Tablares y ceguas
Hablen otros del gobierno el
mundo y sus monarquías. Las cortes eran ayer jaula de grillos. Yo cultivo mi
huerto, aliño los tablares, echo el cucho; me estoy refiriendo la máxima astur
de mucho puede Dios, mucho puede el cucho, pero más puede el cucho. A dios
rogando y con el mazo dándoles a algunos entre los morros. ¿Cómo abonar esta
tierra negra tan española democráticamente en barbecho? Con la que está cayendo
y nosotros mirándonos al ombligo Aforrémonos a la besana que no se tuerza la reja
ni haga extraños la mancera. Guirigays griteríos y voceras y luego los padres
de la patria se lo llevan crudo. Vino la cegua y con sus ampulosos vestidos
fantasmales aburre a la parroquia. Todo ya está muy visto pero me gusta Sánchez,
tiene un aire de Gary Cooper, solo ante el peligro. Rajoy es un gallego a la
deriva. Parlemos de economía. Su tancredismo me enerva pero le dejo la vez a Felipillo Colodra alias “Portales y Carrozas”
(kolodiets) que se explique al respecto y lo hará mejor que yo que para eso fue
del KGB y ahora escribe en un periódico de la CIA, puro transformismo. Estos cielos cinerarios
de febrero traen sobre Madrid pésimos barruntos. Yo a lo mío con el almocafre
el pico la pala y el gario duro que te pego. Los tablares me han salido de libro
que ni con tiralíneas. Emulo de Columela la agricultura no se me dio mal.
Tampoco la literatura. Soy peligroso detrás de una máquina de escribir, hago mi
guerra. Es la cólera del español sentado. El pensamiento no delinque decía Joaquín
Costa. Ahora por lo visto sí. En Ucrania expulsan y matan periodistas. Bonito
concepto de la libertad de expresión del “Rey de Chocolate” que la va armar
gorda. Ceguas y ciguas fantasmones subiendo y bajando por la carrera de San
Jerónimo. Los leones de las Cortes lloran de aburrimiento. He de reformar mis
hábitos edáficos, pero a mí la mala leche me da un hambre canina. Pago mi furor
mi desaliento y acaso mis inseguridades con el frigorífico. Algo vale que es
Cuaresma ya. Antes no ayunábamos, teníamos los hispanos bula, pescado los
viernes, pero los moros se han puesto tan pesados e importantes con el Ramadán
que no hemos de dejarlos los cristianos que nos enmienden la plana. Me siento
como un barco recién carenado. Lo malo la barriga. Soy un joven de 70 años.
Quiero un vientre plano para triunfar. Y
una cara bonita y seductora que seduzca a las señoras y contabilice votos. Todo
se andará.
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