2022-11-27

TIEMPO DE NAVIDAD AUTOS SACRAMENTALES DE JOSÉ DE VALDIVIELSO

 Autos de Navidad

Asoma la navidad por el horizonte por san Andrés la nieve en los pies. Refranes que no fallan de nuestra sabiduría popular. Villeguillo el hombre andaba un poco de capa caída, pues los últimos acontecimientos y los que anuncian las radios macutos nacionales no son para ponerse a bailar tangos. Dios proveerá. Le agarró un catarro y no dejó de toser toda la noche, ya anda un poco recuperado pero con pocas ganas de escribir. Pero tiene que escribir, es justo y necesario para pasarles a eso la pluma por el pico. Es terco como un aragonés y no de los que se rinden jamás. 

Todo un numantino.  Huye hacia los hontanares del recuerdo y precisamente ahora que los mercachifles del sistema se han puesto a pregonar gangas por el  Black Friday Villeguillo recuerda que es tiempo de navidad y le vienen a los pensamientos aquellas veladas y filandones de su infancia castellana. Echaban comedias en el enlosado de la catedral y los mozos y las mozas de la localidad se subían al carro de Tespis. 

Un auto sacramental es una obra teológica amenizada por música de zampoñas, chirimías, deligos, el baile de la chacona, jácaras y andorgas. Rock and roll para aquellos tiempos del siglo, XVI cuando en España hasta las verduleras sabían teología. Los personajes de estas comedias eran ideas metamorfoseadas en seres humanos Que respondían al concepto utópico de la religión: el Engaño, la Fama, la Culpa, la Carne, el Deleite, Luzbel, el Ángel etc. que se expresaban muchas veces cantando en metros tan populares como quintillas, redondillas, romances, solos y sueltos. Todos los autos sacramentales terminaban con la derrota del Mal y el triunfo del, Bien gracias a la sangre derramada por Nuestro Señor Jesucristo en la cruz. El más insigne cultivador del genero fue don Pedro Calderón de la Barca, pero el más eficaz, maestro e introductor del género en el teatro español después de los intentos que otrora pulsara Lope de Rueda fue José de Valdivieso.

 Este era un cura toledano que se vino a Madrid como capellán de la iglesia de San Sebastián.  Cuando yo trabajaba en la calle de la Magdalena cruzaba la del Olivar y me introducía por el portalón que da a la recta de Atocha, oía misa y veneraba su tumba.

 Tuve la suerte de terminar mis días laborales en aquel Madrid tan literario, cerca del huerto de Lope, la casa de Cervantes. Creo que fui un privilegiado de los dioses. Valdivieso con sus autos nos enseña el verdadero sentido de la navidad en el más estricto sentido cristiano, católico y universal, lejos de los estragos de la gula, el consumismo y los pascueros de Dickens y papa Noel.

 ¡Qué contrasentido honrar con todo lujo y riqueza al que nació en una cuadra! Hoy empiezo a leer los cuadros más sentidos de Valdivielso. Adjunto dos de sus dramas mayores: "El hospital del Nuncio" y la "Serrana de Plasencia". Esa obra no tiene desperdicio en un tiempo de aguerrido feminismo. La protagonista es una ninfa, mata hombres que cruza los montes de Cáceres "con la honda a la cintura y terciada la escopeta ha pasado un soldadito licenciado de la guerra, etc." porque la individua los cazaba como si fuesen gamos, los llevaba a su cueva, les daba de cenar opíparamente y luego se los follaba. Pero hubo uno que le salió rana, se le escapó. Monta en cólera y va tras de él. No consigue alcanzarlo. "Vuelve soldadito vuelve por tu montera" "No, señora, no me vuelvo mis padres que son muy ricos, me comprarán otra nueva" y el soldadito salió de naja. 

En la cueva aquella eumenide no pudo ensartar su calavera. Es el mito de la devoradora de hombres NINFOMANIACA. Nuestro teatro clásico como nuestro refranero no fallan a la hora de pronosticar el tiempo que hará mañana y aspectos de la condición humana. Algunos quieren ponerle puertas al campo y darle la vuelta a la historia. Que las mujeres dejen de parir y se vuelvan empoderadas. La política española está llena de serranas de la Vera.

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