Bartolomé
Leonardo de Argensola. Rimas. Cristianismo y mitología
Pegaso
era un caballo alado que pacía en los montes del parnaso. Los dioses iban a
darle agua a las fuentes de helicón. Pegó una coz un día y por toda la tierra
brotaron los manantiales de los ríos que van a dar a la mar. En el espejo de
los hontanares de helicón se reflejan las estrellas. Júpiter ordenó entonces a
Ganímedes que bajara del empíreo y le nombró su copero. Este Júpiter romano o
padre Zeus de los griegos era un dios caprichoso de reacciones imprevisibles,
tenía virtudes pero también defectos. Las parcas tejían el paño del destino y
en sus inescrutables designios.
Júpiter
hacía lo que le daba la gana con el destino o fatum de los hombres, de los pueblos, de los animales y de la cosas.
Tenía derecho de pernada tanto con las mujeres o con las diosas y de estos ayuntamientos
nacían monstruos, o criaturas perfectas. El bien y el mal juegan al escondite a
través de la mitología pagana la cual observa no pocos puntos de contacto con
el Génesis y toda
Tenía
por costumbre violar a todas las ninfas. Por ejemplo, de uno de sus estupros
con Plota nacería Tántalo que tenía inclinaciones al canibalismo, descuartizaba
a sus hijos y se los comía. Tántalo o Cronos[1] el
tiempo que devora fue condenado al tormento de la sed y no pudo comer el fruto
del árbol del bien y del mal[2]. Un
paralelismo que guarda inequívoca similitud con la versión bíblica de la
condena por el pecado original. Sin duda, el libro sagrado fue inspirado por
dios pero parece beber en las fuentes de los dioscuros y aparte de eso en
algunos de sus capítulos se semejaba más a una novela de hazañas bélicas en la
cual bajo la mirada de una deidad olímpica y veleidosa y llena de prejuicios y
favoritismos hacia los elegidos no brilla la bondad y la ponderación del dios
de las misericordias, bondadoso y lleno de prejuicios para con los que no
fueron elegido.
Un dios materialista, exclusivista y xenófobo
que instiga el racismo y la primacía étnica del pueblo judío. Jehová viene a ser
una versión canónica de los delirios jupiterinos paganos. Esta misma prevención
debió de embargar el ánimo de algunos de nuestros clásicos que escandalizados
por el Antiguo Testamento vuelven sus ojos hacia la mitología sincretista. Esto
bien puede ser el caso de los Argensola sobre todo de Leonardo porque Lupercio
es otra cosa. Los dos aragoneses, los dos clérigos, los dos buenos cristianos
pero llenos de dudas vuelven sus ojos a la latinidad para encontrar respuestas
al misterio del ser humano que no se encuentran en los textos sagrados. La vida
es breve y el hombre bajo el yugo del destino se siente muy poca cosa.
Además
La
vida es breve y el hombre que avanza uncido al yugo del destino es bastante
poca cosa mientras Euterpe toca su flauta.
Todo
es subrepticio o bajo cuerda y obrepticio
esto es obtenido por procedimientos violentos como cuando Júpiter disfrazado de
cisne consigue los favores de Leda que traiciona a su esposo Tinodoro.
De
este adulterio nacieron los mellizos Castor y Pólux que cabalgan juntos por el
cielo. Su cabalgadura es una de las Siete Cabrillas o los Siete Bueyes del
septentrión que despliega
El
canónigo Argensola, al que debían de agradarle los capones y se daba buena vida
alternando el coro de la seo con sus estudios y excelsa escritura, empapado de
Plinio, de Plotino y de Hermes Trismegisto, nos pone en antecedentes de una
crisopeya para andar por casa al tiempo que analiza estas combinaciones míticas
con los artículos de la fe.
Por ejemplo, Trismegisto el tres veces justo y
el tres veces santo nos lleva a las conjeturas sobre el dogma de
No sufre el río Ebro márgenes ni puentes. Su
genio es conceptista, no culterano que ya llevó tras sí sus pámpanos octubre. Y
había en el Olimpo un buey coceador que tiró una patada a Ganímedes que era un
tanto presumido. Todo se vino abajo y al cabo de nueve meses nacieron niños
hermafroditas.
Llegó
la hora de los putos y de la paidofilia harto común en los albores del siglo
xvii español como lo fuera en
En
los cabildos catedralicios algunos capellanes comandaban su propio cupo de
escolanos con los que se divertían en juergas y bacanales contraviniendo el
precepto clásico de máxima puero debetur
reverentia[4].
Comían
como gochos y fornicaban como monos. La figura del lenon o alcahuete es
arropada por la iglesia bajo cuerda.
Es
frecuente que mancebías y prostíbulos en ciudades castellanas hallen cobijo al
pie de las catedrales a tenor de la vida perezosa de estos claustros relajados.
Y es que el diablo cuando no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo.
Con
frecuencia las ninfas devienen harpías y eso es verdad muy de ahora del siglo
xxi pero en el xvii donde las costumbres estaban tan depravadas como hoy se
hacía la vista gorda.
Son
pecados particulares de los eclesiásticos que a nadie importan con una
diferencia y es que a la sazón la fe tenía prelación sobre las conductas
individuales y a la cruz de la fecha es al revés.
Las
sibilas asoman su faz de bustos parlantes desde los casalicios de las pantallas
abrasadoras de la tele cantando las alabanzas del dios único que es la fuerza
del dinero, del sexo, el look y el buen parecer. Brindan sus trofeos a los
vencedores del mundo y condenan al infierno a los perdedores, los desheredados
de la fortuna. El arte dejó de rendir tributo a la estética. La armonía deviene
cacofonía y parlamento monocorde de unos cuantos encaramados cuyo discurso es
tan cansino como repetitivo.
Los
grutescos cuadros de Picasso supervalorados no dejan de ser grotescos. El arte
de Talía ha muerto. Euterpe hace gemir su arpa por las esquinas. Tersipomene
dejó de existir. Los coribantes con sus estolas recamadas de oro bendicen a las
bayaderas de gestos frenéticos.
Mi
niña quiso ser cantatriz, luego actriz y se convirtió en saltatriz. Escuchamos
las causídicas protestas de los rábulas porque aquí todo son pleitos y litigios.
Se habla de sociedades filantrópicas y enejes que han expulsado de los corros a
las almas caritativas pues la caridad es vicio cristiano y prevalece la
filantía o el egoísmo hedónico. La mitología tiene que ver con la alegoría y a
las explicaciones teologales sobre el origen de la vida y el propósito
existencial si es que alguno cabe.
Pululan
entre nosotros narcisos y narcisas preguntando al espejito mágico eres tú la
más bella de las mujeres. Nuestra moderna clase política poblada de aristarcos
caciquiles tiene que ver con el rancio establecimiento romano del quirinal.
Salgan los tertulianos, entren los
quirites. Una bacante no es lo mismo que una vacante porque aquí lo que sobran
son putas y lo que falta es trabajo y como donde no hay harina todo es mohína
los abogados tienen trabajo, nos chupan la sangre los usureros.
Leer
a Argensola promueve sorpresas incontestables como por ejemplo que la
mentalidad del español ha cambiado poco desde 1613 salvo que estemos maleando y
aun teniendo más seamos más infelices que en las décadas de los Habsburgo.
Las campanas de Velilla tañen solas a clamor
cuando barruntan un difunto. ¿Estarán anunciando la muerte de Europa? Sigamos
en el ostracismo de nuestra concha o en el petalismo de nuestra hoja. Lo menos
llevadero es el exilio interior que padeció este cura/poeta aragonés y sufrimos ahora nosotros.
Leonardo prefirió ser villano en su rincón gozando del apartamiento de una
rectoral luego una canonjía en Zaragoza[5] que
un cortesano al uso.
Nacido
en Barbastro en 1561, estudió en el seminario de Huesca y nos cuenta cómo era
la vida hispánica durante el reinado de Felipe II, estuvo a punto de embarcarse
como capellán de
El justicia mayor pues para libre Aragón
otorgó salvoconductos al prófugo y renegado traidor granjeándose la ira
filipina.
Conocedor
del árabe ayudó al maestro Utrera a catalogar los manuscritos en letra cúfica
que se guardan en la biblioteca del monasterio del Escorial. Su poesía es
sesuda de elevados entendimientos y afín al conceptismo barroco. Esta sensatez
y gravedad siempre caracterizaron al talante aragonés. Debió de ser de baja
estatura y algo entrado en carnes pero muy aficionado al mundo grecolatino. Se
lamenta por ejemplo en este verso de la dejadez que sienten sus paisanos por la
historia… con mármoles de nobles
inscripciones fabrican hoy en Sagunto tabernas y mesones. Y en sus poemas
uno de los mas famosos es el dedicado a las ruinas de
El
cristianismo heredó en la liturgia el verbalismo y la solemnidad nuncupatoria
de los Coribantes. La tiara de los obispos es el legado de la cidaria de los
sacerdotes persas. La religión predicada por san Pablo está en deuda con
aquella paganía a la que predicó el apóstol cometiendo en su ardor misionero el
de desencadenar la destrucción sacrílega del templo de Afrodita en Efeso, dando
muchas voces.
Precisamente
allí murió
Cierto
que a veces sus metáforas resultan un tanto lexicalizadas o gastadas y que con frecuencia cae en el prosaísmo
pero resulta una delicia y un consuelo volver a él en estos tiempos de crisis.
La mayor desgracia de los españoles acaso sea dar de lado a su excelsa
literatura e ignorar su glorioso pasado
Jueves,
02 de mayo de 2013
[1] Goya pintó un cuadro sobre este mito en su época negra
[2] Se trata de la misma versión del génesis. Por el pecado de Cronos su descendencia tuvo que enfrentarse al tiempo, a la muerte devoradora y a los trabajos forzados.
[3] Las mozas de Villalón dicen que no beben vino y debajo del refajo llevan el jarro escondido
[4] Se debe respetar siempre a la infancia
[5] Vive ignorado de la fama que más vale morir plebeyo viejo que príncipe joven, nos recuerda en uno de sus versos