2021-12-10

DOÑA URRACA Y LA VIOLENCIA GENERICA. LA INFANTA PEGÓ LA ESPANTADA Y NO CONFORME CON LA HIJUELA AMENAZA A SU PADRE CON METERSE A PUTA

 DOÑA URRACA EN SU TESTAMENTO


A LOS MOROS POR DINERO Y A LOS CRISTIANOS DE BALDE


Mal andan las cosas entre los géneros declarada ya como es la guerra de sexos al grito de muera cristo y viva luzbel todos los días matan a una todos son gimoteas campanas a en mediodía consistoriales y si te he visto no me acuerdo pero disyunciones al margen esto del hombre y la mujer es algo tan viejo como el andao pa lante. Mucha es la pena que  siento al pesar de que todos estos uxoricidios se muestran provocados  por la mano  negra que mece  la cuna  ay dolor. El grito  de dolor de la infanta de Castilla que dice la historia era ligera de cascos continúa resonando. Urraca no estuvo conforme con las albaceas testamentarias del buen rey don Fernando I que legó a Sancho Castilla, León para don Alfonso y Galicia para don García, a doña Urraca una triste ciudad sin importancia la bien cercada por un la cerca el Duero y por otra Peñatajada no se gana Zamora en una hora. 

Como es natural y siguiendo la tradición castellana donde se suele escuchar lloros y haber  golpes por el reparto de herencias. Castilla no es tan gentil como dicen por estar tocadas de rivalidades fratricidas pues doña Urraca que ya había tenido lo suyo o sus mas y sus menos con un conde puso el grito en el cielo-

 El Cid va a sacar la cara por ella echando en cara a don Fernando su falta de generosidad  señor perdona no has de pasar de la raya tu misma sangre persigues y tu misma sangre derramas vuelvete piadoso y contempla tu viejo padre en la cama de tus hijos rodeado rindiendo al  cielo el alma y entrar entonces Urraca tendido al pecho el cabello bañada en llanto la cara morir queréis mi padre san Miguel os haya el alma a san Miguel y Santiago la tenéis encomendada  y se queja y a mi por ser mujer me tenéis desheredada siendo padre vuestra hija siendo de Castilla la infanta habré de ir por la tierra como una mujer errada y a los moros por dinero y a los castellanos de gracia. Y dice el rey: callades, hija callades, no digáis tales palabras que la mujer que lo dice merecía ser quemada y allí respondiera el rey  con tiernísimas entrañas dando aljófar de los los ojos a la plata de las canas que allá en Castilla la Vieja un rincón que se me olvidaba Zamora tiene por nombre Zamora la bien cercada por un lado la cerca el Duero por otra Peña Tajada quien vos lo quitare hija mi maldición le caiga y al que de mi testamento no obedeciere las mandas la vida le sea arrebatada.               

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