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Posted: 06 Oct 2019 01:20 PM PDT
LLANTO
POR UN UROGALLO. ESTAN ASFALTANDO TAMBIÉN ASTURIAS
Antonio
Parra
Otro
ataque. Por lo visto respiran por la herida. Estábamos condenados al silencio
ese silencio espeso y mazorral como la sangre municipal que se enriquece a
golpes de ladrillo y de hiladas de plomada. Me hubiera gustado ser albañil
más que archivero pues la literatura nos condena a la pobreza pero no a la
pereza que nada tengo de haragán y en mi vida en lo mío trabajé una burrada.
Ahora después de lo de Marbella le toca al norte y todo son casas. Están
construyendo la gran carrilana que perforará el monte de los abedules los
maestros del gran diseño cartabón en ristre. Me repliego en mi solipsismo en
esta mañana de noviembre dorada cuando después de la cencellada – el rocío
posó esmeraldas y diamantes en los tallos de la hierba- cavo en el huerto y
tengo una visita. Primero
un malvís y luego una urogalla. Dejo la azada y contemplo a este ave como el
que asiste a una visión. Es una hembra. Está a siete u ocho brazas de mí la
cresta encarnada el plumaje entre azul y grís y una cola zanquilarga
cimbreante y bien señalada. Cacaracá. Cloc cloc. Bajó a comer desde las
cumbres del Aramo y picotea entre los valles. La proximidad de la marina no
la asusta aunque bien se ve que es bravío y con querencia de montaña.
Desaparece y ando tras ella furtivo animalito del Señor. ¿De dónde ha salido
la pava? Rara avis. Dicen que está en extinción. Cuando construyan la gran
carretera adiós. Me hubiera gustado ser san Francisco para hablarla en su
idioma. ¡Somos poca cosa la verdad! Reparamos
ordenadores, hacemos sesudo balances de la situación política, y el teléfono
móvil, el vis a vis y el oreja a oreja cual mando a distancia, va por el
mundo a mano alzada y todavía no entendemos el idioma de las aves. Hay un
acebo cerca de mi casa que lo visitan con frecuencia y a veces tentado el
urogallo esplendoroso por la vanidad de toda hembra por la curiosidad o la
llamada de la sangre se acerca al nial de las gallinas que Iturripe ha
construido en el establo. El gallo se alborota enamorado pues un masto de ese
calibre que tiene bien cubierta a su pollada debe de estar harto de todos los
días patatas y montar a una urogalla debe de ser para él como cepillarse a
Sofía Loren, pero no puede ser. La ferralla metálica impide la componenda de
una parada nupcial en condiciones que la pava es bella, casquivana y amorosa. El
gallo de la quintana de Iturripe se queda con la miel en los labios. No es la
primera vez que el gocho baja del monte y cubre en un santiamén a las cinco
marranas que a eso de los ocho meses empreñan y paren rayones. Misterios de
la naturaleza. El milagro de la supervivencia que se produce ajeno al
gorigori del humano vivir sus horas de vanidad. Después se pierde por la
trocha y al fin la veo alzar el vuelo detrás de los laureles. Escucho el
silencio del campo un silencio musical de orquesta montaraz. La melancolía se
me pasa. Sigo apañando los alcorques. Este
año mi ciruelo que es vecero y por julio tocaba nos dio casi dos serones de
fruto y casi cogimos una fartura y el castaño secular
tampoco le anduvo a la zaga. Buen magosto y castañas para dar y tomar y hasta
regoldar. Siento en mi carne la hermosura y opulencia de este paisaje que nos
quieren quitar. Si machacan el monte ¿el urogallo dónde vivirá? ¿Adónde
irá a
tirar la boina a enramar su nido? Una parada nupcial de estas aves en su
cantadero es el más hermoso espectáculo del que un ser humano con el mínimo
de sensibilidad pueda gozar. Para mí ha sido un augurio de buena suerte la
visión de esta mañana del Día de san Martín llega el Adviento y las matanzas
como a todo cerdo y que no se den por aludidos muchos les llegará su
sanmartín, ya que este pájaro de gran porte y de la envergadura de una
becada o
algo mayor sí es huraño y no se deja ver con frecuencia pues bien Antoñito ya
has visto a un urogallo casi el sueño de tu vida. Que
sigan escupiendo mierda todos esos que nos avasallan en sus asaltos por la
espalda. Que por delante no tienen cojones. Y ahora que lo pienso y ya me
pongo de mala leche y se me pasa el solipsismo melancólico y la alegría casi
el éxtasis de mirón de la naturaleza mi padre que paz descanse decía que era
tan observador que miraba casi como un marino pues a lo mejor me compro unas
botas de media caña como el maestro Emilio Romero. ¿Y para qué quiere usted
esos zapatos tan afilados de lamedme la punta, don Verumtamen? Para atizarle
una patada en to los huevos a más de alguno. Le
condenaron al de
Arévalo al silencio claro está que es lo que más nos duele (el otro día el
Bibliopola barriga verde me llamó loco y me cubrió de injurias y de
escupitajos sobremanera pero ya ajustaremos cuentas que la navaja me tiembla
en bolso aunque por semejante pobre diablo non val la pena, nin, bastante
desgracia tiene con tener la mujer que le dio dios) a los hombres de pluma
pero él seguía con sus kikirikís proféticos. Era el gran urogallo de este
pobre cotarro nacional plagado de gritos y exabruptos de los cantarranas que
nos dan la vara y no son el mirlo desde la amanecida y todo el puto día que si
zetape los explosivos la kaleborroca o como se llame o los líos de la
tonadillera que tenemos un periodismo de mastuerzos el más canalla y
sinsustancia de los cinco continentes y nos hemos vueltos muy tercermundistas
con complejos de nuevos ricos. Jó. ¿Se lo merecerá España? Pero a lo que iba.
Me acuerdo del canto de esta especie en extinción y de la alabanza de España
que entonaba ya muchos siglos atrás Alfonso X el Sabio. Y la estamos
vendiendo en parcelas a los usureros. Quieren convertir nuestros predios
edificables en campos de Haceldama. Esto es nuevos corrales de la sangre para
que unos cuantos listillos de la municipalidad se forren. Traidores. Judas
sigue habitando entre nosotros. Pese a todo ya con el otoño en puertas
escucho el último silbo de este ave mayor de las Asturias entre los árboles
que talarán para hacer el túnel de la autopista. Es su canto una elegía a un
mundo que se va en medio de la incomprensión e insensibilidad de
politicastros venales y de corifeos modorros del cuarto poder. Vale ya. El
mundo es ansí que diría don Pío. Pedirle congruencia a la naturaleza humana
sujeta a la doblez y a la rapacidad, la codicia y todos los demás pecados
capitales es pedirle peras a un olmo. Tampoco pasa nada. Me he vuelto
escéptico y el mi escepticismo se trasmina en solipsismo. Melancolía. ¡Ay
Dios!
Domingo,
12 de noviembre de 2006 |
h6 |
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