LA PRIMAVERA YA TIENE LA VEZ.
Poco entiende Madre Natura de nuestras dolamas, aflicciones y pesares. El oprobio moral, la muerte, el sufrimiento de los hombres, las judiadas que nos hacen, las traiciones y malas palabras de las que somos objeto no las tiene en cuenta. Las echa en el saco del olvido y la circunspección. A nuestras lágrimas qué impávidas cuán poco fraternas se muestran las estrellas.
Dicen que el agradecimiento no es propio de los hombres sino de los perros; de igual manera, la compasión no entra en los cálculos del girar implacable de las esferas. Hoy saco de uno de los plúteos de mi librería los Lyricorum Carmina de Horacio y me quedo extasiado, al tiempo que me remozo mi latín, ante los versos que dedica el vate que añora desde el Ponto las primaveras romanas: Solvitur acris hiems grata vice veris el Favonii, que siccas machinae carinas .
En el verso onomatopéyico que se queda cincelada en la memoria como todos los trocaicos y espondeos del poeta latino que nos aconseja en su epicúrea filosofía que ha de gozarse moderadamente de las cosas agradables que brindare la existencia. Con esta cincelaria maravillosa me olvido de mis zozobras, exilios interiores y exteriores y la mala fortuna de muchos de sus émulos que, ay, tratan de borrar nuestros nombres y tachar nuestra memoria.
Le doy las gracias a Dios por ser latino porque el aprendizaje de esta lengua en la que me inicié bajo la tutela de aquel buen sacerdote don Valeriano Pastor me ha abierto la posibilidad de escribir el inglés casi como mi vernácula, entender el italiano y el francés y leer de corrido el alemán y con más dificultades porque no me acabo de familiarizarme con el cirílico el ruso. Así que “s o l v i t u r a c r i s h i e m e n s, etc.” los planteles de pobo que ahinqué hace tres semanas parecen haber agarrado. No así los manzanos y el figal es un poco más difícil. Los álamos blancos-repasemos un poco la mitología- poblaban el monte Alcides y dicen que Hércules coronado con las hojas del pobo entró en el infierno. Las ramas que llevaba el dios junto a la sien se chamuscaron pero las de la parte externa quedaron blancas. En el sel de al lado pacía una hermosa yegua asturcona pero hace días que no la veo. Una de dos o se la han llevado los gitanos al macelo de Noreña o peregrinó como tantos y tantos jumentos del ganado caballar o mular asturiano a la feria del Boñar.
Ya era vieja pero a lo mejor la vendieron por potra sin mirarla demasiado a los dientes. Lean mis lectores el cuento delicioso que escribió Armando Palacio Valdés sobre el Potro del Señor Cura. Aquel arcipreste que a mí me recordaba un poco al cura de Soto, que era un bendito de Dios y lo mataron a disgustos porque andaba mucho por el chigre, sus feligreses, porque en Soto son algo beatos, por caridad y por amor del evangelio se dejaba engañar. Con que el potro llegando al pueblo pronto enfiló el camino de la cuadra y se acordaba de la querencia al pesebre. Así que, señor cura, le dieron gato por liebre. Lo pintaron de color bayo siendo ya tordo entrecano y cuando fue a pasar la almohaza por el lomo al animalito descubrió que el referido potro era un jamelgo de bastantes años. Y ¿qué es la vida sino un perpetuo engaño? Sino una ilusión, un frenesí, que dijo el poeta. Aquí espabilas o te espabilan.
O digo yo si mi yegua asturcona no se habrá ido a galopar con las musas pegásides, las que pacen en los montes parnasianos y en los valles del Helicón. Una de ellas pegó una coz en cierta ocasión a un roble, e hizo nacer del golpe a la fuente Castalia que llaman Hipocrena. Seguro que Zapatero no sabe quienes eran las Nueve Musas ni donde estaba la fuente Castalia. Es un cazurro de León. Tampoco sabe inglés pero está que no le cabe un piñón por el culo con esto de que le ha invitado Obama a desayunar otra vez (o algo así) y por aquí la prensa triunfalista y sensacionalista se deshace en loas y cánticos epitalamios por el buen concierto que ha tenido Obama de ponerles mutualidad, prevención, previsión y seguro médico a sus súbditos pues aquí eso de la seguridad social ya no las trajo Girón hace más de medio siglo.
Y estos están que parecen haber descubierto el mediterráneo. Los bustos parlantes de todas las cadenas- parecen diosas olímpicas hablando como cotorras, muy contundentes y sin contener la respiración, que comparecen con la permanente bien hecha y después de haber pasado por mucho adobo pero son en realidad coribantes o acaso gomias con algo de impávidas arpías, las nuevas tarascas de Corpus en edición eléctrica- se hacían lenguas a todos horas del acontecimiento. Sólo virtual versión de la realidad, disfraz de caras bonitas a quienes les faltaba introducir en sus coletillas y en sus sonrisillas triunfalistas- andamos metido entre la cultura de adulación al poderoso y la queja, entre incensarios y jeremías- Oh Obama queremos un hijo tuyo. ¿Qué será lo que tiene el negro? Absorto me tienes oh boy.
Mientras tanto, la grama risueña alegra los prados. Prunos y almendros pujan su flor. Rompen algunos perales sus ramas tempranillas y los membrillos tan olorosos y resistentes a los hielos cubren su copa verde de la forestal librea. Es lo importante, no la imperante política que vino a ser siempre cosa de lotófagos. La vernal estación acude a su cita y la vida se renueva. Hoy el monte lucía su camisa nueva y su mejor polisón. Muy pronto llegarán las romerías. Lunes, 22 de marzo de 2010