2021-03-12
2021-03-11
ROMEROS SOMOS
Romeros somos por
Sendas, calellas, trochas y caminos
En perpetuo andar y desandar
Duro es el avance entre peligros
Nada cambia
Todo es igual
Pero una mano secreta y virginal
Nos salva
De la mordedura de la serpiente
Y de la picadura del alacrán
De la torva mirada del envidioso
Y de las fauces del perro rabioso
Carreros somos
No hicimos voto de estabilidad
Nuestro convento es el mundo
El tedio de las jornadas viajando en autobús
Acodados en la barra de un bar
Oyendo excusados parlamentos
Por la televisión vuelan las brujas recién maquilladas
Rostros perfectos
Que relatan impávidos las salvajadas
De nuestra cotidiano bregar: robos, asesinatos.
Doncellas forzadas
De esposas muertas por su amante
A mano airada
Avanza el virus sin parar.
Alza la tralla el mayoral del Gran hermano
Lanzando consignas
Da vueltas incesantes
El carrusel de la actualidad
Todo es lo mismo
Como ayer y hoy
Y mañana más
Pero Cristo sigue ahí oculto
En el alma de la chica sin trabajo
Que tiembla ante el futuro
El oficinista que madruga
Para ganarse el pan
O la esquinera que taconea la acera
haciendo la carrera
O en las lágrimas del menestral
Que sale de la consulta en el bolsillo un papel fatal
El diagnóstico: cáncer
Sentencia de muerte
Desahuciado.
Cristo está ahí oculto
Contemplando nuestro afán
Entre bostezos
Los muertos de la pandemia
Los espiches del virólogo
Némine discrepante
Sobre el morbo asesino
Que vino de no sé dónde
Las nuevas de los amoríos
De las chicas de casa rica
Y la abulia de las horas
Que transcurren sin cesar
Señalando el camino
Del perdón y la esperanza
Para la pobre humanidad
Carreros somos
Y en el camino nos vemos
Jesús bendito
Tú eres el gran carretero
Que nos redimió
Ten piedad de nosotros
Parece que hemos perdido la brújula
Pero la fe en Vos
Creo que nos salva
Cristo ayudanos
VIVA EL CID CAMPEADOR CABALLERO DE CRISTO
Decía Larra el afrancesado que había que
candar el sepulcro del Cid con siete llaves. Yo digo lo contrario:"¡qué
buen vasallo si hubiese buen señor". España debe volver a su historia,
olvidándose de la cretinización ambiente y la cobardía que nos envuelve a los
españoles que hemos renunciado a nuestra lengua y a nuestra historia. Fue don
Rodrigo Díaz el caballero muzárabe casado con una fiel asturiana el que peleó
por España para ganarse el pan siguiendo los consejos paulinos de que la vida
es milicia, un constante batallar, batallando a veces contra los moros y otros
con ellos en contra de aquellos condes jactanciosos, tocados del morbo
visigótico (ENVIDIA) y preterido por un rey que no le supo comprender porque ya lo dijo
el Cantar de Mio Cid Castiella face los omes y los desface. Se apoyó
para sus campañas en el oro judío sin reparos a engañar a estos con la
estratagema del arca llena de arena que hizo pasar por tesoro de oros. Fue la
semblanza de un luchador contra la injusticia y el mal inscritos en la
condición humana. Pasó en la afrenta de Corpes cuando sus dos hijas doña Elvira
y doña Sol fueron ultrajadas por dos mangantes. Vita militia est. Batallemos sí
pero sin violencia y sin rencor buscando el reino del amor y la justicia; lo
demás se nos dará por añadidura. Fue un templario, un verdadero caballero de
Cristo al que injurian ahora los que reescriben nuestra historia y ponen todo
del revés. En España quedan muchos malvados y traidores. Abramos el sepulcro del
Cid que pervive aun cuando lo robaran y profanaran los franceses. Devolvamos a
Raquel y Vidas usureros la jugada. Sus adeptos nos tienen enemiga y omecillo, desde
entonces, para hacernos desaparecer como nación
Lutero llevaba razón
CONTRA EL CELIBATO Y EL ESCÁNDALO
Una nueva peregrinación a
Canosa. El Papa viaja a Alemania y en Erfurt patria de Lutero se reúne con el
gran imán y el gran rabino, abraza al obispo protestante. Ah Lutero un fraile
genial que en su crítica al papado en sus 99 tesis hincadas a las puertas
nieladas de la catedral de Wittemberg la “clavó” pero estaba poseído del
diablo. Su rebelión hizo correr la sangre por los campos de batallas de Europa
en absurdas guerras de religión. Era verdad: la primacía del obispo de Roma era
un convencionalismo y como tal no está en los Santos Evangelios. Obedeció a las
exigencias políticas de Carlomagno fundador del Sacro Imperio. San Juan de
Letrán era una corte pagana donde pululaban cardenales simoníacos y de donde
venían los bulderos a predicar las Indulgencias. Con dinero podía comprarse
vida eterna. Roma nido de efebos y de meretrices. Este agustino imbuido de esa
soberbia típica de los eclesiástico, ese corazón de piedra ante las miserias
humanas, llevaba razón en el fondo. Erró en las formas. Desnudó los altares y
obnubilado por las epístolas de San Pablo quiso reformar la Iglesia a palo
seco. Nuda Escritura. No sabía que el depósito de la fe es obra de la
tradición, de los cantos, de la belleza, de la arquitectura, de los misales, de
las epactas y de los ornamentos.
CATALINA BORA
Sin misterio no hay
religión. Creía que Dios era alemán y al introducir la lengua vernácula en el
ritual el protestantismo ganó eficiencia pero perdió universalidad. Hoy arde en
el infierno en compañía de Catalina Bora la monja a la que amó y otros
heresiarcas: Calvino, Zwinglio, Enrique VIII. Alemania otra vez. Los españoles
mandamos nuestros tercios a Flandes y con nuestra sangre bajo el cetro y la
espada de Cesar efundimos con generosidad nuestra sangre para defender al papa
de las rapacidades del elector de Sajonia y aquellos malditos frailes. Pero
Lutero puso el dedo en la llaga. Su orgullo le obnubiló, desconocía que había
otra Iglesia legitima heredera de los apóstoles que cantaba los kyries en
Constantinopla y el turco la degolló. El heresiarca de Erfurt fue demasiado
lejos. Hoy esa Iglesia que está viva en Rusia, en el Este y en todo oriente
medio puede ser la salvación de una Roma que acusa el pavor de la deserción, de
los seminarios vacíos, las feligresías que menguan y de los jóvenes alejados de
la Iglesia, aparte de los escándalos sexuales que vamos a tratar aquí y que
abordo en mi libro “Seminario vacío: los pecados mortales de la Iglesia”.
Creo que la primera autoridad del catolicismo me está dando la razón.
La solución no está en la
infalibilidad papal, el dogmatismo, sino la vuelta al episcopado, la dirección
colegiada, la renovación litúrgica y un acto de contrición. Volver a la
sencillez y grandeza del Credo Niceo. Nuestro símbolo de la fe. Suprimir las
conferencias episcopales y resucitar el concilio o los sinodales magistral
fórmula de administración jurídico que los ortodoxos conservan al igual que la
liturgia en todo su esplendor y de símbolos sacramentales. Un regreso al
protestantismo o la vuelta a la sinagoga que han preconizado los dos últimos
obispos de Roma puede ser un germen de destrucción ocasionada por la
macrocefalia (una cabeza muy grande y un cuerpo pequeñito y menguante) y es que
la Iglesia romana se ha politizado en demasía. Ama demasiado el poder desde el
culto a la personalidad, del rebozo mediático y el afán de dineros.
CORRUPTELAS
Nunca habla de Jesucristo
este pontífice, aunque en sus discursos de vez en cuando suelta caer la palabra
dios. ¿Es el bueno de Benedicto 16 un panteísta? Tampoco ni una mera alusión ni
de pasada a los escándalos- en Alemania fueron una plaga ocasiónate de la gran
desbandada precisamente cuando Ratzinger era arzobispo de Colonia- de los
delitos sexuales:Corrupción de menores, homofilia ni al celibato eclesial que
es la asignatura pendiente del clero romano. Que estigmatizaron a mucha gente,
dejaron tarados de por vida a no pocos seminaristas y monaguillos, sembraron el
dolor y la tristeza en infinidad de familias y fueron circunstancia
desencadenante de adulterios y de gestaciones interrumpidas por parte de los
clérigos y sus coimas. La jerarquía a este respecto barrió debajo de la
alfombra y utilizó la táctica del ocultamiento y del “hush up”. Cuando el cura
tenía un lío con una feligresa, sodomizaba al sacristán o le bajaba las bragas
en la sacristía a una monja el obispo sencillamente se limitaba a mandar al
interfecto a otra parroquia. La soberbia, la hipocresía y la carencia de
sentimientos y de escrúpulos, la poca delicadeza, han sido los pecados mortales
de esta poderosa Iglesia tan poco acorde con las normas evangélicas. Por eso su
fundador alternaba con publicanos y pecadores y detestaba a los piadosos a los
que decían Señor, Señor y habló claro y tajante: “es más difícil que un rico
entre en el Reino que un camello con dos jorobas pase por el ojo de una aguja”.
JERARCAS
De espaldas al Calvario los
jerarcas siempre estuvieron de parte del Gran Poder. Al menos, en la edad media
en muchas diócesis del Sacro Imperio se reclamaba a los curas un “impuesto de
putas”. Todos los curas tenían moza y la famosa ama de llaves cumplía las
funciones de mujer del párroco sin tener necesidad de pasar por la vicaria.
Juan Ruiz arcipreste de Hita estuvo once años a la sombra en el penal
eclesiástico de San Torcaz por alzarse contra la imposición celibataria que
incoara un pontífice de Aviñon. “Monseñor, nos quita las buenas para que nos
vayamos con las malas” le escribió a su obispo.
“Ay de vosotros, escribas y fariseos, que miráis la paja
en el ojo ajeno y no veis la viga en el vuestro”. Todos recordamos aquel chiste
que se contaba en las fiestas de los pueblos. Llegó un obispo en visita
pastoral e inspeccionando la casa rectoral donde vivía el arcipreste de aquel
lugar no vio más que una cama grande de matrimonio. ¿ Cómo es eso, Dionisio que
aquí hay únicamente un lecho para dos? Inquirió el prelado y don Dionisio con
todo su candor le dijo: “No se preocupe su Ilustrísima. Ponemos una tabla entre
medias de separación”. “¿Y qué hacen cuando viene la tentación?”. “Pues
quitamos la tabla. No hay problema”.
Hubertus Mynarek un cura
alemán secularizado cuenta en su libro “eros y clero” la gran desbandada que se
produjo en toda Europa después del concilio. Unos 400000 sacerdotes colgaron
los hábitos. La causa principal, que la mayor parte no pudo atenerse a las
leyes de la continencia. El celibato-declara Mynarek- contradice la ley
natural. Engendrar, procrear obedece al código genético de las hormonas del
hombre pecador. Pero la continencia impuesta a los sacerdotes-funcionarios es
artificial. Una estipulación disciplinaria convencional. Concretamente el canon
2368 del Iuris Canonici.
Jesucristo nunca habló del
sexo. Sólo condenó el pecado de escándalo y dijo que el que abandona al padre,
a la madre o a la esposa para seguirle ganaría un puesto en el reino de los
cielos.
Castrarse por amor a Cristo
y en busca de la perfección es una virtud heroica asequible a muy pocos. El
premio de los que abrazando la utopía andan a la procura del ideal. Sin embargo,
la naturaleza humana siempre lastrará el peso de la carne. Únicamente suele
llegar en la edad provecta. De ahí la sabia disposición de la primitiva de
ordenar presbíteros a hombres de alguna edad. Es lo que significa “presbíteros”
(ancianos) alguien que está más allá del circulo de las pasiones. Sólo se puede
servir al altar con un corazón puro cuando haya pasado el ardor genésico. Por
eso propongo en mi libro que aquellos seminaristas de entonces pero imbuidos de
la juventud del salmo “Ad Deum qui laetificat juventutem meam” pudieran
disfrutar de una alegre “vejentud”. Sería una manera de devolverles la dignidad
y la honra que les arrebataron.
NO LO HAN QUERIDO
RECONOCER
La iglesia católica moderna
no ha querido reconocerlo. Por lo que un voto de continencia a los 22 años en
un varón normal representa muchos peligros. En el caso de los invertidos el
sacerdocio siempre constituyó un paraguas bajo el que se esconden homofílicos,
paidófilos, escribe Mynarek. Según este sacerdote alemán secularizado, el
confesionario por desgracia no es el tribunal de la penitencia sino un rincón
morboso donde se cuchichean asquerosidades y una garita desde la cual ciertos
confesores han caído en el abominable pecado de la solicitación de sus
confesadas. Conocí al penitenciario de una antigua colegiata española cuyas
inquisiciones a sus penitentes sobre todo mujeres bordeaban la delectación
morbosa. Porque decía que no se peca en el mismo grado contra el sexto
mandamiento si tu novio te besa a rosca. La gravedad de materia depende de los
centímetros de lengua que el ardoroso amante introduzca en la boca de su
prójima y no es lo mismo un coito que se realiza quitándose el sostén y el
camisón o el acto se realiza a pelo. Aquel confesor se sabía al dedillo el
derecho canónigo pero sus procacidades asustaban a muchas de sus pupilas. Para
evitar el asqueroso morbo que ofenden a la dignidad de una mujer no sería mala
cosa que el sacramento de la confesión fuese administrado por diaconisas que
sólo podrían absolver a mujeres. De la misma manera que un policía masculino no
cachea a una presunta delincuente, tarea que suele realizarse por policías del
genero femenino así grandes males ocasionados en el confesionario podrían
evitarse si los varones “descargan el saco” con sacerdotes y las mujeres con
diaconizas. Ese cajón ha servido no pocas veces en lugar de solicitación y del
reclinatorio a la cama. Los curas polacos para los que el celibato nunca
representó gran problema ya que en aquel país muchas señoras tienen a gala
acostarse con un sacerdote y darle un hijo aunque sea bastardo había tres
palabras que orientaban la vida de un párroco koreck (el tapón de la
botella) woreck (los dineros del cepillo) y rozporek (mujeres y
sexo).
TRAUMAS
Estas deficiencias en la
orientación sexual y psicológica desencadenarían verdaderos traumas en el alma
de los que se educaron en colegios religiosos o seminarios: complejos de culpa,
hipertrofia, inseguridades de todo tipo, una espiritualidad ñoña a fuer de
ridícula, borracheras místicas –no pocos de aquellos ex no pudieron superarlos
y se dieron al alcohol- neurosis eclesiógenas emanadas de la formación recibida
en el que la desviación del instinto generó válvulas de sustitución, señala
Mynarek.
Las heridas dejaron una
cicatriz indeleble. Y todo por esa obsesión sexual que fue el caldo de cultivo
de la mariconería en estos institutos de formación religiosa. Un espacio
cerrado con muchos adolescentes a los que les explotan las neuronas y sus
torrentes sanguíneos son un mar de testosterona al faltar la hembra sienten la
atracción efébica. Es un hecho natural e insoslayable. En la iglesia antigua,
dice el autor, se desconocían tales aberraciones que son endémicas en la
iglesia actual. Y es que los cánones referentes al celibato nunca se incoaron
hasta el Concilio de Trento y aún así la norma fue trasgredida abondo por
muchos cleritos. De la masturbación y el onanismo mejor no hablar.
SINEISACTENTUM
En la iglesia primitiva, la
hispano visigótica, la merovingia y la irlandesa los sacerdotes no eran solteros
y hasta los monjes del desierto para aplacar el ardor de los sentidos, para no
volverse locos y dejar la vida eremita practicaban una especie de amor
platónico el sineisactentum que consistía en permitir que una mujer les
visitase en la cueva siendo su compañera espiritual. San Jerónimo por ejemplo
vivía con una amiga. San Frutos se santificó en la Pedriza segoviana en
compañía de su hijo Valentin y su esposa Engracia. Hasta la fundación de
Montecasino y la llegada de los benedictinos en toda la cristiandad los
monasterios eran mixtos. Ocurrió en los cenobios asturianos y de las Batuecas
de rito hispano mozárabe como en Liébana, Prámaro en San Martín de Luiña, San
Martín de Oscos, Pravia y todos los del “asturianum conventum”. Y se mantienen
aun hoy en Rusia que mantiene comunidades de orantes bastante florecientes y
algunas son mixtas. Y es que el cristianismo no es o no debe ser un asunto de
enaguas o de problemas de bragueta. Ahora bien en sus prevenciones
antifeministas – a la mujer no se la empezó a dar importancia hasta el
Renacimiento, los judíos y los griegos decían que la mujer carecía de alma-
acuñado en la máxima escolástica mulieri non est credendum, la
Iglesia egoísta y sabiamente se curó en salud y se libró de no pocos
pleitos al alejarlas del altar.
San Pablo el fundador de
todo esto mandaba callarlas en la sinagoga, Taceat mulier en synagoga.
Hablaba entonces el apóstol como un hebreo helenizante.
¡Ay Eva! Por ti entró el
pecado en el mundo y ahí tenemos al padre Danielou eminente teólogo que sufrió
un infarto el año 1974 cuando subía las escaleras de una casa de cita en el
barrio de Pigalle. O al papa León IX que murió “on the job” como dicen los
ingleses. Casados o solteros la cosa no tiene enmienda. Sólo nos salvará el
amor. El amor de Cristo. Eso es lo único importante. En esta tesis que le llevó
a la justificación por la fe Lutero tampoco andaba muy descaminado de la
verdad. Ojalá hubiese sido italiano en vez de un alemanote de genio diabólico
EL VIRUS DEL JUICIO FINAL
DON JAIME FERRÁN Y CLÚA CON PASTEUR Y KOCH INVENTÓ LA VACUNA
Virus quiere decir en latín veneno. Y “bacillus” bastón. Bacilos y virus nos golpoean con dureza pero hay una poandemia mucho más morbosa y peligrosa que es la que nos inoculan en el alma los informativos del miedo- da la sensación de ser todo un montaje. A los que profesamos la duda nos tildan de negacionistas. Negamos el holocausto por asimilación pero qué tiene quyue ver esto con los dos millones de muertos que ha causado esta fómide en un solo año. Al meditar sobre el tema es como si se cerniera sobre mí la amenaza de los hornos crematorios.algunas ocasionaron muerte súbido a los inoculados.
Hoy la prensa nos informa stricte et late sententia sobre el morbo de Wuhan, pero son pocos los que indagan sobre la etiología de este bacilo y sus esporas, sus particulares, su profilaxis y las diferentes vacunas que han aparecido como hongos en otoño. Hay la Pfizer, la rusa, la oxoniana, y otras muchas. Han sido fabricadas deprisa y sin una información suficiente sobre sus características y daños colaterales. Un proceso que llevó a Pasteur años de manipulación en la probeta. A los españoles nos cumple el honor de un tarraconense al que no debemos olvidar el doctor Ferrán que dio con la clave del morbo de la peste asiática a principios del pasado siglo. Pasteur había descubierto que mediante la combinación de leucocitos de una oveja muerta con otros de una viva estos animales sanaban.
Ferrán fue más allá, inyectando virus vivos del cólera en enfermos de la gripe del 18 obtuvo un resultado más que favorable: de 100 inoculados sólo se murieron 2 lo que representó un triunfo de la lemología (la rama de la medicina que trata sobre las epidemias) fue un proceso largo y costoso, no exento de críticas por parte de los galenos del Establishment.
También Pasteur y Koch en sus estudios sobre la insulina tuvieron fracasos y soportaron dicterios de los médicos tradicionales.
El Covid (yo no soy experto en el tema) a juicio de algunos entendidos no procede de la naturaleza. Es el resultado de una combinación química de forma sintética. El morbo se ha extendido por el planeta con celeridad y ha causado más de ya dos millones de muertos. No procede de los murciélagos ni de los chimpancés ni de las ratas ni de los caballos como otros miasmas ocasionadores de las grandes epidemias que ha padecido la humanidad.
Hoy quiero rendir un homenaje a este catalán que se sentía español hasta la médula a pesar de retratarse en la prensa de la época con barretina y animo a los virólogos a seguir trabajando concienzudamente y sin alarmismos frente a este veneno mortífero que algunos llaman ya en plan apocalíptico el virus del juicio final
SEXO EN LOS CONVENTOS
Cuando yo era latino me “picaba la mosca” con gran intensidad. Las hormonas apretaban lo suyo sin remedio y a mí me daba pena de mí mismo. Tenía poluciones nocturnas y un día al ir al baño sin querer tuve mi primera eyaculación. Fue un acto involuntario deleite solitario. El semen venía pidiendo paso. Bienvenido a la vida.
Tales desventuras fueron para mí causa de no poca zozobra. Me veía de patitas en el infierno. Acudí al rector que era un hombre de gran talante castellano viejo don Julián García Hernando que hizo una confesión de parte:
─Hijo, a mí a tu edad a mí me pasaba lo mismo pero conseguí vencer la carnalidad.
─ ¿Cómo, su reverencia?
─Duchas de agua fría, mortificación de la vista, del olfato, del tacto y devoción a la Virgen María y ya sabes lo que aconsejan los santos padres al respecto. Si la dejas un día ella te dejará un mes y si un mes un año y si un año toda la vida.
Creo que el padre espiritual decía verdad porque era lo que se entendía por un santo. Muy humano, se hizo cargo de su larga familia de Campaspero (Segovia) era un gran escritorista, gran orador y conocedor de la historia de España en Iberoamérica.
Sus clases magistrales influyeron en mi modo de ver el catolicismo y la gran obra mesiánica de los españoles durante la cristianización del gran continente. De esas ideas que me marcaron el camino no abdicaré nunca como tampoco de mi amor a la Iglesia Católica y es que don Julián un verdadero santo no le daba demasiada importancia a las cuestiones del sexto mandamiento que nos trajo por la calle de la amargura durante los años de la Gloriosa.
Sin embargo, yo pobre adolescente de dieciséis abriles ni las duchas de agua fría ni la lechuga, buen remedio para la continencia a decir de los padres del yermo, que devoraba ni el cilicio o las disciplinas con que me sacudía todas las noches conseguían que “bajase aquello”. Antes bien se enervaba de lo lindo. Algunos se frotaban el miembro con ortigas. Uno no llegó a tanto pero fue una de las razones por las cuales abandoné el seminario un año antes de empezar la teología con gran pesar de mi pobre madre que del disgusto por poco se muere.
Andando el tiempo me daría cuenta que esta obsesión por el sexo en los internados de aquel entonces era algo morboso. Una simple exigencia de la naturaleza que los poco avisados pretendían convertir en epicentro de nuestra religión. Los más sesudos teólogos al abordar el tema pasan sobre él como de puntillas. Hoy para mí ya un abuelo setentón constituye parvedad de materia. Son cosa pequeña si se siguen las normas de la concupiscencia. No se puede matar el amor, es ir contra la vida. Por el contrario el sexo puede abocar a pecados colaterales como el crimen por celos, el adulterio, la violación, la pederastia y otros apartados que muy explícita y condena el Derecho Canónico. Desgraciadamente hay que concluir que aquella falta educación sentimental fue el principio de falsas conductas y desvíos. Traumas que dejaron séquelas de por vida. Sigo creyendo que el coito entre hombre y mujer está en función de la conservación de la especie, que es sagrado el amor como es la vida y un crimen imperdonable el aborto o la eutanasia aunque reconozco que de los seminarios salieron muchos curas capones y no pocos garañones. La literatura castellana refleja los estragos y escándalos causados por los malos sacerdotes católicos. En mi experiencia son pocos los que consiguieron la observancia del celibato y transigieron con venustas inclinaciones poco edificantes que se hubieran evitado si los sacerdotes pudieran casarse tener mujer e hijos y alimentar a una familia como ocurre en Rusia.
Fernández de Samaniego 1745-1801 ha pasado a la historia por sus fabulas antropomórficas como la “Cigarra y la Hormiga” “la Raposa y las uvas” pero como fue habitual entre los enciclopedistas del siglo XVIII pone en evidencia a los curas y a los frailes por su hipocresía sexual. Cuyo es el poema “El voto de los benitos”. Aquellos buenos monjes benedictinos que practicaban el “ora et labora” de su fundador y observaban cada uno de los artículos de la Regla no pudieron sofrenar el duende del priapismo.se establecieron rogativas, aumentaron las mortificaciones, algunos se arrojaban desnudos a un almiar lleno de ulagas. Sin remedio “pues debajo del hábito más abultaba el bulto”. El abad entonces llamó a la comunidad a capítulo. Ninguno aportó solución al caso excepto el hermano portero que dijo que todas las semanas venía a visitarlo una lavandera que lo dejaba nuevo y limpio. “Y de tal manera lo mío me sacude que en tda la semana no se me alborota mi tramontana”. Oyó el abad mitrado el consejo y decretó que se añadiese a las reglas del convento que ningún fraile ni profeso ni donado pudiera vivir sin lavandera. Y concluye Samaniego:
El abad dejó al punto aquel voto establecido con presteza
Y a los monjes alzando la cabeza
Dijo:
El señor nos ha oído
Cuando así remedia
Nuestras desgracias
Cantemos pues:
Agimus tibi gratias
Omnipotens Deus
amen
LAS NUEVE MUSAS
Las nueve musas van de camino
Por la senda ardiente del destino
Jácaras cantando y fandanguillos
Centellan las estrellas
Sus vestidos
Perlas y brocados
En lo alto de la noche
Del enero frío
Venus me prendió
Con sus encantos
En dulces arreboles
Lejanas luminarias que no cesan
De alumbrar la oscuridad
Oh Terpsicore yo te admiro
Vago por las calles en tu carro
Ya ha amanecido
Escucho de tu lira
La música en que vivo
LOS CUARENTA SOLDADOS MARTIRES EN EL LAGO HELADO PATRONOS DE ARMENIA A la hora del desayuno nos leíoan el martirologio romano. Aquel seminarista de Valdesimonte abría un libro grande de pastas rojas y proclamaba a los que en defensa de la fe recibieron la corona del martirio. El diez de marzo de hace ya más de medio siglo nevaba en Segovia y Valdesimonte con su voz potente e impostada que no necesitaba micro nos hizo la relación del pequeño Melitón un niño de pocos años que se dirigió al lago helado donde cuarenta soldados de una de las legiones del emperador Domiciano habían sido encerrados por rechazar ofrecer incienso a los dioses. El suplicio era terrible y digna de la crueldad de un romano. Uno de los milites aterido de frío, no soportó el suplicio; entonces el centinela que los vigilaba vio en el cielo una corona de laurel y en medio de una nube apareció Jesucristo triunfante. Conque se unió a la cohorte en sustitución del compañero que chaqueteó. La madre del niño Melitón daba voces alentándoles a todos exhortándoles a perseverar. El laconismo y la concisión con que se relataban estos hechos en aquel libro escrito en griego en latín y en castellano quedó en mi grabado para siempre. Era algo fabuloso e increíble pero la fe supera cualquier duda. Desde entonces he ido por los caminos del mundo recordando a aquellos legionarios romanos que aguantaron la nieve y el hielo por amor del Crucificado. ¿Qué importa que se nos caiga la moca en medio de la cellisca? Soy un liberal e incluso libertario en cuestiones seculares el mundo cambia con el progreso pero hay cosas inamovibles como la liturgia el acerbo de la fe los dioses oscuros y los dioses diáfanos. Mis pies se mancharon de barro conocí el hielo y el desamor de la vida misma pecador de mí pero la grandeza de los que confesaron su esperanza en el evangelio y por ella dieron su vida me vuelve inmutable. "De nimis non curat praetor" decían los licurgos de la vieja Roma. Pelillos a la mar. Que si el papa que si el cisma que divide a Bizancio. No hay que preocuparse de nimiedades ni hacer caso a los vaivenes de la política y la mezquindad de muchos hombres. En cierto sentido soy un mártir de la fe porque navego contra corriente y me encomiendo a san Melitón patrono de Armenia. Los cuarenta del lago helado anticiparon el holocausto del gran pueblo armenio a principios del pasado siglo cuando fueron aniquilados por el turco. Sueño en el vino armenio y en la nueve blanca del monte Erbus allá donde posó el arca de Noé tras el diluvio universal. Ellos son la tribu perdida de Israel. Este pensamiento me ayuda a portar mi cruz.
LOS CUARENTA SOLDADOS MÁRTIRES EN EL LAGO
HELADO PATRONOS DE ARMENIA
A la hora del desayuno nos leíoan el martirologio
romano. Aquel seminarista de Valdesimonte abría un libro grande de pastas rojas
y proclamaba a los que en defensa de la fe recibieron la corona del martirio. El
diez de marzo de hace ya más de medio siglo nevaba en Segovia y Valdesimonte
con su voz potente e impostada que no necesitaba micro nos hizo la relación del
pequeño Melitón un niño de pocos años que se dirigió al lago helado donde cuarenta
soldados de una de las legiones del emperador Domiciano habían sido encerrados
por rechazar ofrecer incienso a los dioses. El suplicio era terrible y digna de
la crueldad de un romano.
Uno de
los milites aterido de frío, no soportó el suplicio; entonces el centinela que
los vigilaba vio en el cielo una corona de laurel y en medio de una nube
apareció Jesucristo triunfante. Conque se unió a la cohorte en sustitución del
compañero que chaqueteó. La madre del niño Melitón daba voces alentándoles a
todos exhortándoles a perseverar. El laconismo y la concisión con que se
relataban estos hechos en aquel libro escrito en griego en latín y en
castellano quedó en mi grabado para siempre. Era algo fabuloso e increíble pero
la fe supera cualquier duda. Desde entonces he ido por los caminos del mundo recordando
a aquellos legionarios romanos que aguantaron la nieve y el hielo por amor del
Crucificado. ¿Qué importa que se nos caiga la moca en medio de la cellisca? Soy
un liberal e incluso libertario en cuestiones seculares el mundo cambia con el
progreso pero hay cosas inamovibles como la liturgia el acerbo de la fe los
dioses oscuros y los dioses diáfanos. Mis pies se mancharon de barro conocí el
hielo y el desamor de la vida misma pecador de mí pero la grandeza de los que
confesaron su esperanza en el evangelio y por ella dieron su vida me vuelve inmutable.
"De nimis non curat praetor" decían los licurgos de la vieja
Roma. Pelillos a la mar. Que si el papa que si el cisma que divide a Bizancio. No
hay que preocuparse de nimiedades ni hacer caso a los vaivenes de la política y
la mezquindad de muchos hombres. En cierto sentido soy un mártir de la fe
porque navego contra corriente y me encomiendo a san Melitón patrono de
Armenia. Los cuarenta del lago helado anticiparon el holocausto del gran pueblo
armenio a principios del pasado siglo cuando fueron aniquilados por el turco. Sueño
en el vino armenio y en la nueve blanca del monte Erbus allá donde posó el arca
de Noé tras el diluvio universal. Ellos son la tribu perdida de Israel. Este pensamiento
me ayuda a portar mi cruz. l
LOS cuaranta pertenecíann a la Legio XII "Fulminea", recibieron la corona del martirio el año 342 imperando Domiciano