2021-10-24

CONSIDERACIONES SOBRE SAN FRUTOS EN SU TEBAIDA

 ERA SAN FRUTOS Y EL SOGUILLAS SEGUÍA CON AQUELLOS PELOS

 

Madre de Dios, pensaba Soguillas, y yo con estos pelos: sumido en la barahúnda de los acontecimientos, metido en su  hasta donde llegaban voces del exterior desde la galena de onda corta bajo la imagen del divino Frutos que había pegado al techo después de recortarla de un periódico. Sus barbas, su calva y la cachava con la que hendió la peña y se libró de sus perseguidores eran para el viejo latino una expresión calcada del salmo protector en el introito de las misas de antes el judica me deus et discerne causam de gente non sancta et lingua dolosa erue me.

Estaba en su refugio agazapado en conexión con el mundo a través de interruptores pero sin estar en él emisoras lejanas cruzando el éter portando en sus alas las mariposas de la verdad y de la mentira cuidado con las crisálidas tratar con respeto a los gusanos. Por todo ello empero sus dificultades e incomprensiones del desamor sentía Soguillas el deseo de darle gracias a Dios de bruces contra la impavidez inexorable de su PC su cuaderno de bitacora era la condena de Tántalo mensajero de los dias iguales porque siempre era lo mismo una deidad siniestra mandaba en los acontecimientos. San Frutos fue un varón de virtudes no lo negamos pero su candidez repugna a las personificaciones y sofismas de los tiempos en que estamos.  Ni el jericense de Segorbe ni el segoviano arévaco y pagano que dio en malvado son dignos de un santo tutelar de tal calibre. Mandemos al mancebo de botica de Cantimpalos en vez de chorizo nos proporciones tres cuartillos de aceite ricino para purgarnos.

Se lamía las heridas en aquella cueva que era a la vez que locutorio biblioteca fumadero y mingitorio el sillico siempre a mano para exonerar sus aflicciones de próstata. Soguillas era un morabito a la moderna. Los padres del desierto gozaban de la facultad de retirarse del mundo hoy eso no es posible debido a los vuelos espaciales la telefonía móvil las redes sociales que atrapan el ojo y la oreja en una palabra la digitalización lo total de los tiempos mesiánicos. Las esquinas liberticidas vigilaban y san Frutos el pobre poco podía hacer con su cayado. Ya no ocurren milagros todo el día ni es verosímil pegar un palo a la roca y tajar la montaña los buenos acá los malos allá. Eso ya no es posible dentro de este caos, nos hallamos bajo el cráter del volcán sumidos en totum revolutum todos con el pescuezo atrapado en la ratonera de la burbuja mediática. Hemos de besar el látigo  

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