TESOROS BIBLIOGRAFICOS
DE LA CATEDRAL DE SEGOVIA
Mis enemigos me acusan
de vivir en el pasado, yo tengo un pasado presencial porque la historia va
detrás de las ideas a la cual predicen y no postergan. Vivo en el presente sin
olvidar lo que dejamos atrás. La historia es maestra de la vida.
Es el cornisamento de la arquivolta los
pliegues y circunvoluciones del ir y venir. Hace unos cuantos lustros y de la
mano del archivero don Hilario Sanz un sacerdote de feliz memoria me perdí en
el abismo que guardan los fondos seculares del Tesoro Cardenalicio. La iglesia
siempre propuso el arte como una palanca de mejora de las costumbres y
elevación de las conciencias mirando al cielo (filocalía) alejándose de las
cosas rastreras de la tierra. La pintura y sobre todo la música son la medicina
del alma. Encontré “Vergel del consuelo
filosófico” de Boecio inscrito en catálogo el 21 de febrero de 1497 embonada
con piel de carnero tapas de fierros mudéjares.
El Liber Decretalium del papa Bonifacio
VIII.
Tractatus
de judiciis et tortura reorum mortis de Bruno San
Severino. Son suplicios que hoy están excomulgados por su fuerte implicación
medieval. Eran frecuentes en los pasados siglos. Ahora bien, los hombres siguen
torturándose unos a otros psicológicamente
Manual de los
sacramentos de la iglesia segoviana. En el rito segoviano quedan desinencias y
oraciones litúrgicas procedentes del antiguo misal hispano visigóticos que
algunos denominan mozárabe.
Un incunable De antiquitate judeorum por Flavio
Josepho. 1380
El
libro de los acueductos por Sextus Francus.
La
Santa Hermandad disposiciones disciplinarias, obra con data fundacional
de los que llamaban mangas verdes 1486. Se cree fuera su autor el duque de alba
Fernando Álvarez de Toledo.
De
vita beata obra del alumbrado Juan de Lucena 1483 en el que
se incluye un dialogo entre Juan de Mena el marqués de Santillana y el converso
Alonso de Cartagena recién bautizado y preconizado arzobispo de Burgos. Libro interesante
puesto que exalta la preeminencia del cristianismo sobre las otras dos
religiones monoteístas. Pablo Santamaría antiguo cohén o alcalde de la aljama burgalesa y recién convertido
escribe el prologo.
Alonso de Madrigal
todas sus obras que ocupan diez estantes. Incluye los escritos de este fraile
dominico que llegó a alcanzar la mitra de Ávila sobre san Mateo año 1491 y El veto contra los judíos tridentinos o
padres que hablaron en el concilio de Trento a favor de los conversos”.
Obra bellísima fue (yo
lo tuve en mis manos) el misal del obispo Arias Dávila. Los misales y
devocionarios personales eran muy apreciados en la Edad Media.
Petrarca tiene un
libro en estos plúteos venerables del cabildo segoviano: “De remediis utriusque fortunae” que se tradujo al castellano como
tratado sobre el tiempo de tribulación.
Sin consultar estos
libros no se puede entender el tiempo de los Trastamara con la importancia que tuvo
Enrique IV el rey segoviano protector de las letras y las artes al cual tanto
calumniaron los nobles conversos.
Hay un libro de
medicina que trata sobre pandemias “De preservatione
et curatione pestilentiae 1499 por Petrus Pintor. Si se reeditase a día de
hoy lograríamos un bestseller.
El obispo de Astorga y
de Segovia Ruiz de Medina, publicó una loa al papa Alejandro VI.
Teología
Naturalis de Sabunde libro condenado al fuego por la
Inquisición pero que la catedral de Segovia preservó un ejemplar. La Vida del anima del mismo autor fue puesto en el índice por el inquisidor
asturiano Fernando Valdés.
Paulo de Santamaría (Salomón
Ha Levi) escribió Escrutinio de la
Escritura. Después de abrazar el cristianismo y de renegar del judaísmo
alcanzó la mitra de Burgos
En el folio 170 se
guarda un grabado del escudo del obispo Arias Dávila, preceptor de Juan II y hombre
muy principal. Fue el primer español que echó mano de la imprenta para publicar
los Sinodales de Aguilafuente en 1478. Moriría en Roma adonde viajó para
obtener el respaldo pontificio del papa en las luchas que hubo entre los
linajes segovianos de cristianos viejos y conversos.
De Giacomo Savonarola consta
un texto “Triumphus crucis”. El
dominico moriría en la hoguera por su enfrentamiento con el Vaticano.
El sinodal de Aguilafuente
se celebra en ese pueblo segoviano la semana primera de junio de 1472 durante
el pontificado de Juan Arias Dávila el obispo judío que quiere reformar su
curia. Los sinodales imparten normas para el clero sobre el recato y modestia
de su vestimenta. ”Que no se fagan
juegos de cañas ni haya cosas deshonestas en los atrios parroquiales por
Navidad”.
Los curas han de vestir sotana y llevar tonsura.
Que arda dentro de los templos la lámpara del “·Corpus Dei”. Un sacerdote no ha
de portar armas ni encastillarse en pendencia. Una norma que no cumpliría este bien
obispo.
La torre de los Arias Dávila
es una de las más señeras de la ciudad y desde ella se defendían sus partidarios
para dirimir diferencias con los Bravo y los Coronel, alcurnias segovianas de
prestigio y también de extracción conversa. Que se llevaban mal. Eran luchas intestinas
por el poder. El merito de estos sinodales es que se trata del primer libro impreso
en España por un tal Johan Paris un impresor ambulante que recorrió castilla
cargado con sus cajas de tipos y sus chibaletes. Puede decirse que la letra
impresa nació en Segovia y que nos marca un poco a los segovianos no sé si para
bien o para mal. La textura del sinodal es papel agarbanzado fuerte y verjurado
adornado al frontal de los capítulos con culos de lámparas y motivos ornitoideos,
zoográficos y antropomórficos.
Otras perlas reseñables
en depósito son la Vida de Jesucristo
de Cisneros, la “Historia de Nuestra Señora
del Henar” por Baca de Haro, el “San
Frutos” de Calvete obra de 1610 en la cual se escribe que Segovia fue
fundada por Hércules y cristianizada por un obispo visigodo san Hieroteo. Hay
un método racional para curar sabañones, un Fray
Gerundio del Padre Isla y por supuesto el Dioscórides de Andrés Laguna obra en que me he basado yo para atisbar
en este médico segoviano la autoría del Lazarillo de Tormes que él no quiso revelar
por miedo a la inquisición dado su estatus preeminente como médico del
emperador Carlos V,
Cítennos por fin un
San Miguel Arcángel escrito por un fraile exaltado que llama al divino Miguel
protector de Iglesia y Sinagoga “Alcides del Cielo”.
La biografía de Sta.
Teresa de Jesús del padre Francisco Rivera natural de Villacastin que data de
1590. Los jesuitas fueron los postulantes del patronato y protección sobre España de la mística
doctora en detrimento de Santiago. Las dos Españas siempre blanden sus espadas
incluso por las cuestiones más nimias y menos relevantes. Un franciscano Alonso
de Espina publica una invectiva “Contra Judíos” (seguramente era otro exaltado
converso) en 1511
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