LO QUE LE OCURRIÓ A SU SANTIDAD JUAN PABLO EN COVADONGA
Antonio Parra
El día de San Bernardo de 1989 no lo olvidaré en lo que viva. Estaba yo trasteando con unos aligustres de mi patinillo en la urbanización majariega en la que resido, recién llegado de las Asturias. Un sol de justicia, agosto en la luz viva de un hermoso verano que iba a ser prólogo de cambios traumáticos para el mundo, batía calor de bochorno sobre las cañadas y yo sentía mono de los bosques detrás de mi aldea. Vivir a la sombra del monte Pascual siempre lo consideré una gracia especial del Señor.
Y de la ensenada de Artedo y de la silueta de los dientes de sierra o túmulos de alzada prestancia que se ven desde allí: el Teixigal, la Rondiella y la Vallina, breñas arriba de san Martín y del Valle de las Luiñas. No hacía ni una semana que había andado yo por las laderas de Cangas de Onís y había girado visita a Corao un lugar esotérico que me interesó siempre.
Después peregriné a Covadonga donde uno se ioniza escuchando el rumor de la cascada y el eco de las plegarias a la Santina sobre aquellos clavijeros reclinados sobre taludes increíbles de roca viva. Allí posa la bendición de las montañas que tienen por trono la cuna de España. Ya terminaban las vacaciones pero como entraba a trabajar en el turno de tarde pude seguir a través de la radio aquel viaje “histórico” de Juan Pablo II a Asturias.
Fue uno de esos momentos que marcan camino y dejan en el alma una huella imborrable. Todos recordamos - los que ya tenemos alguna edad- el momento en que mataron a Kennedy, la boda de Lady Di y Carlos, o la llegada de Armstrong a la Luna, teniendo bien presente en la memoria lo que hacíamos en aquel instante. bueno pues yo estaba siguiendo la misa de pontifical y todo se desarrollaba con normalidad cuando de repente entre los aplausos y la homilía del sucesor de San Pedro sonaron unos gritos estentóreos y discrepancias como de clac. Extemporáneos gritos sin venir a cuento. Pude escuchar el tenor de aquel abucheo. Textualmente: ka-ge-be. Ka-ge-be.
Fueron tan sólo unos segundos porque el retransmisor cortó el micrófono de ambiente pero a mí entonces se me heló casi la sombra y se me pararon los pulsos. Algo malo presentía. Se acusaba al pontífice de comunista. Se le amenazaba se le insultaba pero ¿quienes pudieron ser aquellos desalmados? Nunca lo sabré.
Lo que sí puedo decir que me di cuenta de que el Vaticano asumía su andadura por la Vía Dolorosa y que iba a ser sometido a una serie de presiones increíbles. Belial se hacía muy fuerte. la sotana blanca del pescador iba a ser sometido a un incesante diktat. O te vienes con nosotros o atente a las consecuencias. Tú verás. Entonces los asistentes a la ceremonia en la explanada de la basílica debieron quedarse de un aire. O no entendían. Yo sí. En algún momento temí por la integridad personal del papa polaco que ya había sufrido varios atentados (el primero en Fátima a cargo de un sacerdote español integrista y el segundo en la plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981 así como en Filipinas)
Ciertamente el año 89 fue un año marcado en el calendario esotérico con el estigma del bicentenario de la Revolución Francesa y aquel año iba a caer el Muro de Berlín. Casaroli y su política de acercamiento al Este -Ostpolitik- perdería enteros.
Sin embargo en algunos ambientes de los más retrógrados crecía la sospecha en torno al papa que venía del frío. Sus presiones acaso determinaron que Roma se pusiera al servicio de las fuerzas oscuras. Un telón de acero no se quiebra tan fácilmente. ¿Quienes eran aquellos energúmenos o corifeos que en la atalaya de Covadonga gritaron los estribillos de KGB. KGB? ¿Los fachas de Blas Piñar?
Lo dudo. ¿Algún enano infiltrado en los pliegues del inalámbrico? ¿Los temibles americo cubanos que juraron odio eterno a Fidel Castro? Puede.
Conozco ese percal. Son círculos que se mueven en torno al periódico La Prensa que dirige Horacio Aguirre desde Miami.
Diez años después sigo en mis dudas y nadie ni en España ni el extranjero ha hablado explícitamente del suceso. En las crónicas y artículos publicados tras la proterva efemérides no hay alusiones ni de pasada al bochornoso incidente pero yo, humilde esforzado y paciente oyente escuche aquellos gritos con estas orejas que se han de comer los gusanos. Al cabo de dos lustros las sacrílegas imprecaciones martillean mi subconsciente de cristiano amante dela libertad y del deseo de estar bien informado porque entre otras cosas porque entre otras cosas nuestro Salvador ostenta el título de eleuterios (libertador).
Con frecuencia se ha querido manipular su mensaje. Él murió en el leño pero no han faltado quienes hicieran todo lo posible por comprarlo y por manipularlo. Y el clamor de KGB...KGB se parece patéticamente a aquellas voces del populacho excitado en el Lithostros:
—Crucfige.. Crucifige eum (crucificarle crucificarle)
¡Pobre obispo de Roma! Anás y Caifás proyectan la huella de su sombra contra el heredero de las llaves. Las potestates clavium. El poder de las llaves. Todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo etc. fueron dos lustros (se llaman así porque los habitantes de la Ciudad Eterna celebraban fiestas rituales cada cinco años para purificarse recibiendo las aguas lustrales en la fuente de la diosa) movedizos o de pana rayada que diría mi querido suegro Gabriel Tuya que paz tenga.
En estos diez años últimos casi se ha sentido el piafar desmelenado y echando espumarajos de fuego por los ollares del caballo del Apocalipsis que arrastra una estela de azufre: el hambre, la guerra, la peste, la sequía y la congoja de las gentes. ¿Será el tiempo del fin? No sé pero las manecillas del reloj de la Historia han girado a velocidad vertiginosa. J Pablo II ha conseguido mantener el equilibrio con perfiles de luz y de sombra como corresponde a todo nacido de mujer.
Este ha sido uno de los papas más carismáticos enigmáticos peripatéticos y acaso misteriosos de la cronología episcopal. Ha sido execrado y enaltecido por igual. Wojtyla es la hechura de tiempos convulsos y parece haber sido vaciado en otros moldes. Carece de la altura intelectual de Pablo VI. Sus libros son flojos pero es un excelente comunicador. No es un aristócrata como lo fueron Pacelli y Sacci ni posee esa campechanía de Juan XXIII porque siempre ha parecido un hombre distante. pero su testa de romano como tallada a cincel guarda cierta semejanza aunque sus rasgos son mucho más duros de San Pío X.
Puestos a encontrarle a analogías a este papa habría que retrotraerse al medievo. Pertenece a la saga de papas de la lucha de las investiduras y a la pléyade de políticos florentinos. Un Inocencio III, un Bonifacio VIII, duchos en política y expertos estrategas en la manipulación el poder. Gobernar es cabalgar a la jineta sin descabalgar y Karol lo supo hacer. Si hay que creer a los prenuncios de Malaquías al polaco le corresponde la divisa “de labore solis” y el apelativo le cuadra bien a su personalidad hélica (sol total).
Ha venido a ser una especie de Luis XIV del pontificado. Por eso la SRI está aquejada tal vez de, macrocefalia esto es un cuerpo muy grande y una cabeza pequeña. Personalidad desbordante lo suyo es la mayordomía. El mensaje es el medio y ese es el signo de los tiempos que corren.
Todas estas apostillas quedan paliadas por su profunda confianza en María que da la pauta y medida de su mesianismo. La Virgen ha hecho fructífero este pontificado de transición a pesar de haber sido tan largo. Wojtyla ha colocado los cimientos de una nueva iglesia que está por edificarse en el tiempo venidero con el soplo del Espíritu Santo y la intervención medianera de la Theotocos.
Está claro que los que le acusaban de comunista a los pies de la Santina sabían bien lo que se decían. Hay toda una conspiración en marcha. Pero Wojtyla nunca estuvo empadronado en la nómina del KGB. Yo creo más bien que estuvo afiliado a la competencia porque antes de ingresar en el Conclave se dijo que cantaba con el respaldo de los cardenales estadounidenses.
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