2023-01-05
LAS SUMAS TOMISTAS ME AMPARAN CONTRA EL TERROR MILENARISTA VIAJE A GALICIA COMPOSTELA VISITO LA TUMBA DE CELA ME HAGO AMIGO DE VALLE INCLAN EN EFIGIE PONTEVEDRA LA PEREGRINA
las
sumas de Santo Tomás de Aquino
VUELVO CASI TODOS LOS VERANOS a repasar las
súmulas de Santo Tomás y me empapo de Aristóteles y de Cristo. El de Aquino es
el mayor pensador de la catolicidad donde todo casa, todo tiene una
explicación. Prius in sensu denique in intelectum o si se quiere nada existe en
el pensamiento que antes no estuviera en los sentidos. Santo Tomás era un buey
mudo un germano italiano de casi dos metros de estatura y 130 kilos todo un
frailón que prueba la existencia de Dios a través de la naturaleza y la ley
natural. Hemos salido del caos nos hicieron del barro y al barro volvemos, pero
el Espíritu sopló en nuestros oídos se abrieron los ojos el tacto vino a
nuestras manos y el andar a nuestros pies. El resultante de esta creación fue una
cosa maravillosa. El cuerpo obedecía a las potencias del alma. El buey mudo
descubrió el hilomorfismo. En nuestra carne ruin alienta un alma maravillosa
capaz de pensar y de obrar. Ninguna religión había puesto tan alto el listón
como este buen fraile que hablaba poco, comía mucho y se pasó su medio sigilo
de existencia pensando y escribiendo en la celda. No quiso ser abad de
Montecasino. Fue sometido a una ordalía o juicio de Dios. Sus parientes lo
encerraron en una celda oscura de la abadía y a la media noche la enviaron una
daifa desnuda. El santo persiguió a la mujer con un tizón encendido y ganó la
apuesta venciendo así para siempre al demonio de la lujuria.
Bos castus
et bos mutus et bos innocens.
Amaba el silencio, la soledad y era muy crédulo e
ingenuo como los grandes sabios, como si lo hubieran desprovisto de la malicia
del pecado original.
Era tan cándido como sabio y una noche en el
convento un hermano donado quiso gastarle una broma: "Asómese a la ventana
fray Tomas que por ahí está pasando un toro que vuela", le dijo el novicio.
En gesto de humildad y de obediencia se asomó a la
ventana para complacer al lego entrometido, aunque bien sabía el buen dominico
que eso es imposible en la naturaleza.
Tenía un alma mendicante y se hizo dominico. Domini
canes. Los mastones de Dios llamaban en la edad media a los dominicos.
Monjes
blancos adoptando el color de la pureza del Islam. Son los perros de Dios los
que guardaban la finca, ladraban en los púlpitos y en lo alto de las cátedras
de la universidad y predicaron por todo Europa la devoción a la Virgen María.
En la personalidad de este enorme italiano Alemania
se funde con Paris. Es un resultado del sacro imperio germánico.
Sus sumas son geométricas escuadras en las cuales
cabe el arte gótico: los ventanales geminados, las arcadas celestes y las
airosas bóvedas, los ebúrneos chapiteles, toda esa agilidad mental del arte
gótico que se plasma en la piedra.
Leo las sumas de Sto. Tomás en latín. Mis textos
de la BAC aparecen muy sobados y castigados con apuntes y asteriscos. Entiendo
que la vida es como un silogismo. Alguien hace una proposición; cuando nacemos
entremos al vivir en la contradicción, negándonos la menor, a lo largo de los
años de nuestra vida para concluir en el gran ergo el gran desenlace que es la
muerte. Es la conclusión misteriosa del gran silogismo que es vivir. ¿Por qué
estamos aquí? ¿De qué pasta estamos hechos?
Siendo el hombre algo tan pequeño puede resultar
una gran cosa. Toda vida merece ser vivida en la libertad. Me vienen entonces
al pensamiento los versos triunfales del Tantum
Ergo y el Pange Lingua que él compuso en su latín italianizante. Era un buey
mudo sí.
Ya lo dijo
su maestro de la Sorbona Gregorio Magno "pero sus mugidos atronarán la
tierra y serán un terremoto de muchas conciencias". Hizo amigos a Cristo
de Aristóteles y acercó a Europa a los musulmanes con los que llegó a
entenderse vía El Estagirita y a procurar un acercamiento al Islam. Leer a
Tomás de Aquino me tranquiliza en estos tiempos de tribulación y de confusión.
Su conclusus contra Iudeos et maniqueos
es gloria bendita de garantías proféticas. Los enemigos de la iglesia, nos
enseña, no están en el Islam. Son los judíos un manantial de odio contra el
credo que profesamos. Ellos convertirán las cruces luminosas en crucifijos y
los crucifijos entendidos como instrumentos de tortura. Y de dolor.