2024-01-17

 

 

CAE LA NIEVE DE OTROS INVIERNOS. PUBLICO MI TERCER LIBRO EN LA WEB

 

Antonio Parra

 

 

Tal haya el que tal hizo. Publico mi tercer libro en www.manuscritos.com. Pueden encontrarlo en la Web y bajo mi nombre este es título Los lais de Villon. Garantizo al que baje mi texto, ¡Vive Dios!, a su ordenador que se lo va a pasar bien. A mí mismo me sorprende al releer estas páginas, pasados dos lustros de haberlas redactado, la concinidad de mi prosa y la elegancia musical de los versos de este poeta medieval, seguramente el más grande en idioma francés, cuando canta a las filles d´autrefois (las novias de otro tiempo) y a la neige du temp jadis(la nieve de otros inviernos). Su lengua es un berbiquí. No se emboza ni pinta máscaras antes bien revela –buena reflexión y meditatio mortis

 para un Día de Difuntos- y descubre: lo que somos:

Desengañarte he, engreído, que no eres más que mierda. Vienes al mundo entre sudores y flujos vaginales y te vas por la misma puerta. Te pasas la vida metiendo ruido y haces pedorretas a través de los ocho orificios  que tiene nuestro cuerpo. Viento anal y bomba fétida. Después, ceniza eres y la nada te corteja. Eres polvo y del polvo vienes y al polvo regresas.

Es justo lo que dijo Shakespeare y Faulkner en El Viento y La Furia. La vida es un cuento lleno de ruidos que nos cuenta un idiota. Villon no sé si era judío pero al menos está empapado de la sabiduría del Libro de Job. Su Balada de los ahorcados es por lo menos una buena cavilación para este Día de las Ánimas que nos exhorta a salir de nuestro azacaneo casquivano por lo de la sentencia del juicio y las arengas de los copinos, copones y copleros que garlan y garlan micrófono en ristre y crispan, irritan e encabritan al personal.

 La propaganda no tiene nada que ver con la literatura. El arte es la verdad y estos que nos adoctrinan desde sus emisoras de los curas debieran pensar para no cansar y desorientar al personal en lo que ya dijo el Arcipreste de Hita poco antes de que Villon publicase sus cuartetas francesas y que tienen algo del estro profético de Nostradamus:

Huélgame de mujer chica, breve sermón, cama pequeña y corta ración

Poco sabemos de los humildes orígenes de uno de los grandes de la Lengua de Molière. Fue seguramente fruto de los amores de un canónigo de Notre Dame con su barragana. Su escasa fortuna fue la de tantos y tantos expósitos que se vieron en la obligación para guardar las apariencias de llamar tío a su padre biológico y seguramente él mismo fue cura o por lo menos alcanzó órdenes, no sabemos si mayores y menores, pues en sus vagabundajes lo encontramos diciendo misas secas. Como los cartujos y los curas revoltosos a los que sus obispos quitaban las letras dimisorias y la licencia para consagrar.

 Anduvo condenado a muerte por matar a otro estudiante de la Sorbona y en una cárcel sacerdotal entre los barrotes celulares de la Inquisición redacta su famoso Testamento libro profético y un ataque en toda regla contra los desmanes del clero. Su Balada de los Ahorcados era cantada o al menos yo los escuché por los estudiantes del Mayo Francés. Izas y rabizas en Paris.

 En sus versos donde ridiculiza a la bordonería de los peregrinos a Santiago como Chaucer o como el Kempis que ya acusaba a los romeros de frívolos: Peregrinantur sed no sanctificantur (los peregrinos son unos disipados).

 Villon fue sin embargo un vagabundo total y parece ser incluso que perteneció a una cuadrilla de salteadores de caminos. Cura revoltoso y díscolo pero su tiempo al alborear el siglo XV fue testigo de la gran relajación monástica. Los monjes giróvagos y las monjas que acababan en mujeres de la vida airada.

 Sin embargo Europa no ha perdido todavía la fe. Villon se siente profundo creyente en medio de los dislates de su estragada vida. Mira a la estrella e invoca a María. Pocos cantaron desde presidio a la Madre del Dulce Mirar Consuelo de Tristes con tanto fervor y transporte. Esta es la razón de amor de sus insuperables lais rezumantes de acrimonia satírica contra las malas costumbres de los papas obispos y cardenales pero también transidos de la elegancia de los provenzales.

En este libro los apasionados de la mariología podrían atisbar una relación del culto de hiperdulía, tan importante en el Catolicismo –María es Madre de la Iglesia- con los cátaros en su obsesión por la pureza y una gran admiración por la mujer. Por el Midí proliferan los puyes o fratrías de la Virgen entonando sus lais, sus romanzas, sus mimos, sus farsas, sus fablieux provenzales fruto del saber enciclopédico.

Van de un lado para otro. De villa en villa. De castillo en castillo Villon es un trovador que surgido de la gleba canta a su amada al pie del ajimez. Inalcanzable amor imposible. Para luego irse al burdel. Pronto se arrepiente. Cae y se levanta. Fustiga los vicios clericales pero ama a la Iglesia. Eso se ve.

 Parte de su obra genial como la Vesse (el pedo) se han perdido. Entre dos peñas feroces sale un hombre dando voces. Pintenme de verde ese acertijo.

 Pero sus versos –ya sea esto lo más importante- sirven para gloriarnos de esa capacidad de autocrítica que siempre gozó el cristianismo. Esa tolerancia que desconocen otras religiones del Libro. Su estilo es el del argot parisino. Se nota que conocía bien el percal de Panam (Paris). La Sorbona. El XVI Arrondissement. No era un guiri ni calzaba zuecos ni se expresa en patois.

 Y tiene un asombroso tinte de modernidad. Escribe su Testamento estando en capilla en la cárcel episcopal de Toulouse  a la vez que lega las escasas pertenencias de su humilde defroque a sus amigos desnuda su corazón, hace reflexiones sobre la vida y sí mismo al tiempo que traza una panorámica del espectro social en la baja edad media pidiendo a Dios que perdone su alma. Sin embargo cuando está a punto de subir los peldaños de la horca llega el indulto del obispo. Había matado a otro sacerdote en una reyerta el Día de Corpus Christi fiesta que los franceses llaman La Fête Dieu. Después de la venia se le pìerde de vista.

Estuvo considerado siempre un poeta maldito pero fue el padre de Rabelais, de Quevedo, origen de la literatura picaresca o del desencanto. Sus versos que aun hoy no han perdido la frescura ni la modernidad hacen reír y llorar a sus numerosos lectores. Villon sigue vivo. Vive la France. ¿Qué sería de nos sin los heterodoxos? ¿Adonde iríamos a parar sin las moscas cojoneras? ¿Sin los malditos? La realidad se trocaría en un encefalograma plano.

 Así que yo dedico estos lais a mis enemigos a mis émulos y a los camaradas del rencor. Buenos estaríamos. Nunca se saldrán con la suya. Me queda aun mucha fe en Cristo y mucho recado de escribir todavía gracias a Dios. El mundo se está poniendo muy interesante y no es como ellos nos lo cuentan o quieren que sea.

 

jueves, 01 de noviembre de 2007

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