PEDRO
GARCÍA SUÁREZ AUTOR DE LEGIÓN 1936
A mí la legión este es
uno de esos pocos libros que te hacen vibrar que sientan pauta y abre escuela
dentro de una imperfección novelística que resulta perfección. La escribió
Pedro García Suarez de un tirón entre ceniceros llenos de tabaco a la luz de un
flexo y a lápiz. Fue un best seller en 1943 cuando su autor recién llegado de
la guerra y mutilado la escribió en horas arrebatadas al sueño consumada su
jornada laboral. Su padre fue fusilado por la horda que arrasó el palacete
indiano en que moraba la familia.
García Suarez venía de
una aldea próxima a Luarca y estuvo conectado con el grupo de escritores
falangistas o carlistas como Evaristo Casariego que fueron purgados por el régimen
franquista a causa de sus ideas avanzadas. En el caso del autor de “Legión”
implicaban la revolución social.
Desdeñaban tanto a la
derecha comodona y cobarde de la Ceda tanto como al Frente Popular. Ambas facciones
estaban integradas por señoritos. “Luchamos para acabar con el hambre, el
analfabetismo, la incultura, ignorancia y la opresión. Objetivo: la creación de
una España nueva alegre y en paz”.
Por eso se alistó en
la legión. En círculos eclesiales no cayó bien por sospecha de nociones sicalípticas,
puterío, palabrotas.
Le pasó lo mismo a
Eugenio García Serrano cuya “Diario para un macuto” fue prohibido a instancias
del primado de Toledo Pla y Daniel. En desafecto con el sistema se fue a México.
A otro escritor asturiano Faustino González Ayer le pasó igual, según me
contaba cuando íbamos paseando por Manhattan de caballero legionario pasó a ser
un jodido cojo.
Él me habló de la
persecución sorda de que fueron objeto aquellos próceres que después de ganar
una terrible guerra entregaron la cuchara y se largaron. El luarqués emigró a México
y no volvió a escribir, nunca más se supo de él.
Los historiadores de
la literatura de posguerra como Martínez Cachero en su libro sobre la
novelística contemporánea lo ignora, pero Pedro García Suarez se manifiesta en
este libro que a mí me parece un canto a la legión uno de los grandes literatos
que ha dado al mundo la Villa Blanca que siempre fue sede de buenos narradores.
Surgen personajes inolvidables
como el servidor de una ametralladora en los combates de la Universitaria que
le faltaban dos falanges en los dedos lo que no le impedía manejar la “tartamuda”
con suma habilidad.
Describe el ambiente de la Ciudad de Málaga
con una emoción que trasciende de sus paisajes sus gentes el habla. Si Palacio
Valdés sabe interpretar el genio de Sevilla mejor que nadie, he aquí que este
asturiano capta la belleza de esas tierras al sur cuando se pasea por la
malagueña calle Larios.
Dos asturianos haciéndose
cargo del sentido del humor andaluz que es diferente e hiperbólico, más que el de Oviedo
tan sutil, nos hacen reír. Los temas clave de este libro son el amor y la
muerte. Analiza el por qué los legionarios se proclaman novios de la muerte. Bajando
el pistón y en otra escala vienen el vino y las mujeres. Ya lo dice la copla:
A
la legión le gusta el vino
A
la legión le gusta el ron
A
la legión le gustan las mujeres
A
las mujeres les gusta la legión
El libro está dedicado
a Millán Astray fundador del Tercio “que nació tres veces; la última sin un
brazo y sin un ojo”
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