán las campanas por el nacimiento del redentor pues la natividad ortodoxa (mañana)se rige por el viejo calendario el que cambiaron los pontífices el año que nació Teresa.
Entonemos un himno de gloria y esperanza. Para plantarle cara al futuro. Una luz nos viene del Este.
La atisbó Tomás Salvador que murió en la miseria y muy perseguido.
A ver si se entera de una vez ese chico de Zamora; le queda mucho cacho a su “Hallarás la muerte” para codearse con “División 250”, una novela que es mucho más que una novela. Es un libro con alma: el alma rusa
1[1] Boskresenia, resurrección. Lo estamos viendo ahora con la Rusia de Putin que vuelve a ser un país poderoso, moderno y temible aunque nuestra casta política no lo quiera ver
2[2] infantería soviética
3[3] no hay más que darse una vuelta por cualquier pueblecito francés o inglés y contemplar las estelas funerarias plagadas de listas con nombres de caídos
JULIO MES DE PLENITUD
Patadas contra el aguijón
mas, tientos al jarro en la bodega
el camino de la cuesta
¿Dónde te fuiste amor?
del calvario ahí están las cruces de piedra
erguidas y solemnes
plantadas por Carlos Tercero
con su caballo y sombero
malditas guerras
sigo yo con mis ayunos en cuaresma
pero un día es un día
bajo por el sendero luminoso
a leer la epístola a los Corintios
sobre el facistol
hacendera del vino
trágalas
ahí apuntan las estrellas
me hace guiños la Osa mayor
julio mes fructifero
de uvas pintonas
ciruelas maduras que zampa el jabalí
rua la fiera que bajó del monte
oigo sus fieros gruñidos
y los disparos artilleros del Este
torrentes de información
2023-07-04
CANTO GREGORIANO
EL cancel de la catedral de Segovia (aquel armatoste de madera de pino de
casi veinte metros de altura y tres de ancho) lo transpuse infinitas veces
cuando era monaguillo. Me sabía el confiteor y el suscipiat y el canon del viejo rito. Las palabras en latín suenan
dulces y terapéuticas en mi memoria.
Era la magia del Siete, las octavas y neumas del canto gregoriano. Percibo
ahora ya viejo en mi memoria los kiries y los gloriapatris conjugadas con el
vozarrón del deán Revuelta que nos convocaba:
─Niños, a coro
Y un revuelo de sotanillas rojas y roquetes blancos se abría paso por la vía
sacra desde el altar mayor a toda prisa. Venían los turiferarios perfumando la
nave de la catedral gótica, detrás los pertigueros seguidos del magistral, el
lectoral, el racionero y el fabriquero.
Sonaba la voz profunda de don Quirino el beneficiado que cantaba la
Passio los viernes santos interpretando a Cristo, Matesanz el tenor lo bordaba
como cronista. Don Macario hacía de pueblo dando voz a las turbas en el
gazofilacio.
Recuerdo aquellos veranos de mi infancia en que me nombraron seise y
tiple de la escolanía. Bajaba pedaleando en mi bicicleta desde Valdevilla hasta
la Plaza Mayor y me introducía por el cancel, casi no tenía fuerza para empujar
el portón y salir indemne del capotazo del grueso telón de cuero que ponía al
templo mayor a recaudo de los fieros fríos invernales de Segovia.
Allí estaba ya doña Bibi la pobre vergonzante envuelta en un ropón de
piel de carnero pidiendo limosna murmurando a través de su boca desdentada la
oración del Justo Juez. Una limosnita por el amor de Dios.
Yo siempre daba a la pobre vagabunda una perra gorda aunque sabía que
luego se lo gastaba en vino. A su marido y a un hijo suyo los habían matado los
rojos en la batalla de Brunete y se dio a la bebida.
Ya estaba todo el cabido sentados
en sus sillares o apoyando el trasero en las misericordia dispuestos a entonar
el Domine Labia mea Aperies.
Las palabras eran en latín pero en todas ellas palpitaba el espíritu de
Israel. Las laudes eran a las diez más cortas que Prima. Acababan con un una
bellos suplica intercesora a la Virgen María. Toda la clerecía entonces salía a
desayunar. Muchos eran profesores del seminario o párrocos. Escapaban a decir
misa. Nona era al mediodía y Tercia a las tres de la tarde. El oficio de Tercia
se desarrollaba a la misma hora en que Jesús expiró en el Monte Clavario.
Más o menos la hora de comer y a la tarde cuando el sol se hundía tras el
horizonte Vísperas. Y así día tras día durante casi nueve siglos. Una melodía
que no cesa y atraviesa el tiempo dejando aparte las guerras, la peste, el
hambre, las secas, los terremotos. Esta continuidad de la iglesia de Segovia es
una de las grandes tradiciones del depósito de la fe cristiana El canto
gregoriano es todo él un fulgor de belleza contemplativa. El hombre se abstrae
de sus miserias y se eleva. A Dios deben de complacerle las alabanzas y derrama
sus gracias sobre la tierra. Es otra de las grandes virtudes del catolicismo. No
lo toquéis más que así es la rosa. Cuando empezamos a razonar y cuestionar con
innuendos, minuendos y sustraendos y pegas, la flor se marchita. Cristo es el
Amor y la Belleza. Permite salir la voz del amor desde sus cuerdas vocales. Gallo
que no canta algo tiene en la garganta. Las secuencias y antífonas gregorianas
son gritos del alma remedio de la tristeza, acicate de la alegría. En e
seminario aprendí yo a amar el canto coral y lamento que Novo Ordo haya obviado
al canto gregoriano dando paso a instrumentos musicales como la guitarra o la
trompeta que fueron prohibidos en las misas por Pío X. el diablo debe de estar
contento por este cambio. Dicen que el mejor instrumento musical es la voz
humana. Únicamente los rusos han conservado tan gran acerbo que data de los
primeros siglos de la cristiandad. Los troparios bizantinos abren la puerta de
los misterios. El ser humano ha cantado siempre en las bodas, en los entierros,
en las faenas del campo, en las del hogar, en las tabernas, en el amor. Los guerreros
iban a la batalla cantando. ¿Dónde ha quedado el arte del contrapunto? ¿Qué se
hizo de las antiguas melodías? Comprenda el lector el desencanto de este viejo
que aprendió a rezar y a cantar el oficio divino en la catedral de Segovia
ESTO ES LO QUE PIENSO DE 23J Y QUE DIOS ME PERDONE
Elecciones: urnas como coños
Tiene crija o es verija raja o rabo. La frase se la escuché al primo Eustasio al que acabamos de dar tierra a los 96 años y se me quedó grabada como prueba de la intrascendencia de las cosas humanas y ahora se armó por estos reinos un pitote a costa de un video en el que una mujer que al ir a votar tiene un orgasmo.
La ociosa charlatanería nacional le saca punta al asunto y aparece doña Pilar García de la Huerta la de la Inter. Hecha una Euménide por considerar el trailer un atentado a la dignidad de las damiselas. El feminismo anda en pie de guerra. La Curri que ya curra en otra cadena interroga pareceres a sus compañeros de mesa gestatoria y mediática que a lo mejor son sus compañeros de cama y esa es otra. ¿Qué os parece? Los unos y los otros se rasgan las vestiduras e izquierdas y derechas andan al copo.
Es un atentado a la dignidad de la mujer señalan unos. Es un atentado a la democracia aducen otros.
Sin embargo el símil o metáfora de ver en la rendija de las urnas como tumbas lo más parecido a la vagina de los mamíferos se me ocurrió a mí en una novela y ahora los publicistas se conoce que han utilizado la idea que es lo malo de internet que mandas en un post una proposición y te la chorizan por menos de nada. Vivimos la era del plagio y de la imagen,
El latente sentir de mi conclusión es que estamos haciendo una religión del embuste. Y un pan como unas hostias.
Lo de un hombre un voto es una falacia. Aquí los que eligen son los trustes, los banqueros o la fuerza mediática.
Al votante le toman el pelo. La decisión está en manos de los que mandan subrepticiamente y (sociedades secretas) nunca lo que dios manda.
Son las reglas de la democracia que no es otra cosa que una “coñocracia”de los déspotas monócratas. Coños, pusis, cufros, cajas de Pandora, portal de los sustos. complemento de carajos. entradas al jardín de las delicias y todo lo demás. Bueno vayamos a votar. Metamos el pájaro en el infierno. Pero no nos va a servir de nada aunque nos harán un completo en la mesa electoral las sacerdotisas del gusto y luego para casa