GRACIÁN EN CAPSULAS
Baltasar Gracián es uno de los
mejores escritores de la lengua castellana. Sus frases son veredictos. Él
adivina el ojo total: las contradicciones entre el ser y el existir cuando
dice: "quitadas las legañas de la niñez y las inadvertidas pasiones el
hombre descubre su ceguera". Su flor preferida era el amaranto que es flor
de la inmortalidad. Ve camaleones metidos en alcándaras de laureles. Nada es lo
que parece a simple vista.
En el transito del renacimiento
al barroco proyecta una visión estática del mundo heroico que se va dejando la
entrada a otro más secular. Amante de las plantas cuyas propiedades explica
biológicamente dice que el moral es árbol copudo que vierte una sombra que
quita los dolores de cabeza. Asegura que lo plantaron los sabios para alivio
del cansancio de la vida. Nos previene contra la cobra que representa a Circe y
sus encantamientos. El tiempo de senectud es cuando las cerezas se convierten
en guindas. "Yo me precio más de haber mejor testa que talle".
"Es buen remedio no arrimarse a cabo alguno, estarse solo, vivir a lo
filosofo y a lo feliz que toda conclusión se arrima a buen poste y todo jubileo
a buena esquina". Importan mucho los buenos respaldares. Sus
recomendaciones parecen extraídas del Talmud.
Dice que los catalanes saben ser
amigos de sus amigos. No toleran enfadosos ni entrometidos. También saben ser
malos enemigos pero agrega que los españoles son sustanciales y generosos. Tres
cosas existen en España de las que habrá que precaverse: del vino que adementa,
de los soles que abrasan. Y de las femeniles lunas que enloquecen.
España está poco poblada pero
todos chupan sus riquezas y buscan los patacones. Trampa adelante, el dinero no
falta y el oro todo los riñe y todo lo rinde. El francés es avaro y el
castellano sufrido y melancólico. El judío dora y adora el arca de su
testamento. La víbora al aparearse corta la cabeza del macho y los hijuelos al
nacer se vengan agujereando el vientre de la madre. España es nación envidiada
y de envidiosos. Los españoles son valientes pero tardos son bizarros pero
altivos son juiciosos pero no tan ingeniosos. Muy generosos y aun perdidos.
Parcos en el comer y en el beber pero superfluos en el vestir. Abrazan todo lo
extranjero pero no estiman lo propio. Son muy apasionados de su patria chica y,
trasplantados, mejoran. Muy agregados a la razón pero arrimados a su dictamen.
No son devotos pero tenaces en su religión. Si España no hubiera tenido los
desaguaderos de Flandes, los sumideros de Italia y las sanguijuelas de Génova
hoy sus calles estarían empedradas de oro y diamantes. Luego pasa a decir que
don Fernando el Católico "purificó" a España de moros y de judíos.
Felipe III el dichoso lo purificó de moriscos. el basilisco es animal que mata
con la mirada y el ave fénix con sus airones y encrespados penachos vuela hasta
el sol.
Gracián es francófobo. Dice de
los galos que envidiosos de la felicidad de España, roban todo lo que los es
españoles traen de las Indias, sin gastos de flota y sin disparar una bala, sin
atravesar mares ni despoblar reinos. Se llevan la plata acuñada y acendrada.
Nosotros nos quedamos con el vellón. Honra y doblones no caben en el mismo
saco. Allá cuando se repartieron los bienes, a los españoles les cupo la honra,
a los franceses el provecho a los ingleses el gusto y a los italianos el mando.
"La sangre hebrea que pulula por la historia española le llevó a las
Indias a buscar la Jerusalén celestial donde las fuentes manan leche y miel y
hay peñas de bizcocho"
Elogia a los libros. No hay, dice
lisonja, no hay fullería más grande para un ingenio como un libro nuevo cada
día. Las pirámides de Egipto ya acabaron, cayeron las torres de Babilonia y
sólo quedan los escritos de los ingenios que en aquel tiempo florecieron. ¡Oh
qué gran gusto de leer! Poco vale la riqueza sin la sabiduría y de ordinario
andan reñidas que siempre conduce la ignorancia borregos con vellocino de oro[1]. Traza una visión
moralizante y crítica de la España en decadencia pero no nos preocupemos. La
luna y el sol son las balanzas del tiempo. El sol es atributo de Dios y la luna
simbolo de las imperfecciones humanas. Gracián al igual que Unamuno intentan
echar fuera la parte ferina o animal existente en la naturaleza humana e
incluso se atreve a pronosticar ya en el siglo de Oro que las mujeres mandan en
el mundo. Ellos llevan calzón y ellas basquiña. Más vale la lagrimilla de una
mujer que la sangre derramada por un escuadrón. esto es: tiran más dos tetas
que dos carretas. El más ruin jabalí come la mejor bellota y denuncia nuestra
afición a los honores: coronas, borlas, tiaras, mitras, capelos, bastones,
hábitos y borlas. Porque la fortuna es ciega no está sentada sino en perpetuo
movimiento. Nada permanece firme sino la virtud.
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