2015-10-23

ZP Y FG HICIERON FUNCIONARIAS A LAS SEÑORAS DE LA LIMPIEZA. ASI VA ESPAÑA





DOÑA URRACA Y SU AMENAZA

 

 

 

 

 

 

 Día de Santiago pasado por agua. Zumba en mi conciencia la cólera de una cucaracha alemana que tiene las manos feas, hosca la pelambrera, torva la mirada, que bien sabe ferir. Su actitud se realza con los correajes de la Gestapo, ademán prepotente del que llega con las oposiciones ganadas. Que no respeta ni al buen hacer de una larga vida entregada a la palabra, ni a las canas. Helo, helo por da viene el infante vengador con los venablos de una violencia laboral subliminal. Violencia soterrada. No se ve pero mucho carcome y entre tanta carcomida van las alamas doloridas. Sorda, petulante. Sus palabras que retumban en mi memoria pronunciadas con voz de estropajo, has colocado mal el libro, ese carné no está cortado como dios manda y me pide la ficha. Desprecios y desconsideraciones, envidias del ser de Cucaña. Ya digo, uno vive entre mosquitas muertas y cucarachas alemanas y a las seis baja la Vixen a pasar el trapo. La Vixen es un revirago de melenas desgreñadas. Dice palabras vedadas que hacen revolver las tripas de un santo. Tu mujer, tu honor, tu madre. A un cucañero le mientan la madre y la mujer y tira de navaja pero esta violencia soterrada forma parte del esquema. Por los pasillos de los cargos vagan los fantasmas. Poco que hacer. La función hace el miembro pero, desparecida la función, el miembro no sirve para nada. Entonces llegan las ratas. Se produce el síndrome de la iglesia vacía y de tanta imagen abandonada. A las seis baja la Víbora a dar una vuelta por la planta. Hace que come y no come, hace que cena y no cena, hace que bebe y no bebe, hace que trabaja y no pega un palo al agua. Al pasar la bayeta, curiosea. Mirando con sus dos ojos enfermos de mustia flor de jara. Es del sindicato del Ladrillo Visto. El sindicato del Ladrillo Visto es una sucursal de otro más grande e infernal, libro de reclamaciones al maestro armero, que llaman las TUC o Trade Union Corporation del Por lo Visto- debe de ser el Sindicato de la Miembra- la ha confiado una misión de espionaje. Vigilame a esos funcionarios. A ver qué hacen.  ¿Funcionan o no funcionan? Ellas con furor uterino; ellos con disfunción eréctil. Así pasa lo que pasa. En esas estamos. Razón de amor, razón de odio. Verbalismo y verborrea. La Vixen era corta de estura y con mala leche. Su insatisfacción sexual le hacía ver a esta pobre mujer ver el mundo con anteojeras. Era una rasa insatisfecha. Estaba a disgusto con el mandil. Ella lo que quería era un uniforme como el de su novio/novia la Nemesia. Esa sí que había tenido suerte. Por eso en doña Vixen todo era verde. Verde de envidia. La misma cara era verde. Él había cometido una falta: el buenismo y esa panfilia había sido su perdición. Cambia el chip de una puñetera vez, ome, y piensa mal y acertarás. Que tu máxima sea siempre la fórmula de " Homo Homini lupus". Estaba en babia el pobre Verumtamen a merced de la baba de aquellos ofidios. La Vixen había nacido en el Pueblo de los garbanzos y él en Toro. Su sangre era vino de Toro. Demasiado caliente y visceral, muy impaciente. Hay que bajar el pistón. Estamos? El buenismo da malos resultados, Verumtamen; te va a conducir a la ruina. El encargo lo realiza la Vixen a pedir boca porque su abuelo era arriero y a su padre en el penal en el que purgó cadena de treinta años y un día por buen comportamiento tras haberse cargado a uno en una reyerta con navaja le nombraron cabo de vara. De raza le viene al galgo digo la galga. Y la Vixen perdonen la repetición a ver que va a pasar aquí echa la galga. Como el trabajo es poco y lo dan tasado en dosis (un lector cada dos días, un opositor que baja a pedir uno apuntes o consultar un libro de referencia) las ratas se agolpan y se lanzan en carrera por el trocito de queso que aun queda en la ratonera. Abren sus maulas carníceras, erizan las orejas, erigen sus bigotes como antenas, exhiben sus colmillos y al compañero lo desplazan o le pegan un viaje. Esto parece una pesadilla. Pero como es pesadilla democrápica (del inglés crap=mierda) pues vale.

 

 Vivimos entre ratas, mosquitas muertas, cucarachas enormes y con un adarve por espalda y coseletes de escarabajo que parecen contratos blindados, claro son de Germania, y el peligro siempre latente de una buena dentellada. Calma chica aparente que dura poco y al cabo las grandes galernas ministriles. El pasado julio hubo una crisis con lo de las miembras y renovaciones de la cúpula militar, julio siempre fue un mes peligroso, al personal no sé por qué le entra un desasosiego cósmico que más que con la política tenga que ver seguramente con esas manchas solares que regulan el comportamiento lunático y problemático de tantas pobres gentes de este infeliz país.

 

 El azacaneo se detecta en la planta. Yo tengo un sensomotor muy amplificado para cotejar estas corrientes sísmicas de nuestro subsuelo político. Debajo de nuestros pies chocan y se desplazan las costras tectónicas. Nos sentamos sobre un barril de pólvora o una gran falla y somos convidados de piedra a expensas de lo que quieran mandar las Víboras, las Mosquitas Muertas, las Cucarachas. Ello forma parte del compló que hizo de nuestra vida una existencia parasitaria. El ministrillo de Cultura como buen gallego asistía, autoridad de honor, ayer a la pontifical del arzobispo Barrio en la catedral compostelana. El prelado ni lo saludó aunque es muy melifluo y una envidiable testa sin una mala calva sobre los hombros el aire de viejo aldeano afilador y eso que le dicen poeta de no sé qué versos. No puede ser más romántico el aspecto. Tira un poco a Lord Byron este gallego.

 

 

 

 La Iglesia no anda fina últimamente. Los obispos no pueden ocultar su enojo. Y pronuncian homilías y sermones entre gestos de cabreo rezongón con tanto lego claudicante y tanto revisionista como puebla las Españas. El invento se nos viene abajo.

 

-Eso no puede ser. Dicen que es eterna. Navegará los mares arbolados

 

 De la historia la barquilla del pescador.

 

-Uy no sé yo.

 

 Recuerdo que hace cuatro años Peapá se negó a dar un abrazo al apóstol y yo dije malo. Monsergas laicas Me temí lo que tenía que ir a venir. Moros en la costa. Desasosiego en lontananza. Y uno que no se calla nunca lleva las de perder y aun no ha reparado en su vivir que no es vivir entre víboras, mosquitas muertas, cucarachas alemanas. Arriba en la garita de recepción sede de la gran conserja la Neme está igual que don Landelino Lavilla cuando era presidente del Consejo: está expuesta. Deposuit potentes de sede et exaltavit humiles. Es lo que hizo FG pero no tanto caray. Con la Neme. A los sargentos les ascendió a capitanes y a los generales degradó a cabos primera. De ahí que por el nido al ovillo se colija que vivimos en una España degradada. Razón lleva Pol Pit cuando escribe que la corrupción nos llega a las orejas.

 

 

 

 Don Felipón hizo funcionarias a las mujeres de la limpieza. Y ahora la Nemesia toda una diosa Themis cabe la puerta revolvedera controla. Cierto que por la puerta en toda la tarde como por el puerto no pasa nadie. Sólo los pensamientos que lleva el aire. Pero ella controla. Calienta el culo a la silla, llena el horario. La Neme cumple. Cumple y esculca. Vigila el cotarro. Ha trascendido las funciones de don Tintafino en su trono. Va más allá Nemesia. Tiene aires de gran jefa. La antigua fregatriz-emperatriz de la mopa y el estropajo se sitúa en su estrado de fichas y horarios. Hace que cena y no cena, hace que lee y no lee los libros de firmas. Porque no sabe leer. O muy malamente. Se ha convertido en pesadilla, en lengua delatora con su pelambrera de estropajo y sus ojos chiquitines de perdiz. Ha saltado a nuestra triste realidad desde las proféticas páginas de una novela de Orwell. Se da la importancia de una pulga ascendida al lomo del elefante. Es la conserja porque desde que los miembros ya no son sólo miembros sino también miembras a ella que no ha leído un libro en su vida pues es analfabeta, ya va dicho, y es prepóstera o prebosta, o si no lo es, hace las veces, o se lo cree, del negocio de los libros, un negocio venido a menos en este país, pues dime tú quien publica, si no es un libelo antifranquista o una guarrada, la han subido de categoría y calienta la silla que no le cabe un piñón por el canal excretorio. Es la gran veedora procuradora, la voyeuresse. Otros la llamarán boyera pues dios las cría y ellas se juntan en el departamento del sexo inverso que tanto abunda. FG y Hitler les pusieron un uniforme y ahora se dedican a marcar el paso de la oca por los pasillos de la gran soledad interior pronunciando consignas de reivindicación el talante agresivo e insolente, pensando seguramente que el macho es un ente a extinguir. Están un poco desquiciadas y dudo que tengan el alma en su almario. Me preocupa su salud mental de mi gente aunque éste es un mundo de locos en el cual vivimos. Me dan pena y risa al ver el panorama en que ha caído la Mayordomía. Vivo entre ratones de bibliotecas, opositores/opositoras con cara de sueño a los que su desaliño descubre la gran crisis interior. Este es el país del quiero y no puedo pero yo quiero ser funcionario caiga quien caiga. Me empollo todas esas retahílas del temario con normas internacionales que no valen para nada, paso el examen y ya soy bibliotecario o archivero. Y a calentar la silla. A recibir. Ahí me las den todos. Quiero calidad de vida. Joder márchate a Londres con un macuto a la aventura y quinientas pesetas como hice yo cuando tenía tu tiempo. Doña Urraca y su amenaza. En esas estamos. Perrea. Perrea. Y a recibir. lo canta el Chiquilicuatro. Es la canción del verano. Todo este menudillo, tanta piltrafa humana, los pecios del galeón que naufragó hace muchos años son las yuntas con que hay que ir a arar. El personal que abomina de Franco hace como si aún viviera y sigue soñando en la extraordinaria del 18 de julio. Las ratas se han subido a los cajones. Andan a dentelladas por un trozo de queso. Todos queremos la buena vida. Ansían un lugar al sol. Sueñan con una mesa, una silla y un ordenador pero sus demasías hacen que los paraísos se conviertan en infernales campos de concentración con la conserja ex fregatriz vigilando la Gran Puerta. A doña Neme nunca en los días de dios la veréis ponerse una falda. Gasta pantalones azul marino como la Merkel de la que se dice que sólo el Ángel Exterminador ha visto ponerse las bragas y la minifalda. Los de conserje que le brillan de gastados y han perdido la raya y por tales prendas puede colegirse su sexo. Perrea. Perrea. Doña Urraca y su amenaza. El sepulcro del cid candado con siete llaves. El Testamento de Cisneros. A media tarde suena la voz de la Neme llamando a su coima:

 

 -Perrea. Perrea.

 

 -Estoy aquí.

 

 Paso la vida entre ratas, ratones, cucarachas considerables, pues son alemanes y llegan con muchas infulas, la casa del caracol a cuestas y montadas en su ignorancia. Se las dan de cornacas, aspiran a sentar plaza de domadores de elefantes pero son conserjes, conserjas, merdellones, merdellonas, malandrines y mala gente que camina y mozos y mozas de cuerda desgreñadas que hablan de planta a planta con voces desangeladas.

 

 -Ya bajo.

 

 La Vixen sube a despedirse y darle un beso a su marido/marida. Son parejas de hecho. La conserja se quita la chaqueta, se ataca sus pantalones - veo que es un poco mari macho y ancha de caderas- y deja los galones de ujiera sobre la percha. Mañana será otro día. Perrea. Perrea.

 

-Hasta mañana.

 

 

 

 -No, hasta lueguito. Nos veremos en la cena, cari. ¿Qué te apetece? tenemos salmón ahumado

 

-Dos huevos duros revueltos en tortilla francesa-dice la Vixen con voz entre desagradable y desganada por el tabaco. Fumaba como una coracha. No podría el cronista por menos en dejar de suponer lo que en estos casos del amor homo las buenas gentes mal pensadas siempre se preguntan: Quien es el macho y quien la hembra? quien toma y quien recibe? quien es incubo y quién súcubo? quien el bujarrón, quien bardaje? El juego del amor como la vida misma es un mete y saca

 

 

 

 Perrea, perrea. Aquí hay chanchullo. Me huelo la tostada. O el pufo.

 

 Me doy cuenta de que no es más que una flor de jara. Ella también sueña con que algún día llegue no el príncipe azul sino otro FG que la haga funcionaria, la designe una covachuela y pueda arrinconar el mandil, la bata y el estropajo.

 

 Y a recibir. Eso a recibir. Ha terminado su jornada laboral y la Nemesia sale al aire de la calle y de la noche. Busca entre el trafico descendente de los bulevares la parada del autobús. Desaparece. Y para que desaparezca hago este exorcismo en la mañana lluviosa de Santana que menudo día de Santiago me dieron las cucarachas. Son una plaga como los mosquitos. A una rubia de bote que se presenta a la oposición por vez enésima lo pensé no se lo dije. ¿Y por qué no metes a puta, guapa? Pero que va. Estas no se meterán a putas. Dejan que tal menester lo desempeñe la importación de rusas y de rumanas. Ellas erre que erre. Quieren ser funcionarias para estar bajo el halda de la Vixen y de doña Nemes. Aprenderán a decir buenas con mala leche y a apuntar la segunda mirada con malas intenciones. A calcular sus moscosos. A espiar entre un rimero de papelotes. Es la maldición del Conde Duque: la burocracia. El papel de estado. Y a vivir que son dos días. A recibir. Perera. Perera. Todo lo contrario que la determinación que tomara doña Urraca cuando su padre Fernando I la dejara sin hijuela en la repartición de sus reinos.

Corría el año 1068. A García le dejó Galicia con Portugal la nombrada. A Alfonso Asturias con Sanabria y a Sancho Castilla la bien mirada.

 

Y a mí, por ser mujer dejasteme, padre desheredada.

 

 Irme yo he de esta tierra y cual mujer errada

 

 Mi lindo cuerpo serrano diera al que se me antojara

 

 A los moros por dinero y a los cristianos de gracia

 

 

 

La lozanía de estos versos que son un lamento, una amenaza y una denuncia tempranera del machismo conmueve y me da que pensar en este brumoso día asturiano cuando hoy 25 de julio se conmemora el Santiago cierra España. Esta querella es el origen de la epopeya del Mío Cid y uno de los grandes supuestos de nuestra caballería andante pues no se ganó Zamora en una hora y es precisamente esa plaza que por un lado la cerca el Duero y por otro peña tajada lo que da origen a la rebelión del Cid, al juramento de Santa Gadea, a la pérdida de su privanza. El leal castellano sigue en sus trece. Resuenan pues los ayes del lamento de doña Urraca que no debiera de ser muy ligera de cascos pues la hija del rey que ya era la coima del arzobispo de Santiago, Gelmírez, amenaza con lanzarse a la vida airada. Es el oficio más viejo del mundo, claro está. Su padre le contesta:

 

-Callades, hija, callades

 

 No digáis ya tal palabra

 

 Que mujer que la dijere

 

 mereciera ser quemada.

 

 Allá en tierra leonesa un rincón se me olvidaba

 

 Zamora tiene por nombre. Zamora la bien cercada

 

 Por un lado la cerca el Duero.

 

 Por otro Peña Tajada

 

 Aquel que vos la quitare

 

 Mi maldición tiene ganada.

2015-10-20

PIO XII Y FRANCO AYUDARON A SALVAR A MUCHOS JUDIOS PERSEGUIDOS ¡QUE POCO SE LO AGRADECIERON!

¿Conspiró el Vaticano contra Hitler?

Publicado: 20 oct 2015 07:26 GMT
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Papa Pío XII
Durante el papado de Pío XII, de nombre secular Eugenio Pacelli, el Vaticano mantuvo una política de neutralidad en la Segunda Guerra Mundial. A Pacelli, que nunca habló públicamente contra el fascismo, se lo acusaba de ser pro-nazi, o incluso amigo de Adolf Hitler. El historiador Mark Riebling, en su nuevo libro, intenta destruir los mitos presentando pruebas de que el papa, erróneamente acusado de colaborar con el régimen nazi, conspiraba contra Hitler.
La conclusión del concordato con la Alemania nazi en 1933, la insistencia en la neutralidad vaticana en la Segunda Guerra Mundial y la reticencia a nombrar explícitamente a los nazis como culpables de atrocidades y del Holocausto sirvieron de base para fuertes críticas contra el papa Pío XII, a quien muchos acusan no solo de no cumplir con el deber moral, sino también de ser antisemita y colaborar con Adolf Hitler.
Sin embargo, el historiador norteamericano Mark Riebling, justifica la postura de Pío XII, argumentando que un enfrentamiento abierto entre el Vaticano y Alemania nazi llevaría a que Hitler pusiera también a los católicos en su punto de mira.
En su nuevo libro Church of Spies (Iglesia de espías), cuya reseña fue recientemente publicada en el diario Financial Review, Riebling presenta pruebas de que Pío XII jugó un papel activo en la salvación de miles de judíos.
Asimismo el historiador estadounidense cita varios documentos que demuestran que el papa fue vinculado con conspiraciones contra Hitler, colaboraba con el movimiento de resistencia alemana y personalmente formó una red de informantes en Alemania y los países ocupados con el fin de conseguir datos necesarios para acabar con el régimen nazi.

2015-10-19

LA REVOLUCION RUSA FUE UNA CONSPIRACIÓN JUDIA


REGISTRO CHEKISTA EN LA RECTORAL. PETROGRADO 1919 DE LA NOVELA “MAÑANA POR LA MAÑANA” AUTOR LEV URVANEV

 

La culpa que nos aflige y esa turbas que recorren Europa evadidos de las guerras que ha desatado Israel me ha abierto los ojos ante la cruda realidad del mundo en este otoño de 2015 cuando unas multitud de desahuciados de sus tierras y sus negocios regresan a Europa en lo que parece ser un tiempo de cruzadas a contramano, no para rescatar los santos lugares sino para proclamar un estado apartida, no al grito de “Dios lo quiere” sino abajo las fronteras y viva la democracia.

Vienen, vienen, presidente. Pero ¿donde está Pedro Ermitaño? Los ismaelitas están perpetrando una cruzada contra Europa al revés

—Dando gritos de Alá es grande – en tono de desafío.

Sin embargo, en nuestra nueva embestida contra las cristiandades Rusia vuelve a ser un problema como lo fue en los turbios años de la revolución bolchevique.

El texto de un gran novelista ruso, oficial de la guardia, incardinado en el prestigioso regimiento Preobrayenski, León Urvanev, sirva para recordar y precavernos.

El crimen nunca paga. El mal fue entonces derrotado y lo volverá a ser tiempo adelante:

 

 

 

“había seis hombres y un oficial. A su lado estaba un joven judío con un extraño uniforme, armado de revolver. Tenía el pelo rizado, los cabellos encarnados, los labios gruesos y la nariz aguileña. Pese a su corta estatura nos miró a todos de arriba abajo con aire altivo:

-          Empezad por esa habitación- dijo el comisario judío, indicando el lugar donde el padre Alexis, el padre Cirilo su mujer, el diácono y yo tomábamos el té.

-          ¿Tú quien eres?

-          Soy el arcediano de la catedral de san Nicolás de los Marinos

-          A ver los documentos.

-          Están en mi mesa

-          Tienes la obligación de llevarlos encima

-          Y tú ¿quién eres?- dijo el oficial dirigiéndose a mí.

Saqué los papeles del salvoconducto que me había entregado el comisario cuando me contrataron para tocar en un baile de los revolucionarios

-          No es suficiente. ¿El permiso de trabajo?

-          No me lo dieron aún

Empezaron por mirar en las cómodas. Una miliciana con una gorra en punta que cargaba con un fusil atado con una cuerda. Sacó de las cajoneras ropa de mujer que había dentro y las tiró por el suelo.

   -¿Cómo tienes aquí esta ropa de mujer?

-          Pertenecía a mi difunta esposa- repuso el diácono.

El judío tiró todo el armario y lo lanzó al soldado rojo

-          ¿Dónde guardáis el dinero?

-          No tengo dinero

-          A otro perro con ese hueso. Es increíble- se reía el hebreo- ¡qué de dinero tenían los popes rusos! Bien comidos bien bebidos y bien servidos. ¿Quién no ha oído hablar de la gran barriga de los curas?

Se echó a reír. También rieron los soldados. El oficial conservó la serenidad.

-          Muy presumida era tu mujer. Esta ropa es muy fina y de ganchillo. Toma. Soy un hombre de buen corazón. Te la regalo.

El chequista judío tiró la braga hacia el diácono pero éste no se movió. Yo me agaché para recogerla y la doblé cuidadosamente. El judío buscaba cada vez con más afán. Sacó los cajones de la mesilla, abrió las cajas, miró todos los sobres. Después exclamó:

-          Oigan lo que tengo que decir. ¿Qué han hecho los popes con los tesoros de las iglesias? Las joyas los brillantes las cruces de oro? Todo lo han robado. Vendieron una parte y ocultaron la otra.

-          Eso no ha sucedido nunca ni sucederá jamás- dijo en voz baja el padre Cirilo.

-          Pues yo te digo que sí.

A continuación los soldados instigados por el judío comenzaron a hundir las bayonetas en las butacas. Rompían la tela con una ferocidad que recordaba el ensañamiento con sus presas de las bestias feroces.

-Miren, este cura tiene oculto un retrato del zar. Podemos detenerlo sólo por esto.

El oficial cogió el retrato con parsimonia y lentamente lo rompió en pedacitos. Los reunió en la palma de la mano y los esparció por el pavimento. El judío subió sobre una escalera y descolgó una imagen del Redentor.

-          Déjala, no profanes las cosas santas.

-          Sí, sí, seguro que has ocultado tu caja fuerte detrás del icono. Aquí está el tesoro.

El judío abrió la credencia y rodó por el suelo una moneda de oro.

   -Es la moneda que nos regaló el metropolita Paladio, cuando nació nuestro hijo- murmuró humildemente el padre diácono.

El judío con ira clavó su puñal sobre la imagen y nosotros empezamos a llorar.

El registro se prolongó hasta entrada la noche. Apartaron del montón para llevárselas alguna ropa blanca, las casullas y tres cucharillas de plata. Un oficial, un judío, una chica de la calle que se había dedicado a la prostitución, estaban obrando, así lo creían ellos, al servicio de una buena causa. No comprendían lo lejos que estaban de la idea de lo que era un hombre. Ellos eran la escoria humana. Luego supimos que los chequistas habían venido alertados por la delación de la mujer de uno de los sacristanes. Los judas en la iglesia de Dios nunca faltarán hasta el final de los tiempos. Se llevaron a los tres sacerdotes y de ellos nunca volvimos a saber más”

 

Lev Urvanev


“Mañana por la Mañana”

Barcelona Destino 1942, 350 pp

Capitulo V

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SANTA TERESA DE JESÚS PROVENÍA DE LA FAMILIA DE LOS ENRIQUEZ JUDIOS CONVERSOS

Siento una satisfacción personal y la honrilla premia mi esfuerzo tras la publicación de mi libro Teresa, la judía conversa. un grupo de historiadores ha llegado a la conclusión de que la santa de Ávila tan vilipendiada y tan encomiada al mismo tiempo no se llamaba Cepeda y Ahumada. Cambió el nombre, segun una costumbre de los hebreos españoles. Se apellidaba Caruana Enriquez y podía estar emparentada con Fernando el Católico, cuya madre era una Enriquez.
No me glorifico en mí sino en el espiritu que sopló y me alumbró pues la tesis de la historia era el gran desconocimiento que se tiene del personaje merced a sus hagiografos que la elevaron a la categoría de mito, el mito teresiano. Quisieron convertirla en patrona de España en sustitución de Santiago y ello creó ampollas y mucha división en torno a la personalidad de la monja inquieta y andariega. Ciertamente que tuvo sus probelmas con la inquisicionón  y cayó en algunas demasías de tipo místico erótico. Pero era muy loablo su intención de evitar que los conventos españoles se convirtieran en aparcadero de princesas viudas o "arrecogidas" que tuvieran un desliz y despechadas por sus maridos y amantes a causa de supuestos adulteriois acabasen tras el torno.
Dediqué mi libro al arzobispo de Compostela le envié un ejemplar y Su Ilustrísima ni siquiera se dignó acusar recibo ni siquiera contestarme. Este desaliento por mis pecados es un sacrificio que he ofrecido al Señor, a ese Jesús, al que tanto amaba Teresa que era una loca de Cristo, una yurdodivaia que dirían los peregrinos rusos. Me cumple el honor de haber abierto una brecha como en casi todos mis libros, publicados con grande esfuerzo economico y que siempre han topado con el desdén o el silencio espeso de la critica en una España que ha dejado de creer en la verdad y en la palabra y que se sume en un mar sin fondo de corrupciones y de vendavales políticos que al cabo resultan una tormenta en una vaso de té. Me duele sobre todo la poltronería y obtusidad de la iglesia. No cxreo en los obispos con la excepción honrosa de algunos como el arzobispo cardenal de Valencia contra el cual disparan sus dardos envenenados la gentuza más aviesa. Con su pan se lo coma. He vuelto a "clavarla". Mi abuela me dijo que yo sería un gran periodista. Puede que sí puede que no. Los resultados no me interesan pues es cosa que no depende de mí el esfuerzo el afan y el honor sí. Ladrarán luego cabalamos.
TERESA LA JUDIA CONVERSA

fuentesoto (segovia) la matanza












La matanza

 

Ya, llegado el otoño, cuando los calendarios apuntan la fiesta de San Martín bendito, en los corrales y patios bajo el bardal y cabe las puertas carreteras quiero decir la portada se escucha el berrido de los cerdos que van a ser sacrificados. Su carne será adobada para pasar el invierno. Fue el querido marrano aliento y subsistencia de mis paisanos y recuerdo la matanza como momento inolvidable de mis días de niñez. Era un día de solidaridad y de alegría que reunía a las familias. Al despuntar el día las mujeres ya tenían preparados calderos, orzas y lebrillos y un plato para recoger la sangre del interfecto. Del cerdo se dice todo se aprovecha y están buenos hasta los andares. No era tarea fácil, se requería fuerza, con la asistencia del capador y a veces del veterinario que examinaba los ijares del cochino en previsión de la triquinosis. Lo sacaban de la cohorte a rastras clavándole un garfio por la barbilla y de ahí a la toza. Acto seguido le atravesaban la garganta con un bien afilado fierro. Luego venía la chamusquina y al cabo la comida en familia en que se invitaba a miembros de la familia y allegados. Todos los años se presentaba el pastor de mi abuelo Benjamín que se llamaba Melares. Era un gañán tan simple como tragón e ignorante. En uno de aquellos banquetes cinerarios reminiscencia de la paganía ibérica, vimos llorar a Melares a lágrima viva después del primer plato:

▬¿Por qué lloras, Melares?

▬Porque me atraqué de calducho y ahora no podré con las morcillas.

Incluyo este reportaje rostros de gente muy querida de mi familia que ya duermen en La Torre. En Fuentesoto La Torre es el Camposanto

 

 

Cochin de febreru con el suo al pa al humeru dicen por estos tesos. Sin embargo, gracias a ese misterioso prodigio de la técnica que es el celular- dejo la política y me voy a meter a costumbrista o a místico- logré entablar conversación de largas parrafadas con un viejo amigo de la infancia al que considero mi s t a r e t z, y un poco mi mentor literario- él es un lector y seguidor de estos articulitos desatinados comúnmente- porque al hablar con él siempre se saca alguna enseñanza para el avío.

Pues mi tocayo me contó un chascarrillo de nuestro (él es de Vegafría y nosotros venimos de Membibre de la Hoz, antiguamente para molinos y cangrejos) pueblo:

- El ama del cura me quiere mucho que cuando mata el marrano dame calducho.

Y algo más, digo yo. Venía de Cuellar de dar tierra a un pariente suyo pero la vida sigue y como el muerto al hoyo y el vivo al bollo pues se trajeron algo de matanza, unos choricillos. Nada más sabroso en el mundo que una buena ristra del de Cantimpalos. Casi se me está haciendo la boca agua pensándolo, porque veo con el ojo de la memoria, ese tercer ojo que llevan los místicos en el cogote, según dicen, las ristras colgantes de longanizas, morcillas y algo de adobo, exvoto de guerra del aldeano afán, orgullo de su despensa y su cocina, fuera del alcance de las uñas de los gatos y hasta de los colmillos de la raposa que solía hacer visitas intempestivas al sobradillo, ese desván que tiene todas las casas de labranza de tierra Segovia y donde no se cerraban las ventanas nunca para que se oreasen los mondongos.

Asturias que es tierra noble y singular también tenía su matanza pero con otras costumbres y otros modos. Aquí se mata un poco más tarde que en nuestra tierra.

Desde noviembre a febrero se escuchaba berrear bien de mañana al gochu en los soleados y fríos días de enero y febrero. Tocaban a fiesta. Hoy vamos a llenar la andorga, chiquitos. Por aquí se los solía tener estabulados y bien cebones. En la tarea participaban todos los parientes y los vecinos arrimaban el hombro, lo que era un aval de solidaridad y de bienquerencia en aquellas aldeas, hoy en su mayor parte deshabitadas, de un tiempo que se fue.

También los coritos suelen comentar cuando a uno lo echan una mano aquello de con la ayuda de mi vecín el mio pa mató un cochin. Era una fiesta familiar y a la vez comunal. Entrañable y de las que levantan el ánimo e infunden ganas de vivir.

El otro día pude asistir a una matanza en Cangas de Tineo que es uno de los pueblos más sanos y oreados del norte de España. El aire es más fino y sutil por estas cumbres donde muestra el riñón o sus largas piernas la cordillera cantábrica, próximo a la sierra de los Ancares.

Era sábado y se habían acercado desde Avilés, Gijón y Oviedo los hijos mozos del señor que organizaba el festín. Era un verraco de más de veinte arrobas al que habían bautizado con el apodo del “Terrorista” no porque pusiera ninguna bomba sino porque era el “terror de las nenas”, en este caso, de las marranas. Cerda que cubría cerda que preñaba pariendo camadas de hasta doce lechones.

Un paisano pequeñín chocleando sus madreñas por el narvaso del corral – en otros tiempos no hubiese dado la talla y lo hubieran declarado útil para servicios auxiliares, si hubiera ido a la mili, enclenque no muy trabado de hombros pero qué fuerza y qué habilidad, vive Dios, si era todo bríos aquel hombre- se acercó a la cohorte a la agachadiza y con gran precaución porque Terrorista estaba bien armado en todos los sentidos de la palabra, lo citó como un torero reta a un eral a puerta gayola.

-Ino.. ino..ino. Quieto galán,- decía Celsín el que desempeñaba el papel de matarife casual. Muy experto con el cuchillo. Y avanzado en las buenas artes cisorias de matarifes y jiferos.

Y al decir esto le ahincó un garfio que escondía en la diestra en la papada del bicho con golpe certero y experto. El animal, que debió de barruntar que le había llegado su última hora, empezó a gruñir y a recular mirando a sus verdugos con malas intenciones. El cerdo es animal fiero e indomesticable, aunque lo califiquen de doméstico, no conoce al dueño aunque digan que su anatomía es muy similar a la del ser humano. En todos ellos se esconde el antiguo jabalí salvaje del que procede. Tampoco suda y se purifica revolcándose en el barro de las charcas. No quería por todo el oro del mundo Terrorista abandonar su inmundo habitáculo.

Entre toda una cuadrilla que apareció de no sé donde lo sacaron a rastras de su pocilga, lo maniataron y entre todos lo arrumbaron sobre la toza sacrificial. El marrano no dejaba de atizar dentelladas, menar el rabo con furor y patalear pegando unos berridos que se clavaban en las estrellas. La escena, poco apta para melindrosos, hoy suscitaría protestas en la sociedad protectora de animales, pero por esta zona las buenas gentes, habituadas a luchar contra las fuerzas de la naturaleza, la crueldad anda por otros capítulos. La telebasura suele emitir escenas más crueles o más sórdidas.

¬ -Quieto, cabrón, que casi me avías- grita Celsín apartando uno de los dedos a los que el cerdo quiso tirar un viaje

- Caguen dios

- Si dices caguen dios nunca mires para arriba-, le dice sardónico y guasón otro de la cuadrilla- Tú clava bien la poderosa ahí en eso, hazti cuenta que es Ben Laden, el enemigo del genero humano. Puxa. Empuja sin piedad, Celso del alma.

- ¿Y quien es ese?, pregunta Celsín ignorante.

- Un moro muy malo que dicen que quiere llevarse por delante a todos los cristianos. Llevan muchos años tras su pista pero no consiguen atraparlo. Se esconde en las montañas como los maquis que rondaban estos montes hace unos cuantos. Unos dicen que es un fantasma y otros que un invento de los americanos.

- Ah, pues no lo sabía- repuso el matarife sin darle demasiada importancia a la información.

Entre todos al fin consiguieron sujetarlo, no con poco trabajo y peligro para la integridad física de los “viroleros”. Y “Terrorista” vio por última vez la luz de Tineo.

Me dio la impresión de estar asistiendo a un ritual sagrado que viene celebrándose desde los romanos y esta es tierra por las que pasó la legión Asturica que llevaban entre otras cosas entre sus exuvia (exvotos) la cabeza de un puerco ondeando sobre el lábaro. No se entiende la historia de Roma sin el concurso del sus o puerco para los amigos.

El alimento de los campamentos era la carne de este animal sazonado junto con un pescado en salazón al que denominaban garium. Se bebía la posca que era un vino fuerte mezclado con hiel, vinagre y algo aguado entre cuyas propiedades anestesiaba los miembros doloridos y aminoraba el cansancio de las grandes caminatas. Posca es lo que dio a beber a Cristo cuando expiraba en la cruz. Él lo probó pero no lo bebió.

Luculo, como saben bien los sibaritas, hacía maravillas con la carne de jabalí, bocado exquisito, en los triclinios. Podían comerse un marrano entero sus comensales y no les hacía daño porque lo arrojaban en el vomitorio por arriba y por abajo y a seguir la manduca. Cosa curiosa un animal sagrado para los indoeuropeos se convierte en inmundo para los pueblos semitas.

Cristo Bendito no probó el chorizo ni el jamón- es la única merma que encuentro en la lectura de los  evangelios, me cagüenla con lo que nos gusta a los españoles el jalufo- y cuando tuvo que echar a una legión de diablos que atormentaban a un poseso los mandó arrojar sobre una peara de cerdos. Pero por estas altitudes aunque cristianos viejos y muy devotos de la Santina, de la Virgen del Carmen y de San Roque no hay moros ni judíos que detestan el jalufo. Tampoco viven empapados de teologías ni de política. Uno que es aficionado a la filología etimológica comprueba con sorpresa que la palabra cristiano se contrapone a la de pagano. Los paganos eran los de los pueblos y aldeas. El cristianismo fue, dicen sus detractores, una leyenda urbana. Nació en las ciudades envuelto en aires cosmopolitas en oposición al que residía en el campo. Las palabras suben y bajan por la cucaña de la semántica de tal forma que en ruso a los campesinos, a los simples, se los dice “ x r i t i a n i n” y lo que son las cosas el vocablo cristiano va a degenerar en cretino como sinónimo de persona lerda e ignorante. Por Tineo y sus aldeas de arriba, horma de hidalgos y de cristianos viejos, puede que no sepan mucho de tales disquisiciones. Ni falta que hace.

Baste señalar que la matanza del gochu ay carayu reviste todas las reminiscencias mágicas de la antigüedad sincretista.

Entretanto aparecen las mujeres. La abuela Jovita trae un lebrillo y lo coloca en el suelo donde recibe el goteo de la sangre del animal que expira entre estertores. Cuando el cochino estira la pata, acude una de las fias (hijas) del amo con una botella de cazalla. Se agasaja al experto matarife, el Celsín, tan enteco y tan magro de carnes que es capaz de sujetar a un novillo entre los brazos pero no lo demuestra. Debe de ser un asturiano bravío de ojos alegres y sonrisa jovial. Todos los participantes en la matanza brindan por el éxito de la operación con una unción casi religiosa. Pues ya digo entre estas casas que tienen forma circular algunas de antiguas pallozas con las techumbres cubiertas de bálago se venera, herencia romana, al marrano como a un dios ancestral.

-Salud y de hoy en un año, guajes.

-Eso es lo que fai falta y que al añu que vien todos lo veamos en amor y compañía.

El amo al que nombran Nicolás escancia otra copa de orujo y la vierte sobre uno de las patas del porcino. También esto es ritual. Hay que enterrar al bicho encomendarlo adiós y que se vaya lejos el diaño que es como mientan al diablo por estos lares. Por allí merodean los gatos, el ama les espanta diciendo chape, chape. Ladra un mastín que ha barrunta la carne desde su tenada lejana. Del vientre del cerdo sacrificado sale como humo. Están expirando los bandullos.

A esta operación sigue el de la chamusquina. Insertan una tolva de paja sobre el cadáver y luego prevenidos de una teja cada uno de los laborantes se despelleja al animal antes de destazarlo. Lo primero que se extrae es el “alma”, una tira muy grasienta entre el belfo y las criadillas. La vivisección de las criadillas tiene también su intríngulis. Es manjar exquisito para algunos paladares pues es tradición que conservan propiedades afrodisíacas y potencian la virilidad de los desganados. Los paisanos hacen chanza de las proporciones verdaderamente considerables del órgano reproductor del semental.

-Con una de esas ya me conformaba yo para toda la vida, nin.

- Y ¿pa qué quies crija si te falta verija?

- Ya me las apañaré yo- dice apodíctico como un oráculo Celsín limpiándose con una ropón las manos ensangrentadas y dando por concluida su cruenta operación

Todos se echan a reír. Y a uno de los muchachos de la casa le regalan la zambomba o vejiga que inflada adquiere las proporciones de un balón de reglamento. Sigue la fiesta pero la misión del matarife y sus ayudantes ha terminado.

Ahora la faena corre a cargo de las mujeres que se afanan acá y acullá con los barreños, pican la carne, también cebollas y cuecen la sangre para las morcillas en grandes calderos de cobre. Lloran los ojos de los convidados a causa del ácido que despide el tubérculo. Pasa el jarro una y otra vez, se cuentan historias de cuando entonces y pronto llega la hora de comer que es un banquete digno de romanos y según costumbres que sólo en España conservan los astures, gente generosa y pródiga en su hospitalidad abondo y abundante.

Las escenas que he vivido este día de febrero en esta villa entre montañas me han recordado los tiempos de mi infancia cuando el abuelo mataba el marranillo, parte fundamental de nuestra dieta castellana. Por Castilla somos más ahorrativos y frugales y los choricillos solían meterse en aceite y se conservaban dentro de una olla hasta el verano. Recuerdo que un tío mío Pedro el Sacristán, que, aunque no había leído el Lazarillo, la vida y el hambre le hicieron aprender mucha gramática parda, nos dejó a todos a buenas noches. Se las ingenió para hacer un orificio en el culo del ánfora que guardaba las longanizas y por abajo extrajo mediante un canuto las sartas de embutido que atesoraba aquel cofre. Para que la abuela no se diera cuenta introducía nabos en la boca de la olla y cubrió con cera el agujero.

Aquel año los gallegos que vinieron a segar a Fuentesoto se quedaron sin pitanza. El bueno de Pedrito, cuando se descubrió el engaño, anduvo tres días sin portar por casa, en el temor de que el abuelo que tenía su geniecito le hiciese regoldar embutidos a cintazos.

El primer plato de las comidas de matanza tenía mucho fundamento. Era el calducho a base de sangre y cebolla picada. En Membibre de la Hoz, en ca mi abuelo Parra oí en cierta ocasión contar a mi padre lo que le ocurrió al pastor Melares que era el de casa y era uno de los incondicionales invitados a la ceremonia. Acudía meneando sus piales y sus abarcas desde el aprisco, pasaba más de seis meses en la majada sin portar apenas por el pueblo. Llegaba con un hambre de seis semanas. La abuela Paula sirvió el calducho y nuestro rabadán se metió cinco tazones entre pecho y espalda. Casi reventaba. Llegó el turno de las morcillas pero allí estaba el bueno de Melares que se aflojó la correa mientras meneaba tenedores. En estas se puso a gimotear a moco tendido.

- ¿Por qué lloras, Jacintón? ¿No se te habrá muerto alguien? ¿Ocurriote alguna desgracia?- le preguntó el abuelo Parra

- Nada, señor amo, que tomé mucho calducho y ahora no puedo con las tajadas. Y me dan ganas por eso de llorar.

Fue caso muy comentado la del pastor Melares el Jacintón, discurrió de boca en boca por el pueblo durante tres generaciones y hasta le sacaron cantares. La matanza del gochu ay carayu que carayu.

Por lo demás el lomo, las manitas y la cecina solían colgarse de varales en el cocedero. A la vista de todos. Se ven pero no se tocan, niño. No solían encentarse más que cuando había un compromiso o venía visita pero al fuego del hogar y mirando para donde colgaban las morcillas nos consolábamos. Uno de los recuerdos más exquisitos que atesoraron mis papilas durante mucho tiempo era aquel tocino que en rebanadas echaba la abuela al cocido y untábamos en pan. Teta de novicia, bocato di cardinale, como se suele decir. Nunca probé exquisitez tal en mi vida, ni angulas, ni langosta, ni caviar, ni Arguiñano ni la nueva cocina, ni todos embelecos de los nuevos artistas coquinarios que no venden aire a todas horas y acabamos con el estomago vacío y la mula mal capada, y mucho te quiero, perrito pero de pan poquito. Nada en comparanza con aquella rebanada de tocinillo de los cielos que masticábamos a dos carrillos en los almuerzos del invierno.

Gracias Antoñito Valdivieso por sugerirme el tema de este artículo que estoy seguro que tú lo escribirías mejor y con más gracia pues eres solerte, un compañero al que todos queríamos emular y muy bien preparado desde cuando estudiábamos latines. Es un lujo hablar contigo Te acompaño en el sentimiento por lo de tu pobre tío. Y que en el cielo lo veamos y nos aguarde allá muchos años, tocayo. Nunca pierdas el buen humor, que no te derribe el desencanto y recuerda el espondeo de Horacio que mediamos en las clases de latín con don Valeriano:

-Ars lunga vita brevis.

Mucha salud, hermano.

 
 

2015-10-18

la arroba española


de pesos y medidas

fue

LA @ TRIUNFAL

 

Crecí de niño escuchando la palabreja cuando mi abuelo colgaba de las vigas de la portada el marrano morato le sacábamos el alma y el tocino las criadillas el alma el mondongo el calducho y la vejiga para zambomba.

 

-Ha pesado 20 arrobas, chiquitos. Estaba de buen año.

 

Una arroba eran 11 kilos y 502 gramos. Eso me lo sé yo desde pequeñito. En las clases de aritmética don Felipe nos decía que la @ no servía para nada. Era como la distancia de pi que está ahí pero de la que nadie se preocupa. Ahora gracias a Internet ha salido del armario y cunde en el lenguaje universal del HTML. La red lo magnifica. ¿Quién lo iba a decir a mí? Un guarismo matemático con poca fortuna hasta que lo rescató del desván de los recuerdos Billy Gates que para los ingleses era una desinencia de la preposición “ad” latina y en castellano venía a ser un sinónimo del signo de multiplicación. La arroba aunque pesara lo suyo era como estar en el limbo. Ya digo la distancia de pi por 3.1416. Es una palabra castellana castellanísima aunque arrebatada a los sarracenos en lexicográfica algarada. Castilla vino a ser un crisol de culturas y el alcaloide que fundió pareceres y les dio talante único. Viene de los árabes de Mallorca donde como ya dijimos el elemento muslímico abundaba y había muchos exaricos libertos. El catedrático Oliver Asin siguiendo la trocha por la maraña impenetrable de la historia de España que abriera el llorado don Claudio Sánchez Albornoz asegura que es étimo de “al-ribat” (servicio de defensa), lo mismo que rápita y de ahí viene la Rábida que no quiere decir otra cosa sino fortín. El “arrobt” (plural) era un servicio de descubierta o escucha llevado a cabo en la frontera por un escuadrón de jinetes. La palabra “arrabda” aparece en Mío Cid escrito por un juglar de Medinaceli muzárabe hacia 1140. las villas y ciudades tenían que pechar tributo por este servicio de protección que comprendía la rafala (vigilancia a caballo) proveniente de rahal y rafallo una voz que todavía puede escucharse en mallorquín. Para los moros el rahal o tahal es el lugar donde se vive. Bien lo saben los moriscos de Baleares. Otro servició era el de sculca (escucha a pie). Y por último la anuteba incluía otra prestación la de caballería que consistía en vigilar a los rebaños de la mesta. Porque en el Libro del Buen Amor caballería tiene otra carga semántica diferente a la que ahora se le da; es el acto de conducir y domar reses bravas. Una suerte de rodeo. Tiempo adelante se convirtió en un tributo y de ahí se transmuta en una unidad de pesos y medidas castellanas antes de que se inventase el sistema métrico decimal. Arroba tenían que pagar el yuguero Vg.: los que tenían una yunta de estos animales. Se incorpora después al léxico pastoril. La tasa de @ procede sin embargo de otra pecha que estuvo muy en boga en la alta edad media: la anúteba (anutba, anutwa) también de origen morisco (anubda). En principio era un servicio de vigilancia a los que trabajaban en fortificaciones. Los de a caballo patrullaban el perímetro. Cuando sonaba el toque de anúteba villanos pecheros infanzones ricos-hombres y clérigos había de acudir bajo las armas. Pero anúteba era un tributo lo mismo que fue la arroba por redimirse de este servicio de guerra al rey. La anúteba se documenta a partir del siglo XI en León. Está registrada en el Fuero de Brañosera. Las fronteras eran elásticas y cuando llegaba la primavera indefectiblemente venía la aceifa de la caballería árabe. Sin la vigía de la anúteba o la alerta –otra voz árabe que observaba el horizonte venían los moros y podían cortarte la cabeza. No había otra alternativa. La Fe se suponía como el valor en el soldado.

 

Maria Estela González documenta esta palabra el año 969 cuando el conde Fernán González otorga donación de tierras al monasterio de Santa María de Rexmondo (hoy Remondo) pueblo lindero de Valladolid que perteneció a la diócesis de Segovia y donde vive un amigo mío. Castilla estaba despoblada y la vida era muy difícil. Poco a poco fue repoblado por vascos, asturianos, gallegos y gascones allende el Pirineo. La suerte de las armas es muy mudable y alternativa. A las razzias muslímicas responden los reyes de León y los condes castellanos con algunas cabalgadas. Se arruinaban campos, se destruían iglesias, se talaban vegas, se desviaban ríos para estrechar el cerco y rendir por sed y por hambre al enemigo. No solía haber compasión con el vencido. Esto quería decir @ de arroba que hoy es un logotipo tan pacífico como la anúteba un procedimiento para salvar el pellejo a los que vivían peligrosamente “prevenidos en frontera”. La descomposición del califato de Córdoba y la toma de Toledo por Alfonso VI da un respiro a las huestes de la cruz pero así y todo no las tenían todas consigo. Los monarcas exigían a sus pecheros no sólo el vasallaje. También tributos y rentas. Castellera era un pago para retranqueo de muros y tarea de fortificaciones de castillos y fonsaderas dinero para la guerra. Reliquia de este impuesto es en Asturias la sextaferia que los castellanos llamamos obreriza por la mi tierra Aquellos cotarros de Osma y Medinaceli, Clunia o Peñafiel eran arrebatados a Alá con muchos dolores y trabajos. La vida valía poco. Se vivía menos. La reconquista  un derroche de hombres y de caudales. No es extraño que a veces hubiera desfallecimientos.

 

Las tierras conquistadas se hacían por el derecho de presura simplemente tomando posesión en nombre del rey, el conde o el clavijero en las zonas de abadengo o mediante cartas pueblas y fueros que otorgan a sus súbditos en virtud del juramento de vasallaje. Así los que convierten en enfiteutas o usuarios de los territorios arrebatados a la morisma. Arrobas. Anútebas. Servicios de escucha. Labor de descubierta. Monasterios: Corias, Brañosera, Oña, Cardeña, Villadiego, Pampliega, Villalvilla. Los frailes iban igual a la guerra y fueron la reserva espiritual que permitió aquella labor titánica. Picaban espuela los obispos. Un Gelmirez. Un Ximenez de Rada. La iglesia era el gran poder. Uno expurga los tumbos, los cartularios, fueros o cartas pueblas y no encuentra otra cosa que pleitos, cartas de pago, y contiendas de diócesis contra diócesis de monasterio contra monasterio, rieptos, caloñas, hurtos y “coemptio” y tributos tan vergonzosos como el de las cien Doncellas de Otón el Gordo que viajó a Córdoba para que los galenos del Califa le curaran del mal de piedra .

 

Era un poco la fe del carbonero y no quedaba espacio para muchas teologías ni tiempo que perder. El Arcipreste proyecta su filosofía en un par de versos: “haber mantenencia y haber ayuntamiento con hembra placentera”. El leitmotiv de la existencia.

 

Eso sí; pecadores. Se arrepentían. Y todos creían en la vida eterna. Esta fe en el más allá hizo fuerte a la Iglesia y al Islam. Uno y otro creían en el cielo y en el Paraíso de Alá. Vivían combatiendo cada uno por su lema. Y moros y cristianos eran recios. Morían por su fe. Su ideal y por sus garbanzos.

 

Tenaz lucha a vida o muerte. Caballeros que llevaban en el arzón como Rodrigo Díaz que buen caballero era aquel mozárabe un icono de Santa María. Fe. Tesón. No rendirse jamás. Aquellos hombres pesaban seis arrobas pero valían un quintal de oro. La fe mueve montañas. Así que la @ es un legado de España a la humanidad, el óbolo y la ofrenda de un tiempo difícil. Veo a los mozos más granados de Castilla la gentil cabalgando hacia la muerte por aquellas parameras y tierras de pan llevar. A pagar el tributo de la arroba y la anúteba. Entonces las fronteras eran muy fluctuantes como el hambre y la sed frecuentes y si no andabas ojo avizor venía Almanzor te cortaba los árboles de tus montes te robaba las mujeres y te quemaba las cosechas . Muerte y desolación. Es curioso que este signo que fue moneda de cambio en los tiempos de la Reconquista sea hoy contraseña de comunicación entre las gentes. Millones de personas en todo el mundo lo teclean miles de horas al día. Arroba. Anúteba. Hoy sigue habiendo moros en la costa. Aún no acabó la reconquista. Pero el peor enemigo no es el moro ya. Es el moro interior que todos los españoles llevamos dentro. Y ahora en este reino de tejas abajo ya se cree poco en eso de la vida eterna.

 

 

2015-10-17

BEARN


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BEARN LA MEJOR NOVELA EN CATALÁN ESCRITA POR UN FALANGISTA

 

A los de la tercera edad nos queda el consuelo de la filosofía y el fulgor de la buena literatura que hace brillar nuestra alma con impulso de juventud. Este puente del Pilar lo pasamos mi mujer y yo a la vera de la mar de Gandía la guapa y ducal, emporio de los Borja. Cuenta con una de las mejores playas de la costa mediterránea.

Entre paseo y paseo por el malecón del Grao, Gandía Ciudad y el Puerto me he metido entre pecho y espalda las casi 400 páginas de “Bearn”. Es la obra de un falangista mallorquín, médico militar que escribe una prosa excelsa. Y me sucedió lo que siempre acontece a los catadores del buen vino y de la buena literatura que una vez descorchada la botella somos incapaces de abandonar la lectura.

La crítica de este libro injustamente olvidado pero que fue un texto de referencia durante los años sesenta después de haber sido traducida al castellano por el propio autor que la editó a sus expensas en un primer libro de la década de los 30, cuando anduvo a la greña con una editorial de Barcelona que le quiso corregir el texto ajustándolo a la nueva normativa ortográfica moderna de la lengua de Ausias March.

Bearn ha sido definido como el Proust español. La cita de Espriú que inaugura el texto “ els meus ulls ja non saben sino contemplar dies i sols perduts” define el intento de Llorenc Villalonga de recuperar un tiempo perdido del pasado rural de la Isla de la Calma. El argumento narrado en primera persona por un sacerdote y capellán que narra la decadencia de una casa aristocrática campesina en las montañas de Soller tierra pobre de carrascas, algún olivar donde se vive aun en régimen patriarcal. El amo del lugar es un personaje que vivió su juventud en Paris donde abrazó la francmasonería pero he aquí que en una de sus contradicciones sintiendo ya la llamada de la tierra se viste del hábito franciscano y cubre su calva con una peluca empolvada. El libro tiene algo de novela gótica, un cuarto cerrado donde está la casa de las muñecas, citas al Fausto y a Virgilio.

En la casa se bebe buen vino y para yantar butifarras. Don Antonio es un apasionado del progreso. Uno de los mayores para este diplomático afrancesado que al final de sus días quema sus libros y entrega al capellán (parece ser que era hijo bastardo del señor, lo tuvo con una criada) el depósito de sus memorias) fue el de la maquina de coser, la maquina de vapor, la hilandera volante, el automóvil los cañones de Krupp, el teléfono de Bell, la radio de Marconi .

El siglo XIX fue el tiempo de las grandes guerras y de los revolucionarios inventos. Todo uno. Al tiempo que se respira un ambiente pagano de culto a la belleza y al amor que pasa fugaz por la vida de los mortales. El narrador esparce a lo largo de los capítulos consideraciones morales y políticas y descubre la mentalidad del periodo de la Regencia. Don Antonio Maura era también mallorquín. Villalonga 1897-1980 en la guerra civil se afilió al Movimiento y nunca ocultó sus simpatías hacia José Antonio y los falangistas. Ello le valió al escritor un extrañamiento con los nacionalistas, que lo silenciaron y lo siguen silenciando. Detrás de este afán de escritor prolífico — una treintena de libros la mayor parte en catalán— nos cerciora de que es una mentira y de las más gordas el que el catalán fuese perseguido durante el franquismo.

El dictador Primo de Rivera que fue gobernador militar de Cataluña asegura en sus memorias que el catalán era el idioma de casa y de la calle, reservándose el castellano para las lenguas oficiales y el mismo José Antonio, que tuvo una novia catalana lo hablaba con fluidez. Franco siguió el consejo de su predecesor. En el mismo orden de cosas cabe asegurar que nunca fue tan boyante ese idioma que durante la década de los sesenta al ochenta. Veinte años de esplendor cultural con Barcelona como emporio editorial, una verdadera “Renaixenca”.

Se constituyó en eje de marcha de aquel impulso escritor y fue el que llevó a Cela el mejor escritor castellano de la postguerra a vivir a Palma de Mallorca. Asegurar pues que fue perseguida la lengua catalana es una calumnia propalada por las “fuerzas oscuras”.

Yo recomendaría a muchos españoles que releyesen “Bearn” para empaparse de ese “seny” catalán que brilla por su ausencia en las cerriles mentes de los separatistas. Con su intolerancia y ceguedad pueden conducir a España a la mayor crisis de su historia después del 98 porque Mas con su indolente desplante se empeña en lanzar el reto de un órdago a la grande y de esto vamos hacer un pan como unas hostias o como dice la payesía de las tierras levantinas:

d´esteu pá farás sopes

Y es que Mas va de listo por la vida y nos quiere dar a todos sopas con honda aunque hay que atribuir parte de la crisis a la indolencia e incompetencia del gobierno central y a la ignorancia que vive el pueblo español sobre Cataluña y las cosas de aquel gran país. Pero eso es cuestión de escuelas que diría el León de Grao: Joaquín Costa