2025-02-17

 ENTRE PINTO Y VALDEMORO

Cuan lucida es esta expresión que define un tanto el carácter tornadizo del español. Es la versión del comme ci comme ça de los franceses. O no bebes o te emborrachas,un término medio, al pairo de nuestra tibieza. Pinto a un lado. Valdemoro al otro. El terreno en la provincia de Madrid desde la sierra de Guadarrama hasta Moncloa y los montes del Pardo es todo el berroqueño, una verdadera cantera. 

Berruecos y jaramagos, jaras que adornan las riberas de los ríos Guadarrama, Jarama, Manzanares. Todo cuesta abajo, desde las laderas del Escorial buscando las querencias del Aulencia y el arroyo Perales donde yo vivo y se dio la gran batalla de Brunete. 

Es un paisaje bravío de encinares y dehesas. Pero desde  Atocha y Getafe el territorio se vuelve gris, muy feraz. Los llanos de Leganés y Alcorcón ofrecen tolmos que son verdaderas caleras para dar escolta al cerro de los Ángeles donde se sitúa el epicentro geográfico de la península ibérica. Es un aviso de que ya estamos en la Mancha o lo que antes se llamaba Castilla la Nueva. 

El olivo y el alcornoque sustituyen al roble y al aliso. Buen trigo, optima cebada y sobre todo excelentes caldos que se criaban en los majuelos de Pinto. Es la zona del tintorro que bebían los arrieros en las posadas en la carretera de Andalucía. 

De Madrid A Toledo hay veinte leguas todo el camino llano menos las cuestas, reza la copla y en la venta de Cardeña había que cambiar el encuarte para bajar Despeñaperros. Valdemoro y Pinto se hallaban en el largo camino de las diligencias y de la arriería. 

En Segovia se decía de Pinillos a Escobar poco va. Se dice que la frase de “entre Pinto y Valdemoro” fue la que pronunció uno de aquellos arrieros que no sabía dónde estaba si en Pinto o si en Valdemoro. 

Ambos pueblos estaban divididos por un río. El arriero quedó atascado en el agua y daba voces para que lo sacaran.

─¿Hermano, dónde estás?

─Entre Pinto y Valdemoro.

─Pues aguarda que vamos allá

El pobre beodo por poco se ahoga él y toda su reata de diez mulas de su encuarte.  Iba para Cádiz con su calesa. Eso es lo de menos. Lo demás es que pronunció un aforismo para la historia que serviría para calificar las ambiguas calificaciones de nuestra historia. 

Aquí nunca salimos de la crisis. Los políticos andan al copo y nosotros el pueblo cristiano siempre agachando la cabeza. Estamos entre Pinto y Valdemoro o delante de los curas con el Cristo y los ciriales o detrás de los curas con el vergajo. 

Voy a Valdemoro con frecuencia y uno que tiene alma de guardia civil y corre por mis venas sangre del Duque de Ahumada piensa en estas cosas al pasar junto a los muros del cuartel donde está la academia de guardias jóvenes. 

Es un pueblón manchego con mucha historia una iglesia que alberga un cuadro de Goya donde yo saqué de pila a uno de mis nietos y el torreón donde asomaba una campana gorda cuyo repique se escuchaba hasta en Toledo. 

Fue destruido en la guerra civil pero en la antojana hace unos años se podía observar la melena de aquella campana que pesaba muchas toneladas

 

lunes, 17 de febrero de 2025

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