2021-02-28


 

MARFEGA DE LOS SUEÑOS

Tórrida mirada halcón huido por tales sendas

Aceras de la ciudad arpegios en el balcón

Clave de fa clave de sol toca una niña

La hija de un general

Yo la ayudaba con el latín

Do-re- do

Un balcón

soy su galán

no me atrevo a confesar su amor

Barrio de Chamberí callejas tristes

Las de la tercera edad sacan al perro a pasear

Un caniche hacen pipí

Hay un silencio muchacho en estos laberintos

Que apesadumbren a un viejo

Guay de mí

Ya no toca a misa la campana

Amor te fuiste

Nunca vuelves efélide

eras rubia y tenías espolvoreado el rostro 

de los besos de Cupido

de la sinrazón soledad infinita

Yo me tumbo a la bartola

En la márfega del dolor donde todos son pinchos

Y cascabillos

rencores añejos

cuentas pendientes

do re mi do

Leves son mis pasos

soy sombra sutil

Ella se fue y no vino

Lo que queda es soledad de libro y proyecto

Y un poema a medio escribir

Que esparzo sobre los lomos del viento

Jugasteme una mala pasada, amor cruel

La tarde languidece en clave de sol.

Yo te condeno a un solfeo infinito

Fui un salteador del carro de los sueños

No pasé el freo

Me faltaron credenciales y fetiches

La culpa la tuvo la metamorfosis del aire

Que me hizo pensar tanto

Y ahora en la luna de ese concesionario de automóviles

Se espeja tu mirada y me dice que ya nada soy si algo fui

Todo se hacina

nada se perdona

Sobre la niara del recuerdo

yo siempre estuve desparramando el trigo

Son montones de la Nada te lo dije, tío.

No más susurros de Eolo

No más concesiones al decoro y no más piedad

Son muy fuertes tienen la sartén por el mango

Gritar contra ellos es cabecear el muro

No harán caso.

¿A qué escribir?

Dominan. El poder les estalla por las costuras de sus bancos.

Las manos del obispo que me impuso las manos

Están yertas

Penitet mihi

Absoluciones inútiles

Del penitenciario

Y me dio la bendición de diacono acariciando suavemente.

Ya nada es igual.

Ha sonado un trueno. Un relámpago sobre las azoteas tras los estampidos y más tarde el cubileteo de la lluvia, impia ventisca. Madrid se convierte en mar

De cieno. Vamonos a casa.

En el bar de doña Inés unos jubilados echan la partida

De sota caballo y rey van por la vida

¿Don Juan vendrá?

Hice todas las solicitudes pegué bastantes pólizas

Llamé a tantas puertas que ya ni te digo

Al llegar veo una tibia humana sobre mi cena.

Por fortuna debe de ser don Juan mi convidado de piedra

Que me invita a cenar. Voto a bríos

Los sobranceros del odio de este verano eligieron a la muerte por mayordomo.

Ella ni me preocupa ni me domina.

Sólo soy pechero de tus besos olvidados

En el alguarín donde guardo mis múltiples papeles encontré esta tarde de lluvia tu fotografía.



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