2022-01-19
en el pentogono se lo piensan dos veces una guerra con Rusia supondría enfrentarse a China y a la India a Iran y a Siria. El mundo podría arder. a tecnica de labor de zapa seguirá siendo mediante revoluciones de terciopelo en las repúblicas ex soviéticas pero la política de tiros por la culata puede ser un misfire
ACERCAMIENTO RUSIA ALEMANIA
La tensión ruso
germana parece desinflarse con la visita al Kremlin de la titular de Defensa
del nuevo gobierno de Berlín. Los ortodoxos celebran a esta fecha el bautismo
del Salvador. Se apagan las luces del árbol de Noel y los moscovitas se
sumergen en el hielo de piscinas heladas. ES LA FIESTA DE LA PUREZA “CHISTITIE”.
Limpiemos nuestras almas a 79 años vista de cerco de Stalingrado. Sólo los
bocazas pueden bendedir la sangre mientras los rusos se lavan las almas en el
Jordán recordando el bautismo de Jesús.
Lavrov al que llaman
el Kissinger ruso templa gaitas y desinfla tensiones. Rusia se las tiene tiesas
y aguanta todo según un viejo proverbio del país.
Creo que el Pentágono
se lo piensan dos veces. Una escalada de la OTAN en Ucrania supondría no tan
sólo el enfrentamiento de las potencias del eje otaniano con Rusia con la India
y China este ultimo el país más poblado en el mundo.
En España mientras
tanto nos rendimos a la ignorancia de esta grave tensión política mundial con
nuestros baladíes enfrentamientos de patio vecindad y el rastrero y genuflexo
ministro de Exteriores del Chulo de la Moncloa yendo a Washington que esta
España “”comunista” está dispuesta a limpiarle las botas y el culo si es preciso
a los norteamericanos.
¿Mandaríamos nuestros
soldados y nuestros aviones a ser carne de cañón de un conflicto cuyas proporciones
casi se desconocen y es mejor no pensar? ¡Qué irresponsables¡
¿Irían los soldaditos
de Maggy Oaks doña Margarita Robles, la de los papos caídos, a tirar tiros
contra los rusos?
Ella no mandaría a sus
hijos porque es solterona. Por de pronto Alemania ha sentado un ejemplo yendo a
Moscú a ofrendar flores a la memoria de los soldados que cayeron en Stalingrado
muy cerca de Kiev.
Aquí los belicistas los tontos útiles de la
COPE, el Exposito ese al que llaman Julio Cesar un trepa enchufado por su
padre, del País y de la media en
general no se enteran. Y ah tenemos al pyreso Jauregui el más necio de nuestra
cuadrilla de tertulieros dándole giros a la cometa, contando nubes y escrutando
el sexo de los ángeles. A España se la escucha con oídos que no orejas inanes.
Con esta gentuza España se ha convertido en una república bananera. Un fascismo
en guisa de demócratas de toda la vida. Fue el gran error del caudillo Franco
que nos legó esta pecorea de sabandijas y de sapos
LA MUJER DE LA LIMPIEZA
Llegaba
a eso de la media tarde. Tenía los ojos grandes e indagadores y era fea quizá
por eso la había dejado su marido. Cuando hablaba siempre decía algo
mortificante y era analfabeta pero en punto a malicia una superdotada. Hay seres
humanos que por posesión diabólica o lo que fuere parecen haber nacido sólo
para traer la desgracia y la discordia a este mundo y Promisoria que así
llamaban a la ínclita pertenecía al cupo de mujeres malas sin ser lo que se
dice prostitutas que si putas fueren al menos tendrían alguna capacidad de amor
que ésta ni eso. Mal pensadas suspicaces y que consideran que el hombre es su
enemigo. Ya la tienes ahí en eso una mosca cojobera y no sabía como reaccionar
ni que decir. A lo largo de su vida se había encontrdo con este tgipo de
señores a las que les caía mal sencillamente. El mundo es imperfecto. Era el
dia de san miguel y pasó inquieto todo el fin de semana. Se fue Mardelo. Un
pajaro que abandonaba el nido. Su marcha le dejó una sensación triste y elos
ojos grandes almendrados inquisitivos de Promisoria le perseguían. No le
dejaban conciliar el sueño. Tenía que callar. Había colocado un posit en un
angulo de su ordenador con una frase del Eclesiastés escrita: Canta et sile.
Canta y ten silencio. Tal recomendación quizá les hiciera bien a los monjes
pero él no era un monje. Dios le había enviado aquellos trabajos de encontrarme
medio exilado en su propio país y en su trabajo donde no exití compañerismo de
ningún tipo y era todo el egoismo. ¿Qué
habré hecho yo para merecer este castigo? Se preguntaba con cierta frecuencia y
parecía qwue la mente se le bloqueaba y tenía ganas de comer y deseos
irreprimibles de fumar. Tenía que agarrarse a algo y notaba cómo la hierba le
crecía bajo los piés. Que le faltaba el aire y los asideros. Escuchaba y le
parecía estar protagonizando una novela que él había escrito hacía bastante
tiempo. Estamos solos en el universo y todo este absurdo formaba parte de una
conjura. Estaría volviendose loco? Promisoria, Promisoria. La voz de una de las
guardiesas del edificio que parecía la casa donde no se come ni se bebe un
edificio kafkiano porque erl novelista checo no ha muerto y habita entre
nosotros a través de la conjura de sus libros que nos recuerdan que estamos
siendo sometidos a procrdo y que vualquier días de estos nos vamos a volver
escarabajos llamaba a media tarde dfesde el descansillo.
-Propterea, Propterea.
La
otra se hacía la sorda pero al fin de mala manera contestaba:
¿-Qué?
Aquellas
voces estentoreas lejanas y estridentes pues la guardiesa tenía la voz fea. Era
retaca y algo hombruna siempre en paqntalones le recordaba el maullido de los
gatos en celo. Quen sería el bujarrón y quién el bardaje? Ahorfa parece que
vale todo
DEL REY ABAJO NINGUNO CÓDIGO DE HONOR DE LOS VIEJOS ESPAÑOLES. EL EMERITO EL HIJO LA FRIEGA SU HIJO Y EL CHULO LA MONCLOA ME LA REFANFINFLAN
CENTENARIO
DE FRANCISCO DE ROJAS. DEL REY ABAJO NINGUNO
Antonio
Parra
El honor,
la honra, los celos hasta los cielos, violencia de género, malos tratos, vejámenes,
la maté porque era mía etc., un tema actual pero que en realidad es tan antiguo
como el mundo y que sería venero de inspiración para el gran teatro de nuestro
Siglo de Oro. Lope de Vega lo acomete poniendo a contribución toda su
carpintería escénica. Lo perfecciona Calderón pero el género alcanza su
apoteosis dramática en un autor que ha pasado por segundón y cuyo cuarto
centenario se conmemora este año: Francisco de Rojas Zorrilla (1607-1648).
Nacido en Toledo murió en la Villa y Corte a mano airada. Entre medias, una
mujer y un marido engañado. Hay un estro profético en la buena literatura. A
veces los vagos presentimientos, ese quid divinum e inefable del genio, que se
pergeñan en los libros se trasladan a la vida real en hechos concretos y Rojas Zorrilla perdió la
vida de la misma forma que uno de sus
personajes: don Mendo el antagonista de su famoso drama “Del Rey abajo ninguno”. La trama es muy sencilla: el honrado
labrador García del Castañar- presentación- que toma parte en el asalto a la
plaza de Algeciras es recompensado por Alfonso XI con un mayorazgo.
El rey o
alguien que se hace pasar por el monarca va a visitar al vasallo, retirado a
sus posesiones, a su aldea donde pasa su modesto vivir, ni envidiado ni
envidioso villano en su rincón, en la paz del campo, ajeno a que tan alta
visita iba a traumatizar su existencia al completo. El labrador honrado como es
natural lo agasaja con hidalguía pero al parecer el invitado abusa de su
hospitalidad. He aquí que una noche ve salir de los aposentos de su esposa a un
caballero que llevaba la banda (una especie de estola cruzada que era el distintivo
de la dignidad real entre los monarcas castellanos) regia. El marido burlado
sale en pos del intruso pero no es capaz de alcanzarlo y quiere matar a su
esposa que se acoge bajo la jurisdicción de Alfonso XI en Toledo. Aquí viene el
nudo de la cuestión: los sentimientos encontrados de Rodrigo entre la lealtad
al soberano – y entonces se consideraba a la monarquía institución de derecho
divino, por lo que el rey tenía potestad sobre las vidas, cuerpos y haciendas
de sus súbditos, el derecho de pernada incluso- y lavar la mancha inferida a su
honra pugnan entre sí. Asistimos a la cumbre dramática del “pathos”
Realizadas
las debidas pesquisas ( aquí viene el desenlace) , el marido engañado descubre
que el burlador de su mujer no era don Alfonso sino un tal don Mendo que se
había hecho pasar por el rey,
colocándose su divisa o la insignia real para acceder a los aposentos de doña
Blanca. La pobre señora, tratándose del monarca absoluto, no se podía negar a
sus halagos. He aquí otro dato curioso: en el paroxismo del absolutismo muchos
maridos se sentían halagados en consentir el acceso carnal de su esposa con el
soberano y es por esto por lo que a Felipe IV se le llegaron a contabilizar
hasta ochenta vástagos naturales. Y estamos en España, la tierra del honor
calderoniano, oiga. Un país enigma. Rodrigo va en busca de Mendo lo desafía y
lo mata y con la espada tinta en sangre se presenta ante Su Majestad y recita
los famosos versos que sirvieron para caracterizar el aferrado temple
castellano:
-“En
tanto mi cuello esté
Sobre mis hombros robustos
No he de permitir me agravie
Del rey abajo ninguno”
Famosa
frase que hizo raza pero la honra ¿Dónde la tenemos los hombres? En las partes
blandas, por lo visto. No es una creencia cristiana. Se trata de un concepto germánico
que imperó entre los pueblos al otro lado del Elba y de ahí pasa a Roma. Los
nazis la incorporan a su vocabulario con su Blut
und Boden. A fin de cuentas no deja de ser un contrasentido que los hombres
tengan que ser responsables de los desvaríos, en cuanto personas libres, de sus
mujeres o de sus adoradas, pues son ellas las portadoras de honra y la
transmiten a través de la sangre. No es más que una hipótesis pero en muchas
partes se admite como un dogma. Va contra el libre albedrío.
Entre los
semitas no se puede reparar la ofensa sino meditante la muerte del culpable.
Para los musulmanes mancillar el honor
de una mujer se considera una catástrofe familiar y todo el clan ha de acudir a las armas, un atavismo que se
encuentra también entre los gitanos; que sólo saben lavar el honor a puñaladas.
Los turcos matan a aquellas mujeres que son
forzadas, ora consintientes, ora refractarias. Y los judíos dilapidaban a las
putas. Fue Cristo el que las rescata. El que esté limpio de culpa que tire la
primera piedra. Y esta frase pronunciada en latín culmina el apoteósico tercer
acto de la tragicomedia Divinas Palabras,
todo un monumento a la literatura
castellana de Valle Inclán el as de nuestros escritores modernos –siempre
genial y a la contra- y cuya grandeza frisa a la altura de Quevedo y de
Cervantes.
Más moderno, don Ramón el de las barbas de
chivo el corazón esponjoso y los ojos miopes, pecador y católico se enfrenta a
esa idea de la honra y de los crímenes pasionales eje de marcha de gran parte
de nuestra dramaturgia y nuestra novelística, cuando hace pronunciar a un ex
seminarista, marido engañado y borrachín, y seguramente una proyección biográfica
de sí mismo porque Valle llegó a ordenes menores en el seminario de Santiago,
una sentencia de absolución a la pecadora aunque en ese gesto le fuese la honra.
También don Ramón era aficionado a los vapores báquicos, fue bohemio e infeliz
pero nadie ha sabido insultar con tanto garbo a los imbeciles como este gallego
maestro de la sintaxis y la cadencia.
Ceceaba pero su lengua era una auténtica
navaja y le dejaron manco por cantar las verdades al lucero del alba. Aquí
rebana los clásicos por boca del sacristán engañado, Pedro Gailo que llega a
rescatar a su mujer la pobre Mari-Gaila pisándose la sotana (y los cuernos,
como alguno canta) de las garras de sus verdugos, el pueblo fiel, la gente
decente y de buenas costumbres. Muy católico pero cruel, que tuvo a gala el
auto de fe para quemar herejes y esparrancar su saña contra la mujer caída.
Siempre pegan en el más infeliz. Las grandes cortesanas del país se van de
rositas. Qui sine peccato est vestrum, primus in illam lapidem
mittat. Divinas
palabras que absuelven y perdonan. Divinas palabras en latín. Y no son un
latinajo, como algún buitre maligno envidioso poltrón y emulador nos pueda
echar en cara, sino una frase redentora. Pocos entenderán este lenguaje de
perdón. Están encastillados en su insolencia y en su vulgaridad. Por otra
parte. Es posible que el centenario del Rey
abajo ninguno pase en inadvertencia. Aquí lo que manda es Shakespeare.
Y el inglés es muy grande pero a veces resulta
un coñazo y aburre a las ovejas. Uno personalmente encuentra más solaz en los
versos bien cuadrados, de los que dice don Marcelino M. Pelayo que frisan la
perfección al borde entre la ternura y el deber trágico, de este Francisco de
Rojas Zorrilla que no nació en Strafford upon Avon. Era toledano. Uno de la
provincia del bolo y al que pudiera catalogarse por la buena hechura de sus
argumentos en las comedias de atadero y la facilidad versificadora el “Cisne
del Tajo”. Los temas de los que escribía hace cuatro siglos mantienen una
actualidad perenne: la problemática de las relaciones de hombres y mujeres, el
orgullo de casta, la lealtad al rey y a las instituciones. Las lenguas del
mundo que cuentan lo que pasa y a veces lo que no pasa, siendo el hilo
conductor de muchas tragedias familiares y de que se deshagan muchas casas.
Y enfoca
la problemática desde el ángulo de vista de un español total. Claro. Rojas era
de la provincia el Bolo. Y caballero en Madrid al que mataron en una emboscada.
Su corta y fecunda vida fue también una comedia de capa y espada. Y su vida y
su obra inspiraron a Valle Inclán para llevarle la contraria. “Tendrás honra si
la matas”. “Sí, honra y cadena de cárcel”. Pedro Gailo es la antitesis del
calderoniano Pedro Crespo. No se considera un alcalde de Zalamea ni un don García
de Castañar. Prefiere un caneco de aguardiente y cantar latines a salvar el
mundo. No es un caballero sino un pícaro a la moderna que lleva una existencia
sórdida entre titiriteros y fue un titiritero el que fornicó con Mari Gaila
según el tieso y repulido lenguaje valleinclanesco.
En cierto modo don Ramón presenta a un héroe
mucho más heroico y si se quiere más cristiano en su abnegación que el del
cliché calderoniano. Marañón parece darle un poco la razón cuando afirma que el
enaltecido don Juan tan señor de su casa e irresistible a las mujeres resulta
que era algo marica. Siempre a vueltas sin salir del laberinto. El machismo es
una aberración contra la mujer como también puede serlo el feminismo a ultranza
de esas reviragos que el otro día coreaban cerca de los leones de las cortes
que les miraban un poco asombrados la canción guerrera del “ista, ista”.De donde
saldrían las corifeas?
-Ni se
sabe. Pero vive dios que eran coro y eran feas.
Y esto,
señoras, no es una guerra. El hombre y la mujer no tienen porque enfrentarse en
las trincheras ni hacer de los dormitorios un territorio de combate o las
relaciones conyugales un campo de batalla, tal vez tengan que complementarse y
leer un poco más a los clásicos. Digo yo que soy periodista.
-Ista,
ista.
-Cállense
por favor. Taceat Mulier in sinagoga. El dicho es de san Pablo.
-Pero
Emeterio en que país vives. Me parece que no van a hacer ni puto caso.
-Todo se quedarían
exhortaciones y reprimendas. Por lo menos si repusieran la obra “Del Rey abajo ningún”
en algún corral de comedias lo pasaríamos pipa amen de honrar a Rojas en el
cuarto centenario de su orto.