MARIA DE MAGDALA Y EL DIABLO
Suelo celebrar con gran regocijo esta fiesta de la Magdalena. Cuando viví en Inglaterra impartí un curso de poesía castellana en el Magdelene College. Hermosas vivencias paseos junto al río los cisnes sobre la superficie y en el espejo de las aguas se reflejaba creí entender la rubia cabellera de la que fue gran peccatrix (pecadora). Pero amó mucho más que pecó y todo se la perdonó. De ella dice el evangelio que Jesús expulsó de su cuerpo hasta cinco diablos, dulce Jesús exorcista mucho más contundente que el padre Fortea. Este supuesto acendra su talla gigantesca porque representa la victoria del bien sobre el demonio y uno de los más refractarios según saben los teólogos creo que es el de la fornicación. La lujuria embota las lamas y suele ser compañera de la ira, la soberbia y la gula. Aquella al que Fariseo Lázaro ignoró fue la que se arroja a sus pies unge sus pies para el sepulcro con esencias de nardo y seca sus pies con sus propia mata de pelo. La pecadora, la vieja puta, se convertiría en uno de los personajes más importantes de su vida pública, una de las santas mujeres. El salvador no era misógino. Era acusado de andar con publícanos y pecadores que comían y bebían y en su retaguardia tampoco faltaban las putas, humilde oficio, el más viejo del mundo. La presencia del Salvador las redimió y volvieron a ser castas y puras. Los demonios que arrojó N. S del cuerpo de María de Magdala son casi una explicación histórica de la confabulación de Eva con la serpiente. Por ellas viene el mal y también el bien al mundo y conviene tener presente algo importante: el amo del mundo, el señor de la historia es Satanás. Es el diablo el que manda y su presencia se ha hecho más activa en los últimos tiempos a medida que nos acercamos a la parusía. Rige sobre todo los designios de la política, de los medios de comunicación y sigue en su acción de enfriar y echas jarros de agua helada a la hoguera del amor, aquel fuego de amor divino en el cual se abrasaron Magdalena y algunos santos. Papini, uno de los autores más entendidos en satanismo glosando a León Blois, dice que el Gran separador es el que impera en la edad moderna. Parece muy congruente esta visión. En España la política es un perpetuo desasosego, una irreverencia, un insulto a la lógica. Los comisarios de Belcebú cuidan bien la parva no se les desmonte. Antes se solía decir no está el verde para pitos ni el Alcocer para zampoñas ni tampoco el manto de Magdalena para tafetanes. Sin embargo todos los 22 de julio es una fiesta importante para mí que celebra como el triunfo del amor sobre el odio, la envidia, la mentira, la coz que siempre nos encuentra desprevenido, el letargo de estupidez y el marasmo o de horizontes sin esperanzas en que vivimos. Esta mujer que fue puta le hizo un corte de manga al diablo. El ósculo a los pies de Dios la llenó de fortaleza. Magdalena muestra el camino de la victoria que no es otro que la renuncia a sí mismo, la penitencia constante, el ayuno, morir a los sentidos, indiferencia ante todo lo que nos pasa. Su festividad fue muy importante sobre todo durante la edad media. A raíz de la peste negra y de la sífilis en los hospitales y lazaretos del viejo camino jacobeo no faltaba nunca una imagen de la santa. El oficio divino le dedica unos himnos deliciosos en latín y su nombre está en primera fila en las letanías mayores.
- Santa Maria Magdalena,
- Ora pro nobis
Paz y bien, presencia de ánimo y mucho contento, hoy creo que voy a ser abuelo.
24/07/2010
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