BEAUDELAIRE POETA MALDITO Y LE GUSTABAN LAS NEGRAS...
Pocos leen actualmente a Baudelaire uno de los poetas más grandes de la literatura francesa. Hoy encontré en un altillo de mi esconce un texto suyo que me emocionó por traer el aliento de juventud. Sólo se vive una vez.
Yo tenía veinte años, trabajaba de obrero en París, ayunaba y me gastaba el jornal en libros de bolsillo que devoraba en los trayectos en metro desde mi casa en Cité Universitaire a la fábrica de la Banlieu en de la cual era un currante más con multitud de obreros marroquies, italianos, argelinos, yugoslavos, griegos.
Lo abro y en la página de respeto encuentro este epígrafe: mi nombre y una fecha Paris 6 de septiembre de 1964. ES EL PERFUME DE UNA ÉPOCA INSERTO ENTRE SUS PÁGINAS: DE GAULLE, LAS CANCIONES DE BECAUDE PARIS SE EVEILLE et j´ai pas somneil, AZNAVOUR, MONTANT, LAS MINIFALDAS, EL bOSQUE DE BOULOGNE. LA RIVE GAUCHE. UN TIEMPO EN LIBERTAD
Han pasado algo más de 59 años y yo que de mozo quería ser escritor, sigo de viejo en esa misma demanda. He sido un buen periodista y un novelista sin suerte (ecrivan raté?) pues mis temas y mis lenguajes y mis argumentos no se entienden.
Baudelaire como Sartre es un milenarista. Un profeta, al cual no se quiere escuchar.
Ambos junto con Julio Verne yacen cubiertos del polvo del olvido. Se les acusa de antisemitismo. Quel domage! Cuenta y razón: todo aquel que piense por su cuenta o no acepte la verdad oficial es expulsado del parnaso y el gran inquisidor le pone la coroza.
Estamos listos. Vamos todos camino del quemadero.
“Las Flores del Mal” es uno de esos poemarios que abrieron brecha.
Sus endecasílabos anuncian con lenguas de bronce el nacimiento de un nuevo ciclo. Determinados críticos motejan a Carlos Baudelaire 1821-1867 de blasfemo y satanista. Quizás se adelantó a los tiempos. Fustiga la ignorancia de los oscurantistas:
El hombre y la mar sois los dos
Tenebrosos y discretos
Hombre nulo que no sondeaste
La profundidad de los abismos
¡Oh mar, nadie conoce tus riquezas íntimas!
Ambos os mostráis celosos de guardar vuestros secretos
Hay en sus versos una sed no saciada por inquirir la presencia del mal en el mundo: la hipocresía, las guerras, el doble juego camándula que habita en los claustros cuando increpa a un fraile holgazán: “Il te faut pour gagner le pain de chaque jour
Jouer de l´encensoir
Chanter des Tedeums auxquelles tu ne crois guere”
La facilidad expresiva, la narración escueta, sus versos retumban en el oído con una suavidad irrefragable. Pura trigonometría francesa. Lenguaje acariciante de la dulce Francia. Paradójicamente, el gran vate parisino es un místico que entona el De profundis para un tiempo nuevo, otra época.
Canta al amor, a la serpiente que baila, a las carroñas del cementerio, al otoño, al apres-midi, a su pipa, al reloj de sol, a lo irremediable etc. A lo largo de mis muchos años de especulación libresca Las Flores del Mal han sido mi libro de cabecera. Vive la France