2024-04-03

 

EL MEJOR JUGADOR DE FUTBOL DE TODOS LOS TIEMPOS FUE GEORGIE BEST

   







LLANTO POR GEORGY BEST

Antonio Parra

Oh, Georgy Best, you were the bestEste es mi llanto por el que seguramente ha sido el jugador de fútbol mejor de todos los tiempos. Su entierro ha tenido categoría de acontecimiento nacional. Con él se ha inhumado no sólo al icono de una nueva generación sino también toda una época. En Inglaterra - estuve siguiendo las noticias que llegaban desde Londres después de su muerte a través de la tv y de los tabloides- la figura de este mito destrozado del Ulster encontraría en España un parangón semejante con Manolete y con Joselito. Puro furor celta. Creo que su nombre unido al de la leyenda será esparcido por el viento en baladas y canciones y los bardos le dedicarán composiciones; me imagino a una banda de gaiteros irlandeses dándole el último adiós en una mañana brumosa y gélida del día de San Andrés. El viento de los Highlands guardará su memoria al soplar sobre los acantilados del condado de Antrim.

 La asistencia a las exequias ha tenido que ser reducida a un cupo estricto de invitados por las autoridades en evitación de motines y avalanchas. Era todo un héroe popular y un mito de la Verde Erín. Un genio del balón destrozado por la bebida al que desgarró la fama y el amor de una mujer. Era también pájaro de un solo nido por lo que se ve por más que todas las minifalderas de mi tiempo lo amaran de consuno.

Todos los rapaces querían darle a la pelota con tanta habilidad como él jugando en la delantera de los Diablos Rojos del Manchester, y las muchachas de Inglaterra hubo un tiempo querían todas ser novias de Georgy Porgy. Georgy Best. Y es que era guapo el tío.


Con su partida también se nos va un tiempo que se fue y que yo viví. El del Swinging  London. Los pubs. Las demos. Las primeras discotecas del West End. Había una que frecuentaba y con el que coincidí más de una vez. Era La Balbonne detrás justo de Picadilly Circus.  Estaba pedo y rodeado de bellezas. Las groupies no lo dejaban en paz. Esperaban a la puerta de los vestuarios para besarlo, abrazarlo. Your place? My place? ¡Oh que aquellos fueron tiempos de vino y rosas!. Nos habíamos acostumbrado a vivir con la bomba y el mundo estaba dividido en dos bloques pero crea que era mucho más seguro que el actual. Estábamos en pinganitos rozando la cresta de la ola y creíamos controlar un futuro que hoy no existe. ¿Terrorismo? ¿Qué me va a decir usted si largué crónicas y crónicas hablando del IRA, un conflicto el norirlandés que se refería a quitamientos del siglo XVII entre papistas y puritanos de la observancia bíblica de Orwell, y que nunca llegué a comprender? Es el sino de todo periodista: hablar de cosas y fenómenos que no entiende bien, a imperativos de la actualidad. Lo que para unos era movimiento de liberación para otros representaba defensa del Derecho y de la Ley Creo que la mayor parte de los británicos tampoco y George Best era un chaval que había nacido cerca de Falls Road, el gueto de separación de las dos comunidades. El fútbol era lo único que podía unir a católicos y protestantes. Por eso fue grande Georgy Best.

 Si  subía a alguna de sus admiradores a bordo de uno de sus descapotables - era un maniático de los fast cars- luego contaban su aventura con el futbolero en alguna exclusiva del News of the World o del Mirror.  Si les besaba en la cara el ídolo no se lavaban en tres días.

 Los reporteros montaban guardia a la puerta de su casa de Marylabone pero el hijo del tornero escocés que trabajaba en el astillero de Belfast se hacía de pencas y muy de desear porque en verdad era el gran deseado de las señoras, el más deseado en todas las Islas como se dice ahora. Con él se inició la caza de famosos. El quinto Beatle  con un balón en los pies le llamaban, reconocido no sólo por su habilidad en la cancha sino por su extravagancia fuera de los estadios.

Me reconoció y me invitó a una copa cuando estaba en la barra de la Balbone. Era la segunda y última vez que nos encontramos. La primera, le hice una entrevista con fotos en un hotel de Scarborough. Estaba desayunando después de un partido. Y aún lo recordaba pues para llegar hasta el personaje hube de sortear no pocos obstáculos. Corría la primavera del 72 y Best aunque no tan famoso era una especie el mirlo blanco por lo huidizo de los retrateros. Me colé y Matt Busby el manigero del Manchester United tenía siempre a la figura entre algodones y me consideró un intruso. Nadie podía acceder a él sin su consentimiento. Hubo un par de fotos robadas. Hurgué en mi archivo ayer  y con harto dolor no di con ellas pero yo bien guardadas las tenías. Como una reliquia.

Así que llegó un pretoriano de los que llamaban chucker outs y me echó a patadas de la concentración. ¿No ha visto que ha puesto en la puerta del comedor el cartel de dont disturb? Pues no lo vi. No señor. Ni que fuese un cuarto nupcial una noche de bodas o un besamanos. Sorry. Aun me dio tiempo a sacarle un par de placas al futbolista y a hacerle unas preguntas que luego “inflé” en un reportaje. La entrevista se la mandé a un fulano que dirigía una agencia que se llamaba Hispania Press. No me dieron un duro pero el texto anda todavía por ahí guardado en varios periódicos de provincias. Si el lector tiene curiosidad que consulte las hemerotecas.


Me había propuesto hacer lo que se llamaba entonces free lance y establecerme por mi cuenta como reportero en Inglaterra. Yo era un soñador. Le compré una Pentax a un comisionista de York cuyo nombre no se me ha escapado de la memoria, se llamaba Mr. Dixon, y armado caballero del periodismo, henchido de entusiasmo el corazón, y por única acolada mi buena estrella que creo que la tengo pues este toque de varas especial salvó mi pellejo en situaciones comprometidas, me lancé a los caminos a desfacer entuertos, contar historias, hablar con gente haciendo dedo por las carreteras del Norte. Eso que se llamaba antes Periodismo. Me mandaban a subir a la cabina los camioneros que fletaban hierro y carbón hacia Hull. Circunspectos funcionarios del Inland Revenue me ofertaban un siento en su Morris 1100 y me hacían insidiosas preguntas sobre mi suerte y condición de extranjero. En aquellas rutas conocí a verdaderos locos como yo y a veces hasta entablé amistades y aún ligué.

-Where are you going, mate?

-Scarborough. Voy a la feria.

-Jump in.

  

Pronto me molerían entre sus aspas los molinos de viento de la cruda realidad. Los palos y los huesos me quebrantaron, mas  no me apearon del burro. Sigo siendo un soñador quijotesco en busca de la justicia y en rechazo de la iniquidad. Y así me pinta. Pero no por eso daré mi brazo a torcer. Ladran luego cabalgamos y siete tiros en el cuerpo y avanzando que decían los matalotes del Duque de Alba. Ataquemos en columna que si no estamos perdidos. A veces la brega es tan dura que los guerreros que abren brecha y saltan sobre la trinchera enemiga tienen necesidad de los arrimos del saltaparapetos etílico. Y tú. Georgy, eras un fuera de serie. Se te consentía todo. Uno de los de avanzada eras. Los hipócritas que te aplaudían a rabiar cuando corrías la banda luego se escandalizaban porque en un party de los que acostumbrabas te corrieras una de tus juergas. ¿Se te subió la fama a la cabeza? No. Yo creo que el que te dejara la mujer a la que amabas fue el desencadenante de todo aquel precipicio.

Bueno no nos pongamos tristes.  Hoy en tu memoria me fui a honrar tu partida en un pub de Majadahonda donde se puede beber verdadera Guinness pero a unas cantidades astronómicas joder que te cobran por una pinta cinco euros y sobre los escaños de madera hice la salva a los héroes. Miles de británicos lo habrán celebrado con el mismo ritual, un desafío a las Moiras. Cheers. Bottoms up (salud y culos arriba) que entre los ingleses es una forma de brindar. En todos los funerales ingleses y en los velatorios irlandeses que estuve la cerveza siempre corrió a esgalla. 


Volví a encontrarme con Georgy Best en un partido celebrado en el estadio de los Tigres de Hull entre la selección de España y la de Irlanda del Norte en 1971.  Creo que empatamos a uno. Habían venido a presenciarlo muchos emigrantes españoles casi todos gallegos. En ese encuentro fui testigo de la altanería de un famoso actor guapo oficial en aquellos tiempos, Juan Luis Gallardo, que se avergonzaba de pertenecer a la chusma que asistía al partido. No se puede ir de guapo oficial por la vida, chacho. Estuve por darle con mi cámara en los morros. Sin embargo, esa vergüenza de ser y sentirse español de algunos sujetos que no quieren pertenecer al cuerpo ha sido un fenómeno que me llamó la atención sin hallar una explicación viable a tal petulancia. Ocurrió en los tiempos de Flandes y las rivalidades, por ejemplo, entre Pizarro y Ovando acabarían en asesinato y en desastre. Somos gente individualista y muy pagada de sí. Nos queremos poco y, fuera del redil, con harta frecuencia nos convertimos en lobos que merodea el propio aprisco. Se me quedó grabada aquella escena del actor embutido en un abrigo de pieles escupiendo por el colmillo y  despotricando contra los galleguiños fregatrices y sollastres los pobres a los que su patrón había dado día libre para ir al partido llevando alguna que otra bandera de España y que olían a fritanga y a aceitazo. Acababan de emerger de las cocinas de hoteles y hospitales y daban rienda suelta a sus desahogos. Por entonces el único destino de la emigración española a Holanda y a Inglaterra era de lavaplatos. La petulancia de aquel tío la tengo aun metida entre ceja y ceja. ¡Qué energúmeno!

El encuentro terminó en tablas y Best no estuvo a la altura de las circunstancias. Parecía un gallo desplumado corriendo por la banda aterido de frío.

Era un futbolista irregular. Nada clásico. Su condición física no era nada envidiable en comparación con esos bigardos que se ven ahora en la Bundesliga o la Champions auténticos gladiadores de la modernidad, andábatas verdaderos que cobran millonadas por exhibirse en calzoncillos cada domingo sobre el césped. Best tenía la apariencia frágil de esa chiquillería todos corriendo detrás del balón tratando de espantar al frío y al hambre que yo veía cuando viajaba en tren en los prados comunales por cualquier lugar de las Islas. El modelismo y la catasta no había entrado todavía en los planteamientos de aquel fútbol británico de pase largo, de confrontación noble, el tackle, pero donde nadie solía lesionarse a causa de una tangana.

Entraban fuerte eso sí pero no a quebrar las piernas del rival, como Goicoechea cuando lesionó a Maradona. Se creía todavía en el fair play. Juego limpio. Y así íbamos entonces nosotros por la vida queriendo jugar limpio, a pecho descubierto y dando la cara.


Tenía el culo respingón y su plexo solar no era muy amplio; daba impresión de fragilidad y eso instigaba el instinto maternal de las señoras siendo esta cualidad una de las claves de su éxito con las mujeres. Su principal virtud era el balance (cuando cogía la pelota ésta se adhería a sus pies y nadie se la quitaba; parecía que se iba caer pero no, mantenía el tipo) y cuando el partido le salía redondo daba espectáculo. Sus jugadas eran determinantes. Siempre ocurría algo después que él la agarraba. Un gol. Un vicegol. A touch of classa touch of genius, decían los comentaristas deportivos. Y era una delicia leer aquellas crónicas de los dominicales escritas en el mejor inglés que yo he visto. 

Creo que Julio Camba y Wenceslao Fernández Flores aprendieron su arte de contar historias y de narrar partidos en aquellos rapsodas del The match of the day de la tarde del sábado que en Inglaterra durante los años treinta reunió a las mejores plumas del país. La tradición se alargó hasta los sesenta y creo que aun sigue esa norma de poner en la sección de deportes a los más talentosos. Sucedió cuando el fútbol era eso: The Game, un juego y no este conundrum de intereses crematísticos y de marcas publicitarias.

Claro que el Quinto Beatle era un delantero de pulso formicante. Tardes gloriosas en las que catalogaba las mejores jugadas y otras en las que no daba pie con bola. Los entendidos decían que era un poco chupón. Individualista que no jugaba para el equipo pero a Best se le consentía todo. Era un futbolista de raza al estilo inglés como Stanley Mathews, Bobby Charlton, Denis Law, Nobby Stiles, Alan Ball. Pura furia que allá llamaban stámina combinada con una gran inteligencia, con una profunda visión de la jugada.

Un sábado en agosto de 1973 cuando la crisis de Chipre. Kissinger, uno de los mayores enemigos que ha tenido la cristiandad, inclinó el peso de la balanza por la  Turquía otomana en detrimento de la Grecia cristiana, cuna de la ortodoxia. Creo que ahí empezaron nuestros males y hay que retrotraerse a aquella crisis para explicar lo que está pasando. El trance greco chipriota para mí determinó la caída del imperio británico ante la presión de aquel Metternich moderno que mostró una capacidad insólita para traicionar a amigos y enemigos, que odiaba a Europa y a los alemanes aunque hablase el inglés con acento alemán.


 El Pentágono dio luz verde a la invasión de la isla de la misma manera que posteriormente ordenaría el bombardeo de Yugoslavia. Luego matarían a Makarios aunque dijeron que fue un colapso. Yo estaba aferrado al tablero de mi maquina de escribir y hecho un brazo de mar pues no pude comprender cómo los norteamericanos haciendo mangas y capirotes del orgullo inglés jugasen al chito con Callaghan  (Big Jim) y se pasasen por el forro todos los comunicados del Foreign Office. Así que un sábado de aquel verano negro para conjurar mis furias me fui al fútbol a Stamford Bridge. Siempre he sido forofo del Chelsea. Mi equipo londinense jugaba contra el Manchester United. Fue uno de los partidos más emocionantes de mi vida. George Best puso las vetustas gradas de Stamford Bridge boca abajo. Cuando regresé a casa encontré una carta de María Martínez Zapico, que fue para mí una especie de madrina de guerra - de aquella guerra ¿qué guerra?- y un paquete de fabes y choricillo  en el cual me enviaba las grabaciones música del Presi y una serie de discos y grabaciones de nanas asturianas en la voz de Menchu Álvarez del Valle. Mi madrina - ¡qué madrina!- era muy amiga de los Roca Solano. No había nacido aun Leticia pero aquella maría iba Para reina y de hecho una sobrina suya emparentó con los borbones. ¿Quién me diría a mí que aquella locutora de Oviedo se iba a convertir en abuela de la Reina de España? Lo que son las cosas, Verumtamen. Se mete usted en unos líos. Y a mí ¿quién me mandaría? Pues eso. El destino.

Fui la última vez que vi a la figura en un estadio. Hace poco la Sky News me trajo la imagen de un anciano decrépito después del transplante de hígado. Se le habían caído los papos. Tenía un aspecto maganto, mal color pero sus ojos eran lo mismo de indecibles y penetrantes que cuando mozo y pelo seguía siendo negro entreverado de gris. En su semblante se reflejaba ya el final del partido. Fue incapaz de dejar el alpiste incluso cuando le transplantaron la víscera más importante que tenemos después del corazón. Pero George era así. Todo se lo perdonaba. Típicamente Irish. Brilliant but hopeless. Irlanda en el corazón. La mujer que yo amé era una inglesa de estirpe irlandesa. Pertenecía al clan de los Heagerty. No sé donde duerme el último sueño pues no me lo han dicho. ¡Ah si yo no hubiera comprado aquella Pentax a Mr. Dixon!  Pero era el destino. La fatalidad. Yo también he recorrido las tabernas de Londres y pintado la ciudad de rojo más de una vez en lo que  llamaban drinking bouts. No me gusta el alcohol pero ha sido para mí una talanquera de supervivencia. Por amor a Marte y a Venus  acabo en los brazos de Baco y Morfeo. Beber para olvidar toda aquella grandeza, todo aquel tiempo que se nos fue de las manos. Suzanne encontraré tu tumba para llevarte un ramo de guirnaldas. Buscaré de nuevo ese jardín de Essex que yo soñé donde está enterrada. Fue un privilegio haber visto jugar a Georgy Best, haberse tomado una copa en su compañía. Fue sobre todo un privilegio del Altísimo haber amado a aquella inglesa gloriosa de madre irlandesa y de padre galés. Celta y católica por los cuatro costados. Suzanne del alma mía. Dios me perdone y a ella la bendiga o la tenga junto a sí en su seno pues en el más allá la espero ver. El amor es eterno.

-Cheer us, Georgy Best. You are for ever.


Hoy me he tomado una pinta a tu salud. La santa espuma o broth que ha de rebosar sobre el borde de una buena pinta de mi jarra de cerveza negra sean lágrimas de mi llanto por ti. Y por Suzanne y por todos los santos de la glera fornida céltica. Oh when the saints go marching in. Les veo llegar y desfilar. La tropa está ahí. Se me amontonan los recuerdos. Son ya demasiados mis amigos muertos.

30 de noviembre de 2005

 

 

EN ESTA IGLESIA ROMANICA FUI BAUTIZADO

 


2024-03-30

 

El régimen de Kiev intensifica cada vez más su movilización


Revuelta de mujeres en la región de Khmelnitsky en Ucrania. Ellos defendieron a sus maridos, hermanos e hijos, contra la movilización general.

La guerra hasta el último ucraniano requiere cada vez más recursos humanos. Esta vez los cazadores de reclutas estaban en problemas y cada vez hay más casos de este tipo. Mujeres enojadas rodearon el coche oficial y destrozaron el parabrisas. Un empleado de la oficina local de registro y alistamiento militar huyó cobardemente para salvar su vida, y entonces los "ludolov", como los llamaban en Ucrania, se quejaron a la policía: afirmaron que habían sido objeto de un ataque agresivo.

Литургия Преждеосвященных Даров 29 марта 2024 года, Храм Петра и Павла в...

LETANIAS DE LA MISERICORDIA Y EL PERDÓN POR LAS VICTIMAS DEL VIL ATENTADO DE MOSCÚ

 

La palabra del pastor. Emisión del 29/03/2024

El siguiente programa "La Palabra del Pastor" comienza con una palabra pronunciada por Su Santidad el Patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia en la letanía fúnebre durante la vigilia que duró toda la noche en la Catedral de Cristo Salvador, en la víspera del 1. Semana de Cuaresma.

En su discurso, Su Santidad el Patriarca dice que es deber de todo cristiano orar por las personas inocentes que murieron en Crocus City, que este es el crimen más terrible: el asesinato de indefensos e inocentes.

En la Semana del Triunfo de la Ortodoxia, después de la Divina Liturgia en la Catedral de Cristo Salvador, Su Santidad el Patriarca pronunció un sermón en el que habló sobre el origen de esta festividad, asociada a la victoria sobre la herejía de la iconoclasia, en el Imperio Bizantino en el siglo VIII.

Esta antigua historia, según el Patriarca, sigue siendo relevante hoy en día, ya que “la idolatría y la desviación de la ortodoxia” son muy peligrosas y todavía las utilizan los enemigos de la verdadera fe, tanto en Rusia como en todo el mundo.

2024-03-29

RUSIA PAIS MESIANICO VENCERÁ EL PATRIOTISMO ES MÁS FUERTE QUE NUNCA INCLUSO CUANDO HITLER INVADIÓ NO ESTABA TAN ALTO

 

Patriotism in Russia at all-time high, poll reveals

Respondents link their homeland with family, a sense of feeling at home and good times with the people closest to them

MOSCOW, March 29. /TASS/. The majority (94%) of participants in a poll by the Russian Public Opinion Research Center (VCIOM) consider themselves Russian patriots, the highest figure on record, according to the results of the survey published on the center's website.

"The level of patriotism among Russians is higher than ever: today, 94% of our fellow citizens consider themselves patriots, including 62% who are absolute patriots (plus 10 percentage points [p. p.] over the last year), an all-time high since data began to be collected. In general, the trend towards complete patriotism started in the fall of 2014, when the share of ‘absolute’ patriots for the first time in a long time significantly exceeded the share of [people claiming to be] ‘somewhat’ patriots (48% vs. 36%)," the report says.

Respondents link their homeland with family, a sense of feeling at home and good times with the people closest to them. It is not only their birthplace and current residence; but a place where they feel safe and happy. Respondents believe that loving your homeland means taking pride in Russia, defending it, helping it grow and knowing its history and culture. According to Russians, you know someone loves their country if they try to be a decent, responsible, honest and loyal person.

The survey was conducted on March 16 polling 1,600 Russians aged 18 and older.

LA TUNICA SAGRADA VESTIMENTA EJUS FECERUNT SORTES

 

Aquella gramalla sin mangas tejida de un solo hilo -Cristo se desvestía y sus siervos y seguidores duro colocarse ropajes, uno encima de, sotanas y dalmáticas, al año que viene en Jerusalén pero caminamos de espaldas al monte calvario- abolía el orden viejo. Los ornamentos de los dioses antiguos, de  Júpiter Diana Afrodita y Baco quedarían preteridos pero sus sacerdotes, sintiéndose desnudos e incapaces de imitar al que pereció en la cruz en taparrabos, no harían otra cosa en todo el tiempo que hacer mayor el cupo del “indumento”.

Casi me desternillaba de risa pero aquella hora de grandes acontecimientos fue el tiempo de los sobresaltos y de las confusiones (yo creía, pensé que; pues no señor al revés te lo digo para que lo entiendas) y de las perplejidades. Nos anegamos en un marasmo de sorpresa. Tú, Cristo bendito, viniste para confundir a los mortales. Supuestamente quedaron sin vigencia las estolas las mitras las cidarias, el efod y todos aquellos ropajes que se ponían uno encima de otro, negro sobre blanco, blanco sobre negro, para definir oficios y categorías inciertas de flámines y peanes del mundo órfico.

Degolló nuestros principios sin espada.

-        ¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otros?

-        Por sus obras los conoceréis- respondió el Señor

Se rieron de él pero él no vino a traer la paz al mundo sino un orden nuevo con todo lo que ello implica: la destrucción de Jerusalén que fue desmontada piedra a piedra y los campos adyacentes de su pomerium  o arrabales, arrasados y sembrados de sal. Al pie de la cruz escuchábamos el batir de los tambores de los soldados de Tito casi tres cuartos de siglo de que aquel cerco se produjera.

-¿Y no escarmentaron los judíos?

-Por vida de Minerva, ¡qué bah! Son pueblo duro de cerviz, una alegoría de la sinrazón y estupidez humana

Era  Jesús un revolucionario. Vino a los suyos y los suyos no le recibieron. Sus vestiduras  de ajusticiado por una de esas carambolas inexplicables que hoy confunden a los soberbios (la potencia se hizo acto trascendente y se encendió el fuego de la gran luminaria y ardería por los siglos de los siglos aquel pebetero puesto que nadie será capaz de destruir el amor) eligiendo a lo más despreciable y abyecto del mundo, que de los rechazados y humillados y ofendidos hizo él su piedra basal y en menoscabo de la soberbia y de la confusión terrenales.

Debió de ser un revés para los sionistas mesiánicos. El libertador anunciado por los profetas de Israel moría en el suplicio escoltado por dos ladrones Dimas y Gestas. No me vengáis con bromas ¡Qué guasa! Vino a los suyos y los suyos no le recibieron -la frase de Juan que luego leí incansables veces martillea mis sienes- mientras los mercenarios puesto que no se puede hablar de soldados romanos que tienen otra dignidad y se echó mano de esclavos sirios para hacer aquel trabajo se rifaban con el cubilete sus paños menores. El Hijo del Hombre salvaba al mundo en taparrabos. Semejante desvergüenza ¿dónde se vio?


Pero la humilde túnica inconsútil era el símbolo del siglo futuro. El que busca su vida la perderá. A ver queremos un signo pues ese no nos vale.

La vida se la había echado el Inocente sobre los hombros a manera de chal cobijando sus espaldas doloridas cuando, varón de dolores, al cabo de cinco mil azotes y de 72 puntas de cambronera que es el peor de la especie de los espinos y la más áspera de las zarzas que horadaron sus sienes trepanaron su frente inmortal quedando ensangrentados los mechones de su rubia caballera y de su barba taheña ah que nos miraba a todos con aquellos ojos azules penetrantes como si no comprendiera la maldad del que somos capaces los humanos pero llenos de perdón hacia esa inclinación viciosa que los teólogos achacarían al primer pecado de Adán pero que a mí se me hacía muy difícil de aceptar como romano acostumbrado a mirar a los dioses con un cierto escepticismo pues sus malos ejemplos y concupiscencias y que además estaban ahí para castigar y enviar rayos y desgracias a los mortales. Si te enojabas con Júpiter, éste te taladraba con su gario y te convertías en rana.

Con los dioses no se juega. Antes de morir había que hacer mandas a Esculapio y se mandaba matar un gallo capón para que el dios de la salud tuviese una fiesta allá arriba con sus amigotes y después de expirar tenían que sujetarte la barbilla abrirte la boca y meter entre los dientes una moneda para pagar al Barquero. Esta costumbre, acicate de la codicia, fue un pretexto para que en el mundo antiguo abundasen los profanadores de tumbas. El oro era más importante que la deidad y de facto es la única divinidad que rige los designios. Oro, oro y nada más.

Fue ofrecido al pueblo en espectáculo de befa. Un esbirro lo empujó hasta la balaustrada y Jesús apareció en el enlosado del Lithostros, una caricatura de ser humano, un guiñapo.

-Ecce homo

-Tenedlo. Vedlo ahí, cabrones. ¿No queríais que lo castigase? Pues le hemos zurrado bien la badana. ¿No os dais por satisfechos?, dijo el procurador.

 No. La chusma quería más sangre. Dada su condición vil y sus adscripciones impredecible. Era el mismo morbo que conducía a la plebe de Roma al coliseo. Quería ver la sangre a chorros de los andábatas sobre la arena y que cantasen el himno. Ave Caesar los que van a morir te saludan.

Ecce Homo. Le habían colocado un manto púrpura sobre los hombros y pusieronle una caña en la mano por cetro y así compareció. No lo condenó Pilatos. Fue sentenciado a muerte por un tribunal democrático que sometía sus veredictos a votación en la casa de Anás y Caifás, sumos sacerdotes. Lo mataron los judíos. Pero la perfidia de esa raza es alegoría de la condición humana, si se quieren mirar las cosas desde un ámbito teológico, ajeno a toda manifestación racial.

Sin embargo, el pueblo elegido se convirtió en pueblo errante.

 Nunca en paz consigo mismo.