PERPETUO
SOCORRO
Es la Virgen bizantina cubierta con el velo la cabeza inclinada el niño Dios en sus regazos y ojos inexpresivos que miran a la eternidad, la Virgen del Socorro y yo nací en la judería vieja cabe la puerta del perpetuo socorro una de las siete con que contaba Segovia. Siento hacia ella una devoción especial, está a la cabecera de mi cama, miro al levantarme y al acostarme. Se trata de un icono milagroso pintado por san Lucas al que un mercader trajo a Roma desde Constantinopla para librarla de los iconoclastas. Madre del Consuelo, a ti llamamos y suspiramos, creo que este cuadro milagroso fue el escudo que desvió muchos dardos contra mi pecho y me libró de muchas desgracias. Fue el mejor detente bala.
En Roma la llaman Señora del Pueblo Romano y su devoción cundió a través de la orden de los Redentoristas por todos los ámbitos del orbe cristiano.
Se la invoca en guerra, enfermedades, catástrofes y peligros. Es la gran intercesora, la gran mediatriz el baluarte de nuestra fe.
El perpetuo socorro es el nexo que une a las iglesias de oriente y occidente. Salus populi romani, salvación del pueblo romano, invoquémosla para que salve a Rusia y Ucrania.
El otro día vi su retrato sobre el pecho de un soldadito ruso
de infantería y eso me emocionó
jueves, 27 de junio de 2024
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