2025-01-06

otra noche mágica en Moscú una vez más

 PUTIN ASISTIÓ CON SU FAMILIA A LA MISA DE GALLO COMO UN FELIGRÉS MÁS. SIN PRIVILEGIOS. ESTUVO DE PIE DURANTE EL SERVICIO


Otra noche mágica que solo suele depararnos esa Rusia misteriosa a la que tanto amamos tan odiada y escarnecida por los malos. Nos dimos un baño de liturgia y de belleza escuchando a los coros de una catedral abarrotada que cantó siguiendo el compás de compasillo del diacono el credo de Nicea y la oración dominical. 

Son tiempos de guerra pero también de esperanza. Un archimandrita formuló una oración por los soldados que penan y luchan exponiendo sus vidas en las trincheras. 

He visto a lo largo de estos últimos meses cómo muchos infantes llevan como detente bala una imagen del corazón de Jesús en la pechera y los artilleros ponen a las Virgen del Perpetuo Socorro en la cureña del cañón- el cabo pieza grita: “iskra” fuego y el estampido es como si se elevase a los cielos una oración. 

La televisión moscovita nos presentó una iglesia joven, pujante. un clero mozo y algunas de las feligresas el velo a la cabeza que eran verdaderas beldades. 

El oro de las capas pluviales recamadas, las perlas de las tiaras episcopales, el riguroso seguimiento de los cánones litúrgicos nos hacían a los radioescuchas y televidentes sentirnos no en la tierra sino en algún lugar del cielo. 

Casi lloré cuando el patriarca consagró el pan prinite adite eto tela maia (tomad y comed esto es mi cuerpo que será entregado por nosotros y por muchos para la redención de los pecados) y tomad y bebed esta es mi sangre… es el momento de la epliclesis el de la consagración, llega al altar el Espíritu Santo. 

Los ornamentos son preciosos, el ritual lleno de misticismo.

 Es algo muy grande que no ha sabido entender la Iglesia Católica: sin liturgia y sin tradición el cristianismo se desvanece y se convierte en algo rutinario sin alma ni calor. 

Bendita seas Rusia. Yo te llevo en el corazón


un año antes en 2023


MISA DE GALLO EN MOSCÚ IRRADIANDO BELLEZA CARIDAD. CARISMA Y COMPRENSIÓN
Año tras año, gracias a Internet, ese invento maravilloso, vía satélite puedo asistir a la misa de la Natividad en la catedral del Salvador.
Me lleno de belleza, me empapo de hermosura, de perdón y de esperanza: el halo mágico de la luna brillando tras mi ventana, el silencio de la noche de Epifanía, las luces que se apagan. Esto es lo que llamaban los griegos “filocalía” (culto a lo bello)
Los magos que se van después de la gran cabalgata.
Pero una luz sigue brillando en Oriente. Luz de las almas. El brillo de las capas pluviales de los popes, las luengas barbas de los archimandritas, la voz serena y nítida del patriarca. El protodiácono Constantino, un moldavo que perfora las profundidades del Averno al hacer la octava baja, mientras otro preste hace el contrapunto y ataca las letanías, al grito solemne: Dios ha nacido.
Mensaje de paz para una humanidad convulsa, en guerra, desorientada y borracha. Atrás un coro mixto de voces mágicas entona villancicos. No hay nada más bello que la voz humana, olvidémonos de las guitarras, del oboe triunfal, la ocarina ALEGRE Y PINTURERA, los violines sollozantes, la flauta travesera trinos en el bosque, el rabel que llora y canta.
Casi tres horas de pie. Clerecía y feligresía aguantaba a pie enjuto el rito solemne de esta misa de gallo que fue larga.
Las cámaras de la televisión nos mostraban la belleza de estas caras rusas mientras los ángeles del cielo subían y bajaban paseando desde las cúpulas al triforio, perfumando el iconostasio con el batir de sus alas para repetir el mensaje que anunciaron en la aldea palestina de Belén. Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
Terminada la ceremonia, ya muy de madrugada, besé los iconos y me fui a la cama.
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07/01/2025

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