2025-05-11
ICONOS Y ROSARIOS EN LA PARED DE MI CELDA DONDE ESCRIBO. LA VIRGEN MARIA CREO QUE ILUMINA MIS POBRES ESCRITOS PECADORES PUES APRENDÍ A DECIR CON SAN BERNARDO RESPICE STELLAM VOCA MARIAM MIRA LA ESTRELLA LLAMA A LA VIRGN Y ELLA LA CORREDENTORA DEL GENERO HUMANO VUELVE LOS OJOS A MI AYUDANDOME A PORTAR LA CRUZ DE CRISTO
2025-05-09
CONCILIO DE TRENTO. LA REBELIÓN DEL AGUSTINO LUTERO CONTRA LA TEOLOGÍA DEL PURGATORIO Y DE UNA IGLESIA DOMINADA POR JESUITAS
450 aniversario del Concilio de Trento
Concilio de Trento grandezas y mermas de
la iglesia romana
12 de diciembre 1563: en el debate de
clausura del concilio de Trento los 275 padres conciliares hablan sobre los
novísimos y el debate se centra en el Purgatorio. En tema tan resbaladizo no se
define al purgatorio como dogma sino como creencia y devoción piadosa
alimentada por la iglesia durante siglos. Precisamente, esa preocupación por el
más allá movió las bielas de los fieles cristianos. Desde el ciclo merovingio
hasta el siglo XVIII fueron las oraciones por los difuntos, las donaciones pro
anima de los reyes astures, leoneses y castellanos que hacen mandas para que se
digan misas por sus almas, constituyeron una fuente de ingresos y la idea de
las fundaciones monásticas o la erección de templos. Lo primero que llamó mi
atención cuando visité por primera vez a Inglaterra fueron aquellas iglesias
góticas o románicas rodeadas de cementerios abiertos como parques.
Los niños jugaban entre las tumbas y los
amantes por primavera se besaban tumbados sobre el césped al pie de los
mausoleos. Allí hasta hace poco a los duelos se iba de blanco y existía una
sorprendente familiaridad con la muerte que los ingleses no consideran como
algo demasiado trágico sino un simple acto de la naturaleza; uno de tantos.
Así eran los primitivos dormitorios del
descanso eterno (que es lo que significa la palabra cementerio en griego) en
toda la cristiandad. Los difuntos, siempre cerca de lugar sagrado aguardando la
trompeta del Juicio. Entretanto, en cada aniversario en el día de la muerte los
prestes de capa pluvial negra entonaban el dies
irae o el libérame. La devoción a
los que murieron en la fe, el toque de animas, las entregas de mandas, misas y
bodigos arraigaron muy fuerte en la catolicidad. Había en la iglesia de San
José un cuadro en relieve sonde aparecían las almas del Purgatorio implorantes
y entre las llamas al Señor para que les abriera las puertas del paraíso pero
el párroco mandó quitarla. Quizás las Animas Benditas no sean algo
políticamente correcto en estos tiempos nuestros tan inmanentes donde se teme a
la muerte aunque se la oculta.
El papa anterior suprimió el limbo de
los justos o seno de Abrahán donde van los niños no bautizados según nos
informaba el padre Astete en el catecismo que de niños aprendíamos de coro. Con
respecto al Purgatorio, Benedicto XVI no fue demasiado preciso. Pero ¿cómo se
dirime la culpa? ¿Cuál es el destino del alma cuando deja el cuerpo suponiendo
que estas dos mitades del hilomorfismo aristotélico no entrañen un todo
inextricable? Misterios de la existencia humana. La teología del Purgatorio en
la que creían los medievales a pie juntillas se relaciona con la teoría de la
reencarnación o metempsicosis. El alma tiene que andar un camino de largo
recorrido pues al fin y al cabo no somos más que peregrinos hasta recabar un
estado de perfección y, libre de sus impurezas y vanidades, poder contemplar el
rostro de dios. El Maestro Jesús nunca habló del Purgatorio y la iglesia
oriental sostiene que en el mismo instante de expirar nos presentamos ante el
trono del Juez para escuchar palabras de bienaventuranza o de condena. No hay
medias tintas; para los justos, el cielo. Para los pecadores la gehena.
Fue este de la sesión final uno de los
debates de la mencionada reunión que marca el punto álgido de la iglesia, su
plena apoteosis y en la conclusión se percibe la sabiduría de esta iglesia
asistida por el Espíritu.
A instancias en 1542 del emperador Carlos V que lo convoca
pensando en los electores flamencos y alemanes pero ninguno de ellos se
presentó y los ingleses enviaron a uno, el cardenal Walpole que acabaría en la
torre de Londres, la primera sesión no tiene lugar hasta 1545. lo abrió Paulo
III un Borgia que fallece a los cinco años y el concilio cuando sobreviene la
peste a esta ciudad de la Italia septentrional donde se hablaba alemán se
traslada a Bolonia. A la muerte de Paulo lo reanuda Julio III y es Pío IV el
que pone el broche final.
Las vicisitudes infinitas. Siempre
esperando a los alemanes a los que el pontífice envía legados y salvoconductos.
La herejía luterana en algunas cosas el rebelde fraile agustino de Erfurt
llevaba razón había arraigados profundamente incendiando a toda la cristiandad.
El rey de Francia Francisco I fue remiso y reluctante. Los padres franceses
fueron poco. Sine embargo, España manda a sus mejores teólogos e Italia a
todos. Dentro de todos estos caveats o reservas y diferenciaciones en Trento se
fija la fe. Se esculpe un programa de vida, se fija el dogma como son los siete
sacramentos y las siete ordenes clericales, y se reimplante el credo de Nicea (los
padres griegos se querellan por una conjunción copulativa pospositiva, el
famosos filioque) . La parte más
banal se refiere a las porciones, beneficios, prestameras, reforma del clero
regular y secular. Es la parte más árida. Los delegados españoles con el obispo
de Segovia, el de Tarragona, los dos del Reino de Galicia que asistieron,
Compostela y Mondoñedo se opusieron a las leyes que eliminaban el absentismo
episcopal. Aquí era costumbre que los obispos no residieran en sus sedes y una
de las razones por las cuales Carranza el primado de Toledo fue depuesto porque
predicaba la obligatoriedad de que los prelados resistieran en sus cátedras, lo
que molestó al arzobispo de Sevilla el asturiano Fernando Valdés que lo acusó
de hereje y erasmista. Se condena la simonía y se recomienda el celibato
sacerdotal aunque bajo cuerda no elimina ni declara irritas las órdenes de los
clérigos casados a sabiendas que el ideal pese inalcanzable, cifra la vida
perfecta basada en la continencia, la doma de los instintos y reconocimiento de
nuestra condición pecadora. Se limita a prohibir que los curas tengan
barraganas.
La SRI es un orden jerárquico pero se
organiza desde una base democrática, tolera la autocritica, no se precipita en
sus decisiones y en su estructura se compendia en el estudio, la sabiduría, la
belleza y en todo aquello que dignifica a la persona humana como ser libre y
redimido por la pasión de Cristo. Partiendo de la filosofía griega cuyos
postulados son la ética y la estética. Trento representa un programa, una
estructura de vida, algo a que atenerse y en este campo jugó un rol ineludible
la mentalidad jesuítica cuyo Prepósito General el soriano Diego Laínez machaca
en sus intersecciones el AMDG, el hombre ha nacido para amar a Dios y servir a
sus semejantes proponiendo una iglesia monolítica y sin fisuras sometida a la
obediencia del romano pontífice. Fueron los obispos españoles los más
refractarios a dicha peculiaridad porque, decían, la iglesia es una y varia. A
las disposiciones contra el absentismo de los obispos y así como a la
implantación del rito romano suprimiendo el toledano o mozárabe se sumaron los
titulares de la archidiócesis primada, el obispo tarraconense, el de Segorbe,
el de Tuy, Segovia, Coria y Uxama (Burgo de Osma), el de Ávila y el de Córdoba.
De la discusión sale la luz, reza un viejo apotegma escolástico, pero la tesis
hispana no medró y todo el episcopado en bloque aceptaría la rigurosa decisión
conciliar sumándose a la obediencia al Papa y al dogma de la Trinidad. Dios es
uno y trino y no único como predica el mosaísmo y el Islam. No se suprime el
antiguo testamento pero se mejora con el nuevo. El bautismo dirime a la
circuncisión y todos los hombres tanto gentiles como judíos son hijos de Dios.
He ahí una de las grandezas de Trento. España inventora del Derecho de Gentes
según los postulados de la escuela salmantina hizo suya esa idea y por ella
luchó en Flandes, en Alemania o contra Inglaterra y por ella envió sus
misioneros a América. Es así como catolicidad e hispanidad son el vértice donde
se coloca la bisagra de la entidad española como nación mesiánica, el nuevo
Israel, la gloriosa utopía. Suprimido el catolicismo, España, dice Menéndez y
Pelayo, se desintegrará en las taifas, volverá a la tribu, a la esclavitud, las
guerras civiles incesantes, al faltarle el elemento de cohesión.
Otra gloria de Trento sería el misal
romano, una verdadera obra de arte de una calidad literaria de primera magnitud
que otorga una visión optimista y trascendente
con su devoción a los santos y estableciendo el culto de hiperdulía. Las
fuerzas diabólicas lo suprimieron con el Vaticano II.
Se proclama a la Virgen intercesora y madre de
la iglesia. Merced a tan alta señora muchos nos convertimos en caballeros
andantes, la invocamos en los peligros y nos empapamos de esperanza en medio de
la aflicción.
El
canon recoge la tradición de Oriente e incorpora a la liturgia romana homilías
y antifonas de san Basilio y de San Juan Crisostomo. Define la Eucaristía como
sacrificio propiciatorio, incruento, un
acto impetratorio, suplicatorio y adoratorio de la presencia real de Cristo en
la eucaristía, no ya meramente como una conmemoración de la cena de Jueves
Santo como pretendían los protestantes. El dogma de la transubstanciación que
se origina en Oriente, precisamente en Antioquía donde por primera vez los cristianos
empezamos a llamarnos cristianos, pero a diferencia de los católicos los
ortodoxos manducan y liban la sangre de Cristo en el sacrificio de la misa sin
hacer reserva de las dos especies a causa del peligro de las profanaciones.
Conservan el dogma de la Eucaristía añadiendo a la comunión la Eulogía al final
de la misa. los griegos administran la comunión a los niños e incluso a los
lactantes, no existiendo en aquellas iglesias la costumbre de la primera
comunión que se practica entre nosotros y que es copia de la tradición hebrea
del bat mitrah. Admiten el bautismo por inmersión no por efusión, el matrimonio
de los clérigos, la extremaunción. En cuanto a la confesión auricular, que ha
sido un pretexto con el que cargan los enemigos de la iglesia latina, por los
abusos a los que ha dado lugar, ésta suele ser pública y general pero el
sacerdote escucha privadamente a los fieles que lo deseen sin internarse en
particularidades ni torturas psicológicas.
Este sacramento no puede convertirse en
un instrumento de control y de poder sino un acto de servicio a los pecadores
que quieran volver al redil libremente.
Leyendo las actas se saca la impresión
de que nuestra fe es del todo optimista
pese a que los católicos tengamos que pechar con la cruz, proclama la libertad
y el derecho a exponer el criterio según una tradición que se remonta a la era
apostólica. Excomulga a aquellos que no acepten los libros del Antiguo
Testamento según la tradición de la Vulgata y los del Nuevo. Determina una
disciplina y regla de vida basada en la tolerancia y la longanimidad con los
enemigos de la iglesia atreviéndose a condenar los errores de Mahoma y a
anatematizar al agustino de Erfurt.
Con respecto a los judíos no hay
excomunión, se sostiene el criterio agustiniano del pueblo elegido y de
nuestros hermanos mayores aunque no exime a los sacerdotes y jerarcas de Israel
de culpables de la muerte del Señor como establece el “ordo misae” del Viernes Santo en que se piden oraciones para que
Dios se aplaque ante la perfidia de los judíos de la misa de Pío V que fueron
abolidas, declaradas irritas e inoperantes.
Con respecto a la colación de ordenes sagradas, el Concilio establece los
primeros seminarios aunque por el momento sólo se exige a los aspirantes al
sacerdocio que sean humildes y probos, que sepan latín y canto coral. Uno de
los apartados de estos cánones lidia con los curas ignorantes o imperitos que
no sabían leer y escribir. Prescriben que se esfuercen y aprendan cuanto antes.
Edad: la tonsura puede ser conferida a los 14 años; las otras ordenes menores,
lector, acolito, exorcista y ostiario a los 18; el subdiaconado a los 21; el
diaconado a los 22 y el presbiterado a los 23. con profundo rigor los arbitrios
establecen que se hagan averiguaciones por el obispo sobre la vida de los
aspirantes, que no hayan cometido homicidio voluntario, que no jueguen a cartas
ni sean vinosos, que no asistan a las corridas de toros ni monten tenderetes en
los nundinales (días de mercado cada
nueve días) que no practiquen el préstamo ni la usura. Que las monjas no
abandonen la clausura por ningún motivo ni viajen de aquí para allá y
recomienda que los monasterios femeninos nunca estén alejados a más de media
legua de las poblaciones, que los frailes estén sujetos a la voluntad del abad.
Trento esa es su grandeza sistematiza el dogma, todo aquel aparato del que hay
que revestirse si queremos salvarnos. “Tengan el orgullos los obispos y
arzobispos de ser elegidos pastores de la grey de Dios y de no humillarse ni
achantarse ante los príncipes de la tierra porque se estima que su labor es
convivir pero nunca doblegarse al poder seculares. Transcurrieron 450 años y en
muchos casos aquella iglesia donde todo estaba encaminado a la vida eterna
confiada a una misión espiritual no se parece nada a la de hoy, muda,
cariacontecida, entregada a la rutina, en manos de una asociación como Caritas
que podrá ser muy filantrópica pero nada caritativa en la plena acepción
cristiana de la palabra. Es la cura del cuerpo lo que preocupa, entonces los
clérigos, los obispos entendían sobre todo de la salvación y de la vida eterna,
alzando la voz contra los tiranos aun jugándose el pellejo. Ciertamente, Trento fue una utopía pero un
católico no puede renunciar a ella. Nuestra mirada está en las estrellas pero
sin perder de vista las precariedades y mermas de acá abajo. “Un ojo en el
cielo y otro en el cielo” como enseñaba uno de los grandes padres del Concilio
de Trento, el jesuita Diego Laínez
2025-05-08
2025-05-07
ORACIÓN FUNEBRE POR MI TÍA PAULINA
“Vita
mutatur non tollitur et dissoluta terrestres hujus incolatus domus aetgrna in
coelis habitatio comparavit… nos contristat moriendi conditio eadem consoletur
inmortalis promissio”
Nos
hemos reunido aquí, buena gente de Fuentesoto, para despedir a Paulina una mujer
rural, una mujer fuerte, la cual, consumados sus días, cargada de méritos y de
años, pasó a mejor vida siendo un ejemplo para todos nosotros por su fortaleza,
por su longanimidad que no doblaron las enfermedades ni las fatigas de los
tiempos convulsos que corren, siempre supo mirar a lo alto.
Fue
una de las primeras masectomizadas, venció al cáncer de pecho, perdió la
movilidad y estuvo algo más de un lustro en silla de ruedas.
Era
mi tía, para mí una verdadera madre, que cuidó con cariño, aquel niño segoviano
que venía a pasar aquellos largos y cálidos verano en ca el abuelo .
Aprendía
a segar, a trillar, a amontonar parvas, a ir por botijos de agua y a llevar la
comida a los segadores que faenaban en las Suertes Viejas. Fuentesoto me marcó.
Como escritor y periodista mis textos
revierten a esta aldea perdida en una cornisa de la provincia Segovia.
El
tío Farruco lo veíamos pasar a la hora de almorzar camino de la bodega donde
llenaba el jarro y a la huerta se encontró con Pedro el Sacristán que era un
vivales. Por simple cumplido le ofreció el jarro en la creencia de que no iba a
consumar la invitación
─¿Quieres
un traguillo, Pedrito?
─Venga
Gluglú
el bueno del sacristán apuró hasta las heces el jarro de aquel mosto divino. Eran
varios litros, casi una cantara. Generosa fue la invitación. Al ver el jarro
vacío dijo
─Ay
qué coño, me has hecho el avío. Vuelvo a por más
Conque
de escarmentado hacen disertos, dice el refrán y así desde entonces Farruco no
ofrecía traguillos al jarro jamás
Se me quedó el habla, los decires, los cantares, la mucha sorna y alguna ternura.
A mi abuelo Benjamín que se sentaba
ahí en ese banco lateral con el alcalde el tío Bernardo, el tío Eulogio que era
muy piadoso y tenía una cabaña en una pobeda construida como una capilla y
cuando pasaba cargado con la hoz y las alforjillas a la espalda oí decir al
abuelo:
─Ya
va Eulogio al Huerto de los Olivos a rezar.
Parece
que estoy viendo ahí cabe la predela o primer escalón a las abuelas todas
vestidas de negro sentadas a la morisca y con el almaizar sobre la cabeza
(Fuentesoto fue tierra de moros, tierra de fronteras, donde arraigó con firmeza
el cristianismo) mientras el señor cura responseaba esperando que cayeran las
perras chica y las perras gordas en su bonete… digan ustedes la confesión general,
decía yo que era monaguillo y ayudé a misa a don Julián, a don Saturnino, a don
Frutos, y a don Priscilo de que era misacantano.
Así
que, vita mutatur non tollitur.
La
vida no desaparece, sólo cambia. Somos transeúntes, ocupas que viven de
prestado en esta casa terrenal y la gran esperanza es que el Señor nos tiene
aparejada una mansión en la eternidad. Este era el mensaje de la misa de
difuntos que yo escuché cantar bajo los arcos de estas bóvedas de luneto muchas
veces.
El Padre Eterno ojo que todo lo ve nos miraba desde lo alto del retablo y ahí estaba san Pedro en su trono.
Fuentesoto es la fuente del soto y el somo en lo alto presidido por esa torre de la iglesia de san Gregorio ¿románica? ¿Gótica? ¿Visigoda?
Una vez que subía por el husillo de aquella escalera de caracol vi
los peldaños gastados `por las pisadas de nuestros antepasados hace más de diez
siglos de subir y bajar.
Donde
una vez me dijo la Tía Polonia hermana del cura don Cirilo que las escuchó
tocar solas:
─¡Qué
cosas tiene usted señora Polonia! Esos sones son producto de su imaginación. Reza
demasiado a los santos
─Sí
hijo, sí. Yo las escuché bolear y a los pocos días estalló la guerra civil
Con
la muerte de mi querida tía Paulina algo de mí fenece. Se va al trasmundo. Viaja
dentro de esas cenizas. Mientras yo canto el prefacio de difuntos: “Vita
mutatur. Non tollitur” (no morimos simplemente cambiamos de morada) Requiem
aeternam.
miércoles,
7 de mayo de 2025
2025-05-06
DOMINGO DE GLORIA LAS CAMPANAS DE SAN GREGORIO TOCANDO SOLAS
Yo conocí a la tía Apolonia ya muy viejecita y encorvada. Al final de la misa se quedaba rezagada haciendo un recorrido por las imágenes de las capillas de la iglesia de san Pedro, gira espiritual que podría alargarse hasta media hora a veces tres cuartos, y a mí me encargó el cura don Frutos cerrar la iglesia.
Al no ser mi intención distraerla de sus piadosas plegarias a todos los santos de la corte celestial que a ella bendecían desde su peana: san Isidro Labrador, la Virgen de Fátima, el Resucitado que donó mi pobre abuelo Benjamín cuando sanó aparentemente del cáncer de próstata, san Gregorio papa, la Virgen de los Dolores y sobre todo san Pedro instalando en un trono del altar mayor debajo de la cara excelsa del padre eterno que se asomaba entre nubes de purpurina ostentando la esfera armilar o hacía sonar el manojo de pesadas llaves… Vamos tía Apolonia, vamos.
Aquella espera me hacía pensar en un cuento que se dejaba caer en labios de los atrevidos y salaces en los filandones del invierno. Se trataba de un cura que tenía un lío con la mujer del herrero.
Estos se comunicaban por medios de toques de campanas. Un repique de siete badajadas significaba que el campo estaba expedito y que el buen párroco podía acercarse a la herrería a cortejar su dama.
Dos toques seguidos
que no. Que había moros en la costa. El romance tuvo prosapia y rigor de modo
que los toques se convertían en una composición musical. Desde la torre el
amante enviaba un mensaje a su adorada en aquellas fechas que no había
internet:
─Mariquita mi señora venga
que ya es hora.
He aquí que el herrero
interceptó la comunicación y descifró el lenguaje críptico de la misma. Así que
una tarde que estaba en la fragua afilando una reja candente le mandó a su
mujer que se sentase en la bigornia. Al sentir el dolor del hierro candente en
sus posaderas pega un brinco que alcanza hasta el techo.
─Ay
─¿Está calentito eh? ─
exclamó el herrero entre carcajadas.
En aquel momento sonó
desde la torre la llamada del amor. El párroco se estaba empezando a
impacientar. Repique que campanas:
─Mariquita
encantadora, ven que ya es hora.
Y desde abajo para que
le escuchara todo el pueblo con su vozarrón:
─Tiene el culo quemado
no puede ahora
Algunos quieren estar
en misa y repicando. No puede ser.
Entonces se me acercó la tía Polonia la hermana del cura don Cirilo.
Sus ojos eran muy azules el pelo blanco no tenía dientes y se parecía por la blancura al hopo de algodón que hilaban las mujeres de Fuentesoto a la puerta.
Dúctil sonrisa y un lobanillo en
la comisura del labio donde le había crecido un matorral de pelos negros.
─Ya es hora de encerrar. Vamos, sí hijo, sí. Tengo tantas obligaciones, tantos difuntos que no doy abasto, tanta gente que me aguarda ahí en eso (miró para el camposanto en el cerro), tanta gente que se me murió que son centenares de padrenuestros de Réquiem.
¿Eres tú el Antonio el nieto del tío Benjamín? ¿El que va para cura?
─Soy
Salimos al cancel y a
la puerta de la iglesia tomándome de la mano me dijo:
─Mira para arriba, Antoñito.
Dirasme lo que ves
─La torre de San Gregorio
el campanario sin campana. Se las llevaron los franceses para fundirlas y
convertirlas en balas de cañón. Ya no la bolean los mozos ni tocan a clamor por
los difuntos o rebato cuando se produce
un fuego.
─Así es pero yo te voy a contar un milagro que ocurrió el día de la Pascua de Resurrección. Habíamos venido mi hermano y yo don Cirilo Sanz de Roma en peregrinación de ver al papa León XIII.
Era domingo de Gloria. Nos levantamos todos sobresaltados porque escuchamos el sonido de la campana gloria que había mandado bendecir un rey muy antiguo el rey Alfonso VII el emperador.
Entonces el pueblo estaba arriba. Era
un ribab
o fortaleza para defendernos los del sarraceno. Ese rey santo había
ordenado construir un cordón de monasterio en número de 24 desde Sacramenia a Osma y Berlanga de Duero.
Los musulmanes atacaron y destruyeron el villar, la iglesia quedó destruida
pero las campanas seguían tocando a misa. Y tocaban solas.
─No me diga, tía Polonia.
─Pues sí, hijo, sí. Es
verdad
Cuando los franceses se las llevaron se dejó de escuchar el clamor en toda la contornada. Mi hermano que era muy devoto de san Gregorio le pidió que antes de morir querría oír aquel sonido.
El Señor nos concedió esa gracia y aquella pascua de resurrección bolearon a gloria como nunca habían sonado. Mi hermano dijo una misa de acción de gracias y predicó un sermón en el que dijo: el diablo nos arrebató las campanas pero no pudo con nuestra fe. Mientras esté ahí el cementerio de san Gregorio seguiremos creyentes.
¿Te ha gustado, Antoñito?
─Como no tía Apolonia
usted lo cuenta que parece que lo ha vivido.
La anciana dibujó una
sonrisa y se alejó a paso corto Había sido muy guapa de moza y tuvo muchos pretendientes
a los que dio calabazas porque creía que sirviendo al cura era como si
profesase de monja y se consagrara a Dios.
Yo tomé el pesado
manojo de llaves y los llevé a la rectoral. Don Frutos el cura en mangas de
camisa cavaba en la cerca al lado del molino. Sudaba como un pavo.
─¿Quieres almorzar?
─No me vaga. Tengo que
hacer un mandado a mi tía Paulina, he de ir a la fuente a llenar la botija.
Le conté la historia
al párroco según la tía Apolonia me había referido y don Frutos muy gnómico sin
dar un cuarto al pregonero pronunció este veredicto cita del padre Astete en su
catecismo:
─Fe es creer lo que no
vimos
Desde aquel día cada
año cuando llega la Pascua Florida dentro de mi alma yo escucho las campanas de
Resurrección que bolearon solas en el campanario de San Gregorio resistente al paso
de los siglos. No he perdido el sentido del humor, tampoco la fe en lo que no
vimos
2025-05-04
CIRUELAS CLAUDIAS
Bebíme un piezgo de sidra anteanoche y hoy me aflige el “clavo” de la resaca. Salí a la huerta, espléndida mañanita de mayo y encontré consuelo mirando para los tres ciruelos damascenos que dan escolta a las hortensias en un ángulo del jardín. Enveraron ya a punto de dar fruto.
Bajé a la bodega y tomé un tarro de mermelada de las ciruelas claudias que ocupan otro lugar árbol salutífero.
Tres cucharadas mojadas en vino y se me pasó como por ensalmo la resaca. Confío en los remedios que al pobre mortal ofrece la naturaleza. Según los naturistas la ciruela endrina en su jugosa drupa en tiras de mucilago y carnosidad vegetal lleva un analgésico que hace el oficio de detente bala a los hervores de la ebriedad del día despues.
Es un analéptico que restablece las fuerzas esquilmadas por los eufóricos vapores del alcohol. Por esto y por otras razones soy un amante de este árbol rosáceo de flores blancas que vino a Europa desde Siria (el ciruelo de Jerusalén da óptimos cascabelillos los mejores en el mercado pues dicen los Apócrifos que aplacaron la sed de Nuestro Señor cuando le dieron ganas de beber).
Existen cerca de un centenar de especies, de muy diverso sabor y consistencia del parénquima o pepita: Ciruela patrón, ciruela roja y gualda (según la cara donde le dé el sol), ciruela claudia, ciruela sin almendra, delfina, temprana que madura en agosto, de pernigón, mirabel, damascena, de flor negra, de flor blanca, ciruela uterina muy pequeña de una pulgada que madura a fines de mayo, ciruela albaricoque. Y otras muchas.
Sobre todo es de su fruto benéfico y salutífero su arrope. Recomendable para hacer pis y para hacer pos.
El mejor laxante y un remedio cabal contra la anuria óptimo excipiente
diurético que recomiendan para la imposibilidad de la secreción urinaria. Que
te conozco, ciruelo. Ya lo dice el refrán popular…
CALDERÓN LA CENA DE BALTASAR
El doctor Valbuena era un hombre
cordial, recuerdo haberle visto en una mesa del Bar de Filosofía fumándose un
“celta” largo, charlando con los alumnos, yo mismo le invité a un chato de
tintorro que el maestro jovial y próvido en nuestros desvelos con la literatura,
aceptó. Mostraba ese desaliño del intelectual machadiano los ojos cansados de
tanto leer y de ver pasar la vida. Mariner Bigorra no mostraba esa familiaridad
con el alumnado. Era un tarraconense de derechas. Calvo como Cesar. Le poníamos
por un suponer la toga curial y allí aparecía un senador romano. Se movía por
la tarima de la cátedra con agilidad y siempre aparecía con las manos
empolvadas de tiza. Su pensamiento funcionaba a mayor velocidad que sus
palabras y por eso analizaba cada palabra latina escribiendo el encerado su
raíz evolutiva. Los dos eran hombres de gran bondad. Valbuena como se jubilaba
aquel año otorgó aprobado general. No ansí Mariner que tenía fama de hueso
y a mí lo que son las cosas tan entusiasta con la lengua del Lacio desde mis
años de seminario me dejó para septiembre.
Pero siempre que
paso por Moncloa y alzo los ojos a la cuadriga del Arco de Triunfo me acuerdo
de él. El monumento entrada a Madrid. Está en un estado lamentable, destrozado
y pintarrajeado con ignominiosos graffiti donde escribe el diablo consignas
furibundas con su fatídico dele. Sirve de paraninfo y punto de reunión a los
del botellón. Mane tzel fares y todo
para ultrajar la memoria del anterior régimen.
Están las losas
levantadas y las puertas de bronce maltratadas por la chusma, no pudo menos de
traer a mi memoria el entusiasmo de sus clases: “Armis hic victoribus mens
jugiter victura monumentum hoc… munificentia ab Hispaniorum regis restaurata
aedes sapientiae complutensis florescit in conspectu Dei”. Lo esculpió él
haciendo gala del laconismo ciceroniano.
No se puede
acumular tanta grandeza en epígrafe tan lacónico. Sería una pena que el Arco de
Triunfo abandonado y en deterioro por el odio a los que ganaron la guerra civil
fuese dejada caer. En esas estamos. Valbuena por su parte especialista en
Calderón creía que el mejor drama por él escrito no era la vida es sueño sino
La Cena de Baltasar. Es teatro
profético y poético. Un desafío a Moloch, rey de los Ammonitas, monarca cruel
que sacrificaba niños y jóvenes para aplacar a la divinidad. Guerra de Ucrania.
Zelenski es un baldón para el pueblo de Israel y su mayor profeta. Daniel (Juicio
de Dios) narra la historia de la liberación del pueblo elegido de las
garras de Nimrod, el tirano que construyó la torre de Babel. Los personajes de
la obra son Baltasar el que vio después de una cena opípara escrito su destino
en la pared: “esta noche morirás”. Mane tzel fares. La Idolatría. El pensamiento. La vanidad. Daniel y
la Muerte. AHÍ ESTÁ LA HISTORIA CARGADA DE FILOSOFÍA Y DE RAZÓN
la solución?
-
Fray Jarro
Por Antonio Parra
Ya ha florido mayo, título para una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado siendo valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque los mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y cuerpo a tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las merdellonas, bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian la camisa, tusonas y fregatrices, da consignas don Bigbroder el de la voz gorda, corren por la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna paradoja, el personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas andan las comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero. Siempre vivimos emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:
“Que por mayo era por mayo/ cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá”
Oigo el crujir de las cadenas. El estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila. Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y tales desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son duros de oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se cabrean. Se rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta. Hay mal ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero este hombre en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los otros andan sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?, yo me mato por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros blanqueados? ¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!
- Mientras dure, Ejusmodi....
- Sé por donde vas, Verumtamen pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la verdad y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos de hoy ahora desconozcan el romancero.. Andan los tiempos muy alterados con esto de la política. Pero tras de tiempos vienen tiempos y eso es también del romancero
Serán carne de cañón o usuarios del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta. Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la obra que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos muertos. Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de presos” y otra Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no llores no llores que yo no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro. El sufrido pueblo es sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y arbitrariedades. Aquí por menos de un ardite te meten en cintura y acabas arrastrando cadenas entre bretes y grilletes. Dios no lo permita. Propugnan la caza de brujas, MaCarthy resurrecto. A veces la cárcel ha sido morada pasajera o definitiva de todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en la trena los mediocres? Pues no. Más bien no. Y los machacantes del esbirro siempre hicieron carrera. Déme usted un cigarro. Ese pensamiento se me atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos unos a otros. Hay por ahí esparcida mucha madera de inquisidor y la red es el tornavoz de mucho escritor diletante y deprimido. Se observa al personal pero con eso no hay cuenta, Verumtamen. El arte de contar es la maula de fingir. Uno parece que está detallando su autobiografía y lo que está haciendo es atisbar la reacción del otro por un ventanuco. Buena orina, buen color y tres higas al doctor. Ponemos en pepitoria un corte de manga y parece que acabamos de dejar nuestra alma descubierta y sangrante entre las zarzas. Qué va. Solo es un truco. Escribir es seducir y hasta cierto punto engañar contando mentiras piadosas, En todo escritor subyace un buen impostor. Bonita forma de hacer tururú. No me vengas con monsergas. No me gusta Voltaire pero tiene algunas máximas aprovechables como cuando espetara que las palabras se esgrimen para ocultar los pensamientos. Sirven para esquivar los golpes y son coselete en la taleguilla para burlar los derrotes de mihuras astifinos que corretean por el albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo piensa y ayudadme zancas que en esta vida todas son maulas.
¿Entonces escribes para hacer tururú? A veces. Nada más razonable que un corte de manga a tiempo. Los romanos en estas ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que llamaban la indutia. Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado de sus personas contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el foro. Eso, los senadores que los militares portaban el gladium y a ellos no les escupían, por si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a la primera de cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse contra el relente de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una semana. Y con ellas se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o gladiadores. Roma y la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma quiere. Panem et circenses. Y lameculismo. Mucho lameculismo. Halagos. Lisonja y jabón
Así no murmuraban ni entraban en contubernios contra el emperador.. Cuando yo llegué de Nueva York después de haberme partido el pecho por mi país con razón y sin ella fui recibido con un gracias por los servicios prestados y ale usted es uno de tantos, la gente va a su rollo, es insensible para vibrar ante las issues del patriotismo como pasa en Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un poco como aquellos soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de resistir diez meses en un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después de pasar gurruminas, se preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los pobres sorches se sintieron desolados ante esta incomprensión de la retaguardia ellos que se estuvieron batiendo el cobre en la vanguardia. Paso y por partes. Escarbe. Haga memoria. Navegamos ya en aguas válidas. El tiempo anda un poco revuelto. Para esta época vienen fenomenales los cocimientos de genciana. Pueden ayudar a algunos a combatir la depresión. Otros pacientes de estreñimiento crónico se hinchan a evacul pero van al baño y se sorprenden de obrar cagalutas de conejo, el vaso de su dentadura postiza montando guardia toda la noche en la taza del retrete esbozando una sonrisa macabra que anticipa la calavera. Cagan poquito o excretan ladrillos. A esos hay que decirles que si quieren pan vayan al batán que allí un perrito que caga poquito le alcen el rabo y le den un besito. La envidia es causa de su estreñimiento mental y a causa de ella les llevan los demonios. Mas no hay que preocuparse: ya se les pasará.
Pues vale pero no cante usted muy alto ese bello romance no vaya a despertar usted a los carceleros que son legión aunque no lo parezca en esta época de derechos humanos hay manga ancha para algunas cosas pero para otras cosas que uno considera leves o un simple ejercicio de la libertad de expresión son implacables y si las dices puedes acabar en la trena. De hecho no somos muy libres. El andamiaje está montado sobre las varas de medir y las vigas del miedo. Llama a seguridad. Que vengan los lictores. Y es con el látigo del terror con el que se tiene dominados a los pueblos. Es por esto por lo que se les ha declarado la guerra a las ideas y pensar por tu cuenta puede ser un delito. No. No quiero cantar las tristes estrofas del romance del prisionero que yo recuerdo haber oído interpretar a algún rabelista que se acercaba al baile en las fiestas de mi pueblo.
- A buen entendedor..
- ¿Cuál es entonces
domingo, 15
DIMICATIO LA VIDA ES UN PUGILATO
Los romanos se divertían en las luchas en el circo y
honraban a los gladiadores incluso los que perecían en la arena con coronas de
laurel. Eran estrellas tan famosos como los futbolistas de hoy. Entre ellos
figuraban los andábatas, los reciarios que peleaban con red y los hoplitas
armados de la cabeza a los pies. El combate se llamaba “munus” y la paga
que recibían auctoramentum. Los dioses cuando nacían los hombres debían
de ser honrados por los sacerdotes de Júpiter con la “dimicatio”. Esto es la
vida es una pelea. Acabo de ver una película de Pedro Carrasco que fue el mejor
boxeador de mi tiempo y me he perdido en la añoranza de aquellos días, español,
la marina te llama, el toque de retreta, la belleza de Sonia Bruno, el humor
avuncular de Antonio Garisa. El buen hacer como guionista de Eduardo García
Serrano.
El malogrado Carrasco casado luego con la Chipionera
era una bellísima persona. Las peleas no lo dejaron sonado como a Legrá a
Paulino Uzcudún. Su hija la Rociíto se hizo una estrella del mundo del corazón.
Él no debió de ser muy feliz. Esto de la crónica rosa se le atragantaba pero su
personalidad dio pábulo a las revistas del corazón que son actualmente el
nirvana de los españoles pavisosos. El Hola mueve mucho dinero. Yo me
quedo con el honor, la vida sencilla y la dimicatio latina. San Pablo
decía lo mismo:
─Vita militia est.
Un buen consejo para los españolitos
que meten la cabeza en la arena como el avestruz.
Al fin y al cabo Bruselas nos acaba de otorgar una
millonada de euros. I ll buy
you out. Hemos
vendido a nuestro país a nuestra historia Todos a cobrar. La paguita a fin de
mes, momios y subvenciones ¿Luchar? Que luchen ellos. Holgar es lo nuestro,
culto al cuerpo. De la holganza sale la panza. Sexo y sicalipsis,
paralipómenos, lo oculto no interesa. Nadie nos cuenta los baticores de esas pobres gentes que no
llegan a fin de mes. La verdad es que no estamos mal. Se vive bien. Lo malo es
que vamos a dejar a nuestros hijos en precario. El que venga atrás que arree.
2025-05-03
2025-05-01
EL ARTE ROMANICO CONTRA EL GÓTICO. MUNDO GRAMÁTICO VERSUS MUNDO TEOLÓGICO. MESTER DE CLERECÍA Y MESTER DE JUGLARÍA
Son bellos estos días
de finales de abril. San Jorge mata la mosca.
El papa argentino se
ha muerto, vendrá otro y yo contemplo el florecer del roble, del tamarindo, de
los regoldos y del moral del jardín central desde mi chiscón.
Es la energía y la luz
de resurrección, unas ganas de vivir que siento de año en año. El gozo pascual
baña mi piel de aromas olvidados.
Me hundo en la lectura
de un libro de Apolonio. Es una novela bizantina que estampa en sus páginas los
saberes y quereres del mundo románico que es el de la retórica, cuando la mitad
de las cristiandades de Europas no sabía leer.
Y se empapaba de las parábolas del evangelio
en aquellos libros de piedra que eran los atrios románicos con sus canecillos,
sus esfinges, capiteles y cimacios, de reyes coronados y reinas que muestran sus pechos, frailes
fornicarios[i] que dan
caña a un mono por detrás. De ángeles tocando la vihuela, saltimbanquis que soplan
un adufe, y todo esto que es a la vez divino y humano, al pie de la mandorla mística,
una vagina de mujer desde la cual salta un Cristo triunfante y resucitado.
Yo vengo de ese mundo románico. Miremos a los mapas. Es un rincón de Castilla con forma de esconce, escondite geográfico el cual en la era
cuaternaria fue mar y al retirarse las
aguas emergieron arrecifes de roca calcárea con fósiles, prehistóricos, estalactitas
y estalagmitas.
Roma aprovechó estos cantos rodados para construir sus estradas y templos a Júpiter. Llegado el cristianismo, estas rocas sirvieron de sillares para construir los templos románicos como la torre de san Gregorio de mi pueblo en lo alto del somo. El Somo y el Soto esto es Fuentesoto
El acceso a la torre
subía por una escalera de caracol cuyos peldaños aparecían gastados más de
media cuarta. Huellas centenarias.
Para mí esta fue una
escalera sagrada que me parlaba de un trajín milenario de ancestros míos
cristianos viejos que habían subido y bajado desde el año 1000 cuando la
iglesia fue consagrada. Los sones de las campanas se esparcían por el horizonte.
Algunas noches por el
ventanuco de mi habitación oí bolear las campañas. Creí que tocaban solas como en un cuento de Becquer. Escuché el zapateo de
cientos de sacristanes que habían subido y bajado por el angosto husillo (mis ancestros
eran bajos de estatura pero cuadrados de plexo solar, hombres recios, para la
pelea con el agareno, fueron los que llevaron la cruz a América) repiques de
gloria, boleos de misa de boda, alertando de la anúteba o invasión, del fuego y
de la peste.
Unos calzaban abarcas,
otros las cáligas del calzado de los mozárabes
o babuchas moriscas, o bien alpargatas. Pocos iban de polainas aunque la
mayoría subían y bajaban descalzos.
El tantán de difuntos
era el más lúgubre pues lloraba el bronce la partida de alguien a la eternidad.
¿Quién se ha muerto?
Tierra románica, costumbres romanas y campos
góticos. Todo esto sentí después de abrir las páginas del libro de Apolonio
lunes, 28 de abril de
2025
EL SALTO DEL ROMANICO
AL GOTICO EN EL LIBRO DE APOLONIO y (2)
En
el nombre de Dios y Santa María
Si
ellos me guiasen estudiar quierría
Componer
un romance de nueva maestría
Del
buen rey Apolonio y de su cortesía
Este introito nos conduce al pórtico de la gloria santiaguense. Vernos a los ángeles de piedra que ríen mientras tocan diversos instrumentos musicales la zampoña, el adufe, la vihuela, el rabel hoy extinguidos, pero que son un testimonio de las intrínsecas relaciones de la literatura con la música y la liturgia católica. Si entrares en cualquier catedral de Europa y de Rusia escucharás los coros. El Xto resucitado es armonía y la armonía es belleza siguiendo en música las normas del contrapunto y de la escuadra en arquitectura.
En el Libro de Apolonio Rey de Tiro de la mano magistral del académico Manuel Alvar que fue profesor mío me sumo a las aventuras de Apolonio (el Bien) que vence a Antioco (el Mal), es esta narración de estructura similar a la de la Odisea.
El paso del hombre sobre la tierra es un perpetuo caminar. Una peregrinación constante.
Vamos en romería hacia un más allá, empujados por una mano (el Hado) que desconocemos.
En este ir y venir que llaman acarrear el ser humano se hace muchas preguntas que carecen de respuesta.
Sólo cabe plañir, gruñir, rezar, reír y llorar. El Apolonio es un libro moderno a pesar de haber sido escrito en el siglo V.
Es una obra de arte no por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta en el tránsito de una sociedad feudal a otra gremial.
Son manumitidos los siervos de la gleba. Europa se abre y se pone en marcha con las peregrinaciones a Jerusalén y a Compostela. La Teología reemplaza a la Retórica.
En España el
rito mozárabe es sustituido por el romano. El anacoretismo da paso al monaquismo
de los cistercienses que implantan un arte nuevo y una espiritualidad distinta.
¿Quién vence en esta lucha? ¿El bien o el mal? El autor medieval no da
respuesta pero suponemos que la vencedora es la muerte. Señor, ten piedad de
nosotros.
[i] Este
detalle puede verse en un capitel de la iglesia de San Miguel de la Villa de
Fuentidueña, Segovioa
