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SAN ANTÓN LA GALLINA PON
Antonio Parra
Por san Antón reza un dicho de mi querida Segovia la gallina pon. Empiezan a cacarear las gallinas por el corral…pitas…pitas y mi abuela haciendo saco con el delantal les iba esparciendo avena loca que por mi tierra llaman egílope y alpiste. Los gallos entonaban sus gritos triunfales y potentes, subidos a las mostelas del corral.
Viva la gallina con su pepita y las pobres aves encimadas una tras otra por el masto de bellos plumajes la cresta rojiza y plumas más tiesas que las del gavilán en vuelo, poderoso señor del harén, empezaban a cacarear. Al poco quedaban lluecas.
Es que el enero dedicado a Jano parece que la naturaleza abre sus compuertas y la llamada de la sangre, ingénita en la zoología, tira lo suyo.
Me gustaba de niño al atardecer cuando se aselan las gallinas ir a mirar los ponederos para espiar lo que pasaba allí porque siempre fue para mí maravilla eso de “acostarse con las gallinas” y ay si hubiera seguido su ejemplo, me hubiese ahorrado muchas pesetas que sólo hicieron ricos a los putos taberneros, evitado las mañanas de resaca y conjurado algún que otro peligro y más de un disgusto puesto que de noche todos los gatos son pardos.
Y allí estaba todo el nidal bajo la tutela del gallo que guardaba con ojo vigilante y señor del harén a sus mujeres acurrucadas en sus correspondientes palos gallineros cubiertos de plumón y gallinácea. Mucha mugre eso sí. No en vano el refrán: más mierda que el palo del gallinero.
La favorita siempre duerme cerca del capiscol. El gallo semejaba a un rey presidiendo su corte. Con esa seguridad que la potencia sexual infunde, quizás conciente el animalito de que al amanecer se iba a poner las botas cubriendo a todas las hembras de su serrallo en medio de briosos quiquiriquís.
Mi abuelo para hacerlas ponedoras las había apuntalado unos palos a modo de escalera y la abuela iba a meterlas por la noche el dedo en el culo a ver si tenían puesta para el día siguiente.
-¿Ponen mucho las gallinas?
-Regulín regulán.
Un campesino de Segovia nunca te dirá lo que tiene y acostumbra a ser vago e impreciso cuando se le pregunta por sus cosas, no sueltan prenda pero ¡cómo se me han grabado aquellas escenas aldeanas de los tiempos de mi infancia!
Las más querenciosas o salidas del corral estaban más cerca del macho. Y digo yo que de donde demonios vendrá la frase de “ser más puta que las gallinas” si su cópula carnal era una suerte breve limpia y rápida visto y no visto. Agachaban un poco el colodrillo como agigoladas dispuestas a recibir y el gallo abordaba por detrás pisándolas materialmente pues el sexo es siempre algo violento para fecundarlas con un golpe certero de su pico- pene por detrás de la cresta. Zás. Y ya está.
Aquello era menos aparatoso mucho más sencillo que la coyunda y los espectáculos que daban el garañón con la burra cuando mi abuelo me llevaba con él a la parada de Moradillo un pueblo cercano a Aranda. Los hipómanes del celo burreño exhalaban un olor acre.
La borrica rebuznaba cada dos por tres, roncera al principio, gustosa del trámite después y sacaba toda una hilera de dientes enormes amarillos ofreciendo mucha resistencia a fuerza de coces contra el caballo que caracoleaba en torno suyo hasta que, vencida por el instinto, alzaba solícita la cola se espatarraba un tanto y el caballo la montaba de modo tan trabajoso que a veces necesitaba de las asistencias del veterinario para acoplar donde corresponde el enorme atributo del semental sobre la pobre pollina de mi abuelo a la que llamábamos “Loli” y que quedaba derrengada después de aquellos encuentros que dejaban en su vientre medio litro de espermatozoides por lo menos.
De regreso de la parada la Loli se volvía espantadiza y nerviosa tiraba tainas y se ventoseaba indómita con largos y sonoros pedos por el camino de vuelta y, remisa a la albarda. si el abuelo quería cabalgarla, lo tiraba a tierra por el cabezal o de repente se ponía a correr a los cuatro pies. Una burra salida resiste a la rienda y es menester embozarla o embocarla.
-Pero coño,- decía el abuelo-, tengo que meterla en razón a fuerza de tralla a esta recontrajodida.
Más ni por esas.
La nuestra burra que era de natural sumiso y manso estaba como fuera de sí cuando la llegaba el apremio de su instinto al pobre animal y si olía algún burro a distancia se venía a él como una posesa. La calentura del celo le duraba una semana. Por lo visto no había tenido bastante con la descarga del grullo de Moradillo. Quería más juerga.
Total que hoy es san Antón bendito y yo me acuerdo de la imagen que había en la iglesia de Fuentesoto del santo con una capa parda las luengas barbas el báculo de abad y a los pies un tostoncillo que parecía a punto de emprender el trote cochinero frente por frente de la estatua de san Isidro labrador. A estos dos santos tan rurales se les tenía por aquellos pagos devoción considerable. El uno porque protegía el ganado y el otro las cosechas.
Y tanto es así que cuando rezábamos el rosario de anochecida antes de cenar siempre se les dedicaba su correspondiente padrenuestro a cada uno de los dos santos intercesores de la gente del campo después del obligado a las Animas Benditas o por todas nuestras obligaciones difuntas.
Mi abuela Leonides que solía dirigir el rezo nunca se olvidaba, terminadas las letanías, de echar un vistazo para la cuadra rogando a san Antón que protegiera a la cabaña (llegamos a contar con cuatrocientas ovejas) y que la yegua torda quedase preñada o que la “Luisa” pariera con bien y esa burra gracias a la intercesión del querido padre del desierto, san Antonio el anacoreta, fue fértil durante mucho tiempo. Trajo al mundo 25 muletos y tres buches. Se pasó la vida pariendo.
Aquel manso animal que estaba desconocida cuando torionda en la vejez se convirtió en los pies y las piernas de mi abuelo que a causa del reuma quedó muy torpe y cojo para ir a labrar.
San Antón la gallina pon y si con barbas san Antón y si no la Purísima Concepción que decía un pintor bisoño. A ver lo que sale. Los artistas lo decimos muchas veces antes de emprender una obra. No sabemos el resultado pero hay que ponerse a la cuestión.
Recuerdo con melancolía y fruición aquellos fríos eneros cuando pasadas las navidades y las fiestas pues hasta san Antón pascuas son, se decía, regresábamos al tajo. Unos a los libros. Otros al arado y otros a la fábrica o al cuartel. Tiempo de arrejacar y de las últimas matanzas pues antes de que terminase el primer mes del año tambien se solía decir: cochino de febrero con su padre al humero. El marranillo colgaba de una viga en las noches congeladas siempre a mediados de enero. Que tambien dicen que es muy pirulero y que cada cual atienda su juego. Santo intercesor de todos los animales incluso del lobo nadie sabe por qué. Seguramente por el cuervo amigo que lo alimentaba en su gruta penitente.
Pero en la edad media se le invocaba tambien contra una enfermedad llamada Fuego de San Antón una especie de erisipela maligna que luego se diagnosticó como la Peste Negra que dejaría diezmada Europa en 1348.
Es un santo mítico del que sabemos que vivió más de cien años en lo que es hoy El Cairo alimentado por un cuervo, el cuervo de san Antón, que le traía un panecillo en el pico cada mañana. Ayunó largo tendido y fue vencedor del demonio que se le representaba en su cueva en forma de seductora mujer. No cayó en sus redes y por eso llegó a centenario tal vez ¡’Qué bien!
Por algunas partes ya habrán comenzado a romper la flor los almendros nuncios de la primavera
2011-05-07
2011-05-06
2011-05-05
2011-05-03
JESUS GIL Y SU LEGADO DE CORRUPCIÓN
JESÚS GIL EN EL RECUERDO, Y UN POCO LO QUE ESTÁ PASANDO
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18 de junio de 2006
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18 de junio de 2006
2011-05-02
lo de Ben Laden su vida y su muerte una patraña. Ese hombre es un invento
Diario 2 de mayo
Siento el cansancio de la soledad inmensa del escritor pero me consuelan las cifras de lectores de este blog que han subido a casi 200 visitas al día. Uno esparce la semilla gratis et amore, labor de tántalo y de profeta bregando contra el oleaje de una mar arbolada. Estuve en la comunión de mi sobrina Tatiana adoptada por mi hermana Fuen. Un regalo de Rusia a nuestra familia, la niña que es siberiana lleva nuestros apellidos y nación en Omsk. El cura sin embargo le negó la comunión a mi madre y a mi hermana alegando que venía de una familia uniparental. ¿Dónde está el padre? El padre somos todos, reverendo. Esita actitud tan cerril y anticristiana precisamente el día que con toda pompa y boato se celebraba la beatificación de Juan Pablo II me indignó y me entristeció. Quo vadis, Ecclesia? ¿Qué pretendes con tanto papa que ocupa demasiado cacho robándole espacio al propio cristo? Es la hora de las tinieblas y parece sentirse la presencia del Malo. Un ejercicio de relaciones publicas del Vaticano fue esta inscripción en la nomina de los santos a este polémico párroco polaco, un hombre soberbio, muy pagado de sí mismo, hombre violento y fatuo que no aceptó la muerte como se vio en su ultima comparecencia en la ventana de la plaza de san pedro cuando atenazado por la enfermedad trataba de quitarse con mas gesto el alzacuellos. Se ahogaba como se ahoga ahora la iglesia. Dios mío negar la comunión a mi hermana y a mi madre una anciana de 92 años. Padre perdónalos. Mientras vamos a la misa dejé grabando la pontifical oficiada por monseñor Cirilo en la catedral de Cristo Redentor en Moscú y el acierto me quitó el mal sabor de boca. Luego tuvimos ágape en la residencia de Pilar Cañas, confraternizo con mis hermanos y mis hijos y mi nieto. El malo no dejó de acecharnos y hoy al levantarnos nos hemos desayunado con la noticia de que los yanquis dieron matarile al Bin Laden. Otra maniobra propagandística de Obama para apuntalar su demediado crédito ante la opinión publica. La operación de propaganda parece una chapuza pues dicen que el cuerpo del terrorista lo arrojaron al mar y no lo expusieron a la luz pública como hicieron con el Che cuando lo abatió la CIA en Bolivia. Crece mi convencimiento de que todo esto de Bin Laden una versión del moro Almanzor ha sido un montaje. No ha existido semejante personaje pero la fuerza mediática era de tal índole que el mundo entero acepta su muerte como un dogma de fe. Es la hora del príncipe de las tinieblas insisto y con este pensamiento en un dos de mayo triste pues no hizo en todo el día más que ladrar con ahínco una perra que vive cerca de mí m e fui a la cama pidiendo antes de dormirme a Cristo que se apiade del mundo y me ponga a salvo de los enemigos que acechan por todas partes. Tuve un sueño intranquilizador y vi a Leviatán el magnate de la cara oculta que no se conforma con acaparar la tierra, el agua, el aire y de empujar unas naciones contra otras sino que domina los bancos, las bolsas, los parlamentos, las cancillerías y las prensas radiales, digitales y visuales. Su trono tiene su sede en el aire y en el agua. Es una cátedra sin embargo de pestilencia mentiras y perversión. Sus herramientas son el dominio, la tortura mental, fomenta la eugenesia, implantó la guerra de sexos inundando las familias de la tristeza del desamor, le dijo a la mujer palabras del ángel caido non serviam, induce al adulterio, al divorcio y el aborto es otro de sus abominables métodos de dominio universal. Es el amo del mundo. Tiene como primeras espadas a las tres naciones que son los perros de presa que matan, asesinan bombardean destruyen en nombre de la civilización y los derechos humanos –Israel, Gran Bretaña, Usa-. En sueños le escuché hablar en inglés largando una serie de mentiras demagógicas con un acento a boca llena como si tuviera una patata en el paladar. Por esa señas era indudable que Leviatán se llamaba, el ángel exterminador de mis sueños, era igual que Obama el negro zumbón hijo de una judía y nieto de un zulú.
Siento el cansancio de la soledad inmensa del escritor pero me consuelan las cifras de lectores de este blog que han subido a casi 200 visitas al día. Uno esparce la semilla gratis et amore, labor de tántalo y de profeta bregando contra el oleaje de una mar arbolada. Estuve en la comunión de mi sobrina Tatiana adoptada por mi hermana Fuen. Un regalo de Rusia a nuestra familia, la niña que es siberiana lleva nuestros apellidos y nación en Omsk. El cura sin embargo le negó la comunión a mi madre y a mi hermana alegando que venía de una familia uniparental. ¿Dónde está el padre? El padre somos todos, reverendo. Esita actitud tan cerril y anticristiana precisamente el día que con toda pompa y boato se celebraba la beatificación de Juan Pablo II me indignó y me entristeció. Quo vadis, Ecclesia? ¿Qué pretendes con tanto papa que ocupa demasiado cacho robándole espacio al propio cristo? Es la hora de las tinieblas y parece sentirse la presencia del Malo. Un ejercicio de relaciones publicas del Vaticano fue esta inscripción en la nomina de los santos a este polémico párroco polaco, un hombre soberbio, muy pagado de sí mismo, hombre violento y fatuo que no aceptó la muerte como se vio en su ultima comparecencia en la ventana de la plaza de san pedro cuando atenazado por la enfermedad trataba de quitarse con mas gesto el alzacuellos. Se ahogaba como se ahoga ahora la iglesia. Dios mío negar la comunión a mi hermana y a mi madre una anciana de 92 años. Padre perdónalos. Mientras vamos a la misa dejé grabando la pontifical oficiada por monseñor Cirilo en la catedral de Cristo Redentor en Moscú y el acierto me quitó el mal sabor de boca. Luego tuvimos ágape en la residencia de Pilar Cañas, confraternizo con mis hermanos y mis hijos y mi nieto. El malo no dejó de acecharnos y hoy al levantarnos nos hemos desayunado con la noticia de que los yanquis dieron matarile al Bin Laden. Otra maniobra propagandística de Obama para apuntalar su demediado crédito ante la opinión publica. La operación de propaganda parece una chapuza pues dicen que el cuerpo del terrorista lo arrojaron al mar y no lo expusieron a la luz pública como hicieron con el Che cuando lo abatió la CIA en Bolivia. Crece mi convencimiento de que todo esto de Bin Laden una versión del moro Almanzor ha sido un montaje. No ha existido semejante personaje pero la fuerza mediática era de tal índole que el mundo entero acepta su muerte como un dogma de fe. Es la hora del príncipe de las tinieblas insisto y con este pensamiento en un dos de mayo triste pues no hizo en todo el día más que ladrar con ahínco una perra que vive cerca de mí m e fui a la cama pidiendo antes de dormirme a Cristo que se apiade del mundo y me ponga a salvo de los enemigos que acechan por todas partes. Tuve un sueño intranquilizador y vi a Leviatán el magnate de la cara oculta que no se conforma con acaparar la tierra, el agua, el aire y de empujar unas naciones contra otras sino que domina los bancos, las bolsas, los parlamentos, las cancillerías y las prensas radiales, digitales y visuales. Su trono tiene su sede en el aire y en el agua. Es una cátedra sin embargo de pestilencia mentiras y perversión. Sus herramientas son el dominio, la tortura mental, fomenta la eugenesia, implantó la guerra de sexos inundando las familias de la tristeza del desamor, le dijo a la mujer palabras del ángel caido non serviam, induce al adulterio, al divorcio y el aborto es otro de sus abominables métodos de dominio universal. Es el amo del mundo. Tiene como primeras espadas a las tres naciones que son los perros de presa que matan, asesinan bombardean destruyen en nombre de la civilización y los derechos humanos –Israel, Gran Bretaña, Usa-. En sueños le escuché hablar en inglés largando una serie de mentiras demagógicas con un acento a boca llena como si tuviera una patata en el paladar. Por esa señas era indudable que Leviatán se llamaba, el ángel exterminador de mis sueños, era igual que Obama el negro zumbón hijo de una judía y nieto de un zulú.
2011-04-30
CRISTO CALLABA (semana santa en segovia, apendice del SEMINARIO VACÍO
SE RASGÓ EL VELO DEL TEMPLO Y TREMÓ LA TIERRA
Un ángel bajaba del cielo y se paseaba, galán, por los andenes del triforio-unos decían que era un querube, y otros un serafín pero los más avezados en la difícil ciencia de la angelología aseveraban que pertenecía al grupo de las potestades y de los tronos- cuando la schola cantorum daba respuesta a la narración dramatizada de la pasión según San Mateo:
- Vellum templi scissum est et omnis terra tremuit
El velo del templo se rasgó, el mundo se cubrió de tinieblas y toda la tierra tembló. Hubo un terremoto en Jerusalén aquel viernes que debió de ser del grado 8 en la escala de Ritzer de intensidad pareja al que acaba de ocurrir en Japón. Las sepulturas se abrieron y los huesos empezaron a caminar. Lo había profetizado Ezequiel. Muchos justos volvieron a la vida con los mismos cuerpos que tuvieron. Pero el pueblo judío no creía. El velo del sanctasantorum del templo que edificó Salomón quedaron patentes y derribadas las arcas de la alianza como un testimonio de que quedaba abolida la Vieja Ley y un pronóstico de su inminente destrucción por las legiones de Tito cuarenta años después. Los mandamases seguían empecinados en su aversión cristo-fóbica pero el eje de la tierra se hizo cristo-céntrico. “Cuando yo muera todo lo atraeré hacia mí”. Y esa saña, esa aversión típica del sanedrín fluye por la historia como un torrente de agua negra. “Crufige, crucifige eum”. Matarle vosotros, dijo el pretor.
-Nobis non licet interficere quemquam
-Regem vestrum crucifigam?
Y la respuesta del populacho fue rotunda:
-Nosotros no tenemos más rey que a Cesar
-Pero es un justo.
-Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
La naturaleza me ha dotado de ciertas percepciones ultra sensoriales y aquella hora de tarde mientras se celebraban los ritos exequiales por el Señor muerto vi en lo alto de las cúpulas a un grupo de ángeles de luto. Las santas mujeres se habían hecho a un rincón de la nave del transepto afligidas entre los penitentes que aguardaban la salida de la procesión cerca de los pasos. La Verónica ostentaba el pañuelo en el que se había estampado el rostro coronado de espinas y lleno de llagas del Rey de Israel. Pepin del Moral lo bordó con la batuta y el chantre Dionisio, un beneficiado muy corpulento, que poseía una hermosa voz y solía interpretar el papel de Jesús en la narración cantada de la pasión de san Juan rizaba el rizo cantando las palabras del divino redentor en la octava baja:
-Quem quaeritis? (¿A quien buscáis?
-Ego sum (soy yo)
-Amice, ad quid vinisti (a qué has venido, amigo)- le dice a Judas
Accipiter luego andando el tiempo sería consciente que el eco de aquel canto se había estampado en su pecho como el anagrama de una fe inconmovible y duradera. Le tatuaron el rostro de Cristo un viernes Santo. Había montones de piedras sobre las tumbas y era consciente de que todos los hombres han de morir pero el drama de aquel viernes santo había traspapelado los dictámenes de la naturaleza. Aquel sepulcro en el huerto de los olivos que pertenecía a Nicodemus en el girar de la gran piedra abriría la puerta de la esperanza y de la resurrección en la vida futura. Al que buscáis no está aquí. Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Y al decir estas palabras el ángel terrible que escribía la espada flamígera que hizo tumbar de miedo a la guardia romana que mandó de custodia Pilatos intentó calmar el pavor de las Santas Mujeres. Fue aquel ángel el que entonó la antífona del Vexilla Regis y desde entonces los estandartes de la cruz cruzarán todos los caminos de la historia:
Victimae Paschale laudes inmolent Christiani.
Agnus redemit oves. Christus innocens Patri reconciliavit peccatores.
Mors et vita duello conflixere mirando: Dux vitae mortuus regnat vivus.
Dic nobis Maria quid vidisti in via? Sepulcrum Xti viventis et gloriam vidi resurrentis, angelicos testes, sudarium et vestes.
Surrexit Xtus spes mea: praecedet suos in Galileam
Scimus Xtus Surrexit a mortuis vere: tu nobis victor Rex, miserere. Amen.
Claro que era muy difícil entender aquello. Cristo rey victorioso de la muerte. Accipiter había escuchado muchas veces aquella monserga:
-Ninguno volvió de allá para contárnoslo.
Revierte el polvo al polvo y la carne se pudre dentro de la tierra. Sólo a esta gran preguntas guarda la fe sus misteriosas respuestas.
30 abril 2011
Un ángel bajaba del cielo y se paseaba, galán, por los andenes del triforio-unos decían que era un querube, y otros un serafín pero los más avezados en la difícil ciencia de la angelología aseveraban que pertenecía al grupo de las potestades y de los tronos- cuando la schola cantorum daba respuesta a la narración dramatizada de la pasión según San Mateo:
- Vellum templi scissum est et omnis terra tremuit
El velo del templo se rasgó, el mundo se cubrió de tinieblas y toda la tierra tembló. Hubo un terremoto en Jerusalén aquel viernes que debió de ser del grado 8 en la escala de Ritzer de intensidad pareja al que acaba de ocurrir en Japón. Las sepulturas se abrieron y los huesos empezaron a caminar. Lo había profetizado Ezequiel. Muchos justos volvieron a la vida con los mismos cuerpos que tuvieron. Pero el pueblo judío no creía. El velo del sanctasantorum del templo que edificó Salomón quedaron patentes y derribadas las arcas de la alianza como un testimonio de que quedaba abolida la Vieja Ley y un pronóstico de su inminente destrucción por las legiones de Tito cuarenta años después. Los mandamases seguían empecinados en su aversión cristo-fóbica pero el eje de la tierra se hizo cristo-céntrico. “Cuando yo muera todo lo atraeré hacia mí”. Y esa saña, esa aversión típica del sanedrín fluye por la historia como un torrente de agua negra. “Crufige, crucifige eum”. Matarle vosotros, dijo el pretor.
-Nobis non licet interficere quemquam
-Regem vestrum crucifigam?
Y la respuesta del populacho fue rotunda:
-Nosotros no tenemos más rey que a Cesar
-Pero es un justo.
-Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
La naturaleza me ha dotado de ciertas percepciones ultra sensoriales y aquella hora de tarde mientras se celebraban los ritos exequiales por el Señor muerto vi en lo alto de las cúpulas a un grupo de ángeles de luto. Las santas mujeres se habían hecho a un rincón de la nave del transepto afligidas entre los penitentes que aguardaban la salida de la procesión cerca de los pasos. La Verónica ostentaba el pañuelo en el que se había estampado el rostro coronado de espinas y lleno de llagas del Rey de Israel. Pepin del Moral lo bordó con la batuta y el chantre Dionisio, un beneficiado muy corpulento, que poseía una hermosa voz y solía interpretar el papel de Jesús en la narración cantada de la pasión de san Juan rizaba el rizo cantando las palabras del divino redentor en la octava baja:
-Quem quaeritis? (¿A quien buscáis?
-Ego sum (soy yo)
-Amice, ad quid vinisti (a qué has venido, amigo)- le dice a Judas
Accipiter luego andando el tiempo sería consciente que el eco de aquel canto se había estampado en su pecho como el anagrama de una fe inconmovible y duradera. Le tatuaron el rostro de Cristo un viernes Santo. Había montones de piedras sobre las tumbas y era consciente de que todos los hombres han de morir pero el drama de aquel viernes santo había traspapelado los dictámenes de la naturaleza. Aquel sepulcro en el huerto de los olivos que pertenecía a Nicodemus en el girar de la gran piedra abriría la puerta de la esperanza y de la resurrección en la vida futura. Al que buscáis no está aquí. Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Y al decir estas palabras el ángel terrible que escribía la espada flamígera que hizo tumbar de miedo a la guardia romana que mandó de custodia Pilatos intentó calmar el pavor de las Santas Mujeres. Fue aquel ángel el que entonó la antífona del Vexilla Regis y desde entonces los estandartes de la cruz cruzarán todos los caminos de la historia:
Victimae Paschale laudes inmolent Christiani.
Agnus redemit oves. Christus innocens Patri reconciliavit peccatores.
Mors et vita duello conflixere mirando: Dux vitae mortuus regnat vivus.
Dic nobis Maria quid vidisti in via? Sepulcrum Xti viventis et gloriam vidi resurrentis, angelicos testes, sudarium et vestes.
Surrexit Xtus spes mea: praecedet suos in Galileam
Scimus Xtus Surrexit a mortuis vere: tu nobis victor Rex, miserere. Amen.
Claro que era muy difícil entender aquello. Cristo rey victorioso de la muerte. Accipiter había escuchado muchas veces aquella monserga:
-Ninguno volvió de allá para contárnoslo.
Revierte el polvo al polvo y la carne se pudre dentro de la tierra. Sólo a esta gran preguntas guarda la fe sus misteriosas respuestas.
CRISTO CALLABA
Cuando el diácono cerrando el misal casi con furia anunciaba la muerte del Señor (et emissit Spiritum), un silencio espeso se apoderaba de las tres naves de la iglesia mayor. Los fieles caían de rodillas a indicación del subdiácono:
-Flectamus genua.
-Lévate
el señor obispo oficiante musitaba al punto en voz baja y para su casulla de fimbria recamada de oro una oración puntual:
-Adoramus te Christe et benedicimus te quia per sanctam crucem et resurrectionem tuam redemisti mundum
Las gárgolas por sus fauces abiertas vertían agua hacia los canalones de la calle. Las harpías de piedra chorreaban lágrimas. Viernes Santo era el día del Perdón. Todos participaban, compungidos, de aquel silencio de Dios que ocultaba su rostro. Jesús autem tacebat. Jesús callaba. Los ojos del profeta se nublaron.
-Caligaverunt oculi mei
Se llenaron de tierra mis ojos, esa era la letra de uno de los motetes de Palestrina que entonaba la liturgia del impetratorio, no queriendo ver la espantosa escena del Gólgota.
-Eli, Eli, lamma sabactani
Padre mío, padre mío ¿por qué me has desamparado
Y uno de los sayones comentó en tono jocoso.
-Che, a Elías llama éste. Veamos si baja Elías a salvarle… si fueras el hijo de Dios, baja de esa cruz.
Jesús callaba. No quería responder al reto y a la provocación ni en la hora suprema pero antes de expirar obró su último milagro y perdonó a san Dimas el buen ladrón:
-Antes de una hora estarás conmigo en el paraíso.
De allí a poco sonó el grito final (cum voce magna) del Crucificado:
-Consumatum est.
Y entregó su espiritu. Rindió viaje terrenal. Únicamente el centurión Cornelio, el capitán romano que mandaba al pelotón de la ejecución, un gentil, creyó en él. Fue la primera conversión:
-Verdaderamente, éste era el Hijo de Dios.
en los labios de aquel rudo mílite que había pertenecido a la Victrix que conquistara Judea se proclamó el primer acto de fe al pie de la cruz en aquella amarga hora de las tres de la tarde de un Viernes de Dolor. Y cuando se derramó el cáliz de su sangre quedando desangrado le dieron a beber hiel mezclada con vinagre. Lo había pedido a sus ejecutores:
-Sitio .
Sólo siete veces interrumpió el Mesías su silencio. Jesús autem tacebat. Callaba en el pretorio, sufrió en silencio las afrentas azotes y salivazos que siguieron a la pantomima del Lithostros, guardó silencio en la casa de Anás, se estuvo quieto en el gazofilacio y delante de Herodes no dijo ni mu. El tetrarca entonces lo vistió de la túnica blanca con que se envolvía a los locos y se lo devolvió al pretor. En el camino fue la irrisión de los jerusalemitanos. Los que le había aclamado triunfante sobre la borriquilla el domingo de ramos ahora lo abucheaban. No puede haber sido escrito en el mundo otra crónica más fascinante que la narración de la Passio en los cuatro sinópticos. En sus párrafos late la inspiración divina. Juan, Mateo, Marcos, Lucas se comportan como notarios de la actualidad o periodistas que dan testimonio de un suceso que iba a cambiar la historia del mundo de manera concisa. Este laconismo de los evangelistas hace más creíbles los hechos narrados.
30 abril 2011
2011-04-27
2011-04-25
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