SAN FRUTOS PASA LA HOJA SOBRE SEGOVIA POLTRONA EGOISTA DESCRISTIANIZADA Y PECADORA
Bueno 25 de octubre. Un año más y San Frutos barbas de piedra bordón penitente de la Tebaida eremítica no pasa la hoja y mejor que no la corra porque entonces se acabaría el mundo. Yo no sé si se habrá acabado el mundo pero lo que sí sé es que se acabó aquella Segovia que conocí de niño. San Frutos los corra a gorrazos con su cachava. En primer lugar al obispo, luego al alcalde, y después al director del Adelantado que tuvo la desvergüenza de negarme una reseña una breve gacetilla a mi libro SZEMINARIO VACIO un canto a Segovia y un a obra de arte. Estoy tan orgulloso de ella como el admirado Leopoldo Alas cuando dio cima a la Regenta.”He aquí una obra de arte”, dijo Clarín al ver su obra salir de los tórculos cuando acaba de cumplir cuarenta años. Yo terminé la mía ya sesentón, tres años de trabajos. La Regenta estuvo congelada más de setenta años y la mía la acaban de poner las fuerzas vivas – Segovia la llamaban la ciudad de los caciques- en el frigorífico. Ellos tratan de hacer de mí un hombre nulo, me confieren la investidura de no person. No existes. Eres un meteco en tu patria. Han destruido la vieja cultura. No son cristianos. San Frutos no es más para ellos que una figura borrosa, un santo que no existió, una mera excusa para el botellón. Pajaritos fritos y dar la vuelta a la ermita del santo y a lo mejor no te vuelven a doler las muelas. Ahora han abierto una senda para que hagan pedestrismo sus señorías y hagan deportes. Sociedad hedonista y egoísta, insolidaria, mírame y no me toques. Pero los viejos cronicones no dudan del transito por la tierra de este santo varón que, harto de la ciudad que le vio nacer, de la poltronería y el hijo, hijo que bien estamos, cobramos la pensión… vívese ahora muy superior. Tenemos una tele de plasma, un pisito y un gorrino en la cohorte que vengas para la matanza oye, echa un trago, de tejas abajo. Por el encintado del acueducto arcos arriba se pasea muy gallardón el obispo don Opas. Hemos vuelto a abrir el portón. Don Ulfilas asomado al campanario de Santa Columba le hace coro y don Rodrigo por el amor de una mora entrega al sarraceno las llaves de España. Aquí se vive muy agustísimo, hijo. La princesa del pueblo sale todas las tardes por la tele y nos hace tururú la muy morritos. ETA ya no matan y los políticos y los periodistas son millonarios. Corrupción a gran escala. Mientras, el justo el que dice la verdad es perseguido, ninguneado, lo colocan la clámide El príncipe galardona a un cohén. Esto parece una casa de putas. Entiendo porqué nuestro santo tutelar cogió los bártulos y se largó al yermo. A practicar el contemptus mundi y la apatheia (indiferencia ante las cosas humanas y apatía por lo temporal para ganar la vida eterna) Allí rezaba día y noche, ayunaba, nunca se cortaba el pelo y las uñas, se alimentaba de escarolas, muerdazos, tomillos y cardos. El que quiera salvar su vida la perderá con el regalo y el que la desdeñe la salvará. Desprecio de las cosas del mundo. Contemplación. Vivía en régimen de la tebaida de los anacoretas de Asia Menor, que se llamaba sinesactetum en el que se permitía la presencia de mujeres en los monasterios para dulcificar la vida y apaciguar los ardores de la tentación. Aquellos – hombres y mujeres – sí que eran santos de una sola pieza. Pero a muchos segovianos tenía que bajar del edículo en la puerta de la catedral y correrlos a gorrazos. Yo le dejaba la escalera.
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