MUNDIAL DE SURAFRICA
Me gustó Japón. Los japoneses han aprendido a pegarle puntapiés al balón y hacen un fútbol habilidoso y rápido, tecnología punta. Seguro que van a ser una potencia en el deporte rey. Juegan como robots y a lo samurai. Tanaka el portero que paró el penalti pero luego el delantero danés remató adentro por poco le vimos hacer harakiri. Golpeó el césped con la cabeza por tres veces en un acceso de cólera casi militar. Son cibernéticos hasta pasando la pelota y arrollaron a la Dinamarca de Laudrup y de Olsen, de viejas glorias. El centro de gravedad de la economía como el de la historia como el del fútbol se está desplazando hacia el este y el Sur. Menos mal que tengo satélite pues gracias a los alemanes he podido seguir todos los partidos del mundial por la RTL y una emisora austriaca. Aquí los partidos son de abono. Es el polanquismo que nos invade. El mercantilismo del laissez faire laissez passer ha llegado al fútbol. Ya lo dice “Pepiño” se acabó la era del “gratis et amore”. Y esto que está ocurriendo con la emisión de encuentros de fútbol se registra en España en todos los órdenes. Se acabaron aquellos viejos tiempos del paternalismo franquismo, del gol de Marcelino a Yeltsin el año 64. Yo estaba en el Bernabeu. La entrada me valió tres duros. Se llevaron las aguas del río del olvido la voz de Matías Prats y de Enrique Mariñas que retransmitan al alimón los partidos de la copa Jules Rimel. Toda España pegada al radio receptor. El gol de Zarra en Maracaná el año 50 lo oí relatar. Apenas me acuerdo. Y Pelé en Suecia el año 58. Luego en los de Chile cuando empatamos con Checoslovaquia a uno y en el último minuto el sevillano Luis de Sol con el portero batido tiró la bola a las nubes. En el del 66 ya estaba en Londres. Había ido a un campo de trabajo a Evesham a la recolección de la fresa. Vivíamos en un barracón. Aquello parecía un Konzentration Lager. Quisimos pasar a verlo en un pub pero había un letrero a la puerta en el que ponía lo siguiente:
-No dogs and no straberrypickers allowed in teh hause
Así pues, como en Inglaterra las casas carecen de persianas y los cuartos de estar dejaban ver el interior, conseguimos ver el partido por la BBC huroneando desde el jardín de la casa de una señora vieja, que no objetaría nuestra presencia de mirones, antes bien nos dio una taza de té, aunque no nos mandaría pasar. Era una tarde plomiza y hacía mucho calor. Recuerdo el gol desde casi cuarenta metros de Bobby Charlton, las paradas de Banks y el desdentado Nobby Stiles alzando la copa triunfante. Rugía Wembley a los acordes del himno nacional. El God save the Queen. Me impresionó aquel patriotismo. Claro que a Argentina el árbitro le robó el partido. Expulsaron a Ratin y a Mas por una tangana. Che, le entré un poco fuerte no más. Recuerdo las declaraciones del bonaerense. La historia de nuestra vida se circunscribe a estos eventos que ponen al mundo en pie cuatrienalmente. Es una forma de pasear la bandera (show the flag), ahora que no hay contiendas generalizadas y cada una de las selecciones hurga en el gusanillo del patriotismo. Cuando juega Inglaterra para muchos ingleses es como si zarpara la escuadra. Ayer el Times sacaba en portada una foto impresionante de una mujer en actitud orante. Se había pintado las uñas de rojo y blanco luciendo la cruz de San Jorge. Parece ser que las oraciones de esta forofa fueron escuchadas por un Dios que se mostró clemente y anglicano, salvando el italiano Capello su credibilidad ante una hinchada exigente que le ha llamado mercenario. You bloody Italian, pero el manager trasalpino al vencer a Eslovenia salvó la cara. Me dio pena Antic todo un caballero. Yugoslavia, la mítica Yugoslavia del Partizan de Belgrado hoy serbio sucumbió ante el empuje yanqui. El del 70 en México yo vivía en un pueblo del Yorkshire mis días de amor y rosas. Brasil dio un recital. Cole el dictor o locutor de la BBC hizo un tour de force contándonos aquellas jugadas de Rivellino, Carlos Alberto, Pelé y Garrincha. Del 74 no guardo memoria como tampoco del mundial del 78. Estaba en América y allí el soccer no había arraigado todavía y no se daban partidos más de béisbol y de fútbol americano por la tele... el del 82 en Lola Membibres acabamos de comprar una televisión en color. Una decepción para los naranjitos que organizamos los españoles. Arconada estuvo fallón y muy titubeante Maceda. Salinas frágil y sin encontrar puerta. Baquero no brilló como solía. Una tristeza densa invadió los bares de Madrid, pero otra vez será. Y así sucesivamente. En Corea un arbitro nos robó el pase a la final. Sí el libro de la vida de muchos que somos ya sesentones viene avalado por el hito de estos fastos futboleros cada cuatro años. Vicente Verdú, antiguo compañero de fatigas en el SP, y al que echo en falta sus artículos magistrales en EL PAIS, ha escrito libros importantes de las relaciones del balompié con la sociología... últimamente se ha convertido en una fábrica de acuñar billetes tanto para los que lo practican como para los que se ganan la vida contandonos las intrigas de los partidos, los jugadores y entrenadores. Es una actividad donde la mordida y el sobre están a la orden del día. Uno de los grandes corruptos y corruptores de este noble español ha sido José María García el inventor del butanitismo según creo saber yo. Es un periodismo marrullero y gritón donde lo importante no es el mensaje sino el medio, la farándula el circo que se monta en torno a los dos grandes clubes de la liga española. Por la Cuatro y por la Cinco una serie de señores y de señoritas se han dedicado a informar muy subjetiva pero sin contarnos lo que pasa en realidad. Se ha contaminado la crónica deportiva que tuvo grandes maestros como Gilera del ABC o Fernández Flores del amarillismo rosa. Esa Sara Carbonero, la chica de las pupilas postizas, ha acaparado la atención internacional por sus amores con Casillas. Como reportera está todavía en agraz. La flema de Del Bosque nos refleja un entrenador que ha ido a Sudáfrica sin ideas. Le pesa demasiado el peso de la púrpura del legado que le dejara Luis. Se echa en falta la furia de Zapatones que deparó a nuestra selección el único trofeo grande que hemos ganado, la Copa Europa. Pero a un Mundial no hay que ir de miramelindos con el tacataca. Es necesario la profundidad, la garra y nuestro once no parece que esté en buena forma física como tampoco está muy "fit "el propio Del Bosque del que no digo que pueda ser un señor pero es un trepa del Real Madrid. ¿Qué pasará mañana? Por supuesto mis deseos y mis mejore augurios para la Roja y Gualda. Al menos el fútbol nos ha permitido a unos cuantos mostrar la enseña patria y colgarla de nuestros balcones. En el 2002 en un viaje a Portugal no se me olvida que la insignia lusitana se asomaba a los alfeizares de todas las casas desde Oporto a Lisboa. Ojalá que los españoles podamos imitar a nuestros vecinos portugueses. Mañana. Hay que ganar a Chile. Y que Dios reparta suerte pero no somos muy optimista. Ojalá estemos en un error. Porque España, aunque no nos gusta, la llevamos siempre en le corazón
25/06/2010
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