2022-01-11

alabanza del tabaco

 

 

DELITESCENTE

 

Delitescens es una bella palabra latina significado esconderse y en medio de tanta bulla y de tanto grito a muchos no nos queda otro remedio que encuevarnos.

Huimos al desierto buscando un apartamiento que nos aleje de la horda mediática. Los altavoces del éter no cesan de referirse al Corona Virus. Se ha convertido en el afrecho y abrevadero de los medios. Esta catafasis o afirmación no la hago a humo de pajas, tampoco estoy loco aunque a veces miro para atrás con ira y siento el punzón de los recuerdos que me hieren.

Tengo el alma en carne viva y por eso escribo desde este catábulo o cuadra en el sótano de mi morada convertido en oratorio, fumadero, escritorio, biblioteca y apiarium (colmenar) donde libo el dulzor ático de la miel de la palabra.

Todo eso que ya no sirve para nada es de mi gusto. Dicen que soy un hombre que vivo en el ayer y me refugio en los matacanes de la antigua muralla de York centinela en mi tronera auscultando las evoluciones del río Ouse que fluye hasta matrimoniar con el Támesis, los vientos cambian. Ayer teníamos lebeche, hoy sopla el terral y tú, Etsi, ¿dónde estarás? ¿Qué habrá sido de tu vida? ¿Te casaste? como yo. Y sí volví a pasar por la vicaría. En mala hora porque mi segunda mujer se convirtió en mi verdugo. Pasó a ser el arraez que fustigaba mis espaldas con el látigo de la ignominia y he ido bogando por los siete mares bajo la sombra  de ese rebenque que fustiga a los pobres cómitres incautos condenados a galeras. Es el destino que aguarda a los locos y a los criminales. Lamento mi suerte porque lejos de ti esto no es vida. El destino se portó conmigo de manera  cruel si bien creo que lo tengo merecido por los malos tratos que te di, los celos, las voces, las recriminaciones. Vivo rodeado de papeles y de palabras escritas. Fui un goloso de palabras porque creo firmemente en el axioma de en el principio era el Verbo y las palabras guardan un poco de ese aliento divino. ¿Estaré  majareta perdido? Todos han mudado de piel (versipelis) yo continuo adherido a mis principios. ¿Soy un diamante en bruto o una florecilla en agraz la cual no acaba de madurar? Tranquilos. El peristilo sigue en su vaina. Amanece todos los días. A todo esto se dirige mi clamor contra los predicadores de vereda. Han  regresado a las tertulias los émulos de fray Gerundio de Campazas. Ya no hablan de la vida eterna sino de los métodos para conservar la salud. Radio Carcamal vocifera  contra las toxinas y don Rafa hace de su capa un sayo vociferando contra los peligros del cáncer, la crasitud, la vida sedentaria y falta de ejercicios. Todo el país se calza las abarcas y se tira a correr por las veredas. Un aluvión de informaciones nos refieren los peligros del Covid que se ha convertido en eje de marcha del sistema. Las paginas de Internet son un perpetuo obituario que nos traen cada mañana la lista de los fallecidos. A contrapelo de sus sermones yo no voy a dejar de fumar por más que estos señores me atruenen las meninges advirtiéndome de los peligros del tabaco, siempre habrá de tenerse en perspectiva un enemigo, alguien contra el cual batirse. Antaño fueron los rusos. Cuando yo vivía en la Isla de los Muertos (Staten Island) siempre estaba a pie de obra escuchando las noticias de una emisora de Manhattan Radio WW700W7. Dicha estación cada cierto tiempo interrumpía sus emisiones. Sonaba una sirena y al cabo surgía la voz engolada de un locutor para realizar un llamado:

—Estimados radioescuchas, esto es un simulacro de alerta. Atención. Atención. Si hubiese sido una emergencia real, les impartiríamos instrucciones sobre cómo y adónde acudir a un refugio de los diferentes que hay en esta isla.

Yo estaba acojonado  al sintonizar tal mensaje. Pensaba en la guerra de los mundos. Ya están aquí. Que vienen los rusos. Como en la Guerra de los Mundos de Wells que hizo cundir el pánico por aquella capital. Pensaba que vivimos en un mundo en el cual la ficción se entrevera con la realidad y en la supremacía de los medios de comunicación para dominar a las masas. Era la América de Jimmy Carter discípulo en la academia de guerra de Anápolis del almirante Rickover especialista en mísiles intercontinentales. Eran los años 70 cuando América vivía la efervescencia de la guerra de las galaxias. Los malos eran los soviets como ahora es el virus y el tabaco, Ronaldo Reagan la ganó y determinaría la caída de la URSS. Yo por mi parte pobrecito español nacido en una ciudad de provincias había aterrizado desde el medievo una ciudad episcopal como York sobre la Gran Manzana el emporio del futuro la ciudad automática que decía Julio Camba. No era más que un lamerruinas que viajaba desde el humanismo católico y sentimental hacia la tecnología del frían diseño de los nuevos amos  del mundo. Cogí el tranquillo. Me costó lo mío pero aquel mensaje de la radio de Manhattan emitiendo noticias las  24 horas del día para la ciudad que no duerme y aterriza como puedas marcó mi existencia, desde entonces tengo pesadillas y emulo del almirante Rickover odio la guerra especialmente una de  exterminio que supondría una conflagración nuclear. Aquello me marcó conservo su huella indeleble. Vivimos con miedo a la bomba aunque no deja de ser una ironía que el enemigo a batir sean la toxinas que encargó mister Trump a los chinos y esas toxinas corporales y bacterias que andan por el aire al que se refiere don Rafa el de Radio Carcamal. Hago propósito de apagar el transistor que no deja de difundir proclamas y consignas sobre los peligros del tabaco y la vida sedentaria, yo seguiré escribiendo en mi catábulo del jardín de atrás y fumando en pipa, mi cachimba estamos unidos hasta que la muerte nos separe

 

2022-01-10

 VIENTO DE LEBECHE CUENTO ASTURIANO DE LA GUERRA CIVIL

 

1982 fue un año en el cual fio la vuelta al aire y algunos como Walt Disney se metieron congelados en la redoma para resucitar al siglo siguiente. Yo me entretenía leyendo un viejo diario de un veterano de la guerra del 36 en retaguardia que marchó y no volvió más. Día de san Antón cuaderno recuperado, carta en la mesa, presa, pero me aburro y no sigo el ritmo. Han regresado las banderas victoriosas y a mí me da por beber coñac que no paro. Son resabios que me han quedado de tres años en las trincheras.

Lo que no podía haber sido después de los misteriosos eventos la muerte de la hechicera y el descorche de botellas en la taberna en medio de noticias alarmantes sobre crisis se convirtió en el estallido de la guerra civil.

En Monteriana no se habían escuchado clangores de guerra desde que sonaron los tambores del Bruch. La guerra es guarra y es guerra peligrosa pero bella. Soplaban vientos de lebeche sobre la Rasa. Doña Gloria levantó la mirada del costurero y puso a funcionar la radio gramola donde sonaban aires de la tierra. No te empeñes. Esas canciones ya no deben sonar pero una gata en celo mayaba al otro lado de la habitación. Viene la guerra y yo con estos pelos, se dijo doña Gloria. Han detenido a un capitoste del toro de la Quinta Avenida por trincón y ahí estaba don sabelotodo para hacer el quite. Nos engañan como a felipón. Se asomó a la ventana y vio a un buey volar. Las nubes arrastraban una urraca en volandas que croaba como una rama y hacía evoluciones geométricas sobre el aire en forma de quiebros misteriosos y es que anunciaba el regreso de los mandiles. Viene la guerra y yo con estos pelos, aun no sabiendo si estos que vienen serán los nuestros. Eso es de cajón, no jodas.

Don Olegario ya era viejo para ir al frente. Estaba un poco chocho. Cuba en el corazón. Doña Gloria pertenecía a la raza mulata. Un bello cruce de asturiano con zulú le habían dado aquellos ojos tristes y el culo respingón, aquella cadencia de caderas, aquel meneo el habla melosa. Mac Gregor a los amores de su sobrino con aquel tarro de azúcar de dengue no podía dar el visto bueno, lo quería para él. Miraba los montes desde su cuarto donde se dibujaba el bello paisaje de la hondonada del valle aunque para su melancolía tanta belleza no dejaba de ser capciosa. Lo que más apreciaba de aquel retiro en la hora vespertina era la soledad en medio de vedijas de humo de su cachimba. Meditaba. ¿Habrían cazado ya al conde bribón que todo lo enseña y nada esconde?

Sentía pasos en la escalera y es que subía el fantasma de la guerra del Catorce a buscar nidos de golondrina en el sobrado. Una noche de julio de 1899 cuando el general había hecho que comprar la finca vio un eclipse de sol. El cielo de Pinariega oscureció y se oyeron estrepitosos truenos. Un rabino subió por la cuesta diciendo que en Jerusalén se había rasgado el velo del templo. Vellum templo scissum est et omnis terra tremuit. Tremuit palabras del más allá.

Don Olegario era de derechas. Iba a misa los domingos aunque no se llevaba bien con el cura. Era calmudo y los de la parroquia decían que poseía el don divino de la transigencia, algo caído de hombros, el mirar un si es no es dulce y avieso, trajes de luto y la leontina de oro que le asomaba por el bolsillo del chaleco. Cuando regresaba del chigre algo traspuesto por la sidra empezaba a dar voces y se acordaba entre lágrimas de una novia que tuvo en la Habana y que se llamaba Quiteria. Pero la melancolía desaparecía con la resaca. Amaba sus recuerdos pero había sido algo especial para las mujeres. Decía que una buena dueña no valía lo que una botella de ron y unas cuantas caladas a su pipa de brezo. Todos los otoños eran iguales.

Había magostos y tonadas. Misas de difuntos pero la guerra estaba aun lejana. Los milicianos decían que no pasarían los gallegos de la raya del Nalón. Se hundía mientras tanto en la magia de sus meditaciones de humo.

Desde el valle trepaba la magia del canto de los torzales y el silbo del mirlo. La vida pese a la muerte y la destrucción no abatía su cerviz. En la casa se comía pan de borona y se tomaba mucha leche por lo cual las niñas se criaban sanas. Así estaban de lustrosos los guajes de la aldea que jugaban en la antojana pero todo iba a torcer el morro y cambiar de rumbo cuando llegasen las falanges gallegas. El hambre y la escasez no se dejarían esperar. En las romerías se escuchaban nocturnos dionisíacos y el cura que andaba solo y, como tenía poco que hacer, daba tres vivas al sacramento dentro de la iglesia, se metía en la sacristía, sacaba una revista guarra que guardaba bajo la escribanía de las actas de bautismo y defunción y se la meneaba mirando para los cajones.

El onanismo hizo estragos entre el clero rural a lo largo de los años. A Olegario lo mataron los hijos de la madroñera que eran de la CNT una mañana de agosto lo sacaron de casa y le llevaron al monte. Allí lo fusilaron al pie de un enorme eucalipto. Andando el tiempo talaron aquel noble prodigio de la naturaleza donde los prehistóricos erigieron un dolmen, para construir un puente muy largo que salvaría toda la vaguada. Mataron a un hombre, fusilaron un paisaje y abajo junto al rio Pumares donde estaba la ensenada construyeron una central nuclear que contaminó las aguas y el aire. El dolmen troglodita se acabó y se llevó por delante la buena vida. Empezaba otra era.

Muchos de aquella región morían de cáncer. Así que todo el mundo estaba hecho unos zorros y los diarios parlaban de pugnas por los dineros autonómicos, la transición fue todavía más cabrona que la guerra y la posguerra porque no había bandos ni ideales sino egoísmos y dineros, afán de acaparar de hacerse rico en medio año. Era el juego de todos contra todos. La fanfarronería se alzaba victoriosa contra la cazurrería. La casona se derrumbó. Ya iban quedando menos paraísos. Camiones blindados circulaban con milicianos a cuestas por la varga de la Farruca. Una bomba que cayó frente al paredón y derribó el hórreo del siglo dieciséis donde se guardó el pan de muchas cosechas. Aquella tierra de meigas estaba embrujada.

Las gentes mostraban una cara amable pero por dentro eran feroces, cagüen su alma. Olegario fue un mártir de la causa, victima del hechizo de las brujas pues habitaban en la pinariega y celebraban los viernes misas negras en pleno campo. Una de las brañeras que practicaba la cigüa y las artes mágicas, se llamaba Rosamunda, le hizo un conjuro y se quedó sin gas de por vida, y tampoco pudo el hombre oler el poste de la traición de su mujer. Aquella era tierra de sorguinas, de peores aires y malos farios lo cual sería muy largo de contar y no es materia digna de escribanos y relatores sino consejas y tradiciones de transmisión oral porque no nos darían la orla. Simplemente había que arriesgarse y correr al albur de las miradas torvas  del mal de ojo

 

 1974 CHRISTMAS IN MY LONDON DAYS. THE PASCUAL SERMON OF THE ARCHIBISHOP OF CANTERBURY. HOW I MET HIM WHEN HE WAS A NORMAL PRIEST ATTENDING A LONDON CONGREGATION AT EMPTY CHURCH.

Antonio Parra

Sadness and drabness empty streets with echo of cheering bells. I remember one Christmas Eve in Saint Chads Parish South Kensington. The Anglican priest officiated for a congregation of two people an old lady with hat the prayer book in her hands and myself. Congregations those days like now were scarce. Nearby the shop of Harrods was full to the brim.

Él vino a los suyos y los suyos no le recibieron, says John in the last evangel. The priest wore a cassock of Henry the VIII days but the cannon was intact. Te igitur clementissime pater but the magnificent Latin translated to archaic English words and there he was with alba and the maniple and the cincture of chastity. That evening it was a cold day and a grey light dropping tears of rain

went through the gothic windowpane words and benedictions only for the old lady and me.

He wore the red ornaments of the martyrs. It was saint Thomas Becket day. There I found that the church is eternal. Although empty. The solitude of Christ confirms that part of the great mystery.

The priest let me sing the epistyle from the rostrum and my voice resounded in the empty aisles with the recite of the Gospel of Nativity.

In those magic words (prasepium, no room for them in the inn) were concealed the mysteries of incarnation. In mundo erat et mundum per ipsum factum est et mundus eum non cognovit. In propia venit et sui eum non receperunt. Quodquod autem receperumt eum dedit eis potestatem filios Dei fieri, his qui credunt in Nomine ejus qui non ex sanguine neque ex voluntate carnis neque ex voluntate viri sed ex Deo nati sunt (genuflexion)

High theology in a few phrases. I felt the joy and the sadness of Christianity. It reminded me of my own life and my own

sins. Faith is to believe in something that we never saw or have seen.

I was looking for my daughter Helen and I found her but my in laws and my ex did not want to receive me. The sons of the spirit are higher that the sons of the flesh. In propia venit et sui autem non receperunt. I came to my people and I found the doors of the inn complete closed. No body answered my calls like the poor family of Nazareth. No place for me poor sinner in the diversorium. No room no inn. That was also part of the mystery of my Xmas Days. The rules of the blood are different from the rule of the Holy Spirit. That was the reason. That was the key. Christmas usually is sad melancholy day. Because of that. We are sons and daughters of God no sons and daughters of the blood and flesh.

What I did was to pray for my little one. She was a tug of war child. And also I pray for my ex. She had undergone an operation to extirpate a cancer from her throat. She came well and now she lives in Cornwall a retired old lady like the one who attended Mass with me at that Christmas Eve many a year ago, 35 years have gone. I am still

trying to contact them. But still all I have is rebuke. No. No. Still I pray God asking to keep them well. Great sins have I ought committed to deserve such an ill treatment. A father who is denied access to his daughter. That is no a human right? We live in the age of paradox.

My daughter is a neonatal nurse. Works as a matron in a London hospital. My ex an school master lives in retirement. Still there is the sadness, the joy of the nativity of out Lord and the melancholy of the evening London light coming through the altar where that priest with an air of boredom and tiredness consecrated the body and the blood of Christ. That young parson later on became the actual Archbishop of Canterbury.

Hoc est enim corpus meum.

In a way that Anglican presbyter fascinated me by his parsimony he has a vivid stare and eyebrows like an owl and I always was very interested by the Church of Canterbury. Great archbishops men of learning and prayer occupied the See created by saint Austin an occupied by St. Thomas Beckett. Canterbury always has

had an independent leaning toward the secular power.

Politically the head of the Church of England is the Queen by the spiritual power lays on the primate of Canterbury and also in the See of York. I remember Dr Runcie and Ramsey and also Dr. Fisher. They called him the Red Archbishop only because he tried to establish a pact of no aggression with Russia.

Nowadays the actual successor of Saint Austin has criticized vividly the usury and lack of sensibility of Capitalism towards the underdog and the ones in need, those who bear the crunch of the big crisis. Christ is true has spoken through the mouth of His eminence. Dr Cowan is gaunt big and lean man highbrows that make him look like an owl.

His homilies and sermons need to be taken in consideration by a materialistic society. And hit the first pages of the tabloids, He is a great theologian. And also a reflection; while Rome according to its tradition always alleged with the powerful of this earth other churches try to preserver the real tenets of the Gospel. Spiritus ubi vult

expirat and Dr Rowan Cowan has spoken in the line of the real ecumenism. God bless him.

Today I have officiated with him as a deacon the great mass of the nativity in the solitude of my room. He came to his own and he was not well received by them. Why? Because he proclaimed the Truth.

Thursday, 25 December

el diablo siempre acude por navidad o por pascua. Recuerdos de la revolución polaca de Lev Walesa


 1981 vaya una nochebuena

Pasaron tres décadas, un soplo, y aquel tiempo me llega enredado entre los bigotes de Lech Walesa, los mineros arrodillados en los astilleros de Gdansk a los pies de los curas oyendo confesiones. En las noches escuchaba la onda corta en aquella radio enorme y lujosa que tenía un ojo mágico con pestaña azul, algo siniestro que recordaba a la guerra y el guial daba vueltas en circunferencia de la Rosa de los Vientos… aquí Polonia… radio Varsovia. Ya están ahí pero era mentira. Los tanques rusos no acaban de llegar nunca. Las malas lenguas decían que Lech era hijo del propio papa pues es costumbre inveterada de las polacas, que todas quieren un cura en su cama.

Acabo de leer a Gogol que se refiere a los polacos como herejes- de que toda polonesa tiene a gala (una bendición del Altísimo) ser fecundada por un “papiesa”. El general Jaruselski gastaba gafas negras y se parecía un poco a don Bienvenido pero los tanques soviéticos no llegaron

nunca. Aquel fue el año del cambio o si se quiere el Apocalipsis. Ya se cuarteaba el muro y yo me hacía el entretenido velando radiofonías y comiendo turrón. Había escrito un par de novelas: el diablo en lo alto de la cornucopia de cobre y cónsul de España en nueva york y de allí trajeron el “Guernica” un mural que tanta guerra dio con eso de las libertades y del que se han escrito hartas tonterías. Picasso lo pintó o más bien garabateó estando borracho. Mucho nos está durando aquella curda propagandística a los españoles. Fue el año en que estalló la guerra de las galaxias y Tejero subió a la tarima del Congreso. Quieto todo el mundo. Una mascarada. Agentes de la Cia la pipa y la “uzzi” bajo la gabardina un bulto disimulado bajo el sobaco cubrían carrera hacia la puerta de Alcalá. 23F la intoxicación etílica les duró hasta la madrugada. Ay Jesús del gran poder. Fuese y no hubo nada pero lo de Polonia sí parece que iba en serio. Wojtyla que ahora creo que es santo estaba metido en aquel ajo. Las tusonas de siempre azotaban las aceras de Sol y calle la Cruz. Chicote

sirvió un coctel a los recién llegados pero aun no habían aflorado las Mediawomen emperatrices de los telediarios contándonos cosas macabras y el audiovisual estaba en mantillas. La jefa de todas es la incombustible Cleopatra esa chica vasca que es de la CIA.

Yo estaba en pinganillos, aprendiendo alemán por unos cursos que daba la RDA emitiendo desde Berlin. Pronto cerraron el chiringuito y yo me quedé a verlas venir. Es lo que pasa.

KAZAJASTAN PUTIN VOLVIÓ A GANAR

  1. Observador de la política mundial desde hace muchos años este viejo corresponsal septuagenario se hace cruces de la habilidad política de Vladimir Putin puño de hierro en guante de seda. Se ha demostrado que con él al frente del pais de mayores dimensiones del mundo no es Yeltsin que se rindió en Yugoslavia o Jaruselsky en Polonia en 1981. La Bestia suele visitarnos por Navidad. Está visto que Rusia no quiere la guerra, prefiere la paz, pero una paz armada bajo el axioma cesáreo de si quieres la paz prepárate para la guerra y ha demostrado que posee un ejército formidable con una capacidad de maniobra que ha podido aplastar ese revolcón de "descamisados" teledirigidos por una mano negra en Kazajistán, una de las republica más pacíficas de la ex Urss de religión musulmana y que nadie lo esperaba. El oso ruso volvió a enseñar los dientes y Biden tendrá que tenerlo muy en cuenta en la cumbre sobre armas nucleares que tendrá lugar hoy en Ginebra. Gracias a Putin el mundo puede dar un respiro. De momento no hay guerra atómica