2023-04-24

 

SECCIÓN FEMENINA y LILI ALVAREZ INTRODUWERON EL FEMINISMO EN ESPAÑA


"La mujer es la hechura del hombre" expresa Lilí Álvarez 1905-1998 campeona de Tenis (en Wimbledon la llamaban Spanish señorita) la raqueta, el esquí, las bolas de billar y también la pluma — sus libros son un tratado de mística en defensa de las mujeres que pertenecen al Cuerpo Místico de Cristo y fueron relegadas durante siglos por una iglesia católica obsesionada con el sexto mandamiento. Su destino era la cama, la cocina, la rueca, los críos y la iglesia. Y todas a hacer vainica. Recuerdo que escribía en el ARRIBA periódico, mi padre traía a casa. Yo leía sus enjundiosos artículos y en rotativo de la Falange sostuvo una polémica con el Padre Llanos antes de que se hiciese comunista aquel buen jesuita. Entonces, como filosofo rancio, despotricaba contra la costumbre de las féminas de ir a misa con manga corta, sin medias y escotes llamativos. Amiga de Pilar Primo de Rivera la sentó muy mal que el reverendo hijo de san Ignacio adalid del nacionalcatolicismo que se metiese con las señoras del Ropero que iban a Vallecas y al monte del Tío Pío a dar paz, vestir y calzar, arreglar mal avenidos matrimonios de la pobre gente del suburbio. Luego Llanos se fue a vivir al Pozo del Tío Raimundo y el portaestandarte del nacionalcatolicismo devino gran capataz de los curas obreros. Cosas veredes dijo Agrajes.

Lilí era una señora guapa que ganó varios campeonatos de Wimbledon y llegaba siempre a la meta en las competiciones en la nieve de Saint Moritz. Un dominico el P. Holgar escribió un libro contra doña Lilí, al hilo de la publicación de su opúsculo feminista "En tierra Extraña" acusándola de antipatriota y unas cuantas cosas más. Ella le contesta con "El seglarismo y su integridad" una obra densa, muy bien escrita, que acabo de leer. Pero todas estas razones y sinrazones son agua pasada para mí al husmo de una cuestión sin aparente solución: las diferencias entre laicos y personas consagradas. Los curas y las monjas son católicos de primera división, mientras los laicos cristianos de segunda categoría. Han de estar callados como en misa. Lo monástico y lo seglar no constituyen una antinomia. El monje tiene las cosas más fáciles pues económicamente se siente respaldado por la Regla


continuará 

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