Es el mejor orador que haya pasado por los estrados de las Cortes. Parlamentario nato e imbatible en el cuerpo a cuerpo. Apodíctico, austero, cuidando el gesto y la voz irrefragable en la defensa que hizo de la unidad de España. Al Gran Ciprés lo dejó k.o en uno de los rounds de la Carrera de San Jerónimo y eso que Calvo Sotelo- de raza le venía al galgo- no era un grano de anís. Al verle en la magistral entrevista que le hizo Arteseros, un vistazo a los últimos lustros de la historia de la transición a Blas Piñar yo pensaba en ese don que caracteriza, según los ingleses, a sus mejores políticos: stamina, redaños, una fuerza interior que les hace atravesar los grandes lamedales sin que una macula de barro les tizne los zapatos. O siete tiros en el cuerpo y avanzando de los buenos legionarios. Ha sabido fajarse al territorio sin que las balas del gatillo invisible que jugaron al pim-pam-pun con su persona lo alcanzasen.
Ha sido el político más perseguido y calumniado de toda la transición. También uno de los correosos y el más valiente. El general Manglano le tuvo pinchado el teléfono no sé cuantos años. Gutiérrez Mellado otro siniestro personaje que trabajaba para los norteamericanos planeó su asesinato Blas fue destituido como director de Cultura Hispánica por un articulo que escribió contra los gringos en la tercera de ABC, titulado “hipócritas”. Como lo del “paseo” falló lo mandaron al exilio interior, como a tantos otros. Gastó sus energías y sus caudales en la continuación de Fuerza Nueva que también se llenó de regalones y de extraños tipos de la derecha para los que España ha sido siempre la nómina. Lo dejaron más solo que a Romero Robledo rodeado de un estrecho círculo de colaboradores como el gran Fernández VILLAMEA, buen periodista, buen fotógrafo, al igual que él orador y caballero sin tacha. Ahí está con sus 91años casi cumplidos. Ha sobrevivido a un cáncer de laringe, él que nunca ha fumado y sigue con la cabeza bien amueblada.
Una vez di una conferencia en su sede sobre la División Azul. Creo que aquella vez dije cosas importantes que nunca se habían oído y que se salían un poco del guión. Fue un acontecimiento clave en mi vida de escritor pero me convertí en objetivo, a causa de mi espontaneidad e independencia de talante, de los sabuesos del Gran Amo. Se inició una persecución sorda. Me tacharon de rojo a mí que soy un franquista inasequible al desaliento y muy centrado en los principios de la ideología jonsista. Persecuciones, calumnia, insultos, listas negras. La vida laboral un calvario, etc. En el ministerio me mandaron a pasillos. Sin embargo, no he dado mi brazo a torcer. Soy un poco como don Blas, aunque no sea digno de descalzar al prócer los cordones de los zapatos. Mi fe en Jesús y mi amor a la iglesia y a España no se derrumban a pesar de lo que está pasando. La vida puso en nuestra contra muchos topos y soplones y chinas en los zapatos. Son las espinas que más duelen, las de las cambroneras de tu propio calvario, de los que se dicen tus amigos y te zurran por la espalda. A mí me quisieron amortajarme por navidad y me enviaron una soga. Y yo le devolví la cuerda a uno y ese se ahorcó. No está dicha la última palabra. Aquí han pasado cosas muy gordas pero las mayores vilezas se hicieron a cencerros tapados. Han variado de táctica y la bestia ha cambiado el rostro y la chaqueta.
Ya no son marxistas de Moscú. Son comunistas del New Com. Lobos con piel de cordero. Ahora defienden el capitalismo y se han apoderado de la banca. En fin, querido don Blas, la verdad y la razón se abren paso. Muchos de nuestros nerones, caligulas y galvas crían ortigas en sus camposantos y nosotros aquí estamos. Siete tiros en la piel y avanzando. Ad multos annos. Calamo currente et panem lucrando. En nuestra patria hacen falta políticos de la talla y oradores de la categoría de don Blas. Además es un caballero
Lunes, 15 de marzo de 2010
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