GEORGE ORWELL LA VIDA DIFICIL DEL
PROFETA DE UN PROFETA DE NUESTRO TIEMPO y (4)
Murió de consunción a los 48 años. Había
nacido en la India hijo de un funcionario de las colonias y había recibido una
educación esmerada en la public school más famosa de Inglaterra: Eton.
Su obra para mí representa las
calidades del partido laborista que luchó por un socialismo a la inglesa. Eric Blair
siempre estuvo de parte del underdog, de los de abajo, aunque su acento
(en Inglaterra se puede saber el estrato social al que perteneces desde el
momento en que abres la boca) le denotase como un "upper class".
Escribe un inglés periodístico, cortante, impregnado de humor pero con la
exactitud de alguien que había de ser considerado como un profeta del tiempo
nuevo: la lucha de clase que sería sustituida por la guerra de géneros, habló
del womenpower y de los movimientos al lib, mediante el omnímodo de los medios de
comunicación que controlaría a las masas mediante consignas y lavados del
cerebro.
Entre
los muchos empleos, asparte de corresponsal en Berlín y editorialista, que
ejerció en las redacciones de Fleet Street destacó como un byliner (títulos). En la titulación siempre fue
eximia la prensa inglesa.
Es la forma de escribir del presidente Trump
en twitter. Conozco bien su obra y leí todos sus libros. Y creo que seguí
su camino de penurias, injerencias, contumelias, amenazas de mal encarados
asesinos.
Al escribir me desposé con la pobreza y
el silencio místico de los que buscan la verdad y quieren trasmitirla a sus semejantes.
Tuve la suerte de vivir en el Londres en que vivió Orwell durante un tiempo
duro de posguerra pero de esperanza y solidaridad.
Entendí una palabra y un concepto
"compassion" que es privativo de los británicos que conocía la
austeridad y la resiliencia frente a las privaciones, las enfermedades, las
humillaciones de los de arriba. Lo dice la formula de "never explain
never complain". No hay que quejarse nunca ni dar demasiadas
explicaciones por mucho que te batanee la existencia: el hambre, la descalcez,
la falta de trabajo.
Él nos previno contra el advenimiento
de una nueva era de los sin techo de los sin trabajo. En el mundo que habrá de
venir nos esperan los caminos y el vagabundaje, seremos condenados a ser unos
vulgares andarríos. No en vano había estudiado la obra de otro gran vagabundo
europeo sobre el cual yo otrosí he publicado un libro: François Villon. Demasiado
esfuerzo para tan poca paga. Nadamos en un mundo de ingratitud y de ninguneo. Son
los peligros que nos amenazan a los anarquistas que se adelantan a su tiempo,
que van a ser blancos de la envidia y la incomprensión. Orwell fue el primero
de la lista.
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