APOCATÁSTASIS SOLOVIEV
este blog defiende la unidad de España y
a su cultura
Vladimir SOLOVIEV profeta de los tiempos
modernos
Noviembre mes de difuntos. Se han muerto dos
amigos. La relectura de Vladimir Soloviev me ayuda a olvidarme de mis tristezas
terrenales y a mirar a lo alto en la esperanza de la resurrección. Como buen
ruso este autor místico, filosofo, poeta y gran teólogo, muy contradictorio
pero lleno de ideas originales propias de un genio es un entusiasta de la
resurrección y hace a sus lectores a mirar para arriba no hacia abajo ni a los
lados ni para el suelo sino que eleva sus ojos hacia Dios, el dios cristiano y
anunció algo que está pasando o ha pasado en la actualidad. Mirada de águila
ojos proféticos. Cuando escribió su gran obra Rusia y la iglesia universal un
libro denso que tuvo que publicar en Croacia ya que en su propia patria fue muy
perseguido e incomprendido poco antes del asesinato del zar muchos consideraron
que sus adivinanzas fueron fallidas pues lo que vino no fue la santa Rusia sino
la revolución bolchevique, el cataclismo de la segunda guerra mundial en la
cual perecieron 27 millones de hombres. Habla del surgimiento de una tercera
Roma en Moscú. A mi juicio ese movimiento se inicia en 1989 con la caída de la
URSS y la restauración del cristianismo, un hecho que se produce pese a que a
algunos les pueda sonar paradójica con Yeltsin y después con Putin y con
Mevdevev. No hay más que darse una vuelta navegando por internet y comprobar
los muchos programas religiosos y emisiones que se han originado en Petrogrado
y en otras muchas partes de aquel gran pais. Una idea con la que juega el sabio
Soloviev es el carácter mesiánico que sienten los rusos y su preocupación por
la humanidad. Ese espíritu mesiánico lo tuvo un día Israel por delegación
divina. Sin embargo, con la restauración de la globalidad atea y descreída esa
tarea descansa sobre el pueblo eslavo. Otra profecía que anuncia en sus libros
es el resurgimiento del Islam como religión fuerte, fanática y que se impone
por la espada y donde la religión y la política van íntimamente unidas. Mahoma
predicó la fuerza del número – léase democracia- y la poca importancia que
tiene el individuo frente a la totalidad del estado. Esta es una derivada de
las herejías cristianas que dieron pábulo al Coram que está basado en los
monotelitas egipcios que no creen en la independencia de la voluntad del hombre
y consideran que todo acto humano está regido por el fatalismo de los árabes.
Makfutt todo está escrito y la iconoclastia o la destrucción de las imágenes
con la negación de la fenomenalidad divina en la naturaleza. El ser humano y la
deidad están en dos planos superpuestos que nunca llegarán a juntarse a
diferencia del cristianismo que predica la divinización del hombre. En tan sólo
cinco años de yihad o predicación de la guerra santa cayeron los patriarcados
más antiguos de la cristiandad: Antioquia, Damasco y Alejandría. En el
evangelio dios se abaja para subir al hombre hasta dios y en el Corán el
creyente está completamente
INACCESIBLE y ha de estar sometido en
alma y cuerpo a la voluntad divina. Profundamente ortodoxo en su concepción del
mundo sin embargo defiende la primacía del papado y formula algo muy
contendible para cualquier creyente ortodoxo que vieron en Roma la gran ramera
de Lutero. Fue por esto por lo que fue atacado en San Petersburgo. El Vaticano
versus la Sublime Puerta fue el eje sobre gira el contexto de su gran obra tan
discutida y discutible.
Vladimir Soloviev que contaba entre su círculo
de amigos a Dostoyevsky quien vio en él a uno de sus personajes de los Hermanos
Karamazov el padre Aliocha, el iluminado que interroga al Cristo y a pesar de
que influyó en otros escritores como Berdiaev tuvo que marcharse al extranjero.
Publicó muchas de sus obras en francés. Su destino fue la persecución, el odio,
la burla de los otros, algo que conocen los grandes escritores de raza. Murió
en la pobreza a los 48 años. Fue un yurodivi un loco de Cristo un peregrino de
la verdad y gran lingüista.
Manejaba el hebreo y el griego, así como el
alemán y el francés, pero Soloviev al estudiar el mundo bizantino y las
confusas y truculentas relaciones entre Roma y la ortodoxia resulta confuso y
parece moverse en un laberinto. Acusa a los griegos de ser partidarios de la
letra muerta y de un cesaropapismo vacío obviando el hecho de que el
catolicismo latino fue una institución merovingia que vincula trono y altar
como fuente de todo poder, un poder que viene de Dios, y que sus peleas con
Constantinopla no llevaron sino a truculencias escandalosas y herejías
cristológicas que acabaron en la decadencia que desemboca en los cismas de
Focio 860 y de Miguel Cerulario 1054. Todo acabaría con la irrupción otomano en
Santa Sofía . En 1452.
Otra vez nos encontramos con los pecados de la
iglesia, la soberbia y el afán de dominio por no querer reconocer unos la
primacía de la potestas clavium y la infabilidad pontificia, un asunto
muy difícil de digerir para los hombres de buena voluntad y mejor fe para los
tiempos que circulan.
Sin embargo predica la unión de la iglesia y
el estado una formula instituida por Constantino y que copia la sede apostólica
cuando corona el papa san León emperador a Carlomagno la noche de navidad.
Haciendo caso omiso de que el cisma se produce en la edad de hierro del papado
cuando la papisa Juana y los papas eran asesinados, depuestos y coronados ad
libitum por el colegio cardenalicio siguiendo las directrices del populacho y
se prolonga hasta las Cruzadas, un tiempo en que los cristianos de Occidente no
dieron muy buen ejemplo y de ahí su fracaso en la reconquista de los Santos
Lugares Lutero y el protestantismo acabó con ese augusto concepto. Soloviev por
su parte ignora que fue España la que se batió en Europa por esta idea y trató
de implantar el reino de Dios bajo un solo altar y un solo trono en
Hispanoamérica. Atisba que esa nueva teocracia surgirá en el siglo XXI al
emerger la Tercera Roma que suplante al papado católico y al patriarcado
constantinopolitano. Esa teocracia parece muy cuestionable a pesar de lo
acontecido el año 89 pues ningún ruso desistiría de la separación de poderes.
El estado tiene que estar en armonía con EL Santo Sínodo pero de ahí a una
hipóstasis de ambas instituciones sería caminar demasiado lejos y un poco de
espaldas a la historia. Pese a todo el autor ruso define a Roma como el
catolicismo que ora y labora frente al monaquismo y misticismo griego que sólo
reza por miedo a contaminarse con las cuestiones seculares. Ese es la gran
diferencia y una de las razones que alega Soloviev en su defensa del papado
pese a sus pecados históricos y los malos ejemplos de algunos de sus
pontífices. Otra de sus contradicciones y paradojas proféticas es la creencia
de que Rusia tiene una misión sublime en el mundo es su pasión por los Viejos
Creyentes una secta perseguida y suprimida por Pedro el Grande que en su
reforma trató de crear una iglesia estatal con clero greco-bizantino y una
organización a la alemana en 1667 que era una institución de inclinaciones
democráticas y sin embargo ensalza el pontificado romano de índole totalmente
teocrática, cesaropapista, jerárquica precisamente él que atacó sin compasión
el cesaropapismo fanairota y su filisteísmo, aunque no hace ninguna alusión al
dominio turco que sometió a su égida a los sucesores de san Juan Crisóstomo .
Era a la vez un vostochni y un kostiol o papista consumado y en
sus ataques al zar y al Santo Sínodo cayó bajo la vigilancia de la Ojrana u
organización secreta zarista.
Sus conocimientos de la iglesia primitiva y
del intrincado mundo de Bizancio a través de la patrística y de los estudios
bíblicos causan admiración. El primer patriarcado fue instituido en Jerusalén
bajo el báculo de Santiago. Cuando se produjo la retirada de las tropas de
Vespasiano, éste se instauró en Cesárea de Capadocia en Tracia y, ya mucho
después, en Constantinopla cuando el imperio romano se divide en dos, y proclama
por patrón a san Andrés Protokleto . No hace ninguna referencia al espíritu
demócrata de las heptarquías orientales. Las iglesias autocéfalas proclamaban a
sus obispos a sus sacerdotes canonizaban a sus mártires y esta urdimbre les ha permitido
conservar la tradición y el rito lo consiguieron mantener integro dentro del espíritu
del monaquismo, al no existir entre ellos órdenes religiosas. San Pedro no debe
estar nunca en contradicción con san Andrés su hermano, deben de complementarse
y los tiempos modernos después de los concilios vaticanos han demostrado que el
poderío eclesial en manos de una persona sólo ha servido para introducir
innovaciones que son motivo de escándalo y de estupor en la propia iglesia
romana, cada día lo más parecida a una ONG sometida a las veleidades de un
poder oculto. Es donde patina el gran aparato crítico de este singular raskolniki
quien demuestra sus grandes conocimientos teológicos y teosóficos en todos sus
escritos.
Escribió y publicó doce libros muy
abundantes en controversia religiosa algunos de ellos ya muy añejos y superados
pero que en todo caso merecen leerse. Su sino al igual que el de los padres
orientales (san Dionisio, san Irineo, san Atanasio, san Crisóstomo, Flaviano,
Teodoreto el Bienaventurado, san Máximo y san Teodoro Estudita) fue la
persecución, el arrinconamiento, la incomprensión, el martirio. Es la paga que
aguarda a los grandes seguidores del Crucificado.
No importa: Vladimir Soloviev siguió
escribiendo. Su descubrimiento genial dentro de los errores que caben en todo
pensamiento humano fue hablar de la apocatástasis (integración universal
y la unión de todas las iglesias, dicho de otra manera y a la rusa: el
ecumenismo cristiano tan opuesto a esa globalización que a todos nos aflige
bajo la tiranía de los bancos y las instituciones financieras que propalarán
por la tierra la misma especie que la torre de Babel prometiendo a los humanos
un paraíso material en la tierra. Seréis como dioses. Ja ja ja
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