MEDITACIÓN EN LA TARDE DE SAN SILVESTRE. UN ANGEL ME HA DICHO: ORA, LLORA, ESPERA Y CALLA
Henos aquí plantados ante 2013. Un año nuevo llama a las puertas. Enterremos al hombre viejo. Alma mía, canta al Señor, 68 veces.
Inmerso en la maravillosa liturgia de las doce noches cuando el orbe gira sin gobernalle en poder de Saturno, el dios oscuro y suben del infierno los poderes del Maligno, yo entono el salmo 123 del ofertorio anima Nostra Sicut passer erepta est de laqueo venantium. Laqueus contritus est, et nos liberati sumus. ¿Qué más quieres, Antonio, tu alma como pájaro burló la trampa de tus perseguidores? El lazo se rompió y fuiste liberado.
Es de la misa de Inocentes.
Se escuchó una voz en Ramá, grito desgarrado, y era Raquel que lloraba a sus hijos, nadie la consolaba porque lo que salió de sus entrañas ya no existe. Fueron los primeros mártires los degollados por Herodes homicida, Trucidador. Bonita parábola un contexto en los que se guardan los misterios inabarcables de la redención.
¿Por qué nacemos, cuál es el designio? ¿Somos todos fruto casual del ayuntamiento de un hombre y una mujer en una siesta o al calor de la paja de un almiar o en el asiento de atrás de un 600 o resultado de un divino designio?
Lloraba Raquel en Ramá por sus hijos degollados y nadie la escuchaba. Nada más banal e inconsistente que el ser humano. Nuestros orígenes, nuestra gestación, son una lección de humildad y un enigma. Está en toda la mitología grecorromana y es el punto de arranque de todas las religiones.
Comprendo el miedo que tiene la iglesia a todo lo relacionado con la concepción, vía sexual y las meticulosas normas talmúdicas y coránicas sobre la pureza, el adulterio y la genética. Puede ocurrir que los hijos a los que tú adoras y proteges sean hijos del lechero. En caso semejante, la ley mosaica ordena conceder a la interfecta libelo de repudio y el Corán dilapidarla hasta la muerte.
El evangelio, mucho más acorde con lo divino que lo humano, dice que el que esté limpio de pecado tire la primera piedra. Nacemos impuros y las aguas del bautismo nos separan de la culpa. El pecado de nuestros primeros padres, la expulsión del edén es el sello y el estigma de pobres mortales que miran hacia atrás, hacen examen de conciencia en la última tarde del año. Otra parábola.
Yahvé se dirige a nosotros por medio de símbolos que no otra cosa son los sacramentos y de parábolas, porque nuestra inteligencia no puede acceder al intelecto de Dios cuyos pensamientos son inexplicables.
La mejor sangre, la más preclara estirpe, la de David, pero el Rey Poeta era adúltero y pecador, ordenó matar al marido de su amante.
A la luz de tal misterio se entienden las perplejidades del casto José y estas angustiosas dudas se expresan y resuelven mediante la intervención de un ángel, plasmadas en el evangelio de Mateo en la misa de Nochebuena…
cum esset desponsata Mater Jesús Joseph, antequam convenirent, inventa est in útero habens de spiritu sancto. Joseph autem vir ejus cum esset justus et nollet eam traducere, solvit oculte dimitiere eam. Haec autem eo cogitante ecce ángelus domini apparuit in somnis ei dicens: Joseph, filii David, noli timere accipere Mariam conjugem tuam; quod enim in ea natum est de spirtu sancto est.
Pariet filium et vocabis nomen ejus Jesús. Ipse salvum faciet populum Israel a peccatis suis.
Laconismo impenetrable, el del evangelista que refleja en estos sucintos párrafos las zozobras que debieron albergarse en el corazón de un descendiente de David, el padre putativo de Jesús y fiel esposo de la Virgen Madre.
No hay asunto que desequilibre más a un judío que las sospechas sobre su mujer. Tuvo la suerte San José, a diferencia de otros pobrecitos y atribulados maridos (¿me habrá puesto los tochos?) de que el arcángel Gabriel viniera en su auxilio a redimirle de sus celos, muy justificados por otra parte.
La gracia divina suple o complementa, corrige y perfecciona y viene a rectificar a la naturaleza (no somos animales, estamos hecho a imagen y semejanza de nuestro Creador) donde la transmisión de la especie se realiza ad libitum en pleno albedrío del instinto y donde impera la ley del más fuerte.
Entre mamíferos y vivíparos se hace caso omiso de todo cuanto hay de espiritual en la religión del Amor; por eso la Iglesia clama contra el materialismo ateo o el feminismo radical, la homosexualidad que sin condenarla no condona, o el aborto, la destrucción de la familia, la cosificación de la mujer como receptáculo de placer (y de dolores) y no como transmisora de vida.
Ello sería un paso hacia la descristianización, la vuelta a la selva y a ser parientes de los chimpancés, aquí te pillo aquí te mato, el que no corre vuela (se me aparece ahora mismo el rostro hirsuto del catalán Punset exministro ucedeo y saduceo, pues por lo visto no cree en la resurrección de la carne con sus programas pseudocientíficos y animaladas por la segunda cadena) y es lo que pretenden las Fuerzas Opacas que esgrimen como arma colosal el hedonismo, la ortogénesis, la cultura de la muerte que condena a la gehena a los enfermos, a los tarados según la fórmula de lo políticamente correcto y la divinización de la imagen. Siempre, por el contrario, los tendréis con vosotros, nos advierte Cristo. Los enfermos, los tullidos, los leprosos, los desahuciados integraban las turbas que seguían por Galilea al Maestro.
Rouco, mientras se rodea de gente guapa y de dinero, esgrime con razón esta doctrina sacrosanta del dogma católico, pero comete un error, al mezclar las leyes divinas con las humanas y monta el cirio con sus happenings en la plaza de Colón politizando el aborto trayendo a tales reuniones a gente maja y de derechas.
Fue a besarle el anillo la alcaldesa Ana Botella, una señora que pertenece a un partido político y a una casta de encaramados deleznable para los españoles de abajo en medio de los estertores de la crisis, cobra cincuenta mil euros al mes.
Es banalizar una cuestión tan tremenda para las que lo sufren como es la interrupción del embarazo. En este sentido, el approach de la iglesia ortodoxa rusa, que llora, reza y calla, me parece mucho más adecuado con las enseñanzas evangélicas.
En parte, la iglesia católica posconciliar es la responsable de esta debacle que ha traído angustia y pavor al corazón de las gentes. La iglesia nuestra tiene que entonar su mea culpa, sollozar por sus muchos pecados de años atrás
Porque comulgó con ruedas de molino, hizo dejación de sus poderes de autoridad y sufre el acoso y derribo de un desprestigio general que se encarna en la figura del cardenal de Madrid. Habría que jubilarlo. Queremos un obispo más valiente y menos condescendiente con el poder, pero aquí y ahora está manipulado hasta el propio Benedicto XVI. Deje a sus kikos, a sus movidas, y vuelva al redil de la iglesia y a la vieja doctrina y a la pura fe, llore, rece, espere y calle.